COMUNICADO DE PRENSA El 4 de octubre del pasado año en la Cumbre de Alaska un hecho trágico provocó la muerte de seis guatemaltecos, varios heridos y daños y perjuicios a las familias y a la Comunidad. Las responsabilidades personales que pudiesen haber existido se resolverán judicialmente, pero la tragedia humana que resulta de los hechos, es por sobre esas eventuales responsabilidades, una responsabilidad del Estado, en el marco de la garantía de los derechos humanos de los ciudadanos. Como Jefe de Estado y de Gobierno, he asumido la responsabilidad y la obligación conforme a la legislación nacional e internacional, de buscar la plena vigencia de los derechos humanos. Cuando se dan circunstancias trágicas, sin importar si son desastres naturales o provienen de actos de personas, dolosos, culposos o sin culpa; y más cuando hay involucrados agentes del Estado, la responsabilidad gubernamental es ineludible e imperativa para atender a quienes se han visto afectados en el goce y ejercicio de sus derechos humanos y libertades individuales. Es por ello, que aún estando pendiente resolver sobre responsabilidades personales, lo cual corresponde a las autoridades judiciales, asumí como Jefe de Estado el compromiso de atender a los afectados por los trágicos sucesos. He girado por ello instrucciones al Secretario de la Paz para que apoyándose en el Sistema Nacional de Diálogo y las instituciones que considere adecuadas se proporcione ayuda individual a los parientes cercanos y dependientes económicamente de los fallecidos y a los heridos; y para que se acuerde con los afectados y los representantes de la Comunidad, obras y programas de beneficio comunitario, lo cual debe concretarse en este año fiscal. Con motivo de la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el 9 de agosto, resaltaba la connotación especial que tiene para Guatemala ese día, porque el carácter mismo de la nación, su naturaleza, su esencia, nos revela como una nación multiétnica, pluricultural y multilingüe, realidad que quedó plasmada en el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, aunque haya aún guatemaltecos, a los que les es difícil comprenderlo y aceptarlo.
La diversidad es sin duda la singularidad de nuestra Guatemala y es frente a nosotros mismos y al contexto de las naciones del mundo, nuestra fuerza, lo que debe darnos el sentido y espíritu de unidad e identidad. Pero también debemos reconocer que somos una nación en donde las desigualdades económicas, sociales, políticas y culturales son profundas, donde la pobreza y la extrema pobreza se concentran mayoritariamente en territorios habitados por los Pueblos Indígenas, afectando sobre todo a la mujer indígena. Si no afrontamos estas realidades; por omisión, por negligencia o por ausencia de pertinencia cultural, volverán a suceder tragedias como la sucedida en la Cumbre de Alaska, en donde perdieron la vida trágicamente seis guatemaltecos de las comunidades maya quichés. Al cumplirse un año de ese lamentable hecho, podemos decir que esas muertes no fueron en vano, se han mejorado los procedimientos de intervención de la Fuerza Pública, fortalecido el diálogo para la resolución de los conflictos, y se trabaja en la arquitectura institucional necesaria para la construcción de un Estado Plural, unido en la diversidad, dentro de la cual estamos implementando el Gabinete de Pueblos Indígenas e Interculturalidad.
Guatemala, 4 de octubre de 2013