N.º 52 • L a S a g r a d a F a m i l i a / C i cl o C
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• 27 de Diciembre de 2015 •
FAMILIAS agobiadas y un mundo difícil
n el año que termina, se ha celebrado el Sínodo sobre la Familia. Ha sido un poner sobre la mesa, a nivel planetario, tanto las grandezas como las dificultades en que viven, sufren y naufragan familias enteras. La celebración pretende mirar con amor esta problemática y buscar soluciones, al mismo tiempo que afianzar los valores tradicionales. Se invita a reforzar la riqueza que le da vida, a la par de vislumbrar alguna solución para los problemas que hoy destruyen nuestros hogares en sus valores más profundos. Siempre es una oportunidad mirar de cerca la familia de Nazareth para encontrar alguna respuesta a cada situación. No abandones a tus padres mientras vivas La sabiduría milenaria de la Biblia quiere hablar al corazón de los creyentes en este tema tan importante de la Familia; temas variados, y ninguneados por algunos sectores de la sociedad. Así aconseja la sabiduría milenaria de los que quieran creer en Dios: «El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros». El respeto y la veneración de los hijos hacia sus padres es cosa agradable a los ojos de Dios, que éste no dejará sin recompensa. Los hijos que veneren a sus padres serán venerados a su vez por sus propios hijos.
«Sobrellévense mutuamente y perdónense» Un consejo de la carta de san Pablo a los colosenses, que hoy puede ser el 'salvavidas' a muchas situaciones: tolerancia y perdón. La misma advertencia habla de una realidad difícil de las familias que todos conocemos y sufrimos de una manera muy cercana. Nunca faltan incomprensiones, desdichas, problemas económicos y angustias de toda categoría que derrumban y ensombrecen a las familias; los proyectos, expectativas y deseos de vivir en paz, “como verdadera familia”, se ven perseguidos y casi derrotados por ciertas culturas y maneras de pensar. Perdido y encontrado El Evangelio de Lucas nos relata el episodio de Jesús perdido. Doce años de edad es aproximadamente el tiempo en que los hijos empiezan a sentirse independientes. Empiezan a mirar el mundo y tienen dos alternativas, según la educación que han vivido en su familia: una, cuestionar el mundo con los valores que recibieron; los consejos familiares son la herramienta para luchar en la vida. Otra, abandonar estos valores para sumarse a un mundo en decadencia. El Evangelio presenta a una familia cumpliendo sus deberes religiosos y, en ese contexto, van a vislumbrar una respuesta de su Hijo que los dejará sorprendidos. Jesús habla de cumplir “la voluntad de su Padre”. Luego “bajó con ellos a Nazareth y siguió bajo su autoridad”.
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ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que te dignaste dejarnos el más perfecto ejem plo en la Sagrada Familia de tu Hijo, concédenos benigna mente que, imitando sus vir tudes domésticas y los lazos de caridad que la unió, podamos gozar de la eterna recompensa en la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo...
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 83, 2-3. 5-6. 9-10 R. Señor, dichosos los que viven en tu casa.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se estremece y el Dios vivo es la causa. R. Señor, dichosos los que viven en tu casa.
Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos los que encuentran en ti su fuerza y la esperanza de su corazón. R. Señor, dichosos los que viven en tu casa.
Escucha mi oración, Señor de los ejércitos; Dios de Jacob, atiéndeme. Míranos, Dios y protector nuestro, y contempla el rostro de tu Mesías. R. Señor, dichosos los que viven en tu casa.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Hech 16, 14
R. Aleluya, aleluya. Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras de tu Hijo. R. Aleluya, aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre misericordioso, haz que, reanimados con este Sacramento celestial, imitemos cons tantemente los ejemplos de la Sagra da Familia, para que, superadas las aflicciones de esta vida, consigamos gozar eternamente de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Lectura del primer libro de Samuel 1, 20-22. 24-28
En aquellos días, Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, diciendo: “Al Señor se lo pedí”. Después de un año, Elcaná, su marido, subió con toda la familia para hacer el sacrificio anual para honrar al Señor y para cumplir la promesa que habían hecho, pero Ana se quedó en su casa. Un tiempo después, Ana llevó a Samuel, que todavía era muy pe queño, a la casa del Señor, en Siló, y llevó también un novillo de tres años, un costal de harina y un odre de vino. Una vez sacrificado el novillo, Ana presentó el niño a Elí y le dijo: “Escúchame, señor: te juro por mi vida que yo soy aquella mujer que estuvo junto a ti, en este lugar, orando al Señor. Este es el niño que yo le pedía al Señor y que Él me ha concedido. Por eso, ahora yo se lo ofrez co al Señor, para que le quede consagrado de por vida”. Y adoraron al Señor. Palabra de Dios.
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Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-2. 21-24
Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a Él. Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando Él se manifieste, vamos a ser semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. Si nuestra conciencia no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es total. Puesto que cumplimos los man damientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente obten dremos de Él todo lo que le pidamos. Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio. Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que Él nos ha dado, que Él permanece en nosotros. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 41-52
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os padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festi vidades de la Pascua. Cuando el Niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el Niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo su pieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca. Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué te has por tado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando, llenos de angustia”. Él les respondió: “¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?”. Ellos no enten dieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas. Jesús iba creciendo en saber, en estatura y en el favor de Dios y de los hombres. Palabra del Señor.
La Profesión de nuestra
Fe
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Oración en Familia
por el Año que Termina y el que Comienza • Papá: Señor, hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, los valores que necesitamos para fortalecer nuestra familia. Quiero vivir cada día con optimismo y esperanza, llevando a casa un corazón lleno de comprensión y paz para mi esposa y mis hijos. Te doy gracias por todo lo que recibí este año, la bendición de tener una compañera y unos hijos que Tú me has prestado. Gracias por la fuerza interior que nos das para perseverar en la Fe y no extinguir la Esperanza. Por la luz que nos das para comprender mejor cada día tu voluntad. Y si a veces permites el sufrir y otras también el llorar, será para bien de todos aunque no siempre así lo entendamos. Gracias por mi trabajo con el cual yo pude llevar el pan a los que amo. Gracias por todas las bendiciones recibidas. Te pido guardes a mi familia de todo peligro y de todo mal. Te pido sabiduría para seguir guiándolos; y si he fallado, perdóname, Señor. • Mamá: Señor, aquí están los que amo. Junto con este año que se va, y otro que inicia, quiero dejar lo que me oprime y hace daño, y quiero llevarme todo lo bueno que aprendimos en familia. Aunque hubo pruebas, las superamos con la fuerza de tu Espíritu, por ellas aprendemos a vivir en comunión. Gracias por permitirme ser una parte muy importante de esta familia, por darme la capacidad de guiar a mis hijos, de servirlos y atenderlos, y a veces de reprenderlos fuertemente para que crezcan siendo hombres y mujeres de bien, y siempre tengan el deseo de acercarse a ti. Gracias por todo lo que me prestaste este año y después me pediste, por el amor de mi esposo y mis hijos, por el pan que aunque a veces pareciera no tener, Tú en tu inmensa misericordia multiplicas sin jamás olvidarte de nosotros. Gracias por mi casa y todos aquellos que nos dieron la mano en momentos difíciles
Gloria
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
y reafirmaron tu grandeza al no dejarnos solos jamás. Te pido que guíes mi caminar; yo procuraré seguir el ejemplo de tu Santísima Madre, poniendo en práctica los valores del servicio, humildad, obediencia y sobre todo, el amor a ésta, mi familia. Dame un año feliz, y enséñame a repartir felicidad. Señor, gracias por permitirme estar aquí agradeciendo y rogando por los que están aquí a mi lado. • Hijos: Gracias por mis padres que por medio de ellos tengo vida, que se han dedicado a buscar mi bienestar, dándome lo esencial para vivir. Como hijo he recibido: amor, educación, pan, techo, estudios, a veces creo no merecerlos porque he llegado a no valorarlos, pero cuando me doy cuenta del sacrificio que hacen mis padres, siempre termino pidiendo perdón. Perdóname, Señor, porque por falta de madurez no he sabido tomar mi papel de hijo y de hermano, apartándome en ocasiones de ellos, dándole valor a lo que no lo tiene. Te pido para mi familia y para mí, la sabiduría de saber vivir estos tiempos de cambios con dignidad y fidelidad, que sepa cómo dialogar con mis padres para que juntos luchemos por llegar a ser como la Sagrada Familia. • Todos: Señor, nuestro Dios, te bendecimos por tomar en tus manos nuestro amor y nuestra familia. Ayúdanos a cumplir nuestra misión, ven a compartir nuestra vida y ayúdanos a formarnos como padres e hijos, a ser testigos de tu amor en nuestra familia y en la comunidad. Danos fuerza en los desalientos, comparte nuestras alegrías, ilumina nuestra mente para que conozcamos el camino que Tú has querido para nosotros, para poder darte gloria y alcanzar la salvación. Que tu fuerza nos aliente a buscar los ideales de tu Reino y realizarlos generosamente. Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
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Año de la Misericordia
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laves para entender y vivir el Año de la Misericordia:
1. Escuchar el llamado de la Iglesia: contemplar el misterio de la misericordia. 2. Reconocer a Dios como un Padre que jamás se da por vencido hasta que no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia. 3. La Apertura de la Puerta Santa como símbolo de un nuevo compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y convicción la propia Fe. 4. Que la Iglesia y las parroquias sean oasis de misericordia. 5. Ser misioneros de la misericordia. 6. Impulsar las peregrinaciones como estímulo para la conversión. 7. Redescubrir las obras de misericordia corporales y espirituales. 8. Vivir la Cuaresma con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios. 9. Fomentar la iniciativa de las “24 horas para el Señor”, para que más personas se acerquen al sacramento de la Reconciliación. 10. Promover la Indulgencia por la que Dios hace evidente este amor que es capaz de destruir el pecado de los hombres. 11. Tiempo oportuno para cambiar de vida. Tiempo para dejarse tocar el corazón. 12. Que nuestro pensamiento se dirija a María, Madre de la misericordia.
Consulta la Hoja Parroquial: Director Responsable: Pbro. Adalberto González González Redacción: Pbro. Alberto Ávila / Pbro. Juan Javier Padilla www.arquidiocesisgdl.org.mx/publicaciones/hojaparroquial Liceo 17, Guadalajara, Jal. Tel.: 3942-4305 Diseño e Impresión: Centro Católico de Comunicaciones. Administración: Pbro. Rubén Darío Rivera • Alcalde 294, Guad., Jal. Tel. 3614-2746 Tels. 3002-6470 • 3002-6471
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Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000 a 300,000. $40.00 ciento