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EN EL CAMPO DEL DERECHO Héctor Brotons Albert (abogado, Director del Estudio Jurídico Brotsanbert, portavoz del Observatorio Europeo del Consumo y Cultivo de Cannabis)
SUBCOMISIÓN SOBRE CANNABIS MEDICINAL ¿ CÓMO REGULAR EL AUTOCULTIVO MEDICINAL DE CANNABIS?: LEY O REGLAMENTO
El Cannabis en el Estado español es un fenómeno con múltiples dimensiones. Podríamos analizarlo desde una perspectiva sociológica, industrial, agrícola, criminológica o económica. Sin embargo, nos centraremos en el autocultivo medicinal, una de sus vertientes más comentadas durante los últimos meses. Un debate que a buen seguro se extenderá, al menos, durante lo que resta de 2022. Hablamos de Cannabis medicinal, una puerta que se abrió definitivamente a raíz de la reciente exclusión de dicha sustancia de la Lista IV de la Convención sobre drogas de 1961, en la que se incluyen algunas de las más peligrosas como la heroína. Dicha exclusión se aprobó mediante mayoría simple de los 53 Estados que conforman la comisión en una votación celebrada en noviembre de 2020, con el voto a favor de casi todos los miembros de la Unión Europea, con la excepción de Hungría, gobernada por el ultraconservador Viktor Orban. La base para este cambio de parecer fue un dictamen de la Organización Mundial de la Salud (OMS), realizado casi dos años antes, en la que recomendaba la retirada del Cannabis de la citada lista. Dicha decisión, adoptada por el máximo órgano de la Organización de las Naciones Unidas en lo que a los estupefacientes se refiere supuso un paso fundamental para el cambio de parecer de muchos Gobiernos en lo que a regulación del Cannabis se refiere. En España se ha traducido en la creación de la llamada “Subcomisión al objeto de analizar experiencias de regulación del cannabis para uso medicinal (154/11)” Son muchos los rumores, los dimes y los diretes que han rodeado a la subcomisión para estudiar la regulación del cannabis para uso medicinal y terapéutico. Desde su génesis, se han generado muchas expectativas acerca de las conclusiones que la misma pudiese arrojar, pero si bien es cierto, esta subcomisión apenas ha echado a andar. Una de las cosas más llamativas de su constitución ha sido el cambio de postura por parte del Partido Socialista, que hasta el momento había mantenido un “no”
rotundo a cualquier iniciativa relacionada con la materia, refugiándose en una supuesta falta de evidencia científica y cerrando los ojos ante los avances legislativos en materia de cannabis medicinal que se han ido produciendo en todo el mundo durante las últimas tres décadas. Sin embargo, ante la proposición enunciada por el Partido Nacionalista Vasco en mayo de 2021, los socialistas unieron sus votos a los de otros partidos que ya habían mostrado su predisposición a profundizar en la senda de la regulación, como Más País, Unidas Podemos o Esquerra Republicana, aprobándose la creación de la referida subcomisión por un total de 206 votos a favor, 141 en contra y no contabilizándose ninguna abstención. Desde que tuvimos conocimiento de esta buena noticia, se han debatido en las Cortes Generales dos iniciativas que pretendían “ir mas allá”, es decir, no circunscribir el ámbito de una presumible regulación a lo sanitario, extendiéndolo también al consumo recreativo. En primer lugar, se discutió en la Cámara Alta sobre la propuesta presentada por el senador navarro Koldo Martínez en representación de Geroa Bai y e integrado en el grupo parlamentario Izquierda Confederal. Martínez, médico de profesión, enfocó su proposición de Ley hacia los clubes de consumidores de cannabis, una de las fórmulas más extendidas a lo largo del Estado español como forma de consumo compartido, cifrándolos el propio senador en unos 1500. La propuesta no superó la admisión a trámite, en una votación en la que el Partido Socialista unió sus escaños
a los del Partido Popular y Vox para evitar que la iniciativa siguiese su curso. Posteriormente, corrió la misma suerte la iniciativa defendida por el diputado Íñigo Errejón, de Más País, esta vez en el Congreso de los Diputados. A pesar de una argumentación basada en motivos de salud pública, seguridad, economía y libertad individual, tampoco se aprobó su admisión a trámite como consecuencia de un nuevo bloqueo propiciado por una composición prácticamente idéntica a la conformada semanas antes en el Senado; con PP, PSOE y Vox votando en contra. Resulta conveniente destacar que, por lo contrario, Ciudadanos sí se mostró dispuesto a apoyar la tramitación de sendas iniciativas, votando a favor y mostrando un discurso que en esta ocasión sí podría entrar dentro de los estándares de los partidos liberales europeos. A las dos iniciativas comentadas, hay que añadir otras dos, presentadas por Esquerra Republicana y Unidas Podemos respectivamente, y que más allá de encontrar puntos de convergencia y divergencia entre unas y otras, de todas se puede extraer una conclusión bastante clara: Es necesario avanzar en una regulación del Cannabis, no pudiendo España quedar atrás en una materia en la que, de facto, somos una potencia mundial. No creemos que exista ninguna otra materia en la que nuestro país presente una posición de vanguardia y, a la vez, todos los agentes del mercado se encuentren con una cantidad ingente de trabas burocráticas y legales. SUBCOMISIÓN SOBRE CANNABIS MEDICINAL
Hechas estas aclaraciones previas, que sirvan para dar contexto sobre la situación que atraviesa el Estado español en esta materia, volvemos sobre nuestros pasos para retomar el tema principal que orienta a este artículo: La Subcomisión al objeto de analizar experiencias de regulación del cannabis para uso medicinal. Hemos podido escuchar y leer muchas cosas acerca de ella, pero hay dos que, por su trascendencia, consideramos imprescindible comentar, una, y desarrollar, otra. La primera cuestión es la relativa a una frase que no por manida pierde verosimilitud: “Las conclusiones de esta subcomisión están escritas desde antes de su inicio”. Desconocemos si es cierto, si bien, sería preocupante tanto para la imagen institucional del Congreso de los Diputados y sus miembros como para la credibilidad de cara a la opinión pública que las comisiones y subcomisiones fuesen un mero “paripé”, y no un ejercicio honesto de análisis, estudio y debate sobre un tema de interés público. De hecho, y reiteramos, de ser cierta esta afirmación, no solo supondría un dispendio para las arcas públicas, sino una enorme falta de respeto para con todas esas personas que, por un motivo u otro, deben de acudir al cannabis como forma de paliar sus dolencias. No en vano, la mayoría de las patologías que pueden ser tratadas con productos basados en el cannabis resultan graves, como por ejemplo los dolores neuropáticos, los efectos adversos de la quimioterapia o la esclerosis múltiple. Consideramos que estos ciudadanos y ciudadanas merecen un trato diligente y