XII Domingo Ordinario, Ciclo B 23 de junio de 2024
Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
En el Evangelio de hoy Jesús calma la tempestad. La tradición ha visto siempre en la barca el símbolo de la Iglesia.
Hoy hay muchos cristianos cobardes y quejumbrosos, que no hablan más que de crisis de fe y de tragedias religiosas y morales. Si Jesús va en nuestra barca, ¿por qué no lo despertamos con nuestra fe robusta y con nuestro optimismo esperanzado?
Cuando se levantan las fuerzas del mal amenazantes contra el hombre, cuando el poder del dinero amenaza con discriminar gran parte de la humanidad y condenarla al hambre, cuando el odio y la rivalidad engullen en guerras absurdas vidas humanas, cuando la manipulación de los seres humanos en la política o en la economía crean dolor y sufrimiento, parece que Dios está ausente, parece que duerme.
Aparentemente Dios estaba despierto en “nuestra orilla”, pero aquí, en el mar, en el caos, duerme ausente… el Evangelio
nos da un doble mensaje:
L a Buena Noticia del reino y la comunidad cristiana deben hacerse presente allí donde hay hombres, allí donde se juega su porvenir y felicidad. Aunque sea, supuestamente, campo de los poderes económicos y políticos, culturales y religiosos.
Donde esté el hombre, aunque se crea solo ante el inmenso peligro de los poderes caóticos de este mundo, allí también está Jesús el Señor. Jesús no es el Señor “de esta orilla”, de los cristianos de siempre, de las misas dominicales, de los momentos devotos.
Jesús es Señor también allí donde el hombre se siente amenazado, cuando no se pisa tierra firme y parece que todo va a contribuir al futuro del naufragio de la humanidad.
Ellos se dijeron espantados: “Pero, ¿quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!” ¡Es el colmo! Han aprendido la lección. No es Señor solamente en la orilla propia, en casa, en la Iglesia, en medio de mis seguridades, también está presente, con poder, allí donde el agua y los vientos presagian otros señoríos.
Los cristianos no deben tener miedo a hundirse, desamparados del Señor, cuando fieles a su misión evangelizadora se adentran en un mar que es reino aparente de otros poderes que amenazan a los hombres, cuando busquen otras orillas y fronteras para el Reino abandonando las propias seguridades. Cuando sigamos la invitación de Jesús: “Vamos a la otra orilla”, confiemos y no seamos tan cobardes.
Señor, concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Job 38, 1. 8-11
Sentados
El Señor habló a Job desde la tormenta y le dijo: "Yo le puse límites al mar, cuando salía impetuoso del seno materno; yo hice de la niebla sus mantillas y de las nubes sus pañales; yo le impuse límites con puertas y cerrojos y. le dije: 'Hasta aquí llegarás, no más allá. Aquí se romperá la arrogancia de tus olas'". Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 106, 23-24, 25-26. 28-29.30-31
Sentados
R. Demos gracias al Señor por sus bondades.
Los que la mar surcaban con sus naves, por las aguas inmensas negociando, el poder del Señor y sus prodigios en medio del abismo contemplaron.
R. Demos gracias al Señor por sus bondades
Habló el Señor y un viento huracanado las olas encrespó; al cielo y al abismo eran lanzados, sobrecogidos de terror.
R. Demos gracias al Señor por sus bondades.
Clamaron al Señor en tal apuro y él los libró de sus congojas. Cambió la tempestad en suave brisa y apaciguó las olas.
R. Demos gracias al Señor por sus bondades.
Se alegraron al ver la mar tranquila y el Señor los llevó al puerto anhelado. Den gracias al Señor por los prodigios que su amor por el hombre ha realizado.
R. Demos gracias al Señor por sus bondades.
SEGUNDA LECTURA
De la segunda carta del apostol san Pablo a los corintios 5, 14-17
Sentados
Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hacemos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo. Palabra de Dios.
ACLAMACION ANTES
DEL EVANGELIO Lc 7, 16
R. Aleluya, aleluya
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio segun san Marcos 4, 35-41
Undía, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: "Vamos a la otra orilla del lago".
Entonces los discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban además otras barcas. De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua. Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?" El se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: "¡Cállate, enmudece!" Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: "¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?" Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: "¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?" Palabra del Señor.
ORACION DESPUES
LA COMUNION
Renovados, Señor, por el alimento del sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Hijo, concédenos que lo que realizamos con asidua devoción, lo recibamos convertido en certeza de redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lamisericordia es el centro del mensaje de Jesús. El Catecismo de la Iglesia Católica (2447) define las obras de misericordia como “acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales”. La tradición de la Iglesia las ha resumido en catorce y éstas las podemos encontrar en el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, dividiéndolas en corporales y espirituales. Las siete obras corporales son: visitar y cuidar a los enfermos, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, redimir al cautivo y enterrar a los muertos. Las siete obras de misericordia espirituales son: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que yerra, perdonar las injurias, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos de los demás y rogar a Dios por vivos y difuntos.
El Papa Francisco explica: No se necesitan, pues grandes discursos sobre el amor, sino hombres y mujeres “que sepan hacer estas pequeñas cosas por Jesús, por el Padre”. Las obras de misericordia “son la continuidad de este amor, que se empequeñece, llega a nosotros, y nosotros lo llevamos adelante”.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos; al tercer día, resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén
VISITAS VIRGEN DE ZAPOPAN DEL 24 AL 30 DE JUNIO DE 2024
LUNES 24
17:00
Monte Carmelo Decanato Huentitán
MARTES 25
17:00
Ntra. Sra. de Huentitán Decanato Huentitán
MIERCOLES 26
17:00
Señor de los Rayos Decanato Huentitán
JUEVES 27
17:00
Jesús del Gran Poder Decanato Huentitán
VIERNES 28 10:00
San Gregorio Magno Decanato Huentitán
SABADO 29 17:00
Santo Domingo de Guzmán
Decanato Zapopan Estadio
DOMINGO 30
17:00
Santa Elena de la Cruz Decanato Zapopan Estadio
Unavez, una joven me preguntó: “Padre, ¿también los Sacerdotes se confiesan?”. Yo le respondí: “Efectivamente, los Sacerdotes, como hacen los laicos, también nos confesamos, como ministros de la misericordia estamos llamados a confesarnos regularmente para recibir el perdón y experimentar la misericordia que damos cuando confesamos. La Confesión es un sacramento muy importante en
la vida cristiana, no sólo para los laicos, sino también para los Sacerdotes y otros ministros ordenados”. Entonces, ella me preguntó: “Y ¿cada cuándo se confiesa un Sacerdote?”. Yo le respondí: “La frecuencia con la que un Sacerdote se confiesa varía según sus propias necesidades espirituales, así como según las normas y las prácticas pastorales de su Diócesis o comunidad religiosa”.
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