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Depredación de los gorgonios por los caracoles flamencos
Figura 1. Los gorgonios proveen la estructura vertical en el arrecife.
Por: Michelle T. Schärer-Umpierre, PhD
Entre la biodiversidad que caracteriza a un arrecife de coral, encontramos los gorgonios o abanicos de mar. Estos son organismos coloniales compuestos de varios individuos (pólipos) que recubren el eje del abanico de un arrecife de coral. Hay varias especies y formas de gorgonios, lo que aumenta la riqueza de estos ecosistemas marinos. Cada pólipo, que es parte de la colonia, tiene unos tentáculos minúsculos que capturan partículas, en el agua de mar, para alimentarse. Los gorgonios crecen verticalmente. Imagínese que los corales proveen la alfombra bajo la cual crecen los cimientos del arrecife y los gorgonios proveen los árboles que sirven de sombra, de refugio y de andamio para algunas especies. En estos árboles, se pueden trepar diferentes organismos, como las estrellas de mar, para alimentarse y desovar en la columna de agua. También sirven de escondite o de pantalla, tras la cual se pueden ocultar los peces pequeños de sus depredadores.
Los gorgonios son vulnerables a las fuertes resacas de mar y las marejadas, las que los arrancan de sus bases. Más recientemente, se ha identificado una enfermedad, conocida como Aspergilliosis, la cual se cree es causada por un hongo terrestre (Figura 4). Normalmente, los gorgonios duran muchos años y no son depredados por la mayoría de los habitantes del arrecife. Se cree que hay unos compuestos químicos, en el tejido de estos organismos, que sirven de repelente a los peces y otros organismos, excepto a uno: el caracol flamenco.
El caracol flamenco (Cyphoma gibbosum) es un gasterópodo (clase taxonómica a la cual pertenecen
Figura 3. Caracol flamenco alimentándose de un abanico de mar (gorgonio).
los caracoles) que ocurre naturalmente en el Caribe, y se alimenta exclusivamente de los gorgonios (Figura 3). Este caracol tiene una relación específica con todas las especies de gorgonios, pues se alimenta de los tentáculos de los individuos de la colonia y del tejido vivo entre estos. En la mayoría de los casos, se pueden observar de 1-3 caracoles por gorgonio. Al alimentarse, estos dejan una cicatriz, que normalmente el gorgonio puede reparar. Los caracoles tienen una concha muy densa y difícil de penetrar; por lo tanto, los depredadores de estos caracoles son más comunes cuando el caracol es muy pequeño. Luego de llegar a su tamaño
adulto, el caracol está protegido por su concha y por compuestos tóxicos en su tejido blando, lo que resulta desagradable para los peces. Cuando son juveniles, los caracoles son depredados naturalmente por varios organismos, pero cuando son adultos son los pulpos, las langostas y algunos peces, como el chapín, el guanábano y el capitán, los que los pueden depredar.
Recientemente, en Isla de Mona, se observaron números extremos de caracoles por gorgonio, y la mayoría de los gorgonios estaban completamente depredados por las densidades tan altas de caracoles (Figura 2). Este proceso se estuvo observando desde el año 2007 y se propagó por toda la isla rápidamente, dejando, en el arrecife, los esqueletos muertos de los gorgonios, los que prontamente fueron recrecidos por algas, coral de fuego u otros organismos (Figura 5).
Para una situación similar, en los Cayos de Florida, se ha propuesto la hipótesis de que los caracoles son más comunes y causan mayor daño a los gorgonios en los arrecifes, donde la actividad de pesca ha removido a la mayoría de los depredadores de los caracoles. Esto sugiere que los depredadores de caracoles son necesarios para mantener las poblaciones controladas, además de que resalta la importancia de mantener el balance ecológico de los diferentes componentes del arrecife, aunque no comprendamos sus interacciones por completo.
En el caso específico de la Isla de la Mona, existe otra hipótesis que viene a explicar el incremento de las poblaciones del caracol flamenco. Basado en nuestras observaciones de campo, durante varios años, se detectó un florecimiento de una especie de alga que solamente se había reportado en el Océano Pacífico. Esta alga, conocida como golden noodle algae o alga dorada de fideo (Chrysocystis
fragilis), recubrió el fondo marino de los arrecifes. Inferimos que esta alfombra de algas impenetrable resultó en la protección de los huevecillos de los caracoles. Como consecuencia, varias generaciones de los caracoles juveniles sobrevivieron, durante este período, sin el control natural de los depredadores que no penetraban la alfombra de las algas.
Esta mortandad masiva pudiera ser devastadora para las poblaciones de gorgonios en la Isla de Mona. Si permanecen vivos suficientes individuos de las especies de gorgonios, esperamos que, en aproximadamente 10 años, se vea un repoblamiento natural. Sin embargo, si mueren todos los individuos y no llegan nuevas semillas naturalmente, desde otras localidades, tal vez haya que recurrir a una restauración para transportar gorgonios de otras partes de Puerto Rico.
A un año de la más reciente evaluación del impacto de los caracoles flamenco en los gorgonios, se ha visto que las poblaciones de los caracoles han sido diezmadas, tal vez por falta de alimento, ya que la mayoría de los gorgonios adultos ya no están. Asimismo, se observaron varios gorgonios de tallas pequeñas, que pueden ser juveniles recién reclutados, y algunos adultos que sobrevivieron el impacto.
Figura 4. Los gorgonios pueden padecer una enfermedad conocida como Aspergilliosis, la cual se cree es causada por un tipo de hongo. Figura 5. El esqueleto de un gorgonio muerto puede ser recrecido por algas, coral de fuego u otros organismos. Foto tomada el 17 de enero de 2011.
Algunos depredadores naturales del caracol flamenco
Gráfica: Oliver Bencosme Palmer Ilustración: Alexis Rivera Miura y Daniel Irizarri Oquendo
Chapín (Lactophrys trigonus)
Boril (Diodon hystrix)
Capitán (Lachnolaimus maximus)