revista turba Por Roly Villani
Ay, qué sequía (y no es de amor) El Noroeste argentino vive un desastre climático: la peor sequía en cincuenta años. Mueren los animales, no crecen las pasturas, las empresas habilitan un servicio de agua “por horas”. Pero esta larga mala racha, que coincide con el auge del desmonte y de la soja, casi no se nota en las grandes ciudades, ni figura en las
Dicen que es la peor sequía en cincuenta años en el Gran Chaco Americano, una región que se extiende en el centro de América del Sur entre los territorios de Argentina, Bolivia y Paraguay. Es el área boscosa más grande del continente después del Amazonas y las precipitaciones rondan el promedio de 600
milímetros anuales. En los últimos doce meses apenas cayeron 250, de manera sumamente despareja. El desastre climático en el NOA no es homogéneo. Hay zonas que la pasan mal y otras que la pasan peor. Juan y Antonia viven en el paraje La Calera. Tienen una bellísima casa de adobe, justo al borde de una pequeña quebrada, lo que les da una vista
privilegiada. Sentados en el patio de tierra pueden ver todo el valle, pero Juan no se siente con ánimo para disfrutarlo. -Antes era lindo, cuando había verde- dice. La Calera está a unos 50 kilómetros de Ojo de Agua, una localidad en el centro sur de Santiago del Estero,
Juan se llena de tristeza cuando tira sobre el patio de tierra el agua jabonosa con que limpió los platos y las cabras se pisotean unas a otras para chupar el barro con detergente.
foto: Maria Eva Salazar
páginas de los medios nacionales.
J
uan Leguizamón no se puede dormir. Escucha ruidos y le parece que esta vez sí se va a largar. – ¿A dónde vas? -le dice entredormida su mujer, Antonia Lezcano. –A poner los tarros, parece que va a llover –Qué va a llover. No llueve, claro.
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