Diario de Marta

Page 1

MARTA

De la coquetería y la transformación 5

Diarios de brujería


6


7


8


Diario de Marta

MARTA

De la coquetería y la transformación *

Marta se acuesta tarde haciendo el almuerzo para los hijos de treinta años que se quedan en la casa a esperarlo muy puntual a las doce de la tarde y para el esposo que todas las mañanas sale a trabajar. Marta se despierta temprano para meterse a bañar, echarse cremita y alisarse el capul con un secador viejo que quema el cuero del pelo. Marta se acuesta tarde, a veces muy tarde, recortando patrones en la mesa del comedor y cosiendo en una maquina Singer, vieja y de pedal, los trabajos que tiene que salir a repartir al otro día, o los rueditos que le coge a los pantalones de los sobrinos que apenas entran al colegio. Marta se despierta temprano, muy temprano para alcanzar a acomodar todas las toallas bordadas que coloca en cada baño, oler si aún huelen a canela y desempolvar las tapas antes de volver a colocarles un mantelito de ojalillo bordado o de algodón pintado con encajes alrededor. Marta se acuesta tarde, a veces muy tarde para estar segura de que su casa sigue brillante y si es necesario, reto carse las puntas 5


Diario de Marta del cabello con unas tijeras de la peluquería que tuvo, en la que nos cortó a todos los cabellos y le salvó las uñas de los pies a las otras tías, viejísimas y regordetas. Marta dulce, como brevas con queso se queda en las fiestas sentada de carrizo hasta que ya está prendidita y se para a bailar, al lado de la nevera, en una esquinita, como quien no quiere que la vean. Marta dulce, coqueta y cuidadosa que cruza la selva que se interpone entre Dosquebradas y mi casa para llevar unas arepas de carbón y tal vez para hacerle algún arreglito, a un pedacito de pared que se descascara o a una goterita que está convencida sale del grifo del patio. Marta dulce, se ríe con una mano en la boca, dejando ver apenas sus dientes entre las comisuras de sus dedos mientras cuenta las historias de cuando fumaba cigarrillos de fresa en el cuarto de abajo mientras la abuela pintaba. Marta coqueta, de una coquetería antigua lanza un ay no mijo, mientras cuenta las historias de cuando huía al matiné con uno de sus mozos y el otro le compraba el pan, el queso y los cigarros. Marta pulcra, Marta recatada que prefiere que yo no la viera mientras mi mama entre carcajadas cuenta la historia de cuando salieron a perseguir a uno de sus novios por los techos de Alfonso López, porque seguro estaba con una de las monas de la casa grande de la esquina. Marta, que me enseñó a silbar a las muchachas que caminaban por el andén, que diría ahora si esas muchachas se transformaron en hombres que me silban. Marta que me enseñaba a pintar en una sola dirección y a conversar con la señora enamorada de mí que vivía al lado de la quebrada. Marta dulce, pulcra y cuidadosa de un pasado de pequeñas malicias que se le notan en los ojos cuando de reojo nos mira, sentada con un vestido rosa.

6


7


Diario de Marta Marta tiene una chuchita que, sin saber, y sin querer, cuida y ve crecer. Marta tiene una chichita que se come los bocadillos y le roba sujetadores para el cabello. Marta cuida a una chuchita que se le come las jaleas blancas en una tacita de cerámica con flores sobre un mantelito que tiende sobre la tierra de la cocina, al lado de las gafas rosas viejas que guarda y que le lee los papelitos en los que sus novios escribían carticas de amor envueltas en bombones de mora. Marta tiene una chuchita que la persigue y ella niega, pero que sin saber está queriendo y cuidando, dándole cobijitas sobre el pastizal y en lugar de destruir su palo que hace de casa, llenándolo de agua para que florezca, embelleciendo no solo su casa sino dándole a la chuchita florecitas para adornarse el pelo.

8


9


Diario de Marta Marta es bruja porque construye sobre aquello que parece olvidado, porque rescata y salva unas esquinas de la casa en las que ya nadie quiere entrar, así como con el tiempo hizo que los bajos del patio donde vivía se vieran como una casa coqueta en la que ella podía habitar. Marta zalamera y coqueta es bruja porque re construye y elonga, elonga el tiempo y cuida, así como cuidaba a los viejitos que vivían en la casa de arriba cuando apenas se casó y salió corriendo para otra parte. Marta es bruja de oficios olvidados, de bordar en las tardes y coser en las noches, de ser enfermera porque le tocó aprender o constructora para que en el baño ya no le pasaran animalitos. Marta es bruja de un pasado que esconde, pero que no puede negar demasiado tiempo tras esa sonrisa que esconde entre los dedos. Marta coqueta y noviera es bruja de contradicciones, de encajes de color pastel y labios de color rojo bocadillo.

10


Diario de Marta

Marta es 10 am porque es luz limpia y clara, porque siempre estรก activa haciendo algo, corriendo por la casa, llevando cosas y arreglรกndose la falda. Marta es 10 am porque es la luz que hace que todos sus colores se vean brillantes y apastelados, claros, pulcros y cuidadosos. Marta es 10 am de una luz que la lava y la deja solo a ella, de ese amarillo del sol que hace que todo se pierda de tanta claridad. 11


12


Diario de Marta

Los materiales de Marta Marta es chalis cálido y cuidadoso, que se dobla y se quema fácil, que hay que tratar como ella coge sus toallas y como borda las carpetas que coloca encima del televisor. Marta es chalis suave y a veces despistado, que flota y se mueve con una delicadeza que solo ella aporta a este aquelarre de materiales bruja. Marta es chalis fino y sin trama visible, de un hacer lento y una experticia tremenda para no dañarlo. Marta es una tela coqueta que parece un pétalo, que se pega a la piel cuando le cae agua, como el rocío suave que le pega bajo el sol y se mueve lento como los vestidos que se colocaba para salir a comprar pan con queso.

13


Diario de Marta Los colores de Marta

c92b3b C5 M96 Y77 K0 Tintura Colorantes directos 0,5% Rojo: 10 Magenta: 60 Azul: 5 Amarillo: 25

fdcdd1 C5 M31 Y13 K0 Tintura natural Uva Pos mordiente 45 ml de vinagre (un shot) por 1 l de agua

Marta guarda en un cajoncito secreto los papelitos con pequeñas carticas que le regalaban antes y recuerda esos bombones rojos que le llegaban todos los días con un ¿Martica, cuando vamos a la matiné?

Marta se despierta temprano, muy temprano cuando el cielo aún es rosa apagado para ponerse linda, para cuidar la casa que construyó, hacerles a todos en la casa una colada de fresa y ponerse después de mucho a bordar unas toallas como si ellas aún coquetearan por ahí.

14

ff9f97 C0 M55 Y31 K0 Tintura Colorantes directos 0,3% Magenta: 60 Azul: 5 Amarillo: 30

Y mientras recuerda eso se pone un trapito rosa encima de las piernas que acaricia entre risitas diciendo que era la más noviera de la casa, como si tocándolo con sus dedos reviviera esos días


Diario de Marta

e5b550 C1 M35 Y82 K0 Tintura Colorantes directos 0,3% Magenta: 20 Azul: 5 Amarillo: 77

Cuando Marta se va a la casa de los bajos camina sobre un piso de cemento sucio con unas pocas baldosas que va colocando para que su casa se vea coqueta mientras una chuchita que se mete por la ventana se le come las gelatinas

fde006 C3 M15 Y96 K0 Tintura natural Raíz de cúrcuma Mordiente Sal

Marta sale a la esquina con su vestido de margaritas a esperar al buen mozo que le va a invitar un bombón, o que le va a mandar una cartica por debajo de la puerta de la casa de Alfonzo López

fbfadc C3 M0 Y20 K0 Tintura natural Raíz de cúrcuma diluida Mordiente Sal

Marta hace a punto de cruz unos tapeticos bien lindos para poner encima de los baños que hace poco cambió, porque antes era una mezcla entre bacinilla y letrina y limpia todos los días una vajilla de porcelana amarillenta que le regaló Humberto el día que se casaron 15


16


Diario de Marta Relatos de una

BRUJA

¿Una historia? Papi, pero si yo soy malísima para eso, yo no me

acuerdo de nada y es que yo siento que no he hecho nada en la vida, no como sus otras tías, yo algunas veces pienso que yo me quedé toda la vida en la casa, que hay muchas cosas que quería hacer y que no hice, aunque de pronto si las hice, ay mentiras, mire más bien que yo si quería ser enfermera y me toco ser enfermera, de los viejitos papás de Humberto que vivían arriba porque a nosotros nos alquilaban era el apartamento de abajo, si, ay papi, me toco cuidarlos mucho tiempo y aprender a aplicar inyecciones y todo, pues o fui enfermera porque nunca me dejaron estudiar, o bueno a mí no me gustaba más bien. ¿Una historia? Me dice Marta trayendo maní cuando le digo que me cuente de su vida, pero ay papi, ponga el tarro encima de este mantelito que es que la mesa, que es que la madera, que es que se me daña, se me ensucia, se me desarregla o se me desbarata. ¿Una historia? Me dice Marta, no pues, imagínese que yo era bien noviera, ja, eso me sobraban los dulces en la casa, siempre guardaba un montón de pendejadas, que el bombón que me llegó y los papelitos que les envolvían para decirme, Martica, ¿Qué pasa que no me quiere ver ya? Y mentira, cual que no los quisiera ver, lo que pasaba es que se me cruzaban los cables y donde me vieran con el otro, Dios Bendito que se armaba, ahí al lado de la iglesia de la esquina o al frente del guadual al lado del río, donde queda la banca en la que me invitaban a pan con queso, pero pa saber pues, que a la final solo me quedé con uno, con ese que vivía por ahí por el telar que quedaba atrás de la casa de la vecina, ay a ese sí. ¿Una historia? Pues mire papi que es que yo no he hecho mucho, a mí me iba mal en el colegio entonces me sacaron de estudiar y grande fue el lío porque es que a mi Humberto me acompañaba del colegio a la casa y yo retrasaba a todas sus tías, pero es que

17


Diario de Marta ahora como lo iba a ver, pero eso se arregló fácil, no era sino que me invitara a cine para que su mamá se nos pegara, antes no se nos sentaba en la mitad, o que le dijera mire persigamos a Humberto, que él está allí al lado de la casa grande de su amiga y si nos trepamos por las escaleras al lado del palo de naranjas que queda en la sala central lo podemos ver, pues que eso hicimos y pues que nos tocó salir pitadas porque el casi nos ve y hasta un perro casi nos muerde. ¿Una historia? Me dice tapándose un poquito la cara mirando al techo, no pues, es que yo en serio no he hecho nada, yo algunas veces si miro y pienso, todo sigue igual, no he hecho nada, o hice muchas bobadas, como el día en el que me depilé las cejas y la pela que me dio mamá usted no se imagina, me puso a lavar casi que toda la casa y la moledora de maíz que pegábamos al pollo de la cocina, ah, yo creo que por eso fue que yo me fui, me casé de una porque ya me habían sacado de estudiar y porque en la casa lavando el piso no me iba a quedar, pero ay que si me fue mal al principio, porque bien zalamera que si era, me tocó vivir en los bajos de una casa grande, con piso de tierra y letrinas viejas, con una chucha que de vez en cuando se pasaba por el baño y los gritos que yo si pegaba, pero al final linda que la pusimos, le estucamos las paredes, la levantamos como armando un nido de a ramitas, le colocamos cemento al piso y le bordé unos mantelitos de flores a todos los sanitarios, cuando por fin los pudimos colocar. ¿Una historia? Si es que yo no he hecho nada, pues me metí después a la fábrica y allá terminé de aprender a coser, porque fue la vecina que tenía la maquina la que me enseñó al principio a hacerle vestidos a las muñecas, de esas viejas de plástico, uno le hacía que poco de vestiditos con lo que se encontraba por ahí y yo era siempre feliz, cosiéndole, pero terminé de aprender fue allá. ¿Una historia? Si es que yo no he hecho casi nada, yo siempre me he quedado es cuidando la casa, dice Marta con un tono más opaco de con el que empezó a la una de la tarde, seguro porque ya la voz le queda gruesa después de hablar cuatro horas parando solo para servir un jugo, un tinto, un agua con rosas, el maní que sabe que me gusta desde pequeño, el tetero

18


19


del sobrino, o hacer el almuerzo de mañana del esposo, preparar tres pedidos de comida para los vecinos y ver moldes para los Blue Jeans que tiene que entregar mañana. ¿Una historia? Si es que yo no hago casi nada, me dice Marta con el capul perfecto después de toda una tarde, de haber hablado entre palabras secretas y risitas entre cortadas lo poco que no hizo.

El fin

20


21


22


23


Brujas textiles Pereira

24


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.