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Gabriela Cordero

Años y mil vivencias han pasado para ahora detenerme y pensar de manera profunda en el regalo que Dios puso en mi camino. Mi esposo y mis hijos no son solamente mi vida y razón de ser, al mismo tiempo son los arquitectos de la mujer en la que me convertí. Mi fuerza y entereza proviene de lo que ellos modelaron en mí como persona, mujer y madre. Junto a ellos soy todo lo que quiero ser y además me empujan día a día a crecer mientras veo a mi familia feliz y sana.

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Un retrato es la manera más sencilla y al mismo tiempo eficaz de evidenciar la felicidad que hoy siento en el alma.

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