Hoja Parroquial - 11 de abril de 2010 - num 15

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Hoja parroquial Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.

Nº 15 • 2° Domingo de Pascua• 11 de abril de 2010

Fundado el 4 de junio de 1930. Registro postal IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes INDA-04-2007-103013575500-106

Creer sólo en lo que se ve y toca E

n este domingo que clausura la octava de Pascua, volvemos los ojos al apóstol Tomás, el escéptico, el incrédulo, el terco, el modelo de los “realistas”, de todos los pesimistas, de los que desconfían cuando las cosas salen bien. Santo Tomás es, como muchos hombres modernos, un existencialista que no cree más que en lo que toca, porque no quiere vivir de ilusiones; un pesimista audaz que no duda en enfrentarse con el mal, pero que no se atreve a creer en la dicha. Para él, y para otros muchos, lo peor es siempre lo más seguro.

Empezar a creer Pienso que lo que más conmueve, lo que hace tan fraternal al apóstol Santo Tomás es su violenta resistencia. Porque ha sufrido más que nadie en la pasión del Maestro, no quiere arriesgarse a esperar. Le pasó lo que le ocurre al hombre moderno: el que no tiene ilusión en la vida, es un iluso lleno de ilusiones. En este tiempo en que vivimos, en que se cree tan poco, en el que abundan tantos ateos y agnósticos, es cuando más se sufre por la falta de fe. Quizá sufrir por no creer es una forma discreta, humilde, trágica, desgarradora, leal, de empezar a creer. Sigue en la página 4

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NUESTRA MISA DE HOY ANTÍFONA DE ENTRADA

I Pe 2, 2

Como niños recién nacidos, deseen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.

SALMO RESPONSORIAL Salmo 117

R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. Diga la casa de Israel: “Su misericordia es eterna”. Diga la casa de Aarón: “Su misericordia es eterna”. Digan los que temen al Señor: “Su misericordia es eterna”. R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29

R. Aleluya, aleluya. Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R. Aleluya.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27

Jesús dijo a Tomás: “Acerca tu mano, toca las cicatrices dejadas por los clavos y no seas incrédulo, sino creyente”. Aleluya.

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Del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 12-16 En aquellos días, los apóstoles realizaban muchas señales milagrosas y prodigios en medio del pueblo. Todos los creyentes solían reunirse, por común acuerdo, en el Pórtico de Salomón. Los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente los tenía en gran estima. El número de hombres y mujeres que creían en el Señor iba creciendo de día en día, hasta el punto de que tenían que sacar en literas y camillas a los enfermos y ponerlos en las plazas, para que, cuando Pedro pasara, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén y llevaba a los enfermos y a los atormentados por espíritus malignos, y todos quedaban curados. Palabra de Dios.

Del libro del Apocalipsis del Apóstol San Juan 1, 9-11. 12-13. 17-19 Yo, Juan, hermano y compañero de ustedes en la tribulación, en el Reino y en la perseverancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente, como de trompeta, que decía: Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete comunidades cristianas de Asia. Me volví para ver quién me hablaba, y al volverme, vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas, un hombre vestido de larga túnica, ceñida a la altura del pecho, con una franja de oro. Al contemplarlo caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo sobre mí la mano derecha, me dijo: “No temas. Yo soy el primero y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más allá. Escribe lo que has visto, tanto sobre las cosas que están sucediendo, como sobre las que sucederán después”. Palabra de Dios.

EVANGELIO Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31 Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz esté con ustedes. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”. Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban El Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos, y no meto mi mano en su costado, no creeré”. Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”. Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor.


Creo en un solo Dios Padre todo Poderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, De todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, Nacido del Padre Antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, Engendrado, no creado, De la misma naturaleza del Padre, Por quien todo fue hecho; Que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de Maria, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al Cielo y está sentado a la derecha del padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, Que procede del Padre y del Hijo, Que con el Padre y el Hijo Recibe una misma adoración y gloria, Y que habló por los profetas. Creo en la iglesia, que es una, Santa, católica y apostólica. Confieso que han solo Bautismo Para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,

Una Visita al Santísimo Sacramento ¿Quieres saber, por qué debes visitar al Santísimo?

11) Para escucharlo, para dialogar con Él, para saber qué es lo que realmente nos está pidiendo.

1) Se debe visitar a Jesús, nuestro Salvador, porque está presente en el Santísimo Sacramento, como Dios y Señor, y por lo tanto le debemos adoración y homenaje de sumisión. 2) Porque el Corazón de Jesús que fue traspasado en la cruz, late en el altar y desea ser amado. 3) Porque de esta manera le damos mayor alegría a María, nuestra queridísima Madre, a San José y a todos los ángeles y santos del cielo, que sin cesar adoran a Jesús Sacramentado. 4) Porque es un acto meritorio y una profesión pública de fe. 5) Porque el Señor ha reservado gracias especiales para los que le visitan. En el altar el Señor es puro amor, y distribuye sus gracias a manos llenas a los que lo visitan. 6) Porque de este modo se pueden resarcir las injurias del género humano, especialmente los sacrilegios, y la frialdad de tantos cristianos. 7) Porque allí, Jesús, nos enseña la humildad, la obediencia, el amor, en una palabra: el espíritu de sacrificio, que tanto nos falta para el fiel cumplimiento de nuestros deberes. 8) Porque de este modo podemos ayudar a las pobres almas del purgatorio. 9) Porque Dios es el mejor pagador, que remunera cada sacrificio que por Él hacemos. 10) Porque de este modo nos preparamos mejor para la adoración que le hemos de dar a Dios por toda la eternidad en el cielo.

¿Cómo hacer una Visita al Santísimo Sacramento?

Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;

De rodillas, mira la Custodia o el Sagrario. En el centro está Jesús Sacramentado. No le ves con tus ojos del cuerpo, pero sí con los del alma. Por eso crees en Él. Puedes ahora hablar con Él o decir la siguiente oración: Oh Jesús: postrado humildemente de rodillas ante Ti, y unido en espíritu con todos los fieles de la tierra y Santos del Cielo, te adoro, creyendo firmemente que eres Dios y hombre verdadero, aquí realmente presente en la santa Eucaristía. Concédeme la gracia de no ofenderte jamás en cosa alguna, y que, confortado con tu presencia en la Eucaristía aquí en la tierra, merezca llegar un día al Cielo junto con la Virgen María. Amén. Reza ahora tres Avemarías, con estas jaculatorias: Dulce corazón de María, sea la salvación mía. Avemaría. Refugio de pecadores, ruega por nosotros. Avemaría. Virgen María, Madre de Dios, ruega a Jesús por mí. Ave María. Ahora puedes despedirte de Jesús diciendo: Jesús mío, he de dejarte ahora, pero te doy mi corazón; ya volveré a visitarte; dame tu bendición.

Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres Santo, sólo Tú Señor, sólo Tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. 3


Viene de la página 1

Las exigencias del Apóstol El apóstol Tomás puso unas condiciones muy exigentes para creer en la resurrección: “Si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo”. Jesús acepta estas exigencias con tierna docilidad: “Tomás, mete tu dedo... mete tu mano... no seas incrédulo, sino creyente”. Y Tomás se sintió completamente conmovido, porque nunca se había imaginado que Cristo atendiese un deseo tan difícil y absurdo. El peor castigo que se puede dar a quien no quiere creer es concederle aquello que se pone como condición indispensable para llegar a la fe. El “credo” de Santo Tomás es tan breve como sincero y espontáneo: “Señor mío y Dios mío”. Oración tan viva sólo puede pronunciarse de rodillas, con emoción. Los creyentes de todos los siglos siempre le han agradecido este hermoso y deslumbrante acto de fe.

JUBILEO CIRCULAR

12, 13 y 14: lunes, martes y miércoles NTRA. SRA. DE LA ASUNCIÓN, Oblatos SEÑOR DEL PERDON, Toluquilla GETSEMANÍ DE LA CRUZ SAN MARCOS EVANGELISTA, La Nogalera NTRA. SRA. DEL SAGRARIO NTRA. SRA. DE LA LUZ MADRE ADMIRABLE, Talpita NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ, La Paz de Ordaz SEÑOR SAN JOSÉ, Plan de Barrancas LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET, 27 de Sept.

16, 17 y 18 de abril de 2010

15, 16 y 17: jueves, viernes y sábado SAN SEBASTIÁN MARTIR NTRA. SRA. DE GUADALUPE, Constitución SAN ONOFRE SANTA ROSA DE LIMA, Las Águilas SAGRADO CORAZÓN, Constitución NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, Zapotlanejo SAN JUAN COSALÁ DIVINO SALVADOR, La Sauceda SAGRADO CORAZÓN, Esmeraldas

23, 24 y 25 de abril de 2010

Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000 a 300,000. $ 40.00 ciento Director Responsable Pbro. Adalberto González González Redacción Pbros. Alberto Ávila, Juan Javier Padilla y Paulo Alejandro González Liceo 17, Guadalajara, Jal. Tel.: 3942-4305 Administración Pbro. Rubén Darío Rivera • Alcalde 294, Guadalajara, Jal. Tel.: 3614-2746

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