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entre el desempeño actual y el deseado Proporciona información a los docentes que
Tiburcio Moreno Olivos
la motivación y la autoestima tienen más posibilidades de mejorar cuando un curso tiene muchas tareas de evaluación de bajo riesgo, con retroalimentación orientada a proporcionar información sobre el progreso y el rendimiento, en lugar de tareas de evaluación sumativa de alto riesgo donde la información solo se trata en términos de éxito o fracaso, o acerca de cómo los alumnos se comparan con sus compañeros (por ejemplo, mediante las calificaciones).
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Otras estrategias que ayudan a fomentar altos niveles de motivación y autoestima incluyen: a) Otorgar una calificación al trabajo escrito solo después que los estudiantes hayan respondido a los comentarios de retroalimentación; b) asignar tiempo para que los alumnos reescriban los trabajos seleccionados: esto les ayudará a cambiar sus expectativas sobre el propósito y los objetivos de aprendizaje; c) instrumentar pruebas automatizadas con comentarios; y d) solicitar borradores y nuevas presentaciones.
◇ Brinda oportunidades para cerrar la brecha entre el desempeño actual y el deseado En términos de autorregulación, es interesante considerar cómo la retroalimentación influye en el comportamiento y el trabajo académico que produce el estudiante. Según Yorke (2003), se podrían formular dos preguntas con respecto a la retroalimentación externa: 1) ¿La retroalimentación es de la mejor calidad? y, 2) ¿Conduce a cambios en el comportamiento del alumno? Diversos investigadores se han centrado en la primera pregunta, pero la segunda es igualmente importante. La retroalimentación externa ofrece la oportunidad de cerrar la brecha entre el rendimiento actual y el esperado por el docente. Como Boud ha señalado, la única forma de saber si el aprendizaje es resultado de la retroalimentación es que los estudiantes ejecuten algún tipo de respuesta para completar el ciclo de retroalimentación. Este es uno de los
Modelos de retroalimentación en educación superior
aspectos más olvidados de la evaluación formativa. A menos que los alumnos puedan usar la retroalimentación para producir un trabajo mejorado –por ejemplo, volviendo a hacer la misma tarea–, ni ellos ni los que suministran la retroalimentación sabrán que ha sido efectiva (Boud 2000, 158).
En el modelo de autorregulación (Diagrama 1), el cierre de la brecha de rendimiento, según Boud, puede verse de dos maneras:
a) Apoyar a los estudiantes mientras participan en la producción de un trabajo (por ejemplo, ensayos, presentaciones); y b) brindar oportunidades al alumno para que repita el mismo
“ciclo de retroalimentación externa de desempeño de la tarea”, por ejemplo, permitiendo el reenvío del trabajo. La retroalimentación externa debe apoyar ambos procesos: debe ayudar a los estudiantes a reconocer los próximos pasos en el aprendizaje y cómo darlos, tanto durante la producción como en relación con la próxima tarea.
En educación superior, la mayoría de los alumnos tiene pocas oportunidades de usar directamente la retroalimentación que recibe para cerrar la brecha de rendimiento: frecuentemente, pasan a la siguiente tarea de evaluación poco después de que la reciben. Aunque no todos los trabajos pueden ser reenviados, es innegable que los reenvíos deben jugar un papel más sobresaliente en el aprendizaje. Además, se debe otorgar un mayor peso a la retroalimentación del trabajo mientras éste se realiza (por ejemplo, en estructuras para ensayos, planes de informes, bocetos) y motivar a los estudiantes para que planifiquen las estrategias que pueden utilizar para mejorar el trabajo futuro. Algunas estrategias específicas para ayudar a los alumnos a usar la retroalimentación externa para regular y cerrar la brecha de rendimiento son: a) Proporcionar retroalimentación sobre el trabajo en curso y ampliar las oportunidades para volver a presentarlo;