Capítulo 28 CONSULTA PRECONCEPCIONAL Ibáñez LP, Fabre E
INTRODUCCIÓN La medicina preventiva es la parte de la medicina encargada de la prevención de las enfermedades basada en un conjunto de actuaciones y consejos médicos. Salvo excepciones, es muy difícil separar la medicina preventiva de la medicina curativa, porque cualquier acto médico previene una situación clínica de peor pronóstico. En los últimos años la medicina preventiva ha ido ganando gran relevancia dentro de los sistemas de salud y se aplica en el nivel asistencial tanto en atención especializada u hospitalaria como atención primaria. Tiene distintas facetas según la evolución de la enfermedad. Así se pueden distinguir tres tipos prevención en medicina: – Prevención primaria: destinada a evitar la enfermedad antes de que esta aparezca. – Prevención secundaria: cuya misión es detectar le enfermedad cuando ya ha aparecido pero de forma muy precoz, es decir, la enfermedad está en su fase inicial, y podemos detener su progresión aplicando las medidas terapéuticas disponibles para esa enfermedad. – Prevención terciaria: Es la restauración de la salud una vez que ha aparecido la enfermedad. Es aplicar un tratamiento para intentar curar o paliar una enfermedad o unos síntomas determinados. En obstetricia, la prevención secundaria y terciaria se llevarán a cabo en la consulta prenatal y en la unidad de hospitalización obstétrica, mientras que la prevención primaria es la que se realiza en la consulta preconcepcional, y es esta la esencia de la medicina preventiva. Ninguna prevención es más completa, rentable y eficaz que la realizada por el obstetra encargado de la atención preconcepcional, que tiene ante si al ser humano desde el momento de su concepción hasta el de su nacimiento, periodo en el cual tendrá lugar la génesis, desarrollo y maduración de su organismo.
Es este periodo de organogénesis es el de mayor vulnerabilidad para el embrión, comprendido entre el 17º y el 57º día después de la fecundación, es decir, las 10 primeras semanas después de la última menstruación. Por tanto, el proceso se inicia antes de que la mujer reconozca su gestación y tenga la oportunidad de acudir a un programa de asistencia prenatal, momento en le que ya es tarde para evitar el impacto que diversas noxas pueden haber tenido sobre el embrión. De ahí la importancia de la consulta preconcepcional. La principal limitación para implantar un programa de asistencia pregestacional eficaz es el alto porcentaje de embarazos que no son planificados. Las estrategias de prevención primaria utilizadas deben ser aplicadas a todas las mujeres en edad reproductiva y no sólo a aquellas que planifican su embarazo. El objetivo no sólo es dar consejo a las mujeres que acuden espontáneamente antes de iniciar un embarazo, o a aquellas que son remitidas por padecer una enfermedad crónica o por malos antecedentes reproductivos, sino también es beneficiosa para todas las mujeres que parecen estar sanas y en la que no se conocen factores de riesgo que puedan afectar a su reproducción. Es una ocasión ideal para educar a la mujer sobre las ventajas de la planificación de sus embarazos y sobre la importancia de la asistencia prenatal precoz, de su contenido y de su frecuencia. En este momento la mujer, y su familia, son particularmente receptivas a las acciones educativas para modificar sus comportamientos y su estilo de vida. La identificación de una mujer con cualquier enfermedad crónica o con hábitos perjudiciales para su salud cuando planifica un embarazo, permite tratar la enfermedad y proporcionar información para la toma de decisiones en relación con su futuro embarazo de acuerdo con los riesgos identificados, y sólo en raras ocasiones recomendar que el embarazo sea evitado. A pesar de ello se debe recordar que incluso cuando la pareja utiliza la consulta preconcepcional, no se puede garantizar que el resultado reproductivo sea el deseado. Incluso en las condiciones óptimas puede ocurrir un aborto o una malformación congénita.
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