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Weckels: Cultivo de interior

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Secado y curado

Secado y curado

obtener un poco más de espacio para sí mismos, y tenían unos dos metros por persona. Pero lo que ellos ganaban lo perdíamos los demás.

P.¿Había más extranjeros juntos?

R. Está deliberadamente organizado para que nunca haya dos extranjeros juntos

P.Tuvo que ser un golpe para ti.

R. Fue una experiencia importante. Me

Necesitabas ganarte una reputación de duro.No podías dejar que nadie te pisoteara.Si mostrabas alguna debilidad,tenías que empezar todo de nuevo.

También había unos cuantos chicos muy jóvenes entre nosotros.Se abusaba sexualmente de estos chavales de las formas más horribles. Los reclusos los vendían entre ellos.

en una celda. Amenos, claro está, que haya más extranjeros que celdas disponibles. Se supone que es parte de tu castigo que no te sientas relajado jamás, ni siquiera por el contacto con otros extranjeros. Eso es lo que quieren.

P.¿Tus compañeros de celda estaban en una situación parecida?

R. No, en absoluto. Allí había una mezcla de todo. Asesinos, taxistas, violadores, traficantes, algunos con cadena perpetua y otros condenados a pocos años. También había unos cuantos chicos muy jóvenes. De ellos se abusaba sexualmente de las formas más horribles. Los reclusos los vendían entre ellos. Trece o catorce años, no tenían mucho más. Siempre que llegaba uno nuevo, no se trataba de un chaval callejero, sino de un muchacho sano y limpio. Pero la primera noche, se lo llevaba el "chef du chambre", el preso más antiguo de la celda. Los guardias lo consideraban el líder. Después, el muchacho era vendido al segundo, y después de unos días, revendido a otros. Pero al cabo de un tiempo, aquel jovencito estaba realmente sucio. Se llenaba de llagas y costras. Su ano se infectaba. Después ya no valía nada y se le dejaba a su suerte, con el resto de la celda.

P.¿Qué les pasaba a los extranjeros allí?

R. Amí también intentaron violarme. Pero fracasaron. No se atreven del todo a tratarte como tratan a sus paisanos marroquíes. Siempre tienen la sospecha de que puedes tener dinero de reserva escondido en alguna parte, y de que pueden obtener algo de ti. Así que me las arreglé para mantenerme virgen, uff.

P.¿Tenías que tumbarte en el suelo desnudo?

R. Así es, lo único que te daban era una vieja manta de pelo de caballo -cubierta de sangre y pus, de vómitos, de todo. Aparte, había una regla muy estricta que prohibía recibir o mandar correo. Ni juegos, ni libros, ni radio o tv. ¡Nada!

P.¿Eras el único extranjero en tu celda?

R. No, al principio de mi llegada había overbooking de extranjeros. Había un tipo alemán en mi celda. Tenía alrededor de cincuenta años y estaba allí porque querían coger a su hijo. Así es como funcionan allí las cosas. Si buscan a tu hijo y no lo encuentran, te meten a ti hasta que aparece. Ysi no lo hace, bueno, pues ahí te quedas. En serio, es así como funciona, es oficial. Los que protestan o se oponen, no sólo se tienen que preocupar por ellos mismos, sino por sus familias al completo. Después de unas tres semanas, Wolfgang se encontraba muy mal, y yo golpee en la puerta de la celda para llamar la atención de los guardias. "Bromitas y juegos", fue su respuesta, "no le pasa nada", dijeron. Diez minutos más tarde, murió en mis brazos.

quedó claro como el agua desde ese momento que el mundo no sólo parece duro, sino que es realmente muy duro. Tenía la misma falta de fe que el resto de mis compañeros de celda. Tenía que valerme por mí mismo si quería sobrevivir en aquel lugar. Al mismo tiempo, pensaba "aunque salga hecho una ruina, no les daré el placer de destruirme. No les haré ese favor". Pasados sólo dos meses, ya estaba bastante desnutrido. Allí no te daban nada que tuviera vitaminas, así que se te

empezaba a caer el pelo, y te llenabas de llagas, por las picaduras de pulgas. Estas se infectaban, dando lugar a lo que allí llamaban "zerpa". Se iban haciendo más profundas y se llenaban de pus, y cada vez estaban peor. Es terrible...Ya no podía tumbarme porque mi cuerpo entero estaba cubierto de estas profundas

heridas abiertas. Todo el mundo las tenía allí dentro. En cierto momento, la cosa se puso tan mal, que decidieron oficialmente trasladar a todos los extranjeros fuera de allí, a una prisión cerca de Rabat llamada Salé. Allí las cosas funcionan basadas en la precisión militar. También era un régimen terriblemente estricto. Sin embargo, una vez allí, me di mi primera ducha en seis meses.

P.¿Te visitó alguna vez el cónsul holandés o alguien de la embajada?

R. Eso estaba mejor en Inezgane. Allí el jefe del consulado me visitaba a menudo o mandaba a alguien . En Rabat, era otro, un auténtico hijo de puta. Alguien con quien espero no volver a cruzarme en mi vida. La verdad es que la Real Embajada de Holanda hace bien poco por ayudarte. Cosa rara, había presos de países de los que no esperarías mucha atención, que recibían más apoyo. Gente de Brasil y Polonia a quienes sus embajadores casi mimaban. Incluso recibían regalos de Navidad y ropa. ¡Increíble! Yo nunca recibí nada.

P. ¿No hicieron ningún intento de trasladarte a Holanda para cumplir allí el

resto de tu condena? R. Al contrario. Tan pronto como tocaba el tema, me salían con "lo siento, pero no se nos permite involucrarnos en cuestiones judiciales". Más tarde cambió a "lo siento, la opinión pública está en tu contra y no podemos hacer nada por ti". Incluso cuando me puse realmente enfermo, siguieron sin hacer nada. Me las había arreglado para mantener correspondencia con mi médico de la espalda en Holanda. Le describía mis síntomas con la esperanza de que podría hacer un diagnóstico por carta, como así fue. Envió la medicación necesaria a mis padres, que la pasaron a la embajada holandesa. ¿Adivinas lo que hicieron? Se limitaron a dejarla en el mostrador central de la prisión. Lo robaron todo, y sólo me dejaron unos cuantos frascos con los que los guardias no sabían qué hacer. El resto, sencillamente lo robaron.

P.Supongo que esas cosas pasarían más de una vez...

R. Puedes estar seguro. En Inezgane, escribía cartas en francés elemental y las dirigía a Holanda, pero nunca llegaban porque los guardias habían robado los sellos. Incluso tienen un dicho allí, "si un marroquí te estrecha la mano, más vale que te cuentes los dedos".

P.¿Y qué hacíais allí todos los días?

R. Absolutamente nada. Tumbarnos o sentarnos. La gente se vuelve loca, claro, desarrollan todo tipo de problemas psicológicos. También había todo tipo de caracteres inestables entre ellos, desde el principio. En serio, se podía saber cuándo había luna llena por el

comportamiento de algunos presos. Se volvían muy agresivos. Aprendes a darte cuenta de cosas así.

P.¿Había muchas peleas?

R. Amenudo. Yo tuve que pelearme unas cuantas veces. Una vez casi me rompo la mano pegando a uno. Necesitas ganarte una reputación de duro. No puedes permitir que nadie te pisotee. Si muestras alguna debilidad, tendrás que empezar todo de nuevo. Para mantener tu posición, debes pegarte de vez en cuando. Es como una norma, allí dentro. Yo incluso conseguí pegar a unos cuantos tipos más grandes que yo. Después pensaba ¿cómo he podido? metros cuadrados con otras 24 personas. Cada pocas semanas teníamos que trasladarnos a otra celda. No querían que te sintieras en casa en ninguna celda. Dos o tres veces por semana, las celdas eran registradas concienzudamente, todo patas arriba. Todo era parte del castigo. Hasta en mitad de la noche, podían despertarte y hacerte salir para cambiarte a otra celda. Aveces te mantenían ocupado todo el día, sin darte un minuto para descansar. Eso no estaba permitido. Si te relajabas, entonces obviamente no estabas siendo suficientemente castigado. Sólamente muy al final de tu condena, las cosas se volvían un poco más fáciles, y te podías organizar un poco.

P.En Rabat debía de haber más presos holandeses.

R. Unos cincuenta, creo. La mayoría estaban por traficar aunque unos cuantos eran pedófilos. O gente que estaba allí por haber matado a alguien en un accidente. En un país como ese, si tienes la desgracia de matar a alguien en un accidente acabas en la cárcel hasta que se aclaren los hechos. Después se toman su tiempo para decidir qué hacer. Pero, sobre todo, para ver si pueden sacar algo más de dinero.

P.¿Formaste algún grupo con otros holandeses?

R. Para nada. Es más, los evitaba a todos. En primer lugar, ellos no eran fumadores de droga. La mayoría eran conductores de camiones, y salían de barrios bajos. A uno lo habían tiroteado por robar a su jefe, otro había provocado demasiados accidentes. Siempre había algo raro a su alrededor. Ese tipo de caracteres resulta muy atractivo para las organizaciones criminales. Les interesan porque pueden atraerlos con la oferta de dinero fácil, por ejemplo, 10.000 euros, y pocos riesgos. Les prometen que si pasa algo se ocuparán de ellos. Pura mierda, por supuesto. Tan pronto como son arrestados, los dejan a su suerte. Yallí estaban ellos, deambulando, sin lavarse, sin afeitarse, incivilizados. Encontré imposible mantener una conversación normal con esos tipos. Sólo tenían tres temas de conversación: camiones, fútbol

y tetas. No podía tener mucho en común. Había otra gente con la que me sentia mejor. Hablando en general, me llevaba mejor con los españoles que encontré dentro que con mis paisanos.

P.¿Cuál era el régimen penitenciario en Rabat?

R. En Rabat nos dieron literas para dormir, y compartia una celda de 30

P.Supón que tu aventura hubiera tenido éxito.¿Habrías parado o lo hubieras seguido haciendo?

R. Debo admitir que me lo he preguntado. Pero es algo que nunca sabré ¿no?

P.¿Marruecos es el pasado para ti?

R. No, en absoluto. No tengo nada contra los marroquíes, lo que me pasó no tiene nada que ver con los ciudadanos de allí. He pasado un total de doce años de mi vida en Marruecos. No me cierro la posibilidad de volver. No soy un amargado, no miro atrás con rencor. Toda la experiencia me ha hecho más sabio y más fuerte.

La María Serie de países

El gran lavado de cerebro del hachís Fumados en Estocolmo

“El hachís es más dañino que la heroína.Y si tenemos la menor sospecha de que has fumado,te llevaremos a la primera comisaría que veamos para que te hagan un test instantáneo de orina”.Los suecos son conocidos por tener una democracia civilizada y tolerante.Pero cuando se trata del uso de drogas blandas,se convierten en extremadamente paranoicos.Fumar un poco de cáñamo suele ser suficiente para condenarte al ostracismo dentro de la sociedad sueca.Soft Secrets informa sobre un país donde la guerra contra las drogas se ha convertido en una prioridad.

Por Joost van der Wegen

La guerra contra las drogas en Suecia; pegajoso eslogan que se traduce "Unidos contra los Narcóticos" - Policía, Departamento de Salud y Servicios Sociales.

"No creo que fumar marihuana sea malo. ¿Por qué no me está permitido?". Mikael Forsberg repite esta pregunta, varias veces, mientras estamos sentados en la terraza de un restaurante chino del centro de Estocolmo. Me lo pregunta directamente a mí y con un tono que implica que espera una respuesta. O incluso una solución al problema. De alguien a quien le está permitido sentarse en un coffeeshop en su país y fumar con toda libertad. Este innovador del Movimiento sueco por la Legalización está en este momento muy fumado e inspirado también por la cerveza Carlsberg. Insiste en su pregunta, cada vez más alto. "¿Por qué está prohibido fumar marihuana en Suecia?". Mientras la camarera trae las cervezas frescas, sopeso mi respuesta y me admiro de cómo en sólo dos días aquí he desarrollado el sentimiento de que no debo decir la palabra "hash" en voz alta.

Justo antes de que Forsberg empezara con sus preguntas retóricas, yo había estado sentado en las escaleras de la Sergels Torg, que es una gran plaza en el centro de la ciudad. También se la conoce como "Platten" y es a Estocolmo lo que Dam es a Amsterdam. Aquí es donde los suecos hacen sus compras del sábado por la mañana. Pero también es donde se reúnen los grupos de punks. Se puede ver a los yonkis junto a las entradas del metro. Están traficando. Son constantemente observados por las frecuentes patrullas de policía que buscan cualquier cosa parecida a un un consumidor. El grupo de punkies sobresale como un callo doloroso entre la hiperorganizada vida

social sueca. Me siento junto a ellos y cuando dirijo la conversación hacia las drogas, espero respuestas evasivas. Anteriormente, otros suecos que he conocido me dejaron muy claro que el uso de drogas es un tema tabú. Pero aquí no ocurre eso. Sin ningún titubeo, Wolff y Anna se presentan. Hablan tranquilamente del mundillo de la

droga de la plaza. Wolff asegura que podría hacerse con algo de droga en un minuto. Podría, pero no lo va a hacer. Wolff no piensa arriesgarse más. Mientras juguetea con una pipa de hasch sin estrenar, señala a un punto sobre mi cabeza. ¡Es cierto! Hay cámaras que, según él, graban cualquier cosa que se mueva en Platten, con el propósito de arrestar a cualquiera que vean traficando. Las cámaras están situadas algo descaradamente en el tejado de unos grandes almacenes y hay otra en el tejado del Stadtheater. Alguien con una chaqueta de cuero se sienta a mi lado. Me saluda, es Mikael. Él lo confirma. "Sí, así es como la policía vigila constantemente la plaza", dice prosaicamente, mientras yo me quedo mirando fijamente a las cámaras, con incredulidad.

Suecia es el único país de la Unión Europea donde se puede obligar a seguir rehabilitación a los usuarios de drogas blandas.Pueden encerrarte tres meses por viajar con psiquedélicos

Si los servicios de salud deciden que tienes un problema,tienes muchas posibilidades de recibir a la fuerza tratamiento en una clínica

Sin compasión

Suecia tiene fama de ser una sociedad social. Una comunidad en la que la mentalidad de sus habitantes se manifiesta en una moral sexual libre. Se podría pensar que, en una cultura así, el uso lúdico de drogas sería aceptado, bienvenido. Pues nada más lejos de la realidad. Se suele considerar a Francia

como el mayor detractor de la política de tolerancia holandesa, pero en realidad, es Suecia quien tiene el mayor conflicto con el sistema de coffe shops holandés. En Suecia, el uso lúdico de drogas se considera el enemigo público número uno. Hace ya treinta años, los suecos decidieron no tener compasión ni con traficantes ni con simples usuarios. La "sociedad libre de drogas" se convirtió en un proyecto nacional de tal magnitud que el mismísimo proyecto Thames Barrier palidece en comparación.

Todo uso de drogas está estrictamente prohibido en Suecia. Ysí, eso incluye al cannabis. Si te cogen fumando un peta en Suecia, puedes dar por hecha una multa de 150 €. Si los policías simplemente sospechan que has estado fumando, pueden arrestarte sin más, llevarte a comisaría y obligarte a pasar un test de orina. Si el test muestra trazas de THC en tu sangre y te han pillado antes en la misma situación, serás definitivamente enviado a los Servicios de Salud. Con un poco de suerte, te dejarán dormir la mona y después marcharte. De todas formas, si has sido su huésped en más de una ocasión, pronto te encontrarás siguiendo a la fuerza un tratamiento de desintoxicación en una clínica. Suecia es el único país de la Unión

Europea donde los usuarios de drogas blandas pueden ser obligados a someterse a rehabilitación. Fácilmente te pueden

encerrar tres meses por viajar con psiquedélicos.

El "Hashboekje" se edita como un servicio de información para todos los padres. El panfleto denuncia que fumar hash causa accidentes y comportamientos excesivamente violentos.

Sospechas

"En nuestro país no se persigue a los usuarios inútilmente, sino que, por medio del arresto y la obtención de tests de orina, conseguimos llegar a esa gente que tiene dificultades para decir no, y ayudarles con los programas de rehabilitación." El comisario Johnnsson es el jefe de la brigada de Narcóticos de Estocolmo. Tiene su oficina en la quinta planta de la comisaría que está junto a la Estación Central. En una de las oficinas de al lado, las paredes están cubiertas con miles de fotos de chicos que han sido detenidos. Debajo hay un puñado de Polaroids mostrando cargamentos confiscados. No sólo hay fotos de paquetes de cocaína y heroína, sino también de placas de hash y bolsas de marihuana.Son los trofeos de la guerra sueca contra las drogas. Otra pared está cubierta con parafernalia de drogas, cosas como posters y chapas, camisetas con el icono internacional -la hoja de maría-, colores rastafaris y la inevitable cara de Bob Marley. En Amsterdam, este material está en los escaparates de las tiendas, mientras que aquí, en Estocolmo, forman un severo muestrario de símbolos sospechosos que decoran las paredes de la oficina del jefe de narcóticos. Por su discurso recitado, resulta obvio que el jefe de narcóticos ya ha tenido que explicar antes a periodistas la política sueca en materia de drogas. Enfatiza que el sistema busca sobre todo ayudar a los adictos. Yeso incluye a los fumadores de

cannabis. "Al contrario que los holandeses, nosotros no creemos que la marihuana sea una sustancia inofensiva.

Todos los yonkis de heroína de esta ciudad empezaron sus carreras de drogadictos a causa de la marihuana." ¡Toma ya! La misma historia de Johnnsson la repite Bengt Forsman, un "inspector social" en una clínica de rehabilitación para jóvenes. La Maria Ungdom, como se la conoce, es una clínica situada en un suburbio de Estocolmo. Ahí tratan anualmenta a unos 1300 jóvenes, en un intento de mantener a los chavales lejos del alcohol y las drogas. Incluso chavales que sólo han fumado cáñamo, son encerrados aquí. Forsman considera justo que los fuma-

dores de marihuana sean tratados como criminales. "En este país no se detiene a los fumadores de hash porque nos guste tenerlos en la cárcel. Cualquiera que haya sido cogido fumando habitualmente es obligado a un tratamiento conra la adicción. El sistema está para ayudar a esa gente a dejar su hábito. Intentamos disuadir a los jóvenes por medio de la prohibición". Forsman cree que la juventud actual es como los hippies de los sesenta. Igual que en los sesenta, el uso lúdico de drogas se ve como deseable, y según el inspector, la culpa la tienen sobre todo las letras de las canciones actuales, así como Internet y el cine. Forsman apunta particularmente a las películas americanas, en las que las

drogas aparecen como placenteras. Por lo visto, ver películas en las que se consumen drogas tiene un terrible efecto en la juventud sueca. Forsman selecciona películas adecuadas... al parecer, perdió a su hermano pequeño por culpa de la propaganda de drogas. Registros íntimos

Gran parte del hash que se fuma en Suecia proviene de Christiania, una versión danesa del Ruigoord holandés (una zona declarada independiente y donde se permite fumar). Los suecos llegan fácilmente a Christiania en barco. Mikael va a menudo. Según él, los controles policiales son muy estrictos. "Pasé una vez por los controles policiales en el ferry entre Suecia y Dinamarca. Fue intensivo. Incluso hacían registros íntimos". Las últimas noticias que nos puede dar

Mikael sobre la guerra sueca contra las drogas son que ahora hay una nueva propuesta para inyectar a los adictos cierto medicamento que provoca una reacción física adversa al tomar una droga. George Orwell no llegó a imaginarse algo así...

Esta visión totalitaria del consumo de drogas se extiende también al alcohol. En Suecia la venta de alcohol está estrictamente controlada. Sólo se vende en tiendas estatales, las Systembolaget. Este sistema funciona desde principios del siglo pasado porque los suecos casi se aniquilaron a sí mismos durante el siglo XIX, por ser una nación de grandes bebedores. Durante la segunda guerra mundial, desarrollaron el gusto por las anfetaminas, especialmente por vía intravenosa. Cuando apareció en escena la marihuana, en los años sesenta, fue demasiado para la mayoría de los suecos. Se había ensayado un programa para dar drogas gratuitamente a los adictos, pero el problema empeoró. Así que las autoridades decidieron probar el otro extremo. En los años setenta, el RNS (que continúa abogando por una comunidad libre de drogas), maniobró por medio de su líder Nils Bejerot para

cambiar la opinión pública y ganarse el apoyo de la policía y la clase política. Desde ese momento, la "sociedad libre de drogas" ha sido el objetivo nacional. Este duro método pareció funcionar bien durante la mayor parte de los años ochenta. Al detener constantemente a los usuarios de drogas y encerrarlos en las clínicas, las estadísticas sobre abuso de drogas descendieron hasta convertirse en las más bajas de Europa central. Pero la cosa cambió a principios de los noventa. La juventud sueca había vuelto al cannabis y había descubierto el éxtasis. Las autoridades suecas reaccionaron con controles aún más estrictos. De acuerdo con las cifras proporcionadas por el Maria Ungdom, el abuso de drogas está en aumento entre los jóvenes. Yparece que los jóvenes suecos han añadido a la lista el esnifar pegamento.

De cara a otras naciones europeas, a los suecos les gusta mostrar que su fanatismo contra el uso de drogas funciona. Pero con poco éxito. Su tenaz posición les hace quedar como estúpidos a menudo. Les falta credibilidad.

Hipocresía

Camisetas con el icono internacional -la hoja de maría-,los colores rastafaris y la inevitable cara de Bob Marley forman un severo muestrario de símbolos sospechosos que decora las paredes de la oficina del jefe de narcóticos

Propaganda del gobierno

Pero el gobierno sueco no se avergüenza de tener su propia propaganda. Recientemente publicó un libro llamado "Hashboekje", para ofrecer información a los padres sobre el peligro del hashisch. Según este panfleto, el hashisch causa perturbaciones cerebrales, daños a los fetos, reacciones de pánico y desórdenes de personalidad. Además, se advierte de que el hash acaba con tu potencia sexual, y por poco no relaciona su uso directamente con la muerte. El panfleto implica claramente que los investigadores suecos resaltan una conexión indiscutible entre la confusa persona colocada con cannabis y un comportamiento impulsivo y violento tanto contra las personas como contra la propiedad. De este modo, este panfleto intenta hacer parecer los accidentes, suicidios e incluso asesinatos como sinónimos del uso de hachís. El librito concluye con una advertencia inequívoca y directa a los padres de que el hash daña permanentemente el desarrollo en los adolescentes.

"Ahora mismo, en Suecia, hay un profesor que proclama que la marihuana es más peligrosa que la heroína". Mikael Forsberg puede contar muchos ejemplosde la histeria contra el hash que recorre Suecia. Como miembro de la campaña Legalise It, no es precisamente una figura popular. "Recibo con frecuencia cartas amenazadoras. Incluso gente de instituciones oficiales me han advertido de que no siga". Según Forsberg, la cultura sueca del cannabis ha sido totalmente reprimida por la actitud predominante. "La hierba es muy rara en Suecia, lo que se encuentra más a menudo es hash. Dependemos completamente de proveedores extranjeros, y para ellos es mejor el hash." Forsberg cree que el cultivo casero de hierba es muy difícil en Suecia. Me cita un ejemplo, el de una tienda de acuarios en Estocolmo, donde habían montado un pequeño criadero. "Ala policía no le costó mucho tiempo desmantelarlo totalmente".

La terraza de Drottninggatan. Ha oscurecido y hace más frío. Mikael Forsberg sigue filosofando. Habla de la hipocresía que existe en Suecia sobre el hash y otras sustancias placenteras. "En cada pueblo de Suecia hay una destilería ilegal de alcohol. También continúa el contrabando de cigarrillos, ya que aquí los precios son muy altos. Pero si mencionas el hash, todo el mundo parece haber sufrido un lavado de cerebro." Dos suecos se unen a nuestra discusión sobre la paranoia sueca con las drogas. Son soldados que acaban de llegar de Bosnia. Sienten una obvia repugnancia por el hash, "jodida marihuana, esta es nuestra droga favorita", dice uno mientras señala su vaso de cerveza. Sin embargo, diez minutos más tarde está encendiendo un cigarrillo con hash, y pasándolo. "Pero mucho más jodido el gobierno", se rié mientras Mikael da una gratificante calada. Tal vez todavía hay esperanza....

La policía Rave y los reventadores de fiestas

En un intento de detener el incremento del abuso de drogas por la juventud sueca, la policía de Estocolmo promovió la Rave Commission. Se trata de una unidad policial dedicada específicamente a hacer habitualmente redadas en los sitios nocturnos más populares, buscando usuarios de éxtasis y otras drogas de recreo. Los detectives de la Rave Commission trabajaban de incógnito para ir a las fiestas y vigilar a los sospechosos de ir colocados. Estos policías habían sido entrenados por la DEA, y tras enseñar sus placas, intentaban obtener una confesión. Si esto no funcionaba, sencillamente te llevaban a la comisaría más próxima para hacerte un test de orina. La Rave Commission apareció poco después de febrero del 96, cuando la policía hizo una extensa redada en un club underground de Estocolmo, el Docklands. Los propietarios eran miembros de una organización llamada Freedom Front. La policía de Estocolmo se había sentido ofendida por las liberales declaraciones de la organización sobre las drogas blandas. Durante la redada, un millar de jóvenes fueron obligados a salir del local y esperar en la calle sin sus abrigos. Setenta y dos personas fueron detenidas esa noche, y se encontraron 48 sustancias estimulantes distintas. Una semana más tarde repitieron la redada. Esta vez detuvieron a trescientos. Apesar de que posteriormente un juez sobreseyó todos los casos, la policía de Estocolmo decidió que en adelante estaban prohibidas todas las fiestas house. Jenny Sjodin, editora de la revista sueca de baile, Lotus, denunció recientemente que la Rave Commission está actuando también fuera de las fronteras suecas. "Un par de agentes suyos fueron descubiertos durante la Love Parade de Berlín". No se trataba tanto de vigilar la Love Parade, sino de esperar más tarde, en la frontera sueca, a muchos participantes en la fiesta, que eran detenidos y obligados a bajarse de los autobuses mientras los registraban. Sjodin dice, "lo mejor fue cuando se dieron cuenta de que nadie llevaba nada". En sus contundentes declaraciones sobre la presencia policial en la Love Parade, Sjodin dice: "Suecia es el único país de Europa donde te pueden detener por escuchar o bailar música house."

En la central de policía, dos jóvenes polis intentan explicar que la Rave Commission no pretende exterminar el movimiento Rave. El detective Hans BrontAn dice: "No somos anti-house. Sólo estamos en contra del uso lúdico de drogas en esas fiestas." Estos dos policías se dan cuenta de que su trabajo constituye un importante ataque a la privacidad de los jóvenes suecos, pero se justifican: "Especialmente cuando algunos de esos chicos nos llaman después para agradecernos que los rescatáramos de su adicción al éxtasis" Los detectives de hecho admiten que las reacciones del público son normalmente furiosas y agresivas. Una queja en particular de los jóvenes participantes impresiona a BrontAn: "¿Acaso tenéis idea de lo que hacéis a la mente de alguien si lo detenéis estando bajo los efectos de un psiquedélico potente'" El policía responde señalando que no es divertido ser un reventador de fiestas.

La Rave Commission detiene a la gente incluso si sólo se han fumado un porro. BrontAn cree que el hash es menos dañino que comer pastillas, pero su colega deja claro que no comparte ese punto de vista, "el cannabis es una puerta a otras sustancias", declara con firmeza.

¿Más información? http://www.virtualexp.net/dope/SwedNarc Nazi.html

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