Hoja Parroquial - 29 de Marzo de 2015 - Num. 13

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N.º 13 • D O M I N G O

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DE

RAMOS, CICLO B

• 29 de Marzo de 2015 •

Domingo de RAMOS

mpezamos la Semana Santa. Y las Lecturas de hoy nos ayudan a entender la profundidad del misterio que vamos a celebrar los próximos días. Las tres Lecturas nos muestran el dolor de Cristo, la seriedad de su camino a la cruz y la muerte. El Salmo nos hace decir la exclamación angustiada que el Evangelio pone en labios de Cristo en la cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Es la expresión dramática de la soledad y del dolor de un moribundo, que se siente olvidado incluso por Dios. Cristo se ha solidarizado con nuestra condición humana hasta la profundidad de la misma muerte. Pero hay también un tono de esperanza. El Siervo de Yahvé se ve animado en su misión porque se siente apoyado por Dios: «Mi Señor me ayudaba... y sé que no quedaré avergonzado». También el cántico de Pablo termina gozoso afirmando que Dios «lo levantó sobre todo, y le concedió el nombre sobre todo nombre... para que toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre».

modo de entrada a esta Semana tan intensa para la comunidad cristiana. Contemplamos, llenos de fe, el dolor y la muerte de Jesús. A la vez, dejémonos llenar de esperanza, porque también nuestro dolor o el dolor del mundo, aunque no sepamos cómo, tiene sentido como participación en el dolor salvador de Cristo Jesús. A los que le seguimos en el camino de la cruz, también nos hará partícipes de su Nueva Vida de Resucitado.

Acompañar a Cristo en su Semana Santa Los cristianos de todo el mundo vamos a conmemorar en esta Semana el misterio central de nuestra fe. Meditaremos y oraremos sobre ese camino salvador de Cristo: la Muerte, el Viernes Santo; la Sepultura, el Sábado Santo; y la Resurrección a la nueva vida a partir de la noche pascual, con la Vigilia, y ya durante cincuenta días. Todo ello con un prólogo: la Eucaristía del Jueves Santo, en la que el mismo Cristo, ya en el lavatorio de los pies, pero sobre todo sacramentalmente con la donación de sí mismo como Pan y Vino, quiso anticipar la ofrenda histórica de la Cruz. Es lo que hemos empezado a celebrar hoy, con las aclamaciones a Cristo en la procesión de ramos, a

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ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, benigno, seguir las enseñanzas de su Pasión y que merezcamos participar de su gloriosa Resurrección. Él, que vive y reina...

SALMO RESPONSORIAL

Sal 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24

R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: “Confiaba en el Señor, pues que Él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre”. R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob; témelo, estirpe de Israel. R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9

R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la Muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su Resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Lectura del libro del profeta Isaías 50, 4-7 En aquel entonces, dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado”. Palabra de Dios. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6-11 Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el Cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios.

EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Marcos 15, 1-39 (Lectura breve) C = Cronista S = “Sinagoga” ╬ = Cristo C Luego que amaneció, se reunieron los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el sanedrín en pleno, para deliberar… Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Este le preguntó: S “¿Eres Tú el rey de los judíos?”. C Él respondió: ╬ “Sí lo soy”. C Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas… Pilato le preguntó de nuevo: S “¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan”. C Jesús ya no le contestó nada, de modo que Pilato estaba muy extrañado… Durante la fiesta de Pascua, Pilato solía soltarles al preso que ellos pidieran. Estaba entonces en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en un motín. Vino la gente y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les dijo: S “¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?”. Continúa en pág. 3


La Profesión de nuestra

Fe

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

C Porque sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia… Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás… Pilato les volvió a preguntar: S “¿Y qué voy a hacer con el que llaman rey de los judíos?”. C Ellos gritaron: S “¡Crucifícalo!”. C Pilato les dijo: S “Pues ¿qué mal ha hecho?”. C Ellos gritaron más fuerte: S “¡Crucifícalo!”. C Pilato, queriendo dar gusto a la multitud, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de mandarlo azotar, lo entregó para que lo crucificaran… Los soldados se lo llevaron al interior del palacio, al pretorio, y reunieron a todo el batallón. Lo vistieron con un manto de color púrpura, le pusieron una corona de espinas que habían trenzado, y comenzaron a burlarse de Él, dirigiéndole este saludo: S “¡Viva el rey de los judíos!”. C Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante Él. Terminadas las burlas, le quitaron aquel manto de color púrpura, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo… Entonces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba por ahí de regreso del campo, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir “lugar de la Calavera”). Le ofrecieron vino con mirra, pero Él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echando suertes para ver qué le tocaba a cada uno… Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: “El rey de los judíos”. Crucificaron con Él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: Fue contado entre los malhechores… Los que pasaban por ahí lo injuriaban meneando la cabeza y gritándole: S “¡Anda! Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo y baja de la cruz”. C Los sumos sacerdotes se burlaban también de Él y le decían: S “Ha salvado a otros, pero a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos”. C Hasta los que estaban crucificados con Él también lo insultaban… Al llegar el mediodía, toda aquella tierra se quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde. Y a las tres, Jesús gritó con voz potente: ╬ “Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?”. C (Que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”)... Algunos de los presentes, al oírlo, decían: S “Miren, está llamando a Elías”. C Uno corrió a empapar una esponja en vinagre, la sujetó a un carrizo y se la acercó para que bebiera, diciendo: S “Vamos a ver si viene Elías a bajarlo”. C Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró. Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes. C Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. El oficial romano que estaba frente a Jesús, al ver cómo había expirado, dijo: S “De veras este hombre era Hijo de Dios”. Fin de la Lectura breve.

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VEN A VIVIR UN PRESEMINARIO ¡Tú puedes ser Sacerdote! Atrévete a ser grande

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migo lector de la Hojita Parroquial, si tú eres adolescente o joven, te hacemos una cordial invitación a vivir un Preseminario, es la oportunidad de tener un encuentro con Cristo y un encuentro contigo mismo en una casa del Seminario, para que sigas conociendo a Jesús, lo ames y lo sigas. El Seminario de Guadalajara te invita a los cursos del Preseminario: • Del 6 al 11 de abril: para muchachos que terminan 6º de primaria o cursan algún año de secundaria. • Del 6 al 12 de abril: para los jóvenes de 3º de secundaria y preparatoria no mayores de 18 años. Tú puedes participar en los cursos de Preseminarios en vacaciones de Semana de Pascua. Inscríbete antes del 27 de marzo en Jarauta 510. Pide informes: 36172650 y 36185938, diosllama@yahoo.com.mx, Facebook: Vocación Seminario de Guadalajara.

“El que quiera ser grande entre ustedes, sea el servidor de todos” (Mt 20, 26)

Ganar Indulgencia en Semana Santa

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n la Semana Santa, podemos ganar Indulgencia Plenaria, una al día, para nosotros o para los difuntos:

Jueves Santo: Si durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor, recitamos o cantamos el himno eucarístico “Tantum ergo” (“Adorad postrados”). También, si visitamos media hora al Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo. Viernes Santo: Si asistimos piadosamente a la Adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor. Sábado Santo: Si rezamos juntos el Santo Rosario. Vigilia Pascual: Si asistimos a la celebración de la Vigilia Pascual (Sábado Santo por la noche), y en ella renovamos las promesas de nuestro Santo Bautismo. Condiciones para ganar la Indulgencia Además de haber realizado la obra requerida, debemos estar en estado de gracia: • Disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial. • Confesión sacramental de los pecados. • Recibir la sagrada Eucaristía. • Orar por las intenciones del Romano Pontífice. La Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede señala que es conveniente que la confesión sacramental, y especialmente la sagrada Comunión y la oración por las intenciones del Papa, se hagan el mismo día en que se realiza la obra indulgenciada; pero es suficiente que estos sagrados ritos y oraciones se realicen dentro de algunos días (unos veinte) antes o después del acto indulgenciado.

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Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000 a 300,000. $40.00 ciento


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