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Lecturas
Dos poemas
Grecia Cáceres
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es cierto la época es loca y nosotros más nada que nunca sin embargo compramos una casa de campo con sueños de eternidad así somos carne de paso por el mundo carne certera carne que se estremece –de vez en cuando–al anochecer.
así somos a pesar de correr hasta perder aliento seguimos contemplando la noche estrellada contando constelaciones muertas que nos bañan de su lecha lustral nos echamos en la arena caliente o en la hierba y gozamos de la breve eternidad humana hecha de fantasías y de deseos carne animada hermosa carne recubierta de tersa piel de carne de gallina cuando pasa una brisa cálida y salina cuando roza el pétalo de la lengua cuando se frotan los cuerpos que desgajándose de su pesadez brillan así somos de paso gente que se cree buena y mejor que lee que se deshace en juicios por el bien y luego calla ante la inmensidad de la violencia y del dolor que incansable se repite sobre la tierra que es siempre franca y se destruye a nuestro paso
es cierto que somos a pesar de todo y los recién nacidos lo saben bien mejor que nadie aferrarse a la vida al latido a la caricia a la ración de comida caliente a la leche que es abecedario no dejarse expulsar del tren que pasa no bajarse del andén no perder su sitio -solo hay uno- abrazar a su sombra dándole forma humana crear soñar contemplar descifrar misterios insondables perseverar y sentir hasta morir en la causa humana hoy quiero decir muchísimo y me atollo, hoy quiero decir muchísimo y me atollo.
el amor tormentoso del poeta no se hace nunca no se hace queda vibrando en versos más o menos buenos de esos que se lee en madrugada de lunes cuando hace frío o en una combi no tan llena - hablo de mis propios recuerdos, me disculpo- de esos poemas pobres irresueltos los nunca publicados los de la página arrancada al bloc todas esas noches de amor bajo la luna en los fervorosos y malos versos que son más de amor que los buenos y el sufrir y el llorar y el tensar la cuerda del alma lo más posible para arrancarle un sonido más audible que el del maullido de un gato esos poemas de amor que escribí cuando el amado era un fantasma un ideal un nombre un perfil espiado a lo lejos una emoción reverberada en mi corazón amordazado así es el amor tormentoso del poeta que no se conforma con nada ni con nadie que no es amor a lo sumo una combinación de palabras, un ritmo a lo más una rima pero el dolor es certero y el poema como la flecha envenenada se adentra en la carne y envenena la sangre es mejor escribir sobre la pobreza o la guerra - lo aconsejo- esas no son flechas que se estrellan contra quien las lanza ciegamente y todo ese llanto destilado por la arenilla de los siglos sigue siendo salado triste y solitario mientras la ciudad desfila pobre y fea a través de las lunas de la combi o del micro mientras el poeta sueña con bizancio o trafalgar porque después de las noches agitadas y la batalla con el verso y la desilusión y el canto abandonado a la orilla del camino incierto como las piedrecillas del cuento ¿cómo regresar? volviendo el rostro a Eielson y repetir todo eso para mí es mucho más fácil mucho más suave créame usted que arrastrar todos los días el peso de un corazón desolado.
Cuando Eduardo escribe, sale narrativa
Brenda Navarro
Si no logras identificar a la rarita del salón, es porque eres tú. Me dijeron en una conversación grupal en el Messenger de Facebook. Qué cripy, pensé. Rarita se me hacía la que vistiera raro o fuera excéntrica, o sacara puros dieces… No yo, que no hablaba con casi nadie y ni me inmutaba porque a veces, en el receso, mientras yo no estaba, ponían con gis en la pared mis apodos que cambiaban según el humor de Sony, el líder de los pendejos. No les hagas caso, me dijo Ro por un mensaje privado, pero Flo se metió y escribió: ¿A quiénes no les hace caso? ¿A los que están destinados a ser choferes de micro? ¿Cómo les va a hacer caso, iu? Y emojis verdes vomitando bytes. Pero yo le dije que ser chofer de micro no estaba tan mal, igual manejas todo el rato, pones la música muy alto y sobrecargas el pasaje para llevarte una buena mochada. Malo ser político, escribí, pero luego lo borré antes de dar send porque me acordé que su papá andaba en la comisión de su pueblo para ser Secretario de algo y eso ya apuntaba a que era político, según lo decían los griegos o los romanos, o lo que fuera que el Estado que nos representaba ante la onu dijera dentro de la Wikipedia.
Si yo soy, comillas, la rarita, cierro comillas, les puse, ¿entonces qué? ¿De qué voy, qué hago? Díganme. Pero ni Ro ni Flo me dijeron porque de por sí ya era muy old y muy culero estar hablando en Facebook. Se salieron y se fueron a darme corazones a Instagram. Es solo para tenerlos controlados, pero no controlados, «controlados», sino para que convivamos. You know what I mean? Nos dijo la profesora de inglés. En Instagram no podemos hacer grupos, ni enviarnos cosas, ay, chicos, no sean así, participen, convivan, esta es la mejor época de sus vidas. Y quizá sí era cierto, para ellos, pero no para mí. Yo no sabía fingir. ¿Por qué simplemente no eres… normal? Me preguntaba mi hermana, que ya iba en la universidad y se había mudado a mi cama para no tener que tender la suya todos los días. ¿Por qué no actúas como actuamos todos y te quitas de estos problemas? Finge, actúa, ¿No sabes mentir? Pero era verdad que me costaba mentir. Incluso con el Satisfyer que trajo un día a la casa Flo. Límpialo bien, que es de mi hermana, me dijo. Esto no es un Satisfyer, le espeté, es un pingüino. Da igual, tú échate y pon debajo de ti una toalla porque vas a mojar. Pero no mojé. Vi cómo Flo se vino dos veces, y tampoco mojó la toalla, pero yo no pude ni fingir bien. ¿Para qué gimes, me preguntó Flo? Si no lo sientes, no gimas, ¿para qué? Nos reímos. ¿Por qué no te vienes, no te interesa? Alcé los hombros. O sea sí quiero, pero es un pinche pingüino, le dije. Es un pingüino y se lo enseñé muy cerca de la cara y nos echamos a reír. ¿No te vas a venir? Y le dije que sí, pero que a solas, que me cohibía, que sentía que eran competencias y que ella ya se había orgasmeado dos veces, ahora yo sentía que tenía que orgasmearme tres y que era demasiada presión. A lo mejor así sienten los pitoschicos. Me dijo Flo, a lo mejor tienes disfunción clitoral o algo similar. ¿Te han revisado? Volví a alzar los hombros. ¿Por qué simplemente
no te relajas y disfrutas? La liberación de las mujeres empieza en la cama, insistió, pero yo alcé los hombros otra vez y le ayudé a lavar el pingüino y eché a la lavadora la toalla, aunque había quedado seca. ¿Esto es raro? Le pregunté. ¿Es raro que no me quiera orgasmear enfrente de ti? Flo me miró seria. ¿Tú crees que eres rara?, —me replicó—. Pues rara, así que tú digas, uy, qué rara, no manches, me cae que esto es muy raro… No. ¿Tú me ves muy rara? Y Flo alzó los hombros. Luego nos volvimos a meter al cuarto y me ayudó a subirme la blusa mientras yo me metía la aguja. ¿Te duele? Pues lo normal, respondí. ¿Cada cuánto lo haces? Tres veces al día, le dije y quité la aguja de la jeringa y eché las dos cosas junto al frasquito a la basura. Yo veía a mi abuela hacer esto porque se le subía el azúcar, o se le bajaba, no sé, algo, era diabética, pues, se tenía que inyectar. Pero tú no eres diabética, ¿o sí?, me preguntó para tratar de igualar mi situación con la de su abuela. Si yo soy, comillas, la rarita, ¿A ti te puede dar diabetes? —insistió en saber—. Pues no, ni cierro comillas, les puse, ¿endiabetes ni muchas enfermedades, pero necesito mis dosis. Y sí las necesitaba, ya habían pasado como tres veces que no me tonces qué? ¿De qué voy, qué había inyectado y las cosas salieron mal. Dos veces en el hospi- hago? Díganme. Pero ni Ro ni tal, en una de ellas perdí al novio. El único que había tenido. De hecho todavía pensaba en él, especialmente porque él no era un Flo me dijeron porque de por pingüino, sino todo lo contrario, ni pitochico, ni aparato vibra- sí ya era muy old y muy culero dor: humano. De carne y hueso, de cuerpo grande, alto, dientes derechos y voz gruesa sin llegar a ser varonil. Fuimos novios estar hablando en Facebook. porque un día, en una clase de Antropología Nanotecnológica a Se salieron y se fueron a darme la que la profesora no llegaba puntual, él se puso a decir tonterías junto con sus amigos —que no eran amigos de Sony, sino corazones a Instagram. Es solo todo lo contrario— y a hacer concursos de ver quién escupía el para tenerlos controlados, pero gargajo más alto que llegara hasta el techo. Las que se reían, porque pensaban que yo me ponía brillantina en la boca, empezaron no controlados, «controlados», a acosarlo con gritos: ¡Ay, no, qué cerdo eres, qué marrano! de sino para que convivamos. verdad, ¿cómo puedes ser así? ¡Qué asco! Y lo grababan en sus teléfonos con desagrado, pero aun así lo subían a sus stories con música de trap. Fue en una de las stories que identifiqué que él me veía. Es decir, alguien más lo grabó y se notaba que cuando no era su tiempo de escupir, él volteaba a mi lugar. Todos riéndose y gargajeando y él les seguía el juego, pero volteaba a verme. Tuve que ver las stories como quince veces, desde distintos ángulos. Un ir y venir dentro de mis archivos para constatar que no era la dosis de imaginación sino algo real, humano. Y sí era verdad, clarito se veía que su cabeza giraba hacia donde yo estaba en pleno trance introspectivo. A lo mejor sí soy rara, le dije cuando le mandé un mensaje directo señalándome toda pérdida mientras sus amigos se reían y él me volteaba a
ver. Él respondió con emojización a full. Con chingos de corazones y risas. Nos empezamos a escribir, que si mira esta story, que si mira esta playlist. Hasta que yo le dije: Te quiero enseñar algo, pero no quiero que nadie sepa. Me dijo que a ver, y le hice un directo. Me quité la blusa y le pregunté si le gustaba mi sostén que era azul con florecitas. Me dijo que sí. Luego me quité el pantalón y me quedé en calzones. ¿Te gusta? Y me dijo que sí. No mencionó nada de las marcas en mi barriga. Si tú eres mi novio, yo me quito la ropa y dejo que me toques, le dije. Y él me dijo que sí. Nos hicimos novios y como dos semanas después vino a mi casa e hicimos como que nos comíamos un pollo loco. Él comió poquito mientras yo lo veía. Ya cuando vi que faltaba como hora y media para que llegara mi mamá, le dije que fuéramos a mi cuarto, que me iba a quitar la ropa. Y me dijo que sí. A todo A lo mejor sí soy rara, le dije cuando le decía que sí. Y nos besamos y me empezó a tocar y me dijo que quería chuparme las tetas y yo acepté, pero le hice prometer que mandé un mensaje directo señalándo- no iba a sacar fotos, ni videos, ni nada. Solo él y yo, reales. Me dijo me toda pérdida mientras sus amigos que sí. Así que me desabrochó la blusa y me tocaba torpemente y luego le dije, mejor ya chúpamelas porque no estás sabiendo hase reían y él me volteaba a ver. Él cer las cosas. Me dijo que sí y me recordó que era humano. Me las respondió con emojización a full. Con chupó bien, me gustó, pero luego me vio las marcas en la panza. ¿Qué es esto? No preguntes que no te importa. ¿Así funcionas? chingos de corazones y risas. Nos ¿Estás enferma? Me insistió. ¿Te parece que estoy enferma? Le empezamos a escribir, que si mira esta reté. Pues no, la verdad. Pues entonces no estoy enferma. ¿Vas a querer que me quite los calzones? Y él me dijo que sí y se me acerstory, que si mira esta playlist. Hasta có tembloroso y me tocó el pubis y dijo: Ah… Y cerró los ojos y que yo le dije: Te quiero enseñar algo, siguió tocándome. ¿Te importan las marcas? Negó con la cabeza. ¿Te importa que me digan las cosas que me dicen en el salón? Nepero no quiero que nadie sepa. Me gó con la cabeza. ¿Te importa que no sea igual a ti y que me sienta dijo que a ver, y le hice un directo. diferente? ¿Te importa que sea rarita? Y dijo que no. ¿Me besas? Y nos besamos. Y yo sentí las pulsaciones de mi reloj interior y sabía que tenía que inyectarme pero no quería parar y dejé que me chupara las tetas, el ombligo y el pubis. Se mojó. Se sentía pegajosito, un líquido transparente entre mis dedos. ¿Puedo entrar? Me preguntó muy suavecito y yo le dije que sí y me llevó a mi cama y tiramos la ropa de mi hermana que estaba encima y me abrí de piernas y él se desabrochó el cinturón y se bajó la ropa y me besó las rodillas y me miró muy fijamente y me sonrió mientras trataba de meterse dentro. No puedo, me dijo. Sí puedes, le insistí y se lo agarré y lo dirigí hacía mí y lo dejé entrar. Él quería ver cómo le había hecho, pero yo le dije que no, que me mirara a la cara y le pregunté que si así. ¿Sientes calientito? Le pregunté y él me dijo que sí: Calientísimo, me dijo. ¿Y te gusta? Insistí y dijo: Ah. ¿Te vas a mover? Y él dijo que sí y se empezó a mover y volvió a decir: Ah. Se vino rapidísimo. Ah, otro suspiro, y me dio envidia de sus sensaciones y el reloj me palpitaba cada vez más fuerte y creí que él ya podía escucharlo. ¡Apúrate que va a llegar mi mamá! Me iba a besar y a recargarse en mi pecho cuando me empecé a poner mal. ¡Quítate, quítate! Le dije y me levanté de la cama y empecé a buscar mi jeringa para tratar de inyectarme, pero fue tarde, demasiado tarde, las manos ya me temblaban y no podía sostenerme más. ¿Qué hago? Me preguntó mientras se acomodaba la ropa. Fue lo último que escuché. Luego supe que mi mamá me llevó desnuda al hospital y ahí me recuperaron. No volví a hablarle, no quería darle explicaciones. Lo bloqueé de Facebook,
de Instagram y de TikTok. ¿Por qué no le explicas? Me sugirió Ro, pero yo no podía de la vergüenza. Ya sé lo que pasa cuando pasa todo, ¿sabes? Ya sé que se escucha un rechinido, que mis ojos se apagan y que la piel se vuelve plástico. Ya sé que él sabe lo que todos piensan pero no se atreven a decirme a la cara. ¿Y qué que seas la rarita, y eso qué? Me dijo Flo y me abrazó. Yo no sabía que yo era la rarita, pensaba que había más como yo, de hecho, estaba segura de que Sony se me parecía, pero lo ocultaba bien, él, contrario a mí, sí sabía fingir. •
Ilustración de Emilia Schettino
Lucio Nani entrevista a Enzo Traverso
¿Cómo analiza las diversas reacciones que se han observado dentro de la clase política francesa desde el vil asesinato de Samuel Paty? Si bien Macron parecía relativamente moderado en el tema del laicismo durante la campaña presidencial de 2017, su gobierno ahora parece atrapado en La única ancla ideológica una delirante carrera islamofóbica, que se refleja muy concretamente con la disolución sólida de Macron es su fe en de Baraka City, del ccif [Colectivo contra la la economía y en la sociedad islamofobia en Francia] y otras asociaciones... ¿Cómo explica esto? de mercado. Por lo demás, puede muy bien pasar del la Unión Nacional [extrema derecha]. Una vez agotada la mitología de 2017 Macron es un puro producto de nuestra época, la era del neoliberalismo «posideológico». Su giro islamófobo no es antirracismo a la islamofobia, de la «sociedad abierta» en torno al hombre de cultura en el Palacio del Elíseo, el filósofo, el amigo de Paul Ricoeur, etc., Macron ahora se reel resultado de una evolución ideológica, simplemente una elección ligada a la conveniencia política. al «orden republicano», de la Francia cosmopolita a vela como lo que es: un político que navega practicando un maquiavelismo de bajo nivel, dando forma a un discurso En 2017 emergió como el hombre providencial capaz de renovar un país paralizado por viejas escisiones obsoletas la Francia orgullosa de su historia y de su «identidad», que cambia según su conveniencia. La única ancla ideológica sólida de Macron es su fe en la economía y en la sociedad —ese era su discurso modernizador— y, por tanto, de unir las fuerzas de la izquierda como de la derecha. Durante la del arrepentimiento colonial al orgullo del pasado colode mercado. Por lo demás, puede muy bien pasar del antirracismo a la islamofobia, de la «sociedad abierta» al «orden campaña electoral, cuando Marine Le nial, como acaba de hacerlo. republicano», de la Francia cosmopolita Pen encarnó la retórica xenófoba, inclu- a la Francia orgullosa de su historia y so pareció encarnar una nueva política susceptible de que de su «identidad», del arrepentimiento colonial al orgullo del se uniera al liberalismo —un liberalismo «anglosajón», más pasado colonial, como acaba de hacerlo. multicultural que nacional-republicano— una gran parte de las clases medias «progresistas» e incluso un sector juvenil de El ministro de la Educación Nacional, Jean-Michel Blanquer, recienteorigen poscolonial. mente denunció enérgicamente el «islamo-izquierdismo» que supues-
Hoy el contexto ha cambiado drásticamente. La imple- tamente está causando estragos en los departamentos universitarios de mentación de una política social muy impopular y la brutal humanidades de Francia. ¿Cómo interpretar el auge de esta categoría, represión de los movimientos sociales, en particular los cha- pero también un cierto número de respuestas de intelectuales de lecos amarillos y el movimiento contra la reforma de las pen- «nuestro campo» que se defienden de cualquier islamo-izquierdismo? siones, lo han alejado del apoyo del electorado de izquierda. De pronto ya no es el hombre que quiere superar la división Al no vivir en Francia, no conozco todas las facetas de este dederecha-izquierda, sino el hombre que quiere renovar la dere- bate. El concepto de «islamo-izquierdismo» fue forjado hace cha. De ahí su nueva postura de Bonaparte encarnando la ley unos años por el politólogo conservador Pierre-André Taguieff; y el orden y su nueva retórica xenófoba: dos mensajes que se pretende denunciar una supuesta colusión entre el islam y la dirigen, más allá de la derecha tradicional, a los votantes de izquierda radical antirracista y pro-Palestina.
Los medios de comunicación obviamente han propagado esta etiqueta para criminalizar cualquier política antirracista. Encaja perfectamente con un discurso xenófobo y autoritario que pretende presentar al islam y a la izquierda radical como los cómplices objetivos, si no los aliados, del terrorismo islamista. Hoy cruzamos un umbral adicional con el Ministro de la Educación Nacional, que se ha marcado el objetivo de depurar la universidad cazando a los «islamistas de izquierda». Europa no había escuchado tales palabras desde la década de 1930.
Para un historiador, la noción de «islamo-izquierdismo» se parece mucho a la de «judeo-bolchevismo», que fue uno de los pilares de la propaganda fascista y nazi durante la década de 1930. Entonces como ahora, se trataba de atacar a los enemigos del orden, de una cultura y una «identidad» nacionales definidas en términos étnico-religiosos. Los bolcheviques querían derrocar las instituciones, los judíos encarnaban un cuerpo extraño dentro de la nación. Hoy, los izquierdistas están atacando las instituciones y el islam está desafiando la herencia cultural de la nación.
La analogía va más lejos. En la década de 1930 había un gran número de intelectuales judíos de izquierda radical, marxistas y comunistas, que habían perdido toda conexión con el judaísmo como religión. Hoy en día hay muchos intelectuales y activistas de origen musulmán, en los movimientos antirracistas y en la izquierda radical, que no tienen práctica religiosa, o que no se reconocen a sí mismos como musulmanes, como lo hicieron muchos «judíos ateos» en la década de 1930, en reacción al racismo imperante.
La petición publicada en Le Monde contra el «islamo-izquierdismo» denuncia las perniciosas influencias del multiculturalismo anglosajón en las universidades francesas. Esta oleada de antiamericanismo reproduce otro cliché del discurso racista de la década de 1930. En ese momento, Estados Unidos fue denunciado como cosmopolita, «judaizado» y corrompido por las culturas negras. Hoy se agita el espectro del comunitarismo, de la interseccionalidad y de Black Lives Matter. El antiamericanismo es una de las principales características de las culturas europeas conservadoras. No soy partidario del linguistic turn [giro lingüístico], pero la forma en que lo caricaturiza el discurso neoconservador francés es bastante revelador.
Los estudios poscoloniales surgidos con el giro lingüístico deconstruyeron la Ilustración, no desde un punto de vista reaccionario, para rechazarla, según la tradición del legitimismo europeo, sino desde el punto de vista de los sujetos colonizados. Se trataba de cuestionar el eurocentrismo y el colonialismo implícitos en la cultura occidental, que el poscolonialismo ha estudiado principalmente en sus dimensiones estética y literaria.
Esta exigencia me parece fructífera, aunque estoy lejos de compartir todas las conclusiones que algunos autores han sacado de esto. Sin embargo, el poscolonialismo sugiere que para combatir el terrorismo yihadista no basta con denunciar su horror y violencia, es necesario entender de dónde viene. Por supuesto, no hay nada que defender en el terrorismo yihadista, pero encuentra una de sus raíces, bajo formas paroxísticas y espantosas, en lo que Aimé Césaire llamó «un choque de retorno» cuando habló del colonialismo.
Hoy nos enfrentamos al «choque de retorno» de unos treinta años de ocupación y guerras neocoloniales en el mundo árabe, y también al «choque de retorno» de las políticas de segregación social y étnica que Francia ha practicado con respecto a sus minorías poscoloniales, los eternos franceses «de origen inmigrante». Sin embargo, para los defensores del «islamo-izquierdismo», es mucho más fácil afirmar que el islam encarna el oscurantismo, que Francia es el blanco del terrorismo yihadista porque es la «patria de la Ilustración», y que «explicar es excusar».
Hemos visto un resurgimiento, incluso dentro de nuestro campo, del uso del término islamofascismo o de «fascismo islámico». ¿Le parece una categoría relevante no solo para analizar la realidad del terrorismo islámico contemporáneo sino también para redefinir un antifascismo a la altura de los desafíos actuales?
No niego la noción de «islamofascismo», pero creo que debe usarse con ciertas precauciones. Primero, no se aplica al terrorismo islamista en el mundo occidental. Calificar de fascistas a los asesinos de Charlie Hebdo y del Bataclan o al asesino de Samuel Paty es a veces una reacción espontánea y comprensible, pero en este caso el adjetivo «fascista» tiene un significado banal y aproximado: el fascista es un fanático que mata y pone en espectáculo su violencia. Sin embargo, el fascismo clásico, tanto el fascismo italiano como el nacionalsocialismo alemán, nunca practicó el terrorismo individual. Su violencia fue la de un movimiento de masas abierto.
La comparación sería más relevante entre los fascismos de la década de 1930 y Daesh antes de su aniquilación militar. Los fascismos nacieron de una Europa devastada y brutalizada por la Gran Guerra, en países dislocados, presas de guerras civiles, donde la política se hacía en las calles, con un lenguaje y medios de acción heredados de la guerra, donde cada partido político disponía de su milicia y las ideologías se radicalizaban. El islamismo radical armado nació desde la década de
1990 en un mundo árabe devastado por las guerras occiden- contra Daesh. En Europa, en cambio, la categoría de «islamotales, y se ha desarrollado en algunos países como una forma fascismo» corre el riesgo de dar una garantía «antifascista» a de nacionalismo sunita radical. Desde este punto de vista, el las leyes especiales de Manuel Valls y Gérard Darmanin. Para terror practicado por Daesh en Siria e Irak podría compararse resumir mi pensamiento en una frase: me encantan los fotocon el de los regímenes fascistas europeos durante la Segunda montajes antifascistas de John Heartfield; no me gustan las Guerra Mundial. caricaturas racistas de Charlie Hebdo.
Algunos analistas (Raymond Aron desde 1940) destacan que los fascismos clásicos eran «religiones seculares», es decir, movimientos que, inspirados en Lo llamo «posfascismo» porque, por un lado, viene En sus textos recientes utiliza la categoría de posfascismo, ¿cómo ayuda esto a aclarar y a actuar en la situación actual? ideologías seculares, funcionaban de modo religioso: el apoyo que pedían a sus seguidores era comparable a un acto después del fascismo y, por otro, se trata de otra cosa. No sé en qué medida la categoría de «posfascismo» permite actuar, pero me de fe, más que a una adhesión racional. Esto es cierto, pero Europa también ha conocido formas de «fascismo clerical», Es un fenómeno que toma formas muy diversas, desde parece útil para aprehender un nuevo fenómeno de alcance global: el surgimiento de una extrema derecha autocomo el régimen de Dolfuss en Austria Europa Occidental hasta los ritaria, racista y xenófoba que ya no se en 1933, el franquismo en España, cuya ideología oficial era el «nacional-ca- nuevos países de la ue, desde reclama como parte del fascismo. Lo llamo «posfascismo» porque, por un lado, tolicismo», o incluso el salazarismo en Estados Unidos hasta la India viene después del fascismo y, por otro, se Portugal. En todos estos casos, no se trata de y Brasil, y que aún no ha trata de otra cosa. Es un fenómeno que toma formas muy diversas, desde Euro«religiones seculares», sino de religio- cristalizado en una corriente pa Occidental hasta los nuevos países nes tradicionales que adoptaron una forma política nacionalista y radical. A ideológica con un perfil code la ue, desde Estados Unidos hasta la India y Brasil, y que aún no ha cristaliprincipios de la década de 1980, en la herente y bien definido. zado en una corriente ideológica con un Guatemala de Ríos Montt, la evangeli- perfil coherente y bien definido. zación se instrumentalizó hasta el punto de convertirse en La noción de posfascismo captura la naturaleza transitoria la ideología de un régimen genocida. Entonces, ¿por qué no de esta constelación híbrida y sin precedentes. Reúne movireconocer la existencia del «islamofascismo»? Es una deriva- mientos heterogéneos para los que la definición de fascisción del islam, entre otras derivaciones que no son para nada mo ahora parece inadecuada pero que, al mismo tiempo, no fascistas, así como la «teología de la liberación» latinoamerica- pueden analizarse sin compararlos constantemente con una na y el «nacionalcatolicismo» de Franco son dos derivaciones especie de paradigma fascista, el de la Europa del siglo xx. En antinómicas del cristianismo. Si aceptamos esta interpreta- algunos casos pueden adaptarse a las instituciones actuales ción podemos, por ejemplo, hablar de antifascismo cuando y absorber a las fuerzas políticas tradicionales (en Francia, hablamos de los combatientes kurdos en Rojava que luchan hay muchos lazos de unión entre la Unión Nacional, la derecha clásica de los republicanos, e incluso varias figuras de lrem [Los Republicanos en Marcha, el partido de Macron]; en Estados Unidos, Trump ha logrado fagocitar al Partido Republicano, etc.). En el caso de una crisis importante —por ejemplo, una descomposición de la ue— estos movimientos podrían radicalizarse, ampliar sus bases y ganar el apoyo de las élites dominantes. En este caso, se convertirían en fuerzas subversivas capaces de recordarnos los fascismos clásicos. Aún no conocemos en qué terminarán, pero contienen las premisas de un fascismo del siglo xxi. •
Traducción de Ernesto Kavi