Sistema Nacional de Imprentas / VARGAS
Colección Temas Políticos Nº 3
ELEMENTOS DEL CAPITALISMO
Pedro M. Calzada Jiménez
Pedro M. Calzada Jiménez
ELEMENTOS DEL CAPITALISMO
Fundación Editorial El perro y la rana Sistema Nacional de Imprentas Capítulo Vargas Colección Temas Políticos
DEDICATORIA
Elementos del Capitalismo © Pedro Miguel Calzada Jiménez Colección Temas Políticos Nº 3 © Para esta edición Fundación Editorial El perro y la rana Sistema Nacional de Imprentas / Vargas Depósito Legal: lf- 40220123203581 ISBN: 978-980-14-2369-0
Consejo Editorial del Estado Vargas Edición: Zuleima Zamora Diagramación: Escarlú H. Mata B. Corrección: Juan Segundo Vásquez Hernández y Gloria Citino
Impresión: Carla Hernández Imprenta de Vargas sistemadeimprentasvargas@gmail.com sistemanacionaldeimprentas@gmail.com elperroylaranaediciones@gmail.com Dirección: Avenida Soublette CASA GUIPUZCOANA Ciudad Histórica de La Guaira Estado Vargas
Toda obra aparentemente concluída mueve a una reflexión sobre su pasado. Nada de lo que aquí expreso es original. No comparto la desmesura de sentirme creador de nada porque toda idea es un producto social, que ha sido amasado colectivamente aunque a uno le haya tocado la fortuna de sacar el pan del horno. Esa sensación de ser deudores del tejido social que nos envuelve y nos define, desde el hecho simple de tener un lenguaje, es la que nos obliga a hacer siempre un reconocimiento de quienes de un modo u otro pusieron parte de sí en este resultado. Abarcar todo ese espectro es un intento vano en el que fatalmente vamos a cometer olvidos involuntarios e injustos. En primer término, agradezco a mis queridos fantasmas, los que derrotados del exilio español, cultivaron amorosamente mi semilla en la esperanza de un mundo mas justo. A mi tio Pedro que luchó en el Cuartel de la Montaña, donde dice Neruda que se encontró con Bolívar. Vaya mi amor, mi agradecimiento infinito a la compañera de mi vida, a Nancy la madre de mis hermosos hijos que un día me dijo “ve y únete a la revolución, si es necesario yo te mantengo”. A esos hijos, aliento de todas mis acciones, y modeladores involuntarios de mi condición humana, a la ternura y talento de Edurdo, al amor y el consejo lúcido de Luisa y también a mis amigos de siempre, Iraida Vargas y Mario Sanoja con los que hoy comparto ademas de identidad política, unas semillas de la Patria Nueva, nuestros nietos comunes. A ellos dos, maestros de varias generaciones, debo en buena medida un largo proceso de maduración intelectual que solo concluirá con la muerte. Urimare 28 de septiembre de 2011
INDICE
El Sistema Nacional de Imprentas es un proyecto impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, con el apoyo y la participación de la Red de Escritores y Escritoras Socialista de Venezuela. Tiene como objeto fundamental brindar una herramienta esencial en la construcción de las ideas: El libro. Este sistema se ramifica por todos los estados del país, donde funciona una imprenta que le da paso a la publicación de autores, principalmente inéditos.
INTRODUCCIÓN
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1.- CIVILIZACIÓN: VALORES DE USO Y VALORES DE CAMBIO .- ORIGEN DEL ESTADO
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2.- PROPIEDAD 3.- INDIVIDUO E INDIVIDUALISMO 4.- ESPECULACIÓN 5.- BURGUESIA 6.- ALIENACIÓN 7.- CONSUMO Y CONSUMISMO 8.- COMPETENCIA 9.- CAPITALISMO: •LIBERALISMO •CENTRO Y PERIFERIA •EL FANTASMA DEL DESARROLLO Y LAS FORMAS DE DEPENDENCIA 10.- SOCIALISMO
32 40 48 56 64 71 81 85 98 105 112
BIBLIOGRAFIA
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INTRODUCCIÓN Hace un buen rato que todo el mundo habla de “la crisis del capitalismo”. Los entendidos vienen elaborando largas y farragosas reflexiones que suelen ser solo para el consumo de iniciados en el esotérico lenguaje de la economía. Los optimistas dicen que es la crisis terminal del capitalismo, pero ni por asomo se aventuran a decirnos si lo que viene es mejor, peor, o mas de lo mismo. Por otro lado, cualquiera que no esté directamente familiarizado con el mundo de las finanzas o de las Ciencias Sociales, requerirá un considerable esfuerzo de imaginación para percibir una crisis que por ahora –entiéndase bien: solo por ahora- tiene muy poca incidencia en la vida cotidiana de los venezolanos, y si la tiene, casi nadie se da por enterado… basta con echarle la culpa a Chávez. Además, el uso y abuso de la palabra capitalismo en el discurso político, creo que la ha ido vaciando de contenido para una inmensa mayoría que se confunde más, cada vez que un capitalista industrial, comerciante o banquero, canta las glorias del Socialismo del S. XXI. Intentaremos en estas líneas explicar, no tanto en que consiste, cuanto donde se origina esta crisis que algunos se empeñan en llamar financiera y que para nosotros es una crisis sistémica, terminal y quizá no solo del capitalismo, sino de la vida humana sobre este planeta.
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Si tuviéramos que explicar de forma sencilla esta crisis global, pediríamos primero a quienes estuvieran dispuestos a escucharnos que hicieran un esfuerzo por entender que “el mundo” no es algo que podamos contemplar desde el espacio exterior, cómodamente sentados en una butaca y comiendo cotufas. El mundo es el cada día más limitado espacio, que nos incluye a todos de modo tan radical que no podremos abandonarlo ni después de muertos. Ese tan común error de perspectiva, ese creer que el mundo es algo que está allá fuera, una pelotita azul que vemos en la tele todas las noches detrás de un señor muy serio con acento uruguayo, es precisamente el que cometieron los que de forma directa aparecen hoy como responsables del estallido financiero que ha precipitado los acontecimientos: Creyeron que ellos si podrían contemplar el producto de sus acciones comiendo cotufas, y por ahora parece que lo hubieran logrado gracias a que Mr. Obama y su corte del G-20 han acordado premiarles la travesura con unos “billoncejos” de dólares, a costillas de los de siempre, o sea nosotros, o sea los ciudadanos de a pie, ¡O SEA LOS PENDEJOS!. Quienes perdieron sus casas, quienes no tienen trabajo, quienes viven hoy en el asiento de atrás de sus automóviles, no cuentan. Solo cuentan los banqueros que orquestaron la más grande estafa que recuerde la historia. Pero ¿qué es la crisis?, ¿en que consiste?, ¿cómo comprenderla sin usar todos esos impresionantes tecnicismos que han inventado ciertos economistas,
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precisamente con el propósito de que no entendamos nada? Habría que decir primero que decretar una crisis tiene más que ver con el modo en que se conteste la pregunta: ¿quiénes son los afectados? Esto es, parece que circula un consenso bastante amplio según el cual, la actual crisis se habría desencadenado a partir del colapso de una llamada “burbuja hipotecaria” que al implotar, habría provocado en una suerte de “efecto dominó”, la quiebra de las principales instituciones financieras de los Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia y quien sabe cuantos mas. El desplome de gigantes financieros como Lehman Brothers y Merrill Lynch después del gran rescate de las hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae, ha causado una convulsión sin precedentes en todos los mercados financieros del mundo. Desde septiembre de 2008 y hasta el momento de escribir estas líneas, en los Estados Unidos se ha venido perdiendo un promedio de 600000 puestos de trabajo por mes. En 2009, la fuerza laboral de la industria automotriz alemana que ocupaba a unos 830000 trabajadores, se vió reducida a la mitad aproximadamente. Y de la misma manera podríamos seguir enumerando pequeñas o grandes catástrofes alrededor del mundo, cuyas consecuencias inmediatas ya se han hecho sentir en Venezuela, donde –por buena suerte para nuestra querida revoluciónparece que vamos empezando a recoger los platos sucios de un “Festin de Baltasar” financiado con el barril de petróleo a 150 dólares.
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No valdría la pena continuar enumerando acontecimientos que de cualquier modo pueden leerse en la prensa o en internet todos los días. De hecho nos parece mas relevante apuntar el curioso hecho de que el mundo ha tomado conciencia de su situación de crisis cuando el agua le llegó al cuello a los paises ricos, que por cierto están como siempre, intentando por todos los medios trasladarnos el costo de sus propias contradicciones. ¿Por qué venir a hablar de crisis a estas alturas? ¿Cuántos años, lustros, décadas o siglos hace que la tercera parte de la humanidad se mantiene con ingresos menores a un dólar por día?, ¿Cuántos niños han tenido que morir en Asia, en Africa y en nuestra América por enfermedades adscritas al hambre y la insalubridad para que ahora vengamos a enterarnos de que hay una crisis porque en Wall Street están preocupados? Basta constatar que mientras en Estados Unidos ponían el grito en el cielo porque el desempleo alcanzó la inconcebible cifra de un 7,3 %, nosotros desatamos nuestra euforia cuando nos informaron que después de muchos lustros, el desempleo en Venezuela había bajado simultáneamente a la misma cifra del 7,3 %. Valor que por supuesto, solo se admite si nos tragamos el cuento de que pueden considerarse empleos productivos todas esas formas precarias de subsistencia que llamamos “economía informal”, o esas “cooperativas” con las que nuestras socialistas y bolivarianas alcaldías, tercerizan el servicio de aseo urbano, tal como lo hubiera recomendado el mismísimo Milton Friedman.
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Así pues, si se contextualiza esta crisis en el marco de las desgracias que el sistema mundo capitalista le ha propinado a toda la humanidad durante por lo menos, los últimos 500 años, tendremos que reconocer que su magnitud ha sido desmesuradamente amplificada por el simple hecho de que ahora –y creo que de modo irreversible- los desastres vienen pisándole los talones a quienes los provocaron siempre y que por añadidura son los mismos que controlan todo el aparato comunicacional del mundo, ese aparato que no es otra cosa sino una inmensa máquina de producir miedo, el miedo útil con el que nos han exprimido y explotado siempre y que hoy se centra en tratar de convencernos de que si no los salvamos a ellos del naufragio, ellos haran que nos hundamos todos juntos en aquella suerte de Armagedon con La perspectiva del sistema-mundo, intenta explicar el funcionamiento de las relaciones sociales, políticas y económicas a lo largo de la historia en el planeta. Técnicamente hablando, la teoría o análisis sistema-mundo no es una verdadera teoría sino una categoría, un fructífero planteamiento para el análisis del cambio social. Este análisis lo han desarrollado principalmente por los siguientes autores: Samir Amin, André Gunder Frank e Immanuel Wallerstein. La teoría crítica que desarrolla el sistema-mundo recoge tanto la tradición marxista como la tradición de la Escuela de los Anales que sucesivamente construyeron Mark Bloch y Ferdinand Braudel. Fué Ferdinand Braudel quien utilizó por primera vez las expresiones “economía mundial” y “economía-mundo”. La propuesta del sistema-mundo se asienta, entre otros, en uno de los presupuestos o tesis que proponen una evolución del capitalismo en la que el imperialismo se constituiría en su culminación o máxima representación. Esta posición ha sido para el marxismo del siglo XX una constante. El imperialismo, como fase superior del capitalismo es un concepto acuñado por Lénin, quien también usó las categorías de periferia y centro para analizar la economía y la política internacional. Immanuel Wallerstein caracteriza el “sistema-mundo“como una serie de mecanismos que redistribuyen los recursos desde la periferia al centro del imperio. El centro es el mundo desarrollado e industrializado que también se llama “el primer mundo“y la periferia es el mundo subdesarrollado o tercer mundo, que junto con los mal denominados paises en vias de desarrollo son los exportadores de materias primas, la parte pobre del mundo. Armagedón es un término bíblico (Apocalipsis, capítulo 16, versículo 16). Se refiere generalmente al fin del mundo o al fin de los tiempos. La batalla
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que sueña todas las noches el loco Bush en sus visiones místicas. Nosotros, los de “El Sur” hemos nacido, aprendido a vivir y muchas veces muerto bajo una plaga de injusticias y sufrimiento, sin que el resto del mundo se diera por enterado, de modo que estamos infinitamente mejor dotados para sobrevivir en el deshecho de mundo que ellos nos dejarán cuando se hayan ido al infierno o los hayamos echado. Por eso, aunque parezca una broma de humor negro, los 96 millones de personas que –solo en América Latinaviven todavía en condiciones de extrema pobreza o los 22 millones de jóvenes latinoamericanos que carecen aún de oportunidades para estudiar, están mucho mejor dotados para sobrevivir en un mundo arrasado que cualquier habitante del llamado primer mundo. Lo que para ellos resulta crítico, para nosotros hace quinientos años que se hizo crónico. No es el momento de creer en cuentos de camino. Por el contrario, ahora mas que nunca cobra vigencia la propuesta de “Desconexion” que desde hace décadas viene enunciando Samir Amin . Nuestro es del Armagedón se llevará a cabo justo antes del milenio (reinado mesiánico en la tierra). La bestia se reunirá en Megido para luchar contra Dios, pero será derrotada por Jesucristo y sus ángeles, arrojando por último al anticristo junto con el falso profeta, al lago de fuego, mientras Satanás será atado en lo profundo del abismo por el tiempo que dure el reinado de Jesús y sus santos en la Tierra. (http://es.wikipedia.org/wiki/Armaged%C3%B3n (Consulta 10/06/10) Nacido en 1931 en Egipto, Samir Amin es uno de los pensadores neomarxistas más importantes de su generación. Desarrolló sus estudios sobre política, estadística y economía en París. Uno de los conceptos centrales de los estudios de Amin es la “tesis de la desconexión”. Lo desarrolla en su libro “La desconexión“, publicado en 1988. En el marco de esta obra elabora una serie de propuestas acerca de la necesidad de que los países pobres de la periferia capitalista, se “desconecten” del sistema capitalista mundial. Esta necesidad de desconectarse no está planteada, según Amin, en términos de autarquía,
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el futuro si lo sabemos construir y en ese sentido son coherentes todas las medidas que se tomen hoy para extender la propiedad social sobre los medios de producción. (,) Medidas que todavía son tímidas y escasas.(,) Y son pertinentes todos los esfuerzos que se hagan para alcanzar la soberanía alimentaria. Todos sabemos que el mundo del dinero está hecho de papel. Con papel se hacen los billetes de banco, de papel son las planillas de depósito, los cheques, los cortes de cuenta, las acciones, los bonos y en general, todos esos otros papeles que en conjunto recibe el nombre de “instrumentos financieros”. El papel, como todos sabemos se hace con celulosa, una sustancia vegetal que solo las vacas y otros herbívoros pueden digerir, de modo que cuando según Eric Toussaint, para el periodo 1997-1999, ya “los montos de las transacciones ligados a los intercambios de mercancías, representaban apenas menos del 10% del monto de las transacciones cotidianas de los mercados de cambio” [Toussaint: 2004; 113] debemos entender que el 90% de lo que transa y merca el mundo tiene su única expresión material en una montaña de papelitos y en consecuencia parece que solo los mamíferos rumiantes tienen alguna sino cómo necesidad de abandonar los valores que han sido ideológicamente naturalizados por el capitalismo, para lograr poner de pie un internacionalismo de los pueblos que luche contra éste. La necesidad de desconexión es una lógica respuesta política frente al carácter desigual del desarrollo capitalista, pero también la desconexión es una condición necesaria para cualquier avance socialista, tanto en el Norte como en el Sur. Fibra, Carla y Rojo, Pedro.- La mundialización ha consumido a las sociedades árabes de manera irreversible [en línea], 2001.Disponible en: http://usuarios.lycos.es/politicasnet/autores/amin.htm (Consulta: 15-02-2009)
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posibilidad de supervivencia si se resignan a comer papel, ello sin contar con que recientemente, el dinero plástico va sustituyendo al viejo y respetable papel, con el resultado de que, si las cosas siguen como van dentro de poco no habrá alimento ni para las vacas. Desde esta perspectiva, la crisis es evidente, pero sería interesante hacer un corto recorrido por los factores que le dan vida y que a menudo se entrelazan de forma casi imposible de disecar, conformando en conjunto lo que Immanuel Wallerstein define como Sistema Mundo Capitalista, [Wallerstein: 1999]. Es este Sistema el que requerimos transformar, no ya para que la humanidad logre descubrir la puerta falsa del paraiso que nos prometían algunas interpretaciones ingénuas del marxismo, sino simplemente para conservar la vida sobre este maltratado planeta... Que no es poca cosa. Desgraciadamente, hacer conciencia de un hecho tan grave, tan rotundo, presenta serios inconvenientes porque sucede con frecuencia que quienes se ganan el pan en el ejercicio de alguna disciplina técnica -que son la gran mayoría-, quedan atrapados en lo que los filósofos llaman una racionalidad mediofin [Hinkelammert: 2006]. Esto significa que su formación está dirigida al desarrollo de habilidades para construír los medios que permiten alcanzar un determinado fin, como puede ser construír un edificio, cultivar flores, fabricar bicicletas, sintetizar un gas venenoso para matar seres humanos o desarrollar una sofisticada guía lasser para eso que ahora llaman “bombas inteligentes“. Los fines los deciden “otros“,
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mientras que los obreros, los técnicos, los ingenieros y científicos, adecuadamente alienados, se limitan casi siempre a desarrollar los medios para alcanzar aquellos fines sin asumir responsabilidad por otra cosa que no sea su idoneidad laboral. Esta conducta, derivada del carácter alienado del trabajo al que nos referiremos mas adelante, es moneda de curso corriente y es una de las primeras cosas que debe combatir la humanidad si quiere prevalecer como especie, porque mientras tanto, nos dice Hinkelammert, “estamos como dos competidores que están sentados sobre la rama de un árbol, cortándola. El más eficiente será aquel que logre cortar la rama sobre la cual se halla sentado con mayor rapidez. Caerá primero, no obstante habrá ganado la carrera por la eficiencia“ [Hinkelammert: 2006]. Si no reflexionamos sobre la pertinencia del fin –cortar la rama- y nos limitamos a encontrar el mejor serrucho para hacerlo, a ciencia cierta nos caeremos del árbol... O del mundo... O de la vida. Y esa ha sido precisamente la reiterada conducta que han impuesto en todo el mundo las relaciones capitalistas de producción. Podría decirse que hoy la humanidad se encuentra frente a una situación extrema. Estamos divididos en dos grandes bloques, uno de los cuales, minoritario y poderoso es quien decide en provecho propio los fines de toda actividad humana, y en consecuencia no tiene ningún interés en someter a crítica el sistema que sostiene sus privilegios. Se niegan a ello porque en su visión miope de corto plazo, encuentra beneficios tangibles, que se miden en cifras gigantescas
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de dólares o yenes o euros o cualquier otro papel de los que facilitan el ejercicio de un poder virtualmente ilimitado que se traduce en dominación y exclusión del otro. Son esos personajes que si acaso reconocieran que este Sistema agonizante , acabará con la vida sobre el planeta en el ya no tan largo plazo, contestarían con la memorable reflexión que suele atribuírse a Sir John Maynard Keynes: “Caballeros, el largo plazo es el tiempo en que todos nosotros habremos muerto“. Los mas ilustrados de ellos, disponen además de un impresionante bagage filosófico que intenta avalar y justificar sus posturas y acciones, porque el capitalismo –como veremos después- ha dispuesto de cuatro siglos para construír una filosofía individualista y brutal que incubada en la Inglaterra de John Lock, se prolonga hasta teóricos contemporáneos como Friedrich von Hayek, Milton Friedman o John Rawls y le otorga al sistema un manto de respetabilidad académica. En el otro grupo estamos todo el resto del mundo, los que Fannon llamó los condenados de la tierra [Fannon: 1972]. A nosotros nos resulta mas sencillo entender que el conflicto que plantea este Sistema Mundo Capitalista, es de vida o muerte porque como bien observa Immanuel Wallerstein, “en general, donde se da un conflicto profundo, los ojos de los Es relevante aclarar que cuando calificamos de agonizante al sistema, no estamos extendiéndole una alegre partida de defunción a corto plazo. A veces las agonías son casi eternas y además, el sentido último del término “agonía” es lucha. La palabra agonía (αγωνία) es de orígen griego y aunque designa al sufrimiento extremo, también se usaba para designar a la lucha olímpica. Así pues, agonizar es sinónimo de lucha, generalmente de lucha por la vida. En este caso, el Sistema agonizante luchará con todas sus fuerzas, así tenga que exterminar de paso al género humano, como ya podemos constatar en Irak, o Afganistán, o Kosovo, o Somalía, o…
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oprimidos disfrutan de mayor agudeza en la percepción de la realidad presente“ [Wallerstein: 1999]. El propósito de este trabajo no es otro que brindar un pequeño arsenal de informaciones útiles para caracterizar nuestro tiempo histórico y dentro de él, este momento que hemos dado en denominar “crisis sistémica“. Sin embargo, creemos que resulta poco menos que imposible expresar un juicio que de manera contundente le encuentre un sentido, una causa primera a esta que llamamos crisis, a no ser que digamos una simpleza: “La culpa la tiene el Capitalismo“. Afirmación que no por simple es falsa. El único inconveniente que le hemos encontrado siempre, es que nos pone ante la necesidad de hacer algunas precisiones que le permitan a la mayor cantidad de gente posible, fuera del exclusivo club de los científicos sociales, filósofos y otros “pensadores” , hacerse una idea de lo que significa esa palabreja tan sobada en todo discurso político de moda. Eso es lo que intentan las siguientes cuartillas que esperamos encuentren alguna víctima dispuesta a leerlas.
Con demasiada frecuencia usamos la palabra “pensador“, para referirnos a alguien a quien se le otorga el privilegio de ocupar un nicho particular en la universal división del trabajo, por el solo hecho de pensar. Lo que por añadidura deja implícita la idea, un poquito ofensiva, de que el resto de los mortales no piensan. Ser reputado como pensador tiene no obstante un relevante mérito, pues no deja de ser admirable que algunas gentes puedan convencer al mundo para que los mantenga a cambio del solo mérito de pensar.
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1.- CIVILIZACIÓN: VALORES DE USO Y VALORES DE CAMBIO .- ORIGEN DEL ESTADO Dicen por ahí, y parece ser cierto, que hubo un tiempo -de hecho un largo tiempo- en que a los seres humanos apenas les alcanzaba la vida para conseguir los bienes indispensables a la mera supervivencia. Comer y protejerse de los elementos implicaba una actividad permanente que muchas veces era insuficiente y terminaba en la muerte por hambre, por frio, o por agotamiento físico. Este modo precario de vida, parece ser que se prolongó desde un remoto y no bien determinado tiempo pasado hasta hace al menos diez mil años. La recolección de frutos, la caza de animales o la simple apropiación de alguna carroña sustraída a otros animales mejor dotados para la caza, fueron estrategias de sobrevivencia, observables aún hoy en ciertos grupos humanos que habitan lugares apartados e inaccesibles del planeta. Tal modo de vida imponía una permanente movilización en busca del alimento y de lugares resguardados para el necesario descanso y determinaba también de manera abso Aunque se nos corte la digestión, es bueno señalar que quiza en este mismo momento, están merodeando en la esquina de nuestra casa o en la orilla del Guaire o en las jardineras vacías y ruinosas de la Plaza Caracas, algunas personas que reproducen frente a nosotros, modos de vida que preferiríamos creer que pertenecen a un pasado remoto. Son los cazadores y recolectores de la basura, los que no llegaron a tiempo al reparto de bienes de la civilización. Son las víctimas, la denuncia viva de un fracaso social. Se trata de esas personas a las que por lo general procuramos no mirar a los ojos por verguenza. Son los que se hacen tercamente presentes entre la pichacha de los mercados, en la vida brutal de los rellenos sanitarios o en el personaje
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luta la acción colectiva, la condición gregaria de la especie humana. Mientras los seres humanos se vieron forzados a dirigir todo su esfuerzo a la obtención de bienes de subsistencia para el consumo inmediato, cada uno de estos bienes era afanosamente buscado y constituía un valor de uso para quien se lo apropiaba. En diferentes momentos que van aproximadamente, desde los 10000 hasta los 6000 años antes del presente, ciertos grupos humanos alrededor de todo el planeta, lograron asentarse de forma mas o menos permanente en sitios donde la naturaleza permitía un acceso particularmente estable a los alimentos. Las cuencas de los ríos Indo, Amarillo, Eúfrates y Nilo, junto con la cuenca lacustre del Valle de México y otros lugares de América, ofrecieron el nicho adecuado para los primeros asentamientos estables de la humanidad. Esta posibilidad de alcanzar una vida sedentaria en lugares que ofrecían alguna garantía de alimento y un ambiente relativamente benigno, propició el descubrimiento y práctica de la agricultura y muy particularmente, la domesticación de los cereales, con lo que la especie humana pudo producir por primera vez más bienes de los que requería el consu-
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mo inmediato. Se liberó entonces un precioso tiempo de vida que permitió diversificar las actividades y los saberes humanos. Se domesticaron animales, se inició el desarrollo de la alfarería, se perfeccionó el trabajo de la piedra y en general, se produjo una especialización en las actividades humanas que conocemos como división del trabajo. A este cambio se le conoce como Revolución Neolítica y su más acabada expresión concreta recibe el nombre de Civilización, término que expresa el surgimiento de comunidades sedentarias, agrupadas primero en aldeas y mas adelante en ciudades (cívitas en latín) donde las relaciones sociales fueron adquiriendo un grado creciente de complejidad. Entre los diversos criterios que historiadores y antropólogos utilizan para clasificar y describir las diferentes civilizaciones del pasado remoto o del presente, hoy se habla corrientemente de las civilizaciones agrícolas y entre ellas se destacan la civilización del maíz, del trigo o del arroz, como ejes centrales de desarrollos humanos diversos que no obstante, comparten el cultivo de alguno de estos cereales. El orígen y domesticación de los cereales es algo que todavía entretiene a los arqueólogos. Se trata de un tema sobre el que los expertos se enfrascan en doctas e interminables discusiones de dudosa utilidad.
que hurga todos los cestos de basura buscando afanosamente el tesoro de una lata de aluminio vacía. “El valor natural (natural worth) de todo objeto consiste en su capacidad para satisfacer las necesidades elementales de la vida humana o para servir a la comodidad del hombre“(John Locke, Some Considerations of the Consecuences of the lowering of interest, 1691, en Works, ed. Londres, 1777, vol. II, p. 28).Citado por Carlos Marx en El Capital, ed. México D.F. 1964, vol. I, p. 1
El arqueólogo australiano Vere Gordon-Childe (1892-1957) acuñó el término “Revolución Neolítica“, para significar el paso de las sociedades humanas, de una economía depredadora a otra productora.
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Sabemos por ejemplo que ha existido siempre una gran discusión sobre el origen del cultivo del trigo. La opinión más generalizada es que este cereal comenzó a cultivarse desde hace unos 10.000 años a partir de las especies silvestres consumidas por los antiguos cazadores-recolectores del sudoeste asiático y se han encontrado restos arqueológicos de pan de trigo procedentes del Turkestán datados en una fecha muy temprana (alrededor de 8000 años antes del presente) La información arqueológica precisa también, que el cultivo del arroz apareció de 6000 a 7000 años antes de nuestra era en el Asia Tropical, con más precisión, en Hemudú, cerca del valle de Ningpo, en la parte central de China. El origen del maíz sigue siendo hoy un misterio, por más que los estudiosos se hayan esforzado en aclararlo desde diferentes puntos de vista. Solamente podemos afirmar que era el alimento básico de las culturas americanas varios milenios antes de que los europeos llegaran al Nuevo Mundo. Durante mucho tiempo se vio en su único congénere cercano -el Teosinte-, un probable antecesor, como todavía siguen sosteniendo algunas autoridades. Sin embargo Mangelsdorf y Reeves presentaron variadas pruebas de que el teosinte no es sino producto de hibridación del maíz y el trípsaco, aparecido probablemente mucho después de que el maíz fuera ya un cereal cultivado. Hay pruebas concluyentes, aportadas por los hallazgos arqueológicos y paleobotánicos de que, en el valle de Tehuacán, al este de México ya se cultivaba
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maíz hace aproximadamente 4.600 años y se sabe que en tiempos precolombinos se llegó a cultivar desde Chile al Canadá oriental. Muchas de las variedades principales que conocemos hoy, ya existían entonces, y merecían el respeto religioso de los pueblos originarios de América. Las consecuencias de la Revolución Neolítica aún se hacen sentir en el presente y su comprensión es esencial para la caracterización que intentamos hacer del sistema capitalista al que nos referiremos mas adelante. Apuntabamos arriba que la clave de toda la Revolución Neolítica giró alrededor de la habilidad que algunos colectivos humanos alcanzaron, para producir más bienes de los que requerían consumir en órden de garantizar la subsistencia. Señalamos también que al constituírse el excedente de un bien cualquiera, por primera vez en la historia de la humanidad, fue posible liberar un tiempo de vida precioso que propició: 1.- La propiedad.- De la existencia misma de cualquier bien excedente nacía espontáneamente una pregunta sobre la que giran todavía, después de diez mil años, todos los conflictos sociales: ¿A quién pertenece ese excedente? 2.- Las clases sociales.- De inmediato, las clases sociales quedaron definidas por el conflicto entre quienes pudieron reivindicar la propiedad sobre un excedente cualquiera -casi siempre mediante el ejercicio de la fuerza- y quienes carecíendo de propie-
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dad sobre cualquier excedente, se vieron inmediatamente reducidos al poder de los primeros. Situación que sobre poco más o menos ha permanecido hasta el presente. La pertenencia a una u otra clase social quedó desde entonces determinada por el papel que cada quien desempeñó en el marco de las relaciones de producción . Relaciones que si bien se han modificado a través de la historia, atendiendo al desarrollo de las fuerzas productivas10 de cada sociedad concreta, han conservado hasta el presente
Relaciones de producción (Alemán: Produktionsverhaltnisse) es un concepto frecuentemente usado por Marx. Se refiere a las relaciones bajo las que los individuos se vinculan con el propósito de producir, de transformar su entormo natural mediante el trabajo. Se trata de las relaciones sociales que establecen los productores entre sí. Surgen porque los hombres y mujeres en sus procesos productivos, no actúan solamente sobre la naturaleza, sino que también interactuan entre sí, construyendo vínculos socialmente consensuados, para establecer un intercambio de actividades que facilita la apropiación del medio natural y su transformación.- En la teoría marxista, el establecimiento de unas determinadas relaciones de producción no es consecuencia de la conciencia, sino de las condiciones materiales de vida, y estas son determinadas a su vez por el desarrollo de las fuerzas productivas en cada contexto histórico concreto. 10 Fuerzas productivas o fuerzas de producción (en aleman, Produktivkräfte) es un concepto central en el marxismo y en el materialismo histórico. Subvirtiendo la concepción tradicional de la historia, que situaba en primer plano las hazañas de los personajes ilustres, el marxismo hace hincapié en la vida material de las sociedades. Para Marx, el primer hecho histórico es la producción por los grupos humanos de su propia existencia social. Para producir los bienes necesarios para su subsistencia, los hombres emplean cierto número de medios materiales. Esos medios de produccion son primero, elementos que se dan en la naturaleza: tierra, bosque, mar, etc. Otros permiten transformar mediante el trabajo materiales brutos en artículos de consumo. A esos elementos asigna el marxismo el nombre de fuerzas productivas. Tales son las herramientas y todas las fuerzas motrices utilizadas por el hombre (aire, agua, electricidad, energía atómica, etcétera). Pero hay que incluir también entre las fuerzas productivas todos los procedimientos laborales, el agrupamiento de los obreros en fábricas o talleres y luego en complejos industriales, la división del trabajo y su racionalización, entre otros. Las fuerzas productivas se transforman e incrementan a lo largo de la historia humana, cabalgando sobre los avances tecnológicos y este incremento libera un tiempo de vida cuya apropiación históricamente desigual está en la base del conflicto social que conocemos como lucha de clases.
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una clara división entre explotadores y explotados, poseedores y desposeídos. 3.- La división del trabajo.- La división de la sociedad en clases, abrió a su vez la posibilidad de asignar trabajos especializados, adscritos a la realización de un objetivo que no era ya necesariamente escogido libremente por cada trabajador, sino impuesto por otro.De este modo, mientras cada productor directo quedaba cada vez mas privado del producto de su trabajo, se multiplicó simultáneamente no solo la cantidad, sino también la variedad de productos excedentes en el seno de una misma sociedad. La división del trabajo propició la explotación del trabajo ajeno y éste se hizo alienado, concepto sobre el que volveremos mas adelante. La división del trabajo permitió también simplificar las funciones a realizar por cada trabajador y redujo el tiempo necesario para la producción de los bienes, pero el tiempo de trabajo liberado -tiempo de vida-, lejos de ser devuelto a cada trabajador se utilizó para incrementar el volúmen del excedente, ya que ahora, los bienes no se produjeron mas para la satisfacción inmediata de las necesidades humanas, sino para su concurrencia al mercado. 4.- El mercado.- El trueque entre diversos excedentes en el seno de una comunidad concreta, diversificó también las espectativas de consumo. En el acto del trueque, los bienes producidos y acumulados, revelaron una nueva forma de su valor: el valor de cambio11. Como apuntábamos arriba, los bienes 11 El valor de cambio designa la proporción en que se intercambian diferentes valores de uso en el mercado. Se considera como mercancía a un
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no fueron ya solamente para su inmediato consumo sino que otorgaron a sus propietarios la posibilidad de adquirir otros bienes diferentes a los que cada quien producía y a partir de este momento, el excedente de los bienes producidos, adquirió la condición de mercancía. 4.- El Estado.- La diferencia en el acceso a los bienes producidos, produjo naturalmente todo género de conflictos, de modo que, tal como lo expresan las palabras iniciales del Manifiesto Comunista (1848), “La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días, es la historia de las luchas de clases“. Para Marx, esa historia se habría iniciado precisamente con la Revolución Neolítica y a lo largo de estos miles de años habría significado, tal como sigue describiendo el Manifiesto Comunista, un conflicto permanente entre “Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos, se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces, y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes“.(Marx: 1955:22) Hubo de surgir en el seno de las sociedades algún mecanismo regulador de semejante conflicto, pues de lo contrario, la sociedad hubiera sucumbido a sus propias contradicciones. Este mecanismo regulador es el Estado y hasta donde sabemos, fue Nicolas Mabien cualquiera que, además de poseer valor de uso, posee valor de cambio porque se destina al intercambio por otros valores de uso diferentes. Por extensión, también se usa valor de cambio como sinónimo de mercancía.
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quiavelo quien introdujo por primera vez la palabra Estado en su célebre obra “El Príncipe“: “Cuantos Estados, cuantas dominaciones ejercieron y ejercen todavía una autoridad soberana sobre los hombres, fueron y son repúblicas o principados“ (Maquiavelo: 1984-13) Aquí debemos aclarar una importante diferencia que en no pocas ocasiones remite a discusiones teóricas interminables e inútiles: El Estado en tanto que objeto de la realidad existe desde hace miles de años como atributo o componente indispensable de toda civilización (Estado en sí). No obstante, el concepto de Estado, es relativamente reciente (Estado en sí y para sí). No distinguir esta diferencia, ha llevado a ciertos autores a proclamar que el Estado solo ha existido desde la instauración de las modernas monarquías absolutas, es decir, del S. XV en adelante. Idea que a nuestro juicio está completamete equivocada12. 12 El concepto de Estado remite a una forma de organización social soberana y coercitiva, que incluye un conjunto de instituciones involuntarias y que tiene el poder de regular la vida en un territorio determinado.- El concepto de Estado difiere según los autores, pero algunos de ellos definen el Estado como el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado. Max Weber en 1919, definió el Estado como una unidad de carácter institucional que en el interior de un territorio monopoliza para sí el uso de la fuerza legal. Por ello se hallan dentro del Estado instituciones tales como las fuerzas armadas, la administración pública, los tribunales y la policia, asumiendo pues el Estado las funciones de defensa, gobernación, justicia, seguridad y otras como las relaciones exteriores.- Probablemente la definición mas clásica de Estado, fue la citada por el jurista alemán Herman Heller que define al Estado como una “unidad de dominación, independiente en lo exterior e interior, que actúa de modo continuo, con medios de poder propios, y claramente delimitado en lo personal y territorial”. Además, el autor define que solo se puede hablar de Estado como una construcción propia de las monarquías absolutas del siglo xv, de la Edad Moderna. “No hay Estado
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En todo caso, es el Estado Nación, con el particular carácter que le imprime su condición de instrumento de la burguesía, el que ciertamente surge junto con la consolidación del sistema capitalista. Federico Engels describe al Estado con enorme claridad y sencillez: ¨…El Estado no es de ningún modo un poder impuesto desde fuera a la sociedad… Es mas bien un producto de la sociedad cuando llega a un grado de desarrollo determinado; es la confesión de que esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradicción consigo misma y está dividida por antagonismos irreconciliables, que es impotente para conjurar. Pero a fin de que estos antagonismos, estas clases con intereses económicos en pugna no se devoren a si mismas y no consuman a la sociedad en una lucha estéril, se hace necesario un poder situado aparentemente (el resaltado es nuestro) por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el choque, a mantenerlo en los límites del ¨órden¨. Y ese poder nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella y se divorcia de ella más y más, es el Estado¨ (Engels: 1955) Desde que existe, el Estado se legitima sobre un discurso ideológico según el cual, aparece frente a la sociedad como una instancia de equilibrio capaz de ejercer justicia en ciertos términos de convivencia que deben acatar las clases sociales, por eso dicta y hace complir esas normas de convivencia y las impone a la sociedad, reivindicando para sí –como bien señalaba Max Weber, el monopolio de la violencia. en la Edad Antigua”, señala este reconocido autor. (El subrayado es nuestro). (http://es.wikipedia.org/wiki/Estado) (Consulta 27-01-2010)
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No obstante este ropaje de equilibrio y justicia no pasa de ser un disfraz mas o menos eficaz tras del que se oculta el verdadero cometido del Estado que no es otro que el de perpetuar un determinado conjunto de relaciones de producción y modos de vida en una sociedad concreta, siempre en beneficio de alguna clase social hegemónica13. Como veremos mas adelante, Estado y Revolución son los polos de una contradicción que la humanidad no ha podido disolver todavía y que quiza por su carácter dialógico jamás alcance una síntesis histórica. Mintras que las revoluciones son instrumentos de cambio, los estados son instrumentos de conservación. Por esto, para construír un estado de derecho y de justicia (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Art. 2o) el avance de la Revolución Socialista del S. XXI, requiere disolver el Estado Burgués que todavía condiciona muchos aspectos de la vida nacional.
13 A lo largo del presente texto, vamos a encontrarnos repetidamente con este concepto. Se denomina hegemonía a la supremacía de una entidad sobre otras de igual tipo. Se puede aplicar a diversas situaciones con el mismo significado: una nación o bloque de naciones puede ejercer hegemonía sobre otras, gracias a su mayor potencial económico, militar o político, aunque estas no la deseen. Por hegemonía mundial se entiende el dominio del mundo por parte de una sola nacion o un grupo de naciones. Según Gramsci, la Hegemonía existe cuando la clase dominante no solo es capaz de obligar a una clase social subordinada o minoritaria a que satisfaga sus intereses, renunciando a su identidad y cultura grupal, sino que también la primera ejerce total control en las formas de relación y producción de la segunda y el resto de la sociedad. Cabe matizar este argumento señalando que el propio Gramsci expresa que este proceso no posee un carácter explícito, sino más bien se da de forma sutil. En este sentido, la clase social subordinada o minoritaria adopta las concepciones de la clase dominante, incorporándolas a su repertorio ideológico en forma de lo que se conoce como “Falsa conciencia“
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2.- PROPIEDAD Los que siguen siendo en gran medida dueños del mundo, o del país, o del edificio en donde vivimos, según sea el caso, han recurrido siempre al miedo para garantizar sus privilegios. Miedo del que desea y miedo del que posee. Este último aflora fácilmente porque expresa, las preocupaciones reales de todo el que tenga que invertir en circuitos cerrados de televisión, cercas electrificadas y perros asesinos –de cuatro patas y rabo o de dos patas y uniforme- para proteger sus bienes, sus propiedades. Bien dice el refrán chino, que las preocupaciones de una persona son proporcionales a la cantidad de llaves que tiene en el bolsillo. Pero el miedo se contagia con mas facilidad que la gripe, se inocula por prensa, radio y televisión todos los días y terminamos viendo a la gente sencilla, gente que podemos encontar desde estratos socioeconómicos medios, hasta quienes a veces no tiene donde caerse muertos, temblando ante la posibilidad de que llegue el comunismo y les quite todos sus bienes, o les quite a sus hijos con no se sabe que malvados propósitos. Todos y todas nacemos en posesión privada de un bien único: Nuestro particular tiempo de vida. Cualquiera sea su duración, lo cierto es que cada instante que transcurre jamás se recupera, de modo que el tiempo que vendemos a cambio de un salario, por ejemplo, queda inmediatamente incorporado a los bienes que nuestro trabajo produce y esto es algo que se manifiesta en la conflictividad consustancial a todo acto de intercambio, a toda transacción mercantil. El tiempo de vida es entonces la única forma
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de propiedad privada cuya legitimidad no está sujeta a discusión. Pero mas allá, toda propiedad privada, en tanto que realización del deseo de poseer, es la primera manifestación de una voluntad de poder, y en consecuencia toda propiedad privada es en su orígen, producto de un acto de expropiación que no puede ser legitimado. Es por ello que el llamado Derecho a la Propiedad que se viene perfeccionando a partir del Código de Hammurabi (1760 a. C.) y quiza antes, con el correr de los siglos, solo se ha hecho mas complejo y puntilloso en un intento vano de otorgar a la propiedad privada una legitimidad imposible. Si la primera y única propiedad privada de legitimidad indiscutible es el tiempo de vida de cada quien, es natural que la primera ambición de hombres y mujeres sea a nuestro juicio, durar, retrasar la muerte. “Para durar, se emplea siempre la misma astucia bajo múltiples formas: apropiarse de los bienes de los demás, bienes que… contienen algo de la fuerza y el tiempo de vida de los otros. Hay una conexión inmediata entre el impulso de poseer y el miedo de la muerte. Tener y ser se confunden siempre en el sentido propio y en el figurado. En el propio, porque para poder vivir hay que tener de que comer y con que abrigarse y porque no tener significa ser excluído del grupo y por consiguiente estar amenazados de desaparición: se es si se tiene“ [Attali: 1989] El deseo primario de tener es muy antiguo, nace del hambre, del miedo y de la escasez de las cosas. En las sociedades primitivas, las sociedades preagrícolas que suelen definirse como bandas de cazadores
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y recolectores, la apropiación de bienes naturales se limitaba, como ya mencionamos, al mantenimiento de la vida Dice Proudhon que “la propiedad es un robo” [Proudhon: 1975] y podemos constatar fácilmente que la propiedad de unos constituye con frecuencia el despojo de otros. En este punto, es ilustrativo y divertido un largo pasaje del libro “La isla de los Pinguinos”. Versa sobre la historia de un Iceberg navegando a la deriva en el Océano Artico, al que por decreto de la Corte Celestial reunida en asamblea, Dios obra el milagro de convertir en isla y a sus habitantes –un grupo de pinguinos- en seres humanos. Citamos a continuación advirtiendo previamente a todo lector desprevenido que el libro que se cita forma parte de la larga lista de títulos que tiene prohibidos la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, bajo pena de excomulgar a los lectores… Amén: “…un enorme pingüino de piel blanca y pelo rojo descendía hacia el valle cargando al hombro un tronco de árbol. Acercóse a un pequeño pingüino abrasado por el sol, que regaba sus lechugas, y le gritó: -¡Tu campo es mío! Y, pronunciadas estas palabras poderosas, abatió su maza sobre la cabeza del pequeño pingüino, que cayó muerto en la tierra cultivada por sus manos.
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Al ver esto, el santo varón Mael estremecióse de dolor y derramó abundantes lágrimas. Y con voz apagada por el horror y el miedo, dirigió al cielo esta súplica: -Dios mío, Señor Mío, Tú que recibiste los sacrificios del joven Abel, tú que echaste tu maldición sobre Caín, venga, Señor, a ese inocente pingüino, inmolado en su campo, y haz sentir al asesino todo el peso de tu brazo. ¿Hay crimen más aborrecible, hay ofensa más grave a tu justicia, ¡oh Señor!, que este asesinato y este robo? -Andad con cuidado, padre mío -dijo Bulloch suavemente-, porque lo que llamáis asesinato y robo no es más que guerra y conquista, fundamento sagrado de los imperios y fuente de todas las virtudes y de todas las grandezas humanas. Pensad sobre todo que si censuráis al enorme pingüino, atacáis el origen y el principio de la propiedad. No es muy difícil demostrarlo. Cultivar la tierra es una cosa y poseerla es otra. Y ambas cosas no deben ser confundidas. En materia de propiedad, el derecho del primer ocupante es incierto y está mal fundado. El derecho de conquista, por el contrario, descansa en cimientos sólidos. Es el único respetable porque es el único que se hace respetar. La propiedad tiene por único y glorioso origen la fuerza. Nace y se conserva por obra de la fuerza. Es así augusta y sólo cede ante una fuerza superior. Por eso es justo decir
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que quien posee es noble. Y ese pingüino fuerte que mató de un mazazo a un trabajador para arrebatarle su campo acaba de fundar una nobilísima casa en la tierra. Quiero felicitarlo…” [Anatole France: 1959] No obstante todo lo anterior, la propiedad privada es un derecho que nadie discutiría, si su “uso, disfrute y disposición” no constituyera en muchas ocasiones, un modo de privar de propiedad o explotar a terceros como es el caso del relato anterior. En otras palabras, propiedad privada sobre valores de uso, siempre habrá y es absolutamente legítima. Nadie, ni el mas truculento de los tiranos “castro-comunista-chavetista” le va a obligar a usted a compartir el cepillo de dientes con su vecino, por mas que así lo pudiera haber proclamado alguna vez algún “filósofo del Zulia”. Usaremos ahora otra historia inventada con fines ilustrativos: Pongamos por caso que a lo largo de un camino, el cansancio me obligó un día a cortar la delgada y recta rama de un árbol para transformarla en bastón. El bastón era indiscutiblemente mio, porque en su elaboración invertí algo que me pertenece de forma exclusiva: El tiempo de vida que usé para fabricar el bastón. La rama no era de nadie, solo se hizo apropiable al transformarla en bastón, porque esa operación significó cambiar su condición de objeto natural a la nueva condición de objeto cultural. Es evidente entonces que eso que
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llamamos “apropiación”, suele referirse al acto de transformar un objeto natural en objeto cultural, es decir, en un producto del trabajo humano. De donde resulta que nada justifica la apropiación privada de los objetos naturales sino la transformación consciente que sobre ellos ejercemos. Vemos sin embargo, cómo ciertas corporaciones poderosísimas, pretende hoy hacerse con el control privado de las reservas de agua dulce del mundo14 y cómo la tierra se vende al mejor postor. Pero siguiendo con el relato, supongamos que llegué a mi aldea apoyado en el nuevo bastón y que todo el mundo me lo alabó, incluso uno que otro quiso comprármelo, cosa a la que en principio me negué para que junto con el deseo de posesión que el bastón suscitó, este fuera subiendo su precio (especulación). Entonces se me ocurrió una brillante idea: Vendí el bastón bien caro (acumulación originaria de capital) y con una parte de lo que me dieron 14 En julio de 1997 Ecuador se endeudó con el BID en 40 millones de dólares para sentar las bases de la privatización del agua de Guayaquil, con la que se beneficiaría la empresa Interagua, subsidiaria de International Water Group of Netherlands o Bechtel, responsable de la ‘guerra del agua’ en Bolivia y que recibió enormes beneficios de la invasión de Estados Unidos e Inglaterra a Irak. El segundo paso privatizador se dio el 24 de enero de 2003, cuando Interagua/Bechtel pidió al BID un préstamo de 40-50 millones, poniendo al estado de garante. Si la gente de Guayaquil se resiste a pagar, Interagua no tendrá cómo responder al proyecto porque no cuenta con capital significativo propio. Lo mismo hizo en Cochabamba. Con el nombre de Aguas del Tunari, Bechtel operó sin invertir sus propios fondos y se respaldó en el mismo membrete jurídico, registrado en Holanda. Chérrez, Cecilia. Ecuador: Algo feo se cocina con el agua [en línea], 28/07/2003.Disponible en: http://www.fire.or.cr/julio03/notas/privatizar_agua. htm [Consulta: 05-03-2009]
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por el, contraté a unos cuantos tipos y los mandé al bosque a cortar todas las ramas “bastonables” (sic) que pudieran (explotación), con lo que entre otras cosas desapareció el bosque y en consecuencia, el arroyo que surtía de agua al pueblo (depredación ambiental). Con otra parte de mis haberes –pues ya había vendido unos cuantos bastones- (reproducción del capital) y con un préstamo que me concedió el Banco Mundial (dependencia) puse a una buena cantidad de mujeres a fabricar mas bastones, porque descubrí que a las mujeres se les puede pagar menos y ademas, como trabajan en sus casas no tengo que pagarles prestaciones ni seguro social (discriminación por género). Para no pagar impuestos, le doy los bastones para la venta a un ejército de manteleros de la economía informal (desempleo) y el producto de mi honrado trabajo –o mas bien, del honrado trabajo de toda esa gente-, ahora lo estoy invirtiendo en la venta de agua embotellada, porque desde que se secó el arroyo, la venta de agua es en nuestro pueblo otra magnífica oportunidad de negocio. También he instalado otra fábrica de bastones en Tailandia, porque descubrí que en ese lindo país, las adolescentes pobres, si no se prostituyen terminan trabajando jornadas de hasta 18 horas por poco mas de un tazón de arroz al día (globalización) Para que no me pillen las “TRES R2”, mis
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botellitas plásticas con agua tienen una linda etiqueta que dice: ”AGUA SOCIALISTA DEL SIGLO XXI”. Embotellada en la República Bolivariana de Venezuela. ¡Patria, Socialismo o Muerte, Venceremos! El carácter privado o social de la propiedad sobre bienes que constituyen un medio de producción, es decir, bienes cuya función es producir otros bienes, cuando el destino final de estos es el mercado, constituye una distinción esencial entre Capitalismo y Socialismo.
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3.- INDIVIDUO E INDIVIDUALISMO Dice Don Miguel de Unamuno: “Pero el hombre no vive solo ni es individuo aislado, sino que es miembro de sociedad, encerrando no poca verad aquel dicho de que el individuo, como el átomo, es una abstracción. Si, el átomo fuera del universo, es tan abstracción como el universo aparte de los átomos… La razón, lo que llamamos tal, el conocimiento reflejo y reflexivo, el que distingue al hombre, es un producto social. Debe su orígen acaso al lenguaje. Pensamos articulada, o sea reflexivamente, gracias al lenguaje articulado, y este lenguaje brotó de la necesidad de transmitir nuestro pensamiento a nuestros prójimos. Pensar es hablar consigo mismo, y hablamos cada uno consigo mismo gracias a haber tenido que hablar unos con los otros… El pensamiento es lenguaje interior, y el lenguaje interior brota del exterior. De donde resulta que la razón es social y común. Hecho preñado de consecuencias, como hemos de ver.” [Unamuno: 1976] ¿Para que nos vamos a complicar la vida?... ¡Usted es un individuo!, ¡Yo soy un individuo!... ¿Quien necesita entonces ponerse a definir qué es un individuo?... Por desgracia siempre hay alguna manera de complicar las cosas, de meternos en problemas hasta con palabras de contenido aparentemente evidente, porque lo único que hace evidente el significado de las palabras es el uso y la costumbre, la extensión del consenso social que las avala y nos releva del agotador y poco común oficio de reflexionar por cuenta propia. Esa entidad biológica que contemplo todos los días en el espejo y que tiene brazos, piernas, ojos, y
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nariz, es solo un recipiente vivo que no podríamos llamar individuo si no fuera portador de una conciencia. De una conciencia que nos permite ahora estar escribiendo estas líneas. Y algo más importante, que nos permite creer con optimismo que otros individuos van a leer lo que estamos escribiendo. Individuo suena a indivisible y así parece ser, al menos en lo que se refiere a ese recipiente de carne y huesos al que nos referíamos arriba. Tanto es así que si tomamos un individuo (o individua, para no agitar el conflicto de género) y lo dividimos, lo desmembramos, dejará desde luego de ser un individuo para convertirse en un cadáver descuartizado. Pero por muy científico que pueda ser este experimento, no sería correcto llevarlo a cabo solo para terminar postulando la “Ley de la indivisibilidad del individuo”… esa suerte de experimentos solo se le ocurren a individuos como George Bush, Adolfo Hitler o Benjamín Netanyahu, porque ellos nunca hubieran concedido que un iraquí un palestino o un judío posean individualidad alguna. Ya hemos aceptado suficientemente la individualidad biológica, pero ¿Qué decir de la individualidad de la conciencia?... Ahí las cosas empiezan a verse algo más complejas. Es verdad aquello de que “cada cabeza es un mundo” pero también es verdad que la conciencia es cambiante y por eso el poeta Neruda pudo escribir “nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”. La conciencia, ingrediente que constituye al individuo, habita en ese individuo, pero no le pertenece. Nadie, así no lo comprenda, puede pensar o dejar de pensar lo que le da la gana
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–inténtelo si no me cree-, los pensamientos son tan autónomos que hasta pueden transformarse en obsesiones o dispersarse en la nada. En ambos casos, se dice que el individuo ha caído en la locura y los siquiatras le pondrán una linda etiqueta y lo recluirán para que la familia no pase vergüenzas. La “conciencia individual” es solo un inquilino siempre provisional que habita en el “individuo biológico”. Si cuando este muere, esa conciencia se va al cielo o al infierno, o a ninguna parte, eso ya es cuestión de las creencias de cada quien, porque los muertos, que solo hablan en las películas de terror no han podido contarnos nunca sus experiencias. Por mi parte, creo firmemente que la conciencia, después de la muerte, se vá al mismo paraíso donde se va la imagen cuando usted apaga la televisión. No hay conciencia sin lenguaje, tampoco hay lenguaje sin sociedad, sin colectivo. En consecuencia la “conciencia individual” es solo una quimera. Está siempre modificándose por el trato con los demás, por las informaciones y experiencias que con ellos vivimos o por la insidiosa presencia de los medios masivos de comunicación. La conciencia individual existe solo como un diminuto nudo en la inmensa red que la humanidad ha construido para atrapar esos peces que llamamos ideas y que por ser creaciones sociales y componentes esenciales de las ideologías, hicieron creer al viejo Platón que existían independientemente de nosotros. El más arrogante de los nudos de esa red, estará siempre definido por los hilos que lo forman, o dicho
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de otra manera, la más brillante de las conciencias individuales solo existe por los aportes que le hacen otras muchas conciencias. Si esto es así ¿Qué queda entonces de esa cosa que aprendimos a llamar individuo? Pese a lo simples que estas nociones pueden parecer, es lo cierto que al menos desde hace cinco siglos, junto con el capitalismo empezó a gestarse la idea de que el individuo nace equipado por Dios con su conciencia completica (aunque los creyentes prefieran llamarla alma), que los demás solo influyen en cada individuo de una manera muy limitada y que en lugar de que el individuo se asuma en deuda permanente con su sociedad, es esta la que se ha inventado para satisfacer las necesidades del individuo. El individuo que se inventó el capitalismo para servirse de el, percibe a “los otros” como un bloque indiviso sobre el que actúa sin reconocer mas individualidad que la propia. Por supuesto que tal manera de pensar suprime cualquier impulso solidario y por el contrario privilegia la competencia y el egoismo entre individuos y pueblos. Estamos refiriéndonos al Individualismo como noción filosófica profundamente arraigada en el entendimiento de muchísima gente que sostiene las virtudes del egoismo como creador y llave de la felicidad y del progreso. En el correr de los siglos, el Individualismo se consolidó como la filosofía política y económica que sustenta ideológicamente al capitalismo. El individualismo empezó a consolidarse a finales del S. XVII, elaborado sucesivamente por filósofos
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como John Locke, Thomas Hobbes y Adam Smith15. y fue magistralmente exaltado por el poeta John Milton en su poema “El Paraíso Perdido”, donde Satanas exclama: “¿Qué a mí el lugar, si soy yo el mismo siempre? si lo soy todo yo, menos tan sólo que aquel a quien el trueno ha levantado. Aquí, siquiera, habremos de ser libres: no hizo el Omnipotente esta morada, para de ella lanzarnos envidioso. Aquí seguros imperar podremos; y para mí el reinar es ansia noble, bien que en el orco sea; pues más vale rey ser del orco que en el cielo esclavo.” (Milton: 2009) (El resaltado es nuestro) En los versos de Milton habla el individuo y resulta inquietante que Milton equipare al individuo con Satanas y por extensión, al mundo -¿creación divina?- con el infierno. Satanas habla de libertad, pero de libertad individual, de rebeldía y reto a un Dios que con sus legiones de arcángeles y querubines, es proyección de lo social, de lo colectivo. Es el propio Milton quien lanza un reto a Dios por mampuesto y Nietzsche, doscientos años mas tarde habrá de extenderle a Dios la partida de defunción, cuando anuncia al “Superhombre”, exaltación final 15 De ninguna manera es casual que los tres pensadores sean ingleses. Fue precisamente en la Inglaterra de finales del S. XVII donde se consolidó lo que hoy es el sistema capitalista. De Inglaterra tuvieron que partir por lo tanto las primeras ideas que daban sustento moral a la competencia y al despojo de unos seres humanos por la mano de otros.
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del individuo que hoy parece dirigirse fatalmente a su propia destrucción y a la del mundo. Cabalgando entre el S. XIX y el S. XX, veremos reaparecer la misma idea de Milton en la obra de Max Weber: “En lo que atañe al individuo, una cosa es el Diablo y otra Dios, y el individuo tiene que decidir cual es, para él, Dios y cual el Diablo. Y ello es así para los efectos de todos los órdenes de la vida. … vayamos a nuestro trabajo y satisfagamos la “exigencia del día”, tanto a nivel humano como en el profesional. Esa exigencia, sin embargo, será clara y simple si cada uno de nosotros encuentra y obedece al demonio que sostiene las reglas de la vida”. (Los resaltados son nuestros): Citado en (Mészarós: 2009;44) Adam Smith, a quien se considera el padre del Liberalismo y el chorno del Neoliberalismo, creía ingenuamente que cuando los individuos concurren al mercado con los producto del trabajo tornados en mercancía, una suerte de mecanismo automático –eso que se llamó “la invisible mano del mercado”se encargaría de hacer una distribución equitativa entre todos los concurrentes y en consecuencia, la libre concurrencia al mercado propiciaría una distribución equitativa de los bienes. No hay que decir que la experiencia nos muestra todo lo contrario. Cuando el mercado queda libre de regulaciones, la riqueza se acumula rápidamente en los bolsillos de unos cuantos individuos que para aplacar las iras de los estafados, esgrimen la filosofía individualista bajo las más variadas formas, hasta convertir la depredación y el robo en virtudes sublimes que solo se atreven a practicar unos cuantos ungidos del Señor.
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Es por eso que la Historia, tal como se cuenta en el discurso capitalista, pareciera estar determinada por la acción de individuos relevantes y no por el accionar social de los pueblos. Se nos cuenta por ejemplo que la primera revolución inglesa (1642-1649) tuvo por actores trágicos a Oliver Cromwell y a las pugnas entre el parlamento y el rey Carlos I que finalmente murió decapitado, etc., pero ninguna versión oficial hizo nunca hincapié, en el trasfondo social de la lucha por la propiedad territorial, que se nos haría clara dos siglos después, cuando Carlos Marx documentó este trágico proceso de expropiación en el primer tomo de su obra El Capital, para explicar el proceso de acumulación originaria que requería la primera expansión capitalista del Imperio Británico La saga que canta el surgimiento del gran imperio norteamericano, convierte en mito glorioso la biografía de delincuentes como John D. Rockefeller, o Alexander Gram. Bell (en alia), pero oculta el genocidio sistematico de los pueblos originarios de Norteamérica o el robo a sangre y fuego de la mitad del territorio mexicano. Como podemos ver, la filosofía individualista que todavía hoy defienden autores relevantes, constituye un preciado instrumento legitimador del captalismo. Pero además tiene la virtud de culpabilizar a las víctimas del sistema, a los explotados de siempre, por sus propias desgracias. El individualismo sostiene que todo explotador es portador de una especie de gracia divina, que lo autoriza a prevalecer sobre un colectivo en el que los torpes, deben resignarse a una vida de sometimiento
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y adicionalmente extasiarse en la contemplación de las virtudes que adornan a sus explotadores. Tuvo que venir la filosofía marxista y muy particularmente el Materialismo Histórico, para que ese modo de explicar la historia humana, diera un giro radical. Hoy son pocos los historiadores que no abordan el estudio de la Historia a partir de un nuevo paradigma que se centra en la vida cotidiana de los pueblos.
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4.- ESPECULACIÓN “Tales de Mileto, [efectuó una] especulación lucrativa que le dio un crédito singular, honor debido sin duda a su saber, pero que está al alcance de todo el mundo. Gracias a sus conocimientos en astronomía pudo presumir, desde el invierno, que la recolección próxima de aceite sería abundante, y al intento de responder a algunos cargos que se le hacían por su pobreza, de la cual no había podido librarle su inútil filosofía, empleó el poco dinero que poseía en darlo en garantía para el arriendo de todas las prensas de Mileto y de Quíos; y las obtuvo baratas, porque no hubo otros licitadores. Pero cuando llegó el tiempo oportuno, las prensas eran buscadas de repente por un crecido número de cultivadores, y él se las subarrendó al precio que quiso. La utilidad fue grande; y Tales probó por esta acertada especulación que los filósofos, cuando quieren, saben fácilmente enriquecerse, por más que no sea este el objeto de su atención. Se refiere esto como muestra de un grande ejemplo de habilidad de parte de Tales; pero, repito, esta especulación pertenece en general a todos los que están en posición de constituir en su favor un monopolio.” [Aristóteles:1981] Se especula con bienes materiales como las prensas de Mileto. Con las casas y apartamentos, con los vehículos, con el tomate, la carne, la leche o la educación. Todo es bueno para crear en los demás esa sensación de escasez que les obliga a vaciar los bolsillos delante del especulador igual que si se hubieran topado con el bandido “Guardajumo“16 en cualquier camino solitario del llano. 16 Guardajumo fue un célebre bandolero de la región de los llanos de Guárico. Indígena, su madre lo llevó muy pequeño al hato de Vicente Rodríguez donde se crió. Posteriormente, se avecindó en la misión de Nuestra Señora de los Ángeles. Su nombre era Juan Nicolás Ochoa, y merodeó en los
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El especulador no produce absolutamente nada, no genera bienes de ninguna especie y aunque la especulación es uno de los males mas relevantes del capitalismo, es también muy anterior a él. Baste decir que hace ya 2500 años, Aristóteles hizo una crítica violenta de la especulación en su clásica obra “La Política“. Especulación viene de “espéculo”, que en latín significa espejo. En Economía se habla de especulación para señalar aquellas operaciones por las que algunas personas u organizaciones elevan el precio de un bien sin aumentar en nada su valor real. Es decir, logran vender caro un objeto que compraron barato sin transformar ese objeto, sin agregarle nada o incluso muchas veces, sin que el objeto exista. Y esto ¿Qué tiene que ver con un espejo?: Todos hemos estado en algún lugar entre dos espejos y hemos podido comprobar como nuestra propia imagen se reproduce en ambos espejos casi hasta el infinito. Solo hay un objeto real, pero imaginemos que alguien tuviera la habilidad de vender ese objeto por el valor de las imágenes que produce. Eso es especulación y el “especulado”, cuando decubra que ha sido estafado podrá resignarse o ser capaz de hacer a su vez una venta especulativa a otro incauto. De este modo, la especulación no solo no se detiene sino llanos de Guárico, desde 1786.- Ochoa capitaneaba un grupo de indios, vivían de la caza, pesca y robo de ganado, movilizándose continuamente, lo que impedía su captura por parte de las autoridades españolas, además que nadie se atrevía a denunciarlo por el temor que infundía y creer que tenía pactos con el demonio. Fue capturado en Guariquito en octubre de 1798 y trasladado a la villa de Calabozo, donde se le inició proceso el 3 de noviembre, recibiendo sentencia de muerte 4 años más tarde, siendo ahorcado en la plaza de la villa de Calabozo en 1802. http://www.venezuelatuya.com/biografias/juannicolasochoa.htm
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que se acelera como un torbellino y puede llegar a destruir la economía de un país y hasta del mundo, tal como estamos observando hoy en día y tal como sucedió en Venezuela en los años 90 del siglo pasado, cuando tanta gente se quedó sin sus ahorros ante una banca que quebraron los mismos banqueros y un gobierno alcahuete que les premió la gracia. La financiera es solo una variedad de la especulación, la más provechosa por cierto para el especulador. En la especulación financiera ni siquiera se transa con objetos tangibles (calcetines, naranjas terrenos, o el dichoso bastón del cuento anterior) sino con papeles, con documentos que significan promesas de pago a futuro (como el dinero), títulos de propiedad sobre algún bien que no está presente y que a veces ni siquiera existe. En cualquier caso, el especulador vende vacunas contra el miedo de dudosa eficacia, vende una droga virtual que etimula la avaricia y todas las más bajas pasiones humanas que es capaz de sembrar entre sus semejantes para engañarlos y arrancarles un valor que otros y otras produjeron con su trabajo, es decir, con su tiempo de vida. La distinción entre especulación financiera y estafa es algo tan difícil de determinar que solo algunos brillantísimos abogados son capaces de entenderla… y por supuesto que cobran bien caros sus servicios, porque ellos también practican una suerte de teología de la especulación. La especulación financiera es un invento de los banqueros y relataremos como se inició. Hace muchos años, aun antes de que Colon pisara América, en el norte de Italia, los comerciantes que traían las especias y las sedas de Oriente, hacían sus transacciones comerciales con monedas de oro y plata,
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pero el mundo era por lo menos tan inseguro como ahora, y era aconsejable depositar esas monedas en algún lugar que a ellos les pareciera seguro, al cargo de alguna persona con fama de “honorable”: ¡EL BANQUERO!. En principio, el banquero colocaba el oro de sus depositantes en cajoncitos diferentes para cada uno de ellos. Así, cuando un comerciante tenía que efectuar un pago, iba al banco y sacaba el oro necesario, pero eso era tan engorroso, peligroso y lento que el comerciante terminó por mandarle recaditos escritos a su banquero que hoy reciben el nombre de “libranzas”, dándole la orden de pagar el monto acordado al portador de dicho papel, el cual a su vez posiblemente tenía sus propias monedas de oro y plata en el mismo banco, de modo que el pago consistía simplemente en trasladar una cierta cantidad de monedas de un cajoncito a otro. Al poco tiempo todo el mundo estaba haciendo lo mismo, e incluso, el que portaba una libranza –o sea, uno de aquellos recaditos- sencillamente se la endosaba a un tercero cuando tenía a su vez que pagar una transacción cualquiera. Rápidamente, el banquero -que no era ningún gafo-, se dio cuenta de que, al generalizarse la costumbre de los recaditos escritos, el oro de sus clientes no se movía del banco. Solo cambiaba de cajón, de modo que sabiendo lo poco probable que sería un evento en que todos sus depositantes le pidieran simultáneamente la devolución de su oro, decidió empezar a prestar a terceros una parte del metal ajeno y cobrar por ello unos intereses que iban directamente a su bolsillo. Todo funcionaba a la perfección hasta que un día por casualidad o por algún evento extraordinario, todos los depositantes quisieron sacar su oro el mismo día y descubrieron
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que éste, no estaba donde ellos creían. Entonces no es difícil imaginar que el banquero “largó el pelero” y se fue de vacaciones al Mediterráneo (Entonces aún no se había descubierto Miami ni las Islas Caiman), no sin antes pedir al gobierno un auxilio financiero para cubrir los costos del viajecito. Eso si, es probable que si alguna vez sucedió situación tan bochornosa, seguramente los banqueros venecianos o genoveses dejaron en prenda de su honorabilidad dos vacas flacas, un par de zapatos viejos, una suegra y dos ollas mondongueras que depositaron en el FOGADE de entonces como garantía. Una variante reciente de esta conducta ha surgido cuando el estado castro-comunista-chavetista que padecemos, ha tenido la ocurrencia de entregar los auxilios no a los banqueros ladrones sino a los depositantes incautos. Ante esta variante, el banquero en cuestión ha huído igualmente a Miami, pero declarándose perseguido político. Por esta y otras historias, que cuenta con más gracia que yo el economista John Kenneth Galbraith17 en su obra “Dinero” [Galbraith: 2006], los pobres banqueros italianos han pasado por la terrible vergüenza 17 John Keneth Galbraith (1908-2006) fue uno de los economistas mas influyentes del S. XX. Se distingue por su oposición a la concentración del poder. Su primera gran obra fue El Capitalismo Americano (American Capitalism: The Concept of Countervailing Power), publicado en 1952. En ella argumenta que las grandes corporaciones desplazaron a las más pequeñas hasta el punto que el modelo de competencia perfecta –sobre el que se sustenta todavía hoy toda la argumentación de los economistas neoclásicos o neoliberales- ya no era aplicable a la economía norteamericana. No obstante según él, el poder de las grandes firmas sería compensado por el poder de los grandes sindicatos, y en consecuencia los consumidores serían protegidos por centros de poder que competirían entre sí. Vivió lo suficiente para constatar que esa predicción no era correcta y tuvo también la suficiente honestidad para rectificar esa posición en sus obras mas recientes.
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de ser los inventores de semejante estafa institucional. Aunque entre los siglos XII y XV se fundaron solo en Venecia más de cien bancos de depósito, generalente se reconoce que el primer banco moderno, conocido como Banco Di San Giorgio, se fundó en Génova, Italia en el año 1406 y desde entonces, la conducta de los banqueros ha variado muy poco. En todo caso se ha hecho más sofisticada y difícil de descubrir. Hoy, cuando el banquero no quiere o no puede pagar dispone de recursos tecnológicos con los que no contaron sus ancestros. ¿A quién no le han dicho en la caja de cualquier banco que “no hay línea”? o “diríjase al girador”, o “defecto de firma”, o…vuelva mañana porque estoy ocupado haciendo las maletas. Los escándalos ligados a la conducta delictiva de los banqueros se suceden de modo inperturbable desde aquellos primeros bancos hasta nuestros días, aunque algunas quiebras hayan sido más famosas que otras. Recordemos solo que, hace solo unos cuantos años, algún alto funcionario de la Banca Ambrosiana, - banco con fuertes nexos con el Banco del Vaticano- se “autosuicidó“, ahorcándose en un puente, pero no por vergüenza sino por obra y gracia de la mafia que dirigía un tal Marcinkus, cardenal amigo de Al Capone, sobre el que también pesa la sospecha de haber ordenado el envenenamiento del papa Juan Pablo I [Yallop: 2006]. Según esto, los cardenales pueden ser mas peligrosos aún que los banqueros y si no que lo diga Monseñor Urosa. Hoy sabemos que los primeros banqueros que registra la historia europea, aunque no se llamaban todavía así, fueron curas. Durante la Edad Media, está
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documentado que algunos curas se aprovechaban de la creencia de los fieles y la protección de los reyes para recibir ofrendas o depósitos en custodia y hacían prestamos en especie antes aún de que se generalizara la circulación del papel moneda. La magnificencia de la familia Medici, que ni podrían soñar banqueros modernos como Roschild o J.P. Morgan, se debió a su condición de banqueros del Papa.
Los argumentos de Tomás de Aquino, otorgaron a comerciantes y especuladores una respetabilidad social y un argumento ético de los cuales habían carecido durante muchos siglos. Por otra parte -y esto es muchísimo más relevante- sus argumentos a favor del cobro de intereses sobre el otorgamiento de préstamos, blindaron moralmente a los prestamistas respecto de cualquier acusación de usura.
La prosperidad económica de la Iglesia Católica mucho le debe a Santo Tomas de Aquino, reputado filósofo que en tiempos tan tempranos como el S. XII, discurrió los argumentos necesarios para dispensar de pecado a todo comerciante, usurero y prestamista. Los contundentes argumentos del “Doctor Angélico” –con ese sobrenombre le regalaron sus colegas, los curas- aliviaron la pesada carga moral que pesaba sobre aquellas sabandijas desde los lejanos tiempos en que Aristóteles los fustigó en su libro “La Política”. Es tal la importancia de sus razonamientos que hasta santo lo hicieron en 1323. Después lo eligieron Doctor de la Iglesia en 1567 y lo nombraron Santo patrono de las Universidades en 1880, cargo que ejerce hasta el presente.
Son muy interesantes los argumentos esgrimidos por Tomas de Aquino al respecto, pues están en la base de toda la actividad bancaria hasta nuestros días. Esencialmente giran alrededor de la idea de que el riesgo de no redención que conlleva todo préstamo tiene un valor que el prestatario debe reconocer al prestamista.
Antes de Tomas de Aquino, la usura era condenada por todos los santos varones de la iglesia, quienes consideraba ilícito vender un producto por un precio superior al de compra. Esta condena no representó un problema demasiado grave en los largos siglos de la alta Edad Media durante los cuales el comercio representaba una actividad económica marginal, pero resultó sumamente molesta a partir del siglo XIII, cuando como veremos más adelante, el comercio comenzó a florecer de manera pujante.
Se trata en todo caso de un riesgo que resulta cuantificable estadísticamente y cuyo valor se asume proporcional al premio o rescate que el prestamista exige al prestatario. Esta idea perversa que Tomas de Aquino defendió con brillantes argumentos filosóficos no es ni siquiera hoy de universal aplicación. Baste recordar que el cobro de intereses está prohibido en el Islam.
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5.- BURGUESIA De entrada, burguesía es una mala palabra. Se usa con demasiada frecuencia para colgarle una etiqueta infamante de burgués a alguien. De manera vaga, encierra una acusación y una apelación al sentimiento de culpa de cualquiera a quien le guste beber buen vino, usar ropa fina o comer caviar del Mar Caspio. Claro que con harta frecuencia, quien lanza la acusación suele ser otro burgués que envidia todas esas cosas pero no tiene acceso a ellas –No en vano Michel Cioran decía que hay que estar siempre al lado de la víctima, pero sin olvidar jamás que está hecha de la misma madera que su victimario-. Esta conducta tan común, nos coloca ante una curiosa cualidad de la condición burguesa, y es que para ser burgués no es indispensable ser rico, basta con soñar en llegar a serlo y actuar en consecuencia. Esta es la manifestación mas notable de lo que ya indicamos antes que Marx llamó “falsa conciencia“. Pero aquí nos vamos a interesar por otra definición más precisa y relevante de lo que significa ser burgués y de las cualidades que comparte ese inmenso cuerpo social que llamamos genéricamente burguesía. Nos ocuparemos de su ideología y de su posición en la división social del trabajo, puesto que si en último caso ser burgués significara solamente tener inclinación hacia todas las cosas que hacen mas placentera la vida, lo deseable –me parece a mi-, sería que toda la humanidad pudiera ser burguesa, lo cual por supuesto no es el caso ni tampoco es posible.
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Muy al principio –concretamente, en la Edad Media-, ser burgués significaba simplemente ser un habitante libre de alguna ciudad18. Esta condición en apariencia inocente, colocaba a los burgueses en una posición de privilegio frente a los campesinos que en aquel tiempo eran la inmensa mayoría de la gente. Por una parte, los burgueses gozaban de una seguridad personal mayor a la que tenían los habitantes del campo, tampoco padecían esclavitud ni estaban sujetos a servidumbre y si bien no pertenecían a la nobleza, acaparaban en cambio el control del comercio y la manufactura, de modo que en el correr de los años acumularon una enorme riqueza material que con el tiempo y la coyuntura insólita de la crisis que asoló Europa a partir del S. XIV, les permitió hacerse con el poder político, desplazando a la nobleza feudal. Aquellos burgueses fueron los creadores y beneficiarios del Sistema Mundo Capitalista que aún padecemos. Todavía hoy, la burguesía copa el poder político y detenta la propiedad privada de los medios de producción. Fábricas, latifundios, sistemas de transporte, comercio, banca, etc., son de su propiedad y en la defensa de sus privilegios son capaces de cualquier cosa, incluso de arrasar con la vida sobre el planeta. Hoy sin embargo, cuando se hace 18 Probablemente, en un principio se dió el nombre de burgo a un castillo construido con fines puramente militares durante la alta Edad Media. Luego, por extensión, se aplicó este nombre a las poblaciones que expontáneamente se fueron aglutinando en torno a estas construcciones, en busca de protección. En Europa central la palabra burgo significa sencillamente ciudad. Por lo tanto, la palabra burgués significaba en su origen habitante de un burgo. Además los antiguos alcaldes recibían el nombre de burgomaestres.- Los Burgos albergaban a clérigos, guerreros, artesanos y comerciantes.- http://es.wikipedia.org/wiki/Burgo
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referencia a esta clase de burguesía, se le denomina “Gran” burguesía, para diferenciarla de otra a la que se llama “Pequeña” burguesía. En realidad los grandes burgueses, los dueños del mundo, son hoy solo un puñado19. La mas extensa numéricamente es esta pequeña burguesía que –careciendo de grandes fortunas- está no obstante conformada por todos los que estén dispuestos a hacerle el trabajo sucio a los grandes burgueses a cambio de unas migajas de comodidad y un disfraz que los distinga públicamente de lo que ellos llaman “la Chusma”. A veces solo un carrito viejo, dos paletó al año y una “cajita feliz” de McDonald los fines de semana, son suficientes para comprar a estos infelices, mas baratos que judas. A la pequeña burguesía se le denomina también –muy confusamente- clase media. A ella se suscriben desde personas de relativa holgura económica, hasta algunos habitantes de los barrios y urbanizaciones populares que se identifican con esta clase. La clase media, consciente de los precarios privilegios que la separan de la miseria, asume con gusto la defensa de quien la explota, cumpliendo así un eficaz papel en la amortiguación de los conflictos sociales, cuya virulencia se incrementa en la misma medida en que ella tiende a verse disminuída. Pero no todo es sórdido y mediocre en esta clase social: De ella, por el acceso privilegiado a la educación y la posibilidad que esto 19 El 10 % de la población mundial detenta hoy el 85,1 % de toda la riqueza producida en el mundo, mientras que la mitad mas pobre de la población del mundo, vive con apenas el 1,1 % de la riqueza mundial.- Datos reportados por el Word Institute for Development Economic Research de las Naciones Unidas en un informe titulado “La distribucion mindial de la riqueza de los hogares“ (marzo de 2007).http://vectoreconomico.commx/files/pdfs/r19032007.pdf
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abre a la liberación de la conciencia, han surgido casi siempre los grandes revolucionarios, desde Savonarola o Lénin hasta el Che y Mao Tze Dong. Ellos trascendieron su condición burguesa superando la falsa conciencia a que nos referíamos arriba. Ser burgués –grande o pequeño- significa de forma relevante no asumir responsabilidad social alguna. El burgués percibe a la sociedad como el espacio de lucha y competencia donde tiene que hacer prevalecer su individualidad. Burgués y Capitalista son términos estrechamente emparentados, pero no intercambiables. Capitalista es el burgués dueño de algún medio de producción, del que hace uso para explotar la fuerza de trabajo ajena y apropiarse del valor que aquella produce. Los capitalistas, además de su carácter depredador, han jugado a través de la historia otro papel no tan deslucido, puesto que sobre ellos ha recaído desde el siglo XV, el mérito de arriesgar vida y fortuna en los grandes descubrimientos científicos, la revolución industrial y en general todos los avances técnicos cuya concreción comportó muchas veces riesgos personales de todo tipo. Vale mencionar que esa suerte de capitalista “heróico“, emprendedor y valiente, suele ser mas un personaje de leyenda que un ser de carne y hueso. Si alguna vez existió, es algo que pertenece a la historia y como bien sabemos, muchas historias se construyen desde el presente y al gusto y medida de quien las inventa. Pero en todo caso, esta es la cara que le gusta exhibir a la burguesía, aunque desgraciadamente, como Jano20, tiene dos. 20 Jano (en latín Janus) es, en la mitología romana, un dios que tenía dos caras contrapuestas, Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales y simboliza la dualidad con que puede siempre percibirse todo lo que existe. Le
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Solo con observar nuestro tiempo histórico, podemos constatar que los capitalistas enjuagan sus inmundicias con coleto ajeno. Lejos de tomar riesgos, los tercerizan21 y siempre que pueden, externalizan sus costos22. Solo reivindican la libertad de comercio cuando los negocios van bien, pero si acaso pierden, entonces exigen o imploran que entre todos les paguemos los platos rotos. Hoy, sin ir muy lejos estamos presenciando cómo los estados capitalistas fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a Enero).- Es el dios de los cambios y las transiciones, de los momentos en los que se traspasa el umbral que separa el pasado y el futuro. Su protección, por tanto, se extiende hacia aquellos que desean variar el orden de las cosas. Se le honraba cada vez que se iniciaba un proyecto nuevo, nacía un bebé o se contraía matrimonio.- A Jano se le atribuía entre otras cosas la invención del dinero, las leyes y la agricultura. 21 Según la lógica neoliberal, “la tercerización es un mecanismo para mejorar la competitividad empresarial contratando personal o desarrollo de funciones con empresas especializadas, en las cuales no se tiene eficiencia o especialidad profesional”. No obstante, los verdaderos propósitos de la tercerización son: • Acentuar el modelo neoliberal. • Desnaturalizar la esencia de la relación obrero – patronal. • Organizar la producción para los fines empresariales de mayor producción, con menor inversión, principalmente en salarios. • Favorecer los propósitos económicos y tributarios de los empleadores. • Desregularizar la legislación laboral existente. • Incrementar la dispersión laboral. Oña Pardo, Fernando. La tercerización: otro mecanismo de explotación del neoliberalismo [en línea], 26-04-2006. Disponible en:http://www.voltirenet.org/article138335. html [Consulta: 12-03-25-01-2009].- La tercerización laboral en Venezuela ha sido el objeto de las mas importantes luchas obreras de los últimos años, con especial relevancia en los casos de la industria petrolera y la Siderúrgica del Orinoco. 22 El término “externalizar costos” es una manera mas o menos elegante de referirse a un inmenso catálogo de trampas y subterfugios de que se valen las empresas para cargar a terceros el pago de ciertos costos de producción, siempre con el fin de maximizar la ganancia. Ejemplos sobran: Muchas fábricas contaminan irresponsablemente el ambiente de mil maneras, en lugar de invertir en la disposición segura de sus deshechos tóxicos. De ese modo es la comunidad la que tiene que pagar servicios de salud o impuestos para que el Estado asuma los procesos de descontaminación ambiental, etc. Así, algunas mercancías pueden venderse por debajo de su costo total de producción, asumiendo que los costos asociados a la contaminación ambiental serán pagados por terceros.
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centrales o metropolitanos –eso que se denomina el G-8- regalan obscenamente a los bancos quebrados del mundo, billones de dólares que pagaremos con mas miseria, con mas hambre, con mas depredación, el resto de la humanidad. La burguesía, que empezó a asaltar el poder hace ya quinientos años, desplazando primero a la nobleza feudal y luego a las propias monarquías absolutas de Europa, consolidó su hegemonía con la Revolución Francesa (1789). A partir de entonces, la burguesía se va a autoproclamar depositaria de las aspiraciones de toda la sociedad, reivindicando en legitimación de su poder político, una suerte de misión histórica que supuestamente le otorgaría la defensa del “bien común”23. Este discurso, que fue sumamente eficaz para la demolición del denominado “antiguo régimen” con sus cortes y reyes absolutos, fue poco a poco perdiendo el consenso. “La rebelión de los tejedores lioneses de 1831, las coaliciones de 1833, en ocasión de las cuales L´Echo de les Fabriques (El eco de las Fábricas) anunciaba: “Toda la clase de los trabajadores se agita y marcha a la conquista de un mundo nuevo”; las insurrecciones parisienses de 1839 y 1840, que coinciden con 23 Se entiende como Bien común, el conjunto de condiciones que permiten la vida social.- No se refiere a la suma de los bienes particulares de cada uno de los miembros de una sociedad y por el contrario, solo se logra mediante la colaboración de todos. El bien común exige de cada quien la prudencia y la declinación de privilegios, particularmente, de aquellos que ejercen el poder político.- Este concepto surge por primera vez en la Suma Teológica de Tomas de Aquino. En en la cuestión 98, cuando se refiere a la esencia de la ley afirma: “no es más que una prescripción de la razón, en orden al bien común, promulgada por aquel que tiene el cuidado de la comunidad”. Bien Común [en línea], 30-07-2009. Disponible en:http://es.wikipedia.org/wiki/Bien_común [Consulta: 12-03-2009]
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Esta insurrección constituyó el primer intento consciente de revolución socialista al demoler definitivamente la ilusión de la armonía de clases que sustentaba el discurso burgues24 y casi simultáneamente, la Liga de los Comunistas dio a la imprenta el Manifiesto Comunista redactado por Carlos Marx, donde se proclamaba por primera vez que “la historia de la sociedad humana es la historia de la lucha de clases” [Marx: 1955].
clases, comparten intereses y una ideología que sustenta y en ocasiones oculta esos intereses. De modo que mientras, mediante un cambio civilizacional, no se supere la lucha de clases, toda sociedad desarrollará oligarquías cuya expresión más resaltante en la modernidad han sido todos los partidos políticos de que se tenga noticia [Michels: 1969]. Estos, terminan siempre por ser dirigidos desde cúpulas donde un reducido número de cuadros, pretende ser capaz de marcar el rumbo de la historia… Hasta que –casi siempre demasiado tarde- acaban por enterarse de que solo estan haciendo el eterno papel del aprendiz de brujo.
En 1871 se proclamó La Comuna de París en cuya brutal represión, de nuevo la burguesía mostró descarnadamente su carácter beligerante de clase y su firme intención de retener el poder político mediante la consolidación de estructuras oligárquicas que han sobrevivido hasta el presente.
La oligarquía burguesa –que es el verdadero brujo, el dueño del circo- se reserva siempre el poder fáctico que otorga la propiedad sobre los medios de producción, pero si puede evitarlo declina su presencia pública a favor de lacayos que por una lamentable confusión, reciben el nombre de políticos.
la aparición del diario L´Atelier (El Taller) y el proyecto de la Unión Obrera de Flora Tristan” [Bourgin: 1966], precedieron a la primera revolución proletaria que estalló en París en junio de 1848.
Para comprender plenamente lo que esto significa, es conveniente abordar el concepto de oligarquía en su sentido mas llano y limpio de matices peyorativos: La oligarquía es una forma de gobierno donde el poder descansa en manos de unas pocas personas que en el seno de cualquier sociedad escindida en 24 La última revolución protagonizada por una suerte de alianza entre burgueses y proletarios, logró en febrero de 1848 la huída del rey Luis Felipe y la proclamación de la República Social, pero ya en Junio era evidente la fractura de la Asamblea, dominada por la burguesía, de modo que los obreros de los Talleres Nacionales se sublevaron. Durante tres días las calles de París fueron un campo de batalla donde al final se impuso la Asamblea burguesa y su fiel ejército: “mas de 3000 insurrectos fueron pasados a cuchillo… y 15000 fueron deportados sin juicio” según relatan Carlos Marx, [Marx: 1955] y Alexis de Tocqueville [Tocqueville: 1994].
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6.- ALIENACIÓN No podremos aquí agotar un tema que ha sido motivo de extensos y profundos trabajos filosóficos. “La Fenomenología del Espíritu” (1807) de Hegel, los “Manuscritos Económico Filosóficos” (1844) y en general toda la extensísima obra de Marx, la “Teoría de la Alienación en Marx” (1970) de István Mészarós o el ensayo “Marx y la Alienación” (1974) de Ludovico Silva son apenas ejemplos descollantes de la atención que este concepto ha merecido desde hace por lo menos doscientos años. Alienación significa literalmente separación, extrañamiento y significa también expropiación. Cuando hace dos y medio millones de años, algún lejano antepasado de nuestra especie –el homo habilis- tuvo la iniciativa de valerse de una piedra para cascar la nuez de algún fruto, en lugar de poner en peligro sus dientes, estaba extendiendo sin saberlo su propio tiempo de vida. Esta habilidad para valerse de herramientas, en apariencia tan simple, hoy la podemos seguir observando en la conducta de los grandes simios (gorilas, chimpances y orangutanes) y marca el inicio de un cambio trascendental en la evolución de la vida. A partir de entonces, el uso de una variedad creciente de herramientas y el incremento en la complejidad y especialización de las mismas, aceleró la trayectoria humana hacia la Revolución Neolítica de la que ya se dió cuenta en páginas anteriores. Los humanos pudimos, a partir del momento en que fuimos capaces de producir más bienes de los que se requerían para la simple subsistencia diaria, iniciar un proceso de liberación
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de tiempo que no ha dejado de incrementarse hasta el presente. Solo que ese tiempo, que es tiempo de vida de cada uno de nosotros y del que en justicia todos deberíamos disponer libremente, nunca estuvo ni está todavía a disposición de quien lo libera y solo se traduce para la mayor parte de la humanidad, en una expansión de las diferentes formas de trabajo obligado que han surgido a lo largo de la historia, tiempo invertido en producción de una siempre creciente cantidad y variedad de mercancias. Para Marx, la alienación nació junto con la propiedad privada, la división del trabajo y la producción de mercancías, porque es la expropiación impuesta a los productores, del tiempo de vida que objetivaron en sus productos, tiempo de vida que tiende a ser total cuando se logra suprimir cualquier margen de libertad del trabajador para convertirlo, tal como también diría Marx, en capital, porque “el capital es el hombre totalmente sustraido de si mismo” (Marx:1987: 606). Estar alienado resulta algo tan cotidiano, tan cercano, tan común, que la alienación permaneció largo tiempo concebida en otros términos. Para Hegel, la alienación se manifiesta como “conciencia desventurada, desdoblada en si misma” (Hegel:1966:128). Quienes hayan visto la película “Tiempos Modernos”, recordarán cómo la desventura de un trabajo repetitivo, embrutecedor y extenuante, vuelve loco (alienado) a Charles Cháplin. Nos dice Mészáros que “Gramsci, en el tiempo en que estaba ya gravemente enfermo en prisión, seguía repitiendo: El tiempo es la cosa mas importante, es
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un simple seudónimo de la vida“ (2009: 27). Esta es una idea emparentada con la que enunciamos en párrafos anteriores, cuando decíamos que la única propiedad privada con la que cada uno nacemos, es nuestro particular tiempo de vida. Pero lo expresado por Gramsci es mucho más radical: Todos los seres vivos somos tiempo, somos devenir.
dido y entrechocado desde hace milenios, que había en ellas una señal siempre presente, como una obsesión insalvable que yo resumiría así: lo que oculta la propiedad es el miedo a la muerte... La primera ambición de los hombres, la que los guía antes que cualquier otra cosa, es la de ser, durar, retrasar la muerte.“ (Atali:1989; 14).
De todos los seres vivos, los humanos somos los únicos que tenemos conciencia del tiempo, que equivale a decir autoconciencia. El tiempo se nos presenta como manifestación de los cambios que observamos fatales en nosotros mismos y en la realidad que nos rodea. Cambios a los que contribuímos cuando son expresión del trabajo humano, que es trabajo consciente, transformación de la voluntad en acto, expresión de poder y finalmente, transformación de una parte de nuestro ser-tiempo, en objetos nacidos de nuestras propias manos, objetos en los que se congela, se cristaliza una parte de nuestro ser. Por esto Wittgenstein descubre que “el mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas“ (Wittgenstein : 1997: 15)
Simbólicamente pues, la apropiación del tiempo de vida ajeno que se cristaliza en cualquier mercancía, estaría en el fondo de toda compulsión de consumo, como veremos mas adelante. No es sino la vana pretensión de durar mas, expropiando el tiempo de vida de otros.
La alienación se materializa cuando la objetivación de una parte de nuestro tiempo de vida -es decir, el producto de nuestro trabajo-, nos es expropiado y transformado en mercancía. A su vez, la compulsión que lleva a unos a expropiar el tiempo de vida de otros, y convertirlo en mercancía, puede interpretarse como expresión del miedo a la muerte que comparte todo el género humano. Jacques Atali expresa claramente esta idea: “Me ha parecido descubrir detras de cada una de las concepciones de la propiedad que se han suce-
Mas allá de la reproducción de la especie como entidad biológica, los seres humanos nos autorrealizamos en el trabajo, entendido como una actividad colectiva y consciente, mediante la que nos apropiamos de la naturaleza para transformarla produciendo a partir de ella bienes culturales. Pero como todo lo que transformamos nos transforma, también nosotros –los humanos- somos seres específicamente culturales y de ello depende esa autorealización, que algunos prefieren llamar “el sentido de la vida“. Solo realizamos (hacemos real) nuestra propia humanidad socializando y solo mediante el trabajo socializamos plenamente y adquirimos dignidad25. 25 Nos vamos a encontrar repetidamente con esta palabra, por eso es conveniente hacer algunas precisiones. La dignidad debería ser inherente a todo ser humano, en la medida en que todo ser humano –tal como lo enunció Emmanuel Kant- es un fin en sí mismo y no debería ser considerado como medio para fines ulteriores. Por desgracia, todos sabemos que esto no es así. Millones de seres humanos en el mundo entero son diariamente sacrificados en nombre de fines ulteriores. Eso pasa en las guerras, en el hambre y en el
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Pero cuando el producto de nuestro trabajo nos es alienado, enajenado, expropiado, esa adquisición de dignidad no se realiza. Y concluímos siendo seres invisibles socialmente, cuya dignidad se agrega a las mismas mercancías que produjo nuestro trabajo. Por eso es notorio que pese a ser el trabajo el rasgo distintivo de nuestra condición humana, la inmensa mayoría de los seres humanos en nuestro entorno, lo aborrecen y solo sienten cierto alivio, cierta autorealización, cierto acceso a la libertad que no es otra cosa que el dominio sobre la propia contingencia, sobre el propio devenir, fuera del tiempo dedicado al trabajo. De modo que para nadie suena extraño que llamemos “tiempo libre“, al que disfrutamos luego del tiempo de trabajo. Por eso, la apropiación del tiempo de los otros a través de su producción material, prolonga material y simbólicamente también, la vida de quien expropia a terceros. La humanidad alienada termina naturalizando esta triste realidad mediante nociones ideológicas que proporciona la religión. Baste recordar como nos enseñaron desde niños que:
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cirá, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.» (Génesis, Cap. 3) De modo que si por un lado, nuestra condición humana pende fatalmente de nuestra participación en esa actividad social que llamamos trabajo, por otra parte ese mismo trabajo nos hace profundamente infelices, asi que sin encontrarle una explicación a semejante contrasentido, muchos terminan aceptando resignadamente la maldición de Yahveh. A esta tensión de la conciencia es a la que Hegel se refirió como “conciencia desventurada, desdoblada en si misma”. Es en el plano de la conciencia, en el desarrollo del espíritu, donde Hegel despliega su concepto de alienación, adquiriendo este en todo el sistema filosófico hegeliano una extraordinaria dimensión, ya que a su juicio es la alienación de la autoconciencia la que posibilita la objetivación y reconocimiento tanto de la naturaleza como de la sociedad.
(Yahveh Dios) Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te produ-
“Para Hegel, los individuos solo pueden reconocer su autoconciencia a través del proceso de extrañamiento [alienación] que implica el reconocimiento de otros individuos... lo cual quiere decir que la autoconciencia que no se realice a través del reconocimiento recíproco con otros individuos es nada.“ (Guadarrama: 2008)
trabajo alienado. Algunas gentes confunden dignidad con soberbia o creen que la dignidad es algo que se pone como un abrigo o un sombrero, pero no es así: La dignidad es un atributo que nos otorgan los demas en la medida en que nuestra presencia es relevante. Yo no puedo declararme digno (del Latin: dignitate) si no lo dictan (del Latin: dictare) los demás y ese es el sentido final del pensamiento del Libertador: “Ser útil para ser digno“
Hay pues en Hegel una percepción positiva de la alienación, puesto que la visualiza asociada al surgimiento de la autoconciencia y concluye que “aquello mediante lo cual el individuo tiene aquí validez y
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realidad, es la cultura“ (Hegel: 1966:290). Es decir, que el individuo alcanza su “validez y realidad“en el proceso de reconocimiento mutuo con los otros individuos, con la humanidd en su conjunto. A partir de Marx, la alienación se concibe como expresión de la explotación del hombre por el hombre y se materializa en la pérdida de autonomía y libertad de una clase social –el proletariado- víctima de la explotación a la que le somete otra clase social hegemónica –la burguesía-. El hombre alienado se transfigura en cosa, deja de ser un fin en sí mismo para convertirse en un medio mas, dentro de un proceso productivo impersonal y autónomo, que transforma en mercancía todo lo que abarca, incluídos los mismos productores, los seres humanos. Si hace ya 2500 años que Protágoras de Abdera nos legó la noción de que el hombre es la medida de todas las cosas (Homo omnium rerum mensura est), el capitalismo ha obrado el milagro maldito de que las cosas sean la medida de todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Teniendo la alienación su orígen en las relaciones de producción, no se circunscribe a ellas. Se manifiesta también como alienación religiosa, política e intelectual. Está presente en el conflicto de género y en toda otra forma de relación entre víctimas y victimarios. En cierto modo, la teoria marxista podría interpretarse como un inmenso esfuerzo por comprender y eliminar las causas de la alienación en tanto que fuente del sufrimiento humano.
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7.- CONSUMO Y CONSUMISMO Hemos ya señalado en forma reiterada que durar es el impulso básico de la vida, y consumir es condición insoslayable para todo ser vivo. Para durar, cualquier organismo vivo debe alimentarse, intercambiar con su entorno inmediato, tomando de el los componentes que requiere su alimentación, su seguridad y su reproducción. A su vez, toda forma de vida debe expulsar de sí la materia degradada, los deshechos que no podría acumular indefinidamente sin afectar su propia duración. Este proceso de intercambio se repite idéntico a si mismo en todo ser vivo independientemente de la “unidad orgánica” (Maturana: 1985) donde lo encontremos: 1. La célula –unidad de primer grado- se apropia de nutrientes a través de su membrana y por esa misma membrana expulsa las toxinas que produce su metabolismo. 2. Todas las formas metacelulares de vida –unidad de segundo grado-, desde un hongo hasta los mamíferos superiores, manifiestan el mismo comportamiento. En particular, los humanos consumimos una enorme variedad de objetos, desde alimentos hasta automóviles o bolsas plásticas y devolvemos al entorno montañas inimaginables de basura caótica compuesta de plásticos, chatarra, materia orgánica en descomposición y una variedad casi infinita de productos tóxicos.
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3. Y así mismo, la unidad de tercer grado, donde se ubican todas las formas asociativas de los organismos metacelulares, desde la colmena o el hormiguero hasta la sociedad humana, se relacionan con su entorno bajo el mismo proceso de intercambio. En particular, el capitalismo, en tanto que formación económico-social de nuestro tiempo histórico, se sostiene desde hace ya quinientos años, tal como lo apunta Samir Amin (Amin: 2005) mediante un intercambio desigual entre un centro y una periferia que reproducen el coportamiento básico de una célula viva. Tema sobre el que nos detendremos mas adelante. Vemos pues que el consumo como tal, es condición ineludible para el mantenimiento de la vida y es por lo tanto el sustrato elemental de cualquier valoración moral. Mal podríamos criticar el consumo cuando todo el contenido polietico26 de nuestro accionar remite a la lucha por un mundo mas justo donde el acceso a los bienes básicos que sostienen la vida, esté al alcance de todo ser humano. Enrique Dussel nos dice que “un principio universal de toda ética es la obligación de producir, repro26 Entendida como deseo de fundir ética y política, la poliética es ... una propuesta normativa, no siempre explícita, que arranca de dos observaciones paralelas. En primer lugar, se reconoce que la separación entre ética y política, establecida en los orígenes de la modernidad europea, tiene fundamento metodológico pero ha sido pervertida en la vida práctica de las sociedades [bajo la excusa cínica de la “Realpolitk“ que abraza el dogma maquiavélico de que el fin justifica los medios]. En segundo lugar, la poliética se sustenta en la observación de que los principales problemas que llamamos políticos remiten a principios éticos insolventables y, viceversa, que no hay asunto relativo a los comportamientos privados que no acabe en consideraciones políticas o jurídico-políticas. http:// librodenotas.com/article/3723/poli233tica (Consulta 31/12/2009)
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ducir y desarrollar la vida humana concreta de cada sujeto ético en comunidad” (Dussel:1998:91). Y nos muestra cómo los mismos evangelios cristianos, originados en Alejandría, reivindican tres preceptos fundamentales de la ética material: Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento y dar posada al peregrino La ciudad de Alejandría era hace dos mil años, un crisol donde se fundieron las grandes corrientes religiosas de la antigüedad. Estas, junto a la tradición mística hindú fueron profundamente influidas por la filosofía neoplatónica27. Era ciudad donde por al menos tres siglos, convivieron griegos, judios, egipcios y finalmente romanos, de modo que los evangelios recogieron muchos elementos de la tradición milenaria de los pueblos bantú, que llegaron hasta nosotros a través del Libro de los Muertos del antiguo Egipto. Una tradición muy antigua asegura que en el año 61, San Marcos fué el primer cristiano que llegó a Alejandría para predicar la nueva religión. La misma tradición cuenta que el primer cristiano convertido fue Aniano, de oficio, zapatero. San Marcos le curó la herida de una mano y al mismo tiempo le habló del significado del cristianismo. Desde esos tiempos de predicación, los cristianos de Alejandría y del resto 27 Según los neoplatónicos, el principio de todo lo existente es la unidad absoluta, lo Uno, realidad suprema, de la que surgen todas las demás realidades por emanación. El primer ser emanado del Uno es el Logos, que contiene las Ideas de las cosas posibles. Después, el logos engendra el Alma, principio del movimiento y de la materia. El Uno, el Logos y el Alma son las tres hipostasias de la Trinidad neoplatónica.
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de Egipto mantuvieron una gran tradición evangélica. San Marcos fue perseguido bajo el mandato del emperador Neron y en el año 62 fue martirizado y muerto. Nuevamente nos señala Dussel que: “la existencia cotidiana del Egipto se tejió en torno al culto de sus muertos o de los ancestros, procedente del Sur, de los pueblos bantúes, negros. La culminación de dicha eticidad se encuentra ya en la alta cultura egipcia del IV milenio a.C., cuando se organizó la vida en torno a dicho culto. La «afirmación de la vida» recorrió uno de sus posibles caminos: la vida terrestre es valiosa, lo mismo que la corporalidad; por ello el muerto retoma la carnalidad (resucita) después de la muerte empírica, para nunca más morir. El principio individual de la persona (ka), que se recibe con el nombre propio… sobrevive a la muerte. La «carne» es valiosa, tiene sentido, se la momifica, se la perfuma, resucita para toda la eternidad.· Esto abre todo un horizonte de normas éticas concretas de gran positividad carnal, histórica, comunitaria. Ante el Juicio final, la persona, el ka, exclama: No cometí iniquidad contra los hombres. No empobrecí a un pobre en sus bienes. No hice padecer hambre. No añadí peso a la medida de la balanza. No robé con violencia. No robé pan. Satisfice al dios cumpliendo lo que él deseaba. Di pan al hambriento, agua al sediento, vestí al que estaba desnudo y una barca al náufrago. ¡Hacedle venir!, dicen los dioses hablando de mí. ¿Quién eres tú?, me dicen. ¿Cuál es tu nombre?, me preguntan” (Dussel: 1998:26) Luego de este largo recorrido en el tiempo, no puede albergarse duda alguna respecto de la rela-
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ción necesaria que existe entre consumo y vida. No obstante, el seno de la sociedad capitalista que nos toca vivir, hace tiempo que el consumo superó el umbral de las básicas necesidades humanas, que están determinadas por el impulso de producción y reprodución de la vida. Como hemos ya demostrado anteriormente, la persona humana ha sido desplazada como sujeto histórico, ha sido despojada de su dignidad a favor de la mercancía. El consumo ha dejado de ser una necesidad humana para convertirse en una condición del mercado. Y el mercado actúa como una nueva religión en el más estricto sentido del término ya que se constituye como cualquier religión del pasado, en el tejido conectivo de la sociedad –la sociedad de consumo-. El dios mercancía exige el sacrificio humano del consumo. Cada acto de compra se convierte simbólicamente en una forma nueva de eucaristía28, donde los feligreses ingieren el sagrado cuerpo del señor –la mercancía en este caso-. Por eso, el sujeto humano se ve compulsado de mil maneras a consumir y por eso, las grandes mayorías van hoy a las catedrales del consumo –los centros comerciales-, en lugar de asistir a misa. Las conductas del animal humano las determina hoy la publicidad, lo presionan todas las formas del reconocimiento social derivadas del consumo sin el que se siente en desamparo. Hoy ser y tener son verbos 28 La Eucaristía (del griego: Εuχαριστία eucharistia, „acción de gracias“) es uno de los principales ritos cristianos, llamado también comunión, „Cena del Señor“ o „Santa Cena“. Según la tradición del catolicismo, es „el sacramento del sacrificio del Cuerpo y de la Sangre de Jesucristo, instituido por él mismo para perpetuar en los tiempos venideros, hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz“.Quien realiza este acto es únicamente el sacerdote y los materiales son el pan de trigo y el vino de vid. (http://es.wikipedia.org/wiki/Eucarist%C3%Ada) (Consulta 21/03/2010)
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intercambiables. Del consumo necesario, la gente ha pasado al consumismo, que es la contrafigura simétrica de la alienación. En el caso de Venezuela –que no creo que sea particularmente original- el pueblo es infectado con la ideología dominante a través de los medios masivos de incomunicación y mediante estímulos publicitarios. Las telenovelas hacen soñar a la sirvienta que su condición de víctima no se resuelve mediante un cambio en las relaciones sociales de producción –seguramente ni siquiera sabe con que se come esosino en la fortuna de que el señor de la casa se enamore de ella y le ponga una mansión en La Lagunita. Los programas de concurso o esos bodrios que ahora llaman “reality show”, en su aparente inocencia, condicionan expectativas de vida que adormecen o anulan todo impulso reivindicador de la dignidad humana. La niña que mueve el culito frente a las cámaras de Venevisión, es la futura jovencita que se prostituírá en las garras de Osmel Sousa y terminará en Guantánamo halagadísima por la mirada babeante de los marines. La publicidad es una verdadera ciencia que apela al inconsciente, colectiva e individualmente, generando conductas y pulsiones que favorecen el consumo. El pobre va todos los fines de semana a Sambil, le compra unas cotufas o un helado a los niños y pasa la tarde entera contemplando vidrieras para imaginarse cómo podría vivir si tuviera real. Pero esto, lejos de indignarlo, le produce una sensación de bienestar. Es un consumo simbólico que le otorga cierta dignidad en el seno de una sociedad donde el sujeto histórico no es el ser humano, sino la mercancía.
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Consumo y consumismo son dos cosas radicalmente distintas. Podríamos concluír que hay un consumo necesario y un “consumo consumista”. Este último responde a una pulsión29 que nace de la “conciencia desventurada” que señalaba Hegel. El consumismo es una carrera atolondrada e inútil que emprenden los hombres y mujeres en pos de las mercancías que les despojaron de su tiempo de vida, sin comprender que esa mercancía es un fetiche y que el tiempo de vida perdido no se recupera por la posesión de ningun objeto. Este es justamente el error dramático que comete el Ciudadano Kane30. El consumismo acelera la obsolescencia de cosas y personas que a fin de cuentas, en el reino del mercado son cosas también, y ese ritmo permanentemente acelerado del ciclo consumo-obsolescencia, genera montañas indescriptibles de basura. Basura tóxica y contaminante en el mundo rico del norte y basura humana en el mundo pobre del sur. Eduardo Galeano nos dice que “Los 24 países desarrollados que forman la Organización para la Cooperación en el Desarrollo Económico producen el 29 Dentro de la teoría freudiana, se denomina pulsión a una fuerza interior que derivada de tensiones somáticas, impulsa hacia la satisfacción de un deseo sin que medie ninguna racionalización. La pulsión tiene un componente somático y otro psíquico y a diferencia del instinto no se fija en un objeto fijo y predeterminado. Las pulsiones pueden nacer de fuentes diversas: Hay una pulsión de vida (eros) y una pulsión de muerte (tanatos), pero hay también pulsiones sexuales, pulsiones por el consumo y muchas mas. 30 Ciudadano Kane es una película dirigida, escrita, producida y protagonizada por el estadounidense Orson Wells, considerada como una de las obras maestras de la historia del cine. Relata la vida del magnate de la prensa Charles Foster Kane, quien fallece, acompañado solamente por sirvientes, y una montaña indescriptible de objetos adquiridos a lo largo de una vida signada por el consumismo y el poder.
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98% de los desechos venenosos de todo el planeta. Ellos cooperan con el desarrollo regalando al Tercer Mundo su mierda radioactiva y la otra basura tóxica que no saben dónde meter. Prohíben la importación de sustancias contaminantes, pero las derraman generosamente sobre los países pobres. Hacen con la basura lo mismo que con los pesticidas y abonos químicos prohibidos en casa: los exportan al Sur bajo otros nombres“.31 El consumismo, cuya semilla se encuentra probablemente en el consumo suntuario de las clases dominantes, desde el inicio mismo de la civilización, adquirió presencia consciente, se derramó sobre todas las clases sociales y se aceleró como consecuencia directa de la lógica interna del capitalismo. La causa final para la producción de bienes y servicios que hasta un cierto momento se creía destinada a satisfacer necesidades humanas, sufrió en el procero de expansión y reproducción del capital, una inversión perversa. Esa misma producción se orientó a satisfacer las necesidades de expansión del mercado capitalista, con el auxilio de técnicas como la mercadotecnia y la publicidad, que permiten manpular los deseos y conductas humanas y crear artificialmente necesidades sentidas, pulsiones de consumo que la persona humana no hubiera reconocido sin un estímulo externo. Marvin Harris (Harris: 1992:118,119) explica que: “Tras la aparición del capitalismo en la Europa occidental, la adquisición competitiva de riqueza se convirtió una vez más en el criterio fundamental para alcanzar el status de gran hombre. Sólo que en 31 http://www.patriagrande.net/uruguay/eduardo.galeano/escritos/uselo. y.tirelo.htm
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este caso los grandes hombres intentaban arrebatarse la riqueza unos a otros, y se otorgaba mayor prestigio y poder al individuo que lograba acumular y sostener la mayor fortuna. Durante los primeros años del capitalismo, se confería el mayor prestigio a los que eran más ricos pero vivían más frugalmente. Más adelante, cuando sus fortunas se hacieron más seguras, la clase alta capitalista recurrió al consumo y despilfarro conspicuos en gran escala para impresionar a sus rivales. Construían grandes mansiones, se vestían con elegancia exclusiva, se adornaban con joyas enormes y hablaban con desprecio de las masas empobrecidas. Entretanto, las clases media y baja continuaban asignando el mayor prestigio a los que trabajaban más, gastaban menos y se oponían con sobriedad a cualquier forma de consumo y despilfarro conscpicuos. Pero como el crecimiento de la capacidad industrial comenzaba a saturar el mercado de los consumidores, había que desarraigar a las clases media y baja de sus hábitos vulgares. La publicidad y los medios de comunicación de masas aunaron sus fuerzas para inducir a la clase media y baja a dejar de ahorrar y a comprar, consumir, despilfarrar o gastar cantidades de bienes y servicios cada vez mayores. De ahí que los buscadores de status de la clase media confirieran el prestigio más alto al consumidor más importante y más conspicuo.“ El consumismo es a su vez una expresión del modo en que la mercancía se transfigura en un fetiche32. Por eso es que el intercambio de mercancías 32 El fetichismo es una relación social entre personas mediatizada por cosas. Su consecuencia es la apariencia de una relación directa entre las cosas y no entre las personas. Las personas se manejan como cosas y las cosas, como personas.
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es la única manera en que los diferentes productores se relacionan entre sí. El valor de las mercancias es independiente de cada productor individual, porque cada productor debe producir su mercancía en términos de la satisfacción de necesidades ajenas. Hasta que la mercancía misma termina determinando la voluntad del productor y no al revés. Marx afirma que el fetichismo es algo intrínseco a la producción de mercancías33, ya que en la sociedad mercantil el proceso de producción se hace autónomo de la voluntad del ser humano. Tal autonomía sólo desaparecerá cuando el ser humano controle de manera consciente al proceso de producción, lo cual sólo puede hacerse aboliendo la propiedad privada sobre los medios de producción.
33 “ A primera vista, parece como si las mercancías fuesen objetos evidentes y triviales. Pero, analizándolas, vemos, que son objetos muy intrincados, llenos de sutilezas metafísicas y de resabios teológicos... ¿De dónde procede, entonces, el carácter misterioso que presenta el producto del trabajo, tan pronto como reviste forma de mercancía? Procede, evidentemente, de esta misma forma. En las mercancías, la igualdad de los trabajos humanos asume la forma material de una objetivación igual de valor de los productos del trabajo, el grado en que se gaste la fuerza humana de trabajo, medido por el tiempo de su duración, reviste la forma de magnitud de valor de los productos del trabajo, y, finalmente, las relaciones entre unos y otros productores, relaciones en que se traduce la función social de sus trabajos, cobran la forma de una relación social entre los propios productos de su trabajo. El carácter misterioso de la forma mercancía estriba, por tanto, pura y simplemente, en que proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo de éstos como si fuese un carácter material de los propios productos de su trabajo, un don natural social de estos objetos y como si, por tanto, la relación social que media entre los productores y el trabajo colectivo de la sociedad fuese una relación social establecida entre los mismos objetos, al margen de sus productores. Este quid pro quo es lo que convierte a los productos de trabajo en mercancía, en objetos“ (Marx: 1964: Tomo I, Paj 36-37)
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8.- COMPETENCIA A todos nos enseñaron desde chiquitos que es bueno competir, que al que gana hay que admirarlo y respetarlo. De este modo, nos cuentan que Thomas Alba Edisón que murió millonario, empezó de niño vendiendo periódicos en el ferrocarril. Lo que nadie se toma la molestia de averiguar es que pasó con el resto de niños que como él, empezaron vendiendo periódicos y se murieron haciendo lo mismo. Y es porque estos, para los filósofos individualistas de quienes ya nos ocupamos arriba, son prescindibles, invisibles y torpes, son individuos poco aptos, o como le gusta decir al Sr. Kissinger, son “estómagos inservibles“... no compiten, no son competentes. Sin ir muy lejos, nuestros escuálidos viven convencidos de que el pueblo soporta sus carencias porque es flojo, es sinvergüenza y se pasa la vida “jalando caña”. Hay damas a las que no les cabe en la cabeza que siendo tan fácil ganar carretadas de dinero –tal como lo hacen sus maridos-, haya por ahí tanto ser humano que se gana la vida de jardinero o sirvienta. Y estas buenas señoras se dicen para sus adentros que si el mundo es así y si así lo hizo Diós... Sus buenas razones tendrá. Después de todo, esas son las sabias enseñanzas de obispos como Don Baltasar Porras. La palabra competencia aparenta tener múltiples significados. Se dice que cuando una persona tiene bien aprendido su oficio, es competente. También se oye frecuentemente hablar de jueces con competencia en este o aquel asunto. En temas del mercado se habla de libre competencia y todos hemos participado alguna vez en una competencia deportiva.
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A primera vista pudiera parecer que la palabra competencia sirve para designar muchas cosas diferentes. Sin embargo, en todos los ejemplos que hemos puesto hay algo en común. Siempre que hablamos de una competencia sabemos que alguien va a ganar y alguien va a perder, si alguien es competente, lo es en contraste con quienes no lo son. Esto es tan común, sucede tan a menudo que nos hemos acostumbrado a considerar la competencia como algo, no solamente normal sino incluso muy bueno y en el caso del deporte, hasta divertido. Enseñamos a los niños a competir porque sabemos que si no compiten les irá muy mal en la vida. Pero ¿Qué vida?: Debe quedar claro que nos referimos a la vida dentro de una sociedad –la nuestra- donde lo individual, que se afirma a través de la competencia, se pone por encima de lo colectivo, que se expresa siempre a través de la colaboración. Sociedad ésta, donde la razón instrumental se impone sobre la razón práctica. Hay quienes pretenden equivocadamente que “econimía de mercado” y “econimía capitalista” son dos modos de designar una sola cosa. Esta idea es falsa. En todo caso, ya vimos que el mercado existe desde que surgieron las primeras civilizaciones. Lo que si es característico del Capitalismo, es su virtud de convertir todo en mercancía, incluyendo a los seres humanos y convertir en consecuencia todas las relaciones humanas en relaciones mercantiles. Es dentro de este sistema que la idea de competencia adquiere toda su perversión porque se refiere a la
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competencia entre mercancías, aunque estas sean seres humanos. En el mercado capitalista, metafóricamente, las personas cuelgan de los mismos ganchos de carnicería que los pollos o los cochinos. Se ofrecen a quien pueda comprarlos. La única diferencia es que mientras del cochino lo valioso son las chuletas, perniles, y cierta gripe de cuyo fantasma se lucra la industria farmacéutica; de las personas lo valioso es su fuerza de trabajo, su capacidad de producir bienes para quien pueda comprarlos. Desterrar la competencia y aprender a vivir de forma solidaria, no es algo fácil ni sucede de la noche a la mañana. Requiere de una permanente búsqueda y experimentación de modos de vida y producción para cuya concreción no existen recetas o fórmulas infalibles. Al respecto, nos dice Claudio Katz que “discutir la sociedad futura exige tambien erradicar las miradas ingénuas del porvenir. El socialismo no surgirá espontáneamente de un colapso terminal del capitalismo ni creará un régimen sin contradicciones” [Katz: 2006] y sin competencia, agregamos nosotros. Es ese sentimiento colectivamente compartido, de que el que no compite no sobrevive, en este mundo donde al decir de Thomas Hobbes, “el hombre es el lobo del hombre”, el que llevó a Federico Nietzsche a proclamar que lo que mueve todas las acciones del animal humano es la voluntad de poder (Der Wille zur Macht). Entendiendo el poder como la dominación de los otros. Nietzsche, que veía en los instintos una fuerza que iba más allá del sólo impulso a sobrevivir, protegerse y reproducirse de todos los seres vivos, nunca vislum-
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bró la idea de que la voluntad de poder y su expresión: la competencia, no són cualidades universales y eternas sino herramientas de supervivencia en una sociedad que ha llevado al límite posible la lucha de clases. Desestimó siempre la idea de una forma diferente de convivencia, por eso terminó proporcionando sin proponérselo, el argumento central para una ideología nazi que no ha muerto y que hoy reaparece en el horizonte intelectual del capitalismo para dar sustento a una suerte de darwinismo social.
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Otros, anteriores a Nietzsche, creyeron encontrar en la competencia entre iguales, un mecanismo de equidad. Los llamados fisiócratas franceses, discípulos de Francois Quesnay y posteriormente Adam Smith, confiaron honestamente en la “mano invisible del mercado“. Imaginaron un mundo de justicia económica y equilibrio político a partir de la libre concurrencia al mercado entre iguales, pero la realidad mostró su feo rostro en los procesos de acumulación y miseria que acompañaron desde entonces a la expansión capitalista.
Desde las primeras civilizaciones de la antiguedad y hasta la consolidación de la Revolución Industrial34 durante los siglos XIX y XX, la principal actividad humana fué la agricultura y la domesticación de animales, pero desde la caida del Imperio Romano y hasta la extinción del sistema feudal durante el siglo XV, el escaso desarrollo de las fuerzas productivas, determinaba que el producto de toda actividad económica se destinara fundamentalmente a la subsistencia del propio productor y su entorno inmediato.
Cualquier intento de relatar la historia del capitalismo, no importa cuan resumido sea, tiene que iniciarse con una advertencia: La historia del capitalismo es la historia de Europa. Hoy es un sistema mundo que ciertamente se ha globalizado, determina la vida en todos los rincones del planeta porque la expansión es parte esencial de su naturaleza, pero se inició en el centro de Europa asociado como veremos, a catástrofes humanas de enorme importancia.
34 Lo que conocemos como Revolución Industrial, tuvo su periodo formativo desde mediados del S. XVIII hasta principios del S. XIX. Sin embargo, su extensión y consolidación fué un proceso muy desigual que abarcó todos los siglos XIX y XX. Las transformaciones esenciales que caracterizaron este proceso permitieron el reemplazo de las formas artesanales del trabajo por la producción industrial. Generalmente se acepta que la Revolución Industrial arrancó con el dominio tecnológico del vapor (Máquina de Watt), que permitió por primera vez transformar de forma práctica la energía térmica en energía mecánica. Sus primeras aplicaciones relevantes fueron el bombeo mecánico de agua en las minas de carbon y la mecanización de la industria textil en Inglaterra. La Revolución Industrial, significó también el perfeccionamiento de los procesos de combustión. El Uso de coque en lugar de carbon vegetal impuesto por Abraham Darby a partir de 1709, abatió enormemente el costo de producción del de hierro y el acero, transformando radicalmente los procesos de refinación del mineral de hierro (Alto Horno, 1709 y convertidor Bessemer, 1856). Todos estos desarrollos fueron a su vez esenciales a la expansión del comercio al propiciar el desarrollo de medios de locomoción mas eficientes, tanto en el mar (Barcos a vapor, 1836) como en tierra (Ferrocarriles, 1825).
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Lo producido revestía la de valores de uso. La sociedad feudal en su conjunto, producía solo un reducido excedente de diversos productos que con grandes dificultades se llevaban al mercado. Hasta este modesto comercio se veía limitado por las dificultades de transporte, por la inseguridad de los caminos y por la escasa disponibilidad de animales de tiro. De tal modo, la existencia de relaciones sociales de producción que pudiéramos llamar capitalistas, es decir, desarrolladas desde y para la producción de mercancías, se limitó durante muchos siglos al interior de pequeños enclaves productores de ciertas mercancías altamente especializadas. En los capítulos anteriores se intentó la definición simplificada de conceptos que nos permitan ahora una mejor comprensión del complejo sistema de relaciones sociales de producción bajo el que nos ha tocado vivir a todos. Sobre este sistema mundo, se ha escrito tanto que no queda la menor duda de que todavía no sabemos a ciencia cierta como otorgarle una definición. Sin contar a los grandes teóricos que alguna vez han escrito al respecto, con Carlos Marx a la cabeza, solo a modo de ilustración diremos para quien quiera corroborarlo que en Google, un conocidísimo motor de búsqueda en internet, podemos encontrar la intimidante suma de 8.460.000 entradas referidas a la palabra capitalismo. Probablemente esta notable condición se debe a que el sistema, ha demostrado una inmensa capacidad de adaptación al contexto histórico que el mismo va generando y bien sabemos que todo lo que tiene historia, carece de definición.
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Las descripciones clásicas del capitalismo lo muestran adscrito a tres etapas históricamente sucesivas: •El capitalismo mercantil •El capitalismo industrial •El capitalismo financiero Pero sería erróneo suponer que estas etapas se suceden de forma precisa y excluyente. En realidad, son fases del desarrollo capitalista que en el correr de los siglos, se fueron superponiendo o traslapando. Si en sus orígenes, el capitalismo se consolidó sobre todo a través del surgimiento de grandes centros de comercio donde confluía el mayor intercambio de mercancías, eso no significa que no hubiera expresiones germinales simultáneas de industria y finanzas tales como los talleres de forja y pudelado, la curtimbre de pieles o los primeros bancos de las ciudades-estado italianas. Hablar de etapas solo tiene el sentido de señalar la mayor relevancia de una de estas tres dimensiones del sistema, en momentos históricos sucesivos. Así, mientras que en el primitivo capitalismo predominaron las actividades mercantiles, los enormes cambio tecnológicos del S. XIX, provocaron la revolución industrial y en este capitalismo tardío y decadente que corresponde a nuestro tiempo histórico, són las actividades finacieras, la banca, las aseguradoras, etc. las que determinan el destino de todo el conjunto de relaciones sociales de producción que definen eso que llamamos sistema mundo capitalista. Ese sería pues el sentido último de la clasificación anterior.
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El capitalismo tiene algunos rasgos que parecen no cambiar nunca: •Solo produce valor en forma de mercancías y en consecuencia, solo cobra vida y se reproduce en el mercado. A este respecto llama la atención cómo el mismo Carlos Marx hace una primera definición del capitalismo en las líneas iniciales de su obra fundamental, El Capital, cuando señala: “La riqueza de las sociedades en que impera el régimen capitalista de producción, se nos aparece como un inmenso arsenal de mercancías“ [Marx, 1964] •Tal como acontece en la fábula del Rey Midas35, el capitalismo convierte en mercancía todo lo que toca, incluso las conciencias, las dignidades los afectos el sufrimiento, el placer y la be35 Según la mitología griega, Midas gobernaba el país de Frigia, poseía una gran fortuna y vivía en un castillo con un hermoso jardín de rosas. Tenía una hija a la que amaba profundamente de nombre Zoe. Lo hacia muy feliz la posesión de oro y todos los días contaba sus monedas por diversión. Un día el dios Dionisio llego a Frigia acompañado por Silenio (dios menor de la embriaguez). El rey Midas los reconoció y los invitó a pasar unos días en su palacio. Dionisio agradecido por su gentileza ofreció cumplirle cualquier deseo, a lo cual Midas respondió “deseo que todo lo que toque se convierta en oro”. A la mañana siguiente el rey Midas se despertó entusiasmado para comprobar si su deseo se había vuelto realidad. Extendió sus brazos tocando una mesita que de inmediato se transformo en oro. Corrió por todo su palacio tocando todos los objetos que tenia a su paso, pero al momento de desayunar no podía comer o beber ya que todo se transformaba en oro. Empezó a llorar y su hija al escucharlo se acercó a consolarlo pero al momento de abrazarlo, ella también se convirtió en oro. Midas desesperado le pidió al dios Dionisio que le quitara el poder de transformar todo en oro y este, conmovido le reveló que la única forma de revertir el don consistía en lavarse las manos en el rió Pactulo. Al hacerlo se percato de que una infinidad de pepitas de oro se acumulaban en el rió. Tomo una garrafa que lleno de agua y la vertió sobre su hija la cual volvió a la normalidad. El rey Midas regalo todas sus posesiones materiales y fue a vivir a una cabaña.
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lleza. Una vieja y conocida máxima describe el capitalismo de manera pura y simple: “lo único que no puede venderse es lo que no se tiene“ •El capitalismo propicia la usurpación de toda la riqueza que produce el trabajo de una sociedad, permitiendo que se acumule en el bolsillo de unas cuantas gentes –los capitalistas-. •Siendo su único objetivo el lucro del capitalista y la incesante reproducción del capital, se alimenta de una acumulación que crece indefinidamente, dentro de un ciclo espiral que se ensancha hasta estallar en lo que suele denominarse como “Crisis“. •Por eso, al estudiar la historia del capitalismo, es fácil corroborar cómo, estas crisis se han sucedido con frecuencia creciente durante toda la modernidad. Y siempre se superaron mediante la expansión del sistema a nuevos territorios, a nuevos pueblos, a nuevas fuentes de materia prima y de fuerza de trabajo explotable. Expansión forzada que siempre se ha materializado mediante guerras, genocidios y en general una inmensa cuota de sufrimiento humano. •La crisis actual del capitalismo, es sin duda alguna lo que los médicos llaman “una crisis terminal“, que hará estallar en pedazos este mundo globalizado en el que ya no existen posibilidades de expansión que no impliquen agotar para siempre todas las riquezas imaginables: Los minerales, los bosques, los mares, los cielos y finalmente los
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seres humanos, que desapareceremos irremediablemente si no somos capaces de acabar antes con este sistema perverso. En su forma más simple, la relación de producción capitalista podría describirse del siguiente modo: Alguien que posee los medios de producción, es decir, las máquinas y herramientas, los locales, los sistemas de transporte, o sencillamete, la riqueza acumulada suficiente par adquirir cualquiera de estos bienes, compra también la fuerza de trabajo de un conjunto de personas que no teniendo otro modo de subsistencia, convienen en trabajar para un tercero a cambio de un salario. Esta relación de producción simple existe desde tiempo inmemorial, pero en el mundo antiguo era una relación de producción marginal, concentrada en actividades y puntos geográficos muy precisos. No obstante, a partir del S. XIV el Capitalismo adquirió condición de “sistema mundo” en el centro de Europa, eliminando o minimizando hasta la invisibilidad cualquier otra relación social de producción. Este Sistema Mundo, como señalábamos al principio, fué en su orígen un fenómeno estrictamente europeo y surgió de una coyuntura o bifurcación histórica absolutamente insólita. Una conjunción de circunstancias que se dieron en Europa entre los siglos XII y XIV, hicieron posible que hace aproximadamente 500 años, este sistema adquiriera la hegemonía política y se extendiera al mundo entero. A partir de ese momento empezamos
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a hablar de “Sistema Mundo Capitalista” para significar que este sistema ha terminado de desplazar o eliminar cualquier otro modo de producción y de vida accediendo al control hegemónico del poder político. Durante toda la etapa que suele denominarse “la alta Edad Media“, Europa era desde una perspectiva global, una oscura y atrasada periferia. China el Mundo Islámico y las Altas Civilizaciones Americanas (Mayas, Incas y Mexicas), eran entonces los grandes centros civilizatorios del planeta. En Europa, durante la alta edad media, la actividad comercial era muy limitada. La economía giraba sobre la producción de alimentos y un discreto desarrollo tecnológico, proporcionaba los elementos indispensables a la supervivencia precaria. La producción de bienes materiales –como ya apuntábamos anteriormente- estaba dirigida a satisfacer el consumo directo del productor (valores de uso). Mientras que el excedente y en consecuencia el intercambio comercial se circunscribía a regiones muy pequeñas, tanto por la limitada cantidad de bienes acumulables y disponibles para el comercio, como por la dificultad de transportar esos bienes a grandes distancias. No obstante, durante todo ese periodo, la economía mercantil en el centro de Europa, se expandió anunque muy lentamente, creció la población y se abrieron nuevas tierras al cultivo a costa de una deforestación obligada no solo por la necesidad de ampliar las tierras cultivables, sino también por la demanda de leña, para el momento única fuente de la energía que resultaba indispensable para la cocción de alimentos, la calefacción en invierno, las actividades metalúrgicas, etc.
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Entonces, en algún momento del S. XIV, la expansión se detuvo como consecuencia de un conjunto de factores muy complejo que todavía hoy está bajo el estudio de las ciencias sociales. Algunas investigaciones relevantes señalan que el crecimiento de areas cultivadas no tuvo un correlato adecuado en la oferta del único abono disponible que era el excremento animal y el rendimiento de las cosechas disminuyó drásticamente. Además, la expansión de areas abiertas al cultivo tuvo el efecto de disminuir los rebaños, atizando el conflicto atávico entre agricultores y pastores. A esto hay que agregar también que el crecimiento poblacional y la ausencia de medidas higiénicas, contribuyeron al desarrollo y diseminación de las grandes pestes que asolaron Europa durante el S. XIV. En todo caso, las áreas cultivadas comenzaron a contraerse, Apareció la llamada peste negra36 que hoy se estima mató mas de un tercio de la población europea de la época. Con ella estalló una crisis 36 La peste negra fue una devastadora epidemia que asoló Europa en el siglo XIV y que, se estima, mató cerca de un tercio de la población del continente. La mayor parte de los científicos cree que la peste negra fue un brote de peste bubónica, una terrible enfermedad que se ha extendido en forma de pandemia varias veces a lo largo de la historia. La peste se contagia por las pulgas que porta la rata negra, que hoy conocemos como rata de campo.- La mayor epidemia del siglo XIV comenzó quizá en algún lugar del norte de la India, probablemente en las estepas de Asia central, desde donde fue llevada al oeste por los ejércitos mongoles. La peste fue traída a Europa por la ruta de Crimea, donde la colonia genovesa de Kaffa (actual Teodosia) fue asediada por los mongoles. La Historia dice que los mongoles lanzaban con catapultas los cadáveres infectados dentro de la ciudad (si bien hoy se sabe que la enfermedad no se contrae por contacto con los muertos).- Los refugiados de Kaffa llevaron después la peste a Messina, Génova y Venecia, alrededor de 1347/1348. Algunos barcos no llevaban a nadie vivo cuando alcanzaban a las costas. Desde Italia la peste se extendió por Europa afectando a Francia, España, Inglaterra (en junio de 1348) y Bretaña, Alemania, Escandinavia y finalmente el noroeste de Rusia alrededor de 1351. http://es.wikipedia.or/wiki/Peste_negra
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marcada por la guerra y el pillaje, se abandonaron los campos e hicieron crisis las relaciones feudales de producción. Los mismos nobles feudales de cuyo poder político habían dependido hasta ese momento las coronas de los diversos reinos europeos, se vieron de la noche a la mañana tocando a las puertas de las ciudades, codo con codo con quienes habían sido sus siervos. Muchos campesinos sobrevivientes al hambre, la guerra y la peste, confluyeron a las ciudades en busca de protección y se incorporaron como mano de obra barata en los diversos gremios artesanales o comerciales dominados por la burguesía tal como ya apuntamos anteriormente (Ver apartado N 5). 0
La producción de materias primas y bienes de subsistencia, particularmente madera y alimentos, debió buscarse en regiones cada vez mas lejanas y poco a poco fué quedando al cargo de una periferia fundamentalmente representada por las regiones nor-orientales de Europa (La actual Polonia, Ucrania, y los Países Bálticos), así como los territorios mediterráneos del Asia Menor, estos últimos, como víctimas del pillaje y depredación que significaron las cruzadas y sometidos al pago de tributos. Surgió entonces la agricultura comercial y con ella el uso intensivo de diferentes formas de trabajo obligado para el mercado, desde la aparcería37 hasta la franca esclavitud en grandes extensiones decicadas al cultivo comercial de los cereales. Casos am37 El contrato de aparcería es aquel por el cual el propietario (cedente aparcero) de una finca rústica encarga a una persona física (cesionario aparcero) la explotación agrícola de dicha finca a cambio de un porcentaje en los resultados. http://es.wikipedia.org/wiki/Aparcer%C3 %ADa
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pliamente documentados en Polinia, Ucrania y otros territorios en el Asia Menor. Las maderas que hasta bien entrado el S. XIX, fueron indispensables a la construcción naval y que en consecuencia significaban una clave del comercio marítimo, fueron extraidas de los territorios del norte de Europa. De hecho, el gran desarrollo naval europeo, se montó sobre la deforestación de Dinamarca y buena parte de Noruega38. La descomposición del sistema feudal no fué un proceso lineal ni de fácil explicación. Por el contrario, el enorme cúmulo de información de que hoy se dispone sobre este periodo histórico, lejos de facilitar el establecimiento de causas eficientes, lo complica enormemente. Lo único cierto es que la sustitución del sistema feudal por un nuevo conjunto de relaciones de producción que llamamos capitalismo, constituye en sus inicios un fenómeno estrictamente europeo que pudo haber quedado sepultado en las postrimerías del S. XV, víctima de sus propias contradicciones. Como consecuencia del incremento del comercio que significó el capitalismo mercantil a principios del S. XV, se produjo un incremento en la demanda de los metales preciosos indispensables a la circulación monetaria. Pero el escaso oro circulante 38 Antes que Europa, ya el Imperio Chino había confrontado problemas similares, derivados de una deforestación acelerada. Para 1416, la construcción de cada uno de los cientos de barcos comerciales que constituían la armada del almirante Cheng Ho, requería de la tala de mas de 120 Has. de madera de teka de primera calidad. Se especula que la primera rebelión de Annam y Vietnam contra la dinastía Ming, tuvo su orígen en la abusiva deforestación de los bosques de aquellas regiones (Menzies: 2005)
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en Europa39, provenía en gran parte de las regiones subsaharianas del continente africano y llegaba con enormes dificultades desde las costas del Magreb dominadas por naciones islámicas en permanente confrontación bélica con Europa. La solución a este conflicto se intentó de diversas maneras: El oro llegaba desde las factorías comerciales del Golfo Pérsico donde confluían comerciantes chinos e hindúes y eran admitidos también los comerciantes italianos. Posteriormente, a partir del reinado de Don Enrique “El Navegante”, también los portugueses establecieron factorías comerciales a lo largo de la costa africana. En una coyuntura histórica donde la continuidad del sistema económico dependía imperiosamente de una expansión de sus fuentes de recursos primarios y paralelamente, del volumen de metales preciosos circulante, estos recursos comerciales resultaban completamente insuficientes, pero rindieron sus frutos como propiciadores de la expansión del sistema al Continente Americano. Lo que suele llamarse “el descubrimiento de América“, lejos de ser algo fortuito, tenemos razones para pensar que fué el fruto de un esfuerzo consciente y reiterado, sobre todo de los banqueros genoveses, en un intento de expandir la periferia del sistema capitalista que de otra forma estaba condenado al colapso tanto por la hambruna como por todas las revueltas campe39 Hasta del siglo XVI el oro era extremadamente raro en Europa. Antes de 1493 se calcula que circulaban por Europa 90 toneladas de Oro y una cuarta parte estaba escondido o perdido. Contrariamente, entre 1493 y 1600, llegaron de América 754 Tm. de oro y 22.000 de plata. Esto produjo una hecatombe económica.http://infokrisis.blogia.com/2009/012905-historia-del-oro-desimbolo-divino-a-objeto-de-mercado.php
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sinas que asolaron Europa entre los siglos XIV y XV. En todo caso, la versión un tanto teatral de un Colón aventurero, soñador y visionario que se nos enseña oficialmente, choca con la seguridad de que los banqueros nunca han sido personas dispuestas a invertir en las aventuras de un loco si no perciben una razonable relación entre riesgo y recompensa. Hoy se adelantan investigaciones muy serias que permiten sospechar la existencia de conocimientos cartográficos mucho más precisos de lo que hasta ahora se ha solido admitir. Colón „no fue un simple aventurero“, sino un letrado, cartógrafo y científico que poseía más de veinte mil libros sobre navegación, posteriormente cedidos por su hijo a los dominicos de Sevilla, donde se recogían anotaciones de su puño y letra. Hay motivos fundados y hasta vestigios arqueológicos que hacen plausible un decubrimiento temprano (1421) de América por parte de los chinos (Menzies: 2005) y de que la correspondiente información llegó a las ciudades estado del norte de Italia desde las factorías comerciales del Golfo Pérsico que junto con los comerciantes genoveses y venecianos, eran igualmente visitadas por los juncos del almirante Cheng Ho40. De modo que Colón 40 Cheng Ho (1373-1431) tuvo bajo su mando la flota más importante de la Historia hasta la Primera Guerra Mundial. Realizó siete expediciones por los océanos Pacífico e Indico, llegó hasta Australia, recorriendo mas de 5.000 kilómetros y visitó más de 40 naciones, en una época en la que China dominaba la parte oriental del globo y era la mayor potencia naval. Los barcos de Cheng Ho llegaron a tener hasta 150 metros de largo.- Había nacido en el sur de China, en una familia mongol de religión musulmana. Cuando tenía 10 años, su padre murió en combate contra las tropas de la nueva dinastía Ming, y él fue castrado y entregado al ejército. A los 19 años, Cheng Ho entró al servicio del príncipe de Yan quien como emperador, puso a Cheng Ho al mando de una flota con la que inició el primero de sus siete viajes. Recorrió el Pacífico, el Índico y cartografió las costas occidentales de Africa.- Al margen de
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nunca se embarcó en la aventura épica que nos han querido vender. De todos los males que nos trajo aquel circunciso marino o “marrano” genovés41, el más relevante y duradero ha sido precisamente el sistema capitalista en su forma más virulenta, ya que desde que Colón pisó América por primera vez y hasta nuestros días, nos ha sido impuesto el papel de periferia miserable y sometida. Hemos sido y somos fuente de materias primas y mano de obra esclava. Aún hoy, nuestros “sudacas“ y “mojados“ duerme en las plazas públicas y en las estaciones del metro de las ciudades europeas y gringas, mendigando algun indigno puesto de trabajo mal pagado.
sus hazañas, es destacable su carácter civilizado y tolerante con otras culturas y religiones. Cheng Ho fue enterrado en Nanking. Su tumba, restaurada en 1985, es una estructura Ming con mapas y pinturas del navegante y la inscripción “Alá es grande”. Hoy se especula con insistencia sobre la posibilidad nada remota de que algunos barcos de la flota de Cheng-Ho, atenidos a los recursos limitados de navegación de la época, hayan sido arrastrados por las corrientes marinas, desde el golfo de Guinea hasta las costas de América. Inclusive se avanza la hipótesis que atribuye ciertos restos arqueológicos hallados en nuestro continente, a algún junco de aquella flota. 41 Diversos autores sostienen que Colón y toda su familia eran de religión judía y esta sospecha se fundamenta en diversos hechos suficientemente documentados. El grueso del financiamiento que Colón recibió para su primer viaje, no provino de las joyas de Isabel la Católica como se suele repetir, sino de banqueros genoveses de religión judía y de las arcas del banquero Santangel, quien era un sefardita aragonés nacido en Calat-al-Yehud (hoy Calatayud) y que era a su vez el banquero del rey Fernando de Aragón. Otro dato relevante que reafirma esta hipótesis es que en 1493, un hermano de Colón fué quemado vivo en Valencia por su condición judía. Por lo que hace al infamante apelativo de marrano, se aplicaba en España, a todos los judíos conversos, durante los siglos XV y XVI, por los que el pueblo sentìa una especial aversión, no tanto por su confesión religiosa cuanto por su cobarde oportunismo. Eran los antepasados de los adecos que hoy se visten de rojo-rojito
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LIBERALISMO Después del periodo formativo que hemos procurado detallar un poco, el sistema capitalista ha sido capaz no ya de imponer unas determinadas relaciones de producción, sino también una cultura, unos modos de vida y una ideología que le ha permitido construir el consenso que hoy lo sostiene. Tan así que cuantas veces se hace referencia al “Sistema Capitalista” o al “Capitalismo” o simplemente al “Sistema”, tendemos a creer que se trata de una especie de máquina automática que funciona con fatalidad perfecta y que no tiene responsables visibles. Esta noción obviamente falsa, ha sido cuidadosamente cultivada por los propios capitalistas para ocultar su responsabilidad sobre la injusticia distributiva y el sufrimiento humano que genera su actuación sobre el resto de la sociedad. Tal como pudimos ver en apartados anteriores (Ver Apartado N 3), el sistema capitalista, junto con su consolidación como el conjunto de relaciones de producción que lo definen, construyó sólidamente toda la estructura ideológica que requería la clase burguesa en justificación de su conducta. La historia de este proceso es demasiado extensa para ser abarcada en un trabajo tan modesto como este. Sin embargo intentaremos mencionar al menos alguno de sus hitos mas relevantes. 0
Desde su establecimiento como religión oficial del Imperio Romano y hasta el surgimiento de La Ilustración en el S. XVIII, la Iglesia Católica impuso de forma dogmática ciertas cuestiones cuyo debate
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público le costó la vida, el ostracismo o el presidio a mucha gente –Recordemos solo a Giordano Bruno, quien fue quemado vivo el 17 de febrero de 1600 en el Campo dei Fiori, Roma o Baruch Spinoza, execrado por judios y católicos sucesivamente… Y muchos masUna de aquellas nociones sagradas era la inmutable perfección de todo lo creado. Según ella, Dios manifestaba a los hombres su perfección absoluta, a través de su obra: La creación divina del mundo, demorando solamente siete días había producido un universo estático, absolutamente igual a sí mismo por los siglos de los siglos. Toda insinuación de evolución era considerada blasfemia y severamente castigada. No obstante, las reiteradas evidencias de la realidad concreta, denunciadas por las mentes más lúcidas de la época, abrieron poco a poco las puertas de una corriente filosófica que hoy conocemos como La Ilustración. Esta corriente, en todas sus variantes se construyó sobre la idea del cambio. A partir del S XVIII, que se conoce como el siglo de las luces, la idea del mundo sufrió un vuelco total. Se volvió a la reflexión de Heráclito42 y los filsofos concibieron un mundo que fluye, un mundo que está en permanente cambio. Quedaba no obstante un largo camino 42 Heráclito de Éfeso fue un filósofo griego. Nació hacia el año 535 a. C. y falleció hacia el 486 a. C. Heráclito afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante, todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. Ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir y del pensamiento dialéctico. Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres y el aforismo mas conocido de los que se le atribuyen es: «Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río» Hegel y luego Marx, rescataron y ampliaron las ideas de Heráclito
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por recorrer para determinar la naturaleza de ese cambio y sobre todo, preocupaba la actitud que el hombre debía asumir ante ese cambio: ¿Era fatal e inexorable o por el contrario podía ser modificado por la acción humana? Los progresistas, que hoy llamaríamos “de izquierda”, sostenían que el cambio no solo era modificable, sino que era obligación moral del hombre promoverlo y acelerarlo. Un “progresista” irredento fue Simón Bolívar. Basta recordar su célebre frase de 1812: “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca” Otros, los conservadores, los que veían con nostalgia aquella idea estática del mundo, aún reconociendo la fatalidad de los cambios del mundo, decidieron luchar contra ellos e intentar detenerlos. Mientras tanto, otro grupo de gente, los “liberales”, sostenían la inutilidad de intentar incidir sobre le cambio del mundo y atribuían este a la acción de leyes naturales cuya modificación estaba fuera del alcance humano. Sus ideas estaban fuertemente influídas por la física de Newton que concebía un universo infinito en cuyo seno, los cuerpos celestes se movían de una manera absolutamente regular respondiendo a leyes mecánicas inmutables. Esta postura terminaba de alguna manera reivindicando que el cambio, el devenir, es algo finalmente ilusorio, en la medida que se reproduce a sí mismo de manera regular y eterna.
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Cabalgando sobre el ambiente intelectual de su época, un discurso ideológico disfrazado de ciencia, se instaló en Francia a finales del S. XVIII. François Quesnay43 propuso la peregrina idea de que la economía se comporta bajo el imperio de leyes eternas y perfectas, en la misma forma como Newton suponía que lo hacían las leyes de la Mecánica. La aplicación acrítica de los erróneos principios enunciados por Qesnay –principios del liberalismo económico que llega hasta nuestros días- desencadenaron primero la llamada “guerra de la harina“ y finalmenmte la Revolución Francesa en 1783. Desde entonces hasta hoy, podría decirse que todas las revoluciones han surgido catalizadas por este pensamiento económico torpe y devastador que sin embargo se enarbola tercamente y reiteradamente por las élites que se benefician de él. La Revolución Bolivariana no es la excepción. Debemos recordar que venimos de un 43 Luis XV tenía a François Quesnay (1694-1774) en alta estima, y acostumbraba a llamarle “mi pensador”.- Quesnay, que primero estudió medicina, se dedicó principalmente a los estudios económicos, tomando parte en las intrigas palaciegas, en las que estuvo perpetuamente involucrado. Conoció –aproximadamente en 1750– a Jean de Gournay (1712-1759), que también fue un pionero del pensamiento económico, y alrededor de esta pareja se formaría progresivamente el grupo filosófico de los economistas o fisiócratas. Sus discípulos más destacados fueron: Victor Riquetti, marqués de Mirabeau (autor de L’Ami des hommes, 1745- 1760 y Philosophie rurale, 1763); Nicolas Bardeau (Introduction a la philosophie économique, 1771); G.F. Le Trosne (De l’ordre social, 1777); André Morellet, conocido por sus disputas con Ferdinando Galiani sobre el comercio de grano durante la Guerra de la Harina; Mercier Larivière, y Dupont de Nemour. Adam Smith, que durante su visita al continente con Henry Scott pasó algún tiempo en París conoció a Quesnay y elogió sus servicios científicos en su obra La riqueza de las naciones.Quesnay publicó en 1768 el Tableau économique, obra donde se contienen los principios de las ideas de los fisiócratas. Este es quizá el primer trabajo que intenta describir el funcionamiento de la economía de forma analítica y puede considerarse la primera contribución importante al pensamiento económico. http://es.wikipedia.org/wiki/Fran%C3%A7ois_Quesnay.
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27 de febrero de 1989 donde el pueblo se alzó ante un conjunto de medidas económicas herederas de la misma tradición liberal. En pocas palabras, el liberalismo económico sostiene que cuando un colectivo humano concurre al mercado, a intercambiar mercancías, una suerte de mano invisible, una ley económica inexorable, tenderá siempre a equilibrar oferta y demanda, generando entonces el reparto equitativo de los bienes concurrentes a ese mercado. Por supuesto que mas allá de toda teoría, la terca realidad nos muestra desde hace ya mas de doscientos años, que todo mercado libre de regulacióon tiende inmediatamente a la acumulación del valor en unas cuantas manos. A pesar de todo, la razón de esta insistencia en sostener el discurso liberal, ante tanto desastre provocado es demasiado evidente y paradójicamente resulta difícil de asimilar: 1.- Los desastres y el sufrimiento extremo que una economía liberal infringe socialmente, nunca hasta hoy habían alcanzado a quienes la defienden. Por el contrario, después de cada crisis, una reducida élite económica ha terminado siempre apoderándose de toda la riqueza social a costa del hambre, la enfermedad y la ignorancia de las grandes mayorías. 2.- Al sostener que los hechos económicos responden a leyes tan inexorables como la de la gravedad, se intenta imponer la idea de que nadie es particularmente culpable por los daños infringidos.
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Privar del agua potable a cientos de aldeas africanas, termina siendo algo tan pulcro como lanzar una bomba guiada por lasser sobre una escuela. A los niños destripados o muertos de disentería no solo se les asesina, tambien se les invisibiliza, no tienen nombre ni edad, se llaman “daños colaterales“. En Venezuela, la experiencia reciente está perfilando un conflicto creciente entre quienes pretendemos instalar modos de vida y producción que sean herramienta para contener primero y derrotar después al modo de producción capitalista, y quienes desde diferentes trincheras políticas -algunas por desgracia, disfrazadas de revolucionarias y enquistadas en la propia estructura del Estado- batallan por conservar o conquistar los privilegios que este sistema de desigualdades concede a unos cuantos. En la última de las locuras, este sistema moribundo está buscando como en el pasado el recurso en la guerra. Una guerra que ahora ya no se hace como siempre se hizo en función de objetivos posteriores44, sino que constituye en sí misma el mas grande negocio de este tiempo. Creer que el Imperio está hoy interesado en ganar sus guerras, es un grave error, se busca mas bien extender el mapa de la guerra, globalizarlo y hacer de la guerra un ambiente crónico, un modo de vida y de muerte. La guerra proporciona una suerte de expansión virtual al sistema después de que ha agotado cada rincón del planeta. Nos referimos a la guerra privatizada, la 44 Es muy conocido el pensamiento de Carl von Clausewitz, segun el cual, “la guerra es la continuación de la política por otros medios“
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guerra de los soldados contratistas, la que se hace a partir de bases militares “Llave en mano“ que vienen ya equipadas con su Mc.Donald, sus salas de cine y sus máquinas de hacer cotufas. Es la guerra de Irak, o de Afganistan, o de Colombia. La guerra que destruye ingentes cantidades de tecnología militar, solo para poder volver a fabricarla y venderla a los mismos a los que después se hará la guerra nuevamente, Sadam Husein sabía mucho de esto.
CENTRO Y PERIFERIA
Paradógicamente, esas guerras que llenan los bolsillos de unos cuantos, no solo destruyen pueblos enteros y la huella de civilizaciones milenarias, sino que también intoxican las economías de los mismos países agresores. La actual crisis del sistema capitalista, fue disparada por el inmenso déficit económico (déficit doble: fiscal y comercial) impuesto por los enloquecidos gastos militares que han significado las guerras del imperio desde Vietnam hasta Irak. Pero el razonamiento –si así se puede llamar- de quienes han promovido esas guerras es muy simple y miope: Los costos siempre se transferiran a terceros: En este caso, incluyendo al propio pueblo norteamericano en primer término. Al respecto comenta Noam Chomsky que “…En el espacio de veinticinco años (lo que va desde la terminación de la guerra de Vietnam hasta el presente) los salarios se han estancado e inclusive han menguado para las mayorías… Esto nunca había ocurrido antes… Las jornadas laborales van en aumento, las medidas sociales van a la baja y el endeudamiento crece de manera desmedida” [Chomsky: 2007].
En la medida en que este flujo de alimentos y materias primas de diferente naturaleza hubo de ser obtenido en lugares cada vez mas lejanos, floreció la actividad comercial.
Desde finales del S.XIV, con la ruina de la agricultura feudal que ya mencionamos, el trigo y otros cereales que alimentaron a la Europa Central, tuvieron que ser adquiridos en una periferia lejana, sobre todo desde los territorios de Polonia, Ucrania, la lejanísima Novgorod en territorio ruso y los territorios al sur del mar Mediterráneo.
Las limitaciones de los medios de transporte y las necesidades de seguridad en el comercio, estimularon su concentración en lugares que ofrecieran facilidades al transporte marítimo y fluvial, así como disponibilidad de medios defensivos. Por eso, en una primera instancia, fueron pivote del comercio medioeval, la ciudades estado del norte de Italia45 45 Ya por el S. XI, muchas ciudades, entre ellas Venecia, Milán, Florencia y Génova, se habían convertido en grandes metrópolis comerciales, capaces de conquistar y sostener su independencia.- De hecho Italia entre el S. XI y el XIII era muy diferente del resto de la Europa feudal. Los historiadores Marc Bloch y Fernand Braudel argumentaron que la geografía influenció determinantemente en la historia de la región. Italia está fragmentada en numerosas pequeñas regiones por las montañas, que harían muy dificultosa la comunicación entre ciudades. No obstante, la llanura padana (que toma su nombre del río Po o Padus) es una excepción. Siendo un área grande contigua, la mayoría de las ciudades-estado que cayeron ante invasiones estaban situadas allí. Mientras tanto, aquellas que sobrevivieron por más tiempo se encontraban en las regiones más agrestes, como Florencia (o Venecia defendida por su laguna).- Puesto que un ataque a través de los Alpes era muy difícil, los príncipes alemanes nunca pudieron ejercer el control sostenido sobre otros estados vasallos italianos, y así Italia estaba substancialmente libre de interferencia política germana. De modo que nunca surgieron fuertes monarquías como en el resto de Europa, en vez de ello emergerían las ciudadesestado independientes. http://es.wikipedia .org/wiki/Ciudades-estado_italianas
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y las ciudades de la llamada Liga Hanseática46 Las primeras monopolizaron el comercio con la región del golfo pérsico y la llamada ruta de la seda hasta el lejano oriente, mientras que la Liga Hanseática concentró el comercio entre la Europa Central con la Europa Nórdica y Oriental. Las relaciones desiguales de intercambio entre un centro rico, denso y poderoso y una periferia pobre, dispersa y dominada, constituyen un invariante del sistema capitalista que se reproduce en cualquier escala a la que nos remitamos en procura de analizar y comprender este sistema. En la gerga de la Teoría del Caos, podríamos decir que la “Unidad Fractal“ del sistema mundo capitalista, es el modelo Centro-Periferia Si bien el concepto de centro-periferia se aplica específicamente a la ciencia económica y designa un modo de organización territorial propiciador de
46 La Liga Hanseática fue una federación de ciudades del norte de Alemania y de comunidades de comerciantes alemanes en el mar Báltico, los Países Bajos, Noruega, Suecia, Inglaterra, Polonia, parte de Finlandia y Dinamarca, así como regiones que ahora se encuentran en Estonia y Letonia.- En la segunda parte del siglo XII y el comienzo del XIII, se crearon numerosas ciudades en el Norte de Alemania, en torno al Mar Báltico: Lübeck en 1158, Rostock, Wismar, Stralsund, Greifswald, Stettin, Danzig, Elbing. En estas ciudades la burguesía se instaló rápidamente en el poder. Las ciudades teutonas lograron dominar el comercio en el Báltico con sorprendente velocidad, y en el siguiente siglo Lübeck era el nodo central de todo el comercio marítimo que unía las zonas del Mar del Norte y el mar Báltico.- Los historiadores generalmente trazan los orígenes de la Liga hasta la ciudad alemana de Lübeck, que se convirtió en una base para los mercaderes de Sajonia y Westfalia desde la cual podían ir hacia el Este y el Norte. Bastante antes de que el nombre Hansa apareciera en un documento (1267), los mercaderes residentes en una ciudad comenzaron a fundar gremios con la intención de comerciar con poblaciones allende los mares, especialmente en las zonas menos desarrolladas del mar Báltico, fuentes de madera, cera, ámbar, resinas, pieles, centeno y trigo, llevados en gabarras desde las zonas interiores a los puertos. http://es.wikipedia.org/wiki/ Liga_Hanseática
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la división internacional del trabajo47, las relaciones desiguales “centro-periferia” podrían observarse igualmente en la famila patriarcal, aparecen también en las relaciones de intercambio entre la ciudad y el campo, o entre la provincia y la capital, igual que entre los “países del sur“48 y los estados capitalistas centrales (eso que hoy se llama el G-8). E incluso, entre el centro imperial del sistema, con asiento en los Estados Unidos de Norteamérica y sus socios menores de Europa y Asia, unos más patéticos que otros a la hora de abrir sus economías a la depredación de los capitales extranjeros. A los mas sumisos y complacientes, los economistas, en su inmensa creatividad lingüística han dado en clasificarlos 47 La división internacional del trabajo es la división del proceso de producción mundial entre países y regiones mediante la especialización en la producción de determinados bienes. El fenómeno es parte de un proceso más general presente en toda sociedad humana desde la Revolución Neolítica, y es una de las modalidades de la división espacial del trabajo. A medida que Europa, en un proceso que se inicia con la independencia de las colonias americanas y se acelera luego de la Segunda Guerra Mundial, fue lentamente modificando las formas de colonización explícita por otras menos visibles pero mas eficaces. Las decisiones económicas sobre el mejor modo de dividir la producción mundial fue pasando a los grandes grupos empresarios y financieros. En la actualidad, son principalmente las grandes corporaciones multinacionales, responsables del 75% de la producción mundial, las que toman las decisiones fundamentales sobre división internacional del trabajo. 48 La expresión “países del sur“, no es muy precisa en términos estrictamente geográficos, sin embargo ha tomado carta de ciudadanía y define en general al conjunto de países pobres que sostienen una confrontación desigual con los llamados -por contraste- países del norte. Estos son los que hoy disfrutan de todo el poderío y riqueza que les brinda una relación de intercambio desigual montada sobre el chantaje y la fuerza. El término “países del sur“ empezó a usarse con frecuencia creciente, a partir del derrumbe del sistema soviético y en general del mundo surgido de los tratados de Yalta, luego de la 2a Guerra Mundial. Immanuel Wallerstein y otros autores comenzaron a tomar distancia de la lógica impuesta durante cuarenta años por un llamado “Conflicto EsteOeste“ que al desaparecer la Unión Soviética puso al desnudo la descarnada realidad de un conflicto mas profundo entre pobres y ricos, conflicto que dió en lamarse “Norte-Sur“. Un cambio metafórico de noventa grados en la descripción de los conflictos mundiales
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como “semiperiferia” (ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario). Pertenecer a la semiperiferia, le proporciona al país así clasificado, una suerte de promesa de redención siempre divisada en el horizonte histórico y nunca alcanzada. El modo mas socorrido de insertarse en la “semiperiferia” del sistema, consiste en construír un enclave del capitalismo metropolitano, en cuyo interior la fuerza de trabajo es llevada al extremo posible de la explotación y la ignominia, echando mano de cualquier recurso. Son por ejemplo, las industrias maquiladoras de la frontera entre México y los Estados Unidos, o las fábricas de calzado y ropa deportiva en Tailandia que captan adolescentes hambrientas y miserables para esclavizarlas a un trabajo extenuante. Mientras tanto, en esos mismos países, una pequeña casta burguesa, puede vivir la ilusión de haber superado la miseria y el atraso, haciendo caso omiso del entorno inmediato, aunque la gente se esté muriendo de mengua. El ejemplo virtuoso de este comportamiento nos lo proporcionan paises como México, Colombia o Chile y pudiera ser el destino de Venezuela si se perdiera nuestro proceso y nuestra revolución. La división internacional del trabajo, tal como podemos observarla hoy, presenta a nuestra mirada un mundo fracturado. Un complejo financiero supranacional, absorbe casi toda la plusvalía que generan las actividades de la llamada economía real y es responsable del colapso global de los demás mercados, en la misma medida en que empobrece a todo virtual consumidor de bienes y servicios.
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El tradicional esquema de un Norte altamente industrializado y una periferia proveedora exclusiva de materias primas, va poco a poco deslizándose a una nueva y mas dura forma de explotación. Los capitales del Norte, todavía industrializado migran a la periferia en busca de mano de obra esclava y de un acceso mas directo a esas mismas materias primas que antes importaban, dejando tras de sí fábricas en ruinas y obreros desempleados en conflicto permanente. Esto solo ha resultado en la emergencia de nuevos polos industriales que contribuyen a agudizar las dificultades financieras de quien hasta ayer hegemonizaba el Sistema Mundo en solitario. Nos referimos particularmente a la emergencia y articulación de países como China, Rusia, La India o Brasil. Pese a todos estos reacomodos que solo corroboran el virtual agotamiento de todos los mecanismos para la indispensable acumulaión del capital, se mantiene inconmovible el modelo Centro-Periferia. Un pequeño grupo de países dedicados a producir bienes industriales y el resto de los países dedicados a producir unas materias primas que en el comercio internacional manifiestan una tendencia constante a perder valor relativo frente a los bienes industrializados. Fenómeno que los economistas prefieren llamar “deterioro de los términos de intercambio“ para no ofender los delicados oídos de los ladrones de cuello blanco que le pagan el sueldo a los economistas. En todo caso, los países productores de materia prima necesitan producir cada vez más para comprar lo mismo, descapitalizándose a favor de los países in-
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dustrializados. Así por ejemplo, un país cafetero como Colombia, adquiría un tractor con 32 sacos de café en 1950 y ya en 1967 el mismo tractor le costaba al país 77 sacos. Pero lo mas asombroso es que en la actualidad, de acuerdo a algunas estimaciones este fenómeno no afecta solamente al precio de las materias primas ya que los precios unitarios de los productos manufacturados exportados por los paises periféricos son hoy un 20% inferiores a los de la decada de los 80 del pasado siglo. Este fenómeno corrobora la ya mencionada migración de capitales hacia enclaves donde pueden captar fuerza de trabajo barata. A lo largo de los últimos 500 años, el sistema ha gravitado alrededor de alguno de los tres imperios que sucesivamente han ejercido la hegemonía. Primero Holanda, luego Inglaterra y finalmente Los Estados Unidos de Norteamérica. No podríamos contar a España en esta descripción, porque precisamente, el Imperio Español fué el último de los imperios precapitalistas cuyo rol en una temprana división inerncional del trabajo, fué desde el principio hasta el fin, el de proveer las materias primas -muy particularmente oro y plata- que el resto de Europa requería para su expansión capitalista. Si llevamos la idea de centro y periferia mas allá de su significación actual arriba descrita, encontraremos que se reitera desde hace muchos siglos. Así por ejemplo, Aristóteles en su obra “La Política“, naturaliza la inferioridad de la mujer y los esclavos, como miembros de un aparato productivo periférico que proporciona los bienes que sostienen la vida material de los “ciudadanos atenienses“, varones por supuesto.
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Los humanistas del S. XVII en adelante con las figuras relevantes de Tomas Moro, Erasmo de Róterdam y otros, se plantearon reiteradamente la descripción de sociedades “perfectas“, pero siempre terminaron reconociendo que el sostenimiento de dichas sociedades implicaba la existencia de un entorno o periferia productor de los bienes que dichas sociedades requerían para subsistir y receptor de todas las inmundicias que las mismas generaban. Descripción bastante ajustada a todo lo que hemos descrito arriba. Al respecto es relevante hacer notar que todos los humanistas del S. XVII hicieron su vida entre Inglaterra y Holanda o se refugian allá cuando fueron perseguidos por sus ideas, como es el caso de español Luis Vives. No es casual que ambos países fueron el núcleo germinal desde el que se expandió hacia el resto del mundo el sistema capitalista. Ya en el S. XIX, y en la misma noción de centro y periferia, los que hoy conocemos como socialistas utópicos -Robert Owen (1771-1858) y Charles Fourier (1772-1837) entre otros- no solo teorizaron sobre la posibilidad de construír sociedades perfectas, sino que lo intentaron en la práctica con resultados siempre deficientes. Sobre ellos volveremos mas adelante en el apartado “SOCIALISMO“
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EL FANTASMA DEL DESARROLLO Y LAS FORMAS DE DEPENDENCIA Como ya hemos apuntado repetidamente, todo nuestro continente fué incorporado a la periferia del Sistema Mundo Capitalista, hace ya quinientos años. Trataremos ahora de hacer un recorrido sucinto por las diversas formas que esta incorporación compulsiva adoptó y cuya deconstrucción es hoy responsabilidad de la Revolución Bolivariana y nuestro empeño de construír el Socialismo del S. XXI. En algún momento del S. XX, se asumió tácitamente que el “desarrollo económico” constituía un bien en sí mismo y se llegó a creer que el solo incremento de la producción satisfaría de algún modo las carencias de la gente, sin referencia alguna a la equidad o inequidad de la distribución y dando por sentado que producir mas es intrínsicamente bueno. Esta noción es consecuencia de la lógica misma del sistema capitalista, en la medida que en su seno, los bienes no se producen para la satisfacción directa de las necesidades humanas (valores de uso), sino para su incorporación al mercado (valor de cambio). Sin embargo no han faltado críticos que señalaran en su momento el error de perspectiva y voces que denunciaran que “no existe posibilidad de desarrollo capitalista autónomo” (Bambirra: 1978:p.18) en los países de América Latina. Llamamos “modelo de desarrollo”, a una herramienta de análisis capaz de describir la forma específica que adquieren las relaciones de producción, la organización económica y las políticas estatales en una cierta coyuntura histórica.
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Los modelos de desarrollo deben ser suficientemente flexibles para explicar las modificaciones que el devenir histórico impone y evolucionan conservando su estructura lógica, mientras sean eficaces para revelar los mecanismos de acumulación del capitalismo. En el marco del proceso de formación y consolidación del Sistema Mundo Capitalista, que como ya señalamos nació en Europa durante la Baja Edad Media, la inclusión de América Latina en la división internacional del trabajo, puede explicarse mediante la sucesión de tres modelos económicos simplificados que en calidad se meras herramientas metodológicas, propuso el economista Celso Furtado durante la realización de un seminario en Santiago de Chile, en 1964 (Furtado: 1990). Dichos modelos que resultaron sumamente útiles para comprender nuestra realidad económica, se han seguido utilizando hasta el presente y son: 1. Modelo primario exportador, de crecimiento hacia fuera49 2. Modelo de la sustitución de importaciones 3. Modelo neoliberal. Estos modelos, por encima de las peculiaridades que los definen y diferencian entre sí, completan entre los tres una descripción coherente de los modos en que se impuso compulsivamente nuestra inserción en 49 El crecimiento hacia fuera es un concepto elaborado por el economista argentino Raúl Prebisch y se refiere al flujo neto de valor que de diversas maneras ha padecido toda la periferia del sistema mundo capitalista, en beneficio del centro.
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la división internacional del trabajo, para el exclusivo beneficio de los sucesivos centros de dominación del sistema (España, Holanda, Inglaterra, Francia y Estados Unidos), y sus operadores cipayos50, pertenecientes siempre a la oligarquía51 criolla. Venezuela ha sido hasta ahora un país capitalista neocolonial y por lo tanto dependiente. Desde el momento de la invasión europea en el S. XVI y hasta hoy, la economía nacional estuvo siempre sometida a los vaivenes de la economía internacional y los dictados de las potencias económicas de turno. Se consolidó tempranamente una sociedad altamente desigual, con un limitado desarrollado de los sectores medios, en la que la élite oligárquica ligada al sector externo de la economía ejerce todavía hoy un dominio importante y despótico sobre la gran mayoría de la población, que sobrevivió hasta el último año del S. XX sin percibir beneficios económicos y sociales de los sucesivos modelos económicos dominantes. Esta circunstancia propició también una debilidad económica relativa a la evolución global de la 50 Se denominaban cipayos los soldados indígenas del Ejército británico en la India. Haciendo una metáfora, la palabra “cipayo” ha cobrado en el mundo entero un carácter peyorativo y nosotros la usamos para señalar a todo aquel que habiendo nacido en Venezuela, comete la sucia indignidad de servir conscientemente a los intereses extranjeros en perjuicio de su propia patria. Por lo menos los cipayos hindúes se revelaron contra los ingleses entre 1857 y 1859, pero de nuestros oligarcas no podemos esperar tanto.
Se entiende por Oligarquía, en ciencia política, la forma de gobierno en que el poder supremo está en manos de unas pocas personas. Los escritores políticos de la antigua Grecia emplearon el término para designar una forma degenerada de aristocracia. En una oligarquía, el gobierno está controlado por una facción que actúa según su propio interés sin tener en cuenta el bienestar del pueblo. 51
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economía capitalista, desarrollándose lo que algunos especialistas en inventar nombres bonitos, han denominado “círculo virtuoso del atrasado”. La dependencia crónica en que nos sumieron no solamente fué de carácter económico. Por el contrario, la creciente divergencia entre los patrones de producción y los de consumo, ha propiciado tambien la “dependencia cultural”: “El productor de azúcar o de café de comienzos del S. XX podía continuar adoptando técnicas productivas similares a las de la época de sus abuelos, pero sus pautas de consumo eran las de la época del automóvil y la telegrafía sin hilos” (Furtado:1990). 1.- El Modelo primario exportador de crecimiento hacia fuera Desde los albores del S. XVI y hasta nuestros días, Venezuela, al igual que el resto de América Latina, se insertó en los circuitos del capitalismo internacional a través de la exportación de productos primarios (de origen agrícola o minero) y las ganancias que esos productos generaron, se acumularon siempre en los centros económicos mundiales52. Estamos hablando de una estructura productiva destinada a proveer de materias primas a los mercados internacionales desestimando la demanda interna de esos 52 El carácter depredador de este patrón económico, se hace especialmente claro cuando observamos la estructura monopòlica del comercio español durante la colonia (Consulado de Comerciantes de Sevilla), o el control británico de las principales aduanas de América Latina desde los primeros años del S. XIX, cuando por algúna curiosa ocurrencia se nos empezó a decir que ya éramos independientes.
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bienes. En el caso de Venezuela, puede decirse que desde el S. XVI y hasta el presente se ha mantenido consistentemente este patrón, y solo ha cambiado la importancia y diversidad de los rubros exportados: A la producción de añil, cacao, tabaco y cueros de res que fueron sustento de la colonia durante la dominación española, se añade el café a partir del último cuarto del S. XVIII y se sostiene invariable el carácter agroexportador del país. Pero en el S. XX declinan rápidamente las exportaciones agrícolas a partir fundamentalmente de la explotación de los hidrocarburos y en menor medida otros productos mineros como el mineral de hierro, la bauxita y el oro. Con este cambio solo se profundiza y arraiga la dependencia hacia las naciones hegemónicas del capitalismo metropolitano (Estados Unidos de América y Europa fundamentalmente) sin modificar sustancialmente la lógica del sistema. No obstante, entre los economistas, se ha venido aceptando que el Modelo primario exportador de crecimiento hacia fuera se empezó a estructurar en Venezuela a partir de nuestra consolidación política como Estado-Nación, puesto que es a partir de este momento cuando el modelo se sostiene sobre la intermediación de una oligarquía comercial criolla. Interpretación que no compartimos en tanto que, a pesar de los conflictos entre terratenientes y comerciantes que caracterizaron todo el S. XIX, percibimos a la oligarquía criolla como digna heredera del mantuanaje colonial. Probablemente, esta diferencia de perspectiva está asociada al conflicto económico que actuó como detonante de los procesos de independencia política que insurgieron en América Latina a partir de 1810, y
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que tenían que ver con el férreo monopolio comercial que imponía la corona española, a todo el comercio con sus provincias de ultramar. Pero a nuestro juicio, la liberalización del comercio que efectivamente resultó del triunfo de los procesos de independencia política, no modificó sustancialmente el modelo de intercambio económico. El monopolio del comercio que bajo la hegemonía española, ejercieron instancias como la Compañía Guipuzcoana, simplemente fue sustituído por la administración británica de las aduanas y las casas de comercio inglesas que rápidamente se instalaron en nuestro suelo. Por lo demás, los actores económicos ni siquiera cambiaron de nombre. Simplemente, José Antonio Páez, permitió el retorno de todos los exilados realistas, que durante la Guerra de Independencia habían huido a Cuba y Puerto Rico. Les devolvió sus haciendas a muchos de ellos y los premió con créditos en el oro contante y sonante, provisto por la banca británica. En otras palabras, ciertamente Bolívar había “arado en el mar”. La dependencia que el Modelo primario exportador de crecimiento hacia fuera describe, se expresa en Venezuela, a través de los siguientes aspectos: A. La producción nacional ha venido respondiendo a las necesidades de los centros económicos mundiales, y no a las de nuestro país. Esto se ha mantenido en el tiempo porque las grandes decisiones económicas las han impuesto siempre los países capitalistas centrales (Inglaterra, Francia y EE.UU. en forma sucesiva). B. El sector exportador (comerciantes y banqueros) se ha desarrollado ampliamente en lo económico, y a partir del triunfo del Liberalismo Amarillo
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luego del Tratado de Coche, ejerció su hegemonía política hasta 1899 causando el estancamiento del sistema productivo (Agricultura, Ganadería, Artesanías, etc.). C. La apropiación de la riqueza nacional, por parte de los centros del capitalismo metropolitano53, no se ha expresado solamente en la depredación del territorio sino también y fundamentalmente, en la explotación de la fuerza de trabajo bajo todas las formas posibles del trabajo obligado para el mercado, (esclavitud, peonaje, aparcería y finalmente proletarización) 2.- El Modelo de sustitución de importaciones. Desde los albores de la Revolución industrial y hasta 1945, la economía capitalista se desenvolvió en el marco del liberalismo económico, cuyas lineas maestras habían sido sistematizadas por Adam Smith y David Ricardo. No obstante, a partir de Marx, fueron muchas las voces que advirtieron sobre los horrores y sufrimientos que este sistema producía, hasta que ya en el S. XX, el capitalismo desembocó en dos grandes guerras que costaron entre ambas más de cien millones de muertos en el mundo entero. 53 A riesgo de sacrificar la claridad del texto, hemos preferido en ocasiones la expresión “centros del capitalismo metropolitano” en lugar de “países capitalistas hegemónicos” o “países capitalistas centrales”, o simplemente “países ricos”, porque en la actualidad ninguna de estas denominaciones que aluden a estados nacionales concretos, define suficientemente la complejidad de los mecanismos de explotación y depredación que nos agobian. Hoy, los verdaderos centros del poder son todos de carácter trans-nacional y su accionar económico afecta ya a las propias poblaciones de los llamados “países ricos”, que están perdiendo aceleradamente el nivel de bienestar económico que alcanzaron en el S. XX.
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Por eso, al concluír la segunda guerra mundial, muchos economistas , sin perder la fe en el sistema mismo, se abocaron a construír propuestas alternativas, parches o remiendos mas o menos decorosos que le dieran una prórroga al sistema capitalista. En el fondo nadie creía ya en soluciones definitivas sino en paliativos. En el caso particular de nuestro continente, la Comisión Económica Para la América Latina (CEPAL)54, generó en el marco de la teoría keynesiana, una propuesta de industrialización que se conoció como “sustitición de importaciones” Este modelo “confiaba básicamente en los efectos económicos, sociales, políticos e ideológicos de la industrialización” pero pronto se pudo constatar que el proceso de industrialización en nuestros países, no eliminaba gran parte de los obstáculos atribuidos a la sociedad tradicional, sino que creaban otros nuevos… De tal crisis nace el concepto de dependencia… Defi54 EL Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, creó en 1948 cinco comisiones económicas regionales con el objetivo de “ayudar y colaborar con los gobiernos de la zona en la investigación y análisis de los temas económicos regionales y nacionales”. De las cinco, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha sido la más activa y la que ha alcanzado un mayor nivel de prestigio e influencia. No obstante, si reconocemos que las Naciones Unidas, lejos de ser una sociedad democrática, es por su estructura e historia, una herramienta de manipulación en manos de las potencias que se auto adjudican un puesto permanente en su Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia y últimamente China), cualquier de sus organismos termina siendo, o un instrumento para la imposición de políticas diseñadas por estos países y muy particularmente por los Estados Unidos, o un reducto de exquisitos académicos con poca o ninguna participación real en los conflictos del mundo. La CEPAL ha pertenecido siempre a esta segunda categoría de organismos y en consecuencia reivindica un dilatado esfuerzo teórico en el avance de las ciencias económicas y sociales. Desde su creación y hasta la imposición compulsiva y global del Neoliberalismo, la CEPAL tuvo un influyente papel en el diseño de todas las políticas económicas de América Latina. Durante largos años estuvo bajo la sabia dirección del economista argentino Raúl Prebisch y dio cabida a la reflexión económica independiente de figuras como Celso Furtado, Oswaldo Sunkel. Enrique Cardoso, Jorge Ahumada y otros destacados economistas latinoamericanos.
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nida como… Una situación en la cual, un cierto grupo de países tiene su economía condicionada por el desarrollo y expansión de otra economía a la cual la propia está sometida” (Harnecker: 2001). La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue también la primera guerra donde el papel del motor de combustión interna fue determinante. En consecuencia, el resto de los conflictos vividos a lo largo de todo el S. XX, involucraron de una manera u otra el control de los yacimientos de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón mineral). Para Venezuela, esto significó, si no el agotamiento del modelo primario exportador de crecimiento hacia fuera, si la liquidación de su carácter agrícola y pecuario, cuya crisis se extiende por toda la segunda mitad del S. XIX. La explotación del petróleo en Venezuela acarreó el inicio de una incipiente industrialización y la proletarización de grandes masas campesinas que abandonaron “espontáneamente” (sic) la producción agrícola y emigraron a los centros urbanos, para constituír el “ejército industrial de reserva”55. Sobre la explotación de ese primer contingente del proletariado industrial, el capital transnacional, en sociedad con las oligarquías criollas, encontró 55 Ejército industrial de reserva es un concepto desarrollado por Carlos Marx, en su crítica de la Economía Política. La fuerza de trabajo dentro del sistema capitalista, es una mercancía mas, de hecho, la única que posee el trabajador y con la que concurre al mercado para cambiarla por las demas mercancías de las que depende su subsistencia. Dicha mercancía, como cualquier otra, se ve sometida a las leyes del mercado, de modo que cuando la oferta supera a la demanda –cuando hay una masa de desempleados-, el precio de la fuerza de trabajo se mantendrá bajo. En otras palabras, el ejército industrial de reserva no es otra cosa que la masa de trabajadores desempeados y constituye una necesidad estructural del sistema capitalista. De hecho, mientras haya capitalismo, habrá desempleo.
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una nueva oportunidad de lucro imponiendo un modelo de sustitución de importaciones, cuyo propósito explícito era producir bienes de consumo masivo igualmente aptos para la exportación en muchos casos, pero pagando la fuerza de trabajo nacional por una fracción miserable de lo que se pagaba a un obrero europeo o norteamericano. Venezuela consolidó esta dinámica más tardíamente que otros países del continente, sin embargo, sus orígenes remotos se pueden rastrear hasta fechas tan tempranas como 1875. En la medida en que la producción agropecuaria se iba contrayendo, fueron apareciendo algunos tímidos intentos industriales tales como tenerías, fábricas de jabón y hasta las primeras perforaciones petroleras en Táchira (Compañía Petrolia del Táchira). No obstante, puede precisarse que la política de sustitución de importaciones se inició formalmente entre 1946 y 1948, inspirada en las ideas económicas de John Maynard Keynes que propugnaba una forma híbrida del capitalismo (Capitalismo de Estado) como balanza geopolítica frente al Socialismo Soviético que surgió fortalecido luego de la Segunda Guerra mundial y asumió el carácter de segunda potencia hegemónica en clara competencia con los Estados Unidos de América. Sobre la base de la renta petrolera y bajo los consejos de la CEPAL, nuestro país implementó una programa industrial que, pretendía “sustituir”, mediante la producción en el país, mercancías que tradicionalmente se importaban de los países capitalistas centrales (Europa y EE.UU. fundamentalmente), aunque siempre con un bajo valor agregado nacional.
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Es necesario apuntar que el modelo de sustitución de importaciones no se instaló nunca con el propósito de suplantar a la exportación de hidrocarburos y mucho menos reivindicar la vocación agropecuaria del país tal como lo propuso siempre el Dr. Arturo Uslar Pietri56 y como hoy lo persigue la revolución bolivariana. A decir vedad se trató sólo de un cambio en el mecanismo de crecimiento que continuó apoyado en el sector primario exportador cambiando solo el énfasis, de los productos agrícolas a los mineros, particularmente petróleo. En pocas palabras, podríamos decir que el modelo de sustitución de importaciones, se traslapó o mejor aún, quedó subsumido en el mismo modelo primario exportador y de crecimiento hacia fuera, en tanto que sus crecientes necesidades de capitalización, fueron sustraídas a la renta petrolera por una burguesía parasitaria que nunca asumió plenamente su papel histórico. Este es el modelo híbrido sobre el cual se apoyó el bipartidismo adeco-copeyano a lo largo de los 40 años de “puntofijismo”. La sustitución de importaciones en nuestro país, no significó independencia económica con respecto a los ricos países capitalistas, tampoco un cambio de propósito o de beneficiarios con respecto al modelo primario exportador (de crecimiento hacia fuera, esto 56 El día 16 de julio de 1936, el Dr. Arturo Uslar Pietri, escribió en el diario caraqueño Ahora un ensayo en el que advertìa sobre los peligros futuros para Venezuela si no se aprovechaban prudentemente los ingresos derivados de la explotación petrolera. Es el comienzo de una campaña que librará durante el resto de su vida para insistir en la necesidad de “Sembrar el Petróleo” a fin de fortalecer la industria nacional y otorgar valor agregado a nuestras materias primas.
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es importante recordarlo), en la medida en que lejos de promover el crecimiento de la economía venezolana, se constituyó en otro canal para incrementar el despojo de la riqueza nacional en beneficio de los centros del poder capitalista y de la oligarquía criolla, mientras que la vida económica de los venezolanos siguió dependiendo de una renta mínima, tímidamente sustraída a una industria petrolera que se perfilaba como un Estado dentro del Estado. El modelo primario exportador de crecimiento hacia fuera, permaneció sin cambios sustanciales a lo largo de toda nuestra historia de sometimiento, porque era la herramienta fundamental para imponer la dominación que siempre ejercieron sobre nuestra economía las principales potencias imperialistas (particularmente Estados Unidos). La inserción de Venezuela en la división internacional del trabajo, sigue hoy determinando el carácter rentista de nuestra economía. No obstante, a partir del año 2003, con la recuperación soberana de nuestra industria petrolera, hemos podido fracturar la ecuación del modelo y las actividades no petroleras, manifiestan un lento pero sostenido repunte, muy particularmente la agricultura cuyo énfasis se refiere hoy a la consolidación de la sobernía alimentaria. Ahora la exportación de nuestro rubro primario ya no motoriza el crecimiento hacia fuera sino hacia la construcción de una economía socialista y sus consecuentes beneficios para el pueblo venezolano. La sustitución de importaciones en Venezuela se limitó al establecimiento de algunas industrias ligeras, especialmente textil, vestido, calzado, alimentos
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y bebidas, y a la industria de ensamblaje de vehículos y línea blanca, en las cuales la presencia del capital transnacional, asociado a los capitalistas nacionales, ha seguido siendo preponderante. Efectivamente, tanto la actividad primario-exportadora como la sustitución de importaciones, privilegiaban la orientación del crecimiento hacia fuera, ya no solo por la depredación del territorio y la explotación de la fuerza de trabajo, sino también por la exportación de unas ganancias generadas en la industria nacional, bajo propiedad parcial o total de inversionistas extranjeros. En el caso venezolano esto, materializó el desarrollo de una burguesía transnacionalizada (y por tanto desnacionalizada), incluso en términos de identificación cultural, altamente dependiente de los capitales internacionales, poco dada al riesgo y surgida del aprovechamiento ilegítimo y parasitario de los subsidios estatales provenientes de la renta petrolera. Para nuestra fortuna, esa gente –como consecuencia de su enorme dependencia cultural- resultó tan ignorante que llegaron a ignorar la existencia del pueblo venezolano. Algunos tuvieron incluso la suprema cursilería de autodenominarse “meritócratas”.
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3.- El Modelo neoliberal. Se acepta generalmente que este modelo fue propuesto por primera vez por el economista norteamericano Milton Friedman (Premio Nóbel de Economía 1976). Las ideas económicas de Friedman impuestas después a toda Amèrica Latina, se aplicaron por primera vez en Chile, con el concurso de la dictadura instalada en ese país a partir del criminal golpe de estado del 11 de septiembre de 1971. Los frutos del Neoliberalismo en Chile fueron celebrados como sumamente exitosos. Inclusive se habló por años del “milagro chileno”. No se escucharon voces disidentes porque seguramente, si las hubo, nunca salieron de alguno de los múltiples sótanos siniestros donde La Junta Militar que gobernaba Chile, torturaba a cualquier disidente. En realidad, el llamado Neoliberalismo, no tiene nada de novedoso. Es continuación del mismo liberalismo que proclamaron los fisiócratas franceses57 y Adam Smith hace ya mas de doscientos años y consiste en esencia en el rechazo a toda forma de planificación o intervención estatal en el desenvolvimiento de la economía. El liberalismo económico se practicó en Europa durante todo el S. XIX y las primeras décadas del S, XX, con desastrosos resultados y fue duramente criticado por uno de los economistas más 57 La fisiocracia o fisiocratismo fué una escuela de pensamiento económico del S. XVIII, fundada por Francois Quesnay –a quien ya nos hemos referido en párrafos anteriores-, Anne Robert Jacques Turgot y Puer Samuel du Pont de Nemours. Afirmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la intervención del gobierno. Su doctrina queda resumida en la expresión laissez faire (dejar hacer). ( http://es.wikipedia.org/wiki/Fisiocracia) (Consulta: 12/06/2010)
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lúcidos del S. XX: Kart Polanyi. Polanyi sostenía que “la idea de un mercado autorregulado implicaba una utopía total. Tal institución no podría existir durante largo tiempo sin aniquilar la substancia humana y natural de la sociedad; habría destruído físicamente al hombre y transformado su ambiente en un desierto” (Polanyi: 2003) y esta reflexión, escrita en 1944, luce hoy profética. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos surgieron como la economía mas fuerte del mundo. No habían sufrido en su propio territorio los efectos devastadores de la guerra y en consecuencia poseían una industria manufacturera poderosa con la que se enriquecieron vendiendo armas y prestando dinero a los otros países beligerantes. Por lo tanto estaba en posición de ganar más que cualquier otro país con la liberación del comercio mundial. Por otra parte, el capitalismo de EEUU no podía sobrevivir si no aseguraba el acceso a los mercados de los países aliados y de los vencidos. William Clayton, el Secretario de Estado para asuntos económicos se dió cuenta tempranamente de este problema y señaló: “Precisamos de grandes mercados por todo el mundo, donde comprar y vender”. Además, cuando la guerra estaba por concluir, había fundados temores de que la vuelta de la paz traería una depresión como la de los años treinta, debido al retorno de los soldados al mercado de trabajo y el fin de la producción bélica. Era pues indispensable diseñar e imponer al resto del mundo un mecanismo de intercambio y un acuerdo monetario que garantizara la hegemonía norteamericana en la posguerra.
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Esos mecanismos se impusieron en los llamados Acuerdos de Bretton Woods, conferencia de las Naciones Unidas donde las tesis de Sir John Maynard Keynes fueron por primera vez desdestimadas a favor de la propuesta norteamericana defendida por Harry Dexter White. Keynes proponía la creación de un órgano internacional de compensación, que sería capaz de emitir una moneda internacional (Bancor) vinculada a las divisas fuertes y canjeable en moneda local por medio de un cambio fijo, pero EE.UU. al final de la guerra poseía el 80% de las reservas mundiales de oro y era el gran acreedor del resto del mundo, de modo que no quería estar obligado a gastar su superávit comercial en los países deudores, por lo que la propuesta de Keynes no convenía a sus intereses y aprovechando su mayor influencia política y la situación vulnerable de sus aliados británicos, necesitados de créditos americanos para superar la guerra presionó para que el plan británico fuera rechazado. Las relaciones económicas entre estados propuestas dentro de los tratados de Brettón Woods, se basaban en el reconocimiento de una equivalencia constante entre el oro y el dólar. El sistema propuesto funcionaba sobre el supuesto de que las reservas de oro acumuladas por los Estados Unidos respaldaban toda emisión de la moneda norteamericana, pero el sistema empezó a presentar fallas muy tempranamente, cuando en la década de 1950, la Unión Soviética traspasó sus reservas en dólares desde EE.UU. a bancos europeos por temor a un embargo.
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Mientras tanto, los Estados Unidos incumplieron los compromisos adquiridos en Bretton Woods y se lanzaron a una campaña de emisión de dinero inorgánico que de hecho todavía no termina, inundando el mercado internacional con papelitos verdes cuyo único y respetable respaldo es el poderío militar yankee. Finalmente creció de forma incontrolada el déficit de la balanza de pagos de EE.UU., por los gastos militares en Vietnam y por el expansionismo de las transnacionales norteamericanas. Solo entre 1949 y 1968 los dólares-billete en el exterior de EE.UU. pasaron de 6.400 a 35.700 millones mientras que las reservas de oro en poder de EE.UU. pasaron de 24.600 a 10.400 millones de dólares. Esta estafa reiterada estalló escandalosamente el 14 de noviembre de 1973, cuando finalmente hubo de suprimirse la equivalencia fija de 35 US.Dls / onza Troy de Oro, que se había acordado en 1947, permitiéndose desde entonces a los bancos centrales liquidar sus reservas metálicas al precio libre, sin ninguna cortapisa. Este escándalo financiero arrastró tras de sí a todo el sistema mundo capitalista, arrasó con la respetabilidad del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, instituciones nacidas de los acuerdos de Bretton Woods y abrió la caja de pandora de la escuela de economía de Chicago, donde los mounstruos del neoliberalismo estaban agazapados esperando una nueva oportunidad para instalarse en el mundo real. Mucho antes de que en 1972 se pusiera en práctica el llamado neoliberlismo y se abandonara la li-
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nea keynesiana, sus teóricos dictaban cátedra en la Escuela de Economía de Chicago. Friedrich August von Hayek y Milton Friedman fueron duros críticos de Keynes, pero no lograron hacerse oír sencillamente porque las tesis keynesianas constituían un eficaz antídoto frente a las espectativas que generaba en el proletariado internacional la existencia de una Unión Soviética victoriosa en la guerra y aparentemente viable social y económicamente. En términos generales, se puede afirmar que el pensamiento neoliberal es una teoría económica y política que establece las reglas para garantizar el más amplio desarrollo de las potencialidades de un mercado supuestamente universal que teóricamente no reconocería barreras arancelarias de ningún tipo. Algo meramente discursivo puesto que en la práctica, los países del capitalismo hegemónico sostienen consistentemente una política económica proteccionista para sus productores, mientras que presionan con todos los medios a su alcance para que los países dependientes no lo hagan58. La aplicación del modelo neoliberal en América Latina, se inició experimentalmente en Chile, forzada con el concurso del monstruo genocida Augusto 58 Es precisamente en este doble comportamiento, donde reside el motor de la desigualdad. Los países ricos, no solamente protegen a sus productores con subsidios de todo tipo que les permiten colocar mercancías en el exterior a precios sin competencia, sino que usan de todo su poder, incluso militar, para obligar a los países débiles a abrir sus mercados a aquellas mercancías mientras se prohibe el subsidio a los productores locales. Esa es la estructura básica de los llamados Tratados de Libre Comercio que el imperio norteamericano ha impesto a muchos países bajo su dominio. De este modo, la inequidad entre los valores reales de nuestras materias primas y sus productos terminados, se hace cada día más obscena. Así por ejemplo, en 1980 Brasil tenia que producir 15000 sacos de café para pagar una locomotora mientras en el año 2000, para comprar la misma locomotora hubiera tenido que pagar con 46000 sacos de café.
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Pinochet59. Ha ocasionado una profundización generalizada de la pobreza y de la desigualdad social en todo el mundo. En Venezuela, el proyecto neoliberal se quitó la máscara formalmente el 28 de febrero de 1983, día bautizado por los venezolanos como “el viernes negro”, se instaló (de manera explícita) con las políticas de eliminación de subsidios, aumento al precio de la gasolina, liberación de precios y privatización indiscriminada de empresas del Estado, aplicadas por Carlos Andrés Pérez en su segundo gobierno, las cuales fueron la chispa que detonó el “Caracazo” en febrero de 1989. A los males sumados de los modelos anteriores (primario exportador de crecimiento hacia afuera y sustitución de importaciones) vinieron a agregarse a partir de 1989 las consecuencias negativas de los “paquetes” de ajuste neoliberal instrumentados por Carlos Andrés Pérez (El Gran Viraje) y Rafael Caldera (Agenda Venezuela), los cuales incrementaron dramáticamente la miseria y la exclusión. Para el neoliberalismo, al igual que para los dos modelos anteriormente descritos, el eje fundamental de la economía es el crecimiento, en tanto que desestiman la calidad de vida y la justicia distributiva. 59 Augusto Pinochet Ugarte, gobernó Chile durante 19 años como jefe supremo de la Junta Militar que dio el golpe de estado el 11 de septiembre de 1971y asesinò al presidente Salvador Allende. La cifra de muertos y desaparecidos de su dictadura no se conoce de manera precisa, pero estimaciones conservadoras la sitúan en el orden de 30000. No incluyendo por supuesto a los perseguidos, encarcelados y exiliados que lograron evitar ser asesinados en el extranjero como les sucedió al Gral. Prats y Orlando Letelier. Tuvo en su haber el dudoso honor de haber instalado en Chile la primera economía neoliberal de América Latina.
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La propuesta Neoliberal, apuesta también al desarrollo y se orienta centralmente por el crecimiento hacia fuera, en detrimento del mercado interno. No obstante, su sustento ideológico discurre sobre la oferta de una “globalización” inespecífica que pretende difundir la idea de bienestar universalmente compartido. La aceptación pueril de esta idea, está en el fondo del dramático desencanto sufrido en los últimos años por las burguesías latinoamericanas que han visto desaparecer rápidamente sus capas medias. Los casos más cercanos y patéticos los vivieron ya en esta primera década del S. XXI los pueblos de Aregntina, Bolivia y Ecuador, donde los pueblos se alzaron contra los gobiernos genocidas y hambreadores de De la Rua, Sanchez de Losada y Lucio Gutierrez respectivamente. Un efecto colateral del neoliberalismo, de enorme significación para Venezuela, es que forzó el abandono de proyectos productivos que el modelo de sustitución de importaciones venía promoviendo. Como resultado de esto, una enorme cantidad de bienes de infraestructura quedaron abandonados a lo largo de todo el territorio nacional y están hoy disponibles para contribuir en la construcción del Socialismo. Efectos de los modelos de desarrollo impuestos Estos modelos de desarrollo, con todas las diferencias o coincidencias que puedan exhibir entre sí, generaron un conjunto de desequilibrios económicos, sociales, políticos y culturales que los hacen incompatibles con las aspiraciones de justicia distributiva
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de los pueblos. Estos desequilibrios podemos agruparlos, a grandes rasgos, en: A. Concentración de la riqueza: Se concreta en la existencia de una oligarquía que ha amasado grandes fortunas usufructuando los recursos públicos y parasitando la renta petrolera en sociedad con un capital transnacional al que sirven incondicionalmente incluso como testaferros60. De allí la centralización y la concentración de la riqueza en pocas manos, formando monopolios y grupos económicos enquistados en casi toda la economía nacional. B. Desigualdad social: A la vez que una élite social se enriquecía enormemente, una mayoría excluida experimentaba el deterioro creciente de sus condiciones de vida y de trabajo. En términos concretos, esto se tradujo en desempleo, insalubridad, analfabetismo, falta de escuelas, falta de viviendas, y todos los demás elementos que integraron aquellos índices de desarrollo humano que hoy estamos superando. C. Deformación estructural: Se constata en la desproporción de los sectores económicos: *El sector primario se caracterizó por la virtual monoproducción (producción de un solo rubro) 60 Algunos conocidos apellidos de la oligarquía venezolana, deben el origen o la dilatada expansión de sus fortunas a su papel de aguantadores, dispuestos a ocultar la presencia en el país de grandes grupos económicos extranjeros. Papel que casi nunca es jurídicamente demostrable, justamente porque está diseñado de ocultar ciertos flujos de capital inconfesables que incluyen a veces el lavado de dinero proveniente de todo género de actividades ilícitas.
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–petróleo en nuestro caso-, pero involucrando poca o ninguna actividad transformadora para impedir el desarrollo de otros sectores y procesos económicos. Ese proceso se viene revirtiendo con claros logros en la industria petroquímica y otras derivadas de la transformación de los hidrocarburos. *La agricultura se mantuvo deprimida durante todo el siglo XX y jamás durante la Cuarta República, pudo contribuír a nuestra soberanía alimentaria. *El sector de servicios y el comercio se desarrolló desproporcionadamente en relación con la base agrícola-industrial del paìs (sector productivo). D. Ocupación deformada del territorio: La mayoría de la población se concentra todavía hoy en las ciudades y los puertos del norte del país (eje norte-costero), ya que esta región ha acaparado históricamente la inversión y los beneficios del modelo de desarrollo primario exportador de crecimiento hacia fuera, que como ya hemos mostrado, subyace en toda la historia económica de Venezuela. Aquel modelo fue llamado metafóricamente por algunos autores “economía de puertos”, y fue el causante de deformaciones demográficas de tal naturaleza que en el eje Caracas-Valencia (Tramo central de la Cordillera de la Costa y valles aledaños) se concentra hoy más del 40% de la población del país, mientras que algunas regiones al sur del territorio nacional exhiben densidades de población menores a un habitante por kilómetro cuadrado.
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Resúmen Cualquiera sean los méritos, fortalezas o debilidades de los modelos de desarrollo descritos, los tres tienen en común su carácter impuesto. Esto significa que siempre y en todos los casos se trató de modelos implantados, gerenciados y ajustados desde y para el beneficio de centros de poder externos a Venezuela. Aunque también produjeron beneficios para una pequeña clase de propietarios que actuaron y actúan como capataces y cipayos del capital transnacional. No es nuestra intención proponer la sucesión histórica de estos modelos en la forma de una cadena de acontecimientos rígidamente eslabonada o sujeta a fechas rigurosas. En todo caso hay que apuntar que en el intento de abarcar la realidad concreta, la utilización de modelos es solo un recurso instrumental que nos facilita la comprensión, porque constituyen una sólida base para diseñar los cambios que hoy requerimos para construír el socialismo. El modelo primario exportador es en realidad la forma histórica originaria de los términos de intercambio económico entre centro y periferia del Sistema Mundo Capitalista. En Venezuela, el agotamiento de su fase agropecuaria que discurre lentamente a lo largo de la primera mitad del S. XX, corresponde a partir de la segunda mitad del mismo siglo, con la elaboración de una profunda reflexión teórica de parte de los economistas latinoamericanos agrupados en la CEPAL, cuyo resultado fue la propuesta y subsiguiente puesta en marcha de un modelo de in-
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dustrialización para América Latina denominado “de sustitución de importaciones”. Modelo que pretendìa corregir la asimetría en la apropiación del producto mundial, entre países “desarrollados” y “subdesarrollados”. Este modelo se agotó también rápidamente pues su continuidad dependía de aportaciones crecientes de capital que su propia dinámica era incapaz de generar. En consecuencia, el endeudamiento externo de las economías “subdesarrolladas”, hizo crisis a partir de 1982 cuando sobrevino la quiebra del sistema bancario mexicano, la sucesiva suspensión de pagos de la deuda externa de aquel país y la amenaza del “efecto dominó” que se pensaba, este evento podría tener en toda América Latina. A partir de esta evidente falencia del modelo, la CEPAL perdió el rol protagónico en el diseño de estrategias económicas para América Latina y entraron a la escena directamente otras instituciones, que surgidas en 1947 como instrumentos de los Tratados de Brettón Woods, habían perdido ya su papel regulador del sistema mundo capitalista. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se habían transformado radicalmente a partir de 1973, al renunciar al modelo de capitalismo keynesiano y perfeccionar su carácter de instrumentos de dominación económica a partir del llamado Consenso de Washington61. Lo demás es historia reciente y por lo tanto sufrida en carne propia: Estas instituciones se dieron a la ta61 Se llamó Consenso de Washington a un conjunto de políticas económicas de corte neoliberal, originalmente enunciadas por John Williamson y aplicadas a rajatabla durante la última década del siglo pasado por los organismos financieros internacionales. Curiosamente, estas políticas nunca fueron consensuadas, por el contrario, se aplicaron compulsivamente a los países del tercer mundo, haciendo uso del chantaje y de todas las formas de presión política y militar.
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rea de imponerle a los gobiernos de la región el mismo modelo neoliberal ya experimentado en Chile a partir de 1972, solo que ahora, se privilegió el chantaje sobre la tortura, claro que sin renunciar a esta cuando se estimó necesaria. Las llamadas “cartas de intención” se convirtieron en ejecuciones hipotecarias por las cuales se remataron al capital transnacional industrias básicas, yacimientos de hidrocarburos y toda otra riqueza apetecible por el capital transnacional y las oligarquías criollas. Tendría que venir Samir Amin a destruír la quimera del ansiado desarrollo. La expresión misma “País Subdesarrollado“ deja implícitamente sembrada la torpe noción de que el desarrollo está a la vuelta de la esquina y solo hace falta encontrar la fórmula mágica que nos abra el camino, algo así como la zanahoria que hace andar al burro. El sistema capitalista, por naturaleza, como creemos haber demostrado en párrafos anteriores, requiere de periferias miserables, en consecuencia la promesa del desarrollo es un perverso engaño y en el S XXI, es ademas una amenaza de catástrofe, porque para que funcionaran patrones de consumo opulentos para todos los habitantes de este maltrecho planeta se requeriría agotar los recursos naturales de al menos seis planetas iguales al nuestro, lo cual abre la discusión al siguiente capítulo de este trabajo.
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10.- SOCIALISMO Hace 30 años teníamos una idea bastante clara de lo que significaba esta palabra, pero haber vivido el S. XX nos ha dejado más dudas que certezas. Eso es precisamente lo que algunos llaman “sabiduría“, luego de que hace ya veinticinco siglos, a Sócrates, luego de que el oráculo de Delfos lo declaró el hombre mas sabio del mundo se le ocurrió proclamar que su único saber consistía en haberse dado cuenta de que no sabía nada. Solo como referencia obligada diremos que por lo general, la palabra socialismo designa un modelo de convivencia en el que se practica la propiedad social sobre los medios de producción. Con esta receta se dice que puede evitarse que los poseedores privados de esos medios, exploten a los desposeídos. Para decirlo de forma sencilla: En el capitalismo, el dueño del tractor exige una participación en la cosecha sin aportar trabajo personal, el dueño del taxi exige una renta fija al chofer que se soba el lomo manejando y el dueño de la fábrica se lucra sobre el trabajo de sus obreros por solo ser el dueño de las máquinas. En el socialismo –se ha dicho siempre- el tractor, el taxi y la fábrica pertenecerían a todos para que no pertenecieran a nadie y de ese modo, los bienes y servicios que con ellos se produjeran beneficiarían directamente al trabajador. La idea era tan atractiva que se hizo muy popular y rápidamente, casi todo el mundo se declaró socialista, particularmente ciertos sujetos adictos al aplauso y el reconocimiento público, a los que por una lamentable confusión se llama políticos.
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Durante medio siglo XIX y todo el siglo XX, no tuvo descanso la lucha entre los socialistas y los dueños de los medios de producción a los que se dio en llamar capitalistas, burgueses, explotadores, muérganos, hijos de su… Y otros calificativos que no admite la imprenta. Incluso llegaron a surgir países que se autoproclamaron socialistas. Países que se presentaban al mundo como “el paraíso de los trabajadores”, pero al final de los años ’80, los gobiernos de estos países socialistas fueron incapaces de retener el poder político, los habitantes empezaron a echar el cuento y todos nos enteramos de que en aquellos países el Estado sustituyó a los particulares en la propiedad de los medios de producción, mientras que los trabajadores siguieron sobándose el lomo igualito que antes. Solo engordó una burocracia corrupta que al derrumbarse el aparato del Estado, mostró al mundo su verdadero carácter de mafia. A este curioso sistema que se proclamaba socialista, el economista Samir Amín lo calificó recientemente de “capitalismo sin capitalistas”. No faltó quienes advirtieran a tiempo sobre el camino equivocado que iba tomando la Revolución Soviética, pero se les hizo callar con métodos poco convencionales y así, una buena cantidad de revolucionarios terminó deportada a Siberia o fusilada. El mas prominente crítico de aquel tinglado que luego de la muerte de Lénin, iba dejando de parecerse al socialismo, terminó sus días exilado en México con un piolet clavado en el cogote por cortesía de Stálin. Se llamaba León Bronstein (a) Trotsky. ¿Y qué pasó con el socialismo?. Por lo pronto, luego de que el llamado “Campo Socialista“ se derrum-
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bó estrepitosamente, a los capitalistas del resto del mundo se les pasó el susto, cayeron en una suerte de euforia arrogante y empezaron a gritar entusiasmados que el socialismo era un fraude y que el capitalismo sería el eterno destino de la humanidad. Quisieron convencernos incluso del “fin de la Historia” que proclamó el señor Fukuyama, un pintoresco japones al servicio del Departamento de Estado de los Estados Unidos... ¡Cuando no!. Al inicio de los años ’90, la palabra socialismo andaba por los suelos, sucia y desprestigiada como esos volantes publicitarios que ya no interesan a nadie, como un Don Quijote apedreado, escarnecido y tildado de loco. Pero la gente empezó a rescatarla porque su significado seguía provocando la esperanza de todos los excluídos, de todas las víctimas, de todos los parias del mundo. Hoy de la definición de socialismo sabemos poca cosa: Sabemos que sigue valiendo la pena intentarlo, que su construcción no se le puede confiar a las burocracias del pasado ni a las actuales, que no es compatible con el capitalismo y que, como en la fábula del vestido del rey, puede por desgracia convertirse en un engaño colectivo, mientras el pueblo no se atreva a decirle al rey... O al presidente, que va desnudo. Hemos perdido la memoria- si es que alguna vez la tuvimos- de aquel tiempo pasado en que reinaba la inocencia. Un día cualquiera, dicen que Dios expulsó del paraíso a nuestros primeros padres. Pasaron muchos siglos y aún imaginamos que en un pasado remoto vivió gente que compartía sin reservas sus bienes y sus males. Por eso seguimos buscando denodadamente la puerta falsa por la que algún día
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nos volveremos a colar en el paraíso perdido. Si detrás del muro donde buscamos esa puerta existe todavía tal paraíso, es preferible no intentar siquiera investigarlo porque además de inútil, semejante investigación podría hacernos inmensamente desdichados. Creer que alguna vez, los hombres y mujeres fueron justos, amados y felices, alimenta la esperanza de que nosotros podamos serlo un día. En todo caso, bien sabemos que solo la esperanza sustenta ese frágil sentido que cada quien le atribuye a la vida. Soñamos todos, cada quien a su manera se construye un refugio de esperanza para ir pasando por la vida sin demasiadas desdichas. Pero algunos desmesurados no se conforman con soñar y se empeñan en dar vida a sus sueños y materializar los fantasmas de sus propias desmesuras. Los de esa raza de locos suelen terminar crucificados, o molidos a palos por los arrieros del camino, pero también algunas veces –algunas pocas veces- de modo misterioso, encienden la esperanza en multitudes y toman el cielo por asalto. En esos momentos excepcionales de la Historia –que son los que hoy transita nuestra patria- resuena en miles de gargantas la palabra socialismo como promesa vaga de una vida mejor. Pero creo que lo mejor del socialismo reside en el atrevimiento de intentar construirlo, porque el socialismo está construido de sueños y no soñar es como morir antes de tiempo. ¿Cuál será el tiempo adecuado para morir?, si alguien lo sabe, que no lo diga. Pero vuelve la pregunta: ¿Que es el socialismo?. Hay tanta gente creyendo saberlo, tanto “doctor” cargado de saberes, tanto conferencista disertador de siestas colectivas, tanto sabio que de tanto saber nos deja
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abrumados de ignorancia, que si alguna vez el socialismo tuvo una definición indiscutida, solo pudo lograrse disfrazándolo de ciencia, colocándolo bajo la interpretación canónica de alguna burocracia y aplicándolo bajo de la mirada escrutadora de una policía política. Dicen por ahí los que saben, que el Socialismo es la opción para sustituir al capitalismo, pero a despecho de semejante idea, el Socialismo del S. XXI pareciera en ocasiones que ha aprendido a convivir con la General Motors, la Chevron Texaco, Cargil y hasta el Grupo Polar. Los países escandinavos tienen fama de socialistas, aunque su socialismo está sustentado en grandes empresas trans-nacionales que depredan el mundo para que suecos, noruegos y daneses languidezcan de aburrimiento y alcoholismo en el seno de un socialismo nacional o si se quiere, de un “nacional-socialismo”. Felipe González, figura destacadísima del “socialismo monárquico” (¿?) español es hoy un prominente enemigo de la Revolución Bolivariana. En China se practica una suerte de “socialismo ecléctico de mercado” con algunos ribetes de esclavismo clandestino. Ardua tarea parece definir al Socialismo, sin embargo una idea mínima, con más de tautología que de definición, sería decir que el socialismo es la antítesis del individualismo. Seguramente empezamos a ser socialistas a partir del momento en que comprendemos cuan frágil es el individuo, cuan dependiente es de la sociedad que lo incluye y sustenta, en que medida, la búsqueda del provecho individual por encima de una clara noción del bien común, puede terminar fatalmente destruyendo la especie humana.
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Pareciera que la palabra “socialismo” ha venido significando diferentes cosas a lo largo de la historia. Al decir de Federico Engels, hay un socialismo utópico y un socialismo científico. Otros hablan hoy de “los socialismos reales”, generalmente para denigrar de los estados socialistas que se desmoronaron a partir de 1989. Nosotros hemos adoptado el término “socialismo del Siglo XXI” y parece que de él solo sabemos que no es el del siglo XX, lo cual ya es un gran avance teórico. Se dice por ahí que Cristo fue socialista, pero luego de leer los evangelios, nos parece que él nunca se dio por enterado. En fin: Grave problema tenemos por delante si estamos pretendiendo construír una suerte de Torre de Babel donde cada constructor habla diferente lenguaje y se guía por un juego de planos distinto, pero cuando nos sumergimos en este laberinto, nos acompaña siempre la consoladora frase del maestro Simón Rodríguez: “O inventamos o erramos”.
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Elementos del Capitalismo de Pedro M. Calzada Jiménez se imprimió en la Imprenta de Vargas adscrita al Sistema Nacional de Imprentas de la Fundación Editorial El perro y la rana durante los días 29,30 y 31 de julio de 2013 Queda hecho el depósito de fe. 500 ejemplares
Colaboradores Diseñador Gráfico Dionedy López Red de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela Capitulo Vargas Concejo del Municipio Vargas La oficina para la conservación del Patrimonio Cultural y Natural
Las palabras son seres vivos que nacen, se resemantizan y mueren. Ninguna palabra sale indemne de su uso reiterado y termina casi siempre dejando jirones de su significado en cada boca que la pronuncia o en cada pluma que la escribe. Pero no todas las palabras tienen la misma sonoridad en las conciencias. Hay palabras, como socialismo que despiertan los sueños de millones y palabras como capitalismo que son materia de las peores pesadillas. Pero son también como piedras que se lanzan mutuamente las clases en conflicto, etiquetas que se cuelgan al pescuezo de las gentes sin ton ni son, sabiendo solo que “capitalista” es casi una mala palabra que no puede pronunciarse en horario todo público mientras que hoy la voz “socialista” es una suerte de pasaporte a la hora de sentar plaza en el tinglado de la farsa. Así vemos como proliferan areperas socialistas, banqueros socialistas y por que no, urinarios públicos socialistas, en los que mear sería una falta de respeto. Por su parte, el uso y abuso de la palabra capitalismo en el discurso político, creo que la ha ido vaciando de contenido para una inmensa mayoría que se confunde más, cada vez que un capitalista industrial, comerciante o banquero, canta las glorias del Socialismo del S. XXI. Este libro es un modesto intento de analizar, de descuartizar por así decirlo la voz Capitalismo, desentrañar significados que quizá en suma contribuyan a comprender el verdadero significado de esa palabrota bajo cuyo signo nos ha tocado vivir. Porta: Cuadro de Ogorman (1944), muralistas de la Revolución Mexicana.