Barrio de las artes by S.O.S. Casco Antiguo

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artes

“El Arte es la firma de la civilización” Beverly Sills

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INTRODUCCIÓN <<El Arte da al hombre la experiencia de vivir en un mundo donde las cosas son como deberían ser. Esta experiencia es de crucial importancia para él: es su salvavidas psicológico. Dado que la ambición del hombre no tiene límites, dado que su búsqueda y logro de valores es un proceso que dura toda la vida —y cuanto más elevados los valores, más dura es la lucha—, el hombre necesita un momento, una hora, cierto período de tiempo en el cual pueda experimentar el sentido de su tarea determinada, el sentido de vivir en un Universo donde sus valores hayan sido exitosamente realizados. Es como un descanso, un momento de repostar combustible mental hacia nuevos logros. El Arte le da este combustible, un momento de alegría metafísica, un momento de amor por la existencia. Como un faro, alzado sobre los oscuros cruces de los caminos del mundo, diciendo “Esto es posible”>>. —Ayn Rand— Necesitamos el Arte. Es parte de nuestro ser, tan unido a él como los brazos y las piernas, las ideas o las entrañas; es nuestro sello de identidad, la huella indeleble de la civilización, la marca de la humanidad. Basta con hacer un sencillo ejercicio de memoria histórica y el Arte acudirá para explicarnos nuestro paso por el mundo. Desde las pinturas rupestres a las faraónicas obras arquitectónicas de nuestros días, desde la sencillez del grabado de pueblos primitivos a la sofisticación de las impresiones en 3D, desde la ingeniosa simpleza de los primeros trazos a la fascinante complejidad de los maestros del óleo, la música o la escultura; del grabado sobre piedra a la realidad virtual. Bien pudiera medirse la grandeza de un pueblo o de una nación por el logro de sus artistas. Así, el Arte forma parte intrínseca del hombre, una meta más allá de las necesidades cotidianas. Es la realización sublime de la persona, y el anhelo de muchos aquellos que no pueden alcanzarla. La música, la pintura, la escultura, el cine, la danza, la escritura, la fotografía… son parte de la expresión humana, y como tal deben tener su lugar en nuestra sociedad. Negar el Arte, ningunearlo, es darle la espalda

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a la humanidad, es negarnos o ningunearnos a nosotros mismos. Es más, el Arte, al igual que la lectura o el simple hecho de viajar y conocer el extenso mundo, nos proporciona una de las herramientas más eficaces para ser mejores personas, para enterrar prejuicios, para comprendernos y ubicarnos, como dice Ayn Rand, en el vasto Universo. Debido a esto, decimos que el Arte debe ser entendido como un servicio público, un bien común que, indefectiblemente, forja sociedades sanas y amables, sociedades mejores. El Arte no sólo crea; el Arte cura, el Arte rehabilita. Por ello, desde S.O.S. CASCO ANTIGUO, apostamos por el Arte como una medicina necesaria para la sociedad, pero también como el bálsamo ideal para sanar este cuerpo enfermo que es el centro histórico de nuestra ciudad, un paciente postrado que lleva sufriendo en lecho de la decadencia desde hace demasiado tiempo. Badajoz necesita al Arte, el Casco Antiguo necesita al Arte, y lo necesita con urgencia. ¿Pero qué necesita concretamente? Es la pregunta que debemos hacernos a continuación. El Arte es inmenso, demasiado amplio como para lanzar tal proposición y no sentir la necesidad de explicarla. Sería muy sencillo —demagogia pura— quedarnos en el eslogan, en el titular vacuo: “Necesitamos Arte”, y caer en la tentación de cubrir el expediente pensando en el museo, en la aséptica galería de exposiciones, blanca, espaciosa, con hilo musical y guarda de seguridad aburrido en la puerta. Podríamos creer que hablamos de festivales de música en entornos llamativos o ciclos cinematográficos en terrazas de verano, de charlas en salones históricos o ágapes con invitados ilustres. Pero no, no caeremos en la trampa de la comodidad, en el enfoque obvio, simplón y obtuso. Resulta tan sencillo como costoso importar el Arte, abonar el pertinente caché, solazarse en la pomposidad del evento puntual con el artista debidamente recompensado; “Yo traje a Leonard Cohen”. No. No se trata de comprar el fruto del Arte, de pagar la mercancía al precio que indica el mercado de valores. Se trata, en definitiva, de preparar el terreno, de aportar el agua y los nutrientes necesarios para que nuestra semilla prospere, crezca y madure. Se trata de generar las condiciones necesarias para que el ‘árbol del Arte’ dé su fruto, para que nuestra ciudad, y concretamente su barrio más histórico, sean el jardín. Apostamos por ofrecer un entorno flexible, fértil, un entramado de calles y espacios que no sean exclusivos del espectador, del visitante, del curioso, del fervoroso amante del arte; un intercambiador entre artistas y profanos, vivero donde el creador también pueda crear y no sólo exponer, donde poder investigar, compartir ideas, alimentarse, estudiar, trabajar, parir; un micro-universo multifunción que sirva a la generación de frutos y a la exposición de los mismos, pero donde también tengan cabida las reglas y las necesidades del propio artista, respetuoso con su labor y su independencia. Un lugar donde la Administración sea actora y mecenas. Apostamos por dotar de espacios a un servicio público, tan necesario como los hospitales, las líneas de autobuses o la recogida de residuos; un servicio público que está llamado a mejorar nuestra sociedad, nuestro barrio, nuestra ciudad, y a generar riqueza en el amplio sentido de la palabra. Un nuevo motor que requiere esfuerzos y fe. De este modo no sólo estaremos creando algo bueno, necesario y hermoso, sino que además su fruto retroalimentará a nuestra sociedad, la hará mejor, más humana y, al tiempo, servirá como herramienta rehabilitadora del tejido urbano más degradado.

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REFLEJOS “No basta con oír la música; además hay que verla” —Igor Stravinski—

El Arte es atemporal —siempre estuvo ahí—, ya como expresión de la propia naturaleza, poderosa y salvaje, ya acompañando al hombre en cada una de sus etapas, pero, a pesar de su cualidad de eterno, necesita un espacio particular. Desde el lienzo y el bastidor, la pared de roca o el barro cocido de un jarrón hasta las recurrentes y aseadas salas de un museo, y aun la ciudad entera puesta al servicio de la expresión urbana; desde el pequeño taller, diminuto universo hecho al capricho del artista, hasta los grandes centros culturales donde se aglutinan, en colmena, manos y mentes. Sin espacio el Arte es imposible. Es el pulmón que contiene el aire. Por eso, cada sociedad ha habilitado lugares para la contemplación artística, para su admiración y disfrute, pero además, y en no pocas ocasiones, ha dado un paso más dotando a sus ciudades de espacios de creación, ágoras donde intercambiar ideas y tendencias, donde investigar y expresarse. Cuanto más sensible y avanzada la sociedad, cuanto más culturizada, mayor es el espacio destinado a tales fines. Así lo demuestran, en el contexto de sus respectivos tiempos, las grandes civilizaciones de la antigüedad y aquellas otras sociedades que, sin ostentar la simplona tipificación de “ricas y poderosas” supieron alcanzar elevadas cotas de bienestar social. Así lo demuestran las grandes capitales culturales de nuestro tiempo, aquellas que se cuidan de buscar con ahínco un progreso real basado en el conocimiento y la educación. Porque el Arte es también, y fundamentalmente, una expresión cultural, un ejercicio de sanidad social que nace de la propia inquietud del alma. El Arte es la pregunta y la eterna búsqueda de la respuesta. El Arte es la búsqueda de la perfección. Así, desde la antigüedad, el hombre ha reservado estos espacios para cuestionar, para crear e investigar, para tratar de dar respuesta a tanto interrogante. Por eso el arte es vida y es muerte, es creencia, pasión, cuerpo y alma, es música y danza, visión, manos y mente, pluma y papel…; es un eterno viaje, un altar de bendita vanidad que a todos enriquece. El Arte es sublime porque es la realización del ser. Es creación. Y nada tiene una finalidad más elevada que la propia creación.

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De Egipto y Mesopotamia a la Grecia clásica, del Renacimiento al Extremo Oriente, de las civilizaciones amerindias a los recónditos rincones del África o la Polinesia, en definitiva, desde la remota humanidad y hasta nuestros días, siempre hubo un taller de artista, una academia, un obrador, una factoría, una escuela. Fuera en un taller clandestino en los oscuros tiempos de la Edad Media, en un próspero barrio de la Florencia de los Médici o en una fábrica reconvertida en la cosmopolita Berlín de nuestro siglo, el Arte reclama su espacio y la sociedad debe entregárselo. Porque vivir de espaldas al Arte es vivir de espaldas a la vida. Pero dejemos la filosofía aparte y centrémonos en ejemplos tangibles y cercanos. Busquemos nuestros ejemplos para que así nos ilustren. Miraremos a Lisboa, capital europea del arte urbano, donde la Administración ha cedido gratuitamente espacios públicos, tapias y fachadas, para que sirvan de lienzo a los artistas de la calle. Es el modo espectacular e inmediato de transformar la ruina en patrimonio, el polvo en riqueza, las grietas del olvido en el mayor museo urbano europeo al aire libre, y que han terminado por hacer de la ciudad un espacio sugerente, transgresor, atractivo, mágico e innovador. https://www.visitportugal.com/es/content/arte-urbano-en-lisboa

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Santiago de Compostela y Salamanca, capitales europeas de la cultura, título que les ha permitido proyectarse internacionalmente como focos culturales y artísticos, más allá del innegable valor patrimonial de ambas. Así, estas afamadas ciudades de la geografía española han logrado transformar sus estructuras culturales y, durante todo un año, ser el referente artístico de Europa. https://ec.europa.eu/programmes/creative-europe/actions/capitals-culture_es

Barcelona y sus fábricas de arte, verdaderos centros de investigación, desarrollo e innovación artística, que han mudado las entrañas de viejas factorías y hangares abandonados para convertirlas en auténticos bastiones de la cultura, de la educación, del ocio sano y enriquecedor que toda sociedad necesita. http://poblenoucrea.cat/es/zona-factoria-d%E2%80%99art

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BilbaoArte, un centro de producción artística dependiente del Ayuntamiento, que pone a disposición de los artistas residentes los medios e infraestructuras necesarias para el desarrollo de sus propuestas, y cuyo objetivo es la profesionalización del tejido artístico bilbaíno, ofreciendo las infraestructuras y el equipamiento moderno necesario para lograr tal fin. https://bilbaoarte.org/

Oporto y su Barrio de las Artes, con la Rúa Miguel Bombarda como el estandarte de una ciudad llena de arte y diseño, de artistas emergentes, de jóvenes creativos y propuestas alternativas. https://www.diariodelviajero.com/recomendaciones-de-la-casa/miguel-bombarda-la-calle-con-mas-arte-de-oporto

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Y qué decir de la humilde Montemor-o-Novo y su Oficina do Convento, nombrada centro de creación y desarrollo de la UNESCO; todo un espejo en donde mirarnos. A menos de ciento cuarenta kilómetros de nuestra ciudad, Montemor-o-Novo se ha convertido en un referente internacional del mundo artístico. Su Oficina do Convento es un fascinante espacio a la medida del artista, flexible y transgresor, carente de limitaciones; un lugar de investigación e intercambio de ideas que prospera entre los muros de un convento del siglo XV, rehabilitados por los propios artistas para su nuevo fin. Los objetivos de este semillero de artistas son la propia recuperación y reestructuración del edificio para crear las condiciones necesarias para la investigación, difusión, formación y producción de las artes, la cultura y la conservación del patrimonio; servir de apoyo al desarrollo cultural y material en estrecha colaboración con las autoridades locales, órganos y personas, públicas o privadas, nacionales o extranjeras; y promocionar la formación artística y profesional sirviendo de taller y aula. http://www.oficinasdoconvento.com/

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LO NUESTRO “El arte no es un espejo para reflejar el mundo, sino un martillo con el que golpearlo” —Vladimir Maiakovski—

Toca hablar de Badajoz, de aquello que nuestra ciudad puede y debe ofrecer. Porque Badajoz es ciudad de artistas y de Arte, así, con mayúsculas, aunque la luz fluorescente de sus mudas galerías y los fuegos de artificio de las innumerables verbenas puedan cegarnos. Hay vida más allá de las escuetas noches en blanco, de los festivales importados, de las exposiciones solitarias de Vaquero Poblador. Porque Badajoz es y será, siempre, cuna de artistas. He aquí nuestro mayor valor: la semilla. Pero la ciudad también es fértil en rincones que atesoran y cultivan el Arte, una red de espacios que teje sus sensibles hilos con mayor intensidad en nuestro amado Casco Antiguo, limitando con áreas necesitadas de rehabilitación y marginadas por décadas de olvido. Así, en un espacio más o menos concentrado, delimitado por la avenida Joaquín Costa y la calle San Juan, podremos encontrar la Escuela de Artes y Oficios, el Conservatorio Superior de Música, el Museo de Bellas Artes y el de la Ciudad, el futuro espacio cultural de Santa Catalina, La Galera, y un número nada despreciable de talleres, salas, claustros, galerías y áreas culturales que conforman, en su conjunto, una espléndida oportunidad de dar sentido a nuestro proyecto de un Barrio de las Artes. Es en este entramado de calles donde el Arte debe ser potenciado, desatado, liberado del cautiverio de salas y museos para tomar las plazas, colmar los locales vacíos que hieren nuestro barrio, conformar un motor diferenciador que genere riqueza cultural, que nos esculpa como una sociedad mejor y más amable. Por ello apelamos al servicio público del Arte, al deber de la Administración de ampararlo, promoverlo y sustentarlo. Apelamos a la fe, a ese “esto es posible”, en palabras de Ayn Rand; ese faro alzado sobre los oscuros cruces de los caminos del mundo, donde las cosas son como deberían ser.

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Badajoz debe creer que un Barrio de las Artes es posible y debe apostar por él sin mostrar miedo, del mismo modo en que ya lo hicieran con acierto las grandes urbes cosmopolitas, pero también aquellas otras más humildes y audaces que decidieron, sin complejos, dejarse mecer por las musas de las artes.

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EN EL CORAZÓN DEL BARRIO DE LAS ARTES “Cualquier forma de arte es una forma de poder; causa impacto, puede influir en los cambios: no sólo puede cambiarnos, sino que nos hace cambiar.” —Ossie Davis—

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Podríamos enumerar una cantidad importante de espacios dedicados al Arte dentro del Casco Antiguo de Badajoz, y a éstos sumar otras tantas instalaciones necesarias para dotar de consistencia nuestra propuesta de Barrio. Es notoria la existencia, en una zona concentrada, de museos, escuelas, talleres, galerías, salas de concierto y conservatorios de música, pero también de calles con un sabor especial, rincones coquetos, recogidos, plazas hermosas, y locales y edificios llenos de posibilidades a los que sumar un sector servicios nutrido y diverso. Así, en el entorno, encontraremos una amplia oferta hotelera (citaremos, por su impacto en la zona y su importancia, el futuro hotel de las Tres Campanas), edificios singulares con enormes posibilidades (reseñamos especialmente el Edificio La Giralda), patrimonio histórico, cultural y religioso que en no pocas ocasiones ha servido de escenario a las Artes, como es el caso de la Plaza Alta o la propia Alcazaba, locales de restauración, un incipiente comercio diferenciado —calle de La Soledad, Francisco Pizarro y Meléndez Valdés—, parkings, bibliotecas, servicios públicos… La red que tratamos de tejer para el lector de este anhelo es compleja, rica y sugerente, pero adolece de un mal al que se ha de poner remedio: de algún modo los espacios que la conforman no han sabido comportarse como partes de un todo, caminar de la mano, retroalimentarse. Y ello es debido a la ausencia de una concepción de barrio, a la inexistencia de un plan maestro que dé sentido a cada espacio y, por qué no decirlo, a la falta de una apuesta real y comprometida por parte de la Administración Local. Porque, no nos engañemos, el Arte, como tal, entendido en su origen y no sólo en la proyección inmortal de sus eternos triunfadores, es un ente hambriento, ninguneado, desprestigiado, objeto del más atroz escepticismo por parte de la mayoría de la población. En su origen casi es un acto de fe, un superviviente hecho a sí mismo, incubado en cuchitriles y humildes talleres, en la soledad de una habitación o en la colectividad de un aula de pago, más propio de inquietudes que deben ser compaginadas con otros deberes de mejor prensa que como una esencia que deba ser preservada de la contaminación no artística. Es por ello que el vivero, el semillero de artistas es de vital importancia para fomentar un auténtico y consistente Barrio de las Artes, porque el Arte, desde su origen, es una continua búsqueda. Esa investigación, ese intercambio, esa exploración y mestizaje es el corazón mismo del entramado que pretendemos explicar. Y, como arte que es, también necesita su espacio. Estamos demasiado acostumbrados a entender el Arte como el fruto expuesto tras una vitrina, frente al palco de butacas o colgada de una blanqueada pared, pero debemos comprender que hay un largo camino hasta llegar a la exposición pública. El Arte no es sólo la actuación itinerante, el efímero sorbo de temporada, la colección presentada en la galería o la estatua erigida junto al parque. Arte es desde el nacimiento de la idea, que surge como una necesidad del alma, un acto espiritual. ¿Y no ha de ser aquí, cuando más vulnerable es el Arte, que la Administración acuda en su sostén, en su amparo? Ya hemos dicho que el Arte es, en sí mismo, un servicio público capaz de transformar a la sociedad y hacerla mejor. En este sentido, apostamos por un espacio de creación e investigación sostenido por la Administración Local, apenas un liviano esfuerzo que habrá de redundar, multiplicado, en la propia sociedad. Se trata, en definitiva, de generar las condiciones óptimas para potenciar el Arte desde sus orígenes; una rebelión contra la abusiva importación de artistas en favor del fruto de la tierra. Es revolverse, dar un paso más para activar un generador de riqueza cultural, irradiar en vez de absorber, atraer, invocar, tomar la iniciativa y subir al pedestal de la vanguardia. Ser patrimonio.

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PROBLEMÁTICA “No haces arte de las buenas intenciones” —Gustave Flaubert— Para que el proyecto de un Barrio de las Artes pueda materializarse, primero deberemos combatir sus males, aquella mala hierba que impide al tallo joven crecer y madurar. Estos son los demonios a los que nos enfrentamos: •

No existe concepción de barrio. Los diferentes espacios dedicados al Arte funcionan como unidades autónomas, no interrelacionadas.

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El Arte, entendido como tal también desde su origen, es considerado una disciplina menor, no profesional. Una vocación hambrienta, carente de futuro, en una sociedad que prima el rédito económico inmediato.

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No existe una concepción del Arte como servicio público, capaz de transformar a toda una sociedad.

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No cala el ejemplo de las bonanzas del Arte que nos llegan desde otras ciudades, algunas más humildes que nuestra amada Badajoz (Montemor-o-Novo o Malpartida de Cáceres, por poner un par de ejemplos), y que han llegado a ser reconocidas, incluso, por la UNESCO.

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No existe en nuestra ciudad una apuesta por el Arte que sea firme, real y consistente por parte de la Administración Pública. No hay dotaciones económicas que lo sustenten en su origen, aunque sí para importar lo ya consagrado. La Administración carece de fe en nuestro potencial.

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No existen espacios de creación e investigación a la medida de los artistas.

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Concepción abusiva de que el Arte es aquello que se expone en galerías, museos y palco de butacas.

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No existe un proyecto renovador de los motores que pueden operar en el Casco Antiguo más allá del inherente valor patrimonial y el saturado sector hostelero.

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El Arte, en su origen, tiene dificultad para encontrar espacios donde interrelacionarse, donde desarrollarse y madurar. En demasiadas ocasiones queda ceñido a un pequeño taller o un rincón en el propio domicilio.

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No existe un plan de choque contra la proliferación de locales y propiedades inhabitadas y sin uso.

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SOLUCIONES “Sueño con mi pintura y pinto mi sueño” —Vincent van Gogh— S.O.S. CASCO ANTIGUO, en su insistente lucha por la rehabilitación total de nuestro amado barrio viene a hacer las siguientes propuestas: •

Creación del espacio denominado “Barrio de las Artes”, delimitado por el cinturón que conforman las calles Joaquín Costa - Suárez de Figueroa – San Juan – Meléndez Valdés – Cardenal Carvajal – Joaquín Sama.

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Creación de la marca “Barrio de las Artes”, que debería gozar de señalización diferenciada mediante carteles (como es el caso de los Centros Comerciales Abiertos) o mediante el uso de un nuevo tipo de placas indicadoras de calles que resulten singulares y representativas. Se trata, en definitiva, de crear una zona física que pueda percibirse y que fomente la interrelación de los espacios interiores dedicados al Arte.

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Creación de un “Consorcio de las Artes”, donde tendrán cabida representantes de los diferentes espacios artísticos y de la Administración, para la dinamización y coordinación de actividades, la exposición de temas de común interés y la generación de nuevos proyectos.

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Creación de un vivero de artistas. Un espacio libre, flexible, colectivo, a la medida del propio artista, que sirva de lugar de investigación, de intercambio de ideas, que sea a un mismo tiempo taller, aula y galería, donde los tiempos, los modos y las formas las impongan las necesidades reales del artista. Este espacio, cuyo reflejo debiera ser la reseñada Oficina do Convento de Montemor-o-Novo o el espacio BilbaoArte, estaría apoyado y sustentado con fondos públicos como una apuesta por el Arte desde la concepción de la idea, no sólo desde la compra del producto final. Ya hemos comentado que el Arte es un servicio público capaz de transformar a toda una sociedad. Proponemos que la Administración ceda el espacio público de su propiedad o asuma el coste de un alquiler de una propiedad privada. Como ejemplos, señalamos el infrautilizado colegio San Pedro de Alcántara (calle José Lanot), el futuro espacio cultural en la Iglesia de Santa Catalina o el edificio de La Galera, así como cualquier propiedad privada que, reuniendo los requisitos necesarios de amplitud pudiera ser arrendado (desde aquí, lanzamos el reto de recuperar el Convento de La Concepción, en Bravo Murillo, o el insigne edificio de La Giralda, junto al MUBA y en un escenario inmejorable, como buques insignias de esta iniciativa y que deberían ser recuperados ya para la ciudad).

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Además de la infraestructura, la Administración aportaría un equipamiento y suministros comunes necesarios para el normal desarrollo de los artistas (luz, agua, mobiliario y maquinaria).

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Bonificación o exención de impuestos dentro del espacio “Barrio de las Artes” para la instalación de negocios artesanos, talleres, escuelas y cualquier otro tipo de actividad empresarial relacionada con la creación e investigación del Arte. Es necesario que el Casco Antiguo goce de este nuevo motor generador de bienestar, educación y riqueza. El Casco Antiguo debe transformarse y la Administración debe fomentar este cambio de modelo. La instalación de este tipo de negocios en la zona contagiará la rehabilitación de locales y viviendas en el mismo entorno, ahora degradado y roto.

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Programa “AlquilArte”. Subvención al alquiler de locales para nuevos emprendedores durante los doce primeros meses de existencia, supeditado al desarrollo de la actividad artística (talleres, escuelas, comercio) y a la condición de estar al corriente con las obligaciones fiscales y tributarias. Consistiría en una ayuda mensual de 250 €/mes durante los primeros doce meses de existencia —ayuda al emprendimiento—, sin que, en ningún caso, esta cuantía pueda ser superior a la propia renta de alquiler. Las ayudas afectarán, exclusivamente, a los locales circunscritos al Barrio de las Artes. Proponemos dotación de 114.000 € destinada a un máximo de 38 nuevos negocios.

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Priorización en el estudio de proyectos destinados a rehabilitar edificaciones o propiedades degradadas para usos relacionados con el arte. La Administración debe mostrarse ágil a la hora del estudio y aprobación de tales proyectos, por su importantísimo y necesario carácter regenerador en una zona altamente degradada.

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Dinamización de los espacios —públicos o privados— sin uso ni vida. Es notorio que en la zona denominada “Barrio de las Artes”, el número de locales y edificios vacíos resulta contraproducente para cualquier iniciativa rehabilitadora del Casco Antiguo. La Administración debe combatir este mal y servir de mediador entre propietarios y posibles inquilinos. Se hace urgente y necesaria la creación de un mapa/ catálogo de estas propiedades. La moderación de los alquileres de tales espacios debe ser un objetivo, careciendo de sentido que puedan permanecer desaseados y vacíos por más tiempo sin consecuencias aparentes.

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Favorecer la interrelación de los espacios dedicados al Arte. Debe generarse un intercambio activo y continuo entre los espacios dedicados a la creación y aquellos otros de exposición. Los artistas deben gozar de un lugar para la investigación, para el intercambio de ideas, para la creación pero, al mismo tiempo, debe fomentarse la actividad expositiva. Talleres, escuelas, galerías y comercios conforman los distintos miembros de un mismo cuerpo, y como tal deben estar en constante dinamismo de forma equilibrada. Además, creemos en las bonanzas de hacer uso de estos espacios de cara a la educación de nuestros hijos, por lo que sumamos a este bloque cualquier actividad —colegial o no— enfocada a la formación y el aprendizaje.

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Cesión de tapias y fachadas degradadas como lienzos para la expresión artística urbana, previa entrega de boceto y con la pertinente autorización administrativa para su ejecución. A tal efecto, y como parte

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integrada en la programación de La Noche en Blanco, esta plataforma vecinal ya entregó el proyecto “Tapias Vivas”, en manos de la Concejalía de Juventud. •

Creación de un centro cívico —proponemos el infrautilizado Colegio San Pedro de Alcántara— para el desarrollo de talleres, y donde bien podrían tener cabida asociaciones y colectivos relacionados con las distintas artes. Con esta iniciativa dotamos de sede a numerosos colectivos que promulgan las artes, conferimos vida a un espacio infrautilizado, y lo hacemos en el entorno de un área marginal tan necesitada de actividades educativas y formativas.

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Potenciación de actividades relacionadas con el arte, tales como mercadillos (un mercado del Arte, al igual que el rastro del Casco Antiguo del primer sábado de cada mes), subastas, talleres y cursos de verano, prácticas escolares fuera de los centros de enseñanza como parte de asignaturas artísticas, conferencias, seminarios y exposiciones, clinics, maridajes (el arte de cocinar), actuaciones callejeras (música, danza, teatro, pintura…), mayor uso de los escenarios habituales (como el Claustro de San Agustín o el jardín de La Galera por poner unos ejemplos), nuevos escenarios (embarcadero del río, Claustro Mayor de la calle Chapín, Plaza de Santa María, patios de museos…) que bien pueden destinarse además a la presentación de artistas amateurs, de aquellos que requieren una oportunidad para darse a conocer, y no sólo a artistas consagrados.

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Creación, coordinación, potenciación y publicitación de un sistema de becas con fondos públicos, privados, fundacionales, etc. para la investigación y desarrollo de nuestros artistas. Bien pudiera nuestra Administración Local crear la suya propia con el fin de potenciar líneas de investigación artística que redunden en la propia ciudad, apostando por el reciclaje, la recuperación del río y sus espacios, el uso de las murallas, iglesias y suelos, calles que se conviertan en escenarios, plazas que sean ateneos, azoteas que sean auditorios… En definitiva, ayudar, mejorar y conexionar la ciudad y su entorno urbano al arte.

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Firma de convenios con ferias de arte, galerías y centros artísticos de otras poblaciones (Matadero de Madrid, ForoSur, ARCO, FeraiArte…), con el fin de retroalimentar a los artistas y a la sociedad.

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Retroalimentación. Se trata, en definitiva, de que la Administración ponga a disposición de los artistas los espacios comunes, facilite su arraigo y apueste por su desarrollo, al tiempo que el artista devuelve a la sociedad, con su talento, la prestación recibida. De este modo, y por poner algunos ejemplos, el artista podría comprometerse a impartir un taller para mayores, a realizar un cursillo práctico para alumnos de un colegio o a participar en un determinado evento público a cambio de recibir de la Administración un espacio gratuito para la investigación, una beca para su desarrollo, una subvención para su negocio, etc. Y es en esta retroalimentación que la sociedad se ve beneficiada y, por añadidura, la ciudad entera.

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CONCLUSIONES “Todo lo que puedas imaginar es real” —Pablo Picasso— Badajoz es cuna de artistas. Subyace en el entramado de sus calles un poder revitalizador capaz de transformar a una sociedad entera, de hacerla mejor, más sabia, más humana. El Arte es ese poder, una magia inconmensurable que nace del alma del artista, que fluye a través de su cuerpo hasta dar el fruto. Toda sociedad sana anhela ese fruto inmortal, goza y admira la obra del artista, que no es otra cosa sino una ventana hacia otro mundo, un faro sobre caminos oscuros. Pero el Arte debe ser comprendido más allá de la mera exposición; es un proceso arduo que nace como idea y que requiere de un espacio físico para materializarse. Es ahí donde la Administración debe revelarse como un órgano catalizador, como el jardinero meticuloso que cuida del brote y lo ayuda a madurar. Badajoz es una ciudad que prima la exposición, la importación del fruto, sobre el delicado cuidado de la simiente.Y es ahí donde puede y debe mejorar. A nuestro alrededor surgen ejemplos, modelos fascinantes que nos gritan que “es posible” y que es bueno. Ciudades como Lisboa, Oporto, Valencia, Barcelona, Salamanca, Santiago o Bilbao, y otras mucho más humildes como la vecina Montemor-o-Novo, nos demuestran que invertir esfuerzos en el Arte es invertir en el enriquecimiento de la sociedad. El Arte ha supuesto una revolución en estas urbes y las ha conducido a nuevas cotas de bienestar, transformando su tejido social y sus motores económicos. El Arte ha terminado por concederles una era dorada, un auge cultural inusitado, reconocido por órganos de prestigio nacional, europeo e incluso internacional, pero es el efecto sobre la propia sociedad el mayor de los premios. Renovación, rehabilitación, educación, formación…, ¡qué nobles caricias las de este viento! En nuestras manos está sumarnos a esta corriente. Las condiciones son idóneas, los espacios numerosos, sugerentes, atractivos; basta ahora con el impulso institucional necesario, con un aliento que se antoja insignificante ante tanta bonanza. Basta con tener fe, con creer en un Barrio de las Artes, en un Casco Antiguo sano y renovado y, por qué no, en una Badajoz Capital Europea de la Cultura.

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nota: LA Mayoría de las imágenes han sido recopiladas desde la red. esperamos que sus distintos creadores sepan entender por qué las hemos usados, en pro de este sueño que esperamos sea una realidad y ayude a mejorar nuestro casco antiguo. gracias de antemano