XX Domingo Ordinario, Ciclo B 18 de agosto de 2024
Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
En el Evangelio de hoy, Jesús, se muestra como el “Pan vivo bajado del Cielo”, es el pan de la vida porque asegura al hombre la liberación de la muerte, con el logro de una vida definitiva no sólo en el sentido de duración infinita, sino también de una calidad nueva. El maná no comunicaba la vida verdadera: todos los que lo comieron murieron antes de poder lograr llegar a la tierra prometida (Núm 14,21-23). El pueblo formado en el desierto y alimentado con el maná no logró su objetivo. La comunidad que funda Jesús tiene todas las posibilidades de alcanzar la meta. Si le seguimos en su estilo de vida, gozaremos de la vida que no puede destruirse. Imitarle evita el fracaso humano, porque es “trabajar por el alimento que perdura, dando vida eterna”.
Jesús “es el Pan que baja del Cielo” sin cesar, es la constante comunicación de la vida de Dios a los hombres a través del Espíritu.
Una vida que vamos asimilando –”comiendo”– en la medida en que seguimos sus pasos; mejor dicho: una vida que nos va asimilando a nosotros. ¿Qué significa “bajar del Cielo”? Significa venir de Dios y vivir su vida: vivir en la verdad, en la paz, en la libertad,
en la justicia, en el amor, en la comunicación... Es dar testimonio con la propia vida de la verdad sobre Dios, sobre la vida humana, sobre la alegría... Y comunicarlo con la palabra y con la vida, con un amor total hasta la muerte. “Yo soy el Pan vivo que ha bajado del Cielo”. “El Pan que baja del Cielo” continuamente, como don siempre ofrecido, se describe ahora como “el Pan vivo que ha bajado del Cielo”, para señalarnos el comienzo de la presencia de Jesús en el mundo.
Verdad con riesgos
Creer en Él implica necesariamente “comer el pan”. Por la fe somos atraídos misteriosamente por el Padre hacia Jesús, somos “instruidos” en nuestro interior para que descubramos que en aquel “hijo de José”, hombre normal, se da la plenitud humana, que es realización divina que sólo puede dar Dios.
¿Cómo deducir por la simple experiencia humana que Jesús es “el Pan de vida”? Fiándonos de Jesús y procurando vivir como él obtenemos los hombres la vida eterna, aunque resulte extraño y escandaloso. Pero hay otro paso aún más escandaloso: el que ha sido atraído hacia Jesús y se ha unido a Él tiene a su alcance un signo palpable, y quien lo come tiene vida eterna: su carne y su sangre. El primer paso es la fe; sería –es– ridículo celebrar la Eucaristía sin ella. Jesús viene de Dios para ser el alimento y la fuerza del hombre. Sin su ayuda nada podemos hacer (Jn 15,5).
“El que coma de este pan vivirá para siempre”. Tenemos que estar demasiado acostumbrados para no sorprendernos y admirarnos ante este anuncio de vida definitiva que nos hace Jesús. Es su gran anuncio, el anuncio por el que se lo juega todo y por el que pierde a mucha gente que le seguía hasta ahora.
De pie
Señor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para que, amándote en todo y sobre todo, consigamos tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Proverbios 9, 1-6
Sentados
La sabiduría se ha edificado una casa, ha preparado un banquete, ha mezclado el vino y puesto la mesa. Ha enviado a sus criados para que, desde los puntos que dominan la ciudad, anuncien esto: "Si alguno es sencillo, que venga acá".
Y a los faltos de juicio les dice: "Vengan a comer de mi pan y a beber del vino que he preparado. Dejen su ignorancia y vivirán; avancen por el camino de la prudencia". Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 2-3. 10-11. 12-13. 14-15
Sentados
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al escucharlo.
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor
Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a los que lo aman.
El rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor, nada le falta.
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor
Escúchame, hijo mío: voy a enseñarte cómo amar al Señor.
¿Quieres vivir y disfrutar la vida?
Guarda del mal tu lengua y aleja de tus labios el engaño. Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y ve tras ella.
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios 5, 15-20
Sentados
Hermanos: Tengan cuidado de portarse no como insensatos, sino como prudentes, aprovechando el momento presente, porque los tiempos son malos.
No sean irreflexivos, antes bien, traten de entender cuál es la voluntad de Dios. No se embriaguen, porque el vino lleva al libertinaje. Llénense, más bien, del Espíritu Santo; expresen sus sentimientos con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando con todo el corazón las alabanzas al Señor. Den continuamente gracias a Dios Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Palabra de Dios.
DEL EVANGELIO Jn 6, 56
R. Aleluya, aleluya
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él, dice el Señor. R. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 51-58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida”.
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”
Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre”. Palabra del Señor.
ORACIÓN DESPU É S
DE LA COMUNIÓN
De pie
Unidos a Cristo por este sacramento, suplicamos humildemente, Señor, tu misericordia, para que, hechos semejantes a él aquí en la tierra, merezcamos gozar de su compañía en el cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Cada 21 de agosto la Iglesia mira al gran Papa San Pío X, Giuseppe Melchiorre Sarto, italiano nacido en Riese, el 2 de junio 1835.
Impulsó la recepción de la Sagrada Comunión No era costumbre en esos tiempos recibir la Comunión, pero San Pío X lo impulsó y enseñó a los cristianos a recibirla. A través del Motu Proprio, ‘Tra le sollecitudini’ subrayó que “el verdadero espíritu cristiano tiene su primera e indispensable fuente en la participación activa en los sagrados misterios y en la oración pública y solemne de la Iglesia”. En otro decreto instituyó la edad de la Primera Comunión, a partir de los siete años.
Amigo de los pobres
Extendió su devoción a la Mesa Eucarística al altar de lo cotidiano. Fue el Papa que abrió su comedor para invitar a los amigos y conocidos para cenar con él. También puso a disposición de los pobres y migrantes el hospicio de Santa Marta, situado junto a la Basílica de San Pedro. Su generosidad hacia los necesitados le hizo desprenderse de su anillo episcopal para ganar monedas que distribuyó entre los pobres.
Un Catecismo para todos Publicó en 1912 un catecismo que sirviera para la enseñanza de la doctrina cristiana no sólo para niños, sino para adultos de cultura media, y que gozara de la universalidad propia de una obra encargada por el sucesor de Pedro.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos; al tercer día, resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
VISITAS VIRGEN DE ZAPOPAN DEL 19 AL 25 DE AGOSTO DE 2024
LUNES 19 17:00
San José de Analco Decanato Analco
MARTES 20 17:00
San Carlos Borromeo Decanato Analco
MIERCOLES 21 17:00
Ntra. Sra. de La Luz Decanato La Luz
JUEVES 22
17:00
Espíritu Santo Decanato La Luz
VIERNES 23 17:00
Mater Nostra Decanato La Luz
SABADO 24 17:00
San José y Santo Tomás Decanato La Luz
DOMINGO 25
17:00
San Cristóbal Decanato La Luz
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Unavez vino una señora de edad avanzada y me preguntó: “Padre, ¿hasta qué edad obliga la Iglesia a ir a Misa?”. Y le dije: “¿Por qué me pregunta eso?”. Entonces ella me dijo: “Lo que pasa es que yo soy una persona viuda de 84 años de edad, y por mi salud tan frágil a veces me siento bien los do-
mingos y a veces no, entonces cuando me siento bien les pido a mis hijos que me traigan a la Iglesia, pero cuando me siento mal me angustio y me preocupo por no poder acudir, pero ellos me dicen que a mi edad ya no me obliga ir a la Iglesia”.
Entonces yo le dije: “Efectivamente, tiene usted toda la ra-
zón, ni la Iglesia ni el Papa han puesto jamás un límite de edad para que una persona pueda acudir a Misa, no existe ninguna disposición en ese sentido; sin embargo, hay que decir que la Iglesia, como buena madre, comprende y dispensa a sus hijos cuando por una razón grave no pueden acudir a Misa”.
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