Laberinto No.929 (03/04/2021)

Page 1

Suplemento cultural de MILENIO

LABERINTO HOMBRE DE CELULOIDE

EL ATLAS DE PANDORA

FERNANDO ZAMORA

IRENE VALLEJO

Los asombros de Werner Herzog

Llorad, llorad, valientes Foto: Skellig Rock

SÁBADO 3 DE ABRIL DE 2021| AÑO 17 - NÚMERO 929

Jesús Reyes Heroles: historiador, intelectual Marcos Daniel Aguilar/ FOTOGRAFÍA: FOTOTECA MILENIO

Ilustración: Román


-02-

ANTESALA

3 DE ABRIL 2021

DOBLE FILO

El hombre orquesta FERNANDO FIGUEROA

I

ván López Reynoso (Guanajuato, 1990) es director artístico de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes y director principal invitado de la Oviedo Filarmonía. Ha sido director asociado de la OFUNAM y director principal del Teatro Estatal de Braunschweig, Alemania. También es contratenor y toca piano y violín. Hoy juega ping-pong con Laberinto. ¿Qué es la música? Un alimento emocional del ser humano. ¿La batuta es solo un símbolo? Es un símbolo, pero también una herramienta útil en términos de visibilidad. ¿Qué se siente tirarle línea a cien músicos a la vez? Adrenalina, responsabilidad y compromiso. ¿Qué tal se oye desde el podio la Orquesta Sinfónica de Madrid? Ha sido una de las emociones más intensas que he tenido en la música. Herbert von Karajan o Leonard Bernstein. Claudio Abbado. Le queda una hora de vida. ¿Se pone a tocar el piano o el violín? Cantaría. El mejor pianista y el mejor violinista que ha escuchado en vivo. Rudolf Buchbinder y Janine Jansen. ¿Por qué adora a Rossini? Lo tiene todo, es el compositor más completo en la historia de la ópera. ¿Y Mozart? Es el creador del teatro con música tal como lo conocemos hoy. ¿Qué margen de maniobra tiene una partitura de ópera? El suficiente para conectar con las emociones de los intérpretes. ¿Qué legado estrictamente musical dejó James Levine (1943-2021)? Construyó la orquesta de ópera más importante del mundo, la del Met. Un ejemplo de versatilidad porque igual hacía Mozart, Rossini o Wagner. El ballet que más lo conmueve. El cascanueces. Javier Camarena en una frase. El ser humano más generoso que conozco. Una experiencia musical con él. La conexión tan especial que hay, siempre, antes de salir al escenario. ¿Dirigir una ópera de Wagner en Alemania es como venderle pan al Osito Bimbo? Como hacerle paella a los valencianos. ¿En cuánto tiempo aprendió alemán? En dos años, viviendo en Alemania. ¿Le han hecho bullying por su tesitura? Afortunadamente no, pero a la voz de contratenor le falta mucho para ser aceptada. ¿Cuál es la técnica del contratenor? Los principios son los mismos, pero cambia la manera de emitir el aire. Farinelli en una palabra. Virtuosismo. Usted es director, contratenor, pianista, violinista. ¿Vende mole los domingos? No, pero cocino buenas pastas. ¿A qué se parece dirigir como bateador emergente, sin ensayos? Como la primera vez que sientes la caída en el Supermán de Six Flags.

_

Family Romance LLC. Dirección: Werner Herzog. Estados Unidos, 2019. Puede verse en México por Mubi.

HOMBRE DE CELULOIDE

Familia de alquiler

L

FERNANDO ZAMORA @fernandovzamora FOTOGRAFÍA SKELLIG ROCK

a sobriedad del cine de Werner Herzog se manifiesta en los primeros minutos de Family Romance LLC, una película rodada en tres meses, con actores no profesionales y un guion en el que solo ha esbozado lo que hay que decir. Y sin embargo nada parece improvisado en esta obra que va de un hombre que como negocio alquila familiares a sus clientes. ¿Cómo? Para responderlo revelemos esta pequeña secuencia que poco tiene que ver con la trama principal: una muchacha se va a casar, su padre es alcohólico y ella no quiere que vaya a la boda. ¿Qué hacer? Ishii Yuichi, creador de Family Romance, tiene para ella un padre de alquiler. En efecto, la compañía parece salida de la imaginación del protagonista de El amor en los tiempos del cólera, pero existe en realidad. Y Herzog contactó al creador de la empresa para filmar con él esta obra que ningún amante del cine de arte puede perderse. La trama principal gira en torno a preguntas de carácter casi teórico: ¿en qué sueña un hombre que se alquila como familiar sustituto?, ¿a qué le teme?, ¿alguna vez se ha enamorado? Con estas cuestiones en mente, Herzog sigue a Ishii Yuichi. Lo hace con su pequeña cámara digital, casi un celular. Lo persigue cuando consigue que una

mujer reviva el momento más feliz de su vida, cuando planea su propia muerte y cuando recibe un regaño en lugar de un empleado negligente de los trenes de Japón. Pero lo sigue, sobre todo, cuando hace de padre sustituto para una niña de doce años cuya única amiga es una japonesa negra de tres años y a quien todos los otros chicos molestan por el color de su piel. Esta última es la historia principal. Aquella en torno a la cual gira el drama y estas preguntas que originalmente motivaron al director. En palabras del propio Werner Herzog, Family Romance LLC se filmó “sin todas esas tonterías hollywoodenses de grabar campo y contracampo, hacer una toma por arriba y otra por abajo para producir mil horas grabadas que en realidad no sirven para nada”. En efecto, muchas de las tomas que vemos en esta película fueron hechas una única vez. Y la frescura se nota. Por cierto, además de guionista, Herzog también fue el camarógrafo. Y dirigió a sus

El ojo de Herzog se detiene en los cerezos, en un lago o una nube, en Tokio, otro protagonista

actores sin saber japonés. Apunta el cineasta: “no es necesario conocer el idioma para saber que un actor está diciendo la verdad”. ¿Qué verdades dice un hombre que, por contrato, miente a sus clientes? En ello estriba la belleza de esta película y en general el cine de Herzog. Porque la realidad que expone este artista es una verdad emocional: la de los gestos, la del afecto filial entre un hombre y una niña cuyo abrazo es tan real que nos hace vibrar con ellos. El ojo de Herzog se detiene, además, en los cerezos, en un lago o una nube; en Tokio, que es otra protagonista y, sobre todo, en un grupo de muchachos que, en el parque, reconstruyen una batalla samurái. Ojo con esta imagen pues con ella Herzog produce un sueño que da respuesta a todas aquellas preguntas en torno a las cuales construyó Family Romance LLC, una película que tiene todo lo que han tenido las grandes obras de este director: una historia increíble que, sin embargo, es real como en Aguirre, una reflexión en torno al arte como en Fitzcarraldo y la belleza contenida de Grizzly Man. Pero esta pequeña obra tiene, incluso, algo más: el entusiasmo de un director que casi ha llegado a los 80 años y que, sin embargo, filma con el asombro de quien llega a Japón por primera vez.

_


POESÍA

La solemne ceremonia JAVIER MOLINA

Muslos que cantan al ritmo de mis ojos una canción cálida y sencilla; senos que se diluyen gota a gota, inaugurando la solemne ceremonia como piedras derrumbadas en piano y estrellas. Es el tiempo disperso entre las sábanas, el sitio alfombrado con mi piel y con mis lágrimas, ¡tronco oscilante del naufragio donde la muerte de todos los relojes es canto de verano de ríos y colinas entrando a las ciudades más altas! Con este poema, tomado de la revista Punto de partida, recordamos al escritor y periodista chiapaneco Javier Molina (8 de noviembre de 1942-28 de marzo de 2021).

EX LIBRIS

Durga/ EKO

-03-

ANTESALA

3 DE ABRIL 2021

LOS PAISAJES INVISIBLES

Ambiente tóxico IVÁN RÍOS GASCÓN

E

@IvanRiosGascon

l auto espera en la calle oscura, solitaria. El humo del escape semeja el vapor de un aliento humano. Al lado del auto dormita una amplia fachada de puertas y ventanas homogéneas. Una chica rubia sale de una de las puertas y sube al auto, que se perfila hacia Manhattan. Es temprano, muy temprano aún. La rutina laboral ha comenzado. Jane es la primera en arribar a la oficina. Llena la bandeja de papel de las impresoras, limpia el despacho principal, reparte la correspondencia en los cubículos, prepara café, revisa mails, contempla el amanecer desde la ventana. Poco a poco, la oficina cobra vida. Llegan los colegas. Jane entrega documentos en las distintas áreas de la empresa. Hace llamadas: programa vuelos, reserva habitaciones de hotel, organiza horarios con el chofer y ordena los almuerzos. Saca fotocopias de libretos y recibe a actrices para casting. Uno de los asistentes masculinos la insulta porque el sándwich que recibió no era el correcto. Y los escarnios se repiten en el enlace telefónico con la esposa del jefe, y con el jefe. Jane vuelve a limpiar el despacho principal. Encuentra un pendiente. Surte botellas de agua en la sala de juntas. Da la bienvenida a una nueva empleada. Va a ser asistente, como ella. Es una pueblerina atractiva, sin experiencia, muy joven. La acompaña al hotel de lujo que, creía, la empresa solo pagaba al talento artístico. Detalle curioso: el jefe acordó reunirse con la nueva asistente en el hotel. Jane ata cabos de la extraña situación: aspirantes a actrices y empleadas que pasan horas a solas con el jefe; chistes de los ejecutivos sobre las “escapadas” del Señor; órdenes tajantes del departamento contable para que no indague sobre ciertos gastos del director. Asimismo, Jane contacta a la joven que perdió el pendiente. La joven va a la empresa a recogerlo. Su actitud es fría, displicente. Jane está intranquila. Recuerda a la nueva empleada, a la que llevó al hotel lujoso. Es tan joven. Tan inexperta. No lo comenta con nadie. Se presenta en Recursos Humanos y expone sus sospechas. La respuesta del delegado de asuntos laborales es uno de los ejes simbólicos de La asistente, escrita y dirigida por Kitty Green, una película que no aborda únicamente el acoso o el abuso sexual sino la opresiva cotidianidad de los ambientes tóxicos. La primera (y elemental) lectura del filme de Green sería la de la imaginaria dramatización de la rutina de una colaboradora de, digamos, Harvey Weinstein, o de un tipo semejante: Jane (Julia Garner) labora en la industria del entretenimiento. Su jefe (a quien, por cierto, nunca vemos sino que solo se materializa a través del auricular) tiene un extraño poder sobre ella: la humilla con saña pero, a su vez, le promete llevarla a la cúspide de la empresa. De igual manera, los videos del casting y las fotos de las aspirantes coinciden sutilmente con cierto patrón físico e histriónico, lo mismo que con el patrón laboral del jefe. Recibe a las elegidas al final de la jornada, cuando en la oficina solo quedan Jane y él. Y ya lo sabe: por el teléfono le dirá que puede irse a casa, que ya no la necesita. Sin embargo, en La asistente hay más. La película expone ciertos conflictos o patologías laborales como la cosificación; la explotación de las ambiciones como medio de complicidad; los pactos de género; el servilismo embozado de lealtad; la renuncia absoluta a denunciar, criticar o disentir; la traición a la dignidad, al respeto a sí mismo; la sumisión irrestricta a las figuras de autoridad; la degradación abierta: después oír las inquietudes de Jane, el delegado Wilcock (Matthew Macfadyen), dice: “No creo que haya algo de lo que debas preocuparte”. Jane no sabe qué responder. Y él: “No eres su tipo”. La película de Green visibiliza lo que ocurre en otras industrias y en todos los niveles porque es un fenómeno endémico. La asistente está disponible en Amazon.

_


-04-

DE PORTADA

3 DE ABRIL 2021

Celebramos 100 años del nacimiento del político e historiador, figura central para comprender nuestro siglo XIX

Jesús Reyes Heroles: la ruta del liberalismo mexicano

J

MARCOS DANIEL AGUILAR FOTOGRAFÍA FOTOTECA MILENIO

esús Reyes Heroles es una de las figuras intelectuales más relevantes del siglo XX mexicano. Como si fuera un escritor del siglo anterior al que vivió, como Mariano Otero, Lucas Alamán, Guillermo Prieto o Ignacio Ramírez, condujo su obra escrita en paralelo a su actividad política; una no puede entenderse sin la otra. Nacido el 3 de abril de 1921 en Tuxpan, Veracruz, es una reminiscencia de aquellos románticos liberales que, inspirados en los principios de libertad, igualdad y fraternidad, intentaron construir por toda América naciones independientes alejadas de la opresión. Y es que Reyes Heroles entendió que la historia del liberalismo mexicano e hispanoamericano era la clave para conocer no solo la construcción de las sociedades y los Estados americanos, sino las virtudes y los problemas que aquejaban y siguen aquejando a los países de habla española en su tránsito hacia la democracia. A propósito de este historiador que estudió los debates y las luchas entre conservadores y liberales en el siglo XIX, y a la vez uno de los grandes pensadores del siglo XX mexicano, entrevistamos a la historiadora Eugenia Meyer y al ensayista, poeta y editor Adolfo Castañón. Historiador por vocación o por equivocación Jesús Reyes Heroles fue un estudioso de la historia de México y, sobre todo, de la historia de las ideas en juego que forjaron a México tras su Independencia, en 1821, ideas que iban de la conformación de una patria sin romper con el periodo colonial hasta la formación

de un sistema parlamentario y federal. Sobre la importancia de los estudios históricos del autor de Tendencias actuales del Estado, Adolfo Castañón asegura que “Jesús Reyes Heroles se distinguió como historiador por su conocimiento de primera mano de las fuentes escritas del liberalismo mexicano del siglo XIX, que se encontraban dispersas en la prensa, en la folletería, en revistas, actas parlamentarias y en los libros mismos. Ese conocimiento se complementa con otro más amplio del liberalismo en el ámbito hispanoamericano y en el ámbito europeo y norteamericano. Su tarea como historiador está vertebrada por la sólida formación de Reyes Heroles en el mundo de las ideas y, por otro lado, en el conocimiento de lo que esa corriente significó en México durante el siglo XIX. Podría decirse que la importancia de Reyes Heroles como historiador estriba en que es uno de los organizadores de la memoria nacional”. A propósito, la doctora Meyer, quien fuera directora del Instituto Mora, afirma que “él decía que llegó a la historia por vocación o por equivocación en su afán por encontrar respuestas al mundo en que vivía. Reyes Heroles fue un historiador de las ideas, del liberalismo, del pensamiento social de México desde la Nueva España hasta la construcción del Estado nacional. Hizo una aportación muy original a la historia, ya que es el creador del concepto de liberalismo social y, por supuesto, promotor de la idea del liberalismo mexicano. Siempre lo rigió su posición como historiador. Supo trabajar con la historia al interpretar de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante en el tiempo, haciendo comparaciones de hechos pasados con los presentes, comparaciones que eran muy significativas. Entre estas hay que recordar su defensa de la laicidad del Estado mexicano. Además,

en su tesis Tendencias actuales del Estado, Reyes Heroles desentraña el origen y las características de los Estados democráticos, socialistas o fascistas, y esto lo hace no por otra cosa sino para comprender la génesis del Estado mexicano”. Al rescate del liberalismo social mexicano Reyes Heroles es considerado uno de los investigadores más importantes del pensamiento liberal mexicano. Sus estudios son considerados un complemento a la Historia moderna de México que coordinara Daniel Cosío Villegas. Se trata de tres tomos en los que Reyes Heroles organiza esa parte de la historia en la que se consolidó el Estado jurídico, laico, federal e institucional que aún sobrevive. ¿Por qué la importancia de este largo estudio en el siglo XXI? Castañón precisa que “la importancia de la publicación de esos tres tomos tiene que ver con que puso a la disposición de los lectores un patrimonio del cual se hablaba mucho pero se conocía poco”. Los tres tomos de El liberalismo mexicano que Jesús Reyes Heroles publicó entre 1957 y 1961 contienen una “razón didáctica y eficiente” por lo que se convirtieron “en una referencia para los estudiosos de nuestra historia. El reconocimiento que hace el investigador norteamericano Charles A. Hale de la importancia que el libro de Reyes Heroles tuvo para su proyecto de estudio es un indicio de su valor”. Sobre los tres volúmenes de El liberalismo mexicano, bajo los subtítulos de “Los orígenes”, “La sociedad fluctuante” y “La integración”, la profesora emérita de la UNAM,

“Entendió el trágico arranque de la vida nacional tras la Independencia”. Eugenia Meyer

Eugenia Meyer, destaca que “este trabajo es trascendental. Reyes Heroles tardó años en construir los tres tomos sobre el liberalismo social en México, ya que a la par tuvo una intensa labor en la administración pública. En el día trabajaba y en la noche estudiaba y se ponía a escribir. Como historiador, describió a la sociedad del siglo XIX mexicano bajo el concepto de sociedad fluctuante. A partir de ese entendimiento pudo comprender al México del siglo XX. Entendió el trágico arranque de la vida nacional tras la Independencia, un arranque basado en la imitación, idea con la que coincidía con Edmundo O’Gorman, y es que arrancamos con un federalismo inexistente, que aun hoy es un problema, y eso lo sabía Reyes Heroles”. El aforista y consejero moral Los escritores y políticos del siglo XIX construyeron el liberalismo a la par de los hechos políticos, jurídicos, institucionales e incluso bélicos (contra los opositores nacionales y extranjeros), hechos que asentaron la “idea patria” con el propósito de alcanzar “plenamente las libertades políticas y espirituales” de los mexicanos, como lo dijera el mismo Reyes Heroles en la introducción de su libro. De la misma manera que los del siglo XIX, este intelectual puso en práctica y por escrito sus ideales y su pensamiento en torno a lo que deberían ser la política y el Estado, pues era un “historiador que se desempeña como político, que encuentra en un género como la máxima, la sentencia o el aforismo, un instrumento ideal para la fragua de un discurso moral, de intención crítica y reformadora. Reyes Heroles encontró en el lenguaje de los historiadores y moralistas italianos —de Vico y Maquiavelo a Croce y Gramsci— un código del esgrimista, un prontuario para el crítico que era. Fue


DE PORTADA

3 DE ABRIL 2021

también un conocedor de Gracián, de Quevedo, y un lector asiduo de Marcelino Menéndez y Pelayo, cuya impronta en su obra habría que estudiar”, asegura Adolfo Castañón. Y es que al tratar de ejercitar en la vida pública sus aprendizajes históricos, Reyes Heroles acuñó, a lo largo de sus investigaciones, ensayos y discursos, frases que hoy podrían ser máximas del filósofo-consejero, o del historiador-consejero, sobre cómo dignificar la política y cómo hacer de esta un instrumento para la solución de conflictos sociales. Alberto Enríquez Perea realizó este ejercicio de rastreo de los aforismos de Reyes Heroles en el libro Jesús Reyes Heroles a través de sus aforismos, sentencias y máximas políticas, editado por El Colegio de México en

2017, que incluye máximas como “La política es para la libertad, y no hay auténtica política sin libertad, como no la hay sin rectitud y honestidad”, o esta: “Toda política que se precie de serlo demanda en quienes la practiquen una concepción del hombre y la sociedad, del Estado y la historia, en suma, una concepción de la vida”. De esta manera, “Reyes Heroles fue un personaje más semejante a Maquiavelo. Era su autor de cabecera y, como era un laico radical, no tiene nada que ver con otro aforista político como el cardenal Mazarino (16021661). Reyes Heroles también era un gran conocedor de Hobbes, de Montesquieu, de Rousseau, de Gramsci, de Croce y finalmente de José Ortega y Gasset, del cual escribió al final de su vida. De ellos aprendió a ser no solo

un protagonista sino el historiador y pensador de su tiempo”, dice Eugenia Meyer, quien escribió el estudio introductorio del libro Jesús Reyes Heroles: hombre de acción, hombre de historia, que publicó el FCE en 2015. El liberal de acción Este singular intelectual que participó en la política, o este anómalo político que llegó a ser historiador y pensador, absorbió los fundamentos liberales para ponerlos en acción, como lo hicieron en su momento Francisco Zarco y José María Luis Mora en México, o Domingo Sarmiento en Argentina. Desde este punto de vista, ¿cuál fue el máximo aporte en la política de este liberal del siglo XX? Para Adolfo Castañón, autor del ensayo “Otro amigo de don Jesús”, publicado en la revista

El intelectual y jurista, quien nació el 3 de abril de 1921 y murió el 19 de marzo de 1985.

-05-

Praxis, “las aportaciones de Jesús Reyes Heroles como estadista y hombre de acción” están cifradas “no solo en ese andamiaje jurídico que fue la Reforma Política de 1977 sino en las ideas educativas y culturales que sembró en la Secretaría de Educación Pública, en su nítida percepción de la importancia y la necesidad de la dignificación de la política. La convicción que tenía Reyes Heroles del sentido ético de la política es una de sus aportaciones centrales no solo en el ámbito libresco sino en el de la experiencia cotidiana”. Sobre este asunto, la doctora Meyer cree que “su gran preocupación fue el desarrollo de México en el siglo XX, tomando en cuenta sus estudios del siglo XIX; por ello se pone a trabajar en la elaboración de la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales (LOPPE), lo que dará como resultado la famosa Reforma Política de 1977, determinante para el futuro del país. Pero también, este protagonista que fue profesor de la UNAM, del IPN, director del IMSS, de PEMEX y presidente nacional de su partido, el Revolucionario Institucional, recuperó, como secretario de Gobernación durante el sexenio de José López Portillo (1976-1982), el Archivo General de la Nación. El Archivo era un caos, y Reyes Heroles lo organizó, lo estructuró y lo llevó a donde está hoy, el Palacio de Lecumberri. Además, cuando llegó a encabezar la SEP, en 1982, ordenó construir el Instituto Mora, una labor pública y política que él llamaba la intendencia. Ahí, al frente de la SEP, se vio obligado a cambiar la educación tradicional, y por eso creó el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), pues tenía el propósito de dar un mayor impulso a la investigación”. A la luz del siglo XXI Eugenia Meyer piensa que para entenderlo es fundamental considerar que “Reyes Heroles sabía que no podía ser presidente de México, eso es muy importante. Como su padre era español, el artículo 82 le impidió ser candidato a la presidencia de México, y él fue siempre muy respetuoso de la Constitución. Creo que eso lo impulsó a ser más arriesgado en muchísimos temas y poner por delante su pensamiento más que su acción; es decir, se la jugó porque sabía hasta dónde podía llegar. Por esta razón, cumple a la perfección con la figura del intelectual orgánico, como lo define Gramsci, ese personaje que conoce la historia de su país, que la analiza y que piensa la construcción del Estado nacional siguiendo las enseñanzas de los liberales del XIX”. El maestro Castañón cree que hoy, a 100 años de su nacimiento, hay que tomar en cuenta que “Jesús Reyes Heroles era hijo de emigrados españoles. Desde esa condición tenía una visión particular de la historia del país que con sus escritos buscó entender y apropiarse. La sensibilidad de este historiador y político tiene, en el paisaje del México del siglo XX, líneas paralelas con las figuras de Daniel Cosío Villegas y Octavio Paz. Jesús Reyes Heroles merecería ser objeto de una gran biografía como la que hizo Ralph Roeder de Benito Juárez”.

_


-06-

LITERATURA

3 DE ABRIL 2021

EL ATLAS DE PANDORA

Llorad, llorad, valientes Mientras que en el presente muchos hombres ocultan las lágrimas, en la Antigüedad abundan los episodios en los que se les ve llorando sin rubor

E

l duelo hay que edificarlo sin prisa, con ritmos arquitectónicos. Más y más, mes a mes. No es una enfermedad de la que curarse lo antes posible, sino la lenta reconstrucción de un mañana resquebrajado. Necesitamos consentirnos la tristeza, desahogarnos para evitar la asfixia. Nuestro mundo intenta jibarizar la huella de la muerte, mientras el pasado la proyectaba en gigantescos monumentos. Hace veinticinco siglos, Artemisia II hizo construir una imponente arquitectura de dolor. Destrozada por la pena, erigió una tumba para Mausolo, su marido y hermano —el poder era aún más endogámico que hoy—. Reclutó a los mejores artistas para trabajar el mármol de blancura más luminosa. El colosal sepulcro de Halicarnaso, una de las Siete Maravillas, se elevaba cincuenta metros en cuatro plantas, decoradas por relieves y estatuas tan llenas de vitalidad que la misma piedra parecía tensar los músculos. En adelante, las sepulturas más bellas se llamarían “mausoleos”. El desgarro de Artemisia aún habita nuestros cementerios. Ahora llevamos dentro, embalsadas y rebosantes, las lágrimas por nuestros muertos, pero está mal visto dejarlas correr. Todavía hay una profunda carga de vergüenza asociada al tabú del llanto. Los hombres no lloran. Y, si las mujeres nos quebramos en público, causamos incomodidad —has roto un veto— y levantamos cierta sorna —has confirmado un cliché—. Contrólate. Los protagonistas masculinos de la ficción contemporánea afrontan la embestida del dolor o la pérdida con una máscara inexpresiva, hieráticos y fríos: cowboys y superhéroes consideran el llanto como un signo de debilidad. Las lágrimas resultan impúdicas, y por eso nuestros rituales fúnebres parapetan los ojos tras unas gafas oscuras. Sin embargo, los guerreros legendarios del pasado heroico solían llorar a moco tendido. En una de las primeras epopeyas descubrimos que Gilgamesh, al morir su mejor amigo, “gimió como un pichón” durante toda la noche. Con la primera luz del alba, gritó: “Que los senderos del bosque te lloren, que te lloren los ancianos, que te llore el oso, la hiena, la pantera, el chacal, la

IRENE VALLEJO ILUSTRACIÓN ROMÁN

gacela, que te llore el río Éufrates, que te llore el granjero y el cervecero que te elaboraba la mejor cerveza”. En la épica antigua, muchos héroes desencadenan sin rubor una tromba de lágrimas. Aquiles lloró junto al mar en una memorable escena de la Ilíada; también Ulises, cuando su fiel y viejo perro lo reconoció en Ítaca y murió estremecido, meneando la cola. Los ojos de Eneas se humedecen una y otra vez en la Eneida. El caballero Tristán, del ciclo artúrico, llevaba la pena inscrita en el nombre —era tradición bautizar “Tristán” a los niños cuyas madres morían en el parto—. Incluso el Cantar de Mio

Psicólogos señalan que el aprendizaje social de contener el llanto tiene dudosa utilidad práctica

Cid, epítome de la hombría, arranca presentando así a Rodrigo: “De los sus ojos tan fuertemientre llorando”. En los buenos tiempos de la caballería andante, si uno tenía ganas y motivos, sollozaba e hipaba con la cabeza bien alta. Lo canta Nick Cave en The Weeping Song, “desciende al mar, hijo, mira a las mujeres llorando; después sube a las montañas, los hombres están llorando también”. Homero hubiera observado atónito la promoción de Los puentes de Madison , donde nos ofrecían la oportunidad —única— de ver a Clint Eastwood, el tipo duro, derramar lágrimas en la lluvia. La cancelación del llanto es reciente: los campeadores de antaño sollozaban con frecuencia, sin necesidad de un oportuno chaparrón para camuflar su desconsuelo.

Los psicólogos señalan que el aprendizaje social de contener el llanto tiene dudosa utilidad práctica. De hecho, conviven mejor con la adversidad las personas que aceptan sus emociones sin prohibirse exteriorizarlas. En cambio, el duelo negado amenaza con convertirse en fractura irreparable, en grave desequilibrio. Quien da rienda suelta a su pena en público demuestra seguridad y una rara independencia frente al qué dirán. Como escribió el peruano Julio Ramón Ribeyro: “Nada me impresiona más que los hombres que lloran. Nuestra cobardía nos ha hecho considerar el llanto como cosa de mujercitas. Cuando solo lloran los valientes”.

_

© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, S. L. © Irene Vallejo.


EN LIBRERÍAS

3 DE ABRIL 2021

NARRATIVA, ENSAYO Somoza

Pistoleros

-07-

POESÍA EN SEGUNDOS Almendra

Secreto a voces: Antonio Porchia VÍCTOR MANUEL MENDIOLA mendiola54@yahoo.com.mx

L Ligia Urroz Planeta México, 2021 232 páginas

Paula Castiglioni UAEM México, 2020 327 páginas

Wong-pyung Sohn Océano México, 2021 256 páginas

La historia de una familia nicaragüense que gozaba de la simpatía de Anastasio Somoza Debayle pasa por estas páginas dolorosas y nostálgicas. Estamos en 1972, siete años antes de la caída del dictador, de la mano de una niña de 11 años que observa con ojos azorados cómo su país inicia una caída de la que ya no podrá recuperarse. El tono autobiográfico contrasta con el inicio de la novela, que narra la muerte de Somoza tras la incursión a Paraguay de un comando justiciero.

Novela ganadora del Premio Internacional de Narrativa Ignacio Manuel Altamirano 2020. En un escenario de prostitución y narcotráfico, no solo desmonta los códigos de un poderoso cartel sino que construye a un personaje, una joven obligada a la humillación, que representa a la vez la inocencia y la malicia. Con un estilo que imita el vértigo de las pesadillas, Castiglioni logra un retrato aterrador de todas las violencias que amenazan a las sociedades latinoamericanas.

Esta novela obtuvo el Premio Changbi de literatura juvenil de Corea del Sur; la autora también es guionista y directora de cine. Su protagonista es Yunjae, un joven que padece alexitimia, un trastorno que impide a la persona detectar sus emociones y expresarlas, en este caso debido a que sus amígdalas cerebrales son más pequeñas que una almendra. Siendo niño, su madre y su abuela lo ayudaban a relacionarse, pero a los 16 años tendrá que hacerlo solo.

Propiedad privada

Los hijos de Enoc. El libro de Thoth

La naturaleza como totalidad

Lionel Shriver Anagrama España, 2021 405 páginas

Marta Abelló Booket México, 2021 784 páginas

Henri Bortoft Atalanta España, 2020 544 páginas

Diez cuentos y dos novelas cortas exploran el irrefrenable deseo de poseer. Son un agrio diagnóstico de la sociedad contemporánea y una muestra de sagacidad literaria. Por ellos desfila una corte de padres, hijos, parejas, vecinos del vecino, siempre insatisfechos con lo que han hecho de sus vidas. Las pequeñas cosas, como la disputa por un árbol, la espera en un aeropuerto o un regalo de bodas, terminan por hacer explotar la ira y la frustración largamente contenidas.

Teniendo como trasfondo el apocalíptico año de 999 d. C., en esta novela confluyen tres tradiciones. La curandera húngara Ersbetta Tót, el padre francés Gerbert y el sabio Al- Biruni unen sus conocimientos para dirigirse a Egipto, donde se halla el Libro de Thoth; si no lo encuentran el futuro de la humanidad peligra. Por las notas de la autora, al menos dos de ellos existieron: Gerbert se convertirá en el papa Silvestre II y Al- Biruni fue astrónomo y astrólogo.

Humanista es el término que define al alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien además de la literatura practicó la ciencia. Bortfot, profesor de física y filosofía de la ciencia, ofrece en este volumen La visión científica de Goethe, como reza el subtítulo. Al ser un heterodoxo, el escritor ha sido visto con recelo por los especialistas en esta área. Su manera de concebir el universo, anota Bortfot, “pone patas arriba nuestra forma habitual de pensar”.

a revisión de la gran poesía del siglo XX nos podría convencer de la índole ilustrada e hipercrítica de la lírica contemporánea. Sin embargo, cuando conocemos la reducida, pero singular obra del poeta argentino-italiano Antonio Porchia y entrevemos el modo tan humilde como esta fue elaborada, comprendemos que un poema, un cuento o una novela son auténticos, si versos, situaciones o personajes logran representar en lo inmediato la enormidad de lo íntimo. En México, desde 1975, tuvimos noticias de la originalidad de Porchia por la publicación de una antología, con presentación de Roberto Juarroz, en la revista Plural ; y, a partir de 1999, gracias a Daniel González Dueñas y Alejandro Toledo, ya lo pudimos leer de manera cabal en un texto muy completo (UNAM, Coordinación de Humanidades), seguido además de lo escrito por Jorge Luis Borges para Documents Spirituels (número 16, París, 1992). Ahora, con la hermosa edición de finales de 2020 (Fondo Editorial, Universidad Autónoma de Querétaro), contamos con la primera aproximación a la obra completa, preparada asimismo por González Dueñas y Toledo. Así, pues, este libro nos permite plantear de nuevo el raro caso de Antonio Porchia. Sus textos son a primera vista aforismos. De este modo, Borges los consideraba —si nos atenemos a su prólogo— y como tales los asoció a la tradición. Pero, ¿son realmente aforismos, es decir, máximas que nos proponen una norma? Según sabemos, Porchia detestaba esta idea. De igual forma, varios poetas, entre ellos Juarroz, abordaron su escritura haciendo a un lado la consabida sentencia. Por otra parte, si advertimos cómo el mundo literario lo ha leído, descubrimos que los lectores han sabido hallar no adagios sino verdadera poesía. Los fragmentos de Porchia son, entonces, poemas. Pero, ¿de qué modo lo son? La forma astillada nos entrega un todo interior, de tal suerte que inexplicablemente nos abarca. Al ponerse él, en su escritura, nos pone también a nosotros y junto a él sentimos nuestra identidad, pero también nuestras contradicciones. Al leerlo nos detenemos en la rapidez de nuestro pensamiento, que abre un paréntesis en la rapidez de nuestras palabras. Y esa agitada e instantánea inmovilidad crea las reveladoras ecuaciones psicológicas vislumbradas por López Velarde. Surge, casi en un verso, una pureza de los sentidos y del sentido. Una pureza lírica en segundos. En esto tal vez radica su profunda hondura humana y poética. Pero lo asombroso es que esto ha ocurrido de la manera más simple y austera: un hombre que trabajó como albañil, que leyó modestamente y a quien no le importaba ser nadie, entendió que “lo hondo, visto con hondura, era superficie” y que “Ser alguien es soledad”. Quizá podamos decir que todo lo verdadero tiene algo enigmático y, por ello, algo ambiguo. Aunque Porchia cuenta hoy con un número creciente de lectores, no por ello ha dejado de ser una lectura oculta y dispersa. Tiene razón González Dueñas: Porchia es todavía un secreto, pero —nosotros diríamos– un secreto a voces.

_


LABERINTO

DIRECCIÓN: JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S. EDICIÓN: ROBERTO PLIEGO EDICIÓN WEB: ÁNGEL SOTO ARTE Y DISEÑO: JOSÉ LUIS MEDINA G.

3 DE ABRIL 2021

http:// www.milenio.com/cultura/laberinto/Facebook: Laberinto Milenio/Twitter:@SCLaberinto/Instagram: milenio_laberinto

HUSOS Y COSTUMBRES

Vacuna ANA GARCÍA BERGUA

N

saje, como un mal recuerdo. Con ellos la viruela, las paperas, el sarampión; las vacunas los convirtieron en fantasmas atenuados de grandes desgracias anteriores que ya solo el ceño de mi madre evocaba junto a las de la guerra. A la mitad de la vida, como en una película se suceden inyecciones esporádicas a la familia, vacunas casi de trámite para enfermedades que quizá ya no le den a nadie, inyecciones con halo de inverosimilitud, casi tan solo por alejar a la mala suerte. Se hablaba de una vez en que iban a inyectar a mi hermana contra la rabia porque la mordió un conejo, pero no. O un clavo que se me enterró en una rodilla y una carrera a vacunarme contra el tétanos, por si acaso. Vacunas contra la neumonía en el invierno, vacunas contra la influenza de aquella vez. El conejo, el clavo, echar un poco de sal por encima del hombro para alejar a la desgracia, sortilegios de lotería.

os vemos más jóvenes los vacunados: ganamos los años que íbamos a perder si la enfermedad nos atrapaba. Y eso que la vacuna nos recuerda a algo antiguo, algo que se recibe en la infancia y se aplica en la infancia. No se me ha borrado aquella escena en el colegio con los niños de mi grupo, en algún salón o enfermería: la fila de escolares inquietos, la manga levantada, el piquete en el brazo, el fuiste muy valiente, la sonrisa de orgullo. Y después esa pequeña cicatriz que duró tantos años cerca del hombro como un sortilegio, una especie de talismán. Entonces las desgracias eran otras; recuerdo a mi madre hablando de la polio con su ceño trágico: pobres criaturas, les había caído la maldición porque no alcanzaron a vacunarlos. No era raro ver en la ciudad a algún niño con polio obligado a caminar con aquellos fierros en las piernas. Por ventura, esos niños fueron desapareciendo del pai-

Y ahora, de otro lado de la vida, la desgracia extendida, las muertes y la vacuna de nuevo como un verdadero prodigio. Una vacuna que se desarrolló en un año gracias a la ciencia tan denostada, algo jamás visto. En medio de las muertes y la sensación de estar inermes, un oasis para los que tenemos esta edad y vivimos aquí; en algunos lugares donde se aplica hay música, muchachos y muchachas muy organizados y gente conmovida por los viejitos, aunque no siempre nos guste ese trato de niños; o quizá, sí, ser niños de nuevo en la fila expectante, la manga levantada, el nerviosismo, años ganados. Nadie nos dice ya que somos muy valientes; en realidad todos lo somos. “Los hombres que están siempre de vuelta en todas las cosas son los que no han ido nunca a ninguna parte”, decía Antonio Machado que decía Juan de Mairena. Yo me busco aquella cicatriz en el brazo, pero ya solo queda en la memoria.

_

CAFÉ MADRID

Dulce tarántula venenosa

L

VÍCTOR NÚÑEZ JAIME periodismovictor@yahoo.com.mx FOTOGRAFÍA HATCH HOUSE MEDIA PRODUCTION

a otra noche me sumergí en un maratón de películas protagonizadas por Libertad Lamarque (sí, ¿qué pasa?, ¿acaso soy el único fan que le queda a Doña Liber?). Hacia el final de Bello recuerdo, donde la argentina está acompañada por el españolísimo Joselito y la mexicanísima Sara García y, entre los tres, se encargan de conmover hasta al más duro de roer, mis ojos se desviaron del melodrama hacia un llamativo anuncio: “The Capote Tapes. Descubre al verdadero Truman Capote a través de las miradas inéditas de sus amigos y enemigos”. Y entonces, claro, tuve que hacer a un lado a la actriz machacada por Evita Perón. Total, a los abandonos estaba acostumbrada Doña Liber. Y, pobre sufridora, a perdonar también. The Capote Tapes es un documental de Ebs Burnough, exasesor de Michelle Obama que además formó parte del aparato de comunicación de la Casa Blanca. Cuando leyó la biografía de William S. Paley, fundador de la cadena de televisión CBS, se dio cuenta de que un nombre se repetía en varios acontecimientos sociales del protagonista del libro: Truman Capote. Así que leyó y releyó sus libros, empezó a hablar con gente que lo conoció y dio con las grabaciones que George Plimptom realizó para escribir la biografía coral del autor de Otras voces, otros ámbitos. En ellas se basa el filme. Truman Capote, cuya vida ha sido objeto de otras películas de ficción (Capote e Infamous), se murió hace casi 37 años y dejó inconclusa la que, según él mismo, sería su “obra maestra”. Le puso Plegarias atendidas y

en sus páginas, decía, se reflejaría la íntima y verdadera cara de la famosa jet set estadunidense que había conocido bien al haber sido invitado muchas veces a sus fabulosas fiestas, mansiones y yates. Durante 20 años, la novela fue “la más famosa obra no publicada de la literatura norteamericana”, pero alcanzó a dar a conocer algunos capítulos en la revista Esquire (con “personajes reales”) y, debido a ello, se ganó el

Capote quería ser el tipo de padre que nunca tuvo. Pero, sobre todo, quería que lo quisieran

desprecio de la mayoría de “esos ricos”, por los que él sentía fascinación y resentimiento al mismo tiempo. Por eso pasó “aislado” los últimos días de su vida. Truman Streckfus Persons, su verdadero nombre, ha pasado a la historia por consagrar y masificar con A sangre fría la novela de no ficción. Pero también le encantaba ser un personaje singular (muchos lo llamaban “el pequeño terror” o la “dulce tarántula venenosa”). Hedonista, chismoso, de voz chillona y pluma afilada tenía entre sus principales extravagancias a la superstición: “Siempre tengo que sumar todos los números: hay personas a las que nunca telefoneo porque al sumar su número sale una cifra que trae mala

Una escena de The Capote Tapes, documental dirigido por Ebs Burnough.

suerte, o rechazo una habitación de hotel por la misma razón. No puedo permitir que haya tres colillas en el mismo cenicero. No viajo en un avión con dos monjas. No empiezo ni termino nada en viernes”. Además de ahondar en la relación íntima (“enamoramiento”) que el autor tuvo con Perry Smith, uno de los asesinos de A sangre fría, el filme de Burnough cuenta con los testimonios de Lauren Bacall (“su inteligencia lo hacía totalmente único. Siempre quería tenerlo cerca porque no había nadie como él”), Norman Mailer (“¡su actitud era agotadora!”), Gloria Vanderbilt, Babe Paley, John Richardson, Colm Tóibin y… Kathy Harrington, hija de uno de los amantes de Capote, el agente de bolsa Jack O’Shea, a quien protegió “como lo haría un buen padre”, según ella misma. “Lo conocí en nuestra casa y supe de la relación que tenía con mi padre después de haberse separado de mi madre. Era una gran persona y, gracias a él y a sus contactos, yo puede desarrollar una carrera como modelo”, explica ante la cámara. Así que no estaba todo dicho acerca de la vida de este deslumbrante, frívolo y despiadado escritor. Quería ser el tipo de padre que él nunca tuvo. Pero, sobre todo, quería que lo quisieran. Un audio suyo lo deja claro: “La gente no me quiere. Soy un bicho raro. La gente se entretiene conmigo. La gente se siente fascinada por mí. Pero la gente no me quiere”. Al final, ya lo ven, el documental resultó ser otro melodrama, muy parecido a los de Libertad Lamarque. Pero de ella, también “un bicho raro” entre tangos, coplas y rancheras, mejor hablamos en otra ocasión.

_


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.