N.º 19 • VI D omingo
de
P ascua , C iclo B
• 10 de Mayo de 2015 •
Dios es amor
L
as lecturas de hoy nos centran claramente en la consigna del amor como el programa prioritario de los cristianos. Como si la Pascua, que estamos celebrando, tuviera aquí su clave principal: ¿amamos o no amamos? Este es el "mandamiento" por excelencia, que nunca acabamos de aprender y cumplir. La carta de san Juan, y de nuevo el Evangelio de san Juan, nos proponen este tema del amor con una "lógica" que nos podría parecer un poco extraña. Ante todo, nos asegura que Dios es amor. No somos nosotros los que amamos primero. Es Él el que nos ha amado, anticipándose a nosotros. Y lo ha demostrado en toda la historia, sobre todo en su momento central, cuando hace ahora dos mil años nos envió a Cristo, su Hijo. La mejor prueba del amor de Dios la tenemos precisamente en la Pascua que estamos celebrando desde hace cinco semanas: ha resucitado a Jesús y en Él a todos nosotros, comunicándonos su vida. De Dios podemos resaltar su inmenso poder, su sabiduría, su santidad. Pero hoy hemos escuchado una definición sorprendente: Dios es amor. Y ahí está el punto de partida de todo.
Un segundo paso es constatar que Cristo Jesús es la personificación perfecta de ese amor: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo». En Cristo vemos el amor de Dios en acción. Cristo nos muestra su amor: «Ya no os llamo siervos, os llamo amigos». Y lo puede decir con pleno derecho, porque es el que mejor ha hecho realidad esa palabra: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos». El Cristo de la Pascua, el entregado a la muerte y resucitado a la vida, es el que puede hablar de amor. En la misma escena en que dice estas palabras –su cena de despedida– hará con sus discípulos un adelanto simbólico de su entrega en la cruz: se ciñe la toalla y les lava los pies. El amor del que sirve, del que se entrega hasta el final, del que no se busca a sí mismo. Y ahora viene la conclusión. «Amaos unos a otros»: es el tercer momento de esta propuesta del amor. Una conclusión que parece como que rompe la lógica, porque se podría suponer que acabara de otro modo: "si Dios os ama, si yo os he demostrado
mi amor, responded vosotros con vuestro amor a Dios y a mí". Y sin embargo, la conclusión de Jesús es otra: «Amaos unos a otros». Es una lógica sorprendente, pero que Juan subraya una y otra vez. Sólo el que ama a los demás "ha nacido de Dios", sólo el que ama "conoce a Dios".
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ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, concédenos continuar celebrando con incansable amor estos días de tanta alegría en honor del Señor resucitado, y que los misterios que hemos venido conmemorando se manifiesten siempre en nuestras obras.
SALMO RESPONSORIAL
Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4
R. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya. Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya. El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya. La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya.
El que me ama, cumplirá mi palabra –dice el Señor–, y mi Padre lo amará y vendremos a él. R. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que, en Cristo resucitado, nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
2
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 25-26. 34-35. 44-48
En aquel tiempo, entró Pedro en la casa del oficial Cornelio, y éste le salió al encuentro y se postró ante él en señal de adoración. Pedro lo levantó y le dijo: “Ponte de pie, pues soy un hombre como tú”. Luego añadió: “Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere”. Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que estaban escuchando el mensaje. Al oírlos hablar en lenguas desconocidas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes judíos que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los paganos. Entonces Pedro sacó esta conclusión: “¿Quién puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?”. Y los mandó bautizar en el nombre de Jesucristo. Luego le rogaron que se quedara con ellos algunos días. Palabra de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-10
Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por Él. El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17
E
n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto, y su Continúa en pág. 3
La Profesión de nuestra
Fe
fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros”. Palabra del Señor.
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!
H
oy celebramos el Día de las Madres en México, una fiesta familiar, muy querida e importante. Con esta fiesta les manifestamos cariño y tomamos conciencia de su labor. Pidamos a Dios por ellas y por aquellas que han fallecido.
ORACIÓN Padre Celestial: Te damos gracias por nuestras madres, a las que Tú les has confiado el cuidado precioso de la vida humana desde su inicio. Tú has dado a la mujer la capacidad de participar contigo en la creación de nueva vida. Haz que cada mujer pueda llegar a comprender el pleno significado de esta bendición. Mira a cada madre que está esperando un hijo, fortalece su fe en tu paternal cuidado y amor para con ella y para su hijo en camino. Dale valentía en tiempos de miedo o dolor, comprensión en los momentos de incertidumbre y duda, y esperanza en tiempos de problemas. Concédele alegría en el nacimiento de su hijo. Bendice a las madres a quienes les has dado el gran privilegio y la responsabilidad de ser formadoras de un niño o una niña. Haz que todas ellas puedan fomentar la fe de sus hijos, siguiendo el ejemplo de María, la Madre de tu Hijo. Ayuda a todas las madres espirituales, quienes están al cuidado de los hijos de otros y asumen su tarea con amor maternal, que puedan descubrir que engendrar vida es mucho más que dar a luz. Te pedimos que envíes el Espíritu Santo Consolador a las madres que han perdido hijos, que están enfermos o separados de sus familias, que se encuentran en peligro o problemas de cualquier tipo. Muéstrales tu misericordia y dales fortaleza y serenidad. Colma de tu paz a las madres que ya no están con nosotros, que disfruten en tu presencia del fruto de sus esfuerzos en la tierra. María, Madre del Cielo, intercede por todas las madres, sé su guía y consuelo. Alcánzales de Dios la Gracia para esta vida y la alegría eterna en la Gloria. Amén.
Gloria
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
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Jubileo Circular 11, 12 y 13: Lunes, Martes y Miércoles Sagrados Corazones de Jesús y María Ntra. Sra. de la Soledad, Tlaquepaque San Alfonso María de Ligorio, Plaza Guadalupe Ntra. SEÑOra de Belén San Pascual Bailón, Zalatitán San Isidro, Col. Silva Romero Cristo Rey, Corta Pico San Antonio de Padua, La Quemada
14, 15 y 16: Jueves, Viernes y Sábado La Divina Providencia, Sta. Ana Tepetitlán Ntra. SEÑOra del Divino Amor San Pablo Apóstol Cristo Rey, Rancho la Cruz Virgen de Guadalupe, San José del Castillo San Antonio de los Vázquez Santa Teresita del Niño Jesús, La Barca Sagrado Corazón de Jesús, Huaxtla
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Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000 a 300,000. $40.00 ciento