VIRGEN PARA LOS DIOSES
VIRGEN PARA LOS DIOSES
Otoniel Contreras
© Fundación Editorial el perro y la rana, 2008 Av. Panteón, Foro Libertador, Edif. Archivo General de la Nación, P.B. Caracas-Venezuela 1010 telefs.: (58-0212) 5642469 - 8084492 / 4986 / 4165 telefax: 5641411 correo electrónico: elperroylaranaediciones@gmail.com Ediciones Sistema Nacional de Imprentas Regionales, Mérida 2008 A.V 4, Calle 20, Biblioteca Bolivariana, nivel sótano Mérida Venezuela correo electrónico: merida.imprentaregional@gmail.com http://imprentaregionalmerida.blogspot.com Alcaldía del Municipio Libertador Instituto Municipal de la Cultura (IMMUCU) Red Nacional de Escritores © Otoniel Contreras Consejo Editorial Popular Yuri Patiño Hermes Vargas Olga Rojas Wilfredo Sandrea Stephen Marsh Planchart Consuelo Ximénez Luis Manuel Pimentel Odoardo Torres Plataforma del Libro Yuri Patiño Diseño y diagramación Luis Emilio Alcalá Ilustración de portada Rodolfo Urdaneta (El chino) Corrección Melissa Fernández Impresión Hermes Vargas Carlos Barilla Depósito Legal: LF40220088001701 ISBN: 978-980-7163-75-0
Colecci贸n
Ram贸n Palomares
El Sistema Nacional de Imprentas es un proyecto impulsado por el Ministerio del Poder Popular Para la Cultura a través de la Fundación Editorial El Perro y La Rana, con el apoyo y la participación de la Red Nacional de Escritores de Venezuela. Tiene como objeto fundamental brindar una herramienta esencial en la construcción de las ideas: el libro. Este Sistema Nacional se ramifica por todos los Estados del país, donde funciona una pequeña imprenta que le da paso a la edición de autores principalmente inéditos. A través de un Consejo Editorial Popular, integrado en su mayoría por voceros culturales de los Consejos Comunales, se realiza la selección de los títulos a publicar dentro de un plan de abierta participación.
Como un homenaje a uno de los maestros de la Poesía en Hispanoamérica damos inicio a la Colección Ramón Palomares, en aras de fomentar este género entre autores(as) inéditos(a) y ya publicados, quienes en su afán por encontrar su propia voz han decidido confrontar la palabra con la crítica, los poetas, en fin con un público anónimo quien finalmente es lector sin cortapisas de su obra. La poesía aquí encuentra a un escritor poco domeñado, inaprensible al lenguaje impuesto por directrices del esquema, dispuesto a preservar los sonidos de un español cada día más elocuente y persistente en el tiempo invariable de la palabra.
Otoniel Contreras
Nace en Arboledas, norte de Santander, Colombia, el 24 de marzo de 1952. Entra a Venezuela en 1962, llega a Mérida en 1963, cursa la primaria en Mérida, se va a Caracas en 1970, desempeña el oficio de artesano. En 1976 ingresa a la Academia Unión de Naciones a estudiar Arte Dramático durante 2 años. Participa en diferentes grupos teatrales. En 1980 ingresa a estudiar bachillerato obteniendo el título de Bachiller en Humanidades. En 1982 obtiene la sindicalización en el Sindicato de Radio, Cine, Televisión y Afines como actor. Participa en diversos talleres de investigación teatral. En1986 entra a estudiar fotografía en la escuela Ecuador en Caracas durante un año, obtiene el título de Fotógrafo Laboratorista. Realiza diferentes cursos relacionados con el cine y la televisión y trabaja también como actor en estos espacios. En 1991 regresa a Mérida y trabaja en algunos programas de educación y cultura. Conduce durante cuatro meses el Museo de Arte Moderno “Juan Astorga Anta”. Ha participado en las dos últimas ediciones del mes del Artista Plástico Homenaje a “Armando Reverón”, en la organización, curaduría y montaje y ha escrito los textos para el catálogo de los mismos. En el año 2000 entró a estudiar en la Escuela de Letras de la ULA, “Historia del Arte”. Tiene escritos tres libros inéditos de poesía: Huellas en la sombra, Virgen para los dioses, y el tercero aún sin título, además de otros textos. En mayo de 2007 egresa de la ULA como Licenciado en Letras. Actualmente trabaja como profesor de literatura y teatro en Escuela Técnica Comercial Robinsoniana Simón Rodríguez en Mérida.
En este primer libro de poemas que publica Otoniel Contreras encontramos que intenta descubrir el amor a través de la palabra hincada en su torbellino. El propio revuelo intensifica el clamor por el cuerpo, es el deseo abigarrado de la espera. Aquí conviven dos inicios o más bien, el comienzo del verso de manera tardía. La estación está repleta, pero la génesis no abandona el espíritu. Así, Otoniel hace un esfuerzo importante para alcanzar la plenitud y superar la soledad sin abandonarla. Su poesía no es otra cosa que calmar el desaliento. Abandonarse a la súplica de lo anhelado, en un intento por establecer una otredad posible de fundir el pasado y el presente. En otra parte del texto aparece la diosa de la danza Terpsícore, una de las nueve musas, que dan impulso a poemas breves, recreando aspectos mitológicos intrínsecos al amor. La diosa seductora con su lira envuelve al poeta o lo embriaga de manera particular, le lleva a un estado de repliegue en torno a la imagen femenina. Quizá su escritura nos recuerde a Ovidio, aquel poeta desterrado que intentó establecer una estrategia de la seducción en el Arte de amar. Con este tema, viejo en el hombre y además escabroso a la hora de abordarlo, se arriesga a establecer un cuerpo que nos conduzca a un lugar apropiado a él. Precisamente el epígrafe del poeta Cadenas abriendo el libro, nos advierte lo huidizo del amante, la no correspondencia. El desgarro y la incertidumbre ponen al lector en su propia línea de interpretación. No siempre el que escribe nos da todas las claves y podemos recordar a Rainer Maria Rilke con sus Cartas a Benvenuta, ese famoso epistolario dirigido a una musa-mujer de la cual no recibió ni un solo beso, mas sin embargo fue el pretexto para escribir tan bellas cartas de amor. Hermes Vargas
virgen para los dioses
Tuve que esconder el rostro, volverme huidizo callar, acallar (cuando acaso era util una simple aclaraci贸n). Todo fue por ti, y no te he visto. Rafael Cadenas
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Editorial regional MÉRIDA
Con
ell a
A mi esposa Magaly
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Con ella he compartido la fragancia de su vida, el humeante sudor de la noche, el despertar apresurado del amanecer en el frío rocío de las sábanas. Con ella descubrí la razón de mi existencia en el espinoso camino de un transitar juntos tomados de la mano del tiempo, en fulgurante tropel de dichas y desdichas de urgencias y armonía. Con ella encontré la alquimia que transita mi sendero vertiendo aromas en el crepúsculo plateado de la noche, sobre la almohada húmeda de espasmos y temblores que produce el instante culminante del amor.
virgen para los dioses
Embriague z Me embriago con el vino de tu sudor impregnado de aroma de tu cuerpo efervescente lujuria para gravitar la noche.
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Sed
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La sed de tenerte imbuía mis sentidos, era interminable el tiempo de estar a tu encuentro. Oír tu cadenciosa voz suave como la brizna que lleva el viento. Sentir el resbalar silencioso de tu pelo deslizándose entre mis dedos, al roce de los labios elevarme en la crispa de tu piel, recorrer los valles y montañas de tu cuerpo, posarme en las dos más altas vertientes y rodar hasta el espeso llano de tu centro en busca del manantial sedoso de tus espasmos, vertiendo la sabia dulce de tu ser hasta saciar la sed en el laberinto enmarañado de tu infinita tentación.
virgen para los dioses
S e d u cc i Ăł n Has llegado a seducir mis noches, has encontrado en calma mi aposento, he permitido despertar mis ansias dormidas en el umbral de la puerta. Lujurioso encuentro de dos atardeceres, volcĂĄnicas caricias ya olvidadas yacĂan bajo la almohada. Despiertan con ardor bajo la lluvia de vĂŠrtigos cansados al final del trance.
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Criminal
mir ada
A una criminóloga
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Tu criminal mirada mata mis deseos, tu sonrisa asesina trunca las palabras vertidas en tu rostro, condena mi existencia al elocuente sonido de tu voz, escarnando los besos lisonjeros aún sin florecer ¿Acaso puede un alma ser escarnio de un corazón fútil o acaso víctima de un amor febril? Iracunda la ansiedad en el filo estremecedor del solitario.
virgen para los dioses
Ausencia En la distancia del alma dormir despierto callando entre suspiros la presencia, morir de ausencia en el tiempo, cabristar la noche en las sĂĄbanas alargadas en desvelo, lejanĂa tormentosa en lo profundo, noches de insomnio vĂŠrtigos fluctuantes deambulan en la nocturna tempestad del olvido. Voces taciturnas en tropel de soledades atropellan el eco clandestino de tu voz, voy recorriendo espinosos recuerdos en el cansancio del atardecer.
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Sueño
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Sueño de dos criaturas desde el corazón, amantes dispersos evocan los pasos perdidos en el andar del que regresa a sus cimientos, sin llevar consigo la caracola sonrisa del amante ido, soñando combatiré la suerte, buscaré refugio en el filo de la sábana para no naufragar en aguas de río crecido.
virgen para los dioses
Bail arina Ella se ufana de sí misma de su esbeltez de su figura, traza círculos en el aire con el contorno de su cuerpo, brazos elevados como queriendo alcanzar el cielo cortan el paso de la luz con las finas puntas de sus dedos. Piernas firmes como banderillas surcan el espacio dejando movimientos de cisne encapotado, escárpela al roce de sus uñas la madera de la laguna azul en su mágica aventura.
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Vi r g e n
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pa r a l o s d i o s e s
Te vi entre palmeras acurrucada, Poseidón pernoctaba a sus espaldas, la diosa naturaleza sombreaba su piel. Helio camuflageado entre las ramas acariciaba su cuerpo. Viento silbaba en sus oídos, los dioses presentes regocijábanse de su esplendor.
virgen para los dioses
Nada Nada somos nada s贸lo un mont贸n de huesos andantes que simulamos llevar consigo.
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Siempre
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Siempre encontrarás la flor que perfume sus labios al contacto del beso peregrino, encontrarás el néctar de la luna en noches predilúnicas de enero, caminarás al azar de tu quimera, beberás la sabia del primer encuentro con las voces del primer beso impregnado de amoríos.
virgen para los dioses
Propósito Dice que amar no es su propósito sólo estar en la bohemia y el derroche satisfacer su ego mas no su alma. ¡Que se empeñe en quedarse a la vera del camino! No recorrer los valles, llanos y montañas del amor, no sentir el calor de los sueños, el frío desvelado del amanecer, no sentir el caliente líquido que recorre las venas al roce del otro, no sentir desbocarse el corazón es estar sin propósito de vida.
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Oprobio
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He oído en la voz de los recuerdos el suspirar del tiempo [ido] nunca como ahora me aprisionó el amor [desvanecido] en fútil oprobio lacerado por la agónica certidumbre del Ser que me apasiona.
virgen para los dioses
Amor
esquivo
Por tu mirada entré en tu cuerpo en la estación de la primavera del amor esquivo, me fundí en el delantal de tu rostro, atravesé montañas, navegué mares y ríos hasta llegar a la dura roca del corazón furibundo, sorteé del océano embravecido el oprobioso encuentro con tu ser.
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Oquedad
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En la oquedad de la hoja seca un pรกjaro escupe una semilla, florecen nuevas ramas, vuelven otros pรกjaros, comen otras semillas y las escupen en la oquedad del tiempo.
Divina Tirsis, abrasarme siento: sĂŠ blanda como hermosa entre mujeres; mira que ausente, como estĂĄs, me hieres; afloja ya las cuerdas al tormento. Francisco de Quevedo
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VIRGEN PARA LOS DIOSES
Te r p sícor e
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Voy buscando enredaderas para treparme a la sima de tu ser, sólo encuentro espinosos tallos de rosas ya marchitas en el tiempo.
virgen para los dioses
Prosigo el camino escabroso del olvido, me niego volver atrĂĄs y encontrar otro sendero mĂĄs vedado que apacigĂźe mi renuncia.
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No encontré remedio alguno a mi afligida desventura, sólo oprobios y desplantes de la llama que resplandece en mis adentros.
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Otra vez tocado por el infortunio, siniestra es la noche que se cierne a mi espalda, s贸lo yo conozco el ruido del silencio en el t铆mpano nocturno.
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Seré el ocaso del amor sentido vagando en las penumbras del abismo, ávido de luz en la trinchera de tus ojos que lastiman en los míos mi amor utópico.
virgen para los dioses
Una palabra suya se esconderá en mi sábana, me recordará que soy desierto sin estrellas, en el cielo de arena derramada al mar de hojarasca que cruje el dolor en mí, sentido.
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Cuando atardece el amor llega y se planta, busca acomodo en el ser que necesita en el ocaso una caricia para sentir la vida nuevamente, se equivoca en el encuentro con el otro ser que es flor en primavera, ave ligera, amor fugaz.
virgen para los dioses
No es tu culpa mi destierro de la aldea del amor, fueron los dioses del erebo quienes no permitieron mi cercanĂa a la tuya.
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Límpido cielo solaz para el espíritu, noche de insomnio para drenar la tormenta. El amor es un problema que circunda nuestras almas, soledad, silencio y luz postrera, sueños insepultos, arena honda de los dioses, vida ausente en el tiempo y el olvido, el amor su verdugo y su tormento ¿Qué deidad me inclina a amarte tanto? A este amor no serás fiel, siento pena en mí al no tenerte.
virgen para los dioses
El tiempo en el espejo es atracciĂłn de la memoria revestida de silencio, de la soledad acompaĂąada ser esperanza sin ventura en un fondo de color arena, roca tumultuosa arde en el fuego, la piedra ajena de lo efĂmero en el cenit de la vida desnuda la muerte.
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Bajando la mirada en la profundidad del hombre viajĂŠ al fondo escondido del oscuro recuerdo estando de ti ausente. 46
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BusquĂŠ en el olor del olvido el sabor de tu cuerpo, tomĂŠ un soplo de aliento de tu presencia en ausencia. 47
Editorial regional MÉRIDA
Me refugiĂŠ en las cavernas de los dioses sin reino en el peregrino caminar sin rumbo por osar el amor no correspondido.
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Andaba por la orilla del rĂo como queriendo lavar mi soledad.
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Tirsis ¡Oh musa del amor! Con tus alas hechas flechaste mi corazón ave de mis sueños. 50
virgen para los dioses
C a d ĂĄv e r
e xquisito
El sol, la fuerza del sol, el brillo del sol la luna, la fuerza de la luna, el brillo de la luna abrir caminos seguir en la batalla crear, crear, crear con el verbo y la palabra encontrarnos sentirnos vivos “amamos la vida y nos imponen la muerte�
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Incertidumbre Cada día que amanece no sé si la vida es la muerte.
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Lengua je
s i l e n c i o so
A la danza Leemos el movimiento conocemos el ser, no hace falta el sonido de la voz para oĂr el lenguaje silencioso que el cuerpo y la mirada en su imperiosa necesidad de comunicarse transfieren al signo.
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P o e ta s
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Somos montañas llenas de hojas manchadas de escritos con la pluma viviente, vamos dejando huellas en el camino tranciturno del tiempo y el espacio, con el paso seguro del caminante apartamos la hojarasca, la palabra escrita en las hojas marchitas del otoño portadoras de vivencias y albedríos, de quienes se atrevieron a manchar con tinta sus venas.
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En Dios Los hombres que estรกn en Dios hacen su choza hacen su nido viven. 55
índice
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Con ella Embriaguez Sed Seducción Criminal mirada Ausencia Sueño Bailarina Virgen para los dioses Nada Siempre Propósito Oprobio Amor esquivo Oquedad
Terpsícore
Incertidumbre Lenguaje silencioso Poetas En Dios
Se termin贸 de imprimir en mayo de 2008 en el Sistema Nacional de Imprentas M茅rida - Venezuela. La edici贸n consta de 500 ejemplares impresos en papel Ensocremi de 55 Gms.