RUDA VOL.25

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QUIÉNE SOMOS

EDITORIAL

REPORTAJE/ LICEO ENRIQUE MOLINA GARMENDIA: 200 AÑOS DE HISTORIAS, PERSONAJES Y EL DESARROLLO DE UNA CIUDAD

REPORTAJE/ LA HISTORIA PROGRESA: LICEO ENRIQUE MOLINA GARMENDIA ASPIRA A SER PLURIGÉNERICO

CARTA GOBERNADOR DE LA REGIÓN DEL BIOBÍO

CARTA EQUIPO DIRECTIVO LEMG

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PROGRAMA BICENTENARIO LEMG

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REPORTAJE/ ENRIQUE MOLINA GARMENDIA: UNA VIDA DEDICADA A TRANSFORMAR LA EDUCACIÓN EN CHILE

REPORTAJE/ TEATRO ENRIQUE MOLINA GARMENDIA: MÁS DE MEDIO SIGLO DE ABANDONO A UN PASO DE LA RESTAURACIÓN

Editora General: Catalina Cabrera

Directora Ejecutiva: Victoria Ceballos

Diseño y Diagramación: Luis Rojas

Portada: Loreto Salazar

@loretosalazarc - loretosalazar.com

Redacción: Coté Gonzeta, Christopher

Quevedo, Camila González y Ximena

Perone

Fotografía: Camilo Herrera y Ignacio

Arellano

Artes: Fernanda Núñez - Ilustra Moderna

Columnas: Victoria Salas, Centro de Estudiantes EMG 2023, René Pezo y Sanyar Lagos

Convocatoria: Juan Nicolás Enríquez

Miño (3°B), Juan Antonio Parra Sagredo (4°A), Ignacio Alejandro Montt Sáez (3°B)

ESPECIAL/ 200 AÑOS EN CIFRAS COLUMNAS

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Impresora Icaro Ltda.

J.M de Rozas 961, Concepción

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Se prohíbe la reproducción total o parcial del contenido de esta revista.

Edición nº25, agosto de 2023

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25 ÍNDICE

CATALINA CABRERA / EDITORA GENERAL

Esta importante edición abarca cuatro temáticas sumamente relevantes para la construcción del individuo moderno: educación, patrimonio, cultura y género. Un viaje por el pasado, el presente y el futuro, a través de la visión de un hombre y una institución que han trabajado profundamente por la difusión del conocimiento y los valores humanistas.

La educación es la piedra angular de las sociedades, probablemente la herramienta más poderosa con la que contamos para definir nuestras vidas. Lamentablemente uno de los grandes problemas actuales, que se visibiliza en las brechas de calidad, la falta de infraestructura, la deserción y el ausentismo en las aulas chilenas. Este fenómeno se agravó en tiempos de pandemia, lo que ha generado un daño profundo en temas de aprendizaje y enseñanza.

Son muchos los puntos de discusión y la definición de límites y responsabilidades: ¿Cuál es el deber de los establecimientos educacionales? ¿Qué rol deben cumplir los padres o cuidadores en este proceso? ¿Cómo afrontar el desafío de ser profesora y profesor hoy? Es clave conversar sobre esto, en la búsqueda de una educación integral, aquella que define personalidades, propicia oportunidades y disminuye las desigualdades, inculcando conocimientos y valores.

En el mismo camino identitario, está el patrimonio. Esa herencia tangible e intangible que transmite valores históricos, simbólicos y estéticos de una generación a otra. Son esos códigos los que crean comunidad y preservan el pasado que nos trajo hasta el hoy, rescatarlo, valorarlo y cuidarlo es parte del compromiso con nuestra memoria.

Siempre de la mano viene la cultura, ese hermoso fenómeno social que reúne las ideas, los saberes y los rasgos de una persona o grupo. La representación de ella está en el arte, a través de sus distintas expresiones y disciplinas. Las y los que lo apreciamos, sabemos el enorme poder que tiene la creatividad en la activación de los sentidos. Porque el arte emociona, es capaz de iluminar la mente y la imaginación.

Hemos hablado de sociedad, identidad y comunidad, muchas ad importantes para la construcción del “hombre”. Salvo que no somos sólo hombres y la equidad de género, de todos los géneros, debe ser un derecho que merece cada individuo. Ya es hora de respetar la dignidad de toda persona, en busca de un mundo más justo e igualitario para los que vendrán.

En esta edición especial del Bicentenario del Liceo Enrique Molina Garmendia, transitaremos a través de este contenido por un sueño que dio paso a un legado lleno de convicción, esfuerzo y valentía, donde aún queda mucho por escribir…

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EDITORIAL

Es difícil imaginar que Concepción y la Región del Biobío serían hoy lo que son sin la figura de Enrique Molina Garmendia. Nuestro orgullo de ser cuna de las culturas, del rock, de pensadores, de científicos y de políticos encuentra su raíz en las instituciones educativas de principios del siglo XX, cuando un hombre, que creía que el pensamiento y educación era la manera de cambiar el mundo, tomó el puesto más alto del Liceo de Hombres y, posteriormente, fundó la Universidad de Concepción, junto a otros pensadores de la época.

Este año, el Liceo que hoy lleva su nombre celebra 200 años de historia, ha educado a cientos de penquistas y ha visto nuestra ciudad crecer durante dos siglos. A pesar de su importancia, pensar en el Liceo y en la Universidad como, simplemente, establecimientos educacionales sería reducir su rol en nuestra historia más cercana. Estos espacios enfrentaron el desafío de formar, más allá del traspaso de conocimientos, basados en valores, en la capacidad de desarrollar el pensamiento crítico en sus pupilos y pupilas, con el objetivo de crear personas capaces de, a su vez, influir en diferentes áreas; son ellas quienes, apoyados en los pilares que Enrique Molina plasmó en su visión de la pedagogía, quienes han esculpido a través de los años nuestra ciudad, región y país.

Enrique Molina, además, tuvo la cuota de desobediencia necesaria que lleva a romper paradigmas que impiden un avance equitativo y se enfrentó a uno que sigue hasta nuestros días: la centralización. A pesar de sus pasos por Santiago, sus herencias más importantes se encuentran en Concepción; la fundación de la Universidad, y la modernización del entonces Liceo de Concepción, plasman la respuesta a la necesidad de fortalecer ciudades fuera de la capital en el territorio nacional. Es más, lo hace desde la institución y desde lo público. Esta es, quizás, la lección más importante que recogemos desde el Gobierno Regional: la convicción profunda que nuestra región es terreno fértil para la exploración de nuevas ideas, para instituciones de excelencia, para liderar procesos transformativos a nivel nacional, y para ser un lugar donde todas y todos puedan tener una buena vida.

Finalmente, las ramificaciones de su vida nos han hecho asociar diferentes cosas a su nombre, particularmente, el Teatro Enrique Molina, hoy en ruinas, pero que es reconocido y tan querido por todas y todos. En esta institucionalización, que homenajea partes de nuestro contexto con su nombre, es importante reflexionar también sobre el hombre, su filosofía, su legado, como lo ha hecho el Liceo por dos siglos.

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Rodrigo Díaz Wörner Gobernador de la Región del Biobío

Estimada Comunidad, en el contexto del bicentenario de nuestro Liceo Enrique Molina Garmendia, como Equipo Directivo compartimos con la comunidad de la Región del Bío Bío, las siguientes ideas y perspectivas educativas.

La Educación Pública es el principal instrumento para garantizar acceso, asegurar equidad, inclusión y desarrollo de habilidades, por lo que la hace esencial y de vital importancia para formar al 80% de los hijos de al menos la mitad de las familias de menores ingresos del país. Su función es entregar una formación democrática, promover una mayor interacción entre jóvenes de distintos orígenes, abrirse a la diversidad y reducir la desigualdad. Sin embargo, su cobertura ha venido disminuyendo por variables multifactoriales de diversa complejidad.

Es esencial revertir esta tendencia y contener la caída. Para lograrlo, el Estado debe conferir prioridad, destinar más recursos para elevar su calidad, de modo de hacerla atractiva a un mayor número de familias que atesora recuerdos y vivencias de la Educación otrora recibida en liceos y escuelas Públicas, y al pasar los años sueñan que sea recibida de igual modo por sus hijos(as) o nietos(as). La Educación Pública es sustancial para la promoción de cambio social y no se puede limitar a un rol solo de cobertura y alfabetización mecánica, en función del mercado laboral que muchas veces precariza y agrede la dignidad del ser humano.

El 8% de la educación particular pagada se ve representada en los altos cargos de gobierno. Ello implica que las decisiones de políticas públicas son tomadas por una elite desvinculada de la realidad social existente a nivel nacional. La diversidad es crucial en sociedades más justas y solidarias y la historia del Liceo Enrique Molina da cuenta de que esto es posible. Hace algún tiempo era frecuente encontrar en una misma sala de clases al hijo de un obrero, de un abogado, de un funcionario público. Todos ellos, enriquecen el vínculo, la convivencia, constituyendo una pequeña muestra de una sociedad plural y democrática, que se articulaba en un tejido donde todos eran protagonistas de su propio desarrollo, sin importar el origen. Por lo tanto se requiere formar equipos, con líderes políticos que por su procedencia, representen esa diversidad y actúen con conocimiento y sensibilidad al momento de tomar decisiones en pos de resolver los problemas de aquellos que más lo requieran.

Respecto al rol del Estado en materias educativas, Enrique Molina Garmendia decía: “Una república democrática cuyo edificio institucional descansa en la voluntad de la mayoría ciudadana y que debe estimar la revolución como una calamidad, tiene que abrirse por medio de la intensa y adecuada educación de sus hijos los caminos del progreso”.

Nosotros como docentes estamos conscientes de esta realidad y de nuestro rol como educadores(as) insertos en el Sistema Educativo de nuestro país, por lo que debemos trabajar en forma contínua, comprometida, colaborativa y solidaria para que el 90% de nuestros estudiantes más vulnerables, puedan acortar esa brecha y abrirse nuevos caminos para su realización plena.

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Enrique Molina reflexiona respecto al rol docente: “Sin embargo, qué espléndido campo queda todavía para el educador, para el educador de verdad. Infundir alma y vida a las hojas muertas de esos programas, recordándoles, si es preciso, en un bello gesto de olvido de la burocracia, cuanto tengan demasiado fronda. Hacer de los términos profesor, alumno y materia de estudio, no tres cosas que se topan sin entenderse, sino un trinomio vivo, animado por el amor, de manera que en lo posible no se enseñe nada que no corresponda a un real interés existente en el alma del joven”.

La educación constituye un desafío constante para los y las docentes, la cual requiere de preocupación y compromiso permanente que debemos asumir para poder desempeñar un buen rol en la era educativa del siglo XXI, pues la labor docente no se sostiene solo en la reproducción de conocimientos, sino cobra sentido cuando la relación con el o la estudiante facilita la construcción de un proyecto de vida sustentado en valores y saberes que le permitan contribuir de mejor forma al bienestar común.

Los constantes cambios globales en términos medioambientales, sociales y económicos han dado paso a profundas transformaciones en las diferentes formas de desarrollo de las personas. La Educación, no puede ni debe quedar postergada a un escenario de menor valía, pues su importancia es vital para el desarrollo humano y el impacto que genera en la transformación social de los pueblos. Es por esta razón, quienes sentimos la responsabilidad y deber de impulsarla tenemos que realizar esfuerzos conjuntos para promover cambios con fuerza transformadora.

Los estudiantes, sus intereses, las formas de comunicarse en la Era Digital que pareciera no tener horizontes, nos han venido a desafiar y a buscar nuevas maneras de educar, de transformar el aula y de relacionarnos entre las personas que participamos de los espacios educativos. Humberto Maturana dice que la educación ocurre todo el tiempo y se da en la convivencia con el otro, que no se trata de pasar la materia, de informar o de instruir, sino cuando uno piensa en otros seres humanos.

En tal sentido los proyectos que hemos ido impulsando y poniendo en práctica como Equipo Directivo, dentro de la Gestión Pedagógica, tienen como objetivo generar un cambio paulatino en las planificaciones exigidas en el Currículum Nacional y las estrategias didácticas propuestas en él. En tal sentido, se han venido realizando esfuerzos para poner en práctica estos cambios y que se hagan realidad experiencias educativas innovadoras con foco en el aprendizaje profundo de nuestros estudiantes, como son el acercamiento a la ciencia a través de la experimentación científica de nivel superior, aprendizaje interdisciplinario en aulas diversificadas, construcción de aprendizaje autónomo a partir del aula invertida y otras formas de innovación que estamos seguras(os) contribuirán largamente a las distintas formas de aprender y de relacionarse de nuestros estudiantes.

Nuestra comunidad mira tanto el presente como el futuro y comienza a hacer cambios sustantivos para construir un modelo educativo que impulse la educación integral, no sexista, igualitaria y sobre todo diversa.

Equipo Directivo LEMG

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Lorena Campos Campos Inspectora General Julio González Leiva Rector Víctor Alarcó Muñoz Jefe de UTP

PROGRAMA DE ACTIVIDADES 2023: BICENTENARIO LICEO ENRIQUE MOLINA GARMENDIA

Mayo Junio Julio

Firma de convenio con Universidad de Concepción

Lanzamiento del Programa Bicentenario Liceo EMG

Lanzamiento del libro “Matías Valdés y el regalo de mentira” de Nicolás Barriga

Día del Patrimonio: apertura de espacios y recorridos

Agosto

Lanzamiento de bases “Concurso de escultura Bicentenario Liceo EMG”

1° Conversatorio sobre Educación Pública

Feria de Educación Pública

Gran Casa Abierta a escuelas básicas del territorio

Romería de estudiantes en Cementerio, por natalicio de Enrique

Molina

Acto Bicentenario

Lanzamiento de Revista Ruda 25, especial Bicentenario Liceo EMG

Marcha colectiva y carnaval Bicentenario Liceo EMG

Cierre y premiación “Concurso de escultura Bicentenario Liceo EMG”

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Septiembre

Lanzamiento libro: Historia Liceo EMG

Seminario sobre “Patrimonio Educacional”

Copa Bicentenario interescolar (básquetbol y futsal)

Día del Ex Alumno

Inicio de construcción de escultura Bicentenario Liceo EMG

Octubre

Encuentro de Jazz Big Band Bicentenario

2° Conversatorio sobre Educación Pública

Muestra de artes visuales por estudiantes comunales

Noviembre

Concierto Bicentenario de música docta

Encuentro y conversatorio de Enrique Molina con estudiantes del Liceo

Día del Apoderado

Diciembre

Ceremonia de instalación de escultura Bicentenario Liceo EMG

Proyecto

Colaboran

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Financia
Ejecuta

5 de agosto de 1823

Fundación del Instituto Literario por decreto provincial en la ciudad de Concepción, bajo el mandato del Intendente Juan de Dios Rivera. Comenzó a funcionar en el Convento de los Padres Mercedarios, en calle Castellón, entre los números 624 y 682. Actualmente, se encuentran allí los restos del Muro de Piedra, declarado Monumento Histórico Nacional.

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Archivo Liceo Enrique Molina Garmendia

19 de octubre de 1833

Creación de Imprenta Instituto

Literario, bajo el rectorado de Pedro Nolasco Caballero. Surge el primer periódico de Concepción: El Faro del Bío-Bío.

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13 Memoriachilena. Biblioteca Nacional de Chile

20 de febrero de 1835

19 de mayo de 1835

El Terremoto de 1835 destruyó el edificio en que funcionaba el establecimiento y El Faro del Bío-Bío.

Posteriormente, abre el Colegio Provincial en reemplazo del Instituto Literario. Estuvo ubicado en la propiedad de José María Villagrán, actual Instituto Superior de Comercio en Concepción.

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Memoria Histórica. Resumen.cl
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15 Memoria Histórica. Resumen.cl

Por disposición del Gobierno de Manuel Montt Torres, el establecimiento cambia su nombre a Liceo de Concepción. Así comienza a independizarse de la doctrina religiosa, para dar paso al pensamiento laico.

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Histórica. Resumen.cl 04
1853
Memoria
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17 Cultura Digital. Universidad Diego Portales

30 de marzo de 1853

Creación del Internado para Estudiantes, con pensión anual y becas proporcionales o completas.

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Imagen referencial. Memoriachilena. Biblioteca Nacional de Chile

LICEO ENRIQUE MOLINA GARMENDIA

200 años de historias, personajes y del desarrollo de una ciudad

Por Christopher Quevedo Hernández

Artes Fernanda Núñez - Ilustra Moderna Fotos de archivo

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El Liceo Enrique Molina Garmendia se constituyó en la historia nacional como la tercera institución de educación secundaria más antigua del país. Fue fundada un 9 de agosto de 1823, exactamente hace 200 años, tiempo en que, por sus salas, patios y pasillos, han pasado más de 50 mil estudiantes, contribuyendo a generar un semillero de artistas, académicos, deportistas y figuras políticas que han marcado su huella, no sólo en la historia de Concepción, si no que en la de todo Chile.

“Es una institución señera en la educación del país, cuyos orígenes se confunden con la República, pues nace en 1823, un año después del Liceo de La Serena, que a partir de la creación del Instituto Nacional durante el gobierno de José Miguel Carrera, completa el mandato de un liceo por provincia”, explica Armando Cartes, académico y profesor titular de la Universidad de Concepción y director del Archivo Histórico de Concepción.

Julio González, Rector del Liceo Enrique Molina, cuenta que toda la comunidad estudiantil se muestra muy contenta por la celebración del bicentenario. “No solamente es una fecha para festejar, si no que para poner en relevancia al Liceo y lo importante que sigue siendo para la educación pública”, por lo que espera que toda la comunidad penquista lo entienda de esa manera.

CONSTRUYENDO HISTORIA

Durante sus primeros años el Liceo llevó el nombre de Instituto Literario, época en que, gracias al interés y compromiso de un selecto grupo, surgió el primer periódico que tuvo la ciudad de Concepción. “Lo llamarían ‘El Faro del Bío Bío’, y desde su primera emisión en 1833 permitió informar y, sobre todo, entretener a toda la comunidad”, contó Cartes.

Ya en el año 1835 la institución pasó por un extenso periodo a puertas cerradas, como consecuencia de los derrumbes que sufrió tras el paso de un terremoto. Lastimosamente luego de recuperarse de aquel evento, nuevamente fue golpeado por un incendio en 1846, que no dejó mucho del edificio. De este modo y tal como comentó el académico Armando Cartes, fue el año 1851, que a través del mandato del

gobierno de la época, el Liceo pasó a contar con las exigencias de un colegio provincial y tomó la tradicional ubicación que mantiene hasta la fecha, a pasos del Parque Ecuador.

Un año más tarde y tras compartir terreno con el Seminario Conciliar de la Iglesia, el Liceo se independizó de esta institución, lo que llevó al colegio a llamarse Liceo de Concepción. Para Cartes, otro de los puntos más destacables de este proceso, fue el nacimiento del Curso de Leyes. “Comenzó en 1865 y estableció el primer antecedente de estudios de educación superior en una ciudad que aún no tenía universidad. Formó a más de 500 abogados, distribuidos desde Talca hasta Punta Arenas, quienes serían los jueces y abogados del futuro”, dice.

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Agregó, “contribuyeron a los temas de propiedad raíz y así permitieron modernizar la sociedad. Posteriormente tras ser creada la UdeC, el Curso de Leyes es traspasado a la casa de estudios universitarios y es un continuador de la formación jurídica penquista, un antecedente de su antigua tradición”, señala el académico.

Fue en 1915 cuando se culminó la construcción del emblemático edificio que es reconocido por todos los penquistas, y es precisamente ese mismo año en que Enrique Molina Garmendia tomó el liderazgo de la institución educacional.

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Emblemático edificio del Liceo EMG ubicado frente al Parque Ecuador (1915) y adicional la fuente Fuente: Conce Antiguo
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“Es una institución señera en la educación del país, cuyos orígenes se confunden con la República, pues nace en 1823”, Armando Cartes.

EL ESPLENDOR DEL LICEO DE HOMBRES: LA CHISPA DE LA UDEC

Molina nació en La Serena y ejerció como profesor en Talca, Chillán y Concepción, comentó Armando Cartes, “gracias al enorme prestigio que venía cosechando, también pasó a ser el presidente del Comité Pro-Universidad y Hospital Clínico. Además de recibir una serie de galardones por su condición de pedagogo, abogado y filósofo. Fue parte del grupo de importantes personeros que con su impulso dieron la partida a la creación de la Universidad de Concepción”.

Julio González, Rector del Liceo Enrique Molina, manifiesta que el espíritu progresista del Liceo busca generar y visibilizar obras concretas. De esta manera, se continúan transmitiendo estos ideales hasta la actualidad a todos los estudiantes que pasan por sus aulas. “Ese mismo espíritu es el que animó la creación de la UdeC, una tremenda empresa que se compuso desde sus comienzos por un grupo de profesores que recorrieron el sur de Chile buscando recursos para financiar su sueño, y así fue como lo consiguieron”, explicó.

“El gran auge al desarrollo estudiantil y docente del Liceo, además de la integración de nuevos planes de estudio, material pedagógico innovador y la incorporación de las primeras profesoras a ser parte del cuerpo docente, fueron aportes impulsados por Molina”, enumera González. Además de la constitución de la Sociedad de Ex-alumnos y la construcción del Anfiteatro. “Todo esto permitió al Liceo empezar a ser visto como un centro cultural abierto a las artes en su comunidad educativa y obviamente también para la ciudad”, dice el actual rector.

“Ya en el año 1959, con el objetivo de reconocer el enorme aporte de Molina, el establecimiento educacional comienza a llevar el nombre que mantiene hasta hoy en día: ‘Liceo Enrique Molina Garmendia’. En una ceremonia que fue precedida por la histórica alcaldesa penquista Ester Roa Rebolledo”, destaca la autoridad del Liceo.

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“No solamente es una fecha para festejar, sino que para poner en relevancia al Liceo y lo importante que sigue siendo para la educación pública”, Julio González.

Enrique Molina Garmendia, Ramiro Páez Boggioni, David Stitchkin Branover y la Alcaldesa de Concepción Ester Roa Rebolledo (1959)

Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción

ORGULLOSOS DE PERTENECER AL LICEO

Julio González es Rector del Liceo desde hace cinco años. Éste es su último periodo dirigiendo la institución, media década que le han transmitido el orgullo que sienten los alumnos de ser parte de la comunidad del Liceo Enrique Molina Garmendia, sentimiento que quiere y proyecta que se siga extendiendo en la historia de los futuros alumnos que integren el establecimiento educacional.

“La alegría y orgullo que sienten los alumnos de pertenecer al Liceo, me llevó a tomar esta responsabilidad con gran altura. Da cuenta de cómo uno y todo el equipo que compone la institución, tiene el deber de sembrar esperanza y posibilidades para que los estudiantes accedan a una mejor educación”, confiesa que el conocer la situación de los egresados y verlos desarrollándose en tan diversos contextos, le resulta muy gratificante.

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Enrique Molina Garmendia y orgullosos alumnos del Liceo. Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción

Victoria Salas es la Presidenta del Centro General de Madres, Padres y Apoderados del Liceo, y dos generaciones de sus hijos han sido parte de la comunidad estudiantil. Durante el paso de su primer hijo, quien ya egresó hace más de 10 años, Salas declara que se quedó con un fuerte sentimiento de deuda al no poder participar constantemente de las actividades que realizaban los padres, esto, dado al poco tiempo que le dejaba el trabajo. Motivo por el que cuando contó con mayor libertad, durante el paso de su segundo hijo por el colegio, no dudó en participar, y hoy lleva su segundo periodo de tres años en la directiva.

“En los últimos periodos, hemos estado activando mucho el Centro de Padres. Con la dirección de don Julio hubo un cambio importante en integrar a toda la comunidad educativa, nos movemos en varias líneas de acción y generamos actividades durante todo el año”, explica la apoderada.

Para ella integrar el Liceo también es un motivo de orgullo, “de aquí han salido muchas buenas personas, grandes profesionales que dan cuenta de la gran calidad de la educación pública. El perfil de los que egresan es prueba de que finalmente se forman personas integrales”, comentó Salas.

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““De aquí han salido muchas buenas personas, grandes profesionales que dan cuenta de la gran calidad de la educación pública”, Victoria Salas.

LA COMPLICIDAD LICEANA

Victoria Salas explica que todos los estudiantes que alguna vez pasaron por el Liceo comparten una particularidad de por vida. “Es muy bonito ver cuando un estudiante se encuentra con otro, independiente del año o de la generación que sean. Apenas descubren que salieron del mismo Liceo, se abrazan y aplauden. Comparten una complicidad muy linda y demuestran interés genuino en lo que están haciendo”, admite.

En sus palabras, el compartir los mismos espacios, lugares donde jugaron y fueron cómplices, sin importar el tiempo, les genera una conexión especial. “Estoy segura de que eso no se ve en otras partes y espero de todo corazón que siga pasando de aquí a otros 200 años más”, concluye emocionada la apoderada.

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Enrique Molina Garmendia con profesores y alumnos en la simbólica escalera del Liceo Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción

SEMILLERO DE PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA NACIONAL

En sus 200 años, sus aulas han albergado a un sinnúmero de jóvenes hombres, que han aportado al desarrollo nacional. Una gran cantidad de estudiantes que se espera vaya en aumento, ya que este 2024 se abrirán las puertas para dar paso a un liceo plurigénero, donde sus autoridades y comunidad estudiantil tienen el desafío de actualizarse a las exigencias de la sociedad contemporánea, y así

A continuación, revisaremos cinco figuras destacadas por sus logros y aportes, quienes fueron alumnos del Liceo Enrique Molina Garmendia en distintos momentos de su historia.

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JUAN ANTONIO RÍOS, UN LÍDER DESDE TEMPRANA EDAD

De su figura se desprenden sus pocos conocidos orígenes cañetinos, destaca Armando Cartes, Director del Archivo Histórico de Concepción, lugar donde realizó sus primeros estudios en la Escuela Rural de Cañete, después en Lebu y finalmente llegó al Liceo Enrique Molina Garmendia, espacio en que continuó sus estudios en el Curso Fiscal de Leyes de Concepción, los que finalizó en el año 1914 y posteriormente obtuvo su título de abogado con la memoria “Origen y Desarrollo de la Policía en Chile”.

Cartes explica que “su figura política se vincula al Partido Radical, donde integró sus filas desde muy joven para posteriormente liderar el partido en Concepción, además de ser regidor y alcalde en la comuna. Se suman los breves años que estuvo en la Presidencia de la República, porque lamentablemente falleció en el ejercicio del cargo”, dice sobre la posición que asumió desde el 2 de abril de 1942 al 27 de junio de 1946.

“Sus años en el Liceo y toda su adolescencia y temprana juventud, deben haber sido muy críticos en su formación intelectual y política, yo rescato de su figura a un presidente con un alto criterio, y que imagino que su talento pudo ser fomentado en las salas de clases para que pudiera brillar años más tarde, en este caso, como Presidente del país”, explica Armando Cartes.

Victoria Salas, Presidenta del Centro General de Madres, Padres y Apoderados del Liceo, destaca de Ríos que “nunca olvidó de dónde venía. Gran parte de las políticas que impulsó eran para las personas más necesitadas y enfocadas a superar sus contextos con una fuerte labor social. Además, de que por el Liceo haya pasado un Presidente de Chile, siempre será meritorio”, concluyó.

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LA IMAGINACIÓN DE RENÉ “PEPO” RÍOS

René Ríos, más conocido como Pepo, nació en Concepción y comenzó a incursionar en el mundo del dibujo desde muy pequeño, con tan solo 7 años tuvo la oportunidad de publicar su primera caricatura en el tradicional diario El Sur de Concepción y posteriormente a los 10 años realizó su primera exposición en la extinta confitería Palet.

Victoria Salas, Presidenta del Centro de Padres, dice que una de las particularidades que más destaca del joven dibujante, es el apoyo constante que recibió de su padre, quien lo impulsó a dibujar.

Tras egresar del Liceo, el joven Pepo quedó en Medicina de la Universidad de Concepción, carrera que abandonó al paso de unos meses para matricularse en la escuela de Bellas Artes en Santiago, lo que le permitió soltar toda la creatividad que albergaba y ser el creador del imaginario caricaturesco más grande de nuestro país: Condorito, explica Armando Cartes, académico y profesor titular de la Universidad de Concepción y director del Archivo Histórico de Concepción.

“Justamente en estos tiempos estamos pasando por un proceso de recuperación de su figura en Concepción, lo que a la par ha significado una campaña importante en la ciudad. Esto ha incluido la instalación de una estatua y una serie de publicaciones de su personaje principal Condorito”, detalla Cartes, además de otros personajes que creó durante su época de dibujante de contingencia política, tales como: El jefe, caricatura de su tío y presidente de la república Juan Antonio Ríos; Don Gabito, personaje basado en Gabriel González Videla; y Don Sonámbulo caricatura de Carlos Ibáñez del Campo.

El padre de Pepo, también figura como parte de los personeros que impulsaron la fundación de la UdeC, al igual que Enrique Molina, por lo que Cartes asegura que, “su vinculación con el desarrollo cultural y educativo de Concepción, siempre siguió esa misma línea de acción y el factor de conexión con el Liceo, sin dudarlo es muy relevante”.

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GONZALO ROJAS, OTRA LUZ QUE EXPANDIÓ EL FARO CULTURAL PENQUISTA

La figura del poeta lebulense Gonzalo Rojas fue clave en el desarrollo de iniciativas culturales que permanecen hasta el día de hoy en la Universidad de Concepción, los ‘Encuentros Internacionales de Lectura’ fueron el principal antecedente a las Escuelas de Verano que realiza el plantel estudiantil hasta la fecha, detalla Armando Cartes, académico de la institución.

Tras egresar del Liceo, Rojas dedicó fuertemente sus años al estudio, donde completó la carrera de Derecho, además de Pedagogía. Ésta última le permitió transmitir todos los conocimientos que tenía a la gran cantidad de alumnos que mantuvo durante su vida.

“Las actividades literarias que realizó durante la década del ‘50 y los primeros años de los ‘60, fueron de gran nivel, incluso para la época actual. Su figura también se asocia fuertemente a Chillán, en específico a las termas, donde tuvo su casa de renegado. Por lo que sus años como liceano le deben haber dado un gran valor”, dice Cartes.

Gonzalo Rojas llegó a ser uno de los exponentes más destacados de la poesía hispanoamericana del siglo XX. “Estudió en el Liceo el último año de su educación secundaria, y la mayor parte de su carrera profesional la dedicó a profundizar en acciones pedagógicas. Destaco la capacidad que tuvo de abrir la universidad con las Escuelas de Verano y que así la UdeC fuera pionera en entregar los conocimientos a toda una comunidad”, dice Julio González, Rector del Liceo Enrique Molina.

En su destacada trayectoria, el poeta nacido en 1916, recibió el Premio Cervantes durante el año 2003, además de haber obtenido prestigiosos premios, como el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Nacional de Literatura Chilena en 1992 y el Octavio Paz de Poesía y Ensayo en 1998.

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EL COMPROMISO DE ENNIO VIVALDI

Apenas concluyó sus estudios del Liceo Enrique Molina en el año 1966, el siguiente desafío del joven Ennio era apostar por la Prueba de Aptitud Académica, donde consiguió obtener puntaje nacional en la prueba de matemáticas. Desde ese punto comenzó sus estudios de Medicina en la Universidad de Chile, para posteriormente cosechar una carrera que le trajo una gran cantidad de meritorios logros en el campo de la medicina, en el mundo político y también como académico. Desde 2014 hasta mediados de 2022, ejerció como Rector de la Universidad de Chile por dos periodos y actualmente se desempeña como Embajador de Chile en Italia.

Julio González, Rector del Liceo Enrique Molina, cuenta que cada vez que han requerido la presencia de Vivaldi, el médico cirujano ha participado activamente. “Estuvo durante la celebración de los 199 años y cuando se le convoca, él rápidamente coordina su agenda para estar en el Liceo, donde también lo nombramos hijo ilustre”, detalla.

“Se nota que él ama fuertemente la institución y ese amor lo traduce en la participación que ha tenido y su gran compromiso con nuestra comunidad”, agregó González.

Victoria Salas, Presidenta del Centro General de Madres, Padres y Apoderados del Liceo, detalla el honor que sintió al conocerlo. “Don Ennio vino y realizó una charla motivacional para todos los alumnos del colegio, se nota mucho el interés y cariño que aún guarda por el Liceo”, apunta.

Además, Salas confiesa que cuando su hijo concluyó sus estudios de arquitectura en la Universidad de Chile, tuvo la oportunidad de conversar con Ennio, quien en ese entonces era el rector de la casa de estudios y al contarle que también era egresado del Liceo, se puso muy contento. “Él siempre favorecerá la educación pública y es una inspiración para todos los jóvenes que han estudiado en el Liceo”, concluye la apoderada.

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LA ALMA MATER DEL PERIODISTA CRISTIÁN VALDEBENITO

“Siempre digo que para mí el Liceo Enrique Molina fue mi alma mater, uno acostumbra a decir eso respecto a la universidad donde egresa, pero para mí lo fue el Liceo”, cuenta entusiasmado Cristián Valdebenito, periodista y actual editor de prensa en Radio Bío Bío Puerto Montt. “En el Liceo yo descubrí un mundo completo, además de entender lo que me rodeaba y más importante aún, comprender cuál es mi punto dentro de la sociedad”, dice el comunicador, quien cursó toda la Enseñanza Media, desde el año 1996 al 2000 en la institución educativa.

Julio González, Rector del Liceo Enrique Molina, explica que el compromiso que ha mostrado Valdebenito con el establecimiento ha sido ejemplar y destaca el rol esencial que tuvo el ex alumno en pro de prestar apoyo constante al emblemático recinto educacional.

“Valdebenito ayudó a vincular nuevamente al establecimiento con la Universidad de Concepción y promovió que se firmara el convenio que finalmente concretamos los primeros días de mayo”, explica González, acerca de la alianza de colaboración entre la UdeC, el Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Andalién Sur, y el Liceo Enrique Molina Garmendia, que permitirá generar prácticas profesionales, perfeccionamientos y cupos en la educación superior, por mencionar algunos beneficios para el alumnado y los docentes del Liceo.

Para Cristián Valdebenito, la concreción de este convenio es de gran importancia, dado que la UdeC vuelve a darle la mano al Liceo, que fue desde donde se concibió la idea y generación de la universidad. “Me siento muy orgulloso de haber apoyado a esa gestión, justo antes de haberme venido al sur”, explica el periodista, dado que previamente había dedicado más de 15 años a trabajar en Radio Bío Bío Concepción.

“Para mí el Liceo lo fue todo y me gustaría que las nuevas generaciones de alumnos también vivan esa ‘experiencia Liceo’, que convivan el día a día dentro de las salas, con los profesores y profesoras y que recorran sus pasillos y todos sus espacios. Esa experiencia no se puede perder y creo que todas las estrategias que están realizando por sus 200 años, sólo es para que se potencie y realce el valor de la educación pública, además del legado del Liceo”, concluye el comunicador.

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5 de mayo de 1865

Creación del Curso Fiscal de Leyes, impartido en el establecimiento y distribuido en cinco años, para estudiantes que hubiesen obtenido el grado de bachiller en Filosofía y Humanidades.

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Archivo Liceo Enrique Molina Garmendia

1910 a 1915

Ejecución del proyecto de construcción de un Nuevo Edificio para el establecimiento, en la misma ubicación actual, donde ya llevaba funcionando cerca de 50 años. Un imponente edificio, enfrentaba al Parque Ecuador, con una gran fachada de tres pisos.

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43 Conce Antiguo, 27 de febrero de 2013

El Gobierno confiere el cargo de Rector del Liceo de Hombres de Concepción a Enrique Molina Garmendia, quien antes ya había sido profesor de Historia en la institución.

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45 Harvard Library

El rector Enrique Molina Garmendia contrata a las primeras profesoras. Carmela Vivanco Burgos, en Preparatorias, y Filomena Valdebenito, en Castellano.

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1924
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47 Imagen referencial. Servicio Nacional del Patrimonio Cultural

9 de agosto de 1935

Inauguración del Aula Magna.

Salón para realizar todo tipo de actos y ceremonias estudiantiles.

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49 Diario El Sur, 10 de agosto de 1935 Diario El Sur, 9 de agosto de 1935

Enrique Molina Garmendia

UNA VIDA DEDICADA A TRANSḞORMAR LA ĘDUCACIÓN EN CHILE

Por Camila González Bello Fotos de archivo

En 1823, a tan solo 13 años de instaurada la República de Chile, fue fundado el Instituto Literario o Liceo de Hombres de Concepción, el tercero en abrir sus puertas en el país, luego del Instituto Nacional (1813) y del Liceo de La Serena (1821).

Casi medio siglo después, en 1871, nació en la ciudad de La Serena una persona clave en la historia y desarrollo de esta institución, tanto así, que en la actualidad este establecimiento lleva su nombre: Liceo Enrique Molina Garmendia.

Pero la obra de este hombre no es sólo significativa para el mencionado Liceo; lo es también para otra institución cuyo aporte a nivel local y nacional es innegable: la Universidad de Concepción.

La vida de Enrique Molina, quien fue determinante en la descentralización de la educación en Chile, es de esas que vale la pena destacar cada cierto tiempo, para que su nombre no sea uno más de los que están inscritos en placas y muros, pero que de sus méritos poco se sabe o recuerda.

Por eso, en este especial por el Bicentenario del Liceo Enrique Molina Garmendia se resumirán los hitos que hicieron que este educador e intelectual pasara a la historia como el pedagogo más prestigioso de su generación y uno de los filósofos más influyentes de Chile y Latinoamérica.

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INFANCIA Y JUVENTUD DE ENRIQUE MOLINA

Enrique Molina Garmendia nació un 4 de julio de 1871 en La Serena. Su padre fue Telesforo Molina, procurador judicial, y su madre fue Mercedes Garmendia. Esta última murió tempranamente, cuando Enrique tenía tan sólo cuatro años de edad. A pesar de este doloroso hecho, tuvo una infancia y adolescencia rica en aventuras y cuidados de familiares, memorias que dejó plasmadas en su libro autobiográfico “Lo que ha sido el vivir”.

Sus primeros estudios los cursó en el Liceo de La Serena, donde se enfrentó por primera vez a educadores que lo hicieron cuestionar la forma en que se enseñaba a los jóvenes de la época. “Debo anotar que, por desgracia, el profesor no manifestaba ningún afecto por sus alumnos y parecía, al contrario, complacerse en atemorizarlos y hasta martirizarlos”, señalaría posteriormente.

Apoyado por su padre, con quien tuvo una compleja relación a lo largo de su vida, se trasladó en 1887 a Santiago, para estudiar Medicina. Sin embargo, el alto costo de los materiales de esta carrera lo hicieron tomar la decisión de cambiarse a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.

En 1889, la vida de Molina Garmendia dará un giro que cambiará para siempre la historia de la educación en nuestro país. Ese año se creó el Instituto Pedagógico y con ello sintió el llamado de su verdadera vocación profesional: ser profesor. Su formación universitaria la culminó en 1892, cuando se tituló como docente de Historia, Geografía y Filosofía.

En sus propias palabras, los años en el Instituto Pedagógico arraigaron en él “la idea de que Chile necesitaba más profesores que abogados y educar se me presentó como una misión social. Fue la iniciación en la búsqueda de un sentido pleno de vida”.

SUS PRIMEROS AÑOS COMO EDUCADOR DE PROVINCIA

Al comenzar su vida laboral, en 1883, dejó la capital para ocupar el cargo de Profesor de Historia y Geografía en el Liceo de Chillán. En paralelo a sus funciones docentes, completó los estudios de su carrera inicial y obtuvo su segundo título profesional, egresando como abogado en 1902. Sin embargo, nunca llegó a ejercer esta profesión.

Durante esos años, viviría el primero de sus numerosos viajes de estudio en el extranjero. En esta oportunidad recorrió Alemania y Francia; y al regresar participó del Congreso General de Educación de 1902, donde quedó registro de su compromiso con una educación en la que preponderara un carácter humanista y no sólo científico en la enseñanza.

Luego de diez años en Chillán, solicitó su traslado a Concepción para hacer clases en el Liceo de Hombres. Esta vez la estancia en la ciudad penquista fue breve y sólo duró dos años, ya que en 1905 fue nombrado director del Liceo de Hombres de Talca. Allí, comenzó un importante proceso de modernización de la educación y sus contenidos, apoyado por el Consejo de Instrucción Pública del Ministerio de Educación.

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“La idea de que Chile necesitaba más profesores que abogados y educar se me presentó como una misión social. Fue la iniciación en la búsqueda de un sentido pleno de vida”
Enrique Molina Garmendia.

En octubre de 1915, regresó a la ciudad en la que se radicaría el resto de su vida. ¿La razón? Su nombramiento como profesor y rector del Liceo N° 1 de Hombres de Concepción, cargos que comenzó a ejercer al año siguiente y que mantuvo hasta 1935.

Enrique Molina llegó a hacerse cargo del Liceo en un momento crucial de su historia, con una infraestructura recién inaugurada. Durante su gestión se incorporaron nuevos planes de estudio, material pedagógico innovador, mejoras en la instalaciones y en la preparación del personal docente y administrativo. Además, y rompiendo muchos prejuicios de la época, contrató a las primeras profesoras para hacer clases en el Liceo.

Durante este período, también se constituyó la Sociedad de Exalumnos y el Salón de Actos o Anfiteatro -cuyos restos azotados por posteriores terremotos aún sobreviven en el corazón de la ciudad-. Este hecho transformó al Liceo en un epicentro cultural no sólo de su comunidad educativa, sino que de todo Concepción. Este cúmulo de acciones comenzaron a gestar la idea de que el Liceo diera paso a un posible centro universitario del sur del país, que se concretaría años más tarde.

LÍDER DE UN MOVIMIENTO CIUDADANO POR LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN CONCEPCIÓN

En 1917 un connotado grupo de vecinos de la ciudad de Concepción se reunió para trabajar por la creación de una universidad fuera de Santiago, idea que era compartida y apoyada por Enrique Molina. La entidad se llamó Comité ProUniversidad y sus integrantes escogieron a Molina Garmendia como su Presidente.

La idea de una universidad en región era rupturista para su época, pues hasta ese momento sólo en la capital podían seguirse estudios superiores; pero para los habitantes de Concepción, esta ciudad ya era lo suficientemente grande y próspera como para seguir esperando.

Enrique Molina señala en sus memorias que “le propuse al Presidente de la República, don Juan Luis Sanfuentes, que fundara esta Universidad, diciéndole que sería un bello coronamiento para su gobierno”. Sin embargo, el proyecto presentado no obtuvo una respuesta positiva y, bajo los argumentos de pobreza fiscal y de las muchas otras necesidades para el resto del país, no se obtuvo el apoyo estatal esperado.

El ánimo de los integrantes del Comité ProUniversidad no decayó con esta negativa desde presidencia y el 17 de marzo de 1919, en un acto de rebeldía y sin esperar el decreto oficial -que llegó el 14 de mayo de 1920- la Universidad de Concepción comenzó sus clases. La primera generación la constituyeron 123 estudiantes pertenecientes a las cuatro carreras fundacionales: Dentística, Farmacia, Química Industrial y Pedagogía en inglés.

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“El nacimiento de esta Universidad fue como la fructificación de una buena semilla en terreno largamente preparado”
Enrique Molina Garmendia.
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Con estudiantes de Sexto Humanidades. Fuente: Archivo Liceo Enrique Molina Garmendia Gira EEUU. Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción (se encuentran afuera del Liceo de Hombres) Gira EEUU 2. Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción
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Enrique Molina. Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción Enrique Molina. Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción Enrique Molina con los fundadores UdeC. Fuente: Archivo Fotográfico Universidad de Concepción

EL VIAJE QUE DARÁ ORIGEN AL CAMPUS UDEC

Entre octubre de 1918 y junio de 1919, Enrique Molina viajó por Estados Unidos conociendo distintas propuestas e innovaciones en pedagogía para aplicar en la nueva universidad. Visitó los campus de Berkeley, Stanford, Wisconsin, Chicago, Northwestern, Columbia, Yale, Filadelfia, Princeton y Harvard. Para él fue relevante descubrir universidades que parecían parques, sin cercos y unidas al barrio o ciudad en la que se emplazan.

De esta experiencia regresó con la intención de crear una ciudad universitaria, que con el tiempo se convertiría en un ícono de la identidad penquista. En este modelo, los edificios se instalan de forma libre, las calles se supeditan a los inmuebles y se destacan los terrenos de uso comunitario.

DE PROFESOR A RECTOR VITALICIO

Desde la fundación de la Universidad de Concepción, Enrique Molina asumió el cargo de Rector, además de ejercer como profesor de Filosofía y Sociología de la Universidad. Durante este periodo creó “Atenea. Revista Mensual de Ciencias, Letras y Bellas Artes” (1924), con el objetivo de difundir ideas académicas y culturales, en la que se cultivan las humanidades y las ciencias sociales. Así, Atenea se convirtió en el órgano oficial de la reciente Universidad, “una tribuna para exponer el pensamiento y la obra de intelectuales, políticos, artistas y académicos Es decir, fue concebida, como un espacio abierto, autónomo, integral y receptor de las diversas áreas de la cultura: las ciencias, arte y literatura”, consigna el periodista y escritor Gabriel Canihuate. Cabe destacar que esta revista sigue siendo editada periódicamente hasta el día de hoy.

Los primeros años de gestión universitaria quedaron plasmados en las palabras que entregó Enrique Molina el día 29 de mayo de 1939, con motivo de los 20 años de la

fundación de la casa de estudios penquista y que pueden encontrarse en el libro “Doce discursos universitarios”.

“El nacimiento de esta Universidad fue como la fructificación de una buena semilla en terreno largamente preparado”, señaló. “Volvía de visitar las magníficas universidades estadounidenses y al ver aquí tanta pobreza, se me encogió el alma (…) sentí de una manera atormentadora la enorme responsabilidad que echábamos sobre nosotros con abrir nuestras aulas y aceptar en ellas más de un centenar de jóvenes que confiadamente ponían en nuestras manos sus destinos”.

La etapa fundacional del campus de la Universidad de Concepción concluyó con la inauguración de dos obras icónicas de la ciudad universitaria, designada oficialmente así en 1938. El Campanil, inaugurado en 1944, se presentó como un hito urbano que con el tiempo se transformó en la postal indiscutida de la Universidad. Y, el Arco UdeC (ex Arco de Medicina), inaugurado en

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1951, representa simbólicamente el acceso público a la Universidad, una entrada sin puerta que invisibiliza los límites entre el campus y la ciudad.

La trayectoria y la obra filosófica de Enrique Molina -desarrollada en forma de ensayos, libros, conferencias, entre otros-, fue reconocida por la Universidad de Chile quien lo designó, en 1941, como miembro académico de la Facultad de Filosofía.

En 1947 publicó uno de sus más célebres libros, titulado “De lo espiritual en la vida humana”, el que ha sido catalogado por filósofos e historiadores como su mayor obra intelectual, vanagloriada en toda Latinoamérica.

Ese mismo año, su labor como educador e intelectual logró que el Presidente de la República, Gabriel González Videla, lo nombrara Ministro de Educación Pública; sin embargo él no duraría mucho en este cargo. En julio de 1948 renunció al Ministerio tras darse cuenta que no podría llevar a cabo las reformas que esperaba realizar, debido a la falta de recursos necesarios.

En 1956, con 85 años de edad y tras 37 años en el puesto, Enrique Molina dejó la rectoría de la Universidad de Concepción. Pero, su innegable legado en esta casa de estudios lo hizo merecedor del nombramiento como Rector Vitalicio, un cargo único y que ningún otro Rector ha recibido en los más de 100 años de historia de dicha universidad.

UNA TRAYECTORIA RECONOCIDA EN VIDA

A diferencia de muchos otros, Enrique Molina Garmendia recibió en vida los honores y reconocimientos a su extensa obra y a sus aportes en educación, filosofía y en tantos otros aspectos en los que dejó su huella. Por ello su trayectoria fue destacada por diversas instituciones tanto nacionales, como internacionales.

Entre estas distinciones y condecoraciones, se encuentran: la Medalla de Goethe, Alemania; Oficial de la Academia del Ministerio de Instrucción Pública, Francia; Caballero de la Corona, Italia; Miembro del Ateneo, México; Profesor Honoris Causa de la Universidad de Chile; y, Premio de Arte de la Municipalidad de Concepción.

Por otro lado, en 1959, el escultor Samuel Román erigió en su nombre el monumento “Homenaje al espíritu de los fundadores de la Universidad de Concepción” que está emplazado en un costado de la Plaza del

Estudiante del Foro UdeC. Dejando una huella visible del aporte de Enrique Molina en el campus de la Universidad que ayudó a formar.

Ese mismo año, en una ceremonia de gran importancia para el Liceo Nº1 de Hombres de Concepción, se reconoció el legado de Enrique Molina Garmendia en este establecimiento, el que pasó a tomar este nombre en su honor. La placa metálica que da cuenta de este suceso se encuentra ubicada en la entrada del edificio que había sido recientemente inaugurado, en 1955.

Sólo un par de años después y con 92 años de edad, el día 8 de marzo de 1964, falleció Enrique Molina, una de las figuras más importantes de la educación en Chile. Sus restos descansan en el Cementerio General de Concepción, donde anualmente recibe el homenaje de autoridades locales, académicos/ as y directivos/as de las instituciones a la que tantos años de vida y labor dedicó.

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Revista Atenea

Libro “Lo que ha sido el vivir”

Funeral Enrique Molina.

Fuente: Televisión Universidad de Concepción

Libro

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“Doce discursos universitarios”
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Funeral Enrique Molina. Fuente: Televisión Universidad de Concepción Funeral Enrique Molina. Fuente: Televisión Universidad de Concepción

UN LEGADO QUE SE PROYECTA EN EL TIEMPO

Los aportes de Enrique Molina Garmendia traspasan las generaciones que lo conocieron y compartieron con él. Es por eso que diversas personalidades del mundo político y académico de Concepción reconocen en él un personaje cuyo legado se proyecta hacia los nuevos tiempos y arroja luz en los proyectos de los que fue parte durante su vida.

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Enrique Molina fue la más alta figura de la educación en la Región. Fue así porque unía a sus condiciones de filósofo, abogado y educador, la doble posición institucional de rector del Liceo de Hombres, el más importante establecimiento del sur de Chile, con la misma responsabilidad en la joven Universidad de Concepción. En ella promovió la educación humanista, la integración de la mujer a la formación universitaria y a la administración. Fue parte de los debates educativos del siglo XX, desde Concepción y la Universidad, contribuyendo a su proyección nacional desde sus orígenes”.

Carlos Saavedra

Rector de la Universidad de Concepción

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“El legado de Enrique Molina el tiempo, primero en su tarea como Rector del Liceo y luego como fundador de la Universidad de Concepción. Trascendieron sus principios, como la libertad y la idea de que la educación es primordial, pero no sólo en base a la disciplina sino también en base a formar personas que contribuyen a la sociedad. Yo creo que eso ha hecho que Enrique Molina influya en miles de estudiantes, hombres y mujeres, que somos profesionales gracias a su obra”.

Elizabeth Chávez, Seremi de Educación Región del Biobío

“Enrique Molina fue un hombre de espíritu reformador, de espíritu estoico que inundó no sólo su vida intelectual, sino también su quehacer cotidiano en la construcción de un mejor futuro para nuestro país y mundo. Abogó porque la educación chilena no se limitara a copiar o imitar fielmente modelos extranjeros en materia educacional, sino que deseaba que se le imprimiera un rumbo nacional acorde con las específicas características histórico-culturales de nuestro pueblo. Para él, la escuela es una institución social en que deben reflejarse las necesidades e ideales del pueblo al que pertenece”.

Sanyar Lagos

Jefe de Carrera Pedagogía en Historia y Geografía

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UdeC

“Enrique Molina Garmendia fue un hombre visionario y luchador contra las desigualdades de acceso de la población a distintos derechos. Como primer Rector de la UdeC logró materializar un proyecto ciudadano de educación superior pública y laica, un proyecto revolucionario y único en Chile, creado para y por su comunidad”.

“La importancia de Enrique Molina Garmendia está anclada a procesos de cambio que marcaron el rumbo del país. El fue un actor fundamental en la defensa por una educación humanista que se equilibrara con una educación científica. Sus múltiples viajes al extranjero le permitieron tener una visión internacional de la educación. Esta perspectiva global, además de la estructura y el temple de su personalidad, lo llevaron a influir y construir obras que conforman gran parte de los cimientos de lo que hoy somos como sociedad, en las que vio en la educación el motor fundamental de cambio y evolución de toda comunidad”.

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Moira Délano Directora de Relaciones Institucionales de la Universidad de Concepción

Creación de la revista liceana Letras, organizada por el grupo Cultural “El Ateneo Aníbal Pincheira”. Para la difusión de actividades académicas, así como artículos de cultura, arte y ciencia. Distribuida a todos los centros educacionales de la ciudad.

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11 hito 1936
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Archivo Liceo Enrique Molina Garmendia

20 de noviembre de 1959

Ceremonia de cambio de nombre del establecimiento a Liceo Enrique Molina

Garmendia. Presentes Enrique Molina

Garmendia, Ramiro Páez Boggioni (Rector del Liceo) y Ester Roa Rebolledo (Alcaldesa de Concepción).

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67 Archivo Fotográfico Universidad de Concepción

22 de mayo de 1960

24 de octubre de 1964

El Terremoto de 1960 destruye gran parte del edificio liceano, pero las clases continúan funcionando en el Externado del Liceo.

Posterior a la demolición del antiguo edificio (sin contar al Aula Magna, los internados y los gimnasios), se inicia la construcción de un nuevo Liceo, en la misma ubicación del anterior. Esta obra es terminada en 1968.

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69 Archivo Fotográfico Universidad de Concepción Archivo Liceo Enrique Molina Garmendia

Creación del Liceo Vespertino N°1, anexo al Liceo Enrique Molina. Posterior Liceo de Adultos José Manuel Balmaceda.

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hito 1965
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Imagen referencial. Liceo Enrique Molina Garmendia

Creación de Sala de Patrimonio Histórico. Importante iniciativa llevada a cabo por la profesora de Francés Palmira Orrego Briceño. Este lugar alberga gran parte de la historia y patrimonio del establecimiento. En este lugar se realiza el taller de Patrimonio para estudiantes, y se abre a toda la comunidad del Gran Concepción durante la celebración del Día del Patrimonio Cultural de cada año.

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hito 2005
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Archivo Liceo Enrique Molina Garmendia, 2022

TEATRO ENRIQUE MOLINA GARMENDIA

El proyecto que nació hace ya veinte años, espera la aprobación de los recursos del Gobierno Regional que permitan sumar un histórico nuevo espacio cultural para la ciudad del Biobío.

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Más de medio siglo de abandono a un paso de la restauración
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“ESTE EDIFICIO SE NEGÓ A DESAPARECER. SI BIEN POR MUCHOS AÑOS ESTUVO ABANDONADO O FUE LIENZO PARA RAYADOS O ACTIVIDADES DISTANTES DE LA EDUCACIÓN Y CULTURA, SOBREVIVIÓ”

LUIS DARMENDRAIL

Caminar por la calle Víctor Lamas sin dedicarle al menos unos segundos de contemplación, es casi imposible. Cuántos se preguntarán ¿qué fue? y ¿por qué está tan abandonado?, son interrogantes tan cotidianas, como imaginar su anhelada restauración.

El imponente teatro del Liceo Enrique Molina Garmendia parece pedir, paciente y silencioso, una nueva oportunidad para revivir las luces, el telón y una imaginaria alfombra roja, que nos invite nuevamente a caminar por los recuerdos de una ciudad dorada y porque no, hacia un nuevo habitar.

Una pesimista nostalgia se desprende de estos muros. Si bien pertenecen a un edificio icónico de la ciudad del río, nos grita también la dejadez y la incipiente voluntad de mantener, al menos en su perímetro, el invaluable valor patrimonial de otros edificios cercanos.

Para el arquitecto patrimonial, Luis Darmendrail Salvo, es importante destacar la figura del Liceo y la del Teatro, que concentra el protagonismo como ícono de la historia del siglo XX en Concepción. Cree que “es pertinente destacar todas las construcciones que forman parte del

establecimiento. Los edificios modernos del ala de calle Aníbal Pinto con su detallado trabajo de mosaicos, en paletas azules y rojizas, su moderno lenguaje y que si bien, se opuso completamente al desaparecido liceo prístino, hoy es un importante referente de la transformación de los espacios educativos, durante la segunda mitad del siglo XX, y un sistema de edificios con una belleza especial que vale la pena recalcar”. Para Luis, los edificios del ala de calle Chacabuco, obras del arquitecto Benjamín Aguilera, hoy completamente abandonados, “también son de interés y ruegan una reconversión total, tanto en favor del Liceo como también otros bloques que pudiesen aportar a Concepción en muchos sentidos, desde espacios culturales hasta deportivos”.

Luis considera que el foco siempre ha estado puesto en el Teatro, pero es necesario dar una mirada integral de la manzana, del rol histórico, educativo-cultural que ha tenido y de la proyección que se desprende para el futuro. “El Liceo posee un Taller de Patrimonio desde hace un tiempo. Además, el Teatro se abre durante los Días del Patrimonio cada año, cautivando a todos los que recorren sus espacios, por su estado ruinoso y de abandono, pero que llama absolutamente la atención”.

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EL SALÓN DE ACTOS

El arquitecto Onofre Montané Urrejola tras terminar la construcción en 1920 del Liceo Enrique Molina Garmendia, llamado también Instituto Literario, debió atender la necesidad de crear un nuevo espacio. Había que contar con un lugar que fuera capaz de albergar más actividades culturales para la capital del Biobío, además de brindar la recepción a artistas y actividades oficiales. Había que levantar un “salón de actos” que cumpliera con los estándares de aquel entonces.

Tal como lo constata el Consejo de Monumentos Nacionales, “entre 1929 y 1935 se construye el Teatro del Liceo Enrique Molina, espacio que queda inserto dentro del establecimiento, en el sector central de la manzana, sin presencia desde la calle. A partir de su edificación el inmueble albergó diversas actividades culturales. Durante su mejor época fue sede de destacadas obras, y su oferta de espectáculos sólo podría ser comparable con la que entonces ofrecía el Teatro Municipal de Concepción. También fue en sus escenarios donde se formaron destacados actores nacionales. Luego del terremoto de 1960 el Liceo fue demolido y la única estructura que se mantiene en pie son las ruinas del Teatro”.

Es así como hoy vemos sus hermosas escaleras, las mismas que guiaron a los estudiantes y docentes al interior del edificio, que comenzaron a aparecer, transformándose en una fachada no oficial de una derruida estructura.

“El conjunto de escaleras y los fragmentos que fueron el antiguo hall del edificio, son parte de los vestigios de la original construcción, junto a los gimnasios ubicados en la parte trasera, recintos que también son merecedores de reconocimiento y que siguen en uso por parte de la institución y otras actividades. Las escaleras mencionadas

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llevan al gran salón de actos, inaugurado en 1935 y que da cuenta de una arquitectura diferente a la de 1920. Esta vez mucho más moderna, con un firme sistema constructivo e insertada en la antigua estructura. Las obras se iniciaron en 1929 y tras su inauguración, el gran salón se transformó en un hito para el Liceo y también para la comunidad, esta sala caló hondo en la vida de penquistas, independiente de que si estudiaron o no en el establecimiento”, narra el arquitecto Luis Darmendrail.

El Teatro “abandonado” es apreciado por todo quien que camina por el Parque Ecuador e incluso motivó al artista y muralista Eugenio

Brito, quien usó en sus obras estas ruinas como fuente de inspiración para una serie de pinturas, que aludieron a la persistencia de la memoria y cómo algunos elementos a pesar de la destrucción seguían estando presente y se negaban al olvido.

“Eso ocurrió con este edificio, se negó a desaparecer. Si bien por muchos años estuvo abandonado o fue lienzo para rayados o actividades distantes de la educación y cultura, sobrevivió y siempre quedó la deuda pendiente de qué hacer con esta estructura firme, que probó su persistencia incluso con el terremoto del 27 de febrero del 2010”, comenta Darmendrail.

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LAS “RUINAS”

De origen latino, “ruere”, la palabra ruina significa desplomarse o con amenaza de caerse. Sin embargo, este concepto parece esconder una especie de veneración por lo que está por derrumbarse. Si bien la “ruina”, en algún momento fue “un todo”, imaginar la historia incompleta tras los vestigios es algo que atrae y que brinda un valor adicional a pesar del estado en el que se encuentra.

Para Luis, “existe una relación especial con el concepto de “ruina”, de cómo nos relacionamos con ella, cómo apreciamos un edificio que existe de manera parcial y el peso que se esconde detrás de su estructura. Eso es otro elemento que hace

que este teatro sea tan especial, cómo ha generado el misterio, los cuestionamientos y un relato casi mítico en Concepción, al igual que varias otras ruinas existentes, como el muro de La Merced o ruinas recientes como la desaparecida CCU o el edificio de departamentos nunca terminado en Prat esquina Cruz”, comentó.

Para el arquitecto, algo pasa con las ruinas, que despierta tanta atracción y encanto por parte de la población. “Esta aula magna en particular provoca eso. Cuando se abre, la gente se vuelca ávida por ver su interior, conocer su historia y todas las preguntas pertinentes”.

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LA RESTAURACIÓN

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“EL EDIFICIO FUNCIONÓ 50 AÑOS Y LLEVA OTROS 60 AÑOS EN ABANDONO. ES UN EDIFICIO DEL QUE QUEREMOS CONSERVAR EL ESTADO DE RUINAS E INCORPORAR TODA LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA REVERSIBLE QUE SE DIFERENCIE DE LA ORIGINAL”

CARLOS INOSTROZA

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Ya han pasado 20 años desde que se gestó el proyecto que hoy espera ver, a la luz de los recursos económicos, la prometida y anhelada restauración de este emblemático edificio. El año 2003, el arquitecto Carlos Inostroza Hernández se encontraba en España, realizando su tesis del Máster en Conservación y Restauración del Patrimonio Arquitectónico Urbano de la Universidad de Alcalá, gracias a la obtención de una beca de la Fundación Carolina. El resultado fue la distinción como mejor tesis de la generación, con el proyecto Ruinas del Teatro Enrique Molina Garmendia.

A su regreso a Chile el 2004, el arquitecto lo presentó a la Municipalidad, pero durmió algunos años como idea a ejecutar. Carlos recuerda esos días, “después de esto gané el Concurso Nacional de Arquitectura el 2007 con treinta y tantos años. Esto ha sido un largo camino y ha costado harto, en un momento estuvo parado porque faltaron los

recursos para la ingeniería de las especialidades, lo que se logró contratar después”.

Para el arquitecto el concepto predominante del proyecto fue mantener las ruinas, que prevaleciera su historia como hilo conductor relevante, pues no se quiere borrar su pasado ni menos la historia de abandono en la que ha estado sumergida más de medio siglo. “El edificio funcionó 50 años y lleva otros 60 años en abandono. Es un edificio del que queremos conservar el estado de ruinas e incorporar toda la arquitectura contemporánea reversible que se diferencie de la original”.

Para el docente del programa del Magíster en Patrimonio Arquitectónico y Urbano de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño Farcodi UBB, y tal como lo citó en la revista universitaria en 2021, “la propuesta consiste en aplicar todos los criterios internacionales de conservación del patrimonio. Estos son una maduración desde

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finales del siglo XIX, hasta avanzado al siglo XX, que se materializa en recomendaciones internacionales como la Carta de Atenas de 1930 y la Carta de Venecia de 1964. Estos documentos generan el gran cuerpo de recomendaciones para la conservación del patrimonio y evitar los falsos históricos.

El proyecto contempla conservar todo lo original, pero a la vez aplicando las tecnologías para crear un espacio escénico para más de 500 personas. “El proyecto está con el permiso de edificación aprobado por la Dirección de Obras Municipales de la Municipalidad de Concepción, aprobado y pagado. Es decir, esto se podría comenzar a construir mañana si se quisiera. También está aprobado en el Consejo de Monumentos Nacionales el anteproyecto y el proyecto completo, estamos hablando de un proyecto que fácilmente tiene unos 150 planos y unas 2000 fojas de memoria de especificaciones técnicas,

memorias de cálculos y distinta documentación de la especialidad”.

Si bien no hay una fecha exacta para comenzar con la rehabilitación del edificio, lo que viene es que el Gobierno Regional del Biobío otorgue la aprobación técnica para la postulación de recursos.

Para el Dr. Carlos Inostroza, éste es el gran proyecto de restauración patrimonial de la ciudad de Concepción. “Es el edificio público más antiguo de la ciudad. No tenemos ningún otro edificio de esa data, tiene varias etapas y, por lo tanto, tiene una arquitectura neoclásica del 10 y el 20 y art decó del 30. Es de los pocos edificios de ese periodo que se conservan en la ciudad y, en este caso, el más antiguo que tiene uso público. Si yo quiero vivir la arquitectura neoclásica, este va a ser el único edificio al cual voy a poder ir y acceder libremente para poder recorrerlo y entender ese periodo de la historia y de la arquitectura”.

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UN TEATRO INCLUSIVO

El Teatro Enrique Molina espera transformarse en la mejor sala de la ciudad con una capacidad de 550 butacas, una espacialidad que permita vivir espectáculos con alta calidad y tres salas más con camarines, cafetería y administración. “Vamos a ser el primer teatro en Chile que va a tener acceso universal, las personas en silla de ruedas podrán llegar directo al escenario. Este diseño va a tener dos brazos laterales, por los cuales una persona en silla de ruedas puede llegar o salir del escenario. Otra innovación, que probablemente no está en Chile y yo no lo he visto en otras partes del mundo, es que vamos a tener sillones XL especiales, más anchos de lo normal para la comodidad de los asistentes que lo requieran. Estos son detalles que hacen que el edificio esté planteando una visión de futuro, con un diseño pensado en las personas y en la calidad, acogida y dignidad de los espacios en función de los usuarios”, precisó Carlos Inostroza.

Con la materialización de este proyecto, sus impulsores pretenden levantarlo como un símbolo arquitectónico de Concepción, “será una de las nueve imágenes de la ciudad. Las ciudades cada cierto tiempo tienen que ir renovando su imagen, colocando nuevos íconos. Concepción fue muy conocido por el Campanil de la UdeC por varias décadas, también por el Río Biobío por muchos años, “la perla del Biobío”, “la ciudad del campanil” y hoy esas imágenes se han diluido en el tiempo. Volver a hacer un ícono de la ciudad el Teatro antiguo, puede ser también un aporte en esa línea y va a pasar lo que es muy común en estas intervenciones, y es que algo que está muy abandonado y deteriorado, se transforma en poco tiempo en una imagen de ciudad. Así, los turistas y la gente comienzan a sacarse fotos por lo emblemático que son, empiezan a ser parte importante del recorrido de la ciudad, además de la función cultural y comunitaria que va a tener”.

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LA DEUDA PATRIMONIAL

La destrucción y el abandono del patrimonio en Chile es una realidad muy triste que afecta profundamente nuestra identidad como sociedad. La historia de desastres naturales, tsunamis, terremotos, la indiferencia, la inconsciencia, la falta de educación respecto a este tema, sumado a los escasos recursos económicos, dan cuenta de un escenario que parece siempre estar en deuda. El año 2008 se pone en marcha el programa Puesta en Valor del Patrimonio, una política que si bien aún está vigente, dista mucho de las millonarias cifras destinadas para la conservación del patrimonio en el país.

Para Inostroza, “el patrimonio nunca ha podido despegar, tuvo una pequeña esperanza con el programa Puesta en Valor del Patrimonio, pero lamentablemente no tuvo continuidad por los fondos. El programa existe, pero los 100 millones de dólares no se reeditaron para los años siguientes. Hay regiones completas en el país que no tienen un solo proyecto patrimonial ejecutado durante el año, es decir, es grave. Estamos muy atrás en estos temas y proyectos como estos (Teatro Enrique Molina), generan un nuevo nicho de desarrollo de las comunidades, territorios y ciudades, de reconocimiento de la historia y valorización. Por ejemplo, hoy así como el edificio está abandonado, es el sitio más visitado ininterrumpidamente todos los años del Día del Patrimonio, imagina cuando lo tengamos en uso, cuando sea posible visitarlo y hacer el recorrido por el edificio. Cuando sea posible que sea un espacio comunitario frente al Parque Ecuador, que es una maravilla a nivel nacional. Así está pensado el proyecto que no sólo abarque lo cultural, sino también lo social”, dice Inostroza.

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Para el arquitecto Luis Darmendrail, con más de 15 años visibilizando en diversos espacios mediáticos esta problemática, espera que este proyecto y otros también, sean prioridad en Concepción y la región. “Sobre el proyecto de restauración, sólo deseo que se concluya, que respete las diversas capas de historia construidas a lo largo de su existencia y que sirva de plataforma para que se realicen este tipo de iniciativas, en varias otras construcciones de relevancia histórica y patrimonial en Concepción. Muchas de ellas en pésimo estado, olvidadas o incluso negadas por la autoridad, la academia y la ciudadanía. Debemos recordar que, de acuerdo a nuestro Plan Regulador Comunal, tenemos Inmuebles de Conservación Histórica que forman un listado que no pasa de los cuarenta y de los cuales son casos conocidos, como los de la UdeC, pero ¿qué pasa con el resto? Concepción es una ciudad de gran extensión donde cada año se pierde el patrimonio arquitectónico y urbano de la mano de la ignorancia, de la negación y del silencio. El Teatro Enrique Molina Garmedia es un caso simbólico de persistencia, de presencia y de una futura reconversión, es de esperar que esa historia se pueda transformar en un modelo de desarrollo para nuestra ciudad”.

Mientras, seguiremos contemplando esta nostálgica escena. Una hoja más en la historia de Concepción, un dibujo, una foto, un recuerdo en la memoria de los habitantes de una ciudad, sometida al paso del tiempo y la tibia voluntad de conservar su ya escaso patrimonio.

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Amplia y extensa participación de los estudiantes en la Revolución Pingüina, hito en el sistema educativo nacional.

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hito 2006
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Archivo Liceo Enrique Molina Garmendia, 2006

hito 2017

Demandas de la comunidad educativa ganan mejoras para el Liceo: calefacción, sistema de electricidad adecuado a la infraestructura, entre otras. La suma total en recursos bordea los 20 millones de pesos.

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Archivo Liceo Enrique Molina Garmendia, 2017

En plena pandemia por Covid-19, el establecimiento mantiene el contacto constante con sus estudiantes, realizando clases online, tutorías virtuales y apoyando a las familias con la entrega mensual de canastas de alimentos. Adapta las salas de clases con la tecnología requerida para las clases híbridas. Además, con miles de visitas, se efectúa en vivo el webinar “Educación Pública en el Chile actual”, con la participación del entonces rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi Véjar, el rector de la Universidad de Concepción, Carlos Saavedra Rubilar, y el Director Ejecutivo del Servicio Local de Educación Pública Andalién Sur, Gonzalo Araneda Ruiz.

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hito 2020
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Archivo Liceo Enrique Molina Garmendia, 2020

5 de mayo de 2023

Convenio con la Universidad de Concepción: gestión que permitirá el trabajo conjunto entre ambas instituciones, en pro del aprendizaje de los estudiantes del Liceo y su continuidad en la educación superior, así como el perfeccionamiento continuo de sus profesores y profesoras.

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97 Archivo Fotográfico Universidad de Concepción

Proyecto iniciado en 2021, por concretar los próximos años

Liceo Plurigenérico: profesoras del establecimiento proponen al equipo directivo, un cambio en las características de género del establecimiento. La solicitud fue acogida, promovida y trabajada en conjunto con el pilar de género de la Universidad Chile y el Instituto Nacional. Este cambio, que se espera ocurra dentro de los próximos años, obedece al sello progresista del Liceo que se ha evidenciado en la historia de la institución.

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Fotografía de Camilo Herrera para Revista Ruda

LA HISTORIA PROGRESA

Liceo Enrique Molina

Garmendia aspira a ser plurigénerico

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Por Coté Gonzeta y Equipo Directivo LEMG Fotos Camilo Herrera
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En nuestra región pocas instituciones han sido tan fundamentales para la definición de su identidad y desarrollo como el Liceo Enrique Molina Garmendia. Con una historia que transita tres siglos, desde su fundación a través de innumerables generaciones que han estudiado y enseñado en sus aulas ha contribuido al progreso de su cultura y del conocimiento más allá de sus límites, con dos presidentes de la República y otras destacadas figuras que han aportado al crecimiento integral del país.

Fiel a esta vocación por lo público, hoy renueva su misión de pensar la realidad y trazar sus horizontes de cambio, afrontando una actualidad que coincide con el gran hito de su bicentenario, lo que genera nuevos debates y enormes desafíos como es la demanda por el avance de la equidad de género. Este se constituye, con mucha fuerza, en uno de los retos decisivos con los que su última administración ha venido proyectando el futuro de esta emblemática institución.

reproducción de desigualdades e inequidades en términos de género.

Bajo esta mirada, se propone el concepto de lo plurigenérico, que promueve la diversidad de género de una forma más avanzada, que otras experiencias, en tanto se aspira a transformar las escuelas en espacios más seguros para el desarrollo de las generaciones más jóvenes y las expresiones de su diversidad. Esto se proyecta como un cambio sociocultural profundo, pues unos años atrás, seguramente, se habría hablado de establecimiento “mixto”, cuyo concepto sólo considera dos géneros: hombres y mujeres. La definición de “plurigenérico” abarca todos los géneros, lo que habla de una educación mucho más integral para sus estudiantes.

Después de 200 años enfocado en la enseñanza masculina, lograr en un futuro próximo el plurigénero en su educación, sería un gran hito no solo para el Liceo, sino para el avance de la

Entendiendo que el Sistema Educativo chileno debe atender las transformaciones sociales que el país está experimentando en el ámbito de la(s) familia(s), género, sexualidad y afectividad, es que su comunidad se desafía a crear una nueva cultura escolar libre de sexismo, comprometiéndose con la diversidad que en el presente vivenciamos. Crear un currículum (prescrito/oculto) que considere la Convivencia Escolar y las experiencias escolares como ejes principales, es un punto de partida para frenar la

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región y el país, respondiendo de esta manera a la historia progresista que lo ha caracterizado desde su fundación en el lejano, pero vigente 9 de agosto de 1823.

Nuevamente marcando los cambios que la sociedad demanda, este proyecto se enmarca en un proceso social ascendente y a todas luces irreversible. Hasta el 2022, en el país son 361 los colegios monogenéricos, un 2,5% de los establecimientos del país. Mientras que en 2020 un 4% de los colegios recibían alumnos/as de un solo sexo. En relación a este proceso Lorena Campos, Inspectora General del Liceo Enrique Molina Garmendia, enfatiza: “Está la sensación de que, independiente del género, construimos una sociedad distinta, donde nos miramos de formas diferentes, donde hemos aprendido a ser más tolerantes y a construirnos en conjunto. El movimiento feminista ha ayudado mucho en ello, siendo potente y ganando un espacio en las nuevas generaciones”.

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Un motivo para enmarcar

Una de las principales causas que impulsa esta iniciativa, es la necesidad de convocar a más generaciones de jóvenes y abrirles espacios más seguros y democráticos culturalmente. Recuperando la misión de la educación pública de alcanzar estándares más modernos y transformadores, el Liceo Enrique Molina Garmendia aspira a transitar en el futuro próximo, hacia una educación plurigenérica que renueve una práctica dedicada durante dos siglos exclusivamente a varones.

Este proceso se ha ido desarrollando en un trabajo de diálogo e intercambio con la Universidad de Chile, con el Instituto Nacional y con el sostenedor Servicio Local Andalién Sur, con una mirada enfocada tanto al presente como al futuro en función de realizar estos cambios sustantivos, que permitan construir un modelo educativo que impulse la educación integral, no sexista, equitativa y sobre todo diversa.

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“Está la sensación de que, independiente del género, construimos una sociedad distinta, donde nos miramos de formas diferentes, donde hemos aprendido a ser más tolerantes y a construirnos en conjunto”

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Lorena Campos

“Es importante que los espacios educativos dejen de estar segregados por sexo, ya que esto no refleja la realidad del mundo, donde todo es plurigenérico. Además, cuando segregamos los espacios, impiden y atrasan el reconocimiento de las otras identidades, mujeres o diversidades como pares”, opina Cecilia Ananías, Directora de ONG Amaranta, organización feminista.

Se hace necesario generar comunidades más sanas y que liceos tan emblemáticos como éste puedan ir renovándose dentro de la sociedad. “La educación es la base de nuestra sociedad e impulsora de cambios sociales. En ese sentido, sería un gran avance”, rectifica Cecilia Ananías.

En esa misma línea, la inspectora general Lorena Campos, destaca que “pensamos que, socialmente, el establecimiento merece una modernización y liderar los procesos, como lo ha hecho históricamente. Antes, era una institución que se distinguía por ser líder de opinión. Para construir un futuro en el que tengamos la posibilidad de ser nuevamente un referente dentro de la región, se debe avanzar en perspectivas de género. Entonces, no sólo ampliaríamos la cobertura a estudiantes mujeres, sino que de diferentes géneros”.

En cuanto a la importancia que atribuyen estos cambios, Camila Hermosilla, Encargada de la Unidad de Género del Gobierno Regional del Biobío, comentó que algunas influencias sobre las niñeces y jóvenes se encuentran en los espacios educativos. “Fuera del hogar, los establecimientos educacionales son el centro de la socialización y un espacio en el que las personas se exponen a modelos a seguir. Aquí es donde los y las estudiantes aprenden sobre el mundo, sus intereses y sus capacidades”, comenta.

“Si analizamos, detenidamente, el impacto de lo que es transitar a lo plurigénerico en el Liceo Enrique Molina Garmendia, en primera instancia,

destacaría que el ingreso de estudiantes de diferentes géneros y diversidades, promueve la igualdad de oportunidades educativas. Todas las personas tienen derecho a recibir una educación de calidad, independientemente de su género, identidad o expresión de género. Esta inclusión de diferentes géneros y diversidades, enriquecería el entorno educativo aportando una variedad de perspectivas, experiencias y conocimientos”, dice Camila Hermosilla.

¿Cómo avanzar con un proceso tan complejo como este? Según comenta la Directora de Amaranta, la perspectiva de género debe dejar de verse como algo aparte, sino que tiene que estar presente en todas las prácticas y habilidades de sus docentes y estudiantes. “Que se respeten los pronombres, que pregunten si tienen nombre social, que las bibliografías incluyan hombres, mujeres y otras diversidades”, agrega,

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Ya no se trata de un género

enfatizando que se debe visibilizar en todos los aspectos educativos.

Ante ello, ya se cuenta con una primera preparación estudiantil. La idea de la dirección y su comunidad es haber ya comenzado a ser un establecimiento plurigenérico, implementando para esto una serie de instancias, en el contexto de preparación del bicentenario del Liceo Enrique Molina Garmendia. “Se hicieron muchos conversatorios con los estudiantes y apoderados, pensando que el año 2023 ya seríamos plurigenérico. Sin embargo, aún faltan otros trámites para hacer este avance posible”, recalca Victoria Salas, Presidenta del Centro de Apoderados del establecimiento.

Otro aspecto decisivo en esta historia, es que en el Liceo siempre han trabajado una gran cantidad de funcionarias mujeres. Cada vez son más las profesoras que forman parte de la institución. Hoy, cerca del 95% son mujeres. La Inspectoría General también es liderada por una mujer, Lorena Campos, quien anteriormente había trabajado como docente por 25 años. “El Liceo me ha enseñado a ser profesora. Entonces, volver un poco a eso, de sentir que los estudiantes están viendo una profesora y no sólo una autoridad desde la Inspectoría General, es muy importante para construir un espacio ameno en nuestra comunidad”, comenta.

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Otra era

Cuando se habla de plurigénero, se está hablando de todos los géneros y no sólo hombres y mujeres, tal como han sido las referencias hasta hace unos años. En esta lógica, se debe estimar que habrá personas que resistan el uso del concepto. Y precisamente las redes sociales permitieron dimensionar estas oposiciones,

pues al iniciarse la difusión de este proyecto de cambios para el Liceo Enrique Molina Garmendia, se han recibido diversos comentarios, que van desde la afirmación de que esto se convertirá en “establecimientos para gente rara”, hasta que sólo existen dos géneros y que tener otra perspectiva es “pseudocultura homosexual”.

Estos comentarios reflejan una mirada anquilosada ante una transformación social a la que los establecimientos no deberían restarse. Precisamente, son estos tipos de enunciados los que se deben erradicar, pensando en sus

consecuencias de discriminación y violencia, por ello urge una educación sexual efectiva, que precisamente posibilita un proyecto plurigenérico, lo que terminaría siendo un gran aporte para el futuro de la sociedad.

“La educación transformadora de género eliminaría las barreras a la educación e impulsaría el progreso hacia importantes cambios sociales, como la reducción de la violencia de género y el matrimonio precoz, una mayor participación de

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“La educación es la base de nuestra sociedad e impulsora de cambios sociales. En ese sentido, es un gran avance”
Cecilia Ananías

las mujeres en el mercado laboral, la promoción de la igualdad de género y el liderazgo de mujeres y niñas en roles de toma de decisiones”, declara la Encargada de la Unidad de Género, Camila Hermosilla.

Desde el Liceo Enrique Molina Garmendia, se han estado desarrollando conversaciones en estas perspectivas, apuntando a una mejora constante en los tratos asociados a la sexualidad y la diversidad desde la experiencia cotidiana de la convivencia escolar, por ejemplo, entre otros ámbitos, en el uso del lenguaje, hasta los ajustes necesarios en el currículum.

El rol del profesor se hace muy importante en todo este proceso de cambios, pues su relevancia en la construcción de las personalidades es decisiva, considerando los enormes y complejos desafíos que eso implica en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes. Para acompañar proyectos y prácticas transformadoras de este tipo se requiere de una rigurosa preparación, requerimiento que está desarrollando el Liceo, con instancias que su equipo directivo ha ido gestionando y con apoyos como los del Gobierno Regional, que permitió impulsar las primeras actividades de difusión hacia la comunidad, cuyos objetivos han sido debatir en torno al cambio y la preparación de una mirada distinta frente a la diversidad.

Desde la visión de Johnny Villouta, presidente de la Sociedad de Ex Alumnos del Liceo EMG, hoy la sociedad muestra una evolución en estos temas: “plantear hace 50 años atrás este tipo de interacción al interior del Liceo era más difícil, con un entorno de convivencia social y de costumbre rígidas, que generaban un marcado machismo”; agregando que “en la actualidad, considero que las nuevas generaciones del Liceo están mejor preparadas para integrarse en una convivencia de género, en un trato igualitario y con las mismas oportunidades”.

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“Uno de nuestros compromisos fue de impulsar un buen gobierno, fortaleciendo una cultura sin sesgos de género, descentralizada, sostenible, participativa e inclusiva con perspectiva de género”
Camila Hermosilla

Detrás de todo

Aspirar a transformar el Liceo Enrique Molina Garmendia en un liceo plurigenérico, es una iniciativa que nace desde la propia comunidad educativa a comienzos del 2020, siendo considerada desde el principio por el Servicio Local de Educación Pública Andalién Sur, además de lograr los mencionados espacios de diálogo y apoyo con el Instituto Nacional, la Universidad de Concepción y la Universidad de Chile.

Es así como durante el 2021, el Liceo EMG se reunió en diversas instancias con el Instituto Nacional, que ya venía preparando, de forma presencial, la recepción de las primeras estudiantes en el establecimiento. En concreto, se sostuvieron conversaciones con el Pilar de Equidad de Género del Instituto Nacional y la Universidad de Chile, que han significado fuertes apoyos para el cambio de estructura hacia lo plurigenérico que la institución proyecta.

A nivel local, la institución ha estado en contacto con las direcciones de Género del Gobierno Regional y de la Universidad de Concepción, quienes también han brindado igualmente apoyo. “Uno de nuestros compromisos fue impulsar un buen gobierno, fortaleciendo una cultura sin sesgos de género, descentralizada, sostenible, participativa e inclusiva con perspectiva de género”, expresa la Encargada de la Unidad de Género del GORE, Camila Hermosilla.

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Ser uno de los establecimientos más antiguos de Chile implica lograr transitar estos nuevos desafíos, con el fin de seguir construyendo una historia de innovación y progreso, esta vez impulsando el objetivo del plurigénero.

El Liceo Enrique Molina Garmendia tiene un peso en el sur del país, que conlleva ciertos hitos a lo largo de su trayectoria. Fue uno de los precursores de la Universidad de Concepción; impartió el primer Curso de Leyes, que dio origen a la Escuela de Derecho de la UdeC e incluso hay registros que dan cuenta que la Orquesta Sinfónica de dicha universidad también nace desde el Liceo.

En definitiva, la idea es no quedarse sólo con la historia. La historia hace el futuro y se debe ver como un referente. Sin embargo, desde el presente, se trabaja para garantizar una educación sólida y democrática que prepare a los y las estudiantes que lleguen a sus aulas para los desafíos de este siglo. En este sentido, se busca trascender con un proyecto que haga realidad la demanda por una educación de calidad, lo que hoy, frente a los desafíos que el presente impone, significa entre otros factores de gran importancia, libertad para poder expresarse, para establecer el género que te define e identifica.

Así es como el Liceo Enrique Molina Garmendia, en el contexto de su bicentenario, mira su futuro y expone frente a la comunidad este proyecto, con el que busca sumar otro hito a su sello e historia progresista, aportando de manera sustantiva a los cambios que el desarrollo cultural y social del país requieren.

El progreso está por escribirse.

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“La proyección del Liceo Enrique Molina Garmendia hacia el siglo XXI”
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NUESTRA HISTORIA EN CIFRAS

Liceo del sur de Chile

Liceo más antiguo del país

fundado el 9 de agosto de 1823, después del Instituto Nacional (1813) y del Liceo La Serena (1821)

considerando el período entre los años 1960 y 2022

Más de

Más de exalumnos destacados

20.000 egresados 60

a nivel nacional e internacional, considerando artistas, científicos, políticos, entre otros

1 Presidente de la República de Chile

Juan Antonio Ríos Morales

(entre el 2 de abril de 1942 y el 27 de junio de 1946)

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63%

37%

63% de los funcionarios actuales del Liceo son mujeres, 37% son hombres (70 total)

35

rectores

5 catástrofes

(incendio de 1846; terremotos de 1835, 1939, 1960 y 2010)

o directores han liderado el establecimiento desde su fundación, el 100% han sido hombres ha enfrentado y superado el Liceo a lo largo de su historia

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116 4 2 $ 200 millones nombres oficiales Monumentos Históricos Nacionales Instituto Literario Colegio Provincial invertidos en proyecto que integra medidas de Eficiencia Energética (2021) Muro de piedra del Convento de los Padres Mercedarios Ruinas del Teatro Enrique Molina Liceo de Concepción Liceo Enrique Molina Garmendia Cuenta con (declarado en 1977) donde inició su funcionamiento (declarado en 2009)

desde 1823 a la fecha

4 4 29 años

años de Certificación

Ambiental de Excelencia

entre el período de 2022 a 2025

Más de

850 exalumnos

el Liceo estuvo ligado al Seminario Conciliar de Concepción

(desde su fundación)

interesados en ser parte de las celebraciones

Bicentenario LEMG

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Mercedarios
de Milicias de Concepción
esquina Cochrane
Pinto esquina Víctor Lamas
ubicaciones distintas Convento Padres
Cuartel
Caupolicán
Aníbal

LICEO DE AYER Y HOY

El Liceo Enrique Molina Garmendia de Concepción, con sus 200 años de historia, ha visto pasar por sus aulas a miles de hombres de la Región del Biobío y el sur de Chile. La institución está emplazada desde 1851 en su terreno actual, con un patrimonio de calidad y variedad.

La falta de inversiones e, incluso, de mantenciones necesarias ha dado como resultado un conjunto de edificaciones que no logran dar cabida a las necesidades de hoy en día. No por falta de espacio, sino por la obsolescencia de su arquitectura. En nuestro caso, pensada hace 60 años, sin considerar al gimnasio del año 2008, el cual, a pesar de su juventud, no logra estar a la altura de un Liceo acostumbrado históricamente a tener lanzadores de jabalina, velocistas, entre otras tantas disciplinas deportivas.

En nuestro país, no existe una cultura real de la mantención y preservación del parque construido, lo cual es también válido para la ciudad de Concepción, que no ha recibido la conservación adecuada. Es el momento oportuno de inyectar nuevos recursos para revitalizar nuestro Liceo y estar a la altura de los estudiantes de hoy: jóvenes con grandes expectativas, donde aprenden no solo a pensar, sino también a actuar, predecir y resolver; tener pensamiento crítico enriqueciendo la cultura, el espíritu, los valores inculcados desde siempre en nuestro establecimiento, de la mano con la tecnología actual.

En tiempos donde las instituciones carecen de la confianza de la ciudadanía, el Liceo Enrique Molina se presenta como tal, arraigado en el corazón de sus habitantes, funcionarios y ex funcionarios, estudiantes y ex estudiantes; así como también, en las familias que vieron y vemos crecer personal y académicamente a nuestros hijos.

El Liceo como parte del patrimonio cultural de la ciudad está comprometido con su labor, formadora de ciudadanos capaces de ser un aporte para la sociedad. Como Madres, Padres y Apoderados, confiamos en la educación pública y nos sumamos a este gran proyecto educacional.

Nuestro desafío es mejorar su capacidad para responder a las nuevas necesidades educacionales del estudiantado de la intercomuna, apoyándonos en las fortalezas y potencialidades ligadas a su componente inmaterial y patrimonio construido. Somos nosotros los principales impulsores para que nuestros hijos cumplan a cabalidad dicha misión. Al mismo tiempo, como elemento esencial para el desarrollo humano, ser más inclusivo y sostenible, abriendo así prontamente las puertas a un esperado liceo plurigenérico.

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COLUMNAS

ESTUDIANTES DEL BICENTENARIO

CENTRO DE ESTUDIANTES EMG 2023

Joaquín Adasme Varela 4ºb - Presidente

Cristobal Hernández Rebolledo 4ºB - Vicepresidente

Diego Jofré Cruces 4ºB - Secretario de actas

Juan Gajardo Castillo4ºB - Secretario de finanzas

Rodrigo Parra Andrade 2ºC - Delegado

Como Centro de Estudiantes del año 2023, hemos podido contemplar la diversidad cultural presente en nuestro Liceo y nos sorprende lo enriquecedor que puede llegar a ser caminar por los pasillos o estar dentro de la sala de clase. En el establecimiento se encuentran alumnos que se desenvuelven en diversas áreas musicales, como artistas urbanos, en orquestas de música clásica y bandas de rock, jazz y pop, alumnos dibujantes, alumnos que se desarrollan en deportes, tanto de forma competitiva como no, y algunos que pertenecen a compañías de bomberos.

El Liceo Enrique Molina Garmendia ha tenido una gran historia, la cual muchos alumnos conocen gracias al Taller de Patrimonio, espacio que mantiene un vínculo histórico al día de hoy con todos los que pasan por el Liceo, haciendo entrega de la esencia, el orgullo y la identidad del establecimiento. Gracias a éste podemos conocer la cantidad gigantesca de alumnos dentro de la comunidad, sus jornadas de clase y las actividades que realizaban, como por ejemplo, la participación en varias ramas deportivas y artísticas, sumado a esto, la labor silenciosa y social del alumnado en años anteriores.

El cuadro de exalumnos que se encuentra en el hall del Liceo, se convirtió en una fuente de inspiración y motivación para este Centro de Estudiantes, proponiendo la realización de charlas con ex-alumnos que puedan compartir sus experiencias y orientarnos sobre la vida después de la educación secundaria. También de forma paralela, queremos buscar espacios y varias formas de expresiones, creando un ambiente más inclusivo y creativo.

Hoy queremos hacer historia, dejar una marca, nuestra huella como generación bicentenaria y seguir formando una gran comunidad, continuar en la acción de potenciar las habilidades de nosotros, los estudiantes. Proyectamos ser personas integrales, junto la responsabilidad y deberes de cada uno, para poder exigir nuestros derechos.

Si bien, hemos avanzado en diversos aspectos como comunidad liceana, lamentablemente siguen existiendo precariedades, hay un abandono a la educación pública y es impactante. Sin embargo, en lugar de caer en la desesperación, cabe recordar y destacar que el establecimiento cumple 200 años y no es la primera vez que se presentan adversidades, las cuales no son imposibles para seguir avanzando.

Por nuestra labor silenciosa, con amor y mucho fervor, está en lo profundo del alma el Liceo de Concepción.

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TENGO UN SUEÑO…. (RENACER LICEO EMG)

Sueño con ver nuestro Liceo Superar franciscana pobreza Y que todos los penquistas

Sean parte de esta empresa

Sueño con ver nuestro Liceo Atendido por la autoridad Reparando sus instalaciones Con urgencia y efectividad

Sueño con ver nuestro Liceo Con buenos techos y cumbreras

Sin comedor, gimnasios, salas Anegados por molestas goteras

Sueño con ver nuestro Liceo

Con Rectoría empoderada Y con los medios necesarios

Para servir diarias jornadas

Sueño con ver nuestro Liceo

Brillar en la enseñanza

Con sus aulas colmadas De alumnos con esperanzas

Sueño con ver nuestro Liceo

Con alumnos proactivos

Liderados por maestros

Esforzados y asertivos

René Pezo Padilla - Promoción

1959

Presidente Centro Cultural

Liceo Enrique Molina Garmendia

Sueño con ver nuestro Liceo

Con rumbo definido

Con padres y magisterio

Totalmente comprometidos

Sueño con ver nuestro Liceo

Formando ciudadanos

Donde derechos y deberes

Vayan siempre de la mano

Sueño con ver nuestro Liceo

Sol de educación pública

Sembrando valores cívicos

A jóvenes de esta república

Sueño con ver nuestro Liceo

Hacer labor visionaria

Recuperar pasado esplendor

De tradición bicentenaria

Sueño con ver nuestro Liceo

Con Teatro activo y vigente

Tradición, arte y cultura

De actividad permanente

Pero sueños e ideales

Propia vida sobrepasa

Y hoy invito a los liceanos

A vivir el renacer de nuestra casa…

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HISTORIA, EL LICEO Y UN GRUPO DE JÓVENES

Como es bien sabido, la relación entre el Liceo de Hombres de Concepción, hoy Liceo Enrique Molina Garmendia, con la Universidad de Concepción ha sido más que estrecha desde hace mucho tiempo. Cabe mencionar que el Curso de Estudios Legales funcionó durante 63 años, hasta 1928, en sus dependencias antes de trasladarse a la Universidad, en la creada Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, como lo manifiesta Jorge Fuenzalida Pereira en su obra “La Universidad de Concepción. La Génesis 1917-1920”.

Esta relación no quedó solamente ahí. El profesor de Historia UdeC, Fernando Venegas Espinoza, escudriñando en los orígenes de dicho departamento, realizó una pequeña reseña que lo vinculaba a las aulas del Liceo, donde se incubaba la génesis de la carrera de Pedagogía en Historia y Geografía.

En 1957, un grupo de estudiantes de diversos establecimientos de la zona se reunió en el Liceo de Hombres de Concepción para concretar un anhelado deseo. La Federación de Estudiantes Secundarios dirigió al Rector de la Universidad de Concepción de ese entonces, señor David Stitchkin, una nota en que solicita que la institución inaugure el próximo año el Departamento de Historia y Geografía en la Facultad de Educación, dando comienzo a los cursos de pedagogía en estas asignaturas.

Así, gracias al tesón de un grupo de estudiantes de la región más el apoyo de algunos personeros, el empuje del profesor Augusto Vivaldi Cichero y bajo el alero del Liceo de Hombres, emprendieron los deseos de la creación de la carrera, que hasta hoy sigue formando profesores y profesoras con el sello único de la Universidad de Concepción.

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Sanyar
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