ABRIL, 2012 Aテ前 1, Nテコmero 1
Directorio
TERTULIA
Cultura en fiesta
Contertulios Dirección y redacción Alejandro Velázquez Hernandez Juan Napoleón Cruz Paz Ana Lucía Navarrete Rosas Andrei Guadarrama Coordinación y diseño Angélica Ortiz Tláloc Correa Sánchez Clemente Aurelio Sánchez Rodríguez Giovanni Alejandro Pérez Uriarte Consejo editorial Isabel González Pérez Tláloc Correa Sánchez José Manuel Cardentey Cuesta Juan Napoleón Cruz Paz José Manuel Vacah Julio Cesar Jiménez Rodríguez Juan Napoleón Cruz Paz Tláloc Correa Sánchez Vania Lizeth Monserrat Mora Arana Victor Ibarra Calavera
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Tertulia
Revista Tertulia es un espacio de libertad y respeto. Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autores. Eres libre de citar el contenido, respetando a su autor y la fuente.
Editorial
Revista Tertulia es un proyecto que al
afecta, todo es cultura -para bien o para
fin
llega a concretarse; inició con una
mal- y, desde ese punto de vista, manten-
idea que al paso de muchos meses ha ma-
dremos abiertas las puertas de la libre ex-
durado y dio como fruto esta revista que
presión a todos los que tengan algo que
recién empiezas a leer. Abril es el mes que
decir, y lo enuncien de manera adecuada,
verá el florecimiento de la cultura den-
este es un espacio para mostrar sus ideas
tro de sus páginas donde se expondrá lo
y pasar de la apatía cultural, como estamos
más novedoso en la literatura -como base-
acostumbrados, a la actividad de la misma.
, así como la inclusión de reseñas, artícu-
Así partimos de este pequeño origen,
los, recomendaciones e investigaciones.
con la confianza de que se acercarán
Tertulia
más
permitirá
festejar
todas
personas;
más y
ideas,
múltiples
aquellas cuestiones artísticas y culturales,
manifestaciones
constantes
materi-
opiniones entreverándose con comentarios
ales para su divulgación. Gracias por el
ajenos a éstas. Todo lo que nos rodea nos
apoyo brindado en este primer número.
Tertulia les dice: Que siga la fiesta y que la cultura se expanda.
Consejo Editorial
Tertulia
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Contenido
6 La tertulia 9 Abismo 10 Campanas para ella 12 Poema Libre 13 Desasosiego 14 Morel y su isla: La construcción del científico y su anhelo utópico en La invención de Morel (1940)
20 No sombras 22 Te sueño 23 Permanencia involuntaria 4
Tertulia
Contenido
24 Género y sexo: cuestiones gramaticales y sociales
26 La otra vida 29 Allí 30 Recuento de daños 2008 31 Los olvidados 32 Buenas noches 34 Nikki Yanofsky 36 Antigua oración por tú y yo
Tertulia
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Artículo
LA TERTULIA Solo para iluminados
Se define como tertulia a la reunión informal y periódica de gente inte-
Angélica Ortiz resada en temas determinados, no basta con estar interesado en “temas determinados y de común acuerdo” sino que dicha reunión tiene como función la retroalimentación, es decir, una tertulia sirve para informar y compartir, además de debatir, opinar y cosechar ideas con un sustento en forma. Normalmente el fin de las tertulias es aportar puntos de vista que de alguna forma contribuirán para mejorar la sociedad o por lo menos busca sacarla de lo cotidiano con sus enviados especiales que se dan a la tarea de contar y cantar nuevas historias, versos, ideales, inconformidades, puntos de vista y mundos que no conocíamos. De origen español, las tertulias conservan su nombre hasta hoy, tanto así que nos hemos dado a la tarea de construir una revista que en el nombre lleva el cometido. Las tertulias comienzan en el mundo de las pequeñas cosas, comienzan con citas casuales entre locos e idealistas, con encuentros informales que terminan en puntos de reunión, algunos un poco más formales como los talleres de lectura y opinión que sirven para tomar café, intercambiar miradas pero sobre todo intercambiarnos a nosotros mismos por medio de la palabra. La Tertulia. Aguijarro
Además encontramos tertulias en medios como la radio, la televisión e internet, la opinión y la crítica son su fuerte, generan posturas en el público e informan sin fines retorcidos (como el duopolio televisivo) acerca de lo que te hace bien y debe interesarte. Tertulios a continuación una brevísima historia acerca de las tertulias más importantes y representativas. Para que se decidan de una vez a colaborar con nosotros, lean la siguiente información.
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Tertulia
Artículo
El breve recorrido por las tertulias
En el café del gato negro, por ejemplo, se daban
Algunos afirman que la tertulia proviene de un
cita pintores, escritores, dramaturgo extranjeros y
teólogo cuyo nombre era “Tertuliano”, en tal caso,
en su mayoría compartían un estilo modernista,
es necesario hacer mención de las academias lit-
el café del gato conectaba con el Teatro de La Co-
erarias del Siglo de Oro: La Academia de los
media, fue uno de los más concurridos debido a
nocturnos, La de Sevilla, la Academia Mantu-
su ubicación y a las personalidades que acudían.
ana a la que asistió el famosísimo Lope de Vega,
Otra de las famosas tertulias es la de Rinconcillo en
Otros dicen que la tertulia comenzó con las re-
Granada, se llevaba a cabo en el Café Alameda, ubi-
uniones de intelectuales en la que se comen-
cado en la Plaza del Campillo, el rincón de la tertulia
taban y criticaban las obras de teatro más rep-
era acompañado por un quinteto musical. Francisco
resentativas de aquel entonces, los bailes de
Soriano era el que facilitaba los textos rusos además
Bella Unión se conformaron por reuniones más
de la música contemporánea que se desarrollaba en
informales pero del mis-
Europa, En esta tertulia
mo carácter de reunión
participaron Francisco y
o en Cádiz encontra-
Federico García Lorca,
mos un ejemplo claro
Fernando de los Ríos, so-
de tertulias en las que
cialista y ministro de Jus-
además de bailar y cel-
ticia e Instrucción Pública
ebrar, la opinión pública
,Manuel de Falla, com-
se empezaba a conformar.
La Tertulia. Aguijarro
«El Café de Levante ha ejercido más influencia en la literatura y en el arte contemporáneo que dos o tres universidades y academias». Vallen-Inclán Durante el siglo XX las tertulias abundaban, uno de los más reconocidos es el Café Levante, que permaneció hasta la guerra Europea, ubicado en Madrid. Se daban cita en él, artistas, litera-
positor, y algunos otros.
Ellos conformaban a los “rinconcilistas” reconocidos por su carácter más escandaloso en el inframundo de las tertulias, por los textos que se le atribuyen a Lorca y además, por acoger personajes tan variados y talentosos. Esta es la historia de las pequeñas cosas, de los pequeños lugares y de los grandes como García Lorca que nos han dejado un legado que seguir.
tos y jóvenes que hablaban de nuevas corrientes. Tertulia
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Artículo
“La poesía nueva debe hacerse al aire libre” A pesar de los riesgos y la crítica social, el resurgimiento de la poesía es encabezado por el grupo “Versos al Aire Libre”, A las reuniones al aire libre asistían además de poetas, narradores, periodistas, fotógrafos, escultores, pintores: era una diversidad de artistas que comentaban y leían poesía. Emilio Orozco y Antonio Gallego Morell respaldaban a los tertulianos. Las cosas no fueron tan sencillas, a cada reunión asistían miembros de la policía asignados por el Gobierno Civil que emitía un permiso para que la reunión se efectuara.
… Si en un futuro, alguien se dedicara a hablar de las tertulias, seguramente los literatos, periodistas, amantes de las letras y radicales que buscan un cambio en su sociedad serían los protagonistas, seguramente se narrarían historias o rumores de las reuniones que se efectuaban con fines políticos, se escucharía del surgimiento de los poetas de “aquellos” tiempos y se haría mención de los lugares más concurridos en los que se daban cita los ahora tertulianos, seguramente se hablaría de represión e intolerancia, pero seguramente la historia de nuestras tertulias sería una buena historia.
La Tertulia. Aguijarro
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Poesía
ABISMO
Isabel González Pérez
(...) Ahí estaba, ese abismo intenso e interminable; Delante de mis ojos, como desafiando... Impenetrable en toda su grandeza, lejano y a la vez muy cerca, Cerca, de arrojarme en sus entrañas... Lo imperturbable de la Noche y lo sublime de la Luna, sola en su pesar, Fueron la sazón del grave condimento de vivir a merced de ese abismo inocuo. ... Apenas desperté de mi sueño, Descubrí que aun estaba ahí... solo que esta vez, ya había amanecido victoriosamente, Y el Sol brillaba en todo su esplendor, adornando cada cornisa De ese abismo, que para entonces, era mi ABISMO (…)
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Cuento
Campanas para ella Napoleón Cruz Paz El tiempo que había pasado no fue suficiente. Una, dos, tres, cuatro campanadas que revelaban el inicio de una larga y extenuante cuita; la tercera parte de una agonía que duraría días, meses, años, épocas. Al principio, Ximena mantuvo sus bellos ojos verdes cerrados. Después de que todos acudieran a la cita, reflexionó, no sin las debidas precauciones: “Abriré los ojos para comprobar la presencia de los bienaventurados”. Aunque no era probable que tuviese éxito, el candor de su alma la motivó a levantarse del suelo blando. Las marmóreas manos de Ximena buscaron un objeto para asirse, pero su búsqueda fue fútil. En aquel lugar, los segundos parecían no progresar; acaso la vida se había detenido o, peor aún, la vida era, más bien, muerte. Detrás del vidrio que dividía ambos mundos, miríadas de miradas la observaban, como si indagaran en sus más profundos anhelos y angustias. Luego de que hubo asimilado su presencia, Ximena recordó su niñez, su adolescencia, sus mocedades. ¿Tan rápido transcurrió su vida? No; debiera, en todo caso, hacer la requerida introspección en un mundo lleno de abismos infinitos, de recuerdos insondables. “Espero que ya no me estén viendo; me hacen sentir mal”, pensó Ximena, mientras sus ideas se acoplaban al ritmo cadencioso de su soledad. En efecto, un mareo inusitado empezó a gestarse en su marmóreo rostro, por lo que decidió abandonar sus pensamientos y entregarse a las visiones de momentos pasados. Era probable que, en verdad, hubiese amado tanto, sino estuviese en aquel lugar. Cinco, seis, siete, ocho campanadas cuya sonoridad hacía retumbar el corazón constreñido. En su mente, el torrente de ideas chocaba con tal furia que no tuvo más remedio que guardar silencio casi absoluto. Las ideas cesaron. Sin embargo, las personas seguían contemplándola, con una efigie que vacilaba entre la tristeza y la extrañeza. Nadie sería capaz de ver aquellos ojos verdes. Mucho menos tendrían la dignidad de asomarse a sus sentimientos. ¿Quién era, en verdad? Quizá sólo era una idea de quien creía haber sido; posiblemente fue lo que los demás desearon que fuese. Ya para ese entonces, todo se redujo a meras conjeturas; aspectos baladíes de una vida ajena. Ximena preguntó la fecha; nadie le contestó. “¿No tengo derecho a saber cuándo inició este cautiverio?” se pre-
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Tertulia
Cuento guntó, pero tampoco ella pudo darse una respuesta satisfactoria. No fue capaz ni de emitir una mentira piadosa que apaciguara su progresiva incertidumbre. Los trabajos y los días, los placeres y las noches, ¿en qué parte de sus recuerdos quedarían guardados? Y aquel amor que no fueron capaces de darle, ¿habrá desaparecido irremediablemente? Nueve, diez, once, doce campanadas que no se justifican. Tampoco se justifica la presencia de aquellos fantasmas que, para Ximena, representaban todos los que estaban del otro lado del espejo. ¿Por qué era tan imprescindible ver aquellos ojos verdes tan hermosos? Dicen por ahí que los ojos son el reflejo del alma. En sus dominios albos, Ximena alcanzó a distinguir una mirada: la de su amante pretérito. La mirada de un fantasma, sí, pero uno que comprendía su dolor, su exasperación. “Mi tiempo es tu tiempo”, le dijo; creo que no lo escuchó. Se preparaban para dejarla sola nuevamente –como había sucedido tiempo atrás–, para confinarla en un sitio blanco por fuera, pero oscuro por dentro. Las campanadas seguían sonando ya no en el exterior, sino en lo más profundo del alma de Ximena. Sus ojos verdes se tornaban cristalinos, mucho más hermosos, dotados de la belleza que otorga la sinceridad. La época de su felicidad se alejaba cada vez más y, con ella, se iba también una historia. El tiempo se detuvo. Los sonidos dejaron de escucharse. Estuvieron frente a frente. Miró sus hermosos ojos verdes, besó sus níveas manos, acarició su blonda cabellera y la urgió a no olvidarlo. Una mirada furtiva y una sonrisa esbozada en el virginal rostro le indicaron que lo comprendía, como él a ella. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Fueron las gotas más diáfanas que hubiese visto en su vida. Alguien ajeno a su sufrimiento los separó. Fue la última vez que vio aquellos ojos verdes, aquella efigie blanca. Una vez separados, sólo quedaron dos sombras, prematuramente separadas. Todo parecía haber muerto en aquel instante, salvo la campana que anunciaba una nueva hora. ¡Talan!, ¡talan!, ¡talan!, era lo único que sus nobles oídos alcanzaron a percibir antes de que Ximena fuese exiliada de la vida –si es que estas cadenas de amargura pueden llamarse vida.
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Poesía
POEMA LIBRE Vania Lizeth Monserrat Mora Arana
Si hubiera de escribir un poema Donde pudiera el corazón Cantar su ritmo sin condición Reposar de tanta inútil pena. Si pudiera alguna vez la voz Olvidarse de vanas sentencias Dejar que los labios sin vendas Exhalaran la verdad del amor. Si sólo la mano que tiembla Olvidara el temor de escribir Lo que el alma quiere decir Sea juicio, mentira o ciencia. Como caerían entre las hojas Latidos de un corazón desecho Palabras sin sentido, sin derecho O simples letras tristes y solas. Como se desplomaría la canción Del pecho a través de una herida Como sería distinta una vida Hecha en el mundo de la invención. Si el poema un instante perdiera Las cadenas de la vanagloria Las frías sombras de la historia Y su canto natural nos diera. Si hubiera de soñar esos versos El frio de mi alma despojaría Y con nuevo calor los dejaría Libres, desnudos y ciegos.
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Poesía
DESASOSIEGO
Ana Lucía Navarrete Rosas Yo veo un rostro de vos en todo el pinche cielo, un rostro de vos en el agua y en el pasto, un rostro de vos hasta en mis sueños, como le pasa a Benedetti. Mi soledad tan desolada se ha convertido en una soledad patética, patética porque a donde volteo hay rostros de vos, no puedo ver más allá de lo que fue, no puedo dejar de sentir coraje y miedo de encontrarme con un rostro de vos como tú. Tal vez no es miedo, tal vez es necesidad, necesidad de encontrar un rostro de vos en alguien más. Un rostro de vos para no sentirme ajena, para no sentirme extraña, para no sentir que jamás te fuiste y volver a sentirme viva. Tu ausencia me ha dejado vacía, me ha regresado al ensimismamiento en el que nací. Tu ausencia me ha sumido en una situación de auto encierro de la que no puedo salir. Estas constantes apariciones de rostros de vos vuelven ese ensimismamiento y ese auto encierro en un infierno, un infierno en el que todos los días maldigo la hora en la que te conocí.
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Investigación
Morel y su isla. La construcción del científico y su anhelo utópico en La invención de Morel (1940)
Andrei Guadarrama Giovanni Alejandro Pérez Uriarte
Los individuos de todas las épocas han puesto sus anhelos en diversos paradigmas; sus ilusiones se ven depositadas, según sea el caso, en la benevolencia de Dios, la buena fortuna o el desarrollo de la ciencia. La humanidad suspira por el próximo invento científico que le permita viajar al otro lado del mundo en un par de segundos, que le salve del SIDA o que le proporcione la vida eterna. Pero la ciencia no surge por generación espontánea; se realiza por el trabajo y la dedicación de un individuo que entrega años de su vida a la investigación y el estudio de las diversas disciplinas; este sujeto olvidado, el científico, eclipsado por la luminosidad de sus logros, es quien le da vida a la ciencia misma. La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares, nos acerca al hombre de ciencia visto desde la ficción, planteando que la ciencia no es una entidad que vive por sí misma, sino que obedece a los intereses de los seres humanos. La novela fue publicada periódicamente durante 1939 en la revista Sur, en Argentina. En 1940 se publicó su versión corregida, después de dos revisiones a cargo de Jorge Luis Borges. Esta novela forma parte de un grupo de textos que constituyen al científico como un sujeto literario. Escritores de otras regiones y otras lenguas como Mary Shelley, H.G. Wells o Ray Bradbury articularon ficciones en las que la ciencia y su sujeto, el científico, desempeñan un papel central en el contexto en que su trama se desenvuelve. ¿Cómo caracteriza el discurso literario, específicamente el articulado por Adolfo Bioy Casares, al científico? Proponemos que la novela lo construye como un sujeto absoluto que se impone para satisfacer su anhelo utópico. Ahora bien, ¿cuál es el límite entre la utopía de Morel y una probable distopía? Sugerimos que el escrito expone que los límites entre utopía y distopía están dados en función de las miradas de los sujetos en cuestión. Aunque poco difundida a gran escala, La invención de Morel se hizo con los años de un lugar entre los lectores y de la atención de los críticos. Desde la crítica literaria Mara García y Francisca Suárez han tratado su elemento fantástico. El amor y el papel de la mujer, también han sido aspectos analizados en la novela; M. Monmany y Margo Glantz se encargaron de ello en dos artículos breves y precisos.
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Investigación La relación entre la poética de Bioy Casares y las ideas borgianas son estudiadas por Javier Rodríguez Barranco . No podemos dejar de contemplar un trabajo atípico encabezado por Alfonso de Toro y Susana Regazzoni. En él, la novela escapa al exclusivo análisis literario de los aspectos antes mencionados, para darle pie a un trabajo interdisciplinario que analiza la obra de Bioy Casares desde la filosofía, la teoría de la cultura, la crítica literaria y la historia . Sobre las ideas en torno a la utopía y el paraíso en la obra del escritor argentino, Suzanne Jill Levine y Daniel Gonzales Dueñas entablan una discusión. Primero explicaremos las características del científico construido en La invención de Morel como sujeto absoluto; después mostraremos cómo se construye la utopía de Morel, y cómo ésta es al mismo tiempo la distopía de otro personaje. Las diferencias de ambos conceptos y su complicada relación serán los temas analizados.
La lejanía de Morel: el científico absoluto
Poco a poco se nos aparece una figura lejana, pocas veces vista. Un sujeto alto, de piernas flacas, piel marmórea y manos delicadas. Habla un perfecto y artificial francés. Entonces se percibe su boca redonda, pequeña, que vocaliza infantilmente mientras su rostro es decorado con una barba de apariencia postiza. Usa pantalones blancos y zapatos del mismo color. ¿Quién es este sujeto de tan particular apariencia? Es Morel, el científico. El narrador de la novela de Bioy Casares, un perseguido por la justicia, de a poco va descubriendo a Morel. Hay todo un halo de misterio en torno a nuestro científico. En su isla ha hecho construcciones que datan de 1924. La disposición arquitectónica permite la existencia de sótanos ocultos, en los que el protagonista encuentra la expresión secreta del proyecto de Morel: un conjunto de motores conectados, mediante un tubo de hierro, a un rodillo con aletas ubicado en la costa de la isla. La función de este dispositivo es desconocida. Para el lector y para el protagonista, todo es un misterio que de pronto revela al científico como un ser capaz de disponer de la vida de un grupo de amigos. En la isla de Morel está instalado su último invento, capaz de producir hechos inverosímiles pero reales dentro del mundo creado por Bioy Casares: la máquina de la inmortalidad. Morel es un ente que se nos aparece ajeno y desconocido. La ciencia y los conocimientos, también ajenos, se ofrecen como algo que está al alcance de la comprensión. Sin embargo el individuo perseguido, quien nos descubre a Morel a través de su diario, no comprende del todo al científico que se le aparece. Toda la escenografía circundante a Morel –cuartos ocultos con paredes de porcelana, motores, presencia ubicua de libros- resulta impenetrable: “Para mí ha de ser imposible descubrir algo mirando las máquinas: herméticas, funcionarán obedeciendo a las intenciones de Morel”, señala el protagonista. En este caso, el científico misTertulia
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Investigación mo entabla una barrera entre él y los otros, ocultando su invento en espacios inaccesibles de un lugar aislado. Pero, ¿qué fines persigue Morel con su invención? La máquina de la inmortalidad, que registra todos los estímulos sensoriales para reproducirlos eternamente, es la herramienta que construye para alcanzar su utopía: la eternidad agradable en un paraíso. ¿Qué se nos revela en esta acción? La voluntad del científico literario construido por Bioy Casares, es apropiarse del destino de los demás. Morel explica a sus amigos sus planes y su actuar: “Había resuelto no decirles nada. No hubieran pasado por una inquietud muy natural. Yo habría dispuesto de todos, hasta el último instante, sin rebeliones. Pero, como son amigos, tienen derecho a saber.” El científico registra a los habitantes de la isla sin su consentimiento. Dispone de sus vidas sin limitar su propia voluntad. Esta cancelación del otro como condición necesaria de realización de un proyecto, sigue procedimientos lógicos. Sin embargo, Morel -¡el científico!- no se reduce a una racionalidad pura. Basta pensar que su invento está en función de problemas metafísicos: el temor a la muerte, la finitud de la vida y la felicidad. Por otro lado, al narrar los pasos que llevó a cabo para concretar su invento, demuestra una esperanzada ceguera hacia sus alcances y limitaciones. Además, el engaño le punza en la conciencia: “Hallar escrúpulos en Morel, por haber fotografiado a sus amigos sin consentimiento, me divirtió; en efecto, creí descubrir, en la mente de un sabio contemporáneo, la supervivencia de aquel antiguo temor”, escribe en su diario el fugitivo. Entonces, Morel se nos revela como un sujeto absoluto que impone su voluntad frente a los demás, afirmándose como un ser independiente y categórico, que trasciende aquello que limita sus ideales. En tanto sus intenciones se ven limitadas por la libertad de sus amigos, el científico se las cancela. Decide no comunicarles su proyecto sino hasta que irremediablemente forman parte de él. Al respecto, el narrador afirma: “En verdad, hay que tener una conciencia muy dominante y audaz, confundible con la inconsciencia, para hacer esta declaración a las propias víctimas; pero es una monstruosidad que parece no discordar con el hombre que, siguiendo una idea, organiza una muerte colectiva y decide, por sí mismo, la solidaridad de todos los amigos.” En suma, Bioy Casares construye al científico como una isla lejana, si no exótica, desconocida e impenetrable, difícil de aprehender. La apariencia de delicadeza física y de comportamiento de Morel en la que el narrador insiste, está íntimamente ligada a su labor: lleva a cabo un ejercicio eminentemente intelectual, carente de trabajo físico. Los procedimientos lógicos necesarios para concretar el invento de Morel están supeditados a la realización de sus ideales, de su isla, de su utopía. La realización de esta utopía lo llevó a convertirse en sujeto absoluto. He aquí delineado al científico de Bioy Casares.
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Investigación
La isla: sueño y pesadilla Jorge Ruedas de la Serna, esbozando la tradición que comenzó con Tomás Moro, plantea que la utopía es un lugar de evasión, en el que se cortan los vínculos con el resto del mundo, fuera del tiempo y de la historia: “el mundo utópico no se asienta en un lugar regalado por la naturaleza, sino constituido por el hombre” . La construcción de una utopía implica encaminar los esfuerzos a la creación de un modelo normativo alternativo al existente. En ese sentido, la isla de Morel, imaginada por Adolfo Bioy Casares, marca una ruptura con las utopías clásicas. Se ubica en un espacio alejado y bien delimitado, que busca repeler el mundo exterior. Morel invierte su fortuna en la construcción de un museo, una iglesia, una pileta y su invento. Sin embargo, no es para instalar ahí un nuevo centro ideológico, sino para erigir el imperio de la vida eterna. Al capturar las imágenes de la ociosa y feliz semana con sus amigos, Morel no pretende crear vida, sino reproducirla eternamente. Afirma: “La eternidad rotativa puede parecer atroz al espectador; es satisfactoria para sus individuos.” El científico cree haber regalado a sus amigos una eternidad agradable. “Esta isla, con sus edificios, es nuestro paraíso privado” anuncia Morel. Entonces cree conseguir su objetivo: establecer un monopolio sobre sus amigos. Su utopía parece realizada. Ha constituido su paraíso, la reproducción eterna de sus días felices. Sin embargo, este paraíso es vulnerable. Una vez enterado de las maniobras de Morel, el fugitivo da cuenta de la existencia paralela de dos realidades de tiempos diversos en un mismo espacio: paraíso y mundo terrenal. Las imágenes del primero no pueden evitar que los humanos, finitos, las destruyan o que desconecten la máquina. Por eso el aislamiento del paraíso, para proteger a las indefensas imágenes. Daniel González Dueñas agrega que esta vulnerabilidad también está dada por la revelación del secreto al grupo de amigos. Es un paraíso cuyos habitantes han perdido la inocencia a través del conocimiento del mismo. El científico vulneró su utopía, afirma González Dueñas, en tanto les concedió el derecho a sus amigos de conocer su destino, y puso en peligro la felicidad que dependía de la ignorancia. La constitución de la utopía de Morel, además de padecer la vulnerabilidad ya explicada, no es extensiva a todos los personajes de la novela. ¿Qué significa esto? Morel trabaja, planea y construye su utopía, lo que no implica que sea la de Faustine y sus amigos. Morel no es consciente de ello, pues asume que su plan los hará felices. Cuando Morel reúne a sus amigos para explicarles su empresa, es interrumpido por la molestia y el temor de uno de los acompañantes: Stoever. Éste comprende los sucesos y descifra el secreto que se esconde detrás de la explicación del científico. Los efectos de la máquina sobre las personas son evidentes: produce la caída de las uñas, el cabello, muere la piel y las córneas de los ojos y después de alrededor de quince días muere el cuerpo. Tertulia
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Investigación El costo de la eternidad agradable ofrecida por Morel es la vida misma. La máquina inventada por el científico no produce vida, sólo reproduce los momentos vividos y ello no es precisamente la utopía de Stoever. ¿A qué se enfrenta este personaje?, ¿qué es la realidad en la que está inmerso, condenado? Es la distopía o “la inversión pesadillesca de la utopía ideal y perfectamente ordenada” , en palabras de Suzanne Jill Nevile. Así pues, Stoever, se encuentra atado y cae en la cuenta de su condición de prisionero. Su libertad ha sido cancelada y Morel lo ha condenado a una muerte lenta y dolorosa. Stoever estalla en cólera, impotente ante las decisiones del científico. Sin embargo, no puede hacer nada; su imagen se repite por la eternidad. ¿Qué tenemos en La invención de Morel? ¿Es tan sólo el relato de la utopía de un hombre de ciencia? ¿La narración sólo nos ofrece la visión utópica de un sujeto olvidado? En la novela nos encontramos con dos visiones irreconciliables: la utopía de Morel y la distopía de Stoever. Para Jill Nevile una heterotopía –término acuñado por Michel Foucault -; para nosotros, una cuestión relativa. Ella afirma que en La invención de Morel se “tiende a borrar la disyunción utopía/anti-utopía.” En una heterotopía no pueden ser nombradas las cosas o las percepciones. Nosotros sostenemos que la utopía o la distopía son órdenes perfectamente definidos, cuyas barreras son claras si los asociamos a los sujetos concretos; y en ese sentido definir la isla como uno u otro depende de la perspectiva de quien lo piensa. Morel tiene clara su idea utópica. En referencia al mismo hecho, Stoever lo ve como una distopía. Un mismo significante, con varios significados. La aparición de ambos sentidos ante una misma realidad no implica que se mezclen, conformando heterotopías. En la novela de Bioy Casares utopía y distopía conviven, se oponen, se enfrentan, causan conflicto, más no por ello impiden ser identificadas, nombradas y percibidas. Conclusiones La ciencia responde a los anhelos, las necesidades y las frustraciones de los seres humanos. Este es uno de los múltiples sentidos de la novela de Adolfo Bioy Casares. Morel, aunque científico literario, expresa sus pasiones. Su invento y su isla nos recuerdan que la utopía y la distopía dependen de la relación pesadillesca o de ensueño que el ser humano establece con el entorno que construye, o en su caso, en el que se encuentra inmerso. Ahora, quizás conocemos un poco más a ese ser extraño, sintiéndolo más cerca. O puede que, debido a su calidad de sujeto absoluto, nos sintamos horrorizados ante este personaje. El lector decidirá. Puede dejar La invención de Morel en el librero, o, quizá imaginar que, mientras lee este texto, las imágenes del científico y sus amigos se reproducen en una isla del Pacífico.
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Investigación Fuentes primarias -Bioy Casares, Adolfo. La invención de Morel. Madrid: Cátedra, edición de Trinidad Barrera, 2007. Fuentes secundarias -Foucault, Michel, Las palabras y las cosas, México: Siglo XXI, 2010. -Gambetta Chuck, Aida Nadi. “El discurso fantástico antiutópico de Adolfo Bioy Casares”, La experiencia literaria, núm. 6-7 (marzo): 125-134. México -García, Mara L.. “Lo fantástico y el proceso creativo en La invención de Morel”, Signos literarios y lingüísticos 2, núm. 2 (julio-diciembre): 123-129. México -Glantz, Margo. “Bioy Casares y la percepción privilegiada del amor: La invención de Morel y la arcadia pastoril”, Káñina 4, núm. 1 (enero-junio): 19-31. Costa rica -Goffman, Erwing. La presentación de la persona en la vida cotidiana, Buenos Aires: Amorrortu. -Gonzales Dueñas, Daniel. “Los paraísos vulnerables”, Intermedios, núm. 2 (junio-julio 1992): 46-53. México -Jill Nevile, Suzanne. “Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges: la utopía como texto”, Revista Iberoamericana, núm. 100-101 (julio-diciembre): 415-432. -Monmany, M. “Las mujeres imposibles de Bioy Casares”, Biblioteca de México, núm. 23-24 (septiembre-diciembre): 73-77. México -Nitschack, Horst. “Cidade de Deus de Paulo Lins y La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo: el adolescente como sujeto absoluto” en Barbara Potthast y Sandra Carreras (eds.), Entre la familia, la sociedad y el Estado. Niños y jóvenes en América Latina (siglos XIX-XX). Iberoamericana, 2005. -Rodríguez Barranco, Francisco Javier. La vida de una imagen: Adolfo Bioy Casares y su diálogo con Borges, Málaga: Universidad de Málaga, 2005. -Ruedas de la Serna, Jorge A. Los orígenes de la visión paradisiaca de la naturaleza mexicana, México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2010. -Suarez Coalla, Francisca. Lo fantástico en la obra de Adolfo Bioy Casares, Toluca: Universidad Autónoma del Estado de México, 1994. -Toro, Alfonso de y Susanna Regazzoni (eds.), Homenaje a Adolfo Bioy Casares. Una retrospectiva de su obra, Madrid: Vervuert,2002.
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Cuento Prendo la luz de mi cocina. Me siento en uno de los bancos durante un tiempo indefinido, hasta que dan las diez de la noche, leyendo y tomando notas encima de la mesa desplegable. Me voy porque se me ocurre escribir algo en mi muro virtual. Cuando regreso, la luz sigue prendida. Algo se mueve junto al frutero. Rápido. No solamente un algo, son dos; después están en el piso y luego en el techo. El tercero lo veo encima de mi piel. No lo siento, sólo lo veo pasear en mi piel en mi pijama.
-“Que apagues las luces que no estés usando”, un regaño constante que no suelo escuchar de mi madre. ¿Esto es lo que me gano por no escucharla? ¡No! La cocina es el único espacio iluminado en mi departamento esta noche.
Parecen ser sombras de criaturas. Ellas se proyectan en mi cuerpo, en las paredes de mi cocina, en todas partes. Como si todo lo físicamente visible fuera un pizarrón para ellas, todo lo material iluminado por el foco de mi cocina. Desaparecen cada vez que se esconden en la sombra que proyecta mi mesa desplegable. Me quedo parado frente a la mesa, completamente absorto y estático; veo la puerta de la cocina y la abro; salgo corriendo; azoto la puerta; giro a la izquierda, hacia mi cuarto –en el trayecto me he encajado en las costillas la esquina derecha de la mesa y me duele.
El pasillo es seguro de proyecciones: está ligeramente iluminado por la luz que surge debajo de la puerta de la cocina, la única luz de mi departamento hasta ahora. Me detengo en cuanto logro tantear la manija de la puerta…Pudieran ser bichos en el foco. No. No había nada en el foco de la cocina… ¿O sí? --Regreso una mirada a la delgada franja de luz. Una de las sombras roza el hilo amarillo-- ¿O estarán dentro del foco? Tengo que regresar y quitar el foco: sombras que se proyectan así, sin ente alguno o animal visibles alrededor, sólo pueden permanecer dentro del mismo foco, aunque es prácticamente imposible que
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Tertulia
NO SOMBRAS
Cuento algo viva dentro de un objeto tan caliente que emite tantos volts y energía, además ¿por qué no habían aparecido antes?, ¿por qué ahora? Alejandro Velázquez Hernández -“Que siempre vamos a llegar mañana, más te vale no meter a nadie en la casa”, una amenaza constante que no suelo escuchar de mi madre. Esto es lo que me gano por hacerle caso esta noche.-
Tal vez son pulgas o algún otro bicho que consiguieron meterse en el foco mientras yo escribía en la sala. Si las cucarachas son tan resistentes ¿por qué no estas cosas? A punto de girar la perilla de la puerta de mi cuarto, retrocedo como un mosco atraído hacia la luz de la puerta, con la mente en blanco. Abro, ya con el recuerdo de mi hipótesis anterior de las pulgas. Quito la mesa desplegable y una de las sombras surge de su escondite, la sombra de la mesa. Mis manos sudan. Agarro el banco con el que trepo mientras me levanto hacia al foco -vi dos en mi brazo. Me quemo los dedos en cuanto quiero quitar el foco caliente. Grito. Nadie me escucha -¿o sí?-. Me bajo y, con mi puño, el lastimado, apago el interruptor. Oscuridad y quemadura de dos grados en las yemas de mi dedo índice y anular. Las sombras desaparecen. Oscuridad total. ¿Se habrán ido porque el foco está apagado y por qué contiene el tercio de? Entonces prendo la lámpara de mi celular para subirme a quitar el foco con un trapo seco.
Vuelven.
Aparecen
para-celular
toca
en el
cuanto techo.
el
Casi
destello me
de
caigo
mi del
lámbanco.
Ni dentro ni fuera del foco. Reviso la lámpara de mi celular. Miro detenidamente a las ¿sombras? ¿Qué son? Su origen. ¿Dónde está? Toda sombra te lleva hacia su dueño. Estas cosas no. No llevan hacia nada. Tertulia
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Poesía
TE SUEÑO Tláloc Correa Sánchez
Te sueño dormida; Dormida soñando; Dormida soñando conmigo Soñándote dormida. Entregados al sueño profundo, Infinito e inalienable; Propiedad de ambos Propiedad de nadie. Te sueño soñando conmigo Al tiempo mismo, Que en fingida muerte, Me entrego a la nada Del amor perdido, del amor instante, Del amor contigo, Soñada Amante. Sueño sueños de amores Nacidos en tus miradas. Sueño sueños de amores Que mueren cada mañana. Renaciendo en tu recuerdo, en mi soledad De las horas frías. Frías madrugadas.
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Poesía
PERMANENCIA INVOLUNTARIA
José Manuel Vacah (Cd. México 1990)
Para qué si ya hubo otros que apagaron la luz de esta habitación donde los relámpagos comparten su ira mojada en saliva haciendo equis en el aire como ahuyentando la tormenta que se avecina o para bautizar con su aliento un no sé qué de amores fugaces como hipócritas o sólo para ver a Dios -tal vezen un vaso de agua mientras rezamos una oración que fue un poema escrito por alguien cuyo nombre no existe no voy a encender la luz estoy esperando que alguien haga un espectáculo con las sombras para nosotros pequeños actores de esta escena que nos dejó la costumbre de amarnos a ciegas cenar esta vez con las velas apagadas y esperar…
la luz lo intento no será una excusa que pretenda llevar hasta las últimas consecuencias prefiero encontrar el destino a oscuras y llamar al amor con la insistencia de una niña que lleva un vestidito con holanes y cantar desafinado para que ninguna muchacha se enamore de mí y luego cantar para que nada sea verdadero y para que nada exista ni la luz ni las sombras todos me dicen: “apaga la luz” “enciende la luz” quiero solamente encontrar mi soledad en otra parte para no mover los muebles para no hacer más espacio en la casa para no estar todo el día en esta oscuridad de esta habitación que es como mi cuerpo aunque después de todo casi no tengo ganas de intentar cosas nuevas prefiero un teléfono apagado que una golondrina bailando en mi tristeza con tus ojos y no obstante todos los días habito una esperanza llena de mujeres amables que me sacan la lengua// [aquí se apaga la luz]
Tertulia
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Ensayo
GÉNERO Y SEXO: Cuestiones gramaticales y sociales Napoleón Cruz Paz
Hace algunos días, inició una suerte de contienda en la que el problema central era “El sexismo en el lenguaje”. Esto surgió por algunos comentarios realizados por el Dr. Ignacio Bosque, eminente gramático y lingüista, sobre el hecho de que no tiene nada que ver con la discriminación el uso mayoritario de palabras con género masculino que con femenino en el uso diario. Ante tal situación, algunas personas consideraron que dichas declaraciones poseen, por sí mismas, un rechazo a los cambios en la estructura del habla: siempre hacer la distinción entre hombres y mujeres o, como pretenden algunos, entre masculino y femenino.
El problema es que estas actitudes tienen un carácter combativo y, desde mi perspectiva, un arraigado sentido feminista. En primer lugar, apelan a una situación de discriminación no muy clara –¿se puede discriminar a una mujer llamándola músico, por ejemplo? –; en segundo término, si es que hay casos de discriminación, ¿no también se efectúa contra los hombres, al haber sólo persona en lugar de que hubiese también persono?
Hay que tomar en cuenta que el sexo y el género no son lo mismo. El sexo es la “condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas” (DRAE, 2001), es decir, la distinción natural de los animales. El género es, en gramática, la “clase a la que pertenece una nombre sustantivo o un pronombre por el hecho de concertar con él una forma y, generalmente, sólo una, de la flexión del adjetivo y del pronombre” (DRAE, 2001). Queda claro, pues, que no se debe incurrir en un uso erróneo de estos términos: el género es una cuestión gramatical; el sexo es netamente de uso real.
También se presenta otra cuestión. Como todo el mundo sabe –o espero que sepa– existen sustantivos que no presentan las marcas de género convencionales –o para masculino y a para femenino–, sino que, por razones meramente de uso, presentan otras terminaciones: e, i y u, aunque éstos últimos dos en contados casos; e incluso nombres que no tienen una vocal como marca de género. Ahí está elefante, alhelí, iglú, jaguar, entre varios más. ¿Acaso también será necesario cambiar a elefanta y elefanto, a alhelía y alhelío, jaguara y jaguaro?
Las personas que apelan por el cambio en el lenguaje y que buscan una reforma lingüística de-
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Tertulia
Ensayo ben entender que solamente se trata de convenciones. Es cierto que el lenguaje releja una realidad, pero hay cosas que no puede reflejar cabalmente, por lo que debe llegar a acuerdos para poder funcionar en la sociedad. De ahí que existan palabras que engloben algunos términos, como personas o gente, que implica tanto hombres como mujeres, y animales, que incluye machos y hembras.
El uso de sustantivos con género masculino no implica un sentimiento de discriminación; sólo responde a una convención ya muy vieja. Creo que pretender cambiar la realidad con base en algunos aspectos gramaticales no funciona porque, como mencioné anteriormente, es una manera –que no la única– de representar nuestra realidad. En sociedad funcionamos perfectamente como hombres y mujeres –género masculino y femenino, respectivamente– y como gente –género femenino. Si hemos funcionado bien durante mucho tiempo, ¿cuál es el objetivo de cambiar la estructura gramatical de una lengua que, como dijera Antonio Alatorre, tiene poco más de 1001 años de vida? Las cosas deben analizarse desde su respectivo campo de estudio. Dejemos el género a la Gramática y el sexo a la sociedad. Sólo si llegamos a entender que tenemos terminaciones convencionales para describir o representar la realidad, podremos asumir que no es necesario un cambio tan drástico y, si se me permite, tan inútil. ¿Cambiará mucho nuestra realidad si siempre decimos “amigas y amigos”, “señoras y señores”, ”nosotros y nosotras”, mientras no se plasme en la realidad esa equidad que sí creo necesaria para mejorar nuestras relaciones sociales? En lugar de buscar la igualdad en algo abstracto como el lenguaje, que es mera representación de la vida, las facciones que apoyan ese cambio deberían buscarla en el trato diario, en la socieTertulia
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Ensayo
dad, en lo real y factible. A las palabras se las lleva el viento y no creo que les agrade que cualquier borrasca elimine su condición de iguales. Los hombres y las mujeres tenemos sexo; sólo las categorías nominales de la gramática tienen género. Cuestiones gramaticales y sociales, sin duda.
Cuento
LA OTRA VIDA
Clemente Aurelio Sánchez Rodríguez
¡Aviéntalo do
es
ya
pendejo!,
lanzado
hacia
¡Ahí la
viene
escuela,
la
todos
tira!-
Un
petar-
salen
corriendo...
Él era porro de un Bachilleres, casi siempre iba al CETIS que está cerca de mi casa, para hacer lo que suelen hacer los de su grupo, a saber, aventar petardos, gritar porras o jugar pelota. Con sus amigos se comportaba diferente, mostraba su lado rebelde; sin embargo, esto a mí poco me importa, porque estoy muy enamorado de él, aunque fuera una relación muy complicada, por ser de hombre a hombre en un grupo de porros. Pero era precisamente por esto último que yo amaba a Andrés, pues lo veía como al humano que amo, a ese hombre con el que estoy, no como al porro que suele ser.
Aunque por otro lado, yo ya le había pedido que abandonara ese grupo, pues me preocupaba que un día la policía lo agarrara por herir a una persona, o los porros del CETIS le fueran a hacer algo por andar haciendo desastres, pero, “Es mi vida chaparro, yo quiero seguir”, era lo único que me respondía cuando le sugería lo antes dicho.
Evidentemente su grupo desconocía sobre lo nuestro; incluso, no sabían nada de la sexualidad de Andrés. Él cuando podía, aparentaba ser heterosexual, pero en el fondo, su gusto por mí perduraba; pues él no era como cualquier porro, ya que era muy tranquilo, escuchaba música de “todo” menos banda y reggaeton, aventaba petardos por diversión, no para lastimar (aunque ya le había dicho que eso también era una agresión). Tampoco se creía el valiente cuando estaba con ellos, era muy precavido. De hecho, podría decir que era el más inteligente de todos.
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Tertulia
Cuento Mis amigas, por supuesto, decían que lo dejara, que
Al día siguiente, Andrés estaba afuera del
era muy peligroso el estar a su lado, y otras opinaban
CETIS
que era algo valiente de mi parte estar con un porro. Yo
siempre,
al
que estaba
acostumbra con
sus
a
ir,
y
amigos
como porros.
simplemente me enamoraba más a cada segundo, por esa ternura que manifestaba cuando estábamos jun-
-Wey, lanza este petardo hacia el edificio que está
tos, porque realmente sentía mi corazón latir por él.
adentro de la escuela-Le dijo uno de los porros.
Un día estábamos en casa solos, hablábamos de muchas
-Pero, no hay nadie adentro ¿verdad?-Preocupado
cosas, y en un momento inesperado, Andrés me dijo:
responde Andrés.
-Quiero que sepas algo; sé que a ti no te agrada que me junte con los porros. Muchas personas nos ven
-¿Lo vas a lanzar o no?-El sujeto saca una nav-
mal, nos critican, y no los juzgo, la mayoría de el-
aja y la pone en la espalda de Andrés, dando
los realmente no aportan nada, pero, si tan solo
a entender que si no lo hacía se la enterraría.-
yo pudiera cambiar un poco la forma de pensar
¡Aviéntalo ya pendejo!, ¡Ahí viene la tira!
de todo ese grupo, que se volviera una verdadera forma de manifestar la inconformidad, yo...-
Andrés entonces toma el petardo, apunta hacia una de las ventanas del edificio, arroja el objeto lo más
(Interrumpiendo a Andrés) -Amor, bien sabes
fuerte y este rompe el vidrio, entra al salón y estalla.
que una persona no puede cambiar a un sec-
Tras esto se oyen gritos de espanto y desesper-
tor que tiene años de actuar de la misma man-
ación, salen personas del salón, algunos con san-
era. Sé que tú realmente buscarías otra ideología,
gre, otros espantados, algunos se desmayan.
y no te culpo, yo también así lo quisiera; sin embargo, si es tu decisión estar ahí, no puedo obli-
-¡No
mames!,
¡sí
habían
personas
aden-
garte a lo contrario. Yo amo el hecho de que qui-
tro! Cuando voltea Andrés, el tipo le cla-
eras ser diferente, y que no te guste hacer mal a
va la navaja en un brazo y se va corriendo.
la gente cuando estás con ellos, yo amo al Andrés
Andrés herido también huye de ahí, sin embar-
que es igual de humano como todos- respondí,
go, las patrullas ya lo siguen muy de cerca, él en-
tomándolo del cuello y lo besé profundamente...
tra a la calle donde está mi casa y llega rápido. Toca la puerta. Tertulia
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Cuento -¿¡Andrés!?, ¿¡qué te pasó en el brazo!?- asustado dije. Andrés cayó al suelo y yo me detuve por -Amor, un tipo me amenazo para que aventara un pe-
el jaloneo de la caída. Me agaché a él.
tardo a un edificio del CETIS, lo hice y herí a varias personas con la explosión, ahora la policía me persigue.-
-Amor por favor, no te mueras, por favor resiste un poco más. Cuando terminé de decir
-¿¡Que hiciste qué!?, ¡Dios!, seguro te vieron entrar
esto, similarmente a como las sensaciones del
a la calle- exaltado comenté. A ver, calma, debemos
susto y el temor atraviesan el pecho, de esa mis-
pensar cómo huir. El coche de papá está aquí, sólo
ma forma sentí cómo un balazo se hundía lenta-
hay que salir rápido y así te perderán la pista. Lo tomé
mente en mi espalda. Caí entonces sobre Andrés.
de la mano y corrimos hasta donde estaba el auto. -Corazón... Perdóname por no cuidarte bien- decía -Perdóname chaparro, no quería meterte en esta sit-
yo con las últimas energías que me quedaban.
uación. Me besó.
-Ya tranquilo, después hablaremos de esto- respondí
-Perdóname tú a mí, Marco; ambos otra vida
y subimos al carro.
merecíamos...
Se estaban abriendo las puertas para salir de la casa, pero cuando ya íbamos a arrancar, vimos a muchos porros del CETIS que estaban justo enfrente de la calle. Arrancamos y comenzaron a disparar al automóvil, estuvimos a punto de bajarnos, pero no lo hicimos, sin embargo, un balazo entró a una de las llantas, por lo que tuvimos que dejar el auto.
Andrés y yo corrimos lo más que pudimos; él me tomó del brazo para ir más rápido, pero en ese momento.
-¡Pinche puto! Se oyó un disparo.
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Tertulia
Poesía Ya me voy, mariposa de crucigrama Me voy de ti, me despido de tu alma Voy a perderme en intrincada selva Me voy y no sé si vuelva. Allí, en el fondo de un cajón Te dejo mis madrugadas perdidas, Te dejo mis insomnios con cafeína, Y un trozo de mi corazón. Allí, colgando del cerrojo Te dejo una tímida protesta Con los hilos de esta marioneta Que tanto moviste a tu antojo. Allí, en la última gaveta Envuelto en telar invisible Te dejo, aunque ahora inservible Mis aires de poeta. Allí, en la mesita de noche Te dejo mis cartas con cursilerías Si abrieras de tu corazón el broche De seguro las entenderías. Allí, perdido en ese reguero Puede que encuentres un rencor Y a la rosa, la verás sin florero Pues allí, guardo el temor. Allí, en el soporte del televisor El final de este largometraje, Más de una vez estuve en su rodaje Para convertirme en espectador. Allí, en la cajita de cristal Están todas mis locuras Las que como rio bestial Desaparecían tu ternura. Allí, sosteniendo las ventanas Están mis excusas para verte, De tanto planearlas quedó inerte Tu imagen en mis sábanas.
ALLÍ
José Manuel Cardentey Cuesta
Allí, encima del viejo reloj Te dejo a su novia melancolía Cuídala, para que un día Recuerdes a quien te la dejó. Allí te dejé en el gran espejo, Mis ojos verdes que tanto quisiste Como seré ciego en este viaje triste, Envueltos en lágrimas te los dejo.
También me llevo el dolor más intenso Que corazón humano haya sentido, Ni el más fiel incienso Salva a este ser vencido. La nostalgia por haber sido tu prioridad Se va aferrada en mi mente Mientras que no ser más tu deidad Me irá consumiendo lentamente.
También me llevo la loca ventura De haber sido tu amante clandestino, Aunque mi amor se ataba a la censura Siempre de modo repentino.
De igual manera me acompaña Este viejo baúl de los recuerdos Allí, debajo del colchón que moldeamos En el eché nuestro primer beso Están mis confesiones a la almohada Al igual que nuestra última campaña. Entre ella y yo quedaban atrapadas Las cosas que nunca hablamos. ¿Te acuerdas de Juana y su hermana? Pues bien, las dos volaron de mi mente Allí están con mi papel y mi lápiz Pero a tu dulce amor inocente Las gracias porque hayas amado Lo recordaré hasta la última cana. A este esclavo libre pero cansado Que se ahoga con su cáliz. Allí, en la pared te dejo plasmado Las frases de amor que me arrancaste Allí, meciéndose en el sillón te dejo Pero me llevo una que habías grabado Todos mis esfuerzos por complacerte Donde me pedías nunca olvidarte. Y la ilusión de que tu amor adolescente Me duraría hasta llegar a viejo. Así que adiós, mariposa inocente, Se despide este servidor aguerrido Allí, descansando en el teléfono estará Convencido de que aún en el olvido El millón de vigilias que te hice Te amaré eternamente. Si quieres saber cuánto te quise Pregúntale, que te contestará. Si crees que te dejé demasiado Siento decirte que te equivocas, Me llevo el sabor de tu boca Y las horas que pasé a tu lado.
También me llevo celosamente guardado Los amaneceres que viví contigo, Allí, dejé con la lámpara encendida Lo que queda de mi corazón mendigo, Mi más pequeña esperanza Y la dicha de que me hayas amado. De darte un beso de despedida Con la respectiva cosquilla de mi panza.
Tertulia
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Crónica
RECUENTO DE DAÑOS 2008 NOI IC AC OVNI Victor Ibarra Calavera
sin trabajar ni estudiar: sin preocupaciones: vida desenfrenada cayendo sobre el pavimento, rodando sobre sí misma, levantándose y embistiendo la cámara, aullando y enseñando los dientes juventud drogada inclasificable, así como era en un principio: escribiendo poemas delirantes: bebiéndonos lo más: ningún otro hombre, ningún otro momento: solamente nosotros, con ganas de saltarnos el punto y estallar: congregar la borrachera y el encabronamiento, en un disturbio a guitarrazos: allanamiento de morada, incendios, sangre, disparos a la cabeza, gente huyendo en todas direcciones, gente enmascarada y golpes y ojos enrojecidos: lo que sucedía era que en este país la poesía no le importaba a nadie: no se leía ni se escribía nada: era asunto de flotación y burocracia, como una ceguera de tanto mirar la blancura y aplaudir: la juventud quedaba al margen: querían que nos muriéramos de aburrimiento y, en el camino, aceptáramos como religión a la hoja en blanco: era el reino de las canas y el soneto, de los uniformados y selectos hombres de letras del siglo xii al xix; estábamos hartos y locos, desharrapados: no existíamos y no nos importaba: escribíamos por demás sin detenernos, contaminando, malgastando la vida en arrancones: furiosos y drogados nos veían pasar como un virus nómada; una mutación del adn: y m t o g i v: envueltos en la noche del rock y las calles de la ciudad apuntándonos, fuera de lugar, alienígenas neones, detonamos la trifulca queríamos agotar la época y las generaciones, que todos los que tuvieran algo que decir lo dijeran en todos los idiomas arrancados de la gravedad, asaltamos el mar y nos ahogamos, latiendo más fuerte, como erupción de fondos pintarrajeados; hicimos que las piedras hablaran; entendimos el lenguaje de los animales; nos inmolamos; robamos todos los libros que quisimos; bebimos todo el alcohol; bailamos hasta suspendernos en el aire, pero faltaba algo, pero faltaba: no recuerdo el día; la hora: dos en punto; quiénes: oswaldo y yo, en dirección a la palabreta, donde tomábamos café gratis; sin trabajar ni estudiar: sin preocupaciones: con ganas de aullar, a vuelta de pedrada: siempre en las calles, siempre en las calles, siempre en las calles: con la cabeza llena de pájaros negros: asaltar un banco, armar una revista y un festival: terminamos armando una cochinada de festival: cómo llamarlo: imeca? radioactivo? nómada? no: simplemente festival de poesía subterránea: cuatro lecturas: inauguración infrarrealista: edgarartaud, óscaraltamirano, pedrodamián, el fantasma de mariosantiago + amigos: fabián, robertobanda, literagen, devrayativa, hectorvieltemperley, huidobro + fiestas como puntos suspensivos: luego distancia y clausura: héctor, los relámpagos, el vandalismo: grupo mancha: manuel, yaxkin y yo, monstruos explosivos: los presagios y la alcantarilla: todos nosotros: salvajes e inocentes: alunizando, alucinados: los que fuimos algún momento, o que seguimos siendo; los que seremos siempre: aurelio, thalia, eduardo, manuel, iván, itzcóatl, guillermo, oswaldo, yaxkin, daniel, roberto y yo: verano lluvioso: derrapando: sucediendo.
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Artículo
LOS OLVIDADOS Angélica Ortiz
Una de las piezas más sublimes ciar la muerte de Julián, uno de El ojitos, un ciego y una joven sin del cine mexicano, ganadora del sus compañeros en la pandilla. vida propia, conforman otro escepremio al mejor director en el Fes- Después de una serie de actos de nario que refleja por medio de metival de Cannes, donde el director vandalismo por parte de Pedro táforas la posición del gobierno, el Luis Buñuel uno de los más repre- y el jaibo, la necesidad de amor mexicano y la democracia e impusentativos y originales directores y calor que tiene Pedro lo hacen nidad pertenecientes a la época. de cine nos deja ver, entre crítica cambiar de parecer y busca la De un corte cruel y realista, la y realidad, la situación que atrave- manera de obtener dinero para obra de Buñuel, Los olvidados, saba la gran urbe, México. Con un ayudar a su madre; sin embargo, la cubre todos los aspectos importoque sutil de surrealismo que Bu- presencia del jaibo le es obstáculo tantes en el drama. Tocar temas ñuel le da a algunas escenas clave, pues mantiene una complicidad como la muerte y la miseria de el drama también aborda temas de con él que no lo deja vivir en paz. una forma tan cercana y revetrasfondo como la personalidad Asesinato, robo y miedo son la ladora, le dieron en su momento y la condición del ser humano. sombra de Pedro quien al no en- y aun en nuestra época la imLa trama va de una pandilla pert- contrar salida, huye de su casa y portancia y polémica merecidas. eneciente a un barrio marginado al regresar, su madre, que también de la Ciudad de México, donde el ha sido olvidada por la suerte de la Jaibo (Roberto Cobo) escapa de vida, decide que es mejor que reuna correccional, tras haber per- ciba un castigo y es internado en manecido encerrado un año. Al una escuela granja donde parece reunirse de nuevo con su pandilla, recuperará la confianza de los el jaibo, retoma la vida criminal demás sin embargo, nuevamente, en las calles; entre sus compañeros el jaibo se atraviesa en su camino se encuentra Pedro (Alfonso Me- para terminar trágicamente con jía), que es menor que él, sin em- su vida, después de haber sido debargo mantienen una estrecha latado por su amigo y cómplice. El amistad que lo lleva a presen- jaibo recibe su castigo, la muerte. Tertulia
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Cuento
BUENAS NOCHES Tláloc Correa Sánchez
Al salir del trabajo me dirigí a casa, el tránsito en las calles era abrumador y el ruido estrepitoso de las bocinas de los autos vecinos solo lograron que levantara la cortina de cristal de mi coche para dejar la estruendosa bulla en el exterior. Encendí la radio -Son las 8:15 pm- decía el locutor con una voz grave, después de eso siguió una serie de anuncios y propaganda política, así como una crema para el acné, pastillas para las hemorroides, y varias mercaderías que para mi resultaban inútiles o simplemente no cumplen con lo que pregonan. En fin, a la postre comenzó la música, con las primeras notas reconocí la melodía, “Veneno en la Piel”, de Radio Futura, y las siguientes canciones se mantuvieron en ese tono durante varios minutos. La marcha fúnebre de camiones y pequeños automóviles comenzó avanzar a mayor velocidad; al recorrer unos cien metros descubrí que el lento desplazamiento fue ocasionado por una mujer distraída y un conductor ebrio que violentamente se había impactado contra el coche de esa infortunada, que nunca imaginó que su vida terminaría en algún crucero de esta ciudad.
No tardé en llegar a casa, metí el carro al estacionamiento, saqué el portafolios y el saco de la cajuela. Subí por las escaleras, el ascensor otra vez estaba “Fuera de servicio” , al buscar las llaves dentro del bolsillo derecho del pantalón, descubrí que aun llevaba conmigo la caja de cerillos, prueba de mis encuentros ocasionales en un motel cualquiera, con alguna mujer ignota que no pide compromisos, solo su paga.
Al entrar al apartamento dejé el saco y el portafolios en una silla que esta dispuesta cerca de la entrada para este propósito. Encaminé mis pasos al lavabo del baño, me miré los ojos cansados, el rostro fatigado, vi que aun tenía una contusión y huellas de uñas que usaron mi faz como lienzo
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Tertulia
Cuento para sus defensivos trazos. Me lavé la cara, tomé una toalla para secar esas pequeñas gotas que se aferran con sus invisibles manos a las imperfecciones de mi rostro. Entré a la cocina, busqué un vaso donde beber un poco de agua, revisé el refrigerador pero no había nada que interesara al apetito, cerré la nevera no sin cierta molestia, me dirigí a la sala con un vaso renovado de agua, me senté e intenté encender el televisor, pero las baterías del control remoto se habían agotado, me levanté con rastros de ira en mis movimientos y lo encendí. Después de varios minutos sin dejar algún canal fijo decidí apagarlo e ir por una copa, donde verteré un poco de vino. Me volví a sentar en el sofá y me percaté del silencio que reinaba en la casa. En diez años de matrimonio era la primera noche que la tranquilidad cohabitaba conmigo. No habría reclamos, ni discusiones, ya no más.La noche anterior fue la ultima vez que oí esa voz sonora, aguda y fastidiosa que tenia mi mujer. Recorrí con la vista el apartamento y veo perezosamente que el desorden de esa ultima batalla con ella aún seguía ahí y que tarde o temprano tendría que limpiarlo. Me pasé las frías manos por la cara, como un intento para desprenderme de esa desidia que es muy natural en mi. Me levanté, un sonido llamó mi atención, fue el reloj que marcaba las 11:30 pm, con sus manecillas encerradas en la monotonía de su andar y pensé -Es hora de descansar-. Pasé a la cocina a depositar la copa con sedimentos de vino dentro del fregador, hice una escala al baño, oriné e imaginé que tendría que levantarme temprano por que mañana era un día de trabajo, como casi todos mis días. Entré en la habitación, mi mujer estaba en la cama, me acerqué y le di un beso en la frente, su pálida y fría frente,de mi boca se desprendió un -Buenas noches-, un susurro que no tenía sentido pronunciar. Me acosté a su lado y dormí. Al despertar descubrí que seguía ahí, muerta, como hace ya dos días en que mis manos terminaron la discusión, al segar su ultimo suspiro en la garganta. Me levanté y me dije -Tengo que ir a trabajar-. Tertulia
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Reseña Discográfica
NIKKI YANOFSKY Napoleón Cruz Paz En virtud de que es la reseña inaugural, me he permitido hacer tan importante labor con base en un gusto muy personal. En efecto, hay artistas con mayor recorrido y alcance a nivel internacional pero, como he dicho anteriormente, esta decisión obedece a un deseo por promover a tan distinguida cantante. Su nombre: Nikki Yanofsky.
Esta pequeñita canadiense –sólo tiene 17 años– se ha abierto paso entre los grandes artistas de jazz, debido a su extraordinaria capacidad vocal y a su innata habilidad para realizar el “scat” –articulación de onomatopeyas sonoras a una velocidad considerablemente rápida y de manera clara. Entre sus influencias están las grandes divas del jazz –Ella Fizgerald, Sarah Vaughan, Nina Simone, entre otras– y su amplitud vocal le permite desarrollar su voz en diversas variantes rítmicas jazz, soul, pop, R & B.
El disco que está en cuestión lleva por título, simplemente, Nikki. Aunque no es su primera producción discográfica, sí es el primer disco que incluye temas en los que ella ha participado activamente, tanto en composición como arreglos. Un disco con trece pistas que sorprenden por los múltiples estilos que convergen, de manera perfecta, en la estructura del mismo.
Los temas van desde el jazz tradicional (Take the “A” train), el pop (For another day), el R&B (God bless the child), vocal (First lady), hasta la combinación inusitada de un clásico del jazz con un gran tema –con base en mi criterio– de rock (On the sunny side of the street/Fool in the rain). El disco termina con una sutil interpretación de “Over the rainbow”. Mención aparte merece el tema “You’ll have to swing it”, en el que Yanofsky desarrolla, en la parte intermedia, un scat maravilloso que contrasta con la cadencia del inicio.
Una producción pulcra y una mejor ejecución constituyen el punto fuerte de este disco. En el interior del folleto hay algunas fotografías que demuestran que no sólo es talentosa, sino también sumamente hermosa.Recomiendo, encarecidamente, que escuchen: Take the “A” train, I got rhythm, You’ll have to swing it, Bienvenue dans ma vie y Try, try, try. Se puede comprar en una famosa tienda de música y películas o en tiendas especializadas de jazz. Una buena opción para disfrutar nuevos talentos del jazz que, no por ser nuevos, abandonan las raíces y a los grandes de esta corriente musical.
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Tertulia
Reseña Discográfica
iversal
Título: Nikki
cords/Un
Artista: Nikki Yanofsky Año: 2010
Decca Re
Género: Jazz Casa productora: Decca Records/Universal Productores: Phil Ramone y Jesse Harris Pistas: 1. Take the “A” train (Billy Strayhorn) 2. Never make it on time (Jesse Harris, R. Sexsmith, Nikki Yanofsky) 3. I got rhythm (George e Ira Gershwin) 4. For another day (J. Harris, R. Sexsmith, N. Yanofsky) 5. God bless the child (A. Herzog, Billie Holiday) 6. Cool my heels (J. Harris, R. Sexsmith, N. Yanofsky) 7. You’ll have to swing it [Mr. Paganini] (Sam Coslow) 8. Bienvenue dans ma vie (J. Harris, R. Sexsmith, N. Yanofsky) 9. First lady (R. Botos, N. Yanofsky) 10. On the sunny side of the street/Fool in the rain (J. McHugh, D. Fields/J. Baldwin, J. Page, R. Plant) 11. Grey skies (S. Banman, P. Shrofel, N. Yanofsky) 12. Try try try (Feist) 13. Over the rainbow (H. Arlen, E. Harburg) Tertulia
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Poesía
ANTIGUA ORACIÓN POR TÚ Y YO Clemente Aurelio Sánchez Rodríguez Oh gran Santa María, tú llena eres de gracia, y a ti te pido me escuches en este mi delirio.
Señora nuestra, flor más pura y bella, somos dos homosexuales juntos, porque él dejó a esa chica por estar conmigo.
María madre bendita, gema única de la vida; él me enamoró y yo ante sus brazos me he derretido.
Bendita dadora de la paz, que en tu imagen se conserva la humildad, yo a su cariño me he entregado, y decirte debo, somos los hombres más felices del mundo.
Madre santa, majestad de los cielos y la esperanza, un día sin más, él me mostró la otra cara de su corazón.
Inmaculada purgadora de los pecados en el alma, es tu mano signo de caridad, y son las manos de mi idolatrado como dos nubes en las que puedo tomar descanso.
Madre de Dios y de la verdad, sólo tú concedes piedad, y ese hombre a mí se acercó, besándome con tanta pasión. ¡Ay devota de la caridad!, que entre tu rostro hay bondad, cuando sentí sus labios, no pude evitar soñar estar más a su lado. ¡Virgen María!, tú que al mundo abrazas con el alma, ¡Nosotros, dos hombres, nos hemos descubierto!, y confesaré que fue algo más allá de lo divino. Madre bendita, portadora de la vida, tras esto él me confeso su amor, y yo quedé perplejo, por esa, su razón. Progenitora de la gentileza, con boga bendice esta mi fortuna, pues por tanto que su cuerpo tuve en sueños, ¡al fin sería mío con que diera el sí definitivo!
36 Tertulia
Dulce madre y dueña mía, que de tus ojos el cielo se ve sin más, cuando veo su pecho desnudo, yo casi me siento en el paraíso. Madre gloriosa divina, bendita te tiene la vida. Ahora te cuento: a cada que nos vemos, yo lo beso sin miedo. Santa mujer de la cristiandad, fuiste tú quien perdonó a la egipcíaca; pero sé que yo no necesito pedirte perdón, por probar su cuerpo en la intimidad. Virgen excelsa y mi amada María, yo a ti te alabo con tanta proeza; y a él lo adoro con tanto ardor que entre nuestro cariño, te juro, sólo hay puro amor.
“Aquí estoy, amigo, para celebrar una fiesta, la mejor posible mientras viva en la tierra. Creo que ese es también tu deber”. Janis Joplin
TERTULIA