A RI Q UIPA O A RE Q UIAPI
LA TIERRA DETRÁS DEL VOLCÁN Roberto “Tito” Cuzcano 2017
ARI QUIPA
O
ARE QUIAPI
“LA TIERRA DETRÁS DEL VOLCÁN”
SECCIÓN 1
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1 Roberto “Tito” Cuzcano, Ingeniero Geógrafo colegiado, especialista en Medio Ambiente y Recursos Naturales, graduado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima – Perú, trabaja también como fotógrafo freelance. www.facebook.com/titocuzcano www.twitter.com/ titocuzcano ; www.instagram.com/titocuzcano ; # Ti t o C u z c a n o ; # Ti t o C u z c a n o F o t o g r a f í a ; @TitoCuzcano. E-mail: Cuzcano_fotos@hotmail.com . Arequipa, Agosto de 2017.
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2 Fray Martín de Murúa registra en su libro Historia General del Pérú (1611-1613) Capítulo XXI.-De la muy noble y leal ciudad de Arequipa: “Llamábase en su primera e inmemoriable fundación Yarapampa, antes que tuviese el nombre presente de Arequipa … y … cuando uno de sus hechiceros le dice Señor quedaré aquí, y el Inca le responde Are quipay.
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Fray Antonio de la Calancha en su Crónica moralizada de la orden de San Agustín (1639) dice: “Su propio nobre es Areque pay, que quiere decir bien está quedaos, i llamóse así, porque pasando por aquel asiento uno de sus Reyes Ingas con numeroso egercirto volviendo, vitorioso le pidieron sus Capitanes en nombre de muchos Indios, que aficionados del país, deseavan fundar allí una población,que les diese licencia para fundarla i quedarse allí; i respondióles su Rey, Areque pay; Está bien quedaos; i a esta devocio se le quedó el nombre al pueblo; que oy corrupto le llamamos Arequipa”.
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3 Luis Maldonado Valz en su artículo Los Tambos de Arequipa, pasado y presente (2015) menciona que el Inca Huayna Cápac al tramontar los volcanes expresó ” Ari-quepay”– “Sí quedamos“, sin embargo no incluye fuente bibliográfica.
INTRODUCCIÓN 1 Vivir cerca de un atractivo turístico de la ciudad de Arequipa, te da la oportunidad de escuchar a los guías brindar a los visitantes como única definición de la palabra Arequipa, la referencia etnohistórica más conocida del nombre de este lugar; la expresión Quechua Ari Quepay ,que en castellano significa Aquí me quedo. A través de los años, esta expresión y denominación registrada para la historia en el siglo XVI,2 se volvió de uso popular y progresivamente se va empoderando como la versión oficial del origen de la palabra Arequipa, tal es así que diversas publicaciones bibliográficas inciden en esta expresión y la replican como la única referencia de origen de la palabra Arequipa. Al respecto y como ejemplo menciono dos publicaciones de instituciones de gobierno local; que la reafirman implícitamente como versión oficial; la colección bibliográfica del Gobierno Regional de Arequipa del año 2010 sobre las “Tradiciones y leyendas de Arequipa” que en el volumen sobre la “Antología básica de Arequipa” incluye la cita textual del fraile español Murúa, sin evaluar ni mencionar otras posibilidades de origen de la palabra Arequipa y la publicación de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Arequipa del año 2015 denominada “Arequipa Patrimonio Cultural de la Humanidad, Reflexiones a los 15 años de su declaratoria”, que al exponer los antecedentes arqueológicos, históricos y republicanos y el proceso de ocupación cultural de la actual Arequipa, también incluye entre sus páginas el término Ari Quepay al citar el origen del término en cuestión.3
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El mismo Gobierno Regional de Arequipa, en su libro número 6 titulado “Arequipa y los viajeros” (2010), menciona lo escrito por diferentes cronistas, investigadores, historiadores, naturalistas, etc. ,que alguna vez visitaron Arequipa: •
“…Su propio nombre es Arequepay, que quiere decir bien está, quedaos;..”
Antonio de Calancha, Arequipa: “Amena y Deleitosa”, (1600). •
“… Quieren algunos que su nombre original fuese Arequipa, que quiere decir, según ellos, si os está bien, quedaos, por la licencia que el Inca dio a algunos de sus capitanes para que lo poblasen. Pero el padre Blas Valera interpreta trompeta sonora, pudiendo muy bien haberse deducido el nombre de la voz quepau, que significa el pututu o caracol marino de que usaban los indios”.
Tadeo Haenke, “La excelencia de Arequipa”. En este libro número 6 del Gobierno Regional de Arequipa, también se encuentra el resumen de las visitas que realizó el lingüista y antopólogo alemán Ernst W. Middendorf, pero en ninguna parte del resumen se observa el significado que para Middendorf significaba Arequipa. Al respecto; considero que las otras versiones menos conocidas acerca del origen de la palabra Arequipa, basadas principalmente en el análisis de la lingüística andina, tienen mayor soporte etnohistórico, etnográfico, además de coherencia y sentido espacial y lógico. Es en este sentido; que, a través de las siguientes líneas, luego de realizar una investigación bibliográfica, presento extractos de las citas vinculadas a las otras versiones de origen de la palabra Arequipa y coincido con los investigadores que afirman que el nombre de esta hermosa ciudad deriva de las expresiones Aymara – Puquina, Ari Quipa o Are Quiapi, que en castellano se traduce como La tierra detrás del Volcán. Transcribo dos citas bibliográficas contemporáneas que presentan, en resumen, el sentido del texto: “Middendorf encuentra que la etimología quechua del nombre de Arequipa es forzada, resultando mucha más lógica en aymara. Así tendríamos que el significado de Arequipa en aymara sería Ariquipa, la región detrás del pico del monte, la tierra detrás del volcán”. 4 “El descubrimiento de Kasa-Patak (Tingo) efectuado el 16 de noviembre de 1942, viene a comprobar con argumentos convincentes de que la región netamente arequipeña estaba densamente poblada, antes de que sufriera la invasión aymara del Collao, por la raza antiquísima de los uros o puquinas quienes dieron el nombre de Are quiapi a toda la extensa región que domina el Misti y el Chachani. 5 Y paso a describir los componentes en torno a los cuales fundamento mi afirmación: Las crónicas, el real camino Inca, el lenguaje y la toponimia. 3
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4 María Rostworowski citando al investigador Middendorf en el libro “Pachacutec Inca Yupanqui”, Instituto de Estudios Peruanos. Lima - 2014.
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5 Leonidas Bernedo Málaga en su libro “La Cultura Puquina o Prehistoria de la Provincia de Arequipa”, Edición de la Dirección de Educación Artística y Extensión Cultural. Arequipa – 1949. El sitio arqueológico tiene ocupación Tiwanaku Fase Kasapatac (800 – 900 d. C.) al igual que los sitios Pillo , Yumina, Sonqonata ubicados en áreas próximas al actual centro histórico de Arequipa ,evidenciando la presencia Tiwanaku y su alcance regional, López y Yépez ,en “Arequipa Patrimonio Cultural de la Humanidad, Reflexiones a los 15 años de su declaratoria.”2015.
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6 Considerar que el término Quechua tanto en bibliografía colonial como en la contemporánea se registra e identifica también mediante el término Quichua.
I.- LAS CRÓNICAS Las crónicas son el registro textual y gráfico que dejaron los españoles que arribaron a tierras peruanas en los primeros siglos de la colonia. Los cronistas que en su mayoría fueron de origen hispano, provenientes de congregaciones religiosas, otros de formación militar y algunos intelectuales escribieron a su manera y a su entendimiento, es decir tratando de justificar su causa, los hechos ocurridos antes, durante y después de la conquista del Perú.
Cabe precisar que existieron algunos cronistas mestizos o “asimilados” de alguna manera a la cultura nativa debido a algún vínculo de parentesco y/o por su comprensión del idioma Quechua 6 y Aymara.
En la actualidad, el internet es un recurso mediante el cual se puede acceder a estos textos históricos y donde es posible encontrar información e incluso copias de las distintas crónicas publicadas hace más de 500 años, estas fuentes sumadas al interés de muchos investigadores han puesto en la mano de muchos lectores crónicas hasta ahora desconocidas y que definitivamente mediante un estudio interdisciplinario, nos permitirán aproximarnos a la verdad y reescribir la historia.
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El origen de la palabra Arequipa en las crónicas: Federico Kauffman Doig ,tomando información del cronista Sarmiento de Gamboa (1572) y de R. Livillier (1956) menciona en su obra “Historia y arte del antiguo Perú” (2002) que la conformación y organización del incario legendario se inicia en el año 1200 d.C con Manco Cápac, seguido por Sinchi Roca hasta 1230 d.C. , Lloque Yupanqui hasta 1260 d.C y Mayta Cápac hasta el año 1300 d.C. , siendo éste último el cuarto Inca ; quien según diversos investigadores; habría llegado hasta Arequipa buscando la expansión de su dominio. •
Considerar que en algunos documentos históricos, se registra los términos Inga e Ynga al referirse a Inca. 7
Al respecto el cronista mestizo; Inca Garcilaso de la Vega en su obra “Comentarios reales de los Incas” (1609) en el capítulo IX titulado “Gana el Inca otras muchas y grandes provincias y muere pacífico”, refiriéndose a Mayta Cápac, dice lo siguiente:
“…Pasando el despoblado, entró en la provincia llamada Aruni; de allí pasó a otra que dicen Collahua, que llega hasta el valle de Arequipa que según el padre Blas Valera quiere decir trompeta sonora”.
En esta mención Garcilaso además de indicar que fue el Inca 7 Mayta Cápac quien ganó Arequipa para el incario, también refiere el significado de esta palabra; citando al padre Blas Valera quien en su obra “Arte y vocabulario de la lengua general del Perú” (1586) menciona la referencia de trompeta sonora como significado de Arequipa. 5
El cronista andino Phelipe Guamán Poma de Ayala en su obra “Nueva Corónica y Buen Gobierno” (1613), registró textualmente en el lado inferior izquierdo del dibujo del Inca Sinchi Roca 8 : “Conquistó hasta Hatun Colla y Ariquipa” sin embargo, en la descripción al pie del dibujo, sin mencionar Arequipa refiere: “…Se apoderó del Cuzco y conquistó a los indios de la casta de los orejones, haciéndose dueño de todo Colla Suyo: Hatun Colla, Puquina Colla, Pacaxi Quispi Llacta, Poma Cancha, Hatun Conde, Cullaua Conde” . •
El detalle en el dibujo de Guamán Poma de Ayala fue resaltado ya por el periodista arequipeño Artemio Peraltilla Díaz, el año 1971, en su libro “Origen del vocablo Arequipa y s u r e a l s i g n i fic a d o ” postulando en ese entonces que la etimología de la palabra Arequipa provenía del topónimo Atiquipa, similar al nombre de las lomas ubicadas en la costa de Caravelí. 8
El cronista Cristóbal de Molina “El Cuzqueño” en su obra “Relación de las fabulas y ritos de los incas” (1573 - 1583) , menciona en la descripción de algunas actividades idólatras, lo siguiente: “....La Paz, Cuzco, Guamanga, y aun Lima y Ariquipa, los más d´ellos avían caydo en grandísimas apostacías apartándose de la fe católica que habían recevido…”
La relevancia en estas dos últimas citas provenientes de las crónicas de Guaman Poma de Ayala y Cristóbal de Molina; radica en que ambos escriben el término Ariquipa, al referirse a la actual ciudad de Arequipa y considerando las fechas de publicación de sus textos y que ambos cronistas tenían la reputación de “lenguaraz” o mejor dicho para ese entonces dominaban el quechua, resulta coherente pensar que no pudieron haberse equivocado al escribir la palabra Arequipa , ya que esta ciudad había sido fundada con ese nombre hacía más de cuarenta años y todos los nuevos pobladores del Perú ; ya conocían y se referían a esta con el término Arequipa, por tanto existe la probabilidad que ellos, debido a su alto conocimiento de la lengua quechua, sabían perfectamente que el termino correcto para referirse a esta ciudad era Ariquipa ó Ari Quipa y estaba escrita en una lengua diferente, probablemente en Aymara o en la extinta lengua Puquina.
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Gráfico 1. Dibujo de Sinchi Roca, segundo Inca, realizado por Phelipe Guamán Poma de Ayala en su obra “Nueva Corónica y Buen Gobierno” (1613).
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El geógrafo David J. Robinson en el libro “Collaguas I – Visita de Yanque-Collaguas, 1591 y documentos asociados”, hace mención a un documento que se encuentra en el Archivo General de Indias - Justicia 480, referido a la visita a la ciudad de Arequipa del inquisidor Alonso Fernández de Bonilla (1588 – 1594), el documento inicia así: “//Ylustre señor. Antonio Xaymex Vicario desta ciudad de Ariquipa por el muy ilustre señor dean y cabildo del Cuzco sede vacante el contador Sebastián Mosquera Juez Oficial Real de Hacienda Real desta ciudad Arequipa y si jurisdicción por su magestad digo que ……”
En esta parte inicial del documento se pude observar que se hace referencia a la ciudad como Ariquipa o Arequipa, esto obviamente no se trata de un error de redacción ya que en gran parte de este extenso documento se vuelve a repetir. Se deduce por lo tanto que para los documentos oficiales, al menos a fines del siglo XVI, la ciudad era conocida como Ariquipa o Arequipa.
Solo a manera de información mencionaremos a Guillermo Galdos que en su libro “Cronistas e historiadores de Arequipa colonial”, 1993, menciona que los antiguos pobladores del barrio ahora conocido como San Lázaro era una etnia conocida como Llactaruna Yarabaya que posteriormente cambió a Yarapampa, luego a Yarabamba y finalmente Arequipa, para esta afirmación Galdos tomó como referencia a fray Martín de Murúa quien a fines del siglo XVI estuvo en la ciudad de Arequipa y en uno de sus informes sobre esta ciudad comenzó diciendo:
¨Llamábase en su primera e inmemorable fundación Yarapampa, antes que tuviese el nombre presente de Arequipa”. Edición de Manuel Ballesteros Gaibrois, 1962.
La información de Galdos en importante pero no indica ni describe el significado de la palabra Arequipa.
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II.- EL REAL CAMINO INCA “QHAPAQ ÑAN” Registrado en las crónicas como el Real Camino Inca, los especialistas del Ministerio de Cultura del Perú definen al Qhapaq Ñan o Camino Inca como una extensa red de caminos perfeccionada por los Incas, que tuvo como objetivo unir los diversos pueblos del Tahuantinsuyu para una eficiente administración de los recursos existentes a lo largo del territorio andino. Gracias al Qhapaq Ñan; los Incas llegaron a comunicar temporal y espacialmente la gran diversidad étnica, natural y cultural del territorio que hoy forma parte de seis países actuales: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina y legaron la impresionante evidencia de la organización, arquitectura e ingeniería andina para la humanidad. Esta vía de comunicación fue tan extensa e innovadora para su época que los españoles al verla se mostraron asombrados , John V. Murra en su libro “El mundo andino, Población, Medio Ambiente y Economía” (2014) tiene un capitulo que tituló “Nos hazen mucha ventaja, la percepción europea temprana de los logros andinos”, en este capítulo y tratando de explicar la frase “nos hazen mucha ventaja” publica un párrafo del documento “Primera parte de la crónica del Perú”, enviado por Pedro Cieza de León al emperador Carlos V (1557) donde refiere: “Me parece que si el emperador quisiese mandar otro camino real como el que va de Quito a Cuzco o sale de Cuzco para ir a Chile, ciertamente que con todo su poder para ello no fuese poderoso ni fuerza de hombres le pudiese hazer si no fuese con la orden tan grande que para ello los incas mandaron que hubiese…”. 9
El Qhapaq Ñan en Arequipa
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“El Qhapac Ñan o Gran Camino Inca”,mapa elaborado y editado en alta resolución el año 2013, por el Ministerio de Cultura del Perú en convenio con el Centro de Cultura Iberoamericana, editorial Santillana y los Srs. Borja Cardelús y Timoteo Guijarro. 9
A continuación, presento un mapa elaborado en alta resolución que muestra el Camino Real o Qhapaq Ñan de la zona sur.9 Según la leyenda, en el mapa se puede apreciar el camino en el trazo de color morado; se trata este de un eje transversal del camino real que partía del Cuzco y en dirección Sur Oeste (SO) llegaba hasta la costa, exactamente hasta Puerto Inca; mientras que en dirección Sur Este (SE) llegaba hasta Santo Tomás, desde donde salían dos caminos, uno dirigido hacia Cotahuasi y otro hacia Chivay, luego ambos se dirigían hacia Arequipa. Otro camino partía desde Puno y hacia el Sur Oeste (SO) llegaba hasta Quimillone desde donde partían dos vías, una hacia Arequipa y otra hacia Omate (Moquegua). Precisamente este camino real es uno de los argumentos importantes para definir el origen de la etimología o significado de la palabra Arequipa. Como he mencionado anteriormente, el Inca que conquistó (no necesariamente con el poder de la fuerza) la etnia Collagua alrededor de 1230 d.C., requería de una red vial que pudiera conectar el centro de los cuatro suyos con todas las nuevas provincias recientemente anexadas al incario, es así que probablemente en su expansión construyó y mejoró el tramo del Qhapapaq Ñan que unía el Cuzco con el valle del Colca, de esta manera garantizaba que el ejército expansionista del incario tenga alimentación, armas y ropa en los grandes depósitos existentes en el valle, el topónimo de Colca es el que ahora da el nombre al ahora ya famoso “Valle del Colca” que significa tanto en Quechua como en Aymara : Almacén para echar granos. Al respecto preciso que el “Lexicón o Vocabulario de la Lengua General del Perú”, compuesto por Fray Domingo de Santo Thomas publicado en 1560 y reeditado por Julio Calvo Pérez y Henrique Urbano (edición crítica 2013) registra el término Colca como Qullqa, con el mismo significado : Qullqa = Almacén para echar granos. 10
Gráfico 2. Mapa del Qhapac Ñan o Gran Camino Inca, al sur del Perú.
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El objetivo de precisar en este análisis espacial es demostrar que los Incas en su expansión desde el Cuzco reutilizaron las rutas existentes y empezaron a construir o mejorar caminos, utilizando obviamente vías ya existentes desde antiguas expansiones ocurridas hacia Arequipa. Tanto las expansiones registradas en la época Pre-Inca (Huari, Tiahuanaco, Puquina y Aymara) y durante el periodo del Tahuantinsuyo se realizaron desde el Nor Este de la actual ciudad de Arequipa. En este recorrido y al llegar a lo que ahora conocemos como Salinas y Aguada Blanca es posible apreciar la parte superior del volcán Misti como un pico que resalta sobre un extenso llano, por lo tanto, tiene mucha lógica que quienes se dirigían a la costa desde la puna o la sierra se refieran a la población asentada en el territorio de la actual Arequipa como la región o la población detrás del pico existente en el monte. Al respecto incluyo la foto siguiente que muestra en el paisaje al volcán Misti, desde el ángulo visto por las personas que llegan a Arequipa desde Caylloma, Cuzco, Puno, etc.
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tuvo antes de la llegada de los Incas, nos referimos principalmente a las lenguas Puquina, Uro y Aymara, provenientes del Collao además del Quechua (de reciente data) impuesta por el Incario y que perdura aún hasta nuestros días en todas las provincias de Arequipa.
∏ III.- TOPONIMIA
Leonidas Bernedo Málaga en su libro “La Cultura Puquina” muestra varios términos que etimológicamente provienen de vocablos Puquina, Uro y Uro-Puquina, entre ellos tenemos:
La Real Academia Española, indica que la palabra Toponimia proviene del griego tópos (lugar) y ōnymía u ónoma (nombre) por lo tanto se puede definir como una rama de la onomástica que estudia el origen de los nombres propios de lugar, así como el significado de sus étimos (raíz o vocablo del que proceden otras palabras). Luis E. Valcárcel en su libro “Etnohistoria del Perú antiguo” (2012) menciona que si revisamos detalladamente un mapa del Perú, encontraremos miles de topónimos o nombres de origen Quechua, Aymara, Puquina y otros , estos topónimos siempre están determinando o fijando alguna particularidad del sitio ya sea en su aspecto mineralógico (abundancia de mineral o de alguna tierra colorante), un aspecto botánico (abundancia de ciertas plantas espontáneas o árboles, etc.) o también de carácter zoomórfico (abundancia de algún animal en la zona).
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Characato (Puquina-Arahuac) = Schiarakates, significa cerro de cumbres relucientes.
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Pocsi (Uro)= significa lugar en forma de plato.
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Quequeña o Quequena (Puquina) = significa lugar rocoso, sólido.
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Churajón o Churajorau (Uro) = significa pueblo sabio.
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Kamanchaca (Uro-Puquina) = significa niebla.
Uno de los más importante liguistas peruanos Rodolfo Cerrón-Palomino en una presentación titulada “El Puquina como lengua de Tiahuanaco y de los Incas primordiales”; menciona como evidencia onomástica Puquina los siguientes materiales de diagnóstico:
Toponimia Puquina, Uro, Aymara y Quechua en Arequipa La toponimia de los accidentes geográficos existentes en suelo arequipeño nos indica el tipo de ocupación que este 13
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Copa ~ Coa = Ídolo, santuario.
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Paya ~ Baya ~ Huaya = Terreno en pendiente.
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Raque ~ Laque = Barranco.
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Para ~ Huara = Río.
Tenemos por lo tanto información valiosa para investigar acerca de los topónimos de las etimologías de los distritos arequipeños de Polobaya, Mollebaya, Tiabaya, Socabaya, Corporaque, Yanahuara, etc. El “Arte y vocabulario en la lengua general del Perú llamada Quichua”, del ilustre mestizo Blas Valera, se publicó en 1586, este libro es fundamental para entender la toponimia quechua en Arequipa, entre ellas tenemos: •
Yura = Yurac = Color blanco o cosa blanca.
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Uchumayo = Uchu Mayu = Río pequeño, río angosto.
Descarto el significado de “Río de ají = Uchu Mayo” por no tener ninguna lógica según los criterios de asignación de toponimias de los antigus peruanos. •
Paucarpata = Pawqar Pata = Andén con diversidad.
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Chimba = Chimpa = De esa otra parte (banda) del río.
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Cayma = Cac Yma = El que es o proviene de una hacienda.
Sobre los topónimos Aymaras presentes en Arequipa, tenemos algunos de origen netamente Aymara y otros de origen Quechua (aymarizados en el tiempo) es decir Quechumaras, por ejemplo: •
Socosani (Quechua aymarizado) = El –s- recibe la vocal paragógica aymara (a) dando Suqu-s(a) de modo que recibe luego el sufijo aymara –ni- 'posesivo', para dar Suqu- s(a)-ni cuyo significado es, lugar que tiene carrizo o carrizales.
Fuente:“Sufijos arcaicos quechuas en la toponimia andina”. Rodolfo Cerrón -Palomino. Pontificia Universidad Católica del Perú. Pienso que bajo este mismo tipo de análisis se tendría que revisar el topónimo para Matarani, Charcani, etc. •
Tahuaycani (Aymara) = Que tiene muchacha.
Fuente: “Aportes y vigencia de Johann Jacob Von Tschudi (1818 – 1889)”. Editado por Peter Kaulicke. Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo editorial 2001.
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Chachani (Aymara) = Que tiene varón.
Fuente: “Aportes y vigencia de Johann Jacob Von Tschudi (1818 – 1889)”. Editado por Peter Kaulicke. Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo editorial 2001. •
Pichu Pichu (Aymara) = Phichuphichu = De diferentes colores o formas.
Fuente: “Aportes y vigencia de Johann Jacob Von Tschudi (1818 – 1889)”. Editado por Peter Kaulicke. Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo editorial 2001. Tschudi ha tomado literalmente el significado de Pichu Pichu del vocabulario de la lengua Aymara del Ludovico Bertonio (1612) quien lo define como “de muchas maneras, figuras, colores, especies…”. 10 ____________ 10 Esta referencia sobre el Pichu Pichu sostendría el mito del "Indio dormido “ de la Ciudad de Arequipa, que cuenta lo siguiente: “El Pichu Pichu es uno de los tres volcanes que custodian la ciudad de Arequipa, está ubicado a 32 kilómetros al este de la Ciudad Blanca y su forma caprichosa permite que pobladores y turistas observen al "Indio dormido". El volcán Pichu Pichu está formado por siete cumbres y la más alta es el Coronado que tiene una altitud de 5 mil 650 metros sobre el nivel del mar y su zona más accesible llega a los 5 mil 515 metros sobre el nivel del mar. Las cumbres de este volcán llegan a formar la figura de una persona de perfil que está echada de espaldas y puede ser observada desde diversos puntos de la ciudad, figura que forma parte de una leyenda que los arequipeños conocen como el “Indio dormido”. El escritor Pablo Nicoli Segura en sus escritos cuenta que el mito del "Indio dormido" se inició en un pasado remoto, donde el apu Pichu Pichu se enamoró de su vecina (el volcán Chachani) y que los dioses no vieron con buenos ojos esta relación, decidiendo levantar un guardián en medio de los amantes y así nació el Misti. Fue así que el Pichu Pichu renegó y blasfemó contra los dioses que alumbran el cielo de día y de noche, por lo que la Pachamama se vengó y el cielo se abrió en turbias cataratas, de manera que el Apu varón, poseído por el miedo, cayó de espalda sobre la cumbre más alta y quedó convertido en piedra y dormido hasta el final de los tiempos”. Fuente: “El indio dormido del volcán Pichu Pichu de Arequipa”. La caprichosa forma del volcán hace que se observe una persona de perfil echada de espaldas desde donde nace una leyenda arequipeña. Janet Vizcardo. http://rpp.pe/peru/actualidad/el-indio-dormido-del-volcan-pichu-pichu-de-arequipa-noticia-494779
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Ambos cronistas dan a conocer entonces una lengua distinta al Quechua y al Aymara. Al respecto es necesario precisar que ambos conocían el Aymara y que en 1612 Ludovico Bertonio ya había publicado su “Vocabulario de la lengua Aymara”, por lo tanto, es importante considerar que probablemente ellos sabían que no se trataba del Aymara sino de una tercera lengua.
∏ IV.- LAS LENGUAS DE LOS INCAS
Sobre el tema; en 1931 se publica en Lima el libro “El Imperio Incaico” cuyo autor es el afamado historiador Horacio Urteaga, este libro cuyo prólogo peculiar realizado por José de la Riva Agüero inicia indicando su postura y la de Urteaga respecto a la que por ese entonces había asumido el famoso arqueólogo alemán Max Uhle, siendo el tema que desarrollo, motivo de ese tratado; transcribo parte del prólogo :
La búsqueda de la lengua secreta de los Incas, una discusión que prevalece en torno a nada menos que un Proto-Quechua, el Aymara como tal o alguna lengua proveniente del Collao en las crónicas tiene las siguientes referencias: El Inca Garcilaso de la Vega en sus “Comentarios Reales” (1609) menciona sobre el lenguaje de los incas, lo siguiente:
“Es la primera y para mi más importante, entre las varias que formulé hace varios años, la del quechuísmo del primitivo imperio del Tiahuanaco, que apellidaré imperio Paleoquechua, por evitar la confusión lamentable en que incurrió Uhle al atribuirme (ORÍGENES DE LOS INCAS, Congreso de americanistas de Buenos Aires, 1910) la pueril creencia de ser incaica la civilización Tiahuanaquense. Ni el Dr. Urteaga ni yo sostenemos tan extravagante doctrina. Lo que en este punto opinamos – y que es muy diferente a la antojadiza suposición de Uhle a nuestro respecto se resume en que la civilización de Tiahuanaco, a lo menos en su época clásica de expansión y apogeo, no pudo ser Aymara o Colla; que es muy probable que la engendraran y desarrollaran pueblos íntimamente emparentados por lengua y sangre con la familia actual Quechua, aunque es claro que en un estado filológico anterior al del idioma general difundido por los Incas (paleo-quechuismo) y que el imperio incaico o neoquechua vino a representar, al cabo de una larga evolución, y de invasiones y vicisitudes indicadas por la arqueología y las tradiciones de los cronistas, el renacimiento y último fruto de la cultura Tiahuanaco”.
“Y es de saber que los Incas tuvieron otra lengua particular que hablaua[n] entre ellos, que no la entendian los demas Yndios, ni les era licito apre[n]derla, como lenguage diuino” ((Garcilaso Inca (1609: VII, I, 166)).
El historiador Bernabé Cobo en 1653, menciona también lo siguiente: “Otra distinta, de que usaban solamente entre sı́ cuando trataban y conversaban con los de su linaje” (cf. Cobo [1653] 1956: XII, III, 64).
Continúa diciendo: 16
“El quechuismo de los Incas y su procedencia del Titijaja, en alto grado significativa para la teoría que sustento, constituyen, mal que le pese a Uhle, dos tesis irrefragables e indisolubles. La lengua secreta o primitiva de los Incas, de que habla Garcilaso (Comentarios Reales, Primera Parte, libro VII, Cap. I) existió indudablemente; pero jamás escribió ni imaginó Garcilaso que fuera Aymara”.
Se trata entonces de una posición conocida como “Quechuista” refutando textualmente a otra conocida como “Aymarista” cuyo principal propulsor fue Max Uhle y que en resumen se sostenían principalmente, según Cerrón Palomino a una gran extensión geográfica del Aimara; su procedencia "norteña"; el origen Aimara de Tiahuanaco; el carácter "elaborado" del Aimara; la naturaleza arcaica de la lengua; y el paralelismo Quechua-Aimara”.
La otra lengua sería el Puquina; al respecto el lingüista Rodolfo Cerrón - Palomino en una presentación titulada “El Puquina como lengua de Tiahuanaco y de los Incas primordiales” menciona información relevante para conocer esta tercera lengua:
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En 1573, cuando el virrey Toledo, camino de Potosı́ , a su paso por el Collao, aparte de proporcionarnos el dato interesante en el sentido de que las mujeres hablaban Puquina, a diferencia de los hombres (cuya lengua era aymara), dispone que:
“todos los indios de aquella provincia [de Chucuito] enseñasen a sus hijos la lengua general que el ynga les mando hablar, sin que se les consintiesen hablar la puquina ni aymara” (énfasis agregado; AGI, 29).
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La ordenanza del virrey Toledo, fechada en Arequipa el 10 de septiembre de 1575, dice:
“[...] hago merced al dicho Gonzalo Holguı́ n de nombrarle y proveer por tal lengua e intérprete general de las dichas lenguas quichua, puquina y aimará, que son las que generalmente se hablan por los indios de estos Reinos y Provincias del Perú [...]” (cf. Toledo [1575-1580] 1989: Vol. II, 97- 100).
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En una “Carta Annua” de 1594, el P. Alonso de Barzana le escribe a su Provincial de la Orden:
“Todos los pueblos puquinas, que son más de cuarenta o cincuenta, tanto en el Collao, como en Arequipa, y sobre todo en la costa de la mar hacia Arica y aun hacia otras costas, no ha tenido jamás predicador puquina que les enseñe la palabra de Jesucristo” (citado por Bouyssee-Cassagne 1992: 132).
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En 1599, Antonio de la Raya, obispo del Cuzco, encargó a los jesuitas que tomaran examen de suficiencia del dominio de la lengua, aparte del quechua y del aymara:
“porque ası́ mismo es necesario que la dicha lengua aymará y puquina se lean en esta Ciudad, por hablarse en muchas partes deste Obispado”. •
La última referencia que se tiene de ella, como lengua todavı́ a en uso, corresponde a la consignada por Clemente Almonte (1813), cura de Andahua (Condesuyos, Arequipa), según un documento dado a conocer por Millones (1971 – “Religion and Power in the Andes: Idolatrous Curacas of the Central Sierra”):
“el idioma general en [tales] pueblos es el quichua, la aymará, coli, puquina, isasi y chinchaysuyo”.
El lingüista Alfredo Torero en un trabajo titulado “Lenguas y pueblos altiplánicos en torno al siglo XVI” (1987) menciona que en un manuscrito publicado probablemente entre 1580 o 1600 llamado la Copia de Curatos y que trata sobre idiomas del obispado de La Plata o Charcas, indica que podría esperarse una notable presencia, incluso un predominio del Puquina en el noroeste del lago Titicaca, cuando se señala que en Capachica y Coata se requiere exclusivamente sacerdotes que prediquen en Puquina. Torero menciona también que un documento de 1666, existente en el Archivo Arzobispal del Cuzco, indica que los pobladores de Taraco (Huancané, Puno) pueblo situado a proximidad del lago, tiene por idioma el Puquina.
Puquina, Aymara y Quechua Actualmente muchos autores ya han consensuado que las tres principales lenguas en orden de importancia hablada por los Incas serían el Quechua , Aymara y Puquina, considerando el sentido del estudio ; en este texto las describo cronológicamente es decir ; según el orden hablado por los antiguos pobladores de Arequipa: Puquina, Aymara y Quichua. 11
La lengua Puquina Es la lengua ancestral hablada por la cultura Tiahuanaco que floreció en el Collao, Cerrón Palomino menciona la existencia de un Proto Puquina, el que se le asignó a las sociedades de Chiripa y Pucará (200 a.C. - 550 d.C.). El Puquina en su máxima 18
expansión habrı́ a sido el idioma de la cultura Tiahuanaco (500 - 1200 d.C) y que su caída por parte de invasiones Aymaras habría sido la causa que estos antiguos habitantes altiplánicos hayan tenido que migrar a lugares como Arequipa, Moquegua, Tacna e incluso al norte del actual país vecino de Chile, incluso cada vez existen más pruebas que se trataría nada menos que de los Incas originarios que irrumpieron en el valle del Cuzco y que posteriormente lograron tener una cultura con nombre y lengua propia, la Cultura Inca y la Lengua Quechua.
Aproximaciones al origen Puquina de la palabra Arequipa El arequipeño nacido en Quequeña, Monseñor Leonidas Bernedo Málaga en su libro “La Cultura Puquina” (1949) menciona que el éxodo de los Puquinas como etnia con lengua propia distinta a la de los Uros y con quienes muchos los confundieron, se inició por los años 350 a 400 d.C., esto debido a la conquista por parte de los Aymara, al respecto dice lo siguiente sobre la llegada de los Puquina a la región de Arequipa: “…Aunque ha sido difícil descubrir las vías que siguieron estos primitivos habitantes del Collao en su penosa peregrinación hacia las playas del Pacífico, con todo, por los restos antropológicos y etnográficos dejados por estas agrupaciones de filiación Arahuac se ha podido señalar más o menos con precisión los sitios que fueron ocupados sucesivamente hasta llegar a la extensa región que domina el Chachani, el Misti y el Pichu Pichu”.
Y también refiere que la invasión Aymara del Collao, por la raza antiquísima de los uros o puquinas dieron el nombre de Are quiapi a toda la extensa región que domina el Misti y el Chachani.
_______ 11 Es necesario mencionar que existieron otras más lenguas importantes en el Tahuantinsuyo, por esta vez, dado el enfoque local, consideraré las tres lenguas arriba mencionadas por ser las que mayormente se hablaron y hablan en Arequipa (excepto el Puquina ya extinto).
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Obviamente toda etnia sojuzgada, por el proceso social que enfrenta ; empieza a modificar su cultura, sus costumbres, su lengua, por lo que es casi seguro que en algún momento, antes de extinguirse, los Puquinas hablantes empezaron a mezclar palabras Puquinas con Aymaras, Cerrón Palomino en un video que se encuentra en el portal de Youtube (https:// www.youtube.com/watch?v=wrNhgePezTM ) sostiene esta tesis y menciona además que esta etnia llegó a ser PuquinaAymara, podría por lo tanto referirse que en algún momento se habló una lengua mixta “Puquimara”. 12
Noble David Cook en su libro “Los hijos del volcán – Dualidad andina en el Valle del Colca”, menciona lo siguiente:
El fraile mercedario Martín de Murúa, quien fuera testigo de algunos casos alrededor del año 1590, describió con gran exactitud la deformación craneana de los Collaguas y los Cabanas: “Los collas y puquinas y otras naciones de indias usan hoy en día formar las cabezas de los niños en diversas maneras o figuras con mucha superstición, y en algunas partes las hacen muy largas que llaman cayto uma, adelgazandolas, y haciendo que vengan al molde de uno como bonete, que llaman chucu, angostos y luengos; en otras partes, hacen las cabezas llanas y anchas de la frente, que es paltauma, destos son todos los de Cabanaconde, en general, porque todos, chicos y grandes, las traen así”.
Queda claro que para Murúa existía una diferencia entre los Collas y Puquinas, a pesar de que ambos provenían del Collao (alrededor del lago Titicaca), esta diferencia era precisamente la lengua, considerando que los Colllas probablemente hablaban Aymara mientras que los Puquina tenían como lengua el mismo nombre de su etnia.
_________ 12 Bernedo Málaga ,menciona que los Puquinas son quienes dieron el nombre de Are quiapi a toda la extensa región que domina el Misti y el Chachani, sin embargo; no menciona el topónimo u significado . Guillermo Galdos Rodríguez, natural de Tiabaya - Arequipa, abogado y peleógrafo, publicó en junio del año 2000, el libro “El Puquina y Lo Puquina – Comentarios de una lengua que ya no se habla, de la que mucho se habla” refiere que el significado de Arequipa sería: Arequipa = Are Quiapi (Puquina) = Are Kiapi = Lugar o región con forma de mano.
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Finalmente, para que se entienda la importancia de continuar investigando sobre la lengua Puquina, quiero compartir las conclusiones que hace Thérèse Bouysse-Cassagne en su estudio “Apuntes para la historia de los puquinahablantes”:
“Contrariamente a la opinión de Torero, que consideraba que, en torno de 1600, no existían más referencias al puquina, se ha podido comprobar que los nombres y parte de las funciones de los dioses a los que los mineros rezaban tanto en Oruro como en Potosí en el siglo XVII correspondían a divinidades de vieja alcurnia puquina, y que este idioma seguía siendo hablado en un amplio territorio. Los tres primeros concilios limeños no consiguieron obligar a los curas a aprender las lenguas generales y fue la primera ordenanza de 1584, posterior al Tercer Concilio, la que se los exigió. Este concilio consideraba, en efecto, que numerosos indios no llegaron a confesarse nunca por no haber encontrado a algún cura capaz de entenderlos (Bouysse-Cassagne e.p. b), lo que confirmó Barzana. Según mi hipótesis, numerosos puquinahablantes formaron parte de este privilegiado grupo de idólatras y su situación perduró a falta de curas hábiles en este idioma. De esta manera, mantuvieron vestigios de lo que fueron sus ritos, y también nombres de dioses, y gracias a ellos se puede reconstituir parte de sus creencias en tiempos anteriores. Los nombres de los jefes puquina susceptibles de ser rescatados los relacionan también con estas mismas divinidades. En otras palabras, mucho tiempo después del desmoronamiento de Tiahuanaco persistía una tradición de apego a los viejos cultos. Las estructuras espaciales, que perduraron probablemente desde la época tiahuanaco, fueron reinterpretadas hasta el siglo XVI, cuando la división en señoríos que se remontaba al Período Intermedio Tardío seguía sirviendo para el reclutamiento de los mitayos potosinos. Mediante estas divisiones se percibe la manifiesta existencia de un grupo colla puquinahablante importante. Este grupo, que poseía los grandes centros de culto del Titicaca, se extendía, todavía en el siglo XVI, en la región Umasuyu y colindaba con las poblaciones de tierras bajas donde anteriormente tenía extensas tierras de cultivo y minas de oro. En el lago, los pastizales permitían la crianza de ganado y, en consecuencia, la confección de finos tejidos de cumbi. Varias zonas de implantación de la lengua puquina corresponden, como se mencionó antes, a tierras de waru waru. Estas necesitaban de una mano de obra numerosa y el estudio de los islotes de Capachica y Coata, como la región de Guaqui, demuestra que los individuos clasificados como uru en las tasaciones coloniales —algunos puquinahablantes— conformaron estos grupos de trabajadores. Algunos cultivadores de estas tierras lacustres pudieron constituir una clase inferior en contraste con la presencia de una elite, como parece ser el caso de Capachica. Durante la conquista inca del Collasuyu muchos jefes puquina fueron masacrados, lo que contribuyó a debilitar al grupo mientras que se sellaba la alianza inca-callahuaya. Numerosos puquinahablantes fueron reducidos por los incas y estos vencidos sirvieron de mano de obra, de tal manera que algunos pudieron entrar en la categoría de yanaconas uru. En estas condiciones, estos individuos, que vivían en tierra pacaje, tuvieron que aprender el idioma aimara que ignoraban hasta ese entonces. Los aimara —al menos los de la región lupaca— se aliaron con los inca y fueron los que despojaron a los puquinahablantes de sus centros de culto. La implantación del linaje de Viracocha en Copacabana y el control que ejerció sobre las minas de Carabuco-Carabaya demuestran hasta qué punto los dioses y riquezas de los puquina eran codiciados por los inca. En todo caso, la reconstitución de la historia de los puquinahablantes y de su antiguo territorio tan solo puede ser parcial. Las categorías tributarias españolas no los tomaron en cuenta como tales y fueron contados los curas de indios que aprendieron su idioma, de tal modo que fueron condenados a expresarse en otras lenguas, y sentenciaron al suyo a una lenta pero segura desaparición”.
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La lengua Aymara Por razones personales de reivindicación a una lengua histórica me he venido refiriendo en este trabajo a la lengua que a continuación describiremos como AYMARA y no Aimara o Aymará, la razón es histórica ya que prefiero utilizar la forma arcaica del nombre y tal y como la escribieron los primeros cronistas.
Antes de iniciar la descripción de la lengua Aymara, considero necesario precisar; que esta lengua no se originó en el Collao o en el altiplano como comúnmente se puede creer, esta confusión parte por el hecho que en la actualidad los Aymara hablantes de distintos países se encuentran habitando esta extensa región. En relación a este tema a continuación, transcribo el resultado del análisis de Clemente R. Markham expuesto en su libro “Las posesiones geográficas de las tribus que formaban el imperio de los Incas”, 1871, versión castellana del políglota boliviano Manuel Vicente Ballivian, 1923: “En conclusión, debo recapitular mi alegato respecto a este nombre aymara en pocas palabras. Ante todo he sentado mi aserto de que tal no era el nombre de los habitantes del Collao ni antes ni en el tiempo de la conquista española, en el hecho que ningún escritor contemporáneo que hace la descripción del Collao y de sus gentes ni remotamente hace mención de tal nombre Aymara. He reforzado esta prueba inculcando sobre el hecho que la corrobora de que ni un solo escritor, de aquellos que citan el nombre Aymara en la generación que se siguió la conquista, nunca aplicó tal nombre a los moradores del Collao, a no ser los Jesuitas de Juli. He mostrado, pues, con considerable número de pruebas evidentes, que el nombre Aymara pertenecía a una poca numerosa tribu de habla Quichua, tribu que no tenía conexión con el mal denominado pueblo de Aymaras. Finalmente, he sugerido el probable origen del error causado por los Padres de Juli”.
Alfredo Torero en su trabajo “Lenguas y pueblos altiplánicos en torno al siglo XVI”, 1987, menciona sobre la lengua Aymara, lo siguiente: “Forma parte de la familia lingüística “Aru”, junto con la “Jaqaru” y la “Kauki” habladas en la provincia peruana de Yauyos, sureste del departamento de Lima; la integraban otras hoy extintas, pero todavía vivas en el siglo XVI: las llamadas Hahuasimi, usadas por varios pueblos a lo largo de la Cordillera Occidental peruana, particularmente en el departamento de Ayacucho y en las lindes de éste con los departamentos de Huancavelica y Apurímac.
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La familia Aru se extendía desde el sur del valle de Cañete o de Chincha hasta el de Nasca o el de Acarí, en la costa sur peruana; de allí inició su expansión en los primeros siglos de nuestra era en dirección Este, ganando la sierra surcentral y parte de la sierra sur. Hacia el Norte y el Noreste su avance se vio contenido por la expansión contemporánea que el protoquechua emprendía desde la costa central y norcentral hacia el interior.
A más de un milenio de la expansión inicial del protoaru, se encuentra al aru aymara a fines del siglo XVI hablado desde la cuenca del río Pampas, en las provincias de Cangallo y Víctor Fajardo, departamento de Ayacucho, y desde la cuenca del río Soras (Chicha) que discurre entre los departamentos de Ayacucho y Apurímac hacia el este y el sureste, cubriendo, fuera del Altiplano peruano-boliviano, gran parte de los departamentos de Apurímac y Cuzco y el noreste del departamento de Arequipa. El área de su configuración como lengua parece haber sido la cuenca del Pampas.
La presencia de pueblos aymaraes (de lengua Aymara) en el Collao y Charcas era relativamente reciente en el siglo XVI; su ingreso se había producido unas tres centurias antes, al parecer de manera violenta, por conquista militar avanzando desde el norte hacia el sureste a lo largo de la Cordillera Occidental de los Andes y repartiéndose el territorio altiplánico posiblemente bajo forma de diversos señoríos o reinos, algunos de los cuales menciona Ludovico Bertonio en la introducción a su Vocabulario de la lengua Aymara: Lupacas, Pacases, Carancas, Quillaguas, Charcas”.
Significado Aymara de la palabra Ariquipa En el Vocabulario de la lengua Aymara de Ludovico Bertonio publicado en 1612 se define el significado del topónimo de Arequipa:
•
Ari (Aymara) = Agudo, afilado.
•
Quipa (Aymara) = A la vuelta, a la otra parte. 23
Ludovico Bertonio, da un ejemplo mencionando que Collo Quipa significaría a la vuelta del cerro, esto debido a que collo en Aymara significa “cerro”. Por lo tanto según el vocabulario de Bertonio, la traducción correcta en Aymara de Ari Quipa sería “A la vuelta o a la otra parte del pico agudo o afilado” o como lo define Middendorf “Región detrás del pico del monte, la tierra detrás del volcán”.
La lengua Quechua Llamada también Runasimi, significa lengua de la gente, fue la lengua oficial implantada por los Incas en todo el Tahuantinsuyo con el fin de uniformizar el entendimiento de las ordenes a los 4 suyos. Según el investigador César Itier, es posible denominar también a esta lengua como “vehicular”.
El cronista mercedario fray Martín de Murúa (1560) mencionó que el Inca responsable de la uniformización de la lengua en el Tahuantinsuyo fue Huayna Cápac:
“A este Ynga Huayna Capac, se atribuye haber mandado en toda la tierra se hablase la lengua de Chinchaysuyo, que agora comúnmente se dice la Quichua General, o del Cuzco, por haber sido su madre Yunga, natural de Chincha, aunque lo más cierto es haber sido su madre Mama Ocllo, mujer de Tupa Inga Yupanqui su padre, y esta orden de que la lengua de Chinchay Suyo se hablase generalmente haber sido por tener él una mujer muy querida, natural de Chincha. (Murúa, 1987: 136, libro I, cap. XXXVII)”.
Si bien es cierto que Murúa, da una información importante sobre la lengua, también pone en la mesa la discusión hasta ahora existente sobre el origen de la lengua de los Incas.
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Fue el sacerdote de la orden de Santo Domingo, Fray Domingo de Santo Thomas, quien en 1560 mediante su famoso “Lexicón o Vocabulario de la lengua general del Peru”, denominó a la lengua hablada en todo el Perú a la llegada de los españoles como Quichua o Quechua.
Respecto al origen y difusión de la lengua Quechua, muchos historiadores y/o lingüistas aún no se ponen de acuerdo, las principales hipótesis que incluyo y transcribo en las siguientes líneas , fueron publicadas por la asociación de investigadores de lengua Quechua de Argentina en la página Web http://www.adilq.com.ar , los especialistas de esta institución hacen un resumen adecuado en base al trabajo de Cerrón Palomino titulado “Lingüística Quechua, Origen y Expansión” (1987):
La hipótesis del origen serrano Es la versión más difundida, y la que atribuye al Cuzco el origen de la lengua quechua y a las conquistas incaicas su difusión. A medida que los Incas afianzaban su poder conquistando a los pueblos, se imponía el aprendizaje obligatorio de la lengua del Cuzco.
La llegada de los españoles habría interrumpido el proceso de homogeneización lingüística, lo que trajo como consecuencia que las lenguas particulares cobraran auge nuevamente; por otra parte, y como otra consecuencia de la llegada de los españoles, se incrementó el proceso de diferenciación dialectal.
Según esta versión, los dialectos modernos del quechua serían manifestaciones evolucionadas de la lengua impuesta por los Incas, particularmente de la variante cuzqueña. Pero ¿hasta qué punto es sostenible esto?
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Cerrón Palomino (2003) señala varias razones por las cuales esta versión es discutible:
En primer lugar, la hipótesis del origen cuzqueño se sustenta únicamente en una versión elaborada por los estudiosos del quechua del siglo XVII en adelante. Sin embargo, gracias a los aportes de la historiografía, hoy se afirma que los cuzqueños hablaban otra lengua. Pero como el Cuzco gozaba del prestigio de ser la capital del imperio a la llegada de los españoles, pronto cobró fuerza y aceptación la idea de que el Cuzco fue cuna no sólo del imperio sino también del Quechua. Por otra parte, gracias a los estudios contemporáneos de dialectología, las filiaciones de las variedades modernas a un tronco cuzqueño no hallan mayor asidero, como lo demuestran las variedades del grupo QI. 13
Otra de las razones por las cuales esta hipótesis es discutible es el hecho de que la implantación del cuzqueño no ha supuesto la erradicación total de las variedades lingüísticas habladas en los Andes centro-norteño peruanos. Esto se relaciona con la reciente extinción de lenguas como la Sec, Muchi, o Culli y con la supervivencia, en tales regiones, de variedades tales como la Jacaru y la Cauqui.
En realidad, el cusqueño no sustituyó a ninguna lengua de los Andes centro-norteño peruanos. Lo que sucedió es que los conquistadores Incas encontraron a su paso por dichas áreas las versiones antiguas de los mismos dialectos del quechua Huáihuash y Yúngay hablados en la actualidad. Cerrón afirma, entonces, que tales hablas eran el producto de una expansión preincaica y que a lo sumo la variedad difundida por los Incas se habría superpuesto sobre aquéllas a manera de dialecto de superestrato.
____________________ 13 Código de clasificación del Quechua , según su distribución geográfica.
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Por otra parte, allí donde los Incas impusieron el quechua, fácil es advertir que las diferencias entre el cuzqueño moderno y otras variedades, como el boliviano, son relativamente superficiales. Por otra parte, si los dialectos Huáihuash por un lado y el boliviano por el otro son el resultado de la expansión incaica, ¿cómo se explica que los dialectos del Huáihuash sean tan diferentes del cuzqueño y el boliviano muy similar a éste, siendo como se pretende, todos descendientes de un mismo antecesor? Resulta lógico suponer que los dialectos centro - peruanos y el boliviano no pueden haber derivado de un mismo tronco. Concluyendo al respecto y forzosamente que los dialectos centrales y norteños del Perú ya existían en sus territorios actuales a la llegada de los Incas. El grado de divergencia que muestran las variedades de QI no pueden explicarse a partir de un origen cusqueño.
Otro argumento que señala Cerrón Palomino es el alto grado de fragmentación de los dialectos de QI frente a la relativa homogeneidad de las variedades del QII B y C. La distribución homogénea de una variedad es producto de una expansión reciente, al par que su heterogeneidad corresponde a una difusión mucho más antigua.
Cerrón, señala una hipótesis de difusión preincaica. La expansión del quechua no solo se debió a la conquista incaica y a la difusión española. La mayor parte de las lenguas de la sierra del Perú se usaba bajo el gobierno de los Incas, además de la quechua oficial cuzqueña, a manera de dialectos locales. Para Cerrón, la difusión del Quechua por los Incas en los extremos del imperio (Ecuador y Nor Oeste Argentino) es debatible, pero la distribución preincaica de los dialectos centro-norteño peruanos es evidente.
La hipótesis del origen costeño Según esta versión, el quechua se habría originado en la costa peruana, más precisamente en la localidad costeña de Chincha, al sur de Lima.
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Para Cerrón Palomino, esta versión encuentra cierto asidero científico en los trabajos de Parker y Torero en la década del ’60 y ’70. Si bien el estudio de los dialectos modernos demuestra que la mayor antigüedad de las variedades corresponde a la rama central peruana llamada Huáihuash, hecho que se evidencia en la marcada fragmentación de esta hablas y en el mismo carácter arcaico de las mismas. Por otra parte, otro hecho que señala esta mayor profundidad de los dialectos centro-peruanos es la existencia de formas transicionales cuasi imperceptibles que corresponden a las variedades Huáihuash, Yúngay y Chínchay. Por ello, Cerrón Palomino sigue a Torero (1964) en afirmar que el centro de difusión del quechua fue la costa y sierra centroperuanas.
En lo que hace a las fases de expansión del quechua a partir de la costa y sierra centrales del Perú, Cerrón señala tres para esta hipótesis.
La primera fase de expansión, como PQ, se debe haber llevado a cabo alrededor del año 880 de nuestra era (época IIA del Horizonte Medio), y debió haber cubierto los territorios actuales de los departamentos de Anchas, Huánuco, Pasco, Junín y el norte de Lima.
La segunda fase expansiva se habría dado alrededor del siglo XIII (Época IV del Horizonte Medio), en dos direcciones opuestas: hacia la costa y la sierra norteñas llegando a Cajamarca, por un lado y hacia la costa y la sierra sur.
La tercera fase se habría producido a fines del siglo XV a partir del Chínchay.
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La hipótesis del origen forestal Según esta hipótesis, el origen del quechua se encontraría en la ceja de selva o selva alta, en el área comprendida entre Chachapoyas y Macas (Amazonas). Esta versión se basa principalmente en fundamentos o razones arqueológicas y ecológicas. William H. Isbell (1974), su promulgador, correlaciona la expansión del quechua con dos eventos culturales específicos: la difusión de un estilo cerámico (ollas de color rojo o marrón, con cuellos de boca expandida, con un temperante muy grueso) y la adaptación gradual del cultivo del maíz. Todos estos eventos asociados con los hablantes de la lengua quechua, de donde la alfarería de este tipo y el idioma constituyeron partes integrantes de un mismo sistema cultural. Esta difusión se daría alrededor del año 100 de la era cristiana y se habría propagado de la montaña suroeste de Ecuador hacia el noroeste del Perú.
Sin embargo, Cerrón Palomino, advierte un punto conflictivo de esta hipótesis.
No puede dar cuenta de la alta fragmentación de los dialectos del Huáihuash. Isbell se limita a conjeturar las posibles ramificaciones del Huámpuy sin mencionar cómo se derivaron los dialectos centro-peruanos o Huáihuash.
La hipótesis de origen ecuatoriano Al finalizar el siglo SVIII existió en Quito una tradición según la cual los quiteños habrían sido conquistados por un pueblo de los países marítimos después del año mil de la era cristiana y entonces introdujeron la lengua quechua. De este modo, la lengua habría sido introducida antes de la llegada de los Incas.
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Sin embargo, la tesis del origen ecuatoriano afronta la dificultad de explicar las variedades peruanas a partir de las ecuatorianas (según el método comparativo utilizado por Parker y Torero las primeras son anteriores en el tiempo al surgimiento de las variedades del QIIB)
Otra autora defensora del origen ecuatoriano, Louisa Stark (1973), sostiene que el quechua habría provenido del oriente ecuatoriano y que se difundió primeramente a la sierra del Ecuador y posteriormente al sur. Para sustentar esta hipótesis la autora se remite a un método de reconstrucción de la morfología de los dialectos ecuatorianos de la sierra, en el caso de seis sufijos, llegando a diferenciar dos grupos dialectales: el ecuatoriano A, que presentaría mayor fragmentación y sería nativo de la zona, y el ecuatoriano B, más homogéneo y que sería el descendiente del llevado por los Incas. Para refutar esta argumentación, Cerrón Palomino menciona el trabajo de R. Hartmann (1979), quien rebate los argumentos lingüísticos y arqueológicos de Stark al señalar que el corpus manejado es demasiado precario como para elaborar toda una hipótesis acerca del carácter más o menos arcaico de las variedades ecuatorianas A y B.
Significado Quechua de la palabra Arequipa Para abordar el significado de Arequipa en la lengua Quechua, considero que debemos de considerar lo mencionado por el Inca Garcilaso de la Vega, cuando menciona que el significado de este topónimo lo da el cronista mestizo Blas Valera en su “Arte y vocabulario de la lengua general del Perú” (1586).
Estrictamente Blas Valera menciona lo siguiente:
•
Arequepa = Ari Qhipa (Quechua) = Una ciudad del Perú llamada así.
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Y en este mismo vocabulario, menciona el significado de cada una de las palabras:
•
Ari (Quechua) = Pues, porque.
•
Quepa = Q´ipa (Quechua) = Trompeta, clarín, bocina.
•
Quepa = Qhipa (Quechua) = Postrimero, último, detrás.
Por lo tanto el significado de Arequipa en Quechua podría ser:
•
Arequipa = Ari Q´ipa (Quechua) = Pues trompeta.
•
Arequipa = Ari Qhipa (Quechua) = Pues detrás.
Revisando a Fray Domingo de Santo Thomas, 1560, según su “Lexicón o Vocabulario de la lengua general del Perú”, este menciona los siguiente:
•
Qipa (Quechua) = Atrás y detrás.
•
Q´ipay (Quechua) = Tañer bocina, o trompeta, y sonar.
Fray Domingo de Santo Thomas no menciona un significado para la palabra Ari.
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Se nota entonces que ambos vocabularios coinciden en que existen dos posibilidades del significado Quechua de Arequipa, Trompeta o detrás, ahora si consideramos el criterio de toponimia, lo más seguro es que el significado de Arequipa en Quechua sería: Pues atrás o detrás ¿ pero detrás de qué ? … falta el complemento ; por lo que considero que la interpretación contemporánea del significado Quechua del término Ari Quepay , basado en la interpretación histórica que refieren tanto Murúa y luego repetido por Antonio de la Calancha, Aquí Quedamos o Aquí quedaos, para nada se debe considerar por su inconsistencia en la traducción. 14
A modo de conclusión: A la llegada de los españoles al Perú y después de la Fundación de Arequipa (1540) muchas cosas variaron en esta extensa región dominada y representada por la etnia Collagua, los ahora residentes en el Valle del Colca hablaban Aymara (Collaguas) y Quechua (Cabanas).
Muchos topónimos fueron quechuizados por los españoles y se forzaron los significados basados únicamente en la lengua mayoritaria de ese momento (Quechua).
Según lo analizado y considerando la toponimia como argumento fundamental, para designar el nombre de un área en base a su geomorfología , la etimología de Arequipa tendría un origen Puquina, siendo así los Puquinas serían quienes asignaron un nombre en función de las características de la geografía. El nombre de Arequipa habría sido aymarizado en un período posterior, pero mantuvo una toponimia basada en su carácter geomorfológico, es decir hace referencia al grupo social ubicado detrás de una punta o filo (volcán). ____________ 14 El significado otorgado al término, estaría evidenciando probablemente la construcción de la identidad emergente de una sociedad colonial Arequipeña basada en la tradición oral y el valor que los Arequipeños otorgan a su suelo.
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La gran cantidad de topónimos Puquinas y Aymaras existentes en la región Arequipa, permiten considerar que si los antiguos pobladores de la región asignaron topónimos Puquinas y Aymaras a áreas pequeñas, como podían descuidar y no mantener el topónimo a la gran región detrás del volcán, región donde se ubicaban los descendientes directos de la Cultura Churajón (de origen Puquina).
No quiero dejar pasar una frase del Dr. Eloy Linares Málaga quien en su libro “Yanahuara en el tiempo” menciona al referirse a la etimología de la ciudad de Arequipa, lo siguiente: “La leyenda de Mayta Capac en Arequipa, creada por el mestizo Garcilazo, es solo una leyenda. La de “Si Quedaos”, aún peor por que el primer significado de nuestra tierra en Aymara es PUEBLO DETRÁS DE LA MONTAÑA DE ARE y QUEPEC”.
El registro dejado por los cronistas evidenciaría una aproximación fonética al origen Aymara de la palabra Arequipa , la conexión estratégica en la zona Sur a través de las rutas del Qhapaq Ñan, el registro visual del paisaje que observaban los pobladores que ingresaban por Aguada Blanca hacia Arequipa y el análisis de los términos probables que dan origen a la palabra Arequipa en el universo de las lenguas Puquina , Aymara y Quechua me permiten sustentar el origen de la palabra Arequipa a partir de los términos Ari Quipa o Are Quiapi por tanto, considero que la etimología adecuada para designar a la ciudad de Arequipa debe ser: La región detrás del pico del monte, la tierra detrás del volcán.
Debido a la justificada vinculación lingüística del término Arequipa con el Aymara o Puquina desarrollé esta investigación con el fin de aportar en la reflexión histórica, entendimiento y búsqueda de los topónimos que dan origen a los nombres de muchos lugares de esta ciudad en la cual me siento como en casa.
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SECCIÓN 6
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SECCIÓN 7
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VI. AGRADECIMIENTOS
A los arqueólogos L. Díaz y E. Castro por su valioso tiempo dedicado a la revisión de esta investigación.
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© Roberto “Tito” Cuzcano Ingeniero Geógrafo, graduado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Lima- Perú. Especializado en Medio Ambiente y Recursos Naturales, trabaja también como Fotógrafo Freelance y tiene predilección por la fotografía de danzas de todas las regiones del Perú y el mundo. Esta publicación a pesar de ser gratuita tiene derechos de autor, sin embargo parte o todo el texto puede utilizarse para fines únicamente de investigación mencionando los créditos además de la fuente original, donde sea aplicable. Todas las fotografías son propiedad de Tito Cuzcano Fotografía y no pueden ser reproducidas sin mencionar los créditos. Inicialmente esta publicación será virtual, si deseas hacer alguna donación económica y lograr que esta publicación se imprima y pueda repartirse gratuitamente en colegios y universidades, 38