EL MARQUÉS ILUSTRADO #10 Cerro de Pasco, Abril, 2021

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REVISTA DE CULTURA Y OPINIÓN

EL MARQUÉS ILUSTRADO N°10 - Abril del 2021 - Cerro de Pasco

un vistazo al pasado

Actividades Culturales en Cerro de Pasco

Réquiem por un nobel Por Oscar Cervera Beraún

Pánico y locura en cerro de pasco Por Hunter Colqui Trinidad

Diario de un cojudo Por Juan Latino Solanas

LIBROS MÚSICA

CINE

SECCIÓN DE CREACIÓN LITERARIA


Fotografía: H. D. Chávez

editorial L

a realidad te explota en la cara. Como un globo llenado al límite se desborda y se desgarra delante de tu rostro asustado de ahogarse cuando simplemente se empapa por un instante. Ah, perdón, que ya empezó la editorial de este mes, abril, en el que es menester ponerse sentimental casi por obligación. "Si hubiese sabido que me saldrías artista, mejor me iba al Cenepa". Las palabras de mi viejo resuenan dentro de mí cuando desconecto mi línea a la realidad y garabateo por fin mis cuadernos reciclados, cosidos a mano, algunas veces bitácoras del sueño, otras bloc de notas para ideas demasiado grandes para caber en una sola hoja. Ah, la editorial... Menudo mes el de las Letras, en el que abundaron los ejercicios creativos frustrados y se brindaron los formalísimos homenajes respectivos en sendas reuniones virtuales, mixtas y semipresenciales. Acabó con una marcha en el Día Internacional de la Danza. Una marcha que pedía la cabeza del Director de la Oficina Desconcentrada de Cultura de Pasco, una cabeza que, por lo visto, se tomó demasiado en serio eso de ser una desconcentrada oficina, casi una mesa de partes con déficit de atención. Un simbólico ataúd negro, que llevaba las iniciales del susodicho, fue incinerado frente al portón del Cementerio General, en señal de escarnio por "todo el tiempo que ese señor lleva parasitando ese puesto que debería pasar a manos de alguien más capaz y con más ganas de trabajar por la Cultura, no como este opa, que no hace ni deshace por la cultura, más se dedica a...." declaraba visiblemente ofuscada una joven miembro de una asociación cultural que no resultó beneficiada en los apoyos económicos Covid-19 al sector cultura. Los que sí fueron beneficiados parecen decir desde sus asientos "el que puede puede, el que no: aplaude". Solo queda decir que el show y los aplausos, a veces única recompensa, deben continuar y si hasta el alegre cojo baila, por qué no nosotros que giramos y giramos sin marearnos, no nos faltaron las exclusivas lecciones de ballet que Madame Esther impartía solo a los que merecían el conocimiento amplio del equilibrio y el correcto manejo del peso del cuerpo en el escenario. No fueron necesarias las estrictas sesiones de meditación y expresión corporal que el maestro Reptil Flexible celebraba con sus entusiastas alumnos. No. Nuestro conocimiento empírico del espectáculo nos parecía suficiente. Con lo que sabíamos ya podíamos armar un rodeo y hacer

arriesgadas piruetas y graciosas pantomimas para alegrar a la mamita que por su rostro se notaba que sufría y sufría bien, casi como yo me siento ahora que cuando canto solo canto cosas que ponen tristes a los que sin querer alcance mi voz raspada de tantas notas ajenas llevabas al límite de la armonía. Pero casi no nos faltó nada para pensarlos creadores de un universo distinto, más colorido y más fresco. Ahora debemos aceptar que el arte también puede y debe ser sofisticado. Este mismo baile de siempre. Ese sonido de toda la vida. Esos mismos jóvenes que aparecen nuevamente a representar la Juventud, y llenan ciertamente todo de risas y ocurrencias pero difícilmente de diálogos constructivos, esos mismos jóvenes, de rostros tan parecidos, son nuevos y sonreirán con la natural picardía juvenil, aprovecharán todo hasta que el tiempo recorra un importante tramo más y les haga descubrir que hay otros jóvenes más que se pondrán felices por ellos, no hará falta que finjas estirando la boca como de costumbre, ya puedes ser tú, viejo amargado, la mente adelanta que siempre fuiste. Los protocolos son cumplidos paranoicamente por algunos y desobedecidos fácticamente por otros. Un chisguetazo por si acaso. Menos mal que los mayores ya se inmunizan. Aunque lenta en su desarrollo, la vacunación progresa y tratamos de no ponernos malos por cualquier cosa, interpretar erróneamente nuestros síntomas para diagnosticar con apuro un simple cuadro depresivo, una que puede fácilmente curarse con unas cuantas horas de sueño efectivo. El doctor me repite y me ruega que no lo llame por cualquier cosa. "Tenerle miedo a la segunda vuelta no es algo que yo pueda curarle. Deje dormir, por favor". Si solo supiera mi doctor que busco el atajo que los antidepresivos ofrecen, un atajo hacia una analgesia deseada estos días de intranquilidad. Chaupimarca caótica, entre sus vendedores de medicina tradicional, ambulantes, transeúntes cotidianos, se funde diariamente en las visiones siempre parecidas de los mismos puestos comerciales, personas que caminan, ofertas que ofrecen. En cambio, San Juan Pampa goza de una pacífica tranquilidad comparada con su bullicioso y añejo vecino...

©edicionesdelmarqués

EL MARQUÉS ILUSTRADO REVISTA DE CULTURA Y OPINIÓN N°10 - Abril de 2021 - Cerro de Pasco COMITÉ EDITORIAL

DIRECCIÓN GENERAL: H.D. Chávez, DIRECCIÓN DE PRENSA: Giancarlo Morales Pérez, REDACCIÓN: Luca Prodan, Facundo Cabral y Guisseppe Brichetti, CORRECCIÓN DE ESTILO: Carmen Aire, DIRECCIÓN DE ARTE: Bényamin Bao, ASESORÍA LEGAL: Gina Berrios Halcón, ASESORÍA ESPIRITUAL: Dra. Yénésis Estrella OFICINAS PRINCIPALES: Grau 351 - Marqués 141 - CORREO ELECTRÓNICO: elmarquesilustrado@gmail.com

Editado en Cerro de Pasco, Pasco, Perú


Fotografía: "Gato en Yauli - Bolognesi" de H.D. Chávez.

CONTENIDO: EDITORIAL, página 2. UN VISTAZO AL PASADO, página 4 y 5. RÉQUIEM POR UN NOBEL, página 6. PÁNICO Y LOCURA EN CERRO DE PASCO, página 7. DIARIO DE UN COJUDO, página 8. LA BIBLIOTECA DEL MARQUÉS, página 10. ALTA MÚSICA, página 10. CINECLUB PASCO, página 11. SECCIÓN DE CREACIÓN LITERARIA, páginas 13, 14 Y 15.


UN VISTAZO AL PASADO Fotografía: Raúl Chávez Célis

1 por: Lucía carrión

Fotografía: H. D. Chávez

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1. Actividad Cultural en Cerro de Pasco. Conjunto musical y vocalista. (60's) 2. Baile infantil. (60's) 3. Amigos músicos. (60's) 4. El predicador argentino Luis Palao junto al músico Bruse del Monte visitan la Iglesia Evangélica Peruana ubicada en el desaparecido Jr. Cuzco. (60's)


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Fotografía: "Ivy Lee"

réquiem para un nobel Por: oscar cervera beraún

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in duda Mario Vargas Llosa es nuestro más destacado literato puesto que ganó el Nobel y su excelsa obra es universal y nos llena de orgullo a los peruanos porque merecidamente fue reconocido mundialmente. Pero su incursión en la política, lo que hizo fue mermar su capacidad de analista y muchas veces sus opiniones fueron más por un sentido emocional, hasta visceral, menos objetiva; de acuerdo al momento anímico con revanchismo; sin un concienzudo análisis de la realidad nacional. En un principio, fue un militante de izquierda, no en vano mencionó: “Crecimos en un continente plagado de dictaduras militares. Además, con un apoyo explícito de Estados Unidos. Era muy difícil no ser de izquierda en mi juventud. Pero la izquierda te empujaba hacia un marxismo sectario.” ¿Pero qué sucedió entonces? "Mi ruptura con Cuba fue a finales de los 60, cuando se crearon los Umap, esos campos de concentración para contrarrevolucionarios, intelectuales y homosexuales. Era una injusticia flagrante y le escribí una carta a Fidel Castro, en la que le reclamaba. Luego vino el caso Padilla (Heberto Padilla fue acusado de perpetrar actividades subversivas contra el gobierno, y el arresto levantó una polvareda continental. Escritores como Julio Cortázar, Susan Sontag, Octavio Paz, Jean-Paul Sartre y tantos otros protestaron. Después de 38 largos días de prisión, se presentó en la Unión de Escritores y leyó una “Autocrítica”, donde se arrepintió de todo lo que escribió en su vida. Para muchos, el caso fue el fin de un romance cubano)", ese fue el punto de quiebre, manifestaba el escritor. Desde ahí, su incursión activa en la política peruana, se inicia bruscamente. El 28 de julio, Alan García presentó ante el Congreso de la República el proyecto de estatización de la banca. El “programa heterodoxo” de García exigía la reinversión de las ganancias que los empresarios habían obtenido con el aumento de la demanda para generar empleo y la economía no se detuviera. Sin embargo, los empresarios no reinvirtieron y García interpretó que lo habían traicionado. La estatización de la banca era precisamente una medida para controlar los capitales e inyectarlos a la economía. El proyecto despertó la oposición de los sectores empresariales y de la derecha política, destacando la figura de Mario Vargas Llosa entre los opositores. En el Congreso, la aprobación del proyecto demoró varios meses y un juzgado lo declaró improcedente. La estatización no llegó a ser efectiva, aunque marcó un antes y un después en el gobierno de García. La entrada de Vargas Llosa en esa campaña política “fue bastante crucial en la historia peruana”. “Los partidos políticos estaban en una debacle y la figura de Mario Vargas Llosa fue notable; entró a un debate interesante con los otros candidatos que evidenció qué tan heterogéneo es el Perú (un país con 30 millones de habitantes, 30% de los cuales son indígenas)”, explicó en ese entonces Manuel Ulloa, por cierto, en un absoluto desconocimiento de realidad migrante a la capital por la violencia interna de los 80’s. El escritor contendió por el centro-derechista Frente Democrático (Fredemo) en los comicios de abril de 1990. Tenía entonces 54 años y proclamaba tener el propósito de hacer de la política algo “limpio y transparente, como el cielo de Arequipa”, la ciudad en que nació. Vargas Llosa no logró ganar en primera vuelta electoral, sino que se fue a la segunda contra el candidato de la agrupación Cambio 90, Alberto Fujimori, quien a la larga venció gracias al apoyo de partidos de izquierda y su principal aliado pese a ser gobierno como el APRA. Con su mediático aparato publicitario pagado por nuestros míseros impuestos, no olvidemos que el spot del

Shock, fue realmente genial, según los publicistas de la época. El autor reclamó al presidente García las declaraciones públicas en su contra, como las acusaciones de que el Fredemo incurrió en gastos excesivos de campaña. Sin embargo, aceptó la derrota y años más tarde ambos frenaron los ataques mutuos. Incluso, García felicitó a Vargas Llosa por haber ganado el Nobel. “Es un enorme día para Perú”, comentó. “Creo que Mario quiso participar en esas elecciones porque se sintió comprometido. Lo hizo con responsabilidad y aceptó su derrota como pocos la aceptan”. Analistas políticos sostienen que Vargas Llosa perdió por su incapacidad para conectar su discurso con el de los sectores populares, entre otros factores, como la excesiva carga y exposición publicitaria que significo su campaña. Lamentablemente, no logró conectar con la población y un chinito, simpático y aparentemente humilde lo vapuleo y le ganó. Entonces en un afán de buen perdedor, se alejó a sus cuarteles de escritor y opinólogo del círculo literario mundial. Volvió a la palestra literaria con su famoso libro: El pez en el agua, esos años que transcurrieron desde la improvisada movilización popular de la Plaza San Martín en oposición a la política de Alan García, hasta la derrota definitiva ante Fujimori. Un libro cargado de experiencias desnudas y sinceras, sin recurrir a la ficción acompañada de la magnífica prosa de su autor, un éxito literario para don Mario. Y luego en un malestar aciago del Fujimorismo, como rencoroso perdedor y desde que se hizo público todo el andamiaje estructural de la corrupción en el Perú orquestada por el dictador, fue acérrimo crítico de dicho movimiento, es más, tanto así que, en las elecciones posteriores al decenio corrupto, fungió de “garante” de la democracia en contra de las pretensiones de la heredera del fujimorismo, Toledo, Humala y Kuczynski. Todos fueron avalados por lo que era hasta ese entonces un acérrimo enemigo del fujimorismo. Con las banalidades de la socialite europea al lado de Isabel Preysler, la ex de nada menos que Julio Iglesias, adoctrinándose de la pléyade de insensibles del jet set español, alejado de su realidad peruana, disfrutando de los placeres propios de su modelo de vida, don Mario se volvió un súbdito español, desde la nacionalidad hasta su desconocimiento de la realidad peruana. El apoyo que ahora brinda a la heredera del presidiario ex presidente, es solo la culminación de su divorcio con nuestra patria, la renuncia a sus raíces, a esa clase media limeña donde creció y se hizo hombre, a ese apego de sentir la sensibilidad de nuestra gente como tantas veces lo plasmo en su literatura. Aquella pléyade de exquisitos relatos, desviando al olvido, la Casa verde, Q.E.P.D. Tía Julia y los perros que se alejan de la ciudad, no más conversaciones en la catedral, ni preguntas a Zabalita; ¿en qué momento se jodió el Perú? Efectivamente don Mario, se jodió el Perú desde hace mucho tiempo y ni nos damos cuenta, porque somos solo costumbristas de la búsqueda de un modo escueto de vivir simplonamente sin memoria. Sabiendo toda la porquería de la corrupción que representa el fujimorismo ahora lo avalas, pese a que no defiendes nada, solo las ambiciones desmedidas de los poderosos. Pero en fin, don Mario, quédate en tu literatura, en tus historias deliciosas, pero aquellas que saben a Perú, porque como español completo no mereces opinar sobre nuestro país. Réquiem, Nobel.


pánico pánico y y locura locura en en cerro cerro de de pasco pasco 12 de abril de 2021

¡SALVEN A LAS MUJERES Y NIÑOS PRIMERO! ¡EL PAÍS SE HUNDE!.

Por: C.p.C. hunter colqui trinidad

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l día no despuntó muy bien para nadie. La loca que amaneció a mi lado ya no estaba. Su presencia acompasada de reguetón vomitado por un playslist de Spotify se esfumó por algún rincón o simplemente nunca estuvo. El dolor de cabeza era contenido por mi estupor Castillo Vs. Keiko, el grito generalizado del respetable que no sabía de qué chistera diabólica ultra satánica la ONPE había sacado esos resultados de ultratumba, de fosa común. Lo terrible vendrá después, se asomaba el augurio de mi boca pidiendo agua luego de un torrente diluviano de ron añejo y noche de conversación fácil y aburrida. Me prometí no ver el flash y lo cumplí. Quería ir a la cama sin patear nada, sin arrancar un grito a mi garganta de por sí cansada de repetir que el Perú no es república ni es nada, solo es una aldea mal gobernada donde los comerciantes y prestamistas hacen su agosto mientras otros se llevan piedras que convierten en tecnología. Lo peor ha llegado, el grito destemplado de las hordas de ambos extremos vacíos y oscuros se pelean. Unos van por las calles dándose de látigos con fajos de 100 soles, anunciando que llega el comunismo y que los que no nos sometamos pereceremos en campos de reeducación mientras cultivamos yucas y pitucas para sobrevivir en medio de la selva, acompañando el menú con un chilcano de paco pescado, a escondidas del comisario político del establecimiento de reeducación que implantarán las hordas rojas de Perú Libre. "Menos mal sé cocinar" dice el más avispado. "Seremos comerciantes, venderemos juanes en las calles de Santiago y Sao Paulo, seguramente

pelearemos con senegaleses y marroquíes los puestos de venta de piratería en las calles madrileñas". El terror puede verse en la cara de los peruanos que nunca hablan de política, que solo llenan sus bocas de fútbol como si de la más excelsa filosofía se tratara, pero que ahora se han vuelto todos unos férreos libertarios y se saben de pe a pa cómo identificar el azufroso olor de un comunista de un terruco, solo hace falta que quiera votar en contra de Madame KK y se convierte en la quinta esencia del estalinismo criollo y andino. Mientras tanto la señora que tiene la cara más dura que el frente de un T90 ruso (tanque de guerra), pasea su rostro de nausea por los canales de televisión las 24 horas al día, vende miedo, miedo con huevo montado por las mañanas para el desayuno y miedo de doble pechuga para el arroz con pollo del medio día. Los del lápiz saben que están perdidos que una cosa es la campaña y otra enfrentar al monstruo burocrático, los fierros de soporte del sistema y peor aún las fuerzas armadas parecen olfatear el marxismo por más rebajado y chicha que sea pero lo huelen a leguas. Y ese congreso, Sr. Castillo, ese congreso que parece un engendro compuesto de muchas partes unidos con los miasmas de los 200 años de no ser nada. Amanece de nuevo, la pantalla del celular advierte presuroso que es el 2021, pero por mi madrecita que viendo el lenguaje de la campaña diríamos que estamos en pleno 1961 en plena guerra fría y el trotskista Castillo se enfrenta a la representante del UNO, la hija del dictador Keiko Odría.


diario diario de de un un cojudo cojudo

por: juan latino solanas S

i usted, estimado amigo, me permite, procederé a contarle el relato de mi primera experiencia democrática. Si no es de su interés, le invito a leer otros artículos de esta encantadora revista que hoy me acoge. El día amaneció con las esperanzas de alguien nuevo en la pseudodemocracia peruana. La emoción y la ansiedad devoraban mi cuerpo: desde la punta de mis pies hasta la pelusa de mi nuca. Ciertamente era un día para mí, en el momento, importante. No eran ni las diez de la mañana y ya estaba listo para ejercer mi derecho al voto. Había apurado el desayuno —solo una taza de avena y un pan charqui— y sin siquiera despedirme de mis padres, salí de mi casa caminando entre pistas asfaltadas, calles destruidas y otras hechas de simple barro, manchando los zapatos de tinturas grises, amarillas y naranjas. La mascarilla asfixiaba mi respiración, ya desde hace tiempo contenida por la misma altura de nuestra tierra. Las capas y capas de ropa no hacían mucho para protegerme del frío. Mi andar era apresurado, no solo por la ansiedad electoral, sino también porque estaba siendo alimentado por el inmutable frío que me obligaba a mover mi cuerpo constantemente. Al llegar a la puerta de la institución donde votaría, observé una larga fila que me precedía, llena de varios personajes, un reflejo de nuestra realidad peruana: jóvenes que se negaban a servir en sus mesas de votación, ancianos tercos queriendo votar y hasta algún viejito preguntando, entre las nubes de su mente, si es que Alfonso Barrantes se presentaba en estas elecciones. Pero otro tipo de personas llamó completamente mi atención; una de ellas era una mujer con el cabello intensamente decolorado hasta llegar al tono rubio, hablaba por teléfono sin ningún medio de protección y constantemente gritaba por su aparato esparciendo su saliva por el ambiente. Cerca de ella una mamita con un bebé en su espalda tenía la mascarilla mal puesta, sin cubrirle la nariz completamente. Delante de mí un hombre la apartó para poder estornudar. El nivel de inconsciencia ya conocida me llevó a reconsiderar el horario para ejercer mi voto y conociendo que la jornada electoral duraría hasta entrada la noche decidí retirarme del local. Cuando volteé y empecé a caminar al costado de esa extensa fila que había aumentado después de mi llegada, escuché a lo largo respuestas a una sola pregunta: ¿Por quién va a votar?, ante esta, espere escuchar los nombres de los candidatos más populares, pero solo llegaban a mis oídos una sola palabra: “Por el lapicito” Es conocido que en nuestra patria hemos venido eligiendo caudillos toda nuestra mísera historia. Muy pocos conocían el nombre de los partidos y menos aún sus símbolos: la gente solamente marcaba la cara. Entonces

usted querido lector debe comprender mi asombro al escuchar a mis conciudadanos mencionar el símbolo de un partido ya manchado por la corrupción en Junín y, más aún, el no escuchar el nombre del candidato del susodicho partido. ¿Sería real ese crecimiento exhibido en las encuestas secretas tan difundidas por las redes sociales? Me negué a creerlo y lo dejé como una pequeña anécdota de mi primera jornada electoral. De manera calmada caminé hasta mi hogar, aguantando el inicio de una suave llovizna, esperando volver al local para la tarde, deseando no ver una cola tan larga como la de mi reciente incursión. Para evitarle a usted la monotonía de mi día solo le diré que regresé a la tarde a mi local de votación y lo encontré casi vacío. El trámite democrático fue de minutos en su totalidad. Para ese entonces el suceso de la mañana ya había quedado en un rincón de mi memoria, dejada de lado, dejándome llevar por la ingenuidad del pensamiento de que nunca un partido ya demostrado corrupto, en una región como Junín, podría llegar a la segunda vuelta de las elecciones. La ignorancia es hermosa pero peligrosa y yo mismo fui víctima de ella con este pensamiento tan inocente. Si la hija corrupta de un ex dictador había llegado a la segunda vuelta dos veces, y un cerdo con ínfulas de emperador magno fue presidente dos veces y si cientos de congresistas ocuparon sus curules por décadas sin hacer algo más productivo que dormir y robar, pues ya era un hecho que los pecados del partido del lapicito le parecieran a nuestra población pequeños o inexistentes. Ya dando cuenta de mi joven inocencia, habrá usted lector de asumir con certeza, la tamaña sorpresa que me lleve al vislumbrar los resultados finales. Pedro Castillo, el del partido corrupto, el profesor que en 26 años de carrera magisterial más se dedicó a la política que a la buena enseñanza y la siempre pérfida serpiente Keiko Fujimori pasaban a la segunda vuelta electoral. No pude hacer nada más que lamentarme y llegar a una conclusión venida a mí tras un pensamiento detenido de nuestra situación. El peruano no tiene memoria o si la tiene está condicionada a acciones poco beneficiosas para la patria, pero si para él. Solo se acuerda de qué candidato le da dinero, un polo o un taper, y no los crímenes de sus padres; y si el peruano no tiene memoria, pero tiene demasiada esperanza que sumada a esta falta de conciencia histórica nos lleva a la dicotomía del pendejo y del huevón, pendejos los que se enriquecen a costa de la libertad y la salud del pueblo y huevones nosotros por esperanzarnos en ellos. Tristemente al final de estas líneas, mi estimado amigo, más que pendejo o huevón, me siento un cojudo.



L A BIBLIOTECA DEL MARQUÉS

“Opiniones de un payaso” Heinrich Böll 1963 Ficción histórica

“La carretera” Cormac McCarthy 2006 Ciencia ficción apocalíptica

ALTA MÚSICA

“Esteban Albino” Jodamassa 2015 Latin folk

“Jassbusters” Connan Mockasin 2018 Soft Rock

“Have You Been Good To Yourself” Johnnie Frierson 2016 Blues, Gospel

“Bicolor” Naomi Pérez 2020 Acoustic, Folk


c i n eppaac l u b ss cc oo

“Ladrón de bicicletas'” Vittorio de Sica 1948 Neorrealismo

“El lado oscuro del corazón” Eliseo Subiela 1992 Surrealismo

“El evangelio según San Mateo” Pier Paolo Pasolini 1964 Drama religioso

“Machuca” Andrés Wood 2004 Drama social


SECCIÓN DE CREACIÓN LITERARIA


papeles viejos del perú Por: dominique dipierro FORMER AGENT OF FBI

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or encima de la fotografía se deslizaba un ácaro colorado, intentaba atravesar esa enorme distancia de centímetros hasta que sin más lo aplaste en medio de la imagen. Son viejos documentos extraídos de una bóveda polvosa, llena de información y secretos que a nadie le importan, excepto tal vez a mis ojos. Sentado desnudo sobre una silla, el detenido parece apretar los dientes conteniendo el dolor más insoportable que debe estar acabando con sus entrañas y mente. Son imágenes de un archivo fechado en el Perú de 1996. Los agentes lograron extraer esas fotos y vetustos cassettes de VHS de borrosas y deterioradas imágenes carcomidas por la humedad. Las notas que acompañan las viejas cintas hablan de fiestas orgiásticas del presidente de origen asiático que fue el señor feudal del Perú a órdenes de nuestros esforzados aparatos de seguridad nacional. Toda la documentación que se pudo sacar de las cajas fuertes de las oficinas de los servicios de inteligencia de ese país llegaron a parar a manos de agentes de distintos países, especialmente EE.UU. y terminaron perdidos en los sótanos y húmedas bóvedas. Información que no sirve hasta que alguna boca en algún lugar comienza a preguntar sobre cierto pasado de un corredor de bolsa llamado Walker Bronstein Sark. Las instrucciones eran detalladas: la ciencia de como aplicar dosis de dolor controladas en ciertos rincones del cuerpo mientras se atosigaban de preguntas al detenido. La electricidad era el instrumento, el invisible bisturí que cortaba cuerpos lentamente durante sesiones largas de disección. Se aplicó en todo el patio trasero de Norte a Sur, se trajo a oficiales de ejércitos de todo Latinoamérica para que aprendieran la ciencia del dolor, la tortura. Fujimori uso lo aprendido por los oficiales del ejército peruano en la escuela de las Américas para perseguir opositores a su régimen. W. Bronstein uso a Fujimori para despejar doce mil hectáreas de selva necesarios para chupar petróleo del subsuelo. Se tuvo que desaparecer a muchos dirigentes de la zona acusándolos de terroristas cuando apenas eran simples pescadores o agricultores de miserables metros cuadrados. Muchos de ellos no sabían ni leer ni escribir, algunos simplemente perecieron desangrados en medio del estupor y la fuga general luego de los estruendosos disparos en medio del descampado fangoso que funge de plaza del pueblito. Solo atinaron a decir que los asesinos eran gente del narcotráfico y que ese era solo un ajuste de cuentas. Luego agarraron el cuerpo de Tomasino Turpo y lo aventaron atrás de una camioneta. Su familia lo sepultó y escaparon a la ciudad más cercana. El fuerte sabor de la comida marina del Perú debería contrastar enormemente con el whisky que toma copiosamente Bronstein mientras conversa con el calvo asesor de Fujimori. Ambos aparecen en fotos en la Lima de ese entonces tomadas por los agentes que tenían pisando los talones al obeso Bronstein. Existe una cinta magnetofónica pero inservible, solo la transcripción de la conversación. El pago estaba acordado. Dado que solo era una exploración, serían veinte mil dólares mensuales no para Montesinos sino para el ingeniero Fujimori. Debían ser puestos en un sobre y el edecán de Fujimori pasaría por él todos los meses. Garantizaban a W. Bronstein que nadie molestaría sus operaciones y las fuerzas de seguridad mantendrían a raya a cualquiera que osara pasarse con los nuevos dueños de las tierras. Veinte fueron los desaparecidos en un periodo de 4 años hasta que nadie más reclamó. Todos entendieron que la petrolera era la nueva ley en el lugar. Muchos se fueron del pueblo cuando por fin W. Bronstein pudo vender los cinco pozos a una empresa canadiense. Esa misma tarde Bronstein partía en un vuelo que despegaba de una ciudad de Lima sitiada por las protestas y el descontento generalizado. Mientras los agentes del FBI recibían cajas y cajas de información que no podían clasificar, todos los peruanos que tuvieron acceso a documentación delicada la vendieron durante esos días de caos en los que el Perú se derrumbaba una vez más. Hoy Bronstein lava los dólares de la venta del oro sacado con mano de obra esclava de las selvas peruanas y hace unas semanas se reunió en Lima con un congresista electo por el partido de la hija de Alberto Fujimori. Los audios mencionan que hay muy buenos negocios que se pueden hacer si ella gana la presidencia. Mientras tanto sigo sin dejar de observar las fotografías: los ojos acabados por el terror y el miedo de los prisioneros que jamás volvieron a saber de sus familias y sus familias tampoco de ellos, desaparecieron cremados clandestinamente en los hornos de los servicios de inteligencia del Perú mientras Alberto Fujimori cenaba placenteramente con su familia a unos metros del lugar. *Nota: este es un ejercicio ficcional.


MONOS CON NAVAJITAS BROTAN DE SUS TETAS Y ME CORTAN LA CARA POR: LUCA PRODAN YANACANCHA 1993

No hay porque recordar a Gea, mucho menos cuando Vesta me escupe besos desde su sombra volando en círculos. Gaviota siniestra, yo sé que este vuelo terminará mal, estrellarse en las caderas de tus cerros hasta pesadillas sangrando escupir… No hay por qué recordar a Gea, mucho menos cuando Vesta ha dejado el aroma de su océano en la orilla de las almohadas donde naufrago en baba, en la maquinaria rota de mis pesadillas… No hay por qué recordar a Gea pero lo hago… Vesta siempre está jugueteando con mi última pesadilla, como un gato con el cadáver de un ratón… Vesta siempre se despierta antes que yo y caza la pesadilla escapando de mis oídos que derraman cera llena de Erick Satie, Coltrane y Charly García. Vesta soporta mi gusto musical hasta que de su boca las canciones brotan como la lluvia, el monzón que cae sobre el cuarto, sobre los cuerpos, sobre los poemas y las canciones… Ya no hay música, Vesta se apodera de todo con su monzón y su corazón que, lo sé, romperá el mío, pero, carajo, no hay por dónde escapar, de repente yo soy el ratón y la pesadilla. Ya con su vocecita de gorrión, me ha convencido Vesta. Arrulla las mentiras más tibias en esa lengua que saborea la nube de mi boca… Vesta sé que en tu mirada todo es efímero, incluyendo los huesos rotos de las horas que pasamos fingiendo leer nuestras mentes… Ya no sé quién eres, ni quiero saberlo…



Pintura: "La cólera de los dioses" de René Magritte.


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