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ONDAS DEL CORAZÓN

Por: Liliana María Urrego E.

Me sumergí de un suspiro en este nuevo Medellín, cargando conmigo una sensación aún de arena y espuma de mar. Recorro sus parques, sus calles, museos, iglesias, y es un vaivén de emociones, respiraciones, con pincelada de nostalgia por mi Urabá, territorio donde entretejí una vida, un hogar que tuve que dejar, soltar… momentos de invierno por los que transitó mi alma.

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Hoy siento diferente, cierro mis ojos, entrego mi resistencia, me sigue un olor a transformación, a sabiduría que me muestra lo que me habita: mi fuego interior, el misterio de mi propio canto. Así que decido abrir la puerta, dar el paso de continuar, reconectar con mi frecuencia, vibrar con mi vida en esta ciudad.

Y conmigo llega Sentido Común Marketing. Emprendimiento que, como yo, viene madurando, presente en mis andanzas y parte de mi rompecabezas. La realidad partió de un día caluroso, en el que me dio por preguntarme: “¿Qué sé hacer?, ¿para qué soy buena?” Días en los que uno naufraga por dentro, hacia lo más profundo. Así fue como comencé a enlistar mis talentos, a conversar conmigo misma, a verme en el espejo; luego con mis amigos más cercanos, críticos de mis labores como: docente, consultora, profesora de yoga, del área de turismo, de mercadeo, en fin, gente que me ayudaría a recolectar respuestas, colegas que me hubiesen visto o con los que había compartido escenarios desde mi quehacer profesional, vocacional, y me llevaron a escudriñar sin tapujos, sin señalamientos, usando todo mi sentido de escucha, atención y el común… lo que me inspira para el nombre Sentido Común (el cual no ha muerto como leí por ahí).

Luego de mi listado inicial, partí a preguntarme entre todo esto: “¿Qué me hacía feliz?, ¿qué era lo que más disfrutaba?, ¿en que soy realmente buena?, ¿de qué puedo sobrevivir económicamente y de forma independiente?, “mercadeo, yoga, ser mamá, fluir entre la gente, enseñar”, con estas respuestas me quedé y comencé a pensarme como emprendedora, como marca propia, en cómo no morir en el intento de ser “YO” y prestar un servicio que abrazara mi esencia, mi valor humano.

Así nace Sentido Común Marketing, con la imagen de una de mis artistas más inspiradoras y aguerridas: Frida Kalho, diseño de Julio Porto, un amigo de esos que siempre está presente. Para luego, en el 2020, vestirse de mándala, cautivándome, porque me veo en él, literal me mostró mi nuevo ciclo, mi nueva realidad y el alcance que puede tener mi marca. Con la Artivista Red de Creadoras, se gesta este diseño, con el que hoy giro desde la oportunidad, la creación y el amor propio. Siendo honesta, el inicio ha sido una danza temerosa que va rompiendo el miedo, sin embargo, me dejo guiar por mis caminos transitados, mientras voy liberándome de las estructuras y de sus ritmos.

Con mi marca me sueño económicamente independiente, generando diferentes formas de llegar a propuestas disruptivas para el mercadeo consciente en empresas humanas; caminar en la transformación de mujeres emprendedoras y recrear, desde el yoga y el mindfulness, un enganche entre lo femenino, lo social, lo empresarial y lo humano, al que esta llamado esta sociedad.

Convencida de que en Sentido Común Marketing dejo la mejor de mis versiones, la coherencia con la que enmarco mi vida y las ondas del corazón.

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