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David Chávez
La mayoría de startups en la región se desarrollan en un contexto desorganizado, de forma desordenada y muchas veces se las considera como una suerte que hayan “pegado” en el mercado.
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Loco, irresponsable o suertudo; esos son los adjetivos que he escuchado cuando la gente habla de ti cuando empiezas tu negocio. En mi caso empecé mi primer negocio estando en la universidad, pero sentía que todo lo que aprendía no tenía una aplicación práctica para los primeros pasos de mi empresa. Quién iba a pensar que una idea se iba a transformar en un negocio del cual muchas personas de forma directa e indirecta iban a depender y vivir.
A los 23 años formé mi primera empresa, entre cervezas y alitas fui construyendo un grupo de amigos y clientes que permitieron que el negocio despunte rápidamente. En poco tiempo las oportunidades y los negocios empezaron a asomar por todo lado, todo el mundo me ofrecía oportunidades de invertir y empecé a perder el norte, pensé que tener varios negocios antes de los 28 años iba a permitir mi independencia financiera antes de los 30, pero no fue así. Como la mayoría de emprendedores exitosos jóvenes me di contra el suelo, pero nunca baje la mirada. Haber tenido dos negocios diferentes me permitió salir de a poco de las deudas y empecé a leer e investigar casos similares a los míos.
Empecé a escuchar podcasts y a escuchar varias entrevistas de gente que lo perdió todo y me di cuenta que a veces hay que dar un paso atrás y hacia un costado para ver en qué estaba mal y qué es lo que tenía que corregir.
Gracias a un catering que hice en la Embajada Americana hace 3 años, alguien me envió la invitación para aplicar al programa que me iba a cambiar la vida. De más de 2.500 aplicantes fui seleccionado para representar al Ecuador en un programa de cinco semanas financiado por el gobierno de los Estados Unidos.
En muchas de las charlas y conferencias pude ver que hay personas, empresas y organizaciones que están buscando proyectos para invertir. Hay muchísimas oportunidades que lastimosamente están muy distantes de nosotros y necesitamos acceder de alguna forma a este tipo de recursos.
En el avión de vuelta a Ecuador se me ocurrió un número, algo 300. Así como la película, 300 guerreros que se preparan para la batalla, que no regresan a mirar atrás y están convencidos de un solo objetivo, al final pocos quedaron vivos y la mayoría fallecieron en el proceso, pero estos 300 guerreros hicieron historia, trascendieron y lograron hacer un cambio. Así mismo es el mundo de los negocios, son muchos los que empezamos y pocos los que quedamos vivos al final.
Entendí que la tecnología y la educación son el futuro para escalar los negocios, tanto físicos como online, y es por ello que nace Grupo300, una empresa, que provee educación, tecnología y marketing digital. Queremos inspirar a las personas a través de entrevistas, charlas, talleres y campamentos para que se atrevan a dar el primero paso y brindar herramientas que puedan solucionar los problemas del día a día del emprendedor. Nuestra teoría es falla rápido, falla barato, si no funciono rápido no pierdas el tiempo. Intenta de nuevo hasta que tu idea tenga validez y puedas empezar con pie derecho.