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PASAJERA EN TRANCE Escrito Por: ESTEBAN GIRALDO GONZÁLEZ

giraldoesteban@hotmail.com Cel: 3006581426


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EXT. CALLE DE GUAYAQUIL CON CONFITERÍAS, COMERCIOS Y BURDELES - DÍA LÍA (una muchacha de unos 19 años, delgada, bella, un vestido de judía sobre el pecho, humilde, un canguro a juego, pequeño) camina entre las pocas personas en la calle. Carretas con verduras y frutas, casetas con mercancías abigarradas. Dependientes abren las puertas de los locales. En algunas puertas prostitutas baraticas sentadas en las escalares. LÍA las ve sin ningún asomo de desprecio, comprensión casi. Sigue caminando. LÍA llega a una de las puertas de las confiterías de la calle. CRÉDITOS: "PASAJERA EN TRANCE"

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INT. CONFITERÍA 1 - DÍA Se trata de un local con mercancías hasta el techo: licores, dulces, snacks, cigarrillos, condones, desechables, etc. Todo colorido y organizado, en estanterías de madera. Un mostrador separa a los compradores de la única vendedora: MARTA (de 45 años, vestida con jeans y camiseta de algún producto). LÍA entra, feliz, convencida. LÍA: Doña Martha, vamos a hacer un negocio. MARTA: Qué hubo mija. LÍA: (Señalando) Fíeme un paquete de "chocobabis". MARTA: "Chocobeibis", Lía, "chocobeibis". LÍA: Wherever (bien dicho), Doña Marta, lo importante es que me lo fíe. MARTA: Ay muchacha... No puedo... LÍA: (Simpática) Sí, usted sí puede. Y vea que hoy voy a comprar por ahí 15 paquetes de esos. Hoy voy a vender tantos (MÁS) (CONTINÚA)


CONTINÚA:

2. LÍA: (continúa) que me va a tocar ir a otra confitería porque voy a acabar con todos los de acá. Pero fíeme el primero. MARTA: (Sonriendo) Vos sabés que yo no puedo. No está el patrón. LÍA: (De culebrera Hágale. Vea que es En serio... Cuando el segundo le pago

a suplicante) una necesidad... venga a comprar el primero.

MARTA hace un gesto afirmativo, divertido. Va hasta la estantería donde están los dulces. 3

EXT. CALLE DE GUAYAQUIL CON CONFITERÍAS, COMERCIOS Y BURDELES - DÍA LÍA camina con el paquete de Choco babies en las manos. Le sonríe a una prostituta que camina cerca, LUCÍA (de la misma edad que LÍA, vestida de jeans ceñido, tacones, una camisa de adolescente, nada burda). LÍA le enseña el paquete. Sigue caminando.

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EXT. PARADERO DE BUSES 1 - DÍA. LÍA espera un bus con su paquete de brazos. A su lado llega un VENDEDOR vestido con corbata, con una maleta de colores y lapiceros en la otra).

chocobabies en los (de unos 50 años, en una mano y un paquete Ella se le acerca.

LÍA: ¿A cuánto es el paquetico de colores? VENDEDOR: (Huraño) A tres mil. LÍA: (Mostrándole el paquete de confites) De pronto más tarde. Para un bus. Mientras los pasajeros se suben LÍA se acerca. Cuando se va a subir el VENDEDOR la tira del brazo y la baja. (CONTINÚA)


CONTINÚA:

3. VENDEDOR: Primero los mayores niña, primero los mayores. Respete.

LÍA intenta subirse antes que él. LÍA: ¡Ey! Pero si yo llegué primero. El VENDEDOR, la empuja, hace una mueca de desagrado, se sube y el bus arranca. Lía se queda mirando, rabiosa. 5

INT. BUS - DÍA Lía pasa por el bus, entregando, recogiendo caramelos, dinero. Los mete y los saca de la bolsa. Cuenta monedas. Sonríe a los pasajeros que le compran: LÍA (EN OFF): (Convencida, con actitud) Señoras y señores en el día de hoy les vengo ofreciendo el rico y delicioso caramelo choco baby... Nadie le compra. LÍA termina de recoger en los asientos delanteros los últimos caramelos que la gente le entrega. Se sienta justo en frente del asiento de la registradora, ofreciéndole caramelos a un pasajero que sube. El bus se detiene. LÍA va a bajarse. Le entrega al conductor, CALICHE, sonriéndole, coqueta, uno de sus caramelos. El conductor le aprisiona la mano, halándola tiernamente. Se trata de un conductor de 25 años, moreno, fornido, ni agradable ni desagradable, vestido con el uniforme de la empresa de transportes. Al lado de la palanca de cambios el cofre donde se ponen las monedas y una cajita abierta con lo que los vendedores le van dejando en agradecimiento por dejarlos vender: galletas, costureros, cepillos de dientes, chicles, etc. CALICHE: Vení sentate... LÍA va a sentarse en el puesto al lado del conductor. Se sienta. LÍA: ¿Qué más pues Caliche? CALICHE: Ahí en la brega. El bus para. Se sube un pasajero, paga y CALICHE le devuelve. (CONTINÚA)


CONTINÚA:

4. CALICHE: Entonces qué Lía. ¿Qué va a hacer ahora? LÍA: Trabajar Caliche. Trabajar. Tengo que pagar todo lo del colegio del niño. CALICHE: La invito a bailar. LÍA: No, serio. Tengo que trabajar. Hasta hoy tengo plazo y tiene que estudiar. CALICHE: Por eso. Usted sabe que es sino que se maneje bien conmigo y yo la pongo a lo bien.

LÍA le sonríe, sincera. Caliche también, tierno. LÍA: Ni usted se maneja bien ni yo quiero tampoco. Pero ahí vemos lo de la bailadita, falta que me hace. De verdad. LÍA le hace un gesto de coquetería franco. CALICHE: Vamos... LÍA: (Ilusionada) Suerte Caliche. Hoy tengo que tener suerte. El bus se detiene. LÍA se para y comienza a bajarse. CALICHE vuelve a tomarla. Saca de la caja donde guarda todo lo que le dejan los vendedores una pinza de cabello con motivos de flores. Se la da a LÍA. LÍA: (Poniéndosela) Me sale. Gracias. CALICHE: (Enamorado) Te sale. Chao. LÍA se baja rápidamente.


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INT. BUSES - DÍA LÍA se sube al bus, franqueando la registradora, abriéndose el botón del vestido, abriéndose el escote. LÍA: (Convencida, con actitud) Hay unos jóvenes que nos vemos obligados por la falta empleo y oportunidades a laborar en estos medios de transporte para conseguir un plato de comida y un techo para no aguantar frío... Entrega los confites, despertando alegremente a pasajeros dormidos, pasando por todos los puestos, aguantando la negativa de algunos pasajeros de recibir el choco baby, apartándose para que uno de los escasos pasajeros pueda pasar. En el camino (cuando ha comenzado a recoger dinero o caramelos) ve un billete de 20 mil pesos tirado en el piso. LÍA mira alrededor. Nadie la mira, excepto un pasajero joven que le sonríe. LÍA se agacha y disimuladamente coge el billete. Lo mete hasta el fondo de su bolsa con caramelos. Pasa por un pasajero, un hombre mayor que le devuelve los confites. Llega hasta una MUJER de unos 40 años, sin duda una funcionaria de rango secretarial, que está sacando la monedera de su bolso. LÍA: ¿Me colabora? La mujer mira en su bolso. Se sienta, saca una moneda de quinientos y se la da a Lía. MUJER: Tres. Mientras LÍA le entrega los caramelos, la mujer hurga en su bolso, se extraña de no encontrar lo que busca. LÍA la mira. Se da cuenta de que la mujer a perdido algo. Con cuidado y nerviosismo escondiendo saca dos caramelos de la bolsa y se los entrega. LÍA: Gracias. LÍA continúa hasta terminar. La señora sigue revisando en su bolso y en el piso. El bus se detiene. LÍA camina en dirección a la puerta trasera sacando el billete de la bolsa de caramelos y guardándolo luego en su canguro. El bus para bruscamente. LÍA pierde un poco el equilibrio. Se abren las puertas. LÍA se baja.


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EXT. PARADERO DE BUSES 2 - DÍA LÍA, sentada en la banca del paradero, cuenta la plata. Hace un gesto negativo. Tiene unas cuantas monedas, billetes y el billete de 20 mil. El VENDEDOR DE COLORES se baja de un bus. Camina en dirección a LÍA. LÍA esconde el billete temerosa. El VENDEDOR se sienta al lado, molesto. Saca de su chaqueta una petaquita. La destapa. Toma. LÍA se para. Un bus para. Una persona se baja. LÍA se sube al bus.

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EXT. CALLES - ATARDECER MÚSICA. Panorámica buses andando, parando, gente bajándose de ellos. Panorámica centro de Medellín. Semáforos. Gente caminando. Calle. Lía se baja del bus.

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EXT. CALLE - ATARDECER Lía se sienta en unas escaleras por las que pasa y pasa la gente. Pone el paquete de Choco Babies entre sus piernas. Sentada saca el dinero que tiene. Lo cuenta. Niega con la cabeza. Mira al interior de la bolsa. Saca un caramelo, lo destapa y se lo come. Se queda sentada. Saca otro caramelo y da cuenta de él. Luego cuenta uno a uno los Choco Babies que le quedan. Niega con la cabeza.

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INT./EXT. BUS/CALLE - ATARDECER Lía va a pasar la registradora enseñándole el paquete de caramelos al conductor. CONDUCTOR Ah, ah, ah, ¿pa’dónde va? Ah ah. Ya vendieron. LÍA sale a la calle.

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INT. BUS - NOCHE Lía pasa por los asientos recogiendo dinero y caramelos. Llega hasta dos monjitas pasionistas, viejas, rechonchas, con la piel compacta como el arroz. La monjita uno es afro (de unos 40 años), la dos indígena (de unos 25).

(CONTINÚA)


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7. LÍA: ¿Me colaboran? MONJITA 1: Mujer, véndame quince. MONJITA 2: (Sorprendida) Madre...

Lía las mira impávida. Comienza a contar los caramelos. MONJITA 1: Madre, mire que no es gula, ¿hace cuánto no comemos? Lía les entrega los caramelos. La Monjita 2 los recibe, destapa uno y come. MONJITA 2: Tantos placeres de los que nos abstenemos, Madre, y pecar por la boca, como hacen tantas otras. La Monjita 1 saca de su bolso un billete de cinco mil y paga. Lía le recibe y va a devolverle. MONJITA 1: Tranquila mujer, tranquila. Y no piense mal, que son para endulzar la vida. Lía agradece con el gesto y se retira terminando de recogerle y cobrarle a los otros clientes. La Monjita 1 coge uno de los caramelos que la Monjita 2 ya ha metido en el bolso, lo destapa. MONJITA 1: "Bocatodicardenale". 12

EXT. PEQUEÑO PARQUE (CARLOS E. RESTREPO) - NOCHE Entre los árboles, las bancas y los negocios, un payaso, MORGAN (de unos 29 años, mal pintado, con peluca) en una pequeña mesa que tiene tres vasos y un racimo de bananos, tima a un UNIVERSITARIO (un universitario, de clase media, pelo largo, aretas, hippie) jugando el juego de la bolita en tres vasos. (El juego consiste en poner la bolita en un de los vasos boca abajo, intercambiar el lugar de los tres vasos para que el incauto pongo un billete enfrente del vaso donde cree que que está la bolita). El UNIVERSITARIO pone el billete enfrente del vaso del centro. MORGAN lo levanta. Nada. (CONTINÚA)


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MORGAN: Gracias hermano. UNIVERSITARIO: (Sonriente, diciéndose así mismo) Qué güeva. MORGAN: (Haciendo gesto de pesar y después riéndose) Qué payaso. MORGAN se carcajea. El UNIVERSITARIO también y se va. En ese momento llega LÍA. Pone su paquete de dulces en la mesa. LÍA: ¿Qué más Morgan? PAYASO: ¿Qué más parcera? ¿Mucho camello? LÍA: ¿Vos? PAYASO: (Mirando alrededor) Nada, aquí vendiéndole mentiras a este circo de fantasías. LÍA: Ya casi corono. Tengo que conseguir con qué pagar el plante y el pasaje y corono. Ya conseguí para el jardín del niño. MORGAN guarda el billete que acaba de ganar. MORGAN: (Mirando los vasos en la mesa) Hágale. LÍA: (Sonriente) No. El que juega por necesidad pierde por obligación. MORGAN: ¿Cuánto le falta? LÍA: Como cinco mil.

(CONTINÚA)


CONTINÚA:

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MORGAN: (Con gesto de complicidad) Hágale. LÍA: (Indecisa) No... MORGAN: Hágale. LÍA saca de su canguro el billete de cinco mil que le dió la MONJITA. LÍA: Hágale. MORGAN pone la bolita en uno de los vasos, mostrándoselo a LÍA. Lo voltea y comienza a intercambiar lentamente los tres. Termina. Le indica a LÍA que ponga el billete en frente del vaso de la derecha. MORGAN, hace un gesto afirmativo y destapa. Aparece la bolita. Ambos sonríen. MORGAN le entrega un billete de cinco mil a LÍA. Ella toma el que hay en la mesa. Saca todo el dinero que tiene en el canguro y lo cuenta. Termina de contar las últimas monedas. Niega con la cabeza. LÍA: Me hacen falta 3600. MORGAN: Hágale... El que no arriesga un huevo no saca un pollo. MORGAN mira a LÍA con la misma cara de complicidad. LÍA: (Decidida) Voy los diez. LÍA separa los MORGAN pone la LÍA. Lo voltea tres. Termina. centro. MORGAN

dos billetes de cinco mil que acaba de ganar. bolita en uno de los vasos, mostrándoselo a y comienza a intercambiar rápidamente los LÍA pone los dos billetes en el vaso del le hace un gesto negativo. LÍA:

Ese. MORGAN: ¿Segura?

(CONTINÚA)


CONTINÚA:

10. LÍA: Sí. Hágale.

MORGAN reitera el gesto negativo, enfático. Destapa. Nada. Coge los dos billetes. LÍA hace una mueca de rabia. LÍA: Ay... MORGAN: (Con lástima) Yo te dije... pero seguí. Te hacen falta 13600. LÍA: Hm. MORGAN: Hágale. Pero me hace caso. LÍA: No. MORGAN: Hágame caso. LÍA busca el billete de 20 mil. Lo saca. Mira a MORGAN confundida. MORGAN repite el gesto de complicidad. LÍA mira el billete. LÍA: Hágale. MORGAN pone la bolita en uno de los vasos, solemne, mostrándoselo a LÍA. LÍA: Esperá... LÍA saca uno de los caramelos de su bolsa. Se lo entrega a MORGAN. LÍA: Con este. MORGAN saca la bolita del vaso y mete el dulce en el mismo vaso plástico. Lo voltea, igual de solemne y comienza a intercambiar muy lentamente los tres. Para. Vuelve a revolverlos, esta vez todavía más lento. (Todos los espectadores, como LÍA, creen que está en el del centro). LÍA pone el billete en el vaso del centro. Mira a MORGAN. MORGAN la mira en la frialdad más dura. Pura indiferencia. LÍA responde esa mirada con un gesto de desconcierto. MORGAN destapa igual de solenme, lentamente. Nada en el vaso. (CONTINÚA)


CONTINÚA:

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MORGAN: (Cínico) Ay Lía... MORGAN coge el dulce. Lo destapa. Se lo come. Suelta una carcajada. LÍA: Morgan, no podés. MORGAN: Sí. Puedo. MORGAN coge el billete de 20 mil. Lo guarda. MORGAN: Lía, vos lo dijiste: el que juega por necesidad pierde obligación. LÍA: (Completamente confundida, rabiosa, triste) Pero... MORGAN: Son los negocios. Morgan levanta ambas manos a la altura del pecho, en gesto de no poder hacer nada. Coge dos bananos del racimo y se los da a LÍA. LíA los recibe con recelo. MORGAN: Por lo menos para que coma. Comida de cien. LÍA se va. 13

EXT. CALLE DE GUAYAQUIL CON CONFITERÍAS, COMERCIOS Y BURDELES - NOCHE Casi todos los negocios están cerrados. La calle está desolada. Solo algunas putas en las escaleras. Lía camina por la calle en dirección a la única confitería abierta. Mira con recelo las risas de tres prostitutas en las puertas que cuentan un fajo de billetes. Esquiva la puerta de la CONFITERÍA 1 aunque esté cerrada (donde en la mañana le fiaron el paquete).


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INT. CONFITERÍA 2 - NOCHE Lía entra con su paquete. Le toca esperar un momento a que la atiendan. El vendedor, de unos 30 años, con un lapicero prendido en la oreja, bluejeans y camisa abierta, se acerca. LÍA: (Coqueta) Llave, vengo por dos cositas. Venga, hágame dos favores. Lía saca el dinero que tiene -menos de 10 mil- y lo pone sobre el mostrador. LÍA: Bueno, ¿me cambia por billetes? El vendedor va a cambiárselos. Lía se queda mirando los caramelos que le quedan el paquete y la mercancía exhibida en el mostrador y las paredes. El vendedor llega y le entrega unos billetes a Lía. Lía los recoge. LÍA: Bueno, lo otro señor es que tengo un problema. Le voy a vender estos "chocobabis". Lía saca el paquete. VENDEDOR DE CONFITERÍA: ¿Y por qué? LÍA: Es que necesito la plata. VENDEDOR DE CONFITERÍA: Oiga, ¿usted cree que eso se compra menudiado? LÍA: Es que no pude venderlos. VENDEDOR DE CONFITERÍA: Ah, ¿entonces eso es problema mío? LÍA: (Suplicante) Es que necesito la plata. VENDEDOR DE CONFITERÍA: Pero nada, circule, circule, circulando por favor.

(CONTINÚA)


CONTINÚA:

13.

El Vendedor deja a Lía para atender a otro cliente que recién ha entrado. Lía comienza a salir. Va a comenzar a devolverse. Se arrepiente. Se arrepiente de arrepentirse. Va nuevamente hasta el vendedor. LÍA: (Suplicante) Hermano, usted me conoce, vengo casi todos los santos días a comprarle. Hoy es una necesidad dura. Por favor, recíbame esto, por favor, así sea más barato de lo que me los vendió, por lo menos para llegar con algo a mi casa. El vendedor la mira. Mira el paquete que ella le ofrece. Lía le sonríe. Es una súplica. LÍA: Le juro que mañana como sea vengo y le compro diez paquetes. El vendedor le sonríe. VENDEDOR DE CONFITERÍA: Mujer, circule. 15

EXT. CALLE DE GUAYAQUIL CON CONFITERÍAS, COMERCIOS Y BURDELES - NOCHE LÍA camina llorando con su paquete de choco babies. De golpe una mano toca su mano. LÍA se asusta. Es LUCÍA. LUCÍA: ¿Qué le pasó? LÍA: Que soy pobre. LUCÍA: Mujer, ninguna mujer es pobre. LÍA: ¡No me jodás!

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EXT. ESTACIÓN DE BUSES - NOCHE (REVISAR) LÍA camina, pensativa, en dirección a la pequeña caseta que hace las veces de restaurante. Allí está Caliche. Se encuentran. Se miran sin decirse nada. Largamente.

(CONTINÚA)


CONTINÚA:

14.

LÍA: (Coqueta) Caliche, ¿entonces cómo es la cosa? CALICHE: (Feliz) Camine y nos vamos de farra. LÍA: No. Ahorremos todo y terminemos rápido. CALICHE: ¿Qué? LÍA: Caliche, estoy tan cansada y necesito tanta plata que no tengo tiempo de ponerme a contarte lo de la abejita y la flor... Me voy a manejar bien. Pero necesito que me des lo que me hace falta. CALICHE: Camine. 17

EXT. RINCÓN ESTACIÓN DE BUSES - NOCHE En un rincón semi iluminado Lía se pone contra la pared. Se levanta la falda y se baja los interiores casi maquinalmente. Caliche se pone detrás, se baja el pantalón. Se masturba un poco mientras Lía se dispone a ser penetrada. Abre las piernas. Caliche la penetra. A Lía le duele. Caliche tarda algunos intentos en tomar ritmo. Se sale. Vuelve. Se hace rítmico. Vuelve a salir. Le cuesta trabajo volver a entrar. Lo logra. Sigue. Un minuto después, se viene. Desfallece, quedando recostado en la pared. Lía se pone los interiores, el pantalón y los zapatos. Se sienta en el piso, al lado de Caliche, que resopla. LÍA: No me hagás sentir más mal y ayudame. CALICHE: Aquí no tengo plata. No hice nada, si no fuera por esto el día habría sido una mierda. Lía llora. Caliche se sienta a su lado. La abraza.

(CONTINÚA)


CONTINÚA:

15.

CALICHE: No te preocupés, que yo mañana te ayudo. LÍA: Mañana no sirve. LÍA se quita el prendedor de cabello y se lo entrega a CALICHE. Se va. CALICHE se queda sentado en el piso. 18

EXT. CALLE DE GUAYAQUIL CON CONFITERÍAS, COMERCIOS Y BURDELES - NOCHE LÍA llega a la esquina. Se sienta en una acera. Llora. EL VENDEDOR DE COLORES se acerca tambaleante por la borrachera con su maletín en la mano. Se sienta al lado de LÍA. Ella se separa. Él se ríe. VENDEDOR: ¿Todavía quiere los colores? LÍA sonríe sin ganas, temerosa. El VENDEDOR DE COLORES le pasa un paquete con colores, borrador, lapiceros, un cuaderno. LÍA se vuelve a recibirlo. Cuando va a cogerlo el VENDEDOR DE COLORES lo retira. VENDEDOR: ¿Cómo hacemos? LÍA: Lo que necesito es plata. VENDEDOR: Yo tengo... Vamos. LÍA: ¿A dónde? VENDEDOR: Yo puedo estar muy borracho, pero sigo siendo un hombre. ¿Cuánto? LÍA mira su paquete de dulces, los colores, al hombre. Pasa una de las prostitutas que antes había visto contando dinero. Mira al VENDEDOR que está tomando de su petaquita. LÍA: Lo que necesito. El VENDEDOR DE COLORES se para y le estira la mano para que LÍA se para. Sale abotonándose el vestido.


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INT. RESIDENCIA - NOCHE Es una habitación pequeña de paredes blancas y algo sucias, desde la que puede verse un baño -un sanitario, un lavamanos y una ducha-. LÍA está sentada en la cama. El VENDEDOR se está lavando las manos. Sale. Deja su maletín al lado de la cama. Se toma un trago de la petaca. Se sienta al lado de LÍA. LÍA: (Nerviosa, señalando la petaca) ¿Me da? El VENDEDOR le entrega la petaca. LÍA toma. Va hasta la cabecera de la cama acostándose. El VENDEDOR la mira. Ella esquiva su mirada. VENDEDOR: Usted no... LÍA abre tímidamente las piernas. VENDEDOR: ¿Por qué no me dijo? LÍA: Dele... pero págueme primero. VENDEDOR: ¿Por qué no me dijo? LÍA: ¿Qué? VENDEDOR: Que necesitaba más que yo montarse a ese bus. LÍA: Yo estaba primero. El VENDEDOR se acuesta en la parte baja. Toma de la petaca y se le acaba el trago. La deja a un lado, abierta. LÍA: Dele. VENDEDOR: ¿Cuánto es?

(CONTINÚA)


CONTINÚA:

17.

LÍA: 40 mil. El VENDEDOR saca dinero del bolsillo de su pantalón. Lo deja en la cama. Suspira, todavía acostado. Coge la petaca. Se levanta. Se acomoda el vestido. LÍA se sienta en la parte alta de la cama, protegiendo su pecho con las piernas, tapándose con la falda del vestido. VENDEDOR: (Mirando la petaca) Se acabó. Comienza a irse. Llega hasta la puerta. Se devuelve. De su bolso saca un paquete con colores y útiles escolares. Los deja al lado del dinero. VENDEDOR: Gracias. Yo camello es por esto (mira la petaca). Usted se nota que no lo hace por la plata. El VENDEDOR sale. 20

EXT. CALLE - NOCHE Lía camina por la calle con su bolsa.

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INT. CASA DE LÍA - NOCHE El pequeño fajo de billetes y unas monedas -en total unos 50 mil pesos-. En una maletica infantil los colores, los lapiceros, el borrador, el cuaderno y los bananos. Una mano de niño cierra el bolso. CRÉDITOS PRINCIPALES. La mano de LÍA coge el dinero. Sale. CORTE A NEGRO: CRÉDITOS.


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