Propuesta de dotaciones para el Casco Antiguo

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PROPUESTA DE EQUIPAMIENTOS PÚBLICOS PARA EL CAMPILLO EN PARCELA AEG 1.10


Acuarela que representa El Campillo. Foto: Periรณdico Extremadura




INTRODUCCIÓN El urbanismo, la arquitectura y la planificación urbana deben resolver los retos que plantean las ciudades del futuro, tener en cuenta las necesidades —cada vez mayores— de una población tendente al continuo crecimiento, hambrienta de espacios, de usos, de comodidades, y hacerlo sin olvidar que debemos asumir un compromiso con la sostenibilidad, con el respeto medioambiental y con nuevos modelos sociales. Pero, si bien, para el “buen urbanismo”, los retos de las ciudades del futuro son, sin duda, apasionantes, no ha de serlo menos tratar de dar solución a los problemas generados por el “mal urbanismo”, aquel que descuidó lo que dejaban a sus espaldas las continuas expansiones urbanas, la creación de nuevos barrios, centros comerciales y áreas deportivas siempre caras, siempre modernas, siempre necesarias, hasta que otras, tiempo después, vienen a tomarles el relevo un poco más lejos. Ante una ciudad en expansión el mal urbanismo no mira atrás. Crece devorando hectáreas de terreno recalificado, es voraz y desmedido, y se entrega con entusiasmo a proyectos faraónicos adornados con ruedas de prensa, planos de colores, maquetas detallistas, infografía vanguardista y una memoria de los consabidos beneficios sociales que acarrea: amplias expectativas de generación de empleo y creación de riqueza. Es el manido discurso que ha dado sentido a tanto urbanismo sin sentido y que ha dejado, a sus espaldas, kilómetros de barrios envenenados por la despoblación, deprimidos, ninguneados por la Administración, relegados a un segundo plano en favor de esos otros nuevos proyectos urbanísticos punteros, rompedores, transversales, definitivos.

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Es en este contexto donde debemos fijar la mirada para explicar la propuesta que presentamos. Hoy echaremos un vistazo a nuestras espaldas, volveremos el rostro y miraremos hacia atrás para contemplar los cadáveres olvidados del campo de batalla en el que se ha convertido una buena parte de nuestro amado Casco Antiguo de Badajoz. Hablamos de calles que perdieron el ritmo frente al urbanismo del futuro, hablamos de un barrio que perdió dotaciones deportivas y sociales, tejido comercial, vida, habiendo sido el corazón y alma de la ciudad; hablamos de un centro histórico que vio reducido a ruinas gran parte de su entramado viario y entregó sus jardines más hermosos a los diablos. El Casco Antiguo exige un urbanismo que recupere espacios, que devuelva oportunidades, que mire hacia el viejo corazón de la ciudad además de abarcar el lejano horizonte. Queremos un urbanismo que plantee soluciones al reto de nuestros solares, de nuestras ruinas, de nuestras carencias sociales, deportivas y de ocio requeridas por una población de más de diez mil almas. En el debe apuntamos áreas infantiles, parques cuidados, residenciales dignos, vías accesibles, equipamientos deportivos, aparcamientos públicos, un centro de salud en intramuros, pero también un centro cívico y un ‘plan B’ para el barrio que apuntale su paulatina recuperación y sirva de complemento ideal al entorno patrimonial. Hoy, y a pesar de la extensa lista de deudas, nos centraremos en tres objetivos muy concretos: un centro cívico para el barrio, un semillero de artistas y un parking de vehículos. 6


PROPUESTAS. Dado nuestro carácter no técnico quizás no sepamos explicar mediante volúmenes y jerga urbanística aquello que sabemos por intuición, necesidad y sentido común. No obstante, como vecinos de este barrio y moradores de esta ciudad, conocemos perfectamente nuestras carencias y deseos. Nuestra voz es la de la puerta con puerta, la conversación de barra, la crítica junto al tendero de la esquina, la charla de familia que pasa la tarde en las plazas. De este modo, trataremos de explicar, someramente, la conveniencia de tres equipamientos que, sabemos, habrán de ser determinantes para nuestro barrio, incluso para nuestra ciudad. El primero de ellos, el centro cívico, se ha convertido en una necesidad sociocultural para el Casco Antiguo, tan nutrido de espacios sin uso como carente de soluciones efectivas. El segundo, un semillero para artistas, es una apuesta de futuro, la piedra angular de un ‘Plan B’ que dinamice el barrio y le confiera un nuevo aire mucho más vanguardista y cosmopolita. El tercero y último sería un aparcamiento subterráneo que solucionara en parte la merma de plazas de aparcamiento que provocarán las distintas actuaciones urbanísticas del entorno. Nuestras propuestas: Centro Cívico.

Centro cívico de Santa Marina. Foto de Ayuntamiento de Badajoz

Con una población de más de diez mil habitantes, el Casco Antiguo carece de una dotación tan básica y necesaria para el sano desarrollo de la comunidad como lo es un centro cívico, siendo un objetivo sobradamente logrado en otras muchas zonas de la ciudad. A pesar de los espacios públicos de los que dispone el Ayuntamiento de Badajoz en este barrio, ninguno de ellos está destinado a servir de base para el desarrollo comunitario y la participación ciudadana.

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Debemos recordar que la finalidad de esta dotación reside en constituir un punto de encuentro para la comunidad donde desarrollar las actividades socioculturales que el barrio demanda. Además, desde el centro cívico se estimulan iniciativas culturales y educativas que son herramientas ideales para recuperar el entorno, siendo lugares de libre transmisión e intercambio de ideas y conocimientos, espacios de creación y difusión, y lugar de encuentro de la propia comunidad. Igualmente, debemos mencionar el derecho de todos los ciudadanos a participar de modo activo y directo en la toma de decisiones que afecten al desarrollo vecinal y cultural de la población, siendo el marco legal de tal derecho la propia Constitución Española de 1978, que establece en su artículo 9.2 la obligación de los poderes públicos de promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo, y de los grupos en los que se integre, sean reales y efectivas, removiendo los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitando la participación de todos los ciudadanos en la vida pública, económica, cultural y social. En este mismo sentido, el artículo 23.1 de la Constitución reconoce el derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes. Se trata, en definitiva, del corazón del barrio, desde donde proyectarse a la ciudad y donde recibirla. Se trata, pues, de un derecho y una necesidad imperiosa, además de una obligación legal. Así, demandamos un espacio donde poder reunirnos, donde asistir y organizar talleres, cursos, charlas, exposiciones, conferencias, actividades relacionadas con la salud, lúdicas, etc.

Salón multiusos en centro cultural de Bilbao recuperando una nave en desuso

Es una dotación básica en el urbanismo del siglo XXI que, no obstante, y a pesar de ser común a casi todos los barrios de Badajoz, aún no ha encontrado su lugar en nuestro centro histórico. A tenor de esto, resulta cuanto menos curioso señalar que la atención al Casco Antiguo se ha convertido en el objetivo principal de numerosos colectivos de la sociedad civil pacense, además del lugar donde se ubican casi todas las sedes de las agrupaciones políticas que aspiran a formar parte del equipo de gobierno local. 8


Siendo así, no entendemos la dificultad que existe en este barrio, tan complejo, singular y que a todos interesa, para tener un espacio amplio donde poder darse cita los distintos intereses que hemos nombrado y donde confluyan, a modo de ágora, ideas y conocimientos. Semillero de artistas – Centro de investigación artística.

Taller en Oficina do Convento – Montemor-o-Novo (Portugal)

Ya explicábamos en nuestra propuesta llamada ‘Barrio de las Artes’ que el centro histórico de Badajoz ha fiado su recuperación, casi en exclusividad, a un sector hostelero abundante, y que, si bien éste ha servido a su propósito de modo innegable, la excesiva concentración de locales en un puñado reducido de calles ha generado nuevos problemas a los que también se debe hallar solución. Es por ello, y ante la debilidad que supone fiar la regeneración del centro histórico a un único motor, que proponíamos, dada las ideales circunstancias actuales que resumiremos más adelante, sumar a la misión de recuperación de estas calles una de las mejores herramientas de la que dispone el barrio: el arte. Sabido es el elevado número de artistas que viven en el Casco Antiguo, donde algunos de ellos además tienen sus talleres. De igual modo, este barrio atesora, como ningún otro, museos, salas de exposiciones, tiendas y escuelas dedicadas a las distintas disciplinas artísticas y que bien pueden trabajar de modo interrelacionado, así como una 9


innumerable colección de espacios —muchos de ellos infrautilizados— que conformarían una red magnífica de calles y lugares donde promover, desarrollar y respirar arte a pie de calle. En resumen, se trataría de reconvertir el barrio y que pudiera ser algo más que un gran velador junto a los monumentos. Sería el modo ideal de atraer paseantes, turistas y nuevos residentes hacia un entramado de calles y plazas con un aire diferenciador, novedoso, atractivo, creativo, sorprendente, amable, vivo, incluso bohemio. Algo único, especial, que nos distinguiría de cualquier ciudad de la geografía nacional y nos situaría en el mapa internacional de las grandes capitales culturales. Pero para alcanzar esa meta se hace necesario sembrar. Es aquí donde entra en juego la necesidad de un espacio singular de creación e investigación artística, de un semillero de artistas. Porque el arte no solamente puede ser una disciplina importada de otros lugares, expuesto tras un cristal en blancas galerías, relegado a la fortuna de quien puede permitirse un lugar donde desarrollarse. Debemos potenciar y fomentar a nuestros artistas desde sus primeros pasos, ofrecerles la posibilidad de hallar un espacio económico, asequible, amplio, suficiente y equipado, donde poder investigar, explorar, crear, intercambiar ideas y técnicas, y donde se generen sinergias junto a otros artistas. Debemos apostar por los nuevos usos artísticos, las nuevas corrientes y tratar de mantener a Badajoz en la vanguardia del arte. Así, y por poner algún ejemplo, deberían tener cabida en este espacio usos como el llamado “Fablab”, un taller para fabricación digital de objetos físicos, un laboratorio de la creatividad aplicado a las nuevas tecnologías donde cualquier persona pude fabricar casi cualquier cosa bajo tres premisas básicas: fabricar objetos inofensivos, aprender a hacerlos por uno mismo y compartir el uso del laboratorio; o un “Makerspace”, espacios dedicados a la creación digital de prototipos y al desarrollo de proyectos tecnológicos, donde, mediante el intercambio de saberes y creatividad, se trabaja con la impresión 3D, la electrónica y procesos de innovación abierta. Pero dejando a un lado los ejemplos anteriores, para entender la dimensión real de lo que se solicita debemos ponerlo en relación con un plan de mayor calado. Por ello, a lo anterior debemos sumar las propuestas que desgranábamos en el proyecto Barrio de las Artes y que pasaban, entre otras, por la recuperación de locales en el entorno de las calles San Juan y Arias Montano, el uso de espacios públicos como auditorios, galerías, tablados y escenarios, la creación de ayudas que fomenten la implantación en el barrio de artistas y negocios relacionados con el arte y la artesanía —especialmente si recuperan espacios degradados—, así como la retroalimentación sobre la propia sociedad en la forma de talleres y cursos para la ciudadanía: pensemos, por ejemplo, en compensar las ayudas recibidas trabajando de modo coordinado con colegios, institutos, Imserso, talleres para jubilados, etc. Ahora regresemos al centro de investigación artística, al semillero de artistas, y recordemos la importancia del ejemplo más próximo que tenemos: las ‘Oficinas do Convento’ de la vecina Montemor-o-Novo, en Portugal. Es este un lugar de creación, de investigación, de desarrollo de ideas, residencia temporal de artistas, espacio de convivencia adaptado a las necesidades de los creadores, donde se imparten cursos, talleres, conferencias, al tiempo que trabajan, codo con codo, artistas de procedencias dispares. Es un centro cultural internacional de prestigioso renombre donde confluyen, de algún modo, numerosas corrientes artísticas y donde se comparten técnicas, ideas y conocimientos.

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Sala común de trabajo en Oficina do Convento – Montemor-o-Novo (Portugal)

Aparcamiento subterráneo. El Casco Antiguo está sufriendo una paulatina transformación que potencia, siguiendo las directrices del Plan Especial de Ordenación, Protección y Actuación del Centro Histórico de Badajoz, la recuperación de los espacios públicos para el peatón. Así, la instalación de las plataformas únicas en calles y plazas va restando lugar al estacionamiento de vehículos, empujándolo, poco a poco, hacia la periferia del barrio. Es más, la eliminación de los aparcamientos de la calle Estadium y de la plaza de Cervantes y la edificación de los solares del Campillo, agudizarán la sensación de necesidad de nuevos espacios para el estacionamiento de vehículos, especialmente entre los residentes de la zona. Debido a ello, creemos en la oportunidad que ofrece la edificación de nueva planta en espacios actualmente en ruinas, y que siendo, como proponemos, en subsuelo, no han de afectar a las alturas permitidas para el viario público y a la tipología de las construcciones en el entramado de calles del centro histórico. En este mismo apartado, abrimos una vía a tener en consideración: la posibilidad de hacer uso de las azoteas, con acceso desde la calle Joaquín Rojas Gallardo, como una extensión de la zona de aparcamiento gratuito. A este respecto, y como ejemplo, acudimos al proyecto del parking de Eulogio González, en Plasencia, que prevé el estacionamiento en azoteas (https://www.hoy.es/plasencia/parking-eulogio-gonzalez-20181227002318-ntvo.html)

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DÓNDE, POR QUÉ. El parcelario del Casco Antiguo ofrece numerosas posibilidades, dada la inmensidad de sus espacios desolados. Ruinas y solares asedian a las vías recuperadas tras un largo olvido de décadas, y las amenazan. Pero el equilibrio entre estas dos facetas antagónicas de un mismo barrio —un casco antiguo que se pasea y se disfruta y otro marginal que vive a espaldas del primero— es aún muy frágil. Estamos, por tanto, ante un momento crucial para la recuperación integral del centro histórico. En este sentido, distintos proyectos urbanos han comenzado a dar sus primeros pasos después de numerosas trabas políticas y burocráticas. El Campillo, las rehabilitaciones de Santa Catalina y La Galera, la nueva sede de la Fundación Caja Badajoz o las nuevas plataformas únicas para unir plazas con plazas son parte de ese esfuerzo por recuperar del olvido un barrio que sufrió, como ningún otro, las consecuencias de un urbanismo mal planteado y en el que primaron los nuevos espacios y la rápida expansión sobre los barrios y pobladores de siempre. Además debemos reconocer las numerosas ideas planteadas por diferentes colectivos de la sociedad civil para tratar de recuperar estos espacios. Mención especial de la ‘Aldea Cultural’, diseñada por la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz, íntimamente relacionada con la creación de espacios artísticos y culturales en El Campillo, o de la posibilidad de abrir la poterna del famoso ‘Caño de la Loba’ que permitiera conectar de modo directo El Campillo con los jardines de la Trinidad. Es en esta lucha de vecinos contra el estigma de la marginalidad donde debemos encuadrar nuestras propuestas, e interrelacionarlas con otras que ya han sido presentadas —muchas de ellas con enorme acogida— desde la unión y el esfuerzo conjunto de la sociedad civil. De este modo, y por poner algunos ejemplos, la Asociación Amigos de Badajoz, la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz, APAMEX, la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, la Asociación contra el ruido ‘Espantaperros’ o esta misma plataforma vecinal, hemos buscado de forma continua y sin descanso la mejora de las condiciones patrimoniales, residenciales, sociales, medioambientales y urbanísticas de estas calles. Así, recordemos que, recientemente, se presentó una propuesta para la instalación de una plataforma única a la que se llamó ‘Puerta del Río’, y que discurriría de modo transversal a los habituales espacios ya recuperados y que hoy son orgullo para la ciudadanía. De este modo, la vía que conforman las calles José Lanot, Arias Montano y Bravo Murillo nacería en el río, muy cerca del Palacio de Godoy y a pie de San Agustín y su magnífico claustro, para atravesar el corazón de los principales ejes patrimoniales de la ciudad (Francisco Pizarro, La Soledad y San Juan) y desembocar finalmente junto a la muralla, Puerta Trinidad y el recuperado Campillo.

Plano de la propuesta de plataforma única ‘Puerta del Río’

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Es en este final de carrera donde situamos nuestra propuesta, en una manzana que es suelo público, como así lo establece el Plan General Municipal de Badajoz, y paso obligado entre la Puerta de Trinidad y el nuevo Campillo.

Para situarnos con más detalle, hablamos del parcelario que conforman las calles Afligidos, Eugenio Hermoso y Joaquín Rojas Gallardo, afectadas por los planes de expropiación del Ayuntamiento de Badajoz y actualmente en ruinas. Esta parcela, que forma parte de una mayor denominada AEG 1.10, según el Plano B6 de ejecución del ‘Plan Especial de Ordenación, Protección y Actuación del Centro Histórico de Badajoz’, está tipificada como ERC — Equipamiento Recreativo Cultural—, se trata de un espacio destinado a dotaciones públicas y que ya consta como tal en el proyecto para recuperar El Campillo, siendo la tercera y última fase de actuación.

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Detalle del Plano B6, parcela AEG 1.10

Según el Plano B6 de EJECUCIÓN del Plan Especial, para la parcela AEG 1.10, se indica lo siguiente: “Esta actuación va encaminada a la ejecución de un equipamiento de carácter socio-cultural para el sector N-W de la Zona 1. La ordenación de la parcela podría albergar un centro cultural y asistencial”. Además nos informa de las siguientes características técnicas: Superficie Parcela: 3.345.- m2. Superficie de Expropiación: 3.205.- m2. Administración Municipal (A.T.A.C.). Construcción: 2.508.-m2. Costo Total: 1.881.000.-€ 14


No obstante lo anterior, el hecho de ser un espacio tan amplio —la parcela de actuación que proponemos supondría más de 2.100 metros cuadrados de los 3.345 totales— y despoblado —tras la adquisición de casi todas las propiedades por parte de la Inmobiliaria Municipal (INMUBA)—, la manzana afectada ha sido causa de una innumerable problemática de vecindad. Las propiedades, adquiridas a lo largo de estos años por la Administración Local mediante la participación de la INMUBA, han quedado en un estado de absoluto abandono, generando focos de intensa marginalidad al haber sido ocupadas por toxicómanos y usadas como refugio, “narcopisos” e insalubres prostíbulos.

Es evidente, por lo tanto, que esta situación no puede demorarse por más tiempo y que juega en contra de la recuperación del entorno. Es más, la excesiva permisión de la Administración Local para con esta situación de constante tensión vecinal, pone en serio riesgo las inversiones previstas para el propio proyecto del Campillo y aun la recuperación de esta parte del Casco Antiguo. Es por ello que afrontar la construcción de las dotaciones públicas que proponemos, donde las proponemos, en coordinación con el proyecto del Campillo y con la urgencia necesaria, dada las características descritas y la tremenda importancia de su ubicación, se hace no sólo aconsejable sino necesario, imprescindible y justo. Jamás habrá un Campillo recuperado si una parte significativa de su entorno permanecerá en ruinas, a pesar de los nuevos residenciales que puedan edificarse. El impacto visual del nuevo Campillo quedará empañado por el lamentable aspecto de su deprimente y marginal acceso, siendo la manzana sobre la que proponemos actuar el paso obligado desde San Roque hacia la zona monumental. Este espacio, actualmente si utilidad pública, seguirá siendo foco de tensiones vecinales y delincuencia, y ahuyentará a la inversión privada, pudiendo malograr, finalmente, incluso a los nuevos pobladores del Campillo. Es prioritario promover las inversiones previstas en el Plan Especial del Casco Antiguo, dotarlas de presupuesto e integrarlas en un calendario de actuaciones que devuelvan a este barrio los equipamientos urbanísticos propios de nuestro siglo. Además se hace necesario proporcionar nuevas oportunidades, nuevos pilares en los que se sostenga una recuperación real e integral del barrio, más allá de los habituales circuitos de hoy en día. La rehabilitación del Casco Antiguo es imposible si no tomamos sus calles como parte de un todo, si permitimos la marginalidad a 15


espaldas de nuestros monumentos, si las flamantes joyas de nuestro patrimonio —Alcazaba, Plaza Alta y Torre de Espantaperros— están afectadas de caminos en ruina.

CARACTERÍSTICAS

Plano del Proyecto del Campillo – ERC y Caño de la Loba

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La manzana sobre la que proponemos actuar es la mayor de las dos en la que la calle Afligidos divide la parcela AEG 1.10., despoblada casi en su totalidad y de propiedad pública en su mayor parte. La superficie abarcaría aproximadamente más de 2.100 metros cuadrados de los 3.345 totales de la parcela, y con una edificabilidad permitida en altura de dos plantas. Sufre un desnivel muy importante entre las vías Joaquín Rojas Gallardo, junto a la muralla, y la calle Eugenio Hermoso, su paralela en una cota mucho más baja. Esto ha dado como resultado que las propiedades típicas de la zona, ahora en ruinas, gozan de doble altura en la calle Eugenio Hermoso, mientras que se suelen erigir en planta única más rentranqueo frente a la muralla, sin rebasar la cota marcada por los lienzos. De este modo, estamos ante un espacio versátil, ideal para distinguir los usos que planteamos, y que bien podrían quedar distribuidos del siguiente modo: Planta subsuelo: Parking subterráneo que ocuparía la totalidad de la manzana afectada por nuestra propuesta. Entendemos que debería tener acceso desde la calle Eugenio Hermoso, siendo esta calle la de cota más baja y alejada de la muralla. Sin ser técnicos, estimamos que el equipamiento podría albergar con facilidad de 50 a 70 plazas de aparcamiento (más de 100 plazas si afectara a los 3.345 m2 de toda la parcela), y que los ingresos que generase por el alquiler de espacios —algunos reservados a residentes— podrían ayudar en gran medida a sostener el mantenimiento de las dotaciones que proponemos.

Diferencia de cotas entre las calles Joaquín Rojas Gallardo y Eugenio Hermoso

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Planta baja calle Eugenio Hermoso: Albergaría el centro cívico, al que se accedería desde la calle Eugenio Hermoso y cuya puerta principal podríamos situar al final de la calle Bravo Murillo. Requeriría un salón de actos, sala multiusos o polivalente, despacho de gerencia y anexos comunes destinados a servicios, aseos, almacenaje y suministros.

Vista aérea de la calle Eugenio Hermoso

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Planta primera calle Eugenio Hermoso + planta baja de la calle Joaquín Rojas Gallardo + retranqueo: En ellas estaría ubicado el semillero de artistas, con acceso desde Joaquín Rojas Gallardo, y debería disponer de espacios amplios y luminosos. El Arte, como parte esencial de la esencial de espiritualidad y el intelecto humano, evoluciona al ritmo acelerado en que lo hacen las ideas más avanzadas, las mentalidades más inquietas. Si la aparición del mundo contemporáneo supuso la consolidación de diferentes formas de expresión artística —nuevos materiales, nuevos conceptos, nuevas finalidades de expresión…—, la globalización, a la que poco a poco nos vamos acomodando, está suponiendo una vuelta de tuerca más en la apertura del Arte a la exploración de nuevas maneras de transmisión de sensaciones. Y la velocidad de esta búsqueda es algo más que frenética.

Vista desde la calle Joaquín Rojas Gallardo

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Desde este evidente estado de las cosas, ningún intento de utilización del Arte como motor para la revitalización económica y social de cualquier entorno puede conducir a la obtención de resultados mínimamente óptimos si no contempla este nuevo punto de partida. Se hace, por tanto, absolutamente necesario que, respetando, por supuesto, el valor de los conceptos más conservadores —culturalmente hablando— se haga una apuesta seria y decidida por apoyar y promocionar las propuestas más vanguardistas. Nuevos tiempos, nuevas ideas, nuevos artistas, nuevos espectadores. En esta premisa se sustenta el proyecto de un centro de investigaciones artísticas, concebido como un edificio sostenible y técnicamente dotado, concebido como un generador de creación artística innovadora, puntera, atractiva y de calidad, capaz de atraer a un nuevo público exigente que demanda una oferta actualmente inexistente. Dicho lo anterior, en una propuesta de mínimos, el C.I.A. debería albergar: • Talleres de trabajos colectivos: en el Arte, muy especialmente, el trabajo compartido entre varios autores suele provocar una evolución exponencial del propio desarrollo de las propuestas iniciales. Aparte de las sinergias que, lógicamente, se van a provocar. • Aulas para clases magistrales: mostrar las experiencias, explicar los errores, aciertos, incógnitas que pueden producirse…evidentemente. • Sala expositiva multiusos, en el sentido extenso de la expresión. • Creemos en las bondades de la coexistencia e intercomunicación de los artistas por lo que es necesaria una experiencia mediante la cohabitación en el que una residencia de artistas jugaría un papel fundamental. En este sentido, el cercano Albergue Juvenil del Revellín, dotado con cocina y comedor, podría jugar un excelente papel. • Nuestro modelo de semillero de artistas implica la imposición de alquileres de espacio y maquinaria con precios que fomenten el desarrollo de la cultura, y en la que bien pueden tener cabida ayudas y becas públicas encaminadas a sufragar tales costes a aquellos artistas que cumplan con los requisitos oportunos. Los ingresos obtenidos de la renta de espacios y maquinaria deberían redundar en el mantenimiento y sostenibilidad del edificio y su equipamiento.

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En resumen El Casco Antiguo de Badajoz necesita nuevos motores que impulsen su recuperación total, la rehabilitación de su parcelario y de su tejido poblacional. Es en esta noble lucha, que ya sostienen el interés monumental de nuestro patrimonio, la consagrada hostelería y un incipiente comercio diferenciado donde debemos entender y enmarcar la solicitud de dotaciones públicas para una zona del centro histórico que ha sufrido, como ninguna otra, el perjuicio del olvido. Hablamos del Campillo, la zona más marginal del Casco Antiguo, donde los proyectos urbanísticos, empantanados y polémicos por haberse transformado en campo de batalla política, han llevado a sus calles a una situación crítica. Es en esta zona de rehabilitación preferente, cuando ya se atisba la luz al final de un largo y oscuro túnel, que venimos a proponer dotaciones públicas en suelo público destinado al equipamiento recreativo y cultural del barrio, y ello en atención al Plan General Municipal y al Plan Especial del Casco Antiguo. Es decir, venimos a detallar lo que ya prevé de modo genérico la Administración Local. ¿Y qué proponemos? Pues aquello que el barrio necesita, aquello de lo que adolece: Queremos una zona de aparcamiento que pueda absorber la pérdida de estacionamiento debido a los nuevos residenciales, a la eliminación del aparcamiento de la calle Estadium y a la reforma de la plaza de Cervantes. Queremos un espacio dedicado al Arte, a los artistas, a su labor investigadora y creativa, para que sea la piedra angular de un proyecto en el que el Arte es la nueva herramienta de recuperación social y poblacional para el Casco Antiguo. Porque creemos que este nuevo modelo de barrio hará que nuestras calles resulten atractivas, diferentes, únicas y multiplicará el apetito por querer vivir aquí, en un barrio que jamás debió perder el paso. Ahora imaginemos el nuevo residencial del Campillo, los nuevos espacios entorno a la Torre Espantaperros, a pie de la Plaza Alta y la Alcazaba. Imaginemos la plataforma única de Bravo Murillo, que viene desde el río después de servir de alfombra a San Agustín, a La Soledad y San Juan, desembocando en el centro cívico del barrio, donde los vecinos se dan cita y comparten tiempo, conocimientos e inquietudes. Imaginemos la vía rápida dando paso, desde Trinidad, a un centro de creación innovador, único, dedicado al arte y a los artistas, unido a La Legión y San Roque a través del Caño de Loba, de la Puerta de Mérida. Si podemos imaginarlo, si podemos verlo, si casi podemos tocarlo, si lo sabemos justo y bueno, ¿por qué no hacerlo realidad?

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Acuarela que representa El Campillo. Foto: Periรณdico Extremadura




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