XXV Domingo Ordinario, Ciclo B
22 de septiembre de 2024
Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
NO. 38
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019 INDA-04-2007-103013575500-106
Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019 INDA-04-2007-103013575500-106
Jesucristo con su persona, con su enseñanza y su vida ha traído un cambio al mundo de la persona. En este cambio se centran las lecturas de este domingo.
En el Libro de la Sabiduría, al hombre que no entiende ni acepta la vida del hombre honesto se le pide implícitamente un cambio de actitud (primera lectura). Santiago propone a los cristianos un programa espiritual que implica un cambio en el estilo de vida que antes llevaban (segunda lectura).
Una persona nueva
El Evangelio nos muestra como los discípulos de Jesús necesitan cambiar de mentalidad ante las enseñanzas de Jesús, su Maestro.
En este Evangelio son los niños el paradigma del poder de Dios y de la vida en el Reino. Los discípulos discuten sobre su posición social por ser los seguidores cercanos del Mesías.
Pero Él les dice que sus seguidores deben procurar ser los primeros en servir a los demás. Para explicarlo “tomó a un niño y lo puso en medio de ellos, y abrazándolo, les dijo: —El que recibe en mi nombre
a uno de estos niños, me recibe a mí”.
El gesto simbólico no solamente está en la elección de un niño, sino también en ubicarlo en “el centro de todos” y “abrazarlo”. En el abrazo existe la plena vinculación e identificación de Jesús con un niño como un niño.
Cuando nos invita a identificarnos con ellos lo hace a partir de su propia vivencia, Jesús es como un niño. Jesús, el Mesías, se identifica como un pequeño postergado a un plano de poca jerarquía e importancia social. Alguien vulnerable que expresa desde esa condición la propuesta divina de hacer de la necesidad de cuidado de unos por los otros “un lugar de comunión en el Reino”. Símbolo de apertura
lógico”, allí nos encontraremos con Dios.
“Estar allí” es darle visibilidad al lugar de vida que es una condición ineludible para conocer a Dios, para hablar en y sobre Él.
Yo soy como éste. Reconozco que me falta, por eso me abrazo a él. Lo que quiero es aprender de su vida, de su condición, de su historia…
En el abrazo Jesús nos dice estar en el camino de la vulnerabilidad amorosa que es signifi cada como el mejor lugar para bendecirnos unos a otros en justicia. Por eso, los niños nos evangelizan.
Un niño en el centro representa la opción de Jesús por los pobres, débiles y vulnerables. En ese abrazo al niño, Jesús nos refl eja un “lugar teo-
Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu santa ley, concédenos que, cumpliendo tus mandamientos, merezcamos llegar a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro de la Sabiduría 2, 12. 17-20
Sentados
Los malvados dijeron entre sí: "Tendamos una trampa al justo, porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones a la ley, nos reprende las faltas contra los principios en que fuimos educados. Veamos si es cierto lo que dice, vamos a ver qué le pasa en su muerte. Si el justo es hijo de Dios, él lo ayudará y lo librará de las manos de sus enemigos. Sometámoslo a la humillación y a la tortura, para conocer su temple y su valor. Condenémoslo a una muerte ignominiosa, porque dice que hay quien mire por él". Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 53, 3-4. 5. 6 y 8
R. El Señor es quien me ayuda.
Sálvame, Dios mío, por tu nombre; con tu poder defiéndeme. Escucha, Señor, mi oración y a mis palabras atiende
R. El Señor es quien me ayuda.
Gente arrogante y violenta contra mí se ha levantado. Andan queriendo matarme. ¡Dios los tiene sin cuidado!
R. El Señor es quien me ayuda.
Pero el Señor Dios es mi ayuda, él, quien me mantiene vivo.
Sentados
viene de Dios son puros, ante todo. Además, son amantes de la paz, comprensivos, dóciles, están llenos de misericordia y buenos frutos, son imparciales y sinceros. Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia. ¿De dónde vienen las luchas y los conflictos entre ustedes? ¿No es, acaso, de las malas pasiones, que siempre están en guerra dentro de ustedes? Ustedes codician lo que no pueden tener y acaban asesinando. Ambicionan algo que no pueden alcanzar, y entonces combaten y hacen la guerra. Y si no lo alcanzan, es porque no se lo piden a Dios. O si se lo piden y no lo reciben, es porque piden mal, para derrocharlo en placeres. Palabra de Dios.
DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tes 2, 14
Aleluya, aleluya
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero él no quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto, resucitará”. Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones.
Por eso te ofreceré con agrado un sacrificio, y te agradeceré, Señor, tu inmensa bondad conmigo.
R. El Señor es quien me ayuda.
De la carta del apóstol Santiago 3, 16-4, 3
Sentados
Hermanos míos: Donde hay envidias y rivalidades, ahí hay desorden y toda clase de obras malas. Pero los que tienen la sabiduría que
Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: “¿De qué discutían por el camino?” Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”.
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: “El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me ha enviado”. Palabra del Señor.
De pie
A quienes alimentas, Señor, con tus sacramentos, confórtanos con tu incesante ayuda, para que en estos misterios recibamos el fruto de la redención y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Asómese
Ud. a su fe cristiana y católica, para que verifique que tan ilustrada es.
Una fe ilustrada es aquella que es amplia, profunda y bien fundamentada.
Su fe es amplia cuando usted la refleja en todos los campos de la vida humana: personal, familiar y social.
Su fe es profunda cuando usted ahonda en sus experiencias radicales y las incorpora a sus más preciadas convicciones.
Su fe es bien fundamentada cuando usted puede dar razón de toda ella y de cada una de sus verdades.
Es decir, cuando usted ha meditado lo suficiente para explicar a quién se lo pida qué es lo que usted cree y por qué cree usted.
En la medida que la fe de usted sea ilustrada, será también fe eficaz y fe transformante; es decir, capaz de cambiarlo a usted para que llegue a ser perfecto, como perfecto es su Padre celestial (S. Mt. 5 45). Porque para eso debe ser la fe de usted: para influir en todos los pensamientos, deseos y acciones de usted.
Y porque la fe de usted sería vana si no fuera transformante; es decir, si no lo empujara a usted constantemente a cambiar en todo aquello que no concuerda con las normas del Evangelio y con los ejemplos de Jesucristo.
La fe debe ser ilustrada, al menos en medida proporcional a la edad y al grado de desarrollo cultural de usted.
Pero tome Ud. nota de que la fe más profunda arraiga mejor en corazones limpios y sencillos.
Por tal motivo, si Ud. es una persona letrada, cuídese de que su ciencia no lo ensoberbezca.
Porque “la sabiduría no entra en alma maligna” (Sab., 1,4) y el más preciado fruto de la fe ha de ser enriquecerlo a usted con sabiduría. Esa sabiduría que, por ser tal, le da “sabor” a toda la vida de us-
ted ¿Sabor de qué?, preguntará Ud. Sabor de justicia y caridad; es decir, ¡de amor auténticamente cristiano!
Asómese, pues, Ud. a su fe cristiana y católica, para que verifique qué tan ilustrada es. Y si usted la encuentra limitada y superficial, cuanto antes sométase en su parroquia a un verdadero proceso de evangelización, que para eso lo llamó Dios a la fe católica.
Su amigo y servidor: Manuel Talamás Camandari
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos; al tercer día, resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
VISITAS VIRGEN DE ZAPOPAN
DEL 23 AL 29 DE SEPTIEMBRE DE 2024
LUNES 23
17:00
El Perpetuo Socorro Decanato La Paz
MARTES 24 17:00
Santísima Trinidad Decanato La Paz
MIERCOLES 25
17:00
Dulce nombre de Jesús Decanato Jesús
JUEVES 26
17:00
Santa Teresita Decanato Jesús
VIERNES 27 17:00
Sagrada Familia Decanato Jesús
SABADO 28
17:00
San Bernardo Decanato Jesús
DOMINGO 29 10:00
San Juan Evangelista Decanato Jesús
DOMINGO 29
17:00
San Miguel de Mezquitán Decanato Jesús
Una vez un joven me preguntó: “Padre, ¿me podría explicar qué es la limosna?”. Yo le respondí: “La limosna es la ayuda o donativo, en dinero o en especie, que se da a una persona necesitada. La limosna es un acto de caridad que se hace con la intención de aliviar el sufrimiento del prójimo”. Entonces él me dijo: “Yo creía que la limosna era una cooperación que uno daba
cuando iba a Misa”. Yo le dije: “También a la cooperación que una persona da cuando va a Misa se le llama limosna, porque se destina a ayudar a los pobres, a obras de caridad y de asistencia social, a cubrir los gastos de la Parroquia y sus actividades”.
Entonces él me dijo: “¿Y es obligatorio dar limosna siempre que uno va a Misa?”. Yo le respondí: “No, no es obliga-
torio, la limosna es una cooperación voluntaria, que se puede dar o no, pero un cristiano consciente sabe que una Parroquia se sostiene gracias a las limosnas que las personas dan libremente, por eso se puede decir que la limosna más que una obligación, es un deber moral de ayudar a la Iglesia en sus necesidades”.
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