N.º 34 • D OMINGO XXI O RDINARIO / C ICLO C
• 21 de Agosto de 2016 •
¿Qué PADRE no reprende a sus hijos?
A
lguien le preguntó a Jesús: ¿Serán pocos los que se salven? La gente quiere saber cuántos sí y cuantos no. Jesús responde de la mejor manera; no diciendo cuántos, sino aclarando el cómo la gente se puede salvar. Quiere subrayar que la puerta está abierta para todos; sólo hay que poner, como se dice, manos a la obra. Lo primero, es saber un dato, una curiosidad, lo que responde Jesús es la invitación a seguir un camino. A Luchar para conseguir la salvación. ¡Esfuércense! De todos los países La oferta de Jesús, ya anunciada por Isaías, y que subraya, de alguna manera, todo el Antiguo Testamento; es la seguridad con que Jesús anuncia que todos están llamados, desde los países más lejanos, también desde otros pueblos que algunos desprecian. La salvación se ofrece hasta a los lugares más lejanos donde parece que Dios es ignorado. Siempre ha existido la tentación de hacer de la religión un derecho de algunos cuantos, contrario a lo que Dios quiere para todos; su salvación se oferta para todos sin distinción. El Señor reprende al que ama "Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, no te enfades por su reprensión”. Ser creyente implica saber recibir correcciones, tener tiempo para la reflexión y examinarnos permanentemente para cuidar de no perder el rumbo. El Señor conoce nuestro corazón a fondo y promete mostrar siempre su interés por nuestras vidas al corregirnos. Cualquier corrección duele, pero es el mejor camino para hacer los cambios necesarios en nuestro modo de vivir y voltear nuestra mirada y agradecer al Dios, que nos salva. ¡Ustedes esfuércense! Jesús, en el Evangelio de este día, viene a aclararnos que no basta pertenecer a “alguna” religión, ser parte de algún grupo de pastoral. La invitación es para todos:
“ustedes esfuércense”. El empeño serio y personal es la única garantía para alcanzar el Reino de Dios, para merecer entrar por la “puerta estrecha” de la salvación. No basta practicar ciertos ritos y recitar ciertas oraciones. Es menester que la vida esté en un permanente esfuerzo. Que nuestra vida se envuelva en la práctica del perdón, de la caridad. Una lucha continua Muchos dizque “cristianos”, lo somos sólo por temporadas. Porque alguna vez nos acercamos a recibir algún sacramento, o participamos en alguna peregrinación. Estas prácticas, por supuesto, tienen un sentido religioso si les damos continuidad, si hay esfuerzo para practicar la justicia; para ser hombres y mujeres de paz, de verdad y de amor. El cristianismo no es sólo cosa de ritos de vez en cuando, ni para presunción exclusiva de algunos cuantos elegidos; el cristianismo se abre a todas las culturas, a toda categoría de personas sin ninguna restricción.
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ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que unes en un mismo sentir los corazones de tus fieles, impulsa a tu pueblo a amar lo que mandas y a desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se halla la verdadera felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
SALMO RESPONSORIAL Sal 116, 1. 2
R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio. Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio. Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 6
R. Aleluya, aleluya. Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que la obra salvadora de tu misericordia fructifique plenamente en nosotros, y haz que, con la ayuda continua de tu gracia, de tal manera tendamos a la perfección, que podamos siempre agradarte en todo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Lectura del libro del profeta Isaías 66, 18-21 Esto dice el Señor: “Yo vendré para reunir a las naciones de toda lengua. Vendrán y verán mi gloria. Pondré en medio de ellos un signo, y enviaré como mensajeros a algunos de los supervivientes hasta los países más lejanos y las islas más remotas, que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria, y ellos darán a conocer mi nombre a las naciones. Así como los hijos de Israel traen ofrendas al templo del Señor en vasijas limpias, así también mis mensajeros traerán, de todos los países, como ofrenda al Señor, a los hermanos de ustedes a caballo, en carro, en literas, en mulos y camellos, hasta mi monte santo de Jerusalén. De entre ellos escogeré sacerdotes y levitas”. Palabra de Dios. Lectura de la carta a los Hebreos 12, 5-7. 11-13 Hermanos: Ya se han olvidado ustedes de la exhortación que Dios les dirigió, como a hijos, diciendo: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a los que ama, y da azotes a sus hijos predilectos. Soporten, pues, la corrección, porque Dios los trata como a hijos; ¿y qué padre hay que no corrija a sus hijos? Es cierto que de momento ninguna corrección nos causa alegría, sino más bien tristeza. Pero después produce, en los que la recibieron, frutos de paz y de santidad. Por eso, robustezcan sus manos cansadas y sus rodillas vacilantes; caminen por un camino plano, para que el cojo ya no se tropiece, sino más bien se alivie. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 13, 22-30
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n aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?” Jesús le respondió: “Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’ Pero él les responderá: ‘No sé quiénes son ustedes’. Entonces le dirán con insistencia: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él replicará: ‘Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí, todos ustedes los que hacen el mal’. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos”. Palabra del Señor.
La Profesión de nuestra
Fe
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.
Jubileo de la Misericordia
Dar Consejo al que lo Necesita
L
a primera Obra de Misericordia espiritual es de Dar Buen Consejo al que lo Necesita. Y podemos tomar el ejemplo de la Virgen, que dio el Buen Consejo a los servidores de las Bodas de Caná: “Hagan todo lo que Él les diga”. Así también nosotros debemos aconsejar a nuestros hermanos con las enseñanzas del Evangelio, cuando vemos que lo necesitan y es el momento oportuno. Dar consejo no es ordenar, sigo sugerir, ponerse en el lugar del otro y, caminando un tiempo
con sus zapatos, tratar de aconsejar de la mejor manera posible, especialmente inspirados por el Espíritu Santo que nos dirá la forma y el modo de dar el consejo, ya que Él es quien da la luz que tanto necesitamos para cumplir con esta Obra de Misericordia. No tenemos que ser sermoneadores y corregir a todas horas, cansando y desalentando a los amigos, hermanos, hijos, sino que tenemos que saber ser prudentes y aconsejar cuando la otra persona lo necesita.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Gloria
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
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JUBILEO CIRCULAR 22, 23 y 24: Lunes, Martes y Miércoles SANTUARIO DE NTRA. SRA. DE GUADALUPE SAN FRANCISCO DE SALES SAGRADO CORAZÓN, Col. Atlas NTRA. SRA. DE GUADALUPE, Lomas del Tapatío SAN IGNACIO DE LOYOLA, La Mojonera SAN JOSÉ, Ocotlán SAN RAFAEL, Calerilla SAN CAMILO DE LELIS 25, 26 y 27: Jueves, Viernes y Sábado SAN RAMÓN NONATO SANTA MARÍA DE GRACIA SAN GASPAR SAN NICOLÁS DE BARI NTRA. SRA. DE GUADALUPE, Tesistán NTRA. SRA. DE GUADALUPE, Portezuelo SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, Arenales Tapatíos LAS BIENAVENTURANZAS, Balcones de Sta. María
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