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semanal 02.junio.08
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La crónica del asesinato más violento en la historia de Colorado
EL HIJO DEL SANTO Dicen que soy un desgraciado, pero no es cierto; soy buena persona
miseria en las ciudades
Ya hay 22 millones de nuevos olvidados. Y se esperan más
Premio Nacional de Periodismo 2006
Del 02 al 08 de junio
Premio Nacional de Reportaje sobre Biodiversidad 2007
Premio Latinoamericano de Periodismo Biodiversidad 2007
[Portada] 24
Director general Ignacio Rodríguez Reyna Subdirector de información Óscar Camacho Guzmán Subdirector de diseño Sergio Fraire Monreal Editor de entrada por salida Fernando Rivera Calderón Editora de en línea y coordinadora de edición Viétnika Batres Reporteros Alejandro Almazán, Dulce Colín, Antimio Cruz, Darío Dávila, Alejandra del Castillo, Pedro Díaz, Eduardo Limón, Tatiana Maillard, Diego Mendiburu, Fátima Monterrosa, Humberto Padgett, Patricia Vega Fotografía Jaime Boites, Eduardo Loza Diseño Roberto Ayala, Norma Garay Digitalización de imágenes Marcos González Colaboradores Sergio Aguayo Quezada, José Manuel Aguilera, Miryam Audiffred, Frik, Luis Fernando, Marisol Gassé, Enrique Hernández Alcázar, Juan Luis Hernández, Pedro Kóminik, Manuel López San Martín, Claudia Macedo, Adrian Mealand, Elmer Mendoza, Guillermo Merelo, Luz Montero, Ana Francis Mor, Carlos Pascual, José Quintero, Jacinto Rodríguez Munguía, Ana Gabriela Rojas, Leobardo Sarabia, Ignacio Solares, Cecilia Sotres, Fernanda Tapia, Raúl Trejo Delarbre, Ana Vázquez Colmenares, Armando Vega-Gil, Heriberto Yépez, Rodolfo Zárate En el extranjero Fabio Castillo, Leila Guerriero, Juan Pablo Meneses, Daniel Riera Diseño página web Desarrolladores Digitales
Consejo editorial Gilberto Aceves Navarro, Nicolás Alvarado, Roger Bartra, Pascal Beltrán del Río, Marcela Briz Garizurieta, Jaime Cárdenas, Daniel Cazés, Julieta Fierro, Mauricio Flores, Edgardo Ganado Kim, Rafael Giménez, Ciro Gómez Leyva, Sergio González Rodríguez, Miguel Ángel Granados Chapa, Juan N. Guerra, Eduardo Huchim, José Agustín, Eugenia León, Ana Magaloni, Jesús Mena, Elmer Mendoza, María de la Luz Mijangos, Humberto Musacchio, Axel, El Nieto de El Santo, Verónica Ortiz, Guillermo Osorno, Octavio Paredes, Juan Francisco Reyes del Campillo, Rius, Juan Soriano† y Rafael Vergara.
miseria en las ciudades
eduardo loza
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Por Humberto Padgett
Asistente de la dirección Diego Poot Ríos Publicidad Tel: 2455 9862 al 71 publicidad@m-x.com.mx Circulación y suscripciones Tel: 2455 9862 / suscripciones@eme-equis.com.mx es una publicación semanal de Medios y Proyectos Ciudadanos, SA de CV, Pestalozzi 1125, colonia Del Valle, CP. 03100. Teléfono 2455 9862. Editor responsable: Ignacio Rodríguez Reyna. Número de certificado de reserva otorgado por el Instituo Nacional de Derechos de Autor: 04-2005-102619271000-102. Número de certificado de Licitud de Título: 13388. Número de certificado de Licitud de Contenido: 10961. Distribuida por la Unión de Voceadores y Expendedores de Periódicos y Revistas. Locales cerrados: CITEM. ISSN: en trámite. Tiraje: 50,000 ejemplares. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de emeequis, sin autorización expresa de los editores. El contenido de los artículos es responsabilidad de sus autores.
02 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
Buzón
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6 7 Por Manuel López San Martín
10 Jam sessions, un espacio abierto a lo inesperado
¿Qué quieres ser hoy?
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Por Alejandra del Castillo
Premio Latinoamericano de Periodismo PNUD-IPS 2007
Líderes
Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2007
Premio Nacional de Periodismo 2007
Premio Nacional de Reportaje sobre Biodiversidad 2007
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Por Raúl Trejo Delarbre
La crisis de los alimentos llegó
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Por Pedro Díaz G.
Jolanta
¿Es este el hombre que cometió el asesinato más violento en Colorado?
42
Por Cornelia Funke
154 puñaladas en el condado de Weld
Por Eduardo R. Huchim
Interpretar la política
Por Quitzé Fernández
Por Guillermo Merelo
El jinete del dragón
pag. 44
pag. 52
El nuevo pacto amoroso
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Por Gilberto Meza
Monopolio de la estupidez
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Enviado por Israel Chávez Reséndiz
A prueba de muerte
Pequeñas certezas, grandes aciertos
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Por Cecilia Sotres
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70
Las chicas Bond
72
Capítulo 25
¿Cómo se tuerce una buena lesbiana? Por Ana Francis Mor
Por Armando Vega-Gil
67
El hijo del Santo
Por Diego Mendiburu
“Dicen que soy un desgraciado, pero soy un buen ser humano” 02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 03
eduardo loza
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buzon@m-x.com.mx
Denuncia crimen ecológico de autoridades que insisten en poner un basurero en la Subida a Chalma
D
esde Cuernavaca se puede llegar al milenario santuario de Chalma, por una subida medio arbolada de dos carriles, que inicia en Ávila Camacho y La Carolina, pasando por La Cañada, La Granja, Ruiz Cortines, Lomas de Atzingo y Lomas de Tetela, hasta entrar a la colonia de Bosque; se sigue el ascenso a Buena Vista del Monte y antes de llegar a este poblado empieza el descenso a Chalma, ya en el municipio de Malinalco, Estado de México. El boscaje de esta zona, por su diversidad de coníferas y otras especies, constituye un pulmón de oxígeno para ambas entidades. Otro componente ambiental de gran importancia se encuentra en el subsuelo de esa área colindante: según datos precisos de la Comisión Nacional del Agua (CNA), “es un sitio único por encontrarse el acuífero que ha dado vida a la capital de Morelos”, cuenta además con varios ojos de agua y manantiales que abastecen del vital líquido a más de 300 mil predios de Cuernavaca, Temixco, Malinalco y pueblos aledaños, tanto morelenses como mexiquenses. Por determinación fácil del presidente municipal de Cuernavaca, se ha decretado rellenar con basura las barrancas de Lomas de Mejía, haciendo caso omiso a que se trata de una “zona hidrográfica sustancial cuya superficie está formada por arenas permeables”; al convertirlo en basurero, los lixiviados, es decir, los líquidos de los desperdicios forzosamente se filtrarán, contaminando irremediablemente el agua de todos los vecinos de esa región. No obstante que la empresa PAC-SA entregó a dicha autoridad un dictamen donde se reconocen los altísimos grados de permeabilidad de los suelos de las barrancas condenadas a ser basureros, en el que se explica nítidamente que los líquidos de los desechos sanitarios alcanzarán una profundidad de 80 metros en un solo mes, y que la Semarnat en su NOM-083-2003 prevé que se debe garantizar para este caso un tiempo de infiltración de 2 mil 500 años, los trabajos continúan, a sabiendas de que están cometiendo un crimen ecológico brutal. En Estados Unidos se identifica que las fugas de lixiviados son inevitables, pero se ha establecido que no deben superar los 200 litros diarios por hectárea. Sobre el nuevo tiradero de Cuernavaca, se calcula que generará 10 mil litros de contaminantes que serán absorbidos por el suelo de las barrancas y en menos de seis meses alcanzarán el acuífero, manantiales y ojos de agua.
04 | EMEEQUIS | 02 de JUNIo de 2008
Las protestas de los vecinos de la Subida a Chalma y de organizaciones como el Grupo Ecologista San Antón (GESA), Patronato para el Rescate de San Antón y las Barrancas de Cuernavaca, AC, y Biosustenta, SC, no han servido de nada ante la prepotencia de las autoridades municipales de Cuernavaca, sostenidas por el silencio del gobierno del estado de Morelos, de la CNA —todos del mismo partido político, Acción Nacional— y el enmudecido gobernador mexiquense —éste, del PRI. En virtud de lo anterior, continúan los atropellos a los vecinos del poniente de Cuernavaca, donde aumenta la frecuencia de congestionamientos viales larguísimos y de más de una hora de duración, debido al incremento del tránsito en calles y avenidas de dos carriles que no tienen capacidad para desahogar una carga vehicular como a la que se está sometiendo irracionalmente ese lado castigado de la capital morelense. Con el objetivo de imponer el nuevo basurero, los árboles de la Subida a Chalma están siendo podados desmedidamente. Se quiere dar la apariencia de que circularán con facilidad diariamente más de 80 camiones recolectores de basura hacia arriba y en descenso con velocidad. ¿Qué les espera a los vecinos, cuando pasen derramando desperdicios o esparciendo suciedades? Serán un peligro constante para los automovilistas, reinará la inseguridad de los niños de los colegios privados y públicos de la zona. Un tiradero de basura trae como consecuencia una contaminación por aromas fétidos en grandes extensiones que perturbará a los residentes, y las sobras de comidas atraen plagas de roedores de gran tamaño y cucarachas, con lo que se depredará la fauna y la salubridad de la región. Atisbar este futuro de los predios colindantes de la Subida a Chalma los coloca en la depreciación económica, puesto que pronto tendrán que convertirla en carretera y esto implicará expropiación de inmuebles a precios de avalúos oficiales. Nadie se hará responsable de esta fechoría ¡cuando la basura nos alcance! Mtro. Enrique Larios Abogado y profesor Facultad de Derecho DE LA UNAM enlarios@hotmail.com
Esta bola de chamacos irrumpió en el Registro Civil para exigir a los funcionarios públicos indagar en sus actas de nacimiento si acaso alguno de ellos sería el fruto de un romance furtivo entre una estrella de la farándula y un político famoso (que funja como ex secretario de Gobernación o, ya de perdis, que sea hijo de un ex Presidente, de esos juniors que nomás salen en las revistas del corazón). 06 | EMEEQUIS | 26 de mayo de 2008
¡Suerte en su búsqueda, pequeños!
Por Manuel López San Martín
“Yo me equivoqué y me vi corriente. No se equivoquen ustedes, no se vean corrientes”
a)
Juan Sandoval Íñiguez, cardenal que en plena homilía dominical aceptó que se equivocó al señalar en días pasados que “no hay rico, rico, rico que sea honesto”.
b)
c)
Gerardo Fernández Noroña, quien públicamente salió a reconocer que se equivocó al proferir ofensivas declaraciones contra varios de sus compañeros de partido.
“Mario Marín es un buen poblano, como yo” Javier Lozano, secretario del Trabajo y Previsión Social, no tuvo problema en compararse con el impresentable número uno de la política nacional: el “góber precioso”. Ya encarrerado, señaló orgulloso que Marín es un político confiable y que siempre lo trató “con afecto”. Todavía remató diciendo que a él también le gusta obsequiar botellas de vino. No, pues… ¡Salud!
Emilio González, el gobernador de Jalisco, no conforme con insultar a sus adversarios ahora se permite dar clases de buenos modales a quienes se manifiestan en su contra.
RESPUESTA: c. La cita pertenece al gobernador jalisciense, popularmente conocido en su tierra como Etilio Pedález. En efecto, ahora pretendió aleccionar a los ciudadanos que, irritados por su manera de gobernar —y no sólo por la vulgaridad con la que se expresa—, se manifestaron para exigir la renuncia de este servidor público que ha regalado millones de pesos del erario a la Iglesia católica.
“Todo mundo hace encuestas (…) nada de raro tiene que el haga lo propio”
1. INEGI
2. IFE
3. Cisen
RESPUESTA: 3. Diódoro Carrasco, diputado de Acción Nacional, no considera una práctica de “espionaje” la contratación de una empresa por parte del Cisen para investigar a legisladores federales. “No le veo nada de extraño”, dijo. Para él fue completamente “normal” que no se informara a sus colegas para qué era la encuesta que se les aplicó ni quién la mandaba a hacer. Ante la ola de violencia y sangre que vive el país, ¿no debería dedicarse el Cisen a labores de seguridad nacional en lugar de entretenerse buscando terroristas en el Congreso?
“Debemos promover la cultura de la legalidad, y ampliar la lucha contra la corrupción y la impunidad” Acá hay de dos: o Juan Camilo Mouriño padece de amnesia o… haga usted la suposición correspondiente. Mire que hablar de legalidad cuando él ha sido involucrado en acciones que, mínimo, lo ubican en graves conflictos de interés. Bueno, pero esto ¡¿a quién le importa?! Calladito o no, igual lo ven bonito las panistas, que ya le formaron un club de fans, le hicieron un blog y le llaman sin pudor alguno “el bombón de Bucareli”. Qué tal. 02 de JUNIO de 2008 | EMEEQUIS | 07
¡Ah, qué tiempos aquellos cuando esta palabra era tan común, que hasta Mauricio Garcés la usaba para ligar! Hoy, con eso de la crisis alimentaria, quedará excluida de nuestro vocabulario. Ni modo. Como cantaba don Chava Flores, a los mexicanos nos quedan
puras habas-habas-habas…Tan-tán
06 | EMEEQUIS | 22 de enero de 2007
sas de e m s a l penden nado s u s e S • el Se n e n s ó i discus á más defensa ución it br • No ha das de la Const de meter r a apasion entos en favo mex e um • Ni arg os privadas a P n más ma
o no
Y
éxic M e d o r o s es que el te
Ya estamos organizando una brigada que irá a Cancún a expropiarlo. Y de paso, a repartir entre todos el departamento de lujo que tiene cerca de la playa, está bien chido… ¡y seremos vecinos del Pentapichichi! (Así sí nos echamos un clavado en aguas profundas).
r…
el ma d o d n o f l e está en
o i c a p s e n u , s o n o d i a s r s e e Jam s to a lo inesp abier
10 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
stillo dr a de l C a Por Alejanstillo @ m-x.com.mx aledelca o Loza s : Eduard FotografĂa
02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 11
A
l cruzar la puerta te quitarás los zapatos y dejarás de ser lo que eres para convertirte en una cuchara. O tal vez elijas ser una aceituna. Un trozo de queso de cabra, si te gusta más. Y al convivir con los otros hallarás que todos, reunidos, dan cuerpo a una enorme... ¡pizza! Pronto descubrirás que no se trata de ser condimento de cocina, sino de abrir tu conciencia a la creatividad desbordada. De escuchar esa voz que te habla desde lo más profundo. De establecer una conexión con los objetos, las personas y hasta con el cosmos, hermano. Conste que no estamos pachecos. Hablamos con la pura verdad: esas son las cosas que pasan en las jam sessions, ejercicios de improvisación donde todo, absolutamente todo, puede suceder. Incluso metamorfosearte en una cucaracha, si eso es lo que exige tu imaginación. David, un joven pedagogo, es el que inicia el jam. Camina hacia el centro y propone: “Hoy me siento como un tenedor… y tú eres como una aceituna y tú como un queso de cabra”, lo dice mientras señala a dos de los chavos que, sentados en el piso, forman un amplio círculo. Del otro extremo del salón Esther, una actriz italiana, sale girando y se incorpora a la acción: “A veces amanezco como una cuchara, pero hoy me siento como un cuchillo”. Es obvio que no hay un guión, acaso un guía que establece ciertas reglas para la improvisación que ocurre en este grupo de conocidos y desconocidos cuyas intenciones van de jugar y curiosear, a actuar y escuchar. Porque en algún momento todos escuchan y se hacen escuchar, acomodados en el piso cubierto de un plástico acolchonado, esponjado pero firme, de uno de los salones de Arte en V, una casona de la colonia Hipódromo Condesa acondicionada para actividades culturales. Los asistentes al jam vestimos ropa deportiva, hemos dejado los zapatos a la entrada y charlamos con el de junto cuando, a la hora indicada, Antonio Quiles em12 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
pieza a explicar la dinámica de las tres o cuatro sesiones de improvisación que hará este grupo integrado por 15 personas. Cada uno de los participantes se presenta y habla un poco de sí mismo y sus expectativas para los próximos minutos. Hay bailarines, actores, artistas plásticos, diseñadores, pedagogos, ingenieros y abogados. Y eso es lo primero que se aprende: en los jams hay espacio para todos. Luego Antonio nos sugiere hacer un breve estiramiento y elegir un lugar para recostarse. Vamos a hacer body mind, lo que significa “poner en contacto cuerpo y mente” a partir de un ejercicio de relajación. Así que, flojitos y cooperando. Pese al marcado acento, la voz del guía nos envuelve con sutileza y energía a la vez. Pide que pensemos en el viento y nos dejemos mover por éste. Evidentemente, el viento es diferente para cada quien: apenas roza a algunos, pero a otros los sacude con furia, se adueña de ellos cual ventarrón de marzo. Cada uno se expresa como se le ocurre. Minutos después Antonio vuelve a tomar el control. Da la instrucción de que nos sentemos formando
un círculo para hablar de las reglas del jam: delimita el espacio de acción y anuncia que siete personas tendrán que pasar al centro durante la improvisación; aclara que la música es responsabilidad de todos, así que cualquiera puede poner a funcionar el iPod de uso común, o compartir el propio; indica cuándo y cómo recurrir a la palabra stop: en caso de que un participante considere que el ejercicio ha comenzado a divagar o a dispersarse, puede llamar a hacer un alto en la sesión. Por último, Antonio se pone serio y hace énfasis en lo que considera más importante: primero, saberse escuchar uno mismo y saber escuchar al otro para poder conectar; segundo, proponer o involucrarse en las propuestas de los demás. Dicho lo anterior, todos toman su lugar fuera del centro en espera de que alguien se arme de valor e inicie el jam. De cómo el español Antonio Quiles acabó coordinando jam sessions en la ciudad de México, da cuenta la casualidad más que el mismo artista. Digan ustedes si no: llegó al Distrito Federal porque, para hacer sus prácticas profesionales, tuvo que elegir entre bailar en una compañía, dar clases o formarse en otro país. Se dio cuenta de que no quería estar más en Europa y su destino lo trajo a otro continente. Y aquí está desde hace un año ocho meses. Antonio nació en el pueblo de Tarifa, España, en 1974. Se licenció en bellas artes en la Universidad de Castilla-La Mancha, donde hizo una especialidad en arte contemporáneo. En el último año de su carrera recibió la beca Erasmus y viajó a Nottingham, Inglaterra, a concluir sus estudios. Fue alumno del Centro Andaluz de Teatro (CAT) y el Centro Andaluz de Danza (CAD). Tomó cursos y talleres en Barcelona, Madrid y San Sebastián. Participó un año como alumno invitado de la HKU, o sea la Escuela de Teatro Físico de Utrecht, en Holanda, y realizó una especialidad en coreografía en la Dansacademie Arnhem, también en los Países Bajos, con una beca de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura de España. Una de sus mejores experiencias fue haber sido discípulo de Adam Benjamin, creador de la “danza de integración”, un trabajo con bailarines discapacitados único en el mundo. O sea, no es un improvisado. David es el pionero de la tarde. Él inicia el jam: “Hoy me siento como un tenedor… y tú eres como una aceituna y tú como un queso de cabra”, lo dice desde el centro del círculo, invitando a dos de los presentes a seguirle la corriente. Esther lo hace, girando se mete al juego: “A veces amanezco como una cuchara, pero hoy me siento como
un cuchillo”. Es así como la mayoría va improvisando. Pero mientras dos o tres de los que quedan sentados deciden que falta un toque de sazón y se convierten en granos de pimienta negra rodantes, los últimos optan por quedarse en su lugar y seguir con atención el imprevisible espectáculo que se desarrolla frente a ellos. Aquella tarde una incipiente ensalada humana transmuta en pizza gigante entre danza, texto, actuación y hasta música en vivo, porque aparece una guitarra y unos dedos que la siguen para tocarla. Pronto del piso emerge un piano —éste sí imaginario— y de ahí también sale música. El baile se convierte en juego y cercanía, unos hacen las voces y otros simplemente emiten sonidos con la boca, el aire, las manos. Finaliza el primer jam. Antonio cita nuevamente al círculo y comienza la retroalimentación. Los improvisadores cuentan su experiencia, desde los que más animados hasta los que decidieron únicamente mirar. El guía concluye que el punto fuerte de esta sesión fue el texto. Para el segundo encuentro asigna tareas específicas a algunos de los participantes. “En mis piezas siempre abarco artes plásticas, teatro y danza. Son una mezcla de disciplinas, no soy técnico en nada y me acerco con todo el background cultural que tienen”, comenta Antonio antes de pasar a desmenuzar lo que son las jam sessions, cuyo origen se remonta a fines de los sesenta. “Digamos que son sesiones de improvisación donde se reúnen una serie de personas que vienen de distintas disciplinas y se conectan. Te conectas primero contigo, te conectas con el entorno, te conectas con el que tienes a un lado y entonces puedes generar y componer con todo lo que tiene el arte”. La creatividad es la base para el desarrollo del jam, “es abrir canales de escucha, primero contigo mismo para que sea honesto”, dice Antonio. Le llama la atención que todavía haya en México una narrativa muy explicativa, “al igual que en Andalucía”, y esto le produce un sentimiento de aburrimiento, confiesa, porque las técnicas van repitiéndose en el arte y lo alejan de la autenticidad y de la posibilidad de generar conexiones. “A veces confundimos la forma con el contenido. En esta sociedad donde no quieren que seamos críticos, la forma es lo importante: tú sé bonito y calladito, entonces tú eres bonito y calladito y levantas la pierna porque para eso te pagan... Pero yo soy creador, me tengo que conectar con la sociedad porque hablo de lo que está pasando ahora, no estoy hablando de un mundo de fantasía”. De nuevo, cada quien toma su lugar en espera de que alguien lance la primera piedra. 02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 13
“¿Te gustan las manos?”, desliza un participante. “Cuando se mueven o cuando las aprietas son bonitas porque se pueden estrechar”, aventura otro. Otra parte del salón, entre tanto, ya se ha transformado en una calle donde un cantante sentado en la banqueta interpreta viejas canciones acompañado de una guitarra y el irregular coro de los que conocen las letras y tararean. Se ve pasar un perro que se rasca la oreja intensamente pero sin abandonar la curiosidad por el cantante y su instrumento de cuerdas. Luego aparecen más perros y algunos amables transeúntes que se detienen a acariciarlos. Termina la segunda sesión, se llama a todos para generar el diálogo. Unos están muy emocionados y otros muy agradecidos. Cuando Antonio toma la palabra se refiere al caos y el orden que se da en cada encuentro. La retroalimentación es aprovechada para plantear retos, preguntar sobre la creatividad —propia y ajena—, hablar de las propuestas y de las respuestas que despiertan… o no. Ser crítico y ser creativo es parte del entrenamiento personal de Antonio, que incluye leer, escribir, ver cine, teatro, danza, exposiciones. “Una educación represiva hace que no seas crítico. Tienes que ser crítico para ser creativo. La creatividad viene de una mirada diferente, si tu mirada es la que te han enseñado a tener desde generaciones atrás y jamás te has cuestionado nada, pues no vas más que a repetir; pero cuando una mirada personal y crítica es parte de la educación, aprendes y enseñas desde chavito a interactuar con las cosas y a buscar tu propio punto de vista”. El español reitera que una característica fundamental del jam es la capacidad de escuchar. “Para mí la improvisación es un estar aquí y ahora y si tú no te estás escuchando al otro, no va a surgir nada verdadero”. Y si escuchas, puedes incluir al otro. La mecánica del jam es justamente la de la inclusión. “Yo he hecho integrating dance con su inventor, Adam Benjamin, y he bailado con un hombre, ya no digas en silla de ruedas, sino tumbado en una cama donde se movía con la barbilla y miraba a través de un espejo”. Tras esta experiencia, Antonio determinó ser muy inclusivo en sus clases porque sabe de lo que son capaces dos personas conectadas, más allá de sus capacidades físicas o intelectuales. “Bailar significa romper todos los esquemas para intentarlo y obtener como resultado una composición con ritmo, aprovechando y disfrutando el espacio, pero sobre todo el querer estar ahí con dos cuerpos, con dos energías y con nuestras limitantes”, dice conmovido. En los jams a Antonio le ha tocado ver “gente que ha conocido la esencia del otro bailando, gente que ha llorado porque estaba necesitando mucha terapia […] 14 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
ha habido momentos mágicos de cinco personas en una unión y una armonía increíbles sin haberla entrenado, porque a través de esa escucha hay cinco personas muy unidas que actúan al unísono”. Al oír esto último, comprendemos al fin que el jam es eso: la utilización del arte para facilitar la expresión, el aprendizaje y/o la terapia. Y si algo más debemos saber del jam, es que cada sesión es irrepetible. En la antigua casona de la Hipódromo Condesa la tercera y la cuarta sesiones de jam acaban.
¿Quieres experimentar una sesión de jam? Empieza por visitar www.artenve.com Y si te intriga cómo es el integrating dance, ve el video en www.eme-equis.com.mx
La tarde se vuelve noche. Y llega la despedida. Los participantes en el jam regresan a sus zapatos. No deja de llamar la atención qué tan cargados de energía y emociones dicen estar. Los improvisados improvisadores festejan que su creatividad haya salido disparada con toda libertad y hacia todas direcciones. ¿Será? Si el jam logró satisfacer su búsqueda, sólo ellos lo saben. En todo caso, se llevan una nueva valoración de lo espontáneo. Y, claro, la sorpresa de haber sido, por instantes, un perro, un cantante callejero, una rebanada salami, una aceituna, una pimenta gorda, un pedazo de queso de cabra. ¶ 02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 15
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â&#x20AC;&#x153;Voy a ser gobernador o A lo mejor los Arellano FĂŠlix se colaron a mis fiestas o tigre cuesta 100 mil dĂłlares, Si un lo compro o Siempre que hay un asesinato me lo cuelgan o Mi fortuna es de mĂĄs de 500 millones de dĂłlares o He comido oso, jirafa, leopardos y perros o Bebo tequila con vĂbora de cascabel o Tengo 500 botas y 350 relojesâ&#x20AC;?
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En Pemex, el sindicato detenta contratos ultra millonarios, trafica porcon Marisol lasGasé| plazasteatrical@eme-equis.com.mx y se da el lujo de transgredir la legislación electoral sin
padecer consecuencia alguna (como sucedió en 2000). Allí está el obstáculo central para cualquier reforma de la industria petrolera.
Líderes Por Raúl Trejo Delarbre
A
lguna vez los sindicatos nacionales fueron los espacios más sólidos, maduros y participativos de ese segmento privilegiado de la sociedad mexicana al que grandilocuentemente denominábamos movimiento obrero organizado. Cuando los más importantes de ellos nacieron, entre los años treinta y cuarenta del siglo XX, eran columnas vertebrales de algunas de las empresas nacionalizadas más importantes. El petrolero, el minero metalúrgico y el ferrocarrilero constituían los sindicatos de mayor relevancia política y económica. No en balde, en parte debido a los codiciables recursos que desde entonces manejaban y también al interés del gobierno para controlarlos, allí surgieron los primeros líderes charros. En empresas privadas que luego serían nacionalizadas (las telefónicas y las de energía eléctrica) hacia los años cincuenta surgían o se consolidaban sindicatos de industria que dos décadas más tarde habrían de ser los más avanzados en el plano ideológico. Esos sindicatos eran tan fuertes que las cúpulas gremiales más tradicionales, encabezadas por el desfachatado Fidel Velázquez, guardaban prudente distancia política respecto de ellos. Aunque algunos, como el petrolero, formaban parte de la CTM, esos sindicatos y sus dirigentes tenían juego propio dentro del partido oficial. Más tarde, precisamente, renunciar a la CTM se volvió señal de emancipación política. Eso fue lo primero que hizo el Sindicato de Telefonistas cuando, en abril de 1976, se sacudió la dirigencia que lo había manejado durante años. En aquellas épocas la figura del sindicato nacional, con secciones en todo el país que agrupaban a los trabajadores de una misma rama industrial, pudo ser considerada más moderna que los abundantes, dispersos y por lo general más fácilmente manipulables sindicatos de empresa. Esos sindicatos, de tamaño mediano o pequeños, constituían la membresía fundamental de centrales como la CTM. A causa de la heterogeneidad con que se desarrollaron los sindicatos en este país, han coexistido dos entramados organizativos. Por un lado están los sindicatos de empresa, muchos de los cuales son indecorosos fantasmas que nada más sirven para vender contratos de protección. Algunos más se encuentran dominados por líderes espurios y unos cuantos, poquísimos, se mantienen independientes frente al sindicalismo tradicional.
En el otro esquema organizativo están los sindicatos nacionales, con cobertura en toda una industria. Gracias a que ejercen la representación de decenas de miles de trabajadores, sus líderes mantienen una significativa pero a menudo perversa influencia en sus respectivas ramas de actividad. Los agremiados de los sindicatos nacionales de industria suelen tener mayor escolaridad y mejores ingresos que el promedio de los trabajadores mexicanos. Son la élite de la clase obrera mexicana –si es que eso existe–. Y sus líderes son el más persistente resabio de un sindicalismo enmohecido, oneroso, caduco y desprestigiado. Así en Petróleos Mexicanos el sindicato, que detenta contratos ultra millonarios, trafica con las plazas y se da el lujo de transgredir la legislación electoral sin padecer consecuencia alguna (como sucedió cuando, en 2000, sus dirigentes le entregaron subrepticiamente al PRI 500 millones de pesos). Allí está el obstáculo central para cualquier reforma de la industria petrolera. En la rama minero metalúrgica donde en 2001, antes de morir, el viejo líder Napoleón Gómez Sada le heredó la dirección sindical a su hijo, se mantiene una tajante disputa entre el sindicato y la principal de las empresas de ese ramo en el país. Las autoridades del trabajo, tanto en el anterior como el actual sexenio, han mantenido acosado al sindicato minero en donde, sin embargo, los trabajadores insisten en respaldar a Napoleón Gómez Urrutia. Ese dirigente, a su vez indefendible tanto por su trayectoria refractaria a la democracia como por el manejo discrecional que hace de los recursos sindicales, se mantiene fuera del país. En la educación básica la dirigencia nacional del SNTE, encabezada por Elba Esther Gordillo, conserva el control de más de un millón de maestros con la utilización de recursos clientelares que forman parte de los más graves rezagos de la enseñanza en nuestro país. En la telefonía, el sindicato encabezado por Francisco Hernández Juárez se ha interesado más en defender a la empresa de Carlos Slim que en la calidad y la competencia en las telecomunicaciones. Hace 32 años Hernández Juárez era abanderado del sindicalismo democrático e independiente. Era. Desde entonces ha sido secretario general del STRM. Dice que se va a retirar. Ya mero. En tres décadas los telefonistas no han sido capaces de tener otro dirigente. ¶ 02de dejunio juniode de2008 2008||EMEEQUIS EMEEQUIS||17 17 02
De pronto, abrimos los periódicos y vemos la imagen de niños haitianos comiendo galletas de lodo. Sí, tierra, sal y mantequilla. Y no juegan: se alimentan. Nos bombardean las frases: “Alza mundial de alimentos; en México durante cinco años no produciremos los básicos suficientes”, “36 meses más con crisis de alimento”, “Perjudicará a la clase media la crisis”, “PRI y PRD critican programa alimentario del gobierno”. Y aunque se suceden las palabras −inflación, carestía, rescate agroalimentario− una imagen persiste: galletas de lodo para atenuar el hambre. Por Pedro Díaz G. pedrodiazg@m-x.com.mx
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urante varias semanas el gobierno federal eludió hablar de la crisis alimentaria en el mundo, e incluso el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas, la minimizó. Pero pronto fue corregido por el presidente Felipe Calderón: el domingo 19 de mayo definió la seguridad alimentaria del país como un asunto de Estado y puso en marcha 19 acciones para hacer frente al alza internacional de los precios de los alimentos y su impacto en México. El programa llamado Acciones de Apoyo a la Economía Familiar incluye tres medidas: 1. Eliminar los impuestos a la importación de trigo, arroz, maíz blanco y amarillo, sorgo y pasta de soya; además de autorizar una cuota de importación de frijol libre de arancel. Reducir a la mitad el impuesto de importación de leche en polvo, y “a fin de apoyar a los productores de ganado, leche, pollo y huevo se eliminarán los aranceles de importación con el objetivo de mejorar su precio y suministro”. 2. Impulsar la producción de alimentos y aumentar la productividad del campo mexicano, con la eliminación del impuesto a la importación de fertilizantes y de los insumos químicos usados en la producción de fertilizantes en el país; dar créditos preferenciales para más de 500 mil pequeños agricultores. 3. Para “proteger el ingreso y la calidad de vida de las familias más pobres de México”, Diconsa comercializará alimentos a precios accesibles, aparte de la entrega de un apoyo económico adicional de 120 pesos mensuales a los cinco millones de beneficiarios del programa Oportunidades.
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El plan anunciado por el gobierno federal recibió apoyos entre sectores empresariales y políticos, pero también sumó críticas. Víctor Suárez es el presidente de la Asociación Nacional de Empresas Productoras del Campo, una organización que agrupa a 120 mil pequeños productores de 200 organizaciones que se dedican a la producción y el comercio de granos. Ellos representan de 8 a 10 por ciento de todos los productores de cereales. Del plan alimentario dado a conocer por el gobierno federal, Víctor Suárez opina: –Reproduce las causas que han llevado al país a una de las mayores catástrofes alimentarias en 50 años. El presidente Felipe Calderón no enfoca el problema central, que es que México se volvió dependiente de las importaciones alimentarias y desmanteló su producción interna, dejando la seguridad alimentaria sujeta al exterior y en manos de las grandes empresas que dominan el mercado alimentario internacional. –¿Las medidas resolverán la crisis? –No resuelven las causas de fondo, como la reactivación agrícola interna. Y lo que es peor: no van a tener ningún efecto ni van a frenar el alza de los alimentos. Va a seguir el aumento en los precios de la ca-
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nasta básica, lastimando aún más a la economía de las familias de más bajos ingresos.
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Los números no mienten. Los precios de los alimentos han aumentado en forma consistente. Son cifras oficiales. Miden el alza de precios sólo de enero de este 2008 a la fecha. Datos de la Procuraduría Federal del Consumidor: Azúcar, de 9 a 11 pesos: (12 %) Frijol, de 10 a 16 pesos: (16 %) Leche, de 10 a 13 pesos: (13 %) Tortilla, de 6 a 8.50 pesos: (14 %) Aceite, de 17 a 34 pesos: (100 %) Pollo /pechuga, de 37 a 43 pesos: (16 %) Carne de puerco, de 36 a 48 pesos: (33 %) Huevo, de 13 a 16 pesos: (13 %) Pan dulce, de 3.50 a 4.50 pesos: (23 %) Bolillo, de 1.20 a 1.50 pesos: (20 %) Arroz, de 8.90 a 11.90 pesos: (20 %) Queso oaxaca, de 54 a 70 pesos: (23 %) Pasta para sopa, de 3.50 a 5 pesos: (30 %)
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Felipe Torres Torres es doctor en economía por la UNAM, integrante del Sistema Nacional de Investigadores y autor de un libro que aborda exactamente el problema que el país vive: Seguridad alimentaria, seguridad nacional. –¿Está México preparado para lo que viene? –No, no está preparado porque no hay planeación agrícola y primero hay que garantizar la seguridad alimentaria. Podría haber estado preparado porque se tienen ingresos adicionales por las remesas y la vía petrolera, pero son coyunturales: ni los precios del petróleo van a subir al infinito, ni lo hará el envío de remesas. Y tampoco las ayudas gubernamentales permanecerán. Los ingresos se acabarían en nueve meses. ¿Y después, qué? El problema también es que se han abandonado prácticas como la agricultura temporalera, que servía para el autoconsumo. Hubo un momento en que casi 50 por ciento de los productores rurales, de los campesinos, podían resolver mediante este autoconsumo sus demandas familiares. Eso se ha perdido: ya no hay producción rural de autoconsumo y la gente del campo también tiene que comprar sus propios alimentos. No estamos preparados para una catástrofe alimentaria.
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El sistema agroalimentario que se impuso en México en los últimos 25 años, acusa Víctor Suárez, se hizo para favorecer los intereses de las grandes empresas agroalimentarias. “Ellas son las ganadoras de la crisis: México ahora importa más de 62 por ciento de sus alimentos a precios nunca antes visto en el mercado internacional”. –¿Quién gana con la crisis alimentaria? Cuando hablamos de estos consorcios, ¿de quiénes estamos hablando?
Responde Víctor Suárez minutos antes de partir a una rueda de prensa. Le han hablado de California; en las últimas horas asistió a un programa de radio. Dice: –De Cargill y de ADM (Archer Daniels Midland), trasnacionales que controlan una buena parte de la comercialización, procesamiento y distribución de granos y oleaginosas en México; esas empresas, sobre todo Cargill, sustituyeron el monopolio público conformado por Conasupo por un monopolio privado que solamente busca ampliar más sus ganancias a costa de especular con los precios al productor y al consumidor, y recibir cantidades gigantescas de subsidios públicos canalizados por la Secretaría de Agricultura a través del programa Aserca (Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria). –¿Cuáles son las empresas acaparadoras a nivel nacional? –Las grandes empresas que están acaparando y especulando son Maseca, Bimbo, Bachoco, Lala, Sigma, Pepsico, que controla a Gamesa y a los principales molinos de trigo en el país, fundamentalmente. Son grupos que controlan los diversos eslabones de la cadena alimentaria y establecen precios de monopolio. Obtienen grandes ganancias. Esto queda de manifiesto en el hecho de que en 18 meses de crisis alimentaria, estas empresas han reportado en la Bolsa Mexicana de Valores un crecimiento de sus utilidades que va de 25 a 100 por ciento.
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–El plan del gobierno federal ¿es una buena salida para sortear la crisis? La pregunta es para Laura Velásquez, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno del Distrito Federal. –Evidentemente no. ¿Cómo creerle estas nuevas medidas, que por supuesto pueden ser cuestionadas con fundamentos, si el programa que dio a conocer en enero para enfrentar la recesión económica de Estados Unidos, no funcionó? Mencionó que una de las industrias a la que se le iba a dar mayor apoyo iba a ser la construcción, y ésta presentó un decremento de 6 por ciento. ¿Cómo creerle? –Propuesta federal: la eliminación de aranceles a la importación de trigo, arroz, de maíz blanco y de maíz amarillo. –Con estas medidas se subsidiará a los importadores y a las grandes cadenas comerciales, como Walmart; son las que van a terminar haciendo su “agosto” porque tienen condiciones muy favorables para importar y los precios locales no están controlados. Además, no existen medidas para garantizar que se importe buen maíz o buenos granos. Y una vez más estarían beneficiando a las grandes comercializadoras. Hay crisis en la producción de alimentos, dice Laura Velásquez, pero también voracidad de las firmas que acaparan las cosechas.
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“Ahora tienen en bodegas 60 por ciento de la producción de maíz, aproximadamente 5 millones de toneladas, sólo de la producción de Sinaloa. Y lo acaparan tres empresas: la transnacional Cargill, que es de las más conocidas, se llevó 27 por ciento; otra, Compañía Nacional Almacenadora, adquirió 26 por ciento, y la Unión Ganadera Regional de Sonora obtuvo 11 por ciento de todo el maíz que se produjo en nuestro país. –¿Cuáles son las consecuencias de esta especulación? –Los apoyos del gobierno federal se están yendo a estas tres empresas. Hablamos de dinero, de apoyos federales que debieran distribuirse de manera equitativa y justa, principalmente a nuestros menores productores, los campesinos, para quienes no hay subsidios. Los subsidios se los llevan los grandes acaparadores. Se les subsidia por tonelada que adquieren. Entre más acaparen, más dinero público les dan.
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Docente del posgrado en economía de la UNAM, Felipe Torres Torres explica el papel de las grandes empresas del ramo en situaciones como la actual: “Las empresas como Cargill, Continental o ADM, funcionan como brokers, que colocan los precios de los granos en las bolsas de valores del mundo y cuyas compras y ventas son a futuro. Y no son sino eslabones en un mercado especulativo, pero gracias a que no existen ni los mecanismos ni las herramientas para acabar con las especulaciones. Felipe Calderón habla de poner un alto a especuladores, pero eso en la práctica es imposible: en un mercado libre no es posible poner trabas a la cantidad de granos o alimentos que deseen comprar. –¿Qué tanto depende México de las importaciones de alimentos? –Como México, hay otros 50 países dependientes de los precios en el mercado internacional. Nosotros compramos 40 por ciento de nuestros alimentos del exterior. Y los precios se cotizan de acuerdo con la demanda, y la voracidad de las grandes empresas no se puede regular. Los precios viven en una fluctuación permanente presionados por la oferta y la demanda.
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El gobierno federal está poniendo en riesgo la estabilidad social del país. Eso cree el presidente de la ANEC, Víctor Suárez: –La gente está enojada, está desesperada. Al problema general de desempleo y de falta de perspectivas, se suma este incremento que lastima a las familias que utilizan una buena parte de su ingreso para la compra de alimentos. Y los alimentos se han incrementado en los últimos 18 meses 70 por ciento, lo que quiere decir que la afectación ha sido muy severa. –Abrir las fronteras, ¿beneficia? ¿A quién? –Abrir más el mercado a las importaciones sólo beneficia a las grandes empresas comercializadoras, procesadoras y distribuidoras, como las tiendas de autoservicio. Y perjudica a los productores, porque la intención es bajar los precios de los productores, como si los productores tuvieran la culpa de los precios altos. Buscan 22 | EMEEQUIS | 02 junio de 2008
darle poder a las empresas con importaciones para no comprar a un precio justo a los productores nacionales. Pero este aumento lo pagan los consumidores, a quienes les venden a un precio alto con el argumento de que los precios internacionales son también altos. Y lo peor: El consumidor no tiene alternativas para comprar esos alimentos, puesto que se ha monopolizado la cadena agroalimentaria en todas sus fases. El plan alimentario de Felipe Calderón está hecho a la medida de los intereses de la industria agroalimentaria en México y a fin de cuentas no va a tener efecto para bajar los precios.
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Enfática, comenta Laura Velásquez: –El anuncio de un subsidio a las familias de 120 pesos adicionales no ayuda; son unos pesitos más para cubrir un kilo de tortilla, mientras la canasta básica sigue subiendo, y los productos más importantes también. Hay algunos, incluso, que se han elevado más de 100 por ciento en lo que va de este gobierno, de abril de 2006 a mayo 2008. Por ejemplo: el arroz ha subido 113 por ciento; el aceite, 107 por ciento; el azúcar, 112 por ciento, y el huevo, 111 por ciento. Todas las propuestas que se presentaron se hacen pensando en beneficiar siempre a los más ricos. Sigues beneficiando a los de afuera: aquí los campesinos forzosamente necesitan alimentos y fertilizantes y se los van a vender más caros cada día.
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Ilustra Felipe Torres Torres, autor de textos como Metodología para evaluar la seguridad alimentaria en México, acerca de las regiones que viven en eterna crisis alimentaria. –Hay alrededor de 200 municipios en México que tienen problemas críticos de escasez de alimentos, pero ese número de poblaciones crece y decrece. Pueden ser 250, luego bajan o suben, y eso tiene que ver con localización de la producción. Es vulnerable tanto la región como la población, que está estimada en alrededor de 20 millones de personas, y que viven en situación de escasez permanente, que de repente mejora por alguna razón particular, pero las más de las veces empeora. Tenemos un problema de deterioro nutricional muy fuerte en varios estados del país, pero sobre todo en Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Campeche, una parte importante de Veracruz, Hidalgo, zonas de Puebla, parte de Nayarit y también de Chihuahua. Son lugares de difícil acceso, con población indígena y que no disponen de espacios de cultivos. –¿Cómo resuelven ahí su problema de alimentación? –No lo están resolviendo. Es un problema permanente. Son las regiones en donde solamente se sobrevive: ahí se presentan los peores niveles de calorías. Esta población vive con alrededor de la mitad de requerimientos que recomienda la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) en cuanto a calorías, y con la mitad, o menos, del consumo ideal de proteínas. ¶
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Doña Luz María, en su casa de la Sierra de Guadalupe, | 02 de junio de 2008 24 | del EMEEQUIS a la orilla DF
los olvidados del 2008
miseria en las ciudades Por Humberto Padgett padgett@m-x.com.mx
FotografĂas: Eduardo Loza
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Los olvidados del 2008 no son muy diferentes de aquellos que el cineasta español Luis Buñuel retrató en la película que filmó hace 58 años y provocó el enojo oficial. Hoy, como entonces, abunda en México una masa enorme de olvidados, de mexicanos que viven en la miseria de todo tipo. Sin agua entubada ni drenaje, hacinados en casas de cartón de nueve metros cuadrados en las que la violencia galopa detrás de la puerta. Con niños cuya adolescencia presagia el inicio en el consumo de las drogas y embarazos no deseados. Podría pensarse que el tiempo se estancó y la miseria quedó intacta. No. La única y significativa diferencia es que hoy son más los pobres en las ciudades y el pronóstico es que esa población no dejará de crecer. De casi nada han servido los múltiples programas oficiales que buscan atenuar la pobreza. De nada. La pobreza y la brutal desigualdad en la distribución de la riqueza no han variado. Veintidós millones de miserables urbanos se multiplican a tal ritmo que en las siguientes dos décadas serán más que los pobres del campo y, a diferencia de éstos, más vulnerables a la falta de alimentos, a la carencia de empleo, de infraestructura. Como en 1950, las ciudades albergan a millones de olvidados. Estas son algunas de las estampas de los del México de 2008.
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La Muela y sus “Jaibos”
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de ser de concreto y se convierte en lámina y cartón. Se miraron de frente después de 11 años. Comenzaban a olvidarse las caras. Se odiaron, pero entendieron que no había otra alternativa más que estar juntos y El pollo se convirtió en un habitante más de La Muela.
Siempre hay un pasado que presumir. Y ese pasado, para José Luis, eran los buenos años en que, proveniente de Hidalgo, se hizo padrote en el centro de la ciudad de México. Cada vez que contaba su historia sumaba o restaba alguna mujer bajo su orden y cuidado. Si algo daba certeza a sus relatos es que siempre aparecía la misma prostituta: la madre de sus hijos Wenceslao y Arturo. Vivieron juntos algunos años, los suficientes para que El pollo recordara el abandono de su madre y luego la desaparición de su padre. A los nueve años se convirtió en niño de la calle, habitante permanente del Metro Hidalgo y la Plaza Francisco Zarco. Estuvo preso en un consejo tutelar para menores por drogadicción, él dice que por menos de una hora, porque apenas entró al encierro se produjo un temblor y los custodios sacaron a quienes les parecieron menos peligrosos a la calle. Una mañana descubrió que su boca tenía enormes llagas blancas por completo. Lo asaltó la diarrea. Buscó ayuda médica y debió recordar una tarde en que quedó inconsciente de tanto alcohol y crack, tanto que al día siguiente, junto a un arbusto de la Alameda, se descubrió desnudo y adolorido. Entonces caminó al norte de la ciudad en búsqueda de El cabezas, su padre. Lo encontró en un campamento del Frente Popular Francisco Villa. Cruzó la entrada y atravesó una de esas puertas dimensionales que la ciudad tiene y en que todo deja
José Luis El cabezas tiene alrededor de 67 años. Si está muy sucio, se ve más viejo. Llegó a La Muela en 1997. Vivía junto al Río de los Remedios, en Tlalnepantla. Alguien intercedió por él y le dieron acomodo. Llegó solo. Luego llevó a vivir a un pepenador con él y finalmente a El pollo. El viejo todavía es cargador. Cuando deja la borrachera de dos o tres semanas se baña y afeita y sale de su módulo a las cuatro de la mañana. Camina a la colonia Progreso para estar a las seis de la mañana y durante todo el día levanta bultos de verduras en la espalda. Durante 10 años de aportaciones, ahorró 3 mil pesos a la caja del Frente Popular con la esperanza de tener su “casa propia”. Pero ahora ya ni eso. El año pasado El pollo fue dar a la prisión de Santa Martha Acatitla por intento de violación. Salió libre, dicen, porque la ofendida no ratificó la demanda. Además, El cabezas usó los 3 mil pesos ahorrados para pagar la fianza. Se quedó sin “fortuna” También se dice que el sistema penitenciario se apiadó de él porque tiene sida. El chisme corrió por el caserío. Los vecinos se manifestaron porque El pollo no usara más alguno de los 15 excusados existentes en La Muela y los obligaron a cavar, dentro de su módulo de 18 metros cuadrados, la única letrina del campamento. Se baña en una tina. Desde entonces, El pollo siempre trae la mona atrapada entre los labios. Lo han llevado con grupos AA, lo han arrastrado a retiros cristianos. Pero no hay poder en la tierra ni en el cielo que lo haga despegar la boca del tramo remojado en thinner. Los vecinos están cansados. El pollo no acude por medicamentos antirretrovirales o no tiene para comprarlos. Quizá esté enfermo desde hace algunos años. Tiene, sí, un hermano varios años mayor, Wenceslao, que lo golpeaba con la idea de hacerlo cambiar. Así le dañó de por vida un pulmón. Se porta mal. Rompe botellas, lanza objetos a los autos. Insulta a los vecinos. Amenaza a la gente. Casi siempre está golpeado. Nunca está aseado. Siempre está deprimido. Don José Luis se ha vuelto más bebedor y cada vez es más agresivo. Los líderes condicionaron su estancia y la de su hijo a que acudiera a terapia
rturo caminó arrastrando el hombro sobre la barda. Le parecía eterna. Sentía las punzadas en el estómago y luego el vapor del thinner subiendo por el esófago. Venía de la colonia Jorge Negrete, al norte de la ciudad de México, y buscaba a José Luis Martínez, su padre para más referencia. “¿Quién?”, le preguntaron. El cabezas, contestó en el esfuerzo supremo de articular cuatro vocales de un sólo tirón. “Soy su hijo”. Alguien lo reconoció en la calle Hermanos Atayde o en la Germán Valdés. “¡Eres El pollo!”, le dijo con el tono de quien ve un aparecido. Arturo asintió. El nombre de pila era una mera formalidad. Siempre ha sido El pollo. Pero igual podría ser El jaibo retratado por Luis Buñuel en 1950. Ese conocido lo encaminó a la contigua colonia El Arbolito. El acompañante se detuvo junto a la barda blanca y apuntó hacia delante: “Ahí, donde dice Frente Popular Francisco Villa”. El muchacho arrastró sus 20 años y sus miles de latas de Resistol 5000 y repitió la pregunta: “¿Mi papá… El cabezas?”.
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de grupo. Ninguno lo hace. Cada uno por su lado amanece más chupado. No aportan dinero a la caja de ahorro y su techo de lámina es un lugar privilegiado. De ser ciertas las promesas del Instituto de Vivienda del Distrito Federal, el próximo año se derruirán los módulos de lámina y se levantará un multifamiliar de concreto. El cabezas y El pollo no llegarán a esa tierra prometida. El liderazgo del Frente Popular Francisco Villa ha tomado una decisión: los dos deben irse de La Muela y volverán a ser habitantes de la calle.
para adquirir lo más elemental. Algunos empiezan con las drogas desde los nueve o diez años. Muchos para entonces ya tienen tiempo trabajando. Se van a limpiar parabrisas a Ticomán, se emplean como ayudantes en vulcanizadoras o acomodan carros. “El futuro ideal sería que tuvieran una vivienda digna, pero no se tienen los medios en este país. Luchamos por proyectos de interés social. Aquí no llegan los programas federales. Intentamos gestionarlos, pero nos explicaron que sólo eran para los estados, no para el DF”.
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En México hay 44 millones de habitantes que, de acuerdo con datos oficiales, viven en algún grado de pobreza. La mitad habita en las ciudades del país. Pero la lesión alcanza más profundidad cuando se trata de pobres urbanos quienes, a diferencia de los pobres del campo, no tienen opciones para el autoconsumo, resienten más la escalada de productos elaborados y ven el encarecimiento del transporte y los servicios. El gobierno federal tiene un abundante gasto en programas sociales de asistencia a los más desposeídos. Este año, la Secretaría de Desarrollo Social logró un presupuesto sin precedente de 50 mil millones de pesos. Pero existe otra manera de ver ese gasto. Como resultado del rescate bancario, los mexicanos adeudan casi 700 mil millones de pesos, un monto que genera intereses por 50 mil millones de pesos al año, equivalentes al presupuesto de la Sedesol y casi tres veces superior al gasto destinado al principal programa Oportunidades y 25 veces mayor al de Hábitat, programa creado para combatir la pobreza urbana. Para los especialistas, mientras la economía del país y la de las ciudades no crezca a tasas superiores de cinco o seis por ciento, no habrá programa asistencialista que funcione, porque esa es la clave para generar empleo. Y México crece en promedio a tres por ciento. –¿Hay esperanza de que la gente salga de la pobreza? Responde Manuel Perló, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad de la UNAM: –Dependerá de lo que ocurra con el país y su desarrollo económico. Ningún programa social alcanzará si el país no crece a ritmos más elevados. Y la ciudad de México ha decrecido algunos años. No hay empleo suficiente, más escaso aún el que es bien remunerado y con prestaciones insuficientes. Se pueden destinar muchos más recursos al combate a la pobreza patrimonial o alimentaria y nunca será suficiente. Así tendremos terceras, cuartas, quintas generaciones de pobres. Es un panorama muy triste para el país y la ciudad.
Le llamaron La Muela porque levantaron el caserío hace 13 años detrás de una clínica odontológica de la UNAM, cerca del Cerro del Chiquihuite. Sus pobladores llegaron de los alrededores de Cuautepec. El terreno mide 3 mil metros cuadrados y está sembrado por 96 “viviendas” llamadas módulos. Ahí, en espacios de seis por tres metros, viven entre cinco y diez personas. No hay otra más que repartirse para dormir en un par de camas y en el suelo. La Muela está habitada por cerca de 500 personas, casi la mitad menores. La mayoría de los adultos son madres solteras y ancianos. Muchos hombres se fueron. La mayoría de las mujeres llegaron con dos, tres o cuatro niños. Algunos son pensionados, otras son empleadas domésticas. Muchos viven del comercio ambulante. Son parte de los 300 mil vendedores ambulantes que diario salen a la ciudad, muchos en las filas de la piratería y el contrabando. Cuentan con 15 excusados y 10 regaderas, cinco para hombres y cinco para mujeres, para los 500 habitantes. Son pocos los afortunados que tienen servicios de salud pública. Los demás no y esta diferencia hace que la distancia entre las casas, construidas lámina junto a lámina, se ensanche como una barranca. La casa con enfermo y sin acceso a servicios médicos gratuitos está marcada. En cada módulo la vida se lleva con unos 300 pesos semanales. No pagan renta, agua ni luz eléctrica. Aportan a un fondo de ahorro de 300 a 500 pesos mínimos mensuales. Esa alcancía es la promesa de que algún día tendrán su propio departamento. Las familias integradas son excepcionales. El consumo de alcohol inicia antes de los 12 años y el embarazo es ley entre las muchachas de 15 o 16 años. Los muchachos que concluyen la secundaria son privilegiados y quienes continúan hacia la preparatoria verdaderas rarezas. Comenta Gabriela González, lideresa del campamento: “Tenemos graves problemas de alcoholismo y drogadicción. Como 60 por ciento beben de más. No están bien alimentados. No tienen 28 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
22 millones de pobres urbanos
Arturo, El pollo, en su vivienda de La Muela
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Cartolandia: una letrina por año
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xiste un lugar llamado Cartolandia. Es aquí y tiene estadísticas extrañas pero ciertas: cada familia mediana llena una letrina de cuatro metros de profundidad justo en un año. Entonces se cubre y se abre otra. Otra estadística tiene que ver con la fatalidad del tren: cada año, al menos dos de los habitantes del caserío mueren bajo las ruedas de acero que chirrían cada hora por las vías del ferrocarril de Xalostoc, en Ecatepec. Todo es posible: “Mi papá se volvió joto un día y violó a uno de sus nietos. No de mis hijos, yo sí me lo chingo. Fue a un sobrino mío de cinco años. Se le metió el diablo al cabrón y lo desgració”, dice a quemarropa La yolis, La gorda, la líder de la mitad de Cartolandia, porque el laberinto de tierra y tarimas es disputado entre dos bandos, quienes sólo hacen tregua cuando bajan a la Vía Morelos y la bloquean para reclamar una pipa de agua. “Mi papá trabajaba en la Central de Abastos. Estaba fuerte el cabrón. Siempre nos golpeó. Siempre madreó a Pascuala, mi jefa. Nos trataba de putas, que éramos igual a nuestra mamá. Se fue un tiempo, pero anda por ahí. Ojalá lo maten. Yo llegué a Cartolandia cuando tenía como siete años. Hace 20 de eso. Cuando limpiamos el terreno nomás salían huesos de los muertos del tren”. La locomotora silba. Yolanda se echa para atrás en la cama y suelta la carcajada, muestra sus dientes casi perdidos en las encías. La yolis y los 12 de su familia emigraron de Zacatecas. “Nosotros levantamos Cartolandia”, se ufana. “Era un yerberío. Emparejamos el canal de aguas negras y luego llenamos para la gente. Hay casas desde Las Pirámides hasta Las Vegas”. Su sobrina Laura la mira con admiración. Tiene 17 años y debió abandonar la secundaria hace dos años. Un tumor apareció en su hombro izquierdo. Lo operaron y el mal se extendió. Después la debieron operar una docena de veces hasta que se requirió una prótesis metálica para suplir el hueso del brazo. La familia tuvo que gastar una fortuna para adquirirla: 13 mil pesos, mucho más de lo que cuesta levantar una casa en este lugar. Su familia llegó hace diez años. Desde entonces han excavado diez letrinas. Vivían en El Salado, pero un día se encontraron con que no podían pagar más renta y se fueron a Cartolandia, ayudados por unos familiares que les ofrecieron 20 metros cuadrados de tierra. Cubrieron con maderos y forraron el suelo con una alfombra que ahora es un tapete de lodo verdoso, remojado por el agua que escurre de una canaleta y por la que se cuela por las láminas agujeradas. 30 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
“Sólo dimos para el refresco y así nos quedamos con el lugar”, dice la madre de Laura. Tal vez sean 500 casas: dos kilómetros de cartón, en algunos tramos a ambos lados de la vía. Sus habitantes son sirvientas, bicitaxistas, ambulantes, albañiles, limpiaparabrisas, delincuentes. A Cartolandia no entran los extraños de noche, porque ya no salen de día. Decenas de niños de pelos erizados corren por todos lados. En pocos años alinearán sus cabellos con gruesas capas de goma. Las niñas quedarán embarazadas apenas se internen en la adolescencia. No tardarán en ser abandonadas y ellos en sumergirse en el alcohol y la piedra. Después de más de 20 años de vivir ahí, dicen los habitantes de Cartolandia, la ley suprema es ser pobres, es ser por siempre algunos de los millones de olvidados de la ciudad.
✱✱✱ Quienes han podido huir de la pobreza de Ecatepec, estado de México, son los menos. Es un lugar condenado a carecer de parques y espacios públicos abiertos. El municipio tiene un millón 600 mil habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), y el Consejo Nacional de Población (Conapo) lo califica como un lugar que tiene “muy baja” marginalidad. El ayuntamiento asegura que los habitantes son cerca de 3.5 millones de personas y la directora de Desarrollo Social del municipio, Alicia Tajonar, considera que la tercera parte de esa población vive en algún grado de pobreza. Esta incongruencia de cifras tiene fuertes repercusiones cuando de apoyos sociales se habla: por ejemplo, el programa federal “70 y más”, dirigido a ancianos, aplica en cinco comunidades en favor de sólo 12 adultos mayores, cuando el municipio tiene detectados al menos 600 candidatos en esa misma zona. “Tenemos seis mil familias beneficiarias de Oportunidades. El programa tiene la meta de que en tres años los destinatarios hayan brincado su ciclo de pobreza, pero es claro que no se logra el objetivo. Ninguna familia lo ha conseguido. La gente invierte el dinero en comida y en casos extremos el marido quita el recurso y con el mismo se emborracha”, acusa Tajonar. “Hay al menos 20 mil personas que necesitarían el apoyo y este año no lo tendrán. El conjunto de los programas sociales no resuelve el problema, en el mejor de los casos apoya. La operación y las decisiones también fallan. Este año nos retiraron cuatro millones de pesos del Programa Hábitat con
el argumento de que ya no tenemos pobreza en el municipio. Basta caminar un poco para ver todo lo contrario”.
✱✱✱ En la Sierra de Guadalupe se habla, de vez en cuando, de la violación y asesinato de mujeres y niñas en los alrededores. Con más frecuencia se corre la voz por los robos a los pequeños negocios que tratan de emerger entre las piedras y el polvo. La drogadicción de los niños es tema cotidiano. La falta de agua es asunto de siempre. Pero ninguna de esas contrariedades es la principal preocupación de Luz María, viuda de 78 años. A ella la persigue el hambre. La mayoría de las viviendas se consolidaron y suplieron las láminas por tabiques grises de hormigón. Millones y millones de tabiques sobre laderas, barrancas y cauces. Si los arqueólogos del futuro quisieran encontrar el peor desastre urbano del siglo XX, deberán incluir a la Sierra de Guadalupe en su lista de candidatos. Es la parte más alta de Ecatepec, a unos 300 metros sobre el centro del municipio. Luz María es pionera del asentamiento. Llegó hace 20 años, cuando sólo había, como ella, un puñado de emigrantes de Oaxaca, Puebla, Veracruz y otras regiones del estado de México. Llegó siguiendo a una de sus hijas, quien le dejó el terreno desnivelado en donde vive. Tuvo 12 hijos, de los cuales nueve sobrevivieron la infancia plagada de gripas y diarreas. Casi todos se fueron, asustados de tanta miseria. Sólo quedó Carmelo, de 48 años. Fue ayudante de albañil hasta hace pocos meses, cuando enfermó. Luz María dice que del corazón. La tarde en que habla con la voz quebrada, su hijo está acostado boca abajo, enrollado en sábanas viejas. Así lleva tres meses. Ella sabe de esperar la muerte bajo los cartones cuarteados. Su marido, Adolfo, fue ayudante de barrendero. Murió hace 11 años en esa casa. Le dijeron que se infartó, pero cuando Luz María levantó el colchón en que falleció encontró 100 botellitas de plástico de alcohol del 96 con la leyenda “Potable”. Tiró la cama, los envases y buena parte de los recuerdos de un hombre que, además de llevarle 20 pesos al día, le propinaba reiteradas golpizas. Ya no recuerda si al principio, cuando se casó con él, lo quiso. Luego vinieron los hijos y el peso abrumador de la miseria. Los hijos se fueron, el hombre murió. Todo lo demás se quedó y empeoró. Además de Carmelo vive con ella Oscar Jimmy, nieto a quien su madre abandonó cansada de esas calles en las que el polvo no deja de invadir la garganta, excepto cuando llueve y todo se convierte en una arena movediza de plásticos y perros muertos. El papá de Óscar también se fue. Luz María se hizo cargo de él. El sostén de la casa depende en parte de ese
nieto, cada vez más preocupado por sacar adelante a sus tres hijos amontonados en una casita media cuadra abajo. También de los 700 pesos mensuales que recibe de Oportunidades desde 2005. Ella no puede trabajar desde hace año y medio. Tampoco pedir limosna de casa en casa por Santa Clara, como hizo los últimos cinco años. Las caminatas por la Sierra de Guadalupe y su presión alta le han ocasionado tres hemorragias que la han hecho sentarse en una piedra y darle gracias a Dios por llevársela de una vez. Luego se infartó y agradeció de nuevo. Pero Luz María no muere, ni siquiera por estar a merced de hospitales casi gratuitos. La anciana baja el escarpado cerro y va en busca de la única hija que la procura separando a escondidas parte de su gasto familiar. Come los quelites que siembra en su pequeño patio. El pan se ha vuelto algo extraño, cada vez le fían menos. Pero el hambre la hace bajar del cerro en busca de otra de sus hijas, avecindada en la colonia Martín Carrera. Si en la caminata Luz María cayera herida, difícilmente la ambulancia podría subir por las pendientes sin pavimentar de la sierra. Pero la mujer baja. Es la única posibilidad para la anciana de comer carne una o dos veces al mes. Su hija estira y recorta la ración de sus propios hijos y le compra algo de comida. Luz María regresa con el dolor de la subida, pero con el tesoro de medio kilo de carne bajo el brazo.
✱✱✱ 37 ciudades con escasez de servicios
Hace dos semanas, el Conapo presentó el informe “Delimitación de las zonas metropolitanas de México” en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Social y el INEGI. El estudio, basado en el Conteo de Población 2005, identificó 56 zonas metropolitanas en las que viven 58 millones de mexicanos, quienes generan 75 por ciento del Producto Interno Bruto y ocupan dos terceras partes del empleo existente en el país. A pesar de esto, en 37 de esas 56 ciudades se enfrenta baja o muy baja disponibilidad de agua; en la mayoría el transporte público es insuficiente y el empleo informal y el subempleo se han expandido. En estas metrópolis vive una tercera parte de todos los mexicanos en pobreza extrema, cuyo ingreso no es suficiente para su alimentación diaria; dos de cada cinco pobres de capacidades, quienes no tienen acceso suficiente a servicios de salud y educación, y más de la mitad de quienes no pueden adquirir vivienda propia, costear su transporte, comprar vestido y calzado. “En los próximos 30 años, el proceso de urbanización se profundizará y con ello la dimensión de los retos de las zonas metropolitanas, debido a que en ellas se va a concentrar 90 por ciento del crecimiento demográfico de México”, expuso en su presentación Elena Zúñiga Herrera, secretaria general de Conapo. 02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 31
A la derecha, La yolis acompa単ada de sus familiares en Cartolandia, 32 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008 Ecatepec
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La Resurrección y sus Marías
L
a Resurrección es muestra de la tendencia de la pobreza en México, del crecimiento de la pobreza urbana. Varias de las mujeres de ahí viven de hacer tortillas a mano y venderlas en el centro de la ciudad. Algunas más llegaron de Veracruz y otras partes de Puebla. Muchas se llaman y así se les conoce: Marías. La Resurrección está al norte de la ciudad de Puebla, en el camino que lleva al pueblo de San Miguel Canoa. Tiene alrededor de 13 mil habitantes. Aún sobreviven las ruinas de un juego de pelota prehispánico, cada vez más presionadas por la invasión profesional de terrenos de Antorcha Campesina, organización de origen priista. La Resurrección es un caso avanzado de transición de la pobreza rural a la pobreza urbana. Se pastorean algunas vacas flacas entre las barrancas por las que ya no escurre el agua limpia de La Malinche, sino las descargas de drenaje de cientos de casitas. Las cuevas de las laderas ya no son refugio de rancheros durante las intensas lluvias, sino de estudiantes de secundaria que ahí se guarecen para beber alcohol. La región está integrada por 15 colonias. Como la mayoría de ellas son irregulares, el ayuntamiento les niega la dotación de servicios. Las más pobres son Ampliación 15 de Septiembre, el Cerro del Marqués, 8 de Diciembre y Los Encinos. En algunas de éstas, aproximadamente la mitad de las personas no cuenta con agua potable, drenaje y energía eléctrica. En terrenos diminutos aún se siembra maíz y gallinas vagan entre calles de polvo y perros de nadie. Los hombres fueron hasta hace pocos tiempo solamente campesinos, ahora son la mayor parte del tiempo albañiles y artesanos. Cientos de familias carecen de servicio eléctrico en sus casas. Si la quieren tomar legalmente, deben pagar 4 mil 800 pesos a Antorcha Campesina para que les permita colgar su diablito del tendido de la Unidad 2 de Marzo.
✱✱✱ En Ampliación 15 de Septiembre vive Concepción Tapia, una mujer que decidió no ir a las manifestaciones de Antorcha Campesina ni pagar cuotas a cambio de la regularización de su casa, a la orilla del barranco. No sólo eso: emprendió un trabajo social de puerta en puerta hablando de los derechos de las mujeres, enseñando el cultivo de un huerto, instruyendo en la conserva de alimentos, apoyando en la gestión de apoyos de los programas sociales. El esfuerzo de Concepción no es aislado. La Resurrección fue elegida para la puesta en marcha del Proyecto de Desarrollo Local impulsado por el Fidei34 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
comiso del Programa Nacional del Financiamiento del Microempresario y la Agencia Española para la Cooperación Internacional para el Desarrollo. Se eligió La Resurrección por sus paupérrimos indicadores: mínimo o nulo acceso a servicios públicos, la escasa infraestructura de las escuelas, la composición indígena y la alta migración, entre otros. El proyecto se enfoca a la gestión de microcréditos, pero antes a la creación de redes sociales que impulsan capacitación y enseñanza escolar. “El asistencialismo no puede acabar con la pobreza, aunque sí es necesario. Pretendemos dar apoyo colateral, sino apostando primero por la capacitación de las mujeres, de modo que cuando la tengan puedan acceder a un microcrédito. Por las características de la zona es necesario fortalecer el tejido social. Este es un programa con enfoque de género”, explica la española Raquel García, consultora del proyecto y quien trabaja con las mujeres de La Resurrección desde hace dos años.
✱✱✱ Cuando nació María Magdalena, su madre, María de los Ángeles, sólo pudo pensar en la belleza de los chinos. Entre sus brazos estaba la prueba de que a los 39 años de edad y después de 20 de su último parto, aún era fértil. “No lloró al nacer. Nació moradita. Me programaron la cesárea para el día 17 de julio. Pero fue hasta el 22, tal vez eso fue lo que afectó sus ojitos y su cabecita. El médico me dijo que era una niña especial, mongolita. Siempre la vi bonita. Parecía chinita. A los dos días comencé a oír que no abría los ojitos, hasta que yo mismo le abrí sus párpados y se le vieron las cataratas. Al año me la operaron del corazón y luego de los ojos. Creo que no ve nada”, relata la madre. La mujer no se apresuró a hacer conjeturas de la desgracia, porque no entendió así el alumbramiento. Para ella, su hija y todos los niños con síndrome de Down son seres enviados por Dios. Pasarían algunos días para que la niña abriera los ojos y dejara al descubierto dos lunas oscuras y casi ciegas. Nació con cataratas y la operaron a los tres años de edad. Desde entonces, nada se ha averiguado sobre su visión. No se sabe si alcanza a arrebatar líneas y formas a las sombras. Y su síndrome es profundo, tanto que su corazón también está enfermo. Poco le ha importado eso a María de los Ángeles. Todas las mañanas sale con su niña a la calle. La toma del brazo para evitar que tropiece o se pierda. Y en la calle no sólo se enfrenta a la discapacidad, sino con la pobreza. La renta del pequeño departamento en que viven es de mil 500 pesos mensuales. Lleva a María Magdalena a clases al plantel de la Fundación John Langdon Down, en Momoxpan, San
Pedro Cholula. La colegiatura es de 800 pesos mensuales gracias a una beca. Desde Agua Santa, donde viven, gasta 40 pesos diarios en pasajes, 200 a la semana, 800 al mes. La niña asiste a sesiones de música, pintura y actividades físicas. Les enseñan a leer y a escribir. No es el caso de María Magdalena. El marido, Domingo Álvarez, era policía municipal, pero lo cesaron cuando inició la profesionalización de las corporaciones. Él no contaba con la secundaria concluida, así que fue despedido en 1994 con una pensión que se agotó en el primer año, el mismo en que su familia quedó sin servicios públicos de salud. Domingo es velador contratado al servicio de una empresa privada que lo asigna a fábricas o tiendas. Su sueldo no es fijo. Gana entre mil 500 pesos y 2 mil pesos quincenales. Reciben del gobierno estatal una despensa bimestral de medio kilo de soya, medio de arroz, medio litro de aceite, una lata de atún y otra de sardinas. Con frecuencia, la bolsa llega incompleta. En ocasiones, María de los Ángeles opta por no llevar a la niña dos días a la semana a la escuela para ahorrar 80 pesos de pasajes. De sus tres hijos mayores, sólo una, Beatriz, puede colaborar con el sostén de sus padres y hermana. La mujer dejó a sus dos hijas, estudiantes de licenciatura y secundaria, y migró a Estados Unidos. Se asentó en Nueva York. Su último trabajo fue en una fábrica de jabones. Ganaba 150 dólares al mes. Durante los últimos ocho años, ladrillo por ladrillo, la familia ha fincado en La Resurrección. Es un terreno que alcanza a librar por poco el paso de los cables de alta tensión. La mujer señala dónde quedará su casa. El terreno es de 19 por nueve metros. Falta la plomería y la instalación eléctrica. Ya tiene piso de cemento. Han construido ellos mismos y en los mejores momentos de Beatriz contratan un albañil. Catorce años después de su alumbramiento, María Magdalena acerca una Barbie casi desnuda hasta las pestañas y lanza un largo quejido. Flexiona varias veces las rodillas y vuelve a gemir. María de los Ángeles la atrae y la besa. La nieta de Concepción Tapia abraza a María Magdalena, quien vuelve a gemir de alegría. “Soy feliz”, dice espontáneamente la niña de seis años. “Yo soy feliz con mi niña”, repite María de los Ángeles. “Me dijeron que no saldría adelante. Si la jalo, corre. No habla, pero me lleva y me señala lo que quiere o necesita. Nunca me he sentido derrotada. Mi muchachita es mi ángel que Dios me mandó”.
La vida inútil de Margarita Pérez
Mago Pérez Velasco cumplió 71 años de edad, cuatro de viuda y los mismos de alcohólica. Los padres de Mago se separaron cuando ella era una jovencita y cada uno hizo su familia en Jalapa, Veracruz. La niña hizo maletas y vino a la ciudad de México con un tío, cuyo carácter se había agriado lo suficiente para golpearla sin que, más de 40 años después, ella recuerde las razones. Estaba acostumbrada: su madre también la gol-
peaba. Usaba cinturones, cuerdas remojadas. No tuvo mayor problema en olvidar su vida en Veracruz y al lado de su tío cuando el hombre murió. Mago se hizo costurera en La Lagunilla y a la idea de que se quedaría solterona y que moriría sola. Entonces conoció a Panchito, un panadero del rumbo. Él ya era diabético. Mago lo sería pocos años después. Ella pasaba los 40 años y él los 60. Decidieron no casarse y se juntaron. El amor les llegó tarde y sin pasión. Vivieron cerca del Chiquihuite en una casa rentada. Sin posibilidad de tener hijos, adoptaron a una sobrina de Mago, huérfana de madre quien no mucho tiempo después daría a luz a un niño, a quien bautizaron como Francisco y al que su madre abandonaría poco después de nacer. “Estuvimos juntos 30 años. Era muy bueno. Nunca me pegó. Yo sólo esperaba a que se acostara y se quedara dormido. Lo abrazaba, le echaba la pierna encima. Así me quedaba dormida, abrazada a él”. Panchito dejó de hacer pan cuando la diabetes lo dejó en cama. Mago debió buscar trabajo. Pagaba renta, los gastos de la casa, la escuela del muchacho y arrastraba la enfermedad del marido. Decidieron mudarse a La Muela y evitar el gasto de la renta. Entonces no había nada, sólo un pirul bajo el cual hacían las guardias durante el inicio de la invasión del terreno. En marzo de 2004, la diabetes tumbó a Francisco Rojas. Murió dos semanas después en una clínica del Seguro Social. Lo velaron en el campamento. Le regalaron el ataúd gris en que lo enterraron en el cementerio de Cuautepec. Apenas regresó a su casa, Mago abrió la alacena y se empinó una botella de ron. Ya no la dejó. La soledad atizó la miseria. A Mago le costó tres años de ir y venir con su propia diabetes por oficinas para demostrar que Panchito fue su hombre, aunque no se casara con él, y tenía derecho a su pensión. Al final la consiguió: mil 395 pesos mensuales que hasta hace unos meses completaban el gasto con el lavado y planchado de ropa ajena. Aparte, el otro Francisco, empleado en un restaurante, lleva 100 o 200 pesos a la semana. No hay más. “Ya no puedo trabajar. Tengo diabetes ya de 20 años y osteoporosis de más para acá. Se me cayeron las fuerzas de los dos pies y uno se me durmió para siempre”, dice Mago en su casa mientras acaricia a sus perros, El bola y El chocolate. “Ahora ya no puedo trabajar. Me enfermé y agarré la botella, apenas que murió mi esposo. Casi siempre tomo sola, porque así es como puedo hablar con él y pedirle que nos cuide, que lo extraño mucho. El niño también agarró el vicio. Le digo que estoy muy sola. “Ser viuda y jodida como yo... A los ocho meses de que Panchito murió me operaron y duré un año sin poder caminar. Un año sin marido, sin trabajo, sin pensión, sin familia, ni quién me viera. Era comer un bolillo y un vaso de agua. Es muy triste”. Ya no habla, sólo llora. Espera la noche para perderse en la programación abierta, dar la vuelta a la cama y dormirse abrazada a El bola. 02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 35
Mago Pérez, en Cuautepec, estado de México
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Carlos Brambila, del Programa de la ONU para el Desarrollo
En 10 años habrá más pobres en las ciudades que en el campo
E
Por Humberto Padgett
l Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presentó en 2006 el estudio “La pobreza urbana en México”. El informe fue elaborado por Carlos Brambila, director de Investigación en Política Pública del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México. Brambila está en proceso de actualización de su investigación con propósitos académicos que se propone concluir hacia septiembre de este año. En entrevista con emeequis, el investigador adelanta algunas conclusiones. “La pobreza urbana en México crece no en el sentido de que se profundiza, sino que se extiende, principalmente en zonas metropolitanas, marginales, alrededor de las ciudades. Las poblaciones urbanas crecen demográficamente y por migración a un ritmo mayor que las rurales”. La pobreza urbana crece principalmente en la zona centro de la República, pero también es un problema grave en ciudades fronterizas como Ciudad Juárez o Tijuana, en donde el crecimiento de la infraestructura urbana no alcanza el mismo ritmo que las poblaciones. La pobreza extrema en las ciudades prolifera ante la falta de transporte, de servicios de educación, la regularización de los terrenos que invaden, la falta de planeación urbana y la imposibilidad de quienes viven en esa condición de acceder a un crédito. También por la poca disponibilidad de empleo y las grandes distancias entre el trabajo disponible y los sitios de residencia de las poblaciones más vulnerables. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, de los 14.4 millones de personas en pobreza alimentaria, la más extrema, pues la gente no tiene ni para comer, cinco millones se ubicaban en zonas urbanas y nueve y medio millones en rurales. –¿Habrá más pobres en las ciudades que en el campo en México? –se le pregunta al doctor en Sociología y Demografía por la Universidad de Chicago –En términos absolutos, sí. La población rural crece a un ritmo menor que la urbana. México ya es un país urbanizado y la pobreza urbana está creciendo y eventualmente será mayor. Esto ocurrirá en el plazo de 10, no más de 15 años. Habrá entonces más pobres urbanos que rurales. –¿Cuál pobreza es más profunda, más dolorosa? –Los dos tipos de pobreza son profundamente dolorosos e indignantes. Hablamos de 14 millones de personas que no tienen para comer y no es más placentera el hambre en la ciudad que en el campo. Hay quienes argumentan que el 38 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
infierno es una ciudad en decadencia, porque en el campo existen alternativas: el cultivo y el autoconsumo. En las zonas urbanas no es así, sólo quedan desechos para consumir. –¿En dónde se degrada más la pobreza, es decir que la pobreza de patrimonio se convierta en pobreza de capacidades y ésta en alimentaria? –En la pobreza urbana. Un ejemplo es la crisis de 1994. Cuando hay inflación, los primeros afectados son las poblaciones urbanas, porque los productos que consumen se vuelven más inaccesibles. La pobreza del campo, con autoconsumo, es menos vulnerable. En crisis económicas, las primeras poblaciones afectadas son los pobres urbanos, no los que están en pobreza absoluta, pues éstos están perpetuamente afectados. A diferencia de otros estudios, basados en encuestas nacionales de ingreso y gasto, Brambila se enfoca en las condiciones de crecimiento de ciudades específicas. De manera preliminar, los municipios del oriente del Valle de México, por ejemplo Chalco y Chimalhuacán, aparecen como casos “extremos” en el aumento de pobres que sobreviven con dos dólares diarios. Lo mismo ocurre en la ciudad de Guanajuato, Silao, Oaxaca, Iguala, Uruapan, Atlixco, Acapulco, Chilpancingo y Tapachula. Estos son los casos más extremos. El fenómeno podría ser equiparable en puntos fronterizos como Ciudad Juárez y Tijuana. –¿Qué tan amplio ha sido el crecimiento de la pobreza en esas ciudades? –En promedio ha crecido durante los últimos cinco años alrededor de 10 por ciento. La pobreza es un síntoma, es el reflejo de las condiciones de vida de las personas y de la forma en que crecen los municipios. –Se observa pobreza extrema de dos o más generaciones en algunas zonas. –Uno de los factores principales es la falta de regularización de la propiedad. Quienes ocupan ilegalmente no pueden tener seguridad jurídica de sus propiedades. No tienen acceso a crédito, no pueden usar su propiedad para solicitar un préstamo, y mejorar las viviendas y tener acceso a empleos. –¿Se puede ser optimista? –No. Tener un país con 200 años de vida independiente, con la mitad de su población en algún tipo de pobreza, no es nada halagador, ya no digamos para el futuro, sino en el presente.
El baño de Luz María, en Sierra de Guadalupe
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Carlos Rojas Gutiérrez: de Solidaridad a Vivir Mejor
Hoy los programas sociales son caritativos, no impulsan el desarrollo Por Fátima Monterrosa
É
fatima@m-x.com.mx
l sabe cómo se arma un programa social de combate a la pobreza. Conoce, como pocos, el uso y abuso que se le puede dar desde el gobierno a esos programas creados para apoyar a la gente más necesitada de este país. Ha visto de cerca, con números en mano, los beneficios políticos que pueden dejar. Por eso es que para Carlos Rojas Gutiérrez —autor intelectual del programa social que mayores dividendos políticos le diera a Carlos Salinas de Gortari—, no hay duda alguna que con los programas sociales de Felipe Calderón, “el gobierno actual le está haciendo las campañas electorales al PAN”. Artífice de Solidaridad, el más controvertido programa social de los últimos 20 años, Rojas Gutiérrez fue señalado durante años como el brazo político-electoral de Salinas y del PRI. “Electorero, populista, asistencialista”, le decían los panistas hace dos décadas, cuando Solidaridad se convirtió en el motor de la recuperación salinista, luego de la controvertida elección presidencial de 1988. Pero la historia ha dado una vuelta de tuerca y hoy es Carlos Rojas Gutiérrez quien define con los mismos calificativos a los programas sociales del segundo sexenio panista. “El gobierno de Calderón está usando estos programas para hacer las campañas políticas del PAN. Ni siquiera son programas innovadores, como pretenden hacer creer (…) Solidaridad no era paternalista: no se regalaba, no se entregaba nada gratis, era un subsidio pero no regalado. “Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón desvirtuaron los programas de combate a la pobreza. Hoy, el gobierno regala el dinero… Todo es entregar y entregar, regalar y regalar. Y eso no soluciona la pobreza”, sostiene este priísta al que muchos responsabilizaron del manejo electorero de Solidaridad, seis años con Salinas y cuatro con Zedillo. —Usted rechaza que Solidaridad fuera asistencialista o electorero, a diferencia de los programas contra la pobreza actuales, a los que aplica esos calificativos. ¿En qué son distintos? —La diferencia es que nosotros pensábamos que, para el desarrollo social pleno de la gente, se requiere actuar en todos los frentes del gobierno, no sólo con acciones asistenciales. El Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) era un programa de desarrollo integral. Tenía una concepción 40 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
que estaba en vías de superar la pobreza, pero no nada más por la vía asistencial: propiciaba que la gente pudiera, con su propio esfuerzo, generar empleo e ingreso que le permitiera entrar verdaderamente a un aspecto de avance social, y no solamente recibir como una cuestión meramente caritativa o asistencial, como ha pasado en los últimos años. Diputado federal por el PRI, el ex titular de la Secretaría de Desarrollo Social en el último año de Salinas y durante cuatro años con Zedillo, considera que existe una gran divergencia entre el Progresa de Salinas, Oportunidades de Fox y Vivir Mejor de Calderón. “El programa Oportunidades se llamó Progresa y antes se llamó Niños en Solidaridad. Era uno de los 10 o 15 programas que conformaban Solidaridad. Sin embargo, la administración pública decidió concentrarse sólo en una de esas tareas, que es exclusivamente asistencial, y abandonó todo lo demás. “Desaparecieron los programas donde la gente podía salir por su propio esfuerzo con la ayuda de las fuerzas del mercado, y dejaron los que tenían una visión asistencial”. Rojas Gutiérrez, quien también ocupó la secretaría general del PRI, manifiesta que los gobiernos panistas basan su política social en las estrategias del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, y que descuidaron los objetivos de los programas sociales, lo que ha provocado más pobres y la migración de millones de mexicanos a Estados Unidos. “En 1998, Zedillo tuvo una idea diferente y tomó la decisión de transformar todo el programa de Solidaridad porque nos afectó el presupuesto del año anterior. Salí de Sedesol a principios de 1998, y privó una idea que hasta ahora ha persistido, que lo único que ha dado como resultado es la exclusión masiva de millones de mexicanos, la expulsión de otros millones hacia fuera del país y la permanencia incrementada de la desigualdad y la pobreza”.
✱✱✱
Hace 35 días el presidente Felipe Calderón anunció el arranque de un conjunto de programas de política social denominado Vivir Mejor, que pretende erradicar, en el corto plazo, el hambre de millones de mexicanos que viven en pobreza extrema. Paralelamente, puso en marcha un programa de apoyo alimentario, que consiste en entregar 490 pesos, cada dos
meses, a los “más pobres entre los pobres”. Es decir, un promedio de ocho pesos diarios con los que buscarán sobrevivir frente al alza de precios en alimentos de la canasta básica. En la presentación de este programa, el jefe del Ejecutivo federal aseguró que la nueva estrategia de combate a la pobreza va más allá de políticas asistenciales, paternalistas o populistas, y que busca generar condiciones para que los mexicanos vivan mejor sin comprometer el patrimonio que pertenece a las generaciones futuras. A juicio de Rojas Gutiérrez, “el programa de apoyo alimentario, que fue presentado como innovador por el gobierno panista, opera desde hace 50 años”. Fue el presidente Adolfo López Mateos, explica, quien implementó una política social de apoyo alimentario para los más necesitados a través de la entrega de alimentos y desayunos escolares. “Es tan sólo una mala copia de aquellos programas”, expresa Rojas Gutiérrez en referencia al programa de Calderón. —¿Qué opina del lanzamiento de Vivir Mejor? —No veo que esta decisión sea correspondida con acciones en el gobierno. Desde hace muchos años hemos pedido que el Fondo Nacional de Empresas en Solidaridad regrese a la Sedesol, que sea el brazo productivo de las acciones sociales, y no se ha podido lograr. Lo mantienen como un fondo escondido en la Secretaría de Economía, donde no les interesan los aspectos sociales. El señor Eduardo Sojo en lo único que está ocupado es en abrir las cuotas de importación de los productos, y anda viendo a ver qué consigue en el exterior. Esas son sus prioridades, no el desarrollo social. Es lo mismo en otras secretarías, por lo tanto la estrategia concentrada en la Secretaría de Desarrollo Social es muy débil. —¿Hasta dónde contribuyen estos programas a frenar la pobreza? —Ayudan a que los niños se mantengan en la escuela, a que las familias tengan acceso a los servicios de salud. Pero eso ya se venía haciendo, eso no parece que sea un logro excepcional, como lo han querido manejar. Es algo que ya venía de mucho atrás, ni siquiera fue el programa de Solidaridad. Te lo dice el autor del programa: ni siquiera fuimos nosotros. Ya se tenían apoyos nutricionales, la entrega de leche a las familias y los desayunos escolares. Pero la concepción neoliberal que privó a partir de Ernesto Zedillo le dio al traste a todos los programas y se concentró en el que hoy se conoce como Oportunidades. —Se dice que todos los programas asistenciales de los últimos 20 años se han utilizado con fines electoreros. —Con nosotros no me consta que los padrones y los promotores hayan hecho una campaña por abajo, porque si así fue, tuvieron malos resultados en la elección del 2000. Pero en la actualidad por el tipo, el currículo y la experien-
cia que tienen los delegados federales de la Sedesol, todo permite suponer que están usando los programas para hacer las campañas políticas del PAN. Desde Fox impusieron exclusivamente a delegados surgidos de las filas de Acción Nacional. —Algunos investigadores opinan que estos programas de combate a la pobreza son sólo “aspirinas”. —Tienen razón, coincido con ellos. No es una cuestión de gastar más, sino de gastar más y mejor. De darle dirección al gasto. Hoy, el gobierno ha tomado la decisión de extender el asistencialismo. Hoy se les da dinero a los niños, porque son niños; a las mujeres, porque son mujeres, y si están embarazadas, un poco más; y si son adultos mayores, también. Todo es entregar y entregar, regalar y regalar. Eso destruye el tejido social, atenta contra el hecho de que las comunidades se desarrollen por su propio esfuerzo y con lazos de solidaridad intracomunitarios, que se han borrado con ese tipo de programas. —¿Qué ha fallado en las políticas sociales aplicadas? —No tienen claridad en su estrategia y han preferido seguir con las instrucciones que les dicta el Banco Mundial y la OCDE, y entonces se concentran en las tareas que ellos
El gobierno tomó la decisión de extender el asistencialismo. Hoy se les da dinero a los niños porque son niños; a las mujeres, porque son mujeres, y si están embarazadas, un poco más; y si son adultos mayores, también les asignan. Es una concepción equivocada, por lo menos ha dado pésimos resultados a la gran mayoría de los mexicanos. El padre del programa Solidaridad afirma que las condiciones de México serían otras si se hubiera continuado con las políticas sociales que dejó el presidente Salinas. Por último, comenta sobre el destino poco claro de recursos provenientes de Petróleos Mexicanos que podrían dedicarse al combate a la pobreza, por ejemplo. —Dice el gobierno de Calderón que no queda nada de los excedentes petroleros. —El conflicto no está ahí. Con Fox hubo más de 65 mil millones de dólares disponibles y todas sus obras acabaron mal. Con Salinas no hubo excedentes petroleros y sin duda hubo problemas, pero se construyeron 5 mil kilómetros de autopistas y centenas de hospitales y obras públicas. Sin dejar de tener una visión autocrítica, de que probablemente hubo cosas que se hicieron erróneamente, también es cierto que hubo muchos resultados. Resultados que no veo vayan a tener los programas actuales con los que se quiere combatir la pobreza. 02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 41
Jolanta Por E dua r d o R . Huc h i m*
E
l 20 de octubre de 1943, Irena Sendler, alias Jolanta, fue detenida por la Gestapo y llevada a la prisión de Pawiak, donde fue cruelmente torturada y en la que una estampa de Jesús con la jaculatoria “En vos confío”, hallada en un colchón de paja, fue su único consuelo. Como no reveló datos sobre la resistencia polaca contra la ocupación por la Alemania nazi, se le condenó a muerte, y al ser llevada para ejecutarla fue liberada por el soldado que la iba a matar. Según una versión romántica, el soldado se había sumado a la resistencia; según otra, pragmática, fue sobornado por ésta. Como quiera, la mujer, entonces de 33 años, salvó la vida, si bien vivió atada a una silla de ruedas. Las historias sobre Jolanta discrepan en el detalle, pero coinciden en lo esencial: el valor y la generosidad de esta mujer polaca, virtudes que pusieron en riesgo su vida. Su historia comenzó en 1939, cuando las tropas de Hitler invadieron Polonia e Irena era enfermera y/o trabajadora social en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia, que manejaba los comedores comunitarios de la ciudad. Cuando los nazis crean el gueto de Varsovia, Irena se une al Zegota (Consejo para la Ayuda de Judíos), adopta el sobrenombre de Jolanta, Yolanda en español, y emprende de inmediato una tarea vital y peligrosa: su éxodo particular de niños que, de no haber salido, habrían sido asesinados sin remedio. Irena lo cuenta así: “Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Más tarde pude conseguir pases para otras colaboradoras. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifo, toleraban que los polacos controláramos el recinto”. Ese control le permitió sacar del gueto a 2 mil 500 niños de maneras sofisticadas e imaginativas: ambulancias, carretillas de infectados, cestos de basura, cargamentos de mercancías, cajas de herramientas, costales de papas e incluso ataúdes. Pero Jolanta no sólo salvó las vidas de los niños, que al dejar el gueto fueron adoptados por familias o bien llevados a orfanatorios, sino también preservó sus identidades, mediante un cuidadoso registro de ellas. En 1944, durante la rebelión de Varsovia, colocó registros en dos frascos de vidrio y los enterró en 42 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
el jardín de su vecina para asegurarse de que llegarían a las manos indicadas si ella moría. Al finalizar la guerra —dice Wikipedia—, Irena misma los desenterró y le entregó las notas al doctor Adolfo Berman, el primer presidente del comité de salvamento de los judíos sobrevivientes. La mayor parte de las familias de los niños habían muerto en los campos de concentración nazis, pero ellos pudieron conocer sus orígenes. Igual que su vida, la muerte de Jolanta en un hospital de Varsovia, el 12 de mayo a los 98 años, fue de bajo perfil. La noticia no apareció en las primeras planas de los diarios ni figuró en muchos noticiarios. Merecía el Premio Nobel de la Paz, pero en 2007, cuando fue postulada, le ganó Al Gore. Tan bajo fue su perfil, que su hazaña permaneció por décadas en el anonimato. No era algo que le preocupara. Cuarenta años de dominación comunista en Polonia mantuvieron fuera del conocimiento público la proeza de Jolanta, la cual finalmente se divulgó en Polonia y empezó a generar reconocimientos oficiales y de los niños que había salvado o de los hijos de éstos. En 1999, estudiantes de Kansas que preparaban un trabajo sobre los héroes del Holocausto dieron con ella y propiciaron la difusión mundial de su heroísmo. A Jolanta no le importaba la fama ni le gustaba ser considerada una heroína, pero es posible que una y otra caracterizaciones le sean pronto connaturales, porque ya en Hollywood Jeff Rice y Jeff Most trabajan en una cinta sobre su vida. Tal vez pase con ella lo que con Oskar Schindler, tras el célebre filme de Steven Spielberg. “El término heroína me irrita enormemente. Continúo teniendo remordimientos de conciencia por haber hecho tan poco”, comentó en una de sus últimas entrevistas, como lo informó Reuters. Mark Edelman, el último comandante sobreviviente del levantamiento del gueto de Varsovia, dijo sobre Jolanta: “Las personas que salen en defensa de otros, de los débiles, son poco comunes. El mundo sería un lugar mejor si hubiera más como ellos”. ¶
* Periodista y escritor. De 1999 a 2006 fue miembro del Consejo General del IEDF omnia@gmail.com
Interpretar la política
L
Por Gu il l er mo M er el o*
a política como ciencia, arte o simple y llanamente como ostentación del poder se ve en sí misma como término polivalente y, por lo tanto, interpretable desde muchos ángulos. Lawrence dijo: “cree al cuento y no al cuentista”. Tan atinada prescripción aplica a la política, a esa acción que desarrollan personajes con motivos muchas veces oscuros, inconfesables, y cuya interpretación parece hoy día brotar desesperadamente de sus propios labios como acto de justificación, rara vez de contricción. Por supuesto, la interpretación debe diferenciarse de la argumentación, como la política de las políticas. La argumentación es el ejercicio racional estricto que da vida a hechos coherentes; la interpretación es el uso de la nada para intentar llenar un algo que nunca existió. Nuestros políticos usan la interpretación para entenderse o, al menos, para pretender hacerlo y así proteger sus intereses. Los ciudadanos interpretan la política con base en los medios de comunicación y éstos la interpretan, la mayor parte del tiempo, con base en lo vacuo, en lo llamativo, en los vericuetos de la violencia verbal, del deslengüe de sus propios personajes. Pero ese espacio subjetivo, al que la interpretación de la política se debe, es en sí mismo doloso por naturaleza. Es una clarísima respuesta a modo. No en vano en el pasado sexenio foxista el gobierno federal tuvo que recurrir, en diversas ocasiones, al uso de intérpretes, farautes1 que se esforzaban en aclarar a los gobernados el sentido de acciones y declaraciones, caracterizadas por un factor homogéneo: la opacidad en su construcción. Porque la interpretación varía con los vientos que soplan en el ambiente social. Cuando se buscan votos, se defiende a ultranza la propiedad del petróleo; cuando se buscan apoyos políticos, se defiende la sustentabilidad futura de este combustible a través de la participación de empresas privadas. Ni uno ni otro argumento son reales, ya que en su empleo se ubica su mayor debilidad, su cáncer. (Hoy apoyamos el matrimonio homosexual como símbolo de la tolerancia, mañana posponemos la discusión sobre la transexua-
lidad porque la tolerancia tiene límites. Pobres ilusos somos). ¿Es que hay que tomar por los hombros y sacudir violentamente a nuestra clase política para intentar llegar a la raíz de sus motivos? En la raíz se oculta el caos; en la interpretación, la calma. Esta idea, robada de muchos autores, es bien aplicada en el terreno de lo público. Si los mexicanos nos visualizamos a nosotros mismos como “gente derecha” —que no “gente de derecha”—, entonces ¿qué es lo que hace que las acciones de nuestros políticos sean interpretadas por ellos mismos? Por supuesto, no faltará quien universalice el fenómeno —y tendrá razón, una razón no sólo histórica sino globalizada—, pero al final del día siempre quedará un resabio derivado de quien pretende interpretarse.
El gobierno foxista tuvo que recurrir al uso de intérpretes, farautes que se esforzaban en aclarar a los gobernados el sentido de acciones y declaraciones Que sean los ciudadanos quienes interpreten la política es un elemento deseable en la construcción de una ciudadanía crítica e informada. Que los políticos se interpreten a sí mismos… es simplemente un síntoma de la podredumbre del sistema. ¶ 1 Faraute, según la Real Academia Española, es el “encargado de llevar y traer mensajes entre personas distantes y que se fían de él”. Se aplica a un vocero oficial porque otra de sus acepciones es la de “actor que en la comedia recitaba o representaba el prólogo o introducción de ella, que después se llamó loa”. Aunque su significado más directo —y lacónico— es justamente el de “intérprete”.
*Se ha desempeñado en diversos cargos de alto nivel en los institutos electorales federal y del DF. Es maestro en políticas públicas y actualmente cursa una maestría en sistemas de calidad y productividad
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¿QUIÉN es el hombre que cometió el asesinato más violento en la historia de Colorado?
Por Quitzé Fernández Ilustraciones: Oscar de la Rosa
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Manuel Ramírez Torres fue acusado de cometer el crimen más violento en la historia del condado de Weld, Colorado, Estados Unidos: 154 puñaladas propinadas a su paisano Miguel Hernández en diferentes partes del cuerpo. Esta es la historia del encuentro con Manuel, a quien se le han podido arrancar partes del camino que recorrió de regreso a casa, de las noches de insomnio, de los kilómetros que pasó huyendo con el miedo de la condena arañándole la conciencia, de la llegada a su tierra tras errar en la clandestinidad, del hogar desintegrado que halló, de la aprehensión, de un proceso legal corto para que al final…
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I
Aquí, donde el polvo se mete a los pulmones como el aire mismo, un poblado bravo de Coahuila donde los relatos de migración, violencia y triunfo en el extranjero se cuentan con dosis de ficción en las esquinas, aquí, creció Manuel Ramírez Torres. En este pueblo —dejémoslo así— de Coahuila, la vida de Manuel habría de convertirse en un eterno retorno al pasado, en interminables días de ocio, encerrado en casa, con destellos de lucidez en la memoria. Fueron tres años de visitas constantes para conocerlo: la primera en el verano de 2006, para culminar en la primavera de 2008. Aquí gastan sus vidas los personajes que aparecen en esta historia y aunque no todos sus nombres coinciden con los verdaderos, existen. De eso hay pruebas fehacientes. Algunos de ellos quedaron registrados en las declaraciones del expediente GP99-1658 del departamento de policía de Greeley, Colorado, y de la rueda de prensa donde reportaron la captura de Manuel Ramírez Torres en junio de 2006, reproducida en Rocky Mountain News, Denver Post y The Tribune Greeley, así como Denver Channel y CBS. —¿Dónde encuentro a Manuel? —pregunté a las puertas de un taller a punto de cerrar. —¿Para qué lo quieres? Es un compa que ya ha sufrido demasiado... —me contestó Roco como queriendo proteger a su amigo de infancia. Insoportable, el calor reverbera en las cortinas metálicas de los negocios que languidecen esta tarde cualquiera, cuando Roco ha terminado la jornada de trabajo. —Sólo quiero saber qué fue de Manuel estos años. Desconfiado, Roco dijo que a su amigo —ahora ambos de 30 años de edad y familias que sacar adelante— es un tanto complicado encontrarlo. La vida se había ido muy rápido, tan de repente que parecía una mala racha todo lo sucedido. Años atrás Roco había sido acusado de robo, un mes en la cárcel fue tan amargo para siquiera pensar en delinquir. Y Manuel, cuando podía, iba a los campos de cultivos a limpiar fincas, o donde su padre, un pueblo cercano cuyos habitantes sabían poco de su pasado. Casi se hizo rutina ir a buscar a Roco para reabrir el caso de su amigo. Luego, manejar por calles maltrechas, sortear baches, bordos de tierra para llegar a casa de Manuel, donde nunca atendía nadie, nunca vivía nadie. La única respuesta para el visitante era el cantar de los gallos y un gato blanco de ojos azules que maullaba asustado: “¿Ves? No te engaño. Pocas veces viene”. Lo conoció desde muy joven, es por eso que una ocasión, en medio de tantas preguntas, Roco confesó: “A veces era violento, siempre fue más alto y más fuerte que los demás. No había quién le cantara un tiro, todos le teníamos miedo”.
Su testimonio coincidió con el de Abel, un vecino revendedor de cocaína que surtía mercancía a Manuel: “Una vez no tenía dinero y de puro coraje rompió el vidrio de mi camioneta de un ladrillazo. A veces se pone loco”. Entre tanta loquera, hastiado de cerveza con el dinero que reunía quién sabe cómo, Abel se atrevió a preguntarle una vez a Manuel: —Ya, neta… ¿Qué pasó? ¿Por qué tanto putazo a ese pobre bato? —¡Es algo que no te importa! —gritó Manuel, seco, fija la mirada y su más de 1.80 de estatura tambaleándose. No hubo más cuestionamientos. Eso fue lo único que del tema se tocó en tantas reuniones en la esquina de la cuadra, en el barrio, pues. “Puede ser viable, pero hay cosas qué pensar. No es tan fácil hablar con él. Hay mucho miedo, es un hombre con la vida destrozada”, dijo sin prometer nada José Antonio Rodríguez, abogado defensor que llevó el caso. —Manuel sabe que lo andas buscando, está inquieto. Le quieres arrancar los recuerdos de repente, deja hablo con él —se despidió.
II
Una tarde de 1998 Manuel Ramírez Torres telefoneó a Francisco Moreno a su casa de Greeley. Comentó que estaba en Denver, venía del mismo pueblo en Coahuila que él: no tenía dinero ni dónde quedarse. Nunca se habían visto antes, pero una ocasión, cuando Francisco andaba cerca de Los Ángeles, encontró amigos de su tierra y les presumió que en Greeley había trabajo, oportunidades de acceder a un mejor nivel de vida. De hecho, en las declaraciones, aseguró Francisco: alardeó un poco con sus paisanos. Repartió papeles con su número telefónico por si lo necesitaban, y fue así como llegó Manuel a su vida; alguien recomendó buscar al paisano que auguraba futuro en Greeley. Francisco Moreno prometió ayudar al desconocido en la medida de sus posibilidades, incluso le ofreció hospedaje en casa mientras encontraba trabajo. Entonces Manuel tenía 22 años, experiencia en construcción. Era atlético: cabello corto pegado al cráneo, tez morena, alto, musculoso, de aproximadamente 85 kilos. Tenía un par de vicios adquiridos en la adolescencia: cerveza y marihuana. Con el paso del tiempo, Juanita, la esposa de Francisco, se quejó porque Manuel no hallaba trabajo. La mayor parte del tiempo se la pasaba usando el teléfono, sin contribuir al gasto familiar. Francisco decidió echarlo; se lo pasó a su hijo Octavio, quien compartía departamento con dos amigos. Así, en enero de 1999, Manuel llegó al departamento 10 del segundo piso de un sector habitacional en Greeley para vivir con Octavio Moreno, Luis Díaz y su primo Miguel Hernández Díaz. Traía consigo un 02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 47
canasto donde guardaba ropa, también una bolsa negra, el mismo equipaje con el que había llegado a casa de Francisco ocho meses atrás. Sin embargo Manuel no ponía empeño en trabajar. Sólo de vez en cuando realizaba trabajos de construcción. Constantemente llevaba amigos al departamento a fumar marihuana, empezaba a tener problemas con sus compañeros de vivienda. No tenía llaves de entrada, por lo que abría la puerta destrabando el seguro utilizando las persianas que había en la ventana del corredor. En alguna ocasión Octavio comentó a Luis y Miguel que tenía miedo de Manuel, que podría hacerles daño. Miguel sospechaba que era el culpable del robo de 13 discos compactos de su propiedad. Llegó el momento en que el casero les pidió desalojar el departamento. Octavio, Luis y Miguel querían volver a compartir, buscarían dónde. Manuel comentó que iría a Texas con su hermana recién casada, partiría el sábado 30 de enero después de cobrar un dinero. Sabían poco de Manuel. Les constaba que era difícil en su trato, más bien bravucón. La tarde del viernes 29 de enero, Octavio recogió sus pertenencias del departamento para mudarse momentáneamente a casa de su padre, Francisco Moreno, mientras arreglaba lo referente a la mudanza. El sábado vería algunas opciones con Luis, quien esa noche durmió en el departamento 5 del mismo sector habitacional con Claudia, su novia, como hacía frecuentemente. Ambos charlaron con Manuel y Miguel, todo parecía ir bien entre los cuatro pese a los detalles del miedo y los discos compactos. De acuerdo con el expediente, antes de las 8:00 de la mañana del sábado, Luis fue al departamento para bañarse. En el corredor observó que las persianas de la ventana estaban destrozadas, notó que la puerta de entrada había sido forzada. No ingresó del todo: desde el pasillo observó a Miguel tendido boca arriba cubierto de sangre —que también manchaba las paredes—, vestía pantalón azul, a un lado había un guante ensangrentado y tenía el cable del teléfono enrollado en el brazo izquierdo. Marcó a la policía. La llamada entró a las 8:10. Apenas llegaron paramédicos, bomberos y agentes investigadores, se acordonó la zona. Miguel, de 25 años, estaba muerto. Durante la necropsia se registraron 18 puñaladas en el rostro y cuello anterior, seis heridas en el lado derecho del cuello, 24 en la extremidad superior izquierda, 45 en la extremidad superior derecha, dos en el lado derecho del tronco, 28 en el tronco anterior, 31 en el tronco posterior. “Brutal ferocidad”, anotó la policía de Greeley en sus indagatorias. En la entrada del complejo los investigadores encontraron una navaja de cacha negra, ligeramente doblada, ensangrentada: tenía la punta rota. Luis y su novia fueron entrevistados, faltaba hablar con los otros habitantes del departamento. 48 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
Alrededor de las 9:00 de la mañana Octavio intentó telefonear a Luis para charlar acerca de la mudanza. El teléfono estaba descolgado. Después marcó al departamento de Claudia y nadie contestó. Ella y Luis estaban rindiendo su declaración. En el identificador quedó registrada la llamada. Octavio, su hermano menor y Francisco fueron a visitar a un familiar cerca del medio día, de regreso pasaron por el complejo departamental, observaron que el área estaba acordonada. Francisco comentó que eso hacían cuando investigaban un homicidio, pero no prestaron mayor atención. En la tarde, la policía de Greeley rastreó el domicilio de Francisco por medio de la llamada telefónica que hizo Octavio a Claudia. Ambos cooperaron dando detalles de lo que habían hecho las últimas 24 horas, pudieron explicar sus actividades en ese lapso de tiempo con testigos de por medio. Cuando Octavio supo que se trataba del asesinato de Miguel, lloró desconsolado. Octavio y Luis declararon, dieron el nombre de amigos de Manuel. En ocasiones lo habían visto manejar el auto de uno de ellos, sólo faltaba su testimonio. No sabían dónde encontrarlo, sus pertenencias tampoco estaban. No lo volverían a ver. Uno de los agentes investigadores encontró una foto de Manuel en el Registro del Centro Nacional de Investigación Criminal (NCIC, por sus siglas en inglés), había sido testigo crucial de un asesinato en otra parte de Estados Unidos. La información de inmediato fue transmitida a todo Colorado.
III
No era una mañana cualquiera en el pueblo: ni llovía tierra ni hacía calor, más bien el clima era agradable. Por eso Roco decidió no trabajar. Aparte era fin de semana; de los campos de cultivo soplaba un viento fresco. La visita fue pura rutina. Habían pasado algunas semanas desde la última vez. Y sucedió: —¿Qué milagro? Aquí anda Manuel, está en su casa —saludó Roco—. ¿Quieres ir? Vamos antes de que salga. Parecía mentira, tanto tiempo, tantos repasos a las declaraciones de los testigos. Un silbido fue la contraseña. Roco platicó algunas cosas acercándose a la puerta, volteaba señalando el auto, y ahí fue cuando salió Manuel Ramírez Torres, el sospechoso de haber matado de 154 puñaladas a un hispano, en Weld, Colorado. Cabeza rapada, pantalones cortos, sandalias, jersey deportivo, alto, moreno, más bien regordete. Cabeza en alto: andar pendular, brazos sueltos, como camina quien es dueño de la acera. —Qué bueno conocer a quien tanto me busca… —fue su primera frase, cargada de precaución. —Sólo quiero contar la historia de un hombre. Lo que ha sido de su vida estos años.
Entre los dedos toscos de Manuel, una bacha de marihuana. Ya no era el muchacho de 22 años, cuello recio y bigote ralo, de la foto expuesta en los carteles de Colorado. Eso sí, traía la misma mirada de extravío. —Me han hablado de ti. Sé que has estado preguntando sobre mí. Sus ojos rojos, tristes. Observaba de abajo hacia arriba, como esperando un golpe. —¿Qué traes ahí? ¿No me estás grabando? —señaló la funda del celular en la cintura. —Para nada. ¿Quieres revisarlo? Manuel dijo que su abogado había comentado la posibilidad de una entrevista, eso tenía ventajas y desventajas: “A nadie he platicado lo que pasó aquella noche, me pusieron una trampa. El sistema policial de Estados Unidos no es bueno. Tengo tantas cosas por decir”. Lo que más dolía, confió, aparte de haber perdido parte de su existencia huyendo, fue que su hija Gaby, de seis años —producto de su matrimonio con Laura, una muchacha del pueblo— estaba presente cuando lo capturó la Oficina Federal de Investigación (FBI), el 20 de abril de 2006, a siete años y tres meses del asesinato. La captura fue reportada dos meses después en rueda de prensa en Estados Unidos, cuando ya andaba libre. Finalmente Manuel invitó a conocer su casa: “Entra, para que veas cómo vivo. No tengo trabajo, me la paso encerrado, mi único vicio es esto —dijo y mostró la bacha—. Es para relajarme, batallo para dormir”. En la
parte trasera de la casa ofreció unos botes como asiento al lado de un gallinero. Sentado ahí pasaba las tardes, forjando cigarros y soñando con gallos, haciéndose la ilusión de que ganaba en el palenque de la ciudad. A veces divagaba en sueños, tratando de creer que nada malo había irrumpido en su vida. Entonces volvían las escenas, volvía la frontera, volvía el temor. Regresaba el pasado, queriendo saber qué paso esa madrugada cuando apenas tenía 22 años. Manuel hacía figuras en la tierra, retenía el humo de la mota. Le interesaba una entrevista, sacar todo aquello que no había podido decir. Sin embargo, tenía miedo que la justicia de Estados Unidos fuera por él y lo juzgara. “No estoy del todo libre, si ellos pidieran la extradición para juzgarme allá, me llevarían”. Como su vida estaba perdida, anhelaba sacar un buen gallo de pelea para ganar unos pesos, a diario entrenaba un colorado bravo: “Se me hace que va a ser chingón. Ninguno de mis gallos le ha ganado”. Constantemente veía a José Antonio Rodríguez, iban a conversar sobre la posible entrevista: “Es que a veces le hago trabajos, no he podido pagarle sus servicios”. Roco sólo observaba, tratando de entender. Tampoco sabía gran cosa sobre los años de clandestinidad de su amigo. Manuel se despidió con un apretón de manos, estaría al pendiente de todo cuanto fuera a suceder. De regreso Roco no habló. Esa noche quería ir a un 02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 49
lugar de mujeres que frecuentaba con Manuel cuando había dinero. Una tormenta de tierra empezaba a levantarse, había basura en las calles y olor a cerveza, olor a cantina en fin de semana.
IV
La tarde del viernes 29 de enero de 1999, antes de que oscureciera, los hermanos Antonio y Rubén García Jaramillo manejaban por las calles de Greeley. Manuel Ramírez Torres, que les acompañaba en aquel Honda blanco propiedad de Antonio, les pidió que pararan para comprar un boleto de autobús. Explicó que había comprado un pasaje para El Paso, Texas, en 55 dólares días antes, luego comentó que iría a Anaheim, California. Los hermanos García Jaramillo vivían en un complejo departamental. No sabían gran cosa de Manuel, sólo se juntaban a fumar marihuana. En alguna ocasión alardeó frente a ellos de que golpearía a uno de sus compañeros de vivienda por “soplón”. Recuerdan que se refería a Octavio Moreno, al menos eso dijeron a la policía. En la noche, contó Antonio, se reunieron en el departamento de Álvaro Soto para fumar marihuana, que estaba en el mismo edificio que el departamento de los hermanos García Jaramillo. Aproximadamente a las tres de la mañana decidieron salir a comprar más yerba, fueron Álvaro y Manuel en el auto de Antonio, manejaba Manuel, quien sugirió ir a su casa por dinero. Álvaro quedó esperando en el lado del copiloto, escuchó golpes que venían del interior de la vivienda: “Como si arrojaran cuerpos a las paredes”, detalló. A los pocos minutos regresó Manuel, estaba cubierto de sangre, dijo que había estado en una pelea. Álvaro insistió: “¿Lo liquidaste? ¿Lo liquidaste?”. Manuel se mostraba renuente a contestar, regresó en dos ocasiones al departamento para recoger sus cosas antes de irse definitivamente del lugar. Salió con maletas y bolsas. A esa hora —según registra el expediente— un repartidor de periódicos que pasaba por el lugar vio el auto blanco. Escuchó gritos. En el trayecto de regreso, Manuel estuvo a punto de vomitar varias veces, iba nauseabundo, impresionante la cantidad de sangre que tenía su ropa, empapada en la parte delantera: “Había como trozos. Por la cantidad de sangre se veía que la pelea no había sido de poca monta”, comentó Álvaro Soto en su declaración. Ya no fueron a comprar marihuana. En el departamento esperaba Antonio. Manuel llegó, echó la ropa ensangrentada en una bolsa de plástico: pantalones, playera, un guante y una manta con la que secó la sangre. La tiró en un basurero industrial que estaba a la vuelta del complejo departamental. Pidió a Antonio que no dijera nada de lo que había visto, podía meterlo en problemas. “Sólo había sido una riña”, aseguró. Lo que quedaba de esa madrugada durmió en 50 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
casa de Álvaro, trató de hacerlo al pie de su cama, pero constantemente se levantaba a mirar por la ventana. A las 7:09 de la mañana se fue, dijo que partiría a California en camión, después pasaría alguien a recoger sus cosas. El 1 de febrero de 1999 los investigadores encontraron la bolsa que tiró Manuel Ramírez Torres en el basurero: estaba aún en el camión recolector, en los patios de la empresa. Ahí encontraron un canasto blanco, una bolsa con un guante ensangrentado y ropa; en el bolsillo de unos pantalones de mezclilla estaba la cartera de Miguel Hernández Díaz, la víctima. Ese mismo día Álvaro marcó a los investigadores, diciendo que una persona a la que nunca había visto lo había visitado para recoger las maletas que dejó Manuel, donde había documentos personales de identificación: no se los dio, comentó que estaban en poder de la policía. Nunca se detuvo a nadie con las señas de quien se presentó a nombre de Manuel, principal sospechoso del asesinato.
V
Manuel Ramírez Torres estaba inquieto en casa, no había dinero, tenía que pagar el gas, Laura estaba embarazada. Esta vez Roco no acompañaba la charla.
Manuel salió a la calle, miró alrededor. Vestía el mismo jersey, los mismos huaraches de la primera ocasión. Optó por hablar adentro, sentados a la mesa. Tenían dudas acerca de la entrevista, sobre todo el abogado. No querían exhibirlo, aunque sí a las inconsistencias que hubo en el proceso. Y volvía el tema, la insistencia de aquel año en Greeley: “…Si te contara, es para escribir una novela cómo y dónde anduve esos años”. Y lo contó. Dijo haber vivido un tiempo en el semidesierto de Sonora con su esposa, a donde llegó después de su estancia por Texas y de vagar por la frontera en 1999; caminaba dos horas en el sol para surtir una despensa raquítica, dos horas para mendigar en el poblado más cercano. Manuel no ahondó más, pero quienes estuvieron cerca de él —como Roco—, aseguraron que Laura fue a buscarlo a Sonora en abril de 1999, después de una llamada telefónica donde Manuel explicó su situación. Fueron meses, años sin ver a sus familiares, pensando tantas cosas en la huida. —Lo bueno es que ya acabó… Fue muy feo todo aquello que viví —dijo Manuel antes de hacer una pausa y detenerse a escrutar el horizonte, como evitando que los recuerdos escaparan de golpe ante quien no debía escuchar. Sin ver a los ojos del reportero, siguió: —En los videos se nota cómo los agentes obligan a decir que fui yo, ni me conocían. Decían: “Fue el alto, uno musculoso”. Nada más decían que sí para ocultar al verdadero culpable. —¿Y por qué habrían de culparte a ti? —…No sé. Mejor habla con José —y sin más remitió su abogado. Frente de casa de Manuel jugaban unos niños. Se despidió, cerró la puerta. Pero vigiló a través de la cortina hasta que no hubo nadie más a la vista.
VI
En el despacho de José Antonio Rodríguez todavía existía la esperanza. Vueltas y vueltas, conversaciones
inconclusas y casos de otras personas para desviar el tema. Hasta que en un largo monólogo definió que si a las autoridades de Estados Unidos no les gustaba algo impreso, podrían molestarse y reabrir el juicio. No estaba del todo terminado. —¿Ya viste las fotos del crimen? —preguntó el abogado. —Tengo el expediente, mas no las fotos. —Te voy a dar 15 minutos para que las veas, no más. En un rato vuelvo. En el pesado silencio sólo se percibe el burbujear de la pecera. Peces de colores en el agua, el olor del aceite de la madera de los muebles del despacho. Y sobre el escritorio las fotos del cuerpo despedazado de Miguel Hernández Díaz. Miguel: 25 años, 1.60 de estatura, 60 kilogramos, tendido en el piso, cubierto de sangre, la cara hinchada. Miguel y las heridas fatales que le produjeron 154 puñaladas. Persianas rotas, manchas en el piso. El rostro de la muerte en el extranjero. El llanto de su amigo. Miguel, la navaja de hoja delgada y cacha negra con la punta rota. Ya no existía el burbujear de la pecera, ni los peces de colores, menos el olor de aceite en la madera. —¿Y bien? ¿Qué te pareció? —interrumpió el abogado. —…Sin comentarios. —Es un milagro que esté libre, déjalo en paz. ¿Entiendes lo que te digo?
Epílogo
Manuel Ramírez Torres no fue extraditado a Estados Unidos porque las leyes de extradición mexicanas lo ampararon. Si hubiera sido juzgado por asesinato en primer grado en EU, habría sido condenado a muerte de ser hallado culpable. En México habría alcanzado de 20 a 60 años de prisión. Consultado por el caso, Luis Roberto Romero Cerna, abogado experto en derecho penal, explicó: “Aquí simplemente para que una declaración sea válida se necesita estar asistido por un abogado; allá las entrevistas de la averiguación las hicieron agentes investigadores, sin presencia de abogados. ¿Crees que a EU le interesa un hispano que mató a otro hispano?” Manuel ahora tiene 32 años y un hijo recién nacido, pero no tiene trabajo. Hace unos días andaba por el pueblo buscando cómo regresar a EU para salir de la pobreza y olvidar que lo señalan. Irse al otro lado, donde la gente no le pregunte qué hizo esa madrugada, cuando lo acusaron de matar de 154 puñaladas a un hombre. ¶
Quitzé Fernández es autor de Xico, el pueblo de María Magdalena. Crónica de una fiesta popular (Conaculta / Dirección de Culturas Populares, 2007), libro que será presentado este viernes 13 de junio a las 18 horas en el Museo de Culturas Populares, ubicado en avenida Hidalgo 289, colonia Del Carmen Coyoacán. 02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 47
jinete del dragón El
En el mundo contemporáneo de la literatura infantil y juvenil no todo se reduce a Harry Potter. Ahí están las obras de Cornelia Funke, una original escritora que ha construido un universo con personajes entrañables: dragones, niñas pirata o cazafantasmas. Considerada como la J.K. Rowling alemana, ha ganado varios premios literarios en Europa. El jinete del dragón es una de sus obras más recientes y exitosas, con casi un millón de copias vendidas en Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. Presentamos aquí un fragmento con la autorización del Fondo de Cultura Económica, que lanza en estos días la versión en español en toda Latinoamérica. Por Cornelia Funke Ilustraciones: Marcos González 52 | EMEEQUIS | 02 de JUNIo de 2008
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B
arba de Pizarra era el dragón más anciano del valle. Había vivido más de lo que podía recordar. Hacía mucho que sus escamas no brillaban, pero aún era capaz de escupir fuego, y los más jóvenes le pedían consejo cuando no sabían qué partido tomar. Cuando todos los demás dragones se apiñaban ya ante la cueva, Lung despertó a Barba de Pizarra. Se había puesto el sol. La noche, negra y sin estrellas, se cernía sobre el valle, y aún llovía. Al salir de su cueva, el viejo dragón miró malhumorado hacia el cielo. Le dolían los huesos por la humedad, y el frío entumecía sus articulaciones. Los demás dragones retrocedieron con respeto ante él. Barba de Pizarra miró a su alrededor. No faltaba ninguno, pero Piel de Azufre era el único duende allí presente. Caminando con torpeza y arrastrando la cola, el viejo dragón cruzó por la hierba húmeda dirigiéndose hacia una roca que descollaba en el valle como la cabeza cubierta de musgo de un gigante. Subió a ella resoplando y miró en torno suyo. Los demás dragones alzaban la vista hacia él igual que niños asustados. Algunos eran todavía muy jóvenes y sólo conocían ese valle; otros habían venido con él desde muy, muy lejos y recordaban que el mundo no siempre había pertenecido a los humanos. Todos ellos venteaban la desgracia y confiaban en que Barba de Pizarra la conjuraría. Pero él era un dragón viejo y cansado. –Sube, Rata –dijo con voz ronca–, y cuenta lo que has visto y oído. La rata subió de un salto a la roca, trepó por el rabo de Barba de Pizarra y se sentó en su espalda. Bajo el cielo oscuro reinaba tal silencio, que sólo se oía el rumor de la lluvia y el merodear de los zorros que cazaban en la noche. Rata se aclaró la garganta. –¡Vienen los humanos! –proclamó–. Han despertado a sus máquinas, las han alimentado y se han puesto en marcha. Están a sólo dos días de aquí, abriéndose camino con esfuerzo por las montañas. Las hadas los detendrán un rato, pero tarde o temprano llegarán aquí, pues su meta es este valle. Los dragones suspiraron, levantaron la cabeza y se apretujaron todavía más en torno a la roca que ocupaba Barba de Pizarra. Lung se mantenía algo apartado. Piel de Azufre, sentada en su espalda, mordisqueaba una seta seca. –Parece mentira, Rata –murmuró–, ¿no podrías haberlo dicho con palabras más amables? –¿Qué significa eso? –preguntó uno de los dragones–. ¿Qué buscan aquí, si ya lo tienen todo donde ellos viven? –Ellos nunca tienen todo lo que quieren –respondió la rata. –¡Nos esconderemos hasta que se marchen! –exclamó otro dragón–. Como hicimos siempre que uno 54 | EMEEQUIS | 02 de JUNIo de 2008
de ellos se extravió por aquí. Están tan ciegos, que sólo ven lo que quieren ver. Volverán a tomarnos por rocas y árboles muertos. Pero la rata negó con la cabeza. –¡Llevo mucho tiempo avisándoles! –gritó con voz estridente–. Les he repetido cientos de veces que los hombres maquinaban algo. Pero los grandes no escuchan a los pequeños, ¿verdad? –miró enfadada a su alrededor–. Se esconden de los humanos, pero no les interesa lo que hacen. Mi estirpe no es tan estúpida. Nosotros entramos en sus casas. Los espiamos. Por eso sabemos lo que se proponen hacer con este valle –Rata carraspeó y se acarició sus bigotes grises. –Ahora vuelve a hacerse la interesante –susurró Piel de Azufre al oído de Lung, pero el dragón no le prestó atención. –¿Qué se proponen hacer? –preguntó Barba de Pizarra fatigado–; habla de una vez, Rata. La rata se retorcía nerviosa un pelo del bigote. La verdad es que no le hacía ninguna gracia ser portadora de malas noticias. –Van a inundar el valle –respondió con voz vacilante–. Muy pronto, aquí sólo habrá agua. Sus cuevas se inundarán y de esos altos árboles de ahí –señaló con la pata a la oscuridad– no asomarán ni las puntas. Los dragones la miraban en silencio. –¡Eso es imposible! –profirió finalmente uno de ellos–. Nadie puede hacer eso. Ni siquiera nosotros, a pesar de que somos más grandes y fuertes que ellos. –¿Imposible? –la rata rio sarcástica–. ¿Más grandes? ¿Más fuertes? No entienden una palabra. Díselo tú, Piel de Azufre. Cuéntales cómo son los hombres. A lo mejor a ti te creen –ofendida, arrugó la afilada nariz. Los dragones se volvieron hacia Lung y Piel de Azufre. –Rata tiene razón –dijo la duendecilla–. No tienen ni idea –escupió al suelo y arrancó un trocito de musgo que se le había quedado entre los dientes–. Los hombres ya no van por ahí con armadura, como en los tiempos en que los cazaban, pero siguen siendo peligrosos. Son lo más peligroso que hay en el mundo. –¡Vamos! –exclamó un dragón grande y gordo dándole la espalda con desprecio a Piel de Azufre–. Dejen que vengan esos bípedos. Ratas y duendes quizá deban asustarse de ellos, pero nosotros somos dragones. ¿Qué pueden hacernos? –¿Que qué pueden hacerles? –Piel de Azufre tiró su seta mordisqueada y se levantó. Ahora estaba enfadada, y con duendes enfadados no valen bromas–. ¡Tú no has salido nunca de este valle, cabeza hueca! –gritó–. Seguro que crees que los humanos duermen encima de hojas, como tú. Que no pueden causar más daño que una mosca porque apenas viven más tiempo. Que no tienen en la cabeza más que comer y dormir. Pero no son así. ¡Oh, no! –Piel de Azufre tomó aire–. Las cosas que pasan a veces por el cielo y que
tú, atolondrado, llamas pájaros ruidosos son máquinas voladoras construidas por los humanos. Ellos pueden hablar entre sí aunque se encuentren en otro país. Pueden hacer cuadros que se mueven y hablan, formar recipientes de hielo que nunca se funde, iluminar sus casas de noche como si hubieran atrapado el sol, ellos, ellos... –Piel de Azufre meneó la cabeza– …ellos son capaces de hacer cosas maravillosas... y espantosas. Si pretenden sumergir bajo el agua este valle, lo conseguirán. Tienen que marcharse, tanto si les gusta como si no. Los dragones la miraban fijamente. Incluso el que poco antes se había vuelto de espaldas. Algunos alzaban la vista hacia las montañas, como si aguardaran que al momento siguiente las máquinas hollaran las negras cumbres. –¡Maldición! –murmuró Piel de Azufre–. Ese tipo me ha puesto tan furiosa que he tirado una seta deliciosa. Era una negrilla. Pocas veces se encuentra algo tan exquisito –enojada, se bajó de la espalda de Lung y empezó a rebuscar por la hierba húmeda. –Ya lo han oído –dijo Barba de Pizarra–. Tenemos que marcharnos. Vacilantes y atenazados por el miedo, los dragones se volvieron de nuevo hacia él. –Para algunos de ustedes –prosiguió el viejo dragón–, es la primera vez, pero muchos ya hemos huido con frecuencia de los humanos. Sin embargo, esta vez nos costará mucho encontrar un lugar que ya no les pertenezca –meneó compungido la cabeza–. Son cada vez más, me parece a mí. Con cada luna. –Sí, están por todas partes –afirmó el que poco antes se burlaba de las palabras de Piel de Azufre–.
Sólo cuando vuelo por encima del mar dejo de percibir sus luces allá abajo. –¡Entonces tenemos que intentar vivir con ellos de una vez por todas! –exclamó otro. Pero Barba de Pizarra meneó la cabeza. –No –replicó–. No se puede vivir con el hombre. –Oh, claro que se puede –la rata se acarició la piel mojada por la lluvia–. Perros y gatos lo hacen, y los ratones, y los pájaros, e incluso nosotras, las ratas. Pero ustedes –dejó vagar la mirada por los dragones–, ustedes son demasiado grandes, demasiado listos, demasiado... –se encogió de hombros– ...demasiado diferentes. Les darían miedo. Y lo que asusta al hombre, éste lo... –...destruye –sentenció el viejo dragón con voz cansada–. A punto estuvieron de exterminarnos una vez, hace muchos, muchos centenares de años –levantó su pesada cabeza y miró a los más jóvenes, uno detrás de otro–. Yo confiaba en que al menos nos dejaran este valle. Fue una insensatez. –¿Pero dónde iremos entonces? –gritó desesperado uno de los dragones–. Éste es nuestro hogar. Barba de Pizarra no respondió. Alzó la mirada hacia el cielo nocturno, en el que aún se ocultaban las estrellas tras las nubes, y suspiró. Después dijo con voz ronca: –Regresen a La Orilla del Cielo. La huida tiene que tener fin. Soy demasiado viejo. Yo me ocultaré en mi cueva, pero ustedes, los más jóvenes, pueden conseguirlo. Los jóvenes le miraron asombrados. Los demás levantaron las cabezas y volvieron la vista con añoranza hacia el este. –La Orilla del Cielo –Barba de Pizarra cerró los ojos–. Sus montañas son tan altas, que rozan el cielo. Sus laderas ocultan cuevas de piedra de luna y el valle de su regazo está cubierto de flores azules. Cuando eran pequeños, les contábamos historias de ese lugar. Quizá los tomarían por cuentos, pero algunos de nosotros lo hemos visto de verdad –abrió de nuevo los ojos– . Yo nací allí hace tanto tiempo que desde entonces ha transcurrido casi una eternidad. Cuando me alejé de allí volando siguiendo la llamada del vasto cielo, yo era más joven que la mayoría de ustedes. Volé hacia Poniente, cada vez más lejos. Desde entonces, nunca más me he atrevido a volar a pleno sol. He tenido que esconderme de personas que me tomaban por un pájaro infernal. Intenté regresar, pero ya no logré encontrar el camino –el viejo dragón miró a los más jóvenes–. ¡Busquen La Orilla del Cielo! Regresen a sus cumbres protectoras, quizá entonces no necesiten huir de los hombres nunca más. Aún no han llegado aquí –señaló con la cabeza las oscuras cimas circundantes–, pero lo harán. Lo percibo desde hace mucho tiempo. ¡Vuelen, váyanse volando cuanto antes! De nuevo reinó un completo silencio. Una lluvia fina como el polvo caía del cielo. Piel de Azufre, tiritando, hundió la cabeza entre los hombros. 02 de JUNIo de 2008 | EMEEQUIS | 55
–Pues muchas gracias, caramba –dijo a Lung entre susurros–. La Orilla del Cielo, psss. Suena demasiado bonito para ser verdad. El viejo debió soñarlo, eso es todo. Lung, sin decir palabra, levantó la vista meditabundo hacia Barba de Pizarra. De repente, dio un paso adelante. –¡Eh! –siseó asustada Piel de Azufre–. ¿Qué te propones? No hagas tonterías. Pero Lung hizo caso omiso. –Tienes razón, Barba de Pizarra –afirmó–. De todas maneras, estoy harto de limitarme a volar en círculo sobre este valle –se volvió hacia los otros–. Busquemos La Orilla del Cielo. Partamos hoy mismo. La luna está en cuarto creciente. No hay noche mejor para nosotros. Los demás retrocedieron ante él, como si se hubiera vuelto loco. Barba de Pizarra, sin embargo, sonrió por primera vez aquella noche. –Eres bastante joven todavía –constató. –Soy lo bastante mayor –respondió Lung alzando un poco más la cabeza. Tenía un tamaño parecido al del viejo dragón. Tan sólo sus cuernos eran más cortos y sus escamas brillaban a la luz de la luna. –¡Alto, alto, un momento, por favor! –Piel de Azufre trepó presurosa por el cuello de Lung–. ¿Pero qué locura es ésta? Tú quizá hayas volado diez veces más allá de estas colinas. Tú, tú... –extendió los brazos señalando las montañas a su alrededor–, tú no tienes ni idea de lo que hay detrás. ¡No puedes echar a volar sin más ni más y cruzar el mundo de los humanos en busca de un lugar que a lo mejor ni siquiera existe! –¡Cállate, Piel de Azufre! –le ordenó Lung irritado. –¡De ninguna manera! –bufó la duendecilla–. Mira a los demás. ¿Tienen pinta de querer salir volando? No. Así que olvídate del asunto. Cuando lleguen los humanos, encontraré una hermosa cueva nueva para nosotros. –¡Escúchala! –recomendó uno de los dragones avanzando hacia Lung–. La Orilla del Cielo sólo existe en los sueños de Barba de Pizarra. El mundo pertenece a los humanos. Si nos escondemos, nos dejarán en paz. Y si de verdad vienen hasta aquí, tendremos que ahuyentarlos. La rata rió. Con una risa ruidosa y estridente. –¿Has intentado alguna vez ahuyentar al mar? –gritó. Pero el dragón no le contestó. –¡Vengan! –les dijo a los demás. A continuación, dio media vuelta y regresó a su cueva bajo una lluvia torrencial. Uno tras otro lo siguieron. Hasta que sólo quedaron Lung y el viejo dragón. Barba de Pizarra descendió de la peña con las piernas entumecidas y miró a Lung. 56 | EMEEQUIS | 02 de JUNIo de 2008
–Puedo entender que tomen sólo por un sueño La Orilla del Cielo –dijo–. A mí me sucede lo mismo algunos días. Lung sacudió la cabeza. –Yo la encontraré –dijo echando un vistazo en torno suyo–. Aunque Rata se equivoque y los humanos sigan donde están... debe existir un lugar en el que no tengamos que escondernos. Y cuando lo haya encontrado, volveré a buscarlos. Saldré esta misma noche. El viejo dragón asintió con un gesto. –Ven a mi cueva antes de partir –le dijo–. Te contaré todo lo que sé. Puede que ya no sea mucho. Pero ahora tengo que resguardarme de la lluvia, o mañana no podré mover estos viejos huesos. Regresó a su cueva caminando pesadamente y con esfuerzo. Lung se quedó solo con Rata y Piel de Azufre. La duende estaba sentada en su espalda con expresión enfurruñada. –¡Tonto! –le riñó en voz baja–. Jugando a hacerte el héroe, buscando algo que no existe. Tsst. –¿Qué demonios farfullas? –le preguntó Lung volviéndose hacia ella. Entonces Piel de Azufre explotó. –¿Y quién te despertará cuando se ponga el sol? –le gritó–. ¿Quién te protegerá de los humanos, te cantará mientras duermes y te rascará detrás de las orejas? –Eso, ¿quién? –preguntó Rata con tono impertinente. Aún seguía sentada en la peña que había ocupado el viejo dragón. –¡Pues yo, naturalmente! –respondió con un bufido Piel de Azufre–. ¿Qué otra cosa puedo hacer? ¡Voto a la oronja mortal! –¡De eso nada! –Lung se volvió con tanto ímpetu, que Piel de Azufre estuvo a punto de resbalar de su espalda mojada por la lluvia–. Tú no puedes venir. –¿Ah, no? ¿Y eso por qué? –Piel de Azufre se cruzó de brazos muy ofendida. –Porque es peligroso. –A mí me tiene sin cuidado. –Pero si tú odias volar. ¡Te pone enferma! –Me acostumbraré. –Sentirás nostalgia. –¿De qué? ¿Te has creído que voy a esperar aquí hasta que me muerdan los peces? No, iré contigo. Lung suspiró. –Bien –murmuró–. De acuerdo. Pero no se te ocurra quejarte por haberme acompañado. –Seguro que lo hará –soltó Rata. Y con una risita contenida, brincó de la roca hasta la hierba húmeda–. Los duendes sólo se sienten felices cuando rezongan. Pero ahora, reunámonos con el viejo dragón. Si vas a partir esta misma noche, ya no te queda mucho tiempo. Desde luego, no el suficiente para acabar de discutir con esta comesetas cabezadura. ¶
cor ne li a funke
Ella no es la madre de Harry Potter
TENEMOS TRES EJEMPLARES DE CORTESÍA DE EL JINETE DEL DRAGÓN Si te interesa llevarte uno, escríbenos a buzon@m-x.com.mx Los ganadores deberán pasar a recoger su libro con una revista emeequis de esta semana
El origen de tal denominación es un misterio, pero un día Cornelia Funke amaneció con la novedad de que era la J.K Rowling alemana. “Así le dicen comúnmente”, resaltó la revista Time en 2005, cuando la eligió como una de las 100 personas más influyentes del mundo. Así, como la Rowling alemana, es como se ha dado a conocer en reseñas, entrevistas y críticas literarias. Pero Cornelia posee una voz y estilo propios. Si hay aspectos que la hermanan con la Rowling, éstos tienen que ver con el hecho de que ambas son rubias, comenzaron a escribir obras fantásticas después de los 30 años y sus nombres son sinónimo de éxito en ventas. La literatura infantil de Funke, abraza universos que abarcan las tierras habitadas por comunidades de dragones, mundos donde un par de chiquillos le entran sin miedo a la caza de fantasmas, mares que son surcados por una niña pirata o el hogar de una familia de magos en el que la hija anhela ser un caballero de la corte y los padres terminan convertidos en cerdos a causa de un hechizo que salió mal. Hay humor en sus historias, personajes sencillos y una prosa ágil que invita a los chavillos a sumergirse en su mundo. “Puede resultar ligero y en ocasiones tonto, pero tal vez mis lectores lo disfruten tanto como yo”, ha dicho la autora con respecto a una de sus series, justamente aquella de los cazafantasmas. Pero hay otra serie que entre niños y no tan niños es un éxito rotundo: la “trilogía de la tinta”, conformada por los libros Corazón de Tinta, Sangre de Tinta y Muerte de Tinta. Historias que responden a la pregunta de qué pasaría si los personajes de los libros cobraran vida con sólo leerlos en voz alta. Qué pasaría si ellos, hechos de tinta y letras, anduvieran entre nosotros, dotados de cuerpo y alma, a causa de un hechizo. La obra de Funke abarca más de una veintena de títulos. Historias y personajes
que comenzaron a emerger después de que Funke estuviera a punto de cumplir los 35 años. “¡Ya era una anciana!”, bromea en su página web. Previamente se desempeñaba como trabajadora social con niños y posteriormente ingresó a un curso de ilustración en Hamburgo. Sus dibujos acompañaron la obra de diversos autores infantiles. “Pero mientras más leía la obra de otros escritores para ilustrarla, más me aburría. Entonces fue que decidí escribir mis propias historias”. Los personajes de Funke saltaron de los libros al teatro y el cine. Así sucedió con Las gallinas locas, que trata sobre una pandilla femenina y de la cual actualmente se filma la tercera entrega. Otras, como Emma y el genio azul, se han montado en teatro de marionetas en la tierra natal de Funke. Actualmente la autora vive en la ciudad de Los Ángeles, en una casa que fue propiedad de la actriz Faye Dunaway y donde posee un estudio en el jardín repleto de fotos, postales y una colección de dragones. Justamente, la historia que acaba de sacar a circulación el Fondo de Cultura Económica trata de estos seres fantásticos: El jinete del dragón, una obra que más de un millón 300 mil personas han leído en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania… si nos atenemos a las cifras de venta de estros tres países. “Me molesta cuando la gente me pregunta cuándo voy a escribir libros de verdad”, confesó la autora al diario español El País. “Me dicen que mi literatura es demasiado bella para ser destinada a los niños”. Y es que ningún adulto está restringido de ser el jinete del dragón que surca en su vuelo por los libros de esta mujer, a quien se ha preferido reconocer como “la Rowling alemana”, antes que como Cornelia Funke. (Tatiana Maillard) 02 de JUNIo de 2008 | EMEEQUIS | 57
Monopolio de la estupidez Enviado por Israel Chávez Reséndiz
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n el CCH llené mi cerebro de ideas anarquistas. Del comunismo exacerbado pasé al estudio del socialismo científico y a la crítica del socialismo utópico. Todas las lecturas apuntaban a un cambio radical, tendríamos que abolir la figura del Estado para consumar nuestra libertad. Al carajo con las socialdemocracias, al diablo con las dictaduras del proletariado. Ya no era comunista, yo trabajaba por la libertad. Era común que entre compañeros discutiéramos la situación política del país. Ahora que lo pienso, me produce mucha risa el papel que asumíamos como activistas libertarios. Ah, cómo nos gustaba esa palabra: libertarios. Rechazábamos el mote de punks, incluso el de anarquistas, pues nos parecía un timo aunque, para ser sincero, disfrutábamos vestir de negro con parches que incitaban a la violencia por la libertad: a la acción directa. Por mucho tiempo dedicamos nuestros ratos de ocio a generar manifestaciones. Asistíamos a marchas, escribíamos demasiados panfletos, nos adoctrinábamos con más y más teoría política, incluso estúpidamente estudiábamos manuales para crear explosivos y de vez en cuando arrojábamos bombas molotov en el estacionamiento de la escuela. En fin, el nivel de enajenamiento fue bastante elevado. De ahí que cuando marchábamos por el centro de la ciudad nos cubríamos el rostro para hacer pintas como “No al terrorismo de Estado” o “Privaticen el hambre y la miseria”, pero de la que más echábamos mano era “Sin dios, ni patria ni frontera… sin dios, ni amo ni autoridad, yo peleo por la libertad. Viva la autogestión”. Por ese entonces me imaginaba un Estado fuerte, un Estado digno de combatir, un Estado que ejercía el monopolio de la violencia con tal precisión que nos mantenía sometidos en la más injusta pobreza. De algún modo idealizábamos al “enemigo”. Hablábamos de tácticas contrainsurgentes, de la doctrina del enemigo interno, de la dichosa Escuela de las Américas, la más sanguinaria escuela contrainsurgente administrada por los yanquis. Teníamos mucho odio en la cabeza, éramos libertarios. Ahora he desistido del pensamiento político, lo aborrezco. No me importa acabar con el Estado ni con la autoridad. Sin embargo los sigo odiando. Tenso mi puño cada vez que miro a alguna “fuerza del orden”, ya no muestro conmiseración alguna. Antes, por ejemplo, estaba convencido de que “las fuerzas del Estado” eran el pueblo convertido a fuerza de culatazos en soldado o policía. Hoy caigo en cuenta que no son más que varios kilos de porquería envueltos con los impuestos que me arranca el Estado. Llamarles neandertales sería un halago. Todos altaneros con su plaquita, alardeando que son la ley, fanfarroneado con su arma de cargo (con la que muchos de ellos se han matado por no saber utilizarla), balbuceando reglamentos y códigos penales para estafarte de la peor manera. Son gargajos en la pared. Ellos son quienes ejercen el monopolio de la estupidez, de la violencia, son quienes nos despojan de la libertad, quienes representan la coerción del Estado. Policías al fin y al cabo, una subespecie humana en constante crecimiento. Y semejante castigo es proporcional al nivel de nuestra inteligencia. Después de todo lo merecemos, pues somos incapaces de cambiarlo. ¶
La auténtica página blanca es el espacio de emeequis destinado a tus textos, fotos o ilustraciones. Esta página se imprimirá en blanco cuando no lleguen colaboraciones con la calidad esperada. Los materiales seleccionados se incluirán también en nuestro sitio www.eme-equis.com.mx, para el que podrás pasarnos archivos de audio y video. Ah, y no mandes más 4 mil caracteres, por favor.
Envía a laautenticapb@m-x.com.mx 58 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
Por Armando Vega-Gil | permanencia@m-x.com.mx www.myspace.com/armandovegagil por Armando Vega-Gil | permanencia@eme-equis.com.mx
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A prueba de muerte
e dice que la venganza es un plato que se come frío, que el pago con aquella misma moneda con la que se nos lastimó debe hacerse sin el arrebato pasional que nos ciega y nos hace errar el golpe que ha de resarcirnos. Se insiste en que la reivindicación a nuestra dignidad (moral y física) pisoteada debe ser producto de un cálculo sereno, racional, para que el mal y el daño revirados penetren con exactitud en el adversario. De lo contrario el vengador quedará frustrado al no desahogar la catarsis que limpie su cuerpo y alma de la herida que no cierra. La venganza, se recomienda, debe tener una estrategia que garantice que el enemigo no podrá devolvernos el golpe, esto es: la venganza debe anular el regreso de una nueva venganza dirigida contra nosotros, aunque en la mayoría de los casos este ponerse al parejo de unos y otros cae en una espiral interminable de ires y venires que podría detenerse sólo hasta el exterminio de los vengadores, o simplemente cuando el cansancio ha extraviado el sentido mismo de la venganza. ¿Cuántas venganzas de pronto se alejan del origen que las parió y se vuelven simples actos de cobardía, xenofobia, rabia sin nombre ni rostro? ¿No será que cuando hemos llegado al momento de ejercer nuestro posible poder vengador, luego de tanto cálculo desapasionado, no tenga ya sentido ver morder el polvo a nuestro enemigo? El tiempo se lleva lejos —al pasado— la emoción, la locura, la villanía; se lleva lejos los atavismos que nos separan de los animales, porque ellos no envenenan sus almas con rencor, no tienen que serenarse para perdonar ni hacer viajes de culpa para pedir perdón. Por eso es que la venganza es un plato que, o se come caliente o se tira al bote de los desechos. Claro, esto es mera suposición, porque el alcance de nuestras pequeñas venganzas ordinarias y cotidianas no desencadenan batallas mortales ni eslabones interminables que van de generación en generación, como herencias malditas y absurdas. Para eso está el arte, al menos el entretenimiento como una forma del arte. Para ponernos en los pies y en la cabeza del vengador, del vengado. Las buenas obras narrativas nos llevan a los espectadores con
la pasión, aún viva en nuestra memoria, al ajuste de cuentas y, bajo sus reglas de verosimilitud, nos justifican todo acto de vindicación irracional. En A prueba de muerte, Quentin Tarantino nos sumerge en el mundo entrañable de dos grupos de mujeres bravas, llenas de una admirable, poderosa energía sexy, chulas y desmadrosas, chavas autónomas, liberadas de los yugos machistas, que de pronto son atajadas por la azarosa violencia de un macho sicópata que anda nomás por allí matando hembras monumentales, valkirias tejanas, amazonas de la urbe moderna, un bárbaro rubio que a final de cuentas es la suma de todos los desprecios, opresiones y discriminación que la sociedad masculina ejerce sobre las mujeres. Pero, al menos en este mundo extraño de la ficción tarantinesco-exacerbada, la venganza en estado de ebullición, quemante, es ejercida en el momento justo, sin cálculos ni serenidad, con toda la locura que alienta a tomar la justicia en propias manos. Y quién mejor para vengar a las mujeres sacrificadas que otras mujeres, guerreras fílmicas en un universo que es un homenaje al cine de las películas serie B gringas, al cine de las guerreras de la carretera. En A prueba de muerte, Tarantino nos hace un largo guiño a los espectadores —cinéfilos retro— que, si no nos volvemos cómplices de él, nos podríamos aburrir o encabronar en los largos planteamientos que de golpe son cerrados, como si fueran dos episodios aislados de una serie de televisión, por secuencias de una velocidad, tensión y violencia pasmosas, en cascada de referencias que van desde carteles de películas mexicanas pegadas en los muros de un bar de Austin, hasta brincos, pegotes y rayones en las copias, como si viéramos un viejo filme de los setenta. Tarantino incluso se cita a sí mismo con un interminable plano secuencia circular, y a otros muchos directores de road pictures serie B y pelis gore archivadas en la memoria del director. Él nos muestra de dónde ha abrevado para hacer su propio cine, no como un acto de venganza, sino como un homenajedivertimento con un asunto filoso en su trasfondo, porque él y sus diosas fílmicas degustan el plato de la venganza recién salido del horno. ¶
* Músico, cineasta y escritor. Fundador del grupo de rock Botellita de Jerez e integrante de El Palomazo Informativo.
A PRUEBA DE MUERTE EU, 2007 Dir. Quentin Tarantino. Con Kurt Russell, Rosario Dawson, Rose McGowan y Sydney Tamiia Portier
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â&#x20AC;&#x153;Dicen que soy u
pero soy un bue El Hijo del Santo
un desgraciado,
en ser humanoâ&#x20AC;? Por Diego Mendiburu
dmendiburu@m-x.com.mx
FotografĂas: Eduardo Loza
Luchador, ídolo, icono y leyenda: todo eso es la figura del Enmascarado de Plata. Lo sabe El Hijo del Santo, quien se preparó no sólo para lucirse en los encordados, sino para defenderse en la vida: estudió comunicación en la Universidad Iberoamericana y como prueba de ello luce un lenguaje fluido y un estribillo medio fresa, “¿Me entiendes?”, al final de cada frase. Es el menor de los 10 hijos que tuvo Rodolfo Guzmán Huerta, El Santo. No le tiene miedo a nada: ni a sus contrincantes, ni a las mafias de promotores, ni a hablar de política o sobre sus conflictos familiares. Y cuenta cómo su padre fue el primer gran rival al que venció fuera del cuadrilátero. ¿El Hijo del Santo se ha enfrentado a los malévolos políticos chupasangre? No me gusta la política. Pero he apoyado más que a los partidos, a las personas. Apoyé a gente del PRI porque me caía bien. Al último que apoyé fue a Francisco Labastida, aunque no sé si hubiera sido un buen o mal Presidente. Otro que me cae bien es Felipe Calderón. Andrés Manuel López Obrador me caía muy bien, lo quise apoyar, pero vinieron muchas cosas que ya no me gustaron. Hubiera sido más grande aceptando una derrota. Es como en la lucha: si me ganan con trampa, y el público se da cuenta, mejor digo: “Está bien, no me ganaste legalmente, pero ya vendrá la revancha”, y quedo en un buen lugar. A lo mejor quedo como mártir. Pero si me pongo a vociferar, a hacer escándalo y a dañar a los ciudadanos con tantas marchas y tantas cosas... hay que saber perder. Opino lo mismo de Vicente Fox. Cuando ganó, me dio gusto porque iba a haber un cambio, pero nunca lo sentí. Vi a un Presidente tibio. Y pienso igual del subcomandante Marcos. Cuando se enmascaró y armó toda una revuelta, me dio gusto, pensé que iba a proteger a la gente. Pero nomás hizo mucho alarde. Marcos podría hacer muchas cosas todavía. En Estados Unidos, a los apaches los tienen en reservas, y ellos son dueños de sus hoteles, de sus casinos. Llegas a un hotel, por ejemplo a Ruidoso, Nuevo México, y todo lo que genera el hotel es para las comunidades apaches. Las cocineras, los administradores, los que rentan los esquís, todos son apaches. ¿Por qué no hacer eso con los indígenas en Chiapas? ¿Por qué no hacer que el “hotel X” le pertenezca a los indígenas? ¿Por qué no son ellos los que guisan en los hoteles? Pues porque estamos en México.
¿Le gustaría que Marcos los organizara para que tuvieran sus hotelitos? No sé si Marcos. Quizá el gobierno: “A ver, se les va a hacer un hotel con recursos del gobierno y nos lo van a ir pagando, o se los regalamos”, pero que ese hotel les dé frutos a ellos, que lo que se venda en el hotel sean sus productos. El Hijo del Santo no tiene miedo de hablar sobre política. Hablo como ciudadano. Puedo creer que Felipe Calderón es una persona de palabra, un hombre que tiene bien puestos los pantalones. Pero ya hubo una decepción con Fox… Sí. Fox debió salirse con la suya y poner su aeropuerto en donde quería. No puedes amenazar a una autoridad con machetes. O a lo mejor llegar a un acuerdo. Haberles dicho: “Señores, vamos a poner un aeropuerto, ustedes van a ser dueños de las concesiones de las tiendas”. Y todos contentos. Fox no me cae mal, me cae bien. Es buena gente. Y López Obrador me cayó bien cuando hizo su segundo piso. ¿Por qué no poner un segundo piso? Si lo pones en San Miguel de Allende te criticaría, porque le quitarías la magia al lugar, pero ¿en la ciudad de México? Y lo que hace Marcelo Ebrard me gusta. Puso sus playas, y a lo mejor hay gente que en verdad no puede ir a una playa natural, y ahí está en las de Ebrard. ¡Le gustan todos los políticos! Porque me caen bien las personas, los seres humanos que hacen las cosas con ganas, con decisión. Carlos Salinas de Gortari, mis respetos; después me decepcionó también.
Si él hubiera seguido como inició, yo hubiera deseado que lo reeligieran. Al final, sentí que nos dio la espalda. Luis Echeverría me caía mal, con todo respeto porque ya murió (sic). José López Portillo, más o menos. ¿Aceptaría un cargo público? ¿Por qué no? Pero hay que prepararse como ser humano. Que hayas tenido tropiezos y te hayas sabido levantar. Que la vida te enseñe a que tener poder no es para usarlo mal. Estoy tratando de ayudar a mis compañeros e intento que tengan mejores salarios, mejores hoteles, que se les trate con la dignidad que se merecen. Esa es mi lucha más fuerte, y si tuviera un puesto político pensaría igual. Su sobrino Axel (conocido como El Nieto del Santo) también quiere ponerse la capa. El nombre de El Santo estuvo libre mucho tiempo. Y nadie de mi familia lo aprovechó. Nadie se preocupó por evitar que el nombre de El Santo lo registraran otros. Gracias a mí ningún malandrín pudo registrar el nombre, porque yo había registrado la palabra Santo. Cuando me doy cuenta de que el nombre del Santo está a la deriva, registro todo lo que tiene que ver con el personaje, hasta hacerlo una marca. Y cuando la gente ve que tú lo registras y que empiezas a cosechar lo que has sembrado, y que pones una tienda, que vendes café, máscaras y playeras, de pronto dicen: “Yo también quiero”. ¿Por qué no se interesaron antes? El Santo nunca va a ser olvidado, pero si El Santo sigue vivo es gracias a mí, sigue vigente no sólo por sus películas, sino porque constantemente le doy brillo. ¡Imagina que de pronto todos mis sobrinos quieran ser el nieto del Santo! ¡Pues no, ahora no! Además, mi sobrino Axel es pésimo luchador y para ser El Santo se requieren muchas cosas que él no tiene, y que mi padre puso como condición, como terminar una carrera universitaria. Este chavo no terminó ni la preparatoria. El Santo tiene que ser una persona culta, que tenga, sobre todo, decencia. Y por eso no hay nieto del Santo. ¿Por qué usted continuó la leyenda del Santo y no alguno de sus hermanos? ¿Cuál es la diferencia? No sé por qué no lo hicieron. Pretextos hay muchos. Y uno de ellos es que mi papá no quería que fuéramos luchadores. Para mí no fue un obstáculo. Le dije que quería ser luchador cuando ya me encontraba combatiendo. ¿Para qué le pedía permiso si no me lo iba a dar? Sin embargo, le dije que quería entrenar y lo autorizó cuando yo tenía 16 años. Me dejó con un entrenador al que le dijo: “Te lo encargo. Enséñalo, pero no quiero que luche, sólo quiero que aprenda a defenderse”. Y ahí me quedé, en el gimnasio de la Arena México. Los primeros días me pusieron unas friegas tremendas para ver si tenía madera o no. Las aguanté y regresé, y cuando me sentí preparado luché profesionalmente como Korak, a escondidas de mi padre, quien al enterarse me reprochó pero defendí mi postura. Le dije:
“¿Por qué no voy a luchar, si tú eres luchador? Yo también voy a serlo”. “No, no vas a hacerlo porque debes terminar una carrera”. “La voy a terminar”, respondí. A mi hermano mayor, que me lleva 20 años, le dejó la máscara en las manos y le dijo: “Ponte la máscara, y en lugar de que yo salga manejando en una escena de una película, tú vas a conducir”. Y así lo hizo. Mi padre ponía el camino, pero había que ganárselo. No puede ser tan fácil: “¿Quieres ser El Santo? Aquí está la máscara”. Pues no. El parecía decir: “Aquí está la máscara, pero tú descubre cómo ganarla”. Desde el momento en que dejó que me enmascarara –tenía 13 años cuando me encapuché por primera vez y me tomaron fotografías para hacer un registro de El Hijo del Santo ante derechos de autor– ya había un antecedente. Era como ponerse una máscara de papá exigente: “No quiero que luches, estudias y te callas la boca”. Pero era una máscara, una máscara más. Y se la quité. Fue su primera victoria. Sí. Porque también fue la primera vez que me hizo sentir mal. Mi madre murió, mi padre se volvió a casar. Eso para mí fue muy fuerte. No lo acepté. Pero entendí que si quería tener a mi papá conmigo tenía que aceptar a su esposa, y no juzgarlo. Entonces traté de llevarme bien con ella y lo logré. Ya había perdido a mi mamá y no quería perderlo a él. Sin embargo, cuando me reprochó que luchara, le respondí: “Y tú ¿por qué te casas? Yo no quiero que te cases. Tú haces lo que quieres, déjame hacer lo que quiero”. Tuve el valor de enfrentarme a él. Fue mi primera victoria: quitarle esa máscara de papá necio y egoísta. ¿Y no es válido que Axel, su sobrino, se atreva a enfrentarlo como usted lo hizo con su padre? ¡Ya se me enfrentó, y ya me demandó! Pero a mí no me interesa él, ni como familiar ni como luchador. Me dio la espalda cuando no era ni siquiera luchador. Yo lo metí a entrenar, lo puse en el camino: lo metí a la AAA y al Consejo Mundial de Lucha Libre. Y cuando la gente te paga mal, la tienes que borrar de tu vida. La gente negativa, malagradecida, no cabe. ¿Y la relación con el resto de sus hermanos? Está deteriorada. Pero no es sólo mi problema, es de cada uno de nosotros. Yo no soy culpable. Quien me puso en este lugar fue mi papá, porque yo luchaba como Korak, y él me dijo que luchara como El Hijo del Santo. Hay testimonios en video donde El Santo dice: “Él va a ser El Hijo del Santo, y más tarde, El Santo también”. Quiso que fuera yo porque mis hermanos no quisieron. Amo a mis hermanos. Jamás he hablado mal de ellos, ni lo haré. Pero cada quien tiene lo que se merece. Si ellos no se dieron cuenta de lo que significaba El Santo hasta ahora, no es problema mío. Mis padres me enseñaron a luchar por mi familia. Tu familia ya no son tus hermanos: son tus hijos y tu mujer. Punto. Eso lo vi con mi papá. Siempre dio la vida, se sacrificó y trabajó
por su esposa y sus hijos. Yo hago lo mismo. Nunca vi que mi papá mantuviera a sus hermanos. Y menos a sus sobrinos. No tengo por qué mantener a nadie. No con todos mis hermanos está fracturada la relación. Curiosamente, los que han sido más independientes, los que han logrado más éxitos, están conmigo. Pero unos, quizá, se quedaron frustrados porque no lograron hacer lo que quisieron de su vida y buscan un culpable. Tengo la conciencia tranquila. Me considero un gran ser humano. Soy un buen papá, aunque no veo a mis dos hijos mayores. Si ellos tienen otra idea de mí como papá, ese no es mi problema, es problema de ellos. Estoy en paz. ¿Quién debería continuar la leyenda de El Santo? Si alguien lo merece, es un hijo mío. Porque esto es de padres a hijos, no es de sobrinos. Si no es mi hijo menor, no va a haber otro Santo. ¿Y si se dedica a otra cosa? Adelante. Si quiere ser baterista, porque le encanta la música, lo apoyaré, y espero que termine una carrera. Y si quiere ser luchador, lo voy a apoyar. El Santo seguirá vivo a través del cine, a través de la caricatura, a través de las tiendas. No voy a dejarlo morir. Los mexicanos no lo van a dejar morir, como no dejan morir a Pedro Infante. El Santo está más vivo que Pedro Infante.
¿Quiénes? Toda la gente. Los promotores no le pagaban, que porque no había existido una buena entrada, pero tampoco pagaban cuando les iba bien. Él me dijo que cuidara y defendiera mi dinero, que debía de ser muy cordial con la gente y lo he sido. Pero lo que debe entender la gente es que soy otra persona, no soy Rodolfo Guzmán Huerta. Mi papá no supo poner los límites necesarios a mucha gente. Yo sí he sabido ponerlos, y eso no gusta a los demás. Comienzan a decir que eres egoísta, envidioso, que tu esposa es tu mayor influencia… Eso hace la gente, sean promotores o sean tus hermanos. Pueden decir que soy un desgraciado, pero sé lo que soy: soy un buen ser humano, al que le han dado golpes bajos, por lo que he tenido que ponerme una armadura. Mi papá era tan noble que fue engañado por Jacobo Zabludovsky. Mi padre confió en él. Jacobo fue muy astuto y, para jalar audiencia, en su noticiario anunció que El Santo se había quitado la máscara, y congeló la imagen de cuando mi padre se la levantó en una entrevista. Eso nunca se lo esperó, ya que se la había alzado por unos segundos. Se enojó y habló directamente al estudio, pasaron su voz al aire, y le reclamó a Jacobo. Le dijo: “Licenciado, no me he quitado la máscara, y no me imaginé que usted fuera a poner mi cara congelada”. Y Jacobo, al ser un hombre sumamente inteligente, le sacó la vuelta. Mi papá falleció a los ocho días.
Mi papá tenía mucho miedo a la vejez... por eso murió cuando quiso
¿El Santo se ha vuelto un producto? El Santo es una marca. Lo hice una marca para protegerlo, porque parecía carroña: todos comenzaron a morder y a robar. Se ha vuelto un producto digno, de calidad. Mucha gente me ha criticado por hacer esto, pero lo hablé con mi papá. Hablé cosas con mi papá que a nadie más compartió, ni a mis hermanos. Todo cambia cuando te dedicas a lo mismo y sabes lo que es entrenar, subirte a un ring, lo que es que te quieran romper un brazo por envidia. Eso no lo sabe nadie de mi familia, porque nadie es luchador. Me dijo que El Santo no sólo me iba a dar frutos en la lucha, sino también en otros ámbitos. “Si lo sabes cuidar, te va a dar mucho”. Y a lo mejor se refería a esto. Si él hubiera tenido a alguien que lo asesorara más, mi padre hubiera iniciado esto. El tenía la visión, pero no quién lo hiciera. Mucha gente te va a decir que El Santo era buena gente y que luchaba hasta gratis para los promotores y que si no le pagaban a él no había problema mientras le pagaran al resto de los compañeros. Nomás que abusaron mucho de él.
¿Le quedó mucho rencor? Mi papá estaba mal desde que mi mamá murió. Se rindió ante la vida. Se fue al suelo. Ya tenía a sus hijos casados y yo, que era el más chico, estaba en la universidad. Luego se casó y eso representó una oportunidad para revivir. Pero no lo logró. Él ya no quería seguir. Cuando se levantó la máscara ya estaba enfermo. Tenía un marcapasos, estaba muy triste –no sé por qué, quizá extrañaba a mi mamá o tenía problemas en su matrimonio–. Además, le dio hepatitis y aún así siguió trabajando. Eso no lo sabe nadie. Se complicó, le vino el infarto y murió. Fue un hombre que tuvo mucho miedo a la vejez, no quería ser viejito. No quería que la gente dijera: “Mira, ese viejito era El Santo”. Se murió a la edad que quería morir, en plenitud, y como ídolo. Yo nunca me voy a quitar la máscara. Que me entierren con ella. ¶
Para las brujas, el infierno Ella es capaz de generar todo un tratado sobre las relaciones afectivas y/o sexuales entre humanos, pero también sobre cualquier trivialidad. Y lo hace, claro, desde la perspectiva de una mujer. Se hace llamar La Maga, es directa, abierta y no tiene pelos en la lengua. [¿Se vale esta expresión para el lenguaje escrito? Ojalá que sí, porque “no tiene pelos en los dedos” (al escribir) suena muuuuuy raro]. Te garantizamos amplias horas de entretenimiento con sus aventuras y disertaciones. Echa un ojo al post de muestra. A esta chica mágica la encuentras en http://www.vrazitos.blogspot.com
Me desesperan los monógamos seriales Por La Maga
E
ntiéndase por “monógamo serial” todo/a hombre/mujer que necesariamente tiene que estar envuelto en una relación seria/formal/quieroserelpadreirresponsabledetushijosamén. Me perturban por varias razones. Número uno: La monogamia no es normal, me cae que no. Piénsenlo, el hombre es un ser social, y como tal debe convivir con sus congéneres, y qué mejor manera de hacerlo que el multidating (que tampoco se trata de salir con cualquier piltrafa que te invite un café, siempre hay que hacer un pre screening que optimice el proceso de selección). Hasta salió en el Discovery Channel, I swear. Número dos: Me impresiona la gente que no puede estar sola. Tengo una amiga que no puede ir sola ni a las tortillas, de verdad; va de un novio serio a otro a otro a otro, porque, ojo, no anda de cama en cama... Bueno sí, también, pero toooooooooooooooooooooooodos son sus novios, sabrá María Inmaculada cómo, pero termina con uno y sigue con otro, y siempre son relaciones de POR LO MENOS seis meses. Yo no digo que sea malo tener relaciones formales (si hasta yo he caído en eso), pero terminar con uno novio de dos años, y a las dos semanas tener otro con el que duras 10 meses, y así sucesivamente, como que deja mucho qué pensar. No es
que tengas que pasar por un año de celibato emocional cada que terminas una relación seria, pero tampoco naciste acompañada, cualquiera pensaría que te gustas lo suficiente como para poder pasar un periodo considerable de tiempo contigo misma, pequeña garrapatita emocional. En el caso de los hombres, estoy segurísima que tiene que ver con issues maternos, y de cómo buscan constantemente un sustituto de sus madres, o algo así. ¡Ja! Además, ser soltera rifa (fuera del dating desastroso y de las amigas de tu mamá que cada que te ven te preguntan “¿Y para cuándo te casaaaas? Ay, tú tan linda, ya deberías de conseguirte un novio”... No tienen una puta idea de cómo odio la palabra CONSEGUIRTE. Ni que fueran cocinas integrales). Número tres: Todas, todas, pero ABSOLUTAMENTE TODAS sus relaciones son proyectadísimas a un nivel así enfermopégateuntiroporfavor. No es humanamente posible hacer planes de boda con toooooooooooooodos tus novios, o sea... Hello! Tuve una compañera de la Uni que hasta los muebles tenía arrumbados en su casa, y cuando digo muebles me refiero a la cocina, el comedor, la sala y la recámara, literalmente. Al final ese novio la botó supongo que por psicópata, y ella se casó un año después con otro del mismo perfil (mi pregunta siempre ha sido si usó los
muebles que le compró el otro... misterio). Y nunca falta la que te tortura con nombres de niños imaginarios, y depas imaginarios, y lunas de miel imaginarias por las islas griegas, que supongo es delirio normal cuando andas en etapa mielera provoquemosasqueadascolectivas, que llega un punto en el que ya bastaaaaaaaaaaaaaaaa yo nada más vivo aquí, snif. Número cuatro: En esos raros periodos de soledad, te quieren a su lado como si fuera manda, como si en lugar de irte descalza hasta San Juan, debieras permanecer estoicamente a su lado para hacerla de novio sustituto. Y te arrastran de compras, y a sus compromisos familiares, y a todos esos eventos aburridos que como novio te toca hacer, con la diferencia de que tú no gozas (ni quieres) los beneficios del sexo prematrimonial. Así es como descubrí que dos amigas mías son ABURRIDÍSIMAS. Ah, pero cuando les señalas que quizá (quizá) tienen un pequeño, pequeñísimo problema con esto de no poder lidiar con la soledad, eres una perra malagradecida porque ellas sí te han acompañado en los momentos difíciles, que una cosa es eso y otra es hacerla de backup 24/7, pero bueno ya, ya, está bien, perdón. De todo lo anterior podemos concluir que... yo sí hubiera usado los muebles, ja. ¶
Envía tus recomendaciones a aledelcastillo@m-x.com.mx 69 | EMEEQUIS | 15 de octubre de 2007
22 de enero de 2007 | EMEEQUIS | 69
Por Ana Francis Mor | buenalesbiana@m-x.com.mx
Capítulo 25
H
¿Cómo se tuerce una buena lesbiana?
ace unos días, en consulta con mi traumatólogo-ortopedista-buga (quien es cuñado de Horacio Franco, el flautistaactivista-gay), me di cuenta de que su cara empieza a ser demasiado recurrente en mi vida. Doctor —le dije—, por qué no le hacemos como en los capuchinos: déme usté una tarjetita y por cada 10 consultas me regala dos. Él rió. Yo no tanto. Hasta hace dos años tenía yo a bien torcerme la espalda, de no poder ni caminar, cada más o menos seguido. Al poco tiempo me di cuenta de que esto ocurría cada vez que enfrentaba una situación de mucho estrés (a punto de estrenar, a punto de divorciarme, a punto de etcéteras). Fui a ver a este médico, me desinflamó a punta de alopatía inyectada y me dio un folletito de higiene de la columna. ¿Higiene de la columna?, pregunté yo. ¿Cómo? Pues sí. Resulta que si te duermes en posición fetal con una almohada entre las rodillas y una almohada especial désas ergonómicas en el cuellito; te bajas y te subes del coche, las piernas juntas primero y aluego el culo; te levantas con cuidado, apoyando con las manos; no cargas cosas muy pesadas; empujas en vez de jalar, y te pones una escalerita pa alcanzar lo de arriba en vez de estarte estirando como globe trotter, tu columna te lo agradece y no se tuerce. El caso es que esos torzones ya no me dan, y cuando me comienzan a dar me fijo en qué me está estresando, me pongo bien pacheca y santo remedio. ¿Y entonces mis visitas al doctor? Ah, es que luego de eso me partí el hocico en la carretera rumbo a Querétaro y casi me mato, pero sólo fue un esguince cervical… rehabilitación… bastante sabrosa la rehabilitación, sin duda… pero mucha consulta con mi doctor consentido. Luego de estar cerca de la muerte, una valora más la vida, taría muy babosa si no. El caso es que en un ataque de valoración de la vida me metí a un gimnasio carísimo y como también me duele muy seguido el codo (éste, metafóricamente hablando) pues no falto, así que llevo año y medio haciendo ejercicio como energúmena. Mis rodillas no estuvieron de acuerdo y reapareció mi doctor. Mientras no brinque yo como charal, puedo hacer todo el ejercicio que quiera. Afortunadamente y gracias a que se ha descubierto que casi todo el ejercicio aeróbico convencional
(aerobics, correr, saltar) le parte la madre a las rodillas, pues hay otras opciones de fitness (porque ya me dijeron que así se dice) que cuidan tus articulacioncitas. Después de mucho fortalecimiento de cuadriceps y 11 kilos menos, mis rodillas misteriosamente dejaron de doler. ¿No había mencionado que mi doctor me dijo que con ese peso que tenía ni mis rodillas ni mi columna ni yo misma me aguantaba? ¿No, verdad? Por supuesto que tuve que ir con un nutriólogo que se parece al Conde Contar, al cual no pienso dejar de ver nunca en la vida, pero esa, es otra historia. Mi doctor, el traumatólogo, en la última consulta que tuve ya nomás pa checar que mis rodillitas estuvieran bien, me felicitó por haber bajado de peso. —Espero no verlo en mucho rato —le dije yo. —Ja ja ja —dijo Dios. Sábado, cerca de las 11 de la noche. Entro a escena con un taconazo medio regular y ¡zaz! que se me dobla el pie. Mi experiencia en tacones pues no es mucha, la verdad, yo soy más bien del tipo de lesbiana con tenis o bota vaquera. Afortunadamente mi experiencia en romperme la madre empieza a ser cuantiosa, así que pude terminar mi función alternando entre bastón y silla de ruedas. Mi doctor no atiende los domingos, tons lo vi hasta el lunes. —¿Por qué no te atendiste ayer con otro doctor? —preguntó el incauto. —Porque los doctores son como las esposas —le dije yo—. Ya que confías en uno, pégatele por lo menos hasta que le pierdas la confianza. Esguince de tobillo. Seis semanas de cuidados con férula quita-pon incluida. —Te quiero acá en tres semanas —dijo él con su sonrisa de galán, porque además es guapo— pa ver cómo vas. —¿Se da cuenta de que lo veo a usted más que a mi ginecóloga? —le dije yo. —Sí, ya podríamos tener un tórrido romance —contestó en broma. —¿Sí, verdad? Si no tuviera yo el tabique lesbiano… —dije yo— porque ése no se quita con nada, doctor. Reímos juntos. Ahorita ando con bastón. Eso sí, como dice mi ex (en tono de Ofelia Guilmáin): muerta por dentro, pero de pie y fresca como lechuga. ¶
*Cabaretera y Reina Chula
02 de junio de 2008 | EMEEQUIS | 67
Por Gilberto Meza | gmezat@eme-equis.com.mx
Por Gilberto Meza | gmezat@m-x.com.mx
El nuevo pacto amoroso
Q
uiero empezar con un juicio lapidario, al estilo de los que nos endilgan las mujeres: los hombres hemos cambiado. Obligados por las circunstancias, es cierto, pero hemos cambiado. Tal vez de manera inconsciente, o quizá sólo como un intento de supervivencia, ya que desde hace tiempo dejamos de encontrar la aceptación plena por el simple hecho de ser hombres, para pasar a ser unos simples equis ye, como nos llaman algunas feministas a ultranza. Se nos exige más también, pero pocos son los que se rehúsan a cumplir su nuevo rol, que trata de empatarse al que vienen desempeñando por su parte las mujeres. Nos llevan ventaja, es verdad, pero ahí la llevamos. Ellas renunciaron a su mayor fuente de poder, no hay que olvidarlo: el misterio que rodeaba su imagen desde el Renacimiento. Siempre tuvieron claro que a los hombres nos era más fácil amar lo inaccesible, lo ausente de sustancia, lo etéreo, que a mujeres de carne y hueso (el partenaire que dice el psicoanálisis). Hoy quieren, en cambio, ser miradas como interlocutoras que no necesitan ser validadas por ninguna ideología, y ser amadas con todos sus defectos y limitaciones, justo como ellas hacen con la otra mitad de la humanidad, es decir, con nosotros. Quieren que las escuchemos, que asumamos su punto de vista, desean enriquecer con su visión de las cosas nuestro mundo irreprochablemente masculino. Aspiran a un compañero que vaya más allá de la aceptación discursiva, alguien capaz de compartir sus preocupaciones y placeres, porque ése es también parte del reclamo: que la igualdad alcance el placer. 68 | EMEEQUIS | 02 de junio de 2008
Lo que las mujeres parecen buscar en este nuevo acuerdo amoroso es la aceptación plena de su sexualidad y sus valores, una forma de ver el mundo que no está reñida con la de los hombres y que en muchos sentidos alimenta. Estamos viviendo parte de un nuevo pacto amoroso que si bien no ha sido definido aún, va marcando la práctica y los acuerdos particulares sobre la cotidianidad, ésos en los que cada pareja compromete una parte de su preciada libertad. Porque todos estamos claros que eso es lo que sucede cuando se hacen acuerdos: cada parte sacrifica un poco para construir objetivos comunes que en el fondo no acaban de satisfacer a ninguno. Es la historia de la civilización, qué le vamos a hacer. Lo importante, sin embargo, es lo que queda, lo que se hace costumbre, lo que se incorpora a lo cotidiano sin gritos y sin dolor. Me queda claro que este acuerdo está lejos todavía de los que hacen posible que la sociedad funcione, donde todos están claros que el rojo del semáforo significa alto y el verde adelante, es decir, el tipo de convención social que todos reconocen aunque no todos respetan. Porque un nuevo acuerdo amoroso no significaría necesariamente que todos lo cumplan a pie juntillas, sino solamente que partimos de una nueva serie de valores en los que todos coincidimos. Es así como la civilización avanza, de poco a poco, y es así como podemos alejarnos de la utopía, construyendo en el universo de lo cotidiano lo que soñamos posible. Es únicamente de esta manera que lo cotidiano puede alcanzar el rango de lo eterno, es decir de lo humano. Y si no, sólo nos queda regresar siempre al principio, a ese primer momento irrepetible. ¶
Por Cecilia Sotres | teatrical@m-x.com.mx Pequeñas por Marisol Gasé| teatrical@eme-equis.com.mx certezas De: Bárbara Colio Con: Angelina Peláez, Pilar Padilla, Cecilia Suárez o Gabriela Negrete, Antón Araiza, Amanda Farah, Roberto Campos y Édgar Parra Dirección y concepto escenográfico: Claudia Ríos Centro Cultural Helénico Lunes, 20:30 horas Hasta el 23 de junio
Pequeñas certezas, grandes aciertos
P * Actriz egresada del CUT. Integrante de Las Reinas Chulas, compañía especializada en el teatro de cabaret
equeñas certezas, obra de la escritora originaria de Mexicali Barbara Colio, recibió en 2004 el Premio Internacional María Teresa León para Autoras Dramáticas en Madrid; fue editada en España y estrenada en 2006 como lectura dramatizada en el Jer-wood Theatre Upstairs del Royal Court Theatre en Londres. Después de una temporada el año pasado en la Sala Xavier Villaurrutia, ahora se presenta en el Centro Cultural Helénico, bajo la acertada dirección de Claudia Ríos. La obra aborda la búsqueda de uno mismo a través del otro. Es una historia de recuerdos, desapariciones y encuentros permeada de humor negro que se origina tras la desaparición de Mario. Natalia, su novia, una fotógrafa que paradójicamente no tiene una sola fotografía de Mario, queda embarazada de él en el Distrito Federal. Es entonces que junto a su madre viaja a Tijuana, donde viven los hermanos Juan y Sofía, quienes intentarán saber quéfue de este hombre que abrió una cuenta en dólares a nombre de la hasta entonces desconocida Natalia. Todos ellos, con sus fragilidades y pequeñas certezas, emprenden la búsqueda de Mario. Del grupo de actores que se conjunta para dar vida a esta historia resalta el trabajo de la maestra Angelina Peláez, quien da vida a la madre adoptiva de Natalia, a la que conoce mejor que nadie y sabe, antes que ella misma, lo que hará. El personaje de Angelina es el de
la madre que hace de todos su familia, así sean extraños o conocidos. Una mujer adicta a los funerales que va buscando muertos para guardarles luto y llorarles como si fueran sus más íntimos familiares. El personaje que logra es entrañable, tremendo y tierno a la vez, lo cual confirma por qué Angelina Peláez es una de las mejores actrices de este país. El resto del reparto cumple muy bien con su papel. Natalia es interpretada eficazmente por Pilar Padilla, Sofía por Gabriela Negrete, quien encarna a un personaje tosco, agresivo, pero que en el fondo nos muestra, con ayuda de la madre (Angelina Peláez), una enorme fragilidad. Amanda Farah escenifica a Olga, la mejor amiga de Natalia, quien nos arranca carcajadas cada vez que aparece en escena. El concepto de la escenografía logra el objetivo de sumergirnos en la obra, pues si alguna vez ha estado en Tijuana, esta transmitirá ese aire de frontera, de gravedad y violencia que se respira en cuanto uno aterriza en esa ciudad e inmediatamente ve la línea divisoria entre México y Estados Unidos llena de cruces por los muertos que fueron y los que se van acumulando. Los cambios de un espacio a otro son muy limpios y dan cuenta del talento de la directora. No se pierda esta gran puesta en escena 100 por ciento mexicana, en la que la autora, la directora y las actrices mexicanas demuestran que están a la altura del teatro de “primer mundo”. ¶
CANCIONES POR LAS MUJERES
Como suele hacer, Eugenia León ofrecerá su voz para una buena causa: apoyar la labor de la organización Semillas o, lo que es lo mismo, la Sociedad Mexicana Pro Derechos Humanos de la Mujer. El concierto también contará con la participación del tenor Alan Pingarrón Reynoso. Si quieres contribuir tú también, nada más tienes que ir y disfrutar de una noche llena de música de excelente factura. Miércoles 4 de junio, 21:30 horas. $600 y $500. Lunario del Auditorio Nacional. Reforma y Campo Marte, Bosque de Chapultepec.
I N S TA L A C I Ó N
TODO CABE EN UN TROLEBÚS…
…Sabiéndolo acomodar. Primero, el larguísimo título anglosajón The eye will learn to long a world beyond reach se refiere a la instalación para sitio específico de Fernando Carvajal. Segundo, este artista recrea entre poliuretano y madera el hábitat de los castores, quienes son capaces de alterar la estructura dinámica del paisaje. Tercero, lo hace mediante una instalación que se ubica, ni más ni menos, que dentro de un trolebús, generando un espacio claustrofóbico en el que podemos entrar a curiosear y participar. Martes a domingo, de 11 a 13 y de 14 a 19 horas. Hasta el 20 de agosto. Entrada libre. Hotel Condesa df. Veracruz 102 esquina Guadalajara, Condesa.
70 | EMEEQUIS | 02 de JUNIo de 2008
Selección: Alejandra del Castillo y Rodolfo Zárate | ociologia@m-x.com.mx
I N S TA L A C I Ó N + DANZA
T E AT R O
AGUA VA
AHÍ LES VA UNA DE FRAGILIDAD
Diego es uno de tantos treintañeros que se siente solo, solito. Nomás que él se dedica a la física nuclear. Un día descubre que nunca ha cuestionado las cosas de la vida y que anda medio perdido en una ciudad que es devastada por sus habitantes y la lluvia. Para acabarla de amolar, es arrastrado por el agua. Agua viva es la nueva propuesta del grupo Complot/Escena como resultado de un laboratorio teatral efectuado entre dramaturgos y directores teatrales reunidos para hacer un ejercicio que conjugara realidad y ficción. Todos los jueves, 20:30 horas. Hasta el 29 de julio. $120. Descuento de 50% a estudiantes, maestros e Inapam con credencial vigente. Teatro La Capilla. Madrid 13, Del Carmen Coyoacán.
La compañía Alteraciones presenta la instalación Versiones sobre la fragilidad, que incluye danza, teatro, textos de Luis A. García y pequeños fragmentos de A. Camus y S. Becket. Participan como performers Catherine Castro y Franghia Ballesteros. Viernes 6 de junio, 13, 20 y 27 de julio, y 4 de agosto, 19 horas. $100. Descuento de 50% a estudiantes, maestros y adultos mayores con credencial vigente. Casa del Lago Juan José Arreola. 1ª sección del Bosque de Chapultepec.
TA L L E R E S
100 M3 ORIGINALES
Original Múltiple es una empresa dedicada a desarrollar proyectos relacionados con el arte. Desde el 24 de abril inauguró un foro para exposiciones, talleres, cursos, conferencias y trabajos interdisciplinarios. En esta ocasión te ofrecemos su lista de talleres comprendidos de junio a diciembre de 2008 para ver si te animas a inscribirte en alguno: dibujo creativo, videoarte, narrativa, foto y sus alcances tridimensionales. También está por empezar un diplomado sobre las tendencias del arte contemporáneo. 100m3 de Arte Contemporáneo. General Antonio León 70-A, San Miguel Chapultepec. Pregunta por descuentos y promociones. Llama al 5276-4287. O escribe: talleres@originalmultiple.com
EXPOSICIÓN
SONIDOS QUE SON ARTE
Como parte del Festival Radar, el Laboratorio Arte Alameda tiene una expo montada por artistas mexicanos y extranjeros. Soni(c)Loud, muestra el trabajo de Marcela Armas, Santiago Sierra, Walter Marchetti, Bruce Nauman, Carlos García / Rogelio Rionda, Christina Kubisch y Karlheinz Stockhausen, cuyas obras atienden los temas del arte sonoro, la música y el arte visual. Su interesante propuesta incluye sonidos de ciudades, de tiroteos reales y de cláxones, entre otras sorpresas. Martes a domingo, de 9 a 17 horas. Hasta el 15 de junio. $15. Descuento a estudiantes. Dr. Mora 7, Centro Histórico.
T E AT R O
ADIVINA ADIVINADOR
¡¿A que no adivinan?! es una obra de teatro clown para niños y jóvenes. Literalmente, es una historia de huevos, ya que los hermanos Algodón y Pinole van al bosque a jugar y se encuentran un huevo gigante; la decisión de llevarlo a casa desata nuevas emociones e ilusiones. El misterio está en descubrir la verdadera identidad del huevo… ¡A que no adivinan! No se pierdan esta puesta en escena, escrita y dirigida por Nora Manneck. Sábados y domingos, 13 horas. Hasta el 13 de julio. $60. Teatro El Galeón, Centro Cultural del Bosque. Reforma y Campo Marte, Chapultepec Polanco.
02 de JUNIO de 2008 | EMEEQUIS | 71
Por los espías que las amaron
Las chicas Bond Kim Basinger
Bo Derek
Angelina Jolie
Ursula Andress
Keira Knightley
Una Bratz
Mary Poppins
Jane Seymour
Sissy Spacek
Inge de Bruijn
Lorena Herrera
Maud Adams
Guasón
Lucía Méndez
Hiena
Teri Hatcher
Lenny Kravitz
Katy la oruga
Masita
Halle Berry
Gato egipcio
Gael García
Sasha Sokol
Eva Green
72 | EMEEQUIS | 02 de JUNIO de 2008