<<Los libros son puertas que te llevan a la calle, decía Patricia. Con ellos aprendes, te educas, viajas, sueñas, imaginas, vives otras vidas y multiplicas la tuya por mil. A ver quién te da más por menos…>> La Reina del Sur - Arturo Pérez-Reverte.
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o nos conformemos. No señalemos, sin más, tal o cual biblioteca, tal titular. No apelemos a programas circunstanciales, efímeros, ideados como un producto de marketing. No seamos cómodos. Luchemos de verdad por la nobleza encerrada en las páginas del libro. Saquemos el papel a las calles, entreguemos las llaves de las puertas que habrán de llevarnos, sin duda alguna, a vivir mil vidas. Llevemos las montañas, todas, a Mahoma. ¿Por qué guardar la tinta bajo las cubiertas de los libros y éstos, a su vez, en enmudecidas salas? ¿Por qué atesorar la memoria, la sabiduría, la imaginación, la aventura, en hileras formadas sobre estantes, como centinelas de olvidados mausoleos? Llevemos los libros a los parques, a las plazas, a los jardines, a los hospitales y residencias, a las paradas de bus, a las estaciones de tren, a las piscinas, a los campus universitarios, a las puertas de los colegios. Vertamos ríos de tinta sobre nuestros jóvenes, sobre nuestros mayores; que no puedan escapar a la visión de los lomos alineados, de las portadas dibujadas, del olor del papel. Que donde quiera que vayan siempre haya un libro a mano para acompañarles. No nos conformemos con menos.
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La iniciativa. Esta iniciativa, que parte de la ciudadanía, pretende hacer uso, total o parcialmente, de un importante fondo bibliográfico formado por casi cien mil libros. Los ejemplares, todos de segunda mano y en buen estado de conservación, son propiedad de un ciudadano particular y puestos a disposición de la Administración de manera gratuita y altruista. Los libros, que atienden a todo tipo de género, deben ser clasificados previamente, para lo que resulta fundamental la colaboración de un voluntariado, del que se dispone. La idea del proyecto pasa por el uso imaginativo del mobiliario urbano (quioscos cerrados, cabinas de teléfono sin servicio, alcorques vacíos, cuadros transformadores obsoletos etc.) habilitándolo como pequeñas bibliotecas a pie de calle; así como la instalación de nuevos módulos —de metal, madera o con materiales reciclados—, allá donde no sea posible la reutilización del mobiliario urbano. La ciudad pasa a ser el espacio contenedor, el cauce habitual, visible, accesible, universal y gratuito para acceder a la literatura. Las calles son ahora pasillos, índices, estantes. Los libros son parte del paisaje urbano, tanto como los árboles del parque, las fuentes, plazas y paseos. Allá donde la urbe invita a reposar o empuja a la espera, la literatura se abre paso ofreciéndose como una puerta de salida, una vía de entretenimiento, un reconfortante rincón donde refugiarse. Lo que empieza como una excusa termina por transformarse en una necesidad, en un acto instintivo; acaba formando parte de nuestra cotidianidad. Ver, sentir, respirar literatura.
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Formatos. Quizás el capítulo más controvertido es, sin embargo, el menos importante. El formato en el que el mobiliario urbano se transforma en un punto de lectura, en una “sueñoteca”, queda supeditado a los límites de la imaginación, a la inventiva, el ingenio o la oportunidad. Es el contenido lo que nos conmueve, no el continente; no obstante, y a modo ilustrativo, más que otra cosa, podemos rescatar ideas y opciones que fueron válidas en otras ciudades. Así, una marquesina de una parada de autobús, un viejo tocón de un árbol muerto, una cabina de teléfonos fuera de servicio, pueden ser perfectos puntos de lectura, pequeñas bibliotecas a disposición del viandante. Pero también pudiéramos ser ambiciosos y perseguir, además, el ornato, la espectacularidad: ¿Imaginamos una biblioteca como ésta en el Parque del Río? ¿Imaginamos un quiosco de lectura en la plaza de Cervantes o en La Legión?
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Lugares. Hemos querido hacer una recopilación de ubicaciones que nos parecen especialmente idóneas para la instalación de estas “sueñotecas” a pie de calle. Los puntos de lectura resultan sugerentes en parques, plazas y jardines pero pueden ser igualmente útiles en habituales lugares de espera como las paradas de transporte público, estaciones de bus y de tren o proximidades de hospitales y residencias. Además, creemos en la complicidad de los colectivos vecinales y en su profundo conocimiento de los barrios que les hacen ser inmejorables asesores para decidir la idónea ubicación de determinados puntos de lectura sobre los que albergamos algunas dudas. En definitiva, esta relación atiende exclusivamente a una opinión subjetiva, no técnica, y como tal debe ser entendida, sirviendo, en todo caso, como base hipotética de un próximo capítulo que llamaremos “presupuestos”, donde trataremos de orientar acerca del coste económico de esta propuesta.
Punto de lectura
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Leyenda de posibles ubicaciones • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Parque del Río (uno por cafetería) Parque de San Fernando Hospital Clínico Universitario Parque de ocio de San Roque (junto a pabellón Nuria Cabanillas) Estación de trenes (nueva plaza peatonal) Hospital Materno Infantil Estación de autobuses Hospital Perpetuo Socorro Plaza de Cervantes (quiosco sin uso) Cerro Reyes (AAVV) Parque de Castelar Suerte de Saavedra (AAVV) Parque Ciudad Jardín Parque El Progreso Plaza de las Américas Parque Teresa de Calcuta (traseras AC) Parque Bioclimático Campus Universitario (junto a Edificio Metálico) Paseo Condes de Barcelona Centro Comercial El Faro Parque Matilde Landa Parque de La Legión (nueva zona infantil)
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Presupuestos. Hablar de costes y presupuestos no deja de ser un capítulo fundamental; de cualquier modo, debemos señalar que, para valorar una inversión como la que planteamos, estamos obligados a recordar el porqué de este proyecto. Con “Un libro, mil vidas” buscamos normalizar la literatura, educar, poner bibliotecas a pie de calle, al alcance de la mano, para llevar los libros a los parques, a las plazas, a todos los rincones de la ciudad. Fomentar la lectura, cultivar la mente, la imaginación, los sueños, quizás sea uno de los mejores y más sanos servicios que una Administración pueda hacer a la ciudadanía. Dar tanto por tan poco. Fieles a nuestro carácter propositivo, nos hemos tomado el interés de solicitar un par de presupuestos reales que bien pueden servir de orientación, y que desglosaremos a continuación. De cualquier manera, insistimos en que los límites únicamente los imponen el ingenio y la imaginación. Así, podemos afirmar que este proyecto que aquí planteamos puede llevarse a cabo con un coste muy reducido implicando a colegios, asociaciones, colectivos, patrocinadores, etc., quienes — por poner un simple ejemplo— mediante la organización de talleres de marquetería con materiales reciclables o como actividad educativa, bien pueden diseñar y elaborar sus propios puntos de lectura por distritos, barrios o cualquier otro ámbito urbano.
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Propuesta en carpintería metálica
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Propuesta en contrachapado fenólico
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Para los dos supuestos anteriores, estaríamos hablando de una inversión que puede variar sustancialmente, oscilando desde los 16.280 € del trabajo en carpintería metálica, hasta los 9.112 € en el de contrachapado fenólico (ambos con el IVA incluido). No obstante, insistimos, no debemos olvidar que es posible acudir a patrocinadores, colectivos, asociaciones vecinales, colegios y parroquias para que, apelando a la solidaridad y pensando en el bien común, se organicen talleres con el fin de diseñar y fabricar las “sueñotecas” que más tarde serán instaladas en el ábmito urbano de cada uno de ellos. Es, además, un sano ejercicio de trabajo colaborativo, una actividad educativa y una acción social capaz de reforzar los lazos de la comunidad. Nosotros lo llamamos “hacer barrio”.
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Galería de imágenes
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