RUDA VOL.15

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NIÑO COHETE ES Joaquín Cárcamo-Cristian Dippel-Camilo Benavente-Pablo Álvarez-Matías Pereira















Violeta Parra en el Biobío

Viola concepcionensis

Por Monserrat Quezada Ilustraciones Pititore Fotos Diego Rojas

Si el ser humano es complejo, Violeta es un planeta. La arista que elegimos en RUDA para homenajearla en su centenario fue averiguar un poco más de aquel prolífico tiempo en que vivió en Conce, conversando con cuatro de las miles de semillas que esparció por acá: una investigadora, un doctor en Historia, una cantora y un rockero.

Porque tú no te vistes de payaso Porque tú no te compras ni te vendes Porque hablas la lengua de la tierra Viola chilensis. Defensa de Violeta Parra Nicanor Parra


“No quería estatuas ni calles con su nombre; quería rescatar y difundir el folclor”, Fernando Venegas.

10 de noviembre de 1957. Estación de ferrocarriles de Concepción. Una mujer desciende del tren con un hijo en cada mano, una guitarra al hombro y su bien más preciado colgando del otro: una grabadora de carrete con la cual registrar todos los tesoros que la frontera del Biobío tenía guardados para ella. Violeta Parra llegó al Valle de la Mocha gracias a la gestión de David Stitchkin, el entonces Rector de la Universidad de Concepción, para realizar dos tareas: crear el primer museo del folclor de Chile, y continuar con su labor investigativa de rescate del folclor en la zona. Para esto se le hizo un contrato por seis meses, luego de lo cual se estrechó su relación con nuestra ciudad y realizó una recordada cátedra en la Escuela de Verano de 1960, donde además dio una de sus más extensas y detalladas entrevista para la Radio UdeC.

VIOLA INVESTIGADORA “A Violeta le encantaba ir al Parque Ecuador, a conversar mientras tejía o a realizar ensayos de sus cursos de cueca”, cuenta el Doctor en Historia de la Universidad de Concepción Fernando Venegas, quien se alista para lanzar un libro con material casi 100% inédito justamente sobre esta época de Violeta Parra, y su trabajo en nuestro territorio.

Por esta razón, considera que si bien en ese entonces “Concepción estaba viviendo un momento cultural notable y ella se relaciona con artistas, intelectuales, folclorólogos, y eso sin duda va a ser muy saludable intelectualmente”, ella se nutrió más de lo que encontró en el campo que en la ciudad. “Los años acá van a aportar tanto en su genio creativo como en el rescate del folclor, particularmente de las cuecas recopiladas en lugares como Yumbel, Hualqui o Hualpén”. El profesor Venegas considera que a cien años de su nacimiento, se ha trabajado bastante la parte creativa de Violeta, pero falta investigación sobre la labor de recopilación y divulgación del folclor. Así, Venegas plantea que dentro de nuestra deuda con la Violeta, está el visibilizar sus espacios de acción, aunque sea con lo mínimo todas maneras, explica, que ella “no quería estatuas ni calles con su nombre; quería rescatar y difundir el folclor. Ese es todavía un desafío provocador. Se debe considerar además que Violeta corresponde a uno los escasos referentes valóricos que nos van quedando, en una sociedad que está tan desacreditada. Violeta Parra es parte de nuestras reservas morales”.



VIOLA MENSAJERA Patricia Chavarría es nuestra Violeta Parra de hoy. Desde 1964 empezó a viajar a los campos a recoger música, y, tal como le pasó a Violeta, “me di cuenta de que esa música era parte de un todo, de una cosmovisión que era mucho mayor y me encandiló. Empieza uno a comprender el corazón de la cultura campesina y la formación de las cantoras, que es impresionante. Cómo mujeres que no saben ni leer ni escribir tienen una gran capacidad musical. Es todo de transmisión oral y de memoria. Cantaban toda la noche sin repetir ningún tema”. Ahí donde la cantora ayudaba a un angelito (bebé fallecido) a llegar al cielo con su canto, Violeta hacía su propia conexión: la del Chile verdadero con aquel que estaba olvidando poco a poco sus raíces. “Ella era mensajera de una cultura. En esos años se escuchaban tonadas que hablan d el arroyito, del sauce, muy pintorescas, muy de tarjeta postal, en cambio, este repertorio era otra cosa. Ella fue la primera persona que nos dijo: esto es Chile”. Dentro de lo que nosotros le entregamos como región a Violeta, Patricia cuenta sobre uno de los dos discos que grabó con composiciones recopiladas en la zona, titulado “La Cueca”. “Este disco no ha sido superado, guitarra y rasgueos que después aplica en su propia obra”. En esa grabación es donde dice una de las frases que mejor la retrata: “Cuándo me iba a imaginar yo que, al salir a recopilar mi primera canción un día del año 53 a la Comuna de Barrancas, iba a aprender que Chile es el mejor libro de folclor que se haya escrito”.

Patricia Chavarría considera que Violeta Parra “era parte de un mundo donde todos cumplen una función dentro de este engranaje de la vida cotidiana. Las cantoras también sienten eso, cuando seleccionan su repertorio pensando en lo que la comunidad necesita en cada momento. Es una cosa muy solidaria y eso siempre lo entendió Violeta y creo que así vivió su vida; cumpliendo un rol sin sentirse por sobre los demás, que es muy propio de esta cultura citadina”.

VIOLA PROFESORA Fabiola González, compositora y cantora también conocida como La Chinganera, parte explicando que es difícil que alguna cantora no esté constantemente estudiando e investigando a Violeta Parra, así como ella también lo está. La conexión con ella es profunda, y un ejemplo es que su primer disco se llamó Todas íbamos a ser Violeta. Actualmente y con motivo del centenario, Fabiola junto a Elizabeth Morris y Magdalena Matthey, han formado un trío homenaje llamado Tres Flores, Una Violeta donde cada una interpreta sus propias canciones además de canciones de Violeta. “Creemos que entre los mejores homenajes que se le puede hacer no es sólo re interpretar sus canciones, sino interpretar las nuestras, como cosecha de su propia siembra, contribuyendo a la valoración del canto femenino en Chile”. Lo que más le ha fascinado estudiando a gancia de nuestras abuelas campesinas – aunque vistieran con harapos-; el retrato más genuino de mujer rural que quisiera no se perdiera en el tiempo”.


Fabiola considera que el gran aporte de Violeta Parra mientras vivió en Concepción fue volcarse a la educación, “la necesidad de dejar un legado por su paso no sólo en Concepción sino en la plataforma de formación de un país y su historia por medio del arte, creando el Museo Nacional de Arte Folclórico Chileno o los dos discos que publicó el 59 La Cueca y La Tonada por Violeta Parra, que son clases magistrales”. Antes de Violeta, “el mundo popular folclórico no tenía cabida importante en las universidades y ella vio esa necesidad como urgencia, y tomó la labor con la misma fuerza se impulso que la llevaba a dejar los zapatos en los caminos pedregosos de montañas recopilando cantores”.

“Ella fue la primera persona que nos dijo: esto es Chile”, Patricia Chavarría.



VIOLA JARDINERA Mauricio Basualto fue baterista de una de las bandas de rock más reconocidas de nuestro país, Los Bunkers, y luego de vivir ocho años en México, volvió a su ciudad natal hace cuatro. Ahora es parte de la orquesta de Manuel García y se apronta para una gira a Europa, pero sin dejar de lado sus proyectos penquistas, muchos de ellos relacionados con Violeta Parra. Conoció al profesor Fernando Venegas porque ambos son apoderados del mismo curso, y empezaron a gestar la idea de lo que será el libro que se lanzará –si todo sale de acuerdo a lo planeado - el 10 de noviembre, conmemorando el día en que Violeta llegó a Concepción. Pero a este proyecto, Mauricio sumó uno complementario con lo que mejor sabe hacer: música. “Se trata de un disco con 12 canciones que ella grabó mientras estuvo acá interpretadas por artistas de Concepción y Manuel García, que es parte de la comisión externa de la Cátedra Violeta Parra. Se llama Canciones encontradas en la desembocadura”.

Mauricio tiene la teoría de que Violeta vino a sembrar música y a convertir a Concepción en una ciudad musical. “Luego de su venida, surgieron Cecilia La Incomparable, Los Ángeles Negros, que eran y siguen siendo gigantes”. Después vinieron el terremoto y unos años después el Golpe, pero en los 90, en la zona surgen Los Tres. “Álvaro Henríquez tuvo la lucidez para darse cuenta de que le gustaba el folclor aunque era rocanrolero, a pesar de que era un sacrilegio en esos tiempos. Álvaro es una de las semillas que Violeta dejó acá. Ella rescatóla cueca del campo y él la acercó a los jóvenes”. Los Bunkers hicieron su parte, “como hijos de Los Tres y por lo mismo, de Violeta”, como explica Mauricio, e incluso en el rescate de la cultura con un tributo a Los Ángeles Negros. Hoy, la música sigue surgiendo a raudales de esta ciudad y tiene esa misma madre. “Ella vino y dijo: ‘de ahora en adelante, esta ciudad será musical’”.

“Ella vino y dijo: ‘de ahora en adelante, esta ciudad será musical’”, Mauricio Basualto.


EDGARDO NEIRA www.edgardoneira.cl “Producir e n el presente vivo l o que s e habría perdido en el pasado muerto”











A UN CLICK DEL CLIENTE Por Coté Gonzeta Fotos Diego Rojas

Ya no basta con posicionar una marca en una página web y en redes sociales. Los tiempos cambiaron, y fue rápido, fue eficaz, fue necesario. Es por eso que la nueva empresa, PlaneLab, entrega plataformas web y aplicaciones móviles, herramientas acordes a esta era digital y enfocada principalmente en los emprendedores de la zona. Hoy en día, la mayoría usa un smartphone. Ya ni recurrimos a otros medios, porque nuestro celular lo tiene todo. PlaneLab potencia aún más lo multifuncional que puede llegar a ser este aparato. Lo ideal es potenciar un emprendimiento, otorgándole una aplicación móvil para que sus clientes aprovechen la utilidad que pueden llegar a tener y, al mismo tiempo, generar contenido con la interacción que produce un usuario hacia la marca. Si un emprendimiento quiere crecer, lo ideal es recurrir a este tipo de innovaciones, con el fin de recibir una retroalimentación. Generalmente, se piensa que estos servicios sólo se encuentran en Santiago, pero PlaneLab pretende acortar esa brecha de centralización, llegando a emprendedores desde Concepción hacia la zona sur del país. Y es todo un equipo el encargado de facilitar dichas tecnologías y asesoramiento de negocio. Andrés Cabrera en Desarrollo y Negocios, Ricardo Zapata en Marketing, el psicólogo Sergio Canales en Comportamiento del Consumidor y los informáticos Christopher Riquelme y Diego Rodríguez en Programación.

La empresa está trabajando con un club nocturno emblemático de Concepción, donde se está generando una aplicación móvil que optimizará el sistema de entrada y de identificación de las personas, también está la idea de comprar tragos a través del celular y cobrarlo directamente al bar. E incluso, con el fin de mejorar la seguridad, se considera ingresar un código QR para reservar un espacio en la guardarropía. Propuestas así de prácticas y creativas al alcance de un par de clicks, gracias al trabajo que PlaneLab brinda. Otro proyecto que se está elaborando con emprendedores, es Pety, es una comunidad social para amantes de los perros, donde se podrán generar rutas de paseo, confeccionar un avatar de la mascota, encontrar proveedores de servicios como veterinarios y peluquerías, entre muchas otras funciones. Todo lo que unifica el comportamiento de alguien con una tenencia responsable de animales. Lo mejor es que esta empresa no sólo desarrolla una aplicación móvil en función al proyecto solicitado, sino que también aportan al área de negocio. Así, cuentan con un emprendimiento sumergido en el mundo digital, pero sin quedarse inmóvil en las redes sociales, sino que con su propia aplicación smartphone.





























"Necesito tomar vuelo como los cรณndores para despegar"


Pancho Molina y su vuelta a Concepción Por Sebastián Grant del Río / Fotos Patricio Barria

El músico, próximo a cumplir dos años desde su regreso a la ciudad que lo vio nacer hace 48 años, comenta que acá tiene el tiempo para dedicarse más conscientemente a lo que ocupa su vida en un 100%. No es difícil adivinar, sí, justo, la música. Es cosa de verlo. Si algo llena a Francisco Molina es la música. A sus 48, dice, uno de los momentos que más disfruta es escuchándola. Y aunque actualmente navega en las corrientes del jazz, no se olvida de sus raíces rockeras al momento de seleccionar para apretar play. “Siempre vuelvo al rock, sin prejuicios ni placeres culpables a esta altura de la vida”, comenta el baterista penquista, quien se inició tocando “en aquellos años”, más o menos 1983, en las filas de Los Dick Stones. Sí, el semillero de donde emergerían Los Tres cuatro años después, y del que sería parte hasta el 2000. De ahí una carrera en bandas (Pancho Molina y Los Titulares) o solista desde 2011, y que hoy lo tiene instalado en Concepción, la ciudad que lo vio nacer.

Pero me imagino que el rock está entre toda esta música. Más AC/DC, pero Kiss fue la energía inicial. De aquellos años de escuchar, después tocar, ahora producir y aquí estamos. La verdad es que hace 6 años vengo produciendo mi música. Sólo que ahora es primera vez que lo hago con músicos de Concepción y primera vez grabo todo acá, en mi estudio. ¿Lo que haces con Jodelase? (hiphopero oriundo de Talcahuano a quien le produjo tres temas) Lo interesante es que se me ha dado la posibilidad de relacionarme con el medio de Concepción. Hemos trabajado con 2 ingenieros de sonido y con varios músicos para cortar los tracks de Jodelase.


¿Cuál es tu mirada desde esa vereda? En la producción. Me encanta trabajar con ideas de otros artistas. Me preocupo de no intervenir en la esencia del mensaje que puedan tener. Escucho atentamente qué es lo que quieren decir desde la lírica y la música. Y empujo en la dirección que ellos empezaron. De cualquier forma, todo se transforma bastante, así que siempre mantengo mi atención a las reacciones de la banda o el artista. Por el material que escucho, este hiphop que navega por el jazz, es un proyecto que te seduce. Feliz de encontrar gente que es de Concepción, con un mensaje REAL. Sin concesiones ni miedo a la parafernalia de buscar agradar a la audiencia y a la vez muy serios y enfocados en el mensaje y en trabajar para cruzar la frontera de Concepción.

¿Cómo sientes este cruce entre el jazz y hip hop? Ambos tienen un significado muy similar para mi (...) Hay cierta libertad en el hip hop que también la ofrece el jazz. Ritmo y un mensaje que viene de lo social, de lo popular, que se improvisa. Me atraen las posibilidades infinitas que da el ritmo: infinitas posibilidades armónicas que adornan un mensaje.

Estar en Concepción Más allá de la música, los recorridos, giras y estancias, sin duda, que las experiencias de vida también han contextualizado el discurso sonoro de Pancho en estos 35 años de música.


“(Concepción) Exquisito entor no y lo suf icientemente oscuro en in vier no para tener una mirada un poco irónica y opaca de la vida”.

En ello, su estada en la Gran Manzana, entre los años 2008 y 2015, antes de volver a la ciudad, le permitieron vuelos que hoy proyecta en lo que está haciendo. “En Septiembre cumplo 2 años en Concepción”, comenta. ¿En qué estás musicalmente tú, por dónde andan tus búsquedas? Siempre en la música y navegando por ahí (piensa...) Navegando, siempre navegando mi amigo. Imposible detenerse con tantas posibilidades creativas. Concepción y Santiago me están dando la posibilidad de desarrollar muchas ideas. Con la tranquilidad que tiene Concepción, me da un foco para la música. ¿Qué tal la sensación de volver? Un gran reencuentro. Altos y bajos y me entusiasma. Me agrada el espíritu que hay en las nuevas generaciones para hacer arte. Lo


“Todo mi respeto a los que se atreven a irse en la volá”.


Ahora instalado y con intenciones de seguir acá me imagino. Me encantaría continuar , me gusta o Cncepción. Estoy contento con el estado de mi vida.rofeP sionalmente tengo que circular por Santiago y EE.UU., estos viajes son necesarios durante el año. Espero éste no moverme mucho para desarrollar la experiencia completa penquista. Así se pueden descubrir talentos como Jodelase... Sí claro. Aunque últimamente siento que me están descubriendo a mi. El proceso de conocer gente, de escuchar su música y ver cómo se las arreglan para que su creatividad se desarrolle en el arte y el medio, es siempre muy inspirador y aleccionador. No es fácil. Todo mi respeto a los que se atreven a irse en la volá. Por último, ¿ves a Jodelase en el Teatro Regional del Biobío? Sí claro, el hip hop, el jazz y el rock tienen que tener una rotación constante ahí. Mal que mal somos la Capital del Rock.. ¿o no?


ANGELA RABANAL

La ilustración es su lenguaje, talento que desarrolló desde muy pequeña incentivada por su madre. Se tituló en Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad de Concepción, pero jamás ha dejado de estudiar, investigar y vincularse. Su principal temática es la cosmo visión femenina a través de los tiempos, le atraen los secretos de la intimidad de la mujer y su relación con la aturaleza. n











La Choca: Apostando por la colaboración Por Camila Espinoza

Fotos Diego Rojas

rubro gastronómico, aprendiendo, creando y mejorando sus propias preparaciones. “Luego empecé a cocinar en la casa y le daba a probar a mi mamá, ella me decía qué sobraba o faltaba, qué podía mejorar”, dice recordando la primera vez que preparó crepes. La elección del carro fue pensada con sólo un objetivo: lo mejor. “Estuvimos analizando y revisando varios food trucks. El nuestro es 100% de acero inoxidable, y si bien siempre tuve altas expectativas, esto las superó”, admite. La Choca apela al público universitario, ese es su foco y paso a paso lo está logrando. “A nuestro alrededor hay bares y pubs, así es que la idea es complementarnos con lo que disponemos en este sector”, dice Sebastián, teniendo en mente la colaboración con sus vecinos que lideran otro tipo de negocios.










Por CatarinaVon Bora Fotos Mariana Soledad


Mayo de 2016, un sábado común en Concepción y la invitación era a una nueva versión de SofarSounds. Uno de esos eventos a los cuales no hay que ir con expectativas claras, más bien con la intención de encontrar algo. En una pequeña sala de ensayo, ambientada para ser un escenario digno de cualquier banda, se llevaban a cabo un par de charlas y, luego de varios minutos, vino la bienvenida a quienes darían identidad propia a Inarbolece. Inmediatamente, la atención fue capturada por un trío de hombres –que luego sabríamosvenían de Carampangue y que no sólo tenían la intención de mostrar su música, sino de regalar una completa performance al humilde público que ese día se congregó.

“Son de Carampangue y la polola del vocalista les diseña los trajes”, me comentó Elisa, una de las organizadoras de Sofar a quien me presentaron luego de preguntar quiénes eran. Ahora tenía que identificar a qué sonaban. Hace tanto tiempo Concepción estaba esperando una propuesta de música visceral. Esto había que tomárselo en serio. Las túnicas de colores, el maquillaje con destellos y la corporalidad de cada uno hacían rememorar a Florcita Motuda, pero las frases que desgarraba desde su garganta José, desechaban cualquier teoría al respecto. Sonaba Calostro:“No estoy bien, no me digas que esté bien, cuando sabes que memientes”, gritaba.


E l Inarbol era un árbol invertido, pero a pesar de que pudiera ser un reproche enviarlos ahí, eso les provocaba miedo-esperanza y así identifican a la banda.

“Calostro expresa las cosas tal como las sentí ese día, está muy claro en la canción. El alma destrozada, el primer alimento que sigue dando vida, la unión esencial dependencial”, dice José Riquelme, líder creativo y guitarrista, que además da el sustento vocal de la banda. De contextura delgada, alto y presencia respetuosa, que no denota la potencia que puede agarrar su voz cuando de expresar se trata. Una sensación de aturdida desesperación, o espasmódica tranquilidad.

El primer trabajo homónimo y el que se encuentran promocionando aún, fue producido por Rodrigo Droguett de Estudio Beast, también integrante de Mantarraya. “Los chiquillos me contactaron por Facebook, me escribieron que querían hacer una producción, un disco y estaban buscando un productor y una especie de estudio que lograra captar su potencia […] Cuando me mandaron sus temas que tenían en SoundCloud, encontraba que era súper hardcore lo que tocaban y les dije que prefería escucharlos en la misma sala de ensayos y no... cuando los escuché por primera vez dije: ‘no, estos locos tienes que ser conocidos ahora ¡ya!”.

Ese día de Sofar salí esperanzada. “Oye, tienes que escuchar a estos locos”, le dije a un amigo. Horas más tarde, me estaba enviando el disco entero con un PDF (también con estética marcada) de las canciones que, por supuesto, se podían descargar gratuitas de la red y permitía entender la intencional poética detrás de las letras.

Se trataba del inicio del trabajo que contiene 11 canciones con las que ya se han presentado en no tantos lugares, pero sí provechosos, como lo son La Hora del Gnomo de Radio Leufü, Espacio Garúa, REC (donde surgió la propuesta para este texto) y su respectivo sideshow, entre algunos otros.


EL INARBOL SE EXPANDIó “Si no hablan los enviaré al Inarbol”, les decía su madre a los pequeños hermanos Riquelme cuando estos optaban más por el silencio que por emitir palabras. El Inarbol era un árbol invertido, pero a pesar de que pudiera ser un reproche enviarlos ahí, eso les provocaba miedo-esperanza y así identifican a la banda. Distintas son las visiones, pero todos conservan aspectos de una infancia resignificada hasta transformarla en algo completamente contrario. “Una maldición”, como cataloga Alejandro a la banda .

Para esta entrevista se realizó la necesaria sesión de fotos, oportunidad en que los ahora cuatro integrantes de la banda + Kareén (esposa del vocalista y quien compone la propuesta visual) trabajan en conjunto para el resultado. Se transportan en una camioneta que manejan desde Carampangue, el viaje ha sido largo y extenuante, el clima: lluvia y viento penquista. El silencio lo rompen sólo quienes acompañamos, viendo cuál o qué foto sería la ideal. Nos trasladamos hacia un céntrico departamento, aporte de un amigo y ahí puedo enterarme que Inarbolece se trata de Felipe Lorca García (27), estudiante de Relaciones Públicas, Alejandro Riquelme Gallardo (26), Ingeniero Civil Mecánico, Daniel Lagos (20), estudiante de Técnico en Sonido, y José Riquelme Gallardo (24), estudiante de Tecnología en Sonido.


Abiertamente confiesan sobre los hechos que se suscitaron para reunirlos, realmente no hay mayores detalles, porque al parecer era una unión que no estaba maquinada. “Queríamos tocar sin pretensión”, aclara Felipe. “Partimos los tres primero, mi Nano, Pipe y yo. El otro día el Ale puso una foto que sacó la Kareén, cuando no nos conocíamos y ese día Pipe llegó a tocar a mi casa por primera vez”. Esa fotografía es el primer registro de la banda. A partir de ello, el conjunto fue mutando y pasó de lo que ellos mismo definen como un punkrock bailable a un rock impresionista. “Recuerdo que fuimos a tocar al mítico Salsipuedes y un caballero nos dijo ‘chiquillos me recuerdan a Michael Jackson’. Era hermoso evocarle a alguien que de música nada que ver”.

“Siempre lo hemos ido disfrutando de distintas formas. Teníamos ciertas maneras de bailar las canciones y que ahora no las ocupamos mucho, pero se dio así. Hubo periodos donde era un poco más agresivo, intentando descubrirnos. Me acuerdo que fuimos al bar Al Paso y terminamos chocando los instrumentos”. “Alcanzamosunnivelque nosincomodaescucharnos y a nivel creativo estamos empezando”, se refiere Alejandro cuando les pregunto por el proceso en el cual creen que se encuentra la banda.


E l conjunto fue mutando y pasó de lo que ellos mismo definen como un punk-rock bailable a un rock impresionista.

Con este sentimiento generalizado, hoy la agrupación va delineando aún más su carácter, haciendo parte las temáticas que llevan como banda, la apropiación que tienen de los procesos femeninos y el sexo, por ejemplo ( prevalencia de conceptos como “ inuterable ” , el parto, lovumbilical, aceite de bebé y follar). “El absurdo, el que algo esté bien o mal,que algo sea raro o no, lo masculino y femenino”, son aspectos a abordar según José.“La ruralidad y la precariedad”, estima Felipe. “El amor”, agrega nuevamente José.

La última gran presentación de Inarbolece fue en el Festival Laguna Mental. Sin embargo, fue para el REC 2017 que deslumbraron al público, que aún cuando no se sabían todas las canciones, repetían los coros igualmente contagiosos. La sensación era la de estar frente a una banda consolidada musicalmente y entregada a lo venidero. Prueba de ello fue el momento en que interpretaban As de Trébol y hubo un desperfecto técnico, ante el cual José reaccionó formidablemente y cantó con toda potencia para proyectar su voz sin micrófono. Así, no queda más que seguir contemplando el proceso de este Inarbol...















COLUMNAS

Entréganos al mal Víctor Bascur Anselmi Periodista Twitter: @vbascurr El mal ha despertado y deambula entre nosotros. Pero no viene en forma de bestia de siete cabezas, es hermoso y cautiva de inmediato. Es atractivo y sus seguidores lo aclaman. Viste sencillo y se acerca sigiloso. Pasa desapercibido en la muchedumbre y lo vas a terminar siguiendo. Todos lo vamos a seguir. Este no es el apocalipsis, es un manga, y va a dañar tu cabeza. Monster es la historia de un brillante neurocirujano llamado Kenzo Tenma que salva a un niño de un disparo en la cabeza, pero éste resulta ser un asesino en serie y un sociópata maravilloso que va destruyendo las vidas de todas las personas que se cruzan con él. Su afán es ver el mundo arder, como dice Alfred en The Dark Knight, y es justamente lo que hace tan estremecedor y fascinante a este personaje. El monstruo no tiene nombre ni poderes sobrenaturales. Es un ser humano cálido y tranquilo, que viene a liberar el mal en el mundo, infundiendo terror psicológico y aprovechándose de la debilidad de algunas mentes para que cometan crímenes por él. Por eso Tenma debe encontrarlo, para convertirse en un monstruo y terminar con su vida.





COLUMNAS

Una canciรณn inconclusa Pancho Toro Lessen Director y guionista Twitter: @PanchoToro



HOSTAL BB Primera parada y quedémonos ahí Por Mistral Torres

Si pasas por la primera cuadra de Ongolmo, es imposible que no le eches un ojo a Hostal BB. Su hermosa terraza y la oferta de su menú te dejarán prendados a descubrir el cómo se formó este oasis de diseño. Christian Dittus y Esther Sarrau se conocieron y casaron en España y, unidos por la arquitectura y el turismo, luego de varios años de experiencia en el rubro, el matrimonio abrió un servicio de hospedaje en Barcelona. Cuando Esther terminó con la carrera de Arquitectura, decidieron volver a Chile para que ella tuviera la oportunidad de tantear su profesión como correspondía. Juntaron todo su conocimiento, su amor a ese recuerdo del viejo continente y, en septiembre de 2013, abrieron las puertas de Hostal BB. “Partimos con un hostal con todo el estilo europeo en el tema diseño, de cómo se manejaba y fue una evolución de a poco”, cuenta Christian. Junto a esa evocación a parece la historia de cómo, en un inicio, esta-

Fotos Diego Rojas

blecieron sólo baños compartidos, pero no se está totalmente preparado para tal voto de que había viajado y entendía el concepto, pero otra no”, por lo que cierta clientela se perdía. Con un proyecto en mente, garra y crédito del banco, el Hostal apostó por baños privados en algunas de sus habitaciones y los esperados turistas volvieron a surgir. En suma: europeo, pero a la chilena. Christian recalca que la intención es ser una opción a los otros establecimientos de alojamiento, un espacio para los pequeños y medianos emprendedores que buscan un lugar con un valor módico, pero con gusto. “Si encuentras un lugar bonito, atractivo y a un tercio del precio, te quedas en ese lugar”, recalca No sólo lo intentaron en Ongolmo, sino que también abrieron una residencia universitaria en Los Aguileras (Barrio Universitario), pero este proyecto no prosperó y lo convirtieron


en otro hostal que tampoco surgió. Christian lo atribuye a la mala ubicación, “había ciertas falencias: era más lejos, no tenía estacionamiento”, aunque reconoce que la casa era ideal para su propósito.

una barra, te atiendo como en mi living. Hay una interacción”. Y así también se conocen los pasajeros, conversan y encuentran intereses en común. No es difícil darse cuenta de que es bien distinto a los grandes hoteles.

Con sus nuevos baños, se consolidó el Hostal como tal, con sus habitaciones ocupadas

Con todo esto en movimiento, Christian descubrió que la atmósfera podía aprovecharse aún más. Los clientes le preguntaban por colaciones y él tenía todo este espacio desocupado durante el día. Comenzó, entonces, a funcionar el café ligado al hostal. Se deshicieron del patio delantero y lo transformaron en terraza. Supieron ocupar otra parte del terreno y darle una dimensión estética y práctica.

pareja veía los frutos de su trabajo. Para Christian, lo importante era crear algo nuevo y que llenara una necesidad. Él vio este vacío y está feliz de que se cumplan sus objetivos y se ocupen los espacios que crearon para sus clientes. La dinámica que se genera en el hostal es especial. Christian cuenta cómo gran parte de sus huéspedes viajan solos y que el ambiente que se vive dentro del local es muy acogedor. “Con el concepto de hacer un aporte distinto en cuanto al diseño y al trato, a una cosa personalizada, hogareña. No tenemos

Ahora, están enfrascados en conseguir los permisos para abrir la cocina y comenzar a preparar sus propios platos, ya que por ahora todo viene de proveedores externos. Pero, ya estás avisado, en Ongolmo nacen las nuevas tendencias y tú no te quieres quedar fuera.









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