N.º 35 • XXII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO A
• 31 de Agosto de 2014 •
«No tengan miedo»
E
n el Evangelio de este Domingo, por tres veces invita Jesús a los suyos a no tener miedo. Esas palabras suyas, esa insistencia en que perdamos el miedo, no han perdido, en absoluto, vigencia; antes, al contrario, son muchos los que, hoy día, viven sumidos en el miedo o, en el mejor de los casos, lo camuflan de mil formas para no hacer frente a esa realidad que, a pesar de todo, sigue estando ahí, minando nuestras alegrías, nuestras seguridades, nuestra confianza. Miedo a la guerra, al desastre nuclear, a perder votos, a no conseguir el poder, a no conservar la categoría social, a no “triunfar” en la vida, a la oposición, al terrorismo, a la inflación, a la sequía, al hambre, a la soledad, al dolor, a la enfermedad y, sobre todo, miedo a la muerte, como síntesis total de todos los posibles fracasos que en la vida se pueden dar. A estos hombres concretos de nuestro tiempo, con sus nombres y apellidos, con sus problemas y miedos personales, Jesús nos dirige esa invitación tres veces repetida. No se trata de una afirmación abstracta y general. Va
dirigida a todos y cada uno de nosotros. Y nuestra pregunta sigue sin respuesta: ¿Por qué no hemos de tener miedo? Tres razones básicas aparecen en el texto para justificar nuestra confianza: su plan, su mensaje, su anuncio, se cumplirán. Es verdad que habrá oposiciones de todo tipo: religiosas, políticas, económicas, sociales, psicológicas...; habrá –y hay– incomprensiones y reveses, problemas y fracasos, persecuciones y muerte. Pero, frente a esta historia, aparentemente negativa, hay otra historia, que hay que saber verla, y es que la historia de Dios, la historia que, a veces de forma imperceptible, pero inapelable, va llevando al hombre a las manos de Dios. Cielo y tierra pasarán, pero no sus Palabras. Es la seguridad que da Jesús; una seguridad que no es sólo de palabras; es, también, acción; ahí está su propia resurrección proclamando, de antemano, el triunfo final. Una segunda razón, la Solidaridad de Jesús. Por muy solos que nos parezca estar, no lo estamos; Él nos acompaña, Él sigue siendo solidario con nosotros; nada de lo que nos suceda le es ajeno. A veces no comprendemos el porqué de muchas situaciones, de muchos acontecimientos; pero Él sigue a nuestro lado, dándonos la fuerza necesaria y suficiente a través de los Sacramentos, para seguir confiando en Él, incluso cuando más difícil nos puede resultar. Y hay una tercera razón. La integridad de la persona no se agota con la integridad física; la integridad de la persona no muere a manos de la enfermedad, del accidente o del arma asesina. La integridad de la persona va mucho más allá de la integridad física. El único que puede destruir esa integridad personal es Dios. ¡Pero Dios está de nuestra parte! Por eso no hay lugar al miedo.
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ORACIÓN COLECTA
Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que, haciendo más religiosa nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con solicitud amorosa.
SALMO RESPONSORIAL Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, Tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el suelo reseco añora el agua. R. Señor, mi alma tiene sed de ti. Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios. R. Señor, mi alma tiene sed de ti. Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con jubilosos labios. R. Señor, mi alma tiene sed de ti. Porque fuiste mi auxilio y a tu sombra, Señor, canto con gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo. R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ef 1, 17-18
R. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. R. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con el Pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que este alimento de caridad fortalezca nuestros corazones, para que nos animemos a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Lectura del libro del profeta Jeremías 20, 7-9 Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; fuiste más fuerte que yo y me venciste. He sido el hazmerreír de todos; día tras día se burlan de mí. Desde que comencé a hablar, he tenido que anunciar a gritos violencia y destrucción. Por anunciar la palabra del Señor, me he convertido en objeto de oprobio y de burla todo el día. He llegado a decirme: “Ya no me acordaré del Señor ni hablaré más en su nombre”. Pero había en mí como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos; yo me esforzaba por contenerlo y no podía. Palabra de Dios. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos 12, 1-2 Hermanos: Por la misericordia que Dios les ha manifestado, los exhorto a que se ofrezcan ustedes mismos como una ofrenda viva, santa y agradable a Dios, porque en esto consiste el verdadero culto. No se dejen transformar por los criterios de este mundo, sino dejen que una nueva manera de pensar los transforme internamente, para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Mateo 16, 21-27
E
n aquel tiempo, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: “No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!”. Luego, Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces le dará a cada uno lo que merecen sus obras”. Palabra del Señor.
Mañana inicia el
La Profesión de nuestra
Fe
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.
P
M ES
DE LA
ara los católicos, es el mes de la Biblia porque el 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, el hombre que dedicó su vida al estudio y a la traducción de la Biblia al latín. San Jerónimo tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín. La traducción al latín de la Biblia hecha por San Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio, ‘edición para el pueblo’), ha sido hasta la promulgación de la Neovulgata en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica romana. ¿La Biblia fue escrita en capítulos numerados, como hoy la tenemos? No. Ningún libro de la Biblia fue escrito numerando los capítulos. Quien tuvo la idea de dividir la Biblia en capítulos fue Esteban Langton, arzobispo de Cantourbery, profesor en la Universidad de París, en el año 1214 d.C. ¿Quién hizo la división en versículos? En 1551, Robert Etiene, redactor y editor en París, hizo la experiencia
B IBLIA
dividiendo el NT de lengua griega en versículos. A Teodoro de Beza le agradó la idea y en 1565 dividió toda la Biblia en versículos. ¿Por qué dividieron de esta manera los libros de la Biblia? Esto lo hicieron por dos razones: para que nos sea más fácil citar los textos bíblicos y ubicar rápidamente los textos citados. ¿Quién tradujo por primera vez toda la Biblia y cuándo fue impresa como la tenemos hoy? La primera traducción, y la más famosa Biblia en latín, es la de San Jerónimo, conocida como Vulgata (del latín la divúlgala). Esto sucedió por el año 400 d.C., a pedido del Papa Dámaso. Verdaderamente, la primera traducción de la Biblia fue la traducción de la Biblia hebrea (de los judíos) para el griego, conocida como la traducción de los LXX (70), muy usada en la época de Jesús y en las comunidades.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Gloria
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
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JUBILEO CIRCULAR 1, 2 y 3: Lunes, Martes y Miércoles SEÑOR MILAGROSO MARÍA MADRE DEL REDENTOR SANTA MARÍA REINA DE LOS APÓSTOLES LA NATIVIDAD DE MARÍA SAN JUAN DIEGO, Col. Fco. I. Madero EL ESPÍRITU SANTO, Agua Blanca SAN PASCUAL BAILÓN, Chimaltitán SAN JUAN BAUTISTA, Miramar 4, 5 y 6: Jueves, Viernes y Sábado NTRA. SRA. DEL REFUGIO, La Experiencia SAN FRANCISCO, Tesistán SAN AGUSTÍN SANTA CRUZ DE LAS HUERTAS MARÍA MADRE DE LOS POBRES NTRA. SRA. DEL REFUGIO, Unión del Cuatro INMACULADA CONCEPCIÓN, Florencia LA MEDALLA MILAGROSA, Agua Blanca
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Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000 a 300,000. $40.00 ciento