Hoja Parroquial - 15 de Marzo de 2015 - Num. 11

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N.º 11 • D OMINGO IV

DE

C UARESMA , C ICLO B

• 15 de Marzo de 2015 •

Mirar a la Cruz de

E

CRISTO

n Cuaresma somos invitados de modo especial a confiar en la misericordia de Dios y a reconciliarnos con Él. Como Israel, se nos presenta el camino para volver del destierro, del pecado, y a renovar en nuestra vida la Alianza con Dios. La vuelta para los judíos fue un reto para la reedificación de sus casas, de su ciudad, de su templo, de los valores que habían perdido por toda una generación de exilio en medio de una sociedad pagana. También para nosotros, Cuaresma-Pascua es un reto de reedificación. Cada uno sabrá qué tiene que reedificar. Es una historia personal de pecado y conversión, una historia comunitaria de renovación de fidelidades, una historia social de valores que hemos dejado perder y que la Pascua nos urge a que recuperemos. La consigna que el Papa ha dado a toda la Iglesia, la "Nueva Evangelización", tiene también resonancia para cada uno de nosotros: se trata de reorientar hacia el Evangelio de Cristo, o sea, hacia la Alianza Nueva con Dios, los criterios de nuestra vida.

Hemos escuchado que a los israelitas, en el camino del desierto, en otra época de su historia, se les puso delante la imagen de una serpiente, como medicina de sus males. No sabemos cuál era el sentido de esta serpiente. Pero lo que sí sabemos es que Cristo en la Cruz es para nosotros cátedra de sabiduría, lección magistral para nuestra vida, medicina y remedio para nuestros males. Ahí, en la Cruz de Cristo, es donde entendemos qué significa el amor de Dios y qué respuesta espera de nosotros. Y también de ahí proviene la Luz, que es Cristo, que quiere iluminar nuestra existencia. En la Vigilia Pascual encenderemos la luz del Cirio Pascual que es imagen de Cristo, y nosotros mismos, con cirios más pequeños, iremos recibiendo participación de esa luz. Es todo un símbolo de lo que la Pascua quiere producir en nosotros: que reedifiquemos nuestra vida, que

nos dejemos iluminar por Cristo, que renovemos nuestra Alianza, y que vivamos pascualmente, como hijos de la luz. En medio de un mundo en muchos aspectos desorientado, los cristianos reorientamos nuestra vida según la Alianza de Dios en Cristo Jesús.

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ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo 136, 1-2. 3. 4-5. 6

R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas. R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: “Algún cantar de Sión, alegres, cántennos”. R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara! R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. ¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16

R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Lectura del segundo libro de las Crónicas 36, 14-16. 19-23

En aquellos días, todos los sumos sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando todas las abominables costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que Él se había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, los exhortó continuamente por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo y quería preservar su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio. Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos. Incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron fuego a todos los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que escaparon de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los persas, para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la desolación, hasta que se cumplan setenta años. En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de las palabras que habló el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró a Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito en todo su reino, lo siguiente: “Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén de Judá. En consecuencia, todo aquel que pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo acompañe”. Palabra de Dios.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los efesios 2, 4-10

Hermanos: La misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y Él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados. Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con Él nos ha reservado un sitio en el Cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros. En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos. Palabra de Dios.

EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 14-21

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n aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga Continúa en pág. 3


La Profesión de nuestra

Fe

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,

vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él. El que cree en Él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios. La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”. Palabra del Señor.

DÍA DEL SEMINARIO,

DÍA DE ALEGRÍA EN NUESTRA IGLESIA DIOCESANA

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stamos alegres en la Iglesia Diocesana de Guadalajara al celebrar el día del Seminario –1° de Marzo pasado–, día de alegría en la Iglesia porque recordamos que hay semillas que están germinando para dar fruto. Es Jesús, el enviado del Padre, el que sigue llamando de entre nosotros para que lleven el mensaje de paz y de amor a todos los rincones de la tierra. «Así como el Padre me ha enviado, yo también los envío a ustedes». Sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo» (Jn 20, 21-22).

Gloria

Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;

Aquí y ahora, en nuestro Seminario, hay jóvenes valientes que han oído el mensaje de Jesús, con quien se han encontrado y se esfuerzan por seguirlo. Hace unos días, en el Seminario Mayor, el Padre vicerrector don J. Guadalupe Miranda Martínez, al dar su informe rectoral, dio gracias a Dios por las abundantes bendiciones que Dios derrama sobre el Seminario de Guadalajara, y en una oración ferviente pidió al patrono del Seminario, el Señor San José, su protección de la misma manera que cuidó de Jesús. Continúa en la página 4

Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.

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Viene de pág. 3

Reconocemos esa bendición que se hace patente con los 460 jóvenes del Seminario Mayor, 320 alumnos del Seminario Menor de Preparatoria, 330 adolescentes en el Seminario Menor de Secundaria en las distintas casas de la ciudad y fuera de la ciudad de Guadalajara, y más de 500 Seminaristas en Familia de Secundaria y Preparatoria. Todos estos jóvenes viven con alegría su respuesta al llamado de Dios, todos ellos desean que oremos por ellos y les ayudemos en sus necesidades. Ellos se alegran en entregar su vida a Dios, que nosotros nos alegremos en ayudarles espiritualmente y materialmente de acuerdo a nuestras posibilidades.

JUBILEO CIRCULAR 16, 17 y 18: Lunes, Martes y Miércoles SAN JUAN DIEGO, Polanco NTRA. SRA. DEL CONSUELO NTRA. SRA. DE LA PAZ, LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR, Plaza del Sol VIRGEN DE GUADALUPE, La Ladrillera SANTA CECILIA, Tonalá INMACULADA CONCEPCIÓN, Amatitán SEÑOR DEL TEPEHUAJE REINA DE LOS MÁRTIRES MEXICANOS

19, 20 y 21: Jueves, Viernes y Sábado NTRA. SRA. DE LAS ROSAS LA MEDALLA MILAGROSA NTRA. SRA. DEL BUEN CAMINO NTRA. SRA. DE ALTAMIRA SAN PASCUAL BAILÓN, Miravalle LA VISITACIÓN, Polanco PURÍSIMA CONCEPCIÓN, Mpio. de Zapotlanejo SEÑOR SAN JOSÉ, La Estanzuela

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Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000 a 300,000. $40.00 ciento


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