Laberinto No.1007 (01/10/2022)

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Todd Field: camino a la infelicidad

LABERINTO

Acrobacias en la cama

El año en que Siqueirosincendió Los Ángeles

Guillermo G. Espinosa/ FOTOGRAFÍA: GGE/ MÉXICO ACTUAL (DETALLE) Ilustración: Román
Suplemento cultural de MILENIO
SÁBADO 1 DE OCTUBRE DE 2022 AÑO 19 - NÚMERO 1007
Foto: New Line Cinema

Asuntos reales

Mientras haya reyes muertos, habrá algunos vasallos de la nostalgia. La partida de Isa bel, monarca del Reino Uni do, que ocurrió hace tres se manas sigue teniendo secuelas. Todavía se guardan minutos de silencio en los partidos de futbol de la UEFA. La cola de las perso nas que querían ver su ataúd en Westminster Hall tuvo una duración de cinco días, del 14 al 18 de septiembre. Algunas personas llega ron de otras ciudades inglesas y del extranje ro para ponerse en fila. La cola llegó a tener dieciséis kilómetros de largo. La espera más corta fue de diez horas. La más larga, de vein ticuatro. Algún entrevistado en la televisión afirmó que no hacía cola solo para ver a la rei na. Estaba allí para compartir su pesar con otros ciudadanos que hacían cola igual que él. En otras palabras, hacía cola por el gusto de hacerla. Uno puede decir que no hay na da más británico que la cola, una prueba de la democracia de un país.

En el camino hubo baños portátiles, pues tos con bebidas. La gente leía libros de pie y comía sándwiches mientras esperaba. En unas declaraciones a El País, el gran Kazuo Ishiguro explicaba que, en un país dividi do por el Brexit, por la recesión, la infla ción y las tensiones con Escocia e Irlanda del Norte, la reina significaba un punto de equilibrio. Esa idea de una nación estable y en orden estuvo personificada en ella. Puede decirse que otros miembros de la familia, en cambio, dieron ejemplo de to do lo contrario. Una proeza de la reina fue la de sortear con gracia todas las críticas y revelaciones. Nunca impugnó nada de lo que se dijo sobre ella. La serie The Crown, por lo pronto se empeñó en mostrar que era un ser humano común y corriente. La gente lo creyó pero solo mientras duró la pantalla encendida. Parte de la razón de su popularidad es que la vimos en el cen tro de un palacio y nunca supimos qué es taba pensando.

Se acaba de cumplir una fecha decisiva en la que otro rey es protagonista. En 1922, el rey Víctor Manuel III de Italia decidió no movilizar sus fuerzas contra el ascenso de Benito Mussolini. Más aún, lo instó a que formara un gobierno. Fue naturalmente el inicio de veinte años de dictadura. El rey había sido ya apodado sciaboletta, es decir “pequeño sable” en alusión a su baja esta tura. Víctor Manuel debía llevar un sable más pequeño, especialmente fabricado, con el fin de que no lo arrastrara cuando caminaba. La estatura moral y no solo físi ca del personaje fue recordada esta semana por miles de italianos, cuando la sombra de Mussolini volvió a cubrir las eleccio nes en su país. La ganadora Giorgia Melo ni ha mostrado su admiración por el Duce repetidas veces. Veremos en qué termina.

Al hablar del fin de la reina Isabel, Ishi guro afirmaba que los ingleses requerían de la monarquía porque “necesitamos de símbolos que nos unan”. Esos factores de unión parecen escasear en una época de divisiones y extremismos como la que va cobrando fuerza. Uno recuerda más que nunca los versos de Yeats en “The second coming”. Los escritores a veces saben de los asuntos reales. _

Cómo tejer la infelicidad

En la emisión de este año del Festival Internacio nal de Cine de Venecia (la competencia fílmica más antigua del mundo), Cate Blanchett ganó la Copa Volpi. Con este hecho, la actriz une su nombre al de di vas como Vivien Leigh, Sophia Loren e Isabelle Huppert quien, por cierto, ha ganado dos veces. Blanchett también. La australiana obtuvo la Copa por Tar de Todd Field, que aún no está dispo nible. Pero recordemos que parte del placer está en la anticipación. En espe ra de Tarvolvamos a otra obra de este fecundo actor y director.

Secretos íntimos (disponible en HBO Max) es un cuento en toda regla. Pero antes de entrar en interpretacio nes es necesario ofrecer un dato du ro: Field se tardó más de quince años en levantar este proyecto, de modo que estamos ante una obra de autor, si bien la factura hollywoodense y el gozoso sentido del humor ofrecen al espectador un adecuado respiro para introducirlo en una película que de otro modo corría el riesgo de volverse pesada. Y es que los protagonistas de Secretosíntimosestán obsesionados con una felicidad que les resulta im posible de obtener. Hay una mujer (Kate Winslet) que vive un matrimo nio infeliz con su marido rico. Según ella misma dice, el hombre se gana la vida mintiendo, porque es publicista.

Secretos íntimos (cuyo nombre en inglés es Niños pequeños) inicia con Winslet batallando en un par que de juegos con su hija pequeña. La voz en off (aséptica y literaria) informa que los problemas de Sa rah están relacionados con la alie nación: “sonriendo discretamente, ella se recuerda a sí misma que de be pensar como una antropóloga”. Esta antropóloga de los suburbios guarda un secreto: la maternidad no añade sentido a la vida. La niña, dice la voz omnipresente, es para ella “una personita imposible de conocer”. Una tarde aparece Brad. También él tiene problemas para soportar las cargas de la paterni dad y, como ella, se encuentra a la mitad de la vida cuestionándose: ¿cómo fue que tejí para mí mismo tanta infelicidad? Ahora bien, para que esta voz de aspiraciones litera rias resulte en verdad contundente necesita presentar una amenaza que aceche a este hombre y a esta mujer que, adivinamos, están por volverse amantes. La amenaza es Ronnie, un

pervertido que merodea parques y albercas buscando niños. La presen cia de este hombre, más que a una película de misterio, recuerda a El rey de los alisos, el famoso poema de Goethe. Si uno se fija, hay, ade más, en la voz en off, un sabor que recuerda a Fitzgerald. Pero no al del Gran Gatsby sino al de los Cuentos delaeradeljazz, tan criticados en su tiempo por “incomprensibles, blas femos y por satirizar a los ricos”. En resumen, las influencias literarias de Secretos íntimos trascienden la influencia más evidente que es, co mo ha señalado la crítica especiali zada, la de MadameBovary. Porque si bien Todd Field satiriza a las clases altas estadunidenses mofándose de su hipocresía y su incapacidad auto crítica, y si bien recrea una historia de adulterio, hay un elemento casi mágico y malévolo: el pervertido ter mina por producir cierta compasión que, con toda maestría, el director irá conduciendo hasta un clímax capaz de dejar al espectador más exigente con la boca abierta. Y es que el rey de los alisos sufre también.

Secretos íntimos es la obra maes tra de un artista independiente de Estados Unidos; un director que, alimentado con la literatura y el ci ne del mundo, produce una película que trasciende la frivolidad del cine hollywoodense contemporáneo. _

Field satiriza a las clases altas estadunidenses mofándose de su hipocresía
-02- 1 DE OCTUBRE 2022
LA GUARIDA DEL VIENTO ALONSO
ANTESALA

POESÍA

Miro la noche arder*

Miro la noche arder

El vasto cielo es uno

Un uniforme palpitar de estrellas pareciera cantar en el silencio    de confín a confín de norte a sur    de este a oeste de lo alto a lo hondo

Las nítidas constelaciones ignoran estos brazos levantados que las celebran y honran desde su altiva pequeñez

De pie sobre la roca me hago uno con la noche muy cerca del gran río que suena en la espesura y solo por momentos muestra su cabrilleo gracias al derramado polvo estelar

Nunca podría el planeta ser más redondo que hoy : nunca más arriba el abajo ni más abajo el arriba

Toda la inmensa noche cabe en mis ojos con sus estrellas y constelaciones y caminos lechosos y cometas

*Fragmento del canto inicial de Testamentum, libro publicado por Fondo Editorial Universidad Autónoma de Querétaro en diciembre de 2021.

De monstruos y brujas

El horror en el cine mexicano es el género más abandonado en cuanto a producción y calidad. En mi opinión, hay pocas películas notables desde los primeros años de la in dustria. Elfantasmadelconvento(1934), de Fernando de Fuentes; Elvampiro (1957), de Fernando Méndez, director que, por cierto, tenía buen pulso para crear atmósferas siniestras, ya que a pesar de que la se cuela del emblemático conde Lavud resultó un fiasco (El ataúddelvampiro, 1959), hizo otras cintas regulares co mo Misteriosdeultratumbao Elgritodelamuerte(una imaginativa mezcla de la leyenda de La Llorona con chili western, protagonizada por Gastón Santos, vaquero de varios largometrajes de intriga detectivesca con desen lace tipo ScoobyDoo).

Carlos Enrique Taboada realizó tres filmes afortu nados. Hasta el viento tiene miedo (1968), El libro de piedra (1968) y Más negro que la noche (1975). Cha no Urueta dirigió El espejo de la bruja (1962), pero no debíamos dejar de mencionar que antes de ésta, Urueta realizó un prodigio del espanto más ridícu lo: El barón del terror, donde Abel Salazar se trans figura en un monstruo que habría dejado estupefac to hasta al mismísimo Ed Wood. René Cardona filmó La Llorona (1960), y Rafael Baledón, La maldición de La Llorona (1961). El cine de Juan López Moctezuma fue paradigmático del género. Con buenas intencio nes para aterrorizar pero tentado por el tremendis mo, su perdición fue la manufactura defectuosa ( La mansión de la locura, 1973; Mary, Mary, Bloody Mary, 1975; Alucarda, la hija de las tinieblas, 1978). La lis ta podría incluir, también, a La tía Alejandra (Arturo Ripstein, 1980), pero sería hasta que Guillermo del Toro dirigió Cronos (1993), cuando en el cine mexi cano afloró un estilo diferente para abordar el miedo. Después de él, pocos directores han logrado relatos de ambiente umbrío, digamos, La región salvaje (2016), de Amat Escalante; Vuelven (2017), de Issa López, o Belzebuth (2017), de Emilio Portes.

El filme colectivo México Bárbaro (2014) libró me dianamente las condiciones del género, relatos que os cilan entre la pesadilla rural, los sacrificios aztecas, las apariciones o la superstición del Día de Muertos, un mix de historias empeñadas en reivindicar las tradi ciones y leyendas mexicanas. A propósito de esa cinta en la que participan Laurette Flores Bornn, Gigi Saul Guerrero, Aaron Soto y Jorge Michel Grau, entre otros, también figura un corto de Isaac Ezban ( La cosa más preciada), que actualmente tiene en cartelera Mal de ojo, fábula de brujas que atormentan, persiguen, casti gan y sorben a las doncellas para existir eternamente.

Director de tres largometrajes ( El incidente, Los parecidos, Parallel), Isaac Ezban parece empeñado en forjar un universo propio donde el miedo emerge del caos, la vulnerabilidad, la confusión de realidades yuxtapuestas. Los monstruos de Ezban están lo mis mo en una carretera infinita o en el cubo de unas es caleras que conducen al mismo piso, en los paraderos o las moradas decadentes.

Mal de ojo, como el filme español La abuela (Paco Plaza, 2021), hilvana un mal sueño de encierro, aco so y callejones sin salida, y aunque el resultado no es contundente, la eficacia narrativa es innegable (las actuaciones de Ofelia Medina y Paola Miguel son la columna vertebral de una cinta que adolece de los cli chés hollywoodenses y los lastres de las pelis clase B).

El horror en el cine mexicano es el género más abandonado en cuanto a producción y calidad. En el tiempo de las infinitas posibilidades de lo digital, del maquillaje y los efectos especiales, aún seguimos en espera de la obra maestra del terror. Cosa rara. En es te país hay aberraciones de sobra, espantajos que con facilidad nos ponen los pelos de punta.

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EX LIBRIS
-03-1 DE OCTUBRE 2022
Leopardi misántropo/ EKO ANTESALA

En 1932, Siqueiros se instaló en la ciudad californiana.

ahora restauradas, no pudieron librar el repudio policiaco

Un incendiario en Los Ángeles

avid Alfaro Si queiros vino a Los Ángeles en 1932 a agitar conciencias. Planeaba seguir de gira por Estados Unidos haciendo arte y hablando de revolución, cuando en noviembre de aquel año el pintor reci bió una carta del Servicio de Inmigra ción para notificarle que su “permiso temporal de internación” no sería ex tendido y que debía hacer los “arreglos necesarios” para salir del país.

Había pasado una temporada exi tosa en California impartiendo un taller de arte mural basado en el Re nacimiento Mexicano, la experien cia que compartió en 1922 con otros artistas en la Ciudad de México, pe ro dos de sus provocativas obras, una pintada en la Escuela de Arte de Nelbert Chouinard, y otra en la ca lle Olvera, sitio fundacional de Los Ángeles en 1781, comprometieron su permanencia en este país y fue ron censuradas con pintura blanca.

Siqueiros llegó en abril a Los Ánge les. Dos meses después había logrado

Dconcitar el interés de acaudalados clientes que compraron sus pinturas de auténtico avantgarde en galerías, fiestas y banquetes, adonde acudieron actores de la primera época del cine sonoro como John Huston, Char les Laughton y los cineastas Dudley Murphy y Josef von Sternberg, ade más de Charles Chaplin, estrella del cine silente. El 18 de junio de 1932, el diario Los Angeles Times dio la noticia de la “resurrección del fres co” a manos del “genio mexicano”.

Atravesaba por un momento cru cial de su vida. En 1929 se separó de su primer gran amor y compañera de lucha en la organización de sindica tos en México, Graciela Amador. Ese mismo año, en un viaje de activis mo sindical a Montevideo, conoció a Blanca Luz Brum, su modelo en la práctica fotográfica y pictórica, a quien desposó estando en Los Án geles, en octubre de 1932, tan solo para separarse al año siguiente (ver Laberinto del 30 de enero de 2021). En California, fue presentado ante Angélica Arenal, que se le unirá en la Guerra Civil española (1936-1939), posará como figura central para Nue va democracia en el Palacio de Be llas Artes en 1945, y lo acompañará hasta su muerte en 1974.

Estaba por cumplir 36 años, cuan do leyó la carta del Servicio de Inmi gración fechada el 15 de noviembre de 1932, en la que le pedían salir “in mediatamente”. Desechó entonces el plan de recorrer Estados Unidos, aprovechando la difusión que alcan zó su presentación en la Meca del cine y sede de los Juegos Olímpicos de aquel año.

En Chouinard, en el entonces bo yante barrio de Mid-Wilshire, dio forma y color a un encuentro entre proletarios; un obrero es la figura central, hablando a una concurren cia que escucha con atención en la calle; el de la voz alecciona y convo ca a su audiencia, golpeando con el puño izquierdo la palma de su mano derecha. Unas 800 personas acudie ron a la develación de Mitin obrero el 7 de julio.

Siqueiros llegó a Chouinard para impartir un curso de pintura al fresco y el mural fue una de las prácticas de una veintena de artistas autodeno minados Bloque de Pintores Mura listas, que no solo tomó al mexicano como su maestro, sino también co mo su líder.

En el refugio de comunistas que fue el John Reed Club de Hollywood, Siqueiros pronunció una conferencia

Centro de Interpretación América Tropical.

titulada “Los vehículos de la re volución dialéctico-subversiva”, en la que declaró la “supremacía de la pintura monumental sobre la pintura de caballete” y observó que “el mundo presente y el futuro pertenecen ya por entero a la diná mica de las masas”. En un análisis retrospectivo del muralismo que

hizo en en que comenzó aire, el taladro, de materiales, la cámara tor de cine; discípulos

“¡El fresco Toda

América tropical, que se exhibe en su lugar original.
-04- 1 DE OCTUBRE 2022DE PORTADA

californiana. Dos de sus obras, policiaco y la censura Ángeles

Siqueiros trazó en el centro un cam pesino crucificado bajo la custodia de un águila de cabeza blanca, sím bolo estadunidense, asediada desde uno de los costados del mural por dos guerrilleros, un revolucionario mexicano envuelto en su canana y un peruano con un chullo o gorro con orejeras. La versión develada el 8 de octubre portó el picante tí tulo: América tropical: oprimida y destrozada por los imperialismos

Antes de abandonar Los Ángeles, Siqueiros se refugió en la casa del ci neasta Murphy en la exclusiva zona costera de Pacific Palisades, al no reste del centro angelino. En agra decimiento a las conexiones que le facilitó con la gente de Hollywood, hizo un mural en un patio de la re sidencia, rodeado de cactáceas. En México actual pintó en torno a una pirámide prehispánica a campesinos pobres y en los costados a sus pre suntos victimarios: el presidente del “Maximato”, Plutarco Elías Calles, y el poderoso financiero J. P. Morgan.

Por su aislamiento, este mural libró la censura. La mole de 25 toneladas fue trasladada en una sola pieza, re construida y reinaugurada en 2002 en el acceso principal del Museo de Arte de Santa Bárbara, una ciudad a 150 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, habitada por influyentes personalidades que por décadas han donado joyas de la plástica de todos los tiempos. “Es una carta grande de nuestra cara pública”, declara James Glisson, curador de arte contempo ráneo de la institución.

el Museo de Santa Bárbara lo reci bió y lo trasladó a su sede con do naciones de filántropos anónimos. En contraste, el rescate de América tropical tomó décadas desde que a finales de los años sesenta fue re descubierto por la historiadora del arte californiana Shifra Goldman y artistas del movimiento chicano de aquellos años.

La decisión política que desenca denó la preservación institucional del mural fue tomada por el primer alcalde angelino de origen mexicano, Antonio Villarraigosa (2005-2013).

Hubo acciones previas para salvar lo, pero fue hasta la intervención de la Fundación Getty, entidad creada con recursos del empresario petro lero Paul Getty (1892-1976), cuando se le protegió y devolvió a la exposi ción pública en 2012.

década de 1970, el movimiento chica no encontró ahí una fuente de inspi ración. “Artistas como Willie Herrón y Judith Baca comenzaron a tomar paredes y callejones”, rememora Ar turo Chávez, administrador del sitio histórico El Pueblo de Los Ángeles.

“El mural fue como un espíritu que salía de la pared. Los artistas fueron a verlo y regresaron a los barrios a pin tar”, cuenta Luis Garza, ex reportero gráfico del semanario La Raza en los años de la movilización chicana. En la zona metropolitana angelina hay ahora cientos de murales que son na rrativa e insignia de la urbe.

Garza convivió con el muralista en Budapest en 1971 y le tomó uno de sus retratos más conocidos en Esta dos Unidos. “La semilla que plantó Siqueiros en 1932 no pudieron si lenciarla. A los tres murales hay que mirarlos como una obra completa. Y Mitin obrero es el más cercano a su corazón de luchador, porque meta fóricamente es él quien habla y dice: ¡Organícense!”

1966, evocó aquellos días comenzó a usar la pistola de taladro, el soplete, el inyector materiales, el cemento blanco, cámara fotográfica y el proyec cine; recordó que ante sus discípulos del Bloque proclamó: fresco tradicional ha muerto!” acción de Siqueiros estuvo

marcada por la polémica. Un gale rista de la calle Olvera lo comisionó para pintar el muro exterior de su Plaza Art Center, uno de los nego cios de la zona remodelada en 1930 bajo el romántico concepto de un tianguis mexicano.

En vez de bucólicos escenarios, frutas, flores y personajes del folclor,

Los otros dos murales no corrie ron la misma suerte. Un llamado “Es cuadrón Rojo” del Departamento de Policía de Los Ángeles, dedicado a vigilar presuntos izquierdistas, en tró en contacto con Chouinard pa ra indicarle que Mitin obrero debía ser destruido. América tropical fue blanqueado por partes. En marzo de 1934 taparon a los guerrilleros porque eran visibles desde la calle Olvera y para 1938 la totalidad de la obra fue cubierta.

La recuperación de México actual resultó relativamente fácil porque

Leslie Rainer, experta en conser vación de pintura mural, fue la res ponsable de dirigir la recuperación de América tropical, centímetro a centímetro. Describe a Siqueiros como un artista que adoptó herra mientas, materiales de construc ción y máquinas fotográficas y de cine que le impresionaron al llegar a Los Ángeles por su extensivo uso. “Sabemos que desarrolló esta técnica revolucionaria de pintura —apunta Rainer—, pero también sabemos que usó métodos tradicionales”.

En el proyecto de salvación del mural se planteó el objetivo de pre servarlo sin restaurar, porque no hay información de los colores plasma dos. Se rescató la iconografía y por razones éticas se decidió no inter pretar. “No quisimos ser la mano de Siqueiros”, puntualiza Rainer.

Cuando la capa blanca del mu ral comenzó a descarapelarse en la

El rescate de esa pieza comenzó en 2005. Dave Tourje, un promotor de arte angelino con raíces en Méxi co, compró el edificio donde estuvo Chouinard, sin saber que ahí estaba el mural oculto, del que se sabía de su existencia pero no su localización.

“Era un mito”, afirma emocionado al relatar el hallazgo, días después de que Garza lo contactó para indagar en el inmueble.

“La sensibilidad americana era muy temerosa y reservada, conserva dora ante cualquier clase de ideales progresistas o de otra ideología que no fuera la suya”, considera Tourje al valorar lo ocurrido nueve décadas atrás. Su plan, junto a Garza y otros artistas, es fundar en la antigua es cuela un recinto dedicado al muralis ta, pero aún esperan financiamiento.

Hacia finales de 1932, Siqueiros abordó el West Nilus en San Pedro, puerto al sur de la mancha urbana angelina. Dejó su legado imborra ble y asumió una vez más el costo de sus convicciones. En el horizonte le esperaba un largo viaje hacia Amé rica del Sur. _

Llegó en abril a LosÁngeles. Dos meses después logró concitar el interés de los coleccionistas
-05-1 DE OCTUBRE 2022 DE PORTADA

Acrobacias en la cama

Aun cuando no resistan un análisis serio, solemos aferrarnos a nuestras convicciones

Conoces bien esos mo mentos íntimos, alta mente inflamables, de fogosidad encendida y apasionada, también llamados comidas de domingo. A veces, en esas sobremesas fa miliares estallan discusiones largas, virulentas y resbaladi zas. La trifulca se alborota y, de pronto, en medio de una frase exaltada, te visita una certeza repentina: has empezado a exagerar tu indignación, lo que dices no es lo que piensas, estás deformando tus propias ideas. La ob sesión por acomodar la realidad a la es trechez de nues tros intereses se denomina “sín drome de Procus to” en honor a una le yenda griega. Se cuenta que el héroe Teseo llegó una noche a un tene broso motel en las coli nas, estilo Psicosis, re gentado por Procusto, un bandido que ofrecía posada al viajero confiado y so litario. Aquel temprano Norman Bates acompañaba amablemente a su huésped a una cama de hierro donde, una vez dormido, lo ata ba y amordazaba. Si era alto y so bresalía, le cortaba los pies; si era de baja estatura, lo descoyuntaba a martillazos hasta alargarlo. El asesino en serie, cuyo nombre en griego significaba “el estirador”, prolongó su reinado del terror hasta que Teseo lo mató aplicán dole el mismo tormento.

Procusto simboliza a quienes fuerzan los hechos hasta que se ajustan a sus expectativas, como los ideólogos, políticos y opinado res que distorsionan los datos para apuntalar sus hipótesis. Pero no son los únicos. Nuestros cerebros, como los lechos de la posada del crimen, padecen el sesgo de con firmación, es decir, la tendencia

a creer los indicios que afian zan nuestra visión del mundo, y desdeñar cualquier información que la contradiga. Aprendices de bandido, nos gusta que los acon tecimientos encajen en nuestras ideas previas y nos devuelvan el brillo artificial de los deseos cumplidos.

En casos ex tremos, las per sonas con ten dencia a estirar la talla de las cosas termi nan por habi tar una realidad paralela. Billy Wilder retrató en Sunset Bou levard la fábrica de los sueños como una factoría de delirios. La protagonista, Norma Desmond, es una olvidada estrella de cine mudo parapetada en su mansión,

al frente de un séquito fantasmal de criados, como si el mundo aún obedeciera a su voluntad. Al re conocerla, William Holden ex clama: “Era usted grande”, y ella replica con una fabulosa frase procustea: “Soy grande. Es el ci ne el que se ha hecho pequeño”. La voz en off compara a Norma con la señorita Havisham, perso naje de Grandes esperanzas, de Dickens, una mujer abandonada por carta instantes antes de la boda, en un anticipo de las rup turas por wasap. Desde entonces vive sola en su ruinoso palacio, sin quitarse nunca su vestido de novia, con la tarta nupcial sobre la mesa y los relojes parados a la hora exacta en la que llegó la no ticia insoportable.

Esta actitud es inherente al ser humano y aparece incluso sin mala intención. Como explica Will Storr

en La ciencia de contar historias, nuestro ce rebro es un órgano na rrativo y tiende a so meter la información que recibe a la trama de nuestro relato interior.

Dedicamos grandes es fuerzos a construirnos una visión del mundo y somos reacios a de jarla desmoronarse cuando una evi dencia la resque braja. A veces ese intento de amor dazar los aconteci mientos esconde un trasfondo de angustia y naufragio, como ocu rre al conmovedor pro tagonista de Los adioses, de Juan Carlos Onetti. Un desconocido llega a un pueblo para ingresar en un sanatorio pero, en lugar de obedecer a los médicos, se hospeda en un hotel, atrincherado en la negación: “em pecinado, ignorando los remolinos del tiempo; defendiéndose con las ropas, el sombrero y los polvorien tos zapatos de la aceptación de es tar enfermo y separado; aplicado con una dulce y vieja tenacidad a persuadir y sobornar lo que esta ba mirando”.

Solemos creer que quienes pien san distinto adaptan lo evidente al molde de sus prejuicios: Pro custos solo son los demás. Sin embargo, esta es una tendencia arraigada; todos nos negamos a que las evidencias arruinen una buena certeza. Quizá lo más sen sato sea abrirnos a modular o de moler ciertas convicciones, si no queremos vivir siempre cautivos de nuestras normas —como Nor man y Norma— en una realidad basada en hechos ficticios.  _

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© Irene Vallejo.

Gerardo Herrera Corral: Entropía, psicoanálisis y cultura • Guadalupe Alonso Coratella: Entrevista con Emiliano Ruiz Parra • Carlos Rubio Rosell: Entrevista con Juan Arnau • José Juan de Ávila: Entrevista con Mónica del Carmen • Carlos Landeros: Entrevista con Beatriz Espejo Enriqueta Lerma: ¿Quién es el padre Marcelo Pérez Andrea Serdio: Una estrella llamada Judy Garland • Fernando Figueroa: Lamonjaalférez Miriam Mabel Martínez: ¿Vandalismo o intervención en los monumentos históricos Avelina Lésper: Salomé Y, además, en nuestra edición digital:
La obsesión por acomodar la realidad a nuestros intereses se denomina “síndrome de Procusto”
-06- 1 DE OCTUBRE 2022LITERATURA
EL

NARRATIVA, ENSAYO

Obra imprescindible

El método Catalanotti

Los demonios del Reich

Susan Sontag Literatura Random House México, 2022 778 páginas

Ensayos, fragmentos de novela y de sus diarios, componen este volumen que representa lo más cercano al pensamiento y a la sensibilidad de la escritora estadunidense, quien publicó su primer libro en 1963. Aquí están sus aproximaciones a la fotografía, su amor por Dostoievski, sus reflexiones sobre la enfermedad y sus metáforas...

Tapioca Inn: mansión para fantasmas

Andrea Camilleri Salamandra España, 2022 272 páginas

Al salir huyendo de un encuentro amoroso, el subcomisario Mimi Augello encuentra un cadáver en el departamento que le sirvió como ruta de escape. En vez de detenerse, decide buscar al comisario Montalbano. Al otro día, descubren que fue cometido otro crimen con las mismas características. ¿Ambos hechos se relacionan?

La nueva soledad de América Latina

Una nueva recreación, en clave de thriller policiaco, de la Alemania en tiempos del nazismo. Su argumento gira en torno a Siegfried Sauer, quien desde Viena vuelve a Alemania en busca de su novia desaparecida. Lo más aterrador es que Berlín se ha sembrado de cadáveres que guardan un siniestro parecido con ella.

Minerales del mundo. Oro

La carga materna

Desde el año de nacimiento —1947— hasta el de la muerte —2014… y un poco después—: de esta manera, y tomando apenas unos cuantos atajos y desvíos, el narrador de Justoantesdelfinal(Literatura Random House) reconstruye la vida de su madre. Quiere ordenar el caos, transformar el magma intempestivo de la memoria individual y colectiva en un relato coherente. Pero la biografía es también autobiografía. Mientras dispone aquellos 67 años —como si cada uno de ellos representara un cuadro móvil en una galería por la que avanzamos en estricto orden lineal—, ese narrador va contándose a sí mismo.

Setenta años han pasado desde la publicación de estos nueve relatos que siguen provocando estupor y fascinación. Responden a la lógica del terror paralizante, capaz de robarse el sueño y de alterar las facultades de los lectores. Las formas grotescas de la  muerte y lo execrable de la enfermedad apuntalan sus realidades imaginarias.

Lagos, Castañeda, Aguilar Camín Debate México, 2022 232 páginas

Fruto de conversaciones virtuales entre julio de 2020 y abril de 2022, este libro reflexiona sobre el papel de América Latina frente a las actuales y torrenciales crisis globales. El detonante es el aislamiento de la región, provocada en gran medida por los desencuentros ideológicos y la falta de foros de diálogo entre los gobiernos.

No obstante ser inorgánicos, los minerales están rodeados de un aura mágica. La colección Minerales del mundo busca que el público en general conozca su importancia; comprenderlos es comprender la vida. Nada más natural que el número inicial esté dedicado al oro, que en todas las culturas del mundo está ligado al poder.

En el centro de Justo antes del final está la locura, o, mejor dicho, el miedo a sucumbir a la locura. No se trata solo de una enfermedad hereditaria que ha consumido al menos a cuatro generaciones sino de una forma del mal que inadvertida y luego ruidosamente prospera en la casa familiar —y todos sus ramales— hasta pudrir sus cimientos. Las adicciones, la tentación del suicidio, la incapacidad para el amor, los delirios autodestructivos, los disfraces del engaño para pervertir los paradigmas del contrato social, son algunas de sus bestias más efectivas y serviles. Comprendemos entonces que esa madre que recuerda y se confiesa ante su hijo como si asistiera a una sesión de psicoanálisis, esa madre empeñada en restaurar el equilibrio de toda la prole indefensa —ejércitos de autistas, malqueridas, abandonadas, locos en potencia— a la que ha cobijado con incandescente devoción, es una mujer partida en dos.

En el universo demoledor de Emiliano Monge no hay lugar para la sensiblería. Su protagonista —sobre la cual nunca se consigna su nombre, como el del narrador— pertenece a la estirpe de las insumisas, nunca conforme, siempre en pie de guerra. Si se atreve a mostrar sus flaquezas es porque de ellas ha obtenido sus dones para el combate, lo mismo contra las ataduras sociales que contra sus propios demonios. Aun derrotada al final por el cáncer, la imaginamos plantándole cara a las vidas sin dolor, que ocurren como si fueran prestadas.

¿Qué es la literatura?, pregunta Monge, sino un intento por restablecer el orden perdido, un dique frente al caos. Y qué somos nosotros, la humanidad, sino un tronco donde los rayos durmientes aguardan su momento para incendiar todos los bosques, todas las ciudades, todas las almas. _

LENTO Justo antes del final México, 2022
-07-1 DE OCTUBRE 2022 www.librotea.com El placer de leer
A FUEGO

LABERINTO

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Maletas

Por la banda sin fin del equipaje circula el can sancio de los viajeros.

Como siempre, dejó que la esposa le empacara las maletas, sin imaginar que esta vez se las hacía para siempre.

Las maletas negocian sus apetitos: las hay ávidas de sedas y perfumes caros; también hay quien carga pesados ve lices indigestos que parecen tener ga nas de vomitar.

Tras aquella discusión dura y definiti va se puso a empacar furioso el desor den en el que se iba a convertir su vida.

Para seducirla le colmó una maleta de promesas, pero ella la dejó olvidada en el aeropuerto.

El neceser rosa de la estrella de cine lan zó un maullido agudo y amenazante

cuando intentó abrirlo sin su permiso y le escupió una hoja con su autógrafo.

¡Por fin libre!, pensó la maleta-bomba cuando la dejaron sola a la mitad de la estación. Y se puso a estudiar la panta lla con los destinos y horarios, a ver a dónde se lanzaba.

Usaba las maletas para almacenar en seres de casa y ellas, ofendidas, los es tropeaban.

Se enamoró de él un día en que por error le dieron su maleta: sus libros, su ropa, el olor de las camisas, todo le hizo pensar que aquella maleta pertenecía al hombre de su vida. Por lo mismo de cidió no devolverla, ni arriesgarse a co nocerlo, no fuera a ser.

Desde que tienen ruedas, las maletas sueñan con echarse a correr solas por las vías rápidas y, en un rapto de liber tad, soltar la carga, pero no se atreven.

El lado oscuro de Roma

Siempre ceden resignadas en el últi mo momento a la mano que las jala firme hacia su destino, prometiéndo se que a la próxima seguro lo hacen.

¡Por fin solas!, le dijo a la maleta, una vez que el empleado salió de la habita ción, tras haberle mostrado el baño y el televisor. ¿Ahora a dónde más ire mos?, le respondió ésta. Y se quedó en silencio, pensando que ni loca la lleva ba al restaurante.

Las maletas de los viajantes de nego cios bostezan de aburrimiento.

Al llegar a la playa se dio cuenta de que había llenado la maleta de olvidos in servibles.

Era tal su delirio de persecución que pegó en la maleta nueva sellos y cal comanías de todos los lugares que no conocía y a los que no pensaba viajar jamás _

Sucede en todos los países: cada tanto, una editorial anuncia que publica “la nueva Asangrefría”, es de cir, la crónica real-literaria de un crimen que haya causado con moción social. La obra de Truman Capote fue el primer boomcomercial de la non-fictiony por eso es la prin cipal referencia del género. Muchos años después llegó El adversario, de Emmanuel Carrère, haciendo gala de la implicación personal del autor en el caso relatado, y se sumó al canon. Desde entonces, casi todos los libros que ahora son etiquetados como truecrimeson una mezcla del estilo de am bos. Uno de los ejemplos más recien tes es el del italiano Nicola Lagioia, La ciudaddelosvivos(Random House).

La primera semana del mes de marzo de 2016, en un barrio de la periferia de Roma, Manuel Foffo y Marco Prato, dos jóvenes “normales” y de buena familia, llevaban cuatro días consumiendo alcohol, cocaína y pastillas cuando se les ocurrió lla mar a otro chico para llevar acabo la “fantasía de la violación”. Luca Va rani, hijo de un vendedor ambulante y “prostituto ocasional” de 23 años, aceptó participar en esa sesión de drogas y sexo a cambio de 150 euros.

Marco se travistió y la “diversión” entre ellos no tardó en derivar en tortura y muerte: sin argumentos o motivos, Foffo y Prato acuchillaron y golpearon con un martillo a Varani. ¿Por qué dos jóvenes que lo tenían todo y no pertenecían a ningún grupo delictivo asesinaron salvajemente a otro?, se preguntaban en toda Italia.

El crimen cautivó y arrastró al escritor Nicola Lagioia, quien du rante más de tres años se dedicó a

investigarlo y a escribirlo para tra tar de comprender el tan ansiado por qué. Hasta entonces, Lagioia solo había escrito ficción pero supo que el caso podía estructurarse literaria mente sin despegarse de la realidad.

Leyó expedientes, habló con policías y jueces y, por supuesto, con el en torno de cada uno de los implicados.

Como telón de fondo de esta historia desplegó a la eterna, contradictoria y decadente Roma y, entre una cosa y otra, también incluyó sus impresio nes personales. Al final, sin embargo,

se dio cuenta de que la literatura no da respuestas definitivas: “la litera tura debe quitar las vendas correctas y no dar respuestas que pueden ser equivocadas”.

Lo dijo la otra tarde en el Institu to Italiano de Cultura en Madrid, un edificio palaciego del siglo XVII, si tuado a unos pasos del Palacio Real, a donde fui a escucharlo después de haberme sumergido en las páginas de su adictivo libro. El también director del Salón Internacional del Libro de Turín lleva subido en la ola del éxito desde el año pasado, cuando se pu blicó su investigación en Italia y las traducciones comenzaron a desen cadenarse. Enjuto y desgarbado, dijo que tal vez ha cosechado una legión de lectores porque el resultado de su trabajo trata sobre el mal en una ciu dad mítica y sobre las formas actuales

de convivencia precaria. “El mal vive dentro de nosotros, solo que cuando nos enfadamos hacemos cosas como romper algo para contener la rabia y no matamos al otro. Pero todos te nemos zonas oscuras, lo importante es reconocerlas y saber dominarlas para saber en qué momento hay que parar”, añadió, un poco frustrado por no haber encontrado la lógica del suceso del que se ocupó.

A lo largo del proceso de investi gación y escritura, su principal reto fue no caer en juicios morales y en no presentar a los asesinos como monstruos. “Nadie es un monstruo. Alguien puede creerlo así, pero todo lo que sucede es humano. Y conocer es más importante que juzgar. Luca, por ejemplo, llevaba una doble vida: tenía novia y se prostituía con hom bres. ¿Podríamos decir que por eso él se buscó que lo mataran? Por su puesto que no. Yo solo quise desen volver los nudos de su exigencia. Y lo mismo hice con los dos asesinos”, explicó ante un auditorio repleto.

Entre las cosas que más me atraen de este libro se encuentra su estruc tura literaria, en donde una historia secundaria atraviesa a la principal: la cotidianidad de Roma, encan tadora, irresistible y decadente al mismo tiempo, capaz de engullir tradición, religión, política y su cesos para dejarnos ver su lado os curo. Luego está la meticulosidad en la escritura que el propio autor define como “un fracaso”. Porque escribir “es ocuparse de un tema y no de otro, elegir una palabra y no otra”, dijo Nicola Lagioia en la parada madrileña de una gira que concluirá en México, dentro de la FIL de Guadalajara. _

VÍCTOR NÚÑEZ JAIME periodismovictor@yahoo.com.mx FOTOGRAFÍA EFE El escritor Nicola Lagioia, autor de La ciudad de los vivos
Su reto fue no caer en juicios morales y en no presentar a los asesinos como monstruos
1 DE OCTUBRE 2022
DIRECCIÓN: JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S. EDICIÓN: ROBERTO PLIEGO EDICIÓN WEB: ÁNGEL SOTO ARTE Y DISEÑO: JOSÉ LUIS MEDINA G.

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