Cómo Nos toca la guerra? No. 13

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Presentación

E

ste ramillete de crónicas que conforma la compilación No. 13 se renueva semestralmente con las crónicas que elaboran las y los estudiantes del seminario Problemas Rurales. Las diez y ocho crónicas que se recogen aquí tienen una importante marca testimonial, que se sumergen en la vida personal y

familiar de sus autores. Algunos de ellos cuentan incluso qué les suscitó la pregunta simple y compleja a la vez, cómo fue resuelta desde su enunciación, cómo los acompañó en sus viajes de regreso a sus hogares y cómo se trasladó muy rápidamente para rasguñar recuerdos, para interrogar sus vidas.

Desdeesamiradaprofundamentesubjetivaestascrónicasnossitúan,comodiceReguillo“enelcuarto,enlacalleabandonada,enlavozquenarraeldesconsuelo” (2000:60)*, pero también en el restaurante, en la tribuna, en los diálogos con la madre, con la abuela, en los ires y venires de sus familias, en muchos casos huyendo de la guerra, pero también de mujeres y hombres que se han cruzado en sus vidas y que las han tatuado con acciones, sufrimientos, luchas, amores.

Desde muchos rincones del país, cada una de estas crónicas se sitúa como testigo, hasta ahora inexistente y silencioso que, a partir de la pregunta ¿cómo nos toca la guerra? salta al texto, se instala cómodamente y desde allí “se sorprende a sí misma en el acto de ver, de comprender” (Ibid:61) algo que ya estaba, que quizá se sentía y presentía y que ahora existe, a través de este acto narrativo. Flor Edilma Osorio Pérez Noviembre de 2013

* R e g uillo,

Rossana.

20 0 0.

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En:

D iálogos

de

la

comu nic ac ión ,

No.

58.


RUTAS DE NAVEGACIÓN 4

Aprendí en San Pablo, contando el miedo

28

Acompañamiento al almuerzo

7

El virus de la indiferencia ronda en la ciudad

30

Mi generación

8

No queremos que sigan siendo más

31

El cuerpo de las mujeres como objeto y táctica de guerra

10

La cuna de la libertad

35

La guerra a través de mi historia familiar

13

La ciudad de la Constitución y la coca

Conociendo y enamorándome del oriente

17

El camino de la historia

37 39

El día que salí de la isla

21

Del citadino que se esconde de la indolencia

40

La muerte de Carlos Mario, líder de La Concepción, Leguízamo, Putumayo

23

Recuerdos que dejan huella

44

Conversaciones con mi madre

27

Desde la tribuna…

48

Un sueño frustrado en el Alto Patía


Cómo nos toca la guerra? No.13

Aprendí en San Pablo, contando el miedo

R

ecordar lo vivido en San Pablo, en el sur de Bolívar entre el año 2.000 al 2.004 es agradecer a Dios por salir con vida y

encontrar en medio de la guerra mis grandes amigos. Llegué a San Pablo por una alianza entre la Parroquia de San Pablo y ACNUR, la

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oficina de Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.

la declaración en alguna institución del Estado generaba miedo. Quisiera contar muchos casos y muchas historias de dolor. Sus protagonistas debieron tomar decisiones, pensaron que las opciones eran quedarse tierra adentro, quedarse en su tierra o salir de San Pablo. Algunos momentos de valentía y dolor son los siguientes: Doña María se fue desde el municipio de Honda de pueblo en pueblo a orilla

El objetivo era comenzar acompañar a la población desplazada

de Magdalena, preguntando por su hija. La foto era de una joven de 20

que llegaba a San Pablo, el mayor municipio receptor en el casco

años que había desaparecido. Llegó a San Pablo, finalmente la logró ubicar

urbano y uno de los mayores expulsores en la zona rural de

en un campamento de los paramilitares, fue a buscarla y el jefe paramilitar

población desplazada en el Magdalena Medio, por esos años.

le dijo: “no he terminado con ella; cuando me canse de ella se la regreso”.

En el casco urbano de San Pablo se ubicaban las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y en la zona rural las Fuerzas Armadas

Don Juan llegó a su finca y encontró el cuerpo de su esposa atravesado

de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

por una estaca. Don Juan tenía unos 70 años, se quedó sin esposa y sin tierra. Dijo: “no quiero esa tierra, ya no me interesa, que se queden con

A la parroquia llegaban dos o más personas o desplazamientos masivos

ella” y se fue de San Pablo, con su corazón roto y sus bolsillos vacíos.

cada día contando su historia. Se realizaba la gestión con la Red de Solidaridad en esa época o con la Cruz Roja Internacional para su

A la comunidad de Canaletal, una noche las AUC les dicen que tienen

llegada a Barrancabermeja. La mayoría de la población desplazada

que abandonar el pueblo, porque entrará la guerrilla. Pasan la noche

no confiaba en las entidades del Estado, la Personería o la Alcaldía,

al frente del caserío en una isla, al otro día todos llegan a San Pablo. Se

porque los asociaba con los grupos al margen de la ley presente en

ubican en el parque principal, con la poca ropa que llevan. Los niños y

el casco urbano. La posibilidad de filtrar la información al realizar

las niñas corrían, pero la cara de tristeza de los adultos mayores partía


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el alma. Ese día se debió tocar el buen corazón de la población del

a la población desplazada, siempre apoyaba. Hacía parte del núcleo de

pueblo porque no existía donde albergar a más 150 personas. Uno a

pobladores del programa de Desarrollo y Paz. A la media noche del

uno espontáneamente, amigos y amigas fueron pasando por el parque

16 de julio, cuando iba para su casa en compañía de Sara su esposa, un

y el colegio y se llevaron a sus casas a los conocidos. A las 6 de la tarde

muchacho le dispara y muere. Lo mata el día de fiesta más importante

solo quedaban 6 personas en el colegio. Esa solidaridad me sorprendió.

de San Pablo, el día que se celebra la fiesta de la Virgen del Carmen.

Desde Bogotá o Barrancabermeja todos se preguntaban dónde se podía albergar a la población, no existía un lugar. Sin embargo, la gente

Después de la muerte de Eduardo, llegan los rumores que todos

voluntariamente participó, muestra de bondad en medio de la guerra.

quienes estaban trabajando por la comunidad eran objetivo militar, que habían pasado una lista y estaba conformada por cinco nombres.

Mi compañera de trabajo estaba finalizando sus estudios en ciencias

Así, amigos del PDPMM y de la Parroquia tienen que abandonar el

políticas. Un día mientras almorzamos como siempre, un amigo

pueblo. Me quedé. Al principio dormía en la Parroquia. Después,

la llama y le dice: “tienes que irte, porque te están acusando de ser

cada noche, alguno de mis compañeros me llevaba a mi casa, por

guerrillera. ¿Cómo así de ser guerrillera? Si eres muy parecida a una

rutas distintas y a horas diferentes, siempre con miedo a que pasara

mona que es guerrillera”. Nos vamos a la Parroquia y se comienza

algo. Por esos días en pleno parque de San Pablo, una señora amiga

los preparativos para que salga. Esa noche esperamos en silencio el

de la parroquia y líder comunitaria, me abraza y me dice al oído:

amanecer para que muy temprano viajara a su casa, horas muy largas.

“¿por qué no te vas? Quedarse aquí para ti no es bueno”. Mis piernas

Su pecado fue tener cabello claro. Se fue con el dolor de salir a la

temblaron y pensé en mi mamá que creía que todo estaba bien.

fuerza y quienes nos quedamos, con la rabia de no poder hacer nada. Salí de San Pablo de vacaciones por 15 días, en las noches no dormía, en Eduardo, un gran amigo, quien lideraba la emisora comunitaria, tenía

casa de mi familia sentía inseguridad. Recordaba a un paramilitar que en

un restaurante y allí era el aliado; cuando no se tenía para dar de comer

San Pablo, unos días atrás había tratado de echarme la moto encima,

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cuando él en su moto y yo pasábamos el puente de Villa Josefa por lados

aquella cara, que había ido a la parroquia con traje humilde, con zapatos

opuestos, el aceleró y yo a duras penas me pude recostar a la baranda

trajinados y diciendo que la guerrilla lo había sacado de su finca-.

del puente. No me caí, pero casi me tumba, la moto pasó muy cerca

Mientras impartía una orden y decía: “a la doctora y a su amiga no las

de mi cuerpo. Era un hombre de contextura gruesa, con un poncho

requisen”, siguió hablando. “Quiero decirle que agradezco que escuche

siempre cubriendo su cuello, con ojos fríos y su olor a maldad y muerte.

a la gente y quiero decirle por qué estoy aquí. Estudié Filosofía y

Recuperarnos de la muerte de Eduardo no fue fácil; las organizaciones

esta es la salida para hacer un cambio”. Habló durante veinte minutos

comunitarias no asistían a las reuniones, la gente comenzó de nuevo hablar

aproximadamente. Argumentaba por qué participaba en la guerra.

en voz baja y el miedo siempre aparecía. Me cambié de casa. Sin embargo,

Lo escuchaba en silencio mientras reflexionaba qué estarían pensando las

una noche los tiroteos se presentaron al frente de mi nueva vivienda

personas que nos observaban y quienes viajaban con nosotras. Volví a sentir

entre los mismos integrantes de las AUC, quienes se mudaron a dos casas

miedo por mi amiga, que amablemente me había invitado a conocer Simití.

de la mía y al mismo tiempo me enteraba que la casa en la que vivía era

Las personas después de la requisa se fueron subiendo a la chalupa.

de la ex esposa de un jefe guerrillero. Me mudé de nuevo más cerca de la

El señor de las AUC continuaba argumentando el porqué de

parroquia. Aprendí a conocer el ruido del miedo, el silencio de que algo

la guerra. Finalmente me dijo: “bueno que les vaya muy bien”.

va a pasar e identificar que el rumor es el arma más eficaz de la guerra.

Cuando ingresamos a la chalupa comenzó el silencio y la mirada de

Un día mientras viajaba de San Pablo a Simití, para la celebración de la

interrogantes de los otros pasajeros, nuestra compañía hasta Simití.

Virgen de la Original, las AUC paran la chalupa. Era un sitio obligado para

Quienes trabajamos en ese tiempo para diferentes organizaciones

sus requisas, nos bajan a todos y todas. A las mujeres las llevan a un potrero

que hacían presencia en San Pablo, realizábamos reuniones en el

encerrado con zinc y a los hombres los requisan muy cerca al puerto.

comedor de la Parroquia. Allí compartíamos el contexto de la

El jefe me dice: “hola doctora, bienvenida” -otra vez sentí miedo- “Quiero

zona en compañía de un buen café. Era el único lugar en el que se

decirle que la visité en su oficina, que me hice pasar por campesino y

lograba hablar abiertamente y verbalizar los miedos. Más allá de los

quería saber que tal estaba haciendo su trabajo ¿Me recuerda? Sí -recordé

protocolos de confidencialidad de cada institución, estaba la persona.


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Pensar en un momento es imposible para hablar de cómo me

secuestros, almorzábamos con bala y cenábamos con masacres. Al final

tocó la guerra en esa época. Pero lo que sí puedo decir, es

del día indigestados con tanta sangre solo podíamos padecer de bulimia.

que aprendí admirar la valentía de las mujeres y la fuerza para recuperarse y perdonar de los pobladores de San Pablo. La alegría

Las personas de la ciudad que han vivido un contexto parecido al mío

de la población es el mayor remedio para asumir esa época.

ya no les indigesta nada, lo más horrible lo han visto en el periódico

Después de tres años decido cambiar de actividad. El dolor de las

El Espacio y con seguridad la mayor cantidad de sangre la han

personas a quienes escucho en ese tiempo, a pesar del acompañamiento

presenciado en un carrito de donaciones de la Cruz Roja. La ciudad

psicológico, deja huella. No volví a ser la misma. Por eso, para quienes

frenética, caótica, acelerada, nos pone de presente, en el día a día, a

nos ha tocado presenciar la guerra la mejor salida es la paz. Si hombres y

lidiar con el compromiso donde nos instaló la selección natural: comer

mujeres que han vivido la guerra en su máxima expresión pueden perdonar

tres veces al día, trabajar para poder comer las tres veces, dormir

y seguir caminando y luchando por sus sueños, mucho más pueden lograrlo quienes aún permanecen viviendo en la otra Colombia.

El virus de la indiferencia ronda en la ciudad

E

l frío de la ciudad ha congelado un poco nuestros corazones; la guerra la he visto casi toda mi vida desde la televisión en

una franja que dura aproximadamente 10 minutos y que antecede las noticias deportivas y de farándula que casi la triplican en tiempo. Y ¿a qué me refiero con la guerra de los 10 minutos? ¡Pues a bala! ¡A sangre! ¡A bombas! ¡A minas! ¡A llanto! ¡A inocentes! ¡A culpables! En los 90 y a principios de siglo, desayunábamos

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ocho horas si se puede y dejar nuestra huella genética en las noches.

la gente se mata entre sí por allá en medio del monte. Tal vez auguro

Así me tocó la guerra durante mucho tiempo, y no sé si la culpa es mía

que cuando mis propios ojos vean de cerca la muerte propia o ajena

o de los medios de comunicación pero ya pocas cosas me aterran y me

se va a estremecer mi cuerpo, se va a nublar mi cabeza y la tristeza

estremecen. Y si nos ponemos técnicos, sinceramente me duele más la

me invadirá el alma. Tal vez en ese momento comprenderé que esa

violencia estructural que la violencia física. Y me duele más ver cómo

ciudad fría no ha podido arrebatarme la condición de humano que

la gente en actitud depredadora acaba cuanto bosque ve que cómo

llevo adentro. Espero que la guerra de verdad me toque algún día.

R

No queremos que sigan siendo más

esponder esta pregunta, me ha hecho escarbar aquellas cosas que preferí dejar en lugar de los trebejos, escondidas

en el lugar más oscuro para olvidar las huellas que la violencia ha dejado en mi vida. Desde el primer día de clase de la maestría, esta pregunta ha estado presente, dando vueltas y abriéndole paso a los recuerdos, sobre todo en mi época como estudiante universitaria.

Por ejemplo, el primer día de clases, con el proyecto de vida no muy claro, en contra de la creencia de algunos familiares de que estudiar no servía para nada, llegué al edificio 320 de ciencias, en el cual tendría la clase Desarrollo de la personalidad. No pudimos ver la clase, el edificio estaba bloqueado e iniciábamos un paro en contra del decreto 2566. Llegar a la universidad fue un despertar. En ese lugar me fui haciendo consciente que las razones por las cuales mis padres


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me dejaron en la casa de mis abuelos, las dificultades, las muchas

Rolando lo hirió en la pierna, cayó al río, lo que le permitió salvarse y

injusticias y necesidades que habíamos vivido tenían sus raíces en

Katherine al ser alcanzada por los disparos de fusil, murió de inmediato.

las decisiones políticas que se habían

tomado en nuestro país.

El dolor de su muerte nos dejó un hueco en el corazón. Katherine quien

Fue un tiempo de muchas contradicciones, al inicio de hermandad,

siempre tenía un abrazo y una sonrisa en cada encuentro estaba muerta, nos

de solidaridad, de reflexiones, pero también de enemistades

la quitaron. De manera injusta y para justificarla, los miembros del ejército

y odios por las diferencias políticas. Aquellos que habían sido

argumentaron que se trababa de guerrilleros, después se retractaron y el

mis amigos y con quienes conformamos un grupo estudiantil,

Comandante de la Tercera Brigada le informó al Rector de la Universidad

incluyendo algunas de mis amigas de la carrera, se dividieron

del Valle que se había tratado de un error producido por las circunstancias

formando dos grupos absolutamente contrarios que discutían sus

del lugar y la hora y que su institución se lamentaba de la situación.

diferencias en las asambleas estudiantiles de la Universidad del Valle.

Así como murió Katherine, murió mi hermano David, un joven

Una de mis amigas era Katherine Soto, una mujer hermosa, estudiante

de 21 años quien al no encontrar oportunidades en la ciudad, se

del programa de Licenciatura en Ciencias Naturales, con énfasis en

presentó a prestar el servicio en la policía. Fue enviado a Caquetá y

educación ambiental, tenía 22 años. En esos días había tenido una

regresó en un ataúd el 4 de Julio de 2.005. Hasta el momento no

discusión con Pedro su novio, esto la tenía muy triste y buscando la

sabemos quién fue el asesino. La primera versión indicaba que había

manera de recargarse y un encuentro con la naturaleza, decidió ir de

sido víctima de un ataque guerrillero, después nos dijeron que lo

paseo a San Cipriano, una vereda de Buenaventura, un lugar con mucha

había asesinado un compañero luego de sostener una discusión

acogida turística. La acompañaba Rolando, otro compañero. Ninguno

por el amor de una joven de la zona; la versión más reciente nos

de nosotros sospechaba que este viaje significaría su muerte. Pasaron

dice que quien lo mató fue un policía de rango superior, por celos.

allí tres días, decidieron devolverse el viernes tres de agosto de 2.007

Otra víctima, fue Jhonny Silva Aranguren, estudiante de química de

a las 4 de la mañana, con tan mala suerte que ese día una patrulla del

Univalle. Sus familiares, la comunidad Universitaria y los grupos defensores

Ejército Nacional que se encontraba en la zona disparó contra ellos. A

de derechos humanos y finalmente hasta la Fiscalía, acusó al ESMAD de

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su muerte, al interrumpir la tarde del 22 de Septiembre de 2.005 a la Universidad durante un “tropel”. Jhonny que tenía una enfermedad

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T

La cuna de la libertad ame es el hermoso municipio al que llegó mi familia en el año de 1.988 procedente de la ciudad de Bucaramanga, Santander. En esos

congénita en sus piernas, no alcanzó a correr como los demás y fue

tiempos era el típico pueblito llanero de calles sin pavimentar, por las

alcanzado por una bala en su cuello. Ese día, además del dolor por la

orillas de las cuales corrían las aguas grises o residuales domésticas de las

muerte de un estudiante, de un hijo del alma mater, nos inundaba la rabia

viviendas. Éstas eran muy grandes y contaban todas con amplios solares.

y el miedo por la violación al lugar que era nuestro refugio y donde nos

Tan solo había 3 o 4 casas por cuadra y por cierto las cuadras aquí suelen

sentíamos seguros y blindados de la violencia de “la vida real”. Fue un

superar los 100 metros. El clima es estupendo debido a su ubicación

tiempo de mucho odio, desconfianza, estigmatización, culpas, de miedo.

bendecida por la naturaleza, en las estribaciones de la cordillera oriental,

Entre las múltiples caras de la guerra, yo me centré en ese momento

zona de piedemonte llanero; los vientos fríos constantes provenientes

de la vida, donde la guerra me ubicaba en un bando. Hoy en día,

de PNN El Cocuy refrescan a sus habitantes y las aguas frías de los ríos

como mecanismo de defensa y con la intención de descargar todos esos

Tame, Purare, Lopeño, Tocoragua, Culebrero, Cravo y muchos más que

sentimientos de odio que pesan y que carcomen, recuerdo a mis amigos

nacen de las nieves perpetuas del Nevado del Cocuy, quitan la sed y

y a mi hermano con amor, no se me olvida el dolor de perderlos, pero

bañan a propios y visitantes. Se trata de aguas cristalinas y ríos torrentosos

en medio de todo espero que estos años de conflicto, de víctimas de

y ruidosos que embellecen el paisaje y lo hacen aún más de ensueño.

todos los colores, tipos e ideologías, nos sirvan para no querer que esto siga sucediendo, que estemos preparados para perdonarnos y

La gente era muy amable, atenta y colaboradora, tan así que era común

asumir que no queremos que sean más, ni más años, ni más víctimas.

que algunos de nuestros amigos o vecinos cuando regresaban de sus fincas y como presente nos trajeran pescado, plátanos, yuca, carne, leche, huevos, etc. No es exageración decir que casi no era necesario hacer mercado. Mi familia compuesta por papá, mamá y mis dos hermanos


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muy pequeños aún en ese tiempo, se dedicó al comercio de insumos pecuarios y agrícolas principalmente en un local que habilitaron en la casa de habitación. Mi mamá -muy atenta también- ofrecía siempre a clientes, amigos y vecinos, gaseosa, tinto o jugo. Eran tiempos en los cuales, según recuerdo, no había tanto afán o parecía que el tiempo corría lentamente.

En ese ambiente de tranquilidad y sanas costumbres, crecí. Luego ya en los años 90 entendí que detrás de toda aquella tranquilidad había algo extraño y era que la presencia de los grupos guerrilleros de las FARC Y ELN era permanente y ellos, de muchas maneras, fungían como Estado no solo en Tame si no en todo el departamento de Arauca. Entonces aquella tranquilidad empezó a resultar relativa.

Quizás fue en el mes de octubre de 1.997 cuando sentí de cerca la influencia de la guerrilla al reclutar para sus filas a estudiantes de bachillerato e incluso algunos compañeros míos de estudio de grado décimo abandonaron sus estudios para ingresar a las filas de las FARC. Era común que en las vías de departamento los retenes no los hiciera el ejército si no la guerrilla, pero que estos llegaran hasta los colegios del municipio a reclutar estudiantes era preocupante. Debo aclarar, sin embargo, que la simpatía de la gente era muy clara hacia un grupo

u otro y que estas “incorporaciones” no parecían ser tan forzadas. A finales de los años 90 la industria del petróleo ingresó al municipio de manera importante con nuevos y grandes descubrimientos y realizando actividades de sísmica, exploración y perforación. Si bien el complejo petrolero de Caño Limón que fue el mayor descubrimiento del país por casi 20 años, viene produciendo desde el año de 1.984, este se ubica en los municipios de Arauquita y Arauca y es hasta ahora que en Tame se inicia con gran impacto la actividad petrolera. Con ésta llegan también grandes cambios en el municipio, pero el más crítico fue la llegada de los grupos paramilitares en el año 2.000. Con ellos llegó el terror al municipio y debido a esto entre los años 2.000 a 2.003 cerca del 60% de la población -urbana y rural- tuvo que desplazarse a otras zonas del país. Por aquellos años en el casco urbano no se arrendaban las casas, en cambio le pagaban a la gente por quedarse en las casas y antes cuidarlas; sobra decir que las fincas, casas y lotes no valían casi nada comercialmente hablando. Los paramilitares patrullaban el casco urbano en motos de altos cilindrajes, intimidaban, cobraban vacunas, extorsionaban y mataban a las personas hasta por el simple hecho de parecerles auxiliadores o amigos de la guerrilla.

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Durante esos años me encontraba en Bogotá estudiando mi pregrado y solo

que decían era una jefe de los paracos y que ,además, estaba en estado

viajaba a Tame de vacaciones en los periodos de junio- julio y diciembre–

avanzado de embarazo. Luego salieron del casco urbano siguiendo la

enero. Siempre que llegaba las historias que me contaban eran aterradoras,

vía que conduce hacia el río el Gualabao a pie y en la misma formación.

asesinatos, desapariciones, torturas casi todos los días. La verdad es que

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solo hasta años después comprendí que era mucha la preocupación de

Después de 10 años en Bogotá, regresé a Tame en el año 2.008. Las

mi mamá cuando yo iba de vacaciones a la casa y se debatía entre esas

cosas han cambiado, los paramilitares ya no están, las guerrillas siguen

grandes preocupaciones y la alegría de verme de nuevo en la casa.

haciendo presencia. Durante los últimos 2 años incluso pareciera que se han fortalecido. Se percibe una tensa calma, pero el ambiente pareciera

Era de conocimiento público que los paramilitares tenían por decirlo así

enrarecido. Esa comunidad amable donde todos se conocían con todos

su cuartel o su centro de operaciones en varias casas vecinas ubicadas en

ya no está. Ahora es un casco urbano con 30.000 habitantes que

el barrio Las Ferias, cerca de la piscina que lleva el mismo nombre. Algo

corresponde a un pueblo que hace su transición a ciudad pequeña con

que nunca olvidaré fue lo sucedido en el mes de junio del año 2.002

todas las problemáticas que ello implica. Sin embargo, es una tierra donde

cuando ceca de 50 hombres el ELN fuertemente armados ingresaron

hay mucho por hacer y donde se puede surgir en familia trabajando

al casco urbano del municipio vestidos como militares, recorrieron en

pujantemente, con dedicación y esfuerzo. Espero que algún día cercano

formación militar las principales calles del municipio, en fila, 25 hombres

Tame pueda ser lo que quiso el Libertador Bolívar cuando, la noche del

por cada costado de la calle, pasaron por el parque principal, frente a

12 junio de 1.819, en el homenaje que la población rindió a la oficialidad,

la Estación de Policía, frente a la Alcaldía y siguieron hacía el barrio Las

levantó su copa y dijo: “Loor a los bravos y abnegados granadinos”,

Ferias. Allí ingresaron a las viviendas donde decían que vivían algunos

“Loor al genio organizador del señor General Santander que con su

paramilitares y perpetuaron una masacre donde perdieron la vida

esfuerzo y su imaginación inagotables, supo crear y organizar un ejército,

cerca de 25 personas, entre ellas una mujer mona, alta, muy bonita

el que unido al de nuestros hermanos de Venezuela y al de los bravos


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ingleses que desinteresadamente nos ayuda, nos dará indudablemente la satisfacción de la victoria y de una patria unida y libre. Vuestro ejemplo es digno de todo encomio pues fuisteis los primeros en levantaros contra la tiranía española. Granadinos! el día de la América ha llegado! Brindemos por el éxito de nuestra empresa libertadora, y por esta tierra generosa que merece apellidarse con justicia "cuna de la libertad".

La ciudad de la Constitución y la coca

M

ucha ansiedad me rondaba en el retorno a la ciudad de la cebolla, de las arepas y el vallenato. Después de las vacaciones

familiares de diciembre en Bogotá, volvía a Ocaña a seguir con mi trabajo de acompañar como profesional social a las 27 familias reasentadas en el particular predio del Limón. Pero esta vez sin el acompañamiento comprometido y tenaz de uno de los líderes más importantes del proyecto. Días antes, Giovanny había sido asesinado en una de las vías catatumberas cercanas a Ocaña.

En octubre del año anterior, el reto de apoyar el proceso de reasentamiento de estas 27 familias desplazadas por el conflicto armado de la región del Catatumbo y sur del Cesar fue una interesante excusa profesional para además dejar un poco atrás el tedio de la urbe contaminada, fría y egoísta sin tregua. Llegué

a Ocaña gracias a que la Alcaldía del municipio cedió un predio en la zona rural de la vereda de Aguas Claras, exactamente frente a la pista aérea de Ocaña, para que estas familias pudieran crear un asentamiento de vivienda y proyectos productivos, después de que habían sido desplazadas de sus lugares de origen. El proyecto lo financiaba la agencia OXFAM y era operado en su componente productivo y social por CENCOOSER, una cooperativa con gran arraigo en la zona. Era precisamente con la cooperativa con la que yo trabajaría, y junto a mi compañera zootecnista, éramos el equipo para el Limón.

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Conocí a Giovanny cuando él, junto a otros hombres y mujeres de estas familias, negociaban con la agencia financiadora y la cooperativa el inicio de construcción de las casas y el sorteo para la asignación de los lotes. Este sorteo creó gran expectativa en los habitantes, ya que además de querer quedar con las mejores tierras productivas, el botín anhelado

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era estar más cerca del tanque de agua que iba a construirse y que iba a garantizar el suministro del preciado líquido sin ayuda de la motobomba en un suelo muy quebrado. El predio el Limón, si bien estratégicamente situado cerca de Ocaña, era especialmente árido, por lo que mucha gente vecina veía con gran escepticismo que fuera posible que estas familias con sus hijos, animales y plantas pudieran vivir allí mucho tiempo.

Más allá de las dificultades, Giovanny con gran ahínco y con un nivel de liderazgo y fuerza envidiable, iba de institución en institución, pasando por la Alcaldía, la Oficina de Atención a la Población Desplazada, ICBF, las empresas de servicios públicos, la iglesia y uno que otro político que en el momento estaba haciendo campaña para el Consejo en búsqueda de compromiso y apoyo al proyecto El Limón. Además del agua, urgía conseguir apoyo alimentario para el proceso de reasentamiento mientras se estabilizaban las familias, sobre todo para las que iban llegando al predio, a vivir en cambuches mientras

se levantaban las casas, y para los hombres y mujeres que iban día a día a poner su mano de obra para que el proyecto fuera lo más antes posible una realidad. A todos y todas, sin excepción, les interesaba ya mudarse a El Limón. No aguantaban pagar más arriendo o seguir “arrimados” en el cuarto de algún familiar o conocido en Ocaña que les brindó en medio de la humildad un espacio seguro para estar.


Cómo nos toca la guerra? No.13

Los días pasaban en El Limón en medio de mucho trabajo, de la

tenido que viajar la noche anterior a Bogotá con su esposa y dos

expectativa de la llegada progresiva de los materiales para las casas, de

hijos porque había sido amenazado. Golpe bajo para las familias

las mujeres que cocinaban, a pesar de la escases de agua, en un lugar

de El Limón, quienes precisamente huyendo de la guerra le estaban

improvisado pero que se convirtió en el eje de socialización y de las

aportando vida y corazón a levantar casas y cultivos pero sobre todo

charlas sobre el futuro y sobre la cotidianidad del proyecto. También

a levantar comunidad, tranquilidad y futuro para ellos y sus hijos.

crecían de a poco los cultivos de yuca, plátano –básicos en la dieta

Días después, por un viaje que tuve que hacer a Bogotá, me

catatumbera- y llegaban las gallinas y cabras que OXFAM suministraba

encontré con Giovanny en el centro de la ciudad, con la excusa de

a cada familia. Nunca nadie entendió realmente cómo sostener cabras

que firmara un poder para ceder al vicepresidente de la junta de El

en ese terreno, cuando nadie de la región estaba acostumbrado a tener

Limón la potestad de representar la comunidad y firmar documentos

estos animales como parte de sus proyectos productivos o alimentarios.

mientras su ausencia. Fue extraño verme con él en el contexto capitalino. Pero más fuerte percibir la sensación que lo invadía, de

No obstante, las cabras llegaban y a los niños y niñas les gustaba verlas de

rabia más que miedo y de preocupación por el futuro del proyecto.

reojo. Se fortalecían lazos entre algunos y cuando se podía se compartía un plato de sopa especial con algo de carne, que para el contexto era un manjar.

Hablamos, tomamos café y lo contextualicé sobre cómo marchaban las

Algunos hombres viajaban por una semana o dos, de cuando en vez, a

cosas por Ocaña. Con un abrazo a la entrada de la estación de Transmilenio

la zona de San Pablo y el Aserrío, para trabajar como raspadores de la

de la Avenida Jiménez nos despedimos. Fue la penúltima vez que lo vi con

hoja de coca. Como sigue pasando, esta es una de las pocas alternativas

vida. La última fue 15 días después, cuando en una decisión arrebatada y

económicas en esta región aislada del país, en donde las vías de comunicación

emocional más que racional vuelve a Ocaña en el bus de Omega que arriba

son precarias y las posibilidades productivas dignas muy limitadas.

a las 7am. Me recomienda su familia y un par de asuntos de El Limón y se va rápidamente con un conocido que lo recoge en moto. La idea era que

Desafortunadamente, un día Giovanny no llegó en la mañana a El Limón y la noticia que se propagó como pólvora fue que él había

las menos personas posibles lo vieran y supieran que él había regresado.

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El Limón seguía su marcha. Giovanny no era visible en las tierras

de vieja data (estos últimos comandados en algún momento por

del proyecto a pesar que a esas alturas ya toda la gente sabía que él

“Jorge 40”), corredor estratégico hacia Venezuela y la Costa Atlántica,

había regresado por la región y que quería arreglar sus asuntos para

endémica de la fiebre amarilla, con resguardos Barí, con mucha

volver a apropiarse del liderazgo de El Limón. Llegó diciembre y

presencia militar y en la actualidad plagada de cultivos de coca y palma.

yo viajé a Bogotá a encontrarme con mi familia, amigos y amores. Sin duda, aguó la fiesta enterarme a principios de enero por una llamada

Giovanny fue para mí en ese momento la figura que simbolizaba

de mi compañera zootecnista, que Giovanny había sido asesinado al

esa contrariedad y dolor de una población campesina que lucha día

parecer por alianzas entre bandas de narcotraficantes y paramilitares

a día por ser en medio de la “noble clase ocañera” y el abandono

de la zona. La gente de El Limón tenía miedo y desesperanza; la

estatal reflejado entre otras en los precarios servicios de salud. Un

familia de él estaba destrozada y la esposa casi nada quería saber

niño de El Limón murió por deficiente atención médica del hospital

del proyecto y había dejado abandonado su lote en El Limón.

público que es de segundo nivel en diciembre de ese año por una infección totalmente evitable. Otra noticia trágica a mi regreso.

Aquel día que volví a Ocaña después de vacaciones, yendo hacia la casa donde vivía cerca de la Plaza de la Constitución, sentí con toda

Las idas al Limón en medio de la zozobra siguieron siendo frecuentes por

magnitud la contrariedad de estar en una ciudad que le encanta recrear

mi compañera zootecnista y yo, sin la compañía de casi nadie más, ya

su historia heroica de la constitución de Ocaña del siglo XIX y de

que por temas de seguridad no les parecía conveniente hacer presencia

haber sido la cuna de José Eusebio Caro, poeta y fundador del Partido

allí y sólo nosotras debíamos acompañar a la gente. Revitalizando

Conservador Colombiano, junto a ser la cabecera de una región como el

fuerzas y esfuerzos y viendo ya construidas algunas casas en el predio,

Catatumbo, riquísima en recursos naturales, de colonización campesina

una noticia alegró la ajetreada vida de las familias de El Limón: el

por colombianos y otros extranjeros, como los alemanes que llegaron a

tanque de agua se había construido y ya llegaría agua a las viviendas!

inicios del siglo XX. Con presencia de grupos guerrilleros y paramilitares


Cómo nos toca la guerra? No.13

A

El camino de la historia

La voz se corrió rápidamente, la noticia no demoró en llegar a la

sí es como la guerra afectó mi vida. Soy producto de la historia, de

casa. La familia completa quedó estupefacta. Su numerosa prole

una historia de violencia de desplazamiento y de resistencia. Soy el

constaba de quince hijos, seis de ellos producto del primer matrimonio

resultado de las decisiones de mis padres, de mis abuelos, de la muerte de mi

de su difunta esposa, cinco hijos propios y cuatro hijos más que

bisabuelo, de la persecución de un pueblo y de las necesidades de un país.

tuvo con su segunda esposa. Los hijos mayores hacían parte de un grupo de campesinos que brindaban seguridad a los pobladores del

El café hervía en la estufa de leña, las mulas eran preparadas para ir

sector, quienes estaban siendo perseguidos, asesinados y torturados

a vender el café al pueblo y comprar la remesa para la semana, era

por la Chulavita, los cuales llevaban a cabo una campaña de

un domingo como los otros. Las cinco mulas cargadas recorrieron

exterminio político en la región. Las hijas del medio ayudaban en

lentamente las cuatro horas habituales por la trocha de herradura que

la crianza de los menores y en los quehaceres cotidianos de la finca.

llevaba al camino principal y de ahí una hora más al pueblo; pasado el mediodía, la carga de café se había vendido, las mulas habían descansado

Tras el asesinato del padre, las hijas decidieron unirse a sus hermanos,

y se cargaba la remesa para llevarla a la finca. En el camino un grupo

coger una escopeta hechiza, con la cual se casaban micos o cualquier

de hombres detuvieron la pequeña caravana, revisaron el mercado y

otro animal que se dejara alcanzar, para comer y unirse a aquel grupo de

preguntaron para quién era. La respuesta fue corta y precisa: para la

campesinos que día a día crecía más y que encontraban en la autodefensa

semana de los trabajadores y para mantener a la familia; estas palabras no

la única salida a la violencia que se vivía en los campos del país.

convencieron a los hombres, culparon y señalaron al viajero de ser parte de la chusma, de ser liberal y de llevar alimento a los grupos armados

Esta decisión obligó a que una de las hijas se trasladara al pueblo con

que se estaban conformando en la región; en seguida dispararon a

su esposo; a los 13 años migró en búsqueda de un nuevo inicio. Quería

quema ropa, robaron las mulas con su respectiva carga y se llevaron las

alejarse de esa violencia que afectaba su entorno y con la que se vivía

pertenencias del cuerpo que yacía al lado de un camino en plena montaña.

diariamente; sin embargo, no logró huir de ella. Debía pasar las noches

17


Cómo nos toca la guerra? No.13

18

en plataneras, en cacaoteras o en cualquier lugar menos en casa; en la

esfuerzos por una comunidad naciente. La profesora era una joven que

región no se encontraba nadie bajo un techo al entrar la tarde. El temor

apenas había alcanzado a terminar la primaria, pero sus conocimientos

a ser asesinados, torturados y las mujeres violadas, era una constante,

eran suficientes para hacerla profesora de la región. El padre había sido

una realidad tangible y nadie quería hacer parte de ella. Las historias de

asesinado por su mejor amigo. Las historias cuentan que pudo haber

aquellos que eran agarrados en sus casas atemorizaban a toda la población.

sido por problemas por una mujer o porque en la bonanza marimbera había conseguido un gran capital y este había generado envidias.

Pasados los años, el matrimonio había engendrado seis hijos de los cuales solo vivían cuatro mujeres. Tras meses de duro trabajo como jornalero

La hermana mayor se puso al frente de la finca, tomó las riendas

y guisandera, consiguieron ahorrar lo suficiente para comprar tierras

de la misma y se dio al esfuerzo de sacarla adelante, teniendo

colonizadas en una nueva región; iniciaron de nuevo el trabajo duro, el

mucho éxito; la hermana menor fue enviada a la capital para

esfuerzo diario y fueron recompensados por una tierra próspera: todo lo

continuar sus estudios. Allí pasaba gran parte del año, pero al llegar

que se sembraba producía. Era un tiempo diferente, las matas no necesitaban

las vacaciones tomaba la primera flota para ir a visitar a su madre.

abonos, las tierras estaban cargadas de vida y la naturaleza brindaba toda una gama de oportunidades a quien la supiera trabajar. La jornada

Con el pasar de los años todo cambió de nombre. La violencia. Por las

iniciaba a las cinco de la mañana y terminaba cuando la oscuridad impedía

trochas se veían jóvenes, viejos, mujeres y hombres con camuflados,

el trabajo; por el momento, la región se encontraba lejos de la violencia.

botas de caucho, machete al cinto, sombreros de ala corta y fusiles kalashnicov. Aquel grupo era la autoridad en la región: dictaban las

La familia tuvo su bonanza. Las cuatro hijas recibían estudio en la escuela

normas, construían escuelas, vías, acueductos y casas; estos hombres y

local. La menor de ellas iba a sus clases montada en una mula cuyo

mujeres eran el resultado de la violencia que años anteriores se había

nombre recordaba el terruño de donde la violencia los había arrojado.

gestado tras el intento de exterminio de una clase política campesina.

“Marquetalia” era el nombre del animal que a pasos lentos llevó a esta

Ya no eran los mismos que con escopetas hechizas, revólveres oxidados

niña a sus primeros años de estudio, en una escuela construida con

y ropas de trabajo cotidiano se enfrentaban a sus adversarios. El grupo


Cómo nos toca la guerra? No.13

se había politizado, tenían ideología, programa político, escuelas de

Aquel grupo de hombres y mujeres en armas, conocía muy a bien a

formación política y militar, el número de sus militantes seguía creciendo.

cada una de las familias de la región. Era común ver pasar grupos, filas

Su fin ya no era el defender un poblado,

de personas marchando, acampando, pidiendo agua en las casa y hasta

un municipio, una región. Era llegar

Obra de Pedro Ruíz

al poder para transformar el país.

jugando con los niños. Entre estos juegos, muchos de ellos se enamoraban de guerreras y

La menor de las hermanas estudió

guerreros, de un arma, de una

en la capital, terminó el bachillerato,

aventura o al estar cansados

entró a la universidad y se graduó

del maltrato en el hogar, del

como la primera y única profesional

hambre y de un futuro ya escrito

de la familia. En la universidad tuvo a

del campesino, engrosaban las

su hijo, con el cual cada mitad de año

filas de un ejército que crecía

y diciembre viajaba a la finca. El niño

en tamaño e importancia.

creció en la ciudad pero sintiéndose parte del campo. La libertad del

Con el pasar de los años

piedemonte llanero, el olor a campo por las mañanas y el atardecer al sol

y siendo ya un joven, los viajes al campo revelaban desconocidas

de los venados, eran imágenes que se arraigaban en su mente con cada

situaciones. El grupo de hombres y mujeres ya no era el único en la

visita; jugar por potreros infinitos, corretear ganado y la despreocupación

región. El mismo grupo que perseguía y asesinaba campesinos desde

de ser un niño, lo tenían ajeno de su entorno. Por los pocos meses

la época de su bisabuelo, llegó a la región con un nuevo nombre, con

que vivía en la finca se sentía parte de ella, vivía y convivía todas sus

nuevas armas pero con la misma sevicia y maldad de antes. Las muertes

cotidianidades pero al llegar un momento era llevado de nuevo a la ciudad.

se convirtieron en cotidianidad, el desplazamiento era evidente. En su

19


Cómo nos toca la guerra? No.13

memoria quedó grabada la imagen de un día normal, un domingo

a su finca. Él le preguntó por qué volvía si la situación aún no había

de remesa cuando montado en el techo de un Willis acompañó

mejorado, y ella le respondió: “mi vida es el campo, prefiero que me

a su abuela a mercar y sorprendido, veía un pueblo fantasma: casas

maten en mi casa que vivir en esta ciudad donde no me siento feliz”.

abandonadas, puertas y ventanas tapiadas, calles desoladas y la

20

plaza de mercado, donde unos cuantos pobladores se encontraban

Mucho tiempo después, al volver a la finca, el joven creía que la

para intercambiar

situación se había calmado, pero era tensa. El paramilitarismo se

comida; el pueblo estaba siendo abandonado.

impuso en gran parte de la región, instauró un régimen de terror y Nuevamente la violencia alcanzaba la familia. Su abuela, al igual que muchos

persecución, desplazó miles de familias, asesinó miles de personas y se

otros, estaba en las famosas listas negras, acusados de colaboradores de

tomó el poder gubernamental. Ir a la finca era una travesía peligrosa,

la guerrilla, de tener familia en este grupo, de hacer negocios con ellos,

bajar de la flota en el último pueblo donde se cogía el Willis significaba

o simplemente de haberlos dejado alojar alrededor de sus predios; por

ser perseguido por hombres que esperaban a los viajeros en la terminal

esta razón la abuela viajó a Bogotá mientras la situación se calmaba.

o en los paraderos. Existían barreras invisibles que dividían el pueblo: para un lado dominaban los paramilitares y para el otro la guerrilla.

En Bogotá le contaba a su nieto –quien la escuchaba entusiasmado– la historia de su familia, de la violencia y del trabajo duro, de cómo esto se fue convirtiendo poco a poco en la cotidianidad del campo colombiano y cómo él debería ser un profesional, un doctor, para poder ayudar a que esta situación llegara a su fin, cuestión que no entendía pero que guardaría siempre en su memoria. Un día, al despertar, vio que la abuela se preparaba para volver

Carlos Tapia. “Mirada felina”


Cómo nos toca la guerra? No.13

En la finca ya no se vieron más a los hombres y mujeres amistosos de

ser una leyenda y un icono de la resistencia campesina. Así fue como

antes. Estos habían sido reemplazados por personas ajenas a la región,

se transformó mi vida y me di cuenta que mi camino era ayudar a

cuyos ojos estaban llenos de un vacío infinito. Su primer encuentro

mejorar el campo colombiano, a mi familia y a mis raíces campesinas.

con ellos fue un día cuando estaba en casa de su abuela. Llegaron en moto unos hombres altos, fornidos, agresivos, groseros, preguntando por qué no se había pagado la vacuna del mes, a lo cual respondieron que ya se les había pagado mostrándoles el recibo sellado. Ellos

R

Del citadino que se esconde de la indolencia

econocer siquiera que se vive en un país en guerra parece, a veces, un mal chiste. Significa que si eres un citadino bogotano,

respondieron que a quien se le había pagado ya no mandaba en la

eso de la guerra y el conflicto sólo se ven por los noticieros de RCN

región y que tenían que pagar nuevamente. Más tarde entendería que

o CARACOL o, a lo mejor, sólo le toca a la gente que vive lejos de

ese día era el día en que miembros de la misma organización pero de

la ciudad. O si, de repente, un secuestro se convierte en tema de

diferentes facciones se estaban peleando a muerte las llanuras del país.

conversación con la familia o con amigos, uno termina tomando posición. Una posición que puede convertirte en una persona

Fui rebelde, me expulsaron del colegio y mis padres no sabían qué

“grata o no grata” dependiendo de los lentes de quien te mire. Esa

hacer. Un día mi madre me preguntó que si era tan rebelde por qué

ha sido mi experiencia desde mis años de pregrado hasta ahora.

no encausaba mis fuerzas y tomaba el ejemplo de la familia de la cual venía. En ese momento algo cambio en mí. Me di cuenta que mi rabia

Cuando volví a Bogotá, en 1.999, después de siete años de haber vivido

y rebeldía hacia todo no estaban justificadas como creía, que existían

en Villeta, Cundinamarca, entrando a la Universidad me encontré con

cosas realmente importantes por las que sí valía la pena luchar. En

gente de diferentes regiones del país. Y durante casi seis años, eso de

mi memoria afloraron los recuerdos de una abuela que me contaba

la guerra se convirtió en un asunto con diferentes rostros y actitudes

historias de lucha y resistencia, de un tío-abuelo que había llegado a

para la gente que yo frecuentaba. Hubo siempre un grupo que mostró

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Cómo nos toca la guerra? No.13

22

indiferencia frente la situación de violencia que vivía el país, así que

como si sólo existieran las de los paramilitares y ella terminó legitimando

simplemente no era un tema dentro de nuestras conversaciones. Pero

el accionar paramilitar confesándome que su familia había tenido que

había otro grupo de compañeros que comenzó a infundir cierto

sufrir las tomas guerrilleras del 98 y 99 en su pueblo. Y yo sólo pensaba:

miedo en quienes mostrábamos abiertamente nuestra posición frente

¿Habría entonces razón para estar del otro lado? Luego de estallar en

al manejo del conflicto por parte de los gobiernos de turno. Incluso,

llanto sellamos un pacto que mantenemos por encima de todo: vetar “el

nos tomaron fotos y nos decían “cariñosamente” que las niñas se veían

conflicto” en nuestras conversaciones si queríamos seguir siendo amigas.

más lindas cuando no se metían en política. ¿Quiénes serían entonces esos muchachos tan machistas en apariencia? Para nuestra sorpresa, eran

Pero resulta que cuando comencé a trabajar, una preciada amistad

de las milicias urbanas de las AUC de Puerto Boyacá. Así transcurrieron

con una jovencita, que quedó huérfana por culpa de la violencia

esos años, entre la dulce intimidación de unos y la apatía de otros.

de agentes del Estado –sus padres eran integrantes de la UP-, me permitió conocer de cerca la humildad y la bondad a pesar de

Y dentro de la gente que conocí también había unos pocos compañeros

los golpes de la vida. Sin abandonar la búsqueda de la verdad y la

que venían de sitios históricamente dominados por la guerrilla. Una de

justicia, ella y sus hermanas me abrieron las puertas de sus vidas

mis amigas más queridas, venía de la zona del Sumapaz en Cundinamarca.

haciéndome partícipe de actividades que reivindicaban la memoria

Compartimos momentos muy agradables juntas hasta que nuestras

de sus padres. Rememorar la vida política de sus padres, luchar por

expectativas profesionales se alejaron: mientras yo seguía la línea de las

la dignidad y el buen nombre con creatividad fueron las mejores

ciencias políticas, ella se orientaba hacia la administración de empresas. Y

lecciones para seguir cuestionando la guerra sin buscar reproducirla.

desde ese momento, cuando entraban en nuestras conversaciones temas coyunturales como las masacres paramilitares en el Magdalena Medio o

Pero aunque intenté ignorar eso de la guerra, sigue estando presente,

la vinculación de Álvaro Uribe con éstos grupos, llegábamos a un punto

no sólo porque los medios se encargan de recordárnoslo (a su manera)

tan álgido en las discusiones que yo terminaba hablando de las víctimas

o porque la segregación social es cada vez más notoria en cada metro


Cómo nos toca la guerra? No.13

cuadrado de ésta ciudad sino porque cada día de mi trabajo está inspirado

me acuerdo de ella, se desarrolló al lado de dos familias. Con mi familia

en las víctimas. El bombardeo de información de diferentes fuentes

principal, vivíamos en la casa Elba, en cuyo entablado superior se seca el

sobre los incidentes de seguridad, las acciones humanitarias, las cifras de

cacao de la finca, hoy todavía funcional a pesar de los años, y la familia

desplazamiento forzado, los informes de las entidades que prestan atención

de mi nona (abuela) materna. Una mujer alta, morena, acuerpada, nariz

a las víctimas, los espacios de incidencia para que no quede en el olvido la

chata pelo negro y cenizoso grueso, claro reflejo de la mujer comunera,

guerra en medio de sueño de “postconflicto”, inspiran mi quehacer diario

pues venía del Socorro, Santander, y mis tíos que aún vivían con mi nona.

obligándome, por fortuna, a no olvidar la realidad y el compromiso de todo citadino: dejarse tocar un poco por la guerra para no repetirla.

¿

Recuerdos que dejan huella

En mi mente están vivos. Casi que puedo oler la abundancia y paz que había en la finca. Mi papá era el compañidero de la finca, en quien

Cómo nos toca la guerra? Una pregunta de clase que no quería

mi nona depositó la confianza de administrar la finca. Todos los años

asimilar, pues en el instante que la escuché, en cuestión de segundos,

sembraban el maíz de año el 2 de Febrero, el maíz de año a mitad de

mis recuerdos volaron 23 años atrás a mi finca, finca el Diviso, finca

marzo y el maíz de traviesa entre julio y agosto. Siempre sembraban el

de tradición familiar. Solo hoy dos meses después de haber escuchado

maíz pullita que hoy ya no lo conocen, maíz de tuza delgadita como

este interrogante, me animo a escribir. Mi nombre Cristian Valentín

mis dedos, pero de granos “abundantes” que parecían un triángulo.

Rodriguez Silva, Cristian porque era el nombre de un pianista, música

Papi todos los años sembrabas su labranza en compañía mitad y mitad

que le encanta a mi mamá y Valentín porque es de tradición familiar que

y a los 3/ 4 con mi nona. De bien pequeño, llevaba los piquetes a la

el primogénito lleve el nombre de su padre. Pertenezco a la generación

rocería para la siembra y ya más grande ayudaba a cortar yerba con

de campesinos donde nos ayudó a venir al mundo una partera, nací allí

una rula ya desgastada la cual llamábamos lengu’evaca. Pero lo que

en lo que hoy sigue siendo nuestra finca familiar, en casa de paredes de

más me gustaba del oficio del maíz era la cosecha y antes de la cosecha

tapia pisada y piso de barro, hoy inexistente, solo explanación cubierta

cuando asábamos hartas mazorcas. Mi mami hacía molidos de mazorca

de pasto guinea. Si, allí donde hoy es un potrero nací yo. Mi niñez, lo que

con queso, y con el almidón que salía hacia unas deliciosas fritas que

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Cómo nos toca la guerra? No.13

llamaba regañonas. Cuando el maíz estaba zarazo, ¡qué delicia la sopa

de matarratón que el día antes dejaba acomodados y apuntillados

de rulas!... hace años que la tomo y en dentro de ella las chorotas

y alrededor tablones que quedaban de los aserríos de árboles de

que eran como una especie de pocillito hecho con masa de maíz ¡uf!

cedro y móncoro que abundaban en la finca. Allí iniciaba apuntalar el maíz, que consistía en clavar el maíz con la parte más delgada

24

En la recolección del maíz acompañaba a mi papá a partir la cosecha, la

hacia abajo, realizando hilera tras hilera y cada tres o cuatro hileras

cual se realizaba en especie. Maíz en hoja por arrobas, llevamos como 5

en forma ascendente, rociar con ceniza que salía del fogón de leña

mulas, con mochilas de carga hechas en fique y una romana. Mi oficio

de mi nona, para proteger el maíz del gorgojo. Qué ricas las arepas

durante las pesadas era tomar nota de las arrobas y libras que salía en cada pesada; algo que no se me borra de mi cabeza es la agilidad mental de mi padre para sacar cuentas sin utilizar “una bendita calculadora”. Hoy con 52 años encima aún mantiene esa agilidad; después de saber el total de arrobas y libra se distribuían las cargas ya pesadas y mi siguiente labor era tener las mulas durante la carga y arriarlas hasta llegar a la casa como 40 minutos cuesta arriba. Trabajo duro para mi papá cuando las mulas resabiadas daban guerra. Recuerdo dos que se echaron a botes ¡de milagro no se mataron! Pues eran prestadas.

Al siguiente día o a los dos días de haber llegado con la carga de maíz, mi siguiente oficio “entrojar el maíz”. La troja es una construcción sencilla de madera como a 40 cm del suelo, el piso de palos redondos

Alejandro Álvarez. “Defensa del maíz sagrado”


Cómo nos toca la guerra? No.13

de maíz pela’o que comíamos entonces antes de irnos para la escuela,

le tocaba cocinarles a todos, como unos 25 o 30. Y ¿quién les decía

arepa de ¡maíz pelao con chicharroncito y yuca!... todo el año.

que no? Si tenían esas armas grandes y pistolas largas. Hasta que un día mi mami tuvo el valor de confrontar a uno de ellos, que me estaba

De otra parte, mi nona tenía como unas 80 gallinas y todas las mañanas

mostrando una pistola, me acuerdo que era negra y me decía que si me

sacaba el maíz en hoja de la troja y desgranaba el maíz de alimentar ese

gustaba. Ella sacando el temple de la mujer santandereana, muy seria

día. Hacía sonar el maíz en una artesa de pasta y entonaba este canto

le dijo que si le tocaba, ella seguía haciéndoles la comida pero que no

“toooco toco toco toco toooco”, “toooco toco toco toco toooco”y las

se metieran con nosotros. Afortunadamente no pasó nada, el hombre

gallinas corrían como locas desde donde estuvieran, por debajo de las

aceptó su error y nunca más me volvió a insinuar nada con respecto a

matas de cacao, la sabana, las paseras de secar cacao, hasta llegar a los

las armas. No recuerdo si mi mamá habló con mi papá al respecto pues

pies de mi nona a recibir el maíz ¡Qué bonitos recuerdos de la finca!

la alimentación de esta gente pasó. Al poco tiempo del suceso anterior, mi papá un día se cansó y les dijo que si querían lo mataran pero él

Pero todo se fue complicando. Cuando tenía como 8 o 9 años

no podía seguir cocinándoles. Afortunadamente mi papá sigue vivo.

empezaron a llegar a la finca unos señores armados, los “compas” los llamaban. Tiempo después supe que era la guerrilla. Llegaban con

Después de esto esa gente solo pasaba esporádicamente por la finca

atuendos que bien recuerdo eran botas plásticas negras a las cuales

pues geográficamente el camino a la montaña de la finca acortaba

adaptaban ojales en la parte superior para amarras con condones,

distancias para los recorridos que hacía esta gente de vereda a vereda.

algunos de camuflado completo otros sólo el pantalón, pero todos con

El 91, a mis 10 años de edad, fue un año muy duro. Empezó el ejército a

un bolso grande verde que parecería como si fuera de plástico o del

realizar patrullajes por la vereda, pero lo que más suena en mi cabeza es el

material de la carpa de la camioneta que nos transportaba en la vereda.

retumbido del avión bombardero, “que bendito ruido tan estremecedor e

No me gustaba que le exigieran a mi papá que mi mami tenía que

intimidante”, y la caída de las bombas algo así como chiiiiiiiiiiiii ¡BOM!........

hacerle de comer a todos; aunque ellos llevaban las cosas, a mi mami

chiiiiiiiiiiiii ¡BOM!...... una tras de otra, en las veredas siguientes a donde

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Cómo nos toca la guerra? No.13

26

teníamos la finca, y nosotros con mi hermana y mi mami debajo de

tuviera que ir a prestar guardia con los “paracos” ¿Qué era prestar guardia?

la cama. ¡Qué ingenuidad, para entonces! Luego en el 92, fue algo

Era salir con una escopeta 20 que tenía mi papá en la finca de matar el

peor. Llega el otro grupo armado, los “paracos” y empezaron a realizar

gavilán, las culebras o animales de casería, que cada vez se disparaba se

muertes selectivas en la región, donde mucha gente que simpatizaba

trababa y le quedaba el cuesco del tiro de balines incrustado, tocaba con

con este grupo señaló a otros que supuestamente colaboraron con la

una navaja o cuchillos sacarlo casi a fuerza. Con ese súper armamento

guerrilla. Después de estar en la zona le exigían al dueño de la tienda de la vereda recolectar el “arroz”. Después de muchos años entendí que el

de última tecnología, salía la gente de la vereda a prestar guardia, entre

dichoso “ARROZ” era la vacuna que cada dueño de finca tenía que pagar.

ellos mi papá, ellos al frente y atrás unos “paracos” con algunos fusiles. Ahí, mi papá se sacrificó por mí, evitó que yo tuviera que empuñar esa

En esa odisea lo más complicado fueron dos sucesos que cada vez

escopeta 20 y saliera a colocar el pecho a riesgo de un tiro de muerte.

que los recuerdo me estremezco. Cuando estábamos con mi mami recogiendo leña de guayabo en la sabana de la finca y un bendito helicóptero casi que encima de nosotros empezó a disparar hacia la otra colina. Con mi mami nos acurrucamos debajo de un guayabito; ese día creí que íbamos a morir. Otra vez, qué ingenuidad, el súper chaleco anti balas fue Diosito que no permitió que nos pasara nada.

El siguiente suceso, cuando cumplí mis 11 años, salí de la finca para el pueblo, de una parte porque mi mami quería que estudiara, pero por encima de ello fue la salida que encontraron mis padres para evitar que

Pedro Ruíz. “Recuerdos en una barca”.


Cómo nos toca la guerra? No.13

Hasta acá esta situación ocasionó que me desenamorara de la finca

Mi familia es una familia común de clase media; con gran esfuerzo

y me inclinara hacia la parte urbana, pero Diosito sabe cómo

mis padres lograron pagar mi educación y la de mis hermanas y

hace las cosas. El colegio donde estaba estudiando bajo la tutoría

nunca vivimos un evento de violencia directamente. En nuestro

del párroco del pueblo, porque

para entonces tenía vocación de

hogar de raíces cundiboyascence con costumbres muy citadinas,

cura, se acabó. Hacia el año 97 regresé a la finca. Para entonces

se ha vivido el conflicto a través de los noticieros, los periódicos y

los paramilitares y ejército no eran enemigos, existía una relativa

la radio. Yo he sido la que más cercana he estado a la situación del

calma. Esta situación favoreció que realizara un curso de 1.700 horas

país debido a la primera carrera profesional que estudié, Relaciones

en explotaciones diversificadas con el SENA de Barrancabermeja.

Internacionales y Estudios Políticos, y aun así estoy en otro mundo comparado con el que viven miles de personas todos los días en las

Así me re enamoré de la finca y del campo. Situación que ha logrado que

demás regiones de mi país, que no cuentan con mi misma suerte.

hoy sea profesional en gestión agropecuaria, haya comprado a mi papá 5 hectáreas de esa finca donde nací y crecí, me haya casado y construido

Esta suerte es agridulce, porque si bien no he tenido que sufrir eventos

una casa en la finca, con proyección a que sea una finca agro turística

desafortunados en carne propia ni a través de mis seres queridos, siento que

y esté proyectado a contribuir con el sector rural de donde provengo.

he vivido en un mundo paralelo y que en realidad hasta ahora me estoy

A

Desde la tribuna…

dando cuenta de lo que realmente sufren muchos de mis compatriotas. Yo

sí es como siento que he vivido el conflicto armado en

amo Colombia y sin duda esté donde esté siempre estaré muy orgullosa

mi país: sentada desde una tribuna. A pesar de esto, no

de mi país, y es esto lo que me motiva todos los días a seguir trabajando y

puedo evitar sentirme privilegiada y aliviada de tener la fortuna de

aportando aunque sea un poco a mitigar el dolor de aquellos que sufren.

no haberla vivido diferente como muchos de mis compatriotas

La misma esperanza de contribuir al cambio y a la paz me lleva a

lo han hecho. Su realidad colombiana está llena de dolor.

sentirme indefensa, porque siento que a la final lo que estoy haciendo

27


Cómo nos toca la guerra? No.13

28

no es significativo y debo confesar que estas crisis ocurren casi que

un par de años no pensé. Nunca es tarde para abrir los ojos y darse

diariamente desde que empecé la maestría en desarrollo rural. Antes

cuenta de que hay una realidad detrás de lo superficial que necesita

me cuestionaba por algunas cosas, por las noticias que ya se salían de

de nuestra contribución para hacer un cambio. Lo importante es

lo usual. Duele reconocer que la muerte es algo cotidiano en un país

reaccionar y ser consciente de la realidad, lo demás viene por añadidura,

como el nuestro, pero es así. Es la costumbre a la violencia que todo

porque una vez que abres los ojos ya no puedes dejarlo pasar.

el pueblo colombiano tiene, pero ahora las injusticias son cada vez más evidentes a mis ojos. No fue para nada fácil la primera semana presencial de la maestría, pero allí comencé a abrir los ojos, a despertar,

D

Acompañamiento al almuerzo

oce y veinte minutos. Diez minutos tarde y mi hermano nada que aparecía. Se supone que debíamos vernos a las doce en punto para

y también a sentirme cada vez más afortunada de no haber tenido que

almorzar. Mientras esperaba en el restaurante observaba el sitio y pensaba:

sufrir nada traumático de lo que en realidad pasa en mi país. Cada vez

¿cómo puede ser, que siendo yo tan puntal, mi hermano haya adoptado una

que leo un libro o artículo para hacer alguna tarea, o veo el periódico,

costumbre generalizada en esta ciudad de decir una hora y llegar después?

mucho dolor y rabia pasan por mi cabeza, porque ahora sí me doy cuenta de todo lo que hay detrás o por lo menos analizo más allá de la

El lugar era de lo más común, ubicado en el centro de Ibagué; en

noticia particularmente, lo que tiene que ver con nuestros campesinos

su entrada un tablero que contaba el menú del día al que pasara y

y el sector agrícola, pero igual me quedo corta en acciones concretas,

adentro unas mesas rimax disfrazadas con retazos de tela y cuyo centro

aunque siempre desde mi trabajo busco apoyar de algún modo.

de mesa era el mismo para todas, una caja de palillos y un frasco de ají. Al lugar ya comenzaba a entrar gente universitaria, entre ellos

No todo es desesperanza, no todo es incapacidad e ignorancia. Para

mi hermano. Lo miré mientras se acercaba, miré mi muñeca derecha

todo hay un comienzo y para mí fue al entrar a hacer mis estudios de

mientras la agitaba a pesar de no tener reloj, en expresión a su tardanza,

posgrado, en un tema que la verdad hasta hace un poco menos de

solo para recibir un simple “que pena la demora” por parte de él.


Cómo nos toca la guerra? No.13

Se sentó y tan pronto se acercó la mesera, ordenamos “el que decía en el tablero de la entrada”. A las doce y media en punto, en todos los televisores del restaurante sonó ese “jingle” que causa que todas las cabezas giren en torno a esas cajas y da aviso al comienzo de las noticias. Como si fuera un reflejo involuntario las personas del lugar veían lo titulares, unos mientras almorzaban, otros mientras hablaban y unos pocos mientras esperábamos el almuerzo.

En ese momento, mi hermano dijo algo que se tornó en el tema de charla durante nuestro encuentro: “En los restaurantes no deberían colocar noticias para almorzar, es más, no debería haber televisores”. Un restaurante de menú “ejecutivo” sin televisores, pensé. Difícil encontrarlo.

Me causó curiosidad su comentario y le pregunté la razón de ello y me dice: -“mira a la gente de este restaurante, no entiendo la verdad, cómo pueden almorzar y ver noticias cuando los titulares siempre son un asesinato, un secuestro, algún accidente, un atentado, en fin...”

Comprendí lo que quería decirme; la gente se había acostumbrado a ese tipo de noticias porque se las sirven con el almuerzo, se pasan el

almuerzo con ellas. Luego me dice: “imagina todos los días viniendo a este restaurante, o en muchos otros, la gente está acostumbrada a almorzar con la emisión de noticias, y mientras comen, ven a algún familiar llorando por el secuestro de su ser querido, expresando su dolor. Ellos lo ven como el almuerzo, algo de todos los días”.

Pensé un rato mientras comía y observaba a mi alrededor. Luego pronuncié lo siguiente: la guerra, la violencia, esos sucesos que deberían ser motivo de indignación se han convertido en algo cotidiano y han adquirido cierta aceptación silenciosa. No se comparte lo que se ve, pero tampoco se expresa empatía por lo sucedido, la guerra se ha convertido en una costumbre para estas personas y para nosotros. Mi hermano asentía con la cabeza a la vez que escuchamos la voz de un comensal señalando con su tenedor al contenedor de guerra y violencia mientras miraba a la camarera y le decía: ¡¡le sube el volumen, por favor!!

29


Cómo nos toca la guerra? No.13

Mi generación “Es la historia de mi generación Decime, decime a donde vamos Mi ciudad ya no es la misma canción Presiento que este cuento no acabó. Se tomaron la embajada se tomaron el palacio yo los vi en televisión. Yo tomaba chocolisto y escuchaba a Lucho Herrera coronarse campeón Y las bombas reventaban, mientras tanto redactaban una gran constitución.” -Canción “Mi generación, Andrés Cepeda”-

30

D

de incertidumbre y quedaron grabadas en mi mente las fotografías y los videos de aquella plaza en Soacha, cuando asesinaron a Galán.

Era niña, pero me gustaba oírlo en las noticias y generaba en mí una cierta esperanza que un día saldría a la calle sin llevar el papel en la chaqueta y sin miedo de ver carros parqueados en las calles. Una noche de Agosto de 1.989, los adultos me consolaban porque lloraba al saber que Galán había muerto, lloraba sin consuelo y creo que ese día conocí la

espués de un día largo de trabajo, escucho a lo lejos en la

incertidumbre y la desesperanza. Llegó a mí una sensación de no futuro.

televisión el anuncio de la serie del momento “Escobar, el

patrón del mal”. Me acercó por curiosidad para ver las primeras

Sin embargo, esa imagen de Galán despertó en mí la convicción que

escenas y me llevan en un viaje a través del tiempo; me veo saliendo

mi país era un proyecto posible. Mientras mis compañeras de colegio

de mi casa y mi madre guardando en el bolsillo de mi chaqueta un

pensaban en películas y cantantes de moda, para mí Colombia se

papel con mi nombre completo, mi RH y los datos de a quién

convirtió en un reto, un reto alimentado también por mi padre

llamar en caso de emergencia. Era un tiempo de miedo, miedo a

y mis abuelos. Con ellos recorrí el país y ellos me enseñaron que la

las bombas, a las pescas milagrosas, a desaparecer sin saber por qué.

tierra hace parte de uno, de su sangre, de su historia y de quien se es.

Siendo niña dormía con miedo y me causaba pánico ver un carro

Veinticuatro años después, al cabo de una jornada de trabajo humanitario

parqueado frente a un centro comercial, no se sabía dónde ni cuándo

con internos de la Picota, avanzo desde la última requisa con el equipo

explotaría una próxima bomba, no volvimos a los centros comerciales y

de pastoral que me acompaña. Al llegar a la cafetería levanto mi mirada

todo resultaba sospechoso. Aunque era pequeña, las noticias me llenaban

y un hombre demacrado y con visible cansancio nos observa. Lo analizo


Cómo nos toca la guerra? No.13

con cuidado y reconozco al hombre que junto a Pablo Escobar decidió

Salgo de la penitenciaria, observo a mis amigos y veo una generación

acabar con la vida de Galán. Han pasado muchos años, y al cabo

a quien la muerte le apuntó, pero que hoy tiene la responsabilidad

de recorrer el país y vivir el miedo de los retenes, del encuentro con

de apostar por recorrer el camino con una mirada diferente y hacer

grupos al margen de la ley, de escuchar a víctimas y victimarios, he entendido

Oswualdo Guayasamín. “Borrasca en azul”

que el odio ya no es un camino posible.

de hombres como Galán, Jaime Garzón, Lara Bonilla, Pizarro -y los miles cuyos nombres no fueron famosossemillas

que

den

fruto,

a

propósito del aquel fresco de Aquel hombre que veo hoy, trajo a mi

Diego Rivera: “La sangre de

vida y a la de mi generación incertidumbre

los

y un miedo que nos paralizó. Si pienso

fertilizando

en el dolor de aquella noche de Agosto podría pensar solo en el odio y el rencor ante lo que él significa, pero el camino y la misma tierra que me convenció que valía la pena quedarme, me enseñaron que: “Para la locura de la violencia, y la muerte; solo la locura del perdón”.

Es la frase que quedó en mi alma en las escuelas de perdón y reconciliación donde junto a hombres y mujeres desmovilizados, víctimas y victimarios conocí un poder mayor al del miedo y es el del perdón y la reconciliación.

mártires

revolucionarios la

tierra”.

El cuerpo de las mujeres como objeto y táctica de guerra

L

a verdad es que la guerra fue superficial para mí hasta

hace relativamente poco. Aun así, era consciente en ese entonces de que la época en la que escogí nacer en un país como Colombia, no era precisamente ni la más pacífica, ni la más amable para vivir. Un año antes de que naciera sucedieron hechos muy dolorosos, la tragedia de Armero y la toma del Palacio de Justicia. Mi infancia en los años 90 estuvo inundada

31


Cómo nos toca la guerra? No.13

32

de hechos de violencia masiva perpetrada por Pablo Escobar y los

preocupaba que así fuera. Por eso, como fue a mí a quien le preocupó,

grupos narcotraficantes de Antioquia y el Valle del Cauca. Siempre me

el siguiente semestre estaba estudiando ciencia política. Y, aunque

he preguntado qué pensaban mis padres al decidir tener hijos en una

a estos estudiantes y a estos profesores sí les importaba, vivíamos

situación tan complicada. Sucedieron hechos como la bomba al DAS,

en un mundo lleno de teorías construidas desde Estados Unidos y

la muerte de Carlos Pizarro, el genocidio de la Unión Patriótica y, ya

Europa que, no en todos los casos, era reflejo real de lo que ocurría.

entrando en la adolescencia, el poder de grupos guerrilleros como las

Sólo hasta cuando me llegó la hora de pensar qué era lo que

FARC y el ELN y de grupos de autodefensa paramilitar como las AUC

quería hacer pero, sobre todo, qué era lo que quería ser en el

y las negociaciones fallidas de paz en San Vicente del Caguán con las

futuro, la guerra empezó a hacer parte de mi vida todos los días.

FARC. Aunque siempre supe que lo mío era trabajar por mejorar las condiciones de las personas o, al menos, hacer el intento, la guerra era para mí algo presente en el día a día de los colombianos y colombianas pero ausente en la mía. Recuerdo la llegada de Uribe al poder, ya terminando mis años de colegio, y los acuerdos con las AUC que dieron paso a la Ley 975 de 2.005 y el proceso transicional de justicia y paz.

Cuando llegué a la universidad a estudiar derecho, me llevé una de las mayores decepciones de la vida; no entendía cómo, de 60 estudiantes que tenía mi curso, nadie estaba interesado en ser abogado para trabajar por un mundo mejor. Les interesaba más bien el comercio, el arbitraje, el tema inmobiliario. Y a los profesores tampoco les

Laura Lledó. “Espiral feminista”.


Cómo nos toca la guerra? No.13

En esos años, descubrí mi interés por trabajar específicamente por las

catorce años siendo violadas por sus superiores en los grupos armados

mujeres. Esto sucedió porque mis mayores ejemplos de vida y gran

ilegales, siendo obligadas a abortar en caso de quedar embarazadas,

inspiración han sido mujeres. Mi mamá, mis abuelas, mi tía abuela, mi tía,

mujeres jóvenes tratadas como esclavas sexuales. Los cuerpos de las

mi hermana y mujeres maravillosas que han rodeado a mi familia. Todas

mujeres usados como objetos de venganza, minimizados a ser simples

ellas, resultado de las contradicciones en las que se vive en América Latina

tácticas de guerra. Y, lo más absurdo, es que esto puede pasar por

pero poderosas, fuertes y llenas de amor. Todavía no me explico de dónde

cualquier razón, por ser madres del oponente, amigas y amantes del

sale tanto amor. Así que no lo dudé, ya sabía que eso era lo que quería.

enemigo. Porque los hombres saben que la violencia sexual es una de las estrategias más eficientes para acabar con la dignidad del otro o la otra.

Pensé entonces que mi trabajo para graduarme de la universidad tenía

Es por esto, que uno de los momentos en los que la guerra me ha

que dar cuenta de cómo las mujeres colombianas hacen esfuerzos y

tocado más profundamente fue cuando conocí el caso de feminicidio

se movilizan para construir paz. Es tal vez en ese momento en el que

–asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer- de Violeta, mujer

la guerra se asentó en mi vida. Me llevé algunas desilusiones aunque

violada, torturada y asesinada en el Valle del Cauca en el año 2.009,

pude reafirmar la fuerza que tienen las luchas de las mujeres. Uno de

documentado por la Corporación Sisma Mujer en el año 2.012.

mis primeros encuentros con el trabajo de las mujeres en este país y con los avances del feminismo latinoamericano fue, sobre todo, en

“Violeta era una mujer indígena de la comunidad Niaza Nasekia, quien

temas de denunciar y prevenir la violencia sexual contra las mujeres,

se apartó de la comunidad a muy temprana edad y por lo mismo, no tuvo

particularmente, en la guerra. Sé que es un tema que pocos tocan a pesar

una vinculación al proceso organizativo ni un arraigo a su comunidad

de que todos y todas somos susceptibles a ser víctimas él. Y empecé a

(…). Sus papás son separados. Vivía con sus hijos y con su padre (…), quien

escuchar miles de historias de cómo las fuerzas armadas, las guerrillas y

actualmente se encuentra muy cerca de 90 años y vive en el municipio de

los paramilitares han abusado de nuestras mujeres y niñas como si fueran

Restrepo, Valle del Cauca, con unos amigos de la familia. Los hermanos

objetos más que seres humanos con alma y espíritu. Niñas de menos de

y demás familiares del señor Pedro viven en Rio Bravo, municipio del

33


Cómo nos toca la guerra? No.13

mismo departamento. El padre de Violeta, como consecuencia de su mal estado de salud, no puede encontrarse con su familia frecuentemente.

del Cauca, en donde también se presentaban enfrentamientos

La madre de Violeta al parecer vive en Sevilla, Valle. Violeta era la segunda

entre los grupos armados.” (Corporación Sisma Mujer, 2.012: 2)

de 3 hijos que corresponden a 3 uniones maritales del padre. Uno de sus

34

hermanos vive en Popayán y de la otra hermana no se tienen noticias.

En 2.008, Violeta se vinculó a una organización de desplazados,

Violeta tuvo 6 hijos: Juan, quien tenía 20 años de edad al momento

animando a estas comunidades a interponer demandas contra el Estado

de su muerte. Lo mataron en Restrepo al parecer un año antes de la

y exigir una reparación, y empezó a trabajar como lideresa de mujeres

muerte de Violeta; Camilo, quien es Suboficial del Ejército en Itagüí, y

desplazadas, en el marco de las recomendaciones al Estado en el Auto

actualmente tiene alrededor de 20 años; María, de 17 años, quien vive

092 de 2.008 de la Corte Constitucional. El 10 de septiembre del año

actualmente en Sevilla, municipio del Valle del Cauca, con su abuela

2.009 Violeta fue violada y degollada en el municipio de Restrepo, Valle.

materna; Fabián, (que) está con medida de protección del ICBF en Sevilla,

Según el documento de Sisma Mujer, fue encontrada con lesiones en la

Valle del Cauca, actualmente (de) 12 años aproximadamente; Liz, de 8

lengua, los pantalones abajo y señales de haber sido arrastrada. “Violeta

años de edad, quien actualmente vive con una Sobrina de Violeta y; Ana

le comentó (a una amiga) que había recibido llamadas en las que le

de 17 meses de nacida, quien fuera asesinada por un soldado mediante

decían que se tenía que ir de Restrepo, que dejara de estar en cuentos

una granada de fragmentación.” (Corporación Sisma Mujer, 2012: 1)

de demandas contra el Estado.” (Corporación Sisma Mujer, 2.012: 5) Unos meses antes, su casa había sido incendiada sin explicación alguna.

En el año 2.001, Violeta fue desplazada junto con su familia del

“Por estos hechos se inició investigación penal en la fiscalía 24 de

municipio de Río Bravo, Valle del Cauca, por el Bloque Calima

la unidad primera de vida, de la Fiscalía seccional de Cali, proceso

de las Autodefensas Unidas de Colombia, comandado por Éver

en el que se hace evidente la falta de debida diligencia del Estado,

Veloza, alias HH. “Violeta y su familia se ubicaron en un terreno

toda vez que a la fecha no se han encontrado responsables y por lo

baldío de la Vereda Yolombá del municipio de Dagua, Valle

mismo, se encuentra archivado.” (Corporación Sisma Mujer, 2.012: 5).


Cómo nos toca la guerra? No.13

Esta es una de las mil historias que conozco. Muchas otras también me

Sin más compromiso que el voto y la convicción de que el partido

han dolido profundamente. No sólo me refiero a este caso porque

liberal se acercaba a sus ideas, mi abuelo fue víctima de los que en

de esta manera me tocó la guerra. También lo escribo porque creo

aquella época decían que “matar liberales no era pecado”. Obedecer

que todos y todas en este país somos responsables de contar la verdad

tal mandamiento era un imperativo, no importaba si se trataba o no

y reconstruir la memoria de aquellos que ya no la pueden contar.

de la familia. Mi tío abuelo, el hermano de mi abuela, proveniente de

La guerra a través de mi historia familiar

L

a

desesperanza

de

“azul de metileno”, líderó la cruzada para atacar a mi abuelo y a los

la

trabajadores que lo acompañaban. Sólo hasta que conocí esta historia,

guerra?

entendí porque nunca visitábamos a la familia del tío abuelo Vicente.

Trato de recordar un episodio, me pregunto ¿Cuál es el que más me ha

La abuela, el abuelo y cuatro hijos fueron desplazados cuando

impactado? Son muchos. La guerra, al igual que le ha pasado a la mayoría

todavía no se nombraban como desplazados. Huyeron al Área

de los colombianos ha estado presente en la historia de mi vida. Seguro,

Metropolitana, se instalaron en el municipio de Bello y rápidamente

sin la crudeza que han padecido quienes han sido víctimas directas de los

vieron que ese no era el lugar de las oportunidades. El abuelo,

crímenes más atroces, pero sin duda ha estado ahí, en mi vida y en la de

por referencia de algunos amigos conoció a Urabá como una

mi familia, marca nuestros recuerdos, nuestras decisiones, nuestra vida.

tierra prometida, llegó en la década del sesenta a Chigorodó.

Mi abuelo, un hombre oriundo de Concepción -Antioquia- un pueblito

Para llegar hasta Chigorodó había que pasar por pueblos liberales y

del oriente antioqueño, se fue en busca de mejor vida a Puerto Berrío,

conservadores. Como estrategia de sobrevivencia, mi abuelo nos

municipio de Antioquia, ubicado en la subregión del Magdalena Medio.

contaba que cargaba un pañuelo rojo y uno azul: si lo paraban en

Sus afinidades con el partido liberal lo hicieron huir por primera vez.

Santa Fe de Antioquia sacaba el rojo y si el retén era en Dabeiba

pasar?

cabeza

al

La

y

la

palabra

y

pensar

sobre

pregunta

la

de

pregunta

¿Cómo

nos

¿Cuándo

se ha

me

dejará

una familia conservadora de Santuario –Antioquia-, de esos que orinaba

vienen

tocado

la

a

35


Cómo nos toca la guerra? No.13

36

el pañuelo elegido era el azul. Llegó a Chigorodó, dotado de

Después, siguieron infinidad de muertes: candidatos de diferentes

balanza y cuchillos, para tratar de ganarse la vida como carnicero.

partidos, obreros de fincas bananeras, agrónomos administradores de

Lo metieron a la cárcel, acusándolo de chulavita, pero los amigos

fincas, personeros, otros alcaldes, sindicalistas, desmovilizados. Y otra

que lo esperaban dieron referencias de él. Rápidamente recobró

vez ¿Por qué las muertes? Muchas explicaciones y versiones, historias de

su libertad y la familia empezó a reconstruir en esta región la vida.

disputas electorales, incluso entre el mismo partido. Cuentan que entre los liberales se mataron varios candidatos, por la disputa entre las corrientes

Entre la década de los sesenta y los setenta, mi mamá vivió entre Medellín

de Guerra Serna, de Federico Estrada Vélez y de William Jaramillo.

y Chigorodó. Cuenta que para esa época en Urabá vivieron un periodo de tranquilidad, pero en los años ochenta arreció de nuevo la violencia. En 1.983

Por esa época hubo otros homicidios, la mayoría en el contexto

toda la familia se radicó de manera permanente en la zona, yo tenía 5 años.

del conflicto armado interno; las FARC contra otros alcaldes; las muertes de obreros de las bananeras y de campesinos a manos

Mi primer recuerdo de muchos eventos de violencia es la muerte

de quienes empezaban a conformar los grupos paramilitares; un

del alcalde del pueblo. Lo mataron a dos locales del negocio donde

personero asesinado por la fuerza pública con el argumento de

trabajaba mi mamá, al frente de la alcaldía. Nos refugiamos debajo

ser una retaliación por un homicidio atribuido a las FARC. Varios

del mostrador al escuchar los cuatro tiros que le propinaron. Y ¿por

de estos cuerpos los vi pasar en volquetas hacia la morgue, desde

qué lo mataron? Decían que el alcalde había asumido el papel de

el balcón de mi casa, donde jugaba a las muñecas con mis primas.

vengador, matando a los cuatreros que aparecían en el pueblo; lo apodaban “El Gato” porque al decir de la gente, ninguna “rata”

En ese contexto crecí. Después llegó otro de los muchos recrudecimientos

se le volaba, de esta manera fue acumulando muchos enemigos.

de la violencia, que parecen no terminar. Toda la familia tuvo que regresar a Medellín. Mis abuelos y mis tíos determinaron que no era posible vivir


Cómo nos toca la guerra? No.13

en el fuego cruzado que significaba estar entre la presión de pagar las

Esta guerra parece interminable, presente en todas las generaciones

vacunas o la de colaborar con el fortalecimiento y avanzada de los grupos

que he conocido de mi familia. Ha marcado mis decisiones vitales,

paramilitares. La salida era desplazarse, así como lo han hecho muchas

mi vida profesional. Hoy, con desesperanza persisto en el sueño

familias colombianas, decididas a no participar en el conflicto y huir

de que “cese la horrible noche”, pero no parece llegar. Pienso en la

para salvar su vida e integridad.

posibilidad de que pasemos a otra fase de la construcción de esta nación que, sin

Al

llegar

Medellín

nos

dejar de tener conflictos, como pasa en

bombas

de

cualquier sociedad, empiece a discutir y a

Pablo Escobar. Luego en la

construir sobre lo fundamental, dejando

Universidad me tocaron las

atrás esta historia de eliminación demencial.

recibieron

a las

muertes de líderes estudiantiles,

Conociendo y enamorándome del oriente

de profesores como Hernán Henao, antropólogo dedicado

“He sido un buscador y aún lo soy, pero dejé de preguntarle a los libros y a las estrellas. Comencé a escuchar las enseñanzas de mi alma” Rumi

en ese tiempo a estudiar la situación de violencia en Urabá,

Pedro Osés.

del tendero de la facultad que se negó a pagar vacunas.

Luego,

el

principio

de

la

vida

laboral,

trabajando

en

asentamientos de desplazados por la violencia, de esa crisis humanitaria que vivía el oriente antioqueño, donde más de la mitad de la población fue sometida a órdenes de desalojo.

E

l olor a café se combina con el verde intenso de las sobresalientes montañas, de las cuales brota en lo más profundo de ellas grandes

ríos con color de mar que se confunden en el azul tranquilo del cielo. Observar el paisaje es como ver una pintura donde no se dejó detalle alguno sin dibujar y permite que nuestros sentidos se llenen de serenidad.

37


Cómo nos toca la guerra? No.13

Serenidad que es interrumpida por las marcadas y profundas huellas

dicho contexto, pero es más fácil poder debatir sobre el ideal de

que se observan en los rostros escépticos y miradas confusas pero

un sociedad en la cafetería, pasillos o en una mesa con mantel y

reservadas, que ocultan sin duda una realidad que es mejor llevarla

comida, que en un escenario lleno de contradicciones y necesidades.

entre los dientes y

38

garganta, así en ocasiones quisieran gritarla. Seguramente a ellos no se les preguntó cómo querían que fuera

Así fue como conocí el Oriente de Caldas, un lugar indescifrable,

su historia, sus sueños, su vida o su muerte. Seguramente ellos no

lleno de magia pero a su vez cargado de un frío que no era

pudieron opinar, pero sí tuvieron que callar, caminar, abandonar

del viento que venía de las montañas, sino un frío de soledad,

y entregar sus anhelos a cambio de poder respirar o suspirar.

de preguntas sin respuestas, el frío que deja la guerra y es

Estudiante universitario que no ha tenido alma de rebelde, no ha

ocupado por miradas tímidas y pocas pero muy pocas sonrisas.

sido estudiante. Es por eso que el corazón se llena de desilusión al encontrar que lugares en donde estuvo tanto tiempo fusiles disfrazados

Cada día que recorría sus caminos sentía como ellos contaban secretos y se

de ideologías, no tenían sus campos colmados de alimentos, líderes

despojaban de historias que, a su vez, llenaban mí cabeza de inquietudes

con sus palabras llenas de argumentos e ideales, ¿a dónde se fueron

y cuestionamientos, dado

las hojas de los árboles, que

que me confrontaba con

no

el sueño de una justa

frutos? Seguramente no era

sociedad;

seguramente

el camino por donde iba a

en la familia y en la

brillar el sol ¿pero cómo se

universidad,

explica si fue malo o bueno?

existió

el

espacio para confrontar

Pedro Ruíz. “Desplazamiento”.

permitieron

dar

los


Cómo nos toca la guerra? No.13

Cuando asumí irme para el oriente de Caldas, sin duda fue un

Esa es la lucha entre sobrevivir y trascender, seguramente la vida nos

desafío a una historia de mi vida, un batallar con mi familia y amigos,

puede situar frente a tres caminos. El primero, el del desconocimiento

dado que no conocía a nadie, pero lo más cierto era que ni yo me

total de la realidad;

conocía y fue allí donde me he dado cuenta como es la vida, me he

somos indiferentes a ella; y el tercero el que conociendo la realidad

construido como profesional pero lo más importante como mujer.

queremos poder sembrar semillas que algún día serán brotes, que más

el segundo, cuando conociendo la realidad

adelante serán jardines, así el olor y colores de ellas no los disfrutemos. Al empezar a brindar un espacio entre capacitaciones técnicas, que a su vez se convirtieron en un pretexto de encuentro, para tejer de nuevo la telaraña rota de los lazos de amistad, me daba cuenta

M

El día que salí de la isla

e encontraba en el parque natural Isla Gorgona, realizando la etapa de campo de mi tesis, como parte de los requisitos

cómo la guerra se pudo llevar muchas cosas, pero nunca se llevó

para graduarme como biólogo. Como el tiempo en el que estuve

las ganas de sonreír y la mejor cura a ese dolor era el tiempo, el

trabajando fue largo (un año), había momentos en los cuales uno quería

amor y soñar que al final del viaje para ellos estaba el horizonte.

salir de la isla para tomar un respiro o por lo menos para ver a otras personas. La única forma para salir de la isla era ir por gasolina para los

Cada encuentro se acompañaba de historias que iban y venían y se

botes lo cual se hacía más o menos mensualmente a la población de

remojaban en el sabor dulce del tinto en agua panela, historias y

Guapi y la otra forma de salir era en el bote de Don Simeón, personaje

proyectos de vida que seguramente para ellos eran un desahogo casi

que por ese tiempo regia los destinos gastronómicos de la isla, ya que

sanador. Y para mí, era una lección de vida, hasta llegar a un punto

era el encargado del restaurante que alimentaba a todas las personas

que no entendía quien le hacia el favor a quien, porque cada historia,

que habitaban la isla los cuales eran funcionarios del parque, turistas,

cada relato, hasta cada lágrima, iban tejiendo una convicción, un

investigadores y las personas que como Don Simeón trabajaban en el

compromiso de aportar a transformar una realidad; he podido entender

restaurante realizando diferentes oficios. La comida se compraba en

que nunca existirá una salida sin el respeto por la vida y los principios.

39


Cómo nos toca la guerra? No.13

los municipios cercanos a la isla como eran Guapi, Satinga y otros. Las

Finalmente después de esperar cinco horas más se dejaron de oír

salidas a comprar comida se realizaban semanal o quincenalmente.

disparos y explosiones así que nos animamos a salir. Recorrimos el pueblo hasta llegar a la estación de policía donde en ese

40

Después de estar tres meses metido en la isla decidí que era tiempo de

momento los policías comenzaban a salir de entre los escombros

salir a dar una vuelta por las áreas cercanas y le pedí a Don Simeón

que fue en lo que quedó convertida la estación. Por otro lado se

un puesto para salir en la lancha; después de que me dieron el cupo

escuchaba el llanto de algunas personas que se encontraban cerca.

para viajar en la lancha supe que íbamos a Bocas de Satinga, población que estaba a más o menos a una hora y media en lancha de la isla.

Cuando los miramos nos empezamos a dar cuenta de que había personas heridas cerca a el área del parque y corrió la voz de que

Salimos a las cinco de la mañana para Bocas de Satinga y llegamos a eso de las seis y media. Cuando estábamos llegando al sitio del desembarque comenzamos a escuchar estallidos que en un primer momento no identificamos. Posteriormente, cuando estábamos desembarcando, las personas que se encontraban allí y que eran conocidas de Don Simeón nos dijeron que la guerrilla se estaba tomado el pueblo, nos dijeron que nos refugiáramos en la casa de alguno para esperar “a ver qué pasaba”.

Habían pasado más de dos horas y los estallidos continuaban. Nosotros, escondidos en una casa esperábamos que el ataque terminara, ya que si

entre una casa había un niño muerto así como un adulto al otro lado del parque. Pero lo más impresionante era ver la inutilidad de la violencia, una violencia sin sentido que afecta por igual a todos los miembros del país que así no se vean involucrados directamente en hechos de violencia, siempre está en el imaginario colectivo. Esto mismo hace que en cierta medida nos hayamos acostumbrado a ella.

La muerte de Carlos Mario, líder de La Concepción, Leguízamo, Putumayo

C

uando la muerte llega, los celos se acaban. Fuimos cuatro las mujeres que estuvimos presentes el día de su entierro, cada

bien se había tomado el pueblo desde hacía más de cuatro horas todavía

una se hizo cargo del dolor de cada uno de los hijos. Yo por mi parte

no se sentía que bajara la intensidad de los estallidos ni de los disparos.

sabía que tenía tres: Alejandra, Indira y Mario, en realidad eran cinco.


Cómo nos toca la guerra? No.13

Tenía el pretexto de estar ahí porque hacía parte del proyecto con el

Yo no lo podía creer. Carlos era un hombre inteligente, buen bailador

que él venía trabajando en la vereda La Concepción del municipio

de salsa y con una oratoria envidiable para cualquier político o líder

de Leguízamo departamento del Putumayo, donde el 23 de enero

de la región. Había logrado en poco tiempo, llamar la atención

de 2.012, a manos de la misma comunidad y con autorización de las

sobre la vereda La concepción, un caserío a orillas de río Putumayo,

FARC, le dispararon por la espalda. Eran las 10 de la mañana y en el

al que se accede únicamente por vía fluvial en un recorrido de seis

caserío se respiraba un ambiente normal, había mujeres y niños jugando

horas partiendo desde Puerto Asís. Una comisión representada por la

en la cancha de baloncesto. Cerca de ahí, Carlos estaba haciendo una

institucionalidad del departamento arribó el 18 de septiembre de 2.011 a

llamada al lado de un árbol donde coge la señal de celular. Los que

esta vereda. El Gobernador, el director del ICBF, el director del Sena, el

empuñaron la escopeta estaban detrás de unos arbustos. Le dispararon

director del INCODER, el jefe de la oficina de Consolidación, el coronel

y nadie hizo nada. Su novia Lorena estaba en la casa, muy cerca del

Pachón de la Fuerza Naval del Sur y el director de CORPOAMAZONÍA,

sitio donde cayó Carlos. Al percatarse de lo ocurrido corrió llevando

fueron los visitantes que por primera vez en la historia arribaban a este

consigo todo el suero que había en el mal dotado botiquín de la

lugar olvidado en la geografía colombiana. Carlos había sido capaz de

vereda. La profesión de su novia –enfermera- le prolongó la vida a

convencer a la institucionalidad del departamento, que la comunidad

Carlos por unas horas más. Un helicóptero del ejército recogió a

estaba dispuesta a cambiar su tradicional sistema de producción –

Carlos y lo trasladó hasta Puerto Asís. Llegó con vida al hospital

cocalero- por una actividad lícita, con la que pudieran sobrevivir. En

San Francisco de Asís; había perdido mucha sangre. Carlos tenía

días anteriores había realizado visitas a cada uno de los nombrados

varias cédulas, una ecuatoriana, una peruana y la colombiana. No

anteriormente, y fue así como entre las más estrictas medidas de

sé cuál pasaron, pero el tipo de sangre que registraba esa cédula no

seguridad, dos helicópteros arribaron el 18 de septiembre a la vereda,

correspondía al verdadero, le pusieron otro tipo de sangre y murió…

donde se realizó una reunión con toda la comunidad, aproximadamente 200 personas entre hombres, mujeres y niños; ese día nos entregaron una

41


Cómo nos toca la guerra? No.13

llave hecha en ‘balso’, la llave de La Concepción y cada institución hizo

los separa el río Putumayo. Basta con pagar un dólar a bonice (así le

sus acostumbradas promesas de inversión en la vereda y en el municipio.

llaman al lanchero que lleva y trae a los transeúntes de los dos países) y él cruza el río en una pequeña pero segura embarcación, es un buen

42

Carlos me enamoró por su poder de convocatoria, por su forma de

servicio y lo presta hasta altas horas de la noche. El día de la discusión,

tratar a las mujeres, por ser capaz de ser sincero y claro al momento

Carlos puso en tela de juicio la “hermandad” promulgada por el

de plantearme una relación de tres, la cual sostuvimos en secreto

gobierno ecuatoriano, para los pueblos “supuestamente” hermanos de

por varios meses. Me hacía confesarle mis sueños y mis deslices,

Latinoamérica, hecho que ofuscó al mandatario del vecino país. Hubo

lo aceptaba y me pedía únicamente que le entregara mi amor.

quienes afirmaron que el alcalde fue el autor intelectual del hecho. Por otro lado, Carlos había despertado celos a nivel de la organización

Posteriormente

varias

que tradicionalmente ha representado a la población del río Putumayo

asesinado.

–ASCAP- Asociación Campesina del Putumayo, pues nunca antes

Carlos había participado de una reunión que se realizó el 9 de enero

un líder había logrado convocar y materializar proyectos por tanto

en Piñuña Negro. Ahí discutió públicamente con un mandatario de un

dinero, para una población con las características de La Concepción.

poblado del Ecuador -Puerto El Carmen-. Sus reclamos, según cuentan,

En pocos meses CORPOAMAZONIA elaboró un proyecto por valor de

fueron por un cartel que el alcalde de esa localidad mandó poner a

$759.000.000 millones de pesos para establecer sistemas agroforestales

la entrada del Hospital –NO SE ATENDERÁN MAS COLOMBIANOS-.

en la vereda e hizo un convenio con una asociación para que esta la

Las veredas aledañas al corregimiento de Puerto Ospina, incluida

ejecute. La noticia llega a muchos rincones en otras poblaciones del río.

La Concepción, acudían al Hospital de Puerto El Carmen, ante la

Carlos convoca a líderes de cada una de estas veredas y se plantea la

inexistencia de un servicio de salud digno cercano en Colombia; a estos

propuesta de hacer proyectos similares para cada una de esas veredas.

dos poblados, Puerto Ospina (Colombia) y Puerto El Carmen (Ecuador)

Había recursos económicos (CORPOAMAZONIA contaba con recursos de

hipótesis

por

a las

su cuales

muerte, se

cree

hubo que

fue

regalías, un presupuesto suficiente guardado en espera de ser ejecutado).


Cómo nos toca la guerra? No.13

Carlos por su lado estaba moviendo masas y al parecer contaba con la venia

Dicen que Carlos tumbó a las FARC en el Cauca de donde él era

de las FARC para estar en el área. Todo quedó en sueños frustrados. Con la

oriundo y de donde al parecer huyó. Alguien que lo conocía

muerte de Carlos sólo ejecutamos el proyecto de la Concepción; también

pasó por la Concepción, lo vio, lo identificó y le informó a sus

se rumoró que ASCAP había tenido que ver con el asesinato de Carlos.

enemigos donde estaba ubicado. Con el permiso del bloque 48 de las FARC, los enemigos cobraron venganza, quitándole la vida.

En la intimidad, Carlos me había

contado

la

historia

A los pocos días de transcurrido el

de su vida. Traficante de

acontecimiento, con un profundo dolor

armas,

de

en el pecho, volví a la Concepción. Apreté

las finanzas de las FARC

cada mano de cada hombre y mujer,

en el Cauca y enemigo de

saludando y mirándolos a los ojos, buscando

un frente del ELN por un

el asesino. A la comunidad reunida en la

tema

familiar,

escuela, pregunté si querían o no seguir

Carlos se había cansado de

con el proyecto, que para ese momento

una vida de opulencia y de

estaba recién aprobado. En el ambiente

zozobra y había decidido

había tristeza y confusión. Recuerdo un

renunciar a toda actividad

comentario de un campesino “a mí no me

administrador

netamente

ilícita e internarse en la selva

Jaime Bestard. “Familia campesina”.

a hacer una vida tranquila, lejos de amigos y enemigos; al parecer más

importa lo que haya sido Carlos, él con nosotros fue bueno”.

enemigos. A Carlos le iba muy bien con los negocios, me contaba que

Los días posteriores a su muerte fueron tristes. Carlos no creía en

multiplicaba el dinero que las FARC le daba para comprar y vender droga.

Dios y él me había manifestado que no creía en la vida después de la

43


Cómo nos toca la guerra? No.13

44

muerte. Por mi parte trataba de comunicarme con su espíritu; en mis

Extraño a Carlos porque siempre tuvo una palabra adecuada,

meditaciones lo buscaba y sólo lograba ver su cuerpo ensangrentado

porque me puso a prueba y porque me lo contó, porque

y tirado en el sitio donde cayó. Su espíritu estaba ahí, preso.

me valoró como mujer y porque como ningún hombre fue

Entonces decidí tomar yagé con la intención de establecer una

honesto e hizo renacer en mí el compromiso con la gente.

comunicación con él. Hablé con Carlos –era él- me mostró unas mariposas indicándome que cada vez que viera una, lo recordara. Me dijo que pusiera flores en mi escritorio para que todo el que llegara, se

N

o,

Conversaciones con mi madre madre,

dejaron

en

es

la

una

clase

pregunta

de

que

problemas

nos rurales.

alegrara. También que acompañara a la comunidad hasta que saliera

La clase de problemas rurales no fue lo que pensé. Creía que iba a

adelante el proyecto. El yagé se encargó de mostrarme su vida.

encontrar

una temática relacionada con los problemas del sector

campesino, los cuales para mí eran los altos precios de los insumos, problemas de comercialización, vías de comunicación y demás temas que en el campo siempre hablaba con los productores a los cuales brindo asistencia técnica. Pero las clases fueron avanzando y me di cuenta que los pre-conceptos que yo traía para esta clase irían a cambiar ya que la clase según como se ha desarrollado no era lo que yo pensé en su momento.

Estando en la primera semana de la maestría los profesores de esta asignatura

nos pidieron redactar una crónica a partir de la

pregunta ¿cómo nos toca la guerra? En ese momento respondí la pregunta de una vez: No, a mi realmente no me ha tocado la guerra.

Benigno Gómez López .“Serenata Campesina”.


Cómo nos toca la guerra? No.13

De regreso nuevamente a Cimitarra o a la realidad como lo solía decir,

-No, hija. Yo creo que me enfermé de los nervios así por todo lo

ya que parecía un sueño el que yo pudiera estar estudiando en una

que viví cuando ustedes estaban pequeños. Eso se debió a todo el

universidad como la Javeriana y además una Maestría, pensaba como

miedo que a mí me dio cuando vivíamos en la escuela del Km 15

estaría de feliz mi abuelo Pablo Sanabria, Q.E.P.D, con los pequeños logros

cuando yo era profesora allá y el ejército llegaba a la escuela, a los

que han tenido sus nietos. Inicio mis actividades laborales y recuerdo

días pasaba la guerrilla y cuando empezaron a matar a los Flores,

que recibí la llamada de mi madre para informarme que estaba en el

que decían después que eran los primeros paramilitares de por ahí.

pueblo y para preguntarme dónde me encontraba. Le dije que estaba en la oficina y que ya era la hora de almuerzo, que la invitaba a almorzar.

Esas y

palabras

me

transportaron

sin

a

la

equivocaciones,

clase

automáticamente

esta

vez

Nos encontramos y fuimos al sitio donde yo siempre iba a almorzar. Así que

-¡Sí!,

A

allí empezamos a hablar del tema que, por esos días, le estaba buscando

Es una pregunta de una materia que me quedó sonando mucho y me

respuestas: mis papás están viviendo una situación que para mí es tan

ha hecho que me cuestione muchas cosas sobre todo el por qué usted

incómoda teniendo un capital que ya a través de los años han construido.

cambió tanto. Su enfermedad ¿a qué se debe? si usted era una mujer

me

respondí

la

pregunta.

tocó

la

guerra

campesina de carácter fuerte muy ordenada y entregada a su comunidad. Nos fuimos a descansar a mi casa y ese día le conté a ella la conclusión

-Yo me he puesto a pensar que eso se derivó tal vez de

que con mi hermana Adriana -ahora está lejos en Argentina realizando

los

su maestría- habíamos llegado respecto a su enfermedad. Esa conclusión

pequeños

miedos

que

tuve

¿Recuerda

que

pasar

cuando

cuando

vivimos

ustedes en

la

estaban escuela?

era que el nacimiento de su quinto hijo después de 10 años y teniendo ella ya 42 años

le había ocasionado un problema emocional.

En esa época entre los años 1.986-1.998 vivíamos en la escuela del Corregimiento del km 15. El punto medio entre los municipios de

Y

por

estaba

su

respuesta

equivocada.

Ella

me me

di

cuenta sorprendió

una con

vez su

más

que

respuesta.

Cimitarra y Landázuri por vía carreteable además, era el punto de

abastecimiento

comercial

donde

confluían

varias

veredas.

45


Cómo nos toca la guerra? No.13

El día sábado era el día de mercado y reunión de la comunidad para

que nosotros con mis hermanos menores, por ser unos niños, no nos dimos

sacar a vender sus cosechas y comprar el mercado para regresar a sus

cuenta. El ejército acampaba en el perímetro de la escuela, instalaban sus

fincas a seguir sus labores. Mi padre era profesor de una vereda ubicada

fogones para cocinar, lavaban la ropa y demás cosas que necesitaran.

de allí a una hora por camino de herradura y vivía en la finca que

46

tenía en esa misma vereda, mientras tanto mi madre era profesora en

Mi madre recordaba con gran tristeza cómo en algunas ocasiones

la escuela del Km 15 y vivíamos allí entre semana ya que ella era la que

existieron enfrentamientos a sólo 2 km de allí en el rio Guayabito

nos enseñaba a mis hermanos y a mí que en ese tiempo era la menor de

donde el ejército salía a hacer sus rondas. La guerrilla estaba por esa

cuatro hermanos, tres mujeres y un hombre. Ella vivía sola con nosotros

misma zona e hirieron varios soldados, los cuales fueron llevados

en la escuela, entre semana mientras trabajaba y nosotros estudiábamos

a la escuela, dejados en los salones sobre las mesas de estudio de los

y luego el fin de semana partíamos para la finca donde se encontraba mi

niños a eso de las 5 pm y ella tuvo que ayudar a prestar los primeros

papá. Realizábamos labores de la finca y el sábado mi padre partía para

auxilios porque además de maestra, la comunidad

el km 15 a vender sus productos como todos los demás campesinos de

cuando un niño se cortaba o requerían una inyección y demás cosas

la zona, con la diferencia que él era además el profesor de la vereda de

que en el campo se suelen presentar. Los soldados luego de una

Vizcaínos, situación que le daba un estatus un poco mayor que los demás.

hora de estar allí en la escuela fueron trasladados por camiones del

recurría a ella

ejército hacia el municipio de Cimitarra y nosotros, según ella me En esa época, mi madre recuerda que la guerrilla recorría esas zonas y tenía

contó, estábamos toda esa tarde encerrados en la habitación porque

vínculos fuertes con algunas personas del área rural. El caserío era paso

mi hermana mayor se había desmayado al ver a uno de los heridos

obligado para trasladarse de un municipio a otro sitio de recolección de

y allí nos dejó al cuidado de la otra profesora que era más joven.

víveres. Por esto mismo el ejército del Batallón Rafael Reyes también hacia su presencia allí; para esa época utilizaba la escuela para acampar el tiempo

Mis memorias se fueron alimentando y allí recordé que ese fin de semana

que sus superiores lo indicaran creando así preocupaciones en mi madre

como tres más no fuimos a la finca a encontrarnos con mi padre porque el


Cómo nos toca la guerra? No.13

rumor estaba en la comunidad que los que hubieran ayudado al ejército

generaban siempre la zozobra en la zona y cada vez que se realizaban

tendría inconvenientes con la guerrilla. También es importante mencionar

actividades o los denominados bazares por la comunidad para recolectar

que los docentes que trabajaban en esas zonas recibían un subsidio por

fondos para alguna necesidad que se tuviera, ellos llegaban y siempre

desempeñar labores en zona roja, es decir zona de conflicto armado.

había inconvenientes como peleas a machete, tiro y demás. Estos bazares, como muchas otras actividades eran realizados en la escuela ya

Muchas veces ella dirigió cartas al Batallón de la zona para evitar que la

que esta era el sitio de reunión y encuentro para toma de decisiones,

escuela fuese usada como sitio de alojamiento del ejército ya que ponía en

fiestas y demás situaciones que sucedieran en el corregimiento del Km 15.

riesgo la vida de varia personas, pero nunca hubo una respuesta de parte del batallón sobre este tema. Para esa época, los campesinos hombres

Recordando todo esto me doy cuenta que mi madre fue una mujer

debían poseer un papel denominado “Tránsito libre” el cual se debía sacar

campesina y líder muy valiente, ya que estaba siempre cuidando

en el Batallón de Cimitarra y cada mes renovarlo, para lo cual necesitaban

cuatro hijos, responsable de una escuela que tenía alrededor de

presentarse en el aeropuerto donde se llevaba a cabo esta diligencia.

55 estudiantes de todos los grados y residente de un sector muy machista, pero ella logró conservar su integridad física y enseñó a

Según me contó luego mi padre, en ese trámite eran víctimas

leer y escribir a muchos de los niños de esa zona desde el año 1.986

de insultos y atropellos por parte de los cabos o sargentos

hasta el 2.008, año donde logró su pensión de jubilación. Es decir, 22

encargados ya que al nombrar las veredas o regiones de dónde

años dedicada a la educación rural y todo lo que ella trae consigo.

venían, los tipificaban como colaboradores de la guerrilla situación que siempre sufrió mi padre y por la cual mi mamá siempre se

Para resolver la pregunta ¿cómo nos toca la guerra? recordé toda esta

preocupaba cada día que tenían que renovar este salvoconducto.

situación ya que si bien es cierto es la historia de una parte de la vida de mi madre y no la mía, fue la forma como entendí cómo me tocó la guerra

Además, en la comunidad existía una familia denominada Los Flores

a través de ella. Ella conservó su integridad física en esa zona, pero de

integrada por seis hijos varones y su padre. Eran campesinos alzados que

toda esta situación quedaron las secuelas. En mi madre fue un diagnóstico

47


Cómo nos toca la guerra? No.13

siquiátrico de depresión y ansiedad que repercutió en la familia. Pero

cultivando cacao y frutales a solo 5 km de la escuela en mención, con

sobre todo en mí, porque como yo era la menor, nunca fui consciente de

cinco hijos profesionales que no pierden oportunidad de regresar a su

esta situación, lo que me generó un conflicto con ella. De niña la recordé

finca a visitar a sus padres y ayudar en todo este proceso de perdón.

fuerte, pero al pasar los años y al crecer después de los 12 años lejos de

48

ella a causa de que nos enviaron a estudiar el bachillerato a Bucaramanga, regresé y encontré una mujer de temperamento frágil, asustadiza, llena de miedos y se me perdió aquel ser fuerte, líder y segura de sí misma.

S

UN SUEÑO FRUSTRADO EN EL ALTO PATÍA

olo me queda aquel recuerdo de cuando los cálidos rayos de sol ingresaban por mi ventana, dándome a conocer que un

nuevo día había iniciado y con este, aquellas actividades que desde niño aprendí de mi padre. Mi padre, un hombre digno de merecer

Esta situación generó en mí un rechazo hacia ella y muchos inconvenientes

el título de campesino, le ganaba horas al día con el fin de explotar

de tipo personal en mi vida. Siempre estuve en contra de toda situación que

la tierra, para producir nuestro sustento diario y así poder atender

ella dijera, porque no aceptaba la enfermedad de mi mamá y la culpaba

sus funciones como líder campesino y miembro de la asociación de

de muchas cosas que habían sucedido en mi vida. Pero hoy, gracias a la

productores de cacao de El Peñol Nariño, organización que más de

voluntad de toda la familia de evaluar qué nos ha afectado tanto y por

una vez le hizo merecidos reconocimientos a su entrega y compromiso.

qué si hemos logrado tantas metas como personas no hemos podido unir a la familia, éste ejercicio me sirvió aún más para revisar cuáles son

Ese era mi padre. Lastimosamente su valor y honestidad lo llevaron a

las consecuencias de la guerra y cómo el conflicto armado ha ingresado

la muerte, pues no se quiso doblegar frente a las propuestas que líderes

de muchas maneras a los hogares colombianos y ha afectado sus vidas.

guerrilleros le propusieron. Las represalias no dieron tiempo de espera, la tarde ya finalizaba y con ella las horas de mi padre se agotaban. Como

Hoy somos una familia campesina, cuyos padres son pensionados

era costumbre, antes de regresar a casa después de un arduo trabajo,

del magisterio y viven en una finca en el municipio de Landázuri

a mi padre le gustaba acudir al billar para esparcir su mente. Fue una


Cómo nos toca la guerra? No.13

tarde espectacular pues fueron más de cuatro carambolas seguidas las

desayuno típico campesino, todo lo extraño. Mis conocimientos

que le dieron el triunfo. Sus compañeros campesinos y de lucha gremial

en agricultura no son más que un vano recuerdo. Aquí en la ciudad

sorprendidos le pagaron las apuestas y mientras recibía el dinero, se

toda esa experiencia no me sirve. Cómo quisiera volver a mi tierra

escuchó decir: “llegaron, llegaron”. Y el pánico no se hizo esperar. Desde

pero la guerra y el peligro que corren nuestras vidas, son la prioridad.

aquel día la vida de mi familia y la mía quedaron marcadas para siempre. El conflicto armado que en ese momento

Gracias

a

mi

padre

a

sus

prevalecía en la zona y la decisión de mi padre

conocimientos sobre el cultivo

de no apoyar a la guerrilla, trasladó a manera

de cacao y su gran espíritu de

de herencia todos los problemas que entre ellos

líder, tuve la oportunidad de

se habían entretejido, fuimos amenazados y así

conseguir trabajo en ASOCACAO,

comenzamos una nueva vida como desplazados.

organización que le debe muchos de sus éxitos a mi padre. Esta fue

La nostalgia de la muerte de mi padre, tener

la manera de agradecerle todo lo

que dejar la tierra que me vio crecer y ahora

que en vida gestionó en beneficio

al frente de una familia campesina resignada a

de esta organización. Comencé

vivir en el frío de una gran ciudad que alguna

a trabajar como monitor de

vez añoré conocer y que ahora por obligación

campo

habitaba, a dónde tuve que desplazarme y

nuevo

así de alguna manera asegurar mi existencia

de cacao en los municipios de

y la de mi familia. Extraño el campo, las

Leiva,

para

implementar

modelo

El

Rosario,

un

agroforestal

Cumbitara

madrugadas cálidas y el olor a tierra, el Mario Mollari. “Campesino”.

49


Cómo nos toca la guerra? No.13

y de

Policarpa, nuevo

mi un

vida techo

cambio donde

y vivir

comenzó a

mi

a familia.

mejorar Todo

nuevamente,

pues

me

saliendo

estaba

le

di bien.

Esta fue la historia de Juan Román líder campesino de El Peñol Nariño. Una tarde, trabajando conjuntamente

50

en la formulación de una alianza productiva para los municipios de la cordillera del Alto Patía, me comentó todas las proezas que había tenido que vivir para llegar hasta donde ya estaba posicionado. Juan Román es un hombre totalmente entregado a su trabajo y familia. Hace no más de dos meses me enteré de su lucha, su valentía, responsabilidad y su amor al campo. La persecución que le hizo la guerra a su padre fue más rápida que él y terminaron con su vida y así con todos sus ideales de desarrollo y bienestar para su población. Queda su legado conjuntamente con el recuerdo de su padre que han motivado a todos los cacaoteros de la zona del alto Patía, para seguir adelante y poder resistir los sometimientos de la guerrilla.


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