CONVIDAR TECNOLOGÍA
Peyloubet, Paula Convidar tecnología. Una propuesta a partir de la Co-construcción/ Peyloubet, Peyloubet, Paula Paula l. - la ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Diseño, 2018. Convidar tecnología. Una propuesta a partir de la Co-construcción/ 156 p. ; 24 x 16 cm. Peyloubet, Paula l. - la ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Diseño, 2018. ISBN 978-1-64360-019-2 156 p. ; 24 x 16 cm. 1. Epistemología. I. Título ISBN 978-1-64360-019-2 1. Epistemología. I. Título Editor: Arq. Guillermo Raúl Kliczkowski
Diseño gráfico: DG Cecilia Ricci Imagen de tapa: Mural Colectivo. SUM Barrio 96 Viviendas. San Carlos de Bariloche. Autores. Walter Petean y Edgardo Enrique. Foto. Walter Petean. Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina/ Printed in Argentina Hecho el depósito que marca la ley 11.723 La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, Impreso en Argentina/ Printed in Argentina idéntica o modificada, no autorizada por los editores, viola derechos reservados; cualquier utilización debe ser previamente solicitada. La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, idéntica o modificada, no autorizada por los editores, viola derechos reservados; cualquier utilización debe ser previamente solicitada. © 2018 de la edición, Diseño Editorial ISBN 978-1-64360-019-2 © 2018 de la edición, Diseño Editorial Octubre 2018 -1-64360-019-2 ISBN 978de Octubre de impreso 2018 bajo demanda, mediante tecnología digital Xerox en Este libro fue bibliográfika de Voros S. A. Carlos Tejedor 2885, Munro, Provincia de Buenos Aires. info@bibliografika.com / www.bibliografika.com Este libro fue impreso bajo demanda, mediante tecnología digital Xerox en En venta: bibliográfika de Voros S. A. Carlos Tejedor 2885, Munro, Provincia de Buenos Aires. LIBRERÍA TÉCNICA CP67 / www.bibliografika.com info@bibliografika.com Florida 683 - Local 18 - C1005AAM Buenos Aires - Argentina Tel: 54 11 4314-6303 - Fax: 4314-7135 - E-mail: cp67@cp67.com - www.cp67.com En venta: LIBRERÍA TÉCNICA CP67 FADU Universitaria Florida- Ciudad 683 - Local 18 - C1005AAM Buenos Aires - Argentina Pabellón - Planta Baja - C1428BFA Buenos Aires -Argentina Tel: 54 1134314-6303 - Fax: 4314-7135 - E-mail: cp67@cp67.com - www.cp67.com Tel: 54 11 4786-7244 FADU - Ciudad Universitaria Pabellón 3 - Planta Baja - C1428BFA Buenos Aires -Argentina Tel: 54 11 4786-7244
CONVIDAR TECNOLOGÍA Una propuesta a partir de la Co-construcción LADO A
Paula Peyloubet
Educar e investigar Motores transformadores de las sociedades
Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades de su producción o de su construcción. Quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender. Paulo Freire1
Para los que creemos que un mundo mejor es posible, encontrarnos con una propuesta que invita a CONVIDAR TECNOLOGÍA, es un hallazgo invalorable. Escribir y leer este libro, forma parte de un maravilloso proceso: educar e investigar, construir juntos, soñar y transformar la realidad en que vivimos. En este caso desde la formación profesional de “arquitectos”, diseñadores y constructores, sensibles y responsables, este libro es una provocación a re-pensar los conceptos y las prácticas que subyacen las carreras universitarias y nos subyacen a nosotros como educadores, investigadores y alumnos, entendiendo que estos roles son dinámicos en cada proceso de enseñanza-aprendizaje. Los tradicionales modelos individualistas, estáticos, repetitivos, memoriosos, de ‘copia y pega’, dan lugar a propuestas más desafiantes en la educación: interactúa, comparte, construye, innova, reflexiona, anímate. No todos lo entienden. O no todos se animan, porque representará un esfuerzo extra. Fuimos formados en estructuras cerradas, competitivas y materialistas, donde el conocimiento poco tiene que ver con la intuición. Pero, por suerte para algunos, hay quienes vivieron otras experiencias
1. Paulo Freire (1996) PEDAGOGÍA DE LA AUTONOMÍA. Saberes necesarios para la práctica educativa. Ed. Paz e Terra SA. Año de re-impresión: 2004. Sao Paulo. ISBN 85-219-0243-3.
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y “aprendieron” que nuevas formas de educar son posibles. En plural, porque no hay recetas. En su planteo conceptual, Paula nos interpela sobre la (de)formación académica propia de nuestras universidades y nos acerca a un nuevo paradigma de la Tecnología. Desde experiencias sentidas y vividas en territorio, comparte con los lectores el camino transitado en la búsqueda de promover una forma alternativa de hacer ciencia, más humana, más solidaria, más completa, pluriversal. Desde los aciertos y los logros nos trasmite que esa otra forma de investigar es posible y NECESARIA para transformar nuestras sociedades y nuestras vidas. Reconocer las potencialidades que cada uno tiene, armar redes, sumar esfuerzos, construir consensos para producir tecnología son desafíos que van marcando el recorrido. Y ponerle el corazón a lo que se hace, sin dudas, la clave que marca la diferencia. Gracias por este regalo, la sensibilidad que trasciende este libro y la historia. Y en esta trayectoria, con gran generosidad llega la propuesta pedagógica innovadora de Paula, que percibo, se orienta en dos sentidos profundamente unidos entre sí. Por un lado, plantea una transformación hacia adentro (proceso interno y subjetivo) que le permitirá a quienes transiten los talleres y las clases (docentes y alumnos) fortalecerse en convicciones éticas y metodológicas que acompañarán el ejercicio de la profesión cualquiera sea el lugar y el trabajo que atraviesen sus caminos. Por otro, propone un compromiso social, un anclaje socio-cultural situado, revalorizando el rol de la educación como motor desencadenante de procesos de cambio en el escenario actual. Yo creo que ambas transformaciones son necesarias, imprescindibles y POSIBLES. Adherir a esta manera de pensar y de actuar (constructivismo) implica en primer lugar reconocer que el “otro” no llega vacío, sino por el contrario, trae conocimientos, vivencias, motivaciones que son intrínsecos a cada persona y por tanto, válidos en su totalidad. En segundo lugar, plantea la necesidad de interacción, de diálogo, de acción compartida para construir los nuevos saberes. Esto supone un cambio en el quehacer docente, porque los objetivos, las actividades y los resultados ya no serán los mismos. Como tercer punto, modifica el significado de evaluar, convirtiendo esta etapa en un momento de reflexión clave en el proceso de enseñanza. Por último, una propuesta constructivista reconoce la ineludible vinculación de la docencia con 6
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la investigación y la extensión, o como tan bien lo expresa el libro con la exvestigación y la intensión (¡qué maravillosas palabras!), en una necesaria apertura para dejar entrar a la academia los saberes “otros” y, a la vez, salir hacia afuera al encuentro con las comunidades, los problemas y las soluciones aportando en la construcción de un mejor hábitat (nuestro lugar para vivir). Optimista, espero que estas páginas lleguen a muchos estudiantes, docentes, investigadores y profesionales de diversas áreas, despertando el interés por “co-construir conocimientos” que resuelvan problemas reales (sentidos y situados) e impulsen efectos multiplicadores sustentables en cada rincón de nuestro país. Silvina Belmonte Salta, Septiembre de 2018
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Reflexionar sobre tecnología para una propuesta transformadora
En este libro, Paula no solo nos invita a reflexionar sobre la tecnología y su relación con el hábitat sino que abre su corazón, y desde lo más profundo, nos convida un relato sentido de las distintas experiencias que forman parte de su recorrido investigativo para regalarnos, a modo de cierre, una propuesta transformadora. Conocer el mundo a través de la Investigación Acción Participativa (IAP) supone un proceso colaborativo de aprendizaje realizado por un colectivo de personas que intentan transformar las prácticas en un mundo compartido en el cual interactúan socialmente. En ese marco, Paula viene apostando y eligiendo este modo de investigar donde las diferentes experiencias en cada territorio se convierten en un espacio de auto-reflexión constante, permitiendo extraer insumos y conocimientos co-construidos para una propuesta tecnológica, posibilitante de otras formas de hacer más justas y democráticas. A través de un relato sentido, nos convida con detalle sus inicios como investigadora, su arribo a cada experiencia, las luchas y desafíos dados en cada espacio, los éxitos y no éxitos de los proyectos de investigación, las relaciones de confianza y de cariño con los actores locales. También, nos deleita con poesías surgidas de aquellos territorios donde, de manera sinérgica, el paso por allí, sin lugar a duda, ha dejado transformaciones tanto en los actores que la habitan como en la propia Paula investigadora y persona. La propuesta investigativa que desarrolla, innova en procesos productivos que reconocen capacidades locales fuertemente instaladas: saberes técnicos y académicos fluyen en encuentros productivos y de gestión, el trabajo artesanal y ancestral de la madera es revalorizado tanto como la producción forestal que posee un uso ineficiente y no se aprovecha como motor para la economía local. En esa búsqueda, sus proyectos intentan ocupar nuevos espacios, generando alianzas y relaciones que antes no estaban construidas. Se detectan vacíos y se propone ocuparlos con una nueva trama inter-actoral socio-pro9
ductiva y solidaria que, como intención política, tiene una clara convicción de invitar a participar a aquellos sectores más vulnerables de las economías locales como son los emprendimientos productivos, los aserraderos y productores pequeños. Conociendo la cocina desde adentro, como compañera de Paula de muchos años en este recorrido investigativo, quiero señalar que dicha propuesta de cambio construye puentes y redes de relaciones que quedan instaladas en las experiencias y que en función de cada actor son aprovechadas con libre albedrío, para continuar transformando espacios de lucha y de cambio. En ese marco, la propuesta que presenta Paula en este libro nace de una vivencia genuina y sentida de experiencias tecnológicas que ansían a diario una comprensión diferente de la tecnología, una tecnología co-construida que nace del reconocimiento y valoración de saberes diversos coexistiendo, como un nuevo enfoque paradigmático. Entonces, digo gracias por convidar una tecnología diferente, gracias por convidar experiencias de vida en una trayectoria cargada de cooperativismo y solidaridad. Valeria Fenoglio Córdoba, Septiembre de 2018
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Mural “Co-construcción” de Walter Petean. Bariloche
Osar frente a un abismo
Seguimos creando e iluminando nuevos mundos, aunque no se vean, ahí están. El océano no es el mismo océano con esas vertientes, ni el desierto es el mismo desierto con estas huellas.
Pasaron más de veinte años desde que los audaces e inteligentes estudios de Bekinschtein revelaran, con la elocuencia de los números, la situación del estado de la matrícula del arquitecto en Capital Federal y su incidencia relativa en la construcción de la ciudad. Sobre aproximadamente 20.000 matriculados, a inicios de los años 90, solo se registran 6.000 activos, profesionales que solo cubrirían un 8% del total construido, frente a un 16% por autogestión y un 22% compartido entre ingenieros, maestros mayor de obras, albañiles, constructores y técnicos. Los números ya nos gritaban en forma muy cruda sobre el abismo entre la disciplina del arquitecto y su formación respecto de la realidad territorial. Sin dudas podría afirmar que estos porcentajes alcanzan en este momento una manifestación más extrema y grave, en esta fase voraz de la máquina capitalista de exclusión territorial y el progresivo aumento de la población pobre. La disciplina, como campo institucional académico de formación profesional, no ha dado señales de algún tipo de crítica, solo persiste en reproducir un modelo que agiganta el abismo. En forma casi asombrosa, camina sobre su propio colapso multiplicando en forma obsesiva una ilusión casi suicida. Obstáculos en primer término de tipo político-ideológico, luego sus derivados epistemológicos y teóricos, construyen una total invisibilidad de esta situación crítica y legitiman tantas otras prácticas en el mundo institucional, funcio13
nales a estructuras de poder técnico, burocráticas y científicas, tanto en los colegios profesionales como en las estructuras pedagógicas y curriculares que forman a los futuros arquitectos. Entre esos espejismos, que se trasladan a nuevas generaciones de estudiantes y profesionales el abismo se sigue agigantando. Sin embargo, lejos de cualquier pesimismo lo nuevo siempre surge, y aunque muchas veces lejos o periférico y poco reconocido dentro de las formas más instituidas de la academia, hay impulsos y desarrollos en distintos puntos de nuestra Argentina que, con pasión y entrega, luchan por inaugurar otras perspectivas y otras prácticas disciplinares, esencialmente democráticas y participativas respecto a la aceptación de pluralidad de saberes en el planteo de problemas y soluciones territoriales. Eso representa Paula Peyloubet desde su lugar de trabajo en Córdoba, con su inteligencia y capacidad ejecutiva, constituye un vector expansivo de mucho ímpetu innovador para nuestro campo disciplinar en crisis. Estos breves trazos para una problemática tan compleja y de múltiples aristas son solo una enunciación para aproximar a la profundización histórica de la crisis de una concepción disciplinar ahora multiplicada por el capitalismo salvaje que nos transita. Entonces ¿Por qué considero es importante y necesario este libro? En primer lugar, su propia existencia como producto crítico. Este libro se sitúa enfrentando este abismo entre una idea de arquitecto, que se sigue reproduciendo, y los problemas de nuestros territorios. En segundo lugar, Paula Peyloubet escribe en la introducción sobre su propósito de “presentar una propuesta académica y pedagógica como ejemplo de la ansiada transformación.” El planteo de una pedagogía con eje tecnológico, en un marco de tecnologías de inclusión social, en mi opinión constituye como estrategia de resistencia y creación, ideológica-política y académica, un paso importante y un precedente fantástico para abrir alguna brecha en el mencionado modelo vigente de profesional arquitecto. La tecnología en este universo teórico se entiende como teoría social y esto crea condiciones de posibilidad para un maravilloso mundo de prácticas que alcancen a tantas mayorías excluidas. En forma aún más precisa para los desafíos de reforma que debe enfrentar nuestro campo disciplinar, la tecnología se construye o, al decir de la autora, se “co-construye”desde “el habitar.” 14
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Me permitiré detenerme en forma breve en el interesante título: “Convidar Tecnología” y vincular habitar y convidar. Solo unas simples referencias etimológicas me parecen bastante sugerentes. La voz “convidar”, del latín “con vitare”, con significa convergencia y vitare de vitus implica algo que es voluntario y placentero. Sumando a esto, los distintos significados que figuran en el diccionario, me interesan aquellos que vinculan “convidar” con ofrecer, compartir, dedicar y hospedar. En palabras de las distintas indagaciones etimológicas de Heidegger, habitar refiere a resguardo, entendido como haber sido llevado a la paz, resguardado en lo libre. La relación entre habitar y construcción, implica un construir como custodiar, velar, preservar de daño y amenaza. El construir como habitar se despliega en el construir que cuida, y el sentido de cuidado implica liberación. No hay puentes posibles sobre este abismo sin este horizonte de alteridad total que implica una construcción desde el habitar, para hacer circular vida a los territorios, en forma de saberes, técnicas, prácticas, artefactos, energía, amor y crear desarrollos colaborativos para la solución de problemas reales. Y finalmente hacer de esos procesos caminos de realización y libertad para las mayorías. Así, “Convidar Tecnología” es también una magnífica invitación para el habitar. Finalmente, aplaudo y agradezco esta propuesta que contribuye a inaugurar caminos pioneros de democratización de nuestra disciplina, escrito no solo con consistencia de conocimientos y métodos, sino también con una contagiosa intensidad y entusiasmo. Fernando Cacopardo Mar del Plata, Septiembre de 2018
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Presentación del libro
Soy arquitecta e investigadora de Conicet. Desde el año 2011 desarrollo mis actividades en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS), Unidad Ejecutora de Conicet de doble dependencia con la Universidad Nacional de Córdoba. Anteriormente, y desde el año 1996, desarrollé mis actividades de investigación en otro centro de Conicet, también en la ciudad de Córdoba. Fui docente de Grado en la Facultad de Arquitectura de la UNC entre el 2001 y el 2016. Renuncié. Actualmente soy docente de Posgrado en la misma Facultad y en otras Facultades de distintas Universidades Nacionales de Argentina. Siento honor al desarrollar estas actividades en el ámbito de mi querido país. En el marco de CIECS dirijo un Programa de Estudio al cual llamé: “Co-construcción del Conocimiento”. Este Programa forma parte de una propuesta teórica, empírica y política que vengo desarrollando desde hace muchos años en el campo del Hábitat. Supone una mirada sobre la investigación que manifiesta un quiebre del paradigma hegemónico. El conocimiento como dominio solamente de una elite experta es la primera interpelación que hago en mi planteo para este Programa. El reconocimiento y valoración de saberes diversos coexistiendo, académicos y vivenciales, es la posición de partida para comenzar a andar el trayecto cooperativo que convida este nuevo enfoque paradigmático. La perspectiva ideológica de la línea de investigación que desarrollo, como investigadora, arquitecta y mujer en el mundo, se hace evidente en la práctica, en la experiencia y también se materializa, tomando un valor superlativo el trabajo en territorio y con la comunidad, en una sentida elección de vida. Es por ello que lo instrumental-tecnológico adquiere una intensa significación en esta propuesta investigativa, que intento proclamar como habilitante de otra forma de ver y sentir. La tecnología se promueve como producto, proceso y gestión. Esta tríada conceptual concibe a la tecnología como un conocimiento dinámico y participativo, ya que intervienen múltiples saberes y actores en su producción. Adscribo al concepto de Tecno17
logía Social, concebida como un instrumento para el desarrollo no excluyente, en términos de ser un potencial para el apalancamiento socio productivo, que dinamice las economías populares con independencia cognitiva. Así mismo, la Tecnología Social se recrea y muta hacia una Tecnología Co-construida, planteo que admite la integración horizontal de una diversidad de saberes, todos incluidos en el acervo para la resolución de problemas, transformando a rango de expertos a todos aquellos actores involucrados en esta producción colectiva que resuelve problemas. El planteo de este espacio de investigación en el marco específico del Programa que dirijo, como también en los territorios por donde se despliegan las experiencias, en el marco de Proyecto de Investigación financiados por el Sistema de Ciencia y Tecnología de la Nación que también dirijo, persigue la posibilidad de refundar los modos productivos actuales que construyen hábitat de tendencia mercantil, superando la transferencia tecnológica unidireccional, para dar lugar a una nueva tecnología con un estilo solidario y asociativo que promueva una alternativa al desarrollo vigente, con espacios socio productivos no excluyentes. La Tecnología Co-construida se asume entonces como instrumento para la producción de un Hábitat socialmente justo, económicamente suficiente y ambientalmente posible. A partir de lo presentado hasta aquí, que forma parte de mi trayecto investigativo racional en un sentido pero principalmente emocional, reconozco que la función docente representada por la academia no considera estos menesteres ni estos valores, y es mi intención con este libro sentar bases para un modo diferente de comprender los espacios tecnológicos y los que ésta puede promover, considerando que sus actores, todos, producen conocimiento y que sus actores son todos. Romper la elite de la estética y las torres de marfil, como abrir las cajas negras del saber experto y poner principalmente en valor el saber del experto de la vida cotidiana, que sabe porque vive y vive porque siente, son las utopías que persigo en mi andar. De eso se trata este libro que nace de la vivencia de experiencias tecnológicas en territorio y con las comunidades, como ejemplo de la ansiada transformación a partir de la co-construcción, para pensar la docencia como un espacio académico abierto que se refunda en una co-construcción libre y sentida. 18
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A modo de advertencia doméstica, te hago saber que este libro te permite usar tu libertad. Podes leer de adelante hacia atrás o de atrás hacia adelante. No tiene problemas de orden, es más, interpela el orden y así lo expresa. No es un error de edición. Es así. Te está provocando. Esta publicación consta de dos lados. Lado “A” y Lado “B”. Tal como un long play de años atrás, casi de vinilo. El Lado “A”, canta una oda a la Tecnología, a su tríada conceptual, a su potencial transformador y a sus experiencias de vida, de vida de la Tecnología junto a nosotros los humanos. El Lado “B”, canta otra canción, y es discípula de la oda del Lado “A”. Sus versos se depositan sobre un espacio idílico de una universidad convertida en pluriversalidad, que conoce desde cosmovisiones diversas. Podrás iniciar el recorrido, querido lector, por el Lado “A” o por el Lado “B”. Tan solo deberás elegir si comenzar por los alegatos que pronuncian a la Tecnología como transformadora del Hábitat, en un CONVIDAR TECNOLOGÍA que surge desde la experiencia profunda de un colectivo siempre interpelándose. En ese caso comienza tu camino escuchando el Lado “A”. O si prefieres comenzar por el interludio de una gentil provocación que declara a CONVIDAR TECNOLOGÍA como una propuesta académica orientada a una revisión de valores y contenidos que anidan en otra forma de conocer y conocernos. En ese caso comienza tu camino escuchando el Lado “B”. Buen camino querido lector.
Paula Peyloubet Córdoba, Septiembre de 2018
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Índice
Lado A
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 A la luz de interrogantes para una Tecnología mejor entendida. . . . . . . . . . . . . . . . 25
I. La (De) formación académica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 La universidad como productora de conocimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Los desafíos de la universidad pública frente a un cambio de paradigma cognitivo . . 36
II. La investigación para otra Tecnología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 Redefiniendo el objeto de investigación tecnológica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 La relevancia de la Tecnología para la transformación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Conceptos que argumentan las ideas tecnológicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Los ideales detrás de los conceptos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
III. El nuevo paradigma de la Tecnología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 Qué se entiende por Tecnología. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 La Tecnología y su tríada argumental. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 El modelo de desarrollo y su gestión tecnológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 La Tecnología como propuesta axiológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
IV. Otra Tecnología para revitalizar dinámicas de cambio . . . . . . . . . 66 La experiencia tecnológica como inspiración de las ideas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 Experiencia uno: Paranacito hizo el camino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 Experiencia dos: Concordia camina alto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Experiencia tres: Bariloche camina siempre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 Experiencia cuatro: Ushuaia no caminó. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Un poco más de lo emocional que ilumina lo racional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 RE-vés del Libro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Introducción
En el marco de las actividades que desarrollo, inherentes a mi desempeño investigativo y sinérgico con mi labor docente, quiero dejar constancia de mi perspectiva ideológica, determinante de la planificación prevista en este sentido. En mi rol de Investigadora de Conicet, directora de proyectos de investigación y de equipos de investigación interdisciplinarios, y en mi experiencia como de Docente Grado y de Posgrado de varias Universidades de mi país, he podido advertir las articulaciones e interrelaciones que pueden darse entre las dos actividades que llevo a cabo y sus potenciales en el marco de procesos de enseñanza y aprendizaje. Las problemáticas investigativas que se abordan en el marco de los proyectos que dirijo, y sus múltiples experiencias de campo (Paranacito-Concordia-Bariloche-Ushuaia), están absolutamente vinculadas a los contenidos específicos de la propuesta del libro que presento en esta oportunidad. La comprensión de aspectos tecnológicos asociados a experiencias situadas, casos de mi labor investigativa, presenta un marco ideal para conectar a los estudiantes y docentes colegas con una idea de Tecnología transformadora asumida para contextos reales donde se operan diversas variables de manera simultánea y en consonancia con hechos existentes. El poder compartir el campo de investigación con el campo de la docencia, presentando a la Tecnología a partir de una concepción respetuosa de las realidades, comprometida y responsable, lo considero un potencial inigualable, posibilitante de una interpretación racional y emocional de un hecho cognitivo materializado. Las investigaciones que llevo a cabo, junto a mis compañeros de investigación en CIECS, se relacionan con desarrollos tecnológicos construidos colectivamente (co-construcción de la tecnología) en el marco de redes interactorales productivas en diversas localidades del país, a partir de los recursos renovables de la región y el perfil productivo de la localidad. De esta manera se consolida una visión de Tecno23
logía comprendida a partir de determinados recursos, en función de una economía regional posible, cuidadosa del medio ambiente, en donde los conocimientos académicos y los conocimientos no académicos se conjugan en una respuesta única, conformando un sistema socio técnico específico inserto culturalmente y socialmente incluyente. Las investigaciones que vengo desarrollando, desde hace más de 20 años, han transitado por estos caminos de reflexión tecnológica y experiencias de desarrollo tecnológico donde el enfoque general asume a la Tecnología en sus tres componentes intrínsecos: tecnología como producto, tecnología como proceso y tecnología como gestión. Desde esta perspectiva la Tecnología es considerada un potencial transformador social y a su vez la sociedad modifica y ajusta a la Tecnología. Desde un enfoque epistémico constructivista entonces- que más adelante será desarrollado- la Tecnología posee un rol articulador que liga lo material y lo procesual; lo natural y lo social; lo racional y lo emocional. Mi voluntad se manifiesta no solo en la intención de articular a los estudiantes con experiencias investigativas, sino incluir en esta articulación claramente a docentes, para componer una mirada fuertemente amalgamada entre investigación y docencia. Cabe aclarar que la investigación que desempeño está absolutamente contextualizada con las diversas realidades y participan de la misma no solo mis compañeros de investigación, sino también los actores locales- de cada sitio donde se trabaja- desde sus distintos sectores dando cuenta, en este sentido, que la actividad de investigación se proyecta sobre el campo y el campo se proyecta, de manera relevante, sobre la investigación. Un camino de idas y vueltas sin duda. De modo que es una perspectiva poderosa en mi planificación integrar de manera efectiva la investigación, la extensión y la docencia junto a los territorios y las comunidades en una composición de Hábitat integral. Esta breve introducción se hace necesaria y es pertinente, en el sentido que ha sido planteada, ya que el perfil investigativo que poseo supone un compromiso con la reflexión de la práctica docente a partir de la experiencia colectiva con la comunidad educativa– y me refiero tanto a docentes como estudiantes. 24
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La revisión de la práctica en el taller, el encuentro entre profesores y estudiantes en las aulas, se constituye en una extraordinaria oportunidad para la transformación de los procesos de enseñanza y aprendizaje con la expectativa de promover una mejor calidad educativa y por sobre todo un abordaje contextualizado de las problemáticas inherentes a nuestro acervo académico en relación a nuestro país, que en la actualidad nada tienen de contextualizados. A partir de las expectativas planteadas voy a compartir a continuación una propuesta académica-pedagógica e investigativa a través de este libro y a partir de cuatro experiencias vividas de tecnología para la transformación.
A la luz de interrogantes para una Tecnología mejor entendida A continuación presento algunas de las perspectivas desde donde comienzo a pensar la investigación tecnológica que involucra otras cosas. Convidar Tecnología es un desafío que no sólo se instala en posibles escenarios académicos donde se intenta una conexión que materialice la práctica de enseñar y aprender de todos con todos, sino que esencialmente se asume como un itinerario de continuas interpelaciones que procuran iluminar la comprensión para la acción tecnológica. CONVIDAR TECNOLOGÍA viene a decir que las preguntas son las razones del movimiento y que nada que se dé por seguro permite avanzar. En adelante y con el ánimo de despertar sentidos comparto cuatro (4) Tópicos disparadores, inherentes a Tecnologías Convidadas; es decir paquetes de inconsistencias que abrevan preguntas sobre el desarrollo, la crisis, la productividad y el consenso “no forzado” que se convierten en las razones del porqué repensar la Tecnología y qué podemos hacer con ella.
Tópico 1. Desarrollo El “desarrollo” y el “subdesarrollo” no son una continuidad, producto de la evolución y progreso, sino que en realidad son la cara y la contracara de una situación absolutamente contemporánea, en 25
que ambas se necesitan, se hacen falta mutuamente para componer y abonar las relaciones naturales de un mundo capitalista, que se asume como sistema, y en el que los poderes signan las relaciones. En ese sistema, la existencia del poder se comprende solo frente a la existencia del no poder, en una antítesis complementaria y tristemente injusta ¡Vaya si “CONVIDAR TECNOLOGÍA” no puede desequilibrar este oscuro camino! Entonces: ¿Qué estamos esperando de las experiencias productivas en hábitat a través de las tecnologías que proponemos? ¿Qué rol tiene la economía de pequeños grupos productores que no generan altas rentas? ¿Estamos esperando que estas economías pequeñas se inserten en el “mercado”, procurando que adscriban a valores y modalidades que en él transitan? ¿Qué labren un camino alternativo de comercio local útil para lo cotidiano? ¿Que promuevan transformaciones en los sistemas y políticas en general a partir de este nuevo camino labrado por ellos mismos? Y eso ¿no termina siendo una carga enorme para estos grupos productores que encima que no pueden con ellos mismos, deben ser los que provoquen el cambio? ¿Cuál es nuestra labor o rol en estos escenarios? ¿Creemos en el papel activo de las personas para generar la transformación y el cambio? ¿Creemos en las mediaciones y nosotros somos “mediadores”? ¿Somos parte de esas transformaciones, las estamos intentando provocar o esperamos que sean los otros, en el ejercicio de sobrevivir, los que las provoquen?
Tópico 2. Crisis La existencia de los males es lo que proyecta el deseo de cambio y el deseo de asumir una nueva dirección, es decir, reparar dichos males supone la construcción de una sociedad utópica, diferente, que interpele a los procesos productivos actuales que depredan y enriquecen selectivamente. Es posible pensar que, frente a las crisis sociales y productivas, se despliegan dos seguros comportamientos: la transformación por un lado y por otro la lucha que intenta dar a luz sociedades que superen los problemas. Siguiendo esta perspectiva, las crisis podrían ser precursoras de los cambios. La transformación y la lucha entonces podrían ser el camino sanador para revertir dicha situación. 26
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La lucha por sobrevivir genera una serie de prácticas sociales y culturales que bien podrían ser las mismas que se usen en otros espacios sociales para mitigar otros problemas. La creatividad, la concientización, la generación de soluciones novedosas son propias de las comunidades que deben desafiar la vida y sobrepasar los obstáculos. El papel de lo cotidiano y de las emociones encuentra el ámbito preferencial para la realización de una “otra” sociedad. La existencia de potenciales de resolución en las personas que transitan crisis y que encuentran el modo de salir de ellas es una esperanza que debe operacionalizarse. Entonces: ¿Es posible que esos potenciales de transformación se conviertan en instrumentos y metodologías replicables en otros espacios y comunidades? ¿Esos potenciales existen? Si existen y es cierto que ellos son productores de transformaciones ¿Porqué nada ha cambiado aún considerado que existen desde siempre? ¿Cuál es el escenario posible para las transformaciones? ¿La crisis? ¿La lucha? ¿La creatividad? Y en ese caso ¿A qué creatividad se apela? Suponiendo que “creatividad” esté emparentado con “saber”. Y si es el saber ¿A cuál saber se puede hacer referencia? ¿Acaso solo al académico?
Tópico 3. Productividad Es posible pensar en una trama productiva de lo local que genere articulaciones cercanas en el territorio, asegurando intercambios en el seno de la propia comunidad y con ello asegurar la existencia de dicha trama de lo cotidiano. Esta trama, devenida en circuito productivo, no debería ser un circuito “parasitario” que forme parte del “mercado”. Para ello se debería apelar a lógicas comerciales diferentes, de intercambio de lo cercano, lo conocido, lo conversado, el pacto estrechando manos, la confianza, producto todo esto de la existencia contigua de las vidas de vecinos en relación de comunidad. Entonces: ¿Cuáles son las expectativas de los circuitos productivos que promovemos para la Tecnología? ¿Son todos iguales? ¿Deben serlo? ¿Los resultados que se buscan en estas experiencias, qué nivel de la vida de los que participan afecta (incluidos nosotros)? ¿Es lo comercial o la renta lo que los sostiene y lo que buscan? ¿Por qué nos seguimos refugiando en estos procesos que intentan ser diferentes, diferentes de lo naturalizado en las relaciones de poder actual, y no 27
logramos sanar? ¿Es que estamos esperando que maduren en un producto acabado como circuito productivo de “Tecnología Convidada”? ¿Es en realidad la propuesta de CONVIDAR TECNOLOGÍA un proceso continuo infinito de sucesivas situaciones que se despliegan para resolverse y ese es el arte para hacer un nuevo camino?
Tópico 4. Consenso “no forzado” La investigación que llevo a cabo, junto a mi equipo de investigación, procura conocer de otra forma, considerando los rasgos particulares de cada experiencia, y asumiendo las características e idiosincrasias de los compañeros que, en cada caso, nos acompañan en el camino para conocer. No llevamos una impronta teórica y a partir de ella conocemos, sino que conocemos a partir de encontrarnos en cada lugar y con cada compañero. Luego intentamos construir la “teoría”, si así se la quiere llamar. Allí termina nuestro primer ciclo de investigación, para recomenzar nuevamente a partir del campo. Reconocemos que, en el marco de la experiencia colectiva y de co-construcción que promovemos, no todos los que participan tienen la intención de “investigar”, cada uno (actor o institución) construye el sentido del porqué participa de la experiencia con legítimo derecho. Y no obstante así, participa del proceso que construye el conocimiento, o la solución para resolver el problema planteado. Pero para nuestro equipo, que sí construye sentido en la investigación, es esencial la participación de todos y el aporte de su saber-conocimiento durante el proceso, ya que reconocemos que es la suma de todos los saberes lo que resuelve los problemas que vamos planteando. Eso no quiere decir que todos investiguen o les interese el “gesto de investigar”. O tal vez sí, pero a su modo. Nosotros aprendemos de estas experiencias y a partir de lo que aprendemos o conocemos promovemos (provocamos) nuevas experiencias con la intención de seguir conociendo (ajustando a partir de la lección aprendida) cómo es posible generar estos procesos productivos que producen hábitat, donde las relaciones se construyen no a partir de jerarquías institucionalizadas sino a partir de las potencialidades (capacidades) que cada uno tiene; es decir, nos sumamos asumiendo nuestro rol según el trabajo a desarrollar en cada fase del 28
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proceso. Es así que el liderazgo del equipo va mutando de acuerdo al momento del que se trate y a la vez, como todos aprendemos, los roles se comienzan a compartir porque aparecen nuevas capacidades en cada uno de los que participamos de la experiencia. Nuestra expectativa es transformar los procesos productivos hegemónicos que producen hábitat, para dar lugar a otras formas productivas que construyan otro hábitat. Los procesos productivos que alentamos entonces producen un hábitat diferente. Esta idea podría asociarse a la reflexión crítica que se hace acerca del marxismo y sus potenciales de productividad. La izquierda pensó que con la misma pluma en manos del proletariado podría escribir una nueva historia (había cambiado el escritor) pero lo que no advirtió es que la pluma debía ser necesariamente distinta para escribir una nueva historia, ya que la naturaleza del relato depende del escritor pero también de la pluma. Haciendo una analogía entre esta lección aprendida y el encuentro con nuestra investigación se podría expresar lo mismo; para generar un “otro” hábitat (inclusivo- solidario- justo ambientalmente consiente) será necesario promover procesos productivos diferentes cargados de otros valores. Así, a la inversa, se podría decir que a procesos productivos distintos le corresponde otro hábitat. Vale recordar la mímesis entre proceso productivo que construye hábitat, que se evoca hasta el momento, y la Tecnología Co-construida en su tríada conceptual de producto, proceso y gestión. Por ello los procesos productivos en nuestra investigación, si bien asumen el requerimiento de apalancar economías pequeñas (vulnerables- domésticas- sociales) para generar renta en sectores de la economía informal, también persiguen que dichos procesos generen un hábitat cargado de los mismos valores de quienes los producen. Finalmente proceso productivo y hábitat, en nuestro relato, están bajo un mismo foco y se iluminan sinérgicamente.
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I La (De) formación académica
La universidad como productora de conocimientos Por siglos el hombre ha sucumbido a la razón y a sus instrumentos de producción de verdad, no de verdades (en plural). Para la ciencia moderna, el positivismo y toda su heredad, la verdad es única, para siempre y vale para todos. Feyerabend (2010) postula la negación a las reglas en tanto estas se erijan como mecanismos únicos de construcción de conocimiento. El saber es un intangible que es producido en escenarios predispuestos a dicha producción. Las reglas, normas y leyes no siempre serán quienes promuevan tales escenarios. Muchas veces, dice Feyerabend, éstas disuelven las posibilidades del encuentro con el saber. Se adhiere profundamente a esta visión. Desde este enfoque se intenta reconstruir el concepto de co-construcción que se sostiene en la presente propuesta académica y su versión instrumental pedagógica.
“La pluralidad de opinión es necesaria para el conocimiento (…) y un método que fomente la pluralidad es el único método compatible con una perspectiva humanista”. (Feyerabend, 2010: 29) “(…) el conocimiento se obtiene de una proliferación de puntos de vista más que una aplicación determinada de la ideología preferida”. (Feyerabend, 2010: 36) “El primer paso del camino hacia una cosmología nueva (…) es un paso hacia atrás”. (Feyerabend, 2010: 144) “Sin caos, no hay conocimiento. Sin un olvido frecuente de la razón, no hay progreso. Las ideas que hoy día constituyen la base misma de la ciencia existen sólo porque hubo cosas tales como el prejuicio, el engaño y la pasión; porque estas cosas se opusieron a la razón; y porque se les permitió seguir su camino”. (Feyerabend, 2010: 166)
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Las citas que anteceden suponen el desafío de esta propuesta: desmantelar la creencia de que el conocimiento futuro se asume en los peldaños del conocimiento presente. Se dice que el saber avanza apoyado en otro saber. Kuhn (1998) ya relató la deconstrucción del avance científico en “su revolución” y planteó la existencia de paradigmas. En este caso, Feyerabend (2010) plantea un paso aún más radical y dice que el saber no avanza apoyado sobre otro existente, tampoco es una revolución científica asentada en una nueva versión de conocimiento consensuado. Para Feyerabend podemos hallar conocimiento en el saber que escondimos, que hicimos ausente, a propósito del devenir poderoso de la ciencia moderna. Convoca, para resolver esta reducción epistémica, a una pluriversalidad de saberes y para ello ratifica la necesidad de un camino dispuesto a una proliferación de los mismos. La construcción de conocimiento a partir de un método científico no parece ser el único camino, mucho menos si se respetan sus reglas en un sentido prusiano. Se acuerda, en esta propuesta, con este sentir respecto de la construcción de conocimientos. Se considera que toda regla que elimine la capacidad de libertad/creatividad, que pueda dar lugar a la sorpresa o a lo inexplicable que se sale del orden preestablecido, es un atentado contra cualquier recorrido cognitivo profundo.
“La enseñanza ha de basarse en la curiosidad no en la autoridad, el maestro es requerido para desarrollar esta curiosidad y no para que siga un método fijo. La espontaneidad reina de modo supremo en el pensamiento y en la acción”. (Feyerabend, 2010: 175). Hay que desconfiar de la educación como fuente de compromiso sectario que promete fidelidad eterna. Así se plantea la educación en nuestros días en el marco de la universidad. Es posible preguntarse acerca de qué tradiciones son las que están presentes en nuestra formación universitaria. La tradición científica, es una de las muchas que hay y por ello Feyerabend demanda a la educación, la libertad de criterios o por lo menos no abandonar a nuestro modelo cerebral al único estilo cognitivo de la ciencia y su perspectiva académica unívoca. En este sentido, es posible pensar que la diversidad de puntos de vista podría ayudar a desdibujar la infalibilidad del conocimiento operado 32
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por la ciencia, dando lugar a otras formas de pensar la verdad o tan ni siquiera la verdad, sino las verdades, en plural. El reclamo persistente de Feyerabend (2010) a la autoridad superlativa de la ciencia y su saber, obedece a su posición contra hegemónica a partir de la cual basa su resistencia a la universalidad y a la globalidad. Su pensamiento se sumerge en una versión posmodernista donde los grandes relatos se desvanecen en el aire. Se adhiere a esta versión epistémica. La ciencia no es la única tradición dice. Es una entre muchas. Su estilo cognitivo responde a un método. Método sobre el cual se legitima su saber. Sin él (método) no hay saber. En esta perspectiva de ciencia en la universidad productora de conocimiento verdadero, la presente propuesta pedagógica se erige distinta. Feyerabend se ocupa de dar letra y apoyo teórico a esta posición. La ciencia moderna es poseedora de un saber que se ha construido bajo normas estrictas. Pero no es el único saber. Sí, el más poderoso, en el que se cree de manera universal. El alegato consiste en reivindicar otras tradiciones que responden a culturas diferentes, a modos de percibir distinta y a contextos históricos no considerados. El enfoque epistémico de esta propuesta académica en el marco de este concurso y en consideración con el rol de la universidad y su potestad cognitiva sostiene una condición polisémica liberadora. Polisemia que responde a múltiples significados, que se construyen a partir de la diversidad de los actores involucrados en la construcción del saber-conocimiento. Las tradiciones más fuertes avasallan a las más débiles, pero por sobre ellas la ciencia se proclama como la más poderosa y vierte su hegemonía rompiendo con estilos cognitivos imprecisos, pero no por ello menos importantes. Rescatar de esta situación a dichos estilos es la perspectiva ideológica que la universidad, como relato colectivo, debería hacer y en este sentido la propuesta señala que sobre ello se trabajará profundamente. La construcción de conocimiento no está desembarazada de ideologías restrictivas. El conocimiento, tanto sea científico o tecnológico, posee ideología y se inscribe siempre en una estrategia política. Por otro lado la ideología de la ciencia es dinámica y escurridiza. No siempre se presenta descubierta, por eso no se la encuentra, y en ocasiones hasta se esconde. Lo importante es poder valorar a la verdad científica como una de las muchas verdades posibles, temporales e 33
históricas contextuales. Entre estas verdades de tradición científica, se da por hecho que coexisten otras verdades construidas a partir de los diversos sentidos de personas libres, que encuentran otras verdades de tradición no científica, y lo que se debe recuperar es la posibilidad de expresión y visibilidad de las mismas.
“En una sociedad libre los intelectuales constituyen tan sólo una tradición. Carecen de derechos especiales y sus puntos de vista no tienen especial interés. Los problemas no los resuelven los especialistas solos, sino con las personas afectadas de acuerdo con las ideas que ellas valoran y los procedimientos que ellas consideran como los más adecuados”. (Feyerabend, 1982: 4) “Los distintos grupos tratarán de aprender unos de otros, y de este modo podrán surgir ocasionalmente ideologías más unificadas(…)tales ideologías resultarán de decisiones en situaciones concretas y a menudo imprevisibles, reflejarán los sentimientos, las aspiraciones y los sueños de los que toman las decisiones, no pudiendo ser previstas por las especulaciones abstractas de un grupo de especialistas e intelectuales.” (Feyerabend, 1982: 5) Dar ingreso a otros estilos cognitivos, en la cocina de los conocimientos, provocará una ruptura no tan sólo epistémica sino esencialmente ontológica, dejando inaugurada una forma cooperativa de producción del saber en una nueva instancia académica. Para que ello se cumpla no será posible utilizar solamente, como argumentos, los criterios de legitimación existentes en la racionalidad moderna de la ciencia, sino que deberán ser argumentos mixtos basados en criterios expresamente creados para inducir la nueva práctica colectiva: un conocimiento co-construido. Santos (2009) introduce, en el marco de esta reflexión epistemológica, la reivindicación de saberes no considerados y puestos a la sombra. Este ocultamiento de conocimientos, no provenientes de la academia, responde al empoderamiento de la ciencia moderna que, instala un saber explorado y manejado por sólo una elite experta que, denotando un poder hegemónico, demanda la capacidad única de la toma de decisiones a nivel global. Este autor recupera un saber distinto que, elaborado tácitamente a partir de la experiencia y la comunicación generacional como una herencia atesorada, sobrevive en el hacer diario de las comunidades que, aún no estando invitadas a 34
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participar ni a debatir en las construcciones universales, tallan la vida de manera profunda y constituyen el grueso del acervo cultural que se despliega en el marco histórico y territorial de cualquier dominio en el planeta. La justicia social llega de la mano de una reivindicación cognitiva según Santos. En este sentido este enfoque epistémico que modela la presente propuesta académica, considera esencial esta verdad. Una sociedad clasista es producto de una desigualdad cognitiva que propone saberes, conocimientos y experiencias basados en la lógica racional de una estructura cognitiva empoderada y no necesariamente cierta. Se requiere de un espacio cognitivo que dé lugar a una práctica diferenciada donde los conocimientos sean eslabones certeros de resoluciones a problemáticas planteadas democráticamente.
“La primera premisa de los ensayos reunidos en este libro es que no habrá justicia social global sin justicia global cognitiva”. (Santos, 2009: 12) La era positivista, acompañada por el relato de la modernidad, permitió engendrar las grandes creencias de la humanidad moderna. Según ella, el saber es portador de una única verdad. Esa verdad se acepta de manera sumisa por ser producto de las elucidaciones de expertos que se proclaman ser dueños de la verdad universal. Pero para comprender no es necesario exactamente un tipo de saber. Para comprender es necesario poner en vigencia el modo de comprender de algunos y el modo de comprender de otros. Esta convergencia múltiple en el modo de comprender es a lo que se apela en esta presentación. La plataforma cognitiva que se expresa hasta el momento considera una múltiple confluencia de saberes que de manera cooperativa, sin reservas ni cajas negras, procuran complementarse dando lugar a una co-construcción de conocimientos de propiedad colectiva que beneficia, en igualdad de condiciones, a la comunidad en general haciéndola, en todo caso, experta en su totalidad. Esta propuesta se constituye esencialmente en una provocación, que viene a cuestionar la jerarquización de los conocimientos académicos sagrados, invalidando el rango único y hegemónico del saber de la ciencia moderna, positivista y universal, para dar lugar a 35
una nueva convención que recupera el saber de los expertos de la vida cotidiana. Una universidad pública productora de conocimientos pluriversales a partir de gnoseologías múltiples. Rango epistémico al saber de sentido común.
Los desafíos de la universidad pública frente a un cambio de paradigma cognitivo El planteo que se hace a partir de este enfoque de base cognitiva alternativa, está sostenido por dos construcciones de sentido; una de perspectiva teórica, alimentada por una corriente de pensamiento que revela la subalternización que produce la colonialidad; y otra de perspectiva empírica, producto de la propia experiencia de vida, a partir de la construcción colectiva de saberes-conocimientos. En relación a la primera construcción de sentido, el desafío desde mi punto de vista, es una universidad pública que se asiente sobre reflexiones que entrelazan nuevos relatos que narran una historia diferente, que deconstruye la explicación moderna convencional, euro céntrica y occidental de las ideas, procurando poner en evidencia esta versión de discurso hegemónico que se expresa en un modelo civilizatorio que produce una ruptura ontológica entre cuerpo y mente, entre la razón y el mundo. Creo que este es el motivo por el cual, se produce una escisión entre la gente común y los especialistas, profundizando la distancia entre la cultura de ese público general y esos expertos. Este metarelato –moderno– ha funcionado como un dispositivo de colonialidad que articula todos los pueblos, el tiempo y el espacio, derrumbando otras formas de ser, de organizarse y de saber. Tanto la evangelización –la iglesia– como la civilización –la ciencia– tienen como sustento la idea de que hay un patrón de civilización superior a partir del cual las sociedades occidentales –modernas– constituyen la imagen deseada para el resto del mundo; parafraseando a Latour (2013) existe una sociedad que posee la verdad y otras que no la tienen y la emulan. Bajo esta significación, no es extraño pensar –y de verdad la mayoría de la gente lo piensa así, pues así hemos sido formados– que el saber que utiliza a diario la gente común para la resolución de sus vicisitudes, no tiene rango de conocimiento sino que solo lo tiene aquel que desarrolla- bajo “método”- el grupo de expertos que accede a la verdad. 36
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Esta revalorización y re-significación del actor latouriano, la gente común, es la que sostengo en el planteo de los desafíos que tiene una universidad pública, es decir que sostiene la idea de democratización y equilibrio de roles en la construcción colectiva de conocimientos. Latour confía en su actor social y por ello sostiene que el viaje hacia esa nueva epopeya, no epopeya como el gran relato moderno sino como logro esclarecedor de un relato pequeño y particularizado, debe ser desprovisto de categorías herméticas que no permiten reconocer la subjetividad y cognición propias de los actores reconstituidos como los conocedores (Latour, 2008), otra vez la gente común. Esto quiere decir que los grupos locales, lejos de ser receptores pasivos –y vacíos– de las condiciones y calidades cognitivas construidas por expertos y especialistas, configuran activamente los procesos a partir de los cuales se construyen saberes basados en identidades propias de las prácticas culturales nacidas en la vida y hacer cotidiano. Esta defensa del saber-conocimiento cotidiano, que presento hasta aquí, es política y epistemológica, y surge de mi compromiso con un discurso anti-esencialista respecto de lo diferente, lo “otro”, lo subalternizado. Es decir, el énfasis lo estoy colocando en la construcción colectiva del conocimiento. Aceptar que los sujetos cognoscentes somos todos aquellos que participamos de la experiencia del producir conocimiento, generando una construcción colectiva, es una característica singular de la posición que intento construir hasta aquí, así también ratificar la deconstrucción de rol experto del académico como el único productor de saber. En este sentido, cabe preguntarse cómo es posible poner en marcha este paradigma cognitivo que da cuenta de una nueva manera de producir conocimiento colectivo. Participar de procesos colectivos en los que se construyen saberes-conocimientos implica generar un diálogo, una conversación. La conversación parece ser el modo, la forma en que participan los que concurren a este proceso. Comprender que este proceso colectivo de construcción de conocimiento es una conversación, implica hacer lugar a un relato consensuado, donde no sólo se habla sino que se escucha. Los escenarios donde transitan conocimientos pueden ser –y no es que necesariamente hoy lo sean– escenarios de pluralidad donde se materialicen preguntas y respuestas de una manera cooperativa y no impuesta. 37
La posición ideológica de esta presentación, en relación a los desafíos de una universidad pública en los contextos actuales, se asienta sobre la valoración del potencial creativo e intelectual de la comunidad educativa en su conjunto. Es necesario recomponer los roles en la construcción de un colectivo social. La noción de jerarquía social, en tanto denota poder encubierto, debe ser destituida por la noción del rol social en el que cada miembro del grupo se posiciona libremente de acuerdo a sus competencias, entendidas éstas como virtudes, saberes, expectativas y desafíos. Esta nueva construcción de lo social descompagina antiguas estructuras y por ello podrían aparecer otras formas de manifestar las nuevas expresiones del conocimiento de un colectivo social revalorizado (Peyloubet, 2014). Las conversaciones de las que hablo en esta presentación, se tratan de profundos encuentros donde los que participan crean un espacio de reconocimiento y valoración secundada por la reivindicación de cosmovisiones pasibles de ser confraternas. Comunidad educativa, docentes y alumnos. Aceptar que este proceso de enseñanza y aprendizaje, donde circulan conocimientos, es análogo a una conversación de pares, supone un avance extraordinario. Es romper con los hábitos de las transferencias cognitivas subvirtiendo esta incapacidad de valorar al otro e instalando un nuevo concepto: co-construcción del conocimiento. Reto monumental en la relación docente-alumno. Ahora bien, las conversaciones tienen contenidos y formas. En una percepción semántica, conversar es expresar a viva voz el pensamiento interno. Conversar puede igualmente generar la violencia de la jerarquía en el uso de la voz y del silencio. Por eso no basta sostener que la construcción de conocimiento es a través de una conversación. Hay que ser más radical, en el sentido de lo extremo. Hay que hacer de ésta una entrega. Disolver las jerarquías en las conversaciones, entiende que conversar es hablar y principalmente escuchar. Escuchar la voz –modo coloquial extensamente utilizado– y escuchar el silencio, gesto situado de calada profunda. De más está decir que creo que el silencio es parte de la conversación. Al valorar el silencio como tal, quien lo decide está participando. Si el silencio fuera la no participación, el silencio entonces expresaría que quienes callan no existen, no participan de la conversación propuesta. Esto no es así. Los modos de participación, en las conversaciones que construyen conocimientos plurales no jerárqui38
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cos, son absolutamente diversos y libres. La voz de algunos, y el silencio de otros, comparten el sentido de horadar las desigualdades para crear juntos el saber colectivo (Yehia, 2007). Otra vez esta perspectiva induce a pensar en la relación docente- alumno y sus potenciales no revisados. En términos filosóficos, la posición que sostengo en esta presentación, intenta deconstruir la hegemonía epistémica y desenmascarar los mecanismos con que la modernidad –hegemonía científica como único saber– legitima cierto saber e invisibiliza lo que conoce como conocimiento subalterno, produciendo no existencias. Cambiar las condiciones de conversación, hacia un modo igualitario de conversar, quiere decir reconocer el saber que posee el “otro”. Eso hará que la conversación cambie en sus contenidos, cuando aceptemos otras formas, tanto de hablar como de no hablar. No es suficiente entonces querer cambiar los contenidos de la conversación de forma repentina, eso sería una lucha no entendida, hay que cambiar los modos en que se conversa, de esa manera los contenidos “otros” aparecerán naturalmente. Esto perpetuaría un nuevo paradigma, no hegemónico sino plural. El componente generador de este cambio en la comprensión de lo socio-cognitivo en el ámbito universitario y su compromiso público y político es la recuperación del rol cognoscente de la comunidad. La mayoría de las tensiones que aparecen en una construcción dialógica colectiva, suceden por conversar de un modo frente a las condiciones de conversar de otro modo. Para sofocar estas tensiones se supone que se acepte el pluralismo de los modos y por tanto la pluralidad de las claves con que se conversa y la pluralidad de las claves con que se escucha. Esa aceptación impone hacer perder poder a la palabra recuperando posiblemente otras entidades que no se dan a través de la palabra (Latour, 2013), como gestos y expresiones que capitalizan igualmente un saber otro. En nuestro campo la gráfica indiscutiblemente, pero entre otros. La existencia de esa multiplicidad ontológica supone no una sola forma de entender, sino una pluralidad en los modos de entender y por lo tanto será necesario integrar esos modos de conversación en una coexistencia de saberes múltiples que den cuenta de la conversabilidad entre diferentes, jerárquicamente igualados y creativamente vinculados. Este es el desafío de una universidad pública que asume un paradigma cognitivo plural. 39
II La investigación para otra Tecnología2
2. Este Capítulo está basado en el texto “Tecnología Social. Una herramienta para el desarrollo no excluyente”, publicado en el libro Animarse a Habitar (2017) de Paula Peyloubet. Diseño Editorial. Buenos Aires.
Redefiniendo el objeto de investigación La problemática de la exclusión de la dinámica económica y el potencial crecimiento material, de grandes sectores de la población, son problemas aún no resueltos en nuestro país y la región. Desde la investigación se debe intentar descubrir los aspectos que podrían hacer posible la transformación de esa situación que se ha planteado de exclusión teniendo en cuenta para ello abordajes cognitivos diferenciados a partir de la recreación de sistemas de producción tecnológica basados en cooperación, solidaridad y redistribución de bienes-riquezas y recursos, procurando relacionar algunos conceptos ya desarrollados en procesos y dinámicas que se colocan en la interfase entre una economía formal-capitalista- y una economía social-nuevo paradigma- cuyo propuesta no esté sometida a la lógica de producción convencional. Este desarrollo tecnológico orientado a la resolución de problemas sociales bajo una lógica solidaria reviste una importancia estratégica para nuestra región. La inclusión de comunidades y grupos sociales dependerá de la capacidad local de generación de dichas soluciones tecnológicas y productivas. Desde una posición filosófica se entiende que el asentamiento de las personas en la realidad se logra a través de la tecnología (Queraltó, 1993), en el marco de una adecuación socio técnica. Si la tecnología no permite que este asentamiento pueda llevarse a cabo por toda la población, sino sólo por parte de ella, estamos frente a una tecnología excluyente. A partir de esta posición respecto de la tecnología como posibilitante del desarrollo se puede comenzar a gestar nuevas ideas que relacionen la tecnología con el desarrollo social, insumos para la co-construcción de un conocimiento para la inclusión social real. En este contexto es que se vislumbran dos ejes posibles para abordar la construcción de conocimiento nuevo, que permita generar 41
cambios reales en la situación descripta; intento cognitivo del presente texto. Uno, se refiere a la incorporación del saber popular al sustrato cognitivo de resolución, produciendo participación efectiva. Otro, se refiere a la adecuación de las redes de análisis y operacionalización de las tecnologías y sus modalidades productivas respectivas con las lógicas solidarias y cooperativas que necesitan los nuevos modelos de desarrollo incluyentes. El problema así queda planteado: la inexistencia de un modelo de desarrollo incluyente gravita sobre la falta de participación de los actores afectados en la resolución del problema, co-construcción o construcción colectiva cognitiva, y la falta de mecanismos adecuados para poner en marcha las nuevas ideas, contra hegemónicas, que deben construirse sobre la base de nuevos marcos analíticos, conceptuales y operacionales que permitan comprender y abordar el problema desde otra visión y con otros elementos. A partir de esta propuesta se sostiene el concepto de tecnología que en este texto se quiere promover. Se advierte que el vínculo entre los casos donde se plantean este tipo de tecnologías y los sectores de decisión política, que pueden ampliar la escala de aplicación, no está suficientemente fortalecido y se hace imprescindible entonces generar puentes que permitan que esta relación se materialice. Es por ello que desde este libro se pretende generar insumos innovadores para un nuevo modo de convocar procesos de formación, devenidos en experiencias vividas en contextos reales, donde el territorio es siempre el límite que potencia las posibilidades y la comunidad es la precursora del saber autónomo y reivindicativo. Los modelos de desarrollo imperantes en el sistema económico mundial, que afecta a todos los países y regiones del mundo, se basan en juego de oferta y demanda en donde el libre mercado, de servicios y productos, se auto regula para dar lugar a crecimientos inequitativos y decrecimientos fabulosos a la vez, que no aseguran la sustentabilidad ni la capacidad de subsistencia de muchos sectores poniendo también en riesgo los procesos de democratización y gobernabilidad. La tecnología, como hacedora del asentamiento de hombres y mujeres en la realidad, no es un proceso vacío. Sin lugar a dudas posee ideología que responde a determinadas maneras de pensar los modelos de desarrollo posibles. 42
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Existen Tecnologías Convencionales (TC) que permiten generar, en el modelo vigente, juegos de mercadotecnia de los que se benefician unos pocos y se excluyen a muchos. Esta lógica de TC es sin duda el aparato montado para asentar en la realidad a ciertos sectores que desde luego detentan el poder y forman parte del sector de relevancia política y decisoria. Complementariamente en las décadas del ´60 y ´70 surgen nuevas reflexiones y los ideales de justicia e inclusión comienzan a celebrarse en las construcciones tecnológicas intentando colocar este juego de oferta y demanda al alcance de toda la población. Surge por aquella época el concepto de Tecnología Apropiada (TA) que intenta sumar la población excluida a la lógica de mercado y de renta de la TC. Los esfuerzos y buena voluntad por reclamar un espacio en este escenario permitieron poner en marcha, con cortos alcances, una visión integral de necesidades y demandas de los sectores excluidos y vulnerables de la sociedad. Sin embargo, el gran equívoco imperante en ese momento fue que el juego de oferta y demanda se instalaron con un nuevo nombre, consagrando dentro de la TA a la Transferencia Tecnológica (TT) La TT, de la mano de la TA, trajo consigo la idea de que las necesidades de los sectores excluidos podían ser resueltas por el sector de producción cognitiva de elite y ofrecidas generosamente para su uso. En ese camino se desestimó el propio sector beneficiario como potencial colaborador de la resolución y la propia construcción sectorizada invalidó la respuesta con el tiempo. Los problemas sociales, como resultado de este proceso, tendieron a ser definidos a partir de modelos cognitivos de otros actores sociales y no a partir de la visión de sector de los propios excluidos. El fracaso dio lugar a la idea de que los problemas no podían ser postulados a priori ni a partir del reconocimiento del problema por otros sectores no afectados. A partir de estas posiciones respecto de la tecnología, se comienzan a gestar nuevas ideas que relacionan la tecnología con el desarrollo social, insumos para la construcción de un conocimiento habilitante para la inclusión social real, resignificando los potenciales conceptos para el abordaje del problema planteado en el inicio. 43
Así fue sustituida la ingenua e ineficaz idea de “oferta” y “demanda” o “transferencia tecnológica”, producida por la comunidad de investigadores, por una construcción colectiva de conocimiento no excluyente que incorpora los valores, intereses, necesidades y saberes de los sectores no considerados. Pero el verdadero problema planteado en este campo, no reside únicamente en la falta de incorporación al sustrato cognitivo de resolución del saber popular. Grave problema detectado y aún no considerado, es la inadecuación de las redes de análisis y operacionalización existentes de las tecnologías actuales, concebidas éstas en la coherencia de los valores y necesidades empresariales que responden a una lógica mercantil que nada tiene que ver con las lógicas solidarias y cooperativas que necesitan los nuevos modelos de desarrollo incluyentes. No se agota entonces el problema con la propuesta de participación interactoral en la construcción del conocimiento y en la definición tecnológica, sino que se hace imprescindible el cambio de estrategias que operen sobre las relaciones de poder y decisión para que la tecnología realmente pueda asentar en la realidad a todas las personas. El problema queda planteado. La inexistencia de un modelo de desarrollo incluyente gravita sobre la falta de participación de los actores afectados en la resolución del problema- co-construcción o construcción colectiva cognitiva- y la falta de mecanismos adecuados para poner en marcha las nuevas ideas- contra hegemónicas- que no pueden echarse a andar sobre la lógica de TC- de visión empresarial y mercantil- o de la TA – de visión reduccionista de generosa oferta y demanda- sino que debe construirse sobre la base de nuevos marcos analíticos, conceptuales y operacionales que permitan conocer y abordar el problema desde otra visión y con otros elementos. No basta entonces, acomodar la tecnología al sistema vigente intentando reducir los males- funcionalistas al sistema- sino que es necesario cambiar el sistema vigente por otro que dé lugar a las nuevas lógicas de una Tecnología Social (TS) para un desarrollo con inclusión. En este mismo sentido se considera que sí existen experiencias de tecnología social e instituciones que desarrollan tecnología social. Pero para validar estas prácticas y poner en otra escala estas experiencias es necesario que los actores relevantes del campo de las decisio44
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nes hagan efectivas estas lecciones aprendidas y las operacionalicen en políticas públicas. Por ello es que es imprescindible construir un marco analítico-conceptual que acerque insumos para dicha política y un marco metodológico y operacional que permita ejecutarla. Por ello es que la formación de los académicos de las universidades que intervienen en las decisiones sean promovidas desde otra forma de pensar las cuestiones y posean una compleja y abierta comprensión de las realidades que acontecen y pueda ser entonces así promotores, provocadores de una transformación que sume adherentes hacia una tecnología otra, aquella que en este texto estoy intentando convidar.
La relevancia de la Tecnología para la transformación Los argumentos que se presentan en esta publicación pretenden aportar a una reflexión acerca del valor de la construcción del conocimiento tecnológico. En este sentido se quiere repensar desde la perspectiva general de la epistemología (el cómo) y la axiología (el para qué – los valores) la utilidad y razón social de la investigación ligada a la tecnología para la inclusión social. La posición de este enfoque proviene de experiencias realizadas, fundadas en la lógica de la utilidad social de la investigación, que precisa de campos teóricos elucidantes como así también de campos empíricos transformables. En este sentido, en un mundo en que se plantean ideas, valores y dimensiones alcanzando una importancia exagerada (crecimiento económico) y haciendo que otras pierdan espacio (producción socio cultural), es evidente pensar que se generará un desequilibrio social y personal. Esta situación se advierte claramente en la sociedad moderna con respecto a lo que se entiende por desarrollo, ligado tan solo a la dimensión económica. En la medida que la sociedad produce riquezas en mayor cantidad, se construye más fuertemente la idea de desarrollo económico relacionada con progreso, entendido solamente a partir de dicha dimensión. Los conocimientos científicos aceleran este proceso, y se crea por ello la lógica de progreso para el desarrollo basado en el crecimiento económico. Este concepto trajo la idea que, con el desarrollo económico se resolverían todos los problemas, en la medida que este produjera más riquezas, abría más satisfacción de bienes. La garantía de este suceso 45
era la explotación de los recursos, manipulación de la naturaleza y el ajuste de la actividad del trabajo en los procesos de producción. Se instaló con ello la paradoja de un crecimiento económico por un lado y la pobreza y problemas ambientales por otro. Se plantea así la crisis relacionada con la idea que el crecimiento económico no genera entonces desarrollo inclusivo, pues se orienta a partir de un modelo que solo mira el crecimiento económico y no da cuenta de la complejidad del desarrollo para todos. En esta perspectiva entonces la búsqueda por el desarrollo se debe dar no sólo en torno a los flujos de capital y la productividad tecnológica sino que debe considerar importantemente temas como la valorización de las potencialidades humanas, las identidades sociales, culturales y ambientales, y las fuerzas sinérgicas para la interacción y la participación en un intento de capturar manifestaciones, capaces de abrir nuevos caminos de desarrollo social. Partiendo de esta posición, el conocimiento nunca debería poseer una axiología neutra, ya que se haya unido íntimamente a la posibilidad de transformaciones sobre el hombre. Es así como su génesis, su principio fundamental, es colaborar con las necesidades humanas y la resolución de sus problemas. Ahora bien, si la construcción de conocimiento, tal como se entiende en este trabajo, depende de valores sociales y culturales, es lógico pensar entonces que deben existir interacciones entre el saber y otras acciones humanas de fuerte impronta cultural. La propuesta es reflexionar acerca de procesos y proyectos de articulación de tecnologías sociales, desarrollo local e insumos para políticas públicas para el bien social, para lo cual se deberían analizar los vínculos existentes que hacen posible acciones entre el campo teórico y el campo empírico a partir de historias y prácticas existentes. Según Pierre Bourdieu (1997) existen dos tipos de demandas dirigidas a los investigadores, que pueden proyectarse sobre quienes abordamos la problemática tecnológica, una es el saber qué hacer con los problemas explicitados y otra es contribuir a formular los no explicitados. Esta aseveración implica aceptar que la construcción del conocimiento posee un fin en sí mismo de utilidad. En el primer caso, consiste en atenerse a la demanda planteada y en el segundo caso es responder a las demandas potenciales o virtuales. En nombre de este último proceder se hizo hablar en muchos oportunidades a los 46
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pueblos, desvirtuando entonces la demanda potencial. Por otro lado solucionar la demanda planteada supone adherir a las capacidades culturales de quienes las plantearon. Dice Bourdieu (1997), la opinión personal es un lujo. En el mundo social hay gente que “es expresada”, personas en nombre de las cuales se habla porque ellas no hablan, para las que se producen problemas, porque ellas no los producen…” Es justamente esta desigualdad en la producción de opinión la que le designa una importancia superlativa a la responsabilidad que les cabe a los investigadores ya que les corresponde demoler los falsos problemas planteados por quienes se les hizo hablar, y formular al mismo tiempo problemas reales con la participación activa y verdadera de quienes los tienen. Esta situación supone una acción concreta, organizada y con participación directa, sin intérpretes ni intermediarios. Es importante para ello establecer ámbitos de discusión libres, en los que la reflexión colectiva desemboque en toma de posiciones públicas empoderadas, esto es, asumir el poder que emana de un constructo social específico, colectivo y verdadero. En este sentido, e introduciéndonos directamente en la problemática de la tecnología y su relación con la pobreza, los estudios en este campo giran alrededor de las necesidades de ciertos sectores sociales, establecidas a partir de las carencias que estos sectores padecen expresados en un estado de vulnerabilidad frente al colectivo social. Bajo este enfoque el abordaje del problema, y toda la construcción de conocimiento inherente al mismo, ha sido fuertemente sesgado por una unívoca y monopólica visión. Durante muchos años, la posición se ha atrincherado detrás de una mirada economicista cuyo factor de transformación se ha centrado en la materialización. Pero en la actualidad se han producido otros enfoques, diferenciados que, revisando la ineficacia de las soluciones planteadas hasta el momento, han constatado que el problema no se resuelve aún, ni está en miras de poder resolverse, si se sigue con la misma visión en la construcción del problema y su posible solución. Este nuevo enfoque se basa en la existencia de potencialidades en los sectores pobres, que aún bajo estados de vulnerabilidad y carencias, desarrollan satisfactores endógenos, producto de estrategias de sobre vivencia nacidas de la necesidad y de sus potenciales creativos, propios de la naturaleza del ser humano. Su participación directa 47
en la resolución de los problemas es sin duda entonces, una salida, componente indispensable de la tecnología social. Estas nuevas ideas precisan de un campo liberador que permita explicar el nuevo modo de comprender el problemas desde un nuevo planteamiento cognitivo y cultural. Somos testigos de este cambio conceptual y estructural del abordaje en las investigaciones referidas a tecnología. Por otro lado, la incertidumbre, las no precisiones y el caos ya no operan sobre nuestros pensamientos como unidades capaces de abortar nuestras ideas. Son justamente el alimento de las nuevas concepciones. La maravilla de este tiempo, de construcciones colectivas y de transformaciones, se basa en la capacidad creativa del investigador- sujeto cognoscente- y de la participación activa del ciudadano- sujeto por conocer- discurriendo sobre la compleja problemática referida a tecnología social y en torno a los cambios en la realidad (Vasilachis, 2006). Finalmente se está comprendiendo que el investigador debe ser parte de un hecho cultural, profundamente decidido a reencontrarse. Los escenarios de investigación deben abandonar los laboratorios y tomar las calles. El sector intelectual debe estar persuadido de que su producción necesariamente encuentra un nicho si responde al uso social y se co-construye con la sociedad. Hoy más que nunca somos testigos y podemos ser adherentes a la construcción de conocimiento de rango superlativo, honrado por la condición de utilidad social y consagrado a la búsqueda de un desarrollo integral centrado en el equilibrio entre el ser humano y su tecnología. (Peyloubet, 2007).
Conceptos que argumentan las ideas tecnológicas Se parte de la existencia de marcos conceptuales preconcebidos a los que se adhiere y espera aportar en relación a las transformaciones que permitan mejorar la calidad de vida de la población en su conjunto. En este sentido se presenta en primer lugar el concepto de Tecnología Social (TS) que se está elaborando a partir de una construcción colectiva interactoral como base y contenedor posibilitante de 48
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las transformaciones antes mencionadas en la línea de los marcos conceptuales y argumentales. Se entiende por TS, aún siendo un concepto en construcción, al resultado de la acción de un colectivo de productores sobre un proceso de trabajo que, en función de un contexto socio económico, que engendra la propiedad colectiva de los medios de producción, y de un acuerdo social, que legitima el asociativismo, en un ambiente productivo con control autogestionario, y una cooperación de tipo voluntaria y participativa permite una modificación en el producto generado pasible de ser apropiado según la decisión del colectivo (Dagnino, 2010). El surgimiento de la TS se produce en esta última década en el Brasil, donde actores diversos preocupados por la creciente exclusión social, precarización e informalización del trabajo y el aumento de la pobreza, aún con crecimiento del PBI del país, acuerdan la necesidad de construir una alternativa eficaz para la solución de estos problemas sociales relacionándolos con un vector significativo en la construcción de políticas públicas tal como es Ciencia- Tecnología- Sociedad en un sentido coherente con su realidad y con el futuro que la sociedad brasileña desea construir. Se intenta en este sentido, más que definir un concepto acabado y estático, la producción de un marco analítico conceptual que permita tener constantemente en revisión el significado de este concepto y sus posibilidades de acción transformadora. A partir de ello se elaboran críticas a la TC, tecnología de lógica empresarial sojuzgada al modelo de desarrollo vigente de mercado libre y capitalismo, sobre las cuales se asienta, a manera de antítesis, la postura de la TS, en oposición y concebida como alternativa. La TA también contribuye a la reflexión del concepto novedoso de la TS pero en otro sentido; la TA si bien sufrió importante críticas se relevaron aspectos de la misma que sirvieron a la base conceptual de la TS. La TA fue comprendida como un conjunto de técnicas de producción que utiliza de manera óptima los recursos disponibles de cierta sociedad maximizando así su bienestar. En función de sus características de mayor intensidad de mano de obra, uso intensivo de insumos naturales, simplicidad de maquinaria, respeto a la cultura y capacitación local, la TA podía evitar los perjuicios sociales derivados 49
de la TC. En este sentido fue una importante innovación en términos de una teoría de desarrollo económico. El problema que no pudo resolver la ideología de la TA fue que si bien su objetivo se centraba en el desarrollo social, su postura era defensiva, adaptativa y no cuestionadora de las estructuras de poder dominante en los planos nacionales e internacionales lo que no permitió que los cambios fueran estructurales ni que permanecieran con el tiempo, y por tanto no pudo convertirse en un movimiento contra hegemónico que planteara nuevos paradigmas y por tanto otra realidad. Otro concepto relacionado con esta presentación es el de Innovación. La contribución de la teoría de la innovación como marco teórico y a pesar de que su real aplicación no fue positiva, fue fundamental para la superación de los defectos del modelo cognitivo que sirvió de sustrato para el concepto de TA. Esta teoría criticó el poco realismo del modelo de oferta y demanda para comprender el producto conocimiento y propuso una perspectiva basada en la interacción de actores desde un primero momento para engendrar, en función de múltiples criterios, un conocimiento (bienes y/o servicios) que pudiera ser utilizado en el propio lugar e incorporados en su sistema de saberes. En este sentido entonces, la teoría de la innovación permitió pensar a la TS como un proceso de innovación con características particulares. Bajo la perspectiva de lo antes dicho se puede decir que la Innovación Social, bajo el enfoque de la TS, es un concepto utilizado para hacer referencia al conocimiento intangible incorporado a las personas que tienen por objetivo el aumento de la efectividad de los procesos, servicios y productos relacionados a la satisfacción de las necesidades sociales, referidos a valores, estilos de desarrollo, proyecto nacional social, político, económico y ambiental (Dagnino, 2004). En este marco se quiere exponer la posición adoptada en este artículo crítico. Para ello es necesario realizar un análisis de las políticas científico-tecnológicas y las políticas de inclusión social actuales que, con evidencia, construyen el escenario del tema problema que se aborda (investigación en tecnología social) y por otro lado constituyen el argumento directo para resolverlo: la importancia de la participación social en ejercicio de los derechos. 50
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Se intenta plantear un nuevo modelo de gestión y participación interactoral en base a innovación tecnológica no excluyente. Definamos cuál innovación tecnológica es no excluyente. No aquella que produce el mundo desarrollado que mira hacia el espacio o los átomos (lo macro-lo micro), sino aquella que resuelve las necesidades tangibles de la sociedad con una determinada cultura, en un determinado territorio, en un determinado tiempo histórico y con un determinado orden de prioridades que responde a problemas que afectan la vida. Según Amilcar Herrera el problema de la Política Científica y Tecnológica (PCT) de América Latina, y eso con evidencia nos incluye, es la desconexión con la sociedad a la que pertenece y por la que se supone se construye el nuevo conocimiento. El hecho de adoptar una PCT basada en la concepción neutra de la ciencia, el determinismo tecnológico y en la imitación de las PCT de los países centrales, de un capitalismo avanzado generando un consenso peligrosamente hegemónico, crea PCT en nuestro país incompatible con la realidad e incoherente con las políticas necesarias de inclusión social. Por ello hay que de-construir ese consenso hegemónico, también el sustrato analítico y conceptual que lo sostiene y los marcos institucionales de las PCT en curso. En su reemplazo hay que construir una nueva PCT pautada por valores endógenos, por lo tanto no neutra, y basada en las necesidades reales de la sociedad donde se implica. Esta es la posición adoptada que conduciría a la elaboración de insumos para PCT y Políticas de Inclusión Social (PIS) que plantean este nuevo Modelo de Gestión y Producción Interactoral (MTGPI) en el marco de la innovación tecnológica no excluyente para el desarrollo. Si bien el tema que nos convoca es el de TS, partimos del reconocimiento de este problema desde el campo de acción donde nos venimos desempeñando desde hace mucho tiempo: el Hábitat. El Estado ha abordado el problema de los asentamientos irregulares y la vivienda, desde los años 50 en nuestro país y en toda Latino América, con políticas ejecutadas desde los estamentos nacionales. Durante un breve período se intentó la descentralización del Estado Nacional a favor de la toma de decisiones provinciales o municipales, pero este accionar quedó relegado al corto plazo, sin poder constatar los beneficios del mismo. 51
Es justamente este asunto el que se quiere poner en controversia en esta presentación, ya que se considera que esta situación de predominio nacional y consecuentemente supranacional en las decisiones locales, y ese modelo sobrepasa el tema específico, carece de posibilidades reales de resolver los problemas, ya que estas decisiones supra territoriales son las que subordinan los procesos sociales, culturales y urbanos del territorio local donde se producen realmente dichos problemas y las posibles instancias de participación. Entonces, a lo largo del trabajo se adhiere a nuevas posturas relacionadas con tecnología social, en las que la problemática se aborda complejamente, es decir no se reduce simplemente a su materialización, y a partir de la explícita referencia del ámbito territorial e institucional más cercano a la problemática en cuestión, sea éste regional, provincial, local o comunitario, bajo el conocido concepto de subsidiariedad y la participación interactoral en la toma de decisiones. Se afirma en este sentido que los procesos socio espaciales relacionados con el acceso a la ciudad y las formas de producción de hábitat especialmente la de los sectores más pobres, derecho a la ciudad y la vivienda, son esencialmente cuestiones locales. Cuando se hace referencia a la producción local de hábitat, el término refiere no solo a la dimensión físico espacial sino, de manera interdisciplinaria e integral, a las dimensiones socio culturales, productivo laborales, políticas, económicas y ambientales de la localidad o comunidad en cuestión, que es lo que la hace singular y única a dicha producción. La temática de tecnología social se comprenderá en el campo del hábitat, no como la resolución que construye un producto (por ejemplo: vivienda), sino a través de la elaboración de un modelo de gestión y producción interactoral signado principalmente por la transformación productiva, que implica el análisis de la desindustrialización operada en el país, la transformación política, que implica el análisis de la pérdida de poder del Estado a favor de los mercados, y la transformación social, que implica el análisis de los cambios en el mundo del trabajo y el consecuente aumento de pobreza y por ende se involucrará con las Políticas Científico Tecnológicas y las Políticas de Inclusión Social Ahora bien, si estas transformaciones históricas fueron los signos de la pauperización, es necesario que la demanda de la resolución a 52
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este problema se resignifique en respuestas acordes a dicha demanda. Ya no más obra pública disfrazada de solución al déficit habitacional. Ya no más obra pública que encubra la generación de un empleo cautivo y en su mayoría sectorial. Ya no más investigación en programas del estado que no supongan utilidad social. La investigación debería atender a las reales necesidades de una demanda explícita que se expresa con claridad en los contextos locales. La perspectiva de la descentralización, que otrora fuera una oportunidad, ha desaparecido como tal, dejando una estela de intentos fallidos por parte de los gobiernos locales quienes tienen que actuar condicionados por pautas y operativas de financistas nacionales e internacionales, resintiéndose dichas acciones seriamente por ello. En este sentido entonces, la problemática habitacional enraizada en lo local, intenta resolverse con herramientas exógenas siendo este un proceso nada eficaz y que no logra generar una auténtica participación en pos de definiciones reales y posibilitantes. Por otro lado, la perspectiva de la pobreza asume una importancia crucial, ya que los enfoques respecto de la misma condicionan los modos para abordarla, y la tecnología se “somete” a las condiciones de subordinación en función de estos enfoques. En este sentido el binomio Problema-Solución es fundamental. Tal como se piensen los problemas se pensarán las soluciones. La TS piensa el problema como una inadecuación socio técnica y no una inadecuación tecnológica (Fonseca, 2009). Pensar en TS, bajo un nuevo enfoque, supone pensar en procesos de desarrollo tecnológico con intensa participación de actores que colocan con igualdad de fuerza sus valores e intereses en el proceso de toma de decisiones tecnológicas como en la formulación de políticas públicas. Como pensemos el problema vamos a pensar las soluciones. En este tema algunos modelos conceptuales, instalados por pensamientos de prestigio internacional globalizado, que contribuyeron con el recrudecimiento de la pobreza y se relacionaron con la innovación tecnológica fueron la Teoría de la Innovación Tecnológica (TIT: reducción del papel del Estado Productivo) y el Modelo Linear de Innovación (MLI: tecnología empresarial privada, modernización y competitividad) que complementariamente, propiciaron Políticas Científico Tecnológicas que fortalecieron la repercusión nacional de la recentra53
lización estatal, ubicando al país en el estado actual totalitario. La TIT generó el achicamiento de las instituciones y mecanismos estatales de promoción de interacción entre actores, con el fin de atender las necesidades del conjunto de la sociedad y fortalecieron orientaciones y actores de vanguardia (alta tecnología- alto conocimiento científico) que poco respondían a las necesidades reales de la región y su población. El MLI generó la idea de que el conocimiento debía pasar por la empresa privada para beneficiar a la sociedad, aunque en realidad la alta tecnología de la empresa privada poco pudo hacer por la pobreza de la mayoría de la población y el interés empresarial en este sentido, dificultó la participación de otros actores sociales en procesos de decisión del tipo de PCT a construir. (Dagnino, 2007) La privatización y la desnacionalización de la capacidad productiva y sus efectos en términos de desindustrialización, desempleo y aumento de la importación tecnológica son el resultado de la PCT no concordante con la demanda explícita de la sociedad argentina y mucho menos si esta afirmación recae en la sociedad del ámbito local. La PCT se restringe a la idea de que el desarrollo económico se alcanza con los avances de la ciencia y de la tecnología y a partir de ello se genera desarrollo social. Debe corregirse esa idea: el desarrollo económico no alcanza para generar desarrollo social, negación de la teoría del derrame en esta época altamente cuestionada, y es esta la primera verdad que hay que aceptar para producir los cambios necesarios a favor del desarrollo económico con inclusión social (Coraggio, 2004) En este sentido hacer un cuestionamiento de la orientación de la investigación, en este caso en el campo de la Tecnología Social que nos congrega en esta oportunidad, es nuestro deber a partir de evidentes preguntas tales como: qué se investiga, cómo se investiga, a quién le sirve lo que se investiga, qué otras cosas podrían investigarse, qué relación existe entre lo que se investiga en Argentina y lo que ocurre en un mundo globalizado. Además, de qué modo se puede evitar que los investigadores de Argentina sean cooptados por redes internacionales en donde no se tiene posibilidad para imponer agenda. Por eso debemos saber qué papel jugamos nosotros para orientar esa agenda, para que pueda acercarse al abordaje de los problemas locales. Si la PCT en nuestro país es demasiado débil, entonces es imprescindible ponerla en cuestión. Si hay algo que es débil en nuestra 54
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sociedad es el contrato entre la investigación científico tecnológica y la sociedad misma. La pregunta es: ¿Por qué las Políticas Científico Tecnológicas no interactúan con las Políticas de Desarrollo Social específicamente en el marco de esta reflexión, en relación al hábitat cuando el país y la región adolece de déficits socio-habitacionales endémicos? Este modelo se quiere constituir en una respuesta a la demanda de productividad redistributiva, de génesis local, con innovación tecnológica direccionada por necesidades reales y para beneficio de la sociedad en su conjunto, para alcanzar la materialización del derecho reconocido en el uso y la toma de decisiones. La articulación interactoral e intersectorial se presenta como indispensable en la elaboración del modelo, esto significa que los distintos actores sociales deban intervenir activamente en la construcción conceptual y de conocimiento para atender las demandas sociales.
Los ideales detrás de los conceptos El descubrimiento ha sido desde siempre el motor de marcha de la gran aventura intelectual del hombre, a partir del cual la construcción del conocimiento científico y tecnológico ha tomado diversos caminos y estrategias, dando respuestas a innumerables necesidades y conflictos, permitiendo al hombre asentarse en la realidad en un continuo devenir consciente e inconsciente. El conocimiento ha permitido progresos inconmensurables, colocando al hombre en el centro de caos constante que en algunos casos ha evolucionado en una retroalimentación positiva, provocando una posición superadora y en otros casos ha evolucionado en una retroalimentación negativa regresando al punto inicial o peor, a posiciones primitivas con pérdidas extremas (Peyloubet, 2007). Este conocimiento conquistador que permite el control de una buena parte de los dominios del Universo, es el mismo que puede aportar sojuzgamiento a la humanidad. El propio conocimiento es hacedor de poder, de cuya concentración dependen las ventajas o desventajas para la sociedad generando manipulaciones económicas y políticas que dejan librados al azar los destinos del propio conocimiento y de quienes se benefician o no de él. 55
En este sentido cabe pensar, de una vez por todas, que el posicionamiento del conocimiento, ejemplar en algunos casos y maquiavélico en otros, es de alta ambivalencia y que su valor es cero si la construcción del mismo no se realiza complementariamente con su utilidad social. El conocimiento logrado por el hombre ha sido cada vez más especialmente construido, y esa construcción fragmentada por su dominio y especialización ha provocado la disyunción del conocimiento mismo y ha reducido la comprensión de ciertos problemas, que a la luz del pensamiento complejo de hoy solo podrían dilucidarse en un amplio reconocimiento disciplinar. A partir de estas últimas reflexiones resulta necesario abordar la cuestión de la Tecnología Social enraizada en una sociedad, en una cultura y en un tiempo histórico. La cultura define una visión del mundo en una época histórica y en un territorio específico. Por tanto será la propia cultura la que recorte y perciba lo real de la Tecnología Social. Lo que se quiere poner sobre la mesa hoy, es la aparición de nuevas estructuras de pensamiento, producto de una visión compleja de la realidad, alimentada por el pensamiento mutante y mutado que abre una perspectiva integradora al momento de construir el conocimiento vigente en la actualidad. La construcción del conocimiento está teñido entonces de un dinamismo propio de un problema complejo que apuesta a la interacción y al caos para alcanzar un orden superior. Para resumir, el argumento ideológico de la posición que se presenta en este artículo se define en el siguiente razonamiento consciente: Aceptación del paradigma de la complejidad donde se involucran las relaciones sujeto-objeto (intención, interés y posición de quien lleva a cabo la investigación: perspectiva individual de la mirada sobre el objeto), objeto-entorno (consideraciones de las interacciones naturales e inclusive perturbadas del objeto con su entorno que dan por resultado una interpretación con menor grado de incertidumbre, aceptando aún que ella pueda existir: verdad probabilística) y sujeto-contexto (cultura, sociedad y época histórica de la investigación: perspectiva colectiva de la mirada sobre el objeto). A partir de este supuesto se comprenderá entonces el concepto de Tecnología Social, construido a partir de estructuras investigativas 56
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y cognitivas que abordan la problemática desde su inserción en procesos de inclusión social y justicia redistributiva tanto espacial como cultural: el asentamiento de las personas, todas, en la realidad. ¿Cuál realidad? ¿Esta realidad? ¿No satisface? ¿No incluye a todos? La cambiemos. Para ello se debe construir un nuevo marco de análisis conceptual que permita engendrar las transformaciones y un nuevo marco metodológico operacional que permita aplicarlas. En función de lo expresado hasta el momento, como producto de construcciones teóricas intelectuales y construcciones empíricas experimentales, cabe preguntarse cómo es posible producir cambios y trasformaciones en la producción espontánea y planificada de la tecnología. Porque finalmente le elucidación teórica, constituida como expresión retórica, no colabora en nada en la transformación de la calidad de vida de la población. ¿Qué es decididamente lo que permite que se operacionalicen y produzcan las mejoras consabidas? La dialéctica entre la construcción argumentativa y su materialización es imprescindible si se quiere transformar la realidad. Pareciera que el punto crucial se encuentra en la inflexión entre el poder de decisión y la subordinación. Los sectores que justamente no practican el derecho a la expresión son los que no poseen poder, “haciéndoles hablar” finalmente como marionetas. ¿Cuál es entonces la inflexión detonante que confiera a la población “marioneta” el derecho a los cambios, las transformaciones y la mejora de la calidad de vida? Y por otro lado el “derecho a una mejor calidad de vida” ¿qué cosa es en torno a sus verdaderas necesidades y deseos? Tal vez una construcción teórica más del mundo intelectual que se asume libertador de las emancipaciones ajenas (Peyloubet, 2007) En esta presentación se asume que la mejora en la calidad de vida de las poblaciones en general debe ser una construcción colectiva donde se empodera a los que no tienen poder, se escucha a quienes no hablan y a quienes hablan en la lengua del silencio, se generan espacios donde los constructos sociales son cooperativos y solidarios en el marco de complementariedades asumidas, se fomentan espacios de participación igualitaria, se intentan acciones distributivas basadas en la inclusión social y se respetan las condiciones culturales diversas con la convicción profunda de creer que estos son los argumentos básicos para poner en marcha la mencionada calidad de vida. 57
III El conocimiento en el campo de la Tecnología
Qué se entiende por Tecnología La definición de tecnología, en base a la perspectiva hasta aquí planteada, se puede expresar como un sistema interrelacionado de conocimientos, artefactos, destrezas y habilidades, recursos, estimaciones económicas, valores y acuerdos sociales, preferencias culturales y estéticas; puede así sintetizarse como un entramado socio técnico inmerso en un escenario cultural determinado. Por lo tanto, el desarrollo de los procesos tecnológicos, siempre hay que comprenderlos e interpretarlos a partir de un contexto socio-histórico, como un fenómeno sistémico, multidireccional y complejo. Entre los distintos abordajes desarrollados para explicar el aspecto material y a la vez social del fenómeno tecnológico, uno relevante es el que pone el acento en la existencia de sistemas técnicos. Si una técnica puede ser vista como una entidad cultural y un artefacto como una entidad material, un sistema técnico puede ser definido entonces como una unidad compleja formada por las entidades concretas y los agentes humanos que las diseñan, utilizan, transforman, a fin de lograr ciertos objetivos (Quintanilla, 1998). Así, el hablar de sistemas técnicos, o más bien socio técnicos, permite comprender a lo técnico como un complejo de componentes físicos y humanos. Desde este punto de vista, se puede decir que todo grupo social posee una cultura técnica, formada por componentes cognitivos, prácticos y valorativos referidos a sus sistemas técnicos. El componente cognitivo está dado por los conocimientos, creencias y representaciones sobre lo técnico; el componente práctico se refleja en reglas de comportamiento y habilidades operacionales; el componente valorativo, finalmente, incluye los valores, expectativas y preferencias que se consideran deseables para lo técnico (Quintanilla, 1998). El sistema técnico es pues atributo de una cultura técnica, perspectiva que se enmarca dentro de un concepto de tecnología que excede por mucho los aspectos materiales de la misma. 59
En este sentido la tecnología, tal como se la comprende desde una visión holística, supone la articulación entre producto, proceso y gestión, por lo que quedan involucrados, al decir de Bruno Latour (2008), los “actantes” reconociendo en este colectivo conceptual los humanos y los no humanos. De la relación entre cultura y tecnología cabe destacar la idea de cómo la cultura contribuye al desarrollo de capacidades tecnológicas en un contexto particular y viceversa. Esta convergencia entre cultura y tecnología es llamada en la actualidad cultura tecnológica. En este sentido la cultura tecnológica vendría a ser una especie de bisagra que permite comprender tanto las relaciones armoniosas como los juegos de presión a la que una a la otra se somete o estimula. Por ello es necesario comprender la bidireccionalidad de la causalidad en lo que se llama adecuación socio técnica, pudiendo estar vinculadas por un proceso de múltiples influencias. Esta perspectiva conceptual, que explica a la Tecnología, se halla dentro del paradigma constructivista al que se viene adhiriendo a lo largo de toda esta presentación, desde el posicionamiento referido a la universidad en su rol de hacedora de conocimientos como así también vinculada a paradigmas cognitivos alternativos hasta las formas de conversación- como entidades cuasi metodológicas- posibilitantes de una construcción de conocimientos colectivos y cooperativos. Una cultura tecnológica en este sentido pretende crear unas condiciones positivas para asimilar, adoptar y usar tecnología y crearlas; a la vez que facilita el desarrollo de capacidades tecnológicas. En una cultura particular, el componente tecnológico juega un rol importante; el asunto es cómo hacer compatibles los valores tradicionales de la cultura y los valores de la tecnología. Desde este punto de vista el enfoque constructivista se asienta sobre la oposición al determinismo tecnológico y la neutralidad de la tecnología, dando por hecho la cualidad social y política de la tecnología.
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La Tecnología y su tríada argumental El concepto de Tecnología, que se presenta aquí, articula tres argumentos distinguibles a nivel analítico (es decir, son elementos distinguibles desde un punto de vista académico, pero no presentan diferencias sustanciales en el acontecer práctico): tecnología producto, tecnología proceso y tecnología gestión (Dagnino, 2010). El primer sentido que emerge de esa distinción analítica son los diferentes anclajes en la realidad que cada uno supone, donde el producto advierte sobre lo artefactual, el proceso refiere a la trama de relaciones interactorales en las que se produce conocimiento y la gestión aborda las interrelaciones que se generan entre las organizaciones, sus instituciones y sus ideologías. El concepto de tecnología puede ser asumido desde una polisemia de significaciones. Lo que interesa en esta propuesta académica es recuperar, para la Tecnología, los espacios que permiten comprenderla en un sentido amplio que excede la materialidad, es decir la Tecnología producto. En este sentido la Tecnología advierte también sobre los procesos tecnológicos en torno a los recursos, tanto materiales como humanos, la perspectiva ambiental, en relación a la capacidad de soporte del planeta, los perfiles productivos, considerando los atributos culturales del sitio, el conocimiento dispuesto, tanto sea académico como experimental, la economía que dinamiza, en función de monopolios comerciales o no, el desarrollo que promueve, en términos de modelos incluyentes o excluyentes, y la política intrínseca de toda esta red de selección de atributos que manifiesta una definida ideología en torno a valores y ética. La gestión tecnológica se comprende como la articulación de actores y sectores en torno a un entramado de decisiones donde los poderes sectoriales se ponen en juego y dirimen de manera democrática o no la promoción, instalación y ejecución de un tipo de tecnología u otra, consolidando una matriz productiva de dependencia o emancipación. De esta manera la Tecnología queda expuesta en la totalidad de su significación pudiéndose reconocer en ella un complejo sistema de relaciones que son indispensables de considerar al momento de seleccionar una u otra, conscientes de la afiliación que eso representa. 61
El modelo de desarrollo y su gestión tecnológica Existe una relación íntima entre el estilo de desarrollo y los estilos científico tecnológicos, pudiendo de esta manera transparentar la evidente relación no neutral entre ciencia, tecnología y desarrollo. Cabe preguntarse entonces por el modelo de desarrollo vigente que, de manera inexorable, nos conduce a la extinción de la vida sino a todos, por lo menos a algunos. Para ello pensar en la selección de una tecnología situada territorialmente, socialmente y culturalmente es una parte sustantiva de una búsqueda que nos debemos, como una oportunidad para encontrar otro modelo de desarrollo, basado en un enfoque sustentable social, ambiental y económicamente. Desde la universidad estamos obligados a colaborar con esta búsqueda. Oscar Varsavsky (2012) planteaba ya en la década del 60, la promoción de una sociedad basada en otro estilo de desarrollo y por lo tanto en otro estilo de ciencia y tecnología; es decir su propuesta suponía un cambio en el sistema de orden socio político que transformaría el modelo de desarrollo actual. En el mismo sentido Sábato y Herrera (en Varsavsky, 2012) en coincidencia con esta postura, sostenían que la tecnología podía definir la cultura y tal como un código genético, podía transmitir un sistema de valores que, en los casos de ser exógena, perpetuaba un orden de dependencia tecnológica que superaba de manera mucho más vasta los simples alcances de lo estrictamente económico. Por ello se declaraba el riesgo de emular modelos de desarrollo globales que no compartían valores arraigados en la cultura. Importar culturas tecnológicas e implementarlas daba por hecho una subalternización que no era fácil de explicar sino a partir de modelos capitalistas que beneficiaban a los actores de poder en el escenario geopolítico del momento. A partir de este análisis y a la luz de las reflexiones que vinculaban el desarrollo con la tecnología, sería de superlativa importancia revisar y reconocer la perspectiva de desarrollo a la cual uno se afilia como individuo o sociedad, para dar paso a una selección tecnológica consciente y mejor aún a un desarrollo de tecnología apropiada. Amilcar Herrera planteaba también, por aquella época, la necesidad de que los países en desarrollo recuperaran la tecnología como parte del acervo cultural, legitimando con ella los valores y aspiracio62
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nes de la comunidad, buscando sin complejos las soluciones que le fueran propias. Los estilos tecnológicos entonces se vislumbran como modos de organización endógenos posibilitantes de una independencia cultural y tecnológica. Así mismo, como lo señala Escobar (2006), las estrategias de tales organizaciones, en defensa del ser cultural, aseguran la valoración de necesidades y oportunidades que no estrictamente son del orden de ganancias en el mercado. Hablar de desarrollo supone entonces una experiencia históricamente singular que representan el pensamiento y la acción situada que definen tres ejes fundamentales: las formas de conocimiento, el sistema de poder y los discursos subjetivos que nos permiten reconocernos en nuestros estilos de desarrollo. En este sentido, pocos han abordado la deconstrucción del meta relato que supone el desarrollo. Confrontar la idea vigente y hegemónica de desarrollo es de vital importancia porque en ello se juegan la autonomía, la cultura, las bases productivas y la visión del mundo de una determinada comunidad. La dificultad de incorporar estas demandas cognitivas a la agenda universitaria es evidente. Clamar por una sociedad del conocimiento situada en la heredad del pueblo se hace necesario pero para ello debemos aceptar la necesidad de revisar el orden global y su institucionalidad impuesta a partir del saber propio de la modernidad academicista de un alto reduccionismo ontológico. La sociedad que tenemos que ayudar a construir tendrá que ser intensiva en conocimiento. Pero no sólo del conocimiento que la ciencia moderna construyó para sus fines. Esta emulación cognitiva está llevando a una creciente inequidad e insustentabilidad. Para revertir esta situación se debe modificar la base cognitiva de las políticas públicas educativas intentando vincular el conocimiento a los problemas locales, emanados de constructos colectivos y participativos que representen, con legitimidad, los valores y expectativas de las comunidades, la población.
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La Tecnología como propuesta axiológica De manera general, se puede decir que en las facultades de arquitectura, la tecnología se desempeña como un área de conocimientos que se vinculan con la materialidad proyectual y sus posibilidades instrumentales; es decir, la tecnología se asume desde la perspectiva de tecnología producto explicitada anteriormente. La prioridad que emerge para su enseñanza se asienta en las cuestiones constructivas específicas y su problemática tangible. Las cuestiones relacionadas con la calidad de proceso y la calidad de gestión son escasamente consideradas y en la mayoría de los casos estos aspectos son percibidos como externalidades que quedan fuera de la órbita decisional de los arquitectos, bajo un enfoque reduccionista epistémico, que no solo no contribuye a la formación de estudiantes universitarios insertos en sistemas públicos de compromiso social, sino que no contribuye tampoco a la labor propia del arquitecto en su rol de diseñador y constructor, sensible y responsable. La propuesta que en esta ocasión se realiza para el abordaje de la Tecnología pretende revitalizar el rol del arquitecto en su capacidad de ciudadano inserto en un contexto social, histórico y cultural que requiere de profesionales y académicos- desafío universitario- dispuestos a disolver la idea de la neutralidad tecnológica basada en la objetividad y universalidad de la misma, en una perspectiva ingenua no por ello menos culpable. La omisión de una revisión compleja de la Tecnología, a partir del marco explicado, en el proceso proyectual del diseño es obsecuente e irresponsable ya que obstaculiza la posibilidad de revertir los muchos daños que una visión tecnológica simplista ha generado como, de la misma manera, desaprovecha la oportunidad de ser motor de marcha de cambios necesarios y transformaciones profundas en el orden de la calidad de vida de las personas. Por lo dicho se deduce que el relato construido hasta el momento respecto de la Tecnología pretende reconocer su complejidad y, desde una perspectiva reflexiva crítica, intervenir para operacionalizar tecnología del orden técnico específico y su concomitante orden político, social, cultural, económico y ambiental. Perspectiva que coloca al concepto en una versión sistémica compleja (Morin, 1998).
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Paranacito hizo el camino. Y toca la piel del cielo, la lluvia y el agua. Hombres peces verdes azulados de bondad infinita.
Concordia camina alto. Es honra y destino. Navegantes de sueños de agua y de madera.
IV Otra Tecnología para revitalizar dinámicas de cambio
La experiencia tecnológica como inspiración de las ideas La Tecnología tal como se ha presentado hasta el momento en este libro supone un desafío, se convierte en un instrumento que procura transformar no sólo el mundo de la materialidad sino, y de manera superlativa, el mundo de las relaciones humanas y no humanas, sus posibilidades y habilitaciones. La Tecnología asumida desde ese lugar es generadora de espacios donde la creatividad y la libertad son promotoras de un nuevo Hábitat, donde puedan existir valores que construyan una sociedad sana, que privilegie la calidad de vida de los que formamos parte de ella en una constitución consciente de comunidad; un medio ambiente cuidado y respetado, en una composición armoniosa con la naturaleza y en el marco de una visión integradora de actores humanos y no humanos sin privilegios; una economía solidaria y generosa, que suponga una renta distribuida basada en decisiones asociativas, que permitan la complementariedad productiva a escalas posibles que no impacten negativamente sobre el capital natural y social de los territorios. Esta Tecnología, que desafía la realidad y la interpela, no es la que se viene manifestando actualmente en nuestras producciones humanas que, de manera insostenible, plantean producciones maximizadas, con arrebatos a la naturaleza, los territorios y las culturas en un contexto de desprecio e irresponsabilidad que ya no puede continuar. En el marco de este contexto, se ha asumido que es necesaria una transformación pronta, y la propuesta que hasta aquí se hace parte de la Tecnología como una excusa; una excusa para ponernos entre todos a conversar acerca de cómo las personas deberíamos efectuar el asentamiento sobre los territorios sin causar los problemas que venimos acumulando sin ninguna culpa, interpelando de esta manera el actual gesto soberbio de humanización de una naturaleza expuesta y la promoción de una distorsionada calidad de vida que solo alcanza para una elite. 67
¿Por qué investigamos? Investigamos para conocer. Tratamos de conocer de una manera distinta, a través de la experiencia sentida, conociendo en “bruto”, sin edición. Buscamos nuevas formas de conocer-comprender el mundo, luego ¿Qué hacemos con eso que conocemos? El intento de conocer de otra manera, bajo otras condiciones tales como el respeto a la diversidad de los que participamos, el control de nuestra propia noción de verdad para pensar y reconocer la verdad del otro, el asumir y valorar nuestros modos de vida distintos, propone la modificación de nuestras circunstancias, de nuestras vidas, produciendo de manera inexorable transformaciones en nuestros mundos, pero ¿Esa construcción orgánica y cooperativa cambia algo más allá de nuestras vidas? Entonces podemos preguntarnos ¿Cuál es el alcance de nuestra investigación-experiencia realmente? Y por otro lado ¿Cuál es la expectativa o el deseo de dicho alcance? En términos netamente investigativos, podríamos decir que nuestra forma de conocer, tal como ha quedado descripta brevemente se enmarca en la conocida Investigación-Acción-Participativa. Esto nos proyecta a formular colectivamente soluciones a problemas planteados entre nosotros y los “otros”. Pero, en el marco de la experiencia que intenta hacerlo “entre todos”, el proceso investigativo puede no quedar expuesto claramente, visibilizado, y se manifiesta entonces otro interrogante ¿Todos los que participamos somos conscientes de esta propuesta investigativa? ¿Todos los que participamos de los procesos que intentan producir esta Tecnología, con nuevos atributos, construyen sentido en la investigación? Seguramente no siempre. Lo importante, de esta manera, es que la Tecnología no sea considerada sólo producto de la investigación sino que pueda ser co-construida a partir de saberes plurales y de una construcción de sentidos diversos que contempla a la investigación entre otros muchos sentidos. Igualmente la propuesta investigativa que hacemos, para iniciar el proceso que construye la experiencia tecnológica, suele ser la excusa que cambia la historia de todos nosotros. Historia que queda intervenida por un gesto de confraternidad que dice que es posible intentar este otro modo de conocer, hacer y sentir. El relato comienza entonces a proveer de una narrativa colaborativa, que materializándose en la experiencia, propone de manera consciente una “otra” Tecnología. 68
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Estas experiencias de investigación, que intervienen la vida, podrían caracterizarse con las siguientes búsquedas: i. contribuir a procesos de cambio social a partir de una comprensión colectiva y una hacer cooperativo, i. promover la participación en una práctica colaborativa donde los aportes diversos sean valorados de manera igualitaria, i. generar instancias de emancipación cognitiva, entendida como autonomías e independencias decisorias, i. provocar diálogos y comunicaciones asequibles para la elaboración de críticas y reflexiones que permitan transformar la propia práctica colaborativa y contribuir a la teoría como un mecanismo de retroalimentación estilizado, i. procurar acuerdos y consensos no forzados entre los participantes de la experiencia, de modo que la libertad permanezca siempre vigente. Intentamos, a través de estas búsquedas, hacer de la Tecnología el instrumento de transformación que permita cambiar tanto la práctica del juego como las reglas del mismo. A continuación se presentarán cuatro experiencias de investigación, que vengo desarrollando junto a mis compañeros de investigación de CIECS y junto a otros compañeros que forman parte del claustro de expertos locales, que no siempre investigan, pero que construyen sentidos insertos en el proceso que provoca la experiencia, que por lo tanto co-construyen el conocimiento tecnológico, en el marco de la tríada conceptual de la que se viene hablando en esta publicación: tecnología producto, tecnología proceso y tecnología gestión. Procuraré poner en evidencia las prácticas, las reflexiones y los sentires de estas cuatro experiencias que forman parte de la vida de todos los que las transitamos. Aunque soy consciente de que hoy la estoy escribiendo yo. No me hace dueña de la historia, pero sí de estas palabras cuyo impulso sobrepasan la necesidad de verdad para ser, en todo caso, parte de una utopía movilizadora. Con su permiso, va mi relato.
Experiencia uno: Paranacito hizo el camino Corría el año 1998 en Argentina. Se habían producido copiosas lluvias sobre todo el litoral sudamericano, generando enormes inundaciones en la región mesopotámica de nuestro país. Las pérdidas eran múltiples, los territorios quedaron diezmados y la población inserta en una precariedad pocas veces vista. Para aquel entonces yo 69
era una joven becaria de Conicet, y estaba iniciándome en el mundo de la investigación, conociéndolo y comenzándolo a amar. Las inundaciones dejaron sus profundas huellas. La rehabilitación de la región se convirtió en una prioridad nacional. Al centro de investigación, donde yo trabajaba como becaria, lo convocaron para ser parte sustancial de la recuperación. El centro desarrollaba tecnología para vivienda. Vivienda era la respuesta posible de ese centro. Formando parte como joven de equipos grandes de investigación procuramos dar respuesta a lo que se comprendió como problema. Se habían inundado las casas, se habían perdido viviendas, las familias debían regresar a sus hogares o materializar los nuevos y para ello había que construir nuevas viviendas. Esta acción traccionaba también la generación de un empleo derivado de la obra pública que financiaría planes habitacionales a raíz de las inundaciones; se resolvían sinérgicamente ambos problemas: déficit habitacional como producto de las inundaciones y empleo como promotor del reasentamiento de las familias en sus territorios. La solución tecnológica propuso como producto, una vivienda tradicional de mampostería complementada con un sistema estructural de acero. Todos los productos llevados desde Córdoba y Buenos Aires hacia el Litoral. Las viviendas llegaron, el empleo se reactivó y las ganancias por insumo quedaron mayoritariamente fuera de la región que se quería dinamizar. Luego, en una propuesta más alentadora, se diseñó un nuevo producto-casa que conservó el sistema estructural de acero, llevado desde Córdoba, pero complementado ahora con envolventes hechas con paneles de madera de fabricación local. Bajo esta nueva medida, parecía que se incrementaría el empleo. Pero no fue así. Apareció la producción prefabricada de paneles de madera en el marco de la autoconstrucción, no asumiendo la posibilidad de pago por trabajo a las familias damnificadas. Quedó revelada allí la idiosincrasia de la autoconstrucción, una trampa no resuelta todavía cuando se trata de estrategias públicas. Pero a pesar de todo, se había comenzado a pensar levemente en dinamizar la economía de la región, apalancando la producción forestal, en esa zona y para esa época, se consolidaba en Argentina. Lamentablemente, siguiendo con el listado de lecciones aprendidas a partir de las decisiones unilaterales de los expertos investigadores de Conicet, la madera que se usó en esta segunda experiencia no fue local, es decir, se trasladó Pino Elliotti 70
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desde la provincia de Misiones hasta la provincia de Entre Ríos, desestimando la producción forestal local del Álamo, con características muy apetecibles para la construcción, pero poco incentivada en ese rubro. Finalmente, por el año 2006, llegó una tercera experiencia, siempre la tercera parece la vencida. El largo trabajo realizado durante esos años en el marco del equipo de investigación del que participaba, me permitió conocer el territorio y su comunidad, como también comprender las prácticas productivas, su perfil inserto en la región y sus relatos mas sentidos de hombres peces que comparten su tierra junto al agua que los asalta, de vez en vez, sobrepasando sus costas y tomando sus calles. Reconocí sus sabores, sus olores y sus deseos de gente de río orgullosos. Reconocí sus saberes. Un conocer de este tipo interpelaba la expertiz del que todo lo sabe por ser erudito y académico. Aparecía en mi experiencia la conciencia sólida de un saber nunca considerad ni puesto en valor. Desde aquel momento, y solo desde aquel momento, comencé a transitar un nuevo camino. Camino en el que, de manera personal y como parte de mi acervo investigativo aprendido, me propuse refundar para mi propia existencia, los modos de investigar, los modos de conocer y los modos de involucrarme en la historia de los lugares y su gente. Historia que, de seguro, iba a cambiar a partir de la experiencia que transitaríamos más tarde todos juntos en el marco de la nueva propuesta tecnológica co-construida. La nueva propuesta tecnológica se enmarcó en una visión ampliada. El problema se fue construyendo con las voces de los expertos; expertos ahora considerados a todos aquellos que sufrían el problema. Nadie más experto. Primera deconstrucción paradigmática. El conocimiento no es sólo el académico. El saber anida en las experiencias de vida cotidiana que se convierten en sentido común, que apelan a la memoria y lo aprendido en el trayecto del vivir. Saber académico y no académico se legitiman mutuamente en el intento por conocer el problema y su posible solución. Binomio problema solución. Segundo ajuste del paradigma en esta experiencia. Según como se perciba el problema, y con qué elementos se cargue la “mochila de la historia”, será construida la solución. En la convención académica, este derecho, casi siempre es reservado para el experto investigador que proviene de las universidades. Son ellos quienes definen el problema 71
y a partir de esta definición, son ellos también los que producen la solución. Transferencias tecnológicas. En nuestro querido caso atípico de Villa Paranacito, tercer intento investigativo, el problema se construyó entre todos los actores participantes que fueron testigo de las inundaciones donde este relato comenzó. Los productores forestales de la región, la municipalidad, la escuela técnica con sus carpinteros y los aserraderos, junto a nuestro nuevo equipo de investigación renovado en sus modos de conocer y comprender. Nos preparamos para iniciar un proceso de desarrollo tecnológico colectivo y colaborativo, donde el producto sería el resultado de un saber mixto entre productores forestales, que aportarían su saber en términos de posibilidades productivas, esto es secciones y longitudes, escala de crecimiento y magnitud de producción en la carga del territorio; los aserraderos a partir de la capacidad instalada en función de la infraestructura local y el acervo práctico de su perfil productivo; la escuela técnica como escenario ideal para el desarrollo de una tecnología asentada en el potencial maderable de la zona, junto al saber carpinteril forjado en la experiencia del oficio y el saber formalizado en la especificidad de la formación técnica de la propia escuela, que ofrecía una experiencia consagrada en su trayectoria de años; la municipalidad concebida desde su rol público como guardianes del bien común, comprendido esto desde la perspectiva de dinamizadores de la economía, la redistribución de la renta y la producción de hábitat bajo cánones que aseguren calidad de vida en la comunidad; y con nosotros los nuevos “otros” que, no siendo locales, nos metíamos en la historia de la resolución del problema en un intento por hacer bajo otros modos, constituyéndose esa experiencia en la primera para mi, que planteaba una lucha por desmantelar las jerarquías cognitivas y promover una integración de saberes asentados en vidas diferentes. Así se materializó el saber mixto, contado y compartido desde las diversidades cognitivas, en un intento por horizontalizar su valor y ponerlo a disposición de una resolución co-construida. El Paradigma de la Co-construcción hecha sus raíces en esta primera historia que les cuento. Y además, quiero considerar en este momento todos los eventos que no iluminaron la experiencia de los cuales pudimos aprender también, en la extravagante lucha contra hegemónica que nos planteamos. Desarrollamos allí una tecnología producto que dio a luz un sistema constructivo para vivienda hecho totalmente en madera 72
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de Álamo, a partir de los recursos de la región, respetando la matriz productiva de los productores locales, con el fin de no atomizar sus productos estrellas que ya tenía por lo menos un pequeño mercado. La intención, en este sentido, fue diversificar el uso de los productos maderables que ya ofrecían los productores los que, islas adentro, habían logrado estrategias de manejo (corte y traslado de los rollizos a borde del canal para ser embarcados hacia el centro urbano donde recibían la transformación final en tablas que no superaban los 2.10 mts. de largo ni las 2” x 8” de sección máxima). Desafío productivo que, en el diseño, trasladamos a la altura de los paneles y a los componentes para techo que debían habilitar espacios de por lo menos 3.00 mts. lo que significó adherirnos a las estructuras reticuladas para dar respuesta a estos desafíos. La propuesta tecnológica de proceso aprendió mucho en esta experiencia. El trabajo nos encontraba siempre amigos. La confianza y los afectos eran moneda de cambio en nuestras reuniones. El saber compartido, en frecuencia de iguales, era un gesto siempre instalado en nuestra relación. Los errores eran virtudes del aprendizaje y los logros celebraciones para un gran esfuerzo sentido entre todos. Allí empezamos a descubrir una nueva dimensión en la relación de los expertos. Expertos que ya éramos todos. Circulando entre nuestro medio una versión cognitiva de escuchas y relatos que daban lugar a las pruebas, a los diálogos, a los desacuerdos peleados y los consensos no forzados. Este modo de producir conversaba en una intimidad sorprendente. Todos colaborábamos en este hacer, pensar y sentir. Las relaciones se volvieron de pares, colegas, en un amasado de diversos concediendo paso al saber del otro. Era el preludio de lo que más tarde llamaríamos Co-construcción con seguridad. La gestión de esta tecnología fue liderada por múltiples actores. Según el momento, la fase o el ciclo. La municipalidad gestora de la intervención en la comunidad, articulaba las necesidades habitacionales de los vecinos con la aspiración de trabajo local en un esquema algo jerárquico que se rompía, de vez en cuando, con algún gesto más encantador. El Municipio presente, promotor de un recurso local que procuraba dinamizar la demanda forestal junto a la respuesta consabida de vivienda nueva para las familias más vulnerables. A pesar de su rol jerárquico y notablemente típico, este municipio abría sus feriados y noches a los vecinos que tocaban la puerta y su intento de 73
escuchar, hablaba de una visión un poco más allá de la apuesta por un voto. Las decisiones tomadas a lo largo de la experiencia, en esta nueva forma de desarrollar tecnología, encontró a otros actores pulseando sus voluntades. La política local reconoció los liderazgos naturales forjados durante este proceso y reconvirtió las capacidades técnicas específicas en capacidades políticas. Maestros carpinteros comenzaron a formar parte de las decisiones para la comunidad, convertidos en secretarios de obra pública y concejales. La municipalidad, natural gestora política de la comunidad, reinventó su propuesta y abrió puertas de una carpintería municipal para la producción de componentes en madera para viviendas, generando una opción de empleo público y una futura fábrica que promovería un Estado productor. Esta línea no se mantuvo en el tiempo, lamentablemente, pero la intención y la esperanza del posible proyecto productivo se sostuvieron por un largo trayecto. Y hoy, a más de diez años de esas primeras acciones, reaparece la idea convertida en nuevas alianzas entre escuela técnica y cooperativa de productores forestales. Otra ruptura en el paradigma: las decisiones compartidas; la aparición de nuevos roles, el enroque de la institucionalidad de los actores en virtud de sus desempeños e ideologías. Una nueva manera de pensar la gestión tecnológica desde una visión colectiva donde lo comunitario comenzaba a hacerse visible desde un lugar preponderante. El sistema constructivo Villa Paranacito obtuvo su Certificación de Aptitud Técnica quedando en manos del Municipio la propiedad del mismo. Situación que nos enseñó a tomar otros caminos en próximas experiencias, ya que el municipio no pudo sostener este logro posiblemente por un cambio de interés e ideología. Fue así que nuestra reflexión nos llevó a otra propuesta en el marco de las decisiones y gestiones tecnológicas, afiliándonos a la concertación de propiedades colectivas en consorcio público-privado. Eso lo aprendimos de esta experiencia y lo ajustamos para próximas, que ya se contarán. Paranacito fue la primera de mis experiencias sentidas con el corazón que logró ordenar mi razón. La investigación tecnológica, en el marco de la tríada conceptual producto, proceso y gestión, empezaba a tomar otra dirección y en ese sentido comencé a generar una contrapropuesta a las mentadas transferencias tecnológicas que venían insertas en programas de cooperación internacional y dentro de 74
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constructos referidos a tecnología apropiada. Acciones que para mi significaban dádivas generosas, filantropía y fortalecían la imposición del conocimiento de la modernidad, del desarrollo, sobre la barbarie y el subdesarrollo. Toda cuestión que seguía colonizando los saberes “otros” que, en mi opinión, debían ser puestos en valor otorgándoles el rango epistémico merecido por ser creativos y sobrevivientes a siglos en la oscuridad. Me refiero al saber que da la vida en su trayecto, que genera oficios, conocimientos naturales, iluminan las decisiones, interpelan el alma y construyen materialidades sabias. Mi disputa con las transferencias desembarcó en Villa Paranacito y luego se dirigió hacia Concordia. Además abandoné el centro de investigación dedicado a vivienda, con el sólo propósito de liberarme esa reducida mirada viviendista y de expertos.
Experiencia dos: Concordia camina alto Corría el año 2010 en Argentina. Las inundaciones ya no eran el problema de la región del litoral. Aunque había habido otras muchas, ninguna de la envergadura de la del ´98. El litoral se alzaba como el gran gigante forestal de nuestro país. Los productores regionales habían comprendido claramente que la madera era un recurso que debía considerarse y que tal como otros recursos debía promoverse. La decisión de producir árboles debatía con la idea de usar el árbol. La composición ideológica de preservar el bosque nativo, regalado por la madre tierra, era un bien insoslayable. La madera como material era un bien de producción humana y debía comprender lo que esta producción impactaba. Bajo esta perspectiva la seductora idea de usar lo que la naturaleza provee quedo convertida en el concepto de abuso, y el llamado fue a considerar qué tipo de producción es posible en el marco del menor impacto. Las producciones humanas siempre impactan en el territorio. No es posible pensarlo en otros términos, salvo que comencemos a pensar en por lo menos disminuir los impactos. La experiencia en Concordia nos hizo algunas promesas al respecto. Llegamos a Concordia de la mano del intendente. Para aquel entonces ya no era una joven becaria. Era mayor en mi vida, había madurado algunas cuestiones y era investigadora del Conicet. Había pasado la puerta, que en aquel tiempo ya era estrecha y ni hablar de lo que es ahora, y las posibilidades de que me escuchen habían aumentado. 75
Era otra oportunidad para repensar los modos de investigar, que habían sido mi desvelo años atrás, pero ahora se sumaba la convicción de la utilidad social de la investigación de manera fuerte y visible. La utilidad de la investigación inserta en una región específica y en un contexto nacional de características errantes, procurando colaborar en una necesaria transformación. La experiencia de Villa Paranacito se había vuelto visible. El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva la había colocado como caso modelo. Había un avance en los supuestos investigativos y por sobre todas las cosas, había una potencia mucho mayor en mi corazón por instalar esta otra versión de investigación en el campo de la ciencia y la tecnología. Contábamos con el apoyo de la experiencia que para Paranacito había sido una pincelada de esperanza. Paranacito mismo hizo el contacto con Concordia. Concordia nos llama porque Paranacito le había contado esta historia de esperanza, y en su relato había nombrado la existencia del recurso forestal, la problemática del hábitat, el sinsabor del desempleo junto a una mirada todavía despierta, y entonces se sintieron así hermanos. Y la historia se trasladó a Concordia. El municipio, en el inicio de esta experiencia, fue sólido y se presentó como un buen guardián del bien común. La producción forestal se promovía como una actividad incipiente para la región, podía generar trabajo autónomo en una cadena productiva donde se intentaban instalar nichos de valor bajo un sistema de renta distribuida. El diseño de un sistema constructivo de madera otra vez se ponía en el frente y peleaba, desde larga data, las autonomías laborales y productivas como un asunto local de interés municipal. Municipalidad y productores en sus diversas fases aliados para un mejor desempeño de las capacidades productivas regionales. Productores forestales, aserraderos y carpinteros insertos en una lógica complementaria de producción. Pero no era feliz todo al momento. Las disputas entre las partes se hacían sentir. Las economías más poderosas procuraban digitalizar decisiones sin mediar con las pequeñas. La historia de siempre. El asunto en esta experiencia es que allí estaba el municipio para equilibrar estas disputas y aunque no todo fue posible, dichas disputas terminaron por fortalecer, de alguna manera, a las economías pequeñas, haciéndolas más visibles y ganando espacios de interlocución. La política en tiempos de campaña deja malos recuerdos. 76
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La tecnología gestión, impulsada por el municipio como actor de decisiones, fue derivando a un espacio más colectivo donde la información circulaba de manera más clara. En este intento por desactivar las hegemónicas maneras de hacer, gestión del poder, se avanzaron casilleros, pocos pero se avanzaron. Apareció en el tapete el acervo productivo y cultural de un grupo de carpinteros locales organizados como Asociación, con quienes trabajamos de manera fraterna durante toda la experiencia y fueron con quienes llevamos adelante el cambio de la historia, no dicho de manera grandilocuente, sino haciendo referencia a la historia pequeña de nuestras vidas, la de todos, y a la historia de la producción pequeña inserta en el círculo de las decisiones grandes. Todo esto sin soberbia y sin cambio de valores. Los carpinteros, los mismos del inicio a hoy, sólo en una posición mucho más iluminada. La tecnología producto nos encomendó al Eucalyptus Grandis. En un contexto productivo, derivado del mercado y los negocios, Concordia producía para el país tablas para pallets y encofrados. Destinos un tanto menores para una madera de tan alta belleza y prestigiosa mecánica. Las producciones forestales en Argentina se asientan sobre especies exógenas implantadas, principalmente a partir de la década del 80 donde se promulga la Ley 25080 que promovía la forestación sobre tierras “improductivas”, llámese no ganado , no agricultura. La industria maderera en nuestro país tuvo un comienzo poco pensado, y aunque la Ley mencionada aparece como una gran idea, lo cierto es que no hubo una planificación general y sustentable por parte del Estado en este sentido y la producción se hizo al parecer del inversor. Bajo este contexto se hicieron algunos líos y lo que podría haber sido productivamente bueno y ambientalmente cuidado, se convirtió en muchos casos en una depredación imperdonable. No obstante así, y en una Concordia inserta en una región principalmente forestal, comenzamos a transitar la producción hacia el lugar menos malo. Descubrimos que la producción forestal de la zona tenía en sus filas a múltiples productores, que en la mayoría de los casos se trataba de producciones familiares o de inversión a escala pequeña, que movían una economía más doméstica, y que en algunas ocasiones se mixturaban con ganado. Los aserraderos eran también muy diversos en tamaño y capacidad de producción y generaban un 77
empleo nada despreciable. El problema recurrente en todos los casos era el aserrín de la madera que no encontraba un nicho productivo favorable y que en algunos casos se quemaba, generando multas por parte del municipio ante esta defraudación ambiental. Aparece en escena una gran corporación de capitales mixtos que está en Argentina asentada bien precisamente en Concordia. Una fábrica de gran tamaño de placas y subproductos de la madera, con una inversión en maquinaria e infraestructura bien consolidada, en un mercado cuyos atributos promueve la vida de los grandes capitales empresariales, claro está. El aserrín pasa a ser residuo de aserraderos con valor monetario negativo y para la gran empresa vedette pasa a ser el principal insumo para la producción de sus placas, con envío a todos puntos del país y el exterior con magnífica ganancia. Gran negocio para algunos y tranquilidad en el sueño para otros. Mientras unos crecen aceleradamente sin ninguna discusión ética, otros sólo pueden dormir mejor sin presiones ni multas. Todas estas cosas fuimos aprendiendo al transitar el territorio y comenzar a compartir con la comunidad. La percepción desde el municipio al respecto, no era esta. El municipio generaba alianzas con la gran empresa en vistas del empleo local que generaba, pero no podía advertir la construcción conceptual del abuso económico que se generaba en la negociación de los residuos de la madera como el aserrín. Esta parte del relato tiene la lucha en el campo de las ideas que parece que nunca llegan a la realidad, tocando la tierra y su gente, y se pierde en enormes discusiones de congresos y seminarios de la elite universitaria. Teníamos frente a nuestra nariz la impronta del abuso del capital sobrevalorado en relación al trabajo y los efectos de los sectores poderosos negociando con los que no lo son. Concordia trajo esa reflexión. Que no fue neutral, tiñó sin dudas las siguientes decisiones del grupo que intentaba pararse desde una tecnología más democrática y concertada. Así mismo se fue construyendo el argumento del porqué trabajar con la madera, a pesar de nuestra conciencia ambiental, en tanto la atraviesa la producción humana que no puede declinar sino tan solo volverse menos impactante; y eso sí fue parte de nuestras búsquedas. Ser menos impactantes ambientalmente, apalancar las economías vulnerables, promover formas de producción asociativas y cooperativas, alertar acerca de la distribución justa de la rentabilidad 78
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productiva en toda su cadena de valor, co-diseñar un producto de propiedad colectiva abriendo cajas negras y desjerarquizar los saberes académicos frente a los saberes técnicos y otros, con la convicción profunda que una vida basada en estas prerrogativas sólo podría co-construir un hábitat mejor. La co-construcción se fue consolidando en esta nueva experiencia concordiense. Los carpinteros se convirtieron en nuestros principales socios de la aventura, junto al municipio que en una primera instancia se posicionó fuerte y luego fue desarmándose. Allí tuvimos una nueva lección por aprender. El Estado Municipal como tal no es un abstracto y sus impulsos quedan totalmente ligados a las personas que lo representan en cada ciclo. Esta experiencia tecnológica en Concordia quedó atravesada por dos gestiones de gobierno. Ambos de la misma agrupación partidaria, sin embargo muy diferentes en su concepción productiva definida por su acervo asociativo y cooperativista. Múltiples encuentros tecnológicos en el taller. Matrices armadas y desarmadas. Componentes prefabricados en un sistema estandarizado. Simulaciones montadas y desmontadas. Nuevos instrumentos de precisión inventados por el saber consolidado de cada participante, nosotros y ellos, aprovechando el anclaje cognitivo de la experiencia concebida colectivamente. La tecnología producto trajo consigo una Certificación de Aptitud Técnica. La propiedad de esta Certificación quedó en esta ocasión a nombre de la Asociación de Carpinteros junto al Municipio. Gestión asociada para obtener la propiedad de un bien que, convertido en servicio, podía generar ganancia. Ganancia que al Municipio le podría dejar planes habitacionales para su comunidad subsidiados por el Estado Nacional y generación de empleo a través de la obra pública, así mismo la tracción de un recurso productivo local que también desencadenaba empleo e ingresos locales. Ganancia que a la Asociación le podía dejar la producción de componentes y la construcción de vivienda puesta en el mercado privado como en la demanda pública de los planes habitacionales mencionados. Pero esencialmente una ganancia que no quedó limitada al capital monetario sino al capital social y cognitivo de aquellos carpinteros que, superando toda visión convencional del saber técnico estigmatizado como “de segunda”, fueron parte de una nueva historia que, con valor y mucho esfuerzo, se fue escribiendo en Concordia y relató el 79
nacimiento de procesos productivos con sabor a iguales y cantó con voces claras la inesperada odisea de un devenir expectante opositor a la injusticia. La tecnología ya en este caso se mutó a política, y cambió la vida de todos los que pudimos seguirla. Los carpinteros de la Asociación siguieron escribiendo la historia y junto a nosotros, para este entonces ya amigos inseparables, empezamos a recorrer caminos no planificados que fueron presentándose en el artilugio de los vínculos. Otro capital de los carpinteros. Nada quietos, nada callados, esgrimiendo orgullosos toda su experiencia. Producción y construcción de un salón de usos múltiples para un barrio de Concordia, producción y construcción de viviendas de madera para familias vulnerables, producción y construcción de estaciones saludables urbanas, talleres de capacitación en el marco de programas de formación de oficio en diversos municipios de la provincia, gestores colectivos de proyectos de investigación de Ciencia y Tecnología y hasta vinculadores de ideas. El desafío de esta experiencia fue en realidad aprender a reconocer que los atributos materiales de la tecnología producto derramaron sobre la tecnología gestión y proceso los mejores resultados. Ya ninguno es el mismo.
Experiencia tres: Bariloche camina siempre Corría el año 2013 en Argentina. Había una suave presencia de aromas productivos con mezclas de cooperativismo e ideales. Las circunstancias de contexto dictaban algo parecido a libertad, fraternidad e igualdad. Libertad para amar, fraternidad para hacer e igualdad para pensar. Tres atributos, amar, hacer y pensar, que podrían aplicarse a la co-construcción, línea de investigación que yo sostenía con gran decisión, en el círculo cercano de mis compañeros de equipo, en tanto discípulos de esta convicción, y en el círculo lejano que me llevó a separarme del primer instituto de investigación, donde se inició la experiencia de Villa Paranacito que dio a luz esta pretensión investigativa. Y sin Paranacito no hubiera habido Bariloche. Parece que ser caso modelo del Ministerio de Ciencia y Tecnología nos puso en un lugar visible y creíble. Vaya si la legitimación de algunas instituciones de poder no debe aprovecharse para construir nuevas historias. Eso intenté, eso intentamos todavía. Y desde esa publicación de caso modelo comenzaron los contactos con Bariloche. 80
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Para aquel entonces, ya no tan lejano al hoy, transitaba cómoda por los pasillos de Conicet. Sentía que mi voz ahora era escuchada y según pasaba eso, mi compromiso en la lucha por una nueva forma de conocer y por construir utilidad en la investigación se consolidaba. La expectativa iba creciendo en ese escenario. La elite de la ciencia y la tecnología, como sector cognitivo de desarrollo nacional, estaba siendo interpelado por las experiencias tecnológicas que íbamos madurando, las cuales nos dictaban, a viva voz, que había otro saber que permanecía en la oscuridad, largamente postergado. Postergación que tenía al saber silenciado y a sus expertos colocados en línea de calle, de costa, de frontera, listos para ser empujados al abismo sin mayor esfuerzo. Silenciar el saber se constituía entonces en la no existencia del “otro”. La experiencia en Bariloche se inicia formalmente. Invitación para conferencia en un congreso. Y allá fuimos. A contar nuestras historias de amores y odios en Paranacito y Concordia. De logros y desaciertos. Ambos muchos. Todos igualmente bellos. Porque contar la historia de la lucha valiente y serena para una nueva tecnología no puede otra cosa que enamorar. Sumar otros para la lucha era nuestra estrategia. Convencer a los que aún no estaban convencidos. Éramos conscientes que esto era imperfecto, que recién comenzaba y que escalar la propuesta podía hacer más evidente esta nueva historia de tecnología para la transformación. Y habría más saberes en el convite, saberes de los “otros”, los que andábamos reclutando. Bariloche tenía el Pino Ponderosa. Especie invasora que se fagocitaba el bosque nativo de los Parques Nacionales que gozaban del concepto aún de preservación. Se habían forestado las montañas de los Andes, la cordillera y la pre-cordillera patagónica habían sido blancos de la Ley 25080. Y los terratenientes sembraron árboles sin ninguna intención real de producir. Sólo aprovecharon el incentivo nacional, que cambiaba algunos pesos por hectáreas arboladas. Ese fue el gran error de la planificación forestal en nuestro país. Así como el Litoral maduró la idea y capitalizó la Ley, Patagonia no lo hizo, y sólo aprovechó la densidad de su paisaje para hacer más bosque para el turismo. Operación que con el tiempo se revirtió en su contra, ya que después de la evidencia de la especia convertida en protagonista, el bosque nativo de especies endógenas, a supuesto salvo en los Parques Nacionales, comenzó a ser asediado por este impensable crecimiento de los pinos en las laderas. 81
A 40 y 50 años de su plantación, los bosques de pino comenzaron a vislumbrarse como seductores emprendimientos productivos, y quedaron supeditados a una interesante renta. Aunque poco tarde para recordar que estaban allí, a la espera del cuidad humano, los bosques hoy son objeto del deseo de esa producción. El problema específico con que nos enfrentamos en esta circunstancia es que contamos con un material nada elaborado, cuyas características en dirección a la madera se encuentran limitadas por crecimientos tortuosos, que reviran las fibras dejando expuestas unas tablas deformadas, ramas liberadas a la evolución natural, que materializan nudos de gran tamaño y en prolífera cantidad. El árbol hecho madera guarda la historia de un abandono singular y especulativo a la vez. No obstante y así, el congreso al que nos convidaron ratificó la voluntad de la comunidad productiva de repensar el camino realizado, rectificándolo hacia una nueva dirección para la producción. Ahora la pregunta era, qué producir. Otro desafío para nuestra propuesta tecnológica que, en esta experiencia, se iniciaba de la mano del sector de poder, propietario de los bosques, dentro de un mundillo un poco capitalista que nos hacía ruido, aún cuando intentaba travestirse en mundo de trabajo, bajo el concepto de esfuerzo generacional. Finalmente para nosotros algunos eran terratenientes y otros llevaban ese mismo impulso. La propuesta tecnológica co-construida, que para ese momento ya la teníamos bien madurada, suponía generar una red de actores locales representada por todos los sectores y hacia allá fuimos. Difícil tarea la de vincular sectores. Nos encontramos con los más escandalosos prejuicios. Nuestra propuesta de apalancar las economías vulnerables en un proceso productivo interactoral, no coincidía con las especulaciones de los dueños de los bosques. Sumar al estado municipal, como guardián del bien común, tampoco parecía estar dentro de sus expectativas. La articulación se atrofiaba ante sus anárquicos deseos y poco a poco comenzamos a separarnos de los forestales y sus requisitos de patrón. Gestión tecnológica, en este caso, que inicia su camino desmembrando a un sector indispensable para la existencia de la materia prima: la madera de pino ponderosa. Pero las estrategias generaron nuevos recursos para la acción. Nada estaba perdido. Aprendimos que las copas vacías se llenan al 82
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tiempo de un nuevo vino, y que el paladar no acepta entonces cualquiera cepa. Así, en este andar lleno de búsquedas, se fueron sumando a la propuesta tecnológica de co-construcción, entendiéndola más o menos, conscientes más o menos, grupos y organizaciones que comulgaban con la ideología que subyacía a la propuesta. El saber forestal de maderas había sido desplazado en esta experiencia. Si la madera no era la razón de los empujes, el corazón gritaba fuerte y llamaba a los amigos que serían los motores que harían valiosa la historia. Amigos de la cooperativa de trabajo, de la escuela de oficios, del grupo de jóvenes rescatados de la droga eran los pilares de este desafío. Casi una provocación. Ahora eran ellos las emociones y no las razones del impulso. Ellos representaban las economías pequeñas y sociales que merecían poner en marcha procesos productivos de co-construcción. Luego la madera, como material, se quedó finalmente entre nosotros y celebramos su acompañamiento. El municipio de Bariloche se plegó a estos esfuerzos. La garantía para que se acoplara en este viaje era la existencia de producción de hábitat y la promoción de trabajo con autonomía. Al igual que en Concordia, esta experiencia fue atravesada por dos gestiones partidarias. La primera fue sensiblemente más dispuesta y los espacios que fueron despejando forjaron antecedentes sólidos que la segunda gestión no pudo desarmar. Un nuevo mandamiento en el horizonte. La herencia de los municipios no sólo depende de la gestión interna de los mismos sino también de la presencia de la comunidad organizada empujando los mandatos que tácitamente se instalan a cada elección. Lección aprendida en Bariloche y no necesariamente con grandes logros. Nuestra organización como co-construidos, ellos y nosotros, no siempre guardó un orden consensuado. Muchas rupturas y desencuentros nos desorganizaron en varias ocasiones y produjeron un reblandecimiento en nuestras luchas muy revelador. Nuevamente aprendiendo nos pusimos de pie y seguimos nuestros intentos por promover espacios productivos democráticos, en un gesto de respeto por nuestra diversidad, muchas veces dolorosos y consecuentes. La tecnología producto se erigió en una monumental estructura. Nos animamos a co-diseñar pórticos triarticulados de pretensiosa factura. La producción, por lo contrario, se agilizó con un componente prefabricado, cabriada, que se repitió casi al hartazgo. Cabriadas y 83
conectores de madera hechos en serie, sobre matrices, por un grupo de jóvenes exaltados que, con el entusiasmo de sólo los jóvenes, saltaron la afirmación, casi maldita, de la calidad desconfiada del pino ponderosa. Esta construcción dejaría por sentada la honra del pino aún bajo ningún cuidado, pero esencialmente dejaría expresada, en un gesto de profunda libertad, la habilitación posibilitante de los productores amigos de la cooperativa de trabajo, la escuela de oficios y el grupo de jóvenes rescatados de la droga, quienes subían a lo más alto de las torres de marfil, que en antaño solo eran ocupadas por una elite de expertos recalcitrantes. Toda una provocación para pensar en otras formas de tecnología. Y entre pinturas murales y el resonar de un candombe yergue sobre la colina, un salón comunitario hecho de cabriadas seriadas, entre el día y la noche, para un barrio en Bariloche, cuya junta vecinal acompañó esta batalla con heroicas estrategias políticas y militancia sostenida. La tecnología propuesta se hizo sombra en el camino y fue refundada, en una práctica voluntaria de aprendizajes y enseñanzas, sobre un ilusorio malecón dormido al borde del lago Nahuel Huapi.
Experiencia cuatro: Ushuaia no caminó Corría el año 2017 en Argentina. Ciclo de ajustes y desestabilización. Incertidumbre y temores. Un país desarmado y preocupado. Tensión. No había inundaciones, no; pero parecía que sí, por el silencio del que no la pasa bien. En ese tiempo, que casi es el hoy pues sólo ha pasado un año, caminaba a paso firme también por los pasillos del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Había logrado que valoren los esfuerzos que venía haciendo hacía veinte años y comenzaban a pensar que la investigación que les proponía era madura y casi se hacía necesaria. Cuánta lucha recuerdo. Esta circunstancia la traigo porque explica la llegada a nuestras vidas de esta última experiencia, Ushuaia, iniciada en el año 2017 y finalizada en el año 2018. Hoy. Recién. Ahora. Y llegó de la mano de una articulación muy apropósito del propio Ministerio. Parece que el inicio de las experiencias tecnológicas que vivimos no está signado por la misma razón. Paranacito llamó el agua, una necesidad sentida dispuesta a compartirse. Concordia llamó la política, una estrategia productiva de crecimiento colectivo. Bariloche llamó 84
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el bosque, un gusano que se convirtió en mariposa. Ushuaia llamó la confianza, un ardid que nunca falla. Pero no duró nada. La confianza quedó quebrada prontamente. En realidad la ideología se disfrazó de confianza en esta ocasión y al develarse estalló en mil pedazos. Ushuaia comenzó de la mano de una cooperativa de viviendas con fuerte ideología marxista, con un ideario de asambleas y decisiones colectivas, apretados en las necesidades y asociados para los satisfactores. Nada mejor que esta mano para tomar. El proyecto comenzó soñando con los encuentros productivos y tecnológicos que fortalezcan los vínculos. Con la generación de procesos donde compartir saberes, todos distintos, en una armonía de hermanos en las ideas. El territorio nos señalaba perturbaciones y grandes abusos. Abusos de bosques y de turbas, nichos abiertos en paisajes indómitos. Preocupación. Salvación, dicta el grito de todos. Nos asociamos con esperanza. Productividad postergada en la austral patagonia. Sentido de la Patria. Hacer fueguino. Trabajo y calma. Entre los balbuceos ambientales y los sonidos agudos socio productivos se gestó esta cruzada. Cruzada que no alcanzó a desatarse. Sólo las intenciones de relatos maravillosos, nacidos de ficciones y gestos desatentos. Intentos de bosque y civilidad que no llegaron a ser madera ni tecnología. Mejor hubiera sido quedar en la barbarie y no destrozar los cantos de honor de las odas marxistas. Esta experiencia me permite sostener que los procesos productivos que se inician tan aparentemente coincidentes en términos ideológicos, tan deslumbrantes y oportunos, no promueven la libertad de los disensos y acaban doblegándose en un consenso forzado. Pues mucho mejor fueron las otras opciones, las experiencias tecnológicas co-construidas, que desencadenaron las diferencias en el trayecto, el encuentro entre diversos, la actitud generosa de una escucha no convencida, el reconocimiento de otro no igual pero privilegiado. La plenitud de los procesos nace en el camino, caminando, cuando a cada minuto se le reasigna una nueva verdad, promovida por unos distintos que intentan comprenderse unos a otros. Queda en riesgo aquello que no se conoce y sin embargo se da por conocido. Esta experiencia reafirma la necesidad de optar siempre por caminos donde es otra la forma de conocer, y nunca dar por completamente conocido. Fue mi error investigativo, quebrante mi propia ley, no conocimos como debíamos conocer. 85
En el marco de esta experiencia se generaron muchas interpelaciones, nacieron muchas dudas, que desencadenaron aprendizajes muy importantes, desde los malos convencimientos y desde, posiblemente, el abuso de la confianza. Palabra que es sagrada y que no es atributo de cualquier ceremonia. No nace del aire sino del esfuerzo por conocer juntos y de las angustias de muchos desencuentros junto a las alegrías de los aciertos. Sólo cuando se atraviesan esas vivencias afloran en la piel y en el aire los aromas de una confiable confianza. Y porqué la confianza a de ser tan importante. Porque es el elixir por donde circula la tecnología transformadora que promueve además afectos. Este es mi lema. Esto es la co-construcción. En estas tierras del sur del sur, nos encontramos con compañeros idealmente sentidos, con la sensación de los mismos méritos ganados, con luchas políticas de alta data y con una propuesta que suponía nuestros desvelos. Desde el comienzo los enlaces fueron siempre exitosos y la habilidad de ambas partes, nuestras habilidades y sus habilidades, derramaron aplausos por doquier. La gestión tecnológica emprendía así, casi uno de los mejores viajes. Pero fue un sueño corto y no cierto. La red de actores que convocamos, para la toma de decisiones colectivas, nunca en realidad alcanzó a decidir nada, sólo pudimos mantenerla levemente informada. Ni el interés, ni los compromisos lograron vencer la inercia de esta nada. Los actores de la política no estaban mucho de acuerdo, les generaba incertidumbre algunas alianzas. De hecho, muchos escaparon de la convocatoria que proponía hacerlo a todo juntos. Las instituciones locales, enhebradas principalmente en el sentir ambiental, prestaron su aval y su consentimiento pero no pudieron subirse a las mismas luchas. Las cooperativas cambiaron los planes acordados entre todos y se direccionaron hacia sus propios intereses, movimiento que dejó desinstalado cualquier alegato a su favor. No pude imaginar este acontecer. Yo estaba muy encantada, emocionada ideológicamente. Pero al descubrirme ingenua se quebró cualquier incógnita. No éramos lo que esperaban. No eran lo que esperábamos. No era posible caminar juntos. No nos conocíamos nada y la sensación de estafa volvió oscuro el cielo. En ese camino agudo, de pinchazos en el alma, no fue posible compartir ni siquiera los borradores de la tecnología producto, que siempre nos iniciaban en la consabida conversación que alentaba los 86
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procesos colectivos de nuestra propuesta tecnológica transformadora. La cuestión quedó expuesta y fue como la hiel de amarga. Todos queríamos transformar pero ninguno alimentaba la misma llama. La razón le ganó a la emoción y cuando quisimos explicar intelectualmente nuestras luchas, se desarmaron las leves consistencias y nos reconocimos ajenos y distantes, en un tiempo de país de incertidumbres múltiples. No hubo una tecnología de producto colectiva, sí muchos intentos borradores de nuestra parte que se convirtieron en fantasmas al no encontrar nunca un valiente espíritu interlocutor. El proceso quedó vaciado porque a la falta de conversaciones le siguieron desintereses y la luz se apagó en medio del camino. Y entonces dejamos de caminar…aunque Ushuaia creo, nunca caminó.
Un poco más de lo emocional que ilumina lo racional Lo que se presenta a continuación, es un breve encuentro conmigo misma, en relación a las cuatro experiencias desarrolladas en el marco de Proyectos de Investigación Tecnológica que se sitúan en diferentes lugares del territorio argentino, y que he procurado exponer en párrafos anteriores, en un gesto que relate lo que se recupera de cada lección. Estos lugares que se manifiestan, en lo que sigue, desde mi ser profundo, representan no solo espacios de investigación y desarrollos tecnológicos en vistas de proceso, producto y gestión, sino que constituyen mi vida misma. Es desde esta forma que me animo a convidar la tecnología, entendiendo luego porqué, no creo en la tecnología convencional y sus categorías que anidan en patrones de eficiencias, inversiones y técnicas del buen construir. Propongo un “otro” buen construir que deje a la tecnología el espacio para amarla, sentirla y hacerla parte de la vida y con ello de las experiencias en territorio, junto a la comunidad que lo habita y desde el lugar que lo siente. En adelante habla mi alma.
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Tal vez, sólo tal vez, Paranacito y veinte años más
Diciembre de 1998…camino en la noche con el final sabiendo a luz. Noviembre de 2009…amarga despedida, vacío y pena…desesperada salida. La velocidad genera olvido, la lentitud memoria. Lento entonces, así perdura. La memoria y ellos…de vez en cuando, no…siempre. Vive la madrugada, el río, la niebla, el cerro de apenas pobreza, sobran palabras. Las comidas sabrosas entre compañeros de madera. Joven expresión sobre una tabla… una caja azul de plástico… libertad para volver a estar. ¿Se ha ido ese tiempo? Se detiene, no se va, permanece. Queda latente y anhelante. Regresa hecho historia, todos los días. Y no habla, no hace ruido y está allí sentado expectante, aguardando. Y toca la piel del cielo, la lluvia y el agua. Hombres peces verdes azulados de bondad infinita. Miradas buceando en la playa de arenas de niebla y banderas. Ultima luz amarilla de la estación en la noche. Candela de los últimos días. Y Miranda vuelve, con la risa del alma de niña alegre. Simpatía pelilarga de sueños ahora despiertos. Sobrevivientes de veinte años. Septiembre de 2017, aquí están…han vuelto. Están llegando para mi cumpleaños.
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Concordia sonríe por la mañana y la tarde, siempre sonríe
Mayo de 2010…impulso de la vida: la idea. Ideología de la existencia, hermanos encontrados. Enamorados del honor hecho política. Jugadores del mismo juego. Ideología y pasión…desilusión. Ideología muerta. Pasión reprimida. Red débil en el árbol de amigos caídos. Ramas secas y rotas. Despierta. Allí están, ellos son los árboles. Esa fue la espera, eso nace dentro de la albura blanca. La miel, las mandarinas y los guisos. Fuego de brasero amigo. Nadie es igual ahora. Es honra y destino. Navegantes de sueños de agua y de madera. Amigos, gatos y perros, niños peleados. Todos. Chiquitos y grandes. En honor a ustedes compañeros del alma, carpinteros.
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Camina sobreviviente debajo del cielo de Bariloche
Junio de 2013…y está aún vivo. He intentado escribirte, pero ni palabras me han salido. Letras ordenadas sin ningún sentido. Qué fría esta la tierra alta. Se está quedando vacía. Aguas divididas. ¿Y el camino de flores que creció a tu paso? ¿Qué pasó con las flores? Inesperado brillo opaco de creciente valentía. ¿Qué esperaba la vida cuando te hizo nacer? ¿Qué esperaba la vida? Y esa vida qué trajo para comprenderte y sentirte. Luchas internas retorciéndose amargas en tus entrañas. Trabajosa copia de los ideales primeros. Bastión del casi todo y casi nada. Esperando se ha pasado la vida. Colectivos de desdén y olvidos. Y sigue allí la tierra alta esperando amigos. Miradas cansadas, corazones reprimidos. ¿Será posible el milagro de la vida para este niño? Al deseo más profundo se lo despide con ira. Bienvenido el que venga, porque ya habremos crecido. Estamos preparados en el mástil de murales y candombes. Eso somos y hemos sido.
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Ushuaia despide al ocaso
Abril de 2018… la caída. ¿Quién te trajo, Celestina equivocada? Compromiso del deber…estar, ser y al fin morir. La causa. Se acerca el día. Frío, soledad y lástima. ¿Qué es? ¿Dónde y qué cosa nació? Intimida el aire de invierno helado, quiebra hasta al silencio. Tierra helada, penetra y congela. Queda sin aliento. Va a llorar. Desgarra la calma, no existe, es ficción. Será que el río está cerca y el puente caído. ¿Por dónde cruzaremos? Se seco la turba. No existe. ¡No existe! Sueño. Sueño oscuro. Puño cerrado y rabia. Recuerdo adentro, fuerte, feroz, hiere de muerte. Hasta cuando fantasma y miedo. Se hunde. Que hay además del azul profundo inmutable de tu habitar. Final del juego. Penumbra. Volver a empezar. Siempre. Aún perdidos. Paula Peyloubet 2018
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Bibliografía
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Bariloche camina siempre. Estamos preparados en el mástil de murales y candombes. Eso somos y hemos sido.
Ushuaia no caminó. Desgarra la calma, no existe, es ficción. Será que el río está cerca y el puente caído.
RE-vés del Libro
El Lado “A” del libro ha intentado presentar una visión de la Tecnología como un instrumento de transformación del Hábitat. Los proceso tecnológicos que propone suponen una reivindicación de valores asentados sobre una búsqueda por mejorar la vida. La vida en el marco de una concepción de derecho igualitario, donde lo natural y lo cultural sean fuente de revelaciones empáticas y sinérgicas. Haber comenzado por este Lado permite un encuentro sentido con la investigación, expresado en un relato que, partiendo de aspectos teóricos que dialogan con el pensamiento, arriba de manera relevante a los emergentes nacidos de las acciones, en una superlativa valoración de los compañeros locales que compartieron las experiencias tecnológicas y participaron de la co-construcción de conocimientos en el marco de la tríada conceptual de la Tecnología: producto, proceso y gestión. Queda recorrer el Lado “B”. ¡Adelante y al revés!
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CONVIDAR TECNOLOGÍA
Peyloubet, Paula Convidar tecnología. Una propuesta a partir de la Co-construcción/ Peyloubet, Paula Paula l. - la ed. Peyloubet, Ciudad Autónoma de Una Buenos Aires : Diseño, Convidar tecnología. propuesta a partir2018. de la Co-construcción/ 156 p. ; 24 xPaula 16 cm. Peyloubet, l. - la ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Diseño, 2018. ISBN 978-1-64360-019-2 156 p. ; 24 x 16 cm. 1. Epistemología. I. Título ISBN 978-1-64360-019-2 1. Epistemología. I. Título Editor: Arq. Guillermo Raúl Kliczkowski
Diseño gráfico: DG Cecilia Ricci Imagen de tapa: Mural Colectivo. SUM Barrio 96 Viviendas. San Carlos de Bariloche. Autores. Walter Petean y Edgardo Enrique. Foto. Petean. HechoWalter el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina/ Printed in Argentina Hecho el depósito que marca la ley 11.723 La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, Impreso en Argentina/ Printed in Argentina idéntica o modificada, no autorizada por los editores, viola derechos reservados; cualquier utilización debe ser previamente solicitada. La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, idéntica o modificada, no autorizada por los editores, viola derechos reservados; cualquier utilización debe ser previamente solicitada. © 2018 de la edición, Diseño Editorial ISBN 978-1-64360-019-2 © 2018 de la edición, Diseño Editorial Octubre 2018 -1-64360-019-2 ISBN 978de Octubre de impreso 2018 bajo demanda, mediante tecnología digital Xerox en Este libro fue bibliográfika de Voros S. A. Carlos Tejedor 2885, Munro, Provincia de Buenos Aires. info@bibliografika.com / www.bibliografika.com Este libro fue impreso bajo demanda, mediante tecnología digital Xerox en En venta: de Voros S. A. Carlos Tejedor 2885, Munro, Provincia de Buenos Aires. bibliográfika LIBRERÍA TÉCNICA CP67 / www.bibliografika.com info@bibliografika.com Florida 683 - Local 18 - C1005AAM Buenos Aires - Argentina Tel:venta: 54 11 4314-6303 - Fax: 4314-7135 - E-mail: cp67@cp67.com - www.cp67.com En LIBRERÍA TÉCNICA CP67 FADU - 683 Ciudad Universitaria Florida - Local 18 - C1005AAM Buenos Aires - Argentina Pabellón - Planta Baja - C1428BFA Aires -Argentina Tel: 54 1134314-6303 - Fax: 4314-7135Buenos - E-mail: cp67@cp67.com - www.cp67.com Tel: 54 11 4786-7244 FADU - Ciudad Universitaria Pabellón 3 - Planta Baja - C1428BFA Buenos Aires -Argentina Tel: 54 11 4786-7244
CONVIDAR TECNOLOGÍA Una propuesta a partir de la Co-construcción LADO B
Paula Peyloubet
Índice
Lado B
I. Propuesta para CONVIDAR TECNOLOGÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 Presentación general. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Argumentos epistémicos y pedagógicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Para qué CONVIDAR TECNOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Qué TECNOLOGÍA CONVIDAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cómo CONVIDAR TECNOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Contenidos para Convidar una revaluada Tecnología en Arquitectura. . . . . . . . . . .
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II. Formas evaluativas liberadoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Ejercicios evaluativos de revisión cognitiva. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Ejercicios evaluativos de revisión pedagógica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
III. (In)tensión y (Ex)vestigación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 CONVIDAR TECNOLOGÍA hacia afuera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 CONVIDAR TECNOLOGÍA para una mejor productividad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
IV. Un Rompecabezas para CONVIDAR TECNOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . 38 Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 RE-vés del Libro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
I Propuesta para CONVIDAR TECNOLOGIA
Presentación general El enfoque que se ha desarrollado hasta el momento tiene una revisión crítica que relaciona dos aspectos, el rol de la universidad en el marco de la sociedad y la utilidad social del conocimiento que se construye a partir de investigaciones situadas y sentidas. Se ha puesto énfasis en la reflexión que concede a los saberes “otros” un lugar protagónico en la toma de decisiones y una legitimación en sus procesos para construir un saber complementario al académico. Desde esta perspectiva se ha declarado la afiliación al Constructivismo Cognitivo, tanto en el nivel colectivo como en el individual , esto es, revisar los saberes que se comparten poniendo en evidencia la herencia que poseemos de conocimiento adquirido en los años de vida transitada, entiéndase experiencia (Serrano y Pons, 2011). Así mismo el Constructivismo atraviesa el concepto de Tecnología y lo abre en un intento por dar cuenta de los atributos socio técnicos que esta posee, intentado una versión de construcción cooperativa, donde el enfoque no se reduce a aspectos materiales sino que, aceptando la incompletitud del concepto desde la materialidad, representa una tríada argumental, ya mencionada anteriormente: producto, proceso y gestión, que permite un aporte superlativo al proceso de diseño y su más alto momento de creatividad. La propuesta que se intenta presentar ahora se asienta sobre la oportunidad de compartir con jóvenes, que se inician en el recorrido de formación académica, un primer ciclo de acercamiento a la reflexión tecnológica, inmersa en un contexto de significaciones socio productivas, políticas, históricas y ambientales, en el marco de una concientización cultural no depredadora, respetuosa del valor de lo humano y lo no humano. Bajo esta condición he imaginado un encuentro para la formación llamado CONVIDAR TECNOLOGIA. 7
Travestida de asignatura, en un posible primer año de la facultad de arquitectura, CONVIDAR TECNOLOGIA se filtra como un hilo de luz, que intenta romper la esclavitud de la que la Ilustración nos hizo cómplices. Se pregunta acerca de cómo llevar a cabo una experiencia emocional en la vida de estos jóvenes, que ingresan al mundo universitario, convencidos de participar de una elite de “elegidos” por el solo beneficio de acceder al saber y la verdad del ámbito de formación superior. Privilegios que serán sólo ciertos si alcanzan a comprender que el saber de esa gran torre de marfil se recrea en la comunidad a la que no se la llama “elegida”. La propuesta que presento les sugiere pensar en su saber, el de su propia experiencia, que deviene del vivir como lo han hecho y con quienes lo han hecho. Trayectos cognitivos podría decir. CONVIDAR TECNOLOGIA podría suponer un espacio formativo que se compromete a acompañar a estos jóvenes idealistas, cargados de sueños, emociones y conocimientos para que la modernidad y su acontecer no los atrape bajo la maraña de creencias, que serán en breve falacias, y los conviertan en rehenes de una vida que especula con el poder que otorga el saber legitimado de la ciencia moderna. La tecnología pasa a ser entonces la ilusión que podemos todavía esgrimir para que la materialidad cultural sea un manifiesto de diversos, que se expresan en una espacio de libertad asociado al bien común. La discriminación del saber plural junto al escepticismo sobre dicho saber, son interpelados a partir de la dimensión práctica, que para CONVIDAR TECNOLOGIA es parte del saber de su interés, porque siempre será mejor hacer las cosas de una determinada forma, que solo son capaces de hacer quienes lo han hecho ya muchas veces, en el recorrido de su experiencia técnica y de la vida cotidiana. Heredad de los pueblos devenida en saber tecnológico que implica un convidar generacional. Esta propuesta académica y pedagógica fue presentada en abril del año 2016, en ocasión de un “x” concurso universitario para aspirar a una “x” titularidad de una “x” cátedra de una “x” asignatura de primer año, en una “x” facultad de arquitectura. Después de 45 minutos de exposición y con una carga de adrenalina intensa, producto de mi esfuerzo por mantener sereno a mi corazón… que estallaba porque finalmente gritaba a los cuatro vientos 8
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que era posible transformar un ciclo, por pequeño que este fuera… y en medio de una atmósfera algo tensa, un conspicuo jurado del concurso me preguntó lo siguiente:
– ¿Y qué alumnos me entregas a mí, profesor de segundo año de esta carrera, después de esta propuesta académica y pedagógica que nos propones?- algo espantado, pero muy circunspecto. – No te “entrego” ningún alumno –le dije yo, segurísima de mi suicidio próximo– tendrás, en todo caso, la oportunidad de compartir un tiempo, y sólo un tiempo, con jóvenes creativos que te interpelarán constantemente, que no creerán que lo que dices es la única verdad, que buscarán sus propias verdades en las que puedan creer, que no necesariamente surgirán de la razón sino en la mayoría de los casos surgirán del corazón... y con suerte, si logras enamorar a su confianza y en el marco de los afectos, dirán que los sistemas estructurales que les enseñaste, los han comprendido a través tuyo eso... lo deberás recordar como el asunto más dulce que hayas logrado- me temblaban las piernas de la emoción, por fin lo había dicho sin temor a ninguna represalia, ni siquiera la que llegó al otro día, cuando me anunciaron que había perdido el concurso. Aquí está una propuesta que, sosteniendo los contenidos curriculares que impulsan las facultades de arquitectura para primer año, procura recuperar los valores que subyacen a este acto humano de civilidad, tal como es la función universitaria, donde la tecnología debe ser un instrumento de posibilidad de distribución de poder, en tanto el conocimiento tecnológico considere una pluralidad de saberes, que habiliten a la participación de todos en el escenario de la toma de decisiones desde un horizontal respeto y una democrática integración de “otro” y de “todos”.
Argumentos epistémicos y pedagógicos El proceso de enseñanza y aprendizaje en esta propuesta se asumen desde el enfoque de dos perspectivas teóricas; la perspectiva social del Constructivismo Socio Cultural e Histórico de Vigotsky (2012) y la perspectiva Psicológica del Constructivismo Cognitivo de Piaget (2012). En el primer caso me interesa reconocer el potencial de esta perspectiva en el escenario colectivo de la actividad de taller y sus 9
actividades desempeñadas en un contexto de pluralidad dentro de una comunidad de aprendizaje cooperativo. En este sentido, la expectativa cognitiva se centra en la construcción conjunta de un conocimiento compartido, es decir en la co-construcción de conocimiento situado, que se articula con un contexto real de precisión histórica, que permite a los estudiantes consustanciarse, con compromiso de acción, con la sociedad a la cual pertenecen. En el segundo caso me interesa reconocer el potencial de esta perspectiva en el escenario interno y subjetivo- de cada joven estudiante- donde se confronta por un lado con la información recibida en las clases universitarias específicas, acompañada por el diálogo entre pares, con el conocimiento adquirido y experimentado en el trayecto de la vida personal, generando intensas controversias y debates que se acomodan en un último ciclo de cognición individual, produciéndose un anclaje del saber pero en movimiento, que volverá a ponerse en crisis ante un nuevo ingreso de información, definiendo una dinámica cognitiva de revisión constante. Este reconocimiento se constituye esencialmente en una puesta en valor del saber que los jóvenes estudiantes traen consigo y que se hace indispensable al momento de asumir a este interlocutor como protagonista en la construcción de conocimiento para una pedagogía no opresora sino reivindicativa; efecto emocional muy conducente a buenas relaciones dentro de la comunidad de aprendizaje. No es poco señalar estos dos enfoques teóricos integrados ya que al no reconocerse en competencia sino complementarios, dan lugar a una comprensión que posibilita una experiencia pedagógica de raíz mixta, reconociendo a los jóvenes como sujetos activos en la construcción de su propio conocimiento, tanto en función cooperativa como en función personal. A partir de ello se hará necesario un trabajo para desarrollar los contenidos de la propuesta, que no sólo cuente con los aportes del saber docente a la manera tradicional sino, y de manera indispensable, que cuente con el saber de los propios estudiantes que colorean los distintos aspectos cognitivos a partir de sus expectativas, deseos y motivaciones, dando lugar a una compleja trama de conocimientos que se pondrán en diálogo, reconstruyendo las significaciones emocionales y racionales de esa comunidad educativa que se pretende fundar a cada actividad de la propuesta como asignatura travestida. 10
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En este sentido las actividades que se desarrollen en la presente propuesta estarán apelando a esta condición plural del saber y su anclaje socio cultural situado. Sumado a esta visión respetuosa y revitalizada del acervo cognitivo de los jóvenes estudiantes se propone, en términos pedagógicos y como un aporte particular en el transcurso del proceso de aprendizaje, una perspectiva de evaluación que modifique la cultura evaluativa convencional, para dar lugar a un campo de retroalimentación donde se corre el eje de la evaluación desde una visión que la concibe como rendición de cuentas, hacia una concepción que la considere una instancia propiciadora de mejoras, es decir un ejercicio al servicio de un proceso educativo de cambios, sin clausuras provocadas por lo que no se sabe sino, todo lo contrario, aperturas de enseñanza a partir de lo que sí se sabe. En este sentido parte de esta propuesta pedagógica hace foco en la evaluación. Esta debe tener dos funciones básicas: i. en relación al docente, como comprobación de estrategias metodológicas, es decir se asume con ello un valor didáctico; ii. En relación al joven estudiante, como una instancia de información que le ayude a progresar hacia el auto aprendizaje, con él y con sus pares, ofreciéndole noticias acerca del estado de su saber como una guía de auto direccionamiento, de él y de sus pares, es decir se asume con ello un valor psicológico y social. De esta manera las dos funciones básicas dan cuenta del potencial investigativo de la evaluación como instrumento de la didáctica, tomando conciencia de la distancia que separa a los estudiantes de los objetivos pretendidos, pudiendo revertir y componer nuevas formas dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje que se acerquen al nivel pretendido o en tal caso revisar en su capacidad de alcance y de interés a cada objetivo pretendido.
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Para qué CONVIDAR TECNOLOGÍA La propuesta se asienta sobre las siguientes expectativas, que definen la impronta ideológica que se ha expresado hasta el momento, procurando traducir el enfoque epistémico y pedagógico a la expresión de logros sentidos. Esta experiencia debería:
Comprender a la Tecnología como una construcción humana compleja, en la que se sintetizan argumentos proyectuales, tanto racionales como emocionales (Tecnología como un hecho Proyectual).
Reconocer y comprender la cultura tecnológica a partir de sus atributos técnicos, sociales, ambientales, económicos y políticos en relación a un contexto, para un uso coherente de los mismos (Tecnología como un hecho Cultural).
Colaborar en la comprensión y aprehensión del proceso de diseño y su instrumentalización, en el que se consideren criterios tecnológicos a lo largo de todo su desarrollo: producto, proceso y gestión (Tecnología como Producto- Tecnología como Proceso- Tecnología como Gestión).
Concebir a la comunidad de aprendizaje cooperativo de la Tecnología como un proceso de convites mutuos y no como un resultado de información reproducida.
Promover la resolución de diversas propuestas tecnológicas que den respuestas a demandas concretas en situaciones de la realidad local.
Incentivar la capacidad de comprensión de la Tecnología, pensándola a esta como un componente indisoluble del Hábitat y como una manifestación de la cultura tecnológica contextualizada sobre territorio y junto a una determinada comunidad.
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Qué TECNOLOGÍA CONVIDAR Para esta propuesta, me he permitido reagruparlos en cinco ejes temáticos que se interrelacionarán en el recorrido de una posible la asignatura, espacio trasvestido con fuerte impronta liberadora, procurando una resignificación del contenido en cada articulación. Esta estructura de superposición coadyuva en el anclaje de cada eje, reforzando la complejidad del conocimiento en cada nueva relación analítica hasta su operacionalización en el proyecto. Cabe destacar que los ejes temáticos por donde transcurre este espacio de aprendizaje cooperativo son de tipo introductorio y su caracterización encuadrada en un sistema básico de conocimientos, arraigada en el acervo de saber que poseen los estudiantes ingresantes y las nuevas concepciones del conocimiento académico relacionadas con situaciones contextualizadas y actuales. Se reconocen entonces en cada eje temático cuatro componentes que se corresponden a esta propuesta didáctica; ellos son: i. el componente cognitivo, refiere los conocimientos que se presentan específicamente en situación contextualizada y actual; ii. el componente práctico, refiere la experiencia material y corpórea- acervo personal del estudiante; iii. el componente valorativo, refiere al juicio crítico-producto de una comprometida reflexión y iv. el componente evaluativo, refiere a la instancia propiciadora de mejoras en la calidad educativa. Estos cuatro componentes didácticos serán determinantes en el trazado de las actividades de la asignatura durante todo el ciclo. A continuación se presentan los ejes temáticos programados para la propuesta CONVIDAR TECNOLOGIA, dando lugar a un agiornamiento en términos de conocimientos que se desarrollan en la actualidad como resultado de problematizaciones y situaciones de interés para la sociedad contemporánea, tanto de la región como del planeta en general. Eje temático Nº 1: Arquitectura Territorial Eje temático Nº 2: Recursos Materiales Conscientes Eje temático Nº 3: Sustentables Instalaciones Eje temático Nº 4: Diseño Estructural Intuitivo Eje temático Nº 5: Sistemas Tecnológicos Culturales 13
Cómo CONVIDAR TECNOLOGÍA
Metodología para CONVIDAR TECNOLOGIA Se quiere aclara que la metodología propuesta para el proceso
de enseñanza y aprendizaje se basa en los modelos teóricos integrados de la pedagogía formulada propuesta por Piagetpara (2012) y Vigotsky Se quiere aclara que la metodología el proceso de(2012) enseñanza y aprend que se explicó en el apartado de la fundamentación (Serrano y Pons, por Piaget (2 basa en los modelos teóricos integrados de la pedagogía formulada 2011). Se reconocen cuatro momentos, que estarán presentes en los Vigotsky (2012) que se explicó en el apartado de la fundamentación (Serrano y Pons, cinco ejes temáticos. Se explica a continuación entonces el enfoque Se reconocen cuatrodejando momentos, que estarán los para cincotodos ejes temáticos. Se metodológico, constancia que sepresentes reconoceen igual los momentos. a continuación entonces el enfoque metodológico, dejando constancia que se reconoc aclarar también que se distinguen dos fenómenos diferenpara todos Cabe los momentos. tes dentro de la metodología. Un fenómeno que contribuye especíCabe aclarar también que se distinguen dos fenómenos diferentes dentro de la metod ficamente con el aprendizaje, en común unión con la enseñanza, y Un fenómeno que contribuye con el aprendizaje, en común unión otro fenómeno que hace alespecíficamente desarrollo con dominio en un escenario enseñanza, y otro fenómeno queextiende hace almucho desarrollo en un escenario de tray de trayectoria vital que se máscon allá dominio del ciclo educativo superior y que mucho atraviesamás la vida vital que se extiende allámisma. del ciclo educativo superior y que atraviesa
misma.
Ciclo Vital
Desarrollo
Ciclo Educativo
Aprendizaje
Asimilación Acomodación Equilibrio
Reflexión crítica
Esquema de los fenómenos cognitivos educativos y vitales Fuente: gráfico del autor
Esquema de los fenómenos cognitivos educativos y vitales
Primer momento: asimilación de contenidos programáticos: Se espera poder compartir conocimientos científicos y no científicos- experiencias si lado B 14 inherentes al eje temático, que resulten al estudiante una novedad o una resignif semiótica y conceptual que lo interpele motivándolo a una búsqueda personal-investi
Primer momento asimilación de contenidos programáticos: Se espera poder compartir conocimientos científicos y no científicos- experiencias situadas-inherentes al eje temático, que resulten al estudiante una novedad o una resignificación semiótica y conceptual que lo interpele motivándolo a una búsqueda personal-investigaciónque pueda poner en común con sus compañeros y docentes. Se asume que es una etapa donde se produce un input donde la expectativa se posiciona en una tarea individual inicial de reconocimientos cognitivos.
Segundo momento acomodación de contenidos programáticos: Este momento supone la puesta en crisis de los conocimientos que el joven estudiante trae, logrando confrontar la nueva información y sus datos con las explicaciones internalizadas en el trayecto de su vida cognitiva, poniendo fuerte énfasis en la posibilidad de debatir a partir de los posicionamientos anclados en etapas anteriores. Este momento metodológico, que revaloriza el conocimiento ya adquirido, supone una importante comunicación con sus pares y la expectativa recae en un anclaje de conocimiento cooperativo en el marco de los talleres.
Tercer momento equilibrio-anclaje de contenidos programáticos: El equilibrio se logra luego de confrontar las informaciones – datos nuevos- y los anclajes propios- conocimiento internalizado- pudiendo seleccionar las articulaciones correctas que ordenan la estructura cognitiva. Este momento supone superar la crisis natural anterior y restablecer racional y emocionalmente la nueva etapa cognitiva que es de orden superior. Los conocimientos están ordenados y dispuestos para ser confrontados con la realidad y en diversas situaciones.
Cuarto momento reflexión crítica de contenidos programáticos: Este es un momento crucial para la presente propuesta pedagógica y se pondrá especial atención en ella. Se trata de una instancia de retroalimentación continua. Si bien está presentada como un cuarto momento y, en tiempo lineal, puede suponer el final de un ciclo no es así. La reflexión crítica de los estudiantes en cada momento pre15
viamente descripto- asimilación, acomodación y equilibrio- es lo que permite la selección de los conocimientos y las formas de articulación entre los mismos. La puesta en valor de la participación del alumno en el orden cognitivo, es decir el reclamo, la pregunta, la duda, la certeza, la confianza, el desencuentro, el enojo, la motivación, etc., es de absoluto interés en la propuesta pedagógica de esta presentación ya que, como se dijo en el inicio, se intenta abordar un proceso de enseñanza y aprendizaje propio de un enfoque constructivista, lo que significa promover un proceso de construcción de conocimiento genuina del joven y no un despliegue de conocimientos innatos o una copia de conocimientos existentes en el mundo. Esta aseveración, en tanto se despliega también como una superlativa expectativa del curso, pone de manifiesto las tensiones entre qué conocimiento se construye, cómo se construye y por sobre todas las cosas quiénes lo construyen.
Contenidos para Convidar una revaluada Tecnología en Arquitectura Eje temático N° 1: Arquitectura Territorial
Contenidos La arquitectura en relación a su entorno. Clima/Microclima. Territorialidad.
Recursos ambientales. Confort ambiental. Requerimientos ambientales. La tierra como sostén finito y conmensurable. Los cuidados a la tierra. Los recursos ambientales disponibles según requerimientos de confort.
Asoleamiento. Orientaciones. Ventilaciones. Aislación térmica. Inercia térmica. Ventilación. Iluminación. Vegetación. Arquitectura Sustentable. Construcciones alternativas vernáculas. Impactos ambientales. Energías Renovables.
Descripción La arquitectura territorial consiste en el diseño de edificios teniendo en cuenta las condiciones climáticas, del territorio y el aprovechamiento de los recursos disponibles (sol, vegetación, lluvia, vientos) para disminuir los impactos ambientales de las construcciones, intentando reducir los consumos de energía. 16
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Se trata de un eje temático cuyo contenido pretende poner en debate y reflexión las nuevas situaciones que están aconteciendo por las variaciones climáticas en los territorios, producto de las actividades humanas y la ruptura de ciclos que estas imponen en el medio ambiente. En este sentido se aclara que el abordaje es introductorio y tiene la fuerte pretensión de constituirse en un espacio formador de opinión con sentido crítico a partir de conocimientos científicos, estadísticos y de las propias experiencias en comunidad- experiencias colectivas en nuestras ciudades y territorios- e individuales- experiencias personales en distintas ciudades y lugares de nuestro país. Recorrerá conocimientos acerca de arquitectura adaptada al medio ambiente, sensible al impacto que provoca en la naturaleza, y que intenta minimizar el consumo energético y con él, la contaminación ambiental. Para ello se presentarán temas que contribuyan a la comprensión de esta problemática en términos físicos-territoriales (asoleamiento, orientaciones, aislación térmica, acumulación térmica, ventilación, iluminación, microclimas urbanos y rurales, construcciones alternativas), humanos (perceptuales, culturales, económicos) y ambientales (eficiencia energética, energías renovables, sostenibilidad).
Localización Para la comprensión de este eje temático se hace imprescindible poder asentar los contenidos en situaciones territoriales del contexto real, cercanas o lejanas, pero que pueda dar cuenta, desde un abordaje empírico, la complejidad del abordaje sin reducir la problemática a cuestiones geométricas o espaciales. Esta es una de las convicciones que la propuesta posee para instalar exitosamente los procesos cognitivos. Por ello se prevé desarrollar lugares- casos- conocidos a partir de los que se pueda debatir, reflexionar y analizar proyectualmente, permitiendo confrontar de esta manera, microclimas tanto urbanos como rurales.
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Objetivos Reconocer las problemáticas ambientales en relación a la obra de arquitec-
tura y los recursos potenciales para el logro del confort ambiental humano (componente cognitivo). Indagar en propuestas arquitectónicas en las que la sustentabilidad am-
biental está presente a partir del uso de recursos ambientales naturales renovables y de bajo consumo energético (componente práctico). Construir una posición crítica respecto de la problemática ambiental y los
impactos producidos por el hombre (componente valorativo). Elaborar una serie de criterios ambientales de diseño y su materialización
acordes al sitio donde se realizará el ejercicio proyectual (componente evaluativo).
Eje temático N° 2: Recursos Materiales Conscientes
Contenidos Tipos de materiales de construcción. Usos. Propiedades físicas, mecánicas
y técnicas. Mercado y comercialización. Procedencia y origen. Cultura tecnológica del material. Huella Ecológica: Consumo. Producción. Impacto. Capacidad del planeta. Ciclo de Vida: Extracción. Manufactura. Transporte. Construcción. Uso y
mantenimiento. Reciclaje. Disposición del desecho. Reflexión crítica consciente.
Descripción El eje temático deposita sus expectativas en un reconocimiento introductorio de los diversos materiales que existen en la actualidad, junto a una reflexión consciente de su producción y consumo en relación a los resguardos del planeta. Se quiere fortalecer en estos contenidos lo que se comenzó a compartir en el eje previo respecto de la responsabilidad y compromiso que se asume a cada elección que se realiza para materializar la obra, desde la idea de partido. La cuestión de los 18
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materiales generalmente es abordada a partir del reconocimiento de un elenco de posibles materiales para la construcción y sus propiedades, pero se omite las externalidades que subyacen a cada material. Es por ello que se agrega a la información convencional de materiales, la perspectiva de la producción y consumo para alcanzar un análisis que suponga un complejo de razonamientos que visibilicen la totalidad de la problemática. Huella Ecológica y Ciclo de Vida vienen a hacer énfasis en la consciencia del uso del recurso, en la relación hombre-naturaleza y lo que eso conlleva en diversas cosmovisiones, y los riesgos no asumidos que permanecen latentes y otros que ya han explotado.
Localización Se desarrollarán algunas aproximaciones a lugares y regiones de Argentina donde las cuestiones productivas y del recurso se asocian a la cultura local y a las posibilidades de generar dinámicas regionales incluyentes. Lo importante de los casos es poder analizar en un contexto de comprensión amplio, el uso del material a partir de sus propiedades y características, los estilos de producción y consumo, las prácticas culturales respecto de la tecnología del material y los impactos directos e indirectos asociados al uso del mismo. Se considerarán actividades productivas y la relación con las posibilidades y los obstáculos que dichas actividades suponen. Se estudiarán los materiales más utilizados en el lugar y sus explicaciones complejas, procurando comprender el débil mundo de la conciencia ambiental frente a las grandes corporaciones de la industria.
Objetivos Reconocer los distintos materiales de construcción, sus propiedades, alcan-
ces y relaciones multivariables en una obra de arquitectura (componente cognitivo). Elaborar una reflexión crítica del uso de los materiales constructivos
apelando a la responsabilidad y el compromiso social, asumido desde la concientización de los riesgos ambientales, las injusticias sociales, los desperdicios del recurso y el avasallamiento cultural colonizante (componente práctico y valorativo). 19
Generar una propuesta posible de resolución, o de impacto menor, surgida
desde la convicción personal, que pueda traducirse y expresarse en un diseño proyectual (componente evaluativo).
Eje temático N° 3: Sustentables Instalaciones
Contenidos Tipos de instalaciones en la arquitectura de hoy. Necesidades (y no necesida-
des) en la vida contemporanea. Servicios públicos e infraestructuras. Noción de justicia y equidad de los servicios asociados con las instalaciones. Sistemas de ingresos (in put) y salidas (out put). Diseño de instalaciones ambientalmente conscientes. Impactos medio
ambiental de las instalaciones. La instalación en la arquitectura en relación a la idea de recurso energético y valor cultural. Diseños alternativos en las instalaciones.
Descripción En este eje se acompaña al estudiante en la búsqueda por encontrar soluciones a problemas del diseño de Instalaciones, desde un enfoque disciplinar e interdisciplinar, en un nivel de profundidad propio de esta etapa introductoria. Esta perspectiva es la que ya se viene considerando en los ejes temáticos anteriores con fuerte impronta sobre las cuestiones ambientales desde una construcción crítica, apelando a la conciencia y la responsabilidad ciudadana, descubriendo y valorando los flujos energéticos y los recursos que en las instalaciones transitan. Es decir, la intención de esta presentación introductoria, obedece a la necesidad de romper el enfoque tradicional técnico-descriptivo y neutral de las instalaciones, para dar lugar a una visión de instalaciones asociada al proceso proyectual ambientalmente consciente, es decir ingresar con esta temática desde la idea de partido, generando a la vez compromisos en el orden de la sustentabilidad. En este sentido, los estudiantes toman conciencia que insertando las instalaciones en el proceso de “diseño” es posible reducir la demanda de energía para el funcionamiento del edificio en la vida útil. 20
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Por otro lado, revisar situaciones de instalaciones convencionales permitirá elaborar, con sentido crítico, un análisis de la eficiencia de las mismas a favor de otros sistemas alternativos que responden a un uso consciente de los recursos energéticos, reduciendo el impacto medio ambiental en todo su ciclo de vida. Esta visión es depositaria, efectivamente, de una mirada sobre las instalaciones que construyen valores, conectando a los estudiantes con motivaciones que le son propias, fruto de esta época de cambio paradigmático en la que el ambiente, la ecología y la sostenibilidad forman parte de los lemas de la juventud, junto a la vocación creativa de los estudiantes de arquitectura.
Localización La relevancia, en el análisis de estos sitios, radica en el reconocimiento de las diversas situaciones reales que atraviesa la localidad en relación a los servicios públicos y la infraestructura urbana, sus déficits y potenciales, en una búsqueda sensible según el grado de conocimiento de los estudiantes y sus posibilidades de investigar la zona.
Objetivos Reconocer, en un nivel simplificado, los diversos sistemas de instalaciones,
convencionales y no convencionales, para un correcto desempeño de la arquitectura (componente cognitivo). Seleccionar los sistemas de servicios e instalaciones para el proyecto de
diseño, definiendo sus correspondientes materialidades (componente práctico). Generar una posición valorativa, analítica y crítica, para reconocer diver-
sos productos y tecnologías disponibles, sabiendo optar por la adecuada según la situación donde se implementa (componente valorativo y evaluativo).
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Eje temático N° 4: Diseño Estructural Intuitivo
Contenidos La Intuición como elemento fundante de la comprensión del comporta-
miento estructural a partir de indagatorias empíricas. Reconocimiento de la relación Espacio-Estructura asimilando las formas de la naturaleza, como organismo vivo, en el marco de la analogía y la metáfora. Introducción al diseño estructural intuitivo. Definición y condiciones de la estructura. Estructura como sistema. Tipos
de estructura. Elementos estructurales. Vínculos de los elementos estructurales. Conceptos introductorios de Estática y Resistencia de Materiales. Cargas y condiciones de equilibrio. Esfuerzos y deformaciones. Estados básicos de tensión: compresión y tracción. Flexión, corte y tracción. Problemas básicos de las estructuras: resistir cargas (cubrir luces) y trans-
mitir las cargas al suelo. Estructuras flexionadas. Sistemas adintelados y sistemas aporticados. Análisis de los esfuerzos y tensiones. Momento Flector y Momento Resistente. Flecha. Pandeo. Geometría en relación a la solicitación. Resistir empujes horizontales (sismo-viento). Momento de Vuelco y Momento Estabilizador. Estabilidad del sistema y Resistencia y rigidez de planos frente a empujes horizontales. Tipos estructurales. Análisis de tipologías de las estructuras para construc-
ciones de baja y mediana escala. Mampostería. Hormigón Armado. Acero. Madera. Relación con el contexto. Recursos materiales y humanos del medio. Economía. Comitente. Mantenimiento y durabilidad. Significación simbólica y cultural. Revisión por analogía/metáfora del par intuición/razón.
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Descripción La propuesta se sostiene sobre el diseño estructural como argumento inseparable del proceso de diseño arquitectónico. Esta perspectiva permite comenzar con un acontecer creativo ligado a la libre comprensión e interpretación de la estructura – como argumento programático- y no iniciar el recorrido a partir de conceptos provenientes de la física y de las resoluciones matemáticas. Tal como lo plantean Salvadori y Heller (1987, p.10) se intenta tender un puente entre el conocimiento científico de las estructuras y el conocimiento intuitivo de los estudiantes, valorizando especialmente, en esta etapa introductoria, la intuición y la emoción por sobre la razón. En este sentido se considera que la intuición es una capacidad interna del alumno y un potencial activo y rico para esta experiencia. No se puede enseñar a “intuir”, pero sí se puede ejercitar la intuición. Este eje temático, procura dar lugar a las intuiciones que a la vez son motivadoras de órdenes superiores esperando poder preparar a los jóvenes estudiantes para una integración intuición-razón, en próximos niveles, en un devenir inicial siempre creativo y asociado al proyecto y no a las ciencias duras. Por ello se considera que es posible que un estudiante en el comienzo de su ciclo de formación, diseñe estructuras sin la necesidad de ingresar a conocimientos profundos de la matemática y la físicaaunque se retomará alguno de ellos para la conjunción intuición/ razón- comprendiendo igualmente los fundamentos del comportamiento estructural. Cuando el conocimiento previo de los jóvenes (propio del trayecto cognitivo y emocional realizado ya) no es valorado, los mecanismos de autocensura aparecen y con ello la intuición, participación desde la lógica y el sentido común, se silencia no formando parte del enorme potencial que conlleva. Este supuesto pedagógico es el que impulsa a un cambio de orden y contenidos en la currícula de este eje, procurando invertir el campo racional por el campo emocional e intuitivo, generando una respuesta creativa propia del interés de un estudiante en el inicio.
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Localización Este eje tendrá múltiples localizaciones para su abordaje, tantas como resulten del aporte de los propios estudiantes en sus experiencias cognitivas situadas, sumadas a las que el cuerpo docente agregue a este elenco. Esta multilocalización obedece a la necesidad de analizar una diversidad de obras de arquitectura- base empírica de la etapa inicial del diseño estructural intuitivo- que puedan permitir el reconocimiento del ser estructural en sus más variadas versiones, Este estudio inicial de obras permitirá abordar la segunda fase del eje que se sitúa ya en un lugar específico. Este ejercicio de diseño estructural intuitivo inserto en el proceso de diseño arquitectónico permitirá la consideración de la realidad constructiva del lugar y las posibilidades reales del medio local, atributo de análisis que esta propuesta pedagógica sostiene de manera vital y en todos los campos de los ejes temáticos.
Objetivos Aportar a la construcción de una visión liberadora de la relación entre el
proyecto estructural y el proyecto arquitectónico, permitiendo valorar a la intuición como primer elemento creativo para la comprensión del comportamiento del ser estructural (componente práctico). Valorar el potencial creativo, tanto compositivo como formal, que la es-
tructura puede aportar en el proceso de diseño arquitectónico a partir de la función liberadora del comprender los fundamentos del comportamiento estructural (componente cognitivo) Diseñar la estructura del proyecto arquitectónico anual en el marco de un
proceso creativo y liberador que permita conjugar la intuición- propia del devenir personal- y el razonamiento- franqueado por los contenidos compartidos y colectivamente equilibrados- en una instancia de aprendizaje lúdico y motivador de la experiencia (componente evaluativo). Desarrollar una práctica reflexiva y de sentido crítico frente a la selección
de los diversos sistemas estructurales, en función de la realidad local y/o regional a partir de una revisión social, cultural y productiva del medio (componente valorativo). 24
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Eje temático N° 5: Sistemas Tecnológicos Culturales
Contenidos Sistemas constructivos. Las técnicas en relación a los materiales utilizados.
Sistema Vía Húmeda y Sistema Vía Seca. Componentes de los sistemas. Características. Criterios de selección tecnológica Aspectos Bioclimáticos. Función. Valor
cultural y simbólico. Recursos locales. Materialidad consciente. Posibilidades de mercado. Transporte y fletes. Conocimiento local. Aspectos ambientales. Mantenimiento. Comitente: público o privado. Economía y factibilidad. Dinámicas económicas que motorizan. Políticas de desarrollo regional productivo. Enfoque socio técnico. Componente estructural. Suelo. Fundación. Tipos de fundaciones, Estructuras
de hormigón armado, de acero, madera y mampostería. Producción local. Componente envolvente lateral. Muros, tabiques y paneles. Comporta-
miento térmico. Aislaciones. Protecciones. Terminaciones. Mantenimientos. Aberturas. Tipos. Función. Materiales. Protecciones. Mantenimiento. Producción local. Componente envolvente superior. Cubierta vía seca. Cubierta vía húmeda.
Comportamiento térmico. Aislaciones. Protecciones. Terminaciones. Mantenimiento. Producción local.
Descripción En este eje temático se intentará acercar el hecho técnico y la relevancia social intentando situarse dentro de un paradigma complejo que dé cuenta de soluciones socio técnicas. Se pondera en los contenidos de este eje la percepción de los procesos tecnológicos y su impacto sobre la vida humana. Esta perspectiva implica comprender que de alguna manera la tecnología marca la frontera de lo que podemos hacer, pero la ética y su política lo que debemos hacer (o podría ser también, lo que no debemos hacer), siendo este un límite al respeto humano (Winner, 2008). Para ello se espera reflexionar, durante el transcurso de este eje, de una manera comprometida que coadyuve en la selección de la tec25
nología (producto-proceso-gestión) de acuerdo a la situación real del contexto; en este sentido nos deberá interpelar el pensar en los límites de la democracia, el concepto de ciudadanía, el papel de Estado, la intervenciones de los grupos financieros y las multinacionales, sin omitir los valores culturales del sitio. Parecerá esta discusión ajena a la problemática de los sistemas tecnológicos, pero tal como se está presentando esta propuesta, lo importante es no tan solo interpretar el mundo sino transformarlo (undécima tesis sobre Feuerbach, Karl Marx 1845). Esta activa reflexión acerca de la materialidad de la tecnología versus la concepción holística de la tecnología se resume en el coraje que se debe tener para ir más allá de la comprensión estrecha de la formación convencional con que hemos sido enseñados. Por ello es de suma importancia que este eje temático pueda enseñar los sistemas constructivos y sus componentes materiales a partir del reconocimiento político de la tecnología (Winner, 2008). Esto es asumir que los sistemas tecnológicos pueden ser usados para incrementar poder, autoridad y privilegios de unos sobre otros; si nuestra posición al respecto solo atiende a la tecnología en cuestiones de diseño relacionadas con objetos, herramientas, materiales y usos, no incluyendo en su atención el significado y atributos socio culturales, económicos y ambientales de esos diseños estaremos ciegos e intelectualmente perdidos. Desde este lugar es que el eje temático plantea sus contenidos específicos que se describieron y los pone a prueba confrontándolos con un debate que se abrirá repetidamente, cada vez que ingrese una nueva cohorte de estudiantes.
Localización Para poner en marcha la comprensión de “sistemas tecnológicos” se considerarán diversos lugares de nuestro país, en un recorrido regional que advierta sobre diversos climas, recursos y culturas; también política, accesibilidad, economía y productividad. A nivel de análisis se podrán considerar casos internacionales de uso y selección de sistemas tecnológicos.
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Objetivos Reconocer los diversos componentes (estructura y envolventes lateral y
superior) de los sistemas constructivos en el marco del enfoque de sistema tecnológico y su impacto en el medio local y global (componente cognitivo). Elaborar conscientemente criterios de selección tecnológica que interven-
gan desde el inicio en el proceso de diseño del proyecto anual (componente evaluativo). Diseñar un sistema constructivo en el marco del proyecto de diseño anual
coherente con la posición tomada respecto de los criterios de selección tecnológica (componente práctico). Construir una reflexión crítica respecto de los sistemas tecnológicos que se
están proponiendo y ejecutando en el contexto local, procurando desarrollar estrategias que reviertan los impactos de esta selección hegemónica (componente valorativo) Nota: Para los cinco ejes temáticos se hace notar que los sitios elegidos- localización- deberán tener factibilidad de acceso a la información. Así mismo se podrán agregar otros casos por la posibilidad de contar con relatos de informantes que vienen trabajando en los sitios o viven en ellos. En este sentido se aprovecha entonces no sólo el dato secundario que se pueda obtener sino que se cuenta con fuentes primarias de datos que involucran aspectos siempre inéditos y muy valiosos.
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II Formas evaluativas liberadoras
Ejercicios evaluativos de revisión cognitiva Se prevé tres tipos de instancias evaluativas de diferente carácter y modalidad para dar cuenta de los aprendizajes que se promovieron en el marco de esta comunidad cooperativa. Aprendizajes que deben articular en forma multidireccional a todos los que participamos de esa experiencia de CONVIDAR TECNOLOGÍA. Los trabajos desarrollados durante el espacio del taller, en una instancia colectiva y cooperativa, los ejercicios evaluativos al término del desarrollo de cada eje temático, en una instancia personal de autoconocimiento, y los aportes específicos de la travestida asignatura a procesos de diseño en cualquier otro ámbito, en instancias de contacto con la comunidad, los vecinos, el afuera académico. En cuanto a los primeros, cada trabajo que se desarrolle en el taller, en el marco de cada uno de los ejes temáticos y como parte de reflexiones y comprensiones en avance, se expondrá visualmente durante los mismos espacios de taller y serán puestos en común apelando a una autoevaluación de los alumnos en un sistema directo (revisión del propio trabajo) o en un sistema invertido (revisión del trabajo del compañero y devolución). Esta instancia será de carácter grupal y apelará a la efectiva participación de los estudiantes en debates conjuntos, diálogos entre pares y construcciones cooperativas. Este trabajo deberá ser consignado como “presentado” y “no presentado”, aludiendo a la no necesidad de una calificación numérica. Respecto de los ejercicios evaluativos, éstos se desarrollarán al cierre de cada eje temático considerando posibles articulaciones. Este ejercicio consistirá en una oportunidad para revisar de manera personal y hacia adentro, los contenidos trabajados colectivamente en el taller, pudiendo percibir cuántos de estos contenidos se han anclado y son pasibles de uso y cuántos de estos no han sido recogidos ni internalizados. Este ejercicio es significativo tanto para cada estudiante, 29
pues podrá reconocer lo que controla cognitivamente y lo que le falta por aprehender, como para los docentes, a modo de instrumento de revisión para ajustar y focalizar sobre los contenidos no suficientemente instrumentalizados. Esta condición última se considera de suma importancia pues representa la puesta a punto de la metodología didáctica y sus alcances pedagógicos, mostrando la autonomía cognitiva de cada estudiante y el ajuste del gesto pedagógico en el docente. Este trabajo se abordará de manera personal para poder relevar la información del estado cognitivo del curso de manera precisa, sin distorsiones propias de la heterogeneidad del grupo. Quienes descubran que no puedan alcanzar un manejo de los contenidos en un primer ejercicio, podrán realizar un nuevo ejercicio evaluativo con el fin de madurar su aprendizaje. Este nuevo ejercicio evaluativo se articulará con el siguiente eje temático, con el fin de colaborar con el joven estudiante en una comprensión integral de la problemática, asumiéndola más cercana a la realidad, beneficio que puede permitirle una mayor comprensión del contenido específico a revisar. Por último, los aportes específicos al proceso de diseño, se realizarán de manera simultánea a las otras instancias evaluativas y consistirá en sucesivas aproximaciones a partir de reflexiones críticas, elaboración de criterios de selección, diseño bioclimático, materialidades conscientes y diseño estructural intuitivo hasta llegar a la propuesta final que asume un sistema tecnológico para el proyecto de diseño, que se conecte con el afuera académico, coherente con la construcción paulatina de su posicionamiento como profesional de la arquitectura pero así también como ciudadano responsable y comprometido con la sustentabilidad humana. Este trabajo se podría desarrollar a lo largo de todo el ciclo, posibilitando la maduración de las ideas y la complejización de las mismas. El docente es un facilitador continuo de esta operación cognitiva de maduración y acompaña al estudiante en las búsquedas de las soluciones. A la vez aprende.
Ejercicios evaluativos de revisión pedagógica Se espera poder incluir, como un ejercicio sistematizado hacia adentro, la revisión de las estrategias de enseñanza y aprendizaje en esa comunidad cooperativa. En este sentido los trabajos constituirán una revisión constante en la que los docentes podremos ir midiendo 30
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los recorridos cognitivos de cada grupo de estudiantes, de manera colectiva y bajo una visión de conjunto. Para poder trabajar con mayor precisión, en ese sentido, los ejercicios evaluativos serán un valioso resultado respecto de los avances en el manejo de conocimientos y su articulación por parte de los estudiantes. Estos ejercicios, que se desarrollan de manera personal y colectiva, permitirán revisar y medir los logros alcanzados por los estudiantes. Ahora bien, vale aclarar que este ejercicio no solo será considerado en cuanto al resultado expresado en ese sentido, sino que también será una expresión tangible de los contenidos que no pudieron internalizarse en el grupo, pudiendo indagarse así en los motivos de esa situación. En otras palabras, será el ejercicio evaluativo el efecto de una causa que no solo se asienta en la práctica propia del estudiante y su posibilidad, sino también en la práctica docente; será productor de una retroalimentación constante que permita el ajuste personalizada para cada comunidad cooperativa de aprendizaje, año a año. El trabajo que se constituye en los aportes al proceso de diseño del proyecto en el afuera académico, será también objeto de revisión y reflexión de los docentes de CONVIDAR TECNOLOGÍA. Se procurará tomar una muestra representativa – aleatoria- de los trabajos realizados en un año y se analizarán los alcances de los mismos en función de las expectativas de logro expresadas en las metas de CONVIDAR TECNOLOGÍA, reconociendo los límites que se presentaron, los obstáculos que tuvieron que sortearse y los logros que se alcanzaron. En esta autoevaluación del grupo de docentes de CONVIDAR TECNOLOGIA se podrán definir las especificidades de la experiencia según los docentes, según el turno, según el eje temático, según las circunstancias contextuales propias de la vida universitaria y del contexto real del país; y otras categorías de análisis construidas con el grupo de docente cada año.
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III (In)tensión y (Ex)vestigación (por vos Renato)
CONVIDAR TECNOLOGÍA hacia afuera La investigación, en el seno de nuestras facultades de arquitectura, pudiendo ser similar en otros casos, es una actividad joven y en proceso de maduración. Los docentes se han iniciado recientemente en esta tarea, producto de las nuevas reglamentaciones universitarias y la tracción de otras facultades que han ido generando un espacio bien interesante. Las facultades de arquitectura principalmente han sido productoras de profesionales y la currícula académica ha estado especializada en la resolución de tareas propias de la práctica profesional. Recientemente las facultades de arquitectura de nuestro país, han abierto espacios de Posgrado (Especializaciones, Maestrías y Doctorados) en los que los docentes y egresados comienzan a transitar otra etapa de reflexión disciplinar y búsqueda de articulaciones interdisciplinarias, que den cuenta de otras preocupaciones, no necesariamente focalizadas sobre el ejercicio profesional del arquitecto. Bajo esta nueva y joven actividad investigativa se hace necesario que nuestros docentes, en la facultad, transiten no sólo la formación áulica del posgrado sino que puedan afiliarse a experiencias concretas de investigación, dando lugar a prácticas investigativas asociadas a problemáticas situadas. Desde esta perspectiva es que se plantea a la investigación, en la presente propuesta que propicia CONVIDAR TECNOLOGÍA, como una actividad imprescindible, como una instancia de formación personal y como una instancia de revisión de la propia práctica docente. La propuesta que promueve CONVIDAR TECNOLOGÍA supone la formación de un espacio investigativo donde se pueda desarrollar una experiencia colectiva de investigación y extensión entre los docentes y los estudiantes, en la búsqueda de un espacio participativo horizontal que desdibuje las relaciones de jerarquía instituidas (do33
cente-alumno) en el seno de los espacios formales académicos, para resignificar la investigación en una propuesta de saberes diversos y potencialmente útiles. La co-construcción en las aulas. En estos espacios de investigación- extensión, llamadas aquí (ex) vestigación e (in)tensión siguiendo el convite que Renato Dagnino1 hiciera hace tiempo atrás, se invita a pensar en una clara articulación entre la universidad y la comunidad de contexto, no universitaria. La idea persigue ingresar a la comunidad no académica a los espacios universitarios en donde pueda expresar sus problemas, deseos, necesidades y sentires, a partir de los cuales la comunidad universitaria pueda sumarse como una voz calificada, pero no única ni superior. Esto constituiría lo que llamo (ex)vestigación, siguiendo a mi maestro Renato. La investigación que se hace con la gente adentro, cantando sus propias canciones. De esta manera se podría realmente considerar la necesidad de la gente y no especular con posibles necesidades pensadas desde quienes no las tienen. En este caso la (ex) vestigación propone abrir la puerta soldada de la universidad e invitar a pasear por los pasillos y los claustros a la gente y sus búsquedas. Por otro lado la extensión, que en la mayoría de los casos resulta una filantrópica manera de consolidar la elite académica en el mundo bastardo, se convierte en (in)tensión y se constituye en la gran oportunidad que tiene el investigador de aprender y mimetizarse con la gente, que recibe al académico en su propia cancha conformando una comunidad de colaboración mutua. Así la imagen de la investigación tradicional se disuelve en otra forma de relación donde la gente común y los investigadores universitarios, también comunes, se entrelazan en un único esfuerzo que procura dar respuestas a problemas a partir del saber y sentir de todos.
1 Renato Dagnino; podría presentarlo como ingeniero, doctor y economista. Un intelectual brasilero de gran prestigio. Profesor de la UNICAMP, compañero de Amilcar Herrera en tiempos donde se consolidaban los planes de Ciencia y Tecnología para la región. Pero prefiero presentarlo como mi mentor y maestro. Padre de mi recorrido investigativo provocador. Mi vida en la investigación después de conocerlo nunca más fue igual…haber podido influenciar gente como tu es un privilegio…ha sido lo último que me escribió hace pocos días. Gracias Renato por todo lo que tus palabras me hicieron conocer y después hacer.
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En este caso la (in)tensión supone que la universidad salga de sus recintos y se mezcle en un acto de iguales en la calle con el propósito de colaborar en la búsqueda de lo que ya la gente viene buscando, y no especular con lo que se supone deben buscar. Parece todo esto una auténtica obviedad. De tan obvio, tonto. Pero la realidad de nuestra universidad es que no lo ha operacionalizado todavía. Existe una mínima apertura que decomisa todo lo que hay en los bolsillos. Deja entrar a la gente de la calle, una vez vaciados de razón y corazón, y deja salir a los investigadores, llenos de pura razón. Y allí está el problema! Quienes desean realmente trabajar con problemas sociales, junto a la comunidad local, no pueden dejar su corazón rojo de lado. El corazón rojo es el que moviliza las mentes grises, dice también Renato. La investigación y la extensión en la universidad deben ir juntas, tomadas de la mano y proponer resoluciones a problemas contextuales, situados en territorio con comunidad y deben también compartir la definición del problema y su resolución con la gente de la calle, que son los que viven los problemas, convirtiéndose en los auténticos expertos. Expertos no vacíos. Expertos con saberes. Expertos con sentires. Expertos iguales a los universitarios. La investigación y la extensión uniendo calles y claustros en una auténtica Co-construcción. CONVIDAR TECNOLOGÍA así lo propone. Amén.
CONVIDAR TECNOLOGIA para una mejor productividad Porqué es necesario interpelar al conocimiento académico en sus formas de conocer y producir. Qué manifestaciones son las que impulsan, en este tiempo, a provocar una nueva forma de pensar, hacer y sentir. La situación actual tiene una sobrecarga de problemas no resueltos que se acumulan y es así que comienza a ceder toda posibilidad de sobrevivencia. CONVIDAR TECNOLOGIA intenta negociar y arbitrar, cual herramienta de mediación, las problemáticas tecnológicas con sus resoluciones, buscando para ello los emergentes de experiencias surgidas de una “otra” forma de conocer y acceder, en el marco de procesos tecnológicos donde la Tecnología se erige sobre un laberinto de transformaciones. 35
La Tecnología en su tríada conceptual de producto, proceso y gestión abre el paradigma de lo material y se lanza a bucear en las relaciones humanas y sus protocolos, encontrando que sus principales males radican en la esquizofrenia del poder y la toma de decisiones. El desarrollo y la visión de progreso se direccionan en un “hacia adelante” poco expectante, donde los beneficios están sesgados para minorías, y las decisiones pasan de largo hacia el bunker de los bien posicionados. En esta alternativa, casi suicida, la Tecnología irrumpe provocadora quebrando el estandarte del “hacia adelante”, para dar lugar a un nuevo ideario de desarrollo que se fortalece en el “hacia adentro” y se inmortaliza en el “hacia arriba”. La situación de productividad asociada a CONVIDAR TECNOLOGIA propone dejar de conmoverse en la intelectualidad del que explica y comprende, para resarcirse de todo mal revolcándose en la expertiz del que transforma. Esta acá. Ha llegado. Es la hora de pensar para hacer y de los convites que nos incluyan a todos. La consigan entonces es cambiar las reglas del juego para que el juego comience a ser lúdico para todos. La necesidad de fortalecer al sector productivo de los emprendimientos más pequeños en la economía nacional (PYMES- COOPERATIVAS- ASOCIACIONES) radica en la naturaleza de los mismos y su contribución a la generación de empleo (70% del empleo productivo está en manos de dichos emprendimientos) y la distribución de la renta, que este tipo de proceso económico promueve al generar articulaciones comerciales para un abastecimiento y consumo dentro del país. En este sentido los emprendimientos que sostienen el mercado interno nacional son fusibles que regulan las redes sociales y su sobrevivencia en condiciones de integración e integridad. Las actividades productivas de escala pequeña o mediana han sido en la historia de Argentina las que han sostenido el desarrollo nacional de manera constante y a la vez han sido los sectores en los que los gobiernos han recalado frente a las crisis socio productivas de envergadura. La famosa teoría económica del “derrame”, que absorbe empleo y/ o mano de obra frente a grandes inversiones de capitales, ha sido cíclicamente la gran estafa liberal que ha devastado, una y otra vez, la productividad de nuestra nación. No obstante esto, las organizacio36
lado B
nes productivas solidarias, cooperativas, asociativas y las pequeñas industrias se han mantenido creativamente en el control de una producción que ha permitido siempre atender los intereses de la población y han concertado el ser nacional. El problema de la producción en nuestro país se asienta principalmente en el beneficio de la renta financiera que acontece cuando, colocar el dinero en el banco, genera más dividendos que comprar una máquina y producir. El dinero por lo tanto no gestiona de manera directa la productividad, siendo en todo caso el trabajo humano el que sostiene dicha productividad y el afán por los ideales de distribución bien entendida. La bicicleta financiera beneficia a los dueños del capital que en nada invierten si las tasas bancarias superan las posibles ganancias de una producción, aún duplicando sus esfuerzos. En cambio los sectores de la producción generan trabajo legítimo, que pone en marcha un circuito interno por donde circulan bienes y servicios en el marco de las necesidades de una población como bienes comunes. Es imprescindible recapitular las estrategias políticas productivas nacionales a partir de: i) el buen uso de recursos ii) en el marco de procesos productivos de base cognitiva plural, que dan ingreso a saberes múltiples y variados (académicos y no académicos) iii) promoviendo la inclusión social y cultural a partir de la toma de decisiones asociativas y colaborativas dentro de consorcios público privados (Estado – Emprendimientos Productivos) a fin de regular y controlar las cuestiones de la macro economía a favor de la economía interna.
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IV Un Rompecabezas para CONVIDAR TECNOLOGÍA
A continuación se presenta, a manera de esquema gráfico conceptual, la trayectoria de la propuesta pedagógica para CONVIDAR TECNOLOGÍA que es resultado de la mediación entre la experiencia en investigación, llevada a cabo en mi trayecto como investigadora, y la experiencia en procesos de enseñanza y aprendizaje, llevada a cabo en mi trayecto como docente. Se presenta el enfoque de la propuesta a partir del Saber y la Tecnología, considerando conocimientos académicos y no académicos, que hacen al acervo de los sistemas tecnológicos culturales que deberían poder imprimirse en la instancia proyectual para un bien común. Aparecen los ejes programáticos planteados desde cada perspectiva particular, donde la ideología queda asumida en su expresión más expuesta, y la forma de relacionar un eje con otro a lo largo del ciclo de una comunidad de aprendizaje, impactando sobre el ciclo educativo y ciclo vital. También se descargan en el esquema los momentos evaluativos de revisión pedagógica y cognitiva, insertos en este gesto propositivo de CONVIDAR TECNOLOGÍA. El esquema también presenta el enfoque metodológico con que se lleva a cabo la propuesta teniendo en cuenta los componentes claves de la metodología como son la información, el diálogo, la crítica y el control final, para reconocerlos en el marco de momentos específicos bajo procesos que le son pertinentes y objetivos cognitivos, prácticos, valorativos y evaluativos, todo aquello en el marco de una serie de actividades en sintonía con la naturaleza de esta propuesta. En adelante los invito a pensar y sentir cada lámina que se comparte, bajo un orden que en silencio va recorriendo la propuesta entregando de a poco el detalle de su especulación, tanto teórica como programática. Le llamo Rompecabezas para Convidar Tecnología a esta parte del libro ya que supone recorrer el trayecto de la propuesta a partir de figuras, globos y formas que se irán entrelazando en sus propias inter39
pretaciones según vayan apareciendo las imágenes. El rompecabezas supone ir formando una figura o escena correctamente combinada. Pero lo correcto de esta combinación sólo depende de usted. Lo que viene, en las próximas páginas, supone una presentación en la que cada lector podrá interpretar el sentido de lo que va apareciendo en escena, completando un enigma o acertijo, que tendrá múltiples resultados, casi tantos como lectores, pues se trata de hacer intervenir su propia explicación de acuerdo a su libre y creativa forma de pensar. Ojalá encuentre usted más sentidos de lo que pude expresar yo en este gesto gráfico. Un silencio de imágenes para que quien lo escuche pueda cantar su propia canción.
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lado B
ENFOQUE DE LA PROPUESTA
lado B
IV. INVESTIGACIÓN Y EXTENSIÓN
CULTURA TECNOLÓGICA
PROCESO PROYECTUAL‐ DISEÑO
CONOCIMIENTO ACADÉMICO CONOCIMIENTO NO ACADÉMICO CO‐CONSTRUCCIÓN
III. PROGRAMA
Retroalimentación
Retroalimentación
II. TECNOLOGÍA
Retroalimentación
I. SABER
CLAVES DE LA PROPUESTA:
Retroalimentación
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CONVIDAR TECNOLOGIA
Eje Temático N° 5: SISTEMAS TECNOLÓGICOS CULTURALES
Eje Temático N° 4: DISEÑO ESTRUCTURAL INTUITIVO
Eje Temático N° 3: SUSTENTABLES INSTALACIONES
Eje Temático N° 2: RECURSOS MATERIALES CONSCIENTES
Eje Temático N° 1: ARQUITECTURA TERRITORIAL
EJES TEMÁTICOS DE LA PROPUESTA
DISEÑO PROYECTUAL
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lado B
CONVIDAR TECNOLOGIA
EJE N° 1
Avance de contenidos‐ EJES TEMÁTICOS‐ en la estructura pedagógica de la propuesta:
DISEÑO PROYECTUAL
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CONVIDAR TECNOLOGIA
EJE N° 2
EJE N° 1
Avance de contenidos‐ EJES TEMÁTICOS‐ en la estructura pedagógica de la propuesta:
DISEÑO PROYECTUAL
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lado B
CONVIDAR TECNOLOGIA
EJE N° 3
EJE N° 2
EJE N° 1
Avance de contenidos‐ EJES TEMÁTICOS‐ en la estructura pedagógica de la propuesta:
DISEÑO PROYECTUAL
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CONVIDAR TECNOLOGIA
EJE N° 3
EJE N° 2 .
EJE N° 1
EJE N° 4
Avance de contenidos‐ EJES TEMÁTICOS‐ en la estructura pedagógica de la propuesta:
DISEÑO PROYECTUAL
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lado B
CONVIDAR TECNOLOGIA
EJE N° 5
EJE N° 3
EJE N° 2
EJE N° 1
EJE N° 4
Avance de contenidos‐ EJES TEMÁTICOS‐ en la estructura pedagógica de la propuesta:
DISEÑO PROYECTUAL
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CONVIDAR TECNOLOGIA
EJE N° 5
EJE N° 3
EJE N° 2 1° Ev.
EJE N° 1
3° Ev.
2° Ev.
EJE N° 4
Avance de contenidos‐ EJES TEMÁTICOS‐ en la estructura pedagógica de la propuesta:
DISEÑO PROYECTUAL
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lado B
Actividades
Objetivos
Control
Crítica
Diálogo
Información
Componentes
Momentos
Procesos
ENFOQUE METODOLÓGICO Estructura Cognitiva y Pedagógica de cada Eje Temático
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Actividades
Objetivos
Control
Crítica
Equilibrio
Reflexión
Acomodación
Asimilación
Información
Diálogo
Momentos
Componentes
Ciclo Vital
Ciclo Educativo
Procesos
ENFOQUE METODOLÓGICO Estructura Cognitiva y Pedagógica de cada Eje Temático
52
lado B
Evaluativo
Proyecto de Diseño
Práctico
Análisis de Obra
Valorativo
Cognitivo
Teórico
Crítica de Obra
Objetivos
Actividades
Control
Crítica
Diálogo
Información
Componentes
Equilibrio
Reflexión
Acomodación
Asimilación
Momentos
Ciclo Vital
Ciclo Educativo
Procesos
ENFOQUE METODOLÓGICO Estructura Cognitiva y Pedagógica de cada Eje Temático
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Objetivos
Cognitivo
Práctico
Valorativo
Evaluativo
Actividades
Teórico
Análisis de Obra
Crítica de Obra
Proyecto de Diseño
Control
Crítica
Diálogo
Información
Componentes
Equilibrio
Reflexión
Acomodación
Asimilación
Momentos
Individual
Ciclo Vital
Colectivo Cooperativo
Ciclo Educativo Individual
Procesos
ENFOQUE METODOLÓGICO Estructura Cognitiva y Pedagógica de cada Eje Temático
Bibliografía
Piaget, J. (2012). La equilibración de las estructuras cognitivas. Problema central del desarrollo (3° edición). España. SIGLO XXI Editores. Salvadori, M. y Heller, R. (1987). Estructuras para arquitectos. Buenos Aires. Editorial CP67. Serrano, J. y Pons, R. (2011) El constructivismo hoy: enfoques constructivistas en educación. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 13(1). http/:redie.uabc.mx/vol13n°1/contenidos-serranopons.html Vigotsky, L.S. (2012) El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. España. Ed. Planeta. Winner, L. (2008). La ballena y el reactor. Una búsqueda de los límites en la era de la alta tecnología. Barcelona. Editorial GEDISA.
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RE-vés del Libro
El Lado “B” del libro ha intentado presentar un enfoque epistémico, metodológico e ideológico en consistencia con una propuesta académica para CONVIDAR TECNOLOGÍA. Esta propuesta ha supuesto revisar aspectos que hacen al abordaje cognitivo en los espacios de formación. Se ha preguntado por los modos de aprender y enseñar, procurando poner en valor los procesos con que se conoce de manera personal, hacia adentro, y los procesos con que se conoce de manera colectiva, hacia arriba, en una instancia sinérgica y como comunidad de aprendizaje co-construido, en una auténtica helipse que se retroalimenta a partir de una evaluación de movimientos libres. CONVIDAR TECNOLOGÍA ha previsto un espacio donde se encuentren las calles públicas de la vida con los claustros abiertos e iluminados de una universidad reconvertida. La docencia, la investigación y la extensión, llamadas aquí CONVIDAR TECNOLOGÍA, irrumpen provocando la razón y la emoción, advirtiendo que es posible esta “otra” forma de pensar, hacer y sentir. Queda recorrer el Lado “A”. ¡Adelante y al revés!
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Mural Colectivo “Co-construcción II”. Autores: Walter Petean y Edgardo Enrique.