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Ma. Bertha Vera Magaña

Ma. Bertha Vera Magaña

Morelia, Michoacán, 1948

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Colaboró en la Revistas Literarias: Livres y Ariwá. Publicó en coautoría ¿Dónde quedo yo? Mujeres que se arraigan en la escritura (DEMAC). Primer lugar en el VI Concurso Nacional Literario «El Viejo y la Mar» 2014 en el Estado de Chihuahua. Primer lugar en el Certamen de Poesía Ferrocarril a la Redonda 2017. Participó en el Foro de Mujeres Poetas Internacionales (MPI) Inc. «Grito de Mujer 2018”. Obtuvo el primer lugar en el XII Concurso Nacional Literario «Memoria de el Viejo y la Mar» en el Estado de Chihuahua 2020. Antología poética «Poetazos» colectivo la otra Feria 2020. Forma parte de la Antología Historias de Arena y Viento 2020. Mención Honorifica Premio de Poesía Alma Rosa Estrada 2021.

Ni los gritos insomnes del desierto

I

No otros miedos sino este toma las formas de tu propio ser pcr

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Exiliada de la resurrección de lirios y jazmines del rostro del amanecer. No escuchas los pasos obcecados del viento Ni los gritos insomnes del desierto el alba quedó atrapada en tu garganta. Nadie puede hilvanar un beso en tu frente la soledad atosiga tu llanto amordazado en el tamiz de una cruel separación.

sars-Cov-2 bautizado con el agua profana de incrédulos y necios has clavado el miedo a un costado de la aurora

Saturación de oxígeno disminuida disminuida se fragua a tus espaldas la sombría mudanza de los sueños.

En la penumbra de tu cama está varado el tiempo germina el desosiego hay una espera amarga, sin pausa ni tropiezos hay miedo de hollar el silencio de la muerte.

II

Área restringida Te sumergieron en un caldero infernal noche profana de luciérnagas blancas cubrió con su manto la hendidura en tus ojos por donde escapa la hipnosis de la muerte.

Ciudad agobiada de contagios humíllate, expía tus pecados dobla tus rodillas son mis muertos y los tuyos mastican la angustia de ser expatriados de sí mismos. Pandemia

pandemia pandemia.

Escalofrío fiebre cansancio tos, hasta hundirte en tu naufragio el estertor de la muerte se esparce sigiloso

siempre en vigilia para palpar tu piel de arena el espanto desangra el crepúsculo para decantar gota a gota el suspiro tenaz de la tristeza.

III

Afianzada a tu memoria la palabra negándose a una despedida tu aliento es vértigo de recuerdos ausencia enmarcada en pupilas desoladas.

Detrás de esa pared sombría hay otras manos otro miedo otro silencio otras miradas otra compasión hermanada a tu sangre.

Oh miedo demacrado espanto letal agonía amordazada escarba en tu piel las uñas del desierto se consume la acequia de tu lengua un todo aglutinado a tu garganta te asfixia el escarnio del silencio para morir y renacer en otro día.

V

No pude apretar tu mano de pájaro cautivo conectada, desconectada entubada con el espanto clavado en la raíz de tu mirada. Un oxímetro marca el funesto dolor y la fatiga saturación saturación, disminuida estruja el alba pálida la angustia se yergue en sí misma y te devora.

Insuficiencia respiratoria neumonía taquicardia piel marmórea vacío descarnado de presencia.

La codicia de un dios minúsculo acecha tu respiración mientras el aura de un beso renacido en un poema busca dormitar en tu regazo.

VI

Hay tanta sordina en el rumor del aire una pantalla un móvil —sostenido por manos ajenas— imagen etérea refleja ojos dolientes de tus hijos un adiós sin cuerpo

un lenguaje hecho de silencio

un beso se desnuda

viento cae, se levanta, se hace y deshace entre los labios del

enigma de la ausencia.

Crepita en hornos el suspiro inaudible de la muerte Tócame soy polvo epidermis de ceniza sombra deshabitada de mi cuerpo espectro de sonámbulos abrazos.

Martha, tantea con tu canto otra puerta detrás de la luz.

Pandemials. Una antología viral se terminó de editar en julio de 2021 en la ciudad de Chihuahua por Sangre ediciones con el apoyo del Programa Emergente de Apoyo a Creadores de la Secretaría de Cultura del Estado de Chihuahua. Derechos reservados a sus autoras y autores.

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