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LA ECONOMÍA, DESDE EL PUNTO DE VISTA DE UN INGENIERO QUÍMICO

El corazón de las plantas químicas es el reactor, en donde se procesan las materias primas y estas se convierten en productos con valor, subproductos y suceden al igual intercambios de energía. En un país, la economía nacional procesa todas las actividades y recursos que le producen valor. La energía es el dinero, que representa el vapor requerido para que el proceso funcione: si no hay suficiente recurso económico la reacción no sucede o lo hace escasa e ineficientemente.

El catalizador es la educación, que reduce la barrera energética de la reacción: personas educadas tendrán mayor y más eficiente actividad y oportunidades.

Una reacción química catalizada es selectiva y se activa con menor energía, esto es; el catalizador es el material que logra el cambio de velocidad de la reacción, lo que impacta de manera importante en el consumo de energía, adicionalmente orienta la reacción en un sentido, lo que se conoce como selectividad, pero si el catalizador no es suficiente tiende a agotarse en un tiempo menor al igual que por el efecto de venenos que ocupan de manera temporal o definitiva los sitios de actividad.

Lo mismo ocurre si las condiciones de operación no son las adecuadas pues esto provoca fenómenos como la sinterización o pérdida de área superficial. La economía nacional demanda un nivel de educación de la gente, calidad de bienes y servicios, recursos económicos y políticas públicas acertadas que reduzcan la incertidumbre gracias a una mayor confianza en las instituciones.

Lo mismo sucede con las malas políticas pues éstas pueden envenenar o desactivar una economía, es decir, son las condiciones que lo desactivan de manera parcial o permanente

En la planta la transferencia de masa la efectúan bombas accionadas por turbinas eficientes que permiten que los productos fluyan de una operación a otra e intercambien calor. Las bombas son las empresas que mueven productos y servicios, emplean gente y generan valor en cada operación, las turbinas son los bancos; la transferencia de calor se da en los mercados, que enfrían o calientan el sistema de intercambio de mercancías de valor por divisas y generan riqueza.

Alcance

En este ensayo se plantea un símil entre algunas variables físico-químicas relevantes en un proceso químico con sus posibles equivalentes económicas o econométricas, suponiendo que el comportamiento aleatorio (estadístico y probabilístico) de estas últimas se introduzca en el modelo por sí mismo. Los componentes psicológicos de todo sistema económico no se consideran en este ensayo, por lo que debe ser visto como una primera aproximación a un futuro modelado matemático que pudiera llevarnos a comprender los conceptos económicos de manera más objetiva y, eventualmente, a ejecutar simulaciones que predigan con relativa precisión el comportamiento del sistema económico. Igualmente, y por simplicidad, se considera como indicador relevante de la actividad económica únicamente el Producto Interno Bruto (PIB) y se dejan de lado algunos otros como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), etc.

Proceso De Una Reacci N Qu Mica

Un reactor químico es una unidad de proceso diseñada para llevar a cabo una o varias reacciones químicas para convertir la materia prima en productos, adicionalmente cambios energéticos ocurren, calor de reacción, equilibrio químico (termodinámica), reacción en un tiempo aceptable y con un rendimiento adecuado, velocidad de reacción (cinética), si intervienen más de una fase (transporte), si la reacción es homogénea o heterogénea y si hay necesidad o presencia de un catalizador (véase la Figura 1 a continuación).

Esto significa que la cantidad de reactivo o producto transformado (r1) está en función del volumen (V) y el tiempo (t).

Estos elementos obedecen a diferentes ecuaciones como la velocidad de reacción, en donde:

Esto significa que la cantidad de reactivo o producto transformado (r1) está en función del volumen (V) y el tiempo (t).

La velocidad de reacción depende de la composición, la temperatura y algunos otros factores.

Asimimso, la ecuación de Arrhenius cuya expresión matemática se utiliza para entender la dependencia de la cinética de una reacción química y su relación con la temperatura, está dada por k = Ae^(Ea/RT), donde A es la frecuencia o el factor pre-exponencial y e^(-Ea/RT) representa la fracción de las colisiones que tienen suficiente energía para superar la barrera de activación (es decir, tienen mayor o igual energía que la energía de activación Ea) a temperatura T. Esta ecuación se puede usar para comprender cómo la velocidad de una reacción química depende de la temperatura.

Estos conceptos se explican para entender cómo en nuestro modelo de economía hay una gran cantidad de variables que calientan la economía y su símil sigue siendo válido.

Cin Tica Aplicada A La Econom A

De acuerdo con la Teoría de Colisiones, una reacción ocurre cuando las moléculas de reactivos adecuadamente orientadas colisionan con suficiente energía.

Por lo tanto, para que una reacción tenga lugar, las moléculas, átomos o iones, deben colisionar (1).

La frecuencia de colisiones es proporcional al producto de las concentraciones ([P]*[S]*[B]), en donde P = Personas, S = Servicios y B = Bienes.

La colisión, para ser efectiva, debe cumplir unos requisitos energéticos (véase la figura siguiente).

Sabemos que para disminuir la barrera energética (Ea), la presencia de un catalizador es fundamental. Para que una colisión dé lugar a reacción debe tener una cierta energía mínima:

• Si la Energía de la colisión < Ea, las moléculas de reactivos no pueden sobrepasar la barrera y simplemente rebotan.

• Si la Energía de la colisión > Ea, los reactivos serán capaces de superar la barrera y convertirse en productos.

Muy pocas colisiones son productivas porque muy pocas ocurren con la suficiente energía, además es necesario que la colisión se produzca con una cierta orientación relativa entre las moléculas de reactivos.

La temperatura afecta a la velocidad de la reacción, una mayor temperatura implica una mayor energía cinética de las moléculas, por lo que aumentará la probabilidad de que las colisiones sean productivas. En casi todas las reacciones, una mayor temperatura implica una mayor velocidad de reacción.

En este símil:

Reacción: Δ

P + S + B -----> PIB + I Catalizador

Donde:

P = personas

S = servicios

B = bienes

PIB = producto interno bruto

I = Inflación

Δ = dinero

Catalizador = Educación

El corazón de una planta química es el reactor, recipiente con dimensiones y características bien definidas (e inamovibles) en el que se lleva a cabo una reacción, en este caso se consideró, por razones de simplicidad un reactor de tanque agitado continuo, desde luego enchaquetado, que en el símil representa a México.

En este reactor se llevarán a cabo muchas reacciones simultáneamente, en el particular caso lo que se va a “producir” es el Producto Interno Bruto (PIB) del país (refiérase a la Figura 3).

Los “reactivos” alimentan al reactor de manera continua mediante tuberías o líneas de alimentación que descargan las materias primas al interior de este, por lo que había que decidir cuáles serían dichos reactivos. Después de analizarlo cuidadosamente, se concluye que los elementos básicos que interactúan para la producción del “PIB” son: personas, bienes materiales, servicios y dinero.

Dado lo anterior, se está en posibilidad de “abrir válvulas”, cargar los reactivos al reactor e iniciar el proceso. Lo primero que es conveniente advertir es que hay una línea de alimentación que no tiene válvula de control, la correspondiente a la gente. Esta sería una condición inaceptable en una planta química, pues plantea un riesgo potencial para la operación, sobre todo en caso de un “paro de emergencia”.

Este, desde luego, no es el caso de una economía pues no existe el concepto de “paro de emergencia” pero sí existen condiciones en las que la economía no crece lo suficiente, o inclusive decrece, y al no poderse “cerrar” esta válvula para restringir el flujo, el reactor se seguirá “llenando” lo que ya de suyo supone una situación complicada, porque mientras más se “llene” el reactor de gente, más rápido se le tendrá que sacar para que se mantenga el nivel, de lo contrario el espacio entre la superficie de la masa reaccionante (se supone líquida) y el domo del reactor se reduce y puede aumentar peligrosamente la presión, que en este caso es la “inflación”, además de que el “tiempo de residencia” se reduce y podríamos llegar a un punto en el que no reaccionarán todos los reactivos.

En aras de ser más explícitos, pues se complica el proceso, y antes de “asignar” funciones a los demás elementos de la planta, se advierte que algo no marcha bien con el símil, pues meter todo al reactor y mezclarlo no ayuda a entender nada.

En este orden de ideas y después de un análisis más cuidadoso de las “funciones” que cumplen las corrientes de alimentación al reactor, nos damos cuenta de algo que resuelve las dudas, ¡el dinero NO es un reactivo, es la energía! que se requiere para operar la reacción, es el “vapor” que se inyecta a la chaqueta para calentar la masa reaccionante y mantener (o acelerar) la reacción.

Si lo anterior se acepta, es posible considerar que hay economías endotérmicas (requieren vapor para que funcionen) y economías exotérmicas (requieren agua de enfriamiento para “extraerles” la energía que producen).

Quizá podríamos decir que las economías netamente exportadoras son exotérmicas y las netamente importadoras son endotérmicas. No es arriesgado pensar que la nuestra es todavía una economía endotérmica, por lo que se va a alimentar a la chaqueta vapor de agua de baja presión (Pesos) ya que hay vapor de alta presión (divisas duras). Pues bien, si se acepta que el vapor es el dinero, la caldera es el Banco de México, pues es el banco de emisión de la moneda. También tiene un “acumulador” para el vapor de alta presión (las reservas de divisas), pues es el custodio de las divisas que ingresan al país y una válvula reductora de presión, el tipo de cambio.

Volviendo al reactor, este tiene un agitador cuya función es igualar las concentraciones de los reactivos en cualquier punto del mismo y lograr una buena transferencia de calor entre la masa reaccionante y la pared del reactor que suministra el calor de la chaqueta; bien pues en el caso del país el agitador sería la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que al menos en teoría, tiene como función ejercer la justicia redistributiva de los ingresos de la federación.

Lamentablemente este agitador tiene la flecha muy corta y solo agita la parte superior de la masa reaccionante, es decir los causantes cautivos. Esta es una situación muy desafortunada pues hay en el reactor un volumen que recibe menos agitación de la debida (la economía informal) y en el fondo existe una capa estacionaria que prácticamente no se mueve ni reacciona, los más pobres de este país.

Cabe apuntar que los programas sociales que los diversos gobiernos, y éste en particular, han tratado de establecer tienen sentido, sobre todo si los vemos como una manera de “alargar la flecha del agitador”, no obstante, también se requiere inyectar una mayor cantidad bienes, de servicios, de catalizador (la educación) y de “vapor” (dinero) a la chaqueta para que las personas en mayor nivel de pobreza puedan incorporarse a la economía (reaccionar).

La velocidad de la reacción dependerá pues de la cantidad de “reactivos” (bienes, servicios y personas) así como de la cantidad de catalizador y del dinero que se aplique a la chaqueta del reactor, pues como ya se había dicho, nuestra economía “todavía” no llega a ser exotérmica. El régimen permanente en “equilibrio” sería el pleno empleo formal para toda la población económicamente activa y el punto de inflexión sería pasar de una economía netamente importadora (endotérmica) a una netamente exportadora (exotérmica).

Eficiencia De La Reacci N

En alguna ocasión, platicando esto al Ing. Benito Bucay (QEPD) me preguntó: “¿y dónde está la entropía?…”

La verdad el “símil” no estaría completo si no hablamos de la eficiencia de la reacción, o de la conversión, así como de la estabilidad de esta. Es posible considerar que, en el caso de la economía de nuestro país, la entropía se puede caracterizar como algo muy complejo, pues involucra la corrupción que impera en muchísimos ámbitos públicos y privados, en la terrible falta de educación de amplísimos sectores de la población, en la increíble burocracia (gubernamental y privada), en la falta de inclusión social de muchísimos grupos y aún de las mujeres en muchos casos, etc., pero en el fondo creo que es factible destacar dos como los temas más lacerantes de la vida cotidiana en nuestro México y ambos impactan en el tejido social, pero también y de manera importante en la economía: la impunidad y la desconfianza.

Sumando todos los factores mencionados la “eficiencia de la reacción” (la conversión), ¡es bajísima!

Siguiendo con la descripción del funcionamiento de “la planta”: a la salida del reactor hay un cambiador de calor en el que intercambian la masa reaccionada (caliente) con el condensado efluente de la chaqueta (frío) para precalentarlo antes de entrar al “acumulador de baja presión”, este es el “Mercado Interno”, luego hay otros dos cambiadores de calor uno en el que sale vapor (dinero) y entran bienes y servicios, este es el “Mercado de Importaciones”; y otro en el que entra vapor (de alta presión) y salen bienes y servicios, lamentablemente también gente, este es el “Mercado de Exportaciones”. Al final todo se recicla y vuelve a entrar al reactor para continuar ciclo tras ciclo.

Una pregunta fundamental sería: ¿Qué mueve todo esto?, ¿dónde están las bombas que hacen circular toda esta masa de bienes, servicios y personas?... pues las bombas son nada más y nada menos que las empresas (públicas y privadas, grandes y chicas), ¡por eso son importantes! Y por ello resulta gravísimo dejarlas morir, sobre todo en tiempos de crisis como los que estamos viviendo. El gobierno actual no alcanza a ver el tamaño del riesgo que está corriendo al no considerar a este importantísimo elemento de la economía.

Claro que las bombas por sí solas no funcionan pues necesitan un motor, en el presente caso se decidió omitir el paso de conversión de vapor a electricidad y se dejaron turbinas de vapor a todas las bombas, así que cada empresa tiene su turbina de vapor que en el presente ejemplo es el sistema de administración y el financiero (bancos). Lamentablemente hay empresas muy pequeñas que no tiene ninguno y otras muy grandes que lo tienen, pero con “muchas fugas” por donde se sale el vapor y va a parar a donde no debería estar.

¿Por qué se dice que la turbina de vapor es el sistema administrativo y financiero? Porque es la que convierte la energía del vapor en movimiento, es decir, el dinero que impulsa la circulación y la producción de bienes y servicios.

Ya casi funciona la planta, pero ¿cómo llega el vapor a las turbinas?

Pues a través de una red de tuberías que lo transportan desde la caldera y el acumulador de vapor de alta presión, es decir el Banco de México, y esos “tubos” y “turbinas” son los bancos (o el sistema financiero en su conjunto).

Lamentablemente, el gobierno le ha puesto cualquier cantidad de “restricciones” a esas tuberías, muchas de ellas son de control y actuadas por criterios externos a los bancos, otras muchas son “instaladas” por los propios bancos y con ellas deciden a quién le dan vapor y a quién no. De por sí tenemos pocas bombas, las tuberías tienen muchísimas fugas y los bancos basados en criterios regulatorios, gubernamentales a veces, y propios otras, (todos basados en la desconfianza), obstaculizan el flujo y lo direccionan a donde menos se necesita.

Pues bien, ya se tiene el reactor, alimentaciones de reactivos, agitador, cambiadores de calor, bombas, caldera, red de vapor de alta y de baja… y pues ¡la planta funciona!, mal, pero funciona. Quizá nos debamos preguntar por qué no funciona bien, es decir, hacer a un lado la burocracia, la corrupción, la impunidad y la desconfianza.

Falta un elemento crucial e imprescindible en cualquier planta química, por lo que vale la pena preguntar: ¿Dónde está el cuarto de control?

Al operador de la caldera (Banco de México) le dijeron: “mira, te vamos a instalar aquí un manómetro que mide la presión en el reactor (la inflación), si se sube tú le bajas a la cantidad de vapor (dinero) que le vas a mandar a la planta, o mejor aún, te vamos a convertir en una unidad de negocios que vende vapor. Si quieren más, pero se está subiendo la presión, véndeselos más caro, ¡así ya no van a querer!, y tú tranquilo, a ti nadie te puede correr, tú a lo tuyo”.

El “Consejo de Administración” (el Congreso) que se supone representa a los dueños de la planta (todos los mexicanos) ni entiende ni quiere entender qué sucede con la planta, el director general (¿el Ejecutivo?) cambia cada seis años, cuando quizá ya le estaba entendiendo al asunto (hay quienes no le entienden nunca) y no existe un área de planeación, pues esa función ¡se la dieron al contador! (la SHCP).

El resultado final y triste es que quien toma las decisiones más importantes para que nuestra planta opere es el contador, pues no existe un cuarto de control funcional y el señor de los servicios au- xiliares solo se rige por un criterio, la presión del reactor ( la inflación), la producción no es su asunto ni le importa (aunque sí le entiende), el director general normalmente no le entiende a la planta y últimamente menos, así que deja al contador hacer y deshacer a su antojo (o al de él) y el consejo de administración o es servil al director en turno o es antagonista, pero casi nunca trabajan en favor de los dueños de la planta: todos nosotros.

Reflexiones Finales

Una buena pregunta sería: ¿qué se debería hacer?

Lo primero que se necesitaría sería otorgarle “facultades” a alguna de las Secretarías de Estado, supongo que la mejor sería la de Economía, para que velara por el buen desempeño de esta. Es decir, no es posible que nadie planee en este país y que el que “maneja el dinero” sea el que decida qué proyecto o que programa sí va y cuál no, sin ningún criterio preestablecido, salvo el de flujo de efectivo (tengo o no tengo, quiero o no quiero…).

Sería sano que dicha secretaría estableciera un “Consejo Económico” integrado por representantes de los actores económicos más relevantes, privados y gubernamentales, que tomaran las decisiones más importantes respecto a la planeación y ejecución del gasto, tanto de inversión, como de operación.

Desde luego habría que quitarle a la SHCP todas facultades discrecionales respecto al ejercicio del gasto, es decir sería encargada de cobrar los impuestos y asignar las partidas en función al plan aprobado, no solamente al presupuesto sino a un plan real de largo plazo que incorpore una verdadera visión del país y su desarrollo.

Son de aplaudir los programas sociales, pues es “alargar” la flecha del agitador y tratar de “igualar” las concentraciones, pero eso no basta. Hay que invertir en lo verdaderamente importante para el futuro, como la educación, la salud, la infraestructura y generar apoyos para las empresas (las bombas que hacen que todo circule).

En este sentido creo que hay que “reinventar” a la Banca de Desarrollo (NAFIN, BANCOMEXT) para que sean esas instituciones las que, operando como bancos de segundo piso, destinen y canalicen recursos a los de primer piso y que estos, con el apoyo y la garantía de la de desarrollo, fondeen los proyectos que propongan las empresas, en especial las pequeñas y medianas.

Es verdad que hay la imperiosa necesidad de “reducir la entropía del sistema”, para ello es inevitable enfrentar los dos peores problemas que mencioné al principio, la impunidad y la corrupción, que a fin de cuentas se manifiestan como una “brutal burocracia” que emite normatividades exageradas que nunca están diseñadas para que las cosas sucedan, sino para “proteger” a las instituciones de las posibles pillerías del público y de los servidores públicos. Esto hace tan complicada la operación que acaba por abrirle la puerta a la corrupción cotidiana, al coyotaje, a la terrible pérdida de tiempo y oportunidades y desde luego de dinero. La impunidad le abre la puerta a la “gran corrupción”, aquella de la que nos enteramos a veces en las noticias, los Odebrecht de este mundo, pues cometen sus delitos sin que nadie caiga o sea verdaderamente castigado por ello.

Falta la peor de todas, el abuso del poder. ¿Qué decir de ello?... ¡no hay árbitro! El que vigila es empleado del director general, ¿cómo lo va a acusar?

Gran desperdicio de recursos, ineficiencias inducidas desde el gobierno, decisiones tomadas por capricho y sin nadie que pueda decir nada.

Conclusiones

¿Cómo lograr que este sistema llegue al régimen permanente?

Quizá es esta la gran pregunta. Necesitamos a alguien que “opere” la planta según los objetivos y los criterios que establezca la “alta dirección” (pueblo, Congreso y Ejecutivo) y pedirle al “contralor (árbitro)”, el Poder Judicial, que vigile que esto se cumpla. El gran problema es que no hay quien establezca los objetivos con visión de largo plazo, ni mucho menos los criterios correspondientes y tampoco hay quien opere la planta de acuerdo con los mismos.

Me atrevería a sugerir que se creará un “Comité Delegado del Consejo”, es decir una “Comisión de Planeación” en ambas cámaras, para coordinar los esfuerzos de planeación de largo plazo en todos los rubros del país y que se le quitarán los poderes discrecionales de los que disfruta hoy la Secretaría de Hacienda.

También es importante abrir verdaderos espacios de colaboración con los distintos sectores de la sociedad para que la citada planeación sea verdaderamente participativa y que se crearán los mecanismos para que la aplicación de las decisiones económicas, políticas y sociales se tomen a “nivel de cancha” y no en el Congreso o el Ejecutivo, que su responsabilidad es diferente: planear, generar las políticas y crear las condiciones para que todo ocurra.

Quizá la creación de “Comités o Consejos Sectoriales” verdaderamente incluyentes de todos los interesados en cada rubro, coordinados por las diferentes secretarías de estado, pero con poder para tomar decisiones vinculantes sería una buena decisión. Hoy las decisiones “en corto”, “en lo obscurito” o desde la “cima del poder” son inadmisibles, sobre todo en la era de la Internet y de la comunicación masiva.

Espero haber podido contribuir un poco a la comprensión de un tema tan complejo como lo es la economía, sé que es un símil inacabado y que no entré en demasiada profundidad, pero espero al menos haber sido claro y compartir con ustedes “mi entendimiento” de lo que sucede en nuestro querido país.

Cdmx Y El Alto Potencial Para Aprovechar La Energ A Solar

Dra.

Diversos estudios han concluido que las áreas urbanas tienen un gran potencial para aplicaciones tanto fotovoltaicas como térmicas que actualmente está desperdiciado.

Un ejemplo de esto es la Ciudad de México, la cual tiene un alto potencial de aprovechamiento de energía solar debido a su ubicación, sin embargo, según datos del INEGI y la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía, en 2020 tan sólo el 6.2% de las viviendas capitalinas contaba con calentador solar de agua y apenas un 0.2% tenía paneles fotovoltaicos.

La poca adopción de tecnologías de energía solar se debe a barreras más allá del aspecto técnico. Una de éstas tiene que ver con las desigualdades sociales en torno al espacio urbano y las inequidades en el ejercicio del derecho al Sol, el cual se refiere al acceso de la luz, el calor y la energía a todos los espacios públicos y privados, tanto en el interior como en el exterior.

La privatización del horizonte

Las estrategias para reducir la demanda de energía están dirigidas principalmente a nivel de edificios individuales, sin embargo, también debe considerarse el contexto urbano en el que están insertas esas edificaciones. Así, en los últimos años se ha investigado sobre los efectos que tiene la morfología urbana en el consumo de energía.

A partir de estos estudios se sabe que los volúmenes, las superficies, la orientación de las calles y fachadas, así como las diversas obstrucciones solares tienen una importante influencia en la calefacción, refrigeración, ventilación y en el uso de tecnologías solares. También se ha concluido que la normativa premisiva que rige las tendencias de crecimiento urbano del siglo XXI está afectando gravemente la sustentabilidad energética, pues las estructuras excesivamente altas no sólo afectan negativamente la recepción, distribución y absorción de la radiación solar en los edificios, sino que también influyen en el ambiente térmico y lumínico de los espacios públicos exteriores, afectando a los peatones.

Es importante mencionar que las estructuras de gran altura están siendo impulsadas por un sector inmobiliario privado que ha priorizado la maximización de los beneficios económicos del suelo en detrimento del bienestar humano y de otras formas de vida. Algunos han llamado a este fenómeno “la privatización del horizonte”.

El derecho al Sol

El Sol, además de ser un símbolo con importantes connotaciones culturales, espirituales y estéticas, también puede ser visto como un recurso, pues es indispensable para la salud física y psicológica de las personas, así como para la sustentabilidad energética. Por lo tanto, la disponibilidad de luz solar directa en edificios privados y áreas públicas es un derecho que se debe garantizar.

Lejos de ser una expresión retórica, los derechos solares son normativas y regulaciones vigentes en diversos países, que aseguran la incidencia de luz y calor solar en espacios residenciales y comerciales, así como la posibilidad de instalar sistemas de energía solar.

En México, el Código de Edificación de Vivienda (CEV) contiene las consideraciones generales de sostenibilidad relacionadas con la vivienda, dentro de las cuales se encuentra el Derecho al Sol. Este derecho establece la necesidad de garantizar que en los terrenos colindantes al oriente, sur y poniente de una vivienda no se proyecten construcciones que obstaculicen la incidencia de los rayos solares e impidan su aprovechamiento.

En este sentido, si queremos hablar de sustentabilidad energética no lo podemos hacer sin incluir en el debate nuevas propuestas de desarrollo urbano que hagan un uso racional del suelo y que consideren el acceso al sol para todas las personas sin distinción de clase, edad, género o diversidad funcional. Una de estas propuestas es la llamada Planificación Urbana Solar, la cual, como su nombre lo indica, se centra en diferentes metodologías de planificación que consideran el uso del potencial solar como un tema clave en los principios de diseño urbano para mejorar la eficiencia energética y promover la adopción de paneles fotovoltaicos y otras tecnologías de energía renovable.

¡Qué salga para todos y todas!

A pesar de que el Sol como recurso en disputa ha sido poco estudiado en la Ciudad de México, contamos con estudios de gran relevancia sobre la morfología capitalina y sobre las desigualdades sociales que ocurren en ese territorio, de los cuales podemos partir para aproximarnos a estrategias que favorezcan la equidad en el acceso al Sol en el ámbito urbano.

Por lo pronto, sabemos que un modelo urbano que provoca que una parte de las edificaciones tenga nula o escasa disponibilidad de espacios en donde llega la luz solar, y dificulta la instalación o el óptimo funcionamiento de equipos solares, debe ser cuestionado y regulado más estrictamente. En este debate, además de las instancias públicas involucradas, como la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, la Secretaría de Medio Ambiente y la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, es necesaria la participación de los propios habitantes de esta gran ciudad.

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