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Una vida entre algas y yerbas marinas

El señor Iván López sostiene la pintura que le regalaron durante su fiesta de despedida. La misma muestra el alga Kalymenia perforata, una especie difícil de encontrar.

Por: Cristina D. Olán Martínez

Decenas de cojinúas se acercaban al muelle Luis Almodóvar en Isla Magueyes, mientras el sol brillaba en todo su esplendor e Iván López nos narraba su trayectoria de 41 años en el Departamento de Ciencias Marinas (DCM) de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Este pescador, residente vitalicio de La Parguera y amante del mar, nos contó con pasión cómo llegó al departamento y cuáles han sido sus tareas durante su paso por el mismo.

Iván López arribó al DCM en 1969. Su experiencia en el mar, como pescador y como guía turístico en La Parguera, lo condujo al doctor Luis Almodóvar, reconocido especialista en botánica marina del DCM. Desde entonces, López se ha desempeñado como Asistente de Laboratorio para la Sección de Botánica Marina. “Una vez yo entré al departamento ya yo tenía la experiencia en el mar que era lo que necesitaba el profesor para quien iba a trabajar; que fuera una persona diestra en el agua y que estuviese dispuesta a adiestrarse para tener el conocimiento en cuanto a las algas se refiere. Eso no se me hizo muy difícil porque ya yo estaba en contacto con todo esto, excepto que fue cuestión de aprenderse después los nombres y los apellidos de cada alga.”

Con el paso de los años, el conocimiento de López fue incrementando, al igual que la colección de algas y de yerbas marinas en el herbario. Por décadas, López ha sido custodio de los más de 22,000 especímenes distintos de yerbas y de algas marinas que posee esta colección. Al hablar sobre el herbario–espacio que alberga la colección de yerbas y de algas marinas más

grande del Caribe–Iván se emociona y se llena de orgullo. Asimismo, muestra los procesos que se realizan para almacenar las especies en su forma seca y en su forma líquida y el cuidadoso registro que por décadas ha llevado.

A juicio del doctor David Ballantine, especialista en botánica marina del DCM, López ha sido un extraordinario recurso para el departamento. Sin tener estudios universitarios, comentó Ballantine, López posee una combinación sumamente valiosa: conoce La Parguera y se ha especializado en los organismos que se coleccionan en el herbario.

Su trabajo en el herbario y su conocimiento también le han permitido estar en contacto directo con los estudiantes del DCM. Iván ha sido guía y mano amiga para muchos. Durante largo tiempo, realizó salidas en bote con los estudiantes que necesitaban llevar a cabo muestreos para sus investigaciones.

“En la mayoría de mis salidas es el capitán de la embarcación. Tiene un conocimiento extenso de La Parguera y la experiencia de haber trabajado con los doctores Almodóvar y Ballantine. Si uno necesita un alga específica, que se le haga la vida más fácil y no perder el tiempo, Iván te lleva,” asegura Héctor Ruiz, estudiante de doctorado en el DCM.

No obstante, su compromiso con el mar no se limita al DCM, sino que se extiende a su comunidad y hacia otras entidades vinculadas a este recurso. López ha participado en el desarrollo de torneos de pesca, ha colaborado con el Programa Sea Grant en actividades y en exhibiciones y ha organizado limpiezas de playa. A Iván, le preocupa el medio ambiente y la toma de conciencia por parte de los ciudadanos.

“Es una persona responsable, detallista y pro ambiente,” comentó Zulma Martínez, secretaria adscrita al DCM.

Tras más de cuatro décadas de servicio, Iván López se jubila en el año 2011. Deja en el DCM un legado de trabajo arduo y la dedicación que lo caracterizó. La amplia y la organizada colección del herbario será siempre la muestra tangible de su contribución.

Iván revisa la descripción de una de las más de 22,000 especies de algas y de yerbas custodiadas en el herbario del DCM.

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