N.º 23 • D OMINGO X O RDINARIO / C ICLO C
• 5 de Junio de 2016 •
El ENCUENTRO con el Dolor
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n el Evangelio de hoy, Jesús, camino a la ciudad de Naín, se encuentra con un entierro. Había muerto un joven, hijo de una viuda. Nadie le pide nada a Jesús. Según la narración -y eso es bastante excepcional en la literatura evangélica-, no hay ningún acto previo de fe o de confianza en Jesús. Según la narración, es el simple encuentro de Jesús con el dolor, con aquella tragedia humana, que le hace actuar. Constata simplemente el Evangelio: “le dio lástima”. Y Jesús dice a la madre “no llores” y al muerto “levántate”. “Y Jesús se lo entregó a su madre”. En el camino de nuestra vida hallamos -nos encontramos- con hombres y mujeres que lloran, afectados por la enfermedad, la muerte. O por la desgracia que sea y es para ellos causa de dolor. Como discípulos de Jesús, ¿qué debemos hacer? En ocasiones nos parece que hemos de dar explicaciones del porqué de ese dolor. Y nos equivocamos, porque nadie nos ha encargado dar explicaciones que, además, a veces no sirven de nada. Las palabras suelen servir de poco ante el dolor o la tragedia humana. Pero tampoco podemos hacer milagros como Jesús. Entonces, ¿qué hacer? Me parece que hay algo que hizo Jesús y nosotros también podemos hacer: conmoverse. Conmoverse significa hacer compañía (es muy importante saber hacer, discretamente, compañía) y, también, procurar ayudar. Hacer compañía y procurar ayudar (según en cada caso) es comulgar con el dolor del hermano, sentirlo como propio. Sin necesidad de
que nos lo pidan, sin querer tampoco asumir ningún protagonismo: con sencillez, es decir, con amor, como el de Jesús. Así seremos discípulos del profeta Jesús, que vino a compartir el dolor del hombre, a luchar contra las causas de este dolor, a anunciar la felicidad que Dios quiere para cada hombre y cada mujer. Pidámoslo hoy, al renovar el memorial de su paso por el dolor, por la muerte hacia la vida. Y pidámoslo también al comulgar con su cuerpo entregado por nosotros, por todos.
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ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, de quien todo bien procede, escucha nuestras súplicas y concédenos que comprendiendo, por inspiración tuya, lo que es recto, eso mismo, bajo tu guía, lo hagamos realidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...
SALMO RESPONSORIAL
Sal 29, 2 y 4. 5-6. 11 y 12a y 13b
R. Te alabaré, Señor, eternamente. Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R. Te alabaré, Señor, eternamente. Alaben al Señor los que lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; y en la mañana, el júbilo. R. Te alabaré, Señor, eternamente. Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente. R. Te alabaré, Señor, eternamente.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 7, 16
R. Aleluya, aleluya. Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Dirige, Señor, con tu Espíritu, a quienes nutres con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, para que, dando testimonio de ti, no sólo de palabra, sino con las obras y de verdad, merezcamos entrar en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Lectura del primer libro de los Reyes 17, 17-24 En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la dueña de la casa en la que se hospedaba Elías. La enfermedad fue tan grave, que el niño murió. Entonces la mujer le dijo a Elías: “¿Qué te he hecho yo, hombre de Dios? ¿Has venido a mi casa para que recuerde yo mis pecados y se muera mi hijo?”. Elías le respondió: “Dame acá a tu hijo”. Lo tomó del regazo de la madre, lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó sobre el lecho. Luego clamó al Señor: “Señor y Dios mío, ¿es posible que también con esta viuda que me hospeda te hayas irritado, haciendo morir a su hijo?”. Luego se tendió tres veces sobre el niño y suplicó al Señor, diciendo: “Devuélvele la vida a este niño”. El Señor escuchó la súplica de Elías y el niño volvió a la vida. Elías tomó al niño, lo llevó abajo y se lo entregó a su madre, diciendo: “Mira, tu hijo está vivo”. Entonces la mujer dijo a Elías: “Ahora sé que eres un hombre de Dios y que tus palabras vienen del Señor”. Palabra de Dios. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas 1, 11-19 Hermanos: Les hago saber que el Evangelio que he predicado, no proviene de los hombres, pues no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Ciertamente ustedes han oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo, cuando yo perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios, tratando de destruirla; deben saber que me distinguía en el judaísmo, entre los jóvenes de mi pueblo y de mi edad, porque los superaba en el celo por las tradiciones paternas. Pero Dios me había elegido desde el seno de mi madre, y por su gracia me llamó. Un día quiso revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos. Inmediatamente, sin solicitar ningún consejo humano y sin ir siquiera a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, me trasladé a Arabia y después regresé a Damasco. Al cabo de tres años fui a Jerusalén, para ver a Pedro y estuve con él quince días. No vi a ningún otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el pariente del Señor. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7, 11-17
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n aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre. Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: “No llores”. Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces dijo Jesús: “Joven, yo te lo mando: levántate”. Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre. Continúa en Pág. 3
La Profesión de nuestra
Fe
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo”. La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas. Palabra del Señor.
Segunda obra de Misericordia
Dar de Beber al Sediento
Mt. 25,35: “Tuve sed, y me dieron de beber”
U
n elemento esencial que nunca nos debe faltar es el agua. Carecer de ella es camino a la muerte. En la biblia el tener sed es, además de una necesidad física, signo de la necesidad de Dios. El Salmo 63 lo expresa de la siguiente manera: “Oh Dios, tú eres mi Dios, yo te busco ardientemente; mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua”. El agua que nos sacia de la sed viene entonces a simbolizar a Dios mismo y el encontrar agua es signo de ser bendecido y escogido por Dios para vivir en Él y lleno de su presencia. Los ríos de agua viva, signo de Dios, nos llenan nuestro ser total en nuestro santo Bautismo, cuando se nos sació de una sed que ni siquiera sabíamos que teníamos, la sed del Dios Vivo. También, el Papa Francisco, nos hace un llamado a cuidar de este precioso
Gloria
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
líquido para que nunca nos falte aquello que sana y refresca al sediento en su más reciente encíclica Laudato Sí, dice en el n.30: “Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda, en parte, con más aportes económicos para proveer de agua limpia y saneamiento a los pueblos más pobres. Pero se advierte un derroche de agua no sólo en países desarrollados, sino también en aquellos menos desarrollados que poseen grandes reservas. Esto muestra que el problema del agua es en parte una cuestión educativa y cultural, porque no hay conciencia de la gravedad de estas conductas en un contexto de gran inequidad”. Demos de beber al sediento. Es Jesús mismo a quien estás ayudando. Ayudemos de manera especial a todos aquellos que tienen sed de Dios, del Dios vivo.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
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JUBILEO CIRCULAR 6, 7 y 8: Lunes, Martes y Miércoles CRUZ SANTA, Pintas de Arriba SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, Tlaquepaque SAN FRANCISCO DE ASÍS, Col. Jalisco LA INMACULADA CONCEPCIÓN MÁRTIRES MEXICANOS DE CRISTO REY SAGRADO CORAZÓN, San José del Castillo NTRA. SRA. DEL ROSARIO, Santa Cruz de las Flores NTRA. SRA. DEL REFUGIO, Totatiche EL SAGRADO CORAZÓN Y STA. MARÍA DE GUADALUPE, El Verde 9, 10 y 11: Jueves, Viernes y Sábado SAN JUAN MACÍAS LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR MADRE DE LOS CREYENTES LA SAGRADA FAMILIA, Canal 58 SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, Dec. San Pedro SANTA MARÍA MADRE Y REINA DE LA PAZ SANTA LUCÍA, Tesistán SAN MIGUEL, Santa Fe
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