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Manuel Ibáñez Garrote. Celador. Mª del Mar Marco. Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Sonia Mª Ibáñez Garrote. Diplomada Universitaria en Enfermería.
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EL Personal Sanitario y el Celador Sus Riesgos Laborables y su trabajo
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ISBN-10
ISBN-13
84-695-6173-1
978-84-695-6173-7
TÍTULO EL Personal Sanitario y el Celador Sus Riesgos Laborables y su trabajo
Ed/Imp 1-1
ESTADO CORR.: 31-10-2012
AUTORES: Manuel Ibáñez Garrote. Celador. Tecnico en P.R.L. Docente. Mª del Mar Marco. Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Sonia Mª Ibáñez Garrote. Diplomada Universitaria en Enfermería
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INDICE
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El Personal Sanitario y el Celador en su relación con los enfermos .............................6 Traslado y movilidad de los pacientes........................................................................7 Enfermo dependiente ...............................................................................................9 Movilización de los pacientes .................................................................................. 16 El paciente .............................................................................................................. 19 El profesional .......................................................................................................... 20 Técnicas de movilización de pacientes ..................................................................... 30 Uso y mantenimiento del material auxiliar .............................................................. 35 Actuación del el Personal Sanitario y el Celador en relación con los pacientes terminales ............................................................................................................. 41 Recomendaciones para el Personal Sanitario y el Celador ........................................ 49 Riesgos en el lugar de trabajo .................................................................................. 50 Caídas al mismo nivel .............................................................................................. 52 Caídas a diferente nivel ........................................................................................... 53 Lesiones dorso lumbares en el manejo de cargas ..................................................... 55 Contacto con sustancias químicas peligrosas ........................................................... 57 Riesgos radiológicos ................................................................................................ 59 Riesgos radiodianogticos ......................................................................................... 61 Riesgos radioterapia ............................................................................................... 62 Riesgos medicina nuclear, radio farmacia y laboratorio .......................................... 63 Referencias ............................................................................................................. 64 Riesgos de incendios ............................................................................................... 67 EPI´S ....................................................................................................................... 69
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OBJETIVOS 1. EL PERSONAL SANITATIO Y EL CELADOR EN SU RELACIÓN CON LOS ENFERMOS.TRASLADO Y MOVILIDAD DE LOS PACIENTES 1.1 Traslado de los enfermos Es el transporte del paciente de un lugar a otro de la sala o a otro servicio del hospital. El traslado del enfermo puede hacerse de varias formas, dependiendo de su estado de salud: - En silla de ruedas. - En camilla. - En la cama hospitalaria. - Por su propio pie. Se tendrá en cuenta una serie de medidas de seguridad para evitar lesiones en el paciente; para ello deberá estar bien sujeto y acomodado para evitar caídas. Así, también el traslado del paciente de la cama a la silla, o a una camilla o viceversa, debe realizarse entre varias personas para evitarle daños y evitarnos nosotros mismos lesiones al hacer manipulaciones y esfuerzos incorrectos. De igual modo se buscará la máxima coordinación del personal que movilice al paciente por los motivos anteriormente señalados. Se avisará a la enfermera si es necesario asegurar sondas, catéteres o demás dispositivos para evitar reflujos, desinserciones, etc.
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Traslado y movilidad de los pacientes A. Traslado de la cama a la silla de ruedas Depende de la colaboración o no del paciente.
Si colabora: - Se colocará el sillón cerca de la cama. - Se acercará al paciente al borde de la cama. - Se colocarán zapatillas, batines, etc. - El Personal Sanitario y el celador se colocará frente al paciente y con sus manos le agarra suavemente de la cintura, el paciente apoyará sus manos en los hombros del Personal Sanitario y el celador. Mediante este movimiento se acercará el paciente aun más al borde de la cama hasta ponerlo en pie. - Se girará al paciente y se le sentará en el sillón. - Será necesario únicamente un Personal Sanitario y el celador.
Si no colabora: - Se colocará al paciente semisentado. - El Personal Sanitario y el celador colocará su brazo por detrás de la cabeza del paciente llegando hasta su hombro y el otro brazo lo pondrá cogiendo las dos piernas del paciente llegando hasta la cintura pélvica. Con un movimiento suave y rápido el celador colocará al paciente sentado en el borde de la cama. Posteriormente podrá sentarlo agarrando al paciente por debajo de las axilas y acercándolo a la silla.
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Si hubiera dos Personales, Sanitario y celadores: - Un Personal Sanitario y el celador se colocará por detrás de la cama y le asirá al paciente por debajo de las axilas, el otro le sujetará por los pies, se le cogerá en el aire y se le sentará en el sillón o silla de ruedas (se necesitaran 2 personas que se sincronicen correctamente). - Al sentar a un paciente entre el paso de sentarlo al borde de la cama y pasar a la silla deberemos hacer una parada para evitar lo que se denomina hipotensión postural. El paciente al sentarse sufre una caída de la presión sanguínea, por lo que parando ayudamos a que se estabilice la misma. Preguntaremos al paciente sí tiene sensación de mareo y si es así esperaremos, si continua el mareo lo volveremos a tumbar y avisaremos a la enfermera.
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ENFERMO DEPENDIENTE
ENFERMO DEPENDIENTE
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SECUENCIA DEL ENFERMO DEPENDIENTE QUE SE PUEDE SENTAR
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INCORPORACIÓN A LA SILLA
DETALLE DE LA FIJACIÓN DE LA PIERNA
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B. Traslado del enfermo de la cama a la camilla Para este fin harán falta 2-3 Personal Sanitario y el celador dependiendo del estado del paciente. a. Movilización con dos personas Si el paciente colabora - La camilla se sitúa paralela a la cama. - Se frenan cama y camilla. - Se pide al paciente que se deslice de una a otra (le ayudaremos si lo necesita). - Se le acomodará y se le cubrirá con una sabana). Si el paciente no colabora - Se empleará la sabana bajera de la cama del paciente o una entremetida Para pasar al paciente a la camilla. - Las dos personas se colocarán uno a cada lado del paciente. Preferiblemente uno a la cabeza y el otro a los pies. - Se levantará al paciente con la sábana y se le deslizara hacia la camilla. - Ya en la camilla, al paciente se le acomodará y se le cubrirá con otra sábana. - Deberemos estar muy atentos al movilizar al paciente de no hacerle daño en la cabeza. b. Movilización con tres personas - La camilla se coloca con la cabecera perpendicular a los pies de la cama. - Se recogerán la sábana y mantas a los pies de la cama. - Los 3 Personal Sanitario y el celador en el mismo lado de la cama. - Uno, coloca un brazo por debajo de la nuca y otro por debajo de los hombros del paciente. - Otro, coloca un brazo por debajo de la región lumbar y otro, por debajo de las caderas. - El tercero, coloca un brazo debajo de las piernas y otro, debajo de los pies. - Vuelven el paciente hacia ellos y lo deslizan suavemente sobre sus brazos. - Al unísono levantan al paciente y lo mueven hacia la camilla y lo colocan sobre ésta suavemente. - Una vez en la camilla, se cubre al paciente con las sábana y mantas. - Si el paciente lleva sonda o goteo, un celador se encargará de su transporte pág. 13
al compás de la camilla.
C. Transporte del enfermo en camilla Los pies del enfermo irán por delante y el Personal Sanitario y el celador empujará la camilla por la cabecera. Ante una rampa o la salida de un ascensor, el proceso será contrario, el celador irá delante, estirando de la cabecera de la camilla. Para entrar al ascensor, el celador irá empujando la camilla de manera normal y será por tanto, el último en entrar.
D. Reglas básicas a seguir en el traslado de enfermos Se procurará que: - El paciente vaya lo más cómodo posible. - El paciente vaya seguro y no se caiga. - Los movimientos serán suaves y el traslado lento. - No debe abandonar al paciente. - No debe dejar al paciente entre corrientes de aire. - Espirar en el momento de realizar el esfuerzo físico. - No trabajar en contra de la fuerza. - Si fuera posible, ayudarse de otros. - Trabajar a una altura adecuada. - Intentar que el enfermo colabore en la movilización. - Utilizar puntos de apoyo exteriores. - Empujar en vez de tirar. pág. 14
- Ayudarse de medios mecánicos si fuera posible. - No realizar movimientos bruscos. - Tener conocimiento del estado del paciente y sabe en todo momento como se le puede movilizar.
E. Deambulación El acto de caminar suele constituir uno de los pasos fundamentales en la recuperación de una persona.Tras un periodo de convalecencia, en el que el individuo ha podido estar encamado, la deambulación se va realizando de una forma progresiva. Antes de comenzar la deambulación es necesario saber si el individuo soporta la bipedestación, es decir, mantenerse de pie. Dentro de las actividades que realizará el celador, en la asistencia al individuo, citamos: - Proporcionar seguridad al paciente: Tras un largo periodo sin caminar, es seguro que el paciente presente miedo a reiniciar la deambulación, por lo que debemos fomentar un ambiente seguro (libre de obstáculos). - Prestar ayudas técnicas: Podemos ayudar al paciente mediante nuestra presencia (permitiéndole que se agarre a nosotros), o bien con medios celadores(andadores, bastones, muletas, etc.).
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Movilización de los pacientes Empleamos el término movilización tanto para referirnos a los ejercicios realizados bajo supervisión de un fisioterapeuta, como a aquellas técnicas de traslado y cambios posturales de pacientes encamados.
A. Tipos de movilización Dependiendo de la capacidad de colaboración del paciente, distinguimos varios tipos:
a. Activas Son aquellas que puede realizar el paciente por sí mismo, bajo la supervisión de un profesional sanitario. En ella se mueven tanto articulaciones, como grupos musculares o zonas corporales. Para su realización, pueden emplearse distintos dispositivos, tales como pesas, poleas, etc.
Es muy importante que el celador estimule al paciente encamado a que pág. 16
movilice sus brazos y piernas, o a que realice ejercicios de contracci贸n y relajaci贸n de su musculatura.
b. Pasivas En este caso las movilizaciones son realizadas por el profesional, en los distintos segmentos corporales. Se aplica en pacientes que no pueden realizar esfuerzo.
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B. Principios básicos de una movilización A la hora de realizar cualquier tipo de movilización debemos seguir unos principios fundamentales, que determinarán la eficacia de nuestra intervención.
Dichos principios serán los siguientes: a. No hacer daño y no provocar problemas añadidos Debemos cuidar el modo en que manipulamos al individuo, para no causarle dolor, ni agravar su situación. En algunos casos, como en pacientes con tracción musculoesquelética, con catéteres intravenosos, sondas, etc., debemos manipular al paciente con cuidado, pues podemos desinsertar o romper alguno de estos dispositivos. b. Que sea cómodo para el paciente y para quien lo realiza Es preciso dosificar el esfuerzo que realizamos durante una movilización, así como el número de ellas (que deben ser las necesarias). En algunas unidades hospitalarias se realizan numerosas movilizaciones (traumatología, geriatría, UVI, etc.), por lo que es preciso economizar la energía que destinamos en ellas. Los cambios posturales suponen un gasto para el que los realiza y una molestia para quien los sufre, por tanto también debemos tener en cuenta al paciente cuando desempeñamos estas actividades. Esta intención de economizar nuestro trabajo no supone descuidar nuestras labores. c. Valoración del nivel de dificultad Debemos valorar la complejidad de la intervención que vamos a realizar, según distintos componentes: paciente, profesional, elementos sobre los que realizamos el manejo y recursos técnicos, instrumentales y humanos disponibles.
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El Paciente Tendremos en cuenta los siguientes aspectos: - Darle toda la ayuda que precise, pero nunca más de la necesaria. - Valorar la carga a desplazar (talla y peso del individuo). - Determinar el grado de incapacidad del paciente, para solicitar o no su colaboración. - La piel debe estar seca, libre de agua o sudor, para no aumentar la adherencia de la piel al tejido y así no provocar lesiones por fricción. - Agarrar al paciente por hombros, codos, cadera y rodillas. - Proporcionar seguridad en todo momento.
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El Profesional - Debe aplicar una buena técnica basada en principios de ergonomía. - Debe conocer las distintas situaciones patológicas que alteran la calidad y cantidad de movimientos en un paciente. - Debe conocer los puntos de estabilización y facilitación del cuerpo humano: Huesos temporales, hombros y escápulas, codos, crestas ilíacas, trocánteres femorales y rodillas. - Debe trabajar con una mecánica corporal correcta, como profilaxis de lesiones de espalda y para obtener un rendimiento óptimo, aplicando los siguientes puntos al trabajo: - Espalda derecha. - Base ancha de los pies. - Piernas en "postura de paso". - Brazos con puntos de apoyo (apoyando los codos en la cama). - Aprovechar la inercia de paso del cuerpo. - No pasar el cuerpo por encima del paciente. - Mantener una relación adecuada entre la estatura y la altura de la cama. - Actividad muscular protectora de la espalda, con musculatura abdominal, Paravertebral y del cuádriceps. - Valorar el número de profesionales necesario para la movilización. - Conocer y aplicar la legislación vigente en el entorno laboral, relativa al Manejo de cargas físicas.
Elementos sobre los que realizamos el manejo
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- La cama o superficie a transferir debe ofrecernos una base firme. Los colchones blandos, de agua y los somieres elásticos dificultan el manejo. - La cama o superficie, debe poder regularse en altura. Dicha altura debe Corresponderse con los trocánteres femorales (cadera). - La cama o superficie debe poder frenarse perfectamente, de lo contrario Nuestro impulso se transmitirá a la cama y no al paciente. - Debe existir espacio suficiente para poder realizar la maniobra de modo correcto. - Si el traslado se realiza a silla o sillón, el ángulo de giro óptimo es de 90º. Es Preciso buscar siempre la disposición más adecuada de los elementos. - Suprimir las barreras físicas en el manejo (barras laterales).
Recursos técnicos, instrumentales y humanos disponibles Determinar cuáles conocemos y de cuáles disponemos en nuestra unidad. - Material formativo: vídeos, publicaciones, cursos, etc. - Ayudas para el deslizamiento y movilizaciones: tablas y sistemas de deslizamiento. - Ayudas para transferencias: grúas, discos de transferencia. - Mobiliario: camas regulables, mobiliario geriátrico, sillas de ruedas.
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C. Posiciones más frecuentes a. Decúbito supino o dorsal El paciente está tumbado sobre su espalda, con los brazos y las piernas extendidos y cercanos al cuerpo, sobre un plano paralelo al suelo. Se pueden emplear elementos almohadillados en distintas zonas corporales, para favorecer el alineamiento corporal: - Bajo el cuello y hombros. - Bajo el hueco poplíteo (zona dorsal de la rodilla). - Bajo el extremo inferior de las piernas, para elevar los talones e impedir el Roce de los mismos con la cama (prevención de úlceras) o favorecer el retorno venoso (tratamiento de edemas en miembros inferiores). - En la zona lateral de los muslos, para evitar la rotación de las caderas. - Bajo las plantas de los pies, para evitar la extensión de los pies (produciéndose lo que se denomina "pie equino"). Esta posición está indicada en el postoperatorio, y se emplea en diversas exploraciones y como parte de los cambios posturales.
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b. Decúbito prono o ventral El paciente está tumbado sobre el abdomen, con la cabeza girada hacia un lado y los brazos y piernas extendidos, sobre un plano paralelo al suelo. Dado que es una posición incómoda, se pueden emplear almohadas para aumentar la confortabilidad del paciente: - Bajo la cabeza. - Bajo la zona media del torso, para facilitar la respiración. - Bajo el extremo distal de las piernas, para evitar el roce de los dedos de los pies. Se suele emplear en pacientes intervenidos en la zona dorsal y en algunas exploraciones. Dada su incomodidad para el sujeto no suele emplearse en el plan de cuidados.
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c. Decúbito lateral El paciente está tumbado (en un plano paralelo al suelo) sobre un lado de su cuerpo, con la espalda recta, los brazos flexionados, la pierna inferior ligeramente flexionada y la superior flexionada por cadera y rodilla. Se suelen colocar almohadas: - Bajo la cabeza. - Bajo el brazo y hombro superiores, para elevarlos. - Bajo la pierna superior, para elevarla y evitar el roce de ambas piernas. - Detrás de la espalda, para mantener la posición. Se emplea en técnicas tales como administración de edemas, durante la higiene y como parte de los cambios posturales.
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d. Sims, semiprona o de seguridad Es una posición similar al decúbito lateral, solo que en este caso el brazo inferior está extendido hacia atrás. Se colocarán almohadas: - Bajo la cabeza. - Bajo el brazo superior. - Bajo la pierna superior. Su principal indicación es en enfermos inconscientes, aunque también es una alternativa en los cambios posturales.
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e. Fowler El paciente se encuentra semisentado en la cama, con las rodillas ligeramente flexionadas. El respaldo se eleva 45º de la horizontal (Fowler), 90º (Fowler completa) o 30º (semi-Fowler), dependiendo de la necesidad. Se pueden colocar almohadas o cojines: - Detrás de los hombros, para facilitar la incorporación del cuerpo. - Detrás de la zona lumbar. - Bajo los brazos, para evitar la tensión de los hombros. - Bajo los huecos poplíteos. - Bajo las plantas de los pies, para favorecer la flexión dorsal del mismo. Esta posición está indicada en pacientes con dificultad respiratoria, cardiopatía y hernia de hiato (problema digestivo que produce reflujo del material alimenticio). También se adopta a la hora de realizar determinadas actividades (comer o leer) y como parte de los cambios posturales.
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f. Trendelenburg El paciente se encuentra en decúbito supino en plano de unos 30º con el suelo, con la cabeza más baja que los pies. Su indicación más importante se da en el tratamiento quirúrgico de la zona pélvica y de las lipotimias (para favorecer el riego cerebral).
g. Antitrendelenburg o Morestin Es similar a la anterior, solo que, en este caso, la cabeza está más elevada que los pies. Sus indicaciones son las mismas que las de la posición de Fowler.
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h. Roser El paciente se encuentra en decúbito supino, con la cabeza sobresaliendo del extremo superior de la cama y sin almohada. Se suele emplear a la hora de insertar catéteres venosos centrales, para realizar intubación endotraqueal (debido a la hiperextensión del cuello), o en el aseo del cabello del paciente.
i. Ginecológica o de litotomía La paciente está en decúbito supino con las piernas flexionadas y separadas. Los pies se apoyan en la cama o, si se realiza en una mesa ginecológica, se colocan sobre unos soportes especiales. Se suele emplear en partos, exploraciones ginecológicas o para realizar sondajes vesicales.
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j. Genupectoral El paciente se apoya sobre las rodillas, con el tronco inclinado hacia adelante, cruzando los brazos y apoyando la cabeza sobre ellos. Esta postura suele incomodar mucho a los pacientes, especialmente a los ancianos. En aquellos casos en los que se pueda se suele adoptar la postura de decĂşbito lateral izquierdo. Se emplea a la hora de realizar exploraciones rectales o extracciĂłn de fecalomas.
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TÉCNICAS DE MOVILIZACIÓN DE PACIENTES Los cambios posturales tienen como finalidad alternar los puntos de presión del colchón sobre la estructura ósea del paciente, evitan deformidades, contracturas, úlceras de decúbito y además mejoran la comodidad y el bienestar del paciente encamado. Las posiciones más frecuentes son decúbito supino, decúbito lateral (izquierda y derecha) y decúbito prono. Para mejorar y favorecer la posición anatómica de las diferentes articulaciones se emplearán almohadas, toallas enrolladas, quesitos, sacos de arena, etc. En todas y cada una de las movilizaciones o cambios posturales el celador se lavará las manos antes de su inicio, colocará la cama del enfermo totalmente horizontal y la frenará.
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Mover al enfermo hacia la cabecera A. Movilizaciรณn por una persona Si el enfermo puede colaborar, el celador no necesitarรก ayuda de otro. El enfermo colaborarรก flexionando las piernas, elevando la cadera y haciendo palanca sobre los talones. El paciente se agarrarรก a la cabecera de la cama e intentarรก moverse hacia ella. El Personal Sanitario y el celador ayudarรกn al enfermo, colocando un brazo por debajo de los hombros y otro por debajo de la cintura.
B. Movilizaciรณn por dos personas Cuando el enfermo no puede colaborar, la movilizaciรณn se harรก con la ayuda de dos celadores. Cada Personal Sanitario y el celador se coloca a un lado de la cama, colocando un pie delante del otro y la espalda erguida para evitar lesiones. Los Personal Sanitario y el celador entrelazan sus manos por las muรฑecas, colocรกndolas por debajo de los hombros y nuca, y por debajo de la cintura del enfermo. El movimiento hacia arriba serรก de los dos Personal Sanitario y el celador al mismo tiempo. pรกg. 31
En todo momento se tratará al enfermo con mucho cuidado con movimientos rápidos pero suaves.
C. Movilización por dos personas con ayuda de una sábana Se coloca cada celador a un lado de la cama del enfermo y utilizan, por lo general, la entremetida. Doblan la entremetida en el ancho y la cogen por las esquinas con las manos. El movimiento se realizará primero elevando ligeramente al enfermo y al unísono se elevará hacia arriba y hacia la cabecera de la cama. Una vez finalizado, se volverá a colocar la entremetida correctamente. En esta movilización hacia la cabecera de la cama debemos tener en cuenta dos aspectos: - Frenar la cama - Bajar el cabecero de la cama con ayuda de la manivela (siempre que la situación del paciente lo permita) para no realizar más esfuerzo del necesario.
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Colocarle en decúbito lateral El Personal Sanitario y el celador debe colocarse en el lado de la cama hacia donde va a movilizar al enfermo. La posición adecuada que adoptará el celador para realizar la movilización será colocando un pie por delante del otro y la espalda ligeramente doblada hacia delante. El Personal Sanitario y el celador cogerá la mano más alejada del enfermo y la colocará sobre él. Pondrá una mano en la cadera del enfermo y la otra en el hombro y traerá hacia sí el cuerpo del paciente haciéndole girar hasta dejarle apoyado sobre el costado y las rodillas. Se dejará al paciente con la pierna exterior por delante de la otra y apoyado en almohadas en la espalda para mantener la posición de decúbito lateral. Colocaremos almohadas entre las piernas, bajo el brazo que queda en la parte de arriba y bajo la cabeza. Cuidaremos la posición de la cadera para que no quede rotada.
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Colocarle en decúbito prono Se llevará al paciente a la orilla de la cama siguiendo las mismas instrucciones que para el decúbito lateral. Una vez colocado en esa posición se flexiona el brazo y la pierna más cercanos al borde de la cama, acercando el otro brazo a su cuerpo para hacerle girar sobre él y conseguir así la posición de decúbito prono. Se alineará correctamente al paciente y se le reordenará la cama.
Sentar al paciente en el borde de la cama El Personal Sanitario y el celador se coloca en el lado de la cama hacia el que se va a sentar al paciente, con un pie por delante de otro (por delante el más cercano a la cabecera de la cama) y la espalda ligeramente inclinada hacia delante, colocará una mano rodeando la cadera y otra debajo de los hombros del enfermo. Hará girar la cadera del enfermo, de tal forma que las piernas queden colgando del borde de la cama y elevará el tronco del paciente, hasta dejarle erguido. Si el paciente no es muy estable, habrá que tener cuidado y evitar dejarle sólo para que no se caiga ni para delante ni para detrás. Cuidaremos que no se maree y lo tranquilizaremos en todo momento.
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Sentar o incorporar al enfermo dentro de la cama Normalmente, la cama hospitalaria suele ser articulada así que, bastará con elevar la zona deseada. Se le colocarán al enfermo, almohadas en la espalda para que se encuentre cómodo.
Ayudar al paciente a iniciar la deambulación La deambulación debe iniciarse lo más precozmente posible y siempre bajo supervisión del médico y de la enfermera, para evitar la posible aparición de lesiones provocadas por la inmovilidad y para que el paciente recobre su independencia y sus hábitos comunes. La adaptación debe ser gradual. Se iniciará con un periodo de sedestación (sentado), después uno de bipedestación (de pie) y posteriormente se inicia una deambulación con pequeños pasos que no agoten demasiado al paciente (siempre debe conservar el equilibrio). Al principio, el celador estará atento de todos los movimientos del paciente y sirviéndole de punto de apoyo cuando se sienta fatigado. Si el paciente necesitase ayuda para andar, el celador le enseñará a utilizar las muletas o bastones o le ayudará a andar pasando su brazo por la cintura del enfermo y dando pasos a la vez que él. Las medidas de seguridad deben extremarse para evitar que el enfermo se caiga.
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USO Y MANTENIMIENTO DEL MATERIAL AUXILIAR (GRÚAS,TRANSFER, SILLAS, CAMILLAS, SUJECCIONES, CORREAS...) Se procederá de forma rutinaria al mantenimiento de los equipos para asegurar su funcionamiento. Aunque esta materia ya se ha tratado en mayor o menor medida en apartados anteriores, se trata en éste de forma más concreta.
Uso de la camilla Si para el traslado del enfermo es necesario usar una camilla, se colocará ésta paralela a la cama, poniendo el freno tanto a la camilla como a la cama. Si el paciente puede desplazarse, se le ayudará a colocarse en la camilla. Si no puede moverse se le desplazará con la ayuda de dos o tres Personal Sanitario y el celador , quienes colocarán los brazos del paciente sobre su tórax, y le sujetarán colocándole uno de los brazos bajo el cuello, otro bajo los hombros, otro bajo la cintura y otro bajo los glúteos. Inicialmente desplazarán al enfermo a la vez, a la orilla de la cama y posteriormente, de la misma forma a la camilla, donde se le colocará cómodamente, y se le tapará. Los pies del enfermo irán por delante y el Personal Sanitario y el celador empujará la camilla por la cabecera. Ante una rampa o la salida de un ascensor, el proceso será contrario, el celador irá delante, tirando de la cabecera de la camilla. Para entrar al ascensor, el Personal Sanitario y el celador irá empujando la camilla de manera normal y será por tanto, el último en entrar. Al salir del ascensor el celador abrirá la puerta y sacará la camilla por el lado de los pies (si el ascensor fuera lo suficientemente amplio, girará la camilla dentro, y saldrá tirando de la cabecera) . En todo caso, evitará al enfermo golpes de cualquier clase. Una vez en el pasillo, se situará en el lado de la cabeza del enfermo, desde donde empujará hacia delante, de tal manera que los pies del paciente sean los que vayan abriendo camino. Lo dicho para el transporte en camilla es aplicable para el transporte en cama. Debiéndose tener en cuenta que este caso nos ahorramos el paso del paciente de la cama a la camilla. pág. 36
Igualmente, debe tenerse en cuenta que las dimensiones y peso de las camas suelen ser mayores que los de las camillas, lo que debe tenerse en cuenta a los efectos de su transporte por pasillos, ascensores y rampas.
Uso de la silla de ruedas Colocaremos la silla de rueda frenada, en paralelo a los pies de la cama, sentaremos al paciente en la orilla de la misma, colocándose el celador frente a él. Se le sujetará por la cintura ayudándole a bajar de la cama, le desplazaremos lateralmente hasta sentarlo en la silla.
El transporte se realiza empujando la silla desde atrás. Para entrar en un ascensor, se deberá tirar de la silla hacia atrás desde el interior del ascensor. Para subir por una rampa con poca inclinación se pág. 37
camina como siempre, empujando la silla desde atrás, pero en el caso de una rampa inclinada, se deberá situar detrás de la silla, se inclina la silla hacia atrás y se va tirando de la silla caminando de espaldas.
Uso de la grúa de movilización Es un elemento auxiliar del que dispone el personal sanitario para movilizar al enfermo dependiente con la mayor seguridad y menor esfuerzo y riesgo de lesiones para él y para sus cuidadores. La cama debe estar frenada y colocada en situación horizontal. Debe colocarse el arnés de la grúa en la posición que sea más conveniente para ello (decúbito lateral, posición de sentado, etc.) Una vez colocado el arnés al enfermo debe ser elevado con suavidad hasta una altura conveniente de separación entre la cama y el enfermo procurando la mayor seguridad posible en el traslado; transportar al enfermo, hasta el sillón o viceversa; situar encima del sillón y descender, hasta la posición de sentado. Uno de los celadores vigilará que el paciente quede bien colocado. Son varios los tipos de grúas existentes, pudiendo destacar los siguientes: - Bipedestadores Diseñados los pacientes de mayor movilidad. El bipedestador estimula al paciente a participar en su propia transferencia, mejorando su circulación, respiración, digestión y tono muscular, al tiempo de reducir la rigidez.
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- Grúas Activas Permiten elevar al paciente para ser trasladado desde una cama, silla o silla de ruedas. Su uso es idóneo para los enfermos con dificultades para levantarse y permanecer en pie, promoviendo su movilidad.
- Grúas Pasivas Diseñadas para ayudar a enfermos con menos movilidad y pueden utilizarse en cualquier lado de la cama. Su ancho es regulable, haciendo posible maniobrar la grúa alrededor de obstáculos debajo de la cama o acercarla sin problemas a sillas, sillas de ruedas, etc., al tiempo de reducir el espacio necesario.
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- GrĂşas de techo Especialmente apropiadas para espacios limitados, puede ser la mejor soluciĂłn para residentes con poca movilidad.
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ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN A LOS PACIENTES TERMINALES El paciente terminal El paciente en estado terminal es el que sufre una enfermedad cuyo fin es una muerte próxima. La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) establece que en caso de enfermedad terminal nos encontramos con una enfermedad avanzada cuyo tratamiento no responde produciéndose la muerte del paciente, lo que provoca un relevante choque emocional tanto al enfermo como a su familia. Todos estos factores hacen que se requiera la máxima atención y apoyo a éstos por parte del personal sanitario. Es la Medicina paliativa la encargada de su tratamiento, tratando de ayudar al enfermo terminal a pasar sus últimos días con dignidad, mediante una atención continua, individual e integral (control de síntomas, cuidado físico y personal, y apoyo psicológico y emocional) que cubra todas sus necesidades sociales, psíquicas, físicas y espirituales. La familia también necesitará ayuda para poder afrontar la enfermedad del familiar formando parte activa en su evolución. Por otra parte, no hay que caer en el error de confundir los términos "paciente terminal", no necesariamente encamado, y "paciente terminal final". Así, el período, en el que el enfermo sufre las consecuencias de la enfermedad, caracterizado por progresivo deterioro de su estado físico, acabando en muerte, se denomina "agonía" que va acompañado por dolor y angustia mental, elementos que reducen considerablemente la calidad de vida del enfermo.
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A. Cuidados del enfermo terminal Los cuidados del enfermo terminal son distintos en función del problema de salud que se presente que puede ser físico (dolor, estreñimiento, náuseas y vómitos, enfermedades e infecciones en la boca, anorexia, insomnio, disnea, úlceras por presión, diarrea, incontinencia, alteraciones del tejido corneal, anuria y retención) o psicológico.
a. Físicos Dolor Se trata del síntoma más temido por éste tipo de enfermos. Su aparición dependerá de la enfermedad y suele aumentar según se acentúa esta. Su tratamiento consiste en calmantes o sedantes que eviten el sufrimiento al enfermo, aunque si éste se niega a su administración, queriendo estar consciente, se respetará su decisión. El dolor en estos pacientes surge en muchas ocasiones a consecuencia de su inmovilidad, que puede ser parcial o completa. Ayudaremos en este caso a colocar al paciente en la postura más cómoda, realizando cambios posturales cuando fuera necesario. Todos los movimientos que realicemos sobre estos pacientes deberán ser especialmente cuidadosos. pág. 42
Estreñimiento La dificultad en la eliminación de heces o emisión incompleta o infrecuente de las mismas, puede deberse a múltiples causas como la inmovilidad, trastorno funcional del colon, desnutrición, deshidratación, fuerte analgesia, vómitos, náuseas o a la propia enfermedad, provocando molestias de diferente consideración. Es importante destacar que estamos ante un problema que se puede prevenir administrando al paciente agua y zumos de frutas, laxantes, colocando una cuña al enfermo, etc. Siendo necesario en determinadas ocasiones, acudir a medidas como enemas con sonda rectal
Náuseas y vómitos Se trata de un problema que puede deberse a factores como el estreñimiento o la obstrucción intestinal. En algunos casos es secundario al tratamiento de su enfermedad. Su frecuencia se puede reducir manteniendo un ambiente limpio, agradable y sin olores aconsejando al paciente respirar profundamente y no forzándole a que ingiera alimentos. Después del vómito, se deberá realizar una limpieza profunda tanto del paciente como de la cama, realizando posteriormente, al primero una limpieza bucal.
Enfermedades e infecciones en la boca Debido a diferentes motivos, se producen alteraciones en la mucosa bucal impidiendo una alimentación correcta y pudiendo provocar alteraciones nutricionales como la anorexia, caquexia y desnutrición. Entre estas alteraciones destacamos: - Sequedad bucal: este síntoma suele estar causado por la deficiente ingesta de alimentos y puede ir acompañado de halitosis, sequedad en los labios y lengua, dolor y escozor al tragar y masticar, etc. Se puede mejorar aumentando la ingesta de líquidos. hidratando los labios, enjuagues bucales… - Infecciones: destaca la candidiasis que está provocada por hongos y caracterizada por la aparición de prurito y exudado blanco a los lados de la pág. 43
boca o debajo de la lengua. Su tratamiento consiste en la administración oral y tópica de fármacos antifúngicos. En ambos casos, es necesario una buena higiene bucal. En caso de que el enfermo utilice prótesis dental, se deberán realizar cuidados especiales.
Anorexia Se trata de una alteración en la alimentación por la cual el enfermo es incapaz de comer con normalidad pudiendo tener su origen en infecciones bucales, estreñimiento, dolor abdominal, ingestión de fármacos, fatiga, saciedad precoz, miedo al vómito, etc. Ante esta situación se alimentará al enfermo mediante pequeñas cantidades de comida debiendo ser éstas de fácil digestión, adaptándose la cantidad de cada toma a las necesidades del paciente repartiendo la comida diaria en seis o siete tomas. Cuando la situación del enfermo se agrave considerablemente se proporcionará al enfermo líquidos, y en determinados casos, será necesario administrar la alimentación de manera intravenosa. pág. 44
Insomnio Los enfermos terminales suelen presentar alteraciones en el patrón del sueño debido a múltiples factores tanto físicos como psíquicos, a saber: estrés emocional, dolor físico, miedo a dormir y no despertar, ansiedad, efectos secundarios de los fármacos administrados, alteraciones de la función cerebral, etc. El insomnio, se puede prevenir evitando las interrupciones del sueño, manteniendo un ambiente favorecedor, como por ejemplo cerrar puertas, apagar luces o evitar ruidos. El tratamiento consiste en sedantes y tranquilizantes, salvo decisión estricta del enfermo de no recibir tratamiento farmacológico. En este caso, pueden administrarse infusiones de hierbas con efecto sedante y relajante (tila, valeriana, etc).
Disnea Es la dificultad para respirar que en ocasiones va acompañada de tos, sofoco, sudor frío, etc. Suele aparecer en la fase final de la enfermedad, siendo necesario la administración de oxígeno y otros medicamentos que ayuden a mejorar la función respiratoria.
Úlceras de presión Se trata de lesiones en la piel producidas por una presión prolongada sobre una prominencia ósea. Entre sus causas más comunes están la inmovilidad, humedad cutánea, falta de oxigenación, deterioro progresivo del enfermo, etc. Se pueden prevenir mediante los cambios posturales, limpieza y sequedad de la ropa de cama, la activación de la circulación de la zona. En lo que al tratamiento curativo se refiere, se usarán antisépticos, pomadas con antibiótico, apósitos cicatrizantes, etc. pág. 45
Diarrea Se define como evacuaciones líquidas y frecuentes, generalmente debidas a una motilidad acelerada del colon, provocando en los pacientes debilidad general y espasmos abdominales, y si no se corrige, deshidratación. En su tratamiento se recomienda una dieta astringente, higiene perianal estricta y administración de medicamentos, si fuese preciso.
Incontinencia Es la incapacidad para controlar la micción o la defecación. Suele aparecer en la fase terminal o desde un principio, en enfermos con trastornos específicos o ancianos. Su tratamiento consiste en evitar la humedad mediante el uso de pañales y hules en la cama. Se establecerá una higiene perianal estricta para evitar lesiones cutáneas e infecciones. En el caso de una icontinencia total y valorando el estado físico y mental del paciente se realizará un sondaje vesical.
Alteraciones del tejido corneal Suelen estar provocadas por la acumulación de secreciones y sequedad de la córnea. A medida que avanza la enfermedad, puede producirse un deterioro en la visión que se acentúa en la fase final, volviéndose más borrosa. Para evitar este tipo de alteraciones, es importante mantener limpios los ojos del enfermo con solución salina isotónica estéril.
Anuria y retención La anuria consiste en la ausencia total de micción, característica de la fase de agonía. Suele darse debido a un trastorno urinario provocado en los enfermos terminales por el deterioro orgánico. La retención urinaria trata de la imposibilidad del paciente de orinar. Normalmente es consecuencia de una infección, debilidad, etc; excepto en casos de muerte inminente o estado muy avanzado de la enfermedad, se suele tratar con un sondaje vesical.
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b. Psicológicos Desde el punto de vista psicológico, normalmente se producen reacciones comunes entre los pacientes como rechazo, soledad, ira, enfado o depresión. Pero no todos los enfermos reaccionan de la misma manera, aunque existen dos sentimientos característicos de toda enfermedad siendo más intensos en el caso de una enfermedad terminal; nos referimos a miedo y ansiedad. Desde que el paciente toma conciencia de su enfermedad hasta que muere, se pueden dar una serie de etapas: a) Shock. En esta etapa se produce un bloqueo del paciente, al comunicarle que su enfermedad no tiene remedio. b) Negación. Se caracteriza por la negación del enfermo de su propia realidad c) Cólera. El enfermo siente rabia, enojo, enfado. El paciente exterioriza sus sentimientos, destacando entre ellos el de culpabilidad. d) Negociación. El enfermo negocia con las creencias. e) Depresión. Se trata de una etapa necesaria para aceptar la muerte, para poder elaborar el duelo. f) Aceptación.Ya no hay sentimiento de depresión. El paciente está preparado psicológicamente para morir y es la familia quien necesita ayuda para superar y afrontar la situación.
B. Actitud ante el paciente moribundo A grandes rasgos, las actitudes ante el paciente moribudo se pueden resumir en: - Vigilar constantemente al enfermo. - Si es posible, llevarlo a una habitación individual. - Mantener al paciente limpio y cómodo. - Comprobar con frecuencia el estado de la piel y las constantes vitales. - Acompañar al enfermo hasta el último momento. pág. 47
- Evitar la soledad del paciente. - Intentar calmar el dolor, colocándole en una posición adecuada. - Mantener la ropa de cama, limpia, seca y estirada. - Darle líquidos lentamente. - Procurar que el paciente pueda reposar y descansar. - Procurar que el resto de los pacientes se mantengan al margen de la situación. - Atender a las necesidades psicológicas del paciente, escuchándole y hablando con él. En este punto es importante resaltar la comunicación, entre el personal de la Institución Sanitaria y el paciente y su familia, dirigida a informarles acerca de la situación terminal. Hay que tener en cuenta que aunque el paciente esté somnoliento, también tiene percepciones. Por esta razón es relevante no sólo la comunicación verbal, que ha de ser abierta y sincera, sino también la no verbal (tacto). En cualquier caso, no se deben dar respuestas evasivas a las preguntas del enfermo o a las de su familia y deberá respetar sus creencias, intentando satisfacer las necesidades espirituales del paciente.
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Recomendaciones para el Personal Sanitario y el Celador Asumir que la profesión de Personal Sanitario y el Celador brinda a sus profesionales la oportunidad especial de ayudar y confortar al moribundo, así como de proporcionar consuelo y comprensión a sus familiares, en un momento muy difícil y de acuciante necesidad de apoyo humano. Que el Equipo de Salud se proporcione respaldo y comprensión mutuamente, ya que el asumir los profesionales de la salud (el Personal Sanitario y el Celador), la responsabilidad de un proceso terminal puede resultar sumamente estresante. Este "espíritu de equipo” incidirá directamente en la calidad de los cuidados al paciente terminal, optimizando por ello la satisfacción de sus necesidades. Animar al Equipo de Salud a escuchar (y a parecer siempre dispuesto a hacerlo) a los pacientes que deseen hablar de sus miedos y temores. Procurar una relación franca y sincera entre el Equipo de Salud y el paciente y sus familiares. No ser demasiado estrictos con las normas y protocolos de la institución donde trabajemos a la hora de aplicarlos, sino mas bien adaptarlos a las necesidades de cada enfermo. Así evitaremos la pérdida de autocontrol en el paciente y los consiguientes efectos estresantes, depresivos y de indefensión. En cuanto a dar información al paciente sobre el pronóstico de su enfermedad, no podemos negar al enfermo tanto el derecho de conocer la verdad como de no querer conocerla. Así pues, habrá que valorar si lo desea y es conveniente o no, por medio del trato directo con él, a través de sus preguntas, actitudes y también valorándolo con la familia. No se puede decir ni negar la verdad por sistema. Agilizar si estuviera hospitalizado, si el paciente y/o familia lo desean y resulta conveniente, el alta voluntaria. De esta manera el paciente puede morir en su hogar, en un ambiente íntimo rodeado de sus familiares y amigos. pág. 49
No extremar las medidas terapéuticas para alargar la vida a costa de aumentar el sufrimiento del paciente o alejarlo del contacto humano. Quizá, así, en lugar de alargar la vida se está alargando la muerte. Tener unos criterios útiles para el uso y administración de fármacos, a fin de adecuarlos a la situación de enfermedad terminal y a su objetivo de confort, teniendo en cuenta la dificultad de administración. Ofrecerle al paciente la posibilidad de ayuda religiosa en las horas finales de su vida, si así lo desea. Ayudar y orientar a los familiares en las formalidades postmortem: cumplimentación de impresos, derivación a otros profesionales (trabajador social, sacerdote, etc.). Trabajar con profesionalidad: si personalmente no deseamos plantearnos el tema, al menos como algo cotidiano en nuestro trabajo debemos aceptar que el fin de toda vida es la muerte. Esto, por supuesto, sin llegar a la frivolidad que se observa en muchos profesionales, que parecen estar tan acostumbrados que no personalizan la situación, comprendiendo el sufrimiento tanto del enfermo como de la familia.
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RIESGOS en el lugar de trabajo
Caída al mismo nivel. Caída a distinto nivel. Sobreesfuerzos. Choques contra objetos inmóviles. Choques contra objetos móviles. Atrapamientos por o entre objetos. Exposición a contaminantes químicos. Exposición a sustancias químicas (citostáticos, oxido de etileno, formaldehído, gases anestésicos, etc). Exposición a radiaciones ionizantes (equipos de radiología). Incendio.
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Caidas al mismo nivel Las medidas preventivas que adoptaremos serán: • Eliminar la suciedad, papeles, embalajes y desperdicios contra los que se pueda tropezar. • Retirar los objetos innecesarios, envases, materiales, herramientas que no se están utilizando. • Instalar suelos y escalones antideslizantes de fácil limpieza y desinfección. • Instalar drenajes para líquidos, con suelos con suficiente inclinación para evitar retenciones de líquidos en zonas con posibles vertidos. • Limpiar rápidamente la suciedad o los derrames. • Mantener las zonas de paso despejadas y perfectamente iluminadas. • Concienciar a los trabajadores del mantenimiento del orden y la limpieza de sus puestos de trabajo. • Usar calzado apropiado, con suela antideslizante y con los cordones debidamente anudados. • Marcar y señalizar los obstáculos que no puedan ser eliminados.
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CAÍDAS A DISTINTO NIVEL Las medidas preventivas que adoptaremos serán: • Asegurar todos los elementos de las escaleras de mano, colocar apoyos antideslizantes y prestar atención al ángulo de colocación y forma de utilización. • A las escaleras de mano se debe subir con precaución, siempre de frente a ellas, agarrándose con las dos manos al subir y al bajar, no llevando objetos en las manos. • Instalar barandillas en los altillos y zonas de trabajo elevadas, con listón intermedio y rodapié. • Cubrir toda abertura en el suelo o colocar barandillas. • Accesos a lugares elevados dotados de barandillas y peldaños con superficies antideslizantes.
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Sus medidas preventivas
Utilización de medios mecánicos y/o auxiliares para la manipulación y/o transporte de cargas. Solicitar ayuda de otro compañero siempre que sea necesario. Evitar doblar la espalda y adoptar posturas forzadas efectuando cambios periódicos y paradas breves. Transporte de muestras biológicas en soportes adecuados destinados para tal fin. Acogerse a campañas de inmunización establecidas para el personal sometido a riesgo. Evitar las prisas durante el manejo de las sillas de ruedas, camillas, etc., con el fin de evitar los golpes y atrapamientos. Utilizar técnica correcta para movilización de enfermos y manipulación manual de cargas.
¿Qué lesiones se producen al manipular cargas? Los huesos, articulaciones y músculos pueden dañarse al someterlos a un esfuerzo mayor del que pueden soportar. Este esfuerzo es debido no sólo al peso a levantar o transportar, sino también a la forma en que se realiza la tarea.
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LESIONES DORSOLUMBARES EN EL MANEJO DE CARGAS Pueden producirse en tareas de manipulación manual de cargas:
Forma incorrecta. Superar la capacidad física del trabajador. Realizan de forma repetitiva durante un tiempo prolongado.
Evaluar la carga de trabajo Evaluar:
Compruebe el peso. Determine el agarre óptimo. Analice que el recorrido esté libre de obstáculos. Verifique si se pueden utilizar medios mecánicos de elevación y transporte. Valore la necesidad de utilizar equipos de protección individual: guantes, calzado de seguridad, etc.
Técnica de elevación y transporte
Aproximarse a la carga. Apoye los pies firmemente separándolos a una distancia igual a la de sus hombros. Agáchese doblando las rodillas para recoger la carga. Coja la carga por la parte más segura y sujétela de forma equilibrada. Mantenga la espalda recta durante toda la maniobra. Levante suavemente la carga enderezando las piernas. No realice tirones bruscos. Mantenga la carga lo más próxima posible a su cuerpo con los brazos extendidos. Si el peso o las dimensiones de la carga son excesivos, pida ayuda a un compañero. pág. 55
A la hora de transportar, es mejor empujar que tirar de la carga. Deslizar un objeto requiere menos esfuerzo que levantarlo. Revise que la superficie sobre la que va a realizar el desplazamiento de la carga sea lo más lisa posible. Utilice medios mecánicos siempre que pueda (traspaletas, carretillas, mesas móviles, carritos, etc.).
CAÍDAS DE OBJETOS Las medidas preventivas que adoptaremos serán: • Prestar atención a la capacidad de carga nominal del medio de elevación y al equilibrado de los materiales. • No permitir que se supere la capacidad de carga de las estanterías. • Establecer la prohibición de situarse debajo de las cargas suspendidas. • Información del uso correcto de los medios de elevación y transporte de cargas. • Garantizar la estabilidad de los apilamientos, sujetar o anclar firmemente las estanterías a elementos sólidos, colocando las cargas más pesadas en los estantes bajos. • Realizar mantenimiento periódico de los equipos (carretillas, transpaletas, montacargas, etc.).
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CONTACTO CON SUSTANCIAS QUÍMICAS PELIGROSAS Las medidas preventivas que adoptaremos serán: • Utilizar sustancias con las mismas propiedades pero que sean menos peligrosas. • Almacenar los productos químicos en lugares adecuados, bien ventilados, señalizando su ubicación y manteniéndolos en sus envases originales. • Exigir al fabricante las fichas de datos de seguridad de los productos. • Establecer un plan de acción para la utilización de los productos: métodos de trabajo, protecciones colectivas, individuales, almacenamiento, higiene y limpieza antes, durante y después de la utilización. • Evitar el contacto con la piel utilizando guantes, mezcladores, paletas, sistemas cerrados, homogeneizadores. • Disponer y utilizar los equipos de protección individual, con marcado CE, según las prescripciones de uso de éstos y la ficha de datos de seguridad de los productos. • Disponer de métodos de neutralización, recogida de derrames, y de eliminación de residuos. • No emplear serrín para absorber líquidos inflamables. • No verter a la red general de desagües sustancias peligrosas o contaminantes sin tratar. • Mantener los recipientes cerrados. • Cubrir los cortes y heridas con vendajes impermeables.
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RIESGOS RADIOLOGICOS Aplicar los principios del Sistema de Protección Radiológica propuestos por la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP): Los diferentes tipos de actividades que implican una exposición a las radiaciones ionizantes deben estar previamente justificados por las ventajas que proporcionen, frente al detrimento que puedan causar. Las dosis individuales, el número de personas expuestas y la probabilidad de que se produzcan exposiciones potenciales, deberán mantenerse en el valor más bajo que sea razonablemente posible, teniendo en cuenta factores económicos y sociales. La suma de dosis recibidas y comprometidas no debe superar los límites de dosis establecidos en la legislación vigente, para los trabajadores expuestos, las personas en formación, los estudiantes y los miembros del público. Esta limitación no se aplica a ninguna de las exposiciones siguientes: - La exposición de personas durante su propio diagnóstico o tratamiento médico. - La exposición deliberada y voluntaria de personas, cuando ello no constituya parte de su ocupación, para ayudar o aliviar a pacientes en diagnóstico o tratamiento médico. - La exposición de voluntarios que participen en programas de investigación médica y biomédica. En el área médica y de acuerdo con la legislación europea y nacional se deben establecer requisitos relativos a: Funciones, responsabilidades y cualificaciones del personal involucrado en las instalaciones médicas Equipamiento Procedimientos Prácticas especiales pág. 59
RIESGOS RADIOLÓGICOS En las instalaciones sanitarias se pueden presentar los siguientes tipos de riesgos radiológicos: Irradiación externa. Contaminación radiactiva, que puede ser interna o externa
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RIESGOS RADIODIAGNOSTICO En Radiodiagnóstico son fuentes de radiación todos los equipos dotados de tubo de rayos X cuando éste está en funcionamiento. Se pueden especificar como:
Radiografía convencional. Radiografía y fluoroscopio. Radiografía con equipos móviles. Radiografía y fluoroscopio con equipos móviles. Radiología intervencionista. Mamografía. Radiografía dental. T.C.
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RIESGOS RADIOTERAPIA Las fuentes de radiación son, en general:
Equipos de rayos X para terapia. Equipos de rayos X para simulación de tratamiento. Equipos de tele cobaltoterapia. Irradiadores isotópicos de muestras biológicas. Aceleradores de electrones. Emisores beta y gamma usados en braquiterapia, que pueden encontrarse en:
- gammateca. - radioquirófano. - salas de tratamiento y área de hospitalización de Braquiterapia.
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Medicina Nuclear, Radiofarmacia y Laboratorios
Las fuentes de radiación son los radionúclidos, emisores de radiación beta y/o gamma, que se encuentran en las siguientes áreas:
Cámara caliente. Sala de preparación de monodosis de radiofármaco lista para su uso (en adelante, “monodosis”) y muestras. Sala de administración de monodosis. Laboratorios. Áreas de adquisición de imagen. Sala de espera de pacientes a los que se les haya administrado radiofármacos. Habitaciones de hospitalización de radioterapia metabólica. Aseos para pacientes a los que se les haya administrado radiofármacos. Almacén de residuos. Unidades de Radio farmacia. Unidades de producción de radionúclidos de vida corta.
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REFERENCIAS Este Manual ha sido revisado tomando como referencia los siguientes documentos: Manual General de Protección Radiológica. Instituto Nacional de la Salud. Ministerio de Sanidad y Consumo. Publicación INSALUD nº 1627(1995) Ley 25/1964 sobre Energía Nuclear (BOE, 4 de Mayo de 1964). Ley 15/1980 de Creación del Consejo de Seguridad Nuclear (BOE, 25 de Abril de 1980). Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (BOE, 10 de Noviembre de 1995). Ley 14/1999 de Tasas y Precios Públicos por servicios prestados por el CSN (BOE de 5 de Mayo de 1999, rectificado BOE 2 de Junio de 1999). Real Decreto 1132/1990 sobre Protección Radiológica de las Personas sometidas a exámenes y tratamientos médicos (BOE, 18 de Septiembre de 1990) Real Decreto 1891/1991 de Instalación y utilización de aparatos de Rayos X con fines de diagnóstico médico (BOE, 3 de Enero de 1991). Real Decreto 39/1997de Reglamento de los Servicios de Prevención (BOE, 31 de Enero de 1997). Real Decreto 220/1997 de Creación y Regulación de la obtención del título oficial de Especialista en Radiofísica Hospitalaria (BOE, 1 de Marzo de 1997). Real Decreto 412/1997 de Solicitud para la obtención del título de Especialista en Radiofarmacia (BOE, 16 de Abril 1997). Real Decreto 413/1997 sobre Protección Operacional de los trabajadores externos con riesgo de exposición a radiaciones ionizantes por intervención en zona controlada (BOE, 16 de Abril 1997). Real Decreto 1841/1997 por el que se establecen los criterios de calidad en Medicina Nuclear (BOE, 19 de Diciembre de 1997). Real Decreto 1566/1998 por el que se establecen los criterios de calidad en Radioterapia (BOE, 28 de Agosto de 1998).
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Real Decreto 1976/1999, por el que se establecen los criterios de calidad en Radiodiagnóstico (BOE, 29 de Diciembre de 1999). Real Decreto 1836/1999de reglamento sobre instalaciones nucleares y radiactivas (BOE, 31 de Diciembre de 1999
Real Decreto 815/2001 sobre justificación del uso de las Radiaciones Ionizantes para la Protección Radiológica de las personas con ocasión de exposiciones médicas (BOE, del 14 de Julio 2001). Real Decreto 783/2001 por el que se establece el Reglamento de Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes (BOE, 26 de Julio de 2001). Instrucción de 31 de mayo de 2001, del CSN nº IS-01 por la que se define el formato y contenido del carné radiológico regulado en el RD 413/1997. BOE 18 de enero de 2002 por el que se corrigen los errores de la IS-01. Guía de Seguridad nº 7.3 (Rev. 1) del Consejo de Seguridad Nuclear. Bases para el establecimiento de los Servicios o Unidades Técnicas de Protección Radiológica. 1998. Guía de Seguridad 7.4 (Rev.2) del Consejo de Seguridad Nuclear. Bases para la vigilancia médica de los trabajadores expuestos a las radiaciones ionizantes. 1998 Guía de Seguridad 9.2 del Consejo de Seguridad Nuclear. Gestión de materiales residuales sólidos con contenido radiactivo generados en instalaciones radiactivas. 2002 Directiva 96/29/EURATOM. Normas Básicas para la Protección sanitaria de los trabajadores y de la población contra los riesgos que resultan de las radiaciones ionizantes (DOCE L 159 del 29 de Junio de 1996). Directiva 97/43/EURATOM. Protección del paciente (DOCE L 180 del 9 de Julio 1997). CE. Colección Protección Radiológica nº 91. 1997. Criterios para la aceptabilidad de instalaciones radiológicas (incluyendo radioterapia) y de Medicina Nuclear. CE. Colección Protección Radiológica nº 97. 1998. Protección Radiológica después de terapia con yodo 131. CE. Colección protección Radiológica nº 100. 1999. Guía para la protección del feto y de los niños pequeños irradiados debido a la exposición médica de sus progenitores.
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CE. Colección Protección Radiológica nº 109. 1999. Guía sobre los niveles de referencia para diagnóstico (NRD) en las exposiciones médicas. CE. Radiation Protection nº 116. 2000. Guidelines on education and training in radiation protection for medical exposures. CE. Colección Protección Radiológica nº 118. 2000. Guía de indicaciones para la correcta solicitud de pruebas de radiodiagnóstico por imagen. IAEA. TECDOC. 796. 1995. Radiation doses in diagnostic radiology and methods for dose reduction.
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RIESGO DE INCENDIO Las medidas preventivas que adoptaremos serán: • Disponer sólo de la cantidad necesaria de materiales inflamables y combustibles para el trabajo del día, el resto estará en almacén o locales independientes aislados y ventilados. • Prohibir fumar en todo el recinto. • Señalizar y dejar libres las salidas de emergencia. • Debe limitarse la distancia a recorrer desde cualquier punto de un sector a alguna de las salidas • Instalación eléctrica antideflagrantes en zonas donde exista riesgo de atmósferas inflamables.
• Revisar y mantener las instalaciones eléctricas, aisladas y protegidas. • Instalar sistemas de detección y alarma. • Todo el personal del centro sanitario debe conocer el plan de emergencia y evacuación implantado en el centro, así como la ubicación y funcionamiento de los equipos de extinción. • Colocar extintores de incendio adecuados a la clase de fuego, mantenimiento de los equipos contra incendios y periódicos ejercicios de evacuación simulada.
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EPI´S El Personal Sanitario y el celador Las medidas de protección individual son las siguientes:
Guantes (ya sean estériles o no) Mascarillas Protecciones oculares Batas o delantales
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