DISCÍPULO DE CRISTO: LLEVANDO LA CRUZ Salvados por Jesús
Discípulo de Cristo: Llevando la cruz. “El que no carga su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo” Lucas 14:27 La historia y la vida cotidiana me han enseñado que el consenso general sobre el tema que involucra cargar una cruz como parte elemental de una vida cristiana, dista mucho de ser legítimo, pues no aplica ortodoxia bíblica. Tomar a la ligera lo que está sucediendo es altamente nocivo, pues Jesucristo comisionó llevar la cruz como uno de dos requisitos para ser auténticos discípulos de él. Básicamente, el inconveniente más grande parte del hecho que esta materia bíblica ha sido inexplorada por muchos, teniendo como secuela una serie de malinterpretaciones por parte de centenares de voceros, quienes, aunque tal vez con buenas intenciones, erran distorsionando la verdad, usando argumentos propios. Pese a que la cruz es un emblema de Cristo, muy cierto es que el centro del mensaje representa incomodidad a la naturaleza humana. La ordenanza de llevar la cruz, es sin duda alguna un símbolo de sacrificio, vergüenza, dolor y muerte, para todo aquel que, habiendo examinado su determinación, hubiese escogido cargar con ella. Ahora, aunque es probable que existan innumerables disertaciones acerca de “llevar la cruz de Cristo”, hay que entender que la cruz a la cual Jesús se está refiriendo, no es a la propia (de él), sino a la personal (de cada creyente particular). No es nuestra función morir en una cruz, a menos que esto fuese la única alternativa a tomar entre nuestra determinación a mantener en primer lugar la fidelidad (prioridad/obediencia) hacia Dios. La funcionalidad de la cruz que cada creyente debe de llevar, no está basada en la salvación de otros, sino en la genuinidad y carácter de la devoción propia y particular de cada discípulo. Pues la cruz es la negación a uno mismo, la negación a vivir carnalmente, la negación a agradar al mundo, sujetando la carne a las leyes espirituales.
El Ego
Lejos de lo que hoy día muchos piensan, el cristianismo es un llamado a la muerte del yo. El mensaje principal es que somos culpables de nuestros pecados y que, si no nos refugiamos en Cristo, permaneceremos en el estado de condenación, que nos llevará a la muerte eterna. Este mensaje nos dice que lo que nosotros consideramos superior o destacado de nosotros, delante del escrutinio Divino es literalmente: trapos de inmundicia. Por lo que todo esfuerzo o demostración de que somos calificados para ser hijos de Dios, es una total contradicción a lo que ser un discípulo de Cristo significa. La tendencia de la necesidad de la popularidad según el mundo, se ha insertado en la mente de muchos, desviándoles del camino en pos de Jesús. Quienes se han olvidado de la orden de no orar en público y no dar limosna para ser visto de los hombres, no ayunar y publicarlo, con toda una serie de acciones similares se ha soslayado el mandato de no andar buscando los primeros lugares de las mentes de los demás, promoviendo con deslealtad, el hacer gala de las “obras cristianas personales”, exhibiendo “nuestras buenas acciones”, fallando
rotundamente en honrar uno de los pilares que sustentan la devoción personal de llevar la cruz. Si una persona no está dispuesta a renunciar al ego y todo lo que ello conlleva, no puede ser discípulo de Cristo.
Negación a vivir carnalmente.
Aquí también hay mucha mala interpretación, siendo que muchos confunden ciertas manifestaciones de vivir en la carne con el hecho en particular. Por ejemplo, una persona que anda en vicios manifiesta que es presa de la tiranía de la carne, a la cual nada satisface. Pero el hecho de que una persona no tenga vicios, no es necesariamente una señal de que no sirve a la carne. Puesto que vivir en la carne representa ante todo sostener la filosofía humana de llevar la vida regida por reglamentos que honran única y exclusivamente la idea de una existencia sobre el planeta Tierra, eludiendo por completo las reglas bíblicas. Vivir carnalmente es manifestar una lógica humana terrenal. El Humanismo es un ejemplo de una tendencia, ya incrustada en muchos concilios. ¿Qué es el humanismo? Definición según RAE: El Humanismo. . - Movimiento renacentista que propugna el retorno a la cultura grecolatina como medio de restaurar los valores humanos. . - Doctrina o actitud vital basada en una concepción integradora de los valores humanos. . - Sistema de creencias centrado en el principio de que las necesidades de la sensibilidad y de la inteligencia humana pueden satisfacerse sin tener que aceptar la existencia de Dios y la predicación de las religiones. humanismo crítico . - humanismo que considera al hombre como ser histórico y que muestra lo que es a través de lo que hace con su esfuerzo y trabajo, en cuanto es capaz de desarrollar sus posibilidades. Por lo que vivir en la carne es simplemente una filosofía que da importancia vital a la lógica de cada individuo, aplicándola en acciones que satisfacen su comprensión para una vida plena en el planeta tierra. Todo esto va en contraposición con las enseñanzas de Cristo: “Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá, y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará.” Mateo 16
Agradar al Mundo Pensaría uno que la advertencia y mandato dados tanto en 1 de Juan 2: 15-16: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”
Como en Romanos 12:1 -2: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto. Y no os conforméis a este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Fuesen base suficiente como para que los cristianos no tuvieran reparo en cuidarse de la influencia del mundo, pero tristemente no lo es. Con tristeza lo digo, los concilios que representan al cristianismo, están altamente influenciados por tendencias del mundo. Este hecho en sí nos demuestra que esas multitudes que van tras el cristianismo moderno, no son verdaderos discípulos de Cristo. Un cristiano verdadero no ama al mundo. Si alguien tiene el amor de Dios en su corazón, no ama al mundo. Un discípulo de Jesús, no se conforma con la doctrina del mundo. A esta altura usted debe preguntarse: ¿Qué es el mundo? La respuesta es clara: 1-los deseos de la carne- --satisfacción personal – modas – lujos --hedonismo =. m. Teoría que establece el placer como fin y fundamento de la vida. . m. Actitud vital basada en la búsqueda de placer. 2- los deseos de los ojos – --concupiscencia = Del latín concupiscentia. f. deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos. 3-la vanagloria de la vida- - búsqueda de fama, reconocimiento - auto-suficiencia, soberbia, altivez, endiosamiento, engreimiento, ínfulas, vanidad, - pedantería, postín, presunción, arrogancia, petulancia - amoralidad cristiana
La cruz y el discípulo
En síntesis, nadie puede decir que sigue a Cristo, si no lleva la cruz del cristianismo. Esto significa que quien sigue a Jesús, vive en renuncia diaria (constante). Desestimando seguir las corrientes del orgullo personal, la sociedad moderna y cualquier otra directriz, incluida la religiosa, que no sea la verdad del Evangelio. No puede ser discípulo de Cristo, quien ama el mundo, sino el que renuncia a las riquezas, la vanagloria y la fama.
Tener una enfermedad, no es llevar la cruz del cristianismo; aunque un creyente pudiera experimentar debilidad física y/o enfermedades, el sólo hecho de estar enfermo no testifica que seamos discípulos de Cristo. El estar pagando por una falta contra la ley, una persona o una institución, no es una cruz. Que nos desprecien y/o procedan con represalias por el solo hecho de que profesamos la fe de Jesús, es parte de llevar la cruz. Pero si nos desprecian porque hemos ofendido, mentido, engañado, hecho mal contra terceros, eso es consecuencia directa por no actuar en justicia, nada tiene que ver con la cruz del cristianismo. Si con honestidad, genuina humildad, cumplimos la ley de Cristo de no hacer mal al prójimo, a retribuir en caso de haber fallado, renunciando a satisfacer los deseos de la carne, desistiendo de la ambición y llevando una vida devocional de recato y sumisión a la Palabra, estaremos llevando su cruz. “Y Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reprenderle, diciendo: Señor, ten compasión de ti: en ninguna manera esto te acontezca. Entonces él, volviéndose, dijo a Pedro: Quítate de delante de mí, Satanás; me eres escándalo; porque no entiendes lo que es de Dios sino lo que es de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá, y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿de qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y perdiere su alma? O ¿qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.” Mateo 16: 22-27
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