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5. Conclusiones de la Región NEA

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4. Trayectorias

4. Trayectorias

De los alumnos que piensan seguir estudiando, un 31,9% expreso continuar realizando otro curso, un 20,6% no ha decidido aún y un 8,7 % le interesa realizar una carrera universitaria relacionada al curso realizado.

En relación a los trayectos laborales se observa que el 45% manifestó que el curso profesional tiene relación con su trabajo actual (mucho y bastante), mientras que el 18% expresó que no tiene mucha relación y el 37% nada de relación. Como muestra el Gráfico 16, entre las mujeres, quienes dicen que los cursos que realizan tienen poca y nada relación con sus trabajos actuales representan una proporción más elevada (63%). Respecto a los rango etarios, en todos prevalece que no hay relación entre el curso y el trabajo, salvo en los grupos de 31 a 40 años y los adultos de 41 a 50 años que enunciaron en mayor medida que sí existe mucha correspondencia entre el curso y el trabajo.

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Gráfico 11. Relación del trabajo con la formación profesional según género. Región NEA. Año 2017 (en porcentajes)

Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. En base a 20.493 casos

Gráfico 12. Tiempo de búsqueda laboral según sexo. Año 2017 (en porcentajes)

Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. En base a 20.493 casos

5. Conclusiones de la Región NEA

El NEA es una región de las de menor matrícula de alumnos de FP, en la que se observa una predominancia de los varones, en su mayoría, jóvenes de hasta 40 años de edad. Si se analiza la desagregación de esa población se observa una preeminencia de los más jóvenes, de entre 15 y 24 años, que representan al 45% del total de los alumnos de FP.

El estudio demuestra que un alto porcentaje de los alumnos que realizan los cursos de FP han nacido y continúan viviendo en sus provincias. Otro aspecto a destacar que nos muestra el relevamiento es la fuerte incidencia del sector estatal, ya sea en el uso de los servicios brindados como ser salud pública, instituciones educativas formales y algún tipo de asistencia social.

Asimismo, la FP cumple desde la perspectiva del alumnado un rol relevante en la cuestión laboral entendiendo a ésta como un mecanismo necesario para reforzar la búsqueda o por requerimientos del trabajo actual. La gran mayoría tuvo experiencia laboral, lo cual no necesariamente significa que al

momento se encuentre con trabajo. Entre los alumnos que tienen trabajo, menos de un tercio lo hace en un empleo estable, mientras que el resto lo hace a través de empleos temporarios o de actividades de cuenta propia, en donde predominan las changas (60% de los cuentapropistas) y en menor medida de los micro emprendimientos (el 40% restante).

Cabe poner de manifiesto que la gran mayoría de los cursos que se realizan son gratuitos en concordancia con las dificultades económicas, de traslado y costos de transportes manifestados. En tal sentido, la localización de los centros se vuelve un tema central, con la mayoría de los alumnos viviendo a menos de 2km de distancia de estos centros.

Conclusiones finales

Este documento ha tenido por finalidad presentar las características de los perfiles de los alumnos de la FP en la Argentina dando cuenta de las particularidades que se manifiestan en cada una de las regiones. A continuación, se señalan los aspectos más relevantes.

En términos generales se puede destacar que la distribución de los alumnos sigue, en líneas generales, la poblacional con una mayor concentración en la región Centro, que representa el 63% de los alumnos y una menor participación de región Sur. No obstante, en la distribución resalta la mayor participación de la Región Cuyo en relación a su participación en la población total, dado que con un 8% de los habitantes abarca al 13% de los alumnos totales.

Con respecto al perfil demográfico de los alumnos, se presenta una mayor parte de hombres que de mujeres (55% y 45%) respectivamente, de forma contraria a lo que sucede con el total de la población, donde el 51% es de género femenino y el 49% masculino. En las regiones Centro, NEA y Sur prevalecen los hombres entre los alumnos, siendo en la región Centro donde los hombres tienen una mayor participación en relación a los alumnos totales de la región, superando el 60%. Por su parte, en Cuyo y NOA hay mayoría de mujeres. En estas dos últimas regiones, la participación de las mujeres en los cursos de FP es mucho mayor que su participación en la población, principalmente en la región Cuyo, en donde las mujeres constituyen 51% de la población y sin embargo representan más del 65% de los alumnos de FP.

En el total de alumnos, la distribución etaria se divide aproximadamente en tercios para las franjas etarias de 15 a 24, 25 a 40 y más de 41 años (con una participación levemente inferior de este último grupo y algo mayor de los primeros dos). Sin embargo, hay regiones en donde el grupo de los más jóvenes representa más de la mitad de los alumnos de los CFP, como es el caso de las regiones de Cuyo y de NOA.

Con respecto al lugar de nacimiento de los alumnos, en todas las regiones se encuentra mayoría de quienes nacieron en donde viven, con un promedio de 80% en el total país. Sin embargo, en la región Sur esta proporción disminuye, con solo un 56% de alumnos que nacieron en la misma provincia en la que viven, mientras que un 37% lo hizo en otra provincia y un 7% en otro país. En las regiones de NOA, NEA y Cuyo la proporción de alumnos que nacieron en donde viven es la más alta (cercana a 90%).

Un aspecto interesante a destacar es la diferencia entre los alumnos y las medias poblacionales en los que respecta a la cobertura de salud. Mientras que a nivel país, de acuerdo al Censo 2010 el 38% no tenía ningún tipo de cobertura de salud, entre los alumnos esta proporción asciende a 54%. Estas diferencias se amplían en algunas regiones, como por ejemplo en Cuyo, donde entre los alumnos el 70% no cuentan con cobertura de salud (a diferencia de los datos censales, en donde 39% no posee este tipo de seguros) y en el NOA, donde sucede algo similar (71% sin cobertura entre los alumnos en relación a 45%en el Censo 2010).

En cuanto a las características educativas, en todas las regiones el nivel máximo alcanzando que prevalece es el secundario, ya sea completo o incompleto, con entre el 55% y 65% de los alumnos de los CFP. Le sigue en importancia el nivel superior, pero en este caso resalta que en Cuyo la proporción de alumnos con nivel educativo superior (desde terciario en adelante) es mucho menor que en otras regiones y, por el contrario, los alumnos que cuentan con nivel máximo hasta primario completo representan una proporción mayor que en las otras regiones.

Otro aspecto que se ha evaluado ha sido la condición laboral de los alumnos. En el total país, la proporción de alumnos ocupados es de 61%, los desocupados representan el 31% y un 8% es inactivo. Sin embargo, estas proporciones cambian entre regiones y por género. La proporción de alumnos ocupados en Cuyo es la menor del país (45%) seguida por NOA (52%) y NEA (57%). La región Centro es la que muestra la mayor proporción de alumnos ocupados (65%) y la menor de alumnos desocupados.

Por su parte, en todas las regiones las mujeres presentan proporciones de ocupación inferiores a las de los hombres y una mayor proporción de desocupadas e inactivas. Otro factor común a todas las regiones es que el tiempo de búsqueda laboral parece incrementarse con la edad. En todas las regiones, a medida que aumenta la edad aumenta la proporción de alumnos sin empleo, que se encuentran en la búsqueda por más de un año.

Finalmente, en cuanto a los cursos de FP, en primer lugar, resalta que en todas las regiones son mayoría quienes los están realizando por primera vez, es decir, no habían participado antes de ningún otro curso. También resulta interesante comparar los resultados de los perfiles de los alumnos de las distintas regiones con las conclusiones que arroja el Censo 2010. Más allá de las diferencias de los periodos de tiempo entre una y otra medición, hay diferencias que resultan llamativas. Por ejemplo, en la región Centro, la participación de la mujer en el mercado laboral (esto es, la suma de ocupadas y desocupadas sobre el total de ocupados y desocupados) es muy inferior a la de la media poblacional (34% entre los alumnos contra 44% en la población). Por el contrario, en Cuyo y en NOA la participación de las alumnas supera holgadamente a la poblacional (64% contra 44% en Cuyo y 53% contra 42% en NOA). En las regiones Sur y NEA se encuentran participaciones en el mercado laboral más homogéneas entre la población general y entre los alumnos de Formación Profesional.

En todas las regiones, la tasa de desocupación entre los alumnos de FP supera por amplias diferencias a la tasa de desocupación de la población general. En la región Centro, la tasa de desempleo según el Censo 2010 era de 5,7%, mientras que la proporción de desocupados entre los alumnos era de 27%. En Cuyo la diferencia es aún mayor, con el 7,1% de la PEA desocupada según el Censo 2010, y 40% de los alumnos desocupados entre los alumnos de FP, situación similar a la del NOA.

En las regiones el acceso a estos cursos viene dado por la recomendación de un familiar o amigo y, esto es aún más fuerte en el caso de los jóvenes, en donde en el 60% de los casos se llega por este tipo de referencia. Recién en segundo lugar se menciona que en los CFP se encuentra una oferta acorde a los intereses previos de capacitación. En el 90% de los casos los cursos que se realizan son gratuitos, aunque en la región NEA este porcentaje disminuye a 76%. La duración de los cursos difiere entre las regiones, con algunas como Cuyo y en el Sur en donde hay una alta participación de cursos de más de un año (62%), y otras como NOA y NEA donde hay más demanda de cursos de entre 7 meses y un año.

Finalmente, las calificaciones de los cursos en todas las regiones suelen ser altamente positivas en casi todos sus aspectos, observándose mayores proporciones de respuestas negativas en las evaluaciones de la infraestructura y equipamiento. Este último aspecto es uno de los que deben ser atendidos con mayor consideración por parte de los tomadores de decisiones en tanto, muchos de los Centros relevados presentaban importantes dificultades y limitaciones edilicias.

A la vez, vale la pena mencionar que, parte de la heterogeneidad que presentan los CFP relevados, se manifiesta en el lugar geográfico donde se encuentran ubicados. Ello requiere considerar no solo las diferencias geográficas que puede presentar un CFP ubicado en una zona urbana en relación a uno ubicado en una zona rural, sino también las características productivas, económicas y sociales que pueden aparecer. Por ejemplo, se hace evidente la necesidad de planificar la oferta de los CFP en el marco de la trama productiva del lugar, y considerar la trama social en que se insertan, considerando el rol multiplicador que cumple dentro de entornos que presentan mayor grado de vulnerabilidad.

Por último, es importante aumentar la coordinación entre las políticas de trabajo orientadas a fortalecer la formación y capacitación profesional, y las políticas de educación definidas. Esto requiere encausar las diferentes acciones que se llevan adelante desde diferentes ámbitos sectoriales y jurisdiccionales, que se implementan en un mismo territorio -muchas veces- sin puntos de encuentro. Reducir las brechas identificadas a nivel regional, debe ser una política dirigida por el ámbito nacional en conjunto con las provincias y los municipios, guiados por un espíritu federal que fortalezca el rol de la FP como ámbito clave de unión entre la Educación y el Trabajo.

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