Laberinto No.1005 (17/09/2022)

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Carlos Rubio Rosell, Iván Ríos Gascón, Víctor Núñez Jaime, EKO/ FOTOGRAFÍA: AFP Godard: de

Javier Marías: novelar los pensamientos

ATLAS

Suplemento cultural de MILENIO

EL DE PANDORA

LABERINTO

Ilustración: Román

IRENE VALLEJO

SÁBADO 17 DE SEPTIEMBRE DE 2022 AÑO 19 - NÚMERO 1005 HOMBRE DE CELULOIDE FERNANDO ZAMORA Jean-Luc

comoVerdadespuños

generaciónuna Foto: AFP

aliento

Masculino femenino. Dirección: Jean-Luc Godard. Francia, Suecia, 1966.

Este cuento de amor loco exalta los fantasmas e ilusiones de ladegeneración1968

La muerte de Godard invita pues a ver Masculino femenino, una de las películas más sugestivas del maestro francés; obra maestra de la Nueva Ola en la que el collage de imágenes, sonidos, letreros y exabruptos aún permite atisbar una narración, un cuento de amor loco que exalta los fantasmas e ilusiones de la genera ción de 1968.

-02- 17 DE SEPTIEMBRE 2022

enCuerposremojo

FERNANDO ZAMORA @fernandovzamora FOTOGRAFÍA B&W

l rey Enrique IV de Francia que gobernó entre los siglos XVI y XVII ha pasado a la historia por sus grandes virtudes. Ordenó las finanzas, drenó los pantanos para promover la agricultura y construyó el famoso Pont Neuf sobre el río Sena, donde tiene una es tatua. El duc de Sully fue su gran colaborador, a pesar de algunas diferencias. Una de ellas fue el papel que daban a la higiene. En una ocasión, el rey Enrique se enteró de un hecho preocu pante. El ducde Sully se había bañado. El rey le mandó un mensaje de apoyo ordenándole que darse en casa. Estaría muy expuesto debido a su “reciente baño”. Para el rey el cuerpo debía pro tegerse con tierra en los poros. El agua podía in troducir enfermedades mortales.

El guion de Masculino femenino está basado en una historia de Guy de Maupassant, “La mujer de Paul”. Escrito en 1881, el cuento gira en torno a La Grenouillère, un famoso balneario en las proximidades de Pa rís que, en su tiempo, frecuentaron Renoir y Monet. Este último pintó el sitio con sus restaurantes, reflejos de agua y botes que enmarcan el cuento de amor galante de Maupassant. Para contar la historia mínima, casi una anécdota, de Paul y su mujer Made leine, Godard utiliza, en lugar de La Grenouillère, los cafés parisinos con sus personajes malhumorados que en tardes lluviosas entran gritando: ¡un café! En la primera de las quince partes que conforman esta película,

La época contemporánea hace renacer el culto clásico por el cuerpo y su higiene. Gra cias a los consejos de Pasteur, los médicos se lavan las manos. En 1879, un empresario nor teamericano, James Gamble, inventó la barra de jabón. Harley Proctor, el hijo de su socio, lo lanzó al mercado con el nombre de Ivory. En el siglo XX, el jabón se convirtió en un producto de la publicidad televisiva, con un concepto di rigido a las mujeres: “Si te ves limpia, podrás encontrar un buen partido”. Las telenovelas americanas, auspiciadas por compañías de jabón, empezaron a llamarse soap opera. Los norteamericanos también perfeccionaron y difundieron la ducha, que se había originado en Europa a comienzos del siglo XIX.

a muerte de Jean-Luc Godard el pasado 13 de septiembre revive las ilusiones y fantasmas de una generación. Esa de la cual él mismo se nombró filósofo y cineasta según queda de manifiesto en Masculino femenino (disponible en Mubi). Masculinofemeninoes una obra de arte que marca, además, un ca pítulo aparte en la filmografía de Go dard por tres razones: es la primera en la cual el cineasta, vehemente marxis ta, se manifiesta activamente político. Además, es la primera en la que traba ja lejos de la sombra de Anna Karina, quien fuera su esposa y de la que se estaba divorciando. Por último, lue go del éxito de Pierrotelloco, Godard decide abandonar el cine en color y retomar el estilo que lo volvió famoso en 1963, con Sinaliento. Así, Masculi nofemeninoestá filmada en blanco y negro y sigue el programa del primer Godard según el cual “para hacer una película no es necesaria otra cosa que una mujer y una pistola”. Y aquí están, la mujer y la pistola. Eros y Tánatos.

Por entonces, cualquier práctica destinada a echarse agua en el cuerpo era considerada sospechosa y nociva (hay que recordar que el rey Luis XIII, nacido en 1601, no se bañó hasta la edad de los siete años). No era extraño que, al igual que muchos otros nobles, Enrique IV fuera famoso por su mal olor. Esto no le im pidió tener éxito con las mujeres. A ellas poco les importaba el hedor con tal que fuera Real (y aunque fuera real). Los baños públicos ha bían sido clausurados en Francia y en Inglate rra ya que eran considerados peligrosos para el cuerpo y también para la moral. Desafiando las reglas, la reina Isabel se bañaba en exceso, es decir una vez al mes, y su sucesor James I a lo largo de su vida solo se lavó los dedos. En el siglo XVII los aris tócratas usaban per fumes y ropa de li no (se pensaba que iban a mantener el cuerpo saludable), pero no agua.

E

LA GUARIDA DEL VIENTO ALONSO CUETO  ANTESALA

aparece en uno de estos cafés una mujer que, mientras Paul coquetea con Madeleine, discute con su mari do. Él la amenaza y sale. Ella extrae de su bolso una pistola, alcanza al hombre y, en la calle, lo mata. Todo sucede con la misma naturalidad con la que Paul explora el cuerpo de Madeleine o con la que con su ami go sindicalista se aproxima a un au to diplomático estadunidense para gritar al chofer: ¡yanquis go home! No se crea sin embargo que aquella es la única vez que aparece una pis tola, tampoco es la única muerte de la película. Siguiendo a Maupassant, Godard medita en torno a la forma en que ama y muere la gente de pueblo, la que liga en cafés o balnearios. Es posible que dicho interés esté rela cionado con el fracaso amoroso que significó la separación de Anna Ka rina, su mujer y cómplice, la actriz con la que Godard despegó su carrera luego del éxito de su primer largo metraje, Sin aliento

HOMBRE DE CELULOIDE

Esta idea tuvo una larga vida. Aún a comienzos del si glo XIX el olor de cada cuerpo era considerado una marca sensual. Los amantes debían reci birse en toda su mugre para gozar más uno del otro. En una de sus cartas, Napoleón le dice a Josefina: “Llegaré en una semana. Por favor, no te eches agua hasta entonces”.

El libro canónico de Virginia Smith, Una historiadelahigieneylapurezapersonal, de donde sacamos muchos de estos datos, nos permite preguntarnos por el presente. Hoy que la sequía y la subida de los precios de la energía amenazan el mundo, la escasez de agua puede restaurar el culto a los olores del cuerpo. Nada es más estable que el cambio, incluso el de los aromas. _

discretamente erótica. En una es cena, él y otras dos se encaman. Él comienza a besar a Madeleine muy tiernamente, su mano baja. ¿Puedo?, pregunta él. Ella dice que sí. La otra muchacha, que ha salido de cuadro (pero que se encuentra en la misma cama) solo murmura: ¡a mí no me vayan a molestar!

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L

La cultohacecontemporáneaépocarenacerelclásicopor el cuerpo y su higiene

ilusionesGodard:yfantasmas

Paul es un chico idealista y alo cado que acaba de terminar su ser vicio militar. Estamos en septiem bre de 1965 y en una cafetería o tal vez en su trabajo (no queda del todo claro) conoce a Madeleine. Con ella Paul conoce, además, a otras chicas con las cuales establece una relación

Javier Marías/ EKO

ANTESALA

La muerte arranca el reflejo propio, nos despoja del principio de ser y estar en el mundo. La muerte enga ña y oculta y trastorna todo: el amor, la reminiscencia, el apego, la nostalgia, la utopía de una eternidad que no se cumple. Decía Shakespeare que los dormidos y los muertos son como pinturas, bocetos perdurables, pero, acaso, Javier Marías sabía que hay en nosotros “la im parable conciencia de que la única forma de perturbar el tiempo es morir y salirse de él”. _

No era la virtud o el vicio. No era la probidad o la male volencia. La estancia en el mundo no se mide en lo huma no sino en lo desalmado y en lo impío. En este hospedaje que ocupamos cada cual e imposible de saber por cuánto tiempo, hay monstruos por doquier, y son aquellos que rompen las reglas, que no fingen. “La vida es piadosa, lo son todas las vidas o esa es la norma, y por eso consi deramos malvados a quienes no encubren ni ocultan ni mienten, a quienes cuentan cuanto saben y escuchan, también lo que hacen y piensan” (“Cuando fui mortal”).

No era el flujo incontrolable de las palabras, la con fesión que nos delata. No era el callar deliberado, ni el silencio que engaña o disimula. Era la lengua en la oreja que no solo lame o besa porque vierte miel o echa vene no, halaga o aniquila (metáfora del crimen en Hamlet), desagravia, corrompe o envilece. “Escuchar es lo más peligroso, es saber, es estar enterado y estar al tanto, los oídos carecen de párpados que puedan cerrarse instin tivamente a lo pronunciado, no pueden guardarse de lo que se presiente que va a escucharse, siempre es dema siado tarde” (Corazón tan blanco).

IVÁN RÍOS GASCÓN @IvanRiosGascon

LOS PAISAJES INVISIBLES

EX LIBRIS

No era el rostro que cambia con la edad, la cara mar chita. No era la expresión severa o resignada o impasi ble o quizá doliente que da el futuro. Era la fisonomía convertida (o deformada) por los propios actos, la con ducta respetable, hipócrita, estoica o pérfida inclusive. “Lo más arduo de las facciones no es crearlas sino que duren, porque tienden a caerse solas. Un esfuerzo so brehumano, sostenerlas en el aire” (Tu rostro mañana. Fiebre y lanza).

Busca incansable, rastrea quiere alcanzar algo limítrofe, algo que la defina y le dé forma. Ella no tiene una imagen de sí, es barro, mármol, jade o quizá tronco de abedul que arde en los incendios veraniegos. Reclama el fausto, la riqueza         el amor.

-03-17 DE SEPTIEMBRE 2022

No era expirar, la muerte a secas. Era desvanecerse de improviso, palidecer o disiparse repentinamente. El incierto viaje hacia la difuminación. Ahí donde ya no queda tiempo de esclarecer cuanto hubo de misterio, siempre hay misterio de sobra en uno mismo, ni hay oportunidad alguna de desbrozar la trama y acoger lo sustancial o excluir lo vano. Querríamos remover eso que se piensa o se dice destino para conservar solo unas cuantas cosas, o rehacer aquello que fue inútil o anodi no o nos dejó insatisfacción. La vida no es un libro. Un relato goza de otros atributos. “Es tan difícil saber qué va a resultar accesorio o fundamental una vez que es tén terminados nuestro libro o nuestra historia o vida y sean tiempo conocido o pasado que ya no puede re producirse. O acaso sí puede el libro, cada vez que es leído: pero no, cada lectura lo altera, y en cambio no lo reescribe ninguna”.

N

Este poema forma parte de Un deseo frustrado por la eternidad. Un recuento de mujeres anónimas, del mito, la Historia y la literatura (Consejo Editorial del Estado de México, 2022).

Los desvelos de Javier Marías

No era el inconveniente de haber nacido. No era ni hilismo ni amargura. Era la calma espera. Sosegada. Sin ilusión de permanencia. Sin delirio de inmortalidad. “Todo lo perdemos porque todo se queda, menos noso tros. Por eso cualquier forma de posteridad tal vez sea una afrenta, y quizá lo sea también entonces cualquier recuerdo” (Negra espalda del tiempo).

KYRA GALVÁN

POESÍA

Lo quiere todo y bien despachado.  La pasión vedada la consume. Perturbada, usurpa el tiempo la mirada, el tacto, el beso. Una ansiedad opaca, densa,      la conquista la inclina a vivir        una ilusión.

La realidad la apremia a tomar con sus manos      de cervatillo perseguido:            el arsénico.

o era expirar, lamuerteasecas. No era el olvi do. Era el incierto viaje hacia la difuminación. Borrarse, desvanecer, desdibujarse, y con el cuerpo mismo, la extinción de todos los se res que llevamos dentro, porque también ahí están ellos, los que quisimos y los que detestamos, quienes fueron leales o sinceros, los que nos traicionaron, ellos, los que habitan en la historia personal: “La muerte no nos qui ta solo nuestra propia vida, sino las vidas de los demás”, es cribió en Todaslasalmas

Madame Bovary

CARLOS RUBIO ROSELL/ MADRID FOTOGRAFÍA EFE

Marías me confesó sentir la ilusión de pensar que gracias a ese galardón sus libros podrían conocerse más en países de su propia lengua, pues a pesar de que todos escribían en castellano, la literatura es pañola, en general, era to davía poco conocida en Latinoamérica.

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-04- 17 DE SEPTIEMBRE 2022DE PORTADA

l escritor es pañol Javier Marías consideró siempre que existía “una her mandad de las letras”. Cuan do en 1995 recibió el Premio Rómulo Gallegos, el máximo reconocimiento que se otorga a un autor en el mundo litera rio latinoamericano, me dijo, no obstante, que cuando escri bía no tenía muy presente que llegaran a leerlo en países geográficamente lejanos a su tierra natal. Aquel pre mio le parecía por tanto una cosa que estaba fue ra del alcance de un au tor español, aunque no hubiera nada estipula do y hasta ese momen to ningún autor de su tierra hubiera sido re conocido con ese ga lardón. “Yo no tenía la menor idea de que mi obra estuviera entre las candidatas finales; mi editor no me había dicho una sola palabra, de manera que la sorpre sa fue múltiple, grande y muy agradable”, me dijo aque lla tarde, cuando conversamos por primera vez en su departa mento de la Plaza de la Villa de Madrid. Tenía 43 años.

Con esta conversación realizada a lo largo de recordamos al escritor que renovó las letras Javier Marías y como visión de

En aquella mos

laCorazónzóntimentalyamentoliterariasobrepublicadayquenovelas,Todastanblancoduermenosabercuálesconsiderabalosmásbajos.—Empecédotenía19ranovela—resoplóbocanadadelloquefumababoquilla,fumadorquesiemprenovela,Losgojuvenilciertopuntoramadelamomentos,zo.Despuésconmicuartalibroenelchoempeñomuypocarepercusión.podemosmencionartimasnovelas:tanbatallapiensalaqueacababamuloGallegos),undespegueperoconsiderable,apreciaciónventasyelYesqueunanuevaque,comodesdelosañoselpanoramateraturaespañola,loslectoresliteraturanoentodaLatinoamérica—Encuantoquisesaber—,ta,quéjuegostequemerece—Ahíesunalgoporser

El autor de Todas las almas, quien murió septiembre.pasadoel11 de

-05-17 DE SEPTIEMBRE 2022 DE PORTADA

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Todos los textos de Javier Ma rías muestran un aplicado traba jo formal, un especial sentido del lenguaje. ¿Cómo trabajaba sus tex tos, en qué detalles se fijaba más?

—No tengo una teoría y ni si quiera sé lo que voy a hacer, a diferencia de algunos escrito res que saben qué van a hacer. Improviso y solo escribo cuando tengo ganas de hacerlo. Lo que sí puedo decir es que la nove la no se puede seguir viendo ni tratando como en el siglo XIX, ya solo por razones meramente internas de evolución del géne ro, sino porque la novela en el siglo XIX era casi lo único de lo que la gente disponía si quería ficción. En cambio, hoy en día hay una saturación de ficción. Entonces sucede que la novela que meramente cuenta histo rias a mí me sabe a poco. Y co mo lector, lo que me gusta son novelas que me inviten a pensar, a detenerme, a reconocer cosas. Me gusta un tipo de novela en la cual haya lo que hoy en día casi nadie recuerda que existe y que es el pensamiento literario, algo que no está solo en los ensayos y que más bien se encuentra en la Traductorficción. incansable, de una máxima curiosidad y afán por tra tarse de tú a tú con los originales que admiraba, como la traducción que hizo del Tristram Shandy, de Laurence Sterne, Marías sostenía que toda obra se podía traducir “por lo menos en lenguas no to talmente divergentes o distantes, como el japonés del castellano”. “Lo que pasa”, argumentaba, “es que no siempre hay un traductor dispuesto a tomarse el trabajo o el talento necesario, porque para traducir hace falta el mismo ta lento que para escribir. Hay que buscar sinónimos, palabras en la acepción más oscura; a veces es un trabajo que exige una cantidad de tiempo que las personas muchas veces no pueden dedicarle. Pero en teoría es posible, aunque a veces se pierden cosas y se ganan otras; se produce un curioso sistema de compensaciones”.

En mayo de 1998, cuando publicó su novela Negraespaldadeltiem po, Marías era ya un autor que ha bía vendido más de dos millones de ejemplares del resto de sus obras en todo el mundo y ahora se per mitía ser el protagonista de una de sus narraciones. Así como en Ma ñana en la batalla piensa en mí el narrador era un escritor a sueldo, en Corazóntanblancoun intérpre te traductor y en Todas las almas un profesor que estaba de paso en Oxford, en Negraespaldadeltiem poel narrador era al fin un escritor, Javier Marías, quien se permitía que hubiera partes que sucedían, por ejemplo, en México, donde no había estado nunca.

Pocos días después de la pre sentación de ese volumen de cuentos, Marías —distinguido con premios como el Fasten rath, el Prix Femina Étranger o el American Award— fue elegi do Premio Nacional de Narra tiva de España por su novela Los enamoramientos, publica da en 2011, que rechazó para “mantener la independencia y no participar en las polémicas que acarrean tanto las invita ciones de instituciones como los premios estatales, incluido el Premio Cervantes”, afirmó, y dijo que confiaba en que no se tomara su postura “como un feo o un agravio, o como un desagradecimiento. Todo es critor agradece el aprecio por su obra, y así lo hago ahora. Y en verdad lamento no poder aceptar lo que en otras épo cas habría sido tan solo mo tivo de alegría”.

aquella entrevista habla la totalidad de su obra publicada hasta ese mo que por entonces sumaba como El hombre sen Todas las almas, Cora blanco, Mientras ellas Vidas escritas, y quise cuáles eran los puntos que consideraba más altos y cuáles —Empecébajos.hace 24 años, cuan y publiqué mi prime —resopló soltando una de humo de un cigarri fumaba en una hirsuta fumador empedernido siempre fue—. Esa primera Los dominios del lobo, al y que resultaba hasta punto original en el pano literatura de aquellos momentos, fue un buen comien Después hubo un punto bajo cuarta novela, Elsiglo, un que había puesto mu empeño y que en cambio tuvo repercusión. Después mencionar mis tres úl novelas: Todas las almas, tan blanco y Mañana en piensaenmí (novela por acababa de obtener el Ró Gallegos), que han tenido despegue paulatino y gradual considerable, tanto en la apreciación crítica como en las eco entre los lectores. Marías pertenecía a generación de autores él mismo establecía, años ochenta renovó panorama novelístico de la li española, logrando que lectores se interesaran por su no solo en España, sino Latinoamérica y Europa. cuanto al estilo literario — saber—, ¿hacia dónde apun juegos y qué arreglos sien merece su obra? un poco difícil afirmar ser una obra un tanto

Fueron varias las veces que pude conversar con Javier Marías y en ellas traté de abordar diversos te mas, entre ellos su trabajo como articulista, que a menudo provo caba polémicas, cosa que le desa gradaba. “Lo que pasa”, explicaba, “es que me parece absurdo escri bir en prensa para no decir lo que más o menos pienso. Y a veces su pongo que choco con cosas apa rentemente bien vistas. Pero yo siempre busco argumentar y no me callo: si algo me parece mal o imbécil, pues lo digo”.

También alguna vez me habló de lo que le ponía de mal humor de la sociedad y la política ac tual. “De la política pocas po nen de buen humor”, lamen taba, pero enseguida aclaraba que a los políticos les tenía “un respeto teórico muy considera ble porque creo que son nece sarios”. Dicho esto, agregaba, “la clase política a menudo es grotesca, inane, innecesaria mente sañuda, que no ayuda a la convivencia y exacerba los ánimos y a menudo crea más problemas de los que resuel ve. En la sociedad hay de todo, pero en términos generales hay una soterrada corrupción moral generalizada y se hace la vista gorda con muchas cosas. Y eso es Enpreocupante”.octubrede2012, cuando presentó Mala índole, que re unía cuentos de sus dos úni cos libros de relatos, Mientras ellas duermen (1990) y Cuando fui mortal (1996), y algunas piezas publicadas de forma dispersa en revistas y diarios ya prácticamente inencontra bles, Marías llevaba cuarenta años escribiendo cuentos, un género, decía, que se diferencia de la prosa novelística porque puede llegar a ser perfecto, algo que la novela no logra a pesar de internarse en cami nos más intrincados.

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ritmo de la prosa, la musicalidad que uno tiene y mi intención es que se perciba. Esto lo hago tam bién en la puntuación. Yo diría que hay en mis textos una flexi bilidad en el lenguaje y quizá eso es así por haber hecho bastantes traducciones.—¿Yenteoría, cómo entiende la novela? —pregunté.

—Tengo una sintaxis en cas tellano bastante rara, la fuerzo mucho —expuso—. Me importa el

La última vez que lo vi, cuando presentó la que es su penúltima novela, Berta Isla (2017) —a la que seguiría Tomás Nevinson, publicada en marzo de 2021—, Marías, quien criticaba nuestras sociedades cada vez más puritanas e hipócritas en las que observaba una deliberada destrucción de los sistemas educativos, expuso algo en lo que siempre insistía y que da cuenta del enorme respeto que siempre tuvo por su oficio: “En la actualidad todo el mundo considera que puede escribir un libro, pero crear una novela es un trabajo muy difícil y muy lento. Terminar una es algo milagroso”. _

Volví a encontrarme con Marías un año después, en 1996. En aque lla ocasión, el escritor me volvía a recibir en su piso madrileño y sen tados en el estudio, junto a la má quina de escribir que lo acompa ñaría toda su vida, entre cigarrillo y cigarrillo me dijo que su afición por los fantasmas era, ante todo, una afición literaria. No es que él creyera en eso ni nada por el esti lo, sino simplemente que ese “al guien” literario e imaginario lo sentía muy atractivo para usarlo como narrador. Por eso, explica ba, en el relato que daba título a su más reciente libro, el volumen de cuentos Cuando fui mortal, el na rrador era un fantasma.

En ese sentido, el autor seña ló que sus novelas no dependían mucho del elemento de invención. “Mis libros no son de intriga ni de acción ni en los cuales la historia sea lo que más cuente. Creo que las llamadas musas de la inspi ración visitan a los escritores, si es que los visitan, no tanto para inspirarles una historia buena, sino para ayudarles a contar la historia que cuentan, sea la que sea y tenga el origen que tenga”.

Sin embargo, a Marías no le gus taba hablar de los fantasmas o demonios de un escritor, de sus obsesiones, ya que era una expre sión que encontraba gastada y a la que cualquiera recurría.

“Siempre imbécil,algonoargumentarbuscoymecallo:simeparecelodigo”

de dos décadas, letras españolas y la novela de mundo

Quise saber cuál era el perfu me de esta novela en su conjun to, qué le gustaría a Marías que quedara en la memoria del lec tor, y afirmó que podía ser “una atmósfera, unos fogonazos que impresionan al lector cuando lee unos pasajes, a veces una idea o una reflexión, porque mis libros no son estrictamente narrativos y están trufados de reflexiones. Yo quisiera que al lector le quedase la sensación de haber atravesa do un libro que le ha hecho ver y comprender más de lo que nor malmente ve y comprende. Pero quizá es mucho pedir”.

dilatada. Yo empecé a escribir de forma ligera, con frases muy cor tas, casi sin adjetivación, a veces como un guion de cine. Después, progresivamente, mi prosa se fue complicando hasta llegar a El si glo, en donde hay una prosa densa, barroca, recargada en exceso, de frases larguísimas. Y los últimos libros, digamos que sin haber re nunciado a lo que quiero hacer, posiblemente sean libros cuya prosa es más aérea de lo que era, más ágil y eficaz, aunque también predomina, todavía a menudo, la frase larga, pero quizá no tan lar ga ni tan densa ni tan recargada como aquella de El siglo

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En 2007, después de publicar Fie breylanza y Baileysueño, Marías ponía punto final a la que, según afirmó él mismo, era su obra narra tiva más ambiciosa y en la que ha bía empleado ocho años de intenso trabajo: la novela Turostromaña na, cuyo tercer volumen, subtitula do Venenoysombrayadiós, acaba ba de aparecer en España.

Se trataba, decía Marías en en trevista, de una obra que aspira ba a hablar de muchos asuntos, “cosas”, dijo, “como la memoria y el olvido, el paso del tiempo y la vejez, el amor y el desamor, la violencia y el miedo, la traición y la confianza, la posibilidad de contar o de callarse, el tiempo de paz y el tiempo de guerra, el mal trato con las mujeres, la delación, el temor a añadir al mundo his torias atroces o bien dejar que ya que han sucedido solo hayan su cedido pero no se incorporen al relato del mundo”.

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Verdades como puños

Para ser sinceros, debemos ad mitir que todos fingimos. En latín la palabra “persona” nombraba la máscara del actor. Quién no inter preta un papel, en mayor o menor medida, aunque sea para parecerse a

suele estar al borde —muy borde— de lanzar andanadas de insultos. Como escribe el filósofo español Jorge Freire en su ensayo Hazte quien eres, “según comparecemos ante otro, ya somos personaje. La fachada es necesaria, a despecho de lo que la casa albergue en su inte rior. Basta ver un baile de máscaras para entender la esencia del mun do”. Fingir y pasar por alto muchas cosas nos hace la vida más fácil; tal vez por eso, el teatro o el cine, las novelas nos ayudan a ser mejores actores en este escenario de la vi da. Resulta curioso que el culto a la autenticidad inunde las redes so ciales, reino del artificio, o triunfe en la política de la mano de líderes descarados —otra máscara—, que abrazan una sinceridad calculada, con colmillo y sin complejos, solo cuando les permite asestar una es tocada al adversario. En tiempos de verdades como puñales, lo original

es no perder los papeles y saber dis frazarse con elegancia.

Erasmo Rotterdamde afirmó que es tomarnossabiolas cosas como vienen

Hace dos mil años, en la soledad de su insomnio, lejos de casa, entre cam pañas militares y desvelos de gobier no, Marco Aurelio comenzó un dia rio íntimo. Allí volcaba su fatiga y su irritación, para después recordarse a sí mismo que debía ocultarlas y prac ticar la paciencia aprendida en la filo sofía: “Al amanecer, dite a ti mismo: me voy a tropezar con un indiscreto, un desagradecido, un insolente, un envidioso, un insociable. No puedo enfadarme ni odiarlo, porque hemos nacido para una tarea común”. El em perador estoico conocía las tramoyas del poder y el hechizo de la imagen. Quizá intuyó que la autenticidad in sobornable es solo una pose más. _

T

u hijo te mira con ojos interrogantes, en el um bral de la sospecha. Mil veces le has repetido que diga siempre la ver dad. Sin embargo, le enseñas a callar, a medir las palabras, a envainar las frases hirientes: el arte de la mentira amable. Aunque un regalo le decep cione, debe agradecerlo. Cuando lo invitan, tiene que elogiar la comida incluso si sabe a rayos. Prohibido de cir a la gente que es antipática o pesa da, no vale la excusa de que sea cierto. La vida sería imposible sin delicade za, y eso implica —a veces— fingir.

IRENE VALLEJO ILUSTRACIÓN ROMÁN

-06- 17 DE SEPTIEMBRE 2022 José Ángel Leyva: Entrevista con Óscar Oliva • Andrea Serdio: Adiós a Alain Tanner • Avelina Lésper: Tinder, diez años de soledad • Liliana Chávez: Condolerse • Jorge Esquinca: Fábula del pintor de iconos • Ángel Soto: Entrevista con Aura García-Junco • José Juan de Ávila: Entrevista con Ana Gabriela Fernández • Fernando Figueroa: Ute Lemper y Eduardo Mata • José Antonio Lugo: La inteligencia es una ironía triste Y, además, en nuestra edición digital: LITERATURA

¿Vale la pena expresar aquello que más deploramos y odiamos de nuestros semejantes?

tranquilizadora de saber derrotar el caos. Cuidar una amistad heri da supone no arrojar nuestra fría opinión, sino ofrecer apoyo, calor y alivio. En la vida pública colabo rar implica transigir: cuando un político presume de autenticidad

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El niño está aprendiendo a subir se al escenario de ese gran teatro del mundo que soñó Calderón de la Barca. La espontaneidad puede resultar ofensiva, mientras el de seo de convivir y ser amables exige dotes para el disfraz y la simula ción. Si alguien dice: “voy a hablarte con franqueza”, prepárate para lo peor. Como cantaba Taylor Swift en “All too well”, hay quien es cruel en nombre de la sinceridad. Tal vez la madurez consista en asumir que el mundo no necesita escuchar nues tros pensamientos crudos ni nues tros exabruptos en bruto, y en qui tar importancia a las minucias que nos irritan en el prójimo. Erasmo de Rotterdam afirmó en su Elogio de la locura que es sabio tomarnos las cosas como vienen y divertirnos con la comedia de la vida, tan llena de afanes caóticos. El constante es pionaje de las faltas propias o ajenas —escribió— destruiría la convivencia. La realidad está tejida de errores y desaciertos, por eso conviene cier to desenfado para comprender las debilidades de los demás. Así cons truimos la relativa unión y concor dia que nos permiten vivir juntos. En una época de intransigencias y divisiones, Erasmo defendió la in dulgencia y la risa que nos consue lan de tanta cordura.

© Irene Vallejo.

EL ATLAS DE PANDORA

quien desearía ser. La personalidad tiene algo de teatro, como revela la etimología, y la amabilidad es hasta cierto punto impostura. El amor y la familia son melodramas donde nos tragamos las palabras para salvar los lazos y los afectos. La nemosencionestos,teandopropias,yconción:pliegueexigematernidadungrandesdeactuaconsueño,agotamientopreocupacioneschapoentrellanfiebreycaninfantilesbucle,sostelaficción

Lilia Gómez y Ruslan Posadas (coord.) México,Gedisa 2022 200 páginas

Miriam Toews Sexto 308México,Piso2022páginas

¿Es posible aspirar a una metafísica materialista, a la unión del materialismo histórico y la teología de raíces judías? Esta es la pregunta que acosó a Walter Benjamin y a Theodor W. Adorno, dos figuras prominentes de la filosofía en la primera mitad del siglo XX y materia de este ensayo que no deja de poner la mira en el presente.

El placer de leer

Stephanie Graf México,Gedisa 2022 332 páginas

-07-17 DE SEPTIEMBRE 2022

Perfil del viento es el primer libro de Alejandro Arras (1992) y tiene piezas (no todas) rotundas, el número suficiente para celebrarlo. Pienso en dos de ellas como divisas de un temperamento literario más afín a la contención que a la explosividad: “Cliente nocturno” y “Son otros rumbos”. En la primera, la irrupción de un individuo impertinente a la hora en que un restaurante ya está por cerrar alienta las preocupaciones de una veterana mesera. Creemos contemplar un cuadro de costumbres, con sus encuadres físicos y ambientales. Pero eso es solo apariencia. Tras la rutina obligada bullen las señales de una vida hecha de mínimas victorias cotidianas: son las tres de la mañana y esa mesera entra a su cama pensando únicamente en el uniforme que vestirá horas después. La segunda arroja un idilio en un escenario engañosamente bucólico (un tramo de la carretera que lleva a Cuernavaca), entre el temblor de la hierba y la visión de una iglesia a lo lejos. Una pareja de enamorados huye de la ciudad para experimentar la paz de un pequeño poblado mientras la noche cae y los ladridos de los perros son cada vez más histéricos. Lo que viene a continuación desdice cualquier argumento a favor de la bondad intrínseca del género humano.

ROBERTO PLIEGO robertopliego61@gmail.com

Literatura Random House México, 2022 144 páginas

A

La hija menor de Agamenón y Clitemnestra protagoniza esta novela que recrea algunos pasajes del sitio a Troya y su impronta devastadora. Su madre, quien carga una maldición que amenaza a su familia, y Casandra, cuyas profecías nunca son atendidas, completan el cuadro que sedujo a los trágicos griegos.

El asesinato de Robert Barlow

En este “censo de escenas ilegibles”, como lo califica la autora, quien está en el centro de todo es su madre. Libro fragmentario, diversos estilos se hacen presentes para aprehender esa personalidad: “Mi madre: la ocupación más ferviente y más dañina de mi vida”. Pero, además, el libro no deja de ser una especie de autobiografía.

Perfil del viento México, 2022

ntes que una trama o un despliegue de personajes, los once cuentos reunidos en Perfil del viento (Ediciones Sin Nombre) son un estado de ánimo. No importa si transcurren de la mano de Carlos de Sigüenza y Góngora a finales del siglo XVII o en un rancho tamaulipeco acosado por una banda de sicarios o en el puerto de Veracruz cuando hacer la América estaba al alcance de los sueños; no importa si se demoran un poco o se resuelven con un solo trazo. En cada uno prevalece la sensación de que algo se perdió a pesar de que nunca existió. La tristeza, la melancolía, se instalan a sus anchas sin motivo alguno, como si este mundo no admitiera otras figuras.

Jennifer Saint 320España,Umbriel2022páginas

Que la fama, una vida de glamur y la estabilidad amorosa conduzcan a la tentación del suicidio es tan paradójico como que la estrechez financiera y un divorcio en malos términos alienten unas ganas locas de vivir. Ese es el cuadro que traza esta novela al contrastar las existencias de dos hermanas unidas por el dolor.

María Negroni

Verónica Evers

Perspectivas sobre la gestión de la pandemia...

NARRATIVA, ENSAYO

Como el papel secante con la tinta

A FUEGO LENTO

Pequeñas desgracias sin importancia

A la contundente inmediatez y descripción de la fragilidad de toda certeza o ambición, Alejandro Arras añade una diligente frescura en la narración: como si solo confiara en los sobrentendidos, le importa más expresar lo que ocultan los largos silencios, los gestos suaves, que lo que revelan los intensos desplantes emotivos. _

www.librotea.com

México,Colofón 2022 319 páginas

Un thriller policiaco que rinde homenaje al narrador estadunidense H. P. Lovecraft. La trama inicia con la muerte del antropólogo Robert Barlow a comienzos de 1951 y se traslada años después, cuando el detective Acosta sigue la pista de un crimen relacionado con el culto a Cthulhu, la oscura deidad primigenia.

El corazón del daño

Electra

Luego de dos años y meses de haberse declarado la emergencia mundial por covid, los estudios para entender los cambios que provocó en las sociedades han comenzado a aparecer. En el caso mexicano, la manera en cómo el gobierno manejó la crisis tanto a nivel informativo como práctico derivó en algunas polémicas.

Narrar lo que se calla

ESPAÑOLEXILIO

jería en don Aconcio, el dueño emigra do con su magra dieta de pan Bimbo y poco más, y los inquilinos del exilio: Amparo Bonilla, amiga muy cerca na de mi abuela, nosotros y mi abuela misma cuyo departamento era tam bién taller de costura. Nuestros veci nos del penthouse eran norteameri canos y el padre, Hank, venía también de una guerra, la de Corea; con ellos aprendimos a cantar en inglés. De algu na manera las lenguas y los acentos nos modularon. Las escuelas de refugiados españoles repetían el contraste entre los maestros ceceadores y los alumnos que en el recreo nos entendíamos con nuestro español mexicano, el que usá bamos para comprar tortas y charritos.

CAFÉ MADRID

resolutiva y amable asistente. Cuando le mandabas un mail, ella lo impri mía, se lo entregaba y él escribía su atenta y formal respuesta a máqui na. Luego Mercedes la escaneaba y te la enviaba en PDF.

ANA GARCÍA BERGUA

Poco a poco me hice al español de México, más suave, aunque llegando a casa me despojara de él como de un disfraz y retomara aquel ceceo que me unía a mis padres con su amor lleno de sobrentendidos. Pero poco a poco, también, el disfraz fue cambiando.

El colmo lo llevaba en el nombre: el apellido materno de Javier Marías es Franco, como el del dictador que tanto odiaba porque le prohibió a su padre, el gran filósofo Julián Marías, impartir cátedra por no acceder a ju rar los principios del Movimiento. Por eso, a diferencia de su hermano Fernando, él y su otro hermano, Mi guel, se negaban a utilizar sus nom bres completos. Por eso, también, en sus primeros libros Javier Marías se esforzó por rehuir de todo aquello que oliera a español y le gustaba exhibir su filiación anglosajona.

no encontrara otra en el mercado vintage, se retiraría: “a estas alturas de mi vida no me veo capacitado pa ra empezar a utilizar un ordenador, renunciar al papel y a las correccio nes a mano y a pluma”. Enviaba sus colaboraciones periodísticas por fax y una secretaria de Redacción se en cargaba de “picar” el texto antes de pasárselo al redactor jefe. El celular le servía solo para dos cosas: hablar y enviar mensajes SMS. Tenía un co rreo electrónico, pero estaba a cargo de Mercedes López-Ballesteros, su

JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S. EDICIÓN: ROBERTO PLIEGO EDICIÓN WEB: ÁNGEL SOTO ARTE Y DISEÑO: JOSÉ LUIS MEDINA G.

urante estos días, las páginas de las seccio nes de cultura de medio mundo no han dejado de acoger una compe tencia por ver quién ha leído más y mejor al difunto (y por vituperar a la Academia Sueca que, ciertamente, después de esta tragedia lo más pro bable es que tardará varios años en darle el Nobel a alguno de nuestros escritores hispanos). Por eso permí tanme señalar algunos de los rasgos que definieron la personalidad de uno de los narradores más importantes de nuestros tiempos (al que, dicho sea de paso, antes que sus estupendas nove las, le agradezco haber reunido en Vi dasescritaslos perfiles de un puñado de autores representativos de la litera tura universal, porque así me ayudó a descubrir muchos de los libros funda mentales en mi formación).

Tenía una rutina fija: tardaba en escribir cada una de sus novelas unos tres años en promedio

De repente, la que susurraba la ese y acomodaba la jota en el paladar de modo natural era yo misma y la im postura se venía a instalar en el ce ceo. Crecer fue también despojarse de aquel acento y abandonar a los pa dres para adaptarse a un México en el que la ce todavía evoca un trauma originario con el que nosotros, mis padres y abuelos exiliados, no podía mos tener nada que ver. Ese empeño por adoptar el español de México se trasladó a la escritura y me afané en leer a Salvador Novo para aprenderlo correctamente; me doy cuenta más que nunca cuando leo a los autores españoles o las traducciones españo las y a veces pienso que quizá yo pude haber escrito así, fiel a la lengua de mis padres aunque desligada de mi mundo. En el fondo de mi lengua es crita —aquella puerta por la que pa saba el flujo misterioso de la ce a la ese, de la ese a la ce— sobrevive aún cierto sentimiento de traición. _

Tenía una rutina fija: tardaba en escribir cada una de sus novelas unos tres años en promedio. Se iba a la cama a eso de las tres de la mañana, después de pasar un buen rato le yendo o escuchando música o vien do películas. Se levantaba sobre las 11 de la mañana, revisaba los perió dicos y resolvía los asuntos pendien tes con Mercedes. Luego comía y al terminar se iba directo a su estudio para comenzar a escribir. Casi toda su producción literaria y periodística fue realizada en horario vespertino. Además de escritor, fue profesor y traductor. A los 22 años, después de

D

Fue el “pitufo gruñón” de la litera tura española. Sus columnas, llenas de críticas y quejas, causaban polémica cada semana. Rechazó el Premio Na cional de Narrativa (y dijo que, si se lo dieran, tampoco aceptaría el Cervan tes), porque no quería nada del “de ficiente” Estado español. Años antes se peleó con su editor, Jorge Herral de, porque le disminuyó la cantidad de un adelanto editorial y decidió ir se a Alfaguara. Cuando los cineastas Elías y Gracia Querejeta adaptaron su novela Todas las almas a la pantalla grande, le pareció que desfiguraron el libro hasta hacerlo irreconocible. Exigió una cuantiosa indemnización y que retiraran cualquier mención a su obra en los títulos de crédito. Los tribunales le dieron la razón.

Arribo del Sinaia al puerto deenVeracruz1939.

El hombre de la máquina de escribir

blancoCorazóndetanyVidasescritas,entreotroslibros.

publicar su segunda novela, durante seis años se dedicó a traducir al espa ñol a autores como Joseph Conrad o Vladimir Nabokov. Luego ense ñó Letras Hispánicas y Teoría de la Traducción en Oxford y en Madrid.

Nunca sucumbió al uso de la tec nología. Siempre usó una máquina de escribir eléctrica, modelo Olym pia Carrera de Luxe. En ella tecleaba una media de tres veces cada página de sus novelas y artículos. Decía que el día que se le llegara a estropear y

LABERINTO

Sabía cómo mantener una rela ción de pareja: guardando distan cia. Vivía en Madrid y su esposa, la editora Carme López Mercader, en Barcelona. Pasaban de dos a tres se manas juntos y de cuatro a cinco se parados. “Así es más difícil cansarse el uno del otro y hay tiempo para ex trañarse”, sostenía. Después de vein te años de llevar ese ritmo de vida, ambos decidieron casarse en 2016 para evitar que, cuando él falleciera, el 70 por ciento de su herencia se la quedara Hacienda.

L

ElCBAautor

17 DE SEPTIEMBRE 2022

http:// www.milenio.com/cultura/laberinto/Facebook: Laberinto Milenio/Twitter:@SCLaberinto/Instagram: milenio_laberinto

Tenía tres aficiones: los libros, el cine y el futbol (era hincha del Real Madrid y del Numancia, un equipo de Tercera División). Y colecciona ba soldaditos de plomo. _

HUSOS Y COSTUMBRES

VÍCTOR NÚÑEZ JAIME periodismovictor@yahoo.com.mx FOTOGRAFÍA

La puerta de la ce

eyendo los textos de Fa bio Morábito en El idio ma materno sobre la traición que la escritu ra representa a la lengua materna, aunque sea la propia, recor dé lo que me sucedía en la infancia con el español de mis padres. Como exi liados que eran, ambos, junto con mis tíos y abuelos, ceceaban; así apren dimos mis hermanos y yo a expresar nuestros apremios originales. En la calle, sin embargo, me daba cuenta de que esa ce sobraba; aquel castella no duro, un tanto categórico, la ge y la jota en la garganta, la elle mastica da entre las muelas, resonaba como una especie de pisotón a la mitad de un baile. Quizá esos cambios, estas islas de acentos y lenguas que ahora son comunes y hasta prestigiosas por los enormes flujos migratorios, en ese entonces resultaban excesivos. El edi ficio de la calle Baja California donde vivíamos llevaba la marca de la extran

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