La sierra convulsachozas

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LA SIERRA CONVULSA

CHOZAS DE LA SIERRA (SOTO DEL REAL) DURANTE LA IIª REPÚBLICA, LA GUERRA CIVIL Y EL PRIMER FRANQUISMO

Roberto Fernández Suárez

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Introducción: Chozas de la Sierra a principios del siglo XX.

Este trabajo se va a centrar en un periodo corto de la historia de Chozas de la Sierra pero intenso en acontecimientos, concretamente entre 1931 y 1941. La rutina de la vida local quedó, en dicho periodo de tiempo, supeditada a las fuertes sacudidas que procedieron del exterior al quedar dicha localidad insertada en la retaguardia republicana durante todo el tiempo que duró la guerra civil. Bien es cierto que la política nacional y sus consecuencias directas en Chozas de la Sierra fueron muy importante pero debemos atender, en un fino análisis, la captación de las respuestas que dieron los locales ante tal situación. Las fuerzas que actuaron durante dicho periodo (las milicias, las tropas republicanas, los sindicatos y partidos políticos…) influyeron, sin duda, en la vida cotidiana de esta población con todo su poderío. Los locales tuvieron que aceptar este nuevo contexto dirigido aunque supieron, en función de los intereses personales y grupales que se auto-organizaron, otorgar una impronta local a la vida cotidiana. Por ello, es fundamental entender cómo era Chozas de la Sierra en el primer tercio del siglo XX. Era una población eminentemente rural en la que toda su población activa estaba directa e indirectamente relacionada con la actividad agrícola y ganadera, con pocos aspectos fundamentales diferentes desde periodos históricos anteriores1. Era, además, una pequeña población. El censo de 1930 proporcionaba los siguientes datos: el total de habitantes era de 460 con 231 varones y 178 mujeres, siendo los casados 66 y las casadas 67. Mientras tanto, entre la población masculina 138 sabían leer y escribir y 93 eran analfabetos. Y entre la población femenina, existía más equilibrio entre las mujeres que sabían leer y escribir, 90 en total, mientras que 88 eran analfabetas. Pero sobre todo, debido a sus características propias, su actividad agrícola y ganadera estaba dominada por propietarios no residentes en la localidad. Las fincas más productivas del término municipal pertenecían a forasteros, situación que ya podemos documentar en épocas antiguas como el siglo XVI, obligando al concejo de Chozas de la Sierra a firmar concordias con los pueblos limítrofes para evitar usurpaciones, abusos y sobre todo el respeto a sus propios espacios. Por ello, el concejo de Chozas de la Sierra tuvo que dejar claro los límites de su ejido y dehesas, lugares comunes de vital importancia para el sostenimiento de su población. El resto del término municipal estuvo, en gran parte, en manos de propietarios de pueblos colindantes. Antes de las desamortizaciones de mediados del siglo XIX, existía una gran presencia de propiedades relacionada con vínculos eclesiásticos como capellanías y obras pías de Colmenar Viejo y Miraflores o Manzanares el Real, todas ellas vendidas, pasando a manos privadas, muchas de ellas, residentes en las localidades colindantes a Chozas de la Sierra. Esta peculiaridad de la distribución de la propiedad en el término de esta localidad resulta importante para entender su estructura social a primeros del siglo XX. Potentes propietarios (algunos de reses bravas) poseían grandes y fructíferas tierras rústicas y prados como Máximo Hernán de Colmenar Viejo, dueño de la finca los 1

. Ver como muestra el libro colectivo: “Chozas de la Sierra. La construcción del espacio del agua en Soto del Real (Madrid)” (2012) donde estructuras y complejos estructurales creados durante la EdadMedia han perdurado hasta la actualidad.

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“Rancajales” con una extensión de 130 hectáreas. No solían vivir permanentemente en esta localidad dejando los asuntos cotidianos de sus haciendas en manos de administradores que pertenecían a esta localidad. Por ello, los lazos contractuales entre una élite de propietarios forasteros y otra élite local, también propietaria pero en menor medida que los primeros, forjaron alianzas interesadas. Esta jerarquización económica pero también social se caracterizaba por estar íntimamente entramada en su parte superior debido a estos lazos contractuales, sellados por vínculos de amistad y de parentesco. A medida que bajamos dicha estructura piramidal, hallamos su ensanchamiento debido a la mayor presencia de pequeños agricultores con escasas propiedades propias para poder mantener a sus familias y donde han de buscar más posibilidades de trabajo contratándose como medieros si las disponibilidades económicas lo podían permitir y, en su defecto, como obrero campesino en diferentes momentos especiales de las cosechas (la siega por ejemplo). Eran complementos necesarios para su supervivencia. Por ello, otro tipo de lazos contractuales estaban presentes solidificando las relaciones sociales entre diferentes niveles. Todo este entramado social daba la sensación de un contexto local coherente, sin fisuras ni contradicciones, todo ello arropado por cierto conservadurismo para evitar romper este peculiar equilibrio. Este contexto tuvo su expresión política en la conformación de un grupo selecto de vecinos de Chozas de la Sierra con la intención de consolidarse como élite política. Estos elegidos solían ser estos vecinos que copaban los cargos municipales, repitiendo año tras año su interés por dirigir la vida local. Y esta élite local solía ser aquellos vecinos propietarios muy vinculados con los grandes hacendados forasteros. Dicha élite no podía ser más que conservadora a todos los niveles puesto que eran un elemento importante de la cohesión de la estructura social y económica del lugar. En muchos casos, se asociaba una familia determinada con una categoría especial entre los locales, la de elegible. Era un plus simbólico de vital importancia que les diferenciaba de otros vecinos a la hora de las elecciones locales. Bien es cierto que la consolidación de los que llamaron más tarde este sistema “el caciquismo”, también se ejercía en sus relaciones con otras instancias del poder, el del gobernador provincial por ejemplo, pieza clave para entender las buenas relaciones entre los miembros de la élite local y su conexión con otros parámetros del poder central. Ambos, la esfera central del poder y la esfera local estaban conectados mediante esta peculiar forma política. También ayudaba el sistema electoral imperante en esos momentos de la monarquía de Alfonso XII y Alfonso XIII. La ley electoral en vigor no permitía la presencia de mujeres votantes, quedaban excluidas así como los varones menores de 25 años. En consecuencia, la escasa colaboración de los vecinos en los asuntos políticos locales quedaba en manos de unos pocos, ahondando en ese conservadurismo latente de los ambientes rurales. La dictadura de Primo de Rivera fue un intento, eso sí, frustrado de regeneración por arriba de la vida política y económica de este país. La imposición por parte del dictador (sin pasar por procesos electorales) de colocar entre los gobernantes locales a los vecinos más pudientes no tuvo los efectos deseados. En el caso de Chozas de la Sierra, los cambios entre el periodo monárquico y el posterior de la dictadura no fueron 3


especialmente rotundos. En líneas generales, las mismas personas siguieron optaron a los mismos cargos. Podemos evaluar dichos cambios políticos con los cuadros siguientes correspondientes al periodo de la dictadura de Primo de Rivera.

Cuadro nº 1: composición del ayuntamiento en 1927.

Nombres Pablo Morcillo Vicente Julián Morcillo Díaz Gabino Santamarina Díaz Isidoro Santamarina Díaz Aurelio del Prado

Cargo alcalde concejal idem “ “

Fuente: Archivo Municipal de Soto del Real. AMSR.

Debido a su censo, al ayuntamiento de Chozas de la Sierra le correspondía 5 ediles. Debido a demisiones y a decisiones del gobernador civil de la provincia, cambiaron los cargos durante el periodo de la Dictadura de Primo de Rivera. Como podemos observar en el cuadro siguiente, la composición de los ediles es parecida a la anterior.

Cuadro nº 2: composición del ayuntamiento en 1928 y 1929.

Nombres Antonio Morcillo González Julián Morcillo Díaz Aurelio del Prado Gabino Santamarina Díaz Saturnino Bertólez Burgueño

Cargo Alcalde Concejal “ “ “

Fuente: AMSR.

Las tareas rutinarias del ayuntamiento siguieron su proceso a lo largos de los años, repitiendo elementos básicos como elaboración y aprobación de los presupuestos municipales y otros cuestiones relacionadas con la gestión de los bienes comunales del pueblo. Esta rutina quedará, sin embargo, alterada. La política nacional iba influir, otra vez, en la local. El fracaso de la dictadura de Primo de Rivera forzó su dimisión y posterior exilio. El monarca Alfonso XIII eligió a otro militar, el general Berenguer, para forzar una transición hacia los modelos y formas políticas del periodo anterior a dicha dictadura donde se contemplaría, entre otros aspectos, la celebración de elecciones municipales y generales a Cortes. 4


De esta manera, el 21 de febrero de 1930, el nuevo gobernador civil de la provincia de Madrid elegía a una serie de vecinos de Chozas de la Sierra para emprender ese nuevo viaje político de transición, una elección con resultados previsibles como pueden ver con el siguiente cuadro con la inclusión de un nuevo concejal debido, tal vez, a un aumento del censo que le daba permiso a uno más.

Cuadro nº 3: composición del ayuntamiento en 1930

Nombres Isidoro Santamarina Díaz Marcelo Robledo Maure Vicente Bertólez Burgueño Enrique Díaz Sanz Ángel Sanz Jaras Pablo Mansilla Vicente

Cargos Alcalde Concejal “ “ “ “

Fuente: AMSR.

Este grupo selecto, esta élite política local, estuvo presente a lo largo de los cambios políticos el primer tercio del siglo XX. Isidoro Santamarina Díaz, por ejemplo, repitió en 1927 y 1930 o el caso de Enrique Díaz Sanz que fue alcalde en 1922 y repite en 1930. Los regímenes cambiaron pero determinadas vecinos continuaron en activo en la política local.

La llegada de la República en Chozas de la Sierra

Una vez cumplida de una de las promesas del general Berenguer, la de volver a celebrar elecciones municipales, los miembros de la élite política local se volvieron a presentar para optar a los cargos de ediles. De hecho, las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 en Chozas de la Sierra se celebraron sin problemas, arrojando los siguientes resultados respecto a los candidatos que se habían presentado, unos cuantos de ellos ya reincidentes de elecciones anteriores. Muchos de ellos se plantearon dichas elecciones como un episodio rutinario de un contexto político de vuelta a la normalidad. De los siete candidatos para seis plazas de ediles en juego, tres ya habían sido concejales en años anteriores mientras que los cuatro restantes eran candidatos que se presentaban por primera vez. Este aspecto demostraba que en dichas elecciones se presentaban nuevos vecinos que optaban a ser elegidos. Era como una tímida pero real aportación de aire fresco que tanto necesitaba el sistema electoral español de esos tiempos. Sin embargo, los nuevos candidatos no se presentaron bajo las siglas de ningún 5


partido republicano, al menos de forma explícita. La mayoría de los candidatos aunque conservadores no estaban adscritos a ningún partido en concreto, definiéndose como “independientes”. Los vecinos votaban, realmente, a las personas. El único candidato que destacó realmente fue Eugenio Candelas Andrés. Es muy probable que fuese el único republicano de la lista pero a título personal, no bajo las siglas de un partido o agrupación ya que no existía como tal en el pueblo.

Cuadro nº 4: resultados de las elecciones municipales de abril de1931

Nombres

Nº votos

Vicente Bertólez Burgueño

47

Enrique Díaz Sanz

43

Ángel Sanz Jaras

42

Eugenio Candelas Andrés

37

Fernando Palomino Pérez

36

Pablo del Prado

30

Lucio Hernán Peñas

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Fuente: Boletín de la Provincia de Madrid.

Pero dos días después, el monarca se exilió abandonando su reinado y dejando a las fuerzas republicanas la posibilidad de gobernar la nación a pesar de no haber vencido en el cómputo total de los votos en el conjunto del país, aunque sí de manera importante en las ciudades. Pero el mundo rural seguía siendo fiel al conservadurismo monárquico. Y el nuevo ayuntamiento de Chozas de la Sierra lo era. Vicente Bertólez Burgueño había conseguido el mayor número de votos y, en principio, le correspondía a él ser el alcalde. Pero no fue así. El voto secreto de los candidatos que habían de elegir a la nueva corporación, tal y cómo lo establecía la ley electoral, no nos permite valorar cuáles fueron los argumentos que todos los candidatos eligieron para llegar al consenso necesario para sacar adelante la nueva corporación. Pero lo cierto es que entre todos, de forma consensuada, no eligieron a Vicente Bertólez Burgueño como alcalde. Nunca sabremos el fundamento de esa decisión colectiva. Dicho candidato era una figura muy vinculada con los tiempos políticos recientes y, tal vez, no era el más idóneo para encarnar esta nueva etapa política. Por ello, es muy posible que debamos entender la elección de Eugenio Candelas Andrés como nuevo alcalde por parte de todos los candidatos como la de nombrar al alcalde con mayor proyección y empatía con el nuevo régimen republicano que se estaba instalando 6


en el país. Eugenio Candelas Andrés no se presentó como miembro de un determinado partido republicano, al menos así se puede desprender de la documentación histórica. Ni siquiera en su declaración, en 1939, de su consejo de guerra dicha persona aclaró su pasado republicano en 1931. Incluso llegó a decir lo contrario: “… en el pueblo todos incluso el declarante eran de derechas…”2. A diferencia de los demás candidatos era de oficio jornalero, no era labrador ni ganadero ni propietario. Tal vez por ello y sus simpatías republicanas fueron elementos determinantes que los demás candidatos valoraron a la hora de elegirle alcalde. Fue desde luego una elección estratégica. Había que demostrar al nuevo gobernador civil de la provincia la buena sintonía entre el alcalde en favor de la República y dicho cargo tan importante a la hora de gestionar subvenciones y apoyos institucionales. Por ello, Eugenio Candelas Andrés se encargó de hacer de puente y de unión institucional entre lo local y la institución provincial estatal. Había pies que adaptarse a las nuevas necesidades políticas.

Cuadro nº 5: Composición del ayuntamiento republicano

Nombre y apellidos Eugenio Candelas Andrés Fernando Palomino Pérez Ángel Sanz Jaras Pablo del Prado Vicente Bertólez Burgueño Enrique Díaz Sanz

Cargo Alcalde 1º teniente 2º teniente Concejal Concejal Concejal

Afiliación política republicano “ “ “ “ “

Fuente: AMSR.

Los cargos importantes de esta nueva corporación se centraron desde luego en Eugenio Candelas Andrés y su primer teniente Fernando Palomino Pérez, ambos candidatos que habían sido cuarto y quinto en la lista de los más votados. Fue en la sesión del día 24 de abril de 1931, con un retraso de diez días después de proclamarse la República, cuando salió adelante la nueva corporación, un periodo de diez días muy largo si comparamos con la elección de las corporaciones de los pueblos colindantes como Colmenar Viejo que se realizaron al día siguiente de la proclamación de la República. Tal vez este retraso se debió a las incertidumbres que los candidatos pudieron tener a la hora de elegir al mejor alcalde posible: al más votado pero demasiado implicado con los tiempos pasados o bien al más inclinado hacia los nuevos valores, importante dilema que marcará el devenir de dichos políticos en el futuro. En dicha sesión del 24 de abril, Eugenio Candelas Andrés pronunció un discurso de inauguración de la nueva corporación pero imbuido en un contexto de nuevo 2

. Archivo Histórico de Defensa (AHD). Consejo de guerra contra Eugenio Candelas Andrés, sumario 10665, legajo: 5050, caja 5698. 7


régimen, de nuevos tiempos. Dijo que “la República es un régimen de orden, normalidad y respeto a la ley y (…) se ofrecen todos los ediles incondicionalmente leal y sinceramente a la República en bien de la Patria y de la administración local.3”. Esta nueva corporación demostró públicamente su entrega por el nuevo régimen republicano, sin ambigüedades. “Esta moción del alcalde fue puesta a discusión y con verdadero entusiasmo fue aprobada por unanimidad”4. Oficialmente todos los ediles se autoproclamaron republicanos. Todos abrazaron, en el acta, la causa republicana. Pero ¿fueron realmente republicanos de acción?

A diferencia de otros ayuntamientos republicanos de la zona, no se atrevieron a cambiar los nombres de las calles y plazas del pueblo. Su compromiso republicano quedó rubricado en las actas municipales pero, en realidad, no quisieron implicarse en los aspectos más simbólicos como el cambio de calles. El único cambio que aprobó dicho ayuntamiento fue cambiar la plaza del pueblo por plaza de la Constitución. Ninguna calle se cambió con elementos republicanos destacados como, por ejemplo, los “mártires de Jaca”, la “avenida de la República” etc… como en otras poblaciones. Los ediles de Chozas de la Sierra, comedidos y prudentes, no se pronunciaban públicamente en favor de la República. Ningún comité republicano local les presionó puesto que no existía ninguno. Esta localidad, en los inicios de la República, estaba huérfana de republicanismo. Se pusieron rápidamente a trabajar y en la sesión siguiente del 2 de mayo de 1931 se aprobaron aspectos de la vida local que poco se había tratado en tiempos anteriores. Es como si la llegada de la República hubiera abierto las puertas a una realidad oculta, al menos en los documentos. En efecto, surgió entre los ediles la preocupación por el paro obrero de la localidad y en buscar formas para paliarle. Se aprobó, por ejemplo, la contratación de ocho obreros para ensanchar el cementerio como medida contra el paro. Entre septiembre y octubre de1931 aprobaron medidas concretas como contratar a parados para limpiar calles y caceras y gracias al inicio de las obras de la carretera de Chozas de la Sierra a Manzanares el Real, algunos obreros pudieron ser contratados en la misma. Pero el problema del paro era ya una evidencia. La gran empresa madrileña Fomento y Construcciones que trasformó la situación laboral de la vecina Colmenar Viejo a partir de 1911 con el tranvía entre dicha localidad y Madrid y la explotación de las canteras locales mediante la transformación de la piedra en adoquines gracias a la machacadora de Fomento, no solamente estaba presente en Colmenar Viejo sino también en Chozas de la Sierra, explotando las canteras locales, siempre en busca de materia prima para sus inmediatas necesidades. Pero dicha empresa, el día 15 de abril de 1931 declaró su suspensión inmediata en esta localidad y en la explotación de las canteras5.

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. AMSR. Libro de actas de 1931. . AMSR. Idem 5 . Ver con más detalles “Los primeros proletarios. Los sucesos de la huelga general de octubre de 1934 en Colmenar Viejo” (2009) de Colmenarejo García, F. y Fernández Suárez, R. 4

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Esta renuncia a explotar las canteras dejaba a sus trabajadores en paro, siendo un problema añadido para el nuevo ayuntamiento republicano que no se esperaba esta situación. El lugar de los Palancares, donde se hallaban ciertas canteras en explotación, se convirtió en una prioridad para este ayuntamiento para que los canteros locales pudieran trabajar. En octubre de 1932, el colmenareño Guillermo Nogales Bartolomé solicitó al ayuntamiento la explotación de una cantera en los Rancajales. La corporación municipal le dio el visto bueno a condición “de emplear a veinte y cinco obreros en paro y de la localidad”6. Otra medida que el ayuntamiento puso en práctica fue la llamada “décima”, consistente en cobrar una décima parte a los mayores contribuyentes locales, tanto de fincas rústicas como de negocios industriales, para derivar dicha aportación para paliar los efectos del paro obrero. Esa medida fue aprobada en febrero de 1932 y como tal era una medida que muchos ayuntamientos emplearon para reducir el paro. Pero esta medida no fue efectiva, al menos así lo manifestaron los obreros locales en una carta al ayuntamiento recogida en el pleno de diciembre de 1932 en las que “protestan de que la décima no va al destino de paliar el paro obrero”7. La rutina administrativa del ayuntamiento continuó su ritmo a lo largo del tiempo (aprobación de presupuesto, subasta de fincas municipales etc...) y solamente las pequeñas apariciones en las actas de lo que el secretario llamaba “obreros” alteraban dicha rutina. Estas manifestaciones de obreros locales que aparecieron a lo largo del año 1932 no estaban unidas con algún sindicato ni partido político, ya que aún en ese momento los obreros locales no estaban organizados. Los resultados de las elecciones a Cortes Generales de 1933 en Chozas de la Sierra daban una buena muestra de la situación política local, del sentir de sus vecinos. Votaron 123 personas, incluyendo por primera vez a las mujeres, con 109 votos a la candidatura de la CEDA, agrupación de partidos de derechas mientras que los votos de izquierda sumaron solamente 12, una diferencia notable entre unos y otros que refleja a la perfección la situación política local. Tal vez debido a ello, durante la huelga general de octubre de 1934, su impacto en la localidad no fue especialmente visible, a diferencia de lo ocurrido en la vecina Colmenar Viejo donde fallecieron cinco vecinos como consecuencia de los disparos de la Guardia Civil. Pero la presencia de obreros en paro en Chozas de la Sierra, aunque minoritaria y sin organizar, fue suficiente para que los ediles locales estuvieran alertas ante posibles altercados. Por ello, en la sesión del 5 de octubre, coincidiendo con la proclamación de dicha huelga general que empezaría al día siguiente, el ayuntamiento de Chozas de la Sierra proclamó “… que visto el movimiento subversivo de huelga general revolucionaria que se ha presentado en todo el país, comisionan al señor Alcalde con un voto de confianza plena para que adopte las medidas conducentes a sofocar y contener todo intento revolucionario en este pueblo dando cuenta inmediata y con toda urgencia a la corporación de los incidentes que surgieran sobre el particular...”8. 6

. AMSR. Ver libro de actas año 1932. . AMSR. Idem. 8 . AMSR. Idem. 7

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Es posible que esta fórmula protocolaria donde los ediles requieren del servicio del alcalde para “contener” cualquier movimiento obrero de protesta fuera lo adecuado pero también nos hace percibir un deseo de los ediles conservadores para que el alcalde, Eugenio Candelas Andrés, pueda interceder antes los obreros locales para saber de sus intenciones y sobre todo de contenerlos y calmarlos. Esta decisión parece demostrar que la corporación municipal está diferenciada entre los cinco ediles conservadores y el alcalde más proclive para entenderse con los obreros, por lo tanto con cierta afinidad con ellos. Es como si utilizaran el alcalde de mediador para calmar los ímpetus. Y si así fuera podemos percibir la posición del alcalde, realmente incómoda y difícil. Presionado por unos ediles conservadores, su papel de alcalde popular entre los obreros locales no tuvo que ser del agrado de todos, sensación que se fue agrandando con el paso del tiempo. La victoria del Frente Popular en las elecciones a Cortes Generales en febrero de 1936 no se reflejó en los resultados locales. Votaron 162 personas siendo 149 los votos en favor de la CEDA mientras que 13 fueron a parar al Frente Popular. Chozas de la Sierra se hallaba muy lejos de ambientes urbanos radicalizados y es útil recordar otra vez la opinión de Eugenio Candelas Andrés en su consejo de guerra cuando afirmó que todo el mundo en el pueblo era de derechas. Sin embargo, esta victoria general del Frente Popular abrió la materialización de la creación del sindicato UGT a nivel local. Fue el 1 de abril de 1936 cuando se creó lo que se llamó también la Casa del Pueblo, el centro obrero de los ugetistas. Según declaraciones de 1939 respecto al sindicalista local Félix Barrena García, se decía “…que vino a este pueblo y fomentó su ideal fundando en su misma casa la Casa del Pueblo…”9. La UGT se convirtió en el polo de referencia de la defensa de los obreros, máxime cuando la afiliación a dicho sindicato suponía la posibilidad de hallar trabajo gracias a su mediación. Las denuncias franquistas, a partir de 1939, apuntaban sobre este aspecto: “el sindicato era quién más imponía para que no trabajara ningún obrero en faenas agrícolas y forestales tanto de particulares como del Estado y municipio que no estuviera afiliado a su sindical”10. Pero la victoria del Frente Popular en el país fue también un detonante, a nivel local, para que la UGT local fuese también el referente de dicho Frente Popular, de su política y de su ideología. El ambiente político y social se estaba tensando en Chozas de la Sierra.

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. Ver AHD. Consejo de guerra contra Félix Barrena García Sumario 3474 , legajo 510

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. AHD: Consejo de guerra contra Juan José Rivera García,

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Cuadro nº 6: Fundación de la UGT el 1 de abril de 1936

Nombres y apellidos Plácido “Quintín” Asensio García Tomás Candelas Hernán Santiago Serrano Chañe Benigno Maqueda Domínguez Agustín Díaz Serrano

Cargo Presidente Vicepresidente Secretario Presidente interino Vocal

Fuente: AHD.

Aparece la UGT por primera vez en las actas municipales en la sesión del 16 de mayo con una queja del ayuntamiento a la propia UGT local porque dicho sindicato había mandado un escrito al Gobernador Civil de la provincia para que le autorice su prohibición a que ningún obrero que no esté afiliado a sindicatos defensores del Frente Popular podía trabajar en la reforestación del pinar de la sierra11. La tensión se estaba elevando y estos condicionantes para controlar el acceso al trabajo fueron polémicos. Chozas de la Sierra no se libró de esta polémica. En fechas sin determinar pero suponemos anteriores a la fundación de la UGT local, ya existía otro sindicato en la localidad, se llamaba la Unión Obrera Campesina (UOC), titulada la “Esperanza”, de corte católico y conservador, en defensa de la concordia entre clases, muy alejados de los parámetros de la lucha de clases propuesta por la UGT. La posición de fuerzas locales, favorable a los intereses interclasistas y conservadores, completamente acorde con el bando conservador, se vio con el poder suficiente para crear dicho sindicato de la UOC donde se afiliaron parte de la población masculina, en clara competencia con la UGT. Esta relación de fuerzas entre conservadores y defensores del Frente Popular se polarizó, a nivel local, entre los dos sindicatos, la UOC y la UGT. En la sesión del 6 de junio de 1936, el ayuntamiento aprobó una petición de la UGT local para que se ponga en marcha la retención de la décima para cargar a los mayores contribuyentes y paliar de esta manera el paro local. Como podemos observar, esta petición ya se había elevado al pleno municipal, en 1932, pero sus efectos fueron negativos y sin concreción. Había fracasado esta política de redistribución para luchar contra el paro ante el escaso interés demostrado por los ediles conservadores. El último pleno municipal antes del golpe militar se realizó el 29 de junio sin que solucionara nada en concreto y con los mismos ediles electos de 1931. Este aspecto resulta paradójico en la medida en que los intereses políticos nacionales influyeron de forma muy clara en los asuntos locales durante ese periodo de la historia de España. Cuando surgió la República en abril de 1931, una de las primeras medidas del gobierno provisional republicano fue la de promover denuncias por parte de los comités locales republicanos para invalidar y forzar la repetición de elecciones municipales. Éste no fue el caso de Chozas de la Sierra porque, con toda seguridad, no existía ningún círculo 11

. AMSR. Libro de actas año 1936.

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republicano en esos momentos en la localidad. Tampoco las consecuencias de la huelga de octubre de 1934 a nivel local forzó al gobierno de la CEDA a disolver la corporación municipal que fue afín a ese movimiento revolucionario puesto que las consecuencias de dicha huelga en Chozas de la Sierra fueron aparentemente nulas. Y tampoco el gobierno del Frente Popular, ganador de las elecciones de febrero de 1936, forzó la dimisión del ayuntamiento conservador de esta localidad como ocurrió en gran parte de la geografía madrileña. Tal vez estas paradojas deban entenderse, otra vez, por la figura de su alcalde Eugenio Candelas Andrés. Puede que sus relaciones con los respectivos gobernadores civiles, piezas fundamentales para entender las relaciones entre el ayuntamiento y el Estado central, fueron cordiales y empáticas, tanto con el gobernador civil del periodo 1931-1933 correspondiente al gobierno Azaña como el surgido de la victoria conservadora de la CEDA y del Frente Popular en 1936. Buenas relaciones que conllevó a la consolidación del ayuntamiento conservador surgido en abril de 1931 sin ningún tipo de cambio, el único caso de esta comarca.

Chozas de la Sierra durante la guerra civil

Los convulsos primeros momentos

Los acontecimientos del 18 de julio de 1936 atraparon a los vecinos de Chozas de la Sierra en su quehacer cotidiano. Como así lo afirma el miliciano Tomás Candelas Hernán: “Que el 18 de julio y el 19 estuvo segando en su pueblo regresando por la noche…”12. Todo cambió con mucha rapidez, los acontecimientos nacionales impregnaban de significado la vida cotidiana de las familias y los coros de vecinos en busca de información. A la espera de noticias de Madrid sobre el acuartelamiento de tropas favorables al golpe militar en el cuartel de la Montaña, toda estaba en suspenso. ¿Dónde se podía saber noticias frescas? El ayuntamiento estaba cerrado, sin funcionar y sin la presencia institucional de los ediles. Y la Casa del Pueblo, el referente del Frente Popular en la localidad, estaba en ebullición a la espera de noticias, buscando información en Colmenar Viejo con los compañeros de la Casa del Pueblo.

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. AHD. Consejo de guerra contra Tomás Candelas Hernán, sumario 54315, caja 3515 nº 6

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Según parece, algunos milicianos locales estuvieron implicados en uno de los primeros hechos de guerra en la comarca cuando pasó por el día 21 de julio las tropas sublevadas del cuartel de Transmisiones de El Pardo, simulando su apoyo a la República pero, secretamente, con la idea de alcanzar la zona segoviana donde estaban presentes las tropas sublevadas. Una vez descubierto el engaño, se estableció un tiroteo entre milicianos y dichas tropas perdidas por Manzanares el Real. Primer acontecimiento cruento que terminó con bajas y en que se le acusó al miliciano Braulio González Sanz de participar en ellos13. Pero a nivel local, ante la total ausencia de las fuerzas de la guardia civil que habían abandonado sus cuarteles de la sierra para atrincherarse en Madrid desde el mismo día 17 de julio, ya no existía orden propio del Estado. El vacío era enorme y tremendamente peligroso. Se movía gente en coches y camiones, rumbo a la sierra para luchar contra las tropas sublevadas, y otras muchas personas en busca de cobijo ante la tempestad que se avecinaba. Por ello, los integrantes de la Casa del Pueblo, es decir la UGT, se comprometieron en controlar los cruces de carreteras y el orden público. Para ello tuvieron que hacer acopio de armas. Era fundamental, pues, requisar todas las armas que poseían los vecinos conservadores de la localidad. Así lo cuenta, en 1939, Fernando Palomino Pérez : “Sobre las dos de la madrugada del 22 de julio de 1936 dan principios los registros domiciliarios empezando por la casa donde vivía Julián Morcillo Ballesteros secretario de este (…), pasando después al domicilio de Saturnino Bertólez Burgueño donde tampoco encontraron nada delictivo por haber sido retiradas las armas, municiones y dinero previamente. Siguen los registros en los domicilios de Pablo Mansilla y como en los registros practicados encontraran armas en algunas casas detuvieron a sus dueños que fueron Agustín Sánchez, Vicente Bertólez Burgueño y Manuel Cabanillas las que permanecieron cerradas hasta las 9 de la mañana en que rumoreándose avanzaban las tropas de Franco por el puerto de Somosierra los soltaron”14. Otra forma de conseguir armas de forma inmediata fue conseguirlas del comité revolucionario de Colmenar Viejo que tuvo gran importancia en los primeros momentos de la sublevación en los acontecimientos de Chozas de la Sierra. Tanto armas pero también milicianos colmenareños participaron activamente en ayuda del comité local. El control del orden público y del tráfico fue una de sus prioridades. El comité local de la Casa del Pueblo empezó a mandar a sus afiliados en dichas tareas de control con escopeta y fusil en mano como, entre otros más, el miliciano Lucio Pérez Rivera: “hizo guardias armadas en controles de carreteras a las órdenes del comité”15. La rapidez del desarrollo de los acontecimientos forzó decisiones, plasmándose en documentos más tarde. Si desde el mismo día 18 de julio, la Casa del Pueblo reaccionó de inmediato, no es hasta el 10 de agosto cuando se formalizó oficialmente la comisión gestora que daba el espaldarazo definitivo a esta nueva situación. Los ediles 13

. AHD. Consejo de guerra contra Braulio González Sanz. sumario 57600, legajo 4437

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. AHD. Consejo de guerra contra Tomás Candelas Hernán. . AHD. Consejo de guerra contra Lucio Pérez Rivera, sumario 60887 caja 2905 nº 2

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del ayuntamiento ya no eran representativos ni los defensores de la República atacada por los militares. De hecho su carácter conservador les paralizó enteramente a la espera de acontecimientos. No se comprometieron con la defensa de la República pero al quedarse en el pueblo no pudieron declarar abiertamente su apoyo a los militares y a los ideales que defendían. El ambiente estaba muy polarizado. A las 20,00 horas del día 10 de agosto se constituyó la nueva comisión gestora cuyos “concejales fueron nombrados por el señor Gobernador Civil de esta provincia”16. Con el mismo proceso protocolario de siempre cuando se cambiaban corporaciones municipales, se presentaron todos los anteriores ediles de la corporación y a la cabeza su alcalde Eugenio Candelas Andrés para presenciar la creación de dicha comisión gestora quien iba a gestionar la localidad hasta nueva orden. Realmente los nuevos gobernantes de la localidad eran, a excepción de algún caso, los directivos de la UGT local, el baluarte republicano de Chozas de la Sierra.

Cuadro nº 7: Composición de la comisión gestora republicana del 10 de agosto de 1936

Nombre y apellidos Plácido “Quintín” Asensio García Cecilio García Candelas Alfonso Domingo Sánchez Ángel Morcillo García Narciso Cornejo Pérez Casto Martín Vírseda

cargo alcalde Teniente alcalde Concejal “ “ “

Representación UGT “ “ “ “ “

Fuente: AMSR.

Se repartieron competencias entre ellos a través de comisiones. La de gobernación, hacienda y fomento estaba en manos de Casto Martín Vírseda, Alfonso Domingo García y Cecilio García Candelas. La comisión de sanidad, beneficencia, censo de población e instrucción pública para Ángel Morcillo García, Casto Martín Vírseda y Narciso Cornejo Pérez. La comisión de montes, aguas, agricultura y policía urbana y rural para Cecilio García Candelas, Narciso Cornejo Pérez y Ángel Morcillo García. Una vez creada esta comisión gestora, toda la organización de la vida cotidiana de la localidad pasará por sus acuerdos. Es de destacar que no existe rastro documental en el archivo municipal de esos momentos hasta marzo de 1939 cuando se inicia la época franquista. ¿Desaparecieron los documentos ya que éstos existieron realmente?, ¿Y si es así, quienes fueron los culpables? A partir de ahora, reconstruiremos los acontecimientos en función de otra documentación que no sea la municipal. 16

. AMSR. Libro de actas de 1936.

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La violencia en la retaguardia

Chozas de la Sierra vivió un contexto paradójico durante los primeros momentos de la guerra civil. En efecto, la mayoría de la población era conservadora y muchos de ellos apoyaron el golpe militar aunque no lo explicitara públicamente porque el orden público estaba en manos de los pocos defensores de la República. Esta vez la balanza de la relación de fuerzas estaba de su lado. Pero fueron unas fuerzas conscientes de su debilidad numérica. Así lo comentaba Fernando Palomino Pérez, en 1939, “que teniendo en cuenta que el proceder de los rojos guardaban reserva absoluta, cuantos desmanes y atropellos cometían no divulgaban quienes eran sus autores, aunque en pueblos pequeños como éste donde los rojos eran una veintena, los hechos que cometían eran por acuerdo de todas las milicias, pues en varios casos que alguna persona de derechas solicitaba un aval o cualquier documento, tenía que recorrer todas las milicias, comité y comisión gestora para que individualmente le dieran conformidad”17. Les tocaron enfrentarse al vendaval de acontecimientos que ocurrieron a partir del 18 de julio en adelante pero sus fuerzas eran limitadas y necesitaron ayuda externa, sobre todo de sus aliados más cercanos, el comité de Colmenar Viejo. Más numerosas y contundentes en sus acciones, las milicias de Colmenar Viejo participaron en tareas de orden público. Y el orden público suponía arrestos de sospechosos y, ante la disolución de la autoridad Estatal de los primeros meses de la contienda civil en la parte republicana, la toma de justicia pasaba por su mano y según sus propios criterios entre los grupos emergentes que habían surgido en esos momentos, las milicias y los comités locales. Las milicias creadas en esta localidad siguieron la pauta jerárquica de la junta directiva de la UGT. Su jefe fue Plácido “Quintín” Asensio García, el presidente de UGT y sobre él descansaba toda la responsabilidad y gestión de dichas milicias en momentos complicados. Sobre los asesinatos ocurridos en Chozas de la Sierra el 13 de agosto de 1936, del antiguo concejal conservador Saturnino Bertólez Burgueño y del ganadero Gerónimo Sanz, las informaciones son confusas e incluso contradictorias. Según declaraciones del secretario Julián Morcillo Ballesteros, en 1939, su cuñado Saturnino se hallaba en su casa cuando “fue nuevamente detenido por las milicias de Colmenar Viejo y con Gerónimo Sanz fueron llevados en coche al Canto Berrueco”18. Allí fue asesinado el último mientras que el primero quedó herido, escondiéndose en casa de familiares en Madrid donde fue curado pero descubierto, nuevamente detenido y asesinado en Paracuellos del Jarama el 25 de noviembre de 1936. Sin embargo, el miliciano Juan José Rivera García comentaba que “vinieron 25 milicianos de Colmenar Viejo en dos coches a por estas dos personas y que si logran 17

. AHD. Consejo de guerra contra Santiago Serrano Chañe, sumario sumario: 39086, legajo 7588.

18

. AMSR. Declaración jurada de Julián Morcillo Ballesteros.

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sus propósitos no fue sin la oposición de sus compañeros de organización (…) no pudiendo evitar llegaran a cabo sus fines por tener mayoría de hombres y fusiles y por cobardía del resto del vecindario del pueblo que no nos ayudó en tal oposición y a evitarlo”19. Las diferentes versiones tienen al menos en común un hecho importante: la presencia de las milicias de Colmenar Viejo en Chozas de la Sierra que detuvieron y asesinaron a dichos vecinos locales. Las milicias locales no fueron condescendientes con las de la villa vecina como afirma Juan José Rivera García aunque esta opinión no es compartida por los denunciantes franquistas que apuntaban hacia una deliberada colaboración en dichos arrestos. Más allá de buscar la verdad de dichos hechos trágicos (¿se sabrá alguna vez?), podemos percibir la convulsa situación que se vivía en esos momentos, de quienes realmente controlaba determinados poderes, el uso de las armas unido al control del orden público y las relaciones jerarquizadas entre comités. Otro elemento que sufrió las consecuencias de la falta de autoridad durante los primeros meses después del golpe militar fue la iglesia parroquial. Los milicianos que iban y venían del frente, agrupados en camiones, potencialmente armados paraban por las localidades de la sierra, siempre en busca de enemigos potenciales escondidos y con una fijación por destruir las iglesias como símbolo del conservadurismo de derechas del ya antiguo régimen que procuraban destruir. Respecto a la iglesia de Chozas de la Sierra, los propios informes falangistas de posguerra afirman que fueron elementos externos quienes se dedicaron a vaciar el templo de altares, imágenes, ropas y libros religiosos. Dichas destrucciones se realizaron sin control local, ¿Los milicianos locales podían frenar las iras iconoclastas de dichas milicias externas mayores en fuerzas y armas? ¿Asumieron los hechos como inevitables o pudieron evitarlo? Preguntas sin respuestas que hace muy difícil saber lo que realmente ocurrió. Todo parece indicar que las milicias del frente fueron las que provocaron la destrucción de la iglesia. El miliciano local, Félix Barrena García, comentaba que “yo solo hizo un montón con los restos del despojo de la iglesia sin prenderlos fuego”20. El que fue secretario del ayuntamiento, Julián Morcillo Ballesteros, recoge en su informe a las autoridades falangistas que “yo recogí en los primeros días del glorioso alzamiento nacional todos los libros del archivo parroquial y los del registro civil y algunos del ayuntamiento y la lámpara central de la iglesia y los escondí sin que hayan dado con ellos las milicias rojas”21. La iglesia se quedó vacía de elementos religiosos y desde esos momentos se utilizó para otras funciones como las de almacenamiento de víveres, cuadra para animales además de representar en ese lugar funciones de teatro y de cine para el recreo de las tropas y vecinos22. Uno de los problemas más urgentes que tuvo que solucionar la comisión gestora municipal fue la de conseguir los medios económicos para mantener a las milicias de control, la columna vertebral del nuevo orden surgido en el pueblo a partir del 18 de julio. Había que pagar a sus milicianos que habían dejado sus trabajos con un jornal que 19

20 21 22

. AHD. Consejo de guerra contra Juan José Rivera García. . AHD. Consejo de guerra contra Félix Barrena García, Sumario 3474, legajo 5103 . ANSR. . AHD.

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solía estar en las diez pesetas diarias, un sueldo digno y superior al jornal de un campesino en tareas del campo que solía estar entre las cuatro y cinco pesetas diarias, trabajando de sol a sol. La falta absoluta de liquidez de la comisión gestora obligó a buscar dinero para afrontar dichos gastos necesarios. Según los denunciantes franquistas, fueron tres los grupos afectados, siempre y cuando esta información proporcionada por los vencedores sea verídica. En primer lugar, recogieron lo que tenía en sus arcas el sindicato conservador ya desaparecido, la UOC, por un valor de 2.200 pesetas. Por otro lado, cogieron 1.200 pesetas de las arcas de las hermandades religiosas locales y en tercer lugar la mitad de la paga de los obreros pertenecientes a la UOC que estuvieron segando los cereales durante el verano de 1936. El control económico que ejerció la comisión gestora se realizó, en verdad, mediante la política de las incautaciones. Esta política se realizó como consecuencia del golpe militar. El gobierno republicano del momento, mediante decreto ley en agosto de 1936, decretó la legalidad de las incautaciones, su control por parte del Instituto de Reforma Agraria (IRA) y contrarrestar de esta forma lo que en realidad estaba ocurriendo en la España republicana: la generalización de la práctica de las incautaciones. Dicho gobierno procuró legitimar las propiedades incautadas que tenían que pasar a manos estatales, tanto rurales como industriales cuyos dueños habían abandonado. Era preciso continuar con la explotación de dichos bienes mediante la gestión de los sindicatos afines a la República. En Chozas de la Sierra, las incautaciones realizadas por la comisión gestora se centraron, según la información proporcionada por los testigos franquistas, sobre todo en bienes animales, cosechas, viviendas y alimentos básicos de las tiendas. Llama la atención que el sindicato UGT local se planteara una acción de este tipo sin pensar en las propiedades rústicas cuyos dueños habían abandonado su producción. En efecto, es cómo si la urgencia y las necesidades del momento hubieran condicionado sus decisiones. No se plantearon organizar la producción de las fincas rústicas que hubieran sido incautadas por el sindicato UGT y trabajadas posteriormente por sus afiliados, incluso en régimen de colectividad. No llegaron a ello tal vez por desconocimiento o simplemente por su escasa fuerza interna dentro del nuevo contexto local del pueblo. Pero, insistimos otra vez, la falta de documentos municipales al respecto nos obliga a interpretar sin bases seguras.

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Fuente: AMSR.

El primero de esta lista, Saturnino Bertólez Burgueño, fue uno de las víctimas de la represión del verano de 1936. No sabemos si se incautó la totalidad de sus bienes pero lo cierto las fanegas de cereales (algarrobas, cebada y centeno) recogidas durante dicho verano fueron incautadas así como sus vacas y caballo. Los demás citados eran propietarios de ideología derechista cuyos animales (o parte de ellos) fueron incautados. También fueron incautados los bienes de algunos propietarios forasteros que abandonaron sus bienes. Pero la comisión gestora se incautó de dos tipos de bienes: al igual que los anteriores su objetivo fueron los animales (vacas, caballos, terneros etc…) así como cosechas de cereales y, en segundo lugar, sus segundas viviendas (chalets) con su mobiliario y sus vehículos para necesidades diversas de la comisión gestora y del Ejército republicano. Pero llama la atención que una finca señalada como el Prado Herrero cuyo propietario era el ganadero Esteban Hernández Plá no fuera, a priori, incautada pero sí sus tres caballos y su hierba.

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Lista de bienes incautados a propietarios que no eran vecinos de Chozas de la Sierra. AMSR.

Una vez pasados los meses convulsos del verano de 1936 y estabilizado el frente al sur de Madrid a partir de noviembre del mismo año, la retaguardia republicana en esta parte de la sierra se consolidó en sus formas de gobernar. El pequeño grupo de afiliados a la UGT de Chozas de la Sierra, el núcleo fundamental de la defensa de los valores de la República, se había afianzado en su poder mientras la presencia permanente del Ejército republicano por estas tierras ocupando militarmente el espacio como la construcción del aeródromo en el término de Manzanares el Real cercano al término de esta población así como el orden público, todo ello le dio cierta legitimación al nuevo contexto social de esta retaguardia. Los vecinos se fueron ubicando ante las necesidades primarias de este contexto de retaguardia. Así lo confirmaba el secretario municipal Julián Morcillo Ballesteros en sus declaraciones en 1939: “entre agosto y diciembre de 1936, algunas personas de derechas renunciando a su credo político se pasaron a la UGT, haciendo causa común con la ristra de desalmados y forajidos”23. Dicho secretario estaba muy al corriente de esta extraña situación. Considerado como persona de derechas, tuvo que continuar su trabajo como secretario municipal a lo largo del año 1936 a pesar de que la comisión gestora no confiara en él sus acuerdos hasta el extremo que fue despedido y denunciado como derechista. Pero otros muchos vecinos conservadores, no tan señalados como él, prefirieron afiliarse a la UGT como medida de protección de sus vidas y bienes como así fue para muchos jóvenes de la localidad, antiguos afiliados al sindicato conservador UOC, que se alistaron al Ejército 23

. AHSR.

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republicano. Esta iniciativa no debería entenderse como un repentino fervor por defender a la República sino, más bien, como una posibilidad de protección bajo el manto del soldado raso en un frente de la sierra estabilizado y sin mortíferos combates.

Tiempos de retaguardia, complejidad del contexto

Una vez estabilizado el frente sur de Madrid, el gobierno de la República, de la mano del socialista Largo Caballero, pretendió recomponer su autoridad después de los descontroles generalizados, ocurridos durante el verano y otoño de 1936. Una de sus apuestas fue la de consolidar un poder municipal donde debían estar representadas todas las fuerzas sindicales y políticas del lugar que apoyaban a la República. Decretó en enero de 1937 la constitución de nuevos consejos municipales que debían renovarse cada año. En Chozas de la Sierra, esta decisión se tomó en abril de 1937. Se constituyó el nuevo consejo municipal que terminaba con la comisión gestora que se había creado unos días después del golpe militar del 18 de julio. Ahora bien, la ausencia de documentación municipal de ese periodo, en el que vuelve a aparecer la documentación pertinente desde el primer día de la victoria franquista en adelante, es perturbadora. Las autoridades falangistas del primer franquismo utilizaron los archivos municipales para buscar huellas de significación política de los vecinos durante el periodo republicano. En Chozas de la Sierra no pudo ser porque dichos archivos no existían. Solo se podía contar con las declaraciones de los nuevos dueños de la situación. Sus denuncias tenían que ser tomados como un acto solemne de verdad sobre el pasado. Y así se tomaron teniendo en cuenta que los nuevos dueños de la situación política fueron antiguos concejales y alcalde del periodo conservador de la monarquía. Pero sus vidas cotidianas durante el periodo republicano en guerra fueron paradójicas hasta el extremo que tuvieron mucho interés por ocultar su pasado. De ahí a tener muy en cuenta quienes realmente fueron los causantes de la desaparición de los archivos municipales de ese periodo convulso cuya respuesta, por otra parte, es imposible de aclarar. Lo único que podemos aportar como seguro es la designación como alcalde presidente de dicho consejo municipal creado en abril de 1937 de Eugenio Candelas Criado como así lo asevera personalmente en su declaración durante su consejo de guerra. Sin embargo, sus denunciantes fueron los que más concretaron detalles de su vida política. Por ejemplo, Marcelo Robledo Maure, en 1939, dirá de él que fue alcalde hasta “el 5 de abril de 1938”24. Pero ¿quiénes fueron sus acompañantes en dicho consejo municipal? No lo podemos saber por falta de información. Las declaraciones de los miembros de la comisión gestora anterior no concretan ningún 24

. AHN. Consejo de guerra contra Eugenio Candelas Andrés, sumario 10665, legajo: 5050, caja 5698. 20


cargo durante este periodo en particular. Pudieron ser algunos de ellos, sin duda, pero también aquellos nuevos miembros de UGT que se ocultaron como derechistas y participaron de la gestión municipal como afirmaba más abajo el antiguo secretario Julián Morcillo Ballesteros. Lo cierto es que la fuerza de las denuncias de los vecinos de derechas, a partir de marzo de 1939, contra Eugenio Candelas Andrés fue demoledora. Se le acusó de ser presidente de la comisión gestora que se creó en agosto de 1936, lo que la documentación niega. Se le hace partícipe, pues, de “desmanes y atropellos” en los que nunca participó. ¿Por qué, por tanto, tanta inquina contra él? La escasez de información nos hace imposible responder a esta compleja situación. Pero lo poco que tenemos apunta más bien a un interés por acabar con su figura, por parte de los falangistas locales, tal vez porque Eugenio Candelas Andrés les conoció a todos muy bien. No es de más recordar ahora lo que dijo Eugenio Candelas en su consejo de guerra: “en el pueblo todos incluso el declarante eran de derechas”. A primeros de 1937, se creó el sindicato CNT en Chozas de la Sierra. El secretario Julián Morcillo Ballesteros declaró al respecto: “Para evitar las persecuciones del comité y del ayuntamiento rojo, constituimos las personas de derechas y afectas al Movimiento Nacional la CNT en este pueblo, ingresando en ella el 12 de abril de 1937”25. Como medida de protección, los vecinos de derechas ya no se apuntaron a la UGT como se apuntó anteriormente. Dieron un paso adelante e utilizaron la estructura de un sindicato apolítico como es la CNT para defenderse mejor. No solamente la pretensión era evitar persecuciones sino ir más allá. Se quería defender bienes y personas, tomar parte activa en la gestión municipal como tal sindicato y convertirse, en la medida de lo posible, en un polo de poder dentro de este contexto de retaguardia sumamente flexible y flotante. Con toda seguridad, tomaron posiciones políticas dentro del consejo municipal puesto que la sola presencia de dicho sindicato le abría las puertas a las tomas de decisiones de dicho consejo. Pero nunca lo sabremos por la ausencia de documentación. Sin embargo si existe información en los registros y archivos de dicho sindicato lo que nos permite analizar los movimientos realizados por dichas personas que el archivo municipal de Chozas de la Sierra niega a la investigación.

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. AMSR.

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Fuente: CDMH

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Uno de los objetivos de esta CNT de Chozas de la Sierra fue la de incautar las propiedades rústicas del término que sus propietarios habían abandonado. Utilizaron los modelos oficiales (como se puede ver en la fotografía anterior) y se postularon como junta del consejo de administración de fincas incautadas. Los nombres que aparecen nos son ya conocidos como los militantes Marcelo Robledo Maure, concejal en 1930 y futuro alcalde franquista, el presidente de dicho consejo, Pablo Mansilla Vicente que fue concejal en 1930, su secretario Gabino Santamarina del Valle, igualmente concejal en 1930, su tesorero, Julián Morcillo Díaz concejal entre 1927 y 1929, el vocal Mariano Pérez Palomino futuro concejal franquista o Vicente Bertólez Burgueño, concejal en 1930 y posteriormente concejal franquista.

Cuadro nº 7: fincas rústicas incautadas por la CNT de Chozas de la Sierra. finca El Púlpito De Pedro Ángel De la Rama Del Colmenar De Meneses Escaramujel Cerca Nueva Los Frailes Prados Monteros? Hoyuela Chica Hoyuela Grande Las Cuevas Sotillos Rebollar Don Fernando Salcedo La Botella Cerca Chica Del Médico Corrales Palancares Mitad Puesto Chica Mojón Alto La Lobera Cierro de la Herrería Los Cerrillos El Boñigal Los Motriles Pedazo Las Viñas Las Calerizas largas Rancajales

Propietario anterior Francisco García de Miraflores Fabián Bernabé de Chamartín María Arroyo ¿ Francisco García de Miraflores y Andrés Berrocal de Colmenar Viejo Manuel Ramírez de Miraflores Práxedes Perales de Miraflores Josefa González Isidro Esteban Nazaria Arroyo de Miraflores Juan González de Miraflores Vecinos de Miraflores Juan González de Miraflores ¿ Vecino de Colmenar Viejo Prudencia Bañuelos de Colmenar Viejo Ignacio Paredes de Colmenar Viejo Vecino de El Molar Deogracias Arribas de Miraflores Vecino de El Molar Victoriano Rivero de Manzanares el Real Julián Sanz de Miraflores Deogracias Arribas de Miraflores Josefa González Tomás Torres de Colmenar Viejo Leoncio Arroyo de Colmenar Viejo Vecino de Colmenar Viejo Julio Quintana de Colmenar Viejo Francisco Ramírez de Miraflores Máximo Hernán

Fuente: CDMH.

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extensión 30 hectáreas 15 h. 12 h. 4 h. 30 h. 6 h. 10 h. 15 h. 20 h. 3 h. 10 h. 20 h. 10 h. 20 h. 8 h. 7 h. 3 h. 2 h. 12 h. 2 h. 10 h. 7 h. 5 h. 15 h. 12 h. 3 h. 2 h. 3 h. 20 h. 130 h.


Dichas incautaciones por parte de la CNT de Chozas de la Sierra ha supuesto un total de 446 hectáreas de tierras rústicas, una cantidad nada despreciable. Llama la atención que todas las dichas fincas pertenecieran a propietarios que no son vecinos de esta localidad, la mayoría de Miraflores y Colmenar Viejo. No se incautaron, por lo tanto, ninguna propiedad de algún vecino de este pueblo. Puede que la UGT local lo haya hecho en los primeros momentos del inicio de la contienda civil, pero las fuentes documentales no lo aseveran a pesar de los informes franquistas posteriores. Pero la gran diferencia con las incautaciones realizadas por la UGT cuyos detalles nos proporcionan la documentación del periodo franquista es que las realizadas por la CNT se han interesado en fincas rústicas para pasto con la intención de seguir aprovechando sus recursos naturales. Para nada se incautaron de bienes animales o cerealísticos, ni casas ni vehículos. Solo les interesaron las fincas del campo. Sus afiliados, todos ellos derechistas y propietarios, quisieron salvar sus propiedades. La mejor manera que vieron fue la de crear dicho sindicato para proceder a su inmediata incautación. De esta manera, la propiedad quedaba sin propietarios pero sus nuevos gestores, los “sindicalistas” de la CNT se encargarían de seguir trabajándolas. Como podemos ver, todo quedaba en casa utilizando esta artimaña legal. Vamos a ver a continuación cómo el delegado de dicho sindicato de Chozas de la Sierra informó a la Federación Comarcal de Colmenar Viejo, el 7 de junio de 1937, de cómo funcionaba su sindicato: “el sindicato de CNT de Chozas de la Sierra contiene un número de afiliados de setenta en su totalidad campesinos y ganaderos, no existiendo colectividad en su base pero si teniendo bastantes hectáreas de terreno de prados y monte incautados por este sindicato. La mayoría de los trabajos realizados son a base de comunidad como también algunos patronos voluntariamente han entregado sus fincas, yuntas y aperos de labranza para que sean trabajadas en comunidad por los trabajadores de este sindicato. También toda la leña que ha sido cortada de dichos montes incautados ha sido trabajada en conjunto de los trabajadores. La mayoría de estos pequeños propietarios trabajan sus tierras a medias entre dos o tres compañeros por tratarse la mayoría de éstos de parientes y familiares”26. Este informe sindical tiene la virtud de exponernos la estrategia que adoptaron los “sindicalistas” de Chozas de la Sierra para poder producir dichas tierras incautadas. En primer lugar, nos habla del número de afiliados, setenta, que es muy elevado si tenemos en cuenta la cantidad de afiliados que pudo tener la UGT, en torno a 25, cuando empezó la contienda civil en Chozas de la Sierra. La estrategia que apuntó el secretario Julián Morcillo Ballesteros, la de fundar la CNT, para salvarse evitando persecuciones, fue totalmente exitosa. Su numerosa afiliación se nutrió de vecinos derechistas asustados y preocupados por sus vidas. Es de destacar que si es verdad que crearon este sindicato, no hicieron lo mismo con la colectividad. En ningún momento de la contienda civil llegaron a crear ninguna colectividad y tememos que la UGT local tampoco. A pesar de la insistencia de la directiva cenetista, nunca consiguieron su propósito. Eso sí, disfrazaron el modelo de organización del trabajo con dichas fincas bajo la forma de “comunidad”. ¿Qué entendieron por este concepto que nada tenía que ver con el de colectividad? A 26

. CDMH. PS Madrid. Legajo 2281

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diferencia del principio de colectividad, donde los medios de producción (tierras y maquinaria) no eran de propiedad privada, fueron gestionados por el consejo de administración quien, de forma colectiva entre todos los colectivistas, tomaba en común las decisiones de la marcha de las mismas. Dichos medios de producción dejaban de ser privados en la medida en que todos los colectivistas trabajaban todas las tierras y los excedentes del fruto de su trabajo se repartían mediante un salario para todos los colectivistas que el propio consejo de administración determinaba. Aquí, sin embargo, los mismos propietarios afiliados, incluso los que donaron sus propiedades seguían trabajándolas en persona ayudados de otros afiliados que eran igualmente miembros de dicho sindicato, en “comunidad”. La estrategia utilizada aquí fue la de proteger las propiedades privadas de sus afiliados, incluso las donadas, con el trabajo directo de sus dueños con la ayuda de familiares y darle un barniz de comunidad por ello. Al no existir colectividad, no hubo explotación colectiva ni una más o menos igualdad en los salarios. Aquí, cada uno siguió trabajando sus propias tierras y aprovechando del fruto del mismo sin compartir salarios ni nada con los demás. Todos ellos quedaron amparados bajo la protección del sindicato que no pudo o no supo orientar a dichos afiliados hacia el modelo colectivista. Finalmente, la última estrategia seguida por dichos “sindicalistas” fue la de incautar numerosas propiedades, hasta 450 hectáreas de tierras de pasto, de propietarios forasteros cuyas fincas estaban ubicadas en el término de Chozas de la Sierra. Al quedar incautadas, dichas propiedades eran directamente gestionadas por dichos “sindicalistas” que las protegieron de posibles intenciones de incautaciones por parte del otro sindicato, la UGT, tanto local como de otras localidades, evitando de esta forma cualquier tipo de manipulación ajena a sus intereses sobre las mismas. Dichos propietarios forasteros, derechistas que abandonaron sus propiedades, fueron partícipes de la creación de este sindicato, directa e indirectamente, pero muy auxiliados por los mismos para salvar sus propiedades.

Escritos del frente

Un contingente de soldados regulares formado por jóvenes de Chozas de la Sierra, tanto voluntarios como llamados por su quinta, se fue al frente de Somosierra, a primeros del año 1937. Todos ellos estaban afiliados a la UGT local (aunque algunos en fechas tan tardías como enero de 1937). Unos pocos de ellos procedían, incluso, del sindicato católico UOC. Estaban descansando en la zona de Gargantilla en la primavera de 1937 cuando recibieron la visita del también vecino Juan José Rivera García. Éste tenía una misión encargada por el consejo municipal de Chozas de la Sierra: la de firmar colectivamente un escrito que apoyaba una iniciativa municipal que necesitaba de sus firmas. Llama la atención que el consejo municipal pidiera el apoyo de soldados del frente con sus firmas como avales a determinadas gestiones. Es como si la ausencia de 25


avales fuera un impedimento para sacar adelante una determinada gestión ante las autoridades gubernativas y se buscara, por lo tanto, este recurso para conseguir sus objetivos. Tenemos un caso parecido de un escrito en que miembros de la retaguardia se van al frente en busca de soldados que lo firmen. Fue el caso de un contingente de soldados de San Sebastián de Madrid, como así se llamaba durante la guerra, ubicados en el frente de la sierra de Somosierra, cerca de Paredes. Un vecino de dicha localidad hizo de mediador entre el consejo municipal y dichos soldados para que firmaran un escrito condenatorio en contra de un vecino de la localidad. En el caso de Chozas de la Sierra, no conocemos esta carta firmada ni sus términos y las referencias a la misma son muy ambiguas y poco claras. Por ejemplo, el soldado Julián Asensio Serrano comentaba en 1939: “en septiembre de 1936 se afilió a UGT por encontrarse sin trabajo, ingresando voluntario en las milicias rojas y en ocasión encontrarse descansando en Gargantilla de Lozoya, se presentó José Rivera con un escrito diciéndole que tenía que firmar bajo amenazas y si no lo hacía después vendrían las consecuencias, por lo que sin saber lo que el papel contenía lo tuvo que firmar”27. Y así alguno más dijeron que firmaron sin saber el contenido como Ángel Badajoz Morcillo, Hermenegildo Sanz Anguas o Mariano Fernández Martín28. Pero otros soldados dieron respuestas más concretas como Lucio Pérez Rivera: “que lo único que hizo fue firmar esta denuncia que le presentó su primo José Rivera que le dijo que el objeto de firmar el documento era para que se unieran las dos sociedades UGT y CNT del pueblo”29. Todo parece indicar que esta información no tenía gran sentido ya que parecía más bien una cuestión estratégica que muy bien se pudiera haber resuelto en el pueblo sin el aval de dichas firmas. De hecho, las denuncias franquistas de 1939 respecto a este escrito decían más bien lo contrario: “Se sabe que Lucio Pérez Rivera firmó un documento en el que se denunciaba a las personas de derechas del pueblo, documento que por suerte no llegó a causar los perjuicios que ellos seguramente se proponían pues por medio de otro individuo del pueblo quedó nulo”30. Todos los hombres fuertes del primer franquismo de Chozas de la Sierra repitieron lo mismo respecto al contenido de este escrito: era una denuncia en contra de las personas de derechas del pueblo. Denuncia que no se llevó a cabo porque “un individuo del pueblo” lo evitó. ¿Quién fue esa persona? No lo sabremos nunca pero lo cierto es que estaba muy bien situado entre los miembros del consejo municipal del pueblo para evitar la ejecución de dicha denuncia. Por lo tanto, ya podemos percibir que este documento firmado era una especie de denuncia contra determinados vecinos considerados derechistas cuyas consecuencias fueron nulas debido al bien hacer de una persona que impidió que se ejecutara dicha denuncia, que podía acabar, por ejemplo, en una detención colectiva. Era pues un documento avalado por 31 firmas de soldados de Chozas de la Sierra que pretendía solucionar un problema político interno del pueblo. 27

. AHD. Consejo de guerra contra Julián Asensio Serrano, sumario: 60328 , caja: 1117 /17

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. AHD. Concejo de guerra contra Mariano Fernández Martín, sumario: 60333 caja 2616/7, contra Hermenegildo Sanz Anguas, sumario 60332, caja: 340/8 y contra Ángel Badajoz González sumario 60330, legajo 3564. 29 30

. AHD. Consejo de guerra contra Lucio Pérez Rivera sumario 60887 caja 2905 nº 2 . AHD. Idem

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Sin embargo, otro soldado firmante del mismo, Miguel Badajoz González, comentó lo siguiente: “que no leyó el documento que le pasó José Rivera pero éste le dijo que era para pedir al alcalde llamara la atención, en nombre de los firmantes, a los miembros de la CNT porque al parecer los de este sindicato no eran afectos al régimen”31. Esta afirmación nos parece más lógica, lo que nos proporcionaría una explicación al contenido oculto de este documento firmado. Efectivamente, era una denuncia como argumentaron los concejales franquistas en 1939, pero el contenido de la misma pudo ser el que afirmó dicho Miguel Badajoz González. Según ésta, este documento quería solicitar del alcalde del momento, es decir Eugenio Candelas Andrés, una especie de reprimenda y toque de atención a los miembros de la CNT local por no ser afectos a la República. Como bien ya se sabe, la CNT local, existente desde febrero de 1937, se creó para defender las vidas y bienes de sus miembros, todos ellos derechistas de la localidad. La fuerza que iba sumando poco a poco en la localidad debió de sorprender a los miembros leales a la República. La relación de fuerzas entre unos y otros estaba cambiando en la medida en que la CNT iba tomando iniciativas propias como las incautaciones analizadas anteriormente y ocupando, sin que podamos saber hasta que niveles por falta de documentación, cargos en el consejo municipal en nombre de dicho sindicato y cuyo alcalde era Eugenio Candelas Andrés quien afirmaba al respecto: “Que informó efectivamente por orden de la Audiencia limitándose a decir que eran de derechas 31 personas objeto del informe ya que en el pueblo todos incluso el declarante eran de derechas”32. El escrito firmado por los soldados llegó a manos de la Justicia quien pidió informe a Eugenio Candelas como alcalde ya que tuvo que responder si era verdad que los miembros de la CNT de Chozas de la Sierra eran realmente derechistas. Su contestación fue rotunda y tal vez por ello tuvo que pagar sus consecuencias en 1939 cuando sufrió su consejo de guerra. Poco a poco, hemos intentado revelar el trasfondo de esta denuncia que las autoridades franquistas disfrazaron como denuncia por ser solamente derechistas cuando, en el fondo, era una denuncia por la utilización del sindicato CNT, por parte de vecinos derechistas, para respaldar su estrategia de defensa de sus vidas y bienes. Así como de la utilización del sindicato para conseguir unas cuotas de poder local que consideraron inadmisible, sabiendo que no defendían a la República sino sus propios intereses. Dos años después, con la victoria franquista, la ocupación del poder local por parte de estas mismas personas les daría la razón.

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AHN. Consejo de guerra contra Miguel Badajoz González, sumario: 58161, legajo: 3790

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AHN. Ver consejo de guerra contra Eugenio Candelas Andrés.

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Chozas de la Sierra durante el primer franquismo

No sabemos quiénes fueron los últimos representantes del consejo municipal republicano de Chozas de la Sierra debido a la ausencia de documentación de ese periodo y, por lo tanto, desconocemos dicha transición. Pero, curiosamente, vuelve a aparecer la documentación pertinente desde el primer día de la ocupación de Chozas de la Sierra por parte del Ejército de Franco. Recuperamos las actas municipales el último día de marzo de 1939 cuando entraron las tropas franquistas en el pueblo y a su cabeza el comandante Fernando López Morando. Reunidos una serie de vecinos afines al nuevo régimen municipal que se quiere instalar en Chozas de la Sierra con la comandancia militar franquista, se estableció un peculiar protocolo. El alcalde que suponemos del anterior consejo municipal republicano, Mariano Sanz Cancela, entregaba su bastón de mando a dicho comandante para que éste, desde su nueva autoridad, entregara dicho mando a la nueva corporación. Dicho alcalde del último consejo municipal republicano no fue castigado por ello y al estar presente en la presentación protocolaria de la entrega de los poderes municipales es sumamente extraña puesto que esta situación no se daba en estos términos. Por ello nos hace pensar en que dicho alcalde pudiera ser de aquellas personas cobijadas en la CNT que coparon los cargos del último consejo municipal. Una situación política local peculiar de la retaguardia republicana en la que los vecinos mayoritariamente conservadores de este pueblo consiguieron con las estrategias analizadas anteriormente tomar el poder municipal republicano. La relación de fuerzas estaba claramente a su favor en el final del periodo de la guerra cuando todo conducía a la derrota bélica de la República. Seguramente que Mariano Sanz Cancela fuera la cabeza del iceberg. Más cargos municipales tuvieron que ser copados por personas derechistas del pueblo, disfrazados de republicanos. Este extraño contexto de simulaciones no es un caso aislado sino que en otras localidades se dieron las mismas circunstancias y la transición entre el gobierno municipal republicano y el nuevo franquista estuvo controlado por personas afines (ver ejemplos, entre otros, de los ayuntamientos de Hoyo de Manzanares o de San Sebastián de los Reyes). Entre un determinado grupo de vecinos presentes, ante la autoridad militar, se eligió a la nueva comisión gestora franquista. Los presentes fueron, en concepto de vecinos, Fernando López Moreno y Agustín Sánchez Humanes (que sufrió la persecución de los republicanos por considerarle elemento de derechas), Enrique Díaz Sanz (alcalde monárquico en 1922 y concejal en 1930), Julián Morcillo Díaz (concejal monárquico entre 1927 y 1927, tesorero de la CNT), Marcelo Robledo Maure (concejal monárquico en 1930, delegado de la CNT), Mariano Pérez Palomino (vocal de la CNT), Nicolás Robles (evacuado), Vicente Bertólez Burgueño (concejal monárquico en 1930, vocal de la CNT) y Isidoro Santamarina Díaz (concejal monárquico en 1927 y alcalde en 1930)33.

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. AMSR.

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Acta constituciรณn de la comisiรณn gestora franquista del 29 de marzo de 1939

Fuente: AMSR.

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Cuadro nº 8: comparativa entre los componentes de la comisión gestora creada el 29 de marzo de 1939 y el 1 de abril de 1939

Nombres y apellidos Marcelo Robledo Maure Mariano Pérez Palomino Julián Morcillo Díaz Enrique Díaz Sanz Agustín Sánchez Humanes Nicolás Robles

Cargos municipales gestora de 31 marzo de 1939 alcalde

Nombres y apellidos Marcelo Robledo Maure Vicente Bertólez Burgueño Rufino Morcillo González Mariano Pérez Palomino Agustín Sánchez Humanes Ángel Sanz Jaras

Teniente alcalde concejal concejal concejal concejal

Cargos municipales gestora de 1 de abril de 1939 alcalde Teniente alcalde concejal concejal concejal concejal

Fuente: AMSR

El régimen franquista utilizó el recurso administrativo de las comisiones gestoras para que sea la forma más adecuada en tiempos de posguerra. De hecho, esta figura funcionó de forma ininterrumpida hasta 1949 para pasar a otro tipo de funcionamiento. Tal vez debido al contexto de la situación de final de la guerra, no todo fue atado y bien atado por parte de los militares y de los vecinos locales ya que en un espacio de muy pocos días hubo cambios en la composición de la comisión gestora, cambios de personas que pudo traslucir problemas internos entre el bando ganador. Si comparamos ambas constituciones de comisiones, observamos que el alcalde es la misma persona aunque un tiempo después, en mayo de 1939, será alcalde otra persona clave de la historia de este pueblo durante este periodo, Fernando Palomino Pérez. Llama la atención que tres concejales nombrados en la comisión del 29 de marzo no repitan en la siguiente: Nicolás Robles elegido como evacuado no tuvo mucha suerte y no siguió adelante con el cargo. No era realmente vecino de este pueblo y por lo tanto no interesó que siguiera en el cargo. Lo mismo les pasó a Enrique Díaz Sanz y Julián Morcillo Díaz. Eran políticos veteranos, implicados con el periodo monárquico y la nueva savia que quiso proponer Falange en la política municipal, desconfiaba de políticos monárquicos. Tal vez por ello fueron inmediatamente sustituidos por otras personas de mayor confianza. Por ejemplo, se postuló como teniente alcalde el 1 de abril Vicente Bertólez Burgueño cuyo hermano fue asesinado en Paracuellos del Jarama. El primer franquismo aupó a los cargos municipales a personas que sufrieron la represión republicana directa o indirectamente como fue el caso de Vicente Bertólez Burgueño. Fueron personas entregadas, por dichas circunstancias entre otras, a la nueva causa franquista y falangista, una reserva garantizada de vecinos fieles a los nuevos ideales. 30


Acta constituciรณn de la comisiรณn gestora franquista del 1 de abril de 1939

Fuente: AMSR.

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Todos los concejales de la nueva corporación franquista habían sufrido la represión republicana. Les unía los mismos sentimientos en contra del Régimen anterior. Todos participaron, sin ningún tipo de problemas, en los informes de los consejos militares de guerra “para depurar actuaciones durante el régimen rojo”. Como muestra la imagen posterior, toda la comisión gestora franquista de Chozas de la Sierra firmó su denuncia el 12 de abril de 1939. Podemos ver las firmas de Rufino Morcillo González, Vicente Bertólez Burgueño, Ángel Sanz Jaras, Mariano Pérez Palomino, Marcelo Robledo Maure, Agustín Sánchez Humanes y finalmente Fernando Palomino Pérez sin cargos municipales en ese momento, futuro alcalde y una de las personas más destacadas en denunciar a los miembros del consejo municipal republicano.

Extracto del consejo de guerra contra Casto Martín Vírseda.

Fuente: AHD. Consejo de guerra contra Casto Martín Vírseda, sumario 10667

Una de las prioridades del nuevo régimen franquista fue la de llevar a cabo una gran campaña judicial militar para lo que se llamó la “represión franquista” mediante las celebraciones de los consejos militares de guerra realizados por el Ejército de ocupación franquista en toda la retaguardia republicana, a partir del 1 de abril de 1939. Alentados por la victoria del bando franquista, los vecinos de Chozas de la Sierra vieron cómo la élite política conservadora de la localidad recuperaba el poder plenamente y con las caras descubiertas, sin tapujos, esta vez de la mano de la nueva ideología falangista unida al franquismo. Muchos vecinos se afiliaron a la FET de las JONS (Falange) y ocuparon cargos de forma inmediata. Los nuevos miembros de la comisión gestora fueron los encargados de presentar los informes al tribunal militar cuya sede estaba en 32


Colmenar Viejo. El grupo más o menos numeroso de republicanos se encontraba en Chozas de la Sierra ya que muchos de ellos no se habían movido del lugar pero los soldados republicanos acudieron poco a poco al pueblo donde, unos días después, fueron denunciados. Por dicho consejo militar pasaron todos los republicanos de Chozas de la Sierra que se habían comprometido con la causa republicana, a partir del 18 de julio de 1936 en adelante.

Cuadro nº 8: Republicanos de Chozas de la Sierra fusilados Nombre y Apellidos Eugenio Candelas Andrés Alfonso Domingo Maellas Narciso Cornejo Pérez Plácido “Quintín” Asensio García Casto Martín Vírseda Cecilio García Candelas Félix Barrena García

Fecha y lugar de fusilamiento 29/7/1939 en Colmenar Viejo 29/7/1939 en Colmenar Viejo 29/7/1939 en Colmenar Viejo 16/10/1940 en Madrid 11/11/1939 en Madrid 11/11/1939 en Madrid 20/11/1939 en Madrid

Fuente: AHD.

Unos fueron condenados a muerte, otros tuvieron que pasar por diferentes cárceles y campos de trabajo para redimir penas durante años. Nos consta, sin que esta información sea definitiva, que todas las personas represaliadas fueron hombres sin que ninguna mujer de esta localidad haya sufrido pena condenatoria.

TRAYECTORIAS En esta parte, hablaremos de las personas que se vieron implicadas en este contexto convulso en Chozas de la Sierra. Haremos hincapié en aquellas que fueron silenciadas por su significación republicana ya que los vencedores y su élite política estuvieron presentes durante este periodo, sus nombres aparecieron en la documentación tal y cómo apuntamos con anterioridad. En la siguiente lista, aparecerán al lector los vecinos de este pueblo que tuvieron relevancia en su actuación y decisiones a lo largo de los años conflictivos de la guerra civil. No estarán todos ellos, descartando a una serie de jóvenes vecinos que se caracterizaron por sus similitudes. Todos ellos estuvieron afiliados a la UOC, al sindicato católico “la Esperanza” creado durante la República en el pueblo. Cuando surgió la contienda, se afiliaron a la UGT sobre todo “para encontrar trabajo” y de forma voluntaria se fueron al frente (los milicianos cobraban 10 pesetas diarias, un ingreso notable para un campesino o un obrero). Todos ellos firmaron la carta de denuncia contra los vecinos de derechas del pueblo que les 33


presentó Juan José Rivera García estando de descanso en el frente de Somosierra en la primavera de 1937. Y todos ellos no sufrieron más castigo que su retención en la cárcel esperando la celebración de su juicio o en su peor caso en un campo de trabajo durante muy poco tiempo. Fueron Julián Asensio Serrano, Miguel Badajoz González, Ángel Badajoz Morcillo, Agustín Díaz Serrano, Mariano Fernández Martín, Hermenegildo Sanz Anguas. Por otro lado, apuntar que los datos personales que acompañan a dichas personas corresponden a los proporcionados por ellos mismos durante la celebración de sus consejos de guerra.

EUGENIO CANDELAS ANDRÉS: Nació en 1887 en Chozas de la Sierra, jornalero, hijo de Miguel y Felipa, casado. Una de las personas más significativa de esta población durante ese periodo. El alcalde franquista de la localidad en 1939, Marcelo Robledo Maure, le consideraba “un republicano de antiguo de UGT y PSOE”. La verdad es que la documentación es muy parca respecto a la afiliación de Eugenio Candelas Andrés. Él mismo no aclara su afiliación cuando declaró en su consejo de guerra. Solo sabemos de la misma por sus denunciantes. Pero lo cierto es el que dijo la frase tan paradójica, durante su consejo de guerra y que hemos repetido varias veces en este trabajo: “ya que en el pueblo todos incluso el declarante eran de derechas”34. Lo cierto, desde luego, es que se presentó por primera vez en las elecciones municipales de abril de 1931, destacando por ser elemento discordante con los demás candidatos: era nuevo y no formaba parte de la élite política local. Es muy posible que se haya presentado como republicano a secas, siendo el único candidato de este signo político en dichas elecciones de abril de 1931. Elegido alcalde por los demás candidatos, fue el responsable del consistorio durante todo el periodo republicano de abril de 1931 hasta el golpe militar del 18 de julio de 1936. Desaparece como alcalde y no es miembro de la comisión gestora elegido a primeros de agosto de 1936, en plena guerra civil. No volverá a ser elegido alcalde hasta mediados de 1937, ocupando el cargo hasta mediados de 1938, sustituido seguramente por el siguiente alcalde y último, Mariano Sanz Cancela. Exageradamente demonizado y denunciado por los denunciantes franquistas, todos ellos curiosamente colegas suyos en el consistorio municipal durante dicho periodo republicano, se le acusó de todos los desmanes ocurridos en el pueblo. En muchos aspectos su caso es bastante similar al que fue alcalde de Guadalix de la Sierra, Constantino Herranz Márquez. Ambos fueron elegidos durante el periodo republicano como alcalde por ser destacados republicanos locales pero muy marginados en un contexto político conservador. Los acontecimientos posteriores desbordaron su capacidad de maniobra política y, de una cierta forma, fueron engullidos por las circunstancias locales que se extremaron sin que pudieran hacer mucho para calmar los espíritus. Según los denunciantes franquistas, sin ningún tipo de pruebas, Eugenio Candelas Andrés capitaneó las cuadrillas milicianas de los controles y registros domiciliarios. Disparó a las imágenes religiosas de la iglesia y las ató con soga para tirarlas. Como alcalde en abril de 1938, consintió que los militares se llevaran las campanas de la iglesia. Firmó, finalmente, la denuncia contra los 31 vecinos de derechas que estaban afiliados a la CNT local. Todas estas acusaciones fueron 34

.AHD. Consejo de guerra contra Eugenio Candelas Andrés, sumario 10665, legajo: 5050 caja 5698

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negadas por el propio Eugenio Candelas Andrés. El tribunal militar de Colmenar viejo le sentenció a muerte y fue fusilado en la misma localidad el 29 de julio de 1939. Es de los pocos casos de alcalde constitucional, es decir elegido por el pueblo y no nombrado por el gobernador civil, que fue fusilado.

PLÁCIDO “QUINTÍN” ASENSIO GARCÍA Nació en 1908, jornalero, hijo de Felipe y Úrsula, natural y vecino de Chozas de la Sierra, casado. Es el representante de una generación más joven que la de Eugenio Candelas Andrés. El 1 de abril de 1936, con el grupo de afines del pueblo, creó la UGT local siendo su primer presidente. Por primera vez en el pueblo se creaba una organización sindical de clase para defender los intereses y derechos de los obreros en clara distancia con el otro sindicato existente en el pueblo por esas fechas la Unión de Obreros y Campesinos (UOC), de clara tendencia católica e interclasista. Fue elegido por el gobernador civil de la provincia el alcalde-presidente de la comisión gestora en agosto de 1936 ya que no se fiaba del ayuntamiento anterior a pesar de estar encabezado por el republicano Eugenio Candelas Andrés. Le tocó a “Quintín” Asensio lidiar con los momentos más difíciles de los primeros meses de la contienda civil. Tuvo que organizar el control del orden público de la localidad creando las milicias locales y convertirse en su jefe. Tarea complicada debido a las fuerzas externas al pueblo que pensaban realizar la “justicia” por su cuenta. Acusado de tibieza y cobardía por las denuncias franquistas, se defendió alegando que “practicó detenciones en la primera noche para evitar mayores males poniendo en libertad a los detenidos a las pocas horas”. Una vez las milicias se militarizaron y se integraron en el ejército republicano, “Quintín” Asensio García fue nombrado teniente y más tarde capitán. Como presidente de la comisión gestora, llevó a cabo requisas e incautaciones, tan necesarias para la comisión gestora para poder asumir los gastos necesarios derivados de la nueva situación de guerra, aunque dejó claro que si lo hizo “fue bajo órdenes del gobierno de la República”. Durante la celebración de su consejo de guerra, vecinos derechistas de la localidad firmaron cartas dirigidas al juez militar para demostrarle su gratitud al detenido “porque les libró personalmente de la muerte por parte de milicianos de fuera” encontrándose entre los firmantes la del cura de Chozas del momento Manuel Cabanillas. Así mismo, otra familia de la localidad firmó un documento en defensa del detenido. Así decía: “Los abajo firmantes Isidoro Santamarina Díaz, su esposa Mercedes Santamarina del Valle, sus hijos Hilario y Gabino y sus primos Manuel y Felisa Valdivielso del Valle declaran que en la madrugada del 21 de julio de 1936 se presentó a nuestro domicilio calle del Torote de Chozas de la Sierra con el fin de practicar un registro un número de milicianos de Colmenar Viejo y como en un pajar se encontrasen ocultas unas armas de fuego propiedad del cura Manuel Cabanillas Rodríguez, los milicianos entre insultos decidieron detener a todos los abajo firmantes. Entonces el presidente de la casa del pueblo de Chozas de la Sierra, Placido Asensio que los acompañaba dijo que él tenía formado un buen concepto de toda la familia Santamarina y que en consecuencia respondía de todos ellos. En vista de lo cual se despidieron sin que fuésemos

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molestado”35. Pero fue totalmente en vano. Pesaron más las denuncias contra él. Fue el último fusilado de los republicanos de Chozas de la Sierra, sin que él nunca lo supiera. Fue en Madrid en el cementerio del Este (Almudena) el 16 de octubre de 1940.

CASTO MARTÍN VIRSEDA Nació en Orejana (Sepúlveda-Segovia) en 1890, casado, jornalero, hijo de Mariano y Laureana. Vino de adulto a Chozas de la Sierra a trabajar con 42 años. Fue miembro de la UGT local creada en abril de 1936. En agosto de 1936 fue elegido vocal de la comisión gestora que tuvo que gestionar los momentos complicados de dicho verano. Una vez disuelto la comisión gestora, formó parte del consejo municipal desde abril 1937 en adelante como vocal. También fue directivo durante ese tiempo de la UGT local. Acusado al igual que los demás miembros de dicha comisión de todos los desmanes ocurridos en el pueblo, su negación de los hechos no sirvieron para salvarle. Fue fusilado el 11 de noviembre de 1939 en el cementerio del Este (Almudena) de Madrid.

Extracto del sumario de Casto Martín Vírseda donde niega las acusaciones.

Fuente: AHD. 35

AHD. Consejo de guerra contra Plácido Asensio García, Sumario 55621, caja 1429 nº 11

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CECILIO GARCÍA CANDELAS Nació en 1905, de 34 años, casado, natural de Chozas de la Sierra, jornalero, hijo de padre desconocido y de Concepción. Cofundador de la UGT local en abril de 1936, afiliándose al PSOE durante la guerra. Elegido teniente alcalde de la comisión gestora en agosto de 1936, fue miembro influyente el mismo. Fue vocal del comité de incautaciones. Reconoce en su consejo de guerra que una la de las decisiones de dicha comisión gestora fue la de recoger el dinero del sindicato católico UOC debido a las necesidades imperantes de las milicias que había que cubrir. Sus denunciantes hicieron hincapié en su poder dentro de la comisión gestora ocupándose personalmente de la destitución del alguacil Mariano Pérez Palomino. Fusilado con Casto Martín Vírseda el 11 de noviembre de 1939 en el cementerio del Este (Almudena) de Madrid.

NARCISO CORNEJO PÉREZ Nació en 1888, de 51 años, jornalero, natural de Chozas de la Sierra. Poco sabemos de él puesto que hemos podido encontrar el sumario de su consejo de guerra que nos ha dejado huérfano de información respecto a él. Solamente sabemos que fue cofundador de la UGT local en abril de 1936 al igual que sus compañeros de la comisión gestora. Fue elegido vocal de la misma en agosto de 1936. Se sabe que hizo guardias armadas a las órdenes de la comisión gestora. Fusilado en Colmenar Viejo el 29 de julio de 1939 en las eras de Navalaosa (cementerio de Colmenar Viejo).

ALFONSO DOMINGO MAELLAS Nación en 1886, de 53 años, capataz de carreteras, natural de Guadalix de la Sierra, vecino de Chozas de la Sierra, casado, hijo de Alfonso y Juana. Según sus denunciantes que le conocían bien hasta el punto de saber que antes de las elecciones de febrero de 1936, era una persona considerada de derechas pero el cambio electoral y la radicalización del contexto político con la creación de la UGT de la que era afiliado, le convirtieron, según dichas denuncias, en “ un izquierdista furibundo”. Fue elegido vocal de la comisión gestora en agosto de 1936. Con Alfonso Domingo Maellas, se cierra el círculo de denuncias y fusilamientos relacionados con dicha comisión gestora. Fueron seis los elegidos y cinco los fusilados. Sólo se salvó Ángel Morcillo García de dicho grupo dirigente. Alfonso Domingo Maellas realizó registros domiciliarios armado con sus compañeros en busca de armas entre los vecinos sospechosos de ser de derechas. Confirmó en su consejo de guerra lo siguiente: “Que no es cierto que tuviera durante cinco minutos con los brazos en alto a Saturnino Bertólez, ya que solo fue el tiempo preciso para preguntarle si llevaba armas. Que en los registros domiciliarios no tuvo otra intervención que la de vigilar desde la puerta de la calle por si se llevaban algo los 37


que los efectuaron”36. Además de su trabajo, poseía una taberna en el pueblo, y según los denunciantes, era el lugar preferido de los vecinos afiliados a la UGT para reunirse. Fue el tercer republicano de Chozas de la Sierra fusilado en Colmenar Viejo el mismo día: el 29 de julio de 1939.

FÉLIX BARRENA GARCÍA Nació en 1897, natural de Barcones (Medinaceli. –Soria-), vecino de Chozas de la Sierra, soltero, hijo de Canuto y Valeriana. Según sus denunciantes falangistas, fue una persona muy comprometida con los ideales marxistas. Fue uno más de los fundadores de la UGT local, siendo su casa la sede de esta organización sindical. No llegó a ser vocal de la comisión gestora porque se inclinó directamente a luchar con el ejército republicano como voluntario desde los primeros momentos. Ingresó en las milicias llamadas “enlace de la sierra” donde también ingresaron otros vecinos republicanos de esta localidad. El 29 de julio de 1939, el tribunal militar de Colmenar Viejo le condena a muerte pero uno de sus vocales, Alfonso Infante Gómez, no estaba del todo de acuerdo con dicho fallo ya que consideraba que faltaba pruebas que demostrara el valor de las denuncias que cayeron sobre Félix Barrena García: “ considerando por todo ello el vocal que suscribe interesa la devolución al juez instructor del sumario antes citado para su ampliación y concreción en el sentido de que se aclare de una manera indubitada la intervención del procesado en la inducción de la muerte de los susodichos”37. Pero todo resultó en vano. Las denuncias de los falangistas, aportadas sin pruebas ni contrastadas, fueron aceptadas por el Jefe del Estado, el general Franco, para dar el visto bueno a dicha sentencia de muerte. Fusilado el 20 de noviembre de 1939 en el cementerio del Este (Almudena) de Madrid.

ÁNGEL MORCILLO GARCÍA Nació en 1898, casado, jornalero, natural y vecino de Chozas de la Sierra, hijo de Bartolomé y Cecilia. Otro más de los fundadores de la UGT local el 1 de abril de 1936. Fue el único miembro de la comisión gestora elegida en agosto de 1936 que no acabó condenado a muerte por el tribunal militar. Se mantuvo en el cargo de vocal de dicha comisión hasta abril de 1937 cuando fue suplantada por el consejo municipal donde estaban representadas las organizaciones sindicales y políticas fieles a la República según decreto gubernamental. En el caso de Chozas de la Sierra, dicho consejo municipal se compuso de representantes de la UGT y la CNT recién creada y como alcalde Eugenio Candelas Andrés. Fue también miembro vocal comité de incautaciones de dicha comisión gestora. Así se manifestó durante la celebración de su consejo de guerra: “Que estuvo al cargo de la corta de leña de roble pero que no obligó 36 37

. AHD. Consejo de guerra contra Alfonso Domingo Maellas sumario: 10673 ,legajo: 5106 . AHD: Consejo de guerra contra Félix Barrena García, sumario 3474, legajo 5103

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a nadie a trabajar ni se mofaba de las personas de derechas cuando estaban trabajando. Que no ha amenazado nunca a obreros de derechas con pistola en la mano, no ha intervenido en incautaciones ya que tanto las fincas como el ganado lo estaban ya cuando él desempeñó cargos”. Fue el responsable de llevar la gestión que encomendó la Dirección General de Montes a la comisión gestora respecto a la corta de leña de la dehesa boyal. A este respecto, obreros vecinos de la localidad firmaron una carta en defensa de dicho Ángel Morcillo García ya que los denunciantes falangistas le acusaban de maltrato. Ellos por el contrario expusieron lo siguiente: “ Los que suscriben Eduardo Berrocosa del Prado, Carlos Pozas Moreno, Mariano Fernández Expósito, Manuel Valdivielso, Santiago Pérez Palomino, Nicanor Serrano, Julián Serrano, Vicente Sanz, Francisco Badajoz, Bautista Paredes, Félix Robledo, todos obreros y vecinos de este pueblo declaramos que durante el tiempo que estuvimos empleados como obreros cortando leña en la dehesa boyal en el invierno de 1936 y 1937 en que estuvo de responsable como vocal de la comisión gestora Ángel Morcillo García no fuimos amenazados por el mismo”38. El 29 de noviembre de 1939, el tribunal militar de Colmenar Viejo le condenó a 30 años de prisión. El 8 de marzo de 1943, Ángel Morcillo García solicitó una reducción de su pena y le fue denegada. Se encontraba en la cárcel de santa Isabel de Santiago de Compostela cuando lo solicitó.

ALFONSO DOMINGO SÁNCHEZ Nació en 1902, natural de Jerez de los Caballeros (Huelva), vecino de Chozas de la sierra, casado, hijo de Alfonso y Braulia. Fue uno de los cofundadores de la UGT el 1 de abril de 1936. También fue uno de los miembros elegidos por el gobernador civil de la provincia en agosto de 1936 de la comisión gestora local. Hizo guardias armadas en el pueblo una vez iniciada la contienda militar. También fue vocal del comité de incautaciones de fincas pero advirtió que: “durante ese tiempo que lo fue se hicieron algunas incautaciones pero que él no firmó ningún acta ni intervino en ellas”39. Según parece, no estuvo mucho tiempo en dicho cargo de concejal de la comisión gestora porque, como dice él mismo: “solicitó la entrada en el cuerpo de Guardias de Asalto y aunque le admitieron, cambió de idea y no se presentó”. A pesar del empeño de los denunciantes, el tribunal militar de Madrid, a 21 junio de 1940, le notifica su libertad definitiva por considerarle suficientemente sancionado con la prisión preventiva sufrida.

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. AHD. Consejo de guerra contra Ángel Morcillo García, Sumario 55621, caja 1429 nº 11 . AHD. Consejo de guerra contra Alfonso Domingo Sánchez sumario 59470, caja 3137 /16

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TOMÁS CANDELAS HERNÁN

Fuente: AHD.

Nació en 1913, natural y vecino de Chozas de la Sierra, hijo de Lorenzo y Felicitas, chofer, casado. A pesar de su juventud, fue una de los fundadores de la UGT local, codeándose con compañeros generalmente mayores que él y más tarde se afilió al 40


PCE. Fue elegido vicepresidente de dicho sindicato. No llega a ser miembro de la comisión gestora creada en agosto de 1936 pero sí se comprometió a realizar guardias armadas y controles armados en las carreteras a las órdenes de dicha comisión gestora. En su consejo de guerra se dice “que siguió con los registros en los domicilios de Pablo Mansilla y como en los registros practicados encontraran armas en algunas casas detuvieron a sus dueños que fueron Agustín Sánchez Humanes, Vicente Bertólez Burgueño y Manuel Cabanillas el cura párroco”. Pero se fue muy pronto al frente como voluntario, y él mismo dice lo siguiente: “Permaneciendo de miliciano en su pueblo hasta el 26 de agosto en que con varios del pueblo se presentaron al cuartel del Campamento, donde se estaba formando varios batallones enrolándose en uno de ellos, saliendo a los pocos días para Cuatro Vientos y más tarde al frente de Extremadura, en Navalmoral de la Mata donde tomaron contacto con las fuerzas nacionales, sostuviendo diversos combates”. Los denunciantes falangistas así comentaban de él. “Que tenía gran amistad con los elementos revolucionarios de Colmenar Viejo recibiendo de éstos visitas casi todos los días, sirviéndose de estos elementos para efectuar registros y detenciones en las casas de estas personas que a los naturales del pueblo les daba cierto reparo entrar”40. En el ejército republicano no consiguió ningún grado. Fue arrestado al final de la guerra en Albacete, en la región aérea del Levante (destacamento automóviles) en el servicio de transporte de aviación. El tribunal militar de Madrid, a 12 de marzo de 1942, le condena a muerte. El auditor de guerra confirma la sentencia el 25 de abril de 1942. Pero, a 16 de junio de 1942, otro auditor de guerra decide conmutar su pena a 30 años de prisión. En 1947 se halla en la cárcel de Ocaña y el 1 de junio de 1947 se le traslada a Cuelgamuros, mientras se le conmuta la pena a 20 años, el 4 de enero de 1944. Con aplicación de decreto de indulto el 9 de octubre de 1945 pasa a fijar su residencia en 1947 en Madrid, calle Trafalgar.

JUAN JOSE RIVERA GARCÍA Nació en 1917, natural y vecino de Chozas de la Sierra, campesino, hijo de Francisco y Concepción, soltero. Al igual que Tomás Candelas Hernán, pertenece a una generación más joven de republicanos. También fue uno de los fundadores de la UGT local en abril de 1936. Tampoco participó en la comisión gestora creada en agosto de 1936. Al iniciarse el conflicto bélico, Juan José Rivera García comentaba: “Que al empezar el movimiento estaba en Chozas de la Sierra hasta el 26 de diciembre de 1936 haciendo durante este tiempo guardias armadas con una escopeta como afiliado a la Casa del Pueblo”. Después de esa fecha, ingresó en el ejército con destino al frente de Somosierra. Como muy bien recordaban sus denunciantes falangistas, Juan José Rivera García “Es el que con pistola en mano recorría el frente obligando a los demás milicianos para que firmaran una denuncia contra 29 personas de derechas en junio de 1937”. Lo cierto es que el propio Juan José Rivera García reconoció esta iniciativa cuyo objetivo estaba relacionado con que la Dirección General de Seguridad: “así procedería pero únicamente con el fin de evitar nuevos desmanes”. En dicho frente de Somosierra perteneció: “ingresando como voluntario a la 28 brigada mixta donde permaneció 40

. AHD. Tomás Candelas Hernán, sumario 54315, caja 3515 nº 6,

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hasta el 12 de diciembre de 1937”. A continuación, : “solicitó su ingreso en la Escuela Popular de Guerra de Paterna en la que estuvo hasta el 27 de junio del año siguiente en que salió con la graduación de teniente y destinado al 20 cuerpo del ejército, frente de Levante, sector de Nules, que a últimos de Octubre pasó al hospital como enfermo saliendo de él a primero de febrero de 1939 incorporándose a la misma brigada y en el mismo puesto continuando hasta el 30 de marzo de 1939 que se presentó a las fuerzas nacionales en Utiel quedando detenido desde entonces y conducido al campo de Medinaceli”41. El tribunal militar de Madrid a 23 de mayo de 1941 le condena a 30 años de reclusión mayor. En 1941 está en la cárcel de Cuellar.

ALEJANDRO FERNÁNDEZ MARTÍN Nació en 1915, natural de Canencia, vecino de Chozas de la Sierra, soltero, jornalero, hijo de Mariano y Epifania. Otro joven de la localidad que cofundó la UGT local cuando tenía 21 años. A partir del 18 de julio de 1936, como otros más, hizo guardias armadas controlando las carreteras y manteniendo el orden público. Realizó arrestos domiciliarios todo ello bajo órdenes de la comisión gestora. Como él mismo dijo en sus declaraciones en su consejo de guerra, fue elegido miembro del comité de investigación, una especie de policía local, pero “no llegó a actuar”. Sus denunciantes falangistas, en 1939, le acusaron de atropellos en la iglesia parroquial con sus imágenes religiosas. En su defensa, dijo: “que no ha intervenido en la destrucción de la iglesia, que únicamente pasaba por allí el día que se estaba destrozando y vio un libro o dos en el suelo y los rompió”42. El tribunal militar en la plaza de Colmenar Viejo, a 29 de noviembre de 1939, le condenó a 20 años de reclusión menor.

ANTONIO DÍAZ SERRANO Nació en 1918, natural y vecino de Chozas de la Sierra, soltero, jornalero. Según sus denunciantes, todos afirman que también cofundó la UGT en esta localidad. Sin embargo, en sus escuetas declaraciones durante su concejo de guerra, solo: “dice que en el transcurso de la guerra perteneció a UGT”. Según las mismas denuncias, fue uno de los firmantes de la carta de denuncia contra los 31 vecinos derechistas del pueblo. Así explica lo sucedido Antonio Díaz Serrano: “es cierto que en 1937 le hicieron firmar una denuncia sin saber lo que ésta contenía por no saber leer, que lo hizo como ya se expresa, bajo la amenaza de José Rivera ignorando contra quienes iba la misma”. Los denunciantes afirmaron que fue uno más de los milicianos que hicieron guardias de control de las carreteras siendo una persona de máxima confianza de la comisión gestora creada en agosto de 1936. En 1939, sus denunciantes le consideraban una persona dedicada a la propaganda revolucionaria, con tanto ahínco que se dedicaba a adoctrinar a los niños del pueblo: “Tanto se encariñó con la causa roja que tomó a su 41 42

. AHD. Consejo de guerra contra Juan José Rivera García Sumario 49340, Legajo 2052, Caja 21416/1 . AHD. Consejo de guerra contra Alejandro Fernández Martín, sumario: 60333, caja 2616/7

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cargo la enseñanza de los niños del pueblo en cuanto se refería con las canciones marxistas y todas las tardes al frente de los niños por las calles del pueblo y por la carretera los llevaba en fila cantando el UHP (Uníos Hermanos Proletarios) y eso de “ no queremos catecismo…””43. La verdad es que el tribunal militar no halló importantes pruebas de su implicación en actos delictivos. Solo el auditor de guerra, sin sentencia del tribunal militar al respecto, tomó cartas sobre el asunto. Acordó que Antonio Díaz Serrano pase a disposición de la inspección de Campos de Concentración para su destino a un batallón de trabajo, el 20 de mayo de 1940.

SANTIAGO SERRANO CHAÑE Nació en 1916, natural y vecino de Chozas de la Sierra, casado, jornalero, hijo de Julián y Romana. Fue uno de los cofundadores de la UGT local el 1 de abril de 1936. Fue elegido secretario de la UGT. Iniciada la contienda militar, hizo guardias armadas a las órdenes de la comisión gestora. Fue elegido secretario del comité de incautaciones de fincas rústicas creado por dicha comisión gestora y como él mismo declaró en su consejo de guerra respecto a su participación en dicho comité dijo: “y que en las incautaciones solo intervino en firmar las actas de lo incautado según orden del alcalde, que requisó una máquina de coser de casa del cura pero se la devolvió inmediatamente que vino al pueblo”44 . Sus denunciantes, en 1939, no tenían datos reales para llevar a cabo una investigación en contra de su actuación durante he llamado “periodo rojo”. Un buen ejemplo de su forma de entender la justicia la tenemos con las declaraciones de Fernando Palomino Pérez: “que teniendo en cuenta que el proceder de los rojos guardaban reserva absoluta, cuantos desmanes y atropellos cometían no divulgaban quienes eran sus autores, aunque en pueblos pequeños como éste donde los rojos eran una veintena, los hechos que cometían eran por acuerdo de todas las milicias, pues en varios casos que alguna persona de derechas solicitaba un aval o cualquiera documento tenía que recorrer todas las milicias, comité y comisión gestora para que individualmente le dieran conformidad y si no había uniformidad de criterio se le denegaba, sustentado en estas razones y habida cuenta de que el Santiago nunca se le oyó condenar la muerte de los vecinos que en este pueblo asesinados vilmente, ni condolerse de dichas desgracias, cabe suponer que tuvo conocimiento directo de tales hechos”. Por lo tanto, el criterio de Fernando Palomino estaba muy claro: “aunque se carece de pruebas firmes para acusarle, no obstante la superioridad con su fino criterio de justicia sancionará según corresponda”. El tribunal militar de militar de Colmenar Viejo, a 16 de noviembre de 1939, le condena a 30 años de reclusión mayor. Estando en el destacamento penal de Miraflores, el 28 de marzo de 1942, se le pone provisionalmente en libertad. Finalmente, el tribunal militar de Madrid le condena 12 años de prisión mayor el 10 de febrero de 1943. El 10 de septiembre de 1943 fue puesto en libertad condicionada fijando su residencia del destierro en Lillo (Toledo).

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. AHD. Consejo de guerra contra Antonio Díaz Serrano, sumario 58112, legajo 4589 . AHD. Consejo de guerra contra Santiago Serrano Chañe, sumario: 39086, legajo 7588

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LUCIO PÉREZ RIVERA Nació en 1913, natural y vecino de Chozas de la Sierra, soltero, hijo de Santiago y Nemesia, trabaja en varios oficios. Fue otro obrero que cofundó la UGT el 1 de abril de 1936 con 23 años de edad. El propio Lucio Pérez Rivera declaraba en su consejo de guerra lo siguiente: “al estallar el movimiento (la contienda civil) estaba afiliado a UGT y cogiendo las armas desde el primer momento del movimiento para hacer guardias a las órdenes del comité y del ayuntamiento y saliendo a los dos meses voluntario para el frente, a las milicias rojas y en marzo de 1937 se encontraba descansando en Gargantilla donde le fue presentado un documento escrito por un primo del dicente, José Rivera García, con el cual dice se relacionaba mucho, el cual le dijo que tenía que firmar dicho documento porque ya le habían firmado otros 8 o 9 y que él lo tenía que hacer lo mismo y por medio de la confianza que entre los dos estrechaban sin molestarle para nada lo firmó…”45. Lució Pérez Rivera también declaró lo que hizo a continuación en el frente de Somosierra: “en la 28 brigada permaneciendo en dicho frente unos 8 o 9 meses, pasando posteriormente a Canencia permaneciendo otros 9 meses y trasladado a Guadalajara de donde después de 15 o 20 días cayó enfermo siendo evacuado al hospital de Chamartín donde le sorprendió la liberación. Que no obtuvo ningún cargo”. Sin celebrarse su consejo de guerra, fue liberado, el 2 de diciembre de 1941, saliendo en libertad de la cárcel de Porlier (Madrid). Pero ingresó de nuevo en la cárcel hasta la celebración de su juicio. El tribunal militar de Madrid, a 17 de septiembre de 1942, se condena a 12 años de reclusión menor.

BENIGNO MAQUEDA DOMÍNGUEZ Nació en 1900, hijo de Cándido y Juana, casado, natural de Mijares (Ávila), vecino de Chozas de la Sierra, profesión: peón caminero (en Obras Públicas). Según sus propias declaraciones en su consejo de guerra, dijo : “ingresó en la administración el 5 de marzo de 1931, estuvo afiliado a la UGT desde el 1 de abril de 1936 desempeñando el cargo de presidente interino forzoso desde diciembre de 1936 hasta mayo de 1937 y del PS desde julio de 1938. No desempeñó ningún cargo después del 18 de julio. Formó parte del 196 bon de la 99 brigada como soldado”46. Al igual que los demás compañeros de la UGT, realizó guardias armadas una vez iniciado el golpe militar del 18 de julio de 1936. Sus denunciantes fueron muy críticos con su actuación durante el llamado “periodo rojo”. Consideraban que tenía mucho ascendiente sobre la comisión gestora creada en agosto de 1936 debido a su personalidad y carácter marcadamente “marxista” con mucha facilidad para la propaganda. De hecho, decían de él: “Se vanagloriaba de ser el más furibundo marxista y motejaba a los demás afiliados de la Casa de Pueblo por la blandura con que trataban a las personas de derechas”. Según ellos, fue una persona que ya perturbó el orden antes del 18 de julio: “que Benigno 45 46

. AHD. Consejo de guerra contra Lucio Pérez Rivera, sumario 60887, caja 2905 nº 2. . AHD. Consejo de guerra contra Benigno Maqueda Domínguez, sumario 63981, legajo 3424.

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Maqueda perteneció desde que vino a este pueblo a los partidos marxistas hasta el extremo de que los hijos que tuvo se negó públicamente a cristianizarlos a pesar de los insistentes ruegos del cura y señoras pertenecientes a la propagación de la Fe”. Otra denuncia comentaba que: “Era la persona más temida de todos los marxistas del pueblo. Insultaba diariamente a las personas de orden y en público. Fue nombrado presidente de la UGT pero por su afán destructor sus mismos compañeros le quitaron el cargo y nombraron a otro. Era el terror del pueblo cuando realizaba guardias”. Con todo ello, los denunciantes insistieron: “Que llegó a denunciar a todas a todas las personas de orden del pueblo al comité de Colmenar Viejo para que les detuvieran a lo que el propio comité de la Casa del Pueblo se negó por estimar que no era admisible tal proceder por aquellas fechas a fines del año 1938”. Finalmente, el 29 de noviembre de 1939 el tribunal militar de Colmenar Viejo le sentenció a 30 años de reclusión perpetua.

BRAULIO GONZÁLEZ SANZ Nació en 1893, casado, guarda forestal del Estado, el cual prestaba sus servicios en los términos de Chozas de la Sierra y Manzanares el Real. Es natural de Miraflores y vecino de Chozas de la Sierra, donde ha estado residiendo desde 1922 hasta el 13 de mayo de 1939 que por conveniencias del servicio pasó a residir a la casa forestal del Valle de Bustarviejo. Al igual que Benigno Maqueda, era un trabajador de la Administración Central afincado en Chozas de la Sierra, destacado republicano y defensor de la República. Al iniciarse el golpe militar, realizó guardias armadas como él mismo relata en su consejo de guerra: “Que le sorprendió el movimiento en Chozas donde desde el 18 de julio comenzó a prestar servicio de control en la carretera y en el ayuntamiento por disposición del alcalde que también formaba parte del comité. En esta situación permaneció hasta el 5 de agosto de 1936 en cuya fecha y en unión de otros compañeros por disposición del Ministerio de Agricultura salió para el Guadarrama a las órdenes del coronel Asensio donde se presentaron a las órdenes del Estado Mayor de éste, quien el mismo día les ordenó que volviesen a sus respectivos puestos y así lo hicieron. Que al día siguiente volvió a Chozas y se reintegró a su servicio donde ha permanecido todo el tiempo de la revolución”47. Según el detenido: “que nunca estuvo afiliado a ningún partido político hasta diciembre de 1936 en que se afilió a UGT”. El secretario municipal, Julián Morcillo Ballesteros, le defendió en una carta presentada al juez militar donde constaba que : “habiendo sido detenido el 16 de noviembre de 1936 estuvo haciéndome guardias Braulio González Sanz durante 24 horas sin que haya sido molestado prestándome todo tipo de ayuda como a mi esposa Ciriaca Bertólez que se presentó a la cárcel para saber el porqué de mi detención, contestando el Braulio: “ mientras yo esté de guardia la aseguro que no le llevan a su marido pase lo que pase, por lo tanto tenga confianza en mí y tranquilícese”. A pesar de ello, el tribunal militar de Colmenar Viejo, a 6 de julio de 1940, le condenó a 12 años de reclusión menor.

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. AHD. Consejo de guerra contra Braulio González Sanz: sumario 57600, legajo 4437.

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BIBLIOGRAFIA CONSULTADA: - Equipo A de Arqueología (Fernando Colmenarejo García, Roberto Fernández Suárez, Rosario Gómez Osuna, Jesús Jiménez Guijarro, Alfonso Pozuelo Ruano y Cristina Rovira Duque): Chozas de la Sierra. La construcción del espacio del agua en Soto del Real (Madrid). (2012). - Fernando Colmenarejo García y Roberto Fernández Suárez: Los primeros proletarios. Los sucesos de la huelga general de octubre de 1934 en Colmenar Viejo”. (2009). Ediciones La Comarca. - Roberto Fernández Suárez (coordinador), Fernando Colmenarejo García, Antonia Corona Bartolomé, Mª Carmen Saénz de Miera Santos y Juan Ignacio Vasco Encuentra: La sierra convulsa. IIª República, guerra civil y primer franquismo al norte de Madrid. (2015). Editorial Círculo Rojo.

ARCHIVOS CONSULTADOS: -Archivo Municipal de Soto del Real (AMSR) - Archivo Histórico de Defensa (AHD) - Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH) - Archivo Histórico Nacional (AHN)

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