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Nutrición en la hidroponía

La fertilización en la hidroponía

Plantas bien nutridas quedan agradecidas Monseñor José María

En el anterior número de SOFT SECRETS hablamos de los diferentes tipos de sustratos y sistemas que se pueden emplear en la hidroponía, así como sus ventajas e inconvenientes. Una vez que el cannabicultor ha hecho su elección, deberá proceder a montar el sistema, colocar las plantas y alimentarlas, procesos que se abordarán en este artículo.

Detalle de gotero en cubo de lana de roca

Planchas de lana de roca con el drenaje canalizado a una tubería Superskunk en sistema de recirculación con arcilla expandida

Jack Herer en sistema Dutch Pot Hydro

Tanques de nutrientes de Dutch Pots Flor de Jack Herer hidropónica

Antes de iniciar un cuarto de cultivo hidropónico hay que limpiar a fondo la habitación que se vaya a utilizar, luego se desinfectará con agua y lejía. Se trata de mantener un ambiente lo más aséptico posible. Conviene pintar las paredes de blanco o cubrirlas de plástico o mylar para un mejor aprovechamiento de la luz. Cubrir el suelo con goma por si se producen escapes puede ahorrar muchos disgustos.

A la hora de ensamblar un hidropónico hay que observar con cuidado las instrucciones del fabricante. La técnica de unir las piezas a lo loco suele dar como resultado instalaciones incorrectas. Comprobar que todo encaja bien y se acopla. En los sistemas de piquetas todas tienen que estar bien conectadas y con los conductos sin taponar. Hay que prestar especial atención a que las conexiones entre piezas sean firmes y estancas. Una vez montado se pondrá a funcionar, solo con agua y sin plantas, para comprobar si hay goteos o escapes en algún punto.

Comprar buenos medidores es una excelente inversión

Ph

El Ph nos permite saber el grado de acidez o alcalinidad del agua o del medio de cultivo. Se calcula en una escala de 1 a 14, donde el 1 sería el valor más ácido y el 14 el más alcalino. Un Ph neutro sería el 7.0. Para el cultivo en tierra se recomienda un Ph en torno al 6.5, mientras que para los cultivos hidropónicos el valor optimo se considera más aproximado entre 5.6 y 6.0. nutrientes. Por tanto, con un Ph erróneo podrían producirse carencias en la alimentación de la planta, pues aunque la solución nutriente le ofrezca lo que necesita, la planta no puede absorberlo.

En lana de roca y coco para tener una idea global de la situación del Ph se efectúa una medición en el tanque de nutrientes. Con una jeringuilla se saca liquido del sustrato, se mide el Ph y se compara con el valor del tanque. Debe ser superior, pero no mucho, de lo contrario el sustrato tiene un exceso de sales o no está bien acondicionado. Otro valor de referencia es el del líquido de drenaje.

Ec

La Ec mide la electroconductividad de la solución nutriente. Dado que cuantas más sales, mayor es la electroconductividad del agua, es una forma indirecta de saber la cantidad de fertilizante en la solución nutriente. La Ec se mide en microsiemens por centímetro. Algunos medidores convierten esta medida a ppm o partes por millón, pero en realidad lo que captan es el valor de Ec que luego transforman, por ello lo más lógico es observar la Ec directamente.

Medidores de Ph y Ec.

Antes de poner las plantas y empezar la aventura es vital disponer de medidores de Ph u Ec, saber usarlos, entender que significan los datos que nos ofrecen y qué hacer en consecuencia.

Aunque muchos cannabicultores usan test colorimétricos para controlar el Ph en el cultivo en tierra, esto no ofrece la precisión deseable para la hidroponía, por lo que se recomienda adquirir medidores digitales de calidad, uno para el Ph y otro para la Ec, o bien, un modelo polivalente. Comprar buenos medidores es una excelente inversión que se amortiza con el tiempo y evita muchos problemas. Los que disponen de sonda facilitan mucho el trabajo, pues se puede observar el estado de la solución nutriente sin mantener el medidor a pulso. Dentro de que llevan sonda lo más interesantes son los que permiten la medición continua del tanque

Muchas cosechas se han perdido por errores en el calculo del Ph y Ec. Hay que disponer de liquido calibrador y asegurarse con regularidad de que los medidores marcan valores correctos. El proceso es muy sencillo, se introduce el electrodo en un liquido calibrador, se enciende el medidor, si la cifra no coincide con el valor de la solución patrón se ajusta con cuidado. Algunos medidores se calibran con una solución patrón, mientras que otros necesitan dos diferentes. Al respecto, consultad las instrucciones del fabricante. Observar la tabla de valores según temperatura que tienen todas las soluciones patrón.

Entre cada uso hay que limpiar el medidor con agua destilada para que los restos no afecten a la siguiente lectura. Si el medidor lleva un tiempo sin usarse hay que dejarlo en la solución patrón una hora, antes de calibrarlo. Después de trabajar, el medidor se limpia con agua destilada y se tapa con su capuchón, el electrodo nunca se debe secar, por lo que hay que poner unas gotas de liquido de almacenamiento en la tapa.

Hay que cambiar la solución nutriente cada semana o diez días

El tanque de nutrientes.

El tanque de los nutrientes es una de las piezas claves de la instalación. Debe ser de plástico de buena calidad, tiene que llevar una tapa que impida que entre la luz y la suciedad. Conviene vigilar con extremo cuidado que estén selladas las conexiones del tanque con el resto del sistema, pues una fuga puede ser catastrófica. En diseños de recirculación el tanque siempre tiene que estar situado a nivel inferior que las plantas, o hay que instalar una electroválvula, pues de lo contrario la solución nutriente no detendrá su circulación.

Dentro del tanque de nutrientes es importante poner una o varias piedras oxigenadoras, a las plantas les encanta el oxigeno en el riego. También se dispondrá de una bomba para sacar la solución nutriente, puede instalarse otra bomba secundaria para ayudar a rellenar el tanque de agua nueva, así como para remover la solución nutriente tras añadir los fertilizantes. La bomba de agua nunca puede funcionar con el tanque vacío o se quemará. Conviene utilizar buenos temporizadores para controlar las bombas de agua, capaces de seguir el programa diario de riego. Más de una cosecha se ha arruinado por fallos en el temporizador o en la bomba. Los temporizadores digitales dan más opciones a la hora de establecer los ciclos.

Lo óptimo es que la solución nutriente esté en torno a los 20º, no es bueno que caiga por debajo de los 16º, por ello se usara un calentador si está muy fría. Si sube por encima de los 22º contiene menos oxigeno, para prevenir esto hay que controlar las condiciones ambientales del cuarto de cultivo; con un aire acondicionado, si es preciso. De lo contrario es mejor no cultivar en hidroponía en verano, cuando aumenta el calor. Los tanques amplios mantienen la temperatura más estable.

La solución nutriente

Se parte de la base de un agua de buena calidad, o bien agua destilada o de osmosis inversa reconstituida con calcio y magnesio. Se añade fertilizante líquido hasta la Ec, deseada. Alcanzada la Ec se mide el Ph, conviene que esté entre 5.6 y 6.0, para lo que se regulará con el líquido corrector correspondiente. Hay que vigilar a diario el Ph y la Ec, para corregirlos, pues a medida que las plantas se nutren y el agua se evapora, los valores varían. Para aumentar la Ec se añade fertilizante, para disminuirla agua destilada. A pesar de que los valores sean correctos, hay que cambiar la solución nutriente cada semana o diez días. Esto se debe a que las plantas aprovechan unos nutrientes y desechan otros, por lo que de no reemplazarse la solución, se producirán acumulaciones tóxicas. Al vaciar el tanque hay que aclararlo bien y limpiarlo con una bayeta, así se eliminan los restos de sales.

La mayoría de las marcas ofrecen nutrientes para la hidroponía en dos o tres partes, hay que mezclarlos según instrucciones del fabricante. Conviene usar fertilizantes de primera calidad, específicos para el cannabis, pues son los que mejores resultados dan, tanto en la producción, como en el sabor. Los malos fertilizantes se disuelven peor, suelen quedar sales al fondo de la botella y en el tanque de nutrientes. En un cultivo de tanto interés como el cannabis no merece la pena ahorrar en fertilizantes. Hay preparados específicos para aguas duras y blandas, a elegir en función de las circunstancias de cada cultivador.

Puesta en marcha.

Una vez que se ha comprobado que toda la instalación funciona bien y sin escapes, se procede a colocar el medio de cultivo. Tanto las planchas de coco, como las bolas de arcilla o la lana de roca, son medios que deben estar bien acondicionados según los consejos del capitulo anterior. A las planchas se les practicarán por debajo cortes en diagonal para el drenaje, por la parte superior se hacen incisiones en forma de “X” donde colocar las plantas. Lo más normal es usar esquejes enraizados en cubos de lana de roca, también se pueden usar semillas germinadas en este medio, se transplantaran cuando las raíces asomen por el cubo. Antes de pasar la planta a la plancha o la arcilla expandida, puede transplantarse a un cubo de tamaño superior, hará de colchón para las raíces en caso de fallo del sistema.

Ciclo de alimentación.

En los primeros estadios de la planta se trabajara con una Ec baja, en torno a 0.7. Cuando ya interesa que las plantas se desarrollen se aumenta hasta 1.3. La floración se comienza en 1.4. La norma de prudencia mas aconsejada es no sobrepasar de 1.8, no hay que forzar a las plantas demasiado, pues se puede perder calidad con los excesos.

Hay muchos cannabicultores que se arriesgan a valores de 2.0 e incluso superiores, en pos de la gran producción, aunque se pueden producir sobrefertilizaciones o arruinarse el sabor del producto final. En todo caso, hay genéticas que soportan este tratamiento mejor que otras, por lo que cada cultivador tiene que ir probando cual es el nivel de nutrientes que acepta la planta. Dado que diferentes variedades tienen diferentes necesidades alimenticias, conviene cultivar plantas iguales cuando se usen sistemas con un tanque de nutrientes común, de lo contrario para satisfacer a unas, habrá que sacrificar a otras.

En los sistemas de riego se aconseja graduar para que drene por lo menos un tercio de la solución nutriente, de forma que arrastre las sales lo máximo posible. En caso de que se detecte una sobrealimentación o un exceso de sales, se procederá a vaciar el tanque y hacer un lavado de raíces con agua limpia, tras el cual se dejará el tanque con agua y una cuarta parte de la solución nutriente que se usa normalmente. Los lavados de raíces se pueden practicar como método preventivo si se sospecha que se va a producir la acumulación.

Cuando falten diez días para la cosecha, conviene hacer un buen lavado de raíces, además de reducir al mínimo la cantidad de fertilizante, sobre todo en los casos que se han seguido régimen de abonado fuertes. De esta forma se ayuda a la planta a eliminar los excesos de nutrientes, lo que repercute en la calidad del producto final.

Superskunk hidropónica al final de floración

Superskunk sobre arcilla expandida a mediados de floración

Complementos nutricionales

El Pk 13 – 14 es uno de los fertilizantes de floración más clásicos. Se empieza con dosis bajas que se aumentan cada semana de floración. Para prevenir la acumulación de sales y las intoxicaciones, es buena idea el uso regular de preparados a base enzimas, ayudan a eliminar raíces muertas y mejoran la absorción de nutrientes.

Un complemento muy utilizado en los sistemas hidropónicos son los estimuladores de raíz, favorecen una buena masa radicular que absorba los nutrientes. Dado que en la hidroponía no existe la misma vida que en la tierra, el cultivo mejorará mucho si además se lo complementa con bioestimuladores en crecimiento y floración. También se pueden usar diversas ayudas, como el conocido Trichoderma que coloniza las raíces y otros compuestos que tratan de estimular la vida del sustrato. Se trata de producir condiciones más similares a las naturales, lo que beneficia la salud y desarrollo de la planta. Para acabar el cultivo hay diversos finalizadores y aceleradores de la madurez.

Los filtros de osmosis

M.J.M.

En algunos sitios el agua es de una calidad tan deficiente que no es apta para el cultivo hidropónico. Esto ocurre sobre todo en las zonas costeras, al medir la Ec del agua del grifo ya salen valores muy altos, dado que la planta solo tolera un cierto nivel de sales en la solución nutriente, casi no queda margen para añadir fertilizantes. Intentar cultivar en hidroponía con este tipo de aguas es bastante arriesgado, pues lo más habitual es que se produzcan problemas nutricionales e intoxicaciones, en el mejor de los casos se finalizará la cosecha, pero con una perdida de producción y calidad.

Lo más apropiado donde haya aguas con muchas sales es usar agua destilada. Aunque una solución provisional es comprarla por garrafas, esto puede resultar pesado e incluso sospechoso. En estos casos lo mejor es instalar un filtro de osmosis inversa para depurar el agua. Los filtros de osmosis son una excelente inversión para el cultivador hidropónico, pues le proporcionan agua de excelente calidad, con la que es posible ejercer un mayor control sobre la alimentación de su cultivo. Estos aparatos purifican el agua al hacerla pasar por unas membranas, hay que renovar los cartuchos filtrantes para que se mantengan en buen uso.

El agua osmotizada da un valor de Ec de cero, para hacerla apropiada para el cultivo algunos cultivadores optan por mezclarla con un poco de agua del grifo, aunque lo mejor es reconstituirla con Calcio y Magnesio hasta 0.3, de forma que sea más estable para trabajar con ella. Tanto el calcio como el magnesio se pueden adquirir en las tiendas de cultivo.

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