Año 4 Nº 33
Spes Unica
Ilustración de Antonio Berni
Escriben y colaboran en este número:
Horacio Otheguy Riveira; Mariano Liebana; Guillem de Rubenhor; Chabela Ximénez; José Luis García Ortego; Oscar Ramentev; Roberto Langella JULIO 2013
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Sumario Editorial
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No es fácil enamorarse de una mujer que tiene freezer, por Juan Sasturain
5
La noche de los feos, por Mario Benedetti
6
El hombre del traje gris, por Horacio Otheguy Riveira
8
“Tom Waits. Conversaciones, entrevistas y opiniones”, de Mac Montandon, por Roberto Langella
11
Canelita o el paso de azúcar amargo (8º entrega), por Chabela Ximénez
14
Por qué no soy vegetariano (1º parte), por William T. Jarvis
17
Se me cayeron las alas
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Las horaciones de Horacio, por Horacio Otheguy Riveira
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¿Quimecontás?, por Mariano Liebana
26
Los signos del horóscopo chino (Caballo)
29
El otro lado (1º parte), por José Luis García Ortego
34
Batman desencadenado (4º parte), por Oscar Ramentev
37
Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella
40
El arte de Antonio Berni
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Horóscopo
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Sumario de números anteriores
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El embrutecimiento
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l verdugo es indiferente respecto de a quién le ordenan matar; es su trabajo, como el del matarife, que no prefiere entre una vaca y otra. En el caso del verdugo, es otro caso de asesinato legalizado. En su novela El lector, Bernhard Schrink cuenta respecto de la Segunda Guerra Mundial, que cuando en los campos de concentración llegaban las nuevas camadas de reclusos, gente angustiada por haber sido arrancada de sus vidas ordinarias, los sobrevivientes más antiguos de aquellos lugares miserables no revivían la angustia de su propia llegada, si no que los recibían con indiferencia, acostumbrados como estaban ya de ver llegar contingente tras contingente. Hay una línea del I Ching que habla de lo peligroso que es acostumbrarse a vivir en situación límite. Cuando cierta vez se refugió en Londres a niños rescatados, nacidos en quién sabe qué guerra tercermundista, Kosovo, quizás, a la mañana siguiente aquellos niños preguntaron cuándo era que empezaban los bombardeos, los que tenían completamente naturalizados. Películas como La lista de Schlinder, entre tantas, nos han acostumbrado a la imagen del jerarca o funcionario nazi que se solaza en el asesinato y la tortura, durante todos los años que duró el régimen, gozando del sufrimiento de sus víctimas, quizás varias decenas diarias, aniquiladas. Sin embargo, fotos testimoniales de aquellas épocas, rescatadas en muchos casos para la memoria por las mismas fuerzas americanas, muestran a jefes de pelotones de fusilamiento con un aspecto bastante oficinesco a la hora de realizar su faena. No había mayor solaz en asesinar judíos, como suele ser bastante tedioso tener que vaciar el desván de trastes viejos en un fin de semana; aquellos judíos habían sido convertidos en objetos. El dolor aturde y en el aturdimiento el dolor se naturaliza, y el aturdimiento vuelto crónico se convierte en embrutecimiento. El organismo se defiende,
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segrega cuestiones que producen un efecto anestésico, tanto físico como psicológico. Si enfermamos y los médicos deben abrir nuestros cuerpos a la mitad, desde el cuello al ombligo, para arreglarnos lo que orgánicamente anda mal dentro nuestro, uno de nuestros consuelos—además de la posible cura—es que no sentiremos nada, estaremos anestesiados. La anestesia es uno de los inventos más antiguos de la ciencia médica, una de las principales preocupaciones siempre ha sido cómo evitarle el sufrimiento al paciente, de la anestesia a la eutanasia. La anestesia provoca un efecto aturdidor de las percepciones, de forma general o local, hoy día se nos puede amputar un miembro sin que sintamos dolor, y sin dormirnos, quizás porque ya no haga falta, quizás porque ya vivamos permanentemente dormidos. Porque cuando dormimos se suspenden nuestras percepciones ordinarias, quizás por eso soñamos sueños que raramente son emocionalmente indiferentes, pesadillas o sueños gozosos, eróticos en ambos casos, para compensar la indiferencia del sueño. Hoy día como humanidad nos hemos creado mecanismos que nos mantienen en una superficialidad indiferente, anestésica, aturdidora, embrutecedora. No se trata entonces de no volvernos contenedores de conocimientos universitarios, incluso, si no tenemos un compromiso emocional con esos conocimientos; doctores, licenciados y universitarios, tan o más brutos como se supone lo será un campesino, ese que contempla la vida en el interior de la semilla con la que trabaja.
Roberto Langella, Julio, 2013
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No es fácil enamorar a una mujer que tiene freezer.
zer.
Uno llega con palabras frescas y ella tiene
Hay que esperar. Encontrar una
–congeladas en el freezer–
percha helada y cómoda
las que le dijimos una hora o
donde quedar colgado y
dos años atrás. Descongela y dice:
ponerse ahí. Hasta que una noche
“Comamos primero lo de ayer,
ella sienta un vacío
hagamos una cena fría con
en la boca del estómago, en
estas sobras de abandono,
el costado de su cama,
estos restos de despedida con que
y vaya entregada al freezer.
me dejaste plantada”.
Conviene estar en la primera fila.
No es fácil convencer a una mujer que tiene freezer.
Para esas sensaciones bruscas
Uno llega con un abrazo inédito, las yemas de los dedos renovadas, huellas flamantes para nuevas sensaciones, y ella tiene –en un helado estante del freezer– las marcas de nuestras últimas manos puestas sobre su sensible corazón, los guantes con que abofeteamos su esperanza, el dibujo de nuestro viejo codo acodado a la mesa donde le dijimos que no daba para más. No es fácil amar a una mujer que tiene freezer. Uno va en busca de sus hermosas tetas y ya no están, tibias, ahí donde solían, sino en el freezer y hay que aceptarlo. Todo tiene un tiempo de deshielo, un tiempo de cocción. Las estaciones duran minutos; los años, meses que se disuelven en segundos para la mujer que tiene freezer. No es fácil ser el amor de una mujer que tiene free-
se preparó el famoso Disney –dicen–, pero uno siempre espera que le vaya mejor que al pobre Walt, vivo de olvido, muerto de frío: “No se puede matar a la mamá de Bambi, hacer sufrir a Dumbo y esperar que todo termine bien y sin explicaciones”, dice la mujer que va del freezer al cine y por la vida. No es fácil olvidar a esa mujer que tiene freezer. Se nos ha congelado en la memoria y sólo queda aguantar el remoto, ruidoso deshielo. Habrá que estar en el momento justo en que se parte el Perito Moreno de su corazón, aprovechar la grieta para colarse mientras los japoneses registran que por fin, que valió la Pena.
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La noche de los feos, por Mario Benedetti
A
mbos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia. Tampoco puede decirse que tengamos ojos tiernos, esa suerte de faros de justificación por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza. No, de ningún modo. Tanto los de ella como los míos son ojos de resentimiento, que sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que enfrentamos nuestro infortunio. Quizá eso nos haya unido. Tal vez unido no sea la palabra más apropiada. Me refiero al odio implacable que cada uno de nosotros siente por su propio rostro. Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos -de la mano o del brazo- tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas. Nos miramos las respectivas fealdades con detenimiento,
con insolencia, sin curiosidad. Recorrí la hendidura de su pómulo con la garantía de desparpajo que me otorgaba mi mejilla encogida. Ella no se sonrojó. Me gustó que fuera dura, que devolviera mi inspección con una ojeada minuciosa a la zona lisa, brillante, sin barba, de mi vieja quemadura. Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía mirarme, pero yo, aun en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos rubios, su oreja fresca bien formada. Era la oreja de su lado normal. Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del rudo héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de admirar lo lindo. Mi animadversión la reservo para mi rostro y a veces para Dios. También para el rostro de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería sentir piedad, pero no puedo. La verdad es que son algo así como espejos. A veces me pregunto qué suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura en la frente. La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando se detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que charláramos un rato en un café o una confitería. De pronto aceptó. La confitería estaba llena, pero en ese momento se desocupó una mesa. A medida que pasábamos
entre la gente, quedaban a nuestras espaldas las señas, los gestos de asombro. Mis antenas están particularmente adiestradas para captar esa curiosidad enfermiza, ese inconsciente sadismo de los que tienen un rostro corriente, milagrosamente simétrico. Pero esta vez ni siquiera era necesaria mi adiestrada intuición, ya que mis oídos alcanzaban para registrar murmullos, tosecitas, falsas carrasperas. Un rostro horrible y aislado tiene evidentemente su interés; pero dos fealdades juntas constituyen en sí mismas un espectáculo mayor, poco menos que coordinado; algo que se debe mirar en compañía, junto a uno (o una) de esos bien parecidos con quienes merece compartirse el mundo. Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó) para sacar del bolso su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo. "¿Qué está pensando?", pregunté. Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma. "Un lugar común", dijo. "Tal para cual". Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la sinceridad y convertirse en un casi
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equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a fondo. "Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?" "Sí", dijo, todavía mirándome. "Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida." "Sí." Por primera vez no pudo sostener mi mirada. "Yo también quisiera eso. Pero hay una posibilidad, ¿sabe?, de que usted y yo lleguemos a algo." "¿Algo cómo qué?" "Como querernos, caramba. O simplemente congeniar. Llámele como quiera, pero hay una posibilidad." Ella frunció el ceño. No quería concebir esperanzas. "Prométame no tomarme como un chiflado." "Prometo." "La posibilidad es meternos en la noche. En la noche íntegra. En lo oscuro total. ¿Me entiende?" "No." "¡Tiene que entenderme! Lo oscuro total. Donde usted no me vea, donde yo no la vea. Su cuerpo es lindo, ¿no lo sabía?" Se sonrojó, y la hendidura de la mejilla se volvió súbitamente escarlata. "Vivo solo, en un apartamento, y queda cerca." Levantó la cabeza y ahora sí me miró preguntándome, averiguando sobre mí, tratando desesperadamente de llegar a un diagnóstico. "Vamos", dijo. No sólo apagué la luz sino que además corrí la doble cortina. A
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mi lado ella respiraba. Y no era una respiración afanosa. No quiso que la ayudara a desvestirse. Yo no veía nada, nada. Pero igual pude darme cuenta de que ahora estaba inmóvil, a la espera. Estiré cautelosamente una mano, hasta hallar su pecho. Mi tacto me transmitió una versión estimulante, poderosa. Así vi su vientre, su sexo. Sus manos también me vieron. En ese instante comprendí que debía arrancarme (y arrancarla) de aquella mentira que yo mismo había fabricado. O intentado fabricar. Fue como un relámpago. No éramos eso. No éramos eso. Tuve que recurrir a todas mis reservas de coraje, pero lo hice.
Mi mano ascendió lentamente hasta su rostro, encontró el surco de horror, y empezó una lenta, convincente y convencida caricia. En realidad mis dedos (al principio un poco temblorosos, luego progresivamente serenos) pasaron muchas veces sobre sus lágrimas.
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Entonces, cuando yo menos lo esperaba, su mano también llegó a mi cara, y pasó y repasó el costurón y el pellejo liso, esa isla sin barba de mi marca siniestra. Lloramos hasta el alba. Desgraciados, felices. Luego me levanté y descorrí la cortina doble.
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El hombre del traje gris, por Horacio Otheguy Riveira Para mi querido amigo, Edgar Allan Poe (1809-1849)
evidente. Aunque él consideraba
enfrascaba en dos novelas rusas
que todo seguía igual, se le veía
de las que nunca se despegaba,
demacrado, la ropa deteriorada,
saltando de los capítulos de una
o dormía. Perma-
sin palabras que llevarse a la boca,
a los de la otra, y siempre des-
necía con los ojos
sólo con algunos lugares comu-
pués de tomar uno que otro bo-
abiertos mirando el
nes que se desplazaban por la
cado cada vez más escaso, ya sin
techo y en el techo la película
saliva sin ganas. Y carecía de ami-
otra cosa que agua, pues el últi-
más gozosa de su vida de la que
gos y familiares que le alertaran
mo vino barato que compró era
no recordaba nada, pero imagi-
de los peligros de su extraña ruti-
tan malo que le cayó mal.
naba con una sonrisa.
na.
Se acostaba pronto y rezaba al-
Cuando sonaba el despertador
Diariamente cumplía con el simu-
gunas
se levantaba ansioso por afron-
lacro de seguir yendo al trabajo,
asustado por su creciente pobre-
tar un nuevo día. Tras el aseo,
de manera que recorría las mis-
za y angustiosa soledad. Una
un té con un pan del día ante-
mas calles, los mismos bares, los
pobreza y una soledad que le
rior a la plancha con algo de
mismos parques de alrededores
asaltaban entresueños, de mane-
aceite. Luego de cepillarse los
que antes no tenía tiempo de visi-
ra que no más despertar saltaba
dientes y perfumarse tras la du-
tar. Al fin podía descansar y dar
de la cama con energía: su rutina
cha, se calzaba el traje gris: el
de comer a las palomas y se ima-
en el vacío del día con su traje
pantalón debajo del colchón sin
ginaba rutas salvajes con algunas
gris le permitía creer que todo
una sola arruga y la chaqueta en
de las criadas o madres con ni-
continuaba como en los mejores
el galán de noche con la camisa
ños, día a día más encantadoras y
tiempos. Aquellos dulces tiem-
blanca.
apetecibles a las que, sin embar-
pos de empleado donde sus co-
De lunes a sábado salía con su
go, jamás se atrevió a dirigirles la
nocimientos
portafolios. Y cumplía con la
palabra, ni siquiera a saludarlas.
necesarios y recibía el respeto de
misma ruta de cuando estaba
Se conformaba imaginando sus
propios y ajenos.
ocupado, bien empleado, gozo-
andares en la cocina, proporcio-
samente resultón tras los mos-
nando nutritivos platos con son-
tradores de una gran sastrería
risas de almíbar y aromas exquisi-
desaparecida desde hacía un
tos. Y al caer la noche, una copa
año. Se las había apañado con
con marcas de pintalabios, el
ahorros y un subsidio que le
humo del cigarrillo, y los prime-
ingresaban los días 10 de cada
ros botones desprendidos con
mes, pero las cuentas ya no le
delicadeza.
cuadraban y su deterioro era
Volvía a casa a la misma hora y se
N
oraciones,
A
se
vivamente
consideraban
sí fue hasta que vio al hombre del traje gris en la acera de enfren-
te, junto a la casa vieja abandonada. Era tan parecido a él que cuando se saludaron con la cabeza fue como estar ante un espejo. Le impactó agradable-
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mente. Disfrutaba con sólo pen-
da una muchacha que el hombre
electricidad y ya ni se ocupaba
sar que volvería a verle al regre-
del traje gris liberaba no más
de ninguna otra cosa fuera de la
sar a casa. Y así fue: nuevo salu-
llegar, le refrescaba la cara con
obsesión por lo que sucedía en
do con el sombrero. Los dos
una toalla, le daba a beber agua
la casona de enfrente.
únicos del barrio que lo lleva-
de manantial y se dejaba enlazar
Volvió a seguir al hombre de
ban: traje gris, sombrero y por-
por sus frágiles brazos, pues la
gris, esa especie de hermano
tafolios negro, y una elegante
joven le recibía alborozada, ple-
mellizo, y volvió a presenciar el
sonrisa por bandera. El hombre
na, encantada de ser su prisione-
recibimiento de la preciosa jo-
salía temprano del caserón y
ra.
ven, esta vez menos vestida,
entraba más tarde, siguiendo sus
más atrevida, podría decir que
haciendo los mismos gestos,
D
guió mirando, entre otras cosas
hombro y le arañó la cara con
pero añadiendo productos fe-
porque la extraña pareja se per-
una garra inesperada. La hermo-
meninos que le llamaron la aten-
dió en una habitación a la que
sa y sumisa joven adquirió de
ción. Le vio comprar bastantes
su mirada no tenía acceso. Pasó
pronto una fuerza sobrehumana
cosas de perfumería y ropa in-
dos días postrado en la cama
con rasgos monstruosos, tritu-
terior. Y entonces le siguió a
con los ojos abiertos, mirando al
rando al hombre que parecía
considerable distancia. Y tam-
techo, tumbado sin quitarse la
amar.
bién le espió una vez que entró
ropa. Aquella chica felizmente
La palabra amar le quedó graba-
en la casona. A través de las
cautiva de un hombre idéntico a
da. No podía quitársela de la
ventanas le vio deambular por
él le había hechizado.
cabeza. Más días con sus no-
Cuando pudo reaccionar salió a
ches en vela. En el abandono
la calle a buscarle, y lo hizo tal y
total de suciedad y falta de sue-
como se encontraba, en mal
ño, ahogado en la absoluta sole-
estado y tambaleándo-
dad en que vivía, pero más pen-
se, y lo encontró al
diente que nunca de ese extraño
atardecer
se
ser, mezcla rara de preciosa y
disponía a entrar. Se
monstruo, de fuerte y débil,
saludaron con la cabe-
bella y horrible.
za. El hombre del traje
No volvió a encontrar al hom-
gris continuaba con su
bre del traje gris, pero cuando
aspecto impecable, pe-
se internó en la casona ahí esta-
ro él no, ya no, estaba
ba ella como esperándole, atada
tocado por la desgracia.
como de costumbre, exhibién-
Su vivienda carecía de
dose como una diosa de exube-
mismos horarios. En el hipermercado le encontró comprando las mismas cosas,
grandes espacios con arañas de caireles, entre pesados cortinajes de terciopelo y muebles viejos desvencijados donde estaba ata-
espués de semejante
provocativa, y de pronto, al
espectáculo no pegó
rodear con los brazos desnudos
ojo. Ni siquiera si-
a su carcelero, le mordió en el
cuando
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rante belleza y sensualidad.
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e quitó la chaqueta y se dispuso a sorprenderla con algún rico bocado
antes de liberarla; recorrió la casa buscando manjares que no encontró, pues no halló más que partes de un cadáver, restos de un hombre sin sonrisa que llevarse a la boca ni canción desesperada que compartir con un amor tan intenso. Le pareció bien. Se relamió imaginando un plan perfecto a solas con la bella y sorprendente joven. Ni siquiera le importó el nauseabundo olor que invadía el caserón, como si todo él estuviese lleno de muertos en descomposición, sólo registró lo más importante: los labios húmedos y carnosos de la bellísima criatura con cuyos besos agradecía la libertad
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que le otorgó al desatarla; frotó
bos por las paredes en un grado
sus muñecas con una pomada, le
de desesperación tal que pronto
refrescó la cara, besó sus lágri-
le redujeron dos enfermeros. Le
mas, acarició su piel, enamoró
pusieron un chaleco de fuerza y
sus curvas, coronó de gloria sus
le inyectaron un calmante con el
caderas… y recibió con alegría
que durmió plácidamente.
sus afilados colmillos y las garras
En el sueño sonreía bajo los
que abrían estupendos surcos
labios de la desconocida. Ella le
por su cuerpo, al fin abandonado
besaba largo y le adoraba con la
gozosamente en un bosque de
lengua. La lengua, su propia len-
sangre con su laguna y su mirada
gua un manjar sorprendente que
y su renovada sonrisa.
consigue morder con ímpetu sin
Completamente
embelesado,
gritos ni alharaca con simple
confiando aún en volver a tentar
fuerza y deseo formal y serio,
aquellos labios, su turbia mirada
formalmente serio, seriamente
se encontró con un vacío angus-
formal de reconocer en la sangre
tioso desde la ventana de su
un final definitivo, sin estriden-
apartamento, frente al caserón de
cias.
enfrente de donde salía el hombre del traje gris. Perplejo, mareado, con náuseas, fue a abrir la puerta y la encontró
A
hora tiene la lengua cosida y los brazos sujetos a la cama. Le
cerrada con candado, luego in-
alimentan con suero. Le sedan
tentó en vano romper la ventana
con inyectables. Y sólo recibe
protegida por barrotes. Dio tum-
dos visitas diariamente: un hombre vestido de gris con portafolios negro y sombrero que nunca se quita, y una joven con faldita corta y colmillos afilados. Los dos sonríen y le aseguran que pronto le llevarán a su casa antigua donde le enseñarán a desaparecer de victoria en victoria, de triunfo en triunfo, de sonrisa en sonrisa, beso a beso, mordisco a mordisco, muerte a muerte. Y él se deja invitar, ensoñado, feliz de volver a tener ilusiones.
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“Tom Waits. Conversaciones, entrevistas y opiniones”, de Mac Montandon, por Roberto Langella
P
ublicado en Estados Unidos en 2005 por Thunder’s Mouth Press, la edición en español de este libro, traducido por Ignacio Juliá, no llegaría sino dos años más tarde, por la editorial Global Rhythm Press. El mismo es una recopilación de notas y entrevistas, reportajes gráficos y transcripciones de otros tipos de medios, y otros textos, publicados en su mo-
En el recorrido nos encontramos con diferentes artículos periodísticos y entrevistas, de revistas y diarios tales como Nesweek, The Newyorker, Rolling Stone, The Washington Post, otro poema de Bukowski, Los Angeles Times, SPIN, Playboy, The Guardian, opiniones y conversaciones de Elvis Costello y Jim Jarmush con la figura del evento, y muchísimo más. El libro está dividido en tres partes, la primera, la de sus primeros años, hasta 1981; la segunda, de 1985 a 1993; y la tercera, de 1999 a 2004. Un vagabundo se topa con el éxito
L
mento en distintos lados, que van desde 1974, a poco de que Tom publicara su segundo álbum The Heart of Saturday Night (el primero había sido, un año antes, Closing Time) y culmina con la respuesta que el músico le diera al cuestionario Proust en 2004, que publica la revista Vanity Fair. Bueno, el final del libro se reserva al poema Nirvana, de 1992, de Charles Bukowski, y que Waits dijera es uno de sus favoritos.
a primera parte da cuenta del Tom Waits vagabundo y beatnik, que prueba distintos oficios hasta dar con el pianista de pubs y night clubs, de cara al jazz y al blues y de espaldas al rock y al folk más dylaniano, hasta hacerse de un contrato editorial y un primer esbozo de éxito, de suerte. Aquí tenemos a un Waits reflexivo, amigo de hablar de sus orígenes personales, de sus costumbres desarraigadas, de su cosmopolitismo local, de su dudoso acercamiento al piano y de su respeto por el arte poética. Pero aquí Tom está vendiendo el personaje de desarrapado bukowskiano que los entrevistadores van a buscar, y sin embargo les escupe su arte en la cara, porque muchas de sus respuestas (todas transcripciones de su oralidad, que quede claro), bien podrían ser recortados y usados como material para monólogos o relatos en primera persona, sin
necesidad de corrección alguna, doy por hecho. Sólo, uno lamenta que de esta época, parece que cuando Tom ya se dispone a hablar al menos un poco en serio, ya la entrevista termina… “Las canciones de Waits describen a borrachos, putas, ladronzuelos, tipos refugiados en pequeñas poblaciones, tugurios grasientos, conducir toda la noche, establecimientos de coches usados, tiroteos en hoteles…”, dice Geoffrey Himes, del The Washington Post, en la página 77. El éxito de un tipo al que no le importa el fracaso
C
ada parte del libro abarca períodos, pero los artículos de cada parte no se presentan de manera cronológica, lo que no deja de ser una bendición, dada la relación de Waits con el periodismo. La relación de Waits con el periodismo ha sido matrimonial. La primera parte ha sido la del cortejo. Ante un divo a su modo que parece decir ―nunca seré tuyo‖, el periodista se deslumbra con ese ser estrafalario pero genuino, ocurrente hasta la genialidad, de una extraña locuacidad, cuyo cuerpo parece decir tanto como sus palabras. El periodista está deslumbrado –enamorado– y se comporta de manera torpe; el artista se fastidia con esa torpeza, entonces redobla sus retruécanos, sus mitos, refuerza sus propias reglas de juego. Entonces queda una sensación de frustración en el aire, el periodista ha hecho el tonto –aunque juegue a que no le importa– y Waits con ganas de empezar a explicarse, cuando ya termina la entrevista.
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Para la segunda parte del libro – ya promediando los ’80– si el periodista aun no ha conseguido descifrar al artista, por lo menos se ha habituado a él, de alguna manera lo conoce. Waits no cambia de actitud pero por lo menos ahora, antes o después, de a ratos, explica su juego, da señales, advierte, empieza a decir verdades incluso cuando miente. Como suele ocurrir con los artistas geniales, se puede presumir que las cosas no se han dado de manera tan azarosa, que algunas lecciones de trompeta no son el único bagaje aprendido, que se ha pasado algunas horas con la guitarra, que no aprendió el piano por cierta facilidad con la melodía, solamente, jugando con cada acorde. Así solamente no se compone Invitation to the blues, por más genio que seas. Posiblemente aun el periodista no se percate de los pequeños cambios que Tom ha ido implementando en la relación, pero sí el lector podrá observarlo y aprovecharlo para su beneficio. La primera parte es la más delgada del volumen, y un libro completo en ese tono hubiera sido inaguantable para cualquiera. Quizás Glenn O’Brien, de SPIN, haya sido en noviembre de 1985 el primer periodista que le ―encontró la vuelta‖ a Waits, permitiéndose hasta entrar en su sintonía y seguirle varias parodias. Pero Waits es un hueso duro de roer, él es quien marca la cancha y luego no regresará a la cordura y a una respuesta razonable sino hasta cuando se le antoje. No importa, lo que no responda en serio ahora lo hará en la próxima entrevista, o cuando le dé la gana, si es que estás apurado y no tenés tiempo de ponerte a descifrar su mundo compuesto de parábolas, de cosas que así sucedieron, o no tanto, o que jamás pasaron, pero que qué lindo si fueran. En esta parte es también que se
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encuentran las dos charlas de Waits, la primera con Elvis Costello, la segunda con Jim Jarmush. Sin duda Tom se siente más a gusto hablando con sus amigos que con periodistas, de cualquier manera solo el encuentro con el cineasta resulta interesante, incluso por la deferencia (o el lujo) que Jarmush hace de ponerse en papel de entrevistador. La charla con Costello resulta bastante insustancial, más típicamente ―una charla entre músicos‖, quizás, desde cierto punto de vista, resulta más unilateral. Tercera parte: El Tom Waits definitivo
L
a tercera parte de este libro se abre con notas de 1999, con la aparición de Mule Variations, uno de los álbumes más coyunturales de toda su carrera. Waits ya se ha casado con Kathleen Brennan, su musa secreta y coautora desde Swordfishtrombones (1983), una bisagra en su carrera. En su larga y ecléctica discografía, no es fácil recomendar a alguien que quiera comenzar a escucharlo, por donde comenzar (pocas veces me resulta a mí mismo, cuando alguien me dice ―empezá a escuchar a fulanito por este disco, dados tus gustos‖; nunca se sabe por dónde nos va a entrar un artista, sea por lo que parece más o menos serán nuestros gustos), pero bueno, a alguien más rockero quizás se le pueda recomendar comience por aquí, a otro más jazzero, quizás le vendría mejor Small Changes o Closing Times. Como alguien ha dicho por ahí, Tom Waits es un jazzman y bluesero, pero con más rock en la sangre que más de diez bandas que aparecen frecuentemente en MTV. Si bien el rock ha aparecido de manera dispersa y
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salpicada por toda su discografía (no puede decirse que ningún disco completo de Tom sea de rock), siempre ha sido considerado como un par por la gente del palo, también por el público. Waits es un artista complejo y completo, que ha transitado también géneros folklóricos como el tango, la polka y otros, que ha compuesto vaudeville y música de películas, que él mismo ha actuado papeles menores en una docena de películas, que ha cambiado de sello en algunas oportunidades, buscando una mejor estructura ante sus cambios, finalmente, que se lo puede asociar quizás mejor como a un artista del este europeo –o de cualquier parte del mundo– que como a un californiano (excepto por sus influencias beatnik y bukowskiana).
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s un artista con fuerte influencia del jazz del beatnik, pero también, con los folklores de desde finales del siglo XIX, de Alemania, Francia e Italia; que se le puede relacionar con Raymond Carver y William Burroughs, pero también con Ray Bradbury y la novela negra. Sin lugar a duda, éste es un libro para fans, pero de imprescindible lectura para cualquiera que quiera saber de la vida y características particulares, escenarios y visiones de vida, y de su pródigo anecdotario, y una fuente de consulta permanente para los futuros biógrafos de este genial artista. A traves de las 376 páginas que componen el volumen, que además con su factura de cubiertas duras parece querer dar prestigio a cualquier biblioteca donde se asiente, el lector realiza un viaje por la trayectoria y la cosmogonía waitsiana, viéndole crecer, desarrollar cada vez mejor su juego, tanto mejor se disfruta si el lector además es
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consecuente oyente de su discografía no poco extensa, si se la tiene bastante bien masticada. Ni se trata de un trabajo demasiado extenso ni tampoco excesivamente ecléctico, dado como se ha dicho por ahí ―cuando alguien es tan sí mismo como lo es Tom, es esperable hallar (sus) lugares comunes y repeticiones‖. Por lo demás, con sus cubiertas duras y su diseño cool, es un libro que engalanará tu biblioteca, aunque no lo entiendas o te aburra soberanamente.
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Mac Montandon ha escrito para el New York Times, New
York, Details, Radar y Spin, entre otros. Es el editor de Innocent when tou dream: The Tom Waits reader , y es editor ejecutivo de The Silence of the City. Su libro, Jetpack Dre-
ams: One man's ip and down ( but mostly down ) Search for the greatest invention that never was, fue publicado el 1º de noviembre de 2008. Mac vive en Brooklyn, Nueva York, con su esposa y dos hijas. Él puede ser conocido en www.jetpackdreams.com.
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o es que Canelita fuera una persona de ilusiones fáciles ni romanticismos tontos. A qué había llevado esa ilusión a su hermana. En apenas dos días se convertiría en la esposa de un hombre insulso y sin aspiraciones, que lo primero que le había dado era la responsabilidad de un hijo sin pensar por un momento en que sus padres dependían por completo de los cuidados de las dos. No contento con eso, la había convencido para cambiar el negocio familiar de toda la vida, la confitería del pueblo, por una cafetería que jamás produciría lo suficiente para mantenerlos. Todo les llevaría a seguir compartiendo la planta alta de la casa familiar con ella y sus padres, a renunciar a su intimidad y a no conocer la independencia que un verdadero matrimonio necesitaba. El resultado sería el de un par de años de ilusa felicidad y el resto de una vida monótona y sin futuro, que haría a Sara envejecer prematuramente y cargarse de hijos. A todo eso llevaba el amor. Lo había visto en Rufino y María Antonia, un soportarse a desgana,
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un aburrimiento absurdo que desprendía amagos de ilusión en las puntas de los dedos, como si de querer atrapar el agua se tratara, viéndola resbalarse sin remedio. Lo había visto también en sus padres, aquellos dos espectros que quemaron su salud a base de evitarse. Recordaba su niñez frente al tazón de leche caliente, el olor a dulces de vainilla y canela del horno de la planta baja. El calor del azúcar tostada era lo único que calentaba el ambiente de aquella casa. Luego aquellos silencios, aquellos crueles y vacíos silencios que acompañaban al sonido de la cucharilla contra el café y terminaban apagando el delicioso olor a pastelería que asomaba del patio interior para evitar recordarles que algo hermoso se estaba cociendo más abajo, justo ahí donde estaba permitido ser feliz. Luego crecer y observar aquellas enfermedades sincronizadas, con apenas un mes de diferencia, aquel alejarse un poco más ésta vez físicamente, uno a cada lado de la casa. Se empezaban a dejarse consumir impregnados de soledad, separando sus silencios con más silencios, ignorando mutuamente sus existencias en un reproche
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cruel ya sin palabras y sin gestos. - Y hasta hay quien pagaría por esos pensamientos – le sonrió Bienvenido tras el colador -. ¿Qué piensas Canelita? Tienes una expresión que asusta. - No me llames así. Es un mote idiota. Mi nombre es Carmen, como mi abuela. - Y de dónde viene entonces Canelita. - Mi hermana intentaba llamarme Carmelita, como me decían de pequeña. Tenía sólo dos años y era lo que le salía, Canelita. Luego todos me lo llamaban porque decía que desprendía ese olor, lo cual no es de extrañar habiendo una pastelería en mi casa. Pero bueno, por lo menos no me llamaron vainillita o bolita de coco, tuve suerte. - Ya ves, yo pensaba que era por el tono tostado de tu piel. Soy un romántico incorregible. - Dime Bienve, ¿Tú crees en el amor? - ¿Qué estamos pensando en el chico de los botines negros otra vez? - Hablo en serio, contéstame. ¿Crees que el amor existe? Habla antes de que vengan. - Ya sé que me hablas en
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serio, y eso es aún peor. No hay mucho en lo que creer a tu alrededor ¿no es cierto? Pero no te convenzas de que todo es tan negro como aparenta. Hay más ficción de la que admiten en las gentes que te rodean. Las personas tienen miedo a decir lo que sienten, les aterra descubrirse y que sus sentimientos queden a merced de quienes quieran pisotearlos. Todos tenemos miedo a sufrir, por eso disimulamos una frialdad que no sentimos. - ¿Quieres decir que la gente disimula su felicidad, que hace ver que no siente lo que siente por miedo a que se sepa y parecer humanos a los ojos del mundo? No te creo. Nadie puede fingir toda la vida. - ¿Estás segura de eso? Mira a tu jefa –Bienvenido jamás se refería a María Antonia como su hermana --. ¿Crees que es feliz alimentando ese odio irracional hacia Rafael? Apuesto lo que quieras a que hace años que lo ha perdonado, pero antes preferiría morir a reconocer ante todo el pueblo que su venganza ha sido satisfecha. Es más, adora a su marido, pero nadie la verá nunca demostrarle su cariño en público. Aquí dentro, puede ser, porque se siente segura y en familia, pero nunca en el salón o en la calle Parece que ambos hubieran firmado
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un pacto de simulación perfecta: Nadie debe conocer la existencia de un
corazón en María Antonia. Y todo porque un día alguien pisoteó sus sentimientos y ella decidió ocultarlos para siempre. Es su convenio y ambos lo cumplen. Canelita guardó silencio pensativa y Bienvenido volvió al caldo de pescado. El bullir de la cazuela sonaba al compás de una bachata que salía del transistor del gordo cocinero, como el único sonido dispuesto a perseguir los pensamientos de la chica. El niño enmarcaba la puerta. Tanto silencio no era normal, pensó asustado. Seguramente se había retrasado demasiado y se todo se habría descubierto. No tenía que haber repetido, pero él le estaba hablando y hacía tanto
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tiempo que esperaba oír su voz de cerca, que no reparó en la hora, ni en las terribles consecuencias que su visita tendría si su madre llegaba a enterarse. Ahora miraba alternativamente a su obeso tío y a su amiga-confidente silenciosa y empezaba a ser consciente de la horrible tormenta que amenazaba con avecinarse. Antes de que lograra articular la fatídica pregunta, su madre abrió la puerta de entrada al salón. Su cara reflejaba enojo y, aunque éste no era un estado particularmente raro en ella, al chico le pareció enojo diferente en extremo. - Vaya, al fin llegas. Supongo que todo habrá salido bien, aunque, a juzgar por tu cara, parece que vinieras de un funeral. - Si, bueno, -balbuceó-. Todo ha salido mejor de lo que esperaba. Han sido amables. - ¿Pensaste que no me iba a enterar? Rufino no tiene secretos para mí. Y no es que me moleste, pero la próxima vez que tengas que hacerle algún recado, quiero estar enterada. Hijo, -dijo cambiando el tono de voz, tornándolo en el maternal al que lo tenía acostumbrado-, no me importa que hagas favores a Rufino o a cualquier otra persona, pero quiero estar enterada en todo momento de dónde
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estás. Aún no eres tan mayor ¿sabes? El niño miró desconcertado a Canelita, mientras soportaba el abrazoreencuentro con su cordón umbilical. No hay nada más férreo que el cariño de una madre que cree haber estado a punto de perder el cariño de su hijo, pensó la chica, mientras se preguntaba si, en el fondo, María Antonia no sería consciente de la razón de la ausencia del niño. - Deja al chico, mujer. ¿No pensarás que no vaya a crecer nunca? Por mucho que lo achuches en algún momento tendrá que empezar a volar –Bienvenido reaccionaba con rapidez ante las muecas de asombro de los dos jóvenes-. - ¡Métete en tus cosas! Aun tengo una conversación pendiente contigo a cerca de los horarios de este establecimiento. – De vuelta a su habitual carácter, María Antonia volvía a ser la recta y metódica mujer que regentaba desde hacía más de diez años el local más productivo de la carretera de la playa. - Estamos, jefa, pero suelta ya al niño que lo estás asfixiando. (CONTINÚA EN EL PRÓXIMO NÚMERO)
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También pueden leer esta historia en el blog de la autora.
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Por qué no soy vegetariano (primera parte) William T. Jarvis Traducción castellana: Dr. José Luis Torres Carbonel La versión original en inglés está disponible aquí: http://www.acsh.org/publications/priorities/0902/vegetarian.html
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l vegetarianismo se ha convertido en una "corrección política" comparable a la respetabilidad que tenía en el último siglo, cuando muchos progresistas sociales y científicos lo defendieron. Hoy sus partidarios exhortan a no comer carne no sólo como algo saludable, sino también como una solución al hambre del mundo y como una salvaguardia para la "Madre Tierra". El Comité Médico para la Medicina Responsable (PCRM) ataca agresivamente el uso de alimentos animales y ha propuesto su propio modelo de grupos de alimentos que excluye todos los productos animales. Yo negué al vegetarianismo después de muchos años de observancia. Aunque los argumentos a favor de él se muestran seductores, he aprendido a ser cauto, y a buscar aspectos ocultos en él cuando evalúo las afirmaciones de los beneficios del vegetarianismo. El vegetarianismo está lleno de aspectos engañosos a los cuales no están inmunes ni siquiera los científicos y los médicos profesionales. Pero eso no me logra extraviar: Sé que las dietas sin carne pueden ser saludables, incluso deseables, para algunas personas. Por ejemplo: a) Los hombres con un gen transportador de hierro estarán mejor sin carne roja, porque contiene los hierro hemo, que es altamente
El Dr. William T. Jarvis Ph.D., autor de este artículo, es consejero de ACSH (Consejo Estadounidense sobre Ciencia y Salud), profesor de salud pública y medicina preventiva en la Universidad de Loma Linda, fundador y presidente del Consejo Nacional Contra el Fraude en la Salud, y co-editor de The Healt Roberts: Una Mirada Íntima al Charlatanismo en América (1993). Este artículo es una adaptación de uno publicado por Prometheus Books (Amherst, Nueva York) en el November/December 1996 volante del problema de Nutrición & Noticia del Foro de Salud.
absorbible y puede aumentar su riesgo de enfermedad del corazón. b) Porque es probable que las dietas vegetarianas contengan menos grasa saturada que las dietas no vegetarianas, pueden ser preferibles para las personas con hipercolesterolemia familiar. c) los vegetales contienen fitoquímicos que parecen proteger contra el cáncer colorectal. d) Homocisteinemia (homocisteína elevada en plasma) aproximadamente duplica el riesgo de enfermedad de las arterias coronarias. Varios trastornos congénitos y nutritivos, incluso las deficiencias de vitaminas B6 y B12 y ácido fólico, pueden causar esta condición. Puesto que el ácido fólico se encuentra principalmente en los vegetales, la ingestión baja de la vitamina probablemente es menos entre los vegetarianos que entre los no vegetarianos. e) Algunas personas encuentran que el vegetarianismo les ayuda a controlar su peso. El vegetarianismo tiende a facilitar el control
del peso porque es una forma de restricción de comida; y en nuestra sociedad sobrealimentada, la restricción de comida es una ventaja a menos que ella ocasione un déficit de algún nutriente esencial. Sin embargo, uno no necesita eliminar la carne de la dieta por cualquiera de las razones anteriores. Al parecer, es el amplio consumo de frutas y vegetales, no la exclusión de la carne, lo que hace al vegetarianismo saludable.
¿Tarde de perro?
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l término "vegetariano" es engañoso, porque no es un nombre para las personas a quienes agrada el consumo de vegetales, sino una palabra-código para aquellos que les desagrada o protestan sobre el consumo de alimentos de origen animal. El neologismo anticarnivoristas
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[anticarnes, anticárnicos] es mejor para caracterizar a la mayoría de aquellos que se llaman a sí mismos vegetarianos. Yo me defino "entusiasta de los vegetales," porque animo fuertemente a comer muchos vegetales, incluyendo legumbres, granos enteros y frutas. Yo creo que estas comidas son deseables no sólo por su alta densidad de nutrientes y baja densidad calórica, sino también debido a factores estéticos y gustativos. Ser un entusiasta de los vegetales no implica rechazar el uso de la carne o de los productos animales. La mayoría de las personas que categorizan a los vegetarianos identifican por lo menos cinco tipos diferentes, basándose en los tipos de alimentos de origen animal que consumen: los semivegetarianos consumen los productos lácteos, huevos, pescado, y pollo; los pesco-vegetarianos consumen productos lácteos, huevos, y pescado; los lacto-ovo-vegetarianos, productos lácteos y huevos; los ovo-vegetarianos, huevos; y los veganos, ninguna comida animal excepto la miel. Desde el punto de vista de su conducta, categorizo a los vegetarianos como pragmáticos o ideológicos. Un vegetariano pragmático es aquel cuya conducta dietética proviene de consideraciones de salud objetivas (por ejemplo, hipercolesterolemia u obesidad). Los vegetarianos pragmáticos son racionales, en lugar de emocionales, en su acercamiento a tomar decisiones de su estilo de vida. En contraste, para los vegetarianos ideológicos, el vegetarianismo es una "cuestión de principios"; su
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cumplimiento es un mandamiento. Uno puede descubrir a los vegetarianos ideológicos por sus exageraciones sobre los beneficios del vegetarianismo, su falta de escepticismo y su fracaso para reconocer (o su infravaloración) los riesgos potenciales incluso de las dietas vegetarianas extremas. Los vegetarianos ideológicos tienen pretensiones de ser científicos, pero se acercan al tema del vegetarianismo más como abogados que como científicos. Los promotores del vegetarianismo recogen los datos selectivamente y engranan sus argumentos para desacreditar la información contraria a su dogma. Este acercamiento a defender una posición es conveniente para un debate, pero no puede engendrar conocimiento científico. Debido a la influencia del Adventismo del Séptimo Día (SDA) en mí ambiente, yo practiqué el vegetarianismo durante muchos años. Mi esposa y yo intentamos dejar de consumir todos los productos animales, pero esto no funcionó. A veces reflexionamos en voz alta por la mañana y echábamos leche de soja a nuestro cereal del desayuno. Terminábamos comiendo el cereal con un tenedor porque encontramos la mezcla repulsiva. Tuvimos otra experiencia inolvidable cuando comimos con un grupo de hippies vegetarianos en los bosques de Oregón. Estábamos allí para aconsejarlos acerca del vegetarianismo. Habían preparado el peor guisado vegetariano que yo he saboreado en la vida. Con-
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sistía en cacahuetes crudos y una variedad de vegetales medio cocinados. Después de comerlo, tuve acidez durante varias horas. Los dolores digestivos son algo legendario entre Adventistas del Séptimo Día. Las razones para adoptar el vegetarianismo pueden ser muy personales. Hace algunos años compartí un podio durante varios días con un vegetariano. Estaba claro por nuestras conversaciones informales que él no era religioso, así que le pregunté por qué había optado por el vegetarianismo. Me hizo una historia conmovedora de haber sido un muchacho solitario cuyo compañero más íntimo era su querido perro. Me dijo que un día, mirando a los ojos del perro, vino a ver al animal como un compañero, un prójimo. De inmediato aplicó esta forma de ver a todos los animales, y desde que no puede tener la idea de comerse a su perro, ya no podría comerse a los otros animales.
Con la muerte en los talones
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arla Erhardt, R.D., M.P.H., listó cinco postulados vegetarianos: 1) Todas las formas de vida son sagrados, y todas las criaturas tienen derecho para vivir sus vidas naturales; 2) está anatómicamente claro que Dios no diseñó a los humanos para comer carne; 3) la matanza es repugnante y degradante; 4) criar animales para carne es ineficaz y es hacer un mal uso de la tierra disponible; 5) la carne animal no es saludable porque contiene toxi-
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nas, bacterias virulentas, ácido úrico, fluidos impuros, y malos tipos de nutrientes1. Yo encuentro todos estos axiomas erróneos:
1. La creencia de que toda vida es sagrada puede llevar a absurdidades como permitir a los mosquitos extender la malaria, o la premisa de que las víboras anden sueltas delante de uno. Inherente a la idea de que toda vida es sagrada es la suposición de que todas las formas de vida tienen igual valor. El mundo natural revela jerarquías en la cadena alimenticia, la dominación de ciertas especies sobre otras. Y la mayoría de las criaturas con muerte en estado salvaje (normalmente víctimas de un depredador) mueren antes de que hayan alcanzado el límite genético de su longevidad. Las múltiples prácticas dietéticas de las poblaciones humanas desmienten la noción que se diseñan algunos humanos para ser vegetarianos en lugar de omnívoros. Por ejemplo, los aborígenes australianos consumen larvas de insectos y reptiles; los esquimales comen carne cruda; y los hindúes tradicionales son vegetarianos. El primer médico Adventista del Séptimo Día, John Harvey Kellogg (18521943), era un defensor del vegetarianismo. Alonzo Baker, Ph.D., su secretario privado anterior, me contó un incidente que ocurrió en 1939: Kellogg lo despertó a media noche y le pidió que abordara el tren de la mañana para Cleveland. Allí, Weston Price, D.D.S., quien simplemente
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había regresado del lejano norte misterioso, era para dar un informe sobre los hábitos dietéticos de los esquimales. Cuando Baker regresó, informó a Kellogg que Price encontró que los esquimales casi exclusivamente comían carne cruda (eskimo literalmente quiere decir "comedor de carne cruda"). Kellogg acusó a Price de mentiroso. Quizás Kellogg no creyó a Price en parte porque era ampliamente conocido que los buscadores de oro del Yukón habían padecido de escorbuto extensivamente. Las personas generalmente creyeron que los esquimales obtenían su vitamina C de las bayas que las nieves habían conservado. De hecho, los esquimales obtienen la vitamina C de la carne cruda de animales que sintetizan ácido ascórbico. Si hubieran cocinado su carne, también habrían desarrollado escorbuto como los buscadores de oro. (Cuando yo visité los Territorios del Noroeste, Canadá, en 1973, un monje franciscano que cultivaba bellos vegetales en un invernadero en la Bahía de Pelly me dijo que los inuits, o esquimales norteamericanos, no les gustó su sabor y no los comían).
3. Si algo es repugnante es asunto muy individual. Algunos hindúes que no comen alimentos de origen animal, de buena gana se beben su propia orina por considerarla beneficiosa a su salud. Y lo que es repugnante no es necesariamente algo erróneo, como por ejemplo, quehaceres como cambiarle el pañal de un bebé, o el no querer necesariamente cuidar a personas enfermas. Si las tales actividades son degradantes es una cuestión de opinión. Como eso de que la
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mayoría de las presas son comidas mientras todavía están vivas, atestigua a los de naturaleza cruel sin corazón que lo comparan a los mataderos, donde la muerte es generalmente rápida y sin dolor.
4. La idea de que criar animales es una forma ineficaz de producir comida es algo mal concebido. Los animales arrastran su peso cuando se usan en la labranza y dan eficiencia a la producción de alimentos: pastan en tierras inadecuadas para cultivar, comen esas porciones de plantas que son consideradas incomibles (por ejemplo: tallos de maíz y cáscaras), y proporciona subproductos y servicios que alivian la carga humana2. Muchas poblaciones nómadas sobreviven en tierras que carecen del potencial de cultivo alimentando animales cuya nutrición es con vegetación grosera que los humanos no pueden digerir. El postulado de que las carnes aportan toxinas es inadecuado, como el decir que son alimentos carentes de mérito. Las plantas también contienen tóxicos naturales muchos de los cuales son mucho más mortales que aquellos de la carne animal 3. Los evangelistas vegetarianos que jaranean presentando a los alimentos de origen animal como insanos olvidan el hecho de que esas sociedades que consumen en su mayoría productos animales disfrutan de un mayor registro de longevidad. También pasan por alto la realidad de que los animales que señalan como enfermos son herbívoros cuya dieta consiste
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completamente en vegetación cruda. Estos animales desarrollan muchas enfermedades "a pesar de" que se convierten en veganos después de destetarse.
1.
D. Erhardt, "The New Vegetarians, Part One. Vegetarianism and its Medical Consequences," Nutrition Today, November/December, 1973.
2.
R. Spitzer. No Need For Hunger. Danville, Ill.: Interstate Printers and Publishers, 1981.
3.
National Academy of Sciences. Toxicants Occurring Naturally In Foods. Washington, D.C.: National Academy Press, 1973.
CONTINÚA EN EL PRÓXIMO NÚMERO
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Se me cayeron las alas (parte 18) A la memoria de Eduardo Daniel Melgar
#324 20-nov-2010 2:50 Simón Domínguez Barahona Lamentablemente todavía hay toros y los matan cada diciembre; imbéciles, bueno ese es otro tema, ¿esa información es de mercado libre? para ver si me hago el contacto. #325 20-nov-2010 3:06 Eduardo Daniel Melgar Escribí "bandoneones en Quito" y salió oxl. #326 20-nov-2010 3:07 Eduardo Daniel Melgar Hay una foto grande, parece más viejo que yo. #327 20-nov-2010 3:09 Simón Domínguez Barahona Aaaah, yap, gracias.... ¿sí es un bandoneón, verdad? porque un tipo dice en un comentario que no es… #328 20-nov-2010 3:13 Eduardo Daniel Melgar Creo que le faltan algunos botones, según los que veo en la tele. Yo iría a la escuela de tango, hay un argentino y en una de esas, tienen la forma de comunicarse con los armadores de Bs. As.
#329 20-nov-2010 3:15 Simón Domínguez Barahona Domo arigato... volviendo al tema, ¿en que estábamos? #330 20-nov-2010 3:23 Eduardo Daniel Melgar El nene mío más chico vio la fotito del capitán Beto y me preguntó si era ron damón sin gorra.????? Nooo, le dije, él piensa que yo dije que se parece a tim barton, y era yoni dep, porque la chica Paz dice en sus memorias que en vez de soñar con banderas, sueña con yoni y que lo tiene al lado. Ahora, yo no sé si esto es imaginación mía o la Paz usa lentes de contacto o qué. #331 20-nov-2010 3:29 Simón Domínguez Barahona Jajaja, pobre capi...capaz que son de esos ojos de vidrio y en realidad es ciega, así tipo pirata con pasta. ¿Y cuantos hijos tiene don Melgar? #332 20-nov-2010 3:42 Eduardo Daniel Melgar Nooo, la Paz es una bella señora vidente y es la esposa legalmente acuñada con el Beto, capitán, y quien lo aconseja siempre, ya que él mete la pata a menudo y en realidá el pirata puede ser él desde que se junta con el furioso en esos mares de trigo y girasol pirateando con las
germanas. Yo, por mi parte, he colaborado a la humanidá con algunos niños, otros que son mayores y otros que están en camino, y como Almafuerte, digo "no te sientas vencido ni aún vencido" y piú avanti. Hasta domani. ya me traen la lechita para mojar con pan y que duermas bien y sueñes con los angelitos. #333 20-nov-2010 4:20 Roberto Langella Perdón, ahora sí, ¿y qué tiene el yoni dep ese que yo no tenga? Y al Sueñerito chico digalé que si yo me parezco a ron damón él vive adentro de un barril. Y es así con la Mary, ella me dice "mi yoni dip" y yo le digo "mi anyi yolí". #334 20-nov-2010 4:23 Roberto Langella Mirá que va a venir la Mary a tirarte con la colección de ojos de vidrio que se compró para poner de adorno sobre la repisa, y yo no me hago cargo, ¿eh?; miren que la Mary siempre está más cerca de lo que parece. #335 20-nov-2010 4:25 Roberto Langella Eso, a ponerse el mameluco de barni y a dormir.
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#336 20-nov-2010 16:57 Eduardo Daniel Melgar ¿No es extraño que este trío se dedique a un apartado etéreo, digamos? Me parece que si el resto de los chochamus no tiene ninguna predilección de pasar o mejor dicho, de pasar de largo con ánimos olímpicos de estos foros humbertianos, ¿podría ser que estemos nada cuerdos? ¿Que el tratamiento con la invisibilidad (bué) nos provoque cierta pasmosa reacción antidialectal con el resto de los humanos de esta porción de la realidad? El destino puso a varios en el camino corrector, como Alma, el furioso, Lorena y don Juan, pero de hecho, y sin hechizos y sin palabras clave, pusieron sus reales donde menos confusión hay. Y más, usté esotérico de oficio, ¿qué pensaría de alguien que le pregunta por un bandoneón para la hermana y ni siquiera le dice mi hermana es así, asá, mide tanto, etc.? ¿No huele a truco tipo galápago? Regresemos a las fuentes, compañeros, y refresquemos las gambas. #337 20-nov-2010 17:41 Roberto Langella Solo la verdad, o un generoso cheque de Paypal, nos haría libres, mi querido maese sueñero. Nosotros nos debemos a la filosofía humbertiana; no todo el mundo tiene la valentía de confesar haber perdido las alas, o será que la mayoría aún no las ha perdido, y por eso les vemos volar por sobre nuestras cabezas.
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Respecto de corduras y/o locuras, la realidad es un laberinto invisible, y por lo tanto ignorado. Savater decía que "mantenerse cuerdo en un mundo de locos, es otra forma de la locura". Yo me crié en una familia de autistas, por eso estoy mal pero acostumbráu. El petitorio de información sobre bandoneón para hermana de características desconocidas se suscribe a la advenediza costumbre forastérica que se expresa en el precepto "no importa lo que cueste, lo quiero", tan aceptado entre los idólatras de la Ley de Atracción, y otras yerbas ñuayeras. Usté sabe, compadre. Yo le aconsejo: Si le sobra un bandoneón, vendaselón. #338 20-nov-2010 17:42 Roberto Langella De otro modo será que somos muy feos y no le interesamos a nadie. #339 20-nov-2010 17:54 Eduardo Daniel Melgar Tenía ganas de decir un chiste para Massa, pero no me acuerdo de ninguno, qué marginación. (Por favor, evite ese foro, por su salú). Sigamos con el tango. Yo tenía un amigo poeta que titulaba a su grupo Bardoneón y otro que era amigo de Héctor Negro. Y otro, que hacía Buenos Aires, tango y hacía guión para historietas (estos recuerdos son lampazos a la realidá).
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#340 20-nov-2010 18:03 Roberto Langella Yo me sé un montón de chistes, pero no tengo mucha gracia para contarlos. Sigo sus consejos a pies juntillas, no se preocupe, je. Yo, la aproximación más cercana que he tenido al tango, fue conocer en persona a Beba Bidart, y a mi tocayo el Goyeneche, en mis épocas de iluminador de teatro. Con el segundo, trabajé en la filmación de un video, de una productora japonesa. Nada, yo era un tiracables entre 500 japoneses, pero con Goyeneche nos tomamos unos cuantos mates y hablamos de la vida; un capo el tipo, poco después murió. A Beba la conocí porque sí, en algún rincón del submundo teatral; me la encontré barriendo un escenario y le dije "¡deje, Beba!", porque era como ver a la diosa Artemis lavando a la tabla. "No se me van a caer los anillos, pibe", me respondió ella. La humildad de los grandes, que le dicen. Le cuento que este foro ya lleva 4.929 visitas; no estamos tan solos como parece.
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Las Horaciones de Horacio, por Horacio Otheguy Riveira
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olía comprar unas flores
desnudo de la ducha, esperándole
luntarismo, y los que dicen defender
muy coloridas en una tien-
apenas vestida y con un tul transpa-
al dios verdadero.
da donde me regalaban un
rente cubriendo sus pechos de diosa.
sobrecito con polvos mágicos que las mantenían vivas más de lo habitual, hasta su inevitable decadencia y muerte. Destacaban en el salón: eran la alegría de la casa, ahora que
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e regocijo en las flores que adornan las iglesias en las bodas caras:
¿
Y por qué no habría de haberlos? ¿Acaso no se conocen los casos de los enfer-
meros y enfermeras que asesinan a
a más dinero más trajes de lujo y
sus pacientes absolutamente inde-
flores por doquier. Me entristezco al
fensos? ¿Acaso no se denuncian
pasar por el tanatorio cercano a mi
constantemente casos de curas y
casa, tantas coronas, palmas y flores,
tíos, padres y hermanos que violan
lo que no funciona en un caso, fun-
o abusan de los niños a su cargo?
Hasta que mi amor dejó de exta-
ciona en el otro: la promesa de felici-
De lo personal a lo general hay un
siarse y habló con voz susurrante:
dad eterna en las bodas y la promesa
abismo. A menudo se comete la
No traigas más flores. Se mueren
de eterna paz en la muerte, y un
tropelía de hacer juicios de valores
rápido y me da mucha pena.
buen negocio para los del gremio:
por una sociedad o una comunidad
todo está ligado al comercio, no hay
por lo que a uno le ha pasado, por
alegría o pena que no tenga su precio
un juicio personal que todo lo des-
ni alguien esperando tras un mostra-
truye o por un caso aislado. Como
dor.
si se grabara en el corazón un Prohi-
ya no había niños correteando; daban un resplandor que a nosotros a veces nos faltaba.
M
iro extasiado las flores en las manos de los jóvenes el día
bido pensar indestructible.
de los enamorados: esa fecha que deploro, como todas las que enar-
Aunque no todo es así: lleva tiempo
bolan euforias ligadas al comercio,
encontrar las cosas que no pasan por
Sin embargo, la realidad es otra, y
pero no puedo dejar de admirar la
el baremo del dinero, pero las hay,
permanece lo justo donde ha brilla-
sonrisa de críos y padres en los
vaya si las hay.
do, y hay gente que ha sido muy
días prefijados, así que el muchacho va con su ramo, tembloroso, duchado y peinado y perfumado, más tembloroso aún al acercarse al timbre. La alegría de las flores, coquetas y bien predispuestas para ser deshojadas, puede tornarse patética si ella expresa un ligero disgusto, un ligero desplante, una ligera promesa de morir un poco en el amor que hasta la semana pasada sentía por él al verlo salir
feliz entre religiosos día a día, y
A
bogados que defienden gratis a los más desesperados. Órdenes religiosas
de distinto signo que no sólo están junto a los desgraciados que el sistema social vomita a diario, sino que bregan por su recuperación, luchando contra los demonios sociales y políticos, y contra los demonios de los propios mansos que ayudan, pues también hay monstruos entre el vo-
quienes no han encontrado más que represión y violencia en nombre de Dios; y lo mismo podríamos decir de los años de comunismo en la URSS donde importantes logros sociales hoy son por completo olvidados, hoy, precisamente en que bajo apariencia de democracia capitalista se suceden crímenes de Estado y hambrunas sin límite.
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T
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odo es pasajero, volátil y humano, como las flores que dejo caer ahora que
me esperas en un lugar lejano al
F
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ueron a Colombia un
las noches se tumba a su lado co-
grupo de maestras espa-
mo si a través de los sueños con-
ñolas especializadas en la
versaran sobre lo humano y lo
educación de niños de preescolar y
divino. Y todos ellos gustaran de
que voy muy de tanto en tanto,
me dijeron: ―Fue maravilloso. Lle-
recibir estas hermosas rosas blan-
entre trenes antiguos y autobuses
gamos allí mirando por encima del
cas imaginarias que les dejo a los
modernos más un tranvía cocham-
hombro, esperando encontrar puro
pies de la cama en el día de las
broso, con mucho ruido y sonsone-
tam tam y señales de humo, y re-
manos tendidas sin temor a ser
te de melódica ilusión.
sultó que los indios ignorantes éra-
arrebatadas.
mos nosotras‖.
A
tu encuentro voy con una bandeja de pasteles, pero antes de salir dejo
en el salón de lo que fue nuestro hogar un ramo de flores salvajes del
L
os curas obreros que se dejan el alma para recuperarla cargada de sabiduría:
―Duermo unas cuatro horas y des-
Senegal que resistirán hasta mi re-
pués de comer una media hora.
greso: ellas saben de la espera, de
Este es un trabajo espantoso pero
las duras sequías, del valor de una
muy gratificante. Es espantosa la
sonrisa cuando el mundo entero
drogadicción porque es imparable y
parece dar la espalda.
brota de la codicia de unos y la amargura de demasiados, pero en-
E
n un periódico de puras buenas noticias destacarían numerosas acciones
espléndidas que sólo conocen quienes las viven y los más allegados, que no se publican en ninguna parte.
E
n una ciudad de México, de la Península del Yucatán, un veterano maria-
chi enseña música en una escuela propia donde la mayor parte de sus alumnos no paga nada: basta con tener condiciones y vivir pobremente. Basta con amar la música y tener difícil el comer todos los días y pagar el alquiler.
tre tanto desahucio encuentro esfuerzos por salir del abismo. De pronto hay unos ojos con amor y reconocimiento, y la piedad vuelve a florecer‖.
E
l policía que auxilia, el notario que te protege del banquero, informán-
dote adecuadamente, el pobre que entrega el ordenador portátil olvidado en un taxi junto a una cartera con dinero, la monja que en el hospital acude siempre a ver al más grave y más solo y más ateo dándole amor sin mencionar a su Dios en ningún momento, el que recoge en la carretera al animal apaleado con la pata rota y le cura y le sana y el animal le sigue a todas partes y por
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¿ UNA PETISA DE TACOS FINITOS
D
e manera que ya vemos qué corno es la presión de 1 atmósfera: 1 kilogramo de peso/ cm cuadrado, medida con nuestro manómetro-masomenómetro. Para, más o menos, visualizarla, sería la presión que nos hace una mujer que nos pisa con esos taquitos finitos y nos hace ver las estrellas. Vamos a calcularla, dale. Supongamos que esa mujer pesa 50 kilos. Lo que se dice, una petisa fuerte. Y que, cuando nos pisa, justo el otro pie lo tiene en el aire. Así que nos chanta todo su peso en el taquito. Supongamos que el taquito mide 1 cm cuadrado. O sea que es un cuadradito de 1 centímetro por 1 centímetro. O uno redondito, pero que tenga la misma superficie. ¿Cuál será la presión con que nos pisa? Presión = Fuerza (o Peso, que es una fuerza) sobre Superficie. En la petisa: P = 50 kilos / 1 cm cuadrado. O sea…. 50 atmósferas. Ya ves, 50 veces más que la presión atmosférica. Con razón me hacían doler tanto. Y yo que pensé que era parecida a la presión atmosférica, turras. O sea que, si compráramos una garrafa con 50 atmósferas de presión en su interior y tuviera un agujerito de salida, le ponemos a la turra esa con su taquito en el agujero, en una pata, y no saldría nada de gas. Y la dejamos ahí hasta que venga el gasista a arreglar la pérdida. Ya
ves qué linda es la química. Por lo menos, ya le encontramos una utilidad. Bien, sigamos con el tema este de los gases, que son tan apasionantes. Vamos a analizar otra experiencia, que es medio del campo de la física, pero que me parece importante para ir conociendo más al aire, ese desconocido que nos toquetea a cada momento, el muy lascivo.
TORRICHELLI, MATERO VIEJO Y PELUDO
V
eamos lo que hizo un tal Torrichelli, tratando de medir la presión del aire usando otro punto de vista. Él dijo: si tengo un charco con agua y a una parte cualquiera de ese charco le hago vacío en la superficie, el agua sube. ¿Por qué sube? ¿Te quedó claro cuál es la pregunta? Si tomo mate, por ejemplo, como estoy haciendo en este momento, chupo de la bombilla y el agua sube. ¿Hasta dónde sube? Imaginemos que hacemos una bombilla larguísima. Y que, en vez de chupar, para hacerla más fácil (y mejor, porque ni la Chicholina puede aspirar un vacío mayor al 50 % de una atm), la conectamos a una bomba de vacío (aunque la palabra bombilla viene de eso, de bomba). ¿Hasta dónde podrías hacer subir el agua al retirar el aire que le hace presión desde arriba? Torrichelli hizo un bombillón de 4 metros, y vio que el agua subía los 4 metros. Entonces lo hizo de 5, y vio que subía los 5. ¡A la merdulina!, dijo Torrichelli, cuánta presión que hacía el aire, que al retirarlo hace ascender -EN
CONTRA de la fuerza de la gravedad- al agua tantos metros. Entonces dijo: el techo de mi casa llega a los 5 metros. Mejor no jodo más con el experimento, si ni siquiera tomo mate. Y ahí tuvo una idea genial, de esas que hacen a los grandes SABIOS. Pensó: ¿y si en vez de agua le pongo un líquido mucho más pesado? Líquidos distintos del agua –limpia o suciano hay muchos en la naturaleza. Y que sean mucho más densos (“pesados”) que el agua, se conocía uno sólo: el mercurio. El mercurio es un metal líquido que se encuentra a veces libre en la naturaleza. Tiene un color plateado y pesa un montón. ¿Cuánto pesa?: 13,6 kilos por cada litro. Es decir, tiene una densidad de 13,6 kilos /litro. Imaginate, en un sachet de un litro, sacás la leche y le metés mercurio y pesa… ¡13,6 kilos! Torrichelli agarró de nuevo la bombilla, se hizo unos mates de mercurio y entró a chupetear a lo loco. Se suponía que el mercurio iba a subir mucho menos, porque su densidad de 13,6 kilos/ litro es exactamente 13,6 veces mayor que la del agua, que tiene 1 kilo/litro. De manera que Torricheli chupó tranquilo, con su bombilla de 5 metros, pensando que mercurio no iba a tragar, por lo menos, por lo pesado del mercurio. Así fue. El mercurio subió sólo 76 centímetros. Menos de un metro. Y aunque Torricheli chupó como si se le hubiera tapado el mate, no lo pudo hacer subir más. A ver, Educando, ¿qué significa esto? Si chupó todo lo que pu-
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do, eso significa que sacó todo el aire que había en la bombilla. Y entonces, más vacío, imposible. Si el mercurio subió sólo 76 centímetros significa que esos 76 cm. de mercurio hacen la misma presión sobre la superficie del líquido que la que haría la columna de aire que hacía presión sobre esa misma superficie. Entonces pensó otra genialidad más: ¿Para qué tengo que andar chupando, a ver si me trago mercurio, con lo tóxico que es? Mejor agarro una bombilla de más de 76 centímetros de largo, la tapo por abajo, la lleno bien de mercurio y la doy vuelta sobre el mate lleno de mercurio. No hay manera de que el aire entre allí, porque el extremo superior está tapado y el extremo inferior está bien sumergido en el recipiente con mercurio (el mate de mercurio).
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la dio vuelta, quedando el agujero A metido adentro del recipiente con mercurio. Cuando sacó el dedito, el mercurio, pesado como es, entró a bajar como chicotazo. Pero cuando la bombilla llena de mercurio llegó a los 76 centímetros de la superficie, paró de bajar. Queda claro que para medir eso, la bombilla debe ser de un material traslúcido, como el vidrio o el plástico transparente, porque si la hacemos de metal no podremos ver hasta dónde cae el mercurio. Hagamos un dibujo de cómo le quedó el experimento a Torrichelli después de retirar el dedo. El dibujo anterior es de cómo lo puso. ANTES de sacar el dedo de A.
DOS DIBUJOS. Antes y después de sacar el dedito
¿
Vemos en un esquema cómo le quedó el experimento a este simpático anciano?
Para poder poner la bombilla así, repito, tuvo que llenarla primero con mercurio, metiéndola por el único agujero que tiene, el agujero A. Y después darla vuelta, para que el agujero quede hacia abajo. La llenó bien, le tapó el agujero A con el dedo y
Qué grande, don Torri. Sin necesidad de andar chupando como dos Chicholinas -ni de ponerle una bomba aspirante arriba- consiguió, razonando, no más, el mismo vacío. ¡Torri viejo y peludo, nomás! Estos Italianos son también buenos para la Ciencia. Y para el Arte. Pero en el Mundial 90 los dejamos fuori de la Copa. Gracias, Cani. Gracias, Goyco. Gracias, Dios. Veamos cuánto pesa esa columna de mercurio. Porque está claro que reemplaza EXACTAMENTE a una columna de aire sobre esa misma superficie. (La
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superficie del agujero A). Supongamos, para simplificar, que el interior de la columna de mercurio (o ―bombilla‖) sea de 1 centímetro cuadrado. ¿Qué volumen tiene esa masa de mercurio que se subió 76 centímetros por encima de la superficie? Si la bombilla fuera cilíndrica: V= Superficie X Altura. O sea, Volumen = 1 cm cuadrado X 76 centímetros = 76 centímetros cúbicos. Bien ¿y cuánto pesa esa columna? Sabiendo que 1 litro, es decir, 1000 centímetros cúbicos, pesan 13,6 kilos, (porque la densidad del Hg es de 13,6 kilos/litro) por regla de tres saco que 76 cm. cúbicos pesan… (ando sin calculadora) ¿1,033 kilos? O sea, ¿un poquito más de un kilogramo por cada centímetro cuadrado? ¿Cómo habíamos obtenido cuando le chantamos la pesa de 1 kilogramo sobre el émbolo? La ciencia es así. Caminos distintos llevan a resultados iguales. En caso contrario alguno de los dos tiene un error. (O ambos). Fijate qué notable. La columna de mercurio puesta sobre esa superficie líquida está en EQUILIBRIO con el resto del líquido. Motivo por el cual, razonó Torrichelli, debe hacer la misma presión que si fuera de aire. O sea que cualquier superficie del mercurio del recipiente debe estar recibiendo desde arriba una presión de 1,033 kilos (de aire) por cada cm cuadrado. Torrichelli imaginó la columna de aire que hay encima de cualquier recipiente como una columna altísima, que llegaba hasta donde se termina el aire. Bueno, esa columna es EQUIVALENTE a una igual de mercurio de sólo 76 cm. O de 760 mm, que es la que se usa cuando hablamos de presión at-
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mosférica, para no tener que andar usando decimales. O 760 TORR (más científico).
INTERREGNO PARA UN AVISO
¿
Te has fijado que hacer presión o hacer vacío no es simétrico? Puedes hacer toda la presión que quieras sobre un gas. Diez atmósferas, por ejemplo. O cien. O mil, en ciertas condiciones. En cambio, VACÍO no puedes hacer más que UNA atmósfera. Porque cuando desaparece TODA la materia ya no puedes hacer más vacío que la NADA, aunque te pongas a hacer silogismos a lo Aristóteles. Por lo tanto, el cero de presión es un cero absoluto. Por eso, las suspensiones neumáticas para vehículos rodantes tienen que tener casquetes y émbolos (cilindros y pistones) muy robustos para soportar tan altas presiones. En cambio, las que funcionan a vacío, como el SAER, invención de un argentino (otro cuñado), sólo tienen que soportar diferencias de presión de….una atmósfera.
AUTOEVALUACIÓN (Algunas preguntas para el lector: No te calientes si no puedes contestarlas todas. Están hechas en varios niveles de complejidad. Y algunas, ni yo me entiendo)
1
º) ¿Importa el grosor de la bombilla en el experimento? ¿Hubieras obtenido otro resultado si la bombilla tuviera, por ejemplo, el grosor de 2 centímetros cuadrados, en vez de uno? ¿O si hubiera tenido el grosor de una pajita de esas que se usan para tomar gaseosas? Haz la cuenta y verás que NO.
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2º) ¿Importa si la bombilla está paradita perpendicular al líquido o si la empiezo a poner en ángulo, como para tomar un mate? ¿Qué pasaría con el vacío de arriba si la empiezo a inclinar? Si no se te ocurre la respuesta porque no has estudiado vasos comunicantes puedes hacer tú mismo la experiencia. Aclarando que el mercurio es caro y no creo que te lo vendan, en estos tiempos de Sedronar. Y -si así y todo lo consigues- ojo al piojo que es muy tóxico. No juguetees con él como hiciste con el émbolo. Porque incluso se absorbe por la piel y después te estropea los riñones. ¿Ves? La química tiene esas cosas misteriosas que te hacen ser cauteloso con las cosas que vas a hacer. Siempre, antes de hacer algo, preguntá a alguien que sepa. Como hago yo. Antes, cuando era ―incauto‖, me pasaba de todo. 3º) A ver si entendiste algo subyacente: ¿Qué pasa si le hago un agujerito, aunque sea chiquito, arriba, donde está el vacío? 4º) Otra parecida: La columna de aire que pesa sobre nosotros ¿se entera de que entre medio se esté interponiendo el techo de nuestra casa? Puedes romper un pedazo de techo justo arriba tuyo para comprobar que NO. Y luego ponerte a pensar PORQUÉ no. Y en qué condiciones debería estar tu casa para que la respuesta fuera SÍ. (Imagina una casa con forma de jeringa). 5º) Si la bombilla está mal construida y le sale un bulto, ¿afectará la altura a la que llegue el líquido? 6º) Si el aire pesara 1,3 gramos por litro. ¿Podrías hacer una cuenta similar a la que hizo Torrichelli con su bombillón, pero con aire? Supón al aire homogéneo (es decir que no cambia de densidad con la altura) ¿Qué altura tendría el mar de aire? ¿Contradice algún conocimiento previo que puedas tener? ¿Por
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qué será? ¿Te suena el término ―Sistema Inhomogéneo‖? Sintetizando, ¿Qué nos dejó la experiencia de Torrichelli?: El conocimiento de que una masa de gas se puede equiparar, por la presión que hace, con el de una columna de líquido. Y, de paso, nos da otra escala más para medir presiones de gases.
Nota: Para contactar con el autor escribirle a marianoliebanabioq@hotmail.com
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ó ( T o m a d o d e “ A s t r o l o g í a y C i e n c i a s A d i v i n a t o r i a s ” . B i b l i o t e c a B á s i c a M u l t i m e d i a . F . G . E d i t o r e s . M a d r i d , 1 9 9 8 ) .
E
ncontrar el simbolismo y los conceptos que encierra consigo la mítica figura del Caballo, es una tarea harto compleja. Algunas leyendas ancestrales remontan el origen de este animal a épocas milenarias. Las crónicas chinas explican que hace casi dos mil años el Emperador Fu-Hi, cuando paseaba por el río Amarillo, descubrió un animal que a él le pareció fabuloso, pues poseía las características de dos especies, del Dragón y del Caballo. Este Caballo-Dragón, cubierto de escamas de color blanco y negro, las cuales formaban como una especie de figuras geométricas, llamó poderosamente la atención del Emperador, quien se dispuso a delinear los trazos que observaba en el cuerpo de aquel animal; el resultado fue la formación de un octógono con los trigramas (Pa Kua) y con el signo Yin y Yang (Tai-Ki). El dibujo confeccionado por el Emperador perdura hasta nuestros días, sin perder su fuerza simbólica, y forma parte del acervo cultural de la humanidad. Ya en occidente, algunas leyendas medievales relacionan al Caballo con colores diversos que encierran otros tantos significados y sentidos. Así, Caballo Negro simboliza la culpabilidad, la oscuridad y la tristeza; Caballo Blanco haría referencia a la actitud de inocencia y calma; Caballo Rojo sería el símbolo directo del sufrimiento físico, las heridas, la sangre y, en general, todo lo que tenga que ver con el dolor, tanto somático como psíquico. En ocasiones se habla, también, del Caballo Alado para referirse a la huida de la realidad, pues ésta se muestra desagradable; es sinónimo, además, de todo lo relativo a los sueños, a la fantasía, a la creación, a lo esotérico y a lo
onírico.
CABALLO-MADERA
Los años del Caballo y los cinco elementos
Los Caballo nacidos en 1918 y 1978 tienen por elemento a la Madera y esto les hará ser más pausados y serenos de lo que habitualmente aparece. Simbólicamente, la Madera nace con suavidad de la Tierra, su influencia es benigna y realista; incide en el nativo del signo que nos ocupa para frenar sus instintos ciegos, al menos en determinadas ocasiones.
(
Cada uno de estos tipos se repiten cada doce años).
CABALLO-TIERRA Los Caballo nacidos en los años 1930 y 1990 tendrán por elemento a la Tierra, lo que les confiere un carácter intuitivo cierta intuición, tan desarrollada que, en ocasiones, sólo se oye referirse a ellos en términos de personas sumamente inteligentes. Sin embargo, no siempre obtienen resultados satisfactorios cuando emprenden alguna empresa para la cual, sobre todo, se necesita utilizar la inteligencia. Tal vez porque no son calculadores ni desconfiados permiten, en ocasiones, que ciertos arribistas de turno abusen de su valía.
CABALLO-AGUA Los Caballo nacidos en los años 1906 y 1966 tienen al Agua por elemento. Se trata de una tendencia de elemento Yin, sobre un animal de tendencia Yang. Tal dicotomía se resuelve en la Astrología moderna afirmando que, en esta situación, además del elemento Agua hay que contar con la influencia del Fuego; esta situación tiende a desbordar, debido a su antagonismo, al nativo Caballo.
CABALLO-FUEGO
CABALLO-METAL
Los Caballo que hayan nacido en 1942 tendrán la influencia del elemento Fuego. Se trata de una tendencia Yang sobre otra tendencia Yang, esto significa que la prisa y la actividad presidirán las acciones del nativo Caballo en la presente circunstancia. La viveza con que el Fuego se mueve incide en la fogosidad característica del animal emblemático Caballo. El resultado será siempre imprevisible y aparecerá cargado de ansiedad y de intranquilidad.
Los Caballo nacidos en 1954 tendrán por elemento al Metal. El simbolismo emblemático de esta fuerza significa entereza y fortaleza en los momentos difíciles. El nativo de este signo, en estas circunstancias, se preocupará tanto de ayudar a los demás como a si mismo, lo cual le valdrá el reconocimiento de sus amistades y conocidos. No suele quejarse de la dureza de la vida y parece que prefiere la acción a la ociosidad.
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El signo Caballo y el amor
A
pasionados y disparatados en los momentos culminantes de cada una de esas grandes y fugaces pasiones, los Caballo son uno de los símbolos emblemáticos de mayor inestabilidad afectiva y de mayor intensidad amatoria. Con su amor se construye un organismo entero que le acompaña para tal ocasión. Es decir, se enamora por una palabra y todo su cuerpo es capaz de sufrir la desaforada pasión. Este desgaste que les supone lo amatorio, les hace resentirse de sus excesos poniendo en juego algunos aspectos de su salud. Y es que el nativo del Caballo sufre y goza todos los elementos del rompecabezas humano. Después, cuando pasa la vorágine, queda la huella pesada y longeva del esfuerzo desmedido, del control perdido en un espejismo que ha construido su propia fantasía. Salud
E
n lo referente al tema de salud, no se puede decir que haya un mal propio de los Caballo. Lo que más debe preocuparles son las debilidades que arrastran y de las que pueden llegar a abusar. En este caso, los excesos físicos son los enemigos interiores que acechan a los voluntariosos Caballo, siempre lanzados con un poco más de velocidad, de ansiedad, a sus múltiples pero sucesivos objetivos vitales. Trabajo
A
quí tenemos a un lobo solitario, a un buen y duro trabajador que no va a poder aguantar la presión de una tarea rutinaria o de una labor entre una masa de compañeros. Le horroriza por igual la burocracia y la masificación, casi tanto como le horroriza el fracaso. Desde luego, lo que no le asusta en absoluto es la cantidad o la calidad
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del trabajo, siempre que se pueda hacer por libre, sin tener que estar sometido a otros controles que los de su responsabilidad. Por si esto fuera poco, digamos que el nativo del Caballo, necesita como el aire la sensación de estar creando el fondo o la forma de su trabajo. Es un liberal en todo y no podría dejar de ser un profesional, excelente, con todo el riesgo que conlleva tal postura en nuestra sociedad.
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vale de senderos estrechos y prefiere, además, pasadizos subterráneos y lóbregos. Estas contradicciones de carácter producen en este tipo de Caballo, un continuo desgaste de energía que no tendrá cuando necesite resolver problemas importantes a corto y medio plazo. Es seguro que, en esta circunstancia, al nativo del signo Caballo le sobrevendrá la desesperanza y la impotencia. CABALLO/BÚFALO
Aventura
N
o es fácil definir el mundo de la aventura para un Caballo, ya que sus limites están situados a lomos de otros mundos. Los Caballo son unos fugitivos natos, no por temor sino por necesidad de estricta evasión, circunstancial al menos, de la vida cotidiana. Sus dimensiones no terminan en el terreno de lo concreto, sino que se extienden al otro lado de la frontera, en el terreno vecino de la fantasía o de los deseos y sus cabalgadas son más por una exigencia de permanecer incólumes que por conocer nuevos territorios. Compañeros del camino del signo Caballo CABALLO/RATA Todos los nativos del signo emblemático Caballo que hayan nacido entre las once de la noche y la una de la madrugada tienen por compañero de camino a la Rata. Parece que esta simbiosis produce, en un primer momento, cierto antagonismo, pues la Rata está considerada como un animal que incide en el mundo anímico, en lo más hondo de la personalidad y el carácter; mientras que las características atribuidas al contenido simbólico del Caballo se decantan por otros derroteros y direcciones. Por ejemplo, se sabe que el Caballo prefiere la luz y huye de la sombra; la Rata, sin embargo, se
Los nativos del signo emblemático Caballo nacidos entre la una y las tres horas tendrán por compañero de camino al Búfalo. Esta fusión creará cierto desasosiego en los nativos del animal emblemático Caballo, quienes estarán obligados a recapacitar y a reflexionar acerca de cualquier acción que deseen emprender. A menudo, y debido a ello, se mostrarán reticentes hacia la consecución de objetivos determinados. No obstante, tal apatía suele ser pasajera y esporádica, bastará un buen estímulo para conseguir la reacción adecuada. El Búfalo confiere serenidad y necesita estar seguro de lo que va a hacer, de aquí su huida hacia la soledad y su añoranza de intimidad y silencio. En general, esta simbiosis produce buenos resultados ya que la prisa que caracteriza al Caballo alterna con la lentitud del Búfalo. CABALLO/TIGRE Parece ser una de las simbiosis más aceptables para el signo emblemático representado por el Caballo, pues a la viveza de éste se le añade la astucia del Tigre. Los nativos del signo del Caballo se muestran en semejantes circunstancias en una continua actividad y su pasión les hace hábiles para llevar a la práctica cualquier proyecto elaborado desde su excesivo pragmatismo. Algunas corrientes astrológicas analizan la
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influencia del Tigre, desde una perspectiva exclusivamente utilitarista; de aquí que deduzcan que el único motivo que tendrían los nativos Caballo para obrar, sería, sin lugar a dudas, el interés. En esta situación lo útil es lo que vale, y serán generosos en la medida que esperen obtener el mismo beneficio por ello. Los Caballo que nacen entre las tres y las cinco horas serán los que se beneficien de la compañía del Tigre. CABALLO/GATO Quienes perteneciendo al signo representativo del animal emblemático Caballo hubieren nacido entre las cinco y las siete tendrán por compañero de camino al Gato. El resultado de esta simbiosis es tan variado como complejo, aunque se acepta unánimemente la interpretación de algunas escuelas astrológicas contemporáneas que afirman, y destacan, la influencia poco favorable del Gato. El nativo del signo que nos ocupa será una persona caracterizada por su oportunismo y que decide utilizar los medios como fines. En su proceder, por tanto, la ética no será precisamente el norte que guíe sus pasos. No parece, por tanto, que el animal representativo del signo Gato sea un buen Compañero de camino para el Caballo, puesto que obliga a éste a utilizar los instintos cuando debería hacer uso de su razón. CABALLO/DRAGÓN Los Caballo que nazcan entre las siete y las nueve horas tendrán por Compañero de camino al Dragón. Esta unión está considerada positiva aunque, la influencia del Dragón, confiere al Caballo una especie de espíritu triunfador que, en ocasiones le hará alardear de sus logros y presumir de sus cua-
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lidades. Esto hará que determinadas personas, muy unidas a ellos, se sientan defraudadas y eviten todo contacto o relación mientras no cese la actitud arrogante descrita. Pero, dejando a un lado los excesos que pueda cometer el Caballo, los beneficios también serán numerosos pues su fogosidad, que en alguna ocasión puede ser fruto de cierto aturdimiento, es sustituida por la acción reflexiva. CABALLO/SERPIENTE Los Caballo nacidos entre las nueve y las once horas tendrán por compañero de camino a la Serpiente. En la circunstancia presente, el Caballo será un individuo siempre alerta al que difícilmente puede engañársele, ya que conoce con relativa precisión toda clase de argucias y artimañas. La influencia de un compañero como la Serpiente despierta al Caballo de su sueño ideal, en el sentido de que le hace ver esa realidad que, por desagradable, permanece intencionadamente oculta. El nativo del signo Caballo en semejante circunstancia va a usar su inteligencia de forma mucho más realista que hasta entonces; esto va a producirle resultados prácticos, logros mensurables y, por tanto, satisfacciones hasta ahora desconocidas por aquél, lo cual le hará sentirse dichoso. CABALLO/CABALLO Los Caballo nacidos entre las once y las trece horas tendrán como compañero de camino al propio Caballo y, ello, en primer lugar, significa viveza sobre viveza. A la vehemencia de los nativos de este signo se añade la fogosidad connatural uno de los suyos. Acerca de esta simbiosis puede afirmarse que resulta productiva en sumo grado y les hará destacar socialmente. Entre sus manos tendrán la solución a todos los conflictos hallados en su camino y no se achicarán ante la dificultad de determi-
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nados problemas vitales, especialmente aquéllos que tienen relación con su mundo familiar e íntimo. Por ello, todos los conocidos recurren a sus consejos y solicitan su ayuda, y nunca se sienten defraudados, con lo cual su faceta altruista sobresale por encima de otros aspectos. CABALLO/CABRA Los Caballo nacidos entre las trece y las quince horas tendrán por compañero de camino a la Cabra. El significado de ésta nos remite al interés por lo creativo y por todo aquello referente al mundo de la inventiva; también de lo onírico y fantástico. Se dice de los nativos del signo que representan al Caballo que, cuando caminan junto a la Cabra, es como si hicieran un viaje hacia el interior de sí mismos y, preferentemente, se interesarán por su mundo interior, al cual procuran alimentarlo con ensueños y fantasías. Idealizan, de manera consciente, la realidad y, por tanto, caen en una especie de subjetivismo que los empobrece. Sin embargo, algunas interpretaciones de esta simbiosis explican que los nativos del signo Caballo, en esta circunstancia, actúan siempre de buena fe y sin esperar recompensa alguna por ello. CABALLO/MONO Los Caballo nacidos entre las quince y las diecisiete horas tendrán por compañero de camino al Mono. Esta fusión es beneficiosa para el nativo del signo Caballo, pues el animal emblemático Mono produce en él efectos destinados a utilizar de forma prioritaria su razón. Tal vez por ello sea acusado, en ocasiones, de cerebral y falto de estímulos que le muevan a obrar. Sin embargo, esto es debido al ansia de perfección que late en lo hondo de los Caballo cuando se hallan en la circunstancia presente. Otras interpretaciones dicen de
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esta simbiosis que encierra en sí misma la aporía realismo/idealismo y que, conforme a ello, el nativo del signo emblemático Caballo se debatirá siempre entre dos opciones en cierto modo antagónicas, lo cual le acarreará sinsabores y sufrimientos sin cuento. CABALLO/GALLO Los individuos pertenecientes al signo Caballo y que hayan nacido entre las diecisiete y las diecinueve horas tendrán como compañero de camino al animal emblemático representado por el signo del Gallo. Esta fusión produce en el nativo de este signo cierto afán por conseguir prestigio y honores, pero también le hace reflexionar sobre la conveniencia de elegir la honestidad al engaño y la franqueza a la simulación. Sus allegados valorarán, sobre todo, su discreción y el resto de sus cualidades. No obstante, en situaciones difíciles, resaltará más su orgullo que lo positivo de su carácter desatando su parte más contradictoria.
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estado de insatisfacción difícilmente superable. Para conseguir la felicidad interior, debe dejarse guiar por su curiosidad para descubrir el saber y la cultura. CABALLO/JABALÍ Los nacidos entre las nueve y la once de la noche tienen por compañero de camino al animal emblemático representado por el Jabalí. Un Caballo con esta conjunción está abocado a la búsqueda de nuevas experiencias y nunca se siente satisfecho. La influencia del Jabalí dota a este signo de una objetividad a la hora de analizar y comprender determinadas circunstancias, de la que no disfruta en otras circunstancias. Por eso suele decirse que el nativo del signo Caballo posee una sensible capacidad de análisis y de síntesis para resolver coherentemente diversos temas; esto le convierte en un valioso consejero que, además, prefiere usar la razón antes que dejarse arrastrar por la pasión.
CABALLO/PERRO Los nacidos entre las siete y las nueve de la noche, siempre que pertenezcan al animal emblemático representado por el Caballo, tendrán por compañero de camino al Perro. Un Caballo de estas características estará imbuido por la tenacidad y la lealtad y, ante su espíritu impaciente, se dejará guiar por la intuición. Le gustaría resolver en un instante todos los asuntos que tienen pendientes, lo que puede producirle con frecuencia estados de ansiedad y de impotencia. Su humor variará acorde con su circunstancia y en muchas ocasiones él mismo desprecia sus propios actos. Estas oscilaciones de temperamento le harán caer en un
Barbra Streisand, Caballo de 1942
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El otro lado (1º parte), por José Luis García Ortego
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as cosas no me iban bien por aquellos tiempos pero mucha gente estaba más apurada que yo, con que no me quejaré. Digamos que oficialmente me encontraba en disponibilidad de destino, pero la misión que me ocupaba no era otra que vigilar al profesor Silverio. Para entonces, don Francisco, director del Gabinete (me ahorro mencionar los apellidos y otros datos porque tengo orden de no revelar jamás el mando al que me debo) se recuperaba de un accidente. Un caballo se desbocó y le metió un cabezazo en el rostro que le dejó sin sentido en el suelo. Silverio era un hombre extraño, flaco y giboso. Quedó viudo hacía muchos años y al parecer sus hijos estaban acostumbrados a ignorarle y así seguía la cosa. Silverio había ofrecido al Ejército un compuesto químico revolucionario que podía actuar como un arma devastadora. Don Francisco decidió financiarlo ya que, por alguna razón misteriosa, tenía plena confianza en él. Don Francisco disponía de una pequeña partida de dinero público así que le ofreció una casa a las afueras, donde empezaba el camino del Cementerio de La Almudena. La casa era de una sola planta, de aspecto abandonado, al resguardo de unas moreras. Allí, en un salón de más de diez metros de largo, el profesor Silverio tenía instalado su laboratorio. Aquel día me dejé caer por allí. Mi relación con la mujer del agregado inglés no iba bien (me tenía harto) y quería distraerme. ¡Qué mejor que escuchando al profesor! Además, había dejado
pasar más de dos semanas sin verle y tenía que pasar informes a mi jefe. -Buenos días, mi querido amigo – me saludó Silverio con esa sonrisa taimada de lagarto que tanto me llamaba la atención-. Pase, pase y acomódese. Déjeme que le guarde el gabán y el sombrero. ¿Ha desayunado? Me acaban de traer leche y unos bizcochos. El aire del salón estaba enrarecido y, ante el sol de aquella mañana, noté mucho las penumbras del interior. -Gracias, Silverio. He desayunado ya –dije acomodándome en el sillón lleno de polvo. -Señor Pompa, tengo grandes noticias que darle –me dijo plantado frente a mi mientras se frotaba las manos como el avaro de Moliere-. Vivo en un estado de nervios increíble, perdone mi alteración... Están sucediendo cosas de lo más inquietantes. -Pues cálmese, profesor. A ciertas edades hay que descansar a gusto. –La verdad es que no logró contagiarme de su nerviosismo; soy escéptico por naturaleza pero sobre todo es que controlo muy bien mi estado de ánimo. Aquel hombre no me caía especialmente simpático aunque había notado que yo a él sí le agradaba. Por entonces disponía ya de algunos informes que me hacían sospechar de la aparente inocencia que envuelve a un profesor sumido exclusivamente en sus misteriosos experimentos-. ¿Me quiere usted decir que ha avanzado en sus experimentos? -¿Avanzado? ¿Que si he avanzado? –Exclamó fuera de sí-. He sobrepasado todo lo predecible. Si no surge ningún imprevisto estoy seguro que todos terminaremos la mar de satisfechos… Fíjese lo que le digo –y me
apuntó enérgicamente con su dedo índice-. Las palabras no serían suficientes para comprender el resultado de mi experimento, es necesario pensar en una prueba práctica… -Se inclinó sobre mí conteniendo a duras penas su ansiedad-: La verdad es que ha sido una suerte… Ni yo mismo me esperaba resultados tan eficaces –añadió en tono más confidencial-. Ha sido suerte pero tengo que añadir que la suerte se debe a un trabajo concienzudo y de muchas horas haciendo cálculos y pruebas-. Sus ojillos azules le hacían agua. Sonreí más por animarme yo que por empatía hacia su alegría. En eso constaba el último objetivo del Gabinete, el compuesto químico del profesor. Tras él me fijé en su enorme mesa de trabajo, llena de utensilios propios de alquimistas y científicos medio locos. Seguí recorriendo la estancia con la mirada mientras él echaba mano a una carpeta para entregármela. -Este es mi pedido. Con estas nuevas modificaciones espero terminar. Ahí va bien explicado lo que necesito y las instrucciones de cómo quiero que me lo traigan, los recipientes exactos, medidas y alguna cosa más. Cogí la carpeta sin prestarla atención. Detrás de la mesa de trabajo, como escondida a la vista, estaba su cama… Sí, su cama. Un catre estrecho con las mantas hechas un lío. Miré la puerta entornada de su habitación. Fue entonces cuando Silverio se percató que aquella circunstancia me causaba una interrogante, así que su expresión cambió como si una nube amenazadora hubiera caído sobre él. -¿Se ha dado cuenta?
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-Si se refiere al hecho que su cama está prácticamente debajo de su mesa de trabajo cuando lo más normal es que estuviera dentro del dormitorio que para eso existe dicha ubicación, pues sí, me he dado cuenta. -No está debajo, está al lado, y he sacado la cama de la habitación porque me niego a dormir en esa ubicación, como usted dice. Este es el otro punto al que quería llegar. Acompáñeme, por favor. Entramos en la habitación, ahora con un armario como único mobiliario. La sombra de los árboles, tras la casa, se colaba por el cristal de la ventana. Justo al lado, en el suelo, a un par de metros, una pesada portilla estaba apoyada en la pared, casi en el rincón opuesto a la entrada de la habitación. La verdad es que aquel tablón de madera me molestó, no lo encontraba sentido. Era un tablón como de un metro por uno. -¿Qué hace ese portón ahí? -¡Exacto! –Exclamó-. Eso mismo. Un portón que he tenido que poner y porque no he podido encontrar otra cosa más pesada. Lo que hace ahí es tapar un agujero. -A don Francisco no le va a hacer gracia. Ya le dijimos a usted que no estaba autorizado a hacer ninguna obra… -Oh, señor Pompa, yo no he empezado ninguna obra. Por favor, acérquese… De mala gana le ayudé a retirar el portón mientras que al mismo tiempo descubría un agujero en la pared casi a nivel del suelo. -Observe. -Le advierto, Silverio, que no soy hombre de bromas y que odio las sorpresas. Añado que por desgracia mi sentido del humor deja mucho que desear. -Perfecto, perfecto. –Me invitó a agacharme para poder mirar por el interior del agujero y así estuve un largo rato, inmóvil,
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haciendo gestos con el morro mirando la abertura hecha en la pared. Daba la impresión que alguien había picado el ladrillo pero más bien de dentro hacia fuera. También consideré que pudiera ser un enorme desconchón ocasionado por una mala calidad en el material de construcción; el caso es que había un boquete de más de cuarenta centímetros de diámetro. Me llegó un aire helado que recorrió mi espinazo al tiempo que un miedo indefinible me hizo estremecer. No sé porqué llevé mi mano hacia la culata del revólver que guardo en el bolsillo de la chaqueta. No podría explicar esa inquietud tan repentina pero creo que fue debida a una impresión de angustiosa soledad provocada por ese agujero en la pared. Todo esto lo pensé luego pues lo experimentado fue una reacción mecánica de apenas un segundo de duración. -Observe, observe. -No cabía duda que disfrutaba del momento-. ¿Qué ve usted? -No me joda, Silverio –mascullé con impaciencia-. ¿Se ha vuelto usted loco? ¿Quiere hacer una salida directa al jardín de mierda o qué? -No mira usted, señor Pompa. Lo primero es poner en su conocimiento que yo no he hecho ese agujero. Ese agujero estaba ahí. La cama lo tapaba y lo descubrí porque por la noche me llegaba una corriente fría y desagradable que me alertó. Ese agujero es una puerta que cambiará la forma de pensar del ser humano, fíjese lo que le digo. Por supuesto, ni un átomo de mi ser llegó en ese momento a cambiar lo más mínimo mi forma de pensar sobre que el pobre andaba un poco trastocado. Pero sí que me agaché más concienzudamente y miré a través del agujero para ver el suelo de tierra del campo anejo. -¿Qué ve?
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-Pues la tierra del suelo… -Se equivoca. Su inteligencia instintivamente le ha enviado una explicación ante el desconcierto de lo inexplicable. Eso, amigo mío, no es el exterior que hay al otro lado de la pared. -El profesor se arrodilló ante la abertura y prácticamente metió la cabeza. Le oí que decía en el vacío-: Asombroso. Pero es cierto, es un habitáculo sumido en una extraña oscuridad… Yo no sabía que decir. Estaba molesto con que le aparté y me asomé por el agujero. No podía comprender nada, absolutamente nada. Efectivamente, el agujero comunicaba con un espacio aparentemente sin paredes que emitía una sensación de vacío absoluto, solo que no era una estancia cúbica en sí, no había suelo ni techo ni paredes pero al tratar de descubrir sus vértices, la negrura ondulaba como un reflejo huidizo. Además, el extraño recinto estaba sumido en la penumbra como digo y en el exterior lucía un sol resplandeciente que empezaba a templar el día. -¿Qué es esto? No lo comprendo –dije al fin. -Lógico. Se trata de un descubrimiento increíble. Al principio, me refiero a hace cuestión de quince días más o menos, debió de ser un agujero minúsculo porque al mover la cama para dar vuelta al colchón no reparé en él, pero el otro día al acostarme notaba un escalofrío helado y lo descubrí. Busqué ese madero para taparlo pero no evitaba que se filtrara el aire por los lados. Lo peor fue cuando comprobé que no tiene contacto con el exterior que rodea la casa. Empecé a imaginar cosas raras. Mis experimentos pasaron a segundo plano cuando me vino a la cabeza la idea que ese extraño boquete comunicaba con alguna dimensión desconocida y que en esa di-
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mensión desconocida podían existir seres vivos. Hizo una pausa para comprobar de qué manera seguía sus explicaciones. -Silverio, exactamente ¿qué quiere decir? -Me refiero a posibles virus, organismos vivos que pudieran entrar en mi habitación mientras dormía y que en cierta forma pudieran atosigarme…, envenenarme. -¿Envenenarle? Creo que todo esto se debe a que debe estar usted muchas horas trabajando en sus experimentos. Sus combinaciones químicas deben despedir emisiones realmente peligrosas para el ser humano y además, como pretende, deben ir dirigidas con toda intención a menoscabar el cerebro, en este caso, el suyo. Y lo grave no será que pueda multiplicarse en el ambiente a velocidades extraordinarias, sino que pueda mantenerse operativo durante algún tiempo por lo que creo que me voy a marchar de aquí dejándole la orden que cierre inmediatamente este agujero. Encárguese de encontrar a algún albañil para ello y ya se le pagará. -Nada tienen que ver mis experimentos con esto. Escuche: Anteayer cogí un gato de pocos días de una camada que había por aquí. Lo acerqué al agujero. El gato me arañó asustado, no quería entrar por ese siniestro paso, presentía algo horroroso. El caso es que lo introduje rápidamente en el agujero. Lo vi flotar durante unos minutos mientras que se retorcía desesperado. Al fin se quedó inerte como flotando en el espacio y empezó a alejarse del agujero. Lo estuve viendo durante largos minutos hasta que al final, alejándose, lo perdí de vista. Verdaderamente estoy muy asustado con este agujero y si no fuera porque espero concluir mis trabajos, le exigiría que me
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enviaran a otro sitio a continuar con mis tareas. -Maldita sea, ¿un gatito? ¿Es que no pudo encontrar cualquier otra cosa que no fuera un indefenso animalito? Podía haber metido un zapato, o ese abrigo raído tan asqueroso que tiene, o…, o…. -Bueno. De paso quise aprovechar y comprobar qué tipo de atmósfera existe ahí dentro. No quiero descubrir de golpe nada desagradable en la casa donde vivo. Espero que me comprenda. -Usted, lo que debe hacer es concentrarse en su trabajo y no distraerse con estas tonterías, caballero. Su experimento es lo único que cuenta, que para eso se le paga. -Cálmese, señor Pompa. Ese es otro tema del que quería hablar con don Francisco. Estuve hace unos días en una recepción de un gran amigo mío, físico, Pedrito, que ejerce también en la ciudad. Me presentó a cierta relevante personalidad de la embajada (se omite el país), Mr. Bayton, que estaba al corriente de mis experimentos. Sabía que se trataba de un gas letal y sus principales características. No sé cómo podía estar enterado, pero el hecho incuestionable es que lo estaba. Me ofreció viajar a su país y una cantidad astronómica de dinero; luego me pidió encarecidamente que lo pensara y que fuera muy discreto acerca de la proposición. Por supuesto así se lo aseguré pero me debo a usted y a don Francisco y he querido que lo sepan. Ahora arrugué el hocico y gruñí al mismo tiempo: -¿Y no tiene ni idea de cómo se ha enterado, so estúpido? Pues yo se lo diré. No cabe duda que su querido amigo del alma, Pedrito, se lo ha largado todo. Es usted un imbécil… -Por favor, Sr. Pompa, no se sulfure. No pienso abandonar mi país, lo único que quiero que
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consideren es que ustedes no me pagan nada, pagarán todo esto pero no me pagan nada; me aseguran grandes beneficios y fama pero creo que debo merecer al menos una compensación económica. El experimento es peligroso y el otro día me desmayé ante una reacción inesperada. La careta antigás que me han proporcionado no sirve para este gas y estoy en continuo peligro haciendo las pruebas definitivas. Pongo en serio peligro mi vida y es de rigor que se me compense económicamente. Le miré con otro ánimo. No quería ponerle sobre aviso si detectaba en mi rostro el desprecio que me inspiraba y asentí comprensivo. -Lo pondré en conocimiento de don Francisco. Parece de justicia su petición. Silverio sonrió satisfecho e inmediatamente olvidé dicho compromiso para volver a prestar atención al agujero. Me volví a agachar y metí el brazo con cuidado. Sentí un frío desagradable y lo saqué con rapidez. Luego abrí la ventana y me asomé todo lo que pude justo a la trasera de la casa donde se veía el agujero por el otro lado de la pared. Brillaba el sol entre las ramas de los árboles. Salí con decisión seguido por el profesor. Di la vuelta a la casa y comprobé el agujero. Asombrosamente se veía dentro la estancia y al meter el brazo pude tocar con toda evidencia las losas del suelo. Todo era normal. Ya de pié me rasqué la cabeza sin dejar de mirar el maldito agujero. Era un misterio inexplicable. CONTINÚA EN EL PRÓXIMO NÚMERO
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Capítulo IV El Estigma de Batman
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n su entrevista con el Pingüino, en el Asilo Arkham, Brad solo se encontró con un viejo malhumorado y senil, renuente a colaborar e imposible de ser hipnotizado; y por más que hubiese querido colaborar, era evidente que el hombre ya desvariaba. Debió trasladarse para hablar con el Capitán Frío, a la cámara refrigerada en la que estaba alojado, sin poder salir. No obtuvo mayor fortuna que con el anterior. Extenuado, Brad fue a sentarse a un rincón de un despacho vacío del establecimiento, muñido de una enésima taza de café, y de cigarrillos. Desplegó ante sí el papel donde tenía anotada la adivinanza de el Acertijo. La verdad es simple como lo son las criaturas de la noche, que por su escasa visión, macho y hembra son separados por el hado bromista, luego que ensangrentado muriera el petirrojo. La verdad siempre estuvo encerrada en el fondo del caldero de las brujas de Macbeth. Estaba claro que con ensangrentado muriera el petirrojo se refería a la muerte de Robin1. Criaturas de la noche, macho y hembra... Murciélagos... Batman y Batichica... El bromista los separa... El Guasón... ¿El Guasón había separado a Batman de Batichica?. Brad cayó en la cuenta que Batichi-
ca fue la primera en desaparecer de Ciudad Gótica, poco más o menos un año antes de la muerte de Robin... Pero Brad no recordaba que Batman hubiera hecho ninguna declaración al respecto... Claro, que las palabras que públicamente Batman hubiera podido pronunciar, en todos aquellos años, podían contarse con los dedos de una mano... ...La verdad siempre estuvo encerrada en el caldero de las brujas de Macbeth... Tres brujas, tres mujeres... Tres mujeres que pudieran ser relacionadas con Batman: Batichica, Hiedra Venenosa, Gatúbela... ¿Gatúbela?, ¿y dónde estaba Gatúbela?. Brad consultó nuevamente la lista de internos. No, Gatúbela no se hallaba actualmente en el Asilo Arkham... Brad se levantó de allí y fue por el Dr. Fox. -A Gatúbela... No la encuentro en la lista de internos... -. Le dijo. -Ella no está aquí. Solo la tuvimos con nosotros en una oportunidad, la vez en que Batman la capturara. Huyó de aquí cuando la fuga masiva del ’42, y no volvimos a saber de ella. -Pero Batman se enfrentó a ella en más de una oportunidad... El anciano se encogió de hombros. Entonces Brad pidió ver a Hiedra Venenosa. Fue conducido hasta un lugar especial, como el Capitán Frío, Hiedra Venenosa también estaba limitada a su propio ecosistema. Se hallaba encerrada dentro de un hibernadero bastante espacioso, confeccionado con un grueso cristal blindado. El lugar parecía un verdadero jardín de invierno, poblado de plantas de grandes hojas y flores exóticas, enredaderas que trepaban por las pare-
des y se descolgaban del techo, musgos y líquenes. No quedaba ningún espacio libre. De hecho, en un principio a Brad le costó distinguir algún ser animado en ese interior, hasta que una silueta se comenzó a recortar en la fronda. Un ser con forma de mujer surgió de la maleza, y su cabellera larga caía como una cascada de hojarasca enmarañada con finos tallos de enredadera, que se quebraban en los hombros y le cubrían los senos. Su piel era aceitunada, sus ojos como esmeraldas, sus labios carnosos y claros como la lima. Se acercó lentamente, voluptuosa, desnuda, hasta donde Brad se hallaba de pie, al otro lado del cristal; entonces Hiedra Venenosa extendió un brazo, y sus uñas largas y duras como espinas chirriaron contra el cristal. Brad comprendió porque era tan peligrosa. -Una visita... -. Dijo la mujer. -Soy el Dr. Stowell, del Departamento de Criminología, señorita Hiedra Venenosa, y me han en-cargado investigar la desaparición de Batman. La mujer sonrió como con un rosario de perlas verdes. -No está aquí conmigo-. Respondió. -Quizás pueda decirnos cómo o dónde podemos localizarlo. -Soy la menos indicada para ayudarle. Batman ha sido mi único amor imposible-. Brad la miró sorprendido. –No es como usted piensa... Por lo demás, he enviudado mil veces... -El Acertijo me ha sugerido la importancia de tres mujeres relacionadas a la vida de Batman. Creo que una de ellas es
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usted, luego están Gatúbela y Batichica. -En parte, es así; Batman es un poco de todas... Y de ninguna. Y no sé si se trata de tres, de seis o de nadie-. Hiedra Venenosa se volteó hacia la fronda, evidentemente aburrida. -Gatúbela, ¿sabe dónde puedo encontrarla?. La mujer se volteó y le sonrió. -Mi conocimiento es vegetal, no animal-. Dijo, y se perdió entre el follaje. Brad salió de allí, decidido ya a regresar a su hogar. Fue a despedirse del Dr. Fox, y luego le pidió a un asistente que lo sacara hasta la entrada. Siguió al hombre hasta afuera de la zona de máxima seguridad, y luego tuvo que hacerlo a través de interminables corredores, donde se hallaban las celdas de los enfermos comunes. En cada puerta había un letrero de bronce, con el nombre del interno que ocupaba la habitación. Uno de los nombres en particular le llamó la atención: James Gordon. Se trataba del ex Comisionado Gordon, quien había sido reemplazado por el Comisionado Sprang. Quizás Gordon fuera la persona que más había tratado a Batman, en todos aquellos años, con excepción de los criminales. El Comisionado Gordon había necesitado ser internado en el Asilo de Salud Mental, luego del ataque que él y su hija, Bárbara, sufrieran de parte de el Guasón. Como resultado de aquel crimen salvaje, Bárbara había quedado irreparablemente inválida, como consecuencia de un disparo recibido del asesino, que le destrozó la columna vertebral. Su padre fue secuestrado y sometido a diversos tipos de tortura por el Guasón, hasta que fue Batman a su rescate, pero psicológicamente el hombre jamás se re-
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cuperaría de tamaño sufrimiento2. Brad le pidió al asistente que se detuviera un momento, y luego que le permitiera ver al Comisionado Gordon. En el interior de aquella habitación, se encontró con un anciano desmejorado, abatido, vencido. Brad le saludó y se presentó. Gordon se hallaba sentado en una silla, ubicada entre un camastro y una pequeña mesa, en la que había una botella de vino y varios paquetes de cigarrillos, los que fumaba unos tras otros. El lugar estaba tenuemente iluminado, con una luz amarillenta. Brad le explicó porqué estaba allí. -¿Qué edad tienes, muchacho?. Quiso saber Gordon. -39 años... -. Respondió Brad, sorprendido por la pregunta. -Cuando todo esto empezó, tú todavía no habías nacido, o apenas si lo habías hecho... Estamos todos demasiado viejos, aquellos a quienes has venido a interrogar. No van a encontrar a Batman, ni tú ni nadie, si él no quiere ser encontrado; ni siquiera si tu empleo o tu vida corren peligro
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por ello... -. Gordon lo miró con un dejo de malicia. – Ciudad Gótica creyó que tendría a Batman por siempre, y la verdad es que nada dura para siempre... -¿Cree que Batman... Se haya retirado?. -¿Se puede retirar uno de lo que es?, ¿has visto tú a el Guasón transformado en otra persona?, ¿o a el Pingüino?. No, créeme, y escúchame con atención: Batman volverá, y cuando eso ocurra, Ciudad Gótica habrá preferido haberlo perdido para siempre. -¿Por qué dice eso?. El anciano lo miró divertido. -¿Quién crees que es Batman, hijo?, ¿en qué crees que se diferencia de cualquiera de los que estamos aquí adentro?. -He estudiado su perfil psicológico, y sé que no en mucho. -Has estudiado su “perfil psicológico”... -. Se burló. –Yo he estado encerrado durante horas con él, hemos trabajado juntos, hemos discutido... Pero una vez yo también fui joven e inexperto, y a mí también me desesperó ver que nuestra amada ciudad caía en la incivi-
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lidad y la barbarie... Nosotros, los desesperados, fuimos quienes permitimos a esos dos psicópatas, Batman y el Guasón, bailar la danza de su particular locura privada sobre nuestras cabezas; y lo pagamos caro... La ciudad, yo y mi hija, lo pagamos caro... Brad empezó a creer que el viejo desvariaba. -¿Y por qué cree que nos arrepentiremos cuando Batman vuelva?. -Hay una transformación en el aire... ¿No la sientes?. Cuando Batman regrese será porque él y el Guasón se habrán transformado finalmente en lo mismo, sea lo que eso signifique-. Brad se hallaba extenuado, no podía pensar. Se remitía a tomar notas. –Hay algo perverso también en la permisividad que ha tenido Ciudad Gótica respecto de toda esta historia; en su apatía e irresponsabilidad, en su dejar que las cosas sucedan... Si quieren resolver el estigma de Batman y de todos los fenómenos deformes igual que él, tomen al puñado de los que se hallan aquí y ejecútenlos ahora mismo, que es lo que se debió hacer desde un principio; ¡hagan del Asilo Arkham pasto del fuego!. El viejo se ahogó en una tos convulsa, que en un principio hizo dudar a Brad acerca de la necesidad de ir en busca de ayuda médica; pero al cabo, Gordon se repuso. -El Acertijo ha sugerido que hay tres mujeres relacionadas a la vida de Batman. Batichica, Gatúbela, Hiedra Venenosa... -Hubo otra chica, hace unos años... -. Gordon intentaba hacer memoria. –Pero... No, yo ya no recuerdo bien... Debería consultar a mi hija, Bárbara, ella ha sido una aplicada estudiosa de la vida de Batman y de toda la historia de Ciudad Gótica.
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Brad valoró la sugerencia más de lo que pudo expresarlo. Se despidió del Comisionado Gordon. -Mi hija hace ya mucho tiempo que no viene a verme-. Agregó el anciano. –Los ejercicios de re-habilitación no le han sido de mucha ayuda, y el clima de esta condenada ciudad tampoco le es beneficioso. Si la ve, por favor, dígale que me vio bien, y no le hable del tabaco ni del alcohol. -Pierda cuidado. Brad se despidió ya definitivamente de Gordon, y abandonó con presteza las instalaciones del Asilo Arkham, ya era de mañana; se dirigió a su hogar esperando poder dormir largas horas.
1. En inglés, Robin significa “petirrojo”. 2. Estas circunstancias son narradas en la historieta La Broma Asesina, de Alan Moore, con dibujos de Brian Bolland.
...CONTINUARÁ EN EL PRÓXIMO NÚMERO...
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, Por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella
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un presidiario de San Quintín le cambió la vida la obra Esperando a Godot: dos tipos en un paraje desierto esperan a un tal Godot que nunca viene. Es circular. Al final de cada acto es lo mismo: Vámonos. Sí, vámonos. Pero no se mueven. Este hombre se convirtió en actor y director y la montó. Gustó mucho en la cárcel: todos interpretaron con facilidad ese círculo que llenas con lugares comunes, palabras y más palabras, algunos gestos, para disimular que estás inmóvil, esperando algo que no llega. Cuando este hombre sale de la cárcel conoce a Beckett, el autor de la obra, se hicieron amigos. Según el ex delincuente, le ayudó muchísimo. Finalmente montaron juntos un espectáculo de obras cortas: Beckett dirige a Beckett. En un momento estaban preparando un monólogo, Krapp o la última cinta magnetofónica, es impresionante, un tipo que va reconstruyendo su vida a través de la memoria grabada por él mismo. El actor no podía con ello. Le pedía explicaciones. Beckett le dijo que las explicaciones las buscara por ahí, entre los críticos, que él sólo tenía la obra, pero, eso sí, le parecía que él lo tenía muy fácil con esa obra: estuvo mucho tiempo en una celda, y Krapp está en la celda de su memoria. No sé, son cosas que me dan vueltas. H. O. R. *
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mí no me sorprende para nada este éxito de tus talleres, ni que te encuentres tan satisfecho al respecto, ya en las marcaciones que le hiciste a mis escritos encontré una cosa muy pedagógica de tu parte, de acompañamientos, al margen de tu destreza y conocimiento en material de
redacción, literaria, artística en un sentido amplio. Sos un tipo con un amplio bagaje, capitalizable en lo cultural y laboral, en más de un sentido. Vivimos en una era en que esas cosas parece ya no computan, en la crisis del '30 un tipo como vos estaría zafando, creo. El otro día veía un documental sobre la historia de la Escuela Panamericana de Arte, fundada en Buenos Aires en los '60, por un grupo de 8 historietistas, que a su vez formaron a otros tantos historietistas en esa escuela. En los 70-80 la escuela pasó a tallar más en diseño gráfico, y luego, creo que desapareció. Bueno, ok, a lo que voy, antes habían cosas que estaban instituidas, aunque no llamaran la atención. La historieta parece ser algo más profesional hoy en día que en sus comienzos, sin embargo los pibes ahora se arman solos, trabajan ad-honorem, se juntan para editar cosas en el under. Pensemos en las épocas de Rico Tipo y Patoruzú en la Argentina, con esas tiradas semanales a nivel nacional, y las otras tantas publicaciones que les seguían. Internet, Word y los blogs lo democratizaron todo, dicen, en realidad pasa que cualquier pelandrún hoy publica, incluso bajo título editorial. Si el sentido de la vida, mi querido amigo, es nada más que una acumulación de sucesos felices, si es eso lo que debiera ser, entonces la infidelidad no existe. Es algo que me vengo replanteando ahora, el sentido de la vida, de mi vida. El otro día leía un cuento de Clarice Lispector, la historia de una amistad profunda entre un par de tipos, apasionada, romántica, desesperada, pero heterosexual, cada quien tenía su esposa y su realidad al respecto de ellas. La cuestión del cuento no era el sexual, o si lo era, lo era por omisión; lo que falta en los cuentos de Lispector suele ser lo más importante, ¿no? He tenido amistades en esas condiciones, creo. Hubo un momento de mi vida donde un amigo era mi mun-
do, sobre todo en mi adolescencia. Tuve dos o tres veces la experiencia de que algún amigo o no amigo homosexual intentara seducirme. En cada caso fue de una manera tan delicada y respetuosa, que hasta tuvo algo de halagüeño, incluso el caso de un tipo que intentó levantarme en la calle, pero, bueno, para mí sería imposible concretar algo en tal caso. Recuerdo el caso de El beso de la mujer araña, donde el político accede al homosexual, pero me parece que más movido por una especie de amor humano, más que pasional, sexual o erótico. R. L. *
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yer asistí a un estreno escalofriante del que no esperaba nada bueno. Pero mira por donde, salí conmovido, asombrado y con tal entusiasmo que repetiré la semana que viene, gracias a la feliz depositaria de las "Horaciones", jefa de prensa del teatro. Resulta que el Ayuntamiento es del PP (como casi todo el país, también la Comunidad), y el Teatro Español y otras salas dependientes también lo son. Decidieron hacer la obra teatral completa de Vargas Llosa: el amigo del partido, de Aznar, y de toda esta gentuza. Da conferencias a favor de los neoliberales, siempre con una mirada humanista, según él, a través de la cual todos los dramas mayores de la sociedad son culpa de los idiotas mal nacidos de la izquierda. Bien. Ya te conté que yo admiro mucho a este hombre como novelista documentado. Es un trabajador incansable, ya que trabaja novelones con situaciones históricas muy bien ajustadas. Algunas me parecen obras maestras. El teatro es muy menor, depende mucho de directores geniales. Pues bien, su obra más
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representada es la que se estrenó anoche. Y ahí estaba él, agradeciendo al final con humildad y emoción lo que sin duda es un trabajo colosal. Yo vi esta misma obra en el 87 por una versión muy pobre. Aquí su obra se convierte en magistral, etc. Ahora bien. Había otro espectáculo en el patio de butacas, que es la base de mi reflexión que no voy a publicar porque nadie presta atención a esto y no quiero ladrar al vacío. Me he limitado a escribir un elogiosísimo artículo sobre el espectáculo y sus actores, y punto. La polémica es ridícula. El tipo es un Premio Nobel y todos pierden el culo por estar debajo de sus pedos. Es el hombre de letras de más éxito de la historia de la literatura y el periodismo latinoamericano. Pero resulta que el patio de butacas se llenó de gente muy reaccionaria, muy PP, bastaba ver sus trajes carísimos, la mayoría hombres de lujo, estaba la alcaldesa, esposa de Aznar, una mala bestia pija y pía, no creo que estuviera Aznar, no le vi. Toda gentuza que jamás va a los estrenos de ese teatro. Lo sé muy bien. Yo suelo ir a fila entre 5 y 7 y ayer me tocó la 16. Ya me imaginaba, y me llevé los prismáticos para ver las caras y los cuerpos desnudos y semidesnudos de las preciosas actrices protagonistas. El Vargas Llosa ultraliberal y reaccionario escribe obras que no lo son en absoluto. Y anoche toda esa gentuza que se la coge con papel de fumar, comió mierda a raudales: en una pequeña ciudad peruana en 1945 un cafisho se juega a los dados a su tiernita ingenua y la pierde, se la da a la dueña del bar, la Chunga, una amargada machona que se come con los ojos a la chica... Finalmente se la tira y la chica desaparece... Los cuatro hombres del bar son muy ruines, jugadores borrachos: el cafiche (que violará por la boca a la Chunga en el prefinal), el pedófilo que recibirá su merecido pidiendo él mismo que unas mujeres con máscaras le rompan el culo con un cuchillo; el romántico que sueña con llevarse a la jovencita a un mundo imposible; y el onanista que se pajea en el proscenio... Todo en un entorno de mezcla de
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ficción y realidad, con grandes talentos, pero crudo, espeluznante para gentuza que nunca han salido de sus barrios monos... Y el mensaje de la obra: con la perversa prisión en que viven estos hombres miserables, profundamente solos y la explotación sexual de las mujeres. El cafiche pierde a la chica porque desaparece. Sólo los espectadores sabemos que por amor La Chunga le dio dinero y le dijo que escapara para no acabar de puta en La Casa Verde, donde ella nació, hija de una puta. Vargas Llosa es un caso. Subió al escenario con linda chaqueta de terciopelo pero sin corbata y con camisa normalita, como un hombre de teatro, humilde y conmovido. Y los muy putos amigos suyos de la política se pusieron de pie. Sólo por él se pusieron de pie. A los actores, que les den. Había que verles ir y venir con sus móviles y sus gilipolleces de hombres acaudalados con muchos mensajitos. Y los guardaespaldas no sé dónde mierda estarían. Por suerte el espectáculo fue muy bueno. Por suerte para los cómicos. Yo fui con la intención de odiarlo porque odio el contraste de este peruano hijo de la gran puta en todos los sentidos: en el bueno de su intención rebelde y de apoyo a los oprimidos y de ira contra los poderosos; y en el perverso de apoyar a quienes sostienen esta situación demencial de ricos y pobres. En la gran escena del Cafiche con la Chunga, él, borracho, la quiere convencer de poner juntos un burdel porque está harto de ganar miserias llevando chicas, algunas vírgenes a La Casa Verde, cuando podría ser rico en su propio burdel. La Chunga administra y él lleva las hembritas vírgenes por las que pagan dinerales. Grita el tipo desesperado: ¡Quiero tener mi linda casa mi coche...! ¡Quiero ser capitalista! Pero la Chunga no quiere y la viola, y la desprecia y le hace tragar el semen y ella se lo escupe en la cara y él contesta: "Dicen que es bueno para el cutis. ¡Mira que son brutas las mujeres!". Son las paradojas del sistema. Porque este mismo ayuntamiento echó de la cadena de teatros a un direc-
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tor genial que había llenado las salas. Y puso a un tarambana que sin embargo, poco a poco, va dominando el cotarro. Todos los espectáculos que trae, con desigual fortuna, claro, son de gente de izquierdas. Es que incluso la gente de teatro que se dice afín al PP no hace nunca ningún montaje con el mensaje de estos energúmenos. No existen en la cultura, porque sólo tienen la cultura del despropósito y el robo de cuanto tocan para su beneficio. H. O. R.
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El arte de Antonio Berni
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Consultorio Astrológico Spesunica Curso Práctico de Tarot a distancia Inauguramos nuestro Curso Práctico de Tarot a distancia, el cual tiene una duración de seis meses, de cuatro clases por mes, de modalidad intensiva, racional y psicológica. Por medio de este curso, el estudiante adquirirá los conocimientos específicos y completos acerca de tiradas y lecturas y sobre todas las nociones relativas a nuestra materia. La estructura del curso es modular, mensual y correlativa; esto significa que el alumno adquirirá por adelantado su vacante mensual, la que consta de un módulo de cuatro clases, por cada una que irá recibiendo un apunte de contenidos. La correlatividad de nuestras clases apunta a que nadie podrá "saltearse" módulos, ni obviar algunos de los primeros, aunque se contara con conocimientos previos. Sin embargo, las clases serán individuales y el alumno sí podrá "saltearse" meses de asistencia, sin perder la correlatividad; es decir, al regresar al curso, hubiera pasado el tiempo que fuere, retomará desde el mismo punto donde lo dejó. Se evaluarán exámenes mensualmente, y al final del curso habrá un examen integrador. Se otorgará entonces el certificado de asistencia al curso, y de reconocimiento del egresado como tarotista. Todos los inscriptos al curso recibirán el kit de estudio, el cual consta de todas las herramientas y contenidos necesarios, absolutamente, para la realización de este curso, tales como: Todas las clases serán dictadas por Roberto Langella. Mazo de cartas de Tarot Marsellés, de Botta (para imprimir). Mazo de cartas Zenner (para imprimir). Presentación del curso y apuntes nº 1, 2, 3 y 4 Carátula personalizada para ir encarpetando los apuntes Fuentes tipográficas para la computadora Todos los alumnos tendrán una clase de dos horas en un día de la semana a convenir, por el programa de videoconferencias Skype Siempre y en todos los casos los alumnos podrán resolver sus dudas y cuestionamientos vía e-mail. Los alumnos egresados encontrarán en Spesunica una fuente de consulta personalizada, para toda la vida. Téngase presente que la suma de los apuntes irán conformando un verdadero libro, manual de Tarot. La cuota mensual es de U$S 40.- ($ 150.– de Argentina) por adelantado, mientras que quien desee pagar el curso completo, en una o dos cuotas trimestrales, el precio final es de U$S 200.- ($ 800.– de Argentina). Para una mayor información acerca de las características de este curso, descargue libremente el artículo "Presentación, Estructura y Temario", en nuestra sección de descargas. www.spesunicastrologia.com.ar
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Horóscopo de Julio Julio, por Roberto Langella
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Aries Mes difícil en asuntos de hogar y domésticos, probables discusiones y peleas con quienes se convive. Mucha creatividad en actividades artísticas, sensualidad acrecida, romances pasajeros.
b
Tauro Se activa la comunicación y el comercio, los escritos y documentos toman relevancia. Inarmonía emocional respecto del hogar.
c
Géminis El foco está puesto en cuestiones gananciales, quizás relacionadas con el hogar. Buena relación con los hermanos y buen momento para la creatividad literaria.
d
Cáncer Mes de cumpleaños para la mayoría de los de este signo. Un año de muchos gastos en cuestiones de placeres, arte y estética. Habrá una irritabilidad un tanto contenida que será necesario canalizar de alguna forma, o una mayor concentración intelectual. Un año de expansión.
e
Leo Mes de cumpleaños para los del primer decanato. Poca concentración mental, se hallan un tanto dispersos y abstraídos. Como el signo anterior, muchos gastos en cuestiones de placeres, arte y estética. Peleas con amigos, o una irritabilidad que será preciso cana-
lizar.
f
Virgo Las amistades y los proyectos cobran mayor relevancia, si bien se hallan algo fríos emocionalmente. Hacia fin de mes se ―destapan‖ en este sentido, y hasta es posible que vivan algún romance. Problemas con jefes.
g
Libra Problemas con jefes, autoridades, problemas para hacerse entender en redes sociales. Las emociones se vuelcan en las amistades más íntimas y en la consecución de proyectos.
h
Escorpio Noticias y actividades provenientes del extranjero, o guardando cualquier relación con lo mismo. Animosidad emocional con todo lo que invista autoridad y con el medio ambiente más amplio, con lo social. Hasta mediados de mes, buena época en el ámbito sexual.
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Sagitario Amistades y buenas noticias del extranjero. Un buen mes para disfrutar de la sexualidad, si ponen atención en eso, sobre todo desde mediados de mes, hasta entonces, posibles discusiones con la pareja.
Capricornio
j
Excelente momento para dedicar a la pareja, la comunicación fluye. También un gran momento para disfrutar de la sexualidad. Cuidado con la tensión nerviosa.
Acuario
k
El foco está puesto en el trabajo o en cuestiones de salud. Mucha emotividad con la pareja, o momento de conocer a alguien importante, para quienes no la tienen. Mucha creatividad, se recomienda canalizar energías a través de deportes.
Piscis
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Mucha creatividad y buena comunicación con hijos y niños en general. El lugar de trabajo resulta agradable, o la salud se resiente debido a causas emocionales. Discusiones con quienes se convive.
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Sumario de los números anteriores (La lista completa de números anteriores la hallarán aquí). Revista Spes Unica nº 9 - Julio 2011 (Comprar versión impresa) Contenido: No somos representativos de nada (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; Palillo y Cerilla enamorados (Tim Burton); Los no fumadores (Bill Hicks); Los no fumadores y yo (Roberto Langella); Los signos del zodiaco y la salud; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Ensayo al amor (Kenny Delgado Fragoso); Como escribir un buen policial (Roberto Langella); Por la memoria de Eduardo Daniel Melgar (Roberto Langella); Nadie es perfecto (Luis García Orihuela); Reflexión acerca de „Nadie es perfecto‟, artículo de Luis García Orihuela (Roberto Langella); Onomancia; Correo de lectores; Horóscopo; El arte de Octavio Ocampo; Desperdicia (Tim Burton). Revista Spes Unica nº 10 - Agosto 2011 (Comprar versión impresa) Contenido: Carta del músico Fito Páez al diario Página 12 de Buenos Airea, tras las elecciones por la Gobernación de la Capital Federal, julio de 2011; Noticias del mundillo literario; Ojos de videotape (Charly García); Dios ha muerto, el hombre ha muerto y yo no me encuentro bien (Felipe Muñoz Plaza); Anhedonia (Charly García); Los signos del zodiaco y la salud; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Carta a la familia / De qué me sirve amarte (Kenny Delgado Fragoso); Como sobrevivir a la buena onda de los colegas (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Sobre la internacionalización del Amazonas (Gilberto Gil); Onomancia; Desarma y sangra / Vampiro (Charly García); Horóscopo; El arte de Francisco Goya; El mito de la consciencia objetiva (Theodore Roszak). Revista Spes Unica nº 11 - Septiembre 2011 (Comprar versión impresa) Contenido: Soy kirchnerista (Roberto Langella); Noticias del mundillo literario; La larga previa de Roger Waters y The Wall en Argentina (Roberto Langella); Los signos del zodiaco y el trabajo; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Como escribir poesía, ser poeta y que los demás le crean (Roberto Langella); Tanguito del riachuelo / Escollos / País convulsionado / Corazonada / A ella que anda por ahí / Sensual Baires (Jorge Dossi); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); Pasiones / Versos a la muerte (Kenny Delgado Fragoso); Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 12 - Octubre 2011 (Comprar versión impresa) Contenido: Noticias del mundillo literario; La impunidad en el hecho artístico (Roberto Langella); No apto para diabéticos / Cuchilla vieja (José Luis Colmenero); Apología sobre Sócrates (Silvia Ditro); Parajoda: Últimas consecuencias de nuestra paradoja (Roberto López Moreno); Ninguno como yo (Horacio Otheguy Riveira); Silencio (Mayra Cabrera); Los enigmas del mundo (Brian Stableford); El arte de Antonio del Olmo; ¿Qué se siente que te maten a un hijo? (Mary Paz Reyes Peña); Los signos del zodiaco y el trabajo; Dios ha muerto, el hombre ha muerto y yo no me encuentro bien (Felipe Muñoz Plaza); Ojos de carne, ojos de fuego (Theodore Roszak); Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Pero (el Mero Ser); El Mero Ser y los descreídos (Roberto Langella); Doña Luisa (Yoselem Divincenzo); Como escribir poesía erótica y no ser considerado un vulgar onanista (Roberto Langella); Diurno para el adiós y un soneto (Juan Bautista Villaseca); Sin título (Bárbara Ghianda); Princesa de Talco (Raül Jurado Gallego); El Nazareno (Ángel Loyola); Balandra (Roberto López Moreno); Oda (Kenny Delgado Fragoso); Sensual Baires (Jorge Dossi); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); Pobre alma mía (Simón Domínguez Barahona); Mensajes de Hotmail (y otras divagaciones pelotudas) (Mary Paz Reyes Peña); Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 13 - Noviembre 2011 (Comprar versión impresa) Contenido: La mejor manera de derribar un gobierno (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; ¿Existe el
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alma gemela? (Roberto Langella); Pantalla del mundo nuevo (Pappo); Fue simplemente un viernes (Luis Adolfo Duarte Reina); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Los signos del zodiaco y la aventura; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Como ser filosofo y que no se diga que usted ha perdido el contacto con la realidad (Roberto Langella); Dime que me necesitas / Tu sombra (Kenny Delgado Fragoso); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 14 - Diciembre 2011 (Comprar versión impresa) Contenido: Feliz 2012 para todos (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El mito de Lilith y el conflicto primordial de la humanidad (Roberto Langella); Aforismos (Raúl Gustavo Aguirre); Fue simplemente un viernes (Luis Adolfo Duarte Reina); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Los signos del zodiaco y la aventura; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Como ser un escritor de derechas con sentido del humor (Roberto Langella); Misceláneas interrumpidas (Otheguy RiveiraLangella); Todo mi desayuno / Se vuelca la sopa (Facundo Aguirre); Onomancia; Horóscopo; Historia de animales (Domingos Pellegrini). Revista Spes Unica nº 15 - Enero 2012 (Comprar versión impresa) Contenido: Feliz 2012 para todos (2) (Reyes Peña-Langella); Crónica de una presentación anunciada (Mary Paz Reyes Peña); Valerie Solanas, una mujer anatemizada (Roberto Langella); Sé tú mismo (Yoselem Divincenzo); El Astrólogo y la Tarotista al banquillo; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Los signos del zodiaco en la historia (Aries); Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); El arte de Renata Schussheim; Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 16 - Febrero 2012 (Comprar versión impresa) Contenido: La hoguera de las vanidades (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; Cartas Zenner: Una forma de medir la pes (Roberto Langella); O Crux Ave, Spes Unica (G. F. de Palestrina); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Facebook como sucedáneo… ¡de todo! (Roberto Langella); Los signos del zodiaco en la historia: Tauro; Nuestro presente (Yoselem Divincenzo); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Tu léxico (Yoselem Divincenzo); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 17 - Marzo 2012 (Comprar versión impresa) Contenido: La inercia (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; La adolescencia (Yoselem Divincenzo); El sacerdote (William Faulkner); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Adhiera a una nueva corriente literaria y que no se note que ud. escribe para el orto (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Los signos del zodiaco en la historia: Géminis; Rock: Música dura. La suicidada por la sociedad (Luis Alberto Spinetta); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); El arte de Norman Rockwell; Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 18 - Abril 2012 (Comprar versión impresa) Contenido: 29 de febrero, perdón y después (Roberto Langella); Noticias del mundillo literario; La juventud (Yoselem Divincenzo); El huésped de Drácula (Bram Stoker); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Las acólitas de Carrie Bradshaw (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Los signos del zodiaco en la historia: Cáncer; De la musa al poeta / Pecado / Desterrada / La muerte le sienta bien (María Ester Rinaldi); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); El arte de Pilar Giménez Bret; Onomancia; Horóscopo.
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Revista Spes Unica nº 19 . Mayo 2012 (Comprar versión impresa) Contenido: De atenuantes y agravantes (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; La madurez (Yoselem Divincenzo); El huésped de Drácula (Bram Stoker); Malvinas en Madrid (Guillem de Rubenhor); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Los poetas malditos (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Grandes poemas muy breves en español del siglo XX (Jorge David Alonso Curiel); Los signos del zodiaco en la historia: Leo; Compumanía (Mary Paz Reyes Peña); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); El arte de Eva Besnyö; Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 20 - Junio 2012 (Comprar versión impresa) Contenido: Las flechas del tiempo, la aljaba de la edad (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El huésped de Drácula (3º parte), por Bram Stoker; Norman Cousins, la risa es cosa seria, por Guillem de Rubenhor; El suicida, por Enrique Anderson Imbert; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (8º parte), por Armando Rey; Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Acerca de las naturalizaciones, por Roberto Langella; La poesía de Charles Bukowski, por Jorge David Alonso Curiel; Admirable, por Fabiana Villafañe; El Astrólogo y la Tarotista; Los signos del Zodíaco en la Historia (Virgo); Golpes bajos, por María de la Paz Reyes Peña; Garganta de sombras, por María Ester Rinaldi; Tom Traubert‟s Blues, por Tom Waits; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Edward Hooper; Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 21 - Julio 2012 (Comprar versión impresa) Contenido: Noche de horror (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El huésped de Drácula (última parte), por Bram Stoker; Margarita Landi, señora del crimen, por Guillem de Rubenhor; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (9º parte), por Armando Rey; Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Escuchame, por Horacio Otheguy Riveira; Tres poetas españoles que apuestan por la claridad, por Jorge David Alonso Curiel; El Astrólogo y la Tarotista; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; Princesitas muertas, por Thomas Czarnecki; Los signos del zodiaco en la historia (Libra); Los viejos de mierda, por Roberto Langella; Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 22 - Agosto 2012 (Comprar versión impresa) Contenido: Cortinas de humo (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El marciano (1º parte), por Ray Bradbury; No está escrito en ninguna parte, por Horacio Otheguy Riveira; La voz de un pueblo dormido, por Fabián Gutiérrez Reyes; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Damas del crimen en primera línea de fuego, por Guillem de Rubenhor; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (10º parte), por Armando Rey; Se me cayeron las alas; El Astrólogo y la Tarotista; Recordando “Nueve Reinas”, de Fabián Bielinsky, por Jorge Alonso Curiel; Los signos del zodiaco en la historia (Escorpio); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; Pablo Scalise, de Llavallol para el mundo; Lo mejor (y lo peor) de Facebook; Onomancia; Horóscopo. Revista Spes Unica nº 23 - Septiembre 2012 (Comprar versión impresa) Contenido: Vamos por todo, por Mary Paz Reyes Peña; Noticias del mundillo literario; El marciano (2º parte), por Ray Bradbury; Suzanne Leperrier, la trapèziste, por Horacio Otheguy Riveira; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (11º parte), por Armando Rey; La pareja perfecta del siglo XXI (1º parte), por Simón Domínguez Barahona; Se me cayeron las alas; Poesía (El descubrimiento / De Dios / Él (Yo) / Resurgir primario / Miserando), por Daniel Grustán Isabela; Divagaciones pelotudas, por Mary Paz Reyes Peña; Lesiones del buen escribir, por Roberto Langella; El astrólogo y la tarotista, por Ñapi; Súbitos (El último suspiro de Narciso Ibáñez Menta), por Guillem de Rubenhor; Los signos del zodiaco en la historia (Sagitario); Tumbas de la gloria, por Fito Páez; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; La escultura hiperrealista de Ron Mueck; Lo mejor de Facebook; Lo peor de Facebook ; Onomancia; Horóscopo
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Revista Spes Unica nº 24 - Octubre 2012 (Comprar versión impresa) Editorial, por María de la Paz Reyes Peña; Dos años, por Roberto Langella; Noticias del mundillo literario; El marciano (última parte), por Ray Bradbury; Súbitos (Cuando ellas se desnudan), por Guillem de Rubenhor; La pareja perfecta del siglo XXI (última parte), por Simón Domínguez Barahona; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (última parte), por Armando Rey; Se me cayeron las alas; La Pastora / Florencio: el maquis hermafrodita, por Horacio Otheguy Riveira; Poesía, por Daniel Grustán Isabela (El ayeante primigenio, En menos de un millón de años, Tú que me lees); Lesiones del buen escribir, por Mary Paz Reyes Peña; Lesiones del buen escribir 2, por Roberto Langella; Divagaciones pelotudas, por Mary Paz Reyes Peña; Divagaciones pelotudas 2, por Roberto Langella; El Tarot de la Tarotista, por Ñapi; Los signos del zodiaco en la historia (Capricornio); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Scott Davidson; Lo Mejor de Facebook; Lo peor de Facebook; Onomancia; Horóscopo; Sumario de números anteriores. Revista Spes Unica nº 25 - Noviembre 2012 (Comprar versión impresa) Editorial, por Roberto Langella; Calaverita para mi flaco, por María de la Paz Reyes Peña; Introducción a Gritos desde el Hades, por María de la Paz Reyes Peña; Semillas, por Jorge Dossi; Aventuras de una tarotista alocada (Los trabajos negros de Gina), por María de la Paz Reyes Peña; María de la Paz en Veracruz, por Horacio Otheguy Riveira; Poesía (Qué dirías / Vivir / Descubrimiento / Lo gris / Los villanos / Una promesa), por María de la Paz Reyes Peña; Poesía (Canción de amor para Mary Paz / A Mary Paz / Ouroboros consumada / Inventario / Escribir tu nombre con sangre), por Roberto Langella; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; La galería de arte del Astrólogo y la Tarotista, por Ñapi; El Facebook de Mary Paz; Lo efímero y lo perdurable, por Roberto Langella y María de la Paz Reyes Peña; Los signos del zodiaco en la historia (Acuario); Onomancia ; Horóscopo ; Sumario de los números anteriores. Revista Spes Unica nº 26 - Diciembre 2012 (Comprar versión impresa) Seguir viviendo sin tu amor, por Roberto Langella; Noticias del mundillo literario; Los amantes, por Julio Cortázar; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (1º parte), por Jorge Luis Borges; El fantasma de la tía Guillermina, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amargo (1º parte), por Chabela Ximénez; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me cayeron las alas (parte 11); Sobre la astrología predictiva, por Eloy R. Dumond; Lesiones del buen escribir, por Roberto Langella; El Elegido, por María de la Paz Reyes Peña (1962-2012), por Guillem de Rubenhor; Esperando a Godot, por Ñapi; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Bruno Torfs; Lo mejor de Facebook; Los signos del zodiaco en la historia (Piscis); Onomancia; Horóscopo; Sumario de los números anteriores. Revista Spes Unica nº 27 - Enero 2013 (Comprar versión impresa) Editorial; La soledad, por Bersuit Vergarabat; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (2º parte), por Jorge Luis Borges; Tres cervezas, dos tintos y un vermouth con ginebra, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (2º parte), por Chabela Ximénez; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me cayeron las alas; Lesiones del buen vivir, por Roberto Langella; Valientes mujeres con pene, por Guillem de Rubenhor; Los signos del horóscopo chino (Rata); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Winsor McCay; Escritoras; Esperando a Godot, por Ñapi; Onomancia; Horóscopo; Sumario de números anteriores. Revista Spes Unica nº 28 - Febrero 2013 (Comprar versión impresa) Contenido: Editorial; Hic et Nunc, por Julio Cortázar; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (3º parte), por Jorge Luis Borges; Deja que te enseñe, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (3º parte), por Chabela Ximénez; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me cayeron las alas; Lesiones del buen vivir, por Roberto Langella; El silencio de Lorna, por Guillem de Rubenhor; Los signos del horóscopo chino (Búfalo); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Cristian Kocak; Esperando a Godot, por Ñapi; Onomancia; Horóscopo; Sumario de los números anteriores.
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Revista Spes Unica nº 29 - Marzo 2013 (Comprar versión impresa) Contenido: Editorial; Se apaga la vista, por Arseni Tarkovski; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (4º parte), por Jorge Luis Borges; Laureano y Eleonora, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (4º entrega), por Chabela Ximénez; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me cayeron las alas; Lesiones de astrología, por Roberto Langella; Médicos, enfermos y payasos, por Guillem de Rubenhor; El arte como ansia de lo ideal (1º parte), por Andrei Tarkovski; ¿Quimecontás?, por Mariano Liebana; Los signos del horóscopo chino (Tigre); Batman desencadenado (1º entrega), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Erwin Olaf; Esperando a Godot, por Ñapi; Onomancia; Horóscopo; Sumario de números anteriores. Revista Spes Unica nº 30 - Abril 2013 (Comprar versión impresa) Contenido: Editorial; Soneto 126, por Lope de Vega; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (última parte), por Jorge Luis Borges; La visitante, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (5º parte), por Chabela Ximénez; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Se me cayeron las alas; Lesiones del buen vivir, por Roberto Langella; Magníficos borrachos con su placentera amargura, por Guillem de Rubenhor; El arte como ansia de lo ideal (2º parte), por Andrei Tarkovski; Las Horaciones de Horacio, por Horacio Otheguy Riveira; ¿Quimecontás?, por Mariano Liebana; Los signos del horóscopo chino (Gato); Batman desencadenado (2º parte), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Sven Fennema; Onomancia; Horóscopo; Sumario de los números anteriores. Revista Spes Unica nº 31 - Mayo 2013 (Comprar versión impresa) Contenido: Editorial; Parad los relojes, por W. H. Auden; Seco estudio de caballos, por Clarice Lispector; No escaparás de ésta, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (6º entrega), por Chabela Ximénez; Marie Mollins, funámbula, por Guillem de Rubenhor; Se me cayeron las alas; El arte como ansia de lo ideal (3º parte), por Andrei Tarkovski; Las horaciones de Horacio, por Horacio Otheguy Riveira; ¿Quimecontás?, por Mariano Liebana; Los signos del horóscopo chino (Dragón); Batman desencadenado (3º entrega), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Dan Mountford; Horóscopo; Sumario de números anteriores. Revista Spes Unica nº 32 - Junio 2013 Contenido: Editorial; El murciélago rubio, por Spencer Holst; Serafín y sus mujeres, por Horacio Otheguy Riveira; La euforia, por Roberto Langella; Canelita o el paso de azúcar amargo (7º entrega), por Chabela Ximénez; Una historia de amor que viaja en tren, por Guillem de Rubenhor; Se me cayeron las alas; El arte como ansia de lo ideal (última parte), por Andrei Tarkovski; Las horaciones de Horacio, por Horacio Otheguy Riveira; ¿Quimecontás?, por Mariano Liebana; Los signos del horóscopo chino (Serpiente); Batman desencadenado (4º parte), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Maya Kulenovic; Horóscopo; Sumario de números anteriores. El Astrólogo y la Tarotista (edición única y definitiva) (Comprar versión impresa)
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Consultorio Astrológico Spesunica Curso Integral de Astrología a distancia Inauguramos nuestro curso de astrología a distancia, el cual tiene una duración de seis meses, de cuatro clases por mes, de modalidad intensiva, racional y psicológica. Por medio de este curso, el estudiante adquirirá los conocimientos específicos y completos acerca de la confección e interpretación de la carta natal astrológica, Revoluciones Solares, cartas combinadas y sinastrías, y todas las técnicas complementarias que hacen al quehacer del oficio de astrólogo. La estructura del curso es modular, mensual y correlativa; esto significa que el alumno adquirirá por adelantado su vacante mensual, la que consta de un módulo de cuatro clases, por cada una que irá recibiendo un apunte de contenidos. La correlatividad de nuestras clases apunta a que nadie podrá "saltearse" módulos, ni obviar algunos de los primeros, aunque se contara con conocimientos previos. Sin embargo, las clases serán individuales y el alumno sí podrá "saltearse" meses de asistencia, sin perder la correlatividad; es decir, al regresar al curso, hubiera pasado el tiempo que fuere, retomará desde el mismo punto donde lo dejó. Se evaluarán exámenes mensualmente, y al final del curso habrá un examen integrador. Se otorgará entonces el certificado de asistencia al curso, y de reconocimiento del egresado como astrólogo. Todos los inscriptos al curso recibirán el kit de estudio, el cual consta de todas las herramientas y contenidos necesarios, absolutamente, para la realización de este curso, tales como: Todas las clases serán dictadas por Roberto Langella Tablas de Efemérides Planetarias para los siglos XX y XXI Tablas de Casas Otras diferentes tablas Plantilla para la confección de mapas astrales Presentación del curso y apuntes nº 1, 2, 3 y 4 Carátula personalizada para ir encarpetando los apuntes Fuentes tipográficas de astrología para la computadora Todos los alumnos tendrán una clase de dos horas en un día de la semana a convenir, por el programa de videoconferencias Skype Siempre y en todos los casos los alumnos podrán resolver sus dudas y cuestionamientos vía email. Los alumnos egresados encontrarán en Spesunica una fuente de consulta personalizada, para toda la vida. Téngase presente que la suma de los apuntes irán conformando un verdadero libro, tratado de Astrología. La cuota mensual es de U$S 40.- ($ 150.– de Argentina) por adelantado, mientras que quien desee pagar el curso completo, en una o dos cuotas trimestrales, el precio final es de U$S 200.- ($ 800.– de Argentina). Para una mayor información acerca de las características de este curso, descargue libremente el artículo "Presentación, Estructura y Temario", en nuestra sección de descargas.
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A la memoria de María de la Paz Reyes Peña (1962-2012) co-fundadora de esta revista y del consultorio astrológico Spesunica. Por siempre.
Spes Unica. Año 4 nº 33. Julio de 2013 Editada por el Consultorio Astrológico Spesunica Dirección: Roberto Langella Registro de Propiedad Intelectual: En trámite. Impreso por Peecho B. V., Amsterdam, Netherlands Colaboran en este número: Horacio Otheguy Riveira; Mariano Liebana; Chabela Ximénez; Guillem de Rubenhor; José Luis García Ortego; Oscar Ramentev; Ñapi.
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