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Pablo Aparicio Resco

GUÍA PARA LA DOCUMENTACIÓN DE RECONSTRUCCIONES VIRTUALES DE BIENES PATRIMONIALES

Guide for documentation of virtual reconstructions on heritage assets

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Pablo Aparicio Resco PAR- Arqueología y Patrimonio Virtual Licenciado en Historia del Arte, Máster en Arqueología Especialista en Patrimonio Virtual aparicio.pablo89@gmail.com

Resumen

El presente artículo pretende servir de guía práctica para que tanto los solicitantes de reconstrucciones virtuales como los profesionales del sector vean facilitado su trabajo durante la primera de las fases de un proyecto de reconstrucción virtual: la de documentación. De este modo, se explicará cómo llevar a cabo el proceso de documentación de una reconstrucción virtual, abordando tanto temas de contenido -qué es necesario saber de un bien patrimonial para llevar a cabo una reconstrucción con rigor- como temas prácticos como gestión de plazos y presupuestos.

Abstract

This article aims to serve as a practical guide for both virtual reconstruction applicants and industry professionals to get their work easier during the first phase of a virtual reconstruction project: the documentation. To reach this objective, it will be explained how to carry out the documentation process of a virtual reconstruction, addressing content issues - what is necessary to know about a heritage asset to carry out a Good reconstruction- and practical issues such as term management and budgets. Palabras clave: documentación, reconstrucción virtual, patrimonio virtual, arqueología, investigación, teoría Keywords: documentation, virtual reconstruction, virtual heritage, archaeology, research, theory.

En la actualidad las reconstrucciones virtuales son una de las expresiones gráficas científicoartísticas más demandadas por instituciones públicas y privadas relacionadas con el patrimonio cultural y por el público en su conjunto. Existen, sin embargo, importantes problemas de comunicación entre los que nos dedicamos a la creación de reconstrucciones virtuales y la parte comitente de estos trabajos desde el momento en el que damos por hecho que los clientes conocen -o deben conocer- los ingredientes necesarios para llevar a cabo una buena reconstrucción virtual. Esa es, en realidad, nuestra labor pedagógica, la de explicar de forma clara qué hace falta para desarrollar un trabajo de este tipo de modo que al cliente le resulte sencillo saber qué necesitamos y cómo lo necesitamos.

Fig.1. Infografía que muestra los distintos elementos que intervienen en el proceso de documentación de una reconstrucción virtual. Autor: Pablo Aparicio Resco.

El presente artículo pretende ser justamente eso: una sencilla guía para que todo aquel que quiera realizar o encargar una reconstrucción virtual sepa qué documentación va a ser necesaria, cual es la que va a aportar mayor información, y cómo organizarla de forma óptima1. De este modo, se pretende facilitar el trabajo tanto a los profesionales que nos dedicamos a la arqueología virtual como a cualquier interesado en encargar un proyecto de este tipo.

1. Documentar lo que tenemos

¿Por dónde empezamos? Ésta es una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez cuando queremos llevar a cabo una reconstrucción virtual. Sí, tenemos claro que queremos ver levantado el yacimiento en el que estamos trabajando, nuestro castillo o nuestra ciudad, tal y como fue en determinada época histórica, pero ¿cuál es la primera piedra que debemos poner? ¿dónde están las claves para llevarlo a cabo? Aquí van algunos consejos: 1.1. Comenzar por lo tangible Antes de comenzar a diseñar nuestra reconstrucción virtual debemos centrarnos en los restos que conservamos del bien patrimonial a reconstruir (ya sea el monumento casi completo, simples muros o cimientos o únicamente el terreno en el que se levantó algún día) y documentar su estado actual con precisión. El primer paso para llevar a cabo una investigación histórico arqueológica es comenzar por lo tangible, por lo existente. Llevaremos a cabo entonces dibujos arqueológicos, planimetrías, fotografías y modelos 3D fotogramétricos o láser del bien patrimonial, según sea necesario. Esta documentación puede ofrecerla el cliente ya realizada o encargarla a los profesionales que van a llevar a cabo la reconstrucción virtual, que generalmente también ofrecen este tipo de productos. 1.2. Disponer de un buen levantamiento 3D como base

En la actualidad, para llevar a cabo una reconstrucción virtual en 3D nos resultará tremendamente útil contar con un levantamiento 3D escalado sobre el que levantar la interpretación virtual en el software de diseño tridimensional. Generalmente se suele optar por un modelo fotogramétrico creado gracias a un vuelo de dron, aunque, dependiendo de las características concretas del bien patrimonial, también pueden utilizarse levantamientos 3D terrestres o planimetrías ya existentes. En cualquier caso, lo óptimo será contar con una referencia 3D escalada que nos de una rica base de información métrica.

1 Esto garantizará un resultado final de pleno rigor histórico, en consonancia con los Principios Internacionales de la Arqueología Virtual formulados en la Carta de Sevilla (FIAV, 2012).

Fig.2. Varios modelos 3D fotogramétricos, del entorno y de detalle, de la iglesia visigoda de Santa María de Melque permiten plantear una reconstrucción virtual sobre una base muy precisa. Autores: Pablo Aparicio y Miguel Fernández.

2. Documentar lo que hemos perdido

Una vez hemos documentado de forma exhaustiva el bien patrimonial conservado comenzará la fase de investigación históricoarqueológica y/o histórico artística propiamente dicha: tendremos que bucear en bibliotecas, archivos y repositorios, ya sean físicos o digitales, para encontrar toda la información que nos sea posible sobre el bien patrimonial que queremos reconstruir y su contexto. 2.1. Toda información es valiosa ¿Qué es? ¿Dónde está? ¿De qué época es? ¿Qué estudios previos sobre el mismo se han llevado a cabo? Para llevar a cabo esta investigación recurriremos a todas las publicaciones que nos sea posible sobre el bien patrimonial en cuestión, fundamentalmente libros y artículos científicos, pero también memorias de excavación, notas de prensa, documentales, etc. Cualquier información será valiosa para llevar a cabo la reconstrucción virtual y siempre habrá tiempo, más adelante, para desechar la información duplicada o lo que menos valor nos aporte.

Este proceso de investigación histórico-arqueológica e históricoartística es llevado a cabo generalmente por la parte comitente del proyecto ya que, en la mayoría de los casos, quienes encargan reconstrucciones virtuales son

precisamente los expertos en estos contextos que desean ver reconstruidos (arqueólogos, historiadores, equipos de museos y excavaciones, etc.). En caso de que fuera necesario encargar la investigación previa a una reconstrucción virtual se tendrá que tener en cuenta los recursos que este trabajo va a consumir. Recordad: investigar lleva tiempo y dinero. 2.2. Nuestro mejor aliado: la documentación gráfica

Pese a que, por supuesto, nos será muy útil toda información textual, en la documentación gráfica encontraremos a nuestro mayor aliado: bocetos, dibujos, grabados, planimetrías, fotografías antiguas, cualquier representación del pasado del bien patrimonial que queramos reconstruir nos ayudará de forma especial a ser más precisos a la hora de llevar a cabo la reconstrucción virtual.

Cuantas más fotografías antiguas podamos recopilar, cuantos más dibujos y grabados históricos tengamos, mejor para el trabajo posterior, porque cada uno podrá aportar un detalle diferente que en la actualidad ya no se conserva y, posteriormente, tras un análisis comparativo e histórico, lo podremos plasmar en la reconstrucción virtual.

Fig. 3. Imagen del trabajo de documentación durante la realización de una reconstrucción virtual. Las fotografías antiguas nos permiten determinar cómo es la forma de unos claustros que han sido modificados o se han perdido. Autor: Pablo Aparicio y Miguel Fernández.

Fig. 4. Imagen del trabajo de documentación durante la realización de una reconstrucción virtual. Las planimetrías históricas y los modelos 3D fotogramétricos de los restos conservados nos permiten disponer de una base muy precisa. Autor: Pablo Aparicio y Miguel Fernández.

La documentación gráfica histórica nos va a permitir conocer detalles de la forma y el color de nuestros bienes patrimoniales que, de otro modo, habrían pasado al olvido. En este caso conviene diferenciar entre bienes patrimoniales pre-fotografía y bienes patrimoniales post-fotografía, diferenciando entre aquellos que se perdieron o fueron destruidos antes de la invención de la fotografía y aquellos que sufrieron este destino con posterioridad. De este modo, en cuanto a lo que compete a la forma, en caso de edificios históricos prefotografía, necesitaremos, dibujos, grabados o planimetrías que nos permitan estimar los volúmenes de los mismos mientras que en caso de edificios históricos post-fotografía nos vendrán muy bien, además de cualquier dibujo que exista, fotografías desde todos los ángulos que sea posible, para descubrir la forma del edificio. En cuanto a lo que compete al color, para reconstrucciones de época prefotografía tendremos que tener en cuenta dibujos antiguos a color, documentación arqueológica de estucos y paralelos, mientras que para reconstrucciones de época postfotografía revisaremos además fotografías antiguas y postales que nos permitan conocer el color de las estructuras.

3. Interpretar a partir de lo conocido

Ya tenemos documentado el estado actual del bien patrimonial, hemos recabado toda la información histórico-arqueológica e históricoartística del mismo y disponemos de una buena base de fotografías, dibujos, grabados y planos antiguos en los que aparece representado. ¿Qué debemos hacer ahora?

Fig. 5. Los dibujos y grabados antiguos nos pueden ayudar enormemente a llevar a cabo reconstrucciones virtuales de edificios ya desaparecidos. En este caso, el boceto 3D de volúmenes de la iglesia de San Miguel del Monte de Guadalajara se plantea a partir de varios dibujos históricos. Autor: Pablo Aparicio.

Llega el momento de la interpretación. En esta fase tendremos que sintetizar toda la información que hemos recabado y dar respuesta a algunas preguntas que, normalmente, no nos solemos plantear: ¿Qué altura tuvieron los edificios de un yacimiento? ¿Qué tipo de cubiertas tuvieron los tejados? ¿Qué tipo de tejas? ¿Cómo se subía a las diferentes plantas y qué disposición pudieron tener? ¿Cómo fueron las puertas y ventanas? ¿Los muros estuvieron pintados? ¿Habría quizás elementos perecederos de los que no nos queda huella arqueológica? La propia naturaleza de las reconstrucciones virtuales nos va a empujar a realizarnos estas y otras preguntas que tendremos que responder no solo gracias a toda la información recabada previamente sobre el bien patrimonial sino también efectuando un análisis de contextos similares (paralelos históricos) que nos permitan llegar a plantear una o varias hipótesis históricamente rigurosas. 3.1. Perder el miedo a crear hipótesis gráficas

Existen múltiples formas de abordar una reconstrucción virtual, unas más prudentes y otras más

atrevidas, y no se pretende en este espacio determinar cuáles son mejores o peores. Lo que sí es interesante es remarcar que la realidad del pasado nunca va a ser objetivamente recuperable, es decir, no podemos volver atrás en el tiempo ni, por lo tanto, representar, con una fiabilidad del 100%, un bien patrimonial. Partiendo entonces de este reconocimiento de la subjetividad de las reconstrucciones virtuales, debemos asegurar la rigurosidad histórica de nuestro trabajo. Esto implica que para llevar a cabo una buena reconstrucción virtual debemos seguir una metodología científica de investigación, llevar a cabo un proceso de documentación asiduo y plantear, en base a la investigación desarrollada, la hipótesis más plausible. A la hora de plantear esta hipótesis, imprescindible para ejecutar la reconstrucción virtual, tendremos que tomar decisiones concretas sobre elementos de los que tenemos muy poca o ninguna información. Por ejemplo, podemos conservar los restos de unas murallas pero no tener información sobre cómo estaba rematado su adarve, ¿Lo hacía con un camino de ronda de madera? ¿Quizás con almenas de piedra acabadas en punta? ¿O con almenas planas? Tendremos que decidir la hipótesis más plausible en base, a falta de cualquier otra información, al contexto (temporal y espacial) de nuestro bien patrimonial, acudiendo fundamentalmente a paralelos y a la bibliografía existente (por ejemplo, sobre castillos del s. XIII en la marca hispánica, si es que estamos estudiando unas murallas adscribibles a ese contexto histórico).

Para llevar a cabo una reconstrucción virtual sugerente, realista y que goce de la capacidad de trasportar al espectador al posible pasado de un edificio no podemos no decidir sobre elementos como la altura o los tejados. Tendremos que mojarnos y no tenemos por qué tener miedo: las reconstrucciones virtuales no están grabadas en piedra, no son inmutables y siempre estarán sujetas a posibles y deseables revisiones y actualizaciones en base a nuevos hallazgos.

En este sentido, cabe destacar también la importancia de la escala de evidencia histórico-arqueológica para reconstrucciones virtuales que nos permite reflejar posteriormente, de forma gráfica junto con el trabajo final, el nivel de evidencia de cada una de las partes de una reconstrucción virtual, siendo de este modo transparentes con el público y con el resto de investigadores que puedan interesarse en nuestra reconstrucción para plantear una revisión o, simplemente, para descubrir en base a qué se ha levantado de ese modo y no de otro una reconstrucción virtual2 .

2 Para saber más sobre la escala de evidencia histórico arqueológica consultar: Aparicio, P. y Figueiredo, C. (2016).

3.2. ¿Qué necesita saber el experto en reconstrucción virtual?

Es normal que el cliente que encarga una reconstrucción no sepa qué hace falta para llevarla a cabo y, por lo tanto, en muchas ocasiones no va a aportar los datos necesarios para realizar un presupuesto adecuado. Vamos a sintetizar, en los siguientes puntos, qué consideramos necesario conocer para presupuestar una reconstrucción virtual. a) Qué se quiere reconstruir.

Será necesario concretar y describir el bien patrimonial a reconstruir. b) Cuál es el objetivo de la reconstrucción. ¿Queremos usarla para unos paneles y, por lo tanto, solo necesitamos imágenes estáticas? ¿Queremos, además, un vídeo o animación? ¿Vamos a utilizar la reconstrucción en una aplicación de realidad virtual o aumentada? ¿O quizás queremos, posteriormente, imprimir en 3D la reconstrucción virtual?

Es necesario dar respuesta a estas preguntas porque, dependiendo del fin al que vayamos a destinar la reconstrucción, variarán el tiempo y el dinero necesarios para llevarla a cabo. c) Exterior y/o interior. Hay que delimitar si solo se quiere reconstruir el exterior del edificio o conjunto de edificios o si también se quiere reconstruir el interior y qué salas en concreto del mismo. El presupuesto puede variar mucho en uno u otro caso.

Fig.6. Hipótesis reconstructiva de planta y alzado de la perdida iglesia de San Miguel del Monte de Guadalajara. Los alzados nos permiten mostrar las hipótesis de alturas y de cubiertas de los diferentes espacios. En este caso, al haberse perdido la mayor parte de la información sobre el interior de la iglesia, los alzados se han planteado fundamentalmente en base a paralelos históricos. Autor: Pablo Aparicio.

d) Tamaño y detalle. En esta ocasión el tamaño sí importa. Es necesario saber si vamos a reconstruir una ciudad entera o solo un pequeño edificio. Así mismo, se deberá determinar el detalle que buscamos para la reconstrucción que, en la mayoría de las ocasiones, dependerá de los objetivos que nos hallamos marcado. Por ejemplo, si queremos realizar un vídeo en el que la cámara se acerque mucho a las calles de una ciudad romana tendremos que trabajar mucho más en detalle esas zonas que si solo queremos llevar a cabo imágenes estáticas y a cierta distancia de la ciudad. Si el objetivo es llevar a cabo una serie de imágenes estáticas será conveniente decidir los puntos de vista del bien patrimonial que más nos interesan ya que estos nos obligarán a dar más o menos detalle a unas partes u otras de la reconstrucción. En este momento habrá que tener en cuenta también si queremos añadir objetos y personajes, elementos que resultan verdaderamente interesantes por la información contextual y el realismo que aportan pero que añaden también una carga extra de trabajo que es necesario tener en cuenta.

Fig.7. Boceto donde se muestran varios apuntes para las soluciones constructivas de unas termas romanas. Autor: Juan Diego Carmona.

e) Forma. La forma del bien patrimonial a reconstruir también es importante porque dependiendo de su complejidad requerirá un mayor desempeño técnico y, por lo tanto, un tiempo más prolongado de trabajo. Es decir, no es lo mismo reconstruir una iglesia bizantina, formada por arcos, cúpulas, pechinas y otros elementos curvos, que llevar a cabo una fortaleza íbera.

Aunque la fortaleza íbera pueda ser más grande, la complejidad de una iglesia bizantina es mayor y, por lo tanto, conllevará un mayor tiempo de trabajo. f) Acabado final: textura, color y otros detalles. Es importante tener en cuenta que las reconstrucciones virtuales, en la mayoría de los casos, van a recibir un acabado realista que permita conocer detalles como los paramentos del edificio original, si estaba o no estucado, si tenía elementos decorativos relevantes que haya que reflejar, etc. De este modo, será conveniente detallar también estos aspectos porque, debido a su complejidad, pueden aumentar el tiempo de trabajo. Por ejemplo, no será lo mismo llevar a cabo la reconstrucción virtual de un templo romano sin más decoración que estucos y

molduras que reconstruir un edificio religioso de este tipo en el que tenemos que representar, además, un frontón repleto de esculturas. 3.3. Hipótesis sobre las alturas

En este momento es fundamental pensar en tres dimensiones: no nos sirven únicamente las plantas de una excavación, necesitamos estimar la altura de los diferentes espacios. La altura de las diferentes salas, muros, torres, etc., va a determinar los volúmenes de nuestra reconstrucción y, por lo tanto, una de las primeras ideas que el espectador pueda hacerse sobre este bien patrimonial. Para este fin es recomendable contar con la asesoría de un arquitecto especializado en arquitectura histórica que nos pueda dar su opinión sobre el aguante de los cimientos y los muros, las soluciones ejecutadas en edificios similares, etc. 3.4. La importancia de las cubiertas

También resulta fundamental contar con asesoría profesional de expertos en arquitectura histórica en el caso de las cubiertas. Son, en muchas ocasiones, las grandes olvidadas de las memorias de excavación arqueológica porque sobre el papel es posible describir los espacios de un yacimiento sin atender, en detalle, a cómo estarían cubiertos. Cosa distinta es cuando vamos a llevar a cabo una

reconstrucción virtual: será entonces fundamental conocer los posibles tipos de techos (planos, abovedados, con viguería vista u oculta, etc.) y de tejados (planos o inclinados; de una, dos, tres o más aguas; de tipo vegetal, de teja, de pizarra, etc.), y optar por algunos en concreto para llevar a cabo la reconstrucción virtual de cada espacio. Generalmente los tipos de cubiertas de nuestros edificios están íntimamente relacionados con el sistema de desagüe del agua de lluvia y, por lo tanto, esto será algo a tener muy en cuenta. 3.5. Los paralelos históricos

Tanto las cubiertas como las alturas, pero también otros detalles como los tipos de puertas y ventanas, los enlucidos de los muros o los objetos a representar en determinada sala, son elementos que, en la mayoría de los casos, habremos perdido. La arqueología nos dará algunas pistas, pero en muchas ocasiones no podrá llegar a aportarnos información sobre el acabado de nuestros edificios más allá de los cimientos. Esto nos obliga a trabajar siempre contando con paralelos históricos, es decir, espejos en los que pudiera reflejarse nuestro bien patrimonial y que tendremos que tener en cuenta a la hora de llevar a cabo los detalles de nuestra reconstrucción. Serán otros bienes patrimoniales que compartan contexto histórico (espacial y temporal) con el que es el centro de nuestro estudio y que, por sus características concretas, se encuentren en mejor estado de conservación y hayan aportado mayor información históricoarqueológica y artística a los investigadores.

Por ejemplo, en el caso de llevar a cabo la reconstrucción virtual de una ciudad romana de la Península Ibérica tendremos que recurrir en muchas ocasiones a paralelos de las grandes ciudades vesubianas, como Pompeya y Herculano que, gracias a permanecer preservadas bajo el lapilli y el manto de lava, respectivamente, nos ofrecen ejemplos de muebles, puertas, balcones e, incluso, segundos pisos completos que, de otro modo, es muy complicado conocer.

Los paralelos también se pueden encontrar en representaciones artísticas del mismo contexto histórico que nuestra reconstrucción virtual. Por ejemplo, quizás no conservemos ningún barco de carga romano (nave oneraria) al completo, pero sí tenemos representaciones de estos barcos en pinturas y relieves romanos coetáneos que nos sirven de referencia para llevar a cabo la reconstrucción de estas naves.

Fig. 8. Boceto del Castell de Vilademager (La Llacuna) llevado a cabo por la arqueológica comitente de una reconstrucción virtual y que sirvió para plantear las partes de la misma con más eficacia y rapidez. Autora: Mireia Sabaté.

3.6. Usar bocetos

Una de las mejores formas de plasmar las hipótesis con las que trabajamos es recurrir a bocetos. Para realizarlos no es necesario tener dotes de dibujante ya que lo que nos interesa no es la calidad gráfica o la precisión técnica si no la capacidad que tiene el boceto de trasmitir mucha información con un solo vistazo. Dado que el resultado final de la reconstrucción virtual es visual, también será muy útil que la documentación entregada por el cliente esté acompañada de pequeños bocetos explicativos.

El proceso de trabajo con los bocetos y primeros dibujos es recomendable que sea bidireccional: tras recibir el primer envío de documentación y los primeros bocetos del cliente, el profesional que va a llevar a cabo la reconstrucción virtual puede hacer nuevos bocetos, más refinados y avanzados, sobre los que, a su vez, la parte comitente llevará a cabo las indicaciones y cambios que considere oportuno. Gracias a este proceso bidireccional se determinarán mejor los detalles de la reconstrucción virtual que se llevará a cabo posteriormente.

Fig.9. Boceto del Castell de Vilademager (La Llacuna) llevado a cabo por el profesional en reconstrucciones virtuales a partir de un primer boceto (ver Fig. 9) y el resto de documentación aportada por la arqueóloga comitente que, a su vez, lleva a cabo anotaciones sobre este boceto que motivarán cambios en el planteamiento incial. Autor: Pablo Aparicio.

4. Gestionar bien nuestros recursos

La última parte de esta guía está dedicada a aportar una serie de consejos más prosaicos, pero igualmente importantes, que nos permitirán enfocar mejor el trabajo de documentación y facilitárselo tanto a la parte comitente como a los profesionales que llevarán a cabo la reconstrucción virtual.

4.1. La importancia de la organización

Todo el trabajo descrito anteriormente ofrecerá mejores resultados y permitirá una comunicación mucho más precisa, clara y fluida si se lleva a cabo y se presenta de forma ordenada. Para ello es recomendable que se entregue a los artífices de la reconstrucción una memoria de documentación en la que se explique con qué información se cuenta, cual es la más relevante y en qué hay que basarse para llevar a cabo cada una de las partes. Del mismo modo, se entregarán los documentos y la documentación gráfica histórica, ordenada por carpetas y, si es necesario, indicando en las imágenes los detalles que nos servirán como referencia para llevar a cabo las partes de la reconstrucción virtual. Por ejemplo, si tenemos un grabado antiguo en el que aparece una muralla medieval y, en concreto, nos interesan las almenas de la misma

como modelo para nuestra reconstrucción, podemos señalarlas en la imagen de modo que resulte rápido y sencillo localizarlas y tomarlas como modelo.

Esta organización permitirá, además, llevar a cabo de forma más rápida y sencilla la publicación de artículos científicos sobre la reconstrucción virtual y el propio bien patrimonial, algo que siempre es recomendable si queremos seguir enriqueciendo el corpus científico sobre nuestro objeto de estudio.

En este momento conviene recordar también la posibilidad de utilizar las fichas de Unidad Reconstructiva (UR) que nos permiten separar conceptualmente las distintas partes de nuestra reconstrucción y asociarlas con la documentación que permite reconstruir cada una, así como con un nivel de evidencia en la escala mencionada más arriba3 . 4.2. El tiempo marcará el límite a nuestra documentación

Debemos tener en cuenta que habrá un límite claro al motivador proceso de recopilación de información: el tiempo. Trabajaremos siempre a contrarreloj, con la fecha de entrega amenazando a meses vista o, en todo caso, con otros proyectos a los que habrá que hacer frente y que nos obligarán a avanzar a buen ritmo. Es por ello por lo que tendremos que encontrar un momento en el que decir “basta” y cerrar el proceso de documentación. Como parece que dijo Voltaire, “lo perfecto es enemigo de lo bueno”, y no le faltaba razón: buscar la documentación perfecta, tremendamente exhaustiva y detallada nos obligaría a posponer indefinidamente el proceso de reconstrucción virtual y acabaríamos abandonando el proyecto. Es necesario encontrar el equilibrio entre una buena documentación y un periodo realista de investigación.

Para que no se eternice el proceso de documentación tendremos que consensuar plazos concretos que abarquen el inicio y el final de la documentación, así como la entrega de la misma, que supondrá el momento de inicio del proceso de reconstrucción virtual.

3 Las fichas de UR (Molina y Muñoz, 2015) pueden descargarse desde: http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/46205

Fig. 10. Boceto de la reconstrucción virtual del monasterio visigodo de Santa María de Melque realizado sobre volúmenes 3D básicos y el modelo fotogramétrico de la propia iglesia. Autor: Pablo Aparicio.

4.3. Planear con antelación los plazos del trabajo

Los profesionales que llevamos a cabo reconstrucciones virtuales no debemos caer en el error de lanzarnos a realizar un proyecto sin antes dejar muy claro que, para que podamos comenzar, necesitamos disponer previamente de toda la documentación que nos permita hacerlo. De este modo, es fundamental aclarar en el momento en el que entregamos un presupuesto de reconstrucción virtual que, si proponemos un tiempo de trabajo de 3 meses, estos comenzarán a contar desde el momento en el que recibamos toda la documentación del proyecto. De lo contrario podemos encontrarnos con el problema de ver recortado a la mitad nuestro tiempo de trabajo porque existe retraso en la entrega de documentación.

Es por ello porque lo que resulta muy recomendable estimar una fecha de entrega de la documentación por parte del cliente y, por lo tanto, de inicio de la reconstrucción virtual. Si esta fecha se retrasa, se retrasará también el inicio de la reconstrucción virtual y, por lo tanto, su plazo de ejecución. Tras esta primera fecha en la que el cliente entrega la documentación que considera completa se realizará un primer boceto (ya sea 2D o 3D) de la reconstrucción y esto podrá motivar, en caso de que fuera necesario, una segunda búsqueda de documentación para completar aquellos elementos que se hubieran

pasado por alto. En caso de llevarse a cabo esta nueva búsqueda de documentación, el periodo de trabajo en reconstrucción virtual comenzará en el momento en el que se realice la última entrega del material.

En ocasiones pueden surgir dudas durante el proceso de reconstrucción virtual y motivar búsquedas puntuales de documentación adicional. No todas las búsquedas supondrán un retraso del plazo de entrega de la reconstrucción, pero debemos fijar un límite a partir del cual tendremos que renegociar los plazos. Por ejemplo, si la reconstrucción virtual debe pararse durante más de una semana para recopilar nueva información sobre uno de los elementos entonces quizás sea conveniente añadir ese periodo al final del plazo propuesto.

De cualquier modo, para evitar problemas de plazos la mejor solución es anticiparse y llevar a cabo un trabajo de documentación inicial lo más exhaustivo y completo posible, evitando así cualquier retraso posterior. 4.4. Consensuar las hipótesis antes de entregar la documentación

Es fundamental, en caso de que los proyectos de reconstrucción virtual vayan a estar acompañados de un equipo científico de documentación formado por varias personas, que antes de hacer entrega de la documentación y de comenzar el proyecto, la hipótesis o las hipótesis de reconstrucción hayan sido consensuadas por todo el equipo y el creador de la reconstrucción virtual tenga claro qué debe llevar a cabo. De este modo, los expertos se deben poner de acuerdo durante el proceso de documentación y no una vez iniciado el proceso de reconstrucción virtual, para evitar problemas interpretativos posteriores al trabajo gráfico.

Este punto es muy importante porque, de otro modo, el proceso de reconstrucción virtual puede verse truncado a medio camino por debates o cambios en cuanto a las hipótesis a representar. Para que los profesionales de la reconstrucción virtual se cubran las espaldas es importante dejar claro desde el principio que durante el proceso de reconstrucción no será posible hacer cambios interpretativos de gran calado en la hipótesis inicial. Esto no significa, como ya hemos comentado previamente, que las reconstrucciones virtuales sean inmutables, pero el diseño de una nueva hipótesis que modifique sustancialmente la reconstrucción será ya parte de otro proyecto diferente, con otro presupuesto y nuevos plazos de trabajo.

5. Conclusiones

El objetivo de esta guía ha sido el de plasmar de forma clara una serie de recomendaciones, consejos e ideas para que el proceso de documentación de un bien patrimonial sea óptimo. Ha sido realizada en base a la experiencia

práctica de trabajo durante años en decenas de proyectos de reconstrucción virtual que han ido mostrando las carencias y puntos fuertes de los procesos de documentación históricoarqueológica e histórico-artística para reconstrucciones virtuales.

Esta guía se encuentra abierta a revisión, actualización y ampliación ya que su objetivo es, también, facilitar la comunicación entre profesionales de la reconstrucción virtual y clientes, de modo que salgan ganando todas las partes. Solo con una continua revisión de nuestra propia metodología de trabajo y su puesta en común podremos mejorar y seguir construyendo la Arqueología Virtual como disciplina.

Bibliografía

 Aparicio Resco, P. y Figueiredo, C. 2016: “El grado de evidencia histórico-arqueológica de las reconstrucciones vituales: hacia una escala de representación gráfica”, Revista Otarq, Nº1, pp. 235247.  FIAV (Forum Internacional de Arqueología Virtual) 2012: Los Principios de Sevilla. Principios Internacionales de la Arqueología Virtual.  Molina Vidal, J. y Muñoz Ojeda, F. J. 2015, Ficha UR, Disponible en: http://rua.ua.es/dspace/handle/100 45/46205 (Consultado a 06/02/20).

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